Contar hombrevida: Acusación de homicidio, robo, abandono del hogar, poligamia.

Los hechos son

verdaderos pero las acusaciones son falsas, hombrevida es inocente porque ha hecho la distinción
entre costumbre y credo. Ha faltado a todas las convenciones humanas para poder aferrarse
poderosamente a los mandamientos.

NOSOTROS NO NECESITAMOS HACER LAS LOCURAS DE HOMBREVIDA. BASTA QUE

MIREMOS LA RESURRECCIÓN.

1. La resurrección cambia la óptica de la vida de Cristo

La resurrección no es sólo el dato fundamental; es el prisma a través del cual son
contemplados todos los datos concernientes a Cristo. Ella hizo que la vida entera del Maestro fuese
replanteada de raíz en la cabeza y el corazón de los discípulos.
En efecto ¿qué era Cristo para los discípulos antes de resucitar? Los dos caminantes de
Emaús describen bien la debilidad e imprecisión del criterio que acerca del Maestro se habían
formado casi todos ellos: fue un profeta, poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el
pueblo... y nosotros esperábamos que Él iba a liberar a Israel (Lc 24,19).
La resurrección operó un cambio radical en aquellas mentes llenas de vaguedades, dándoles
la luz y la medida del Salvador a quien amaban.

2. La resurrección cambia la óptica de los discípulos

También hay un enfoque totalmente distinto una vez visto Cristo resucitado por parte de los
discípulos respecto de sus vidas. Las apariciones de Jesús resucitado están cargadas de confusiones,
de no reconocimientos de Jesús y sin embargo después del reconocimiento hay una energía
misteriosa simbolizada en ese salir corriendo, más allá de la dificultad de ir a anunciar que Cristo
resucitó.

3. La resurrección tiene que cambiar nuestra óptica

Nosotros también tenemos dos modos de vivir la vida: vivirla o no vivirla. El p. Hurtado lo
expresa con el ejemplo del pez que a pesar de vivir en agua salada le tenemos que echar sal, es soso.
Nuestra vida a pesar de ser cristianos puede ser sosa, puede ser que no la vivamos, si no está
impregnada del espíritu de la resurrección.