Está en la página 1de 5

TRASTORNO BORDERLINE

El trastorno borderline, esta íntimamente relacionado con anomalías biológicas, lo cual


comprende una disfunción en el SNC, principalmente en la segregación de sustancias
neurotransmisoras, la cual destaca la serotonina. Influye directamente el componente genético en
conjunto con los factores externos como es el caso del abuso del alcohol, las sustancias
estupefacientes; desembocando en desordenes de personalidad y depresión.

Creemos indiscutiblemente que este tipo de trastorno, tiene manifestaciones importantes en


adolescentes, por esta razón nuestro trabajo estará enfocado principalmente hacia esta población,
ya que esta etapa, se identifica por una serie de transformaciones trascendentales para lo que será
la consolidación de la futura personalidad. Los desordenes que se pueden apreciar principalmente
contemplan la falta de apego familiar, por un factor asociado al aislamiento y la crianza, el
narcisismo patológico, que tal vez tuvo procedencia del anteriormente nombrado aislamiento,
recordando que su entorno exige un comportamiento de constante admiración, lo que desemboca
una negación rotunda al abandono y un miedo potencialmente exacerbado, causando en estas
personas acciones de manipulación hacia los que lo rodean, sintiendo un placer característico de
un comportamiento antisocial intrínseco, ligado a una inconsistencia de aspectos tales como, la
conducta, el pensamiento, actitudes, entre otras; esto trae con ello fallas en la memoria
constantes. Cabe resaltar los síntomas impulsivos que este trastorno presenta; especificando
“comportamientos intensos o amenazas suicidas recurrentes o comportamiento de
automutilación; un patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas caracterizados por
extremos idealización y de evaluación; impulsividad en al menos dos áreas que es potencialmente
dañina para si mismo”1.

Al existir grandes sentimientos de vacío, estas personas se agobian con facilidad y siempre están
tratando de realizar actividades sin un patrón de estabilidad, observando que existen pocas
actividades de completo desarrollo, infiriendo un trastorno paranoide, unido a la depresión y al
continuo estrés, asociados a un lapsus de tiempo, son interpretados como pasajeros y recurrentes,

1
Wikipedia [en línea] . [Fecha de consulta: 05 noviembre 2012]. Disponible en:
es.wikipedia.org/wiki/trastorno_limite_de_la_personalidad
sin desarrollar las actividades hasta el final, acercándose a un trastorno paranoide, en conjunto a
la depresión y al continuo estrés, asociado a episodios pasajeros y recurrentes.

En el ámbito social, en el aspecto interpersonal presenta un déficit en cuanto a la expresión


emocional en tanto que prefieren actividades solitarias y a raíz de sus creencias se les complica
una construcción de la confianza hacia los demás, aunque necesitan constantemente elogios
provenientes de personas cercanas, en pro de evitar un abandono real o imaginario.
En el caso de los adolescentes existe una influencia directa de los aspectos socioculturales que
afectan en gran medida su control de los impulsos, afectando a su vez el ámbito cognitivo sus
comportamientos afectivos e interpersonales.

Centrándonos en las dimensiones del dolor y esta patología se puede encontrar diferentes altos y
bajos de diferentes sustratos neurobiológicos entre ellos destacan el sistema dopaminergico al
encontrar un tipo de dependencia a la búsqueda intensa de lo novedoso, desembocando múltiples
tipos de acciones para generar un estimulo positivo en su personalidad; adicionalmente la
noradrenalina juega un papel muy importante en la impulsividad característico de este trastorno
de personalidad Borderline, existiendo un tipo de dependencia en cuanto a las recompensas por
determinados factores opuestos, los cuales dan aprobación y rechazo social, apoyándonos en este
ciclo vital.

En pro de un diagnostico temprano y teniendo en cuenta que somos futuros profesionales de la


salud, podemos identificar ciertas actitudes y síntomas relacionadas a esta patología, recordando
que no hay unos parámetros establecidos para la detección, en razón a que cierto porcentaje de
síntomas son de carácter transitorio a causa del proceso normal del adolescente por los cambios
constantes de personalidad característico en esta etapa, si se llegase a detectar los múltiples
factores podemos emplear el modelo de historia natural de la enfermedad, enfocándonos en las
cuatro dimensiones más importantes, donde los psiquiatras se apoyan para realizar un diagnóstico
propio para este tipo de trastorno, se consideran el manejo de las relaciones interpersonales, la
autoimagen, la afectividad y la impulsividad.

Aplicando estos cuatro factores determinantes al trastorno, podemos emplear el concepto de


prevención propuesto por Leavell y Clark, en el cual exponen tres tipos de niveles de prevención,
en el primer nivel “prevención primaria”, se aprecia que en la fase inespecífica existen factores
de riesgo determinantes para esta patología, en los cuales reconocemos una serie de
determinantes sociales de la salud que involucran comportamientos de índole social, biológicos,
ambientales, conductuales y el más representativo que es el acceso a la salud, que más adelante
ampliaremos sui repercusión en la salud del individuo. En la fase específica se designa un cambio
en el patrón de la conducta del adolescente, recordando el constante cambio de esta etapa, que de
pronto los seres allegados no perciben por los estándares que acepta la sociedad, continuando con
la “prevención secundaria”

Para este tipo de trastornos se pueden considerar múltiples tipos de terapias, pero siempre con
intervención de un profesional, tendiendo en cuenta que en este tipo de edad se puede hacer una
intervención directa sobre el adolescente para una especie de “moldeamiento” de la conducta, para que en
un futuro no se vea afectada su personalidad, su calidad de vida y su perspectiva sobre el mundo.

Conclusión se tiene que pensar desde una perspectiva preventiva porque este tipo de trastornos están
presentes en una población de total vulnerabilidad esta población ya hay muchos que tiene eso y hay que
hallar cosas psicológicos, para que el tipo de vida se pierde no es uestion de enfermeddad

Meijer, Goedhart, y Treffers, 1998) haciéndolo inútil como un trastorno clínico para su consideración.
Sugerimos que estos

conclusiones pueden ser prematuro y que haciendo caso omiso de TLP como un trastorno posible a la
consideración de los adolescentes pueden

obstaculizar intervenciones clínicas eficaces.

2. BPDen los adolescentes

Algunos investigadores clínicos han puesto en duda la validez del diagnóstico de un trastorno de la
personalidad en niños o

adolescentes, que nos recuerdan que, si bien los trastornos de personalidad se definen como patrones
relativamente duraderas y generalizadas de

experimentando, relacionarse y hacer frente a los niños, niñas y adolescentes están involucrados en los
procesos de desarrollo muy fluiddas

(Bleiberg, 1994). Shapiro (1990) afirma que es un error usar un diagnóstico diseñado para adultos que no
toma en cuenta
para los problemas del desarrollo de una etapa de la vida, como la adolescencia, que tiene más
variabilidad. En apoyo de esta posición,

algunos investigadores han proporcionado pruebas de que el diagnóstico de TLP no es estable a lo largo
del desarrollo del adolescente

período (Bernstein et al, 1993;. Matana, Becker, Levy, Edell, y McGlashan, 1995), y que los cambios en el
síntoma

perfiles entre aquellos adolescentes que cumplían los criterios diagnósticos en el tiempo (Garnet, Levy,
Matana, Edell, y McGlashan,

1994;. Meijer et al, 1998) cuestiona la validez y la fiabilidad del diagnóstico. Otros clínico-investigadores
y

teóricos de la personalidad (por ejemplo, Kernberg, 1990;. Kernberg et al, 2000) afirman que las
manifestaciones de los trastornos de la personalidad son

a menudo reconocible en la adolescencia o incluso antes, y el DSM incorpora esta noción dentro de su
trastorno de la personalidad

criterios de diagnóstico. Para resaltar adecuadamente la cuestión de la existencia y el valor de potencial en


el diagnóstico de BPD en

adolescentes, primero hay que establecer que los adolescentes tienen personalidades que son adultos
relativamente estable y la influencia

funcionando. También se debe demostrar que elBPD es frecuente, se puede diagnosticar con fiabilidad, y
tiene validez en adolescentes

poblaciones. Vamos a tratar cada uno de estos temas más adelante.

Aunque las relaciones patológicas de objetos es un aspecto central de la psicopatología borderline, pocos
estudios han examinado las relaciones fronterizas objeto empíricamente, y ninguno se ha centrado en los
adolescentes borderline. El presente estudio examinó cuatro dimensiones de las relaciones de objeto,
medida por el Test de Apercepción Temática, en una muestra de adolescentes borderline, los sujetos de
comparación, psiquiátricos y normales. Estas dimensiones son la complejidad de las representaciones de
objeto, el tono de afecto de los paradigmas de relación, capacidad de inversión emocional en las relaciones
y las normas morales, y la comprensión de la causalidad social. Las fronteras diferían significativamente
de los dos grupos de comparación en varias formas distinguibles, el apoyo a algunos aspectos de las
teorías psicoanalíticas de las relaciones de objeto dudosos, mientras que desafiando a otros. Adolescentes
borderline tienen un mundo de objetos malévolo, una incapacidad relativa para invertir en los demás de
una manera no-necesidad-gratificante, y una tendencia a atribuir la motivación a los demás de una manera
sencilla, ilógica e idiosincrásicas. Sus representaciones de objeto, sin embargo, puede ser bastante
complejo, lo que sugiere algo distinto de una detención preedípica. J. Am. Acad. Niño Adolesc.
Psiquiatría

También podría gustarte