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Carlos, Desconocido

Guión de: José Alejandro Vieira & Hugo Balseiro


ESC. 1. InT Casa Día
Título “Bodegón de Cosas Rotas”

Imágenes de casa llena de luces de la tarde. Paredes llenas de cuadros


y bibliotecas llenas de libros.

Carlos V.O:
Una vez conocí a una mujer. Era 16 de enero del año
1970. El mismo día un Meteorito acababa de estrellarse
cerca del Caserío de Ucera, cerca de Pozo Manaure. Un
agricultor lo descubrió a eso de las 7 de la mañana. A
esa hora yo estaría atendiendo el viejo bodegón de mi
señor padre. Que Dios lo tenga en su gloria, viejo
bastardo.

Aquel día, mientras limpiaba los retazos de una


botella que accidentalmente tiré al suelo, una voz
alterada me pidió que parara. Cuando pregunté porque,
una chica me confesó que quería dibujarlo.

Así comenzó.

ESC 2. Int Casa – día

Título: “Las ventajas de un Rapto”

Closed up Firma de cuadro “M.T.Vieira”

Compradora V.O:

¿Su nombre?

Carlos V.O:

Marta

Compradora V.O:

Lindo nombre

Carlos V.O:

si… Ella solía visitarme a menudo en el bodegón, y


mientras yo trabajaba ella dibujaba. Me contaba como
siempre había querido pintar el mar, pero nunca había
ido. La mayoría de sus pinturas eran de paisajes
campestres, montañas, casitas, esas cosas. Ella solo
conocía el mar por pinturas y películas.

Inserts de películas y pinturas donde salga el mar

Carlos V.O:

Nos casamos poco después, el 1ro de Marzo del 71. Ese


día el hijo del empresario León Taurel fue secuestrado..
por segunda vez. Al parecer la primera vez les funcionó
muy bien. Yo le compré una alianza de oro con la
inscripción que decía “Para toda la vida”

Compradora:

¿Cuánto?

Carlos (pensando):

520

ESC 3. Casa – día

Titulo: “El Faro Imaginario”

Compradora:

¿Y llegó al mar?

Carlos:

… nos fuimos a Margarita de luna de miel. El viaje lo


pagó mi padre. Conseguimos una posada pequeña cuyas
vistas daban a una hermosa playa llena de peñeros y al
fondo había un faro dañado.

Marta pintó muchos cuadros durante aquella semana. A


veces bajaba a la playa y pintaba los botes, otras veces
lo hacía desde la ventana de la posada. Me pasé la luna
de miel admirando como llenaba lienzo tras lienzo.

De noche, e agua se volvía demasiado oscura, tanto que


se confundía con el cielo nocturno. Marta solía asomarse
por la ventana esperando que el faro iluminara aquella
playa llena de peñeros perdidos en las aguas oscuras. Me
dijo una noche que aquello era lo más triste que había
visto jamás.

Compradora:

¿Cuánto por este?


Carlos (pensando)

350

Esc 4. Int – Casa – día

Titulo: “Flores Muertas”

Compradora:

¿Y estas?

Carlos:

Son las flores de nuestros primeros años de casados.

Compradora:

Son muchas

Carlos:

Luego de volver de la luna de miel, a Marta le entró por


pintar únicamente flores. Quizás se cansó de tantos
paisajes acuáticos.

Compraba floreros únicamente para pintarlos. Teníamos la


casa repleta de ellos. Las flores las sacaba del jardín
de una vecina que llevaba 30 años casada. Marta y ella
se hicieron muy amigas de inmediato.

Luego de un tiempo dejó de pintarlas.

Compradora:

Esas flores están muriendo.

Carlos:

¿Quieres un poco de té?


Compradora:

No gracias

Carlos:

… Yo voy a tomar un poco. Permiso

Compradora:

¿Cuánto cuestan?

Carlos:

… 800

Esc 5. Int – Casa – día

Titulo: “De perros y Hombres”

Compradora:

¿Qué hay de estos?

Carlos (Desde lejos en la cocina)

¿Cómo?

Compradora:

Estos de aquí

Carlos (Acercandose):

Estos fueron nuestros hijos

Compradora:

¿Hijos?
Carlos:

Marta y yo no tuvimos hijos. Ella… mejor dicho nosotros


no queríamos esa responsabilidad. Estos son Enrique y
Gustavo, y son lo mas cercano a hijos que tuvimos.

Enrique fue el primero. Lo adoptamos de cachorro el 14


de agosto de 1974. Ese día había comenzado azotar la
tormenta tropical Alma contra las costas. El temporal
causó que a las 9:20 de la mañana un avión Vickers
Viscount 749 del Aeropostal se estrellara mientras
sobrevolaba el Aeropuesrto Internacional del Caribe
Santiago Mariño, de la Isla de Margarita. Murieron 49
ocupantes, el copiloto murió a causa de sus heridas 17
días después.

Enrique fue un perro muy bueno durante los primeros


meses, pero luego de cumplir un año con nosotros comenzó
a ladrar muchísimo. Cualquier minimo ruido lo alteraba.
Marta se estaba poniendo de los nervios, y yo también.
Poco después se volvió muy celoso, y arrancaba a morder
a cualquier persona que no visitara, así dejaron de
venir a casa durante mucho tiempo. Pero no fue hasta que
un día, en un ataque de celos incontrolable, atacó a una
niña de 6 años que quería acariciarlo en la calle. La
niña perdió tres dedos. Así que decidimos, por el bien
de las personas y por la vergüenza ocasionada, ponerlo a
dormir.

Sucedió el día 6 de agosto de 1976, lo llevé al


veterinario, lo subí a una camilla y lo sostuve fuerte
para que el doctor pudiera administrarle la inyección.
Lo sostuve en mis brazos fuertemente todo el tiempo.
Eventualmente se tranquilizó. Mientras contenía los
movimientos de Enrique, recordaba una noticia donde una
crecida del rio Orinoco que inundó la zona norte de
Ciudad Bolívar. Se registró una altura de 18,04 metros
sobre el nivel del mar, la tercera mayor registrada de
toda la historia.

Marta y yo no hablamos durante semanas. En ese tiempo


dibujó ese retrato.

Compradora:

¿Y el otro?
Carlos:

Gustavo lo tuvimos muchos años después, llegó a nuestras


vidas por la insistencia de una amiga de Marta que
quería deshacerse de una camada que tuvo su perra. Al
parecer la montó un perro de la calle sin que nadie se
diera cuenta. Su amiga pensaba que se estaba muriendo
por parásitos hasta que el veterinario le dijo que en
realidad estaba embarazada. Nadie supo en realidad como
pasó.

Al final nos trajeron a Gustavo y en lo que tuvo edad


suficiente para ladrar, decidimos castrarlo sin
pensarlo.

Compradora (luego de un silencio):

¿Qué pasó con el perro?

Carlos:

Murió meses después. Se quedó dormido en el sofá y


simplemente no despertó. El medico nos dijo que pudo ser
debido a una severa depresión. No tuvimos más perros
después de eso.

Compradora:

¿Cuánto?

Carlos:

200 cada una

Esc 6 – Int – Casa – Día

Titulo: “En lo profundo”

Compradora:

Estas son bonitas.

Carlos:
A esas las llamo Las Sumergidas

Compradora:

Ya veo

Carlos:

Marta estuvo varios años sin tocar los pinceles, se


había dedicado solo a las tareas domésticas mientras yo
trabajaba.

A principios de los años 2000 su interés reapareció.


Comenzó a pintar cuadros todos los días, siempre eran
bajo del gua. Peces, algas, burbujas. Apenas comía,
apenas hablaba. Lo único que hizo durante semanas fue
pintar y dormir.

Se me ocurrió llevarla de nuevo a Margarita para nuestro


aniversario número 30. Quise alquilar la misma posada
donde nos hospedamos la primera vez, pero en su lugar,
la destruyeron para construir un hotel de cuatro
estrellas.

Todas las noches Marta se quedaba inerte frente a la


ventana, con la mirada perdida en la bahía. Mientras, yo
tuve un sueño recurrente donde me encontraba en el fondo
de aquellas aguas e intentaba nadar hacia la superficie
antes de que se me acabara el oxígeno. No recuerdo haber
llegado.

Cuando me despertaba salía a pasear por el hotel,


desayunaba en el bar, caminaba por las playas. Todo
mientras Marta se quedaba en su habitación.

Al final del viaje una lancha nos venía a recoger para


llevarnos al aeropuerto. Esperamos horas bajo el sol,
los peñeros entraban y salían con redes llenas de peces.
Pero la lancha no llegaba. Marta comenzó a
impacientarse. No lo demostraba pero yo podía notarlo en
ella. Luego de varias horas sentada en una madera en la
arena, Marta se levantó y sin mediar palabras se sacó la
alianza del dedo y la arrojó al mar.

Compradora:

Vaya
Carlos:

Si.. Estuve por decirle algo. Pero de la nada comenzó a


correr hacia el océano. Nadó mar adentro sin mirar
atrás. Se perdió entre las olas a los pocos minutos… La
lancha llegó poco después.

Compradora:

Nadó al mar

Carlos:

Nadó al mar

Compradora:

Vaya

Carlos:

150 cada una

Esc 7 – int – casa- día

Titulo: Desconocido

Compradora:

¿Qué es eso?

Carlos:

¿Qué cosa?

Compradora:

Eso, detrás del mueble.


Carlos:

No se, nunca lo había visto.

Desenvuelven el cuadro. Desvelan un payaso pintado.

Compradora:

Tiene su firma

Carlos:

Ella nunca pintó payasos.

Compradora.

Me gusta. ¿Cuánto?

Carlos:

Fin

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