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Tema
24.
La Seda
de
Araña
Exp.: III-173-00169.
C.I: 27894524.
INTRODUCCIÓN
En este campo científico, uno de los productos naturales que llama más la atención
es la telaraña. Numerosos científicos en todo el mundo tratan de copiar las propiedades
de la seda que produce la araña, y lo más interesante es que hasta intentan reproducir el
método que usan las arañas para fabricar la seda.
La relación de las arañas y sus redes ha sido conocida por el hombre desde los
tiempos más remotos; en la Biblia y el Corán se hace referencia a ella. Asimismo, muchos
hombres de la Antigüedad se interesaron por estos arácnidos; Aristóteles (384 - 322 a.C.)
hace mención de ellas en sus escritos y fue el primero en aportar datos sobre su biología y
comportamiento; también les llamaron la atención a Nicandro de Colofón (136 a. C.) y
más tarde a Plinio (23-79 d. C.).
LA SEDA DE ARAÑA
La tenacidad, resistencia y elasticidad de esta seda sigue intrigando a los
científicos, que se preguntan qué es lo que le da a este material natural sus cualidades
inusitadas. Más fino que un cabello, más liviano que el algodón, y (en las mismas
dimensiones) más fuerte que el acero, la tela “atormenta” a los científicos que intentan
copiar sus propiedades, o sintetizarla para producción en gran escala. Varias aplicaciones
de este nuevo material surgen en la mente de los investigadores, tales como ropa y
zapatos a prueba de agua, cables y cuerdas, cinturones de seguridad y paracaídas más
resistentes, revestimiento anticorrosivo, parachoques para automóviles, tendones y
ligamentos artificiales, chalecos a prueba de balas, etc.
Una fibra de seda es mucho más resistente que un cable de acero de similar
grosor, y muchísimo más elástica. Se dice que un cable de seda de araña del grosor de un
lápiz podría detener a un Boeing 747 en pleno vuelo. A la vez, la singular estructura
molecular de las fibras de seda permite que puedan estirarse hasta el 40% adicional de su
tamaño inicial sin romperse. Todo ello en un material de origen natural, biodegradable e
inocuo. No es sorprendente que el hombre haya intentado, desde hace décadas, usar este
singular material para sus fines tecnológicos, intentos que resultaron infructuosos hasta
hace muy poco. El equivalente artificial más parecido, el Kevlar, la fibra sintética de la que
se fabrican los chalecos anti-balas, es tres veces menos resistente y de mucha menor
elasticidad que la seda de araña, tiene un elevado coste de producción y su fabricación
implica el uso de altas presiones y temperaturas, así como disolventes orgánicos ácidos,
altamente contaminantes.
La materia prima inicial que las arañas usan para el tejido de la tela es una solución
líquido-cristalina que contiene proteínas, y que fluye fácilmente por los tubos (hilanderas)
presentes en el abdomen de la araña. La solución contiene 50% de proteína,
concentraciones que normalmente causan una altísima viscosidad, haciendo que el
proceso de tejer la tela en el laboratorio no sea viable. Sin embargo, las arañas pueden
resolver este problema manteniendo las proteínas en una conformación complicada
mientras están tejiendo, y solo después de eso las proteínas dejan esa conformación
complicada, estirándose y arreglándose para producir la elasticidad final del hilo.
Como se puede estirar hasta un 135% de su longitud original sin romperse, los
científicos estudian darle usos insospechados, ya sea mezclada con metales como el zinc,
titanio o aluminio como por sí sola. Se intentan crear telas para uso militar (chalecos
antibalas, paracaídas), para fabricar hilo quirúrgico o tejidos artificiales para huesos y
tendones, micro-conductores y fibras ópticas.
Todas las especies pueden fabricar varios tipos de seda, pero muy pocas fabrican
los siete tipos a la vez. Como mínimo tienen tres glándulas los machos y cuatro las
hembras. La especie Araneus diadematus es una de las pocas que tiene las siete glándulas.
CONCLUSIÓN
Finalmente se puede concluir al respecto de la temática que efectivamente las
propiedades de la seda han despertado el interés de algunas personas para producir
materiales similares a estos y se puedan emplear en diversos usos, por ejemplo como hilos
quirúrgicos o en prótesis, chalecos antibalas y componentes estructurales ligeros y de alta
resistencia. Se ha comprobado que la tenacidad de la seda es resistente a la ruptura, es
superior a la correspondiente del hueso, el tendón o la celulosa; es la mitad de fuerte que
el acero y ligeramente menor a la del nailon. Recientemente se han hecho varios hallazgos
que contribuyen a explicar la forma en que la seda puede cambiar de solida a liquida. Se
sabe que la liquida tiene concentración de cloruro de sodio. Aún falta muchísimo por
descubrir en cuanto a las características de la seda y sobre cómo elaborarla
artificialmente, inclusive así, hay muchas tecnologías, estudios y hallazgos desarrollándose
referente a la investigación del comportamiento de la seda de éste animal que continúan
a lo largo de la década para así perfeccionarlo con tal de darle un uso óptimo para la
sociedad de nuestra generación.
ANEXOS: