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Aunque se han publicado varias biografías del carismático dictador cubano, La vida

oculta de Fidel Castro, de Juan Reinaldo Sánchez, se ha convertido en el mayor


bestseller sobre el tema, desde su divulgación a fines del 2014. A continuación
presentamos un resumen y comentarios de este libro testimonial de quien estuvo muy
cerca del líder comunista durante 17 años.
La relación del autor con el protagonista
Juan Reinaldo Sánchez, nacido en un barrio pobre de la Habana en 1949, se alistó muy
joven en el ejército cubano y
desde 1977 pasó a formar parte del
cuerpo de guardaespaldas de
Fidel Castro, llegando a
integrarse en su primer anillo de
seguridad.
Como tal, fue testigo directo de
la vida tanto personal como
política de quien ha manejado el
destino de Cuba por décadas. Las
diferentes fotos que se acompañan
al final del libro -en las que
Sánchez aparece al lado del
Comandante en múltiples
ocasiones- confirman estas
afirmaciones.
En 1994, luego de sentirse ya
asqueado por conductas que
consideraba inaceptables del
líder cuya vida debía proteger,
solicitó su jubilación
anticipada. Este hecho
-considerado un acto de traición y
de conducta anti- revolucionaria-
generó que fuese detenido,
torturado y finalmente
condenado a dos años de prisión, que cumplió en condiciones terribles. Liberado en
1996, logró emigrar a Estados Unidos en 2008, donde vive desde entonces.
La vida burguesa de Fidel Castro
En los 16 capítulos en los que se divide esta obra de 296 páginas, que Sánchez ha
escrito con la colaboración del periodista francés Axel Gyldén, se muestran distintos
aspectos de la vida de Castro.
Por un lado, los lujos: sus gustos exclusivos de comida y bebida; Cayo Piedra, su isla
privada cerca de la mismísima Bahía de Cochinos, con su yate particular, y otras
“amenidades”; su casa de Punto Cero, cerca de La Habana, con varias hectáreas de
jardines y huertos, en las que vivía con Dalia Soto del Valle y los 5 hijos que tuvo con
ella (en total Sánchez afirma que Castro es padre de 9 hijos, fruto de relaciones con
varias mujeres), por citar las más destacadas de la veintena de residencias totalmente a
su disposición a lo largo de toda la isla.
Pero, adicionalmente, sorprenden las revelaciones sobre la llamada reserva del
Comandante, una partida secreta del presupuesto estatal, dotada anualmente desde
1960,  manejada sin control alguno y gastada por Castro como le parezca.
La personalidad de Fidel Castro
Pero igual de interesante son las revelaciones de Sánchez sobre la personalidad y
costumbres del dictador caribeño, que coinciden con otras biografías y memorias de
personas cercanas a él. En primer lugar, la poca exteriorización de sus sentimientos: el
trato lejano con sus hijos y hermanos y con la familia en general; los escasos amigos
íntimos, que podían contarse con los dedos de una mano (destaca el escritor colombiano
Gabriel García Márquez). En segundo lugar, su megalomanía, expresada en diferentes
formas.
Asimismo, la obsesión -muchas veces justificada- por su seguridad personal, que raya
en la paranoia, así como en el secretismo acerca de su vida privada, que lo lleva incluso
a alejarse de su familia y amigos. Por último, la obra está llena de datos anecdóticos
pero no por ello menos llamativos: Sánchez afirma, por ejemplo, que Castro no sabía
bailar salsa ni le gustaba escuchar música, dos aficiones que son prácticamente
intrínsecas en cualquier cubano. Pero también que muy rara vez perdía los estribos (en
17 años sólo presenció dos ataques de rabia por parte de Castro). Varias páginas dedica
el autor a los gustos del comandante por las mujeres.
La relación de Castro con otros gobernantes
Por último, Sánchez reserva gran parte del libro a comentar las relaciones de Castro con
otros líderes mundiales. Hace referencia a su amistad con Daniel Ortega y Hugo Chávez
y cómo influyó para que ambos llegasen al poder. Refuta la afirmación de que Salvador
Allende hubiese sido, por el contrario, un “hombre de Castro”.
Habiéndolo acompañado en sus viajes al exterior, también se refiere a las experiencias
de Castro con otros líderes, a quienes el autor llama “tiranos de opereta”: los fallecidos
dictadores de Corea del Norte y de Libia, por citar unos ejemplos.
Una anécdota curiosa se refiere al interés de Castro en que Gabriel García Márquez se
lanzara como candidato a la presidencia de Colombia, pues consideraba que tenía
amplias posibilidades de ganar. Según Sánchez, el temperamento cómodo de García
Máquez fue el responsable de que éste rechazara amablemente el ofrecimiento de ayuda
de su gran amigo.
Un punto de vista interesante
La vida oculta de Fidel Castro no es un tratado biográfico exhaustivo ni mucho menos.
En definitiva, son fragmentos de la memoria de alguien que estuvo físicamente cerca de
él durante varios años; precisamente por ello resulta un recurso valioso para quienes
desean conocer algunos aspectos importantes de la vida y personalidad de un líder
carismático y polémico, cuyas posturas extremas no dejan a nadie indiferente.

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