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30 octubre, 2014

La depresión o la ansiedad pueden ser el desencadenante de


cardiopatías, obesidad o diabetes

MADRID, 29 Oct. (EUROPA PRESS) -

Los problemas psíquicos en forma de depresión, ansiedad o estrés continuado pueden ser el “caldo de
cultivo” de enfermedades físicas que aparecen durante o posteriormente al trastorno, como pueden ser
las cardiopatías, la obesidad y la diabetes, según el doctor José Antonio López, vicepresidente de la
Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASEPP).

“Los problemas psíquicos en forma de depresión, ansiedad o estrés continuado pueden ser la puerta
de entrada, el caldo de cultivo, la vía de entrada para enfermedades físicas que aparecen durante
o posteriormente al trastorno”, explica este experto, quien defiende que el sistema
psiconeuroinmunológico -psicología, el cerebro y el sistema inmunológico- es “el verdadero defensor
del ser humano”.

“Entender cuerpo y mente como departamentos estancos dentro del cuerpo humano es un error. El
organismo es una unidad, es una unidad física que se mueve en un mundo físico y se rige por las
leyes físicas”, asegura. Por eso, ha que vigilar un incremento de las citoquinas inflamatorias, un
descenso en las defensas del sistema inmune o que estas se rebelen contra el propio organismo, más
si van acompañados de algún episodio psíquico.

En el 25 por ciento de las cardiopatías, los afectados han pasado por un trastorno psíquico de manera
previa o durante el transcurso de la enfermedad. Además, después de un infarto, entre un 25 y un 30
por ciento de los pacientes presenta depresión y de que ésta se trate o no depende mucho la
mortalidad en el próximo año. “Así, el riesgo de mortalidad aumenta cuando existe un infarto y una
depresión y esta última no está tratada”, afirma.

Asimismo, el 25 por ciento de los diabéticos padece o ha padecido en los últimos meses algún tipo de
trastorno psiquiátrico y en el caso de los pacientes oncológicos, el número de pacientes afectados es
del 26 por ciento.

“Estos números se disparan si hablamos de pacientes con dolor crónico o con obesidad mórbida,
quienes padecen o han padecido trastornos de ansiedad o estrés continuado en un 50 por ciento de
los casos y en un 30 por ciento respectivamente”, añade el doctor.
A QUÉ SE DEBE Y CÓMO PREVENIRLA

El doctor López recuerda que en una situación de estrés o ansiedad, el sistema inmunológico aumenta
su producción de proteínas denominadas citoquinas, de las que hay dos tipos: proinflamatorias o
antiinflamatorias. Aparte de la inflamación, una exposición prolongada a estos trastornos, influye
también en el desarrollo de comorbilidades al hacer disminuir el nivel de defensas del organismo.

“Cuando estamos en un situación de estrés se incrementan las citoquinas inflamatorias, lo que provoca
el aumento de las posibilidades de tener una mayor tendencia a padecer una inflamación corporal,
caldo de cultivo de muchas enfermedades: artrosis, uveítis”, explica el vicepresidente de ASEPP.

“El sistema inmune se pasa toda la vida luchando contra determinados virus que viven dentro de
nosotros y esto nos agota”, asegura el experto. “De esta manera, cuando somos mayores se produce
la inmunosenescencia, es decir, que a partir de cierta edad (60/70 años) el sistema está agotado y
lucha peor contra los virus”, añade.

Y por último, destaca que “al igual que sucede en muchas guerras, el ejército que nos defiende puede
rebelarse”, de este modo, explica el doctor López Rodríguez, “el sistema inmune de nuestro cuerpo se
ataca a sí mismo y aparecen las enfermedades autoinmunes que tienen mucho que ver con las
situaciones de estrés continuado: Lupus, Crohn, esclerosis lateral amiotrófica (ELA), tiroides,
endometriosis, etc”.

Para prevenir que esto no ocurra, recomienda el ejercicio físico que “mejora los niveles de estrés y
refuerza el sistema inmune”, además de actividades de meditación o relajación y, sobre todo, “un
cambio en los hábitos de vida imperantes en nuestras sociedad tales como las prisas o la mala
nutrición”.

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