Está en la página 1de 8

La importancia es un sustantivo abstracto, muy subjetivo.

Las personas establecen


jerarquías y prioridades todo el tiempo, las reconstruyen, las reordenan, las suprimen o
adicionan según un sin fin de vicisitudes, pero siempre propias y en función del objetivo,
esa meta, secreta o explícita, que cada ser humano entiende por cada circunstancia en su
vida. La importancia en sí del tema, ya es bastante precaria, y no deseche el por qué tan
fácilmente quien califique el presente, por prejuicios cercanos a un área de conocimiento,
profesión o campo. Los intereses siempre están presentes en el campo semántico de la
importancia, y es evidente también que para administradores, u otras profesiones del área
tres del conocimiento educativo superior, e incluso, por qué no, ajenos que puedan
presentar desviaciones de su aptitud vocacional, todos entiendan y desarrollen una opinión
positiva de la importancia de la administración —a saber si sea sincera o no, ¿pero qué más
da?, es área tres, lo importante es la actitud positiva, la productividad, ponerse la camiseta
del equipo—, y lo que esperan de mí de igual manera para esta actividad. No obstante, es
para personas como yo, insertos en la creación literaria, y por tanto analíticos de la
condición humana, críticos de la sociedad, enemigos de la producción en serie y lo
cotidiano, poco o nada damos de importancia a semejante banalidad, la esencia que lo
contiene, y sobre todo, poniendo muy en duda el motivo —aseguro que disfrazado con
calzadores pedagógicos para manipular la currícula ante la DGP—, sin comprender la razón
ulterior de asignar a personas como yo una materia que escapa completamente del enfoque
del área cuatro, o pretender que desarrolle interés por vacuas y superficiales condiciones de
vida, que envenenan el sentido común, carcomen el tiempo tan precioso de vida con rutinas
que matan el espíritu humano, engañan los valores, los tergiversan, imponen una filosofía
laboral por sobre la de la vida, esconden la felicidad y la sustituyen con palabras de
liderazgo, oro y aplausos. No entiendo cómo esperan de mí, ni siquiera en un grado de
profesionalización sino incluso de especialización donde el largo camino recorrido en busca

1
de lo muy particular que cada ser humano lleva en el corazón es inexplicablemente
pervertido, que yo hable positivamente del caso, pues, querido lector, ¡Soy de Creación
Literaria! Ande usted y pida a alguien de Administración que elabore un ensayo sobre “la
importancia de los paradigmas y la deconstrucción de la teoría literaria de los formalistas
rusos”, y compruebe el resultado. Análogamente, la importancia que pueda yo pretender
por liderazgo, dirección o producción, es nula. Pero si desean calificar mi capacidad de
ensayo y escritura, mi juicio crítico y analítico, tengan por servidos sus propósitos; sin
embargo, si es la muerta burocracia la que exige de mí un resultado hipócrita, no con gusto,
pero se los daré. Dejando patente y manifiesta mi inconformidad ante materias de franco
relleno, y la desvergüenza de que ni siquiera editen los videos, tanto introductorio como
semanal, donde la presentadora da fe de mi hipótesis, al dirigir las alicientes palabras de
“ustedes que estudian Administración”. Sea pues.

La importancia de la evaluación del liderazgo asume e incorpora campos tan


diversos como laborales. Hoy en día ¿a quién no le sería de utilidad hacerse responsables de
sus recursos para alcanzar las metas organizacionales? Cómo vivir sin distinguir las
diferentes propuestas que motivan a los llamados subordinados, y qué vacía existencia lleve
el condenado a ignorar las mejores maneras para desempeñar responsabilidades
gerenciales. Son valores del administrador “y estos determinan su proceder, acciones y, por
tanto, sus resultados” (Ruiz, 2012, p. 12), lo que debe ser y lo que es correcto, dos maneras
de ver a la valiosa herramienta de trabajo, una tradicional, llamada teoría “X”, y una
profundamente humanista, llamada teoría “Y”, que “cree que una labor enriquecida motiva
al trabajador y éste produce más” (Ruíz, 2012, p.12) —“Producir más…”, me conmuevo
ante valor tan humanista—. El núcleo de ambas teorías claramente está en adoptar o no un
punto de vista negativo de la naturaleza humana, como acusación casi misántropa de los
creyentes de la teoría X, mientras que los de la muy elevada teoría Y sean acaso la
contraparte filántropa, quienes llevan luz basándose en el punto vista positivo de la misma
naturaleza humana. La evaluación, por tanto, de la posición en que se encuentra cada uno
con respecto a los dos enfoques —claramente no hay puntos medios, como a Aristóteles le
habría gustado para clasificar la complejísima teoría cartesiana como virtud—, es el

2
principio, más que fundamental, para comenzar el cambio de lo negativo a lo positivo, y
quizá cantar todos juntos Cumbayá, con McGregor a la mitad.
Evaluaré mi estilo según el instrumento de Hellriegel (2009, p. 272):

3
1
2
2
4

4
2
4

22

Describir tu resultado y determinar si tienes mayor tendencia a administrar bajo la Teoría X


o Teoría Y.
3
De mi resultado, 22 puntos, pues no dice nada. Indica que estoy un poco por debajo
de la media exacta ¿quiere decir que estoy más cerca la perfecta armonía que promete la
teoría Y?, pero ¿eso qué significa? ¿Qué se supone que haga? ¡En qué he fallado!

Bueno, tal vez aplicando el exacto instrumento estandarizado como test de


TVNovelas a otras personas descubra el secreto.

Nombre: Alma Rosa Hernández Estrada

4
2
4
1
1
4

2
1
1

16

He identificado a la primera persona en la zona de la teoría Y. ¿Y ahora? Quizá


encontrando un perverso X todo sea más claro. Vayamos por él.

Sergio López García

5
5
3
3
3
5

4
5
4

32

Lo encontramos. Y ahora que tenemos al malo y al bueno, ¿a quién linchamos?


Pero antes del siempre justo juicio de la opinión pública, quiero hacer notar lo difícil
que fue encontrar a alguien que cubriera los 32 puntos mínimos necesarios para
considerarla una persona X. Al parecer el enemigo, como siempre, ha sido descrito más
cruel de lo que es realidad, y para encajarlo como horrible, horrible ha sido su
posicionamiento. Y aún tengo dudas sobre el proceder del abogado McGregor. ¿Por qué
algunas preguntas tienden a partir de lo positivo, y otras de lo negativo? ¿Cómo puedo
alcanzar tatos puntos en este sube y baja mal construido?, porque si asigno alto puntaje a
valores positivos, pero también lo hago a los negativos sigo sin entender cómo es que un

6
alto puntaje dé como resultado una persona desequilibrada. No soy experto en la
estadística, ni quiero serlo, pero ¿estáis seguros que está bien hecho el cuestionario?
Supongo que ya probada la efectividad de tan bien elaborada teoría y sus
herramientas de medición, podemos pasar ahora a indicar su pertinencia en tres puestos de
una empresa, que en mi caso, será la universidad de mis estudios profesionales. Propondré
a las secretarias, a los almacenistas y a los intendentes, todos sindicalizados, y por tanto,
como en todos los sindicatos del país poseen inmunidad al despido, poderes inmanentes de
ociosidad e inmortalidad por el trabajo de los demás, son pues, en la jerga infantil, “de
chocolate”. Por tanto, y en palabras de un sindicalizado, “mi base me protege”, “no me
pueden hacer nada”, “si cierra me cambian nada más”, “no pueden reducirme el salario” y
el favorito de México “respeten mis derechos”, no importan los empleos de los demás,
mientras ese asalariado y convenenciero ente proteste, marche y exija que no se le evalúe,
que no se le despida, que cobre por holgar, que imponga su estulticie por encima de la ley,
pues la masa tiene el poder y el poder en México es de los sindicatos. He ahí pues, a
quienes según la teoría X, son el perfecto ejemplo de “recompensa (bonos de asistencia) y
castigo (pérdida de los bonos)”, el trabajador es perezoso por naturaleza, sólo se preocupa
por él, es un sistema profundamente rutinario y posee reglas más que firmes —a la hora de
exigir, no así de responsabilidad—.
En cuanto a los candidatos para la teoría Y, propongo a los profesores temporales,
los alumnos —¡Ay no, esos no son pagados! Entonces… ¿por qué se creen con el derecho a
huelga?—, los becarios y el personal a prueba. Su situación es afectada por la situación de
la institución, y son los más obligados a cumplir con el buen trato humano para conservar
su empleo. Deben demostrar capacidad para resolver problemas, no pueden ser pasivos,
deben demostrar que el trabajo puede ser una fuente de satisfacción, debe ser responsable y,
desde luego, son puestos a ayudar a resolver los problemas del sistema

Conclusión

Como resultado de toda esta práctica intelectual, he llegado a la conclusión de que


la teoría Y es lo mejor. Los trabajadores deben inspirarse para cumplir los objetivos de la

7
organización o empresa, ser productivos y alejarse de los negativos seres humanos que
desconocen la innovación de McGregor. Si todos pensáramos como él, el trabajo en las
empresas sería hermoso, colaborativo, lleno de valores y esperanza. Lamento mucho no
haberla conocido antes, pues he cometido tantos errores y no me daba cuenta. Por supuesto
que seré un mejor líder, siguiendo las enseñanzas de esta teoría. Estoy muy agradecido de
haber invertido todo este tiempo a conocerme mejor y a conocer lo que piensan los demás
sobre el liderazgo. Las oportunidades para mi campo laboral se abren gracias a esta visión
corporativa, seré un mejor empleado allá donde vaya, mejor compañero y ciudadano. Ahora
distingo el bien del mal en los quehaceres del campo laboral. Creeré en los demás, que son
trabajadores, les delegaré lo más que pueda, dejaré que todos los trabajadores de mi
empresa adquieran responsabilidades, participaremos todos, habrá mucha comunicación y
estaremos identificados con la empresa y su éxito, pues cuando los dueños de las empresas
crecen, crecemos todos. México en un gran país y puede serlo mejor con estos valores, esta
teoría y este tema tan interesante.

Referencias
Hellriegel, D., & Slocum, J. W. (2009). Comportamiento organizacional. México: Cengage Learning
Editores.

Ruiz Gómez, P. G. (2012). Dirección (Primera ed.). Tlalnepantla, Edo. de México, México: Red
Tercer Milenio.

También podría gustarte