Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Los ojos, según Leonardo Da Vinci, representan el espejo del alma. Cargan las
emociones. Forman una parte crucial del lenguaje no verbal. Lo que expresamos con
ellos es infinito. El enorme poder de comunicación que tienen se expresa en frases como
“me miró fijo”, “al fin me hizo abrir los ojos”, “me desvió su mirada”, “me miró mal”, y
tantas otras. Más o menos expresivos, suelen delatarnos si estamos cansados o tristes,
alegres o enfadados. Mantenemos los ojos cerrados si queremos apagar el mundo y los
mantenemos muy abiertos cuando no queremos que nada se nos escape.
Los ojos, con sus movimientos, pueden regular una conversación y proporcionan
un sistema de señales que el interlocutor puede decodificar con solo estar atento. La
persona que habla puede tratar de controlar el comportamiento de quien escucha a
través de la mirada, por ejemplo, impedir una interrupción, evitar mirar a la otra persona
o animarla a responder. Los alumnos que no hacen sus actividades escolares evitan la
mirada del docente, mientras que los aplicados la buscan.
La mirada revela la vida interior del profesor/a, su concepción del mundo y sus
valores. Según como nuestros estudiantes la sientan, así nos relacionaremos y
reaccionarán. No es igual mirarlos como amenaza, como una carga, que como personas
a las que queremos formar y ayudar. Si esperamos de ellos, si confiamos, reaccionarán
constructivamente, creativamente. Si los rechazamos, si los ignoramos, se replegarán en
su personaje de alumnos y se defenderán de nosotros. Nuestro afecto, sonrisa y
palabras amables pueden despertar su afecto, alegría y autoconfianza. Pero si nuestra
mirada es de indiferencia, hostilidad, provocarán también rechazo y agresividad
(Domínguez Prieto, 2012).
Miradas superficiales
Thomas Edison
Hay una manera de hacerlo mejor, encuéntrala.
Sus maestros decían que era demasiado tonto para aprender. Por ello, su madre
decidió sacarlo de la escuela y enseñarle en su casa. Al joven Edison le fascinaba la
ciencia. A los diez años, ya había instalado su primer laboratorio de química; y llegó a
crear a lo largo de su vida más de mil trescientos inventos. Cuando inventó la bombilla,
realizó más de dos mil experimentos hasta lograr que funcionara. Jamás se sintió
fracasado, pues − según dijo él mismo − las mil novecientas noventa y nueve bombillas
fallidas le enseñaron cómo no se hace una bombilla.
Albert Einstein
No podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los
creamos.
No habló hasta los cuatro años y no leyó hasta los siete. En la primaria, su
maestra lo describió como mentalmente lento, insociable y encerrado siempre en sueños
tontos. Lo expulsaron y no lo dejaron ingresar en la Escuela Politécnica, de Zúrich. En
1905, la Universidad de Berna rechazó su tesis doctoral sobre la teoría de la relatividad
por considerarla irrelevante y fantasiosa.
Reflexión 1
El envidioso
Una serpiente perseguía a una luciérnaga.
Cuando estaba a punto de comérsela, esta le dijo:
— ¿Puedo hacerte una pregunta?
—En realidad, nunca contesto preguntas de mis víctimas, pero por ser tú, te lo voy a
permitir —le respondió la serpiente.
Entonces, la luciérnaga le preguntó.
— ¿Yo hice algo?
—No —contestó la serpiente.
— ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia? —preguntó la luciérnaga.
— No —volvió a responder la serpiente.
—Entonces, ¿por qué me quieres comer? —inquirió el insecto—. Porque no soporto
verte brillar —sentenció la serpiente.
Para pensar
1. Cuando alguien cercano a nuestro entorno actúa de modo acertado e incluso con
mérito, ¿nos cuesta felicitarlo y destacar sus capacidades?
2. ¿Sentimos que no recibimos el mismo grado de afecto por parte de los directivos
como ocurre con otros docentes?
3. ¿Cómo esta nuestra autoestima? ¿Valoramos lo que somos y nuestros logros o
pasamos nuestro tiempo mirando y hablando o pensando en lo que hizo el otro
para juzgarlo y criticarlo?
Reflexión 2
Reflexión 3
1. ¿Cuándo hay una dificultad con nuestros compañeros hablamos cara a cara para
superar malentendidos?
3. A partir del intercambio con los compañeros, ¿podemos mirar las cosas tal como son?
4. ¿Qué tipos de miradas circulan entre nosotros: miradas que fortalecen y acompañan o
miradas hirientes que lastiman?
5. ¿Hay aspectos de la realidad o personas que no queremos ver?
6. ¿Si pudiéramos ver con ojos nuevos que veríamos ahora que antes no veíamos?
Bibliografía citada:
Domínguez Prieto, X. (2012). El Profesor Cristiano: Identidad y Misión. PPC Editorial
y Distribuidora. Madrid.
Bompadre Duilio (2016). Sentirnos bien en la escuela. Editorial Stella. Bs.As.
Artículo de DUILIO BOMPADRE
duiliobompadre@yahoo.com.ar
08.01.2021