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Entendiendo A Mi Hijo Millennial
Entendiendo A Mi Hijo Millennial
Miguel Leitón
La generación del Millennial está formada por todos aquellos jóvenes que llegaron a su vida
adulta con el cambio de siglo. ¿Qué les diferencia de otras generaciones? Para estos jóvenes, el
internet y las redes sociales son herramientas naturales en su día a día; las necesitan para hacer
sus transacciones, enterarse de lo que sucede en el mundo y compartir lo que son a través de
ellas. Es una forma de vida en un mercado más global que inicia a partir de los años 80 con
toda una serie de retos importantes.
Como padres, debemos estar actualizados con los términos que socialmente definen las
generaciones y sus características. ¿Quiénes son los Millennials? y ¿qué debemos tener en
cuenta en la relación entre padres e hijos?
Primero debemos ahondar en el porqué de las clasificaciones entre las generaciones. Cada
generación X, Y o Z va a estar marcada por un acontecimiento socio-histórico que, según los
expertos, tiene gran influencia en los modos de comportamiento de las personas nacidas en una
época en particular. Por ejemplo: la revolución industrial, la primera y segunda guerra mundial
y la revolución electrónica. Todos estos acontecimientos van a impactar el estilo de vida, la
visión de mundo, y nuestros modos de pensar y actuar con respecto a temas como trabajo,
familia, ser hombre y ser mujer.
De esta forma, el avance tecnológico y una época de gran progreso e innovación en el manejo
de la información, marcan el desarrollo y las formas de vida de nuestros hijos millennial
nacidos entre 1982-1994.
Ahora bien, el hecho de cuestionar estos temas no implica necesariamente que no crean o no
valoren estas formas de vida, sino que simplemente desean cuestionarlas para encontrar un
porqué. Y esto es una característica importante de los millennials. Para esta generación es
importante contar con verdadero sentido para lo que hacen, acorde a sus intereses y valores.
Es este cuestionamiento, el que muchas veces puede provocar conflictos en la relación entre
padres e hijos, porque los padres desean que sus hijos continúen lo que ellos han ido formando:
una familia, una carrera profesional, etc. Y muchos hijos millennials asumen un
comportamiento que los expertos han comparado con el efecto “boomerang”, ya que muchas
veces después de estudiar, vuelven a la casa de sus padres y retrasan la formación de un hogar
por la situación económica actual y la dificultad para encontrar un empleo y acceder a una
vivienda.
Este es uno de los mayores desafíos que está enfrentado esta generación, la postergación de la
conformación de una familia y la decisión de convertirse en padres. Y aunque parece una
decisión muy personal, puede transformarse en la causa de un importante fenómeno social: el
envejecimiento poblacional.
No podemos juzgar a nuestros millennials por su timidez ante la construcción de una familia,
muchos de ellos han sido marcados por el tema de divorcio directa o indirectamente. Muchos
de ellos han sido testigos de separaciones, infidelidades y relaciones fluctuantes. Además, han
sido expuestos a un discurso que prioriza las metas profesionales y personales antes de la
construcción de un proyecto familiar. Sin embargo, si esta generación no forma familia, están
antecediendo un caos social de gran magnitud. ¿Cómo estimular a nuestros jóvenes para que
puedan ver con ilusión el matrimonio y la paternidad?
Debemos hacerles ver las virtudes que tiene la vida en pareja y la experiencia de
convertirse en padres. Esto también implica mostrarles sinceramente los retos que
podrían enfrentar; se trata de dar no solo la versión positiva de los hechos, sino de
explicar los conflictos y las dificultades como parte de la vida.
Demostrar con nuestro ejemplo que en la vida de pareja, los conflictos no tienen que ser
sinónimos de un mal matrimonio o la causa para darse por vencidos y separarse.
Debemos mostrar la perseverancia, la paciencia y la decisión de amar cada día. Cuando
les hacemos ver las virtudes y lo hermoso que es esto, y lo reflejamos a partir de una
realidad, de un ejemplo, podemos motivarlos para que nos sigan.
Fortalecer nuestro diálogo, inspirarlos y animarlos; la siembra de valores que hemos
dejado en sus vidas dará su fruto.
Nuestros jóvenes de hoy en día se enfrentan a muchas presiones sociales. Como padres de
familia debemos acompañarles en este proceso, y buscar guiarles para que tomen las mejores
decisiones. En un mundo superficial, nuestro papel es mostrar dónde radica el verdadero valor
de ellos y de los que les rodean. Como padres siempre podemos utilizar nuestra experiencia y
nuestra influencia independientemente de la edad que tengan nuestros hijos.
Los principios de crianza siguen siendo los mismos para todas las generaciones: aceptar su
amor propio, admirarlos absolutamente, invertir tiempo para guiarlos y dejar una marca
mientras caminamos juntos.