El caballito dio

un salto

que parecía volar,

dejando atrás las páginas en blanco
donde apenas hacía tres días,
Sebastián Caballero García
lo acababa de dibujar.
Preunta que te pregunta Sebastián
por el vecindario:

dígame don Candelario

¿no vio por casualidad mi caballito de palo?

Dígame don Sebastián

¿cómo es ese caballito, lo podría describir?

Es como los que venden en el mercado de Masaya,

 a fé ?
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l o r de e
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L
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 ¡AJÁ!
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Lo vimos comiendo mango
por las barriadas del pueblo,
pero le gustan las flores,
le voy a contar porqué:

en el jardín de doña Estela

espantó las mariposas
se comió todas las rosas
y peloneó el capulín.
Y como si fuera poco
arruinó las albahacas,
la ruda, la hierbabuena,
vaya que si es una pena
el caballito de usted.
También se metió al maizal
a retozar con las mazorcas
como si no tuviera dueño
O es que no tiene corral?
-– Eso fue don Candelario
¡que se me olvidó el corral!
Si usted  me lo viera primero,
me le podría avisar
que aquí en las páginas
de mi cuaderno
ya le dibujé un corral
El caballo de palo
apareció por el campo
de las higueras
traía las orejas desacomodadas
en la pata trasera izquierda
tenía puesto un zapato
y en la delantera derecha
la “argolla” de un calcetín
maullaba en vez de relinchar
y hasta se paraba
en dos patas,
como queriendo bailar
¿dónde has estado?
Le pregunta Sebastián
¡caballo disparatado!
¿qué no pensás regresar?
aquí en las páginas
de mi cuaderno
ya te dibuje un corral
pero si lo que querés es vagar,
te dibujo campos azules,
pozos de agua, hierba fresca,
para que usted caballito  de
palo no se me vuelva a escapar…
Pregunta que te pregunta
Sebastián por el vecindario:
óigame don Candelario
no ha visto usted por  ahí
mi caballito de palo…
¿Qué querés ser cuando sea
grande?

¿Qué querés ser cuando sea

grande?
Vos crees que no lo se,
Un gracioso payasote,
cuando tengas treinta y tres
que tuviera por sonrisa
dos hileras de maíz,
colorete en los cachetes
y de rojo la nariz.
¿Que querés ser cuando grande?
Vos crees que no lo se
Volar como las estrellas
En un avión de papel
Por el momento Contame
los cuentos de la tía Inés
que tenía un loro viejo
con las patas al revés

¿Que querés ser cuando grande?

Te lo voy a adivinar,
Inventar un nuevo mundo,
inventar un nuevo mar.
Me basta ver tus ojitos
Para darme cuenta que
Serás cantor de camino
Como te lo adiviné.