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Trabajo Individual

Actividad Reconocimiento: Tarea 3: Cartilla digital

Presentado por:

Yudi Stefania Murcia Rocha

Código: 1.117.526.868

Tutora:

Dora Liliana Torres Cerquera

Grupo:

403017_262

Universidad Nacional Abierta y a Distancia UNAD

Escuela de Ciencias Sociales Artes y Humanidades ECSAH

Ecología Humana

11/04/2021
Sucesos importantes en la ecología humana.

Tanto si hablamos de Psicología Ambiental como de Estudios Ambiente-

Comportamiento, uno de los rasgos distintivos del estudio de la interacción entre las personas

y los entornos es su carácter interdisciplinario. Este acuerdo aparece arraigado ya desde sus

orígenes modernos, como expresaba KennethCraik , en el Annual Review of Psychology, en

la que se considera la primera revisión del desarrollo de la Psicología Ambiental. Pero si al

menos queremos finalizar con algunas observaciones que seguro contribuyen a la tensión en

torno a la naturaleza interdisciplinar de la Psicología Ambiental, con que iniciábamos este

texto. Un capítulo se dedicaba a precisar seis contextos para desarrollar teorizaciones en torno

a las relaciones Ambiente-Comportamiento acordes con estos contextos, en la línea de lo

apuntado por Stokols.

Graumann, en su capítulo dedicado al enfoque fenomenológico, recogiendo algunas

aportaciones previas en torno a la interdisciplinariedad de la Psicología Ambiental como

ejemplo del contextualismo y de la apropiación del espacio como fenómeno fundamental. Las

estrategias comunitarias para la solución de problemas eran presentada en un capítulo

firmado por Esther Wiesenfeld y Euclides Sánchez , recogiendo varios ejemplos de la

experiencia latinoamericana, mientras que Liisa Horelli abordaba, en un exhaustivo

capítulo, diferentes técnicas y procedimientos para la planificación urbana participativa. Fruto

de un simposium internacional organizado por la IAPS, algunos años antes en São Paulo, en

torno al papel de la Psicología Ambiental en el estudio de las cuestiones ambientales, Uzzell

y Moser, ampliaron el debate a otras controversias más sobre la disciplina. Al

respecto, Winkel, Saegert y Evans observan que la mayoría de relaciones ambiente-

comportamiento se comprenden mejor considerando las variables mediadoras y


moderadoras, lo cual con frecuencia es olvidado, al igual que el descuido del contexto y la

dimensión temporal, proponiendo como solución modelos estadísticos multinivel.

Para Uzzell y Rätzel, lo sorprendente es la escasa evidencia de que el enfoque

transaccionalista haya sido entendido y operacionalizado, a pesar de ser una aproximación

verdaderamente pertinente para la Psicología Ambiental. Volviendo a Uzzell y Rätzel , para

estos autores, la Psicología Ambiental debería priorizar el estudio de la reciprocidad entre

personas y entornos y las formas en que ambas reproducen, mutuamente, las condiciones

materiales para su existencia, aportando el ejemplo de la sostenibilidad. Lo que podemos

considerar como parte de la agenda temática y metodológica de la Psicología Ambiental

actual, para los dos autores, una psicología ambiental «transformadora» debería poner el

acento en las relaciones de producción y consumo, las relaciones sociales y políticas en las

que se forman valores, actitudes y comportamientos, y las insostenibles formas de vida y de

trabajo, además de los entornos producidos y reproducidos. Si bien es cierto que el propósito

de su formulación no era el de perseguir su respuesta, sino plasmar como se entiende la

tensión entre disciplinas, en el estudio de la interacción persona-entorno, lo cual sí podemos

concluir de algún modo.

Del periplo realizado a partir de significadas aportaciones de la Psicología Ambiental y/o de

los Estudios Ambiente-Comportamiento, queremos subrayar algunas de las tensiones

observadas en torno a la interdisciplinariedad, asumida de manera amplia como característica

del campo de estudio o disciplina. En cuanto a la disposición de investigadores para ir más

allá de sus propias disciplinas, coincidimos con Brandão y Remesar en el papel de la

enseñanza del diseño urbano y, para nuestro caso, la formación en psicología ambiental y el

resto de las disciplinas interesadas en el estudio de la interacción persona-


entorno. Evidentemente, esta complejidad debe nutrirse, desde el punto de vista

metodológico, de la combinación de métodos, comunes entre disciplinas sociales y de diseño

y específicos de algunas de éstas. En suma, estas son algunas de las tensiones y conflictos que

a la vista de las revisiones realizadas, nos parecen relevantes en la agenda actual y no tan

reciente de los estudios sobre la interacción entre las personas y los ambientes, y de la

Psicología Ambiental en particular.

Es muy importante tener claros los contenidos de una verdadera ecología ambiental y de una

certera ecología humana, pues de su compenetración y sinergismo saldrán las pautas para

dejar de depredar el planeta y, principalmente, para interactuar con él en beneficio mutuo y

de las generaciones futuras.

La plataforma ideológica de la ecología profunda se puede resumir en los siguientes

ocho postulados

El bienestar y el florecimiento de la vida humana y no humana en la Tierra tienen un valor en

sí mismos. La riqueza y la diversidad de las formas de vida contribuyen a la realización de

estos valores y también son valores en sí mismos. El florecimiento de la vida humana y de las

culturas es compatible con una disminución sustancial de la población humana. El

florecimiento de la vida no humana requiere tal disminución.

El cambio ideológico está principalmente en apreciar la calidad de vida más que en adherirse

a un nivel de vida cada vez más alto. Un primer comentario que se puede hacer a estas

posturas, presentadas como verdaderos axiomas, es que al captar el valor del bienestar y el


progreso de la vida humana y no humana en un mismo plano, y al separar la utilidad del

mundo no humano de los propósitos del hombre, se hace violencia a la realidad y a la

experiencia.

En este terreno se muestra más urgente la necesidad de desarrollar la ecología humana

Fenómenos como el creciente analfabetismo emocional, las dificultades de la vida de pareja y

de la vivencia de la intimidad, la funcionalización de las relaciones cotidianas, y trastornos

como la violencia intrafamiliar y la drogadicción, aparecen como expresión de esa pobreza

afectiva típica del mundo contemporáneo. Esta transformación debe incluir un cambio de

mentalidad, con nuevos estilos de vida que lleven a «una auténtica solidaridad de alcance

mundial, inspirada en los valores de la caridad, la justicia y el bien común.

Ni que decir tiene que estos modelos se constituyen desde tres vertientes bien

diferenciadas

Las creencias y valores aceptados por el común del espectro social. Lo cierto es que el

ciudadano se pasa la vida batallando en cada uno de los dos frentes descritos. Cierto que esa

guerra no sólo se desencadena en el ambiente urbano, pero tampoco es menos verdad que en

medio de la vida urbana esa confrontación es mucho mayor que si se vive aislado en una casa

de campo. El hecho es que nos pasamos la vida readaptándonos biológica y psicológicamente

a un medio que, independientemente de su grado de hostilidad –porque no siempre lo

estamos pasando mal–, nos presenta continuas demandas que satisfacer.

"Ovejero-Bernal , define con acierto al hombre como "un animal social con un claro
predominio de lo social sobre lo animal. " En la medida en que el hombre es menos animal es

también más social y, por tanto, más hombre". Muchos encuentros cotidianos son

desagradables, embarazosos o infructuosos debido a un comportamiento social

inadecuado. Una conducta se considera socialmente competente y adecuada dependiendo del

contexto social en el que se inscribe.

EL MODELO ECOLÓGICO DE BRONFENBRENNER

Estos interpretan el medio social como una concatenación ambiente independientes que

operan de forma similar a compartimentos estanco que se relacionan de suerte más o menos

compleja los unos con los otros. Además, ese plan puede cambiarse, con lo cual resultaría que

la estructura de los entornos de una sociedad puede verse alterada de forma notoria y

provocar cambios a posteriori en lo que respecta a la vida diaria de los sujetos. Por

ejemplo, hay claras evidencias de que la conducta de niños y adultos es diferente en

condiciones de experimentación de laboratorio y en la vida real. Tales diferencias explican a

su vez los distintos significados que esos ambientes tienen para los participantes según sea su

medio social y experiencia personal.

De este modo, la capacidad de un entorno para funcionar correctamente como contexto de

acción depende de la existencia y la naturaleza de las interconexiones sociales entre los

diferentes entornos.

Llegados a este punto, la transformación teórica es evidente y permite a

Complejo de relaciones que se dan entre las personas de un entorno, relaciones e


interconexiones que influyen indirectamente sobre el sujeto que actúa dentro del

mismo . Complejo de interconexiones entre los diferentes entornos en los que la persona en

participa realmente. No obstante, entre grupos diferentes ese patrón genérico es también

diferente y ello, según nuestro criterio, nos lleva a decir que existen propiedades ecológicas

concretas en el seno de cada contexto social.

Actividad molecular = Un simple acto

Puede hablarse, de tal modo, de una ecología de la vida ambiental ya que el sujeto puede

crear mesosistemas mentales. Las relaciones con los demás se constituyen como otro

elemento del microsistema que aumenta la complejidad de análisis de las experiencias dentro

del entorno. Si colocamos a las personas en distintos roles al azar, en otro tipo de situaciones

reales, y ello incluso dentro del mismo entorno en el que habitualmente interactúan, la

influencia del cambio de rol sobre las actividades y relaciones en las que participen será

radical y, supuestamente, habrá de alterar el curso de sus acciones. Estos puestos, en

general, se diferencian en función de la edad, el sexo, el parentesco, el estatus

social, etc., aunque hay otros parámetros como el grupo étnico de pertenencia que pueden

entrar en juego.

En la práctica, la etiqueta de rol de una persona puede ser definida en respuesta la pregunta

¿quién es esa persona?, desde la perspectiva de alguien que conoce a tal persona y el contexto

social en el que se ubica. Tales expectativas pertenecen no sólo al contenido de las

actividades sino también a las relaciones entre las dos partes, en función de unos parámetros

diádicos específicos. Pero, respecto del padre, se supone que el grado de reciprocidad y

afecto mutuo ha de ser mayor y que la autoridad paterna abarca una parte mayor de la vida
del joven que la del profesor o al menos así se entiende en las sociedades occidentales. Por

esto se explica que "es precisamente el hecho de que los roles estén incluidos en este contexto

más grande, lo que les da el poder especial para influir en el modo en que una persona se

comporta en una situación determinada, las actividades en las que participa, y las relaciones

que se establecen entre esa persona y las demás que están presentes en el entorno".

Los diferentes tipos de entorno dan lugar a patrones distintivos de rol, actividad y relación

para las personas que se convierten en participantes de esos entornos. Un ser humano no

puede funcionar de forma óptima sumido en un vacío social. "Y como los seres humanos, al

igual que todas las criaturas vivas, poseen fuertes mecanismos de supervivencia, lo primero

que hace una persona en estas circunstancias es llenar el vacío con significado social". Por

ejemplo, cuando se pide a un sujeto que evalúe ciertos aspectos del ambiente en el que

vive, éste, sin ánimo de mentir, tiende a situarse ante la expectativa generada por la

investigación en curso y suele decir justamente aquello que al encuestador le interesa

escuchar.

Tanto el encuestador como el encuestado se comportan de acuerdo a las expectativas de rol

que de ellos se tiene porque, al fin, la situación establecida es una situación

social, pretendidamente aséptica, a la que inconscientemente se rellena de un contenido

social.
Referencias Bibliográficas.

Gamboa-Bernal, Gilberto A. (2011). Ecología humana y ecología ambiental:

binomio clave. Persona y Bioética,. Recuperado de

https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=83221409001

Pérez-Fernández, F. (2004). El medio social como estructura psicológica.

Reflexiones a partir del modelo ecológicodeBronfenbrenner. eduPsykhé. Recuperado

de. http://hdl.handle.net/20.500.12020/108

Vidal, T. (2015). Psicología Ambiental ¿Disciplina de la Psicología u objeto

interdisciplinario? (Spanish). Recuperado de.

https://www.raco.cat/index.php/Waterfront/article/view/288564/376847

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