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Entrevista con Rosa García Gutiérrez rios, que le resultaba esté- concepción de la ética personal,
Un premio Nobel
ticamente agotado y, ade- fueron siempre un contrapunto
más, le generaba dudas fundamental para la desmesura
éticas. Las cartas que se emocional de Juan Ramón.
intercambiaron durante el
noviazgo muestran cómo ¿Qué papel tuvo Juan Ramón con la
todavía desconocido
el temperamento y las generación del 27?
opiniones poéticas de Ze- Por edad, Juan Ramón fue pri-
nobia lo ayudaron a des- mero maestro de los jóvenes que
pedirse de esos amarres formarían la Generación del 27,
decadentes y a forjar el y después, su contrafigura: ese
RO CÍO LANCHO GARCÍA ciones, siempre en estrecha cola- cada? nuevo yo poético que padre simbólico que era precep-
boración con la Casa Museo Ze- Juan Ramón fue autor de una irrumpió de manera deci- tivo cuestionar y desacralizar pa-
nobia-Juan Ramón Jiménez y obra inmensa, difícil de abarcar siva en Diario de un poeta ra conquistar el presente poético
Juan Ramón Jiménez, reconocido con el con Carmen Hernández Pinzón, y no siempre accesible para todo recién casado. El propio y legitimarse en él. Juan Ramón
premio Nobel de Literatura en 1956, si- sobrina nieta del poeta; ha pues- el público. La escritura de Plate- título de ese libro de 1917, no supo entender bien este me-
gue siendo un gran desconocido. No solo to en marcha la Biblioteca de Es- ro y yo coincidió con años de que funde la experiencia canismo inherente a la tradición
fue un poeta central del siglo XX, ex- tudios Juanramonianos, colec- enorme productividad, poema- poética con la matrimo- moderna y le dolieron y ofendie-
traordinariamente original y valiente, ción de libros que se aloja en el rios y libros en prosa que queda- que no hace justicia a su compo- nial, lo dice todo. Zenobia, que ron, tal vez en exceso, algunas de
sino también una figura cultural de pri- Servicio de Publicaciones de la ron a veces inéditos, y ese libro nente crítico. Mucho después, el era bilingüe, ayudó a Juan Ra- las reacciones que los antiguos
mer orden y una vigencia sorprendente. Universidad de Huelva; colabo- sirvió para aquilatar su lugar en sistema educativo franquista món con el inglés y lo acercó a discípulos escenificaron contra
Así lo asegura Rosa García Gutiérrez, ra en la financiación de investi- el panorama intelectual de la se- contribuyó a reducir la hetero- poetas que le serían fundamen- él. Sin embargo, es imposible
directora de la Cátedra Juan Ramón gaciones en torno a la obra del gunda década del siglo XX. Su doxa e incómoda figura de Juan tales tras el Diario: Emily Dic- entender la poesía de la Genera-
Jiménez de la Universidad de Huelva. poeta; y recibe alumnado en éxito fue inmediato: la edición Ramón a Platero y yo, un libro kinson, Tagore, Ezra Pound o ción del 27 sin el magisterio de
En esta entrevista a L’Osservatore Ro- prácticas tanto de la propia Uni- de 1914 en la colección ‘Bibliote- excelente y complejo, pero con Yeats, entre otros. Es un error Juan Ramón e, incluso, se po-
mano, explica la influencia que tuvo en versidad de Huelva como de la ca Juventud’ lo consagró como el cual era fácil trasladar una pensar que esta mujer moderna y dría decir más: el viejo Juan Ra-
la obra del poeta su matrimonio con Ze- Universitá degli Studi di Torino, a tra- posible lectura infantil, y la de imagen convenientemente ino- decidida abandonó su vocación món acabó superando en mo-
nobia Camprubí, así como la relación de vés de un convenio con la profe- 1917 en la editorial Calleja como cua del poeta y borrar su obra en para ponerse al servicio de Juan dernidad y osadía a muchos de
Jiménez con Hispanoamérica y la hue- sora Isabella Mininni. Creemos un libro que concentraba los el exilio. La inserción en el siste- Ramón. Escribió alguna vez de sus discípulos. Si la Generación
lla que allí dejó su poesía. que, a pesar del Nobel, Juan Ra- ideales poéticos y humanistas de ma educativo —no solo español— joven, pero su vocación no fue la del 27 quiso hacer de Juan Ra-
món Jiménez sigue siendo un la Institución Libre de Enseñan- de Platero y yo hizo a Juan Ra- literaria. Su actividad pública món la arquetípica figura de au-
gran desconocido. No solo fue za y el posmodernismo. Platero món inolvidable pero también fue inagotable, y más aún al lado toridad, el padre simbólico con-
¿Cuál es la misión de la Cátedra Juan un poeta central del siglo XX, ex- y yo condensó las preocupacio- sepultó gran parte de su obra. de Juan Ramón: fue figura cen- tra el que definirse, lo cierto es
Ramón Jiménez? traordinariamente original y va- nes sobre España y la moderni- tral del Lyceum Club Femenino, que Juan Ramón fue un padre
La Cátedra, que se fundó en el liente, sino también una figura dad de las élites intelectuales y ¿Cómo influyó su matrimonio con Zeno- institución fundamental para el díscolo, con frecuencia menos
año 2014, tiene como objetivo fo- cultural de primer orden y una ofreció nuevas posibilidades pa- bia Camprubí en su obra? desarrollo del feminismo en Es- sumiso a la ortodoxia y a la ofi-
mentar en todos los ámbitos el vigencia sorprendente. ra la prosa poética. La compleji- Enormemente. Cuando conoció paña, emprendió negocios rela- cialidad de lo que algunos
conocimiento de la vida y la obra dad y hasta el hermetismo de los a Zenobia, Juan Ramón llevaba cionados con el mundo de la ar- miembros de la Generación del
de Juan Ramón Jiménez. Para Juan Ramón Jiménez, principalmente libros poéticos posteriores real- tiempo buscando un nuevo ca- tesanía popular, o dio clases en 27 acabaron siendo. Es conocido
ello, desarrolla ciclos de confe- conocido por su obra Platero y yo, pero zó el éxito popular de Platero y mino poético e intentando li- la Universidad de Maryland du- el enfrentamiento que mantuvo
rencias, cursos de verano, sim- su obra va mucho más allá. ¿Por qué yo, del que fue consolidándose brarse del solipsismo quejum- rante el exilio. Su personalidad con Neruda a comienzos de los
posios internacionales y exposi- cree que esta ha sido su obra más desta- una lectura costumbrista y naive broso de sus primeros poema- alegre y resolutiva, también su 30, ejemplo paradigmático del
parricidio literario que caracteri-
zó a las vanguardias. Menos co-
nocida es la rectificación que en
los años cuarenta publicó Juan