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El nacionalismo catalán
En el s. XIX se reavivaron los sentimientos de diferenciación política y cultural
con respecto a otras regiones de España; a ello contribuyeron determinados
factores económicos como el desarrollo del proceso de industrialización y el
avance de la urbanización en Cataluña, en contraste con el resto del país, más
agrario, rural y atrasado. Los momentos que configuraron la formación del
regionalismo y del nacionalismo catalán fueron los siguientes:
El nacionalismo vasco
Los signos diferenciales que identifican, en términos objetivos, a la nación
vasca son el idioma euskera (aunque estaba limitado al ámbito rural y, por tanto,
con escasa difusión entre la burguesía), los fueros históricos perdidos en 1876 y
la rápida industrialización de Vizcaya, que estaba cambiando la economía y la
cultura tradicionales.
El Partido Nacionalista Vasco (PNV) fue creado en 1895 por Sabino Arana
Goiri, quien formuló los fundamentos teórico-ideológicos del PNV, con fuertes
raíces carlistas y claramente conservador. Su lema era “Dios y ley vieja”. Sus
principios ideológicos son:
Nacionalismo gallego
El nacionalismo gallego se desarrolló de forma mucho más lenta y con menor
arraigo social, debido al atraso económico de la región y a una burguesía
reducida. Una generación de intelectuales, eruditos y poetas, entre los que se
encontraban Rosalía de Castro, rescataron y difundieron la lengua gallega como
lengua literaria, impulsando así el resurgimiento ("O rexurdimiento") cultural
de la región durante el último cuarto del siglo XIX. El galleguismo político tuvo
un desarrollo más lento. En 1889 Murguía, esposo de Rosalía de Castro, fundó
la Asociación Regionalista Galega, de tendencia tradicional.
El movimiento anarquista
El anarquismo fue la corriente mayoritaria dentro del movimiento obrero
español. Sus principales focos estaban en el campo andaluz y en el proletariado
urbano catalán. Sin embargo, la corriente anarquista se atomizó en múltiples
tendencias, entre las cuales destacó la Federación de Trabajadores de la Región
Española (FTRE) creada en 1881. Por su falta de disciplina interna, sus sistema
asambleario, su apoliticismo y su implantación en todos los ámbitos laborales
fue el sindicato con mayor número de afiliados. Los principales rasgos
ideológicos que definían a los anarquistas eran:
El movimiento socialista
La corriente marxista del movimiento obrero se organizó en 1879 alrededor de
un pequeño núcleo de trabajadores de imprenta madrileños (Pablo Iglesias)
seguidores de las doctrinas de Marx y Engels que decidieron pasar a la acción y
constituir en 1879 el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Aprovechando
la Ley de Asociaciones de 1887 y la mayor concentración obrera de Cataluña se
creó en 1888 la Unión General de Trabajadores (UGT), que, aunque
estatutariamente independiente del Partido Socialista, estaba inspirada por él.
Las ideas básicas del programa socialista eran: