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“Estilos argumentativos I”

Taller de redacción y sintaxis, 2021-I


Universidad del Rosario
Estudiante José Alejandro Molano López
Durante esta primera parte del curso se ha abordado la escritura, principalmente,
desde la elaboración de oraciones más o menos complejas, según la presencia de incisos.
De allí que la estructura general de la oración, según la relación entre el verbo principal, su
referente y predicado, ha exigido también recordar las funciones principales de algunos
signos de puntuación (punto seguido y aparte, coma, paréntesis, guiones, punto y coma, dos
puntos, signos de admiración y de interrogación).
En cuanto a la construcción de párrafos, se ha insistido en que no deben confundirse
estos con las oraciones que los constituyen, de modo que del frecuente empleo del punto
seguido depende evitar tal confusión o lo que Daniel Cassany denomina “párrafo-frase”.
Claro que para que sea explícito cómo se relacionan las oraciones de un párrafo entre sí,
también resulta un valioso recurso el frecuente uso de marcadores textuales o conectores.
Ahora, para verificar la asimilación de estos conocimientos de redacción y sintaxis
lea con atención el texto que enseguida se cita. Luego, elabore dos párrafos en los que
manifieste sus primeras impresiones al respecto. Para tal fin, esfuércese para que cada
oración que elabore no supere los tres renglones y desconfíe de párrafos constituidos por
una sola oración. Por favor, envíe el desarrollo del taller en este mismo formato de
procesador de textos Word, con esta misma fuente, interlineado semejante y las demás
características formales aquí empleadas.
“Inteligencia”, en Uno y el universo (1970), de Ernesto Sábato.
“Entender es relacionar, encontrar la unidad bajo la diversidad. Un acto de inteligencia es
darse cuenta de que la caída de una manzana y el movimiento de la Luna, que no cae, están
regidos por la misma ley. Como una especie de detective secular en una Gran Novela
Policial, la inteligencia persigue interminablemente a la verdad, buscándola hasta en los
lugares menos sospechosos; está abierta a todas las posibilidades y por eso debe combatir a
cada instante contra la rutina, el lugar común, el dogma y la superstición, que pretenden en
cada caso haber aclarado el enigma, ignorando o queriendo ignorar que la verdad tiene
infinitos cómplices e infinitos lugares diferentes. Porque combate contra todos los dogmas
y supersticiones, la inteligencia es capaz de comprender lo que hay de verdad en cada uno
de ellos; un hombre inteligente no se caracteriza porque no comete errores sino que está
dispuesto a rectificar los cometidos; los hombres que no cometen errores y que tienen todo
definitivamente resuelto son los dogmáticos: se caracterizan por tener una Iglesia, una
Ortodoxia, un Papa infalible, una Inquisición; no hay que creer que estas organizaciones
sólo aparecen para defender a Dios: algunas aparecen para demostrar su inexistencia. Lo

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difícil de esta tarea está en que la inteligencia debe proceder en forma helada e imparcial en
este interminable pleito siendo que a la vez aparece encarnada en forma humana y, por lo
tanto, mezclada con la debilidad, la simpatía, la violencia, el fanatismo y la furia, que son
nuestros atributos más frecuentes”.

En el texto Sábato define a una persona inteligente y por consiguiente a la inteligencia de


una manera objetiva y menos vaga que la concepción que se tiende a tener de la misma. El
autor define a una persona inteligente como alguien que posee una disconformidad y duda
constante, alguien en una infinita búsqueda de una verdad: su propia verdad.
A la vez que el autor explica la inteligencia, también critica a instituciones que, por dar una
supuesta verdad absoluta, le dan al humano conformidad. Una conformidad que ignora y
directamente descalifica el infinito mundo de verdades que existen y que frena
completamente esta necesaria disconformidad que se debe tener con el mundo.

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