Está en la página 1de 3

INTRODUCCION

Es muy importante que las personas que se dedican a la profesión de enfermera, tan antigua
como el mundo, pero en la cual cada día hay nuevas posibilidades, sepan algo de su historia. Esta
nos estimula revelándonos el progreso que se ha hecho a base de empeño y persistencia y además
las oportunidades que cada día le multiplican los medios. Cuando aprendemos algo sobre la
lucha intensa de largos años, siempre dura y a veces amarga, que ha sido necesaria para traer
nuestra profesión al camino del progreso; no solamente conocemos nuestra oportunidad e
importancia, sino que enfrentamos más diligentes y llenas de esperanzas el trabajo.

El cuidado de los enfermos no es meramente una ocupación, sino más bien, una gran vocación.

Es realmente muy difícil para una persona que no siente verdadera vocación, formar en la
profundidad de su conciencia un firme y desinteresado propósito de servir a la humanidad, es
decir, no podrá ser una buena enfermera. Esta presta sus servicios en el hogar, en la escuela, en la
industria, en la recreación, en el cine, en la calle. Ella extiendo su acción sobre, mar, aire y toda
la tierra, en tiempo de paz como de guerra la enfermera es un mensajero de salud y de paz única
en su oportunidad.
ASISTENCIA DE LOS ENFERMEROS EN LA ANTIGÜEDAD. ERA PRE-CRISTIANA

El cuidado de los enfermos es uno de los aprendizajes más antiguos. Siempre ha habido
enfermos que cuidar. La enfermería es tan vieja como las ocupaciones de la mujer y es de las
ramas más recientes entre las ciencias médicas. Ha debido coexistir con la primera madre que
cuido de su hijo desvalido; haciéndole posible la vida y creo métodos tanto para atender las
emergencias como para evitarlas. La madre más experta obtuvo mejores resultados en sus
cuidados los procedimientos sencillos y a la vez eficaces en el cuidado a los enfermos. La
necesidad de este servicio se fue acentuando más y más, hasta ser lo imprescindible a las
generaciones siguientes y a las diferentes razas. Naturalmente todos los quebrantos no podían ser
curados con los sencillos y escasos conocimientos al alcance del hombre en aquella época.

Hace veinte mil años ya había empezado la lucha entre el hombre y las enfermedades. La vida
era cruel, dura y cortas; hombre, mujeres y niños, eran víctimas de las enfermedades y los
accidentes. Se puede asegurar que sus conocimientos en cuantos curar y evitar enfermedades o
atender a las heridas causadas por accidentes, no eran muy superiores a las de los animales
salvajes ninguno de los de su especie ha de presentarle ayuda. Una bestia inválida se esconde,
lame sus heridas y las expone al agua corriente para aliviar la inflamación y limpiarla. No cabe
duda que así hacia el hombre primitivo cuando estaba enfermo o herido, todo el mundo huía de
él, y moría abandonado. La caridad, la buena intención de ayudar al enfermo, de contribuir a su
defensa contra las dolencias físicas, fue el primer paso que dio el hombre en la lucha contra las
enfermedades.

Al hombre primitivo le debemos el origen del médico, pero es una criatura tan singular, que
habiendo señalado el camino y dado los primeros pasos que lo conducían hacia la cura de las
enfermedades; perdió la ruta y se metió a andar por un laberinto de sendas descarriadas que lo
apartaron de la ciencia, y lo llevaron a un mundo de magia y superstición. Creía el que las
enfermedades no provenían de las causas naturales, sino sobrenaturales, o sea cosa animada
como inanimada. Los salvajes ínfimos tenían una variedad de conocimientos, basados muchos de
ellos en el instinto. Casi todas las tribus practicaban el masaje con buenos resultados; baños para
hacer sudar, fomentos y otras medidas hidroperapeuticas, sangrías, aplicaciones de ventosas en
caso de dolor, abrir abscosos para drenaje, amputaciones, detener hemorragias cauterizando con
piedras calientes. Se ha sabido que algunas tribus hacían cesáreas a las muertas. Baas dice que
los primeros servicios curativos eran quirúrgicos y tuvieron un grado de perfección antes que la
medicina. Los servicios de la oftalmología y el de las ecomadronas, se hacían desde temprano.

Los hindúes operaban en casos de hernias, labios leporinos y cataratas. Estas prácticas tuvieron
su origen en la necesidad y hacían las ayudas por el instinto. Pero cuando fallaban estos
tratamientos hacían uso de la meta.

También podría gustarte