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Universidad El Bosque
ZULETA Y SU CRITICA A LA EDUCACION 2
Resumen:
provocar la buena lectura, pero dice que este autor en el prólogo de una de sus obras, escribe que
no es fácil leerlo, que su escritura no es para todo público ya que hay que rumear y estar
analizar cada frase y párrafo con el fin de lograr una buena lectura.
El autor, toma de referencia un texto de Nietzsche; “Así Habló Zaratustra”, ya que, en él,
finalmente en niño. Define el camello como el espíritu sufrido, que se refiere al pensamiento.
Este se convierte el león, el cual es un espíritu rebelde que va tomando rutas de rebelión para
Cuando logremos dominar los tres espíritus, tendremos la capacidad de interpretación necesaria
para de cierta forma leer bien. El problema es que, para leer bien, necesitamos la interpretación
que no muchos poseen porque realmente la mayoría de personas leen por leer y no por formar
Cuando nos enfrentamos a un nuevo autor, si no entendemos no es culpa del autor sino
En el texto, Zuleta hace muchas referencias hacia obras maestras como “El capital”, “El
Quijote” o “Crimen y Castigo”, las cuales comúnmente nos obligan a leer en el bachillerato, lo
cual hace que no las interpretemos como es debido, sino que las leamos por leer, y por esto
Nietzsche quiere lograr con el Zaratustra que leer sea una fiesta.
Otro de los temas que trata el autor es la supuesta falta de elementos que reclaman
algunos lectores. No se necesita ningún requisito que no sea pensar para poder leer cualquier
Un poco más adelante en el texto, Zuleta habla sobre por qué escribir es un desalojo.
Cuando un autor escribe es algo que le sale al instante, del alma, y que en el momento que
alguien lo lea, va a ser un receptor virtual no controlable, que lo va a interpretar a su manera sin
interactuar de ninguna forma con el autor más que metiéndose en lo que en algún momento le
salió de la nada al escribir. En cambio, cuando uno habla con alguien es más fácil ya que el que
habla puede, a través de gestos y señas comunicarse y darle otro sentido a lo que quiere decir, y
además estar condicionado a gestos de aprobación u otros que indirectamente lleven el rumbo de
la conversación.
Al final, Zuleta le deja un recado al sistema de “escalerita” que los profesores emplean y
que los jóvenes aceptan gustosos. Ese sistema que va de lo simple a lo complejo, cuando en
La conclusión de la mayor parte del texto es que no se debe leer para tratar de encontrar
diversión, sino para encontrar respuestas a las cuestiones que nosotros mismos nos planteamos.
Zuleta cierra con un párrafo donde saca en forma de desahogo todo lo que piensa sobre la
lectura, donde afirma que leer es riesgo, porque nadie encuentra lo que no busca, y si por azar lo
encuentra, no lo sabría porque no sabe lo que está buscando. Los últimos cuatro renglones dicen
que desde la escritura se puede leer, a menos de que se tenga la tristeza de leer para un examen,
porque de ser así, entonces le acaba de pasar lo peor que le puede pasar a uno; leer para un
Juicio crítico:
primera etapa formativa, es evidente. Zuleta en una parte menciona algo muy interesante, “El
tiempo de clase, donde se debe aprender, es aburridor, y el tiempo de recreo, donde se disfruta,
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lector no sabe leer, es decir, no sabe interpretar, no produce un código propio a partir del texto y
esto en el colegio sucede en general porque el estudiante tiene una actitud pasiva y lee los textos
obligado, -si es que los lee-. Y si los lee, no los interpreta porque no responden sus preguntas, no
se identifican con él, no lo conmueven. Los alumnos de bachillerato por lo general leíamos otro
tipo de textos que sí nos maravillaban, porque lográbamos interpretarlos y construir nuestro
propio código e imaginarios –que no es común con el del autor-; al dejarnos afectar por el texto,
experiencia personal, en el colegio, de todos los libros que nos obligaban a leer en el
bachillerato, solo leí realmente haciendo el trabajo de interpretación, uno de ellos, “El Proceso”
perfección. Pero aparte de este, yo no interpretaba ninguno de los textos que leía, simplemente
iba haciendo el resumen pedido por el profesor en la marcha, sin realmente saber qué estaba
leyendo. Pero por mi cuenta, yo leía libros de mi interés, que me hacían encerrar en mi cuarto
por días en mi tiempo de ocio, porque mientras iba pasando las paginas, iba imaginando todo lo
que iba sucediendo, descifrando el texto a mi manera, con mi propio código. Como dice el autor,
entendieran que el alumno debe ser activo y no pasivo, productor y no receptor, y plantearan
críticas y construcciones, el estudiante tendría las herramientas para aprender a leer, y así podría
comprender que interpretar el texto es una fiesta del pensamiento y del lenguaje, que le enseña a
aprender. Desde esta perspectiva, en un mundo ideal, en el tiempo de clase, el estudiante debería
escribir y producir sus propias referencias, que serán interpretadas por otros seres con sus