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REPÚBLICA DE COLOMBIA

RAMA JUDICIAL DEL PODER PÚBLICO

TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL


SALA DE DECISIÓN PENAL

Magistrado Ponente: Julián Hernando Rodríguez Pinzón


Radicación: 11001.6000.013.2008.07802.02
Procedencia: Juzgado 55 Penal del Circuito Bogotá
Acusado: Álvaro Antonio Díaz Saavedra
Delito: Acceso carnal violento agravado
Motivo de alzada: Apelación sentencia condenatoria
Decisión: Confirma/sentencia N°. 087.

Aprobado mediante Acta N°. 057.

Bogotá, D.C., veintisiete (27) de mayo de dos mil veinte (2020)

OBJETO DEL PRONUNCIAMIENTO

Resuelve la Sala el recurso de apelación interpuesto por la defensa contra la sentencia


condenatoria proferida el 23 de enero de 2020 por el Juzgado 55 Penal del Circuito con
Funciones de Conocimiento de Bogotá, dentro del proceso adelantado contra Álvaro
Antonio Díaz Saavedra por el delito de acceso carnal violento en concurso homogéneo y
sucesivo, consagrado en el artículo 205 del C.P.

HECHOS

Según la acusación presentada por la Fiscalía General de la Nación el 23 de septiembre


de 2008 Álvaro Antonio Díaz Saavedra valiéndose de fuerza física, mediante la cual doblegó
la voluntad de su entonces cónyuge Luz Nelly Prado Peñaloza, la dirigió a su habitación y allí la
accedió carnalmente. Hecho que ocurrió en el Barrio Inglés de la Localidad Rafael Uribe Uribe
de esta ciudad.

ACTUACIÓN PROCESAL

A petición de la Fiscalía y ante el Juzgado 26 Penal Municipal con Función de Control


de Garantías de Bogotá1 se llevó a cabo audiencia de formulación de imputación en contra de
Álvaro Antonio Díaz Saavedra por el delito de acceso carnal violento, cargo que no mereció
aceptación por el imputado.

1
Folio 5.
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Procesado: Álvaro Antonio Díaz Saavedra

Presentado el escrito de acusación2, correspondió por reparto al Juzgado 34 Penal del


Circuito con Función de Conocimiento de Bogotá, autoridad ante la cual se adelantó audiencia
de formulación de acusación3 en contra de Álvaro Antonio Díaz Saavedra por el delito de
acceso carnal violento en concurso homogéneo y sucesivo, consagrado en el artículo 205 del
C.P.

La audiencia preparatoria tuvo ocasión el 13 de agosto de 20144, oportunidad en la cual


las partes realizaron sus solicitudes probatorias que la funcionaria resolvió en auto que fue
objeto de recurso de reposición y apelación por parte de la defensa, el primero se solucionó
de manera negativa a los intereses del recurrente, por lo cual se remitió ante el Tribunal, el cual
en auto de 5 de septiembre de 20145 revocó la determinación confutada y concedió la
práctica del testimonio de Weimar Lucumí.

Por disposición del Consejo Seccional de la Judicatura (PSAA15-10363/30 de julio de


2015) se dio la reasignación de algunos procesos a cargo de los juzgados de descongestión,
este asunto correspondió al Juzgado 4° Penal del Circuito de Bogotá, autoridad que avocó el
24 de julio de 2015. Mediante acuerdo PSAA15-10402 de 29 de noviembre de 2015 el Consejo
Superior de la Judicatura creó el Juzgado 55 Penal del Circuito con Función de Conocimiento
de Bogotá, el que asumió el trámite con auto de 2 de diciembre de 20156 hasta la emisión de la
sentencia.

El juicio oral se realizó en sesiones de 6 de noviembre de 20157, inicialmente con la


declaratoria de inocencia del acusado, luego la presentación de la teoría del caso por la fiscalía;
acto seguido la incorporación de la estipulación probatoria relacionada con la plena identidad
de Álvaro Antonio Díaz Saavedra, soportada con la copia de la tarjeta de preparación de la
cédula de ciudadanía y el informe de investigador de laboratorio de 13 de julio de 2015.

El 9 de agosto de 20178 declaró Luz Nelly Prado Peñaloza (víctima), Guillermo Andrés
Montes Loaiza (médico forense del INML) y Brayan Steven Carmona (hijo de la víctima). El 16 de
enero de 20189 atestiguó Gloria Carolina Vicuña Giraldo (profesional especializada forense- grupo
de genética forense del INML) por intermedio de quién se incorporó el informe pericial de
genética forense de 20 de octubre de 2016.10 El 18 de mayo de 201811 se presentó Martha
Liliana Cano Blandón (profesional universitario forense adscrita al INML), ultima testigo de cargo

2
Folio 9.
3
Folio 14.
4
Folio 27.
5
Folio 43.
6
Folio 91.
7
Folio 82.
8
Folio 127.
9
Folio 142.
10
Folio 146.
11
Folio 150.

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Procesado: Álvaro Antonio Díaz Saavedra

con la que se incorporó el informe pericial de búsqueda de espermatozoides de 31 de


diciembre de 200812.

La defensa inició con el testimonio de Gloria Princesa Rocha Rocha, luego Weimar
Lucumí Castillo y por último el acusado Álvaro Antonio Díaz Saavedra, con el cual agotó su
fase de pruebas el 17 de octubre de 201913. El 12 de noviembre de 201914 se anunciaron las
alegaciones de clausura y finalmente el 23 de enero de 202015 la funcionaria judicial emitió
sentido de fallo para dar paso al traslado del artículo 447 del C de P.P., acto seguido leyó la
sentencia, determinación contra la cual la defensa presentó recurso de apelación, petición
motivo de esta instancia.

SENTENCIA RECURRIDA

Mediante providencia de 23 de enero de 2020, el Juzgado 55 Penal del Circuito con


Funciones de Conocimiento de Bogotá, profirió sentencia condenatoria en contra de Álvaro
Antonio Díaz Saavedra, para lo cual encontró satisfechas las exigencias del artículo 381 del C
de P.P., acorde con la práctica probatoria vertida en sede de juicio oral que desde luego
resultó ser el soporte de la condena impuesta por el delito atentatorio contra la libertad,
integridad y formación sexual en el que resultó víctima Luz Nelly Prado Peñaloza, para lo cual
impuso una pena principal de 150 meses de prisión e inhabilidad para el ejercicio de derechos y
funciones públicas por el mismo término de la sanción intramuros.

Como fundamento de su decisión refirió, en términos generales, al bien jurídico


tutelado y los elementos del tipo imputado, supuestos que correlacionó con la teoría del caso
de la fiscalía, soportados con las pruebas entre las que se encontraba la declaración de la
víctima y los diferentes profesionales adscritos a medicina legal entre ellos: Guillermo Andrés
Montes Loaiza quién determinó lesión ocasionada con mecanismo contundente en la zona
genital de Prado Peñaloza, además de la confrontación y hallazgo del ADN del acusado en la
muestra analizada por Gloria Carolina Vicuña Giraldo de las provenientes del laboratorio del
INML, adicionalmente al hallazgo de células espermáticas en las muestras de Luz Nelly
resultados obtenidos por Martha Patricia Cano Blandón de la tomadas al frotis del introito y
fondo vagina, todas ellas resultaron ser el soporte de la materialidad de la conducta y de la
responsabilidad que le asiste a Álvaro Antonio Díaz Saavedra, con lo cual quedó desvirtuada
su presunción de inocencia.

Además no encontró causal de ausencia de responsabilidad que lo exonerara del


juicio de reproche al haber encaminado su voluntad conscientemente en procura del
resultado dañino.

12
Folio 149.
13
Folio 174.
14
Folio 181.
15
Folio 221.

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Desestimó los testigos de descargo al considerar que en nada incumben frente a la


realidad de los hechos objeto de acusación, pues aquellos únicamente se refirieron a
particularidades del comportamiento social de Álvaro Antonio Díaz Saavedra, en lo que atañe
a este último desestimó su coartada pues dijo que resulta inverosímil al procurar ser ubicado
en un lugar distinto a la escena de los hechos, pues de una parte dijo estar lesionado producto
de un accidente de tránsito lo que de contera le impedía acudir a su lugar de trabajo en el CAI
El Codito de esta ciudad, máxime cuando dicha particularidad no fue advertida por el testigo
Weimar Lucumí al arribar a la vivienda el día del suceso criminal, tachando su narración de
conveniente y falaz.

En relación con los mecanismos sustitutivos de la sanción y la suspensión condicional


de la misma, de un estudio a los aspectos consignados en el artículo 63 y 38B de la ley 599 de
2000, aún modificados por la ley 1709 de 2014, encontró insatisfechos los presupuestos allí
referidos para su otorgamiento en su parte objetiva y por expresa prohibición legal para su
concesión al estar enlistado el delito contra la libertad, integridad y formación sexual como
aquel no susceptible de este beneficio.

EL RECURSO

Dentro del término y la oportunidad procesal pertinente, interpuso la defensa recurso


de apelación contra la sentencia de primer grado con la incursión en un defecto fáctico al
valorar los medios suasorios practicados en el juicio oral además de permear la duda en
cuanto a la prueba para condenar la cual debe ser resuelta a favor de Álvaro Antonio Díaz
Saavedra.

Aludió que contrario a los planteamientos de la juez en su sentencia, las pruebas se


muestran insuficientes para probar la comisión del delito, en especial los dichos de la víctima y
su descendiente Cardona Prado en particular relación a la presencia o no de otros moradores
en la vivienda y de lo ocurrido entre la hora del hecho – 7:30 de la mañana- y la denuncia –
19:00 horas.

Ello porque existe prueba de que el día de los hechos Weimar Lucumí se hallaba en la
residencia donde al parecer sucedió el abuso, sin que se hubiera percatado de tal acto,
además de decir que Álvaro Antonio Díaz Saavedra salió a las 7:30 de la mañana a su trabajo
en el CAI El Codito lugar donde ejercía su labor de patrullero de la Policía Nacional.

CONSIDERACIONES DE LA SALA

Es competente la Sala para abordar el estudio del recurso de apelación interpuesto


por la defensa dentro del proceso adelantado contra Álvaro Antonio Díaz Saavedra, al tenor
de lo dispuesto en el artículo 34.1 del C de P.P., tal competencia se ejercerá con estricto

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respeto del principio de limitación, que la circunscribe a lo que fue objeto de apelación y lo
inescindiblemente vinculado con ello.

El disenso de la defensa se centra, en últimas, en la valoración del testimonio de Luz


Nelly Prado Peñaloza y de su hijo Brayan Steven Carmona Prado frente al dicho de Weimar
Lucumí, pues, afirma, incurrieron en múltiples contradicciones que impiden dar valor a sus
dichos a fin de sustentar una sentencia condenatoria.

De conformidad con el artículo 404 del Código de Procedimiento Penal, para apreciar
el testimonio, el funcionario tendrá en cuenta los principios “…técnicos científicos sobre la
percepción y la memoria y, especialmente, lo relativo a la naturaleza del objeto percibido, al
estado de sanidad del sentido o sentidos por los cuales se tuvo la percepción, las circunstancias de
lugar, tiempo y modo en que se percibió, los procesos de rememoración, el comportamiento del
testigo durante el interrogatorio y el contrainterrogatorio, la forma de sus respuestas y su
personalidad.”

La credibilidad del declarante depende exclusivamente de su razonabilidad y


coherencia en el relato, no ser vacilante, confuso ni contradictorio; elementos a ponderar en
orden a su convencimiento.16 Y bien es sabido que en materia testimonial rige la sana crítica
que permite al juzgador una más amplia evaluación, no sólo del sujeto desde el punto de vista
de sus condiciones personales y sociales, sino también respecto del objeto material de la
declaración.

Así las cosas, en torno a esa valoración, el funcionario judicial debe sopesar diferentes
factores referentes a la naturaleza del objeto percibido, el sentido a través del cual el sujeto
aprehendió el hecho, las circunstancias de tiempo, modo y lugar que llevaron a la percepción,
así como la personalidad del testigo, la forma como vierte su narración, las palabras que utiliza
y aún, sus expresiones corporales o demás singularidades que se adviertan.

Las normas procesales además demandan como uno de los requisitos para que la
prueba por testigos pueda revestirse de eficacia, que éstos den siempre razón fundada de la
ciencia de la razón de su dicho; es decir, expresen las reseñadas circunstancias de tiempo,
modo y lugar en que ocurrió el hecho así como las explicaciones referidas a cómo tuvieron
conocimiento de los sucesos, para que así se vean adornados de las virtudes antes dichas17.

Por tanto, muchas son las variables que se deben analizar para dar crédito a la
narración de testigos tanto de sus condiciones subjetivas, coherencia de su discurso y sobre
todo, la correspondencia del relato con datos objetivos comprobables, dentro de un proceso
apreciativo que se hace al tamiz de los postulados lógicos, científicos, de la experiencia y el
sentido común.

16
CSJ. SP 2 jul 2008. Rad. 23142
17
En esos mismos términos CSJ SP 2 sep 2008. Rad. 22076

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En caso de haberse presentado algunas diferencias o lapsus en los relatos, de suyo no


logran derrumbar la prueba de cargo, entre otras razones si exponen con claridad y seguridad,
por ejemplo, sobre la presencia de la persona que involucra en el hecho, es decir, si en los
aspectos esenciales las atestaciones conservan verosimilitud. Así:

«Respecto del mismo tema ha dicho igualmente la Sala18, que por aspectos esenciales
debe entenderse, en estos casos, aquellos que son sustanciales, principales o notables a lo
que constituye el objeto de la declaración y que, en términos jurídico-penales, se traducen
en todos los supuestos de hecho que conforman el núcleo de la imputación formulada en
contra del procesado e, igualmente, todas las circunstancias fácticas de las que pueda
derivarse algún argumento trascendente acerca de la verdad o falsedad de dichos
enunciados…»19

Además, entre otros perfiles, deben considerarse las circunstancias personales de


quien rinde su declaración, esto en el entendido de que sea fiel a su experiencia fáctica, u otra,
e imparcial como espontáneo.

Luz Nelly Peñaloza Prado dijo en el juicio que fue víctima de diversos ultrajes sexuales,
físicos y verbales por parte de Álvaro Antonio Díaz Saavedra con quien sostuvo una relación
sentimental, último episodio sucedido el 23 de septiembre de 2008 alrededor de las 7:30 de la
mañana, del que recuerda haber llegado a su residencia posterior a dejar a su menor hijo en el
colegio, una vez allí el acusado emprendió en su contra una serie de improperios verbal
tildándola de ser una perra hijueputa “y toda clase obscenidades usted vive acá en mi casa y de
alguna manera usted tiene que pagarme que viva en mi casa, usted es una prostituta, me rasgaba
la ropa y me gritaba, me decía perra y me violaba, eso pasó muchas veces antes de que yo me
pudiera volar una mañana con mis hijos”

Recordó que aquel día la subió a la cama “duró una hora, me rasgó la ropa, me abrió las
piernas y me violó, yo no accedía, era que yo no podía, él es un hombre muy fuerte, él me
golpeaba, eso pasó por lo menos unas siete ocasiones, comúnmente cuando yo estaba recién
llegada de llevar a los niños del colegio, en algunas ocasiones con la presencia de ellos en la
vivienda” algunas veces los enviaba fuera de la residencia para perpetrar “las violaciones”.

Sostuvo que en diversas ocasiones acudió en búsqueda de ayuda por parte de la


Policía y de las autoridades de familia, última de las cuales le dio una medida de protección, la
cual era desestimada por parte de los gendarmes por el hecho de ser su agresor personal
uniformado y a quienes les decía que la había encontrado con el mozo en la vivienda, que era
una meretriz y que le podían pagar por sexo; razones por las que él la reprendía.

18
CSJ. SP 18 jun 2008. Rad. 23283
19
CSJ. SP 2 jul 2008. Rad. 23142

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De ninguna manera desconoció en su relato que el día 23 de septiembre de 2008


hubiere otras personas en la vivienda, pero sí solos en el primer piso, la cual era grande y como
ellos compartían habitaciones separadas, la accedió en los aposentos de él.

Por su parte Brayan Steven Carmona Prado manifestó que convivió hasta el año 2008
en la vivienda y con el acusado, su progenitora y sus hermanos. En cuanto a los hechos dijo
que eran recurrentes los malos tratos físicos y verbales a su madre, en cuanto a los hechos
ocurridos en el Barrio Inglés de la ciudad de Bogotá, recuerda que ese día estaba con su
hermano y como era común Álvaro Antonio Díaz Saavedra inició los malos tratos hacia Luz
Nelly Prado, él a efectos de evitar que su hermanito se diera cuenta le dijo que se fueran a jugar
a la terraza, sin embargo pasado un tiempo, dejó de escuchar la pelea, bajaron al cuarto y ve
como Díaz Saavedra se encuentra encima de su madre, la que se halla roja “yo me doy cuenta
de la situación real (…) él la tiene en la cama la tiene así, ella está roja, está obligada, se ve en la cara
que se ve que estaba forcejeando que estaba gritando, él la tiene así”

Visto lo anterior, no se erige razón alguna para dejar desprovisto de todo valor suasorio
el testimonio de la víctima Luz Nelly Prado Peñaloza y de Brayan Steven Carmona Prado en
cuanto a la ocurrencia de los hechos así como a la autoría en los mismos de Álvaro Antonio
Díaz Saavedra.

Los hechos tuvieron lugar el 23 de septiembre de 2008 en el Barrio Inglés de la


Localidad Uribe Uribe de la ciudad de Bogotá, lugar de residencia del acusado, su entonces
esposa y algunos de sus descendientes, allí sobre las 7:30 de la mañana, luego de su llegada y
de dejar a su hijo en el colegio, Luz Nelly Prado Peñaloza fue violentada sexual, física y
verbalmente por el acusado quien le decía que de alguna manera debía pagar su estadía allí, la
tomó a la fuerza la despojó de sus prendas de vestir, sometió su voluntad y la accedió
vaginalmente, suceso que se repitió en no menos de ocho oportunidades, salvo el último de
ellos que señala ocurrió en el año 2009 tras un encuentra en una Comisaría de Familia con
Álvaro Antonio Díaz Saavedra, fecha en la cual aquél la atentó mediante actos sexuales;
aspectos frente a los que no disiente el abogado defensor en su recurso.

En algunos aspectos modales de la conducta, concurre el dicho de Brayan Steven


Carmona Prado quien es preciso en dar cuenta de que el acusado era la pareja sentimental de
su progenitora con quien convivió por periodo hasta el año 2008, fecha en la que finalizó su
convivencia por los malos tratos a los que era sometida Prado Peñaloza, hechos que se
concitaban en agresiones físicas y verbales las cuales comúnmente se daban en la vivienda aun
en presencia o no de personas. Sin embargo fue elocuente en dar cuenta de las graves
afrentas a las que era sometida, lo que motivó su separación, además del temperamento
volátil e irascible de Díaz Saavedra.

A decir verdad, la prueba testimonial reviste de eficacia, el relato de Luz Nelly Prado
Peñaloza expresa circunstancias de tiempo, modo y lugar en que ocurrió el hecho, así como

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que de sus explicaciones existe coherencia en el discurso tanto de su condición subjetiva


correspondencia del relato con datos objetivos comparables de cara a la afrenta sexual, ello
conforme al proceso apreciativo que se hizo a través del tamiz de los postulados lógicos y
científicos de las pruebas aportadas por los profesionales del INML.

Lo cierto es que las impresiones de las declaraciones que echa de menos el abogado
de la defensa, hacen parte precisamente del proceso de rememoración, hechos que datan del
año 2008 y que solo hasta el año 2018 tuvo ocurrencia la audiencia de juicio oral, dicho lapso
necesariamente influye en la memoria del declarante y no por ello se puede desestimar su
relato, pues en aspectos notables o constitutivos del objeto de su declaración, se traduce en
todos los supuestos de hecho que conforman el núcleo de la imputación formulada en contra
de Álvaro Antonio Díaz Saavedra.

Además su relato no se aprecia tergiversado o dirigido a causar un perjuicio a quien por


mucho tiempo fue su pareja sentimental, por el contrario resulta espontáneo e hilvanado
conforme las preguntas expuestas por las partes en sede de juicio.

A pesar que Weimar Lucumí Castillo dijo haber estado en la vivienda del acusado el 23
de septiembre de 2008 realizando labores de construcción y que sobre las 7:10 de la mañana
Álvaro Antonio Díaz se marchó a trabajar, siendo la única persona que se quedó en la casa y
que solo hasta las 4:30 de la tarde de ese día no vio que la víctima hubiese estado en la
residencia o que diera cuenta de alguna discusión, aspecto que intentó refrendar el acusado al
pretender allegar un documento que daría cuenta de que ese 23 de septiembre estuvo en su
sitio de trabajo, dicha circunstancia no fue probada, además porque él mismo dice que Álvaro
Antonio Díaz Saavedra le contó al momento de su arribó que la víctima lo había ido a
denunciar por violación; dicha particularidad permite acreditar que los hechos ya había
ocurrido al momento de la llegada de Lucumí Castillo y que no sucedieron con posterioridad,
eso prueba porque ella no estuvo en casa ese día.

Además confesó Luz Nelly Prado Peñaloza que una vez cesó la afrenta y por
recomendación del defensor de familia, ya cansada de las agresiones a las que era sometida y
de la frustración de no recibir ayuda de los demás miembros de la Policía Nacional, por ser
estos colegas de su agresor, decidió ir a denunciar a Díaz Saavedra movida por la necesidad de
detener los ataques y no por un ánimo revanchista.

Conforme la prueba comúnmente valorada, ese día Luz Nelly concurrió a la sede del
INML siendo atendida por Guillermo Andrés Montes Loaiza quien elaboró un informe pericial
sexológico de fecha 23 de septiembre de 2008 con hallazgos de múltiples eritemas
redondeados de 0.2 x 0.2 cm cada una en área de 6x5 centímetros en el cuadrante interno
superior de la mama izquierda y dos equimosis en el área interna de la rodilla derecha cada una
de 0.5 x 0.5 cm las cuales se dan dentro de las 24 horas de su generación. Además de haber
tomado muestras biológicas para determinar la presencia de espermatozoides.

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Es que no solamente se tiene la prueba testimonial de la víctima, su dicho es


comparable con las declaraciones del INML Montes Loaiza, Gloria Carolina Vicuña Giraldo y
Martha Liliana Cano Blandón, últimas de ellas quien comenta que el análisis de los escobillones
del introito vagina de Luz Nelly arrojó como resultado positivo para la presencia de
espermatozoides, cotejado con la versión de la segunda la cual comparó el perfil genético de
Díaz Saavedra y de Prado Peñaloza no se excluyen como aportantes de las células aportadas
del material genético hallado en el introito vaginal de la denunciante.

El artículo 393 del Código de Procedimiento Penal -Ley 906 de 2004- dispone que es el
contrainterrogatorio cuando la contraparte puede hacer uso de cualquier declaración anterior
del testigo, esto con la finalidad descrita en el artículo 403 ibídem, es decir cuestionar la
credibilidad del deponente.

Brilla por su ausencia este acto por parte de la defensa pues en el contrainterrogatorio
nada dijo acerca de contradicciones de Luz Nelly Prado Peñaloza y de Brayan Steven Carmona
y menos aún puso de presente entrevistas o declaraciones anteriores a fin de impugnar su
credibilidad; por lo que lo que las afirmaciones vertidas en la sustentación del recurso de
apelación frente a este aspecto resultan carentes de todo sustento.

Así, el testimonio de la víctima rendido en el juicio oral se muestra coherente pues en


momento alguno incurrió en contradicciones acerca de las circunstancias previas,
concomitantes y posteriores a la materialización de la conducta, además que se muestra
acorde con otros medios de prueba.

Fue igualmente cuestionado por la Defensa, que pasó entre las 7:00 de la mañana y las
19:00 horas que hizo la víctima, además de la información de la hora del suceso a los servidores
de policía judicial, sin embargo, ello resta de importancia, pues lo cierto es que dicha
particularidad por sí sola no logra derribar la teoría del caso de la Fiscalía y la contundente
prueba que existe frente a la responsabilidad que le asiste a Álvaro Antonio Díaz Saavedra.

De esta forma, está probado más allá de duda razonable que, el 23 de septiembre de
2008, Álvaro Antonio Díaz Saavedra valiéndose de la fuerza logró doblegar la voluntad de Luz
Nelly Prado Peñaloza para sostener relaciones sexuales con ella; es decir su actuar conllevó a
que aquella perdiera la autodeterminación de su sexualidad.

Todos los esfuerzos del Estado por prevenir y sancionar la violencia contra la mujer,
por propender por la garantía de sus derechos humanos y fundamentales; manifestados
entre otros en la Convención de Belem Do Pará –Ley 248 de 1995- así como en la tipificación de
conductas que los desconozcan, son completamente desconocidos por Álvaro Antonio Díaz
Saavedra con su conducta atentatoria de la libertad sexual de Luz Nelly Prado Peñaloza.

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Procesado: Álvaro Antonio Díaz Saavedra

La mencionada Convención, en su parte considerativa, reconoce que la “violencia


contra la mujer es una ofensa a la dignidad humana y una manifestación de las relaciones de poder
históricamente desiguales entre mujeres y hombres…trasciende todos los sectores de la sociedad
independientemente de su clase, raza o grupo étnico, nivel de ingresos, cultura, nivel educacional,
edad o religión y afecta negativamente sus propias bases” y define este acto, en su artículo 1º
como toda “acción o conducta” que le cause “muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o
psicológico a la mujer”.

Entonces, si la violencia a la mujer, que en este caso es sexual, representa una afrenta
además a su dignidad humana que trasciende el ámbito personal pues se ha convertido en un
problema social que hace visibles las relaciones y trato desigual entre géneros basado en
creencias de inferioridad, utilitarismo y posesión de ésta –como si se tratara de una cosa-
frente a los demás.

Todas estas razones son las que llevan al Tribunal a confirmar la sentencia apelada,
desestimando los argumentos respecto de la duda frente a la responsabilidad del acusado en
los hechos analizados.

En mérito de lo expuesto, el TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL DE


BOGOTÁ D.C., SALA DE DECISIÓN PENAL, administrando justicia en nombre de la República y
por autoridad de la ley,

RESUELVE

Primero.- Confirmar la sentencia proferida el 23 de enero de 2020 por el Juzgado 55


Penal del Circuito con Funciones de Conocimiento de Bogotá dentro del proceso seguido
contra Álvaro Antonio Díaz Saavedra.

Segundo.- Contra la presente providencia procede el recurso extraordinario de


Casación que deberá interponerse y sustentarse en el término de Ley.

Tercero.- Esta decisión se notifica en estrados. Una vez ejecutoriada, devuélvanse las
diligencias oportunamente al juzgado de origen.

Cúmplase,

Los Magistrados,

JULIÁN HERNANDO RODRÍGUEZ PINZÓN

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Procesado: Álvaro Antonio Díaz Saavedra

CARLOS HÉCTOR TAMAYO MEDINA XENIA ROCÍO TRUJILLO HERNÁNDEZ

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