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Gestión integral
de Residuos Sólidos Urbanos

en la ciudad de Santa Fe
Copyright © 2014. Ediciones UNL. All rights reserved.
Ubiergo, Anabela. La gestión integral de residuos sólidos urbanos en la ciudad de Santa Fe, Ediciones UNL, 2014. ProQuest Ebook Central, 1
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Consejo Asesor Colección Diálogos
Gabriela Bergomás | Yelena Kuttel | Ana María Mántica
Hugo Erbetta | Daniel Sánchez | José Luis Volpogni
Ubiergo, Anabela
La gestión integral de Residuos Sólidos Urbanos
en la ciudad de Santa Fe / Anabela Ubiergo;
Gustavo C.M. Menéndez; Enrique Mihura.
–1a ed.– Santa Fe: Ediciones UNL, 2014.
108 p. ; 17x17 cm. – (Diálogos. Temas de Diálogos)
ISBN 978-987-657-927-8
1. Residuos Urbanos. 2. Tratamiento. I. Menéndez,

Gustavo C.M. II. Mihura, Enrique III. Título
CDD 353.533 3
Coordinación editorial: Ivana Tosti

Corrección: Felix Chávez, Ma. Alejandra Sedrán
Diagramación interiores: Laura Canterna
Diseño de Tapa: Alina Hill
© Anabela Ubiergo, Gustavo Menéndez, Enrique Mihura, 2014.
©
Secretaría de Extensión,
Universidad Nacional del Litoral, 9 de Julio 3563, cp. 3000.
Santa Fe, Argentina, 2014. Santa Fe, Argentina
Tel.: 0342–4571194
Queda hecho el depósito que marca la Ley 11.723. editorial@unl.edu.ar
Reservados todos los derechos. www.unl.edu.ar/editorial
Ubiergo, Anabela. La2 gestión integral de residuos sólidos urbanos en la ciudad de Santa Fe, Ediciones UNL, 2014. ProQuest Ebook Central,
Gestión integral
de Residuos Sólidos Urbanos
en la ciudad de Santa Fe
Anabela Ubiergo
Gustavo Menéndez
Enrique Mihura
Palabras preliminares
«Tú debes ser el cambio que deseas ver

en el mundo.» Mahatma Gandhi
Este libro representa la voluntad decidida de muchas personas, y debemos reconocer

el valor del trabajo colectivo y agradecer a todos aquellos que de una u otra forma han par-
ticipado en su construcción, puesto que se comprometieron con la necesidad e importan-
cia de su concreción.
A todos ellos, instituciones y colegas, un agradecimiento especial porque con su apoyo
hacen posible que los conocimientos académicos constituyan una herramienta de trans-
formación, que contribuyen y buscan permanentemente mejorar nuestra sociedad y su en-

torno, permitiendo a través del diálogo de saberes generar valores y fortalecer conviccio-
nes que nos permiten pensar en un mundo mejor.
Es por todo ello que, en primer lugar, agradecemos a la Universidad Nacional del Lito-
ral, en particular a la Secretaría de Extensión, Ing. Hugo Erbetta y sus autoridades. Hace-
mos mención especial a los integrantes del equipo del Programa Ambiente y Sociedad de
la Secretaría de Extensión Universitaria, Alba Imhof y Emilia Bernasconi a quienes les agra-
decemos la revisión, corrección del texto y aportes bibliográficos, pero por sobre todo su
constante predisposición y cooperación.
De la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas, debemos agradecer a Argelia Lenardón.
Asimismo, a Alejandra Prono por las sugerencias y aportes realizados.
A los equipos de trabajo que conformaron diversos Proyectos de Extensión y posibili-
taron la ejecución de distintas acciones, debates, capacitaciones y llevando adelante nu-
merosas instancias de intervención territorial. En este sentido, también cabe agradecer a la
Subsecretaría de Ambiente de la Municipalidad de Santa Fe, a la Fundación Hábitat y De-
sarrollo, y a la Asociación Dignidad y Vida Sana, las cuales acompañaron en este camino
de trabajo–aprendizaje.
A todas las personas que de alguna manera hicieron de este anhelo algo posible, pues-
to que entienden la importancia de que «para decir, antes hay que saber hacer… porque el
mayor logro es poder tener la satisfacción del deber cumplido».
A todos GRACIAS.
Introducción
Las diversas actividades de la sociedad actual pueden generar diferentes efectos

perturbadores sobre el medioambiente. Al mismo tiempo, el resultado de las necesi-
dades crecientes se refleja en el aumento de la producción y consumo, y por tanto los
efectos residuales aumentan de manera proporcional a este fenómeno social. Es así
que los cambios que ocurren dentro de la dimensión ambiental no sólo se ven acre-
centados por un aumento de la densidad poblacional, sino que se traducen como pro-
ducto del actual modelo de desarrollo.
El tratado de la Agenda XXI de la Cumbre de Río (1992), en su Capítulo 21, destaca

las acciones tendientes al «Manejo Ecológicamente Racional de los Residuos Sólidos».
Las conclusiones apuntan a la promoción de acciones dirigidas a la minimización de la
generación de los residuos; maximización de las estrategias «R» (reducir, reutilizar, reci-
clar y revalorizar), tecnologías de eliminación y de tratamiento como también de disposi-
ción final ambientalmente adecuadas. Según la Ley 11717 de la Provincia de Santa Fe:
«Actualmente estas tendencias apuntan a reducir los impactos ocasionados por la pre-
sencia del hombre en un entorno natural, buscando alternativas que promuevan el con-
sumo racional, la educación ambiental y nuevas tecnologías que disminuyan los efectos
adversos». Es en este sentido que la educación ambiental resulta clave para compren-
der las relaciones existentes entre los sistemas naturales y sociales, así como para con-
seguir una percepción más clara de la importancia de los factores socioculturales en la
génesis de los problemas ambientales. Por todo ello, nos resulta ineludible la necesidad
de participar en la construcción de una ciudadanía crítica a partir de fomentar la edifica-
ción de valores y conductas que conlleven a acciones que favorezcan la participación
efectiva de la población en el proceso de toma de conciencia y decisiones.
La educación ambiental así entendida puede y debe ser un factor estratégico que in-
cida en el modelo de desarrollo establecido para reorientarlo hacia la sustentabilidad, la
equidad y justicia social. La minimización del consumo debe darse a partir de cambios
de conductas y hábitos, estimulada bajo procesos de sensibilización, comunicación y
educación ambiental. Es la única forma de obtener verdaderos y visibles resultados.
El aporte de las universidades consiste fundamentalmente en crear, desarrollar y
transmitir conocimientos, prácticas y experiencias como contribución a la implementa-
ción de un nuevo modelo de desarrollo. En particular, la Universidad Nacional del Lito-
ral (UNL) reconoce la necesidad de ser parte de este compromiso, y es en función de
ello que desde el año 2006, con la creación del Programa Ambiente y Sociedad depen-
diente de la Secretaría de Extensión, trabaja desde la convicción de que la preserva-
ción y el uso sustentable del ambiente son el camino hacia una mayor equidad social.
En esta dirección se trabaja en busca de contribuir al análisis, reflexión y resolución de
los problemas ambientales que se plantean en la sociedad actual, para aportar tam-
bién a la construcción de una visión colectiva acerca del desarrollo sustentable. Los
objetivos entonces así planteados, y los que buscamos fortalecer con el presente ma-
terial, se construyen bajo la consigna de promover el diálogo de saberes y la reflexión
crítica desde el enfoque de sistemas complejos, a partir de articular docentes, inves-
tigadores y extensionistas entre sí y con diferentes sectores sociales; promoviendo y
gestionando (a través de actividades formales y no formales) la incorporación de la di-
mensión ambiental en todos los niveles de educación y de la comunidad.
Llevar adelante actividades de extensión en materia ambiental en forma conjunta
con organizaciones públicas y/o instituciones educativas, alentando la participación de
organizaciones sociales interesadas en las problemáticas socioambientales; diseñar
y desarrollar actividades de formación y capacitación ambiental, destinadas tanto a la
comunidad universitaria como al personal de la Administración Pública y Organizacio-
nes de la Sociedad Civil; colaborar en la resolución de conflictos ambientales; alentar
el desarrollo de actividades curriculares y extracurriculares en las diversas carreras de
grado y posgrado de la UNL relacionadas con la temática ambiental, promoviendo la
realización de proyectos de extensión; promover el desarrollo de líneas de investiga-
ción a partir de la detección de problemas ambientales en la región; impulsar la consti-
tución de mecanismos de análisis y monitoreo relacionados con el estado del ambien-
te y el impacto producido por el uso irracional de los recursos; contribuir al diseño de
políticas públicas ambientales así como al análisis y propuestas de diferentes normati-
vas ambientales en el ámbito del Estado Provincial y de Municipios y Comunas son al-
gunos de los objetivos que nos planteamos y por los que trabajamos.
Por tanto, la gestión de residuos tiene el difícil reto de articular sectores públicos,
privados, organizaciones civiles y otros actores para garantizar acciones de mutua co-
laboración y de coparticipación que aseguren la perdurabilidad de las acciones. Un
buen plan de manejo debe conocer el papel crucial que «todos» los actores tienen y
deben asumir como compromiso, ya sea desde el sector académico como desde el
Estado y la comunidad en sí misma. Por todo lo mencionado, se diseñó el presente
PDWHULDOFRPRXQDJXtDWHyULFRïFRQFHSWXDOWDQWRGHVGHXQDSHUVSHFWLYDJOREDOFRPR
local, que permita conocer y reconocer la problemática de los residuos, las fortalezas y
debilidades en términos de su gestión, y la capacidad o potencialidad de cooperación
en los distintos espacios participativos.
Ubiergo, Anabela. La gestión integral de residuos sólidos urbanos en la ciudad de Santa Fe, Ediciones UNL, 2014. ProQuest Ebook Central,
1. El ambiente
1. El concepto de ambiente
El ambiente es un sistema dinámico y complejo resultante de la interacción entre los
sistemas socioculturales y los ecosistemas naturales. Esta visión de ambiente permite
dimensionar la diversidad y heterogeneidad de sus componentes, y sus relaciones e
interacciones. En este sentido, la visión de mundo juega un rol fundamental en los
significados que las comunidades otorgan a la naturaleza, ya que está vinculada con
las formas de concebirla, clasificarla, jerarquizarla y de relacionarse con ella. Según

Tamagno:
Los elementos de la clasificación social que integran el rubro naturaleza varían no sólo de sociedad
en sociedad sino también en relación con las diferentes coyunturas propias del devenir histórico de
una determinada sociedad. En tanto asumimos que las sociedades no son homogéneas, debemos
pensar en la posibilidad de encontrar en el seno de cada una de ellas, concepciones diferentes de
lo natural, con significados también diferentes. (García y Priotto:24–25)
Una manera sencilla de entender a qué nos referimos es a través de un ejercicio

grupal en el que cada integrante deba dar una definición de lo que es el «ambiente» para
luego compartirla con los demás; el resultado seguramente mostrará que el concepto
va a diferir (en mayor o menor medida) entre los participantes: cada percepción en
particular de «ambiente» estará sujeta a múltiples explicaciones y definiciones.
Siguiendo a García y Priotto, el concepto de ambiente puede responder a diversas
conceptualizaciones causales:
&DXVDOLGDG LQWHQFLRQDO OD LQWHUSUHWDFLyQ GH KHFKRV FRQFUHWRV GHO PHGLR VH
vincula a componentes ideológicos y afectivos. En ésta se tiende a atribuir una
intencionalidad o motivaciones propias de los humanos a entes no humanos. Se
generan así intereses particulares en función de calificaciones como «lindo», «feo»,
«bueno», «malo».
&DXVDOLGDG OLQHDO \ PHFiQLFD VH PDQLILHVWD HQ WpUPLQRV GH UHODFLRQHV FDXVD
efecto sin observar la reciprocidad que pueden darse entre los elementos. Un
ejemplo simple se puede ver en ciencias naturales: las relaciones alimentarias como
cadena («el pez grande se come al chico») y no como redes tróficas.
&DXVDOLGDGPtWLFDHQHOODHOPXQGRVHFRPSRQHVHJ~QXQRUGHQDEVROXWRHVWpWLFR
y predeterminado. «Cada cosa ocupa un lugar fijo en el mundo» o «siempre fue así» o
«no hay nada nuevo bajo el Sol»; es como decir «siempre hubo pobres».
También podemos pensar al ambiente bajo otros enfoques, tales como:

a) (OPHGLRDPELHQWHïQDWXUDOH]DFRQXQDYLVLyQGHOPXQGRSXHVWDHQHOUHVSHWR\
la conservación del medio físico natural, el concepto de ambiente alude al entorno
original, puro. El hombre se ha alejado de éste y sus actividades antrópicas han
provocado su deterioro.
b) (O PHGLRDPELHQWHïUHFXUVR FRUUHVSRQGH D XQD SHUFHSFLyQ GHO DPELHQWH
como proveedor y materia base para los procesos de desarrollo. Es aquel
patrimonio biofísico que se agota sobre todo cuando no se respetan sus límites de
Ubiergo, Anabela. La12

gestión integral de residuos sólidos urbanos en la ciudad de Santa Fe, Ediciones UNL, 2014. ProQuest Ebook Central,
aprovechamiento o ciclos de regeneración, por lo que se requieren estrategias para
saber cómo manejarlo, cómo reutilizar, cómo reciclar, cómo reducir.
c) (OPHGLRDPELHQWHïSUREOHPDHQHVWDFRQFHSFLyQHODPELHQWHHVWiDPHQD]DGR
deteriorado por la contaminación, la erosión, el uso excesivo. Ello implica que se
precisa del desarrollo de competencias y técnicas para preservar y restaurar su
calidad.
d) (O PHGLRDPELHQWHïPHGLR GH YLGD VH WUDWD GHO DPELHQWH HQ OD YLGD FRWLGLDQD
en la escuela, el hogar, el trabajo. Incluye elementos socioculturales, tecnológicos,
históricos. El ambiente es propio, por lo que se asocia con un sentimiento de
pertenencia. De aquí surgen las diferentes estrategias pedagógicas basadas en la
vida cotidiana, para convertirnos en creadores y transformadores de nuestro medio
de vida. Conocer el ambiente para construirlo podría ser la idea que resuma esta
concepción.
e) (O PHGLRDPELHQWHïELRVIHUD HVWH FRQFHSWR UHPLWH DO SODQHWD 7LHUUD FRPR XQ
«todo». Según Lovelock, las pruebas demuestran que en toda la biosfera, hasta el
último ser viviente que la habita puede ser considerado como un único organismo a
escala planetaria, en el que todas sus partes están casi tan relacionadas y son tan
LQGHSHQGLHQWHV FRPR ODV FpOXODV GH QXHVWUR FXHUSR &UHtD TXH HVH 6XSHUï6HUï
Colectivo merecía un nombre propio, al que William Golding (autor de El Señor de las
Moscas) llamó Gaia. Se trata de una concepción global que invoca intervenciones
de orden más filosófico, ético, humanista y que, por supuesto, incluye las diferentes
cosmovisiones de los grupos indígenas.
2. La crisis ambiental
La crisis ambiental no se trata sólo de una crisis ecológica, en términos de pérdida
y degradación ambiental, sino de una crisis más profunda que incluye los principios
de la modernidad. Se hizo evidente en los años 60, al relajarse en la irracionalidad
ecológica de los patrones dominantes de producción y consumo, y marcar los límites
del crecimiento económico. Es el resultado de una visión mecanicista del mundo
que, ignorando los límites biofísicos de la naturaleza y los estilos de vida de las
diferentes culturas, está acelerando el calentamiento global del planeta. Este es un
hecho antrópico y no natural. La crisis ambiental es una crisis moral de instituciones
políticas, de aparatos jurídicos de dominación, de relaciones sociales injustas y de una
racionalidad instrumental en conflicto con la trama de la vida. En el planteo de la crisis
a nivel civilizatorio se destacan tres vertientes que son complementarias y contribuyen
con la visibilización de los problemas ambientales y la relación de éstos en términos de
crisis ambiental:
a) en el campo de la sociedad civil, los denominados Nuevos Movimientos Sociales

(NMS), en particular los ecologistas, que pertenecen a las sociedades industriales
avanzadas desarrolladas en casi todos los países de Occidente;
b) en el ámbito científico, el informe denominado «Los límites del crecimiento», que
fuera encargado por el Club de Roma al Instituto Tecnológico de Massachusetts. En
1968 se reunieron en Roma 35 científicos, políticos e investigadores, provenientes
de 30 países, para hablar de los cambios que se estaban produciendo en el planeta
como consecuencia de acciones humanas. Dos años después, bajo legislación
suiza, se creaba el Club de Roma. Treinta años más tarde, el Club contaría con más
de 100 especialistas de 52 países. Éstos desarrollaron un diagnóstico prospectivo
que recurría a modelos de simulación informática, donde se ensayaron con distintas

hipótesis acerca de la evolución de la civilización humana y sobre la base de cinco
factores críticos: población, disponibilidad de alimentos, industrialización, reservas
de recursos (renovables y no renovables) y contaminación. En sus conclusiones se
proyectaba la posibilidad de un colapso civilizatorio en la primera mitad del siglo
XXI, como resultado de la superposición de crecimientos exponenciales en distintos
parámetros del sistema (población, emisiones de CO2, y otros contaminantes,
incremento en el uso de energía y de minerales) hasta sobrepasar la capacidad de
un mundo físico finito para satisfacer las necesidades de la población mundial y para
absorber los impactos sobre los principales componentes y ciclos de la biosfera;
c) en el espacio gubernamental, dado que el proceso de denuncias generalizadas
terminaron impactando en los Estados Miembro de las Naciones Unidas; se inició
así una serie de reuniones en las que se abordaron las críticas relaciones entre
degradación ambiental y formas de desarrollo. La primera de ellas fue la Conferencia
de Estocolmo en el año 1972, cuando se criticó abiertamente el modelo de desarrollo
dominante y se avanzó en la búsqueda de modelos alternativos que combatieran la

desigualdad social que induce dicho desarrollo. Se cuestionó el consumismo de
las naciones desarrolladas y la inequidad internacional, así como se insistió en la
necesidad de considerar las características culturales y ecológicas de la región. Aquí
la problemática ambiental es vista más como problemática socioeconómica, cultural
y política que como problemática ecológica (Gonzalez Gaudiano).
En síntesis, en lo que respecta al ambiente, en diversos ámbitos, al menos en

los científicos, existe consenso de que éste manifiesta una organización espacial en
un territorio que se materializa en un vínculo entre la sociedad y la naturaleza, que
posee una dinámica que debe ser analizada e interpretada en términos sistémicos,
y que configura una problemática social con implicancias éticas, en tanto el carácter
intergeneracional e intrageneracional del uso y apropiación del ambiente. La afirmación
anterior se sustenta en el hecho comprobable de que los vínculos entre la sociedad
y la naturaleza surgen y son propios del proceso de producción social en todas sus
manifestaciones.
3. Funciones y servicios provistos por el ambiente

Regulatorias: proveen la base para las actividades sociales y económicas:
5HJXODFLyQFOLPiWLFD
3URWHFFLyQGHFXHQFDVKLGURJUiILFDV
3UHYHQFLyQGHODHURVLyQGHORVVXHORV
$OPDFHQDPLHQWR\UHFLFODGRGHUHVLGXRVLQGXVWULDOHV\GRPpVWLFRV
0DQWHQLPLHQWRGHODELRGLYHUVLGDG\HOSDWULPRQLRJHQpWLFR
&RQWUROELROyJLFR
3URYLVLyQGHKiELWDWVQDWXUDOHV
Productivas: proveen recursos básicos tales como:
2[tJHQR
$JXDSDUDEHELGD\SURGXFFLyQGHDOLPHQWRV\SDUDXVRVLQGXVWULDOHV
0DWHULDSULPDSDUDYHVWLPHQWD
0DWHULDOHVSDUDODFRQVWUXFFLyQGHYLYLHQGDVHLQIUDHVWUXFWXUDV
(QHUJtD\FRPEXVWLEOHV
0LQHUDOHV
5HFXUVRVPHGLFLQDOHVJHQpWLFRV\RUQDPHQWDOHV
Soporte: proveen el territorio y espacio disponible para:
9LYLHQGDV

$JULFXOWXUDIRUHVWDFLyQ\SHVFD
,QGXVWULD
,QIUDHVWUXFWXUDFDPLQRVSUHVDVDFXHGXFWRVSXHUWRVDHURSXHUWRVHWF
5HFUHDFLyQ
&RQVHUYDFLyQGHODQDWXUDOH]DÉUHDV3URWHJLGDV
Informativas: proveen beneficios estéticos, culturales y científicos, como:
,QIRUPDFLyQHVWpWLFD
,QIRUPDFLyQHVSLULWXDO
,QVSLUDFLyQFXOWXUDO\DUWtVWLFD
,QIRUPDFLyQFLHQWtILFD\HGXFDWLYD
,QIRUPDFLyQSRWHQFLDO
4. El ecosistema
En un medio dado, las instancias geológicas, geográficas, físicas, climatológicas

y los seres vivos de todas clases (unicelulares, bacterias, vegetales, animales)
intervienen los unos con los otros para generar y regenerar un sistema organizado. Las
interacciones entre los seres vivientes son de conflicto, de competición, de degradación
y depredación, de interdependencias, solidaridades y complementariedades.
El ecosistema se autoproduce, se autorregula y se autoorganiza de manera tanto
más notable cuanto que no dispone de centro de control alguno, de cabeza reguladora
alguna, de programa genético alguno. Su proceso de autorregulación integra la muerte
en la vida, la vida en la muerte. Es el famoso ciclo trófico en el cual, efectivamente,
la muerte y la descomposición de los grandes predadores alimentan no sólo a
animales carroñeros, no sólo a una multitud de insectos necrófagos, sino también
a bacterias; éstas van a fertilizar los suelos; las sales minerales procedentes de las
descomposiciones van a alimentar a las plantas a través de las raíces; estas mismas
plantas van a alimentar a los animales vegetarianos, los cuales van a alimentar a su vez
a los animales carnívoros, etc. De este modo, la vida y la muerte se sustentan la una
con la otra según la fórmula de Heráclito: «Vivir de muerte, morir de vida».
Producto de la modalidad de vinculación entre sociedad y naturaleza, sus efectos
asumen características de impredecibles y, generalmente, pueden calificarse como
negativos, en tanto implican una disrupción, una construcción artificial del medio natural
como entorno de la vida social. Dicho en otros términos, la sociedad, al transformar el
medio biofísico en recursos naturales útiles para satisfacer las necesidades humanas,
genera fenómenos en la naturaleza con diversos «síntomas» materiales (deforestación,
erosión, salinización, etc.) que se constituyen en un problema ambiental inherente a la
dimensión social.
La ecología es la primera ciencia que trata del sistema global constituido por
constituyentes físicos, botánicos, sociológicos, microbianos, cada uno de los cuales

depende de una disciplina especializada. El conocimiento ecológico necesita una
policompetencia en estos diferentes dominios y, sobre todo, una aprehensión de las
interacciones y de su naturaleza sistémica (Morin, 1996).
5. Problemas ambientales a nivel global

Son aquellos problemas cuyos efectos no se limitan a un país o región, sino que
se manifiestan extensa e intensamente por todo el planeta, y se caracteriza por la
contaminación.
«Hemos ensuciado parte de nuestro nido y prácticamente no hay ningún lugar en
la tierra donde estén ausentes los signos de la economía humana» (Constanza et al).

La constante expansión del consumo somete a tensión al medioambiente como
proveedor de recursos, lo que se asocia principalmente con un aumento estimado de la
población urbana mundial, que va de 2000 millones en 1985 a 5100 millones estimados
para el año 2025. Algunos de los efectos sobre el medioambiente más observables con
el paso del tiempo son: la destrucción de la capa de ozono; calentamiento de la Tierra
(aumento de la temperatura media global); lluvia ácida; destrucción de los bosques
y selvas tropicales (deforestación); desertificación (erosión de los suelos); pérdida
de la biodiversidad (extinción de especies); contaminación de los océanos y del aire;
generación de residuos, entre otros.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año mueren alrededor de
10 millones de niños; el mayor número de estos decesos es consecuencia directa de
la exposición a los ambientes contaminados. Entre las principales causas: el consumo
de agua no potable, falta de higiene y exposición a atmósferas contaminadas son las
más notorias. La mayoría de estas víctimas son niños menores de 5 años el 74 % de los
fallecimientos fue por diarreas, infecciones respiratorias y enfermedades cardiovasculares.

Estos impactos se acrecientan según la zona. En los países no desarrollados, la
insalubridad y la contaminación ambiental son directamente proporcional a la mortalidad,
la morbilidad y la discapacidad infantil, y estos indicadores a su vez se vinculan con las
enfermedades respiratorias agudas, enfermedades diarreicas, traumatismos físicos,
intoxicaciones, enfermedades transmitidas por insectos e infecciones perinatales.
Asímismo, la exposición a riesgos ambientales perjudiciales para la salud de los
niños puede comenzar antes del nacimiento. El plomo en el aire, el mercurio en los
alimentos, así como otras sustancias químicas, pueden tener efectos a largo plazo, a
menudo irreversibles, como infertilidad, abortos espontáneos y defectos de nacimiento.
La exposición de las mujeres a plaguicidas, disolventes y contaminantes orgánicos
persistentes puede afectar la salud del feto.
En particular, la producción de residuos es considerada tanto un problema mundial
como local, dependiendo del tipo de residuos que se producen, su posibilidad de
tratamiento y su capacidad de acumulación. Lo que es evidente es que con un aumento
de la población mundial y bajo un modelo de desarrollo de alta tasa de consumo,
hay un incremento en la cantidad de residuos, tanto domésticos como industriales
(mención especial merecen los residuos nucleares y tóxicos por su peligrosidad y no
descomposición durante mucho tiempo). En los países industriales la generación per
cápita de desechos se ha casi triplicado en los últimos 20 años. Reducir la cantidad de
residuos y evitar su acumulación son las medidas necesarias, aunque en la práctica
no es lo que frecuentemente ocurre; en cambio, sigue dominando la opción más
económica: los sitios de disposición final, vertederos o rellenos sanitarios.
6. El medioambiente y el desarrollo en Argentina

Como decíamos, a partir de los modos de interacción históricos entre la sociedad

y la naturaleza es que se van manifestando los diversos problemas ambientales, en
términos más o menos equilibrados respecto de la naturaleza. Hasta entrada la década
del 60 los problemas vinculados al ambiente eran considerados de origen natural o
como «catástrofes naturales», y situaban el problema sólo en la dimensión natural y
excluyendo al hombre y su actividad como parte causante de esos problemas. Muchas
veces hablamos de catástrofes naturales, por ejemplo al producirse una inundación,
sin considerar que la misma es producto no de la suba de un río o de una lluvia intensa
(como la ocurrida en 2003 en Santa Fe), sino de un manejo inadecuado de las cuencas,
la falta de control y planificación urbana, y el accionar desarticulado de muchas políticas
públicas y privadas.

Argentina, por su estilo de desarrollo, históricamente se ve ligada a la exportación
de recursos naturales, bajo criterios de rentabilidad de corto plazo como punto de
inicio para la toma de decisiones de inversión (tanto pública como privadas), con una
inadecuada distribución geográfica del crecimiento poblacional y de las actividades
productivas, y en función de una economía agroexportadora. Asimismo, el desarrollo
industrial trajo un despoblamiento de ciertas regiones (rurales) acompañado de un
proceso de urbanización descontrolada; esto generó inequidad entre los habitantes del
suelo argentino; y no incluyó la preservación ambiental.
Por ser un país en vías de desarrollo, podemos reconocer limitaciones por parte
de los organismos de control ambiental, y la escasa información de la ciudadanía
sobre problemas ambientales. Si a este panorama le incluimos las crisis económicas
recurrentes que dificultan o postergan intentos de control de contaminación
ambiental,veremos que en la actualidad los mayores problemas ambientales de las
ciudades pequeñas y medianas se producen en sus áreas periféricas o de expansión;
los municipios de las ciudades pequeñas y medianas no tienen, en su gran mayoría,

capacidad de gestión sobre sus principales problemas ambientales urbanos; éstos
tienen impactos particulares sobre los sectores de menores recursos.
7. «El futuro que queremos». Compromiso para el Desarrollo Sostenible(1)

En este punto, y a modo de introducción de nuestro siguiente capítulo, es interesante
hacer mención al documento final desarrollado en la Conferencia de las Naciones
Unidas en el año 2012, en donde uno de los Objetivos del Milenio está centrado en la
erradicación de la pobreza.
A continuación, se presenta una breve síntesis de dicho documento que resalta
algunos aspectos fundamentales pensado en un mundo sostenible. Se reconoce que
la erradicación de la pobreza, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para
todos, la integración y la protección sociales están relacionadaos entre sí y se refuerzan
mutuamente, y que deben crearse entornos propicios para promoverlos a todos los
niveles. Es esencial contar con sistemas de protección social que encaren y reduzcan
las desigualdades y la exclusión social. De esta manera, se alientan iniciativas dirigidas
a mejorar la protección social para todos; para ello es necesario:
/RJUDU HO GHVDUUROOR VRVWHQLEOH SURPRYLHQGR XQ FUHFLPLHQWR VRVWHQLGR LQFOXVLYR
y equitativo, crear mayores oportunidades para todos, reducir las desigualdades,
mejorar los niveles de vida básicos, fomentar el desarrollo social equitativo y la
inclusión, y promover una ordenación integrada y sostenible de los recursos naturales y
los ecosistemas que preste apoyo, entre otras cosas, al desarrollo económico, social y
humano, y facilite al mismo tiempo la conservación, la regeneración, el restablecimiento
y la resiliencia de los ecosistemas frente a los problemas nuevos y emergentes.

5HFRQRFHUTXHHOSODQHWD7LHUUD\VXVHFRVLVWHPDVVRQQXHVWURKRJDU\TXH©0DGUH
Tierra» es una expresión común en muchos países y regiones; observar que algunos
países reconocen los derechos de la naturaleza en el contexto de la promoción
del desarrollo sostenible. Para lograr un justo equilibrio entre las necesidades
económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras, es
necesario promover la armonía con la naturaleza.
(QFRQVRQDQFLDFRQHOGHUHFKRDXQDDOLPHQWDFLyQDGHFXDGD\FRQHOGHUHFKR
fundamental de toda persona a no padecer hambre, reconocer que la seguridad
alimentaria y la nutrición se han convertido en un desafío mundial apremiante.
Es entonces necesario aumentar la seguridad alimentaria y el acceso de las
generaciones actuales y futuras a alimentos suficientes, sanos y nutritivos.

5HFRQRFHU TXH XQD SDUWH FRQVLGHUDEOH GH ORV SREUHV GHO PXQGR YLYHQ HQ
zonas rurales y que las comunidades rurales desempeñan un papel importante
en el desarrollo económico de muchos países. Es fundamental poner de relieve
la necesidad de revitalizar los sectores de la agricultura y del desarrollo rural,
especialmente en los países en desarrollo, de modo que sean sostenibles desde
los puntos de vista económico, social y ambiental. Hacer efectivo progresivamente
el acceso al agua potable y a servicios básicos de saneamiento para todos, para
lograr la erradicación de la pobreza y el empoderamiento de la mujer, para proteger
la salud de los seres humanos y mejorar significativamente la aplicación en todos los
niveles que corresponda de la ordenación integrada de los recursos hídricos.
&RQVLGHUDU TXH ORV HFRVLVWHPDV GHVHPSHxDQ XQD IXQFLyQ HVHQFLDO HQ HO
mantenimiento de la cantidad y la calidad del agua; es esencial promover y apoyar las
iniciativas de protección y ordenación sostenible de esos ecosistemas emprendidas
dentro de las fronteras nacionales de cada país.
5HFRQRFHU OD LPSRUWDQFLD GH OD HQHUJtD HQ HO SURFHVR GH GHVDUUROOR GDGR TXH
el acceso a servicios energéticos modernos y sostenibles contribuye a erradicar la
pobreza, salva vidas, mejora la salud y ayuda a satisfacer las necesidades humanas
básicas. Destacamos que esos servicios son esenciales para la inclusión social y
la igualdad entre los géneros y que la energía es también un insumo clave para la
producción.
'HVWDFDUODLPSRUWDQFLDGHODFRQVHUYDFLyQ\XVRVRVWHQLEOHGHORVRFpDQRV\PDUHV
y sus recursos para el desarrollo sostenible, en particular mediante su contribución
a la erradicación de la pobreza, el desarrollo económico sostenido, la seguridad
alimentaria, la creación de medios de vida sostenibles y trabajo decente, y al mismo
tiempo, la protección de la biodiversidad y el medio marino y las medidas para hacer
frente a los efectos del cambio climático. En consecuencia, proteger y restaurar la
salud, productividad y resiliencia de los océanos y ecosistemas marinos y mantener
su biodiversidad, promover su conservación y uso sostenible para las generaciones
presentes y futuras, aplicar efectivamente un enfoque ecosistémico y el enfoque
de precaución en la gestión, de conformidad con el derecho internacional, de las
actividades que tengan efectos en el medio marino para lograr las tres dimensiones
del desarrollo sostenible.
Todos los países, en particular los países en desarrollo, son vulnerables a los efectos adversos del
cambio climático y ya están experimentando mayores efectos, entre ellos sequías persistentes y
fenómenos meteorológicos extremos, aumento del nivel del mar, erosión costera y acidificación
de los océanos, que amenazan todavía más la seguridad alimentaria y las medidas para erradicar
la pobreza y lograr el desarrollo sostenible. En este sentido, la adaptación al cambio climático
representa una prioridad mundial inmediata y urgente.
El valor intrínseco de la diversidad biológica, así como los valores ecológicos, genéticos, sociales,
económicos, científicos, educativos, culturales, recreativos y estéticos de la diversidad biológica
y el papel primordial que desempeña en el mantenimiento de ecosistemas que prestan servicios
esenciales, son bases fundamentales para el desarrollo sostenible y el bienestar humano. La
pérdida mundial de biodiversidad y la degradación de los ecosistemas socavan el desarrollo
mundial, afectan a la seguridad alimentaria y la nutrición, el abastecimiento de agua y el acceso
al agua, la salud de los pobres del medio rural y de los pueblos de todo el mundo, incluidas las
generaciones presentes y futuras. Esto resalta la importancia de conservar la biodiversidad, reforzar
la conectividad del hábitat y consolidar la resiliencia de los ecosistemas.

El acceso pleno a una educación de calidad en todos los niveles es una condición
esencial para lograr el desarrollo sostenible, la erradicación de la pobreza, la igualdad
entre los géneros, el adelanto de la mujer y el desarrollo humano. Los objetivos de
desarrollo convenidos internacionalmente requieren mejorar la capacidad de nuestros
sistemas educativos con el fin de preparar a las personas para que puedan lograr el
desarrollo sostenible, en particular mediante una mayor capacitación de los docentes, la
creación de planes de estudio relativos a la sostenibilidad, la elaboración de programas
de capacitación que preparen a los estudiantes para emprender carreras en ámbitos
relacionados con la sostenibilidad, y hacer un uso más efectivo de la tecnología de la
información y las comunicaciones para mejorar los resultados del aprendizaje.
Es fundamental cooperar entre las escuelas, las comunidades y las autoridades
para promover el acceso a una educación de calidad a todos los niveles; instalar
firmemente a las instituciones educativas a que consideren la posibilidad de adoptar
buenas prácticas de gestión de la sostenibilidad en sus centros y sus comunidades con
la participación activa de estudiantes, profesores y colaboradores locales, e impartan

educación sobre el desarrollo sostenible como componente integrado entre disciplinas.
Nota
(1)
Conferencia de las Naciones Unidas de Río + 20.
2. La sustentabilidad ambiental
1. Un poco de historia. Las Cumbres Internacionales

A mediados del siglo XX se vislumbraban algunos de los retos emergentes a lo lar-
go del planeta, desde el cambio climático y la desaparición de especies, hasta la de-
sertificación o la degradación de las tierras. Actualmente, muchos de aquellos proble-
mas aparentemente remotos con consecuencias a largo plazo hoy ya son una realidad
y plantean serios obstáculos tanto para la consecución de los Objetivos de Desarrollo
del Milenio de las Naciones Unidas como para el porvenir de cerca de 7000 millones
de personas —que serán 9000 millones en 2050.
Las Cumbres de la Tierra son las Conferencias de Naciones Unidas sobre Medio
Ambiente y Desarrollo. Procurando alcanzar acuerdos internacionales en los que se
respeten los intereses de todos y se proteja la integridad del sistema ambiental y de
desarrollo mundial, y reconociendo la naturaleza integral e interdependiente de la Tie-
rra como nuestro hogar, la primera convención surgió en junio de 1972 en Estocolmo
(Suecia). Conocida como «Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Humano»,
y donde se reunieron los Jefes de Estado y de Gobierno, en ella surgió el concepto de
Derecho Ambiental y se determinó el día 5 de junio como Día Internacional del Medio
Ambiente.

Con el objetivo de establecer una alianza mundial equitativa mediante la creación
de nuevos niveles de cooperación entre los Estados, los sectores claves de las socie-
dades y las personas, el 3 de junio de 1992, en Río de Janeiro (Brasil), se realiza el se-
gundo encuentro internacional. Participaron 178 gobiernos y unos 2400 representantes
de Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) que asistieron junto a 2000 personas
aproximadamente en el Foro de ONG que se convocó paralelamente y al que se le atri-
buyó el carácter de «estatus consultivo».
Los temas tratados incluían los siguientes ejes:
(VFUXWLQLRVLVWHPiWLFRGHSDWURQHVGHSURGXFFLyQHVSHFLDOPHQWHGHODSURGXFFLyQ
de componentes tóxicos como el plomo en la gasolina y los residuos contaminantes).
)XHQWHVDOWHUQDWLYDVGHHQHUJtDSDUDHOXVRGHFRPEXVWLEOHVIyVLOHVYLQFXODGRVDO
cambio climático global.
$SR\RDOWUDQVSRUWHS~EOLFRSDUDUHGXFLUODVHPLVLRQHVGHORVYHKtFXORVODFRQ-
gestión en las ciudades y los problemas de salud causados por la polución.
/DFUHFLHQWHHVFDVH]GHDJXD
Los documentos resultantes de la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro son:

Declaración de Río de Janeiro sobre Medio Ambiente y Desarrollo
Agenda 21
Convención sobre la diversidad biológica
Declaración sobre los bosques y masas forestales
Convención Marco sobre el Cambio Climático (Framework Convention on Climate
Chang —UNFCCC—).
El principal logro de la Conferencia fue el acuerdo sobre la Convención Marco de las
Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que más tarde conduciría a la elaboración
del Protocolo de Kioto sobre el cambio climático. En el año 2002 se realiza la Cumbre
de la Tierra de Johannesburgo (Sudáfrica), de la que participaron alrededor de 180 go-
biernos. En esta cumbre se acordó mantener los esfuerzos para promover el desarrollo
sostenible, mejorar las vidas de las personas que viven en pobreza y revertir la conti-
nua degradación del medioambiente mundial. Ante la pobreza creciente y el aumen-
to de la degradación ambiental, la Cumbre ha tenido éxito en establecer y crear, con
urgencia, compromisos y asociaciones dirigidas a la acción, para alcanzar resultados
mensurables en el corto plazo.
El último encuentro se realizó en el año 2012. La Conferencia sobre el Desarrollo
Sostenible en Río de Janeiro (Brasil) se promovió con el objeto de renovar una vez más
el compromiso político en favor del desarrollo sostenible, evaluó los avances logrados
y los desafíos que persistían, y aún persisten, en la aplicación de los resultados de las
principales Cumbres en materia de desarrollo sostenible. La Conferencia se desarrolló,

entre otros, según los siguientes temas: la economía ecológica en el contexto del de-
sarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza, y el marco institucional para el desa-
rrollo sostenible. Sin embargo, alcanzando un acuerdo de mínimos sobre el borrador
de conclusiones titulado «El futuro que queremos», las organizaciones ecologistas y
ambientales calificaron el texto de «decepcionante» o de «fracaso colosal».
2. La sustentabilidad: concepto y garantías

El adjetivo «sostenible» deriva del latín sustenere, que significa sostener o mantener
elevado. Muchos consideran que «sustentable» y «sostenible» son sinónimos, como

palabras que coexisten en pos de definir un mismo modelo de desarrollo. Sin embar-
go, en Latinoamérica es más frecuente el uso del término «sustentable» con lo que su
significado literal (desde una perspectiva ecológica) resulta del mantenimiento de la
base de los recursos naturales. Si analizamos en detalle la etimología de ambas pa-
labras, podremos decir que «sustentable» implica que tiene energía propia y que se
«mantiene» o «conserva» por sí mismo, y que algo que se define como «sostenible»
implica que se «apoya» en factores externos, haciendo referencia a su preservación
en el tiempo.
Su definición se formalizó por primera vez en el documento conocido como «Infor-
me de Brundtland» en 1987, producto de los trabajos de la Comisión Mundial de Me-
dio Ambiente y Desarrollo de Naciones Unidas. Es a partir de este informe cuando se
utilizó el término inglés sustainable development, surgió la confusión entre si existe o
no diferencia alguna entre los términos desarrollo sostenible y desarrollo sustentable.
En la actualidad, el término sustentabilidad es utilizado en una dimensión mucho más
amplia, haciendo referencia a un «modelo de desarrollo que satisface las necesidades

de las generaciones presentes sin comprometer la capacidad de las generaciones fu-
turas de satisfacer sus propias necesidades» (CMMDA). La noción de ecodesarrollo
nace «postulando la necesidad de fundar nuevos modos de producción y estilos de
vida en las condiciones y potencialidades ecológicas de cada región, así como en la
diversidad étnica y la autoconfianza de las poblaciones para la gestión participativa de
los recursos».
El desarrollo sustentable, entonces, no es un estado de armonía permanente, sino
un proceso de cambio por el cual se trata de que la explotación de los recursos, la
dirección de las inversiones, la orientación de los procesos tecnológicos y la modi-
ficación de las instituciones concuerden tanto con las necesidades presentes como
futuras. Es un concepto con componentes éticos y políticos en tres dimensiones: eco-
nómica, ambiental y social.
De acuerdo con lo anterior, «el desarrollo sustentable es mejorar la calidad de vida
humana sin rebasar la capacidad de carga de los ecosistemas que la sustentan».
3. Desarrollo socioeconómico respetuoso con el medioambiente

El objetivo del desarrollo sostenible consiste en definir proyectos viables entrelazan-
do las tres dimensiones de las actividades humanas (la económica, la ambiental y la
social) que deben tenerse en cuenta para su aplicación:
Sostenibilidad económica: las inversiones, al contemplarse lo ambiental y social,
son financieramente posibles y rentables.
Sostenibilidad social: basada en el mantenimiento de la cohesión social y de su
habilidad para trabajar en la persecución de objetivos comunes.
Sostenibilidad ambiental: compatibilidad entre la actividad considerada y la pre-

servación de la biodiversidad y de los ecosistemas, evitando la degradación de las
funciones fuente y sumidero. Incluye un análisis de los impactos derivados de la ac-
tividad considerada en términos de flujos, consumo de recursos difícil o lentamente
renovables, así como en términos de generación de residuos y emisiones. Este últi-
mo pilar es necesario para que los otros dos sean estables.

Enfoques sobre desarrollo sostenible
Económico
Equidad Intrageneracional Eficacia Valoración

Empleo Crecimiento Internalización
Estabilidad
Biodiversidad
Pobreza Recursos
Cultura Contaminación
Equidad Intrageneracional
Social Ambiental
Participación popular
4. Los principios de la sustentabilidad

La Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo enriquece la defini-
ción con un listado de 18 principios de sostenibilidad. Los «Principios de Río» nos dan
los parámetros que nos permiten pensar en un modelo de desarrollo sostenible, ayu-
dándonos a comprender el concepto del mismo y cómo comenzar a implementarlo:
1. Las personas tienen derecho a una vida saludable y productiva en armonía con
la naturaleza.
2. El desarrollo hoy día no debe socavar las necesidades ambientales y de desarro-
llo de las generaciones presentes y futuras.
3. Los países tienen el derecho soberano de explotar sus propios recursos, pero sin
causar daños ambientales más allá de sus fronteras.
4. Las naciones deben desarrollar leyes internacionales para ofrecer compensacio-
nes por el daño que las actividades bajo su control causen en áreas más allá de sus
fronteras.
5. Los países deben utilizar un enfoque precautorio para proteger el medioambien-
te. Donde existan amenazas de daño serio o irreversible, no debe usarse la incerti-
GXPEUHFLHQWtILFDSDUDSRVSRQHUODLPSODQWDFLyQGHPHGLGDVFRVWRïHIHFWLYDVSDUD
prevenir la degradación ambiental.
6. Para lograr el desarrollo sostenible, la protección ambiental debe constituir una
parte integral del proceso de desarrollo, y no se puede considerar como un elemen-
to aislado. Es esencial erradicar la pobreza y reducir las disparidades entre los es-
tándares de vida en diferentes partes del mundo para lograr el desarrollo sostenible
y satisfacer las necesidades de la mayoría de las personas.
7. Las naciones deberán cooperar para conservar, proteger y restaurar la salud e in-
tegridad del ecosistema de la Tierra. Los países desarrollados reconocen la respon-
sabilidad que tienen en la búsqueda internacional del desarrollo sostenible en vis-
ta de las presiones que sus sociedades imponen al medioambiente global y de las
tecnologías y recursos financieros que dominan.
8. Los países deben reducir y eliminar los patrones no sostenibles de producción y
consumo, así como promover políticas demográficas apropiadas.
9. Las cuestiones ambientales se manejan mejor con la participación de todos los
ciudadanos interesados. Las naciones deberán facilitar y fomentar la conciencia y
participación públicas poniendo la información ambiental a disposición de todos.

10. Los países deberán decretar leyes ambientales efectivas, y desarrollar leyes na-
cionales sobre las obligaciones legales para con las víctimas de la contaminación y
otros daños de carácter ambiental. En donde tengan autoridad, los países deberán
evaluar el impacto ambiental de actividades propuestas que tengan un potencial y
significativo impacto adverso.
11. Los países deberán cooperar para promover un sistema económico internacional
abierto que lleve al crecimiento económico y desarrollo sostenible de todos los países.
12. Las políticas ambientales no deben utilizarse como un medio injustificado de
restringir el comercio internacional.
13. En principio, el que contamina debe asumir el costo de la contaminación.
14. Las naciones deberán alertarse unas a otras acerca de desastres naturales o
actividades que pudieran tener impactos transfronterizos peligrosos.
15. El desarrollo sostenible requiere de un mejor entendimiento científico de los pro-
blemas. Los países deben compartir conocimientos y tecnologías innovadoras para
lograr la meta de la sostenibilidad.

16. La participación completa de las mujeres es esencial para lograr el desarro-
llo sostenible. También se necesitan la creatividad, ideales y valor de la juventud y
el conocimiento de los grupos indígenas. Los países deben reconocer y apoyar la
identidad, cultura e intereses de los grupos indígenas.
17. La guerra es inherentemente destructiva del desarrollo sostenible, y las nacio-
nes deberán respetar las leyes internacionales que protegen al medioambiente en
tiempos de conflictos armados, y deberán cooperar para que dichas leyes se sigan
estableciendo.
18. La paz, el desarrollo y la protección ambiental son interdependientes e indivisibles.
5. La educación ambiental como herramienta para el desarrollo sustentable
La Educación para el Desarrollo Sustentable (EDS) se constituye como una estrate-
gia importante que toma como punto de partida la identificación de los principales pro-
blemas sociales, económicos y ambientales que amenazan la sostenibilidad del plane-
ta. Muchos de estos problemas se identificaron durante la Cumbre de la Tierra en Río
de Janeiro y se incluyen en el Programa 21. Comprender y abordar estos problemas
desde la Educación para el Desarrollo Sustentable, incluyendo los problemas local-
mente relevantes, es el camino en el que debemos trabajar.
El cuestionamiento de los modelos dominantes (neoliberalismo económico, socia-
lismo real) propicia el «nacimiento» de una nueva sociedad orientada por los valores
de la democracia y los principios del ambientalismo, lo que conduce a la necesidad de
reformar los sistemas educativos del momento, sus métodos y prácticas pedagógicas
(Leff, 2002). A través de la educación ambiental se busca alcanzar que toda la socie-
dad adquiera los correspondientes conocimientos y valores, y los correctos procedi-
mientos para poder tener una mejor calidad de vida, tanto en el presente como en el
futuro: «La supervivencia de la especie humana depende en gran parte de las actitu-
des que se tomen ante el problema de la degradación del Planeta» (AA. VV.).(1)
Como Universidad, nos resulta imprescindible brindar información en pos de me-
jorar los procedimientos y costumbres comunitarias en torno a prácticas ambientales
sustentables, uso de los recursos naturales y su conservación e incorporación de los
aspectos de bienestar social, todo ello desde la educación.
Valero Moyano y Cota Galán (2004), basándose en la pedagogía, clasifican a la
educación ambiental en:

La educación ambiental formal: es la que se da dentro de las instituciones educa-
tivas. Está regulada por los programas y planes de estudios desde la educación prima-
ria, pasando por la secundaria, hasta la universidad. La dimensión ambiental está inclui-
da dentro de la estructura curricular de los distintos niveles y modalidades educativos
como un componente que permite la comprensión de los fenómenos ambientales.
La educación ambiental no formal: es realizada fuera del sistema formal, es decir,

que no se produce en el ámbito educativo institucional, pero, como la formal, posee un
carácter de intencionalidad. Puede estar llevada a cabo por municipios, comunas u or-
ganizaciones por medio de actividades extraescolares dirigidas a profesores, al alum-
nado o a ciudadanos en general.
La educación ambiental informal: proceso que dura toda la vida y por el cual la
persona adquiere y acumula conocimientos, capacidades, actitudes, valores a través
de la experiencia diaria y del contacto con el medio. Parte de esta formación es la que
realizan los medios de comunicación: prensa, radio, televisión, Internet, etc. Carece
de intencionalidad y puede ser un recurso para ser utilizado en la educación ambien-
tal formal.
La justicia social es un componente clave que implica la transmisión de valores.

Considerada como una parte central de la EDS en la mayoría de los países, incluye la
satisfacción de las necesidades humanas básicas y una preocupación por los dere-
chos, dignidad y bienestar de toda la gente. Incluye el respeto por las tradiciones y re-
ligiones de otras sociedades y culturas, y promueve una empatía por las condiciones
de vida de otros pueblos. La sostenibilidad ecológica y la conservación de recursos
se consideran parte de la justicia social. Preservar y conservar la base de recursos de
otros evita que la gente viva en circunstancias de desventaja. Las cuestiones de justi-
cia social relacionadas con la preservación de recursos (por ejemplo, combustibles fó-
siles, bosques antiguos, diversidad de especies) se extienden a las generaciones futu-
ras; esto es lo que se conoce como equidad intergeneracional.
No fue sino hasta la década del 70 que las problemáticas ambientales no estaban
incluidas dentro de las políticas gubernamentales. Las Organizaciones No Guberna-
mentales (ONGs), como la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza
(UICN), la Fundación Vida Silvestre Mundial (WWF), el Fondo Mundial para la Naturale-
za, Amigos de la Tierra o Greenpeace registraban por ese entonces la situación cada
vez más agravante, y vislumbraron en consecuencia las futuras crisis ambientales lo-
grando poner el tema en la agenda pública.
6. Programa 21: capítulos, declaraciones y convenciones

Sección 1: dimensiones económicas y sociales. Cooperación internacional. Comba-
te a la pobreza. Cambio de los patrones de consumo. Población y la sostenibilidad.
Protección y promoción de la salud humana. Asentamientos humanos sostenibles.
Toma de decisiones para el desarrollo sostenible.
Sección 2: conservación y manejo de recursos. Protección de la atmósfera. Manejo
sustentable de suelos. Combate a la deforestación. Combate a la desertificación y
la sequía. Desarrollo sostenible de las montañas. Agricultura y desarrollo rural sos-
tenible. Conservación de la diversidad biológica. Manejo de la biotecnología. Pro-
tección y manejo de océanos. Protección y manejo de agua dulce. Uso seguro de
químicos tóxicos. Manejo de desechos peligrosos. Manejo de desechos sólidos y
drenaje. Manejo de desechos radioactivos.

Sección 3: fortalecer el rol de los grandes grupos. Mujeres en el desarrollo sosteni-
ble. Niños y jóvenes. Indígenas. Asociaciones con ONGs. Autoridades locales. Tra-
bajadores y sindicatos. Empresa e industria. Científicos y tecnólogos. Fortalecimien-
to del rol de los agricultores.
Sección 4: medios de implantación. Financiamiento para el desarrollo sostenible.
Transferencia de tecnología. Ciencia para el desarrollo sostenible. Educación, con-
ciencia y capacitación. Creación de capacidad para el desarrollo sostenible. Organi-
zación para el desarrollo sostenible. Derecho internacional. Información para la toma
de decisiones.
Los 40 capítulos de Programa 21 vienen acompañados por la Declaración de Río y

las siguientes convenciones y declaraciones de principios: Declaración de Bosques,
Convención sobre Cambio Climático, Convención sobre Diversidad Biológica, Conven-
ción sobre Desertificación. Aunque Programa 21 identifica claramente muchos de los
problemas críticos que los gobiernos en todo el mundo acordaron abordar, se discutie-
ron cuestiones adicionales para las que no se logró ningún acuerdo internacional for-
mal o plan de acción.
7. Actores, roles y responsabilidades en términos de sustentabilidad

La gestión de los residuos urbanos requiere de la organización y fortalecimiento de
las relaciones entre los actores sociales y gubernamentales, como de los grupos de
interés involucrados. En este sentido, es fundamental desarrollar un proceso que pro-
mueva la articulación de los diferentes intereses y expectativas, que fomenten el com-
promiso, protagonismo y esfuerzo de los actores, y que movilice, de este modo, los re-
cursos necesarios para su implementación.
Entre los actores necesarios podemos mencionar: gobiernos nacional, provincial y
municipal y/o comunal; sector empresario de los servicios de RSU; universidades e
instituciones educativas; empresas recicladoras; sector empresario en general; Orga-
nizaciones de la Sociedad Civil (OSC) y otras organizaciones formales; los ciudadanos
en su conjunto y los medios de comunicación.
8. Debilidades del modelo de Desarrollo Sustentable

en etapa de implementación
La crisis ambiental actual se debe principalmente a la irresponsabilidad de los pa-
trones dominantes históricos de producción y consumo en los países desarrollados.
La crisis de un modelo económico, tecnológico y cultural ha depredado la naturaleza,
negado las culturas alternas y subvalorado la diversidad cultural, mientras que se han
privilegiado modos de consumo no sustentables.(2)
Una de las mayores preocupaciones que surgen ante esta nueva Conferencia de
Desarrollo Sostenible es la falta de cumplimiento de los compromisos asumidos en las
Cumbres pasadas. Cabe reconocer, sin embargo, los esfuerzos realizados por los paí-
ses en desarrollo en el logro del desarrollo sostenible, alcanzándose en algunos casos
éxito en el combate de la extrema pobreza, no obstante las crisis económicas y finan-
cieras. En lo que respecta a la Argentina, se anexa un documento con los tres avances
registrados en la implementación por parte de distintos organismos del Estado, res-
pecto de las siguientes temáticas: agricultura, desarrollo urbano y vivienda, ambiente,
energía, minería e industria.
A pesar de los grandes esfuerzos realizados, se observan lagunas y brechas en las
medidas y los medios de implementación. Se destaca la lentitud de los progresos en
relación con la transferencia de tecnología y la escasa disposición de recursos finan-

cieros y créditos puestos a disposición por los países desarrollados en función de los
compromisos asumidos en las Conferencias sobre Desarrollo Sostenible.
En materia de financiamiento, en lo que respecta por ejemplo a las energías limpias
y renovables, existen en términos generales mayores costos de inversión respecto de
las fuentes convencionales. Por esta razón, se debe reafirmar la necesidad de mejorar
la base científica a través de la transferencia de capacidades relativas a estas tecnolo-
gías y así, disminuir los costos adicionando el beneficio de incentivar la industria local.
En este marco, cobra aun mayor relevancia la importancia del cumplimiento del com-
promiso de destinar el 0,7 % del PBI de los países desarrollados a la asistencia oficial
para el desarrollo, tal como fue reiterado en el Programa 21 resultante de la Conferen-
cia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de Río de Janeiro.
Para contribuir al cumplimiento de los objetivos enunciados en las Conferencias an-
teriores se debe tender a la equidad, la disponibilidad de recursos financieros, tecnoló-
gicos y capacidades para los países en desarrollo y despejar barreras en la implemen-
tación de las metas a seguir.
9. Marco legislativo para el Desarrollo Sustentable

9.1 La Constitución Nacional(3)
Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo
humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin compro-
meter las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo. El daño ambiental generará
prioritariamente la obligación de recomponer, según lo establezca la ley.
Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización racional de los recursos
naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y a la in-
formación y educación ambientales.
Corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los presupuestos mínimos de protec-
ción, y a las Provincias, las necesarias para complementarlas, sin que aquéllas alteren las jurisdic-
ciones locales.
Se prohíbe el ingreso al territorio nacional de residuos actual o potencialmente peligrosos, y de los
radiactivos. (Artículo 41. Constitución de la República Argentina)
La mayoría de las normas de presupuestos mínimos sancionadas hasta ahora de-

terminan como autoridad de aplicación a la máxima autoridad ambiental a nivel nacio-
nal, responsabilidad que recae en la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable,
dependiente del Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación. Este mismo Artículo 41
regula la responsabilidad civil por el daño ambiental, estableciendo la obligación de
recomponerlo, en el sentido que no es admisible la indemnización económica de los
daños ambientales, siendo obligación de las personas físicas o jurídicas que lo hayan
causado reponer el medioambiente al estado que éste tenía antes del daño siempre y
cuando sea posible. Sólo si esa reparación «en especie» no fuera posible, la empresa
o el particular deberán pagar indemnización. Asimismo, se interpreta que la obligación
civil de reparación del medioambiente es «integral», es decir, que deben repararse to-
dos los daños, mediatos o inmediatos.
También debe tenerse presente que las estipulaciones formales entre los Estados,
es decir, los Tratados Internacionales, constituyen derecho internacional positivo para
los que son parte contratante y, en los casos establecidos específicamente en el Ar-
tículo 31, son considerados como ley nacional. Este supuesto se presenta siempre y
cuando el Tratado se encuentre en vigencia y se refiera a la materia bajo análisis.
Existen también otros aspectos considerados por la Constitución Nacional que se-
rían aplicables a la gestión de residuos, tales como los referidos a la atribución de fun-

ciones a los poderes de gobierno y la distribución de competencias, así como lo rela-
tivo a tratados de integración (Artículo 75, Incisos 10, 12, 13, 18, 22, y 24 y Artículo 31).
Asimismo, los Artículos 121 y 124 disponen que las provincias son las titulares de
dominio de los recursos naturales existentes en su territorio y, por lo tanto, les cabe el
ejercicio de todos los derechos relacionados con esa titularidad, incluso los relativos
a su uso. De esta manera, las provincias conservan todo el poder, no delegado por la
Constitución Nacional al Gobierno Federal, y el que expresamente se hayan reservado.
Conforme lo establecido en el Artículo 125, las provincias pueden celebrar tratados
parciales para fines de administración de justicia, de intereses económicos y trabajos
de utilidad común, con conocimiento del Congreso Federal; y promover su industria, la
inmigración, la construcción de ferrocarriles y canales navegables, la colonización de
tierras de propiedad provincial, la introducción y establecimiento de nuevas industrias,
la importación de capitales extranjeros y la exploración de sus ríos, por leyes protecto-
ras de estos fines, y con recursos propios. Este artículo abre las puertas para la regio-
nalización en materia de RSU.

Por último, el Artículo 116 establece la competencia que corresponde a la Corte Su-
prema de Justicia de la Nación, entre otras cuestiones, sobre el conocimiento y deci-
sión de las causas que se susciten entre dos o más provincias, entre una provincia y
los vecinos de otra, entre los vecinos de diferentes provincias, y entre una provincia y
sus vecinos contra un Estado o ciudadano extranjero.
9.2 Ley Provincial 11.717
Para la Provincia de Santa Fe, la Legislatura promulga con fuerza de Ley registrada
bajo el número 11.717 en la que establece:
ARTÍCULO 1.- La presente Ley tiene por objeto:

a) Establecer dentro de la política de desarrollo integral de la Provincia, los princi-
pios rectores para preservar, conservar, mejorar y recuperar el medio ambiente, los
recursos naturales y la calidad de vida de la población.
b) Asegurar el derecho irrenunciable de toda persona a gozar de un ambiente salu-
dable, ecológicamente equilibrado y adecuado para el desarrollo de la vida y la dig-
nidad del ser humano.
c) Garantizar la participación ciudadana como forma de promover el goce de los
derechos humanos en forma integral e interdependiente.
ARTÍCULO 2.- La preservación, conservación, mejoramiento y recuperación del me-

dio ambiente comprende, en carácter no taxativo:
a) El ordenamiento territorial y la planificación de los procesos de urbanización e in-
dustrialización, desconcentración económica y poblamiento, en función del desa-
rrollo sustentable del ambiente.
b) La utilización racional del suelo, subsuelo, agua, atmósfera, fauna, paisaje, gea,
fuentes energéticas y demás recursos naturales, en función del desarrollo sustentable.
c) La conservación de la diversidad biológica y la gestión ecológica racional de la
biotecnología.
d) La preservación del patrimonio cultural y el fomento y desarrollo de procesos cul-
turales, enmarcados en el desarrollo sustentable.

e) La protección, preservación y gestión de los recursos hídricos y la prevención y
control de inundaciones y anegamientos.
f) La creación, protección, defensa y mantenimiento de áreas naturales protegidas
de cualquier índole y dimensión que contuvieren suelos y/o masas de agua con flo-
ra y fauna nativas o no, rasgos geológicos, elementos culturales o paisajes.
g) La sustentabilidad ecológica, económica y social del desarrollo humano.
h) La formulación de políticas para el desarrollo sustentable, y de leyes y reglamen-
taciones específicas acordes a la realidad provincial y regional.
i) La regulación, control o prohibición de toda actividad que pueda perjudicar algu-
nos de los bienes protegidos por esta ley en el corto, mediano o largo plazo.
j) Los incentivos para el desarrollo de las investigaciones científicas y tecnológicas
orientadas al uso racional de los recursos naturales y a la protección ambiental.
k) La educación ambiental en todos los niveles de enseñanza y capacitación comu-
nitaria.
l) La orientación, fomento y desarrollo de iniciativas públicas y privadas que estimu-

len la participación ciudadana en las cuestiones ambientales.
m) La coordinación de las obras, proyectos y acciones, en cuanto tengan vincula-
ción con el ambiente, considerado integralmente.
n) La promoción de modalidades de consumo y de producción sustentable.
o) El desarrollo y promoción de tecnologías energéticas eficientes, de nuevas fuen-
tes de energías renovables y de sistemas de transporte sustentables.
p) El control de la generación, manipulación, almacenamiento, transporte, trata-
miento y disposición final de los residuos peligrosos.
q) El seguimiento del estado de la calidad ambiental y protección de áreas amena-
zadas por la degradación.
r) La minimización de riesgos ambientales, la prevención y mitigación de emergen-
cias ambientales y la reconstrucción del ambiente en aquellos casos en que haya
sido deteriorado por acción antrópica o degradante de cualquier naturaleza.
s) La cooperación, coordinación, compatibilización y homogeneización de las po-
líticas ambientales a nivel interjurisdiccional, y la gestión conjunta de ecosistemas
compartidos orientada al mejoramiento del uso de los recursos naturales, el control
de la calidad ambiental, la defensa frente a emergencias y catástrofes y, en general,
al desarrollo sustentable.
En dicha Ley, podemos encontrar otros artículos en los que se exponen los siguien-
tes temas: las autoridades de aplicación (Art. 3 al 6); la creación de un Consejo Provin-
cial de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable (Art. 7 al 10); en cuanto a las Norma-
tivas Técnicas Ambientales (Art. 11); los mecanismos de participación ciudadana (Art.
DO (GXFDFLyQ \ 0HGLR $PELHQWH $UW GH ODV ÉUHDV 1DWXUDOHV 3URWHJLGDV
(Art. 16 y 17); Impacto Ambiental (Art. 18 al 21); sobre los Residuos Peligrosos (Art. 22
y 23); en cuanto a Sanciones, Infracciones e Incentivos (Art. 24 al 31); además de De-
cretos y Disposiciones Complementarias (Art. 32 y 33).
Nota
(1)
Capítulo I: «¿Por qué los Temas Transversales?», que servirá de base para la preparación del docu-
en Temas Transversales y Desarrollo Curricular, Mi- mento de la conferencia de desarrollo sostenible
nisterio de Educación y Ciencia, 1993. (Río + 20)».
(2)
Extraído del documento elaborado por Argenti- (3)
Extraído de http://www.ambiente.gob.ar/obser-
na previo a la cumbre de Río + 20: «Aportes para vatoriorsu/normativa/. Secretaría de Ambiente y
ser incluidos en el documento de compilación Desarrollo Sustentable de la Nación.


La Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos En... - (PG 2 - 45)

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Gestión integral

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ARTÍCULO 1.- La presente Ley tiene por objeto:

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