Está en la página 1de 3

Nuevo arcoíris

El sol brillaba intensamente como de costumbre, el sonido del agua contra las rocas inundaba el
lugar, el viendo movía generosamente la vegetación y las montañas separaban a los habitantes de
Pueblo Rojo, Villa Amarilla, Vereda Verde, Alto Azul y Tierra Morada, cinco pequeños centros
rurales que compartían un hermoso y próspero territorio.

Cada región era especialista en una actividad, pueblo rojo tenia las mejores y mas organizadas
minas de cobre pertenecientes a una importante empresa extranjera que daba trabajo a muchos
en la region, villa amarilla extraía de los ríos el oro más puro, vereda verde tenia abundantes
cultivos de todo tipo, alto azul había desarrollado una seria de molinos impulsados por agua para
generar energía eléctrica y tierra morada tenia el banco de conocimiento más grande y mejor
organizado, además de los mejores científicos de la región.

Al interior de cada poblado todo era tranquilidad y las relaciones entre los gobernantes de estos
eran diplomáticas, se ayudaban mutuamente e intercambiaban sus productos permitiendo que
todos disfrutasen equitativamente del territorio y de los recursos que este les proveía; una terrible
noche una fuerte tormenta azotó la región destruyendo todo a su paso, las minas de cobre se
inundaron, el rio creció lo suficiente para dificultar la extracción de oro, los cultivos se ahogaron,
los molinos quedaron destruidos y el banco de datos salió por pedazos navegando en el rio, todo
parecía perdido, hubo cientos de bajas en vidas, sobre todo de los poblados más cercanos al rio,
villa amarilla y alto azul.

Los gobernantes de cada poblado tomaron medidas para manejar la situación, frente a la
problemática de migración de los habitantes de villa amarilla y alto azul en busca de refugio se
tomó la decisión de cerrar fronteras y se concentraron en recuperar lo perdido dentro de su
territorio, sin embargo, la tarea parecía difícil, la comida escaseaba, la seguridad se veía
comprometida por los saqueos y no parecía verse una mejoría, era tan mala la situación que
incluso la multinacional amenazaba con irse de la región si no se iniciaban acciones de cambio,
esto dejaba desprotegida a parte de la población, las manifestaciones no se hicieron esperar.

La relación de hostilidad entre habitantes e incluso entre los mismos gobernantes parecía ir en
aumento, pero era claro que necesitaban trabajar juntos pues sus especialidades individualmente
no lograban hacer un cambio notable, el principal problema era lograr coordinar todo pues cada
gobernante quería hacer las cosas a su manera y esto dejaba de lado las ideas de los demás,
mientras tanto el conflicto interno se recrudeció y para conseguir comida o recursos para
intercambiar las personas optaron por apropiarse a la fuerza de todo incluso arrebatando vidas a
su paso.

Finalmente, los gobernantes crean un comité donde todos son participes, todos gobiernan y sus
ideas son escuchadas, estos se comprometen a cumplir con ciertas cantidades de recursos o
trabajo para levantar de cero los poblados y conformar una comunidad única de tal forma
asegurarían que los recursos serian de todos en la misma medida y se conservaría el trabajo de las
miles de personas vinculadas a la empresa minera, además en futuras crisis podrían mantenerse
en pie, pero al parecer las medidas llegaron tarde, los habitantes habían buscado formas violentas
de lidiar con la situación, vivían en su propia ley y ya no estaban dispuestos a ser gobernados o
condicionados por terceros.
Es de madrugada y tierra morada envía mensajeros a los otros poblados, al parecer en las bases de
datos hay información que predice otra gran tormenta, tal vez pero que la anterior, el tiempo es
limitado y en cuestión de días se deben tomar acciones inmediatas; en la mañana, con el primer
rayo de sol la gente es convocada para ser alertada sobre lo que se viene, y finalmente el cómite
tiene la oportunidad de dar a conocer sus ideas y es el momento preciso para buscar unidad.

Las personas se encuentran reacias al trabajo en equipo pues la confianza ya es algo perdido y
nadie quiere poner su vida en manos de quienes en algún momentos les han hecho daño o en
momentos difíciles les dieron la espalda, pero lo que viene es tan grabe que se ven obligados a
hacerlo, si algo es seguro es que la confianza se debe construir y por esto en medio de los planes
de contingencia se dan espacios para el dialogo.

Para llevar a cabo el plan de contingencia que incluía la reubicación de los habitantes lejos del rio,
era necesario que todos estuviesen en disposición de poner sus habilidades al servicio de todos, es
por esto que empezaron las campañas para la paz, donde los autores de los crímenes y las victimas
debían darse la posibilidad de dialogar para conocer el aspecto global del asunto.

Desde el punto de vista de los perpetradores la necesidad los había llevado a ejecutar actos
deplorables y desde la mirada de las victimas las perdidas materiales y de sus familiares habían
sido muy dolorosas, si bien no se podía hablar de perdonar y olvidar, había algo en común y era el
deseo de la supervivencia y la búsqueda de un mejor futuro para todos. A partir de allí se hicieron
promesas públicas, donde las victimas prometían no arremeter contra los victimarios y estos
prometían no incurrir en sus actos criminales y quien perturbara con sus acciones la convivencia
de la comunidad debía enfrentarse al destierro y de esta forma fue posible trabajar en conjunto,
todos dieron un salto de fe y pusieron manos a la obra.

Tierra morada y sus eruditos hicieron un plan de desarrollo territorial, los habitantes de Pueblo
Rojo trabajaron día y noche y la empresa minera puso a disposición de las obras su maquinaria
pues esta había llegado a un trato con el comité, si podían garantizar que sus actividades no serian
perturbadas por actos delincuenciales ellos además de permanecer en la región aportarían para la
reconstrucción de las zonas afectadas, Villa Amarilla conocía mejor que nadie el rio así que
sirvieron de guías todo el tiempo, Vereda Verde aportaba todo su conocimiento en agricultura
para suministrar alimento y con la ayuda de Alto Azul fueron capaces de colocar un sistema
eléctrico improvisado para poder trabajar 24 horas sin descanso.

El día de la tormenta llegó, fue una noche difícil, pero al otro día no parecía haber perdidas
importantes, los habitantes estaban muy felices y se habían dado cuenta de que el trabajo en
equipo los había salvado y la promesa de una mejor vida para todos había nacido, si bien no todo
era perfecto las personas aprendieron a solucionar sus diferencias por medios no violentos, los
espacios de dialogo se mantuvieron y la cultura que habían construidos hizo de esta tierra un lugar
predilecto para la llegada de empresas privadas deseosas de participar en su economía y aportar al
desarrollo de la región y así se decidió fundar “Nuevo Arcoíris”, tierra de prosperidad, esperanza,
equidad, justicia y paz.

También podría gustarte