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Oferta y demanda

El modelo de la oferta y la demanda describe la interacción en el mercado de un determinado


bien entre consumidores y productores, en relación con el precio y las ventas de dicho bien. Es
el modelo fundamental de la microeconomía, y se usa para explicar una gran variedad de
escenarios microeconómicos.

Establece que, en un mercado libre y competitivo, el precio se determina en función de la


solicitud de bienes y servicios por parte de los consumidores y la cantidad proveída por los
productores, generando un punto de equilibrio en el cual los consumidores estarán dispuestos
a adquirir todo lo que ofrecen los productores al precio marcado por dicho punto, y los
productores están dispuestos a entregar los niveles de producción que requieren los
consumidores, estableciéndose y manteniéndose un punto de equilibrio.

En un mercado de libre competencia, la cantidad de productos ofrecidos por los productores y


la cantidad de productos demandados por los consumidores dependen del precio de mercado
del producto. La ley de la oferta indica que la oferta es directamente proporcional al precio;
cuanto más alto sea el precio del producto, más unidades se ofrecerán a la venta. Por el
contrario, la ley de la demanda indica que la demanda es inversamente proporcional al precio;
cuanto más alto sea el precio, menos demandarán los consumidores. Por tanto, la oferta y la
demanda hacen variar el precio del bien.

El precio de un bien se sitúa en la intersección de las curvas de oferta y demanda. Si el precio


de un bien está demasiado bajo y los consumidores demandan más de lo que los productores
pueden poner en el mercado, se produce una situación de escasez, y por tanto los
consumidores estarán dispuestos a pagar más. Los productores subirán los precios hasta que
se alcance el nivel al cual los consumidores no estén dispuestos a comprar más si sigue
subiendo el precio. En la situación inversa, si el precio de un bien es demasiado alto y los
consumidores no están dispuestos a pagarlo, la tendencia será a que baje el precio, hasta que
se llegue al nivel al cual los consumidores acepten el precio y se pueda vender todo lo que se
produce.

La oferta

En economía, oferta se define como la cantidad de bienes o servicios que los productores
están dispuestos a ofrecer a un precio y condiciones dadas, en un determinado momento.

Oferta también se define como la cantidad de productos y servicios disponibles para ser
consumidos.

Está determinada por factores como el precio del capital, la mano de obra y la combinación
óptima de los recursos mencionados, entre otros.

Se expresa gráficamente por medio de la curva de la oferta. La pendiente de esta curva


determina cómo aumenta o disminuye la oferta ante una disminución o un aumento del precio
del bien. Esta es la elasticidad de la curva de oferta.

La ley de la oferta establece que, ante un aumento en el precio de un bien, la cantidad ofertada
que exista de ese bien va a ser mayor; es decir, los productores de bienes y servicios tendrán
un incentivo mayor.

Siendo la oferta es la relación entre la cantidad de bienes ofrecidos por los productores y el
precio de mercado actual, gráficamente se representa mediante una en donde la
representación de la oferta es directamente proporcional al precio, resultando que la pendiente
de una curva de oferta tiende a ser creciente.

Cambios en la oferta
Cuando cambien los costos de los productores, la curva de oferta se desplazará. Si el costo se
reduce, los productores ofrecerán más cantidad en cada precio y esto desplaza la curva S1 a la
derecha hacia S2. Este incremento en la oferta causa que el precio de equilibrio se reduzca de
P1 a P2. La cantidad de equilibrio aumenta de Q1 a Q2, ya que la cantidad demandada
aumenta por el precio más barato.

Determinantes de la oferta

El precio del producto en el mercado.

Los costos de los factores necesarios para tal producción.

El tamaño del mercado o volumen de la demanda.

Disponibilidad de los factores.

Número de empresas competidoras.

Cantidad de bienes producidos.

La demanda

La demanda es la cantidad de bienes y servicios que los consumidores desean y están


dispuestos a comprar dependiendo de su poder adquisitivo. La curva de demanda representa la
cantidad de bienes que los compradores están dispuestos a adquirir a determinados precios,
suponiendo que el resto de los factores se mantienen constantes). La curva de demanda es por
lo general decreciente, es decir, a mayor precio, los consumidores comprarán menos.

Los determinantes de la demanda de un individuo son el precio del bien, el nivel de renta, los
gustos personales, el precio de los bienes sustitutivos, y el precio de los bienes
complementarios.

La forma de una curva de demanda puede ser cóncava o convexa, posiblemente dependiendo
de la distribución de los ingresos.

Cambios en la demanda y cantidad demandada

El precio de un producto del mercado está determinado por un equilibrio entre la oferta (lo que
se quiere producir a un precio determinado) y la demanda (lo que se desea comprar a un precio
determinado). El gráfico muestra un incremento de la demanda desde D1 hasta D2,
provocando un aumento del precio y de la cantidad producida relativas.

Cuando más gente desea algo, la cantidad exigida en todos los precios tenderá a aumentar.
Esto es un aumento en la demanda. La demanda creciente se puede representar en el gráfico
como la curva a la derecha, porque en cada punto del precio, se exige una mayor cantidad.

Este aumento en demanda hace que la curva inicial D1 se desplace a la nueva curva D2. Esto
sube el precio de equilibrio de P1 al P2. Esto levanta la cantidad del equilibrio de Q1 a Q2.
Inversamente, si la demanda disminuye, pasa lo contrario, se va de la curva D2 a D1.

Elasticidad (economía)
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La elasticidad es un concepto económico introducido por el economista inglés Alfred Marshall,


procedente de la física, para cuantificar la variación (que puede ser positiva o negativa)
experimentada por una variable al cambiar otra. Para entender el concepto económico de la
elasticidad debemos partir de la existencia de dos variables, entre las que existe una cierta
dependencia, por ejemplo el número de automóviles vendidos y el precio de los automóviles, o
el producto interno bruto y los tipos de interés. La elasticidad mide la sensibilidad de la cantidad
de automóviles vendidos ante la variación del precio de los mismos, o en el segundo caso la
sensibilidad del PIB a las variaciones de los tipos de interés.
Es por ello que la elasticidad se puede entender o definir como la variación porcentual de una
variable X en relación con una variable Y. Si la variación porcentual de la variable
dependiente Y es mayor que la variable independiente X, se dice que la relación es elástica, ya
que la variable dependiente Y varía en mayor cantidad de la variable X. Por el contrario, si la
variación porcentual de la variable X es mayor que Y, la relación es inelástica.
La elasticidad es uno de los conceptos más importantes utilizados en la teoría económica. Es
empleada en el estudio de la demanda y los diferentes tipos de bienes que existen en la teoría
del consumidor, la incidencia de la fiscalidad indirecta, los conceptos marginales en la teoría de
la empresa, y de la distribución de la riqueza. La elasticidad es también de importancia en el
análisis de la distribución del bienestar, en particular, el excedente del consumidor y el
excedente del productor.
La elasticidad demanda-precio o simplemente elasticidad de la demanda, mide la variación
relativa o porcentual que experimenta la cantidad demandada como consecuencia de una
variación en el precio de un uno por ciento, en otras palabras mide la intensidad con la que
responden los compradores a una variación en el precio.
El mercado

El mercado es el contexto en donde tienen lugar los intercambios de productos y servicios. Es


decir que en ese contexto es en dónde se llevan a cabo las ofertas, las demandas, las compras
y las ventas.

El mercado tiene su origen en la antigüedad, incluso antes de la aparición del dinero. En


aquellos momentos las transacciones se hacían en base a intercambios. Luego, al aparecer el
dinero, el mercado evolucionó hasta lo que conocemos hoy en día.

En un mercado perfecto, los precios de los bienes y servicios son fijados por la oferta y la
demanda.

Clasificación de los mercados

Los mercados pueden clasificarse según diferentes criterios y por lo tanto tenemos diferentes
segmentos y nombres de mercados.

Según su volumen

Mercados mayoristas: Alto volumen de ventas.

Mercados minoristas: Bajo volumen de ventas.

Según el número de participantes que ofertan

Competencia perfecta: Hay muchos vendedores y muchos compradores, por lo tanto ninguno


puede influir en el funcionamiento (especialmente en los precios) del mercado.
Oligopolio: Hay pocos ofertantes para un determinado producto o servicio y por lo tanto se
ponen de acuerdo en fijar precios y condiciones de venta. De esta manera se elimina la
competencia entre ellos.

Monopolios: Un solo ofertante de un producto o servicio muy demandado, por lo tanto puede
fijar el precio y las condiciones.

Según la regulación

Mercados regulados: El estado ejerce controles sobre los precios y las condiciones.

Mercados desregulados: El estado no ejerce controles y por lo tanto es el mercado quien fija
los precios en base a la oferta y la demanda.

Según las transacciones sean sobre bienes o servicios

Mercado de bienes: Se compran y venden productos y mercancías.

Mercado de servicios: Contrataciones.

El comportamiento del consumidor es el estudio del comportamiento que los consumidores


muestran al buscar, comprar, utilizar, evaluar y desechar los productos y servicios que,
consideran, satisfarán sus necesidades. El comportamiento del consumidor, como una
disciplina del Marketing se enfoca en la forma que los individuos toman decisiones para gastar
sus recursos disponibles (tiempo, dinero y esfuerzo) en artículos relacionados con el consumo

Tipos de consumidores[editar]
El estudio de los consumidores lleva a la diferenciación de dos principales tipos de consumidor,
que conllevan diferentes actitudes, motivaciones y percepciones. Estos son:

 Consumidor personal. Aquél que compra (o consume) los bienes y los servicios con la
finalidad de satisfacer los deseos o necesidades de sí mismo.

 Consumidor organizacional. El que compra para una organización entera, como son
instituciones o empresas.
Es importante y relevante tener esto en cuenta dado que necesitan adquirir diferentes
cantidades, con características más o menos específicas y a diferentes costos, en los cuales
también pueden aplicar de mayoreo y menudeo lo cual resulta decisivo para el consumidor en
cuestión.
Es siempre importante destacar las variables que pueden influir en la toma de decisiones del
consumidor. Esas variables se pueden estructurar en 2 grandes grupos: 1.- Influentes
personales (motivaciones, creencias, personalidad) y 2.- Influentes sociales (cultura, perfil
sociodemografico, clase social, y grupos de referencia).
La personalidad es uno de los grandes factores que determinan el comportamiento del
consumidor. La personalidad es un constructo que nos diferencia en el mismo grado que puede
ser el hecho de ser hombre o mujer. Una de los grandes modelos para entender el
comportamiento del consumidor basándonos en la personalidad es el cubo NORISO [1]. El
cubo NORISO define 8 segmentos del consumidor dirigidos por 3 dimensiones (Novedad,
Riesgo, Recompensa Social). El modelo disecciona el comportamiento del consumidor y
describe las motivaciones más intrínsecas de cada uno de los segmentos. Para el segmento
"Apasionados" el motivo que guía todas sus decisiones es la búsqueda de la atención de los
demás, mientras que por ejemplo la motivación de los "Metódicos" es la estabilidad y el orden.

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