Está en la página 1de 5

Cátedra Formación y capacitación

Clase del 6 de abril

Lo trabajado en clases anteriores nos permitirá abordar la manera en la cual se constituye


la identidad docente.

Empecemos con el planteo que Identidad como el resultado de la capacidad de


reflexividad, capacidad de la persona de tomarse como objeto de sí misma. Esta estructura
supone unidad, totalidad y continuidad. Esta continuidad se forja en el transcurrir de la
vida cotidiana, en el constante desempeño de roles, en el interminable proceso
comunicativo. Es una síntesis que nos permite dar sentido a la experiencia, nos permite
integrar nuevas experiencias y armonizar los procesos a veces contradictorios y
conflictivos que se dan en la integración de lo que creemos que somos y lo que
quisiéramos ser; entre lo que fuimos en el pasado y lo que hoy somos.

Sigamos abriendo camino al concepto…

Son muchos los argumentos que día a día depositan en la docencia y su formación, la
solución a varios problemas sobre el sistema educativo. Sin embargo, cotidianamente
muchas experiencias dan cuenta de lo ajeno a esos problemas les resulta a algunos
educadores ingresar todos los días al aula.

 ¿Qué elementos la configuraron a ser docente?


 ¿Cómo han ido variando sus características? ¿Cómo se construyó su identidad
profesional?
 ¿Habrá alguien en el sistema educativo que tenga frente a sí al alumno que espera
y reconoce como su efectivo destinatario?
 ¿qué sucede hoy en la construcción de un vínculo exclusivamente virtual?

La Dra. Cecilia Braslavsky, en uno de sus textos1, reflexiona sobre la formación docente;
presenta trabajar sobre cinco dimensiones fundamentales para lograr que sean
competentes y tener una identidad múltiple y consistente:
LA DIMENSIÓN PEDAGÓGICO- DIDÁCTICA: consiste en la posesión de criterios
que les permitan seleccionar entre una serie de estrategias conocidas para intervenir
intencionalmente en los aprendizajes y para inventar otras, donde las disponibles no son
suficientes. Profesores que forman sujetos competentes con identidades sólidas conocen,
saben seleccionar, utilizar, evaluar, perfeccionar, recrear o crear estrategias variadas y
efectivas. Incorporan nuevas tecnologías, saben sistematizar el saber de sus alumnos sin
sentirse disminuidos ni limitados, para que todos aprendan más y mejor.

LA DIMENSIÓN POLÍTICO INSTITUCIONAL: consiste en la capacidad de


articular la macropolítica referida al conjunto del sistema educativo con la micropolítica
de lo que es necesario programar, llevar adelante, evaluar en las aulas.

1
Braslavsky Cecilia (1999) Bases, orientaciones y criterios para el diseño de programas de formación de
profesores Revista Iberoamericana de Educación Número 19 Formación Docente Enero - Abril 1999
LA DIMENSIÓN PRODUCTIVA: permite comprender e intervenir como sujetos en el
mundo y como ciudadanos productivos en la política y en economías actuales. Conocer
los avances en los cuatro ámbitos de especificación: natural, social, tecnológico o
artificial, simbólico y familiarizarse con las múltiples identidades de sus espacios de
intervención profesional.

LA DIMENSIÓN INTERACTIVA: se refiere a la comprensión y a la empatía con el


“otro”, puede ser un alumno, las comunidades, organizaciones, empresarios, las
organizaciones sociales, etc. Comprender la cultura, las peculiaridades de las
comunidades, las formas de funcionamiento. Son capaces de ejercer y de promover la
tolerancia, la convivencia y la cooperación entre personas diferentes.

LA DIMENSIÓN ESPECIFICACIÓN: que es diferente a la especialización. Es la


capacidad de aplicar un conjunto de conocimientos fundamentales a la comprensión de
un tipo de sujetos e institución educativa y/o conjunto de fenómenos y procesos,
complementando los saberes que intervienen en la formación de las dimensiones
pedagógico-didáctico, institucional, productivo, interactivo con un mayor dominio de
contenidos relacionados con una disciplina o un campo del saber, un conjunto de
metodologías o de peculiaridades institucionales. La especificación puede realizarse en
una disciplina, pero no exclusivamente. También puede ser por una situación de trabajo,
puede ser rural.

Aportará este planteo de la Dra. Braslavsky a la construcción de la identidad docente


¿sigamos pensando

La identidad, no es algo dado, no es como una estructura preformada. Tampoco es una


realidad misteriosa o inasible, no es una entidad que radica en el interior de las personas.
La identidad, más bien es un concepto relacional, es un constructo que nos permite
referirnos a la continuidad de la experiencia de nosotros mismos. Es algo que se construye
a lo largo de la vida, que puede adquirir múltiples formas y tener mayor o menor solidez.
No parece ser algo de todo o nada. Cuando se habla, por ejemplo, de la pérdida de la
identidad, en realidad nos referimos a falta de consistencia, a fragilidad. A una
incapacidad para determinar el sentido de continuidad de la acción de la persona.

Si hablamos de identidad encontramos a:

Según Vasilachis Irene 2(2003) distingue dos componentes de la identidad del ser
humano: el esencial y el existencial.

 El esencial es el elemento común que iguala e identifica a las personas con otro
 El existencial es el aspecto diferencial que los distingue entre sí y los hace únicos
frente a todos ellos.

También hay líneas de investigación de corte socio-histórico que se han dedicado a


explicar cómo se ha constituido la identidad profesional del docente y lo vincularon en la
forma que asumió la docencia en la sociedad a lo largo de la historia de la conformación
del estado- tal como hemos trabajado-

2Vasilachis de Gialdino, Irene (2003). Pobres, pobreza, identidad y representaciones sociales. Barcelona:
Gedisa.
Domínguez Castillo (2011) nos dice que: “en tal sentido, la aproximación teórica a los
fenómenos está orientada por la concepción de circularidad, cuyas proposiciones
centrales consisten en reconocer que la realidad, los fenómenos y sistemas complejos que
la constituyen, no pueden ser explicados por un razonamiento lógico lineal. La idea de
circularidad rompe con la explicación lineal de la realidad; de ahí nuestra indagación
en torno al docente tanto como un profesional de la enseñanza, como en el devenir de
sus otras dimensiones existenciales, en el proceso de su vida personal, en el fluir de un
imaginario individual nutrido y configurado por un imaginario social.
Es la visión del maestro en términos de su ser profesional ‒legitimado socialmente‒ y su
autonomía individualizadora; es vislumbrarlo en su función sistémica. Relacionado con
la circularidad, se plantea el principio de recursividad. Éste considera que efectos y
productos son, al mismo tiempo, causas y productores. La escuela, por ejemplo, es
producto de las voluntades e interacciones de determinados individuos que acuden a ella,
pero una vez producida, la escuela “retroactúa” sobre esos individuos y los produce.” 3

La autora sigue explicando: “Las personas no pueden hacer acopio de todas sus
experiencias en un momento dado, sólo de una parte, y ésta se construye en relatos
dominantes, lo cual nos indica que esa forma de ver y mirarse es parcial, y que debe
haber otra mirada, otros relatos alternativos; en el caso del docente, se trata de escuchar
sus relatos de persona, su condición humana, y no sólo la narrativa referente a su
trabajo. Estos relatos, aparentemente laterales por no estar centrados en lo laboral o lo
político, proyectan dimensiones de existencia, cultura, afectos, convicciones, costumbres,
valores.”4

Consideremos que idea recursiva se toma desde Morín (2006) como “una idea que rompe
con la idea lineal de causa- efecto, de producto- productor, porque todo lo que es
producido reentra sobre aquello que lo ha producido en un ciclo en sí mismo auto-
constitutivo, auto-organizador y auto-productor.”5

Nos seguimos preguntando: ¿Influye la esfera privada de los enseñantes? ¿se ha generado
una reflexión sistemática en torno al maestro/a como un ser singular que genera visiones,
actitudes y construcciones personales de la realidad, las cuales comparte en una cultura
con otros docentes?

Por qué nos parece descabellado, estos relatos: “Corre 1885 y en Córdoba se funda el
primer colegio estatal sin enseñanza religiosa. Lo dirigirán mujeres, entre ellas la joven
Mercedes Castro, que emocionada por la oportunidad firma un contrato en el que acepta
que no podrá usar maquillaje ni vestidos coloridos, y que renunciará a noviazgos y
matrimonios mientras sea maestra…” 6Viviana Rivero (escritora)

La lectura de las investigaciones de Ada Abraham (.972,1984, 1992 1993) El sí mismo,


profesional produce la identidad profesional y la preserva determinando el estilo de vida, las
esperanzas y el sentimiento de éxito o fracaso en el campo escolar El poder del sí mismo
profesional colectivo, en tanto que marcador y organizador de identidad, sobrepasa el poder del

3
Domínguez Castillo, Carolina (2011) El maestro como persona y sus historias de docencia. Conocer y
comprender al maestro. Revista Interamericana de Educación de Adultos.
4
Idem
5
Morín, Edgar. (2006). El método 3. El conocimiento del conocimiento. Ediciones Cátedra. España.
6
Rivero Viviana (2016) Mujer y maestra en un mundo de hombre. Ciudad de Buenos Aires: Emece
sí mismo profesional individual. Se trata de una cultura que tiene sus propios ritos de iniciación,
mecanismos de defensa privilegiados, tiene sus modelos identificatorios.

¿Tales construcciones y visiones constituyen buena parte de la realidad social en que


transitamos y convivimos todos?

La autora Domínguez Castillo continúa explicando en su investigación “Inscrito en un


tejido sociocultural específico, en una cultura que va tramando con sus colegas y otros
actores sociales, el maestro va construyendo múltiples narraciones de su existencia; éstas
conforman su realidad, sus modelos o los “lentes” desde y con los cuales examina los
acontecimientos personales y profesionales, entretejidos; de este modo, va configurando
su realidad interna, su subjetividad. La persona del maestro como constructo revela un
conjunto de aspectos, asuntos, interrogantes, innovadoras formas de acercamiento. (…)
La investigación realizada sobre la persona del maestro evidencia la complejidad del
trabajo docente, el cual incorpora en sí un haz de aspectos interrelacionados e
implicados en su cotidiana labor; percibir y comprender la dinámica de estas relaciones
contribuiría a realizar un trabajo asertivo en el ámbito de la formación docente; la
perspectiva sistémica, al permitirnos ver los fenómenos como un todo organizado a partir
de las relaciones e interacciones entre sus componentes, revela el verdadero alcance del
problema educativo. . La suma de todos los maestros del país NO conforma el sistema
educativo. Lo que construye a éste es la interrelación, las retroacciones, las
interacciones, la dinámica relacional establecida entre todos esos maestros con que
cuenta el sistema educacional. (…)

Hoy tenemos a un maestro disociado entre una identidad personal y otra social. La
primera (en la dimensión de su vida particular) le permite amortiguar los avatares de
una imagen social distorsionada, demandante y descalificadora; también le hace posible
sobrellevar los reclamos y las exigencias que el sistema educativo le impone, mediante
tareas, programas sobrecargados y reformas educativas no asimiladas. En ese gran
escenario de demandas, aventuras reformadoras, descalificaciones y distorsiones
mediáticas, el docente se ha convertido en la figura visible de la educación nacional.
Hay una problemática de la persona del maestro que se evidencia en sus expresiones y
su malestar respecto a las autoridades y a la sociedad; constituyen una “cortina de
humo” que le impide verse a sí mismo frente a ellos; en general, los ve de ellos hacia el
maestro; más en su trabajo cotidiano, en la relación afectiva con sus alumnos, en los
logros cognoscitivos que él suscita en ellos, él se rescata de aquella problemática o, por
lo menos, logra un cierto equilibrio que le permite realizar su trabajo de la mejor manera
posible y encontrar satisfacciones. 7

Volvamos a las dimensiones de Braslavsky y nos preguntamos

 ¿Quiénes forman a los docentes? ¿se tiene en cuenta las dimensiones que plantea?
 ¿Cómo aprenden los docentes? ¿Cuál es la influencia de las organizaciones?
 ¿Cuál es el peso de la formación en servicio?
Una relación profunda entre el docente y su saber, plasmado en “los docentes ante el saber”,
donde aporta que los saberes del docente provienen de diversos ámbitos, como los saberes de
los distintos campos del conocimiento que son seleccionados por IFD/Universidades, saberes de
Formación profesional, saberes curriculares y saberes Experienciales; concluyendo que el saber

7
Idem
es plural y estratégico. “El maestro “no piensa sólo con la cabeza”, sino “con la vida”, con lo que
ha sido, con lo que ha vivido, con lo que ha acumulado en términos de experiencia vital, en
términos de bagaje de certezas.

En síntesis, piensa a partir de su historia vital, no sólo de manera intelectual, en el sentido


riguroso del término, sino también de manera emocional afectiva, personal e “interpersonal”.

¿Cómo se relaciona con las tensiones que nos presenta Abraham en este clivaje de la identidad?
A su decir una construcción que se inscribe en la trama de los conflictos propios del colectivo
profesional. Estallada, amenazada, con una coraza para mantener la estima del yo despreciado.
El sí mismo idealizado no es corroborado por el malestar de los docentes ni por la amargura que
alcanzaron a expresar.

Con todo este saber y sentir el papel del docente debería ser distinto al que se le atribuye
siempre, un transmisor del saber de la cultura que ha heredado, desconociendo todo ese saber
propio de su experiencia en el tiempo, ese saber considerado como la razón de ser o núcleo vital
de su saber que ha construido y que desafortunadamente no siempre filtra, objetiviza,
selecciona y legitimiza. Será tal vez porque no lo socializa, ni reconoce que lo que hace es
importante y puede ser valorado o porque no es reconocido en su práctica por los otros
maestros, para crear así una nueva profesionalización de los educadores.

 ¿qué ideas les surgen a partir de esta postura?


 ¿cómo la integrarían a la formación docente?

¿los docentes empiecen a construir de manera sistemática una “epistemología de su práctica”?


que implica tener en cuenta relaciones complejas que exigen un intercambio constante de
experiencias, donde a través de ellas el docente pueda identificarse como persona que se
construye en el tiempo con todo lo que es, su historia, su personalidad, sus límites y sus recursos.
Ese tiempo que contribuye a modelar la identidad del docente, modela también el Yo personal
que mediante el contacto con el universo laboral lo transforma poco a poco y lo convierte en el
Yo profesional.

Nos seguimos preguntando ¿cuáles son los conocimientos, el saber hacer, las competencias y
las habilidades que movilizan a diario los maestros, en las aulas y en las escuelas, para realizar
sus distintas tareas? ¿Cuál es la naturaleza de esos saberes? ¿Se trata de conocimientos
racionales, basados en argumentos, o se apoyan en creencias implícitas, en valores y, en último
término, en la subjetividad de los maestros? ¿Cómo se adquieren esos saberes? ¿En dónde?
¿cómo pueden tenerse en cuenta e integrarse los saberes de los maestros de profesión en la
formación de sus futuros colegas?

Escuchemos a Maurice Tardif: El oficio docente en la actualidad. Perspectivas internacionales


y desafíos a futuro 8

Conferencia TARDIF

Seguiremos pensando el tema con lecturas y debate en el foro...

8
Seminario Internacional IIPE: Políticas docentes: FORMACIÓN, REGULACIONES Y DESARROLLO
PROFESIONAL. Buenos Aires 2012 Conferencia Maurice Tardif (Canadá) Coordinación: Mariano
Palamidessi

También podría gustarte