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2020, Sobrevolando el Ciberespacio Colombiano.

Andres David Valencia Renteria.

Hoy en día puedo decir que la tecnología nos abre más puertas de las que nos cierra, se ha
vuelto una herramienta de oportunidades; él quien la usa es eficiente, efectivo, económico y
se aumenta puntos al pensamiento crítico, pero cuando nos cierra las puertas, se vuelve en
esa herramienta de uso inadecuado y segadora, si el sujeto que está utilizando mal esta
herramienta en la -realidad- en la que vivimos, definitivamente no está sacándole el mayor
fruto y potencial que ofrece este hecho social, el esfuerzo por utilizar la tecnología para
quebrantar derechos humanos es un mal uso de la herramienta, al igual que las culturas
sesgadas que dicen -que las tecnologías no ayudan, sino que antes les retrasan sus hábitos
y prácticas -.

De hecho digo que cada influencia o tendencia tecnológica que aparece, es vista como una
“caja negra” -como lo define Latour-. y es que en Colombia “... país que se encuentra
sectorizado geográficamente...”, se encuentra en una batalla por la intervención de
tecnologías, comenzando con el que 50% de los hogares no cuentan con conexión a
internet y solo el 38% de las personas no usa la red de redes, en un estudio de la
universidad del rosario en el centro de estudios de telecomunicaciones de américa latina,
“… y por esto es que resulta complejo que las facilidades de lo digital lleguen a todas las
regiones.” Valeria Gautier, directora de departamento de matemáticas aplicadas y ciencias
de la computación. Por lo tanto, cuando se ingresa a una comunidad nueva tecnología,
como internet u otra infraestructura -como espacio virtuales- , estos usuarios se quedarán
sorprendidos de la complejidad del humano lejos de la naturaleza, aislado en una pequeña
cámara de acceso libre a datos infinitos.

Sin embargo, aunque la geografía de colombia sea tan compleja, es muy acertado de que
las tecnologías avanzan tan rápido y preciso que estas mismas facilitan el desarrollo de su
infraestructura, la evolución de la conexión tardía y sin olvidarnos de la -falta de interés- del
usuario, no obstante se tiene que enseñar el buen uso de estas tendencias -porque se
están utilizando a medias las tecnologías, sin sacar el máximo provecho de ello-, sintiendo
también un etnocentrismo virtual y al igual que la preocupación del “... entorno a su uso y
apropiación, limitando con ello la posibilidad de establecer una relación mucho más
profunda entre sociedad, tecnología y comunicación.” Edgar Gómez en -El ciberespacio ha
muerto: autopsia desde la sociología- pero los usuarios de hoy en Colombia han establecido
esa relación tan profunda que el uso y apropiación ya no es algo técnico no recurrente, se
transformó en institucionalmente recurrente. Los usuarios más activos con la tecnología se
consideran -influenciadores- contextualizando la ubicación geopolítica de colombia, donde
cada uno de estos individuos utiliza la tecnología de manera influenciable socialmente. No
obstante, es considerable hacerse la pregunta; ¿En realidad, en Colombia se usa bien esta
Tecnología del Ciberespacio?, ¿Acaso esta herramienta no estará controlada por grandes
compañías que tratan de gobernar un espacio libre y sin ataduras?.

Esta herramienta hace parte de nuestro diario vivir; consiguiendo efectos tan reales como
cualquier otra práctica social, recoleccionando datos e interactuando, y como práctica social
nos conlleva a que diferentes culturas usen esta herramienta más como comunicación, que
como optimización, en mi sentido de verlo como -una herramienta capaz de transmitir
mensajes y prácticas culturales, mas no innovando y creando una nueva forma de transmitir
el mensaje- entonces, los usuarios tienen relaciones sobre máquinas virtuales. La
tecnología y los estudios culturales no comparten un mismo nivel crítico e innovador -ese
pensamiento crítico inherente a la tecnología en la solución de una cultura- y es que para
Stuart Hall “Las relaciones sociales existen. Hemos nacido en ellas. Tales relaciones existen
independientemente de nuestra voluntad, son reales en su estructura y tendencia” (Stuart
Hall ,1985). Si la realidad está constituida discursivamente y argumenta, el discurso se toma
como un hecho social más, de los que están constituidos por los sujetos que comparten,
debaten y educan.

Si, Colombia aparte de estar usando mal esta herramienta las grande compañías
aprovechando de -ello y aquello-, tal vez tantos datos nos condujo a hacer -el perezoso
inteligente- pero no solo llegamos a creer en los algoritmos y sus pasos inmediatos para dar
respuestas del comercio, llegamos a esta era, los datos se están incrementando, ya no son
ni gigabytes, ni megabytes, estamos en la era de los petabytes, una era de almacenamiento
continuo en la nube, donde masivamente se sube información de usuarios diariamente, una
era en que el -Big Data- se ha convertido en una herramienta más para hacer etnografía; la
tecnología en la sociedad colombiana está avanzando de tal punto, que no tiene una meta
trazada -ella solo avanza en vanguardia hacia a una actualización más- y si tiene alguna
meta, le hace falta componentes en su divulgacion, educacion y uso.

Cada vez más disciplinas distintas están haciendo etnografía o dicen hacer la, los
antropólogos un poco disgustados de que están haciendo una mala práctica, ya que sus
modelos radicales, se basan en la experiencia en el campo, del objeto de investigación,
Bronislaw Malinowski claramente nos ilustra -cómo debe de ser- el modelo. No obstante, la
tecnología más los datos masivos, han dejado atrás el método científico, los modelos de
investigación que hace años han sido la base de la ciencia. Ahora, están apuntando a que
los algoritmos, los números y las matemáticas, nos expliquen el comportamiento de la
sociedad.

Les pido a los investigadores que si no están haciendo una buena etnografía solo limitense
a los estadísticos como George Box que hace 30 años, seguro de sus modelos, ecuaciones
cosmológicas y teorías del comportamiento humano, fueron capaces de explicar de manera
consistente el mundo y predicciones en las que vivimos. Aunque no pasó mucho tiempo
para que Marian Bantjes nos ilustrara con la portada, “Todos los modelos están
equivocados, pero algunos son útiles”, esta guía de pasos para coleccionar datos
estadísticos, se llaman algoritmos, que ya cualquier empresa teniendo la gran cantidad de
datos puede sacar su propio algoritmo estadístico y claro, no se necesita ahora tener un
modelo científico que explique el comportamiento de una sociedad porque ya tienen -la
respuesta en números y no en el contexto del como-.

Chris Anderson en 2008 escribe el artículo “El fin de la teoría: el diluvio de datos hace
obsoleto el método científico” en la revista Science, dice que si “... Hace setenta años, las
computadoras digitales hicieron que la información fuera legible. Hace veinte años, Internet
lo hacía accesible. Hace diez años, los primeros rastreadores de motores de búsqueda lo
convirtieron en una única base de datos…”, esto implica que ya no se necesita teoría social
por que tenemos acceso a la base de datos en tiempo real de la sociedad, por lo tanto no es
lo mismo hacer etnografía a hacer modelos estadísticos, el big data es una base de datos
en el ciberespacio, pero además de eso sabemos que podemos ser parte de una
comunidad virtual, para eso debes de tener una identidad virtual, por lo tanto para ser una
etnografía de una comunidad -real- debes tener en cuenta si la población tiene acceso al
ciberespacio, si lo tienen, aparte de la primera etnografía, se tiene que hacer la etnografía
virtual dentro del ciberespacio. Las personas pueden llegar a tener un comportamiento
diferente en la realidad y en lo virtual.

Ahora las compañías como Google no se conforman con modelos equivocados y están
conquistando al mundo de la publicidad con nada más que matemáticas aplicada, su era es
la era más medida de la historia, cuando entras al ciberespacio, sabes que ya tienes un
medidor de clics, los algoritmos de los apps de las compañías tiene acceso a rastrear tu
movimiento, -cookies-. Hace años atrás era diferente, podíamos hacer todo sin depender de
las compañías de producción de instrumentos digitales, éramos capaces de programar
nuestra propia página web y agregarle la cantidad plugins con un dominio libre, sin que
compañías fueran a cobrar.

Esto ocurrió en 1996, un año después que Bill Clinton cambiará la legislación para poder
comerciar en internet, cuando John Perry Barlow cofundador de la Electronic Frontier
Foundation nos decía “Vengo del Ciberespacio, el nuevo hogar de La Mente”, escritor de la
famosa “Declaración de Independencia del Ciberespacio”; “No tenemos un gobierno electo,
ni es probable que tengamos uno, así que me dirijo a usted sin mayor autoridad que aquella
con la que la libertad misma siempre habla...”, -no tendrán gobierno pero sí deben tener
conocimientos previos para utilizar este espacio-, “...Declaró que el espacio social global
que estamos construyendo es naturalmente independiente de las tiranías que intentan
imponernos…”, -pero no olvides que las personas libres sin modelos, sus gustos han de
temer-, “...No tienes derecho moral a gobernarnos ni posees ningún método de ejecución
que tengamos verdaderos motivos para temer...”, -nos destruiremos nosotros mismos
utilizando un espacio sin siquiera saber que es-, “...El ciberespacio no se encuentra dentro
de sus fronteras. No pienses que puedes construirlo, como si fuera un proyecto de
construcción pública. No puedes. Es un acto de la naturaleza y crece a través de nuestras
acciones colectivas…”, -crece a través de las acciones de los miles de usuarios con sus
actos, sus comunidades, su cultura-, “...No se ha involucrado en nuestra gran conversación,
ni ha creado la riqueza de nuestros mercados. No conoces nuestra cultura, nuestra ética o
los códigos no escritos que ya le dan a nuestra sociedad más orden del que podría obtener
cualquiera de sus imposiciones...”, -de seguro no necesitas un neoliberalismo en tu ética
fantasma-, pero de seguro debes entender que haciendo parte de una comunidad virtual
tienes y necesitas reglas, porque de hecho eres una comunidad.

Ya han pasado más de 30 años y tantos datos, han hecho que descubrieramos tu cultura, tu
forma en la que actúas, miles de datos que suponen una estadística pero aún más tu
contexto social, enormemente entre Colombia y el ciberespacio. Winner señala la “política
inherente en los objetos tecnológicos” y es que el hecho de que “las tecnologías no son
simples medios para las actividades humanas, sino también poderosas fuerzas que actúan
para dar nueva forma a dicha actividad y a su significado”(Winner, 1982). Significado que
termina por interpretar el usuario mal por culpa de la prisa que lleva la sociedad, al -intentar-
subirse a la ola tendencial de la tecnología sin una enseñanza previa, mi preocupación es
quién o qué le enseñaría al usuario al darle un buen uso a las tecnologías, para -Solotov
Media- la preocupación es la misma pero inherentemente al sector laboral.

Entre más datos menos analogías organizacionales, menos contexto en los datos, menos
sobre la cultura y las convenciones de la publicidad, una era de inteligencias artificiales
analicticas con la ayuda de la tecnología, una era en la que vemos primero los datos
matemáticamente y despues el contexto, por lo tanto toda esta ola de algoritmos nuevos y
usuarios sin un conocimiento previo del ciberespacio, están haciendo etnografías digitales
en comunidades virtuales, pero sin saber la -desigualdad algorítmica- en Colombia.

Lo que ocurre ahora es que las grandes compañías están haciendo modelos estadísticos
para entender una sociedad sobre números, pero la entiende con ciertas limitaciones al
describir sus usuarios, por que no saben como se ven, cómo viven, cómo es su morfología,
etc. Normalmente son datos generalizados del ciberespacio hacia adentro y no de él hacia
afuera, entonces están midiendo todos los movimientos y gustos de los usuarios dentro del
ciberespacio pero esto debe de ser una herramienta más para hacer una etnografía, en
realidad solo serán datos estadísticos hasta que estudiemos al usuario individualmente sus
-prácticas, costumbres, gustos, intereses-, quien usa estas tecnologías las usa para
complementar su forma de praxis social, esta etnografía virtual podría ser útil a la hora de
descubrir gustos ò intereses distintos de los usuarios que normalmente no exponen a una
sociedad distópica como Colombia.

La tecnología claramente reforma los límites de recolección de datos, en Colombia estos


límites llegan a sorprender por que por un lado regiones enteras sin acceso al ciberespacio
y por el otro regiones desarrolladas con acesso pero con desigualdad algorítmica, “La crisis
financiera dejó bien claro que las matemáticas no solo estaban profundamente involucradas
en los problemas del mundo, sino que además agravan muchos de ellos. La crisis
inmobiliaria, la ruina de grandes entidades financieras, el aumento del desempleo: todo esto
había sido impulsado e inducido por matemáticas que blandían fórmulas mágicas”, Grandes
empresas de producción de instrumentos digitales pregona los modelos matemáticos para
sociedades más igualitarias porque juzgan con las mismas reglas, pero Cathy O’Neil lo
resalta como “Armas de destrucción matemática” -El big data aumenta la desigualdad y
amenaza la democracia- (Capitán Swing, 2016), modelos matemáticos que son
incontestables, secretos e injustos. Desde encontrar la persona adecuada para un puesto
de trabajo hasta catalogar la información que recibimos a través de las redes sociales
-canales de comunicación-, desconocemos las reglas con las que se han construido y a
menudo no somos conscientes de que nos estamos sometiendo a su juicio, bajo ese
secretismo los algoritmos suelen operar contra los intereses de las personas. O’Neil afirma
que estas tres características hacen que los -algoritmos matemáticos- no solucionen los
problemas que tenemos, sino que los hagan peores.

Mientras la tecnología avanza en colombia y no se detiene, la sociedad intenta subir a ella


sin conocimientos previos, tanto así que estamos viendo el ciberespacio como algo tan
cotidiano como la televisión, algo tan normal como un evento que debemos usar
cotidianamente, la única diferencia es que en el internet debemos -estar-.

Son estas grandes cantidades de datos y matematicas aplicadas que reemplazan a


cualquier otra herramienta de investigación para entender el comportamiento humano, en
ese contexto nos olvidamos de las teorías del comportamiento, la lingüística, la sociología,
la ontología y la psicología. Con suficientes datos los números hablan por sí solos, las
personas hacen eso por que lo hacen -y punto-, podemos rastrearlos, podemos medirlo
todo pero sin un modelo, sin un método científico que confirme los resultados
coincidenciales que saca una estadística masiva de datos, es solo ruido con sentido a dejar
atrás un enfoque de la ciencia -hipótesis, modelo, prueba- , modelos que hacen ver mejor la
imagen de la realidad, con su defectos pero útiles.

Chris Anderson mencionaba en su artículo que (“los petabytes nos permiten decir: la
correlación es suficiente”) a tantos datos en tiempo real, buscar un modelo no hace falta, se
pueden analizar los datos sin tener una hipótesis, podemos tener datos de grupos
informáticos más grandes del mundo, con un algoritmo de A.I. se puede encarga de
encontrar patrones donde la ciencia no puede. Gran ejemplo con la secuenciación del gen
de escopeta por Craig Venter, pasó de secuenciar organismos individuales a secuenciar
ecosistemas enteros aunque, no puede decir mucho sobre las especies, porque tiene solo
una secuencia estadística en una base de datos, un modelo matemático capaz de arrojar
predicciones y comparando esto con una secuencia que Facebook tenga en su página. Son
solo datos y la tecnología el medio como se propaga el nuevo modelo de entender el
mundo, Solotov Media cree que hace falta componentes cuando se utiliza esta tecnología
del ciberespacio, ¿Serà este el factor de la desigualdad algorítmica en Colombia?.

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