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Zuleta y su critica a la educación

David Felipe Gómez Prieto

Universidad El Bosque
ZULETA Y SU CRITICA A LA EDUCACION 2

Resumen:

En la primera parte del texto, el autor explica el estilo de Nietzsche y su capacidad de

provocar la buena lectura, pero dice que este autor en el prólogo de una de sus obras, escribe que

no es fácil leerlo, que su escritura no es para todo público ya que hay que rumear y estar

tranquilos para entender el verdadero contexto y significado de lo que escribe, invitando a

analizar cada frase y párrafo con el fin de lograr una buena lectura.

El autor, toma de referencia un texto de Nietzsche; “Así Habló Zaratustra”, ya que, en él,

se encuentra la explicación de cómo el espíritu se convierte primero de camello, luego en león y

finalmente en niño. Define el camello como el espíritu sufrido, que se refiere al pensamiento.

Este se convierte el león, el cual es un espíritu rebelde que va tomando rutas de rebelión para

finalmente convertirse en el niño, el cual es sinónimo de inocencia, de un nuevo comienzo.

Cuando logremos dominar los tres espíritus, tendremos la capacidad de interpretación necesaria

para de cierta forma leer bien. El problema es que, para leer bien, necesitamos la interpretación

que no muchos poseen porque realmente la mayoría de personas leen por leer y no por formar

una “fiesta de conocimiento”.

Cuando nos enfrentamos a un nuevo autor, si no entendemos no es culpa del autor sino

nuestra por no saber darle la interpretación que se necesita para hacerlo.

En el texto, Zuleta hace muchas referencias hacia obras maestras como “El capital”, “El

Quijote” o “Crimen y Castigo”, las cuales comúnmente nos obligan a leer en el bachillerato, lo

cual hace que no las interpretemos como es debido, sino que las leamos por leer, y por esto

Nietzsche quiere lograr con el Zaratustra que leer sea una fiesta.

Otro de los temas que trata el autor es la supuesta falta de elementos que reclaman

algunos lectores. No se necesita ningún requisito que no sea pensar para poder leer cualquier

cosa, lo que falta no son requisitos sino interpretación.


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Un poco más adelante en el texto, Zuleta habla sobre por qué escribir es un desalojo.

Cuando un autor escribe es algo que le sale al instante, del alma, y que en el momento que

alguien lo lea, va a ser un receptor virtual no controlable, que lo va a interpretar a su manera sin

interactuar de ninguna forma con el autor más que metiéndose en lo que en algún momento le

salió de la nada al escribir. En cambio, cuando uno habla con alguien es más fácil ya que el que

habla puede, a través de gestos y señas comunicarse y darle otro sentido a lo que quiere decir, y

además estar condicionado a gestos de aprobación u otros que indirectamente lleven el rumbo de

la conversación.

Al final, Zuleta le deja un recado al sistema de “escalerita” que los profesores emplean y

que los jóvenes aceptan gustosos. Ese sistema que va de lo simple a lo complejo, cuando en

realidad no hay nada simple.

La conclusión de la mayor parte del texto es que no se debe leer para tratar de encontrar

diversión, sino para encontrar respuestas a las cuestiones que nosotros mismos nos planteamos.

Se debe leer para, de cualquier modo, producir, no para consumir.

Zuleta cierra con un párrafo donde saca en forma de desahogo todo lo que piensa sobre la

lectura, donde afirma que leer es riesgo, porque nadie encuentra lo que no busca, y si por azar lo

encuentra, no lo sabría porque no sabe lo que está buscando. Los últimos cuatro renglones dicen

que desde la escritura se puede leer, a menos de que se tenga la tristeza de leer para un examen,

porque de ser así, entonces le acaba de pasar lo peor que le puede pasar a uno; leer para un

examen sabiendo que no lo ha incorporado y lo va a terminar olvidando.

Juicio crítico:

El texto en si es una crítica a la educación y cómo no se nos enseña a leer durante la

primera etapa formativa, es evidente. Zuleta en una parte menciona algo muy interesante, “El

tiempo de clase, donde se debe aprender, es aburridor, y el tiempo de recreo, donde se disfruta,
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no se aprende”, con lo que me siento totalmente identificado. El problema de la lectura es que el

lector no sabe leer, es decir, no sabe interpretar, no produce un código propio a partir del texto y

esto en el colegio sucede en general porque el estudiante tiene una actitud pasiva y lee los textos

obligado, -si es que los lee-. Y si los lee, no los interpreta porque no responden sus preguntas, no

se identifican con él, no lo conmueven. Los alumnos de bachillerato por lo general leíamos otro

tipo de textos que sí nos maravillaban, porque lográbamos interpretarlos y construir nuestro

propio código e imaginarios –que no es común con el del autor-; al dejarnos afectar por el texto,

logramos generar un lenguaje interior que si responde a nuestras inquietudes. Desde mi

experiencia personal, en el colegio, de todos los libros que nos obligaban a leer en el

bachillerato, solo leí realmente haciendo el trabajo de interpretación, uno de ellos, “El Proceso”

de Franz Kafka. Desde el primer momento captó mi atención, y me propuse entenderlo a la

perfección. Pero aparte de este, yo no interpretaba ninguno de los textos que leía, simplemente

iba haciendo el resumen pedido por el profesor en la marcha, sin realmente saber qué estaba

leyendo. Pero por mi cuenta, yo leía libros de mi interés, que me hacían encerrar en mi cuarto

por días en mi tiempo de ocio, porque mientras iba pasando las paginas, iba imaginando todo lo

que iba sucediendo, descifrando el texto a mi manera, con mi propio código. Como dice el autor,

la lectura es una elaboración, no es la apropiación de un saber. Si los profesores en el bachillerato

entendieran que el alumno debe ser activo y no pasivo, productor y no receptor, y plantearan

críticas y construcciones, el estudiante tendría las herramientas para aprender a leer, y así podría

comprender que interpretar el texto es una fiesta del pensamiento y del lenguaje, que le enseña a

aprender. Desde esta perspectiva, en un mundo ideal, en el tiempo de clase, el estudiante debería

disfrutar leyendo conmovido y no obligado, y al tomarse el trabajo de leer, se le va a facilitar

escribir y producir sus propias referencias, que serán interpretadas por otros seres con sus

cuestiones personales, que transformaran su realidad y tendrán su propio sentido.


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