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El Sacerdocio de Melquisedec y los Neo-judaizantes

Por Jorge Canto publicado originalmente en CONOZCA edición 2021.1


Por Jorge Canto
 
 
Melquisedec, el rey-sacerdorte de Salem, cuyo nombre significa “rey de justicia” o
“rey de paz”, representa todo un reto para el estudiante de la Biblia. Por ello se dice,
que siendo tan enigmático, no se habla lo suficiente de él.
Melquisedec asombra tanto por su misteriosa figura como su estatura espiritual,
pues el patriarca Abraham (en ese momento se llamaba Abram) “le entregó los
diezmos de todo” (Génesis 14:20), y de ese modo, también lo hizo Leví. Además, el
patriarca, sin dudarlo un momento, aceptó la bendición del salemita (Génesis
14:19).
Se menciona a Melquisedec ocho veces en la Biblia (Génesis 14:18; Salmo 110:4;
Hebreos 5:6, 10; 6:20; 7:1, 10 y 11). En ambos testamentos se le da una elevada
dignidad. Además se usa para Dios la designación semita más antigua que se
conoce1: “El-Elyon” (‫)אֵ ל עֶ לְיֹון‬. Algunos sostienen que ese nombre era de un dios
cananeo2 (El) que se menciona en algunas oraciones de Ugarit 3, pero sería difícil ir
en esa dirección porque se estaría afirmando que Abram aceptó la bendición de un
ídolo, volviendo a su antiguo politeísmo, y segundo, la carta a los Hebreos afirma
que este rey-sacerdote servía al verdadero Dios. Incluso, Josefo lo llama “el primer
sacerdote de Dios”.4
 
 
¿ERA MELQUISEDEC UN SER REAL, UN MITO INSERTADO O UNA
TEOFANÍA?
A través de la historia se han ido amontonando opiniones al respecto. Obviamente
está la que se trataba de algún ser sobrenatural. Otros mencionan que era Jesucristo
mismo en una faceta como la del “Ángel de Jehová” y están los que afirman que se
trata nada menos del mismísimo Sem, quien viviría aun y tendría unos 600 años.5
Otros tantos han afirmado que simplemente es un pasaje intrusivo, que algún
interesado escriba lo metió adrede en alguna copia para darle fundamento a los
hebreos como poseedores de aquellas tierras.
Este rey-sacerdote simplemente sale a escena, irrumpe inesperadamente en la
narrativa de una batalla y después, tan repentinamente como aparece, se esfuma de
toda la historia del Antiguo Testamento. Algunos lo han identificado con un ángel
(Orígenes), con el Espíritu Santo (Epifanio), con Cristo (Ambrosio), con Enoc
(Calmet), Sem (Tárgumes, Jerónimo, Lutero).6
Se deduce correctamente que aquel rey no es una Teofanía de Jesucristo
manifestándose en el Antiguo Testamento puesto que la epístola a los Hebreos
enfatiza claramente: sino hecho semejante al Hijo de Dios (Hebreos 7:3b), es decir,
se parece a Jesús, pero no es Jesús.
Por lo pronto, se puede ver que, efectivamente, Melquisedec, históricamente existió.
Pues es lo que afirma el libro de Génesis y el de Hebreos. No se debe crear una idea
de un ser divino, milagroso o extraterrestre cuando leemos: sin padre, sin madre, sin
genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida (Hebreos 7:3) o de que este
sacerdote ni nació ni murió.
La expresión de Hebreos se puede traducir como “un sacerdote que no es de la línea
levítica, pues no tiene genealogía sacerdotal hebrea, ni se sabe la fecha de su
nacimiento ni de su muerte como bien se registraría si se tratase de uno de los sumos
sacerdotes”. De hecho, la tradición rabínica judía habla de La Cadena Arábica de
Melquisedec, que sería la siguiente: Hijo de Heraclim, Hijo de Peleg, Hijo de Heber.
El nombre de su madre era Salatiel, hija de Gomer, hijo de Jafet, el hijo de Noé.7
La figura de un rey-sacerdote es muy valida y cronológicamente exacta. Los
patriarcas hacían tanto el papel de regentes como de sumos sacerdotes, así podemos
ver a Abraham ofreciendo sacrificios continuamente.
 
 
¿MELQUISEDEC: MENOR O MAYOR QUE ABRAHAM?
Considerad, pues, cuán grande era éste …(Hebreos 7:4a). Archibald Thomas
Robertson recalca que la grandeza de Melquisedec es geométricamente, y no
aritméticamente, mayor a la de Abraham. Este contraste solamente ocurre en este
pasaje en todo el Nuevo Testamento.8
Esta cuestión, para nosotros como gentiles, no tiene la misma importancia que los
judíos le dan. Si uno de la circuncisión, en el tiempo de la carta a los Hebreos,
escuchaba la lectura de este pasaje lo pondría bastante incómodo. Fuese o no
cristiano, implicaba que existió un sacerdote al que Abraham se habría inclinado.
Eso no era lo que ellos pensaban.
Si recordamos el pasaje cuando Jesús dijo: antes que Abraham fuese, yo soy (Juan
8:58) podemos también acordarnos de que los judíos tomaron piedras para matarlo.
Los nacionalistas no jugaban con ideas como esas. Es tan fuerte este sentimiento de
superioridad étnica-sacerdotal que algunos rabinos judíos han enseñado que quien
dio los diezmos de todo no fue Abraham, sino Melquisedec.9
Los nacionalistas judíos señalan que tanto en el Antiguo Testamento (en hebreo)
como en la LXX no se indica quién entrega diezmos. Podemos leer en la
Septuaginta lo siguiente: …y digno de bendición es el Dios altísimo, el que puso a
tus enemigos en tus manos”. Y le dio la décima parte de todo. (LXX. Génesis
14:20)10. En hebreo el pasaje sólo podría traducirse “y dio a él el diezmo de
todo”.11 Con este truco interpretativo algunos rabinos pretenden defender la
primacía de Abraham sobre el rey-sacerdote enseñando que fue el rey de Salem
quien entregó los diezmos al patriarca hebreo.
Por otro lado, la tradición rabínica enseña que este personaje no es otro más que
Sem, y en otra conveniente interpretación pretenden enseñar que existe por ello un
cambio de estafeta en el pasaje. De acuerdo a R. Ishmael, en este encuentro, el
sacerdocio de Melquisedec se le transmitió a Abram porque el salemita invocó al
Dios como el Señor del patriarca.12
La carta a los Hebreos aclara bien quién recibió los diezmos: Pero aquel cuya
genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo
al que tenía las promesas…. (Hebreos 7:6-7a). El hagiógrafo señala que Abraham, al
darle su diezmos a Melquisedec simplemente lo hizo reconociendo la grandeza del
rey de Salem. En pocas palabras, Melquisedec es mayor que Abraham 13, pues en
este sentido sólo el mayor bendice al menor. De aquí se concluye que toda la
descendencia de este arameo moribundo también está bajo la autoridad y bendición
de Melquisedec.
Toda la tribu de Leví, señala el escritor de Hebreos, son menores a Melquisedec,
pues estaban todavía en los “lomos” de Abraham cuando el patriarca dio los
diezmos. Así, entonces, se enseña que Leví también diezmó a rey de Salem: Y por
decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos;
porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al
encuentro. (Hebreos 7:9-10)
Así, este misterioso personaje es tanto históricamente real como superior a
Abraham. Mientras el patriarca apenas empezaba a conocer al Dios verdadero en Ur
de los Caldeos ya Melquisedec le servía al Altísimo en Jerusalén, pues Salem se
identifica con Jerusalén: En Salem está su tabernáculo, Y su habitación en Sion.
Salmo 76:2.
Que Melquisedec sirviera al verdadero Dios en esta región pagana cananea es en sí
un misterio tan o más profundo que el propio personaje que nos ocupa. Aquí se usa
por primera vez la expresión “Dios Altísimo” (El-Elyón). Se usa nada menos que
cuatro veces, tanto para describir que era el Dios del rey-sacerdote como el que
adoraba Abraham (Génesis 14:22).
 
 
JESÚS Y MELQUISEDEC
Jesús era del linaje de Judá, de la descendencia de David (Jeremías 23:5; 33:15;
Mateo 1) no tenía nada que ver con el sacerdocio levítico estrictamente hablando.
Sin embargo, Jesús es Rey, Sacerdote y Profeta. Si es sacerdote, ¿cuál es su
genealogía? Es en este sentido, al igual que Melquisedec, ambos no tienen
genealogía levítica.
Jesús y Melquisedec son personajes sacerdotales: Pues se da testimonio de él: Tú
eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec. (Hebreos 7:17). Este
texto reclama para Jesucristo el cumplimiento del Salmo mesiánico: Juró Jehová, y
no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre Según el orden de Melquisedec,
(Salmo 110:4), por si fuera poco, se reitera que Jesús cumple con este Salmo
también en el Hebreos 7:21b: Juró el Señor, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote
para siempre, Según el orden de Melquisedec.
Entonces, existe un linaje sacerdotal no levita y eso es un maravilloso
descubrimiento. Considerando que este Salmo de David se interpreta como
mesiánico, quizá habría más de un rey judío que quisiera adjudicarse este
cumplimiento en su persona, ¿habrá existido tal atrevimiento?
¿Sería posible creer que la audaz y desproporcionada actitud del rey Uzías de
ofrecer incienso en el templo hubiera sido ocasionada por su falsa creencia de
considerarse el Mesías? (2 Crónicas 26:16-19).
Ofrecer incienso en el Lugar Santo era exclusivo para los sacerdotes de la tribu de
Leví, a menos que, nos atrevemos a insinuar, ¿un sacerdote del orden de
Melquisedec tendría el derecho de hacerlo y Uzías, viéndose tan exitoso en su
reinado habría pensado que era el Mesías, el heredero del linaje del rey de Salem?
Esto es mera especulación pero pudiera traer un poco de luz a este aberrante
arrebato de Uzías que tuvo como consecuencia su prematura muerte por lepra.
Por el contrario, el escritor de Hebreos nos recalca que el cumplimiento del Salmo
110:4 se ve plenamente realizado en Jesucristo. Y, continúa: Porque cambiado el
sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley; y aquel de quien se dice
esto, es de otra tribu, de la cual nadie sirvió al altar. Heb 7:12-13. Aquí se recalca
que hay un cambio de Ley pues hubo un cambio de sacerdocio. El sacerdocio
levítico se extinguió por el nuevo sacerdocio del linaje de Jesucristo, el Mesías, el
Rey de Paz verdadero.
Ya el sacerdocio de Leví cumplió noblemente su propósito, ahora, hay una nueva
liturgia, por un sacerdote eterno.
Las formas anteriores con su gran solemnidad se sustituyen ahora por un sacerdote
juramentado por Dios mismo. El cambio de formas se ratifica claramente cuando se
dice: Y esto es aun más manifiesto, si a semejanza de Melquisedec se levanta un
sacerdote distinto, no constituido conforme a la ley del mandamiento acerca de la
descendencia, sino según el poder de una vida indestructible. Pues se da testimonio
de él: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec. Queda,
pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia.
(Hebreos 7:15-18).
 
EL RITO LEVÍTICO DEL TEMPLO DESAPARECIÓ POR UN
SACERDOCIO PERFECTO
Si ya, como la carta a los Hebreos menciona, los ritos levíticos desaparecieron,
queda entonces una pregunta en el aire: ¿de qué serviría ahora tener rituales judíos si
estos ya se dan por obsoletos?
Es innegable que muchas de las actividades que los levitas y sacerdotes realizaron
eran válidas y muy centradas. La Palabra las llama sombra de lo que habría de
venir (Colosenses 2:17), y si Jesús, lejano al sacerdocio aarónico, es sacerdote según
el orden de Melquisedec, entonces ¿qué tiene que ver el cristianismo ahora con ritos
sabáticos o de circuncisión? La respuesta es obvia: ¡nada! Todos los sacerdocios
judaicos desaparecieron14 y, como consecuencia natural, desaparecieron sus ritos.
Nuestro Señor es sacerdote para siempre (Hebreos 7:21), ya jamás soltará su
ministerio de intercesor. Melquisedec es superior a todo levita, incluso a Abraham
pues recibía diezmos del patriarca con autoridad del El-Elyon bendijo al Padre de la
Fe.
La bendición y liturgia del rey de Salem fue sin circuncisión, sin Torá ni sabat.
Siendo que es superior a Abraham lo es también de Moisés, entonces, no existe
ninguna razón para retroceder a un punto hoy muerto, totalmente inferior al nuevo
sacerdocio de Cristo y de los creyentes.
Todo aquel que quiera representarse como espiritual o purista al tener ritos judíos en
su liturgia actual está utilizando algo que no tiene sentido alguno, pues nuestro
linaje es el de Jesús, de la línea sacerdotal de Melquisedec, no de Leví. Todo queda
reducido a meras formas que impresionan al oferente pero que ya son totalmente
inútiles para acercarnos a Dios.
Si bien, estamos lejanos ya al ceremonial judío, solo queda notar lo extraño y
anacrónico que se ven ahora las bendiciones, abluciones, lunas nuevas y el estilo
neo-judaizante que hoy se quieren volver práctica litúrgica para muchos. Todo
aquello que sirvió, muy bien y dignamente, a cada adorador antes del Nuevo Pacto
ahora se convierten en meras formas sin fondo.
Jesús es suficiente, y para siempre, nuestro sumo sacerdote, juramentado por el
Altísimo, según el orden del Melquisedec.
 
NOTAS BIBLIOGRAFICAS
1 Diccionario bíblico Mundo Hispano (El Paso, TX.: Editorial Mundo Hispano, 1998), s.v.
“Melquisedec”.
2 John H. Walton, Victor H. Matthews y Mark W. Chavalas, Comentario del contexto cultural
de la Biblia (Illinois: Downers Grove, 2018), 37.
3 Gran diccionario enciclopédico de la Biblia (Barcelona: CLIE, 2013), s.v. “Melquisedec”.
4 Dictionary of New Testament Theology Vol. 2 (Grand Rapids, Michigan: Zondervan, 1976),
s.v. “Melchizedek”.
5 Harold L. Willmington, Auxiliar Bíblico Portavoz (Grand Rapids, Michigan: Portavoz, 1995),
61.
6 Diccionario Bíblico Wycliffe (Buenos Aires, Argentina: Ed. Peniel, 2016), s.v. ”Melquisedec”.
7 Comentario bíblico Matthew Henry (Barcelona: Editorial CLIE, 1999), 38.
8 Archibald Thomas Robertson, Word Pictures in the New Testament V (Nashville, TN.:
Broadman Press, 1960), 381.
9 Diccionario del Antiguo Testamento (Barcelona: CLIE, 2012), 553.
10 La Biblia griega Septuaginta, Génesis 14:20 (Salamanca, España: Ediciones Sígueme, 2008)
11Biblia hebraica Stuttgartensia, 14:20  ‫ּב ְֵראׁשִ ית‬ (Stutgart, Alemania: Deuche Bibelgesellschaft,
1984)
12 Diccionario de Teología (Grand Rapids, Michigan: T.E.L.L., 1985) s. v. “Melquisedec”.
13 Ibíd.
14 Samuel Vila y Santiago Escuain, Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado (Tarrasa, España: CLIE,
1985), s.v. “Melquisedec”.

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