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Geografía de la República Popular China

La República Popular China se extiende desde el meridiano 80 °O hasta 120 °O, por lo que con tal
amplitud China abarca una doceava parte de la longitud del mundo. Es el tercer país más extenso
en superficie terrestre del mundo y el país más habitado, con un 18% de la población mundial en
2016.

Las ciudades más grandes de China se encuentran genial bien estructuradas pero, sin embargo, el
resto de la red urbana está muy mal estructurada. Apenas existen ciudades medianas más allá de
las capitales de las treinta provincias con que cuenta: unas provincias muy grandes a las cuales no
sirven en su totalidad la mayoría de las capitales. En las últimas décadas la emigración del campo a
la ciudad ha sido muy extendida y empiezan a sentirse los primeros signos de superpoblación. Para
evitar esto, las autoridades chinas han comenzado planificar ciudades nuevas como centro urbano
con similares oportunidades que las grandes urbes, están dedicando mucho capital a estos
proyectos. Estas ciudades medianas tratan de canalizar y ordenar el mundo rural inmediato:
proporcionando productos a los grandes centros urbanos. Cada ciudad lleva a cabo un fuerte
programa de desarrollo; lo que le obliga a drenar fuerza de trabajo y capital del campo. Está por
ver si esta serie de proyectos urbanísticos redistribuyen los habitantes de las grandes urbes o si
por el contrario, solo desequilibran más la distribución de la población con más gente recién
llegada del campo.

En China se encuentran algunas de las ciudades más grandes del mundo, como Pekín, Shanghái,
Chongqing y Tianjin, todas ellas con más de 5 000 000 de habitantes. No aparece la macrocefalia
de otros países subdesarrollados, pero solo porque es un país muy grande y la población no se
concentra en una sola ciudad.

El territorio de China es muy diverso pero está, sobre todo, marcado por las montañas —el 40%
del territorio chino tiene más de 2000 metros de altitud—1 y los desiertos (que ocupan el 11,4 %
del país). Los geógrafos distinguen en general tres grandes conjuntos escalonados, con un
gradiente decreciente de altitud de oeste a este. Un escarpe continental que se extiende desde el
Gran Khingan a la Meseta Yunnan-Guizhou pasando por las Montañas Taihang, separa las áridas
planicies del norte y oeste de las fértiles llanuras del este decir, donde se concentra la gran
mayoría de la población y la agricultura intensiva.

El oeste de China: montañas, altas mesetas y depresiones

Las montañas en China se encuentran entre las más elevadas de Asia y del mundo. Los principales
ríos del país tienen allí su nacimiento.

El Himalaya separa el mundo chino (al norte), del mundo indio (al sur). La cadena alcanza un
máximo de 8850 m en el Everest, situado en la frontera chino-nepalesa. Hacia el norte se
encuentra la meseta tibetana, bordeada por el Karakorum y las montañas Kunlun. Estos últimos se
dividen en varias ramas según avanzan hacia el este desde la meseta de Pamir. Las ramas norte, el
Altyn Tagh y el Qilian Shan, forman el borde de la meseta tibetana y bordean la cuenca de Qaidam,
una región desértica y muy pantanosa que tiene numerosos lagos de sal. La rama sur de las
montañas Kunlun divide la cuenca del Huang He y la del río Yangtze.
Hidrografía

El territorio chino se divide en dos zonas. Al oeste una zona endorreica, que abarca ⅓ del territorio
chino, con una hidrografía que no desemboca en el mar, y una zona exorreica, al Este, que abarca
los ⅔ del territorio. Hay en China cerca de 50 000 ríos con una cuenca de más de 100 km² y más de
2800 lagos de más de 1 km².

En la zona endorreica hay 3 grandes cuencas principales. La cuenca del alto Tíbet con 1 000 000 de
km² que comprende el 0,1% del caudal chino. La cuenca de Xinjiang, de 2 000 000 km² y el 0,3%
del caudal de China. Por último, la zona occidental de Mongolia, con 400 000 km², es el desierto de
Gobi y no existen corrientes permanentes.

El área exorreica tiene varias cuencas principales. Se encuentra la cuenca del río Amur, que abarca
un área de 1 000 000 km² y drena el 7% de todo el caudal chino, tiene 3 afluentes principales. La
China del Norte 650 000 km². Con unos caudales débiles, pero con crecidas extremadamente
brutales debidas a la concentración de las precipitaciones que se producen en solo dos meses.
Récord del mundo de turbidez. La red del Sureste de 200 000 km². El curso de los ríos es fuerte,
pero son cortos. Con gran alimentación (monzones, tifones)tienen un considerable caudal pero
con una turbidez menor que en el Norte. La red del Sur, tiene un gran río el Xi Jiang que nace en
Yunnan y va a desembocar en el río Perla. Con una cuenca 2 veces menor que la del Río Amarillo,
pero que tiene un caudal 5 veces mayor, en el verano el caudal puede llegar a 50 000 m³/s. Este es
uno de los ríos menos peligrosos de China. La red del Suroeste se compone de los ríos que nacen
en el Tíbet y que, a continuación, fluyen hacia la India y hacia la península de Indochina. Los ríos
discurren encajonados y son alimentados por el monzón de Bengala y el deshielo.
Mitología china

La mitología china es el conjunto de relatos fantásticos cohesionados de la cultura de la antigua


China. Muchas de sus leyendas toman lugar durante el período de los tres augustos y cinco
emperadores. Mucho de la mitología China es única, aunque comparte bastante con Japón y Corea
debido a su influencia en la antigüedad.

La Mitología China se conoce gracias a textos que datan esencialmente de la dinastía Han. Al no
tener más de 2000 años de antigüedad, estos escritos apenas pueden clasificarse como recientes.
A veces reinterpretaron la mitología de acuerdo con sus concepciones filosóficas. De este modo,
transformaron a los más importantes dioses en soberanos virtuosos que reinaban en tiempos
antiguos. También asociaron a sus dioses con las cinco direcciones (es decir, los cuatro puntos
cardinales y el centro) según una cosmología elaborada durante la Antigüedad temprana.

No existen libros dedicados a Mitología en la antigua China. Los mitos se encuentran recogidos en
múltiples obras de Historia, Filosofía o Poesía, en forma de menciones a personajes mitológicos y
los hechos o leyendas que se les atribuyen. También hay que considerar que esta multitud de
obras, de distintas dinastías, pertenecen a diversas corrientes de pensamiento (Taoísmo,
Confucianismo, Legismo y Moísmo, principalmente).

Una característica única de la cultura china es la relativamente tardía aparición en la literatura de


los mitos sobre la Creación, que lo hacen tras la fundación del confucionismo, el taoísmo y las
religiones populares. Las historias tienen varias versiones, a veces contradictorias entre sí. Por
ejemplo, la creación de los primeros seres es atribuida a Shangdi, Tian (el cielo), Nüwa, Pangu o el
Emperador de Jade.

En todo el Extremo Oriente y Oceanía, existía un dualismo cosmológico oponiéndose dos


principios, por una parte la luz, el sol y el fuego, por otra parte la oscuridad, la luna y el agua.
Generalmente, un pájaro representaba al primer principio. En China, se trataba de un cuervo. El
pájaro solar es uno de los temas privilegiados de la dinastía Shang, la primera dinastía china cuya
existencia se certifica por medio de la arqueología. Una serpiente, como un animal acuático,
representaba al segundo principio. La madre de Shun, uno de los soberanos míticos de China,
pertenecía al clan de la serpiente, y su padre pertenecía al clan del pájaro. Por lo tanto, Shun era
resultante de la unión de los dos principios. Este mito ilustra también el totemismo de la antigua
sociedad china, según el cual cada clan tenía un animal antepasado, así como la exogamia, que
exigía que los esposos fueran provenientes de clanes diferentes.

Xiè era el antepasado de Shang y su madre se llamaba Jiandi. Un día, fue a bañarse con sus
sirvientes en el río de la colina oscura. Un pájaro negro (probablemente una golondrina o un
cuervo) pasó llevando un huevo multicolor en su pico. Lo dejó caer. Jiandi lo tomó y lo puso en su
boca, pero lo tragó por descuido. Tras esto, concibió a Xie. En este relato, se trata de una forma
particular de la unión de los dos principios cósmicos, puesto que este mito hace intervenir por una
parte al agua y a la oscuridad, y por otra parte un pájaro.
Shangdi (上帝), aparece en la literatura hacia el 700 a. C. o antes (la fecha depende de la datación
del Shujing, el "Clásico de la Historia"). Shangdi parece tener los atributos de una persona, pero no
se le identifica como creador hasta la dinastía Han.

La aparición de Tian (天), el Cielo, en la literatura presenta el mismo problema que Shangdi,
dependiendo también de la fecha del Shujing. Las cualidades del Cielo y de Shangdi parecen unirse
en la literatura posterior hasta ser adorados como una sola entidad (皇天上帝), por ejemplo en el
Templo del Cielo de Pekín. La identificación de los límites entre uno y otro, todavía no ha sido
resuelta.

Nüwa aparece en torno al año 350 a. C. Su compañero es Fuxi y a veces se los adora como los
ancestros últimos de la humanidad.

Pangu aparece en la literatura no antes del año 200 de nuestra era. Fue el primer creador. Al
comienzo sólo había un caos sin forma del que surgió un huevo de 18.000 años. Cuando las fuerzas
yin y yang estaban equilibradas, Pangu salió del huevo y tomó la tarea de crear el mundo. Dividió
el yin y el yang con su hacha. El yin, pesado, se hundió para formar la tierra, mientras que el Yang
se elevó para formar los cielos. Pangu permaneció entre ambos elevando el cielo durante 18.000
años, tras los cuales descansó. De su respiración surgió el viento, de su voz el trueno, del ojo
izquierdo el sol y del derecho la luna. Su cuerpo se transformó en las montañas, su sangre en los
ríos, sus músculos en las tierra fértiles, el vello de su cara en las estrellas y la Vía Láctea. Su pelo
dio origen a los bosques, sus huesos a los minerales de valor, la médula a los diamantes sagrados.
Su sudor cayó en forma de lluvia y las pequeñas criaturas que poblaban su cuerpo (pulgas en
algunas versiones), llevadas por el viento, se convirtieron en los seres humanos.

El Emperador de Jade ((玉皇), aparece en la literatura después del establecimiento del taoísmo.
También se le representa como Yuanshi Tianzun (元始天尊) o como Huangtian Shangdi (皇天上
帝).

El sol residía sobre un árbol, llamado Fusang o Kongsang. Por la mañana, se levantaba de este
árbol para posarse y dormir sobre otro árbol situado al oeste. En la antigüedad, había diez soles.
Un día, estos se levantaron al mismo tiempo, infligiendo a los hombres un calor intolerable. Yi
derribó a nueve de ellos con sus flechas, por lo que no permaneció más que uno. Según la mayoría
de los textos, el mismo Yao pidió al arquero Yi cortar los soles en vez de derribarlos, pero este es el
resultado del cruce de las mitologías chinas e indoeuropeas, ya que Yi es un héroe indoeuropeo.
Este mito de los soles múltiples existe en otro pueblo del Extremo Oriente, en Siberia, e incluso en
algunos relatos amerindios, prueba de su antigüedad.

La mitología china comparte con las tradiciones sumerias, griegas, mayas, judaicas y de otros
orígenes el mito del Diluvio Universal o gran inundación. En este caso, Yu el Grande, con la ayuda
de Nüwa, construyó los canales que consiguieron controlar la inundación y que permitieron a la
gente cultivar sus cosechas.

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