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Algunas observaciones sobre la personalidad de

Jruschov1
L.M. Kaganovich
(Traducido de  Revolutionary Democracy  )

Considero que es necesario responder a la pregunta planteada por algunos de mis amigos y por
otras personas que me critican por el hecho de haber sido el que promovió principalmente a
Jruschov a lo largo de varios años.

Como Secretario del Comité Central estuve a cargo de trabajos relacionados con los cuadros del
Partido y de promover una serie de personas capaces, sobre todo de la clase obrera. Así es como
conocí a Jruschov. En 1925, yo, como secretario general electo del Comité Central del Partido
Comunista de Ucrania, abandoné Járkov en una visita a nuestro centro industrial en Donbas,
principalmente a Yuzovka donde había trabajado clandestinamente hasta la Revolución. Después
de visitar varias minas, plantas, pueblos y distritos, participe en la Conferencia del Partido
celebrada en Okrug. Fue durante la conferencia que un delegado, el camarada Jruschov, vino
hacia mí. Él me dijo: "Usted no me conoce, pero yo lo conozco, usted nos visitó... a principios de
1917 como el compañero Kosherovich. He venido a usted con un problema personal: es difícil
para mí trabajar aquí, lo cierto es que en 1923 y 1924 yo apoyaba a los trotskistas, pero a
finales de 1924 comprendí mi error y lo admití. Incluso fui elegido Secretario del comité de
distrito. Pero me lo hacen recordar todo el tiempo, sobre todo el camarada Moisinko del Comité
Regional. Nuestra delegación me ha nominado al presídium de la conferencia. Aquí le estoy
pidiendo, como el Secretario General del Comité Central de Ucrania, que me ayude y me envíe a
otro lugar".

Jruschov creó una buena impresión en mí. Me gustó su atrevimiento directo y su sensata
evaluación de su posición. Le prometí que al llegar a Járkov meditaría para encontrar un lugar en
donde transferirle. Poco después mi asistente me informó que el camarada Jruschov, que había
venido desde Donbas, estuvo llamando desde la estación y preguntando si yo lo recibiría. Le dije
— que venga. Inmediatamente le recibí. Todavía recuerdo cómo me agradeció el hecho de
haberlo recibido en seguida. Dijo, 'Creí que iba a esperar mucho tiempo'.

Habiendo notado que estaba pálido le pregunté, 'Seguramente has venido directo desde el tren y
tienes hambre'. Él sonrió y dijo: 'Al parecer, usted es un hábil observador. Realmente no he
comido nada desde hace mucho tiempo'. 'Entonces comerás algo, hablaremos más tarde'.

Él se sirvió té y bocadillos — que comió con gran apetito. Le pregunté: 'Cómo te sentirías si
ahora te tomamos en el Comité Central como instructor en la sección de organización del Comité
Central y más tarde veremos, quizás, surge la oportunidad de trabajar a nivel local.' 'Esto' —
dijo él — 'es demasiado para mí. Acabo de llegar a Járkov y ya soy absorbido por el Comité
Central, pero como ya ha expresado tal opinión, entonces yo estoy, por supuesto, muy
agradecido por esta confianza y ciertamente listo'.

Después de algún tiempo había observado que él era un trabajador capaz, y habiendo
descubierto que el Comité Regional de Kiev necesitaba gente fresca, le envié a Kiev como
instructor del Comité Central, donde fue elegido como el jefe de la sección de organización del
Comité Regional. Trabajó allí hasta 1929.

Durante ese tiempo yo ya estaba trabajando de nuevo en el Secretariado del Comité Central del
PCUS (B) en Moscú. Y en 1929, una vez más, me informaron que el camarada Jruschov había
venido de Kiev y preguntaba si yo lo iba a recibir. Lo recibí sin demora alguna. Él solicitó mi
apoyo para poder unirse a la Academia Industrial Stalin. Me dijo: 'yo estudié en la facultad de
los trabajadores, aunque no pude completar mis estudios ya que el Partido me puso a trabajar.
Y ahora en serio quiero estudiar en la Academia Industrial. Pueden desaprobarme en el examen
de ingreso, por eso le pido que me de este privilegio y le prometo que me pondré al corriente'.
Muchos trabajadores del Partido se encontraban en la Academia Industrial: que también estaban
parcialmente exentos de los exámenes, y yo, después de consultarlo con los camaradas
Kuibyshev y Molotov, llame por teléfono a la Academia para pedir la admisión del camarada
Jruschov.

Cuando, en 1930, había sido elegido como secretario del Comité de Moscú, mientras mantenía la
posición del Secretario del Comité Central, tuve que lidiar con las diferentes células del Partido
de la Academia Industrial — las cosas no iban bien allí. Después de haber ido a una de las
células y haberme reunido con sus miembros más activos, escuché muchas protestas en contra
de la deficiencia del trabajo de la célula del Buró y de su secretaria. Jruschov era uno de los que
protestaban. Previa consulta al Comité de Distrito, se nombró al camarada Jruschov como
secretario de la célula. Durante este tiempo la lucha contra la desviación derechista se había
intensificado, y Jruschov demostró ser muy capaz en esta lucha. En la conferencia del Comité de
Distrito de la región Bauman, el Comité de Distrito fue reelegido y el camarada Jruschov fue
nombrado secretario. Después de algún tiempo necesitábamos un nuevo secretario para una
región importante — Krasnopresnensk, y decidimos nombrar al camarada Jruschov como
secretario del Comité de Distrito de la región de Krasnopresnensk. Nuevamente después de un
tiempo cuando existía la necesidad de un segundo secretario para el Comité de Moscú, yo, como
Primer Secretario, nombre al camarada Jruschov. Quien más tarde fue nombrado Primer
Secretario del Comité de la ciudad de Moscú (que era entonces una parte de la región, por lo
tanto, Jruschov permaneció como el secretario del Comité de Moscú también).

Recuerdo que cuando consulté al camarada Stalin sobre esta cuestión, le dcomente que Jruschov
era un buen trabajador del Partido. Sobre el pasado trotskista de Jruschov en 1923-1924, el
camarada Stalin me preguntó: '¿Ha superado él esos errores?' Yo le respondí: 'No sólo los ha
superado, ha estado luchando activamente contra ellos'. 'Bueno, entonces' — me dijo Stalin —
'promuévalo, sobre todo si se trata de un buen trabajador del Partido.' Recuerdo que más tarde
cuando yo estaba cenando con él en su casa, Stalin le preguntó a su esposa: 'Nadia, ¿es el
mismo Jruschov de la Academia Industrial que me dijiste que era un buen trabajador del
Partido?' — 'Sí', — respondió ella — 'En efecto es él'. Más tarde se le pidió al camarada Jruschov
que viniera a la reunión del Secretariado del Comité Central, donde el camarada le Stalin dijo:
'Por lo que a su error del pasado se refiere, usted hablará de ello en el momento de las
elecciones en la Conferencia, y el camarada Kaganovich dirá que el Comité Central sabe sobre
esto y que confía en el camarada Jruschov'. Y esto es lo que se hizo.

Jruschov justificó la confianza depositada sobre él trabajando muy bien en Moscú. Después de
Moscú, el camarada Jruschov fue enviado por el Comité Central a Ucrania, donde se desempeñó
como Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Ucrania (Bolchevique) y
como Presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo. Él trabajó mucho en el desarrollo de la
industrialización en Ucrania, en la colectivización y en la lucha contra los enemigos (trotskistas,
derechistas y nacionalistas). Como todos los demás, por supuesto, él también cometió errores y
tuvo defectos. Jruschov demostró ser competente durante la Gran Guerra Patriótica como
miembro del Consejo Militar del Frente.

En 1947, el Comité Central del PCUS (B) consideró necesario dividir las funciones del Primer
Secretario del Comité Central y el Presidente del Consejo de Ministros de la RSS de Ucrania,
debido a la gravedad de la situación en Ucrania. El Comité Central envió al secretario del Comité
Central del PCUS (B) y miembro del Buró Político el camarada L.M. Kaganovich a Ucrania como
Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista (B) de Ucrania. Recuerdo como
Jruschov se molestó por la decisión del Comité Central del PCUS (B), felizmente se reunió
conmigo y dijo: "Estoy muy feliz de que sea usted el que ha sido enviado como el primer
secretario”. Yo, por supuesto, le comente que mi tarea era ayudar tanto a él como al Comité
Central del Partido Comunista (B) de Ucrania. Y así fue, trabajamos muy cordialmente.

A mi regreso a Moscú, le entregue un informe al camarada Stalin acerca de la situación en


Ucrania en donde especificaba que se había progresado un poco, aunque todavía existía una
situación difícil. Le comente que Ucrania requería ayuda adicional y él acepto esto.
Posteriormente, el camarada Stalin me preguntó acerca de Jruschov. Le di una imparcial y
buena evaluación de él, y le indique que, como todos, ciertamente tenía algunos inconvenientes
en particular. Le mencioné que demostraba seguridad en sí mismo y tenía una actitud de
sabelotodo, pero que se había convertido en un importante trabajador y líder, además contaba
con capacidad para seguir creciendo.
Debo decir que exactamente en esa época Stalin buscaba y alentaba intensamente a las
personas capaces y eficientes. Por ejemplo, él estaba siguiendo y evaluando el trabajo de
Pervukhin, Kosygin, Malenkov, etc. Un tiempo antes, él había tomado nota de Malenkov cuando
le trajimos del Comité de Moscú donde se había desempeñado como jefe de la organización y le
designó, más tarde, la jefatura de la célula de organización del Comité Central. De la misma
manera Stalin dirigió su atención a Jruschov.

Pronto, el Comité Central transfirió a Jruschov de Ucrania a Moscú — como el secretario del
Comité de Moscú y más tarde como el secretario del Comité Central.

Por otra parte, justo desde el principio de los años 50, Stalin había comenzado a acercarse a
Jruschov. Desde 1951-52 hasta la muerte de Stalin, Jruschov y Malenkov permanecieron como
invitados especiales de Stalin en la casa de campo de Blizhny.

Incluso hoy, a veces me preguntan si me arrepiento de haber traído e introducido a Jruschov. A


lo que yo respondo: 'No, yo no me arrepiento. Ha crecido ante mis ojos desde el año 1925,
convirtiéndose en un importante líder regional y ampliamente conocido. Nuestro Estado y Partido
se han beneficiado enormemente de él. Por supuesto, ha cometido errores y tuvo algunos
inconvenientes, pero nadie es perfecto. Sin embargo, la 'torre de vigilancia' (watch-tower) — la
posición del Primer Secretario del Comité Central del PCUS (B) — le ha quedado muy grande.
(Aquí yo no fui el iniciador de su promoción, aunque he votado a favor de él.) Hay gente que se
siente 'mareada' en las grandes alturas. Jruschov resultó ser esa clase de persona. Habiéndose
hallado en la más alta torre de vigilancia, su cabeza comenzó a funcionar mal, siendo esto
peligroso para él y, en especial, para el Partido y el Estado, ya que claramente se encontró falto
de una base cultural y teórica. La modestia y la autoeducación, que habían sido sus cualidades,
parecían haber quedado atrás — el subjetivismo, una actitud de sabelotodo, en conjunto de una
'heurística' parecían haberse apoderado de su conducta, y esto ciertamente no puede llevar a
alguien a hacer ningún bien.

Las líneas arriba mencionadas sobre Jruschov fueron escritas por mí antes de haberme enterado
sobre la publicación de las 'Memorias' de Jruschov. Cuando fueron publicadas en América, yo no
las podía leer ya que no se encontraban en Moscú.

Cuando le pregunté al camarada Molotov si había leído dichas memorias, me respondió


afirmativamente. A mi pregunta concreta sobre lo que pensaba de ellas, respondió: 'Ese es un
documento anti-partido'. Entonces le pregunté, '¿Realmente ha caído Jruschov a ese nivel?' A lo
que Molotov me contestó, 'Sí, en su amargura y en vista de que su carrera como líder del Estado
ha finalizado se ha hundido a ese nivel, y en efecto es una caída al fondo mismo tanto desde el
punto de vista político como del Partido'. Cuando dije con pena y perturbación, 'Sí, es muy
triste', Molotov me respondió, 'Eres tú quien lo había promovido'. "Sí", — le dije, — 'Yo le
promoví, es un hecho, pero hasta cierto punto y yo no le designé al puesto del Primer Secretario
del Comité Central, porque sabía que no sería capaz de lidiar con ese trabajo y que fallaría. Al
final, todos ustedes, incluso usted, Vyacheslav, han aceptado la propuesta presentada por
Malenkov y Bulganin'.

Después de leer las llamadas Memorias de Jruschov publicadas en 'Ogonyok', me convencí de


que la evaluación de Molotov era correcta. Pero no tengo ganas de contestarle ya que no deseo
hundirme al nivel que las mujeres del bazar conocen como 'Muy barato'. Personalmente había
alimentado sentimientos muy sensibles y afectuosos para con él, pero, por lo visto, me confundí.
Jruschov no resultó ser un simple camaleón, sino un 'reincidente' del trotskismo.

1 Cortesía de: Lazar Kaganovich, 'Pamyatnye Zapiski', Vagrius, Moscow, 1996, pp. 565-68.

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