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Funes el memorioso

2) ¿Qué características destaca el autor sobre el primer encuentro con Funes?


El Narrador se encuentra por primera vez con Funes cuando volvía con su primo de la estancia
San Francisco, en un atardecer de marzo o febrero del año 84. Corriendo una especie de carrera
con la tormenta que acechaba, entraron en un callejón que se ahondaba entre dos veredas
altísimas de ladrillo. Allí oye los rápidos y casi secretos pasos en lo alto, alza los ojos y ve un
muchacho que corría por la estrecha y rota vereda. Su primera impresión sobre Funes fue muy
transparente, el joven usaba bombacha, alpargatas, recuerda su cigarrillo en el duro rostro, con
voz aguda y burlona, les dijo la hora. El muchacho era conocido por algunas rarezas como la de
no darse con nadie y la de saber siempre la hora, como un reloj.
3) ¿Qué le ha sucedido a Funes?
Ireneo Funes sufrió un accidente de caballo, lo había volteado un redomón en la estancia de San
Francisco, y que había quedado tullido, sin esperanza. No se movía de la camilla. Aunque el
golpe lo haya fulminado, lo disimulaba con su soberbia.
4) ¿Qué actitud adopta?
Al caer, Funes perdió el conocimiento; cuando lo recobró, el presente nítido, y también las
memorias más antiguas y más triviales. Ahora su percepción y su memoria eran infalibles. Esos
recuerdos no eran simples; cada imagen visual estaba ligada a sensaciones musculares,
térmicas, etc. Su prodigiosa memoria estaba acompañada de su soberbia
5) ¿Que solicita Funes por carta?
Funes le solicita al narrador en una carta florida y ceremoniosa, en la que recordaba su
encuentro, desdichadamente fugaz, el préstamo de alguno de sus anómalos libros en latín
acompañado de un diccionario para comprender el idioma que ignoraba.
6) Citar ejemplos sobre la memoria prodigiosa
Funes enumera a Ciro, rey de los persas, que sabía llamar por su nombre a todos los soldados de
sus ejércitos; Mitríades Eupator, que administraba la justicia en los 22 idiomas de su imperio;
Simónides, inventor de la mnemotecnia; y a Metrodoro, que profesaba el arte de repetir con
fidelidad lo escuchado una sola vez.
7) ¿Qué proyectos tiene en mente Funes?
Funes tiene en mente un vocabulario infinito para la serie natural de los números y un inútil
catálogo mental de todas la imágenes del recuerdo.
8) ¿Qué sucede con ellos?
Funes no es capaz de entender las ideas generales, no comprende los símbolos genéricos, pues
para él no es posible que un concepto abarcara tantos individuos dispares de diversos tamaños y
diversa forma. Era el solitario y lúcido espectador de un mundo multiforme, instantáneo y casi
intolerablemente preciso, le molestaba que el perro de las tres y catorce (visto de perfil) tuviera el
mismo nombre que el perro de las tres y cuarto (visto de frente).
9) ¿Qué relación existe entre la memoria y la inteligencia? Realice un breve texto donde
exponga sus ideas respecto del interrogante planteado.
Creemos que una buena memoria no es sinónimo de inteligencia, pues podemos recordar todos
los conceptos y la teoría y no saber usarlos de forma práctica. La memoria de Ireneo, aunque le
otorgó muchos conocimientos, muchas veces no lo beneficiaba, pues se abstraía recordando
detalles vacíos, rememorando momentos en vano. Pensar es olvidar diferencias, es generalizar,
abstraer, la mente abarrotada de Funes no podía hacer esto. “-Mi memoria, señor, es como
vaciadero de basuras”
10) ¿Cómo concluye la obra?
Una charla continúa hasta el amanecer. Cuando a la luz del día, el narrador observa a Funes, ve
un alma vieja, como si hubiera vivido en el antiguo Egipto, anterior a las profecías y a las
pirámides, se lamenta haber actuado de forma inútil ya que Ireneo recordará todas sus palabras y
gestos. El narrador se despide y regresa a Buenos Aires. La obra finaliza en 1889, cuando el
autor se entera de la muerte del joven Funes, a sus 21 años

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