Está en la página 1de 131

LĆ ĕĊėĘĕĊĈęĎěĆ ĉĊ ČĴēĊėĔ,

ĎēęĊėĕėĊęĆĈĎĔēĊĘ ĉĎĘĈĚėĘĎěĆĘ Ğ
ĘĔĈĎĔĕĔđŃęĎĈĆĘ ĉĊ đĆ ĒĚďĊė Ğ Ċđ
ĈėĎĒĊē ĔėČĆēĎğĆĉĔ Ċē: LĆĘ MĚďĊėĊĘ
MĆęĆē MĊďĔė ĉĊ OĒĆė NĎĊęĔ
(RĊċđĊĝĎĔēĊĘ)
LĆ ĕĊėĘĕĊĈęĎěĆ ĉĊ ČĴēĊėĔ,
ĎēęĊėĕėĊęĆĈĎĔēĊĘ ĉĎĘĈĚėĘĎěĆĘ Ğ
ĘĔĈĎĔĕĔđŃęĎĈĆĘ ĉĊ đĆ ĒĚďĊė Ğ Ċđ
ĈėĎĒĊē ĔėČĆēĎğĆĉĔ Ċē: LĆĘ MĚďĊėĊĘ
MĆęĆē MĊďĔė ĉĊ OĒĆė NĎĊęĔ
(RĊċđĊĝĎĔēĊĘ)
CĔēęĊēĎĉĔ

Presentación .................................................................................... 11

Primeros registros literarios sobre el narcotrá ico


en México........................................................................................... 15

Entrevista imaginaria a Celeste Ramírez ............................ 29

1. El discurso y la perspectiva de género en


Celeste Ramírez, la sicaria de Las mujeres
matan mejor ............................................................................ 39

Entre la icción y la realidad: Las mujeres


matan mejor .................................................................................. 41

En la novela del mexicano Omar Nieto: Las Mujeres


Matan Mejor: El discurso de la Sicaria Celeste
Ramírez: es ¿El parlache de la realidad o la icción? ...... 53

Las mujeres matan mejor: una lectura


socioantropológica de la novela ............................................. 59

2. La interpretación sociopolítica de la mujer y


el crimen organizado en las 3 M .............................................. 73

“Las mujeres matan mejor”, sobre la complejidad


del problema de la violencia e inseguridad
en México .......................................................................................... 75

“Las mujeres matan mejor”, la interiorización


de la violencia en la sociedad mexicana, la mujer
y el o icio del sicario .................................................................... 89
Corrupción y poderes fácticos:
Un análisis sociopolítico desde la novela
“Las Mujeres Matan Mejor” ..................................................103

La Perspectiva de la TER aplicada a la obra


“Las Mujeres Matan Mejor”...................................................115

Reseña de Colaboradores ........................................................125


4ta. Jornada académica
La perspectiva de género, interpretaciones discursivas y
sociopolíticas de la mujer y el crimen organizado en:

Las Mujeres Matan Mejor


de Omar Nieto

jueves 11 de septiembre, 10:00 h. Instalación de la 4ta. Jornada académica


10:20 h. Panel: El discurso y la perspectiva de género
2014, de 10:00 a 13:00 h., en Celeste Ramírez, la sicaria de Las Mujeres
Matan Mejor
Aula Magna 8 Ma. de la Luz Flores Galindo
Miguel Cipactli Romero Ramírez
del plantel Cuautepec Montserrat Fátima Vázquez Barroso
Nubia Amparo Ortiz Guerrero
Av. La Corona 320, col. Loma La Palma, del. Gustavo A. Madero
11:10 h. Panel: La interpretación sociopolítica de la
mujer y el crimen organizado en Las3M
Alberto Espejel Espinoza
Alejandro Carbajal Alfaro
Enrique Neftali Miranda Munguía
Mariela Díaz Sandoval
12:00 h. Presentación del libro:
Las Mujeres Matan Mejor, de Omar Nieto

Convocan: Colegio de Humanidades y Ciencias Sociales


Coordinación de Difusión Cultural y Extensión Universitaria
Cuerpo Académico Multidisciplinario de Política y Sociedad
PėĊĘĊēęĆĈĎŘē

El objetivo del presente libro es discutir la novela Las Mujeres


Matan Mejor del escritor mexicano Omar Nieto desde diversas
perspectivas teóricas y problemáticas centrales en las Ciencias
Sociales. La obra de Nieto es importante no sólo por haber re-
sultado inalista en el I Premio Letras Nuevas de Novela 2012,
sino por lograr exponer con claridad las diversas implicaciones
del crimen organizado en países como México. Los textos que
conforman el Dossier tienen por inalidad identi icar y problema-
tizar analíticamente a partir de la historia desarrollada por Nieto.
El crimen organizado es un problema cuyos efectos son
visibles en el ámbito social, político y económico. Es en este
sentido que la selección de textos presentados aborda distintos
temas de importancia vital para comprender la complejidad
propia del fenómeno del narcotrá ico. Además de un texto inédito
escrito por Omar Nieto, Primeros registros literarios sobre el
narcotráfico en México, el presente libro está conformado por
una entrevista imaginaria realizada a la sicaria Celeste Ra-
mírez por Nubia Amparo Ortiz Guerrero y seis ensayos escritos
por profesores y estudiantes de la Universidad Autónoma de la
Ciudad de México, Plantel Cuautepec. En este sentido el texto de
María de la Luz Flores Galindo, trata el tema de los roles de gé-
nero tradicionales de la novela narco, analiza como el autor in-
vierte dichos valores en la protagonista con el in de comprender
más el fenómeno de la narcocultura en México.
Nubia Amparo Ortiz Guerrero, presenta un análisis lingüístico
del discurso de la Sicaria Celeste Ramírez , donde su gran in-
terrogante es visualizar que tanto del parlache sicaresco hace
parte de la realidad o la icción y como ha permeado el discurso
tanto en los mass media como en la sociedad, que no es ajena a
la violencia y presencia del narcotrá ico tanto de México como

11
U A C M

en Colombia, países que sufren el lagelo del narco-sicariato, la


violencia y la corrupción.
Miguel Cipactli Romero Ramírez, por medio de su texto Las
mujeres matan mejor: una lectura socioantropológica de la novela,
identi ica en la obra de Omar Nieto dos problemáticas que de-
sarrolla a la perfección: por un lado las causas estructurales
(socioeconómicas) que condicionan el devenir de los actores so-
ciales y, por otro, la desviación del objetivo que deben cumplir
las instituciones públicas debido al creciente poder del crimen
organizado. En cuanto a la primer problemática, Romero ve en el
personaje creado por Omar Nieto, Celeste Ramírez, a una mujer
cuya vida está determinada, aunque no totalmente, por las con-
diciones de exclusión, pobreza y desintegración familiar. Celeste,
destaca Romero, ve en otras instituciones como el ejército, la
posibilidad de reconocimiento negado por su propia familia. En
lo que respecta a la segunda problemática planteada, subraya
la preocupación por la franca descomposición que están su-
friendo las instituciones políticas, tema planteado a la perfección
por Omar Nieto.
Siguiendo la preocupación por el problema de la violencia y
la inseguridad, Alberto Espejel Espinoza toma como (pre) texto
la novela de Omar Nieto para presentarnos su documento “Las
mujeres matan mejor”, sobre la complejidad del problema de la
violencia y la inseguridad en México. En primer lugar, menciona
el valor intrínseco de la novela en cuestión. En segundo lugar,
clari ica los principales trazos teóricos que desde las Ciencias
Sociales se han planteado para comprender el fenómeno de la
violencia. En tercer lugar, muestra evidencia narrativa, extraída
del texto “Las mujeres matan mejor”, que da cuenta de la complejidad
de la violencia e inseguridad en México. En cuarto lugar, con-
cluye re lexionando sobre el fracaso de las estrategias federales
de seguridad de los gobiernos emanados del Partido Acción
Nacional (PAN) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Alejandro Carbajal Alfaro, analiza de forma amena y no por
ello menos rigurosa, la problemática de la normalización de
la violencia, producto de la difusión de las actividades vio-
lentas del crimen organizado, conocido este fenómeno como

12
4ª. J A

la apología al crimen organizado. En su documento “Las mujeres


matan mejor”, la interiorización de la violencia en la sociedad
mexicana, la mujer y el oϔicio del sicario, Carbajal muestra cómo
en la novela analizada la imagen del narcotrá ico es distinta a la
que se ha difundido en los medios de comunicación, represen-
taciones caracterizadas por el éxito y el poder. A partir de la
narración elaborada por Nieto, Carbajal analiza el tema de la
denominada narcocultura y, en particular, el papel del sicario,
al que de ine como un o icio que desempeñan tanto hombres
como mujeres ya sea por decisión propia o por falta de opciones
en un país como México, cuyos niveles de desempleo son los
más elevados en América Latina.
Mariela Díaz Sandoval presenta su texto titulado Corrupción
y poderes fácticos: Un análisis sociopolítico desde la novela “Las
mujeres matan mejor” también recupera la preocupación plan-
teada por Romero Ramírez en torno a la debilidad del Estado en
México. La autora plantea que la obra de Nieto brinda la oportu-
nidad para comprender que la corrupción es un problema que
no puede ser entendido desde una visión esencialista-cultura-
lista. En la obra de Nieto, Díaz Sandoval identi ica que la debi-
lidad de las instituciones políticas, así como la emergencia de
poderes fácticos como el crimen organizado no pueden ser com-
prendidos sin ubicar en el centro de la cuestión el tema de la
corrupción, entendida como la captura del aparato estatal por
parte de poderes políticos y económicos con la inalidad de
promover un proyecto político excluyente y antidemocrático.
Otro de los textos que conforman esta publicación es
el de Enrique Neftalí Miranda Munguía, documento titulado “La Pers-
pectiva de la TER aplicada a la obra Las Mujeres Matan Mejor”
analiza con gran rigurosidad la trama planteada por Nieto a
partir de la teoría de la Elección Racional, enfoque de vital re-
levancia en la ciencia política contemporánea. Miranda plantea
cómo la novela Las mujeres matan mejor nos ofrece un acerca-
miento directo a la delincuencia organizada, sus formas de ac-
ción e incluso sus alianzas y nexos para mantenerse activa con
ayuda de políticos y empresarios favorecidos por la misma.

13
La publicación de este libro no hubiera sido posible sin la
colaboración de los autores y, sobre todo, sin el inanciamiento
otorgado por la Universidad Autónoma de la Ciudad de México.
PėĎĒĊėĔĘ ėĊČĎĘęėĔĘ đĎęĊėĆėĎĔĘ
ĘĔćėĊ Ċđ ēĆėĈĔęėġċĎĈĔ Ċē MĴĝĎĈĔ

Omar Nieto
Universidad Nacional Autónoma de México

¿Es el narcotrá ico una temática nueva para la narrativa mexicana


o para el periodismo de investigación? Evidentemente no, sin
embargo, a menudo se recurre al lugar común de si la novela o el
periodismo narrativo que aborda el narcotrá ico forma parte de
una “moda”, del oportunismo editorial, o es un tema de conyun-
tura, y no si podría representar el síntoma de nuestros tiempos
y una recon iguración de nuestra identidad actual como mexi-
canos. Aún menos el tema del narcotrá ico es nuevo en la narra-
tiva mexicana ya que se registró de forma literaria por primera
vez hace más de 50 años, en 1962.
El 8 de agosto de 2008, el entonces secretario de la Defensa
Nacional, Guillermo Galván Galván en el sexenio del ex presidente
Felipe Calderón Hinojosa, reveló que en México cerca de 500 mil
personas se dedicaban directa o indirectamente al negocio del
narcotrá ico, “desde sicarios hasta sembradores o dueños de co-
mercios y puestos de vigilancia que dan cuenta de las acciones
del Ejército”, según informó al periódico mexicano El Universal,
durante una reunión con 15 diputados de la Comisión de la
Defensa Nacional.1
El 11 de marzo de 2009, el periódico Reforma consignaría
una cifra semejante proporcionada por el Departamento de
Estado de Estados Unidos que estimaría 450 mil personas invo-
lucradas en la siembra, procesamiento y venta, como lo informó
1
“Hay 500 mil narcos. Revela Sedena al Congreso magnitud del crimen organi-
zado”, nota publicada el sábado 09 de agosto de 2008 por la reportera Andrea
Merlos. Disponible en: http://www.eluniversal.com.mx/notas/528874.html

15
U A C M

el subsecretario de Estado americano, asistente para narcóticos,


David Johnson, con ganancias de entre 13 mil y 25 mil millones
de dólares al año.2
Dichas cifras no son banales para un estudio sobre la relación
narcotrá ico y literatura, debido a que este espacio diegético se
referirá la mayor parte de la narrativa sobre el narcotrá ico que
se ha publicado en México desde su primer registro en una obra
de ficción en 1962 con “Diario de un narcotraficante” del es-
critor sinaloense A (Antonio o Ángelo). Nacaveva, novela poco
estudiada como fundacional sobre el narcotrá ico en México.

Capitalismo gore, necropoder y literatura

Propongo la lectura de la narrativa sobre el narcotrá ico como un


síntoma de la decadencia del capitalismo avanzado de los siglos
XX y XXI. La teórica Sayak Valencia, doctora europea en Filoso ía,
Teoría y Crítica Feminista por la Universidad Complutense de
Madrid, pre iere referirse a este sistema de signi icaciones so-
ciopolíticas, culturales y económicas como “capitalismo gore” o
“necropoder”.
Para Valencia, “el capitalismo gore es el capitalismo de la
rentabilización de la muerte”, el cual representaría el proyecto
capitalista de los siglos XX y XXI que pone a prueba las capaci-
dades humanas ante la seducción del dinero donde el máximo
bienestar, así como la obtención de reconocimiento social se con-
forma a partir de la capacidad de compra, no sólo de productos
sino de personas, un “mundo donde no hay espacios fuera del
alcance del capitalismo”, como lo menciona Frederic Jameson en
el ensayo “La lógica cultural del capitalismo tardío”, de 1995.
En ese sentido, Sayak Valencia señala que “el crimen organi-
zado ha penetrado profundamente en la política y la economía de

2
“Trabajan 450 mil para el narco.- EU”, nota publicada por el Grupo Reforma
el 11 de marzo de 2009, firmada por el corresponsal José Diez Briseño.
Disponible en: www.reforma.com y http://mural-guadalajara.vlex.com.mx/
vid/trabajan-mil-narco-eu-80658271

16
4ª. J A

muchos estados-nación y se ha encumbrado como una forma de


economía moderna”.3
Así, el capitalismo gore, se de iniría como “una taxonomía
discursiva que busca visibilizar la complejidad del entramado
criminal en el contexto mexicano, y sus conexiones con el neo-
liberalismo exacerbado, la globalización, la construcción binaria
del género como performance político y la creación de subje-
tividades capitalísticas, recolonizadas por la economía y repre-
sentadas por los criminales y narcotra icantes mexicanos, que
dentro de nuestra taxonomía reciben el nombre de sujetos
endriagos”.4
Los endriagos para Sayak Valencia constituirían una mezcla
de humanos, monstruos y dragones, bestializados. La analogía
que hace Valencia con los criminales mexicanos es precisa, sobre
todo cuando se relaciona con la necesidad del subconsumo ca-
pitalista para insertarse en la sociedad y tener un valor como
persona. Paradójicamente, como la teórica señala, “este con i-
namiento al subconsumo hace que los sujetos endriagos decidan
hacer uso de la violencia como herramienta de empoderamiento
y adquisición de capital”.5

“Diario de un narcotráϐicante”, primera novela sobre el


narcotráϐico en México

Ya Luis Astorga ha referido que el trasiego de drogas se remonta


a más de 100 años en nuestra historia y se acentuó en la Segunda
Guerra Mundial donde la demanda de sustancias psicoactivas
por parte soldados norteamericanos se habría incrementado,
impulsándose la siembra de estupefacientes en estados como
Sinaloa, Guerrero o Oaxaca, detonando así una tensión legal
entre producccón, trasiego, exportación y consumo, tomando
en cuenta que desde 1931 los delitos de “trá ico de drogas y

3
Sayak Valencia, “Capitalismo gore: narcomáquina y perfomance de género”,
Universidad Complutense de Madrid, s/p. Disponible en: http://hemispheric-
institute.org/hemi/es/e-misferica-82/triana
4
Idem.
5
Idem.

17
U A C M

toxicomanía” habían pasado del fuero común a formar parte del


Código Penal Federal (Astorga, 2012: 43).
Pero, ¿cómo ha registrado la literatura este fenómeno en
México? Algunos críticos literarios y escritores se han dado últi-
mamente a la tarea de cartogra iar este registro errando el dato
al considerar que Élmer Mendoza —autor de títulos emblemá-
ticos como “Un asesino solitario” o “Balas de plata”— es su
precursor, lo cual es incorrecto, a pesar de que Élmer, publicó
desde 1992 “Cada respiro que tomas, crónicas sobre el narcotrá-
ico”, en el DIFOCUR o Instituto de Cultura de Sinaloa en Culiacán.
También se ha dicho que “Contrabando”, obra del notable
dramaturgo mexicano Víctor Hugo Rascón Banda, ganadora del
Premio Juan Rulfo de Novela en 1991 y publicada en Editorial
Planeta hasta 2007, es la primera novela sobre el narcotrá ico
en nuestro país.
Lo anterior también es incorrecto ya que ni Mendoza ni
Rascón Banda representarían los primeros registros literarios
sobre el tema.
Dejando de lado la tradición corridística como un subgénero
literario-musical que marca al corrido de “El Plablote”, esposo
de la primera jefa del narcotrá ico, Ignacia “La Nacha” Jasso,
como el primero en su tipo en 19316, el fenómeno del narco-
trá ico (entendido como asunto de producción y trasiego) fue
tratado como icción literaria por primera vez en 1962 por la
Editorial Costa Amic, hace más de 50 años, en la novela “Diario
de un narcotra icante”, del periodista sinaloense A. Nacaveva.
En “Diario de un narcotrá icante”, cuya séptima reedición en
el año 2000 había alcanzado la cifra de 53 mil ejemplares
vendidos, un periodista se infiltra en un grupo de pequeños
narcotraficantes sinaloenses que se internan en la sierra para
comprar a los campesinos goma de opio con la que fabrican he-
roína en cocinas caseras. Dicho periodista, de iliación aindiada,
que se hace llamar, como el autor, A. Nacaveva, en un claro ejercicio
6
“Ahora bien, si pensamos el narcocorrido como el canto a los (narco) tra i-
cantes, entonces una primera muestra del género sería “El Pablote”, compuesto
por José Rosales e interpretado por él mismo junto con Norverto (sic) Gon-
zález. Este corrido fue grabado en El Paso, Texas, el 8 de septiembre de 1931…”,
(Ramírez-Pimienta, 2011: 52-53).

18
4ª. J A

de auto icción, logra ganarse la con ianza de Arturo, un abogado


que en sus ratos libres fabrica dicho estupefaciente para enviarlo
a California.
“Diario de un narcotra icante” muestra también a delincuentes
que representaban el vínculo entre regiones indígenas donde
siguen existiendo personajes como Don Antonio, el anciano sabio
del pueblo al que Nacaveva y el abogado Arturo acuden para
conseguir la goma de opio, producto que permite a los pobla-
dores sobrevivir a su ingreso habitual por la siembra de maíz y
frijol. Los tra icantes tendrían de esa manera acceso a esas zonas
marginadas del país donde el gobierno nunca llegó, pero ellos sí.
Una vez conseguido el material para “cocinar”, Nacaveva y
Arturo sufren una serie de aventuras y traiciones en la que for-
talecen sus lazos de amistad, los cuales rompe Nacaveva en su
afán de escribir un diario para mostrarle al mundo la forma en
la que los narcotra icantes viven y operan este negocio ilícito. A
pesar de que Nacaveva le con iesa a Arturo que está escribiendo
un diario para tal efecto, no obedece las instrucciones que éste le
da y se aventura a lo que no debe hacer un tra icante mexicano:
internar el producto —en este caso heroína— a los Estados
Unidos él mismo, pues ahí el FBI intentará presionarlo para que
delate a sus amigos, poniendo a prueba su lealdad.
Lo que resulta inusitado es que se cite ya desde entonces la
posibilidad de que el narcotrá ico esté regulado por el gobierno
estadounidense, como lo haría la novela “El poder del perro” de
Don Wislow, publicada en inglés en 2005, y en 2009 en castellano.
Resulta igualmente interesante la forma de “Diario de un
narcotra icante”, en la que se observan ya todos los elementos
de lo que bien podría ser un género o subgénero literario: corrupción,
traición y lealdad, armas, o el rompimiento del marco legal por
el trasiego de drogas. Los recursos narrativos también son
atractivos ya que la columna vertebral de la novela radica en la
metaficción y la autoficción: un diario ficcionalizado que deja
la duda de si es un relato biográfico y si el diario-novela en
realidad no es recuento de hechos reales.
Este tipo de tratamiento creativo de las técnicas narrativas
y iccionales, de hibridación de géneros, serán una constante en

19
U A C M

la literatura sobre el narcotrá ico en México. Tanto en “Diario


de un narcotra icante” (1962) como en “Contrabando” (1991)
así como en “Juan Justino Judicial” (1996) hay una intención de
darle agilidad a un tema que de entrada es conocido por muchos
a través del periodismo. El reto sería cómo contarlo desde la
literatura.

“Contrabando”: una historia, muchos recursos

Ganadora en 1991 del Premio Juan Rulfo de Novela pero publi-


cada hasta 2007 por Editorial Planeta, “Contrabando” de Víctor
Hugo Rascón Banda, narra el regreso de un joven escritor avecin-
dando en la Ciudad de México que regresa a su natal Santa Rosa,
en la sierra de Chihuahua, para tratar de escribir el guión de una
nueva película del cantante Antonio Aguilar pensando que en
aquel pueblo de su infancia encontraría la paz y el tema campi-
rano que se requiere para tales menesteres, presentándose tam-
bién aquí otro caso de meta icción y quizá auto icción. Ya desde
los primeros momentos en los que Julián, el protagonista, le da
un raite a un lugareño, la vida recia del campo le pega en la cara.
Julián enciende la radio y el ambiente le recuerda dónde está:
“La luna empezó a verse entre las nubes y los corridos prohi-
bidos llenaron la cabina”. Pero no solo eso, la gente le inquiere:
“Y tú, ¿eres narco?, me preguntó. Le contesté que no. Entonces
eres judicial, a irmó con seguridad. ¿Por qué?, le reclamé. Es que
miras igual que ellos, respondió. ¿Y de qué vives, entonces? Soy
escritor. Ah, mira nomás, escritor. Pues haz un corrido de lo que
me pasó, para que el mundo lo sepa…” (Rascón Banda: 2007: 12)
El regreso del protagonista de “Contrabando” de la ciudad a
su pueblo de origen es simbólico porque tiende un puente entre
la quietud civilizatoria de la ciudad y la violencia del campo. El
narrador de “Contrabando” también narra las fuerzas del nar-
cotrá ico: corrupción, traición y lealdad, armas, el rompimiento
del marco legal por el trasiego de drogas, la dupla narcotrá ico-
gobierno, etcétera.
En “Contrabando” también se emplea una gran cantidad de
recursos técnicos y narrativos para sacar adelante un tema

20
4ª. J A

conocido. La novela echa mano de la narrativa transmedia, en


la que se usan lenguajes de los medios de comunicación. La na-
rrativa transmedia, dice Carlos Alberto Scolari, “se despliega
a través de múltiples medios y plataformas de comunicación”
(Scolari, 2013: 46). De esa manera, Rascón Banda transcribe
conversaciones que se habrían realizado vía radio de onda corta
o grabaciones en cinta magnética (casette) así como letras de co-
rridos grabados en soporte discográ ico. Lo anterior se mezcla
con discursos textuales más canónicos como la dramaturgia,
poniendo de relieve lo que Lauro Zavala llama a partir de
Frederic Jameson “disolución de fronteras”, entendido como
“superposición posmoderna de cultura de élite y cultura de
masas” (Zavala, 1999: 139).
En su libro “Sólo las cruces quedaron. Literatura y narcotrá ico”,
Ramón Gerónimo Olvera señala que en “Contrabando”, Rascón
asume la polifonía de la leyenda que se va diseminando para dar
testimonio de una realidad tan mágica como macabra, para en-
mendar la maltrecha realidad” (Olvera, 2013: 142).
Y tiene razón Olvera, en “Contrabando” se despliega una
pespectiva narrativa para entender las raíces humanas de la
violencia, dado que en la novela de Rascón Banda “hay muchas
formas de contar una historia”, como dice el investigador.
Si bien el tema del narcotrá ico, en el sentido de síntoma
del capitalismo avanzado de los siglos XX y XXI donde los sujetos
endriagos sirven como soldados de la acumulación del capital a
través de la muerte, lo que es de observarse en las obras funda-
cionales de la narrativa del narcotrá ico en México es la capacidad
que tienen los narradores de contarlo con recursos narrativos
amplios, entre ellos, la meta icción, la auto icción, el diario, la
narración en primera, segunda y tercera persona, el uso del co-
rrido como código, el uso de lenguajes transmedia, dramaturgia
y hasta recursos de la retórica poética como en el caso de la
anadiplosis7, usada en “Contrabando” para encabalgar el término
7
La anadiplosis entendida como la “ igura de la elocución o construcción del
discurso que se produce mediante la repetición al principio de una frase (o de
una proposición o un verso o de un himistiquio) de una expresión que aparece
también en la construcción precedente, generalmente al inal”, según el “Dic-
cionario de Retórica y Poética” (Beristáin, 1995: 49).

21
U A C M

de un capítulo y comenzar con la misma frase el título del


siguiente apartado.

El capitalismo gore de “Juan Justino Judicial”

Si existen novelas sobre el tema del narcotrá ico entre “Diario


de un narcotra icante” de A. Nacaveva (1962) a “Contrabando” de
Víctor Hugo Rascón Banda (1991), no lo sabemos aún (con ex-
cepción de “El trá ico de la marihuana” del mismo A. Nacaveva,
publicada en 1984 también por Costa Amic y que sería más bien
una secuela de “Diario de un narcotra iante”), pero a las dos pri-
meras citadas aquí podríamos sumar una más que conformaría
la trilogía de primeras novelas sobre el narcotrá ico en México:
“Juan Justino Judicial” del escritor sonorense Gerardo Cornejo
(fallecido en 2014) y uno de los llamados “narradores del de-
sierto”, junto a Jesús Gardea, Daniel Sada y Severino Salazar.
“Juan Justino Judicial” fue publicada en 1996 en la Colección
Aura de la Editorial Selector, editorial de altos tirajes y distribución
de corte popular, aunque el título estaba descatalogado ya para
2014.
La novela, presentada como “novela corrido”, en realidad
glosa un corrido. De acuerdo a la trama, Juan Justino Altata Sagrario,
el protagonista de la obra, nació en una sierra del norte del país
no indenti icada. Marcado por una de iciencia ísica que com-
prometía su hombría, Juan Justiño sufriría la burla y humillación
de su comunidad, asunto que lo marcaría para siempre y que lo
llevaría a acumular una desproporcionada ansia de venganza. El
hambre, la marginación, el trabajo agrícola pésimamente remu-
nerado y las veces que fue deportado en su intento de una vida
mejor al cruzar hacia los Estados Unidos, obliga a Juan Justino a
aceptar la invitación de un jornalero que en la pizca de algodón
le propone junto a otros dos asaltar el vehículo donde el capataz
lleva la paga semanal de todos sus compañeros.
Harto de perder la vida en los surcos de melón, jitomate
o algodón de lo que se adivina como la Costa y el Valle de Sinaloa,
Juan Justino es apresado y presionado por los judiciales a formar
parte de ellos al observar su valentía y resentimiento social, por

22
4ª. J A

lo que toma la oportunidad y se convierte en “madrina” (ayu-


dante de policía judicial), y posteriormente, policía judicial
titular, en una “guerra” que el Estado mexicano emprendería
desde entonces contra los narcos de la región.
Sin tampoco poder concretar el amor que siente por Romelia,
prostituta que escucha sus penas sin exigirle que tenga relaciones
sexuales con ella, Justino cambia su nombre por el de Rodrigo
Rodarte con el que borra toda huella de pasado (y de huma-
nidad) para asumir una nueva identidad de rudeza y maldad
que lo lleva a ser apodado entre los policías judiciales, “Teniente
Castro”, por su a ición a capar a narcos y sumirlos en la misma
condición ísica que él padece, convirtiéndose en un ser más
temible que los propios narcotra icantes.
En la policía judicial, órgano de investigación del Estado
Mexicano, sustituido en 2003 por la Agencia Federal de Investi-
gaciones (AFI) y en 2009 por la Policía Federal Ministerial, Juan
Justino se convierte de la noche a la mañana en un hombre con
dinero, poder y mando, debido a que re ina sus métodos de tor-
tura hasta el paroxismo, hasta el horror, usando incluso “polvo
de sulfatiazol como lo hacíamos desde chicuelos con los becerros
en el pueblo” para extirpar los genitales a sus enemigos, lo que
lo vuelve el espejo de la ilegalidad cuando las organizaciones del
narcotrá ico emulen sus métodos y cuando judiciales, militares
y policías se trans ieran a sus ilas, cooptados o por voluntad
propia, transformando el “negocio” en una espeluznante carni-
cería llena de mutilación y barbarie, aspecto que no se muestra
ni en “Diario de un narcotráficante” de A. Nacaveva ni en
“Contrabando”.
“… Por eso es que dicen que nos parecemos tanto a los que
dizque combatimos, que a veces hasta nos confundimos con
ellos…”, dice el propio Juan Justino (Cornejo, 1996: 80), quien
busca ante todo ganar el respeto que no posee, es decir, rees-
tablecer su hombría. “Y eso era lo que hacía sentir muy de ser
alguien de ya ser tomado en cuenta de ya poder hablar con peso
y con una fuerza que llamas autoridad y que te volvía loquito…”
(Cornejo, 1996: 70-71), dice una de las tres voces narrativas
que se escuchan en la novela (la del primer muerto que Juan

23
U A C M

Justino ejecuta y que habla como un fantasma que le acecha la


conciencia).
La segunda voz narrativa de la obra es la del propio
Juan Justino contando los hechos en la forma “como dicen…
que pasó…. de cierto…”, para desmentir un corrido que lleva su
nombre, y que según él, le ha acrecentado la mala fama, el cual
dice: “Por ái dicen que el Rodrigo/hizo algo muy criminal/y que
Dios como castigo lo convirtió en judicial/ y que Dios como cas-
tigo lo convirtió en judicial”. Para tal efecto, Juan Justino busca
los servicios de un corridista para contarle su vida y que le
enmiende su imagen componiendo uno nuevo. La tercera voz
narrativa que se despliega en la novela es la voz colectiva que
cuenta la leyenda “verdadera” de Juan Justino.
A diferencia de “Diario de un narcotra icante” y “Contrabando”,
“Juan Justino Judicial” consigna ya la violencia explícita del ca-
pitalismo gore, en el que no puede diferenciarse el binomio del
necropoder: es decir, gobierno (políticos, policía y ejército) y los
grandes capos, el mundo inseparable del narcotrá ico y la nar-
copolítica, que se funde también con el poder económico y el
horror de la muerte y la tortura. Así lo con iesa el propio Juan
Justino:

“Pero eso sólo podíamos hacerlo con los pequeños y medianos


(narcotra icantes) porque los grandes no se tocaban ni de
nombre. Esos estaban y siguen estando allí en la mera cresta
del miedo y del dinero y sabiendo todos de dónde viene esa
lana, sabiendo todos lo que son y lo que hacen; sabiéndolo
todo, todos; nadie los toca por eso les llamamos “los invisibles”.
Y allí están; pasteando sueltos en potrero ajeno, dándose
la más regalada de las vidas; mandando sobre un ejército
particular y… y entonces uno ¿qué pues; a uno qué le toca?
Y viene uno a concluir en que el delito no es ser narco sino
narco chico; en que el desprestigio no es ser judicial sino judicial
menor. Y hasta entonces uno se viene a dar cuenta de que los
de arriba están en el ajo juntos mientras que los de abajo nos
matamos unos a los otros…” (Cornejo, 1996: 83)

24
4ª. J A

Sujetos endriagos, necropoder y capitalismo gore en


novelas fundacionales de la literatura sobre el narcotráϐico
en México

Como lo señala Ariadna Estévez, del Centro de Investigaciones


sobre América del Norte-UNAM, Sayak Valencia toma el término
gore de un género cinematográ ico centrado en la violencia ex-
trema para describir la etapa actual del capitalismo en ciudades
fronterizas donde la sangre, los cadáveres, los cuerpos muti-
lados y las vidas cautivas son herramientas en la reproducción
del capital.8
Claramente, el término podría trasladarse a toda la geogra ía
nacional y no únicamente a los territorios de la frontera norte
sino a la sur y a la región centro, Golfo y Pací ico de México.
La reseñista resalta que el aspecto más relevante en la obra
de Valencia es que la autora caracteriza a la violencia como una
nueva epistemología, a partir de prácticas discursivas y materiales
originados en el neoliberalismo.
Sayak Valencia asegura que en México, a diferencia de Estados
Unidos, lo que controla al Estado es el Crimen Organizado.
Estamos, dice, ante una Narco-Nación. Los cárteles del narco-
trá ico incorporan la violencia y las leyes del mercado a su lógica
de poder.

“En el posfordismo el trabajo como una actividad social


significativa ha sido reemplazada por el consumo, incluso
en lugares extremadamente desfavorecidos y marginados.
Debido a la presión generalizada para el consumo y la frustración
entre los jóvenes que no pueden llegar a tales niveles de con-
sumo, la economía criminal y el uso de la violencia como una
herramienta de mercado se convierten en alternativa. Dado
que el trabajo no es valorado socialmente, los jóvenes que ne-
cesitan sentirse competentes en su rol de proveedores son
los que buscan ´trabajo´ en la industria gore —asesinatos,
drogas, secuestro, comercio del sexo—“.9
8
Reseña bibliográ ica a “Capitalismo gore” de Sayak Valencia, publicado en
Colegio de la Frontera Norte por Ariadna Estévez. Disponible en: http://www.
colef.mx/fronteranorte/articulos/FN50/10-f50.pdf
9
Idem.

25
U A C M

En este mundo de capitalismo salvaje, el trá ico de drogas


tendría un lugar privilegiado pues ayudaría a expandir al capital
mediante la inyección de dinero a zonas marginadas que de otra
manera no podrían gozar de su inclusión en el sistema capita-
lista occidentalizado. De esta manera, las zonas marginadas del
país sujetas a “violencia económica”, como lo llama Sayak Valencia
harían uso de la violencia del trá ico de drogas “como empresa
transnacional y como una herramienta de negocios”.10
En las tres novelas antes mencionadas se nota un fuerte
arraigo del negocio de sustancias psicoactivas en zonas geo-
grá icas especí icas, que como explica Jaume Curbet en su libro
“Con lictos globales, violencia locales” es típico de las organiza-
ciones criminales “con raíces nacionales, regionales y étnicas; la
mayoría con una larga historia, ligada con la cultura de países
y regiones especí icas, su ideología, sus códigos de honor y sus
mecanismos de vinculación” (Curbet, 2007: 62)
Por otro lado, será después de “Juan Justino Judicial” que
se abunde en otro aspecto de la hipotesis de Sayak Valencia: la
proliferación de sujetos endriagos que “no se disputan el poder
estatal sino el biopoder, es decir, el control de la población, el
territorio y la seguridad”,11 lo anterior con los soldados del
narcotráfico llamados “sicarios”.
Lo anterior, embona ya con las novelas sobre el narcotrá ico
posteriores a “Juan Justino Judicial” que ya son estudiadas bajo
el término de “sicaresca”, es decir, relato de sicarios que corres-
ponde al espectro social al que Sayak Valencia llama “proletariado
gore”.12
Como señala Gerardo Castillo Carrillo, catedrático de la
Universidad de las Américas-Puebla, en una ponencia dictada
en la Universidad Autónoma de Tlaxcala, las novelas sobre nar-
cotrá ico en México de los últimos 15 años ya dan cuenta de este
nuevo estadío y se caracterizaríam por ser “excesivamente vio-
lentas, los hechos referidos son incluso hiperrealistas en cues-
tiones de violencia, y tiene que ver también con una tradición”
(Castillo, 2013), una tradición que inició sin duda en 1962 con
10 Idem.
11 Idem.
12 “Capitalismo gore: narcomáquina y performance de género”, supra.

26
4ª. J A

“Diario de un narcotraficante”, la primera novela sobre el


narcotráfico en México.

Bibliograϐía

Astorga, Luis. El siglo de las drogas. El narcotráϔico, del Porϔiriato


al Nuevo Milenio. México: Editorial Proceso, 2012. (Primera
edición, México: Plaza & Janés, 2005)
Beristáin, Helena. Diccionario de retórica y poética. México: Editorial
Porrúa, 1995.
Cornejo, Gerardo. Juan Justino Judicial. México: Editorial Selector,
1996.
Curbet, Jaume. Conϔlictos globales, violencias locales, Quito,
Ecuador: FLACSO, 2007.
Jameson, Frederick. 1995. El Posmodernismo o la lógica cultural
del capitalismo avanzado. Barcelona: Paidós.
Nacaveva, A. Diario de un narcotraϔicante. México: Costa-Amic,
2000. (Sexta edición).
Nacaveva, A. El tráϔico de la marihuana. México: Costa-Amico,
1997. (Segunda edición).
Olvera, Gerónimo Ramón. Sólo las cruces quedaron. Literatura y
narcotráϔico. México: Editorial Ficticia, 2013. (Biblioteca de
ensayo contemporáneo).
Ramírez-Pimienta, Juan Carlos. Cantar a los narcos. Voces y
versos del narcocorrido. México: Editorial Planeta/Temas de
hoy, 2011.
Rascón Banda, Victor Hugo. Contrabando. México: Editorial
Planeta, 2007.
Scolari, Carlos Alberto. Transmedia. Cuando todos los medios
cuentan. Barcelona: Deusto Ediciones, 2013.
Valencia, Sayak. Capitalismo gore. España: Melusina, 2010.
Wislow, Don. El poder del perro. Barcelona: Mondadori Random
House, 2009.
Zavala, Lauro. La precisión de la incertidumbre. Posmodernidad,
vida cotidiana y escritura. México: Universidad Autónoma del
Estado de México, 1999.

27
U A C M

Hemerograϐía

Castillo, Gerardo (2013). Conferencia presentada en el IX En-


cuentro Internacional de Literatura Hispanoamericana, en la
Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de
Tlaxcala. Disponible en: http://www.piedradetoque.mx/006_
entre_chacas_dilers_y_adivinos.htm [octubre de 2014].

Diez Briseño, José (2009). “Trabajan 450 mil para el narco.- EU”,
publicada por Grupo Reforma el 11 de marzo de 2009. Disponible
en: www.reforma.com y http://mural-guadalajara.vlex.com.mx/vid/
trabajan-mil-narco-eu-80658271 [octubre de 2014].

Estévez, Ariadna (s/f). Reseña bibliográ ica a “Capitalismo gore”


de Sayak Valencia, publicado en Colegio de la Frontera Norte.
Disponible en: http://www.colef.mx/fronteranorte/articulos/
FN50/10-f50.pdf [octubre de 2014].

Merlos, Andrea (2008). “Hay 500 mil narcos. Revela Sedena al


Congreso magnitud del crimen organizado”, publicada el sábado
09 de agosto de 2008. Disponible en: http://www.eluniversal.
com.mx/notas/528874.html [octubre de 2014].

Valencia Sayak (s/f ). “Capitalismo gore: narcomáquina y


perfomance de género”, Universidad Complutense de Madrid.
Disponible en: http://hemisphericinstitute.org/hemi/es/e-mis-
ferica-82/triana [octubre de 2014].

28
EēęėĊěĎĘęĆ ĎĒĆČĎēĆėĎĆ Ć
CĊđĊĘęĊ RĆĒŃėĊğ*

Realizada por Nubia Amparo


Ortiz Guerrero a raíz de la
4a. Jornada Académica: La
perspectiva de género, inter-
pretaciones discursivas y so-
ciopolíticas de la mujer y el
crimen organizado en: Las
Mujeres Matan Mejor de Omar
Nieto.

C.R. Me vas a entrevistar, espero que eso si lo sepas hacer. No


vas a preguntar lo que tú quieras... Me vas a entrevistar a mí
porque soy la única… Tú tienes una misión, así que te conviene
que la cumplas y no te mueras antes…Todo lo vamos a grabar…
Así que vamos a platicar. Si gritas o la haces de pedo, ya sabes
lo que va a pasar, ¿estamos? … Pos empiézale… No desperdicies
el tiempo. Tú pregunta así muy profesional, como en la tele. Haz
una entrevista normal. Vamos…

NAOG. Omar Nieto dice Que las Mujeres Matan Mejor, ¿qué opina
al respecto?:

* Nubia Amparo Ortiz Guerrero, docente investigadora y crítica literaria. Licen-


ciada en Literatura y Lengua Española, Especialista en Docencia de Problemas
Latinoamericanos, Doctoranda en Letras de la UNAM. Actualmente profesora
investigadora de la Academia de Lenguaje y Pensamiento del Colegio de Huma-
nidades y Ciencias Sociales en la Universidad Autónoma de la Ciudad de Mé-
xico (UACM) y Coordinadora del Grupo de Investigación CAMPYS en la UACM.
**La imagen corresponde a la portada de Las Mujeres Matan Mejor de Omar
Nieto, 2013

29
U A C M

C.R. Yo no sé si eso es verdad. No creo que en este negocio


ninguna de nosotras esté pensando en ser más cabrona que la
otra, solo por hacerse la chingona… En este negocio, algunos em-
piezan a saberlo. Y los que no lo saben, se comienzan a enterar.

NAOG. ¿Qué opina de la situación actual del país?

C.R. Este país es una agencia funeraria donde todos los días hay
muertos.

NAOG. ¿Puedo tutearle? La situación es un poco di ícil para mi …


sino le molesta…

C.R. Está bien, pues … Aprovecha para preguntarme lo que


quieras. Me vas a llamar Celeste. Puede o no ser mi nombre
verdadero, pero eso a ti no te importa.

NAOG. Tú eres una sicaria, ¿no te arrepientes de matar gente?

C.R. A ver…, tú te estas confundiendo. En este negocio uno nada


más es una mano pero no quien pone el dedo. La guerra es
de los patrones y una solamente es una soldado. Una obedece
y cobra…

NAOG. ¿Por qué entraste a este o icio, lo dejarías?

C.R. Uno se mete , sin que lo haya pedido. O por hambre. Y


ninguna de nosotros somos perros para morirnos así en la calle.
Ya lo dice el dicho: “Mas vale cuatro años como rey que cuarenta
como buey”. Y si me llega a tocar que me maten, voy a descansar
de ver tanta mierda. Una vez dentro, no se sale más que muerto.
Esto no dura mucho, así que más da.

NAOG. ¿Tienes familia, hijos, un esposo?

30
4ª. J A

C.R. Mira, no creo que mi vida personal le sirva de algo a nadie.


Mi vida no es mejor o peor que la de cualquier plebe. Todos
tenemos vidas jodidas. ¿Acaso tú no?

NAOG. Pues sí Celeste, pero yo no tengo gran cosa que decir,


además estoy aquí para escribir una publicación sobre la novela
de Omar Nieto, Las Mujeres Matan Mejor, y para eso necesito
saber más de con quien estoy hablando…

C.R. No tengo a nadie y si lo tuviera, no te lo diría. Y menos


para que lo andes divulgando tan a la ligera. Pero bueno, tal
vez tengas razón. Te voy a contar lo que pienso, pero espero
que no lo publiques para que luego nos rompan la madre…Te
repito, no entiendo a quién le sirva saber mi historia personal.
Además, estar sola es una de las partes duras del trabajo, para
eso le pagan a una. Si trabajar fuera bonito, a nadie le pagarían …
Mira, mi historia no es importante, así que mejor sigue escribiendo
sobre…

NAOG. Necesito unir las historias y quiero que me cuentes la


tuya.

C.R. Cómo chingas con eso. Y más con lo de que por qué anda
una mujer en esto. En otras circunstancias, por menos de esa
idea ya te habría metido una bala en la cabeza, pero para que ter-
mines tu reportaje voy a contestarte. Hay quienes dicen que las
mujeres que estamos en esto perdimos el respeto a todo, que no
valemos nada. Tal vez tengan razón, no deberíamos andar metidas
en esto, pero andamos. Nosotras no lo escogimos.

NAOG. Mucha gente piensa que sí

C.R. La gente que piensa eso está pendeja. Ya me imagino a una


niña diciendo : “Cuando sea grande no me quiero casar: quiero
matar cabrones”. Cuando mucho, las morrillas dirán: “Cuando
sea grande quiero andar con los buchones” porque eso está con
madre, pero no creo que ninguna niña sueñe con andar jalán-

31
U A C M

dole al gatillo. Al contrario, en esta vida ya no fue el andar bien.


Y tal vez después de muertas, ya no habrá nada. Pero no importa,
porque antes tampoco teníamos nada. ¿Crees que las aguaca-
teras que se meten la merca en el culo o en la vagina sienten
rico? Lo hacen porque no hay de otra y porque ese es su trabajo
y ya.
NAOG. Insisto, ¿cómo comenzaste en esto?

C.R. Para que dejes de estar chingando, te voy a dar algunos datos
generales. Mi historia la puede vivir cualquiera porque desde
chica tuve que ver la manera de ayudarle a mi mamá. Cuando
una crece se da cuenta de que cada quien vive como puede, ¿no
lo crees? Claro, seguro tú no has estado en esa situación. ¿ Por qué
lo digo? Porque en un pueblo como Villanueva, Zacatecas, donde
yo nací, no hay muchas opciones más que sembrar, mercar, irte
a Estados Unidos o chuparle la verga a algún viejo rico para
sobrevivir.

NAOG. ¿Qué me puedes contar de tus padres?

C.R. Mi mamá , como muchas, tenía sus ires y venires con otros
hombres. Mi papá se hartó de eso, o le valía madres, y se largó
a Estados Unidos. Después de eso, lo único que se le ocurrió a
mi mamá para sobrevivir fue poner un puesto de comida, a la
orilla de la carretera a Guadalajara. Y le funcionó la idea porque
estábamos bien ubicadas.

NAOG. ¿Cómo era tu relación con el novio de tu mamá?

C.R. Un día el novio de mi mamá tuvo el descaro de ponerme su


cosa en las manos y me dijo: “Llégale al mismo vicio de tu mamacita”.
Era un gran hijo de puta, pero lo que mas me da coraje es que mi
mamá lo veía como a un santo.

NAOG. ¿Sucedió algo entre ustedes?

32
4ª. J A

C.R. El ojete un día esperó a que ella no estuviera para arrastrarme


hasta el camión y darme un madrazo que me hizo ver luces; por
eso no reaccioné hasta que me estaba metiendo su verga asque-
rosa. Yo sentí mojado y pensé que me había orinado, pero no era
eso sino que estaba sangrando y me dolía. Quise zafarme pero
no me podía mover; por eso me esperé hasta que me dijo: “Estas
más rica que tu mamá”. Ahí fue cuando pesqué un machete que
yo sabía que tenía debajo del asiento y le alcance a dar en la
cabeza. Berreó como un puerco.

NAOG. ¿Cómo reaccionó tu mamá ante esta situación?

C.R. Cuando lo llevaron al hospital, ella me agarró de los pelos


y ahí, enfrente de todos me dijo que yo era una puta y que si
quería hombre que lo buscara por mis propios medios, que para
eso tenía yo tetas y nalgas, y que estaba hasta la madre de mi, y
que a ella ningún hombre la iba a abandonar y menos por una
pendeja como yo, que la dejará en paz, que ella nunca había que-
rido tener una mujer como hija porque en lugar de que la man-
tuvieran, ella me tenia que mantener a mi, y que yo era una puta
y una estúpida.

NAOG. ¿Entonces que hiciste?

C.R. Yo comencé a llorar, claro, porque estaba muy chiquita, y lo


único que se me ocurrió fue pedirle a otro camionero que me lle-
vara a San Luis, Aguascalientes, o bien, a Guadalajara, o al último
pinche lugar del mundo, pero no, el hombre jaló para Zacatecas
capital, ahí muy cerquita, y pasó la desviación para la pirámide
de La Quemada, con hartos matorrales secos y amarillos en el
camino, donde tuve que masturbarlo como pago para que me
llevara hasta Monterrey.

NAOG. ¿Qué pasó en Monterrey?

C.R. Llegando me puse a caminar como una pendeja por el centro,


luego por la Macroplaza y por el río Santa Catarina, hasta que

33
U A C M

me recogieron unos patrulleros y me llevaron a un albergue. Las


trabajadoras sociales a fuerza querían que denunciara a quien
me había violado, pero cuando lo hice me dijeron que no iba a
pasar nada porque el delito se había cometido en Zacatecas y ahí
era Nuevo León, y que me regresara a ponerla en Villanueva…
Por eso te digo que una nunca escoge su destino, porque a veces
pienso que si aquel camionero se hubiera ido directo hasta
Saltillo o Nuevo Laredo, yo estaría en otra parte y no aquí
enfrente de ti, con mi pistola amartillada.

NAOG. ¿Quién era Ramón?

C.R. Él era policía municipal de Monterrey, y como se enamoró


de mi, nos hicimos novios. Yo acepté porque extrañaba sentir
que le importaba a alguien, y eso no lo sentía desde secundaria
cuando mis amigas y yo nos poníamos vestidos para caminar en
sentido contrario al de los muchachos en la plaza principal de
Villanueva, enfrente de los portales… nos poníamos rosas en el
pelo para llamar su atención. Yo tiré una vez la rosa al piso
para que un chico la levantara. Se llamaba Santiago.

NAOG. Entonces estuviste enamorada dos veces, ¿lo estás ahora?

C.R. ¿Quien va a querer estar con una mujer que al otro día puede
amanecer muerta?. Mira, te voy a contar algo. Poco después de
que conocí a Ramón, el policía, le ofrecieron ser sargento en San
Nicolás de los Garza, municipio conurbado de Monterrey. Y como
ya vivíamos juntos, pues nos cambiamos de casa. Así duramos
dos o tres años en los que no me embaracé, pero luego se vino
la guerra de los cárteles por la plaza de Monterrey.

NAOG. ¿Y qué pasó con Ramón?

C.R. Me decía que debíamos disfrutar porque cualquier día


podía aparecer muerto por ahí, como inalmente pasó cuando lo
colgaron de un puente en la Avenida Constitución, cerca de las
o icinas de la cementera. Sus jefes los habían mandado al mata-

34
4ª. J A

dero…Su compañero me dijo luego que los narcos que los habían
atacado pertenecían a los Hernández y que lo habían hecho para
mandar un mensaje a las corporaciones policiacas que contro-
laban el centro de Monterrey.

NAOG. ¿Cómo ingresas al plan municipal de seguridad?

C.R. Solicitaban mujeres para fortalecer el plan…y no lo pensé.


Por ese aproveché las ganas que el alcalde de San Nicolás tenía
para cogerme y me metí al reclutamiento. Yo misma me presenté
aun sabiendo que tendría que acostarme con él, porque me traía
ganas desde que yo acompañaba a Ramón a los eventos para los
policías de Monterrey. En mi ingenuidad pensé que así toparía
con los narcos que habían matado a Ramón y hasta acepte entrar
al Ejercito como tiradora, a recomendación del alcalde, porque
además ahí había mejor sueldo.

NAOG. ¿Lo hacías por dinero entonces?

C.R. …no era por el dinero, quería prepararme para cuando


llegara la hora de poder vengar a Ramón, porque él fue el único al
que realmente le importé.

NAOG. ¿Qué te decían cuando empezaste a ser sicaria?

C.R. Cuando empecé en esto, a mí también me lo dijeron bien


clarito: “Disfruta lo que puedas porque lo único seguro es que
a ti también te van a matar”. Yo se lo repito a las que están em-
pezando a entrar al jale y que apenas tienen quince o diecisiete.
Ellas lo saben.

NAOG. ¿Recuerdas alguna situación en particular?

C.R. Hace poco el mando envió a unas morras mías a pelear


contra la Marina. Me regresaron a una muerta y a la otra le tum-
baron el brazo a tiros que porque les había disparado “de a
deveras”, como si la chamaca hubiera estado ahí para jugar a las

35
U A C M

canicas. Le había costado mucho trabajo dominar el jalón de


la M-16. Pero bueno, ni modo, así es este trabajo.

NAOG. ¿Siempre es así?

C.R. No te creas, también tiene sus cosas positivas. Ganan bien,


se compran las cosas que quieren , le mandan dinero a su familia
y hasta se compran la ropa o, ya con el tiempo, el carro que les
gusta.

NAOG. ¿Y la relación con los compañeros cómo es?

C.R. Aquí te encuentras cabrones de a deveras que saben


romperse la madre, y no putos como en otras partes. A veces
pasa que ya hasta tuviste hijos con ellos. Hay quienes dicen que
las que estamos en esto perdimos el miedo, que no valemos
nada, pero están equivocados, sí valemos, solo que en este ne-
gocia a una le debe quedar claro algo: si una no dispara, los de
Matamoros, los de Sinaloa, los de Michoacán, los de Tijuana, los
Hernández o quien sea sí lo van a hacer, y no se van a andar con
mamadas…

NAOG. ¿Tienes algo más que contar?

C.R. Esa es la historia que tienes que escribir…así que empiézale


a trabajar…Yo ya hablé demasiado de mí.

NAOG. Está bien, empezaré a hacerlo… Ya tengo su iciente material…

C.R. Te diré una cosa que le oí a algunos un día: “Dices que los
libros duran más; escribe esas letras… para que, cuando yo falte,
quede guardado”. Lo más seguro es que me maten. Soy mujer y en
cualquier momento me violan, me torturan o me descuartizan,
por muy francotiradora que sea. Estoy consciente de ello. En-
tonces hagamos algo: si lo hacen, si me matan, si te enteras de
que me tiran por ahí, publica esto. Pero mientras esté viva, no. Te
lo digo claro. Esto no va a durar mucho, los gobiernos pactan, a la

36
4ª. J A

gente se le olvida. Nosotros mismos, los que estamos en esto, no


sabemos si vamos a seguir vivos mañana. Ustedes sí, nosotros
no. En in… ya sabes lo que tienes que hacer. Tenemos un trato.
No lo olvides, porque yo no lo olvidaré.

…Y se publico en febrero del 2013 Las Mujeres Matan Mejor de


Omar Nieto, novela que resultó inalista en el I Premio Letras
Nuevas de Novela 2012.

37
1. Eđ ĉĎĘĈĚėĘĔ Ğ đĆ ĕĊėĘĕĊĈęĎěĆ ĉĊ
ČĴēĊėĔ Ċē CĊđĊĘęĊ RĆĒŃėĊğ,
đĆ ĘĎĈĆėĎĆ ĉĊ
LĆĘ ĒĚďĊėĊĘ ĒĆęĆē ĒĊďĔė
EēęėĊ đĆ ċĎĈĈĎŘē Ğ đĆ ėĊĆđĎĉĆĉ:
LĆĘ ĒĚďĊėĊĘ ĒĆęĆē ĒĊďĔė1

María de la Luz Flores Galindo


Universidad Autónoma de la Ciudad de México

En la novela Las mujeres matan mejor aparece una inversión de


los roles de género tradicionales de las novelas narco, ya que la
protagonista, Celeste, no se asemeja a los estereotipos de género
impuestos, tanto en lo social como en la novelística narco. El ob-
jetivo de este trabajo consiste en establecer cuáles son los roles
de género de este tipo de novelas con el in de ubicar a la prota-
gonista dentro de una inversión de dichos roles de género que
se debe, en gran parte, a la necesidad de tener un empleo, pero
no por la conciencia y voluntad propia de la protagonista y esto
constituye la intención del autor de la novela. A in de mostrar lo
anterior, se presentan tres secciones: en la primera, la noción de
cultura narco; en la segunda, la noción de género; y en la última los
roles de género en la cultura narco, así como la inversión de dichos
roles en la protagonista. Veamos.

Cultura narco o narcocultura

En la Secretaría de la Defensa Nacional, desde 1985, existe el


Museo del mundo del Narcotrá ico, que tiene una sala de “narco-
cultura” en la que se exhiben joyas, armas, vestimentas, derroche
1
Ponencia presentada en la IV Jornada Académica del CAMPYS Cuautepec
“La perspectiva de género. Interpretaciones discursivas y sociopolíticas de la
mujer y el crimen organizado de Las mujeres matan mejor de Omar Nieto”, el 11
de septiembre de 2014.

41
U A C M

de objetos, pistolas con joyas, por ejemplo, Colt 38 con incrusta-


ciones de esmeraldas, AK 47 con palmera de oro en la cacha, pis-
tolas con placas de oro conmemorativas, chamarras antibalas,
celulares con incrustaciones de diamantes, relojes de marca con
caros adornos o un San Juditas Tadeo y otros accesorios muy
ostentosos. A partir del derroche de riqueza y la ostentación de
estos objetos, se puede considerar a la narcocultura como una
cultura de la ostentación y una cultura del ‘todo vale para salir
de pobre, una a irmación pública de que para qué se es rico si no
es para lucirlo y exhibirlo.’ (Rincón, 2012: 2, cit. por Maihold y
Sauter, 2012: 64). Se considera una estética del poder basado en
recursos materiales y simbólicos, con mensaje de impunidad, de
hallarse por encima de la ley y de poner su propio orden y jus-
ticia. La narcocultura, con su simbólica de ostentación, despierta
aspiraciones en los marginados, que, para salir de su situación,
aceptan una buena vida, aunque sea corta, ya que los años
restantes estarán en la cárcel o morirán muy jóvenes. (Ibid.)
Elsa Ivette Jiménez Valdez, en “Mujeres, narco y violencia:
resultados de una guerra fallida”, nos proporciona una investigación
acerca de roles de género en la cultura narco. En este trabajo nos
guiaremos en el estudio de Jiménez Valdez, ya que constituye
un estudio muy abocado al tema que nos interesa. Según Elsa
Ivette Jiménez, académicos, reporteros y público en general han
percibido que el fenómeno de la narcocultura está muy difundió
en Sinaloa, pero no sólo ahí, sino que se ha ido extendiendo a
varios Estados como Baja California y Sonora. Esto se debe a una
amplia aceptación y admiración de las personas y valores vincu-
lados al narco, sobre todo en sectores juveniles. Los valores de
la narcocultura se difunden a través de videos, videos, series
de televisión, narcocorridos, blogs, entre otros y es a través de
estos medios que dichos valores narcos son aceptados. (Jiménez
Valdez, 2014: 106)
La novela Las mujeres matan mejor hace alusión a Michoacán,
pero se retoma la región de Quintana Roo que se convierte
en escenario de una serie de sucesos violentos que representan
el deterioro del tejido social de intrincada red en la que es di ícil
distinguir entre política y crimen organizado que se encuentra

42
4ª. J A

oculta aún más por una prensa vendida y comprada por el


narco. La novela Las mujeres matan mejor menciona el hecho
de que el narco no es un fenómeno que existe exclusivamente
en el norte del país, ni tampoco propio de los hombres. (Cámara
Frías, 2014)

Noción de género

Según Lagarde, género es un simbolismo acerca de estereotipos


de identidad sexual impuestos a las personas, con base en sus dife-
rencias ísicas y psicológicas que son resultado de procesos his-
tóricos y culturales (Lagarde, 2001, cit. por Flores Galindo, 2013:
39). Por su parte, De Barbieri (1992) establece que el género es
el conjunto de prácticas, símbolos, representaciones, reglas y va-
lores sociales que las distintas sociedades elaboran basados en
la diferencia sexual anatómica y isiológica que dan sentido a la
satisfacción del deseo sexual, a la reproducción de la especie y
a las relaciones entre las personas. (Ibid.) Esto signi ica que las
personas se clasi ican por el hecho de ser sexuadas y luego asig-
nadas en forma diferencial en funciones, prácticas, actividades,
relaciones sociales, estereotipos, formas de comportamiento
y subjetividades (Lagarde, 1992, cit. por Flores Galindo, 2013:
39) con base en la imposición normativa masculina. (Cabral y
García, 2003, Cit. por Flores Galindo, 2013: 39).
En los estudios de género se investigan las diferencias
justificadas y legitimadas entre hombres y mujeres; así
como las desigualdades construidas y reproducidas en la historia,
la cultura, la sociedad, que aparecen como si fueran naturales,
universales y absolutas. (Loc. cit).

Roles de género en la novela “Las mujeres matan mejor” e


inversión de los roles en la protagonista

La novela Las mujeres matan mejor critica los estereotipos de género


de la narcocultura. Y es que, dentro de dicha cultura narco, como
en narco icción, aparecen roles bien de inidos, pero, poco sa-
bemos acerca de mujeres que no necesariamente siguen el rol

43
U A C M

asignado por dicha cultura, sino que, se asemejan al rol mascu-


lino narco. La inversión de estos valores en la novela de Nieto
ayuda a comprender más el fenómeno de la narcocultura y dar
cuenta de que los protagonistas del crimen organizado han
variado. (Nieto, cit. por Lomelí, 2013)
Y es que, tradicionalmente, los roles de género en la cultura
tradicional narco son los de mujeres bellas, amantes, acompa-
ñantes, la esposa, etc, pero hoy en día está surgiendo otro tipo
de mujer: la sicaria, la guerrera, la policía, la soldado y la sicaria
narco y esto último es justamente lo que muestra el autor en su
novela Las mujeres matan mejor. Veamos cómo son los roles de
género en la cultura narco tradicional y cómo se re lejan estos
valores en la novela.
Elsa Ivette Jiménez Valdez, la narcocultura, ha investigado
acerca de las construcciones de género, esto es, estereotipos
masculinos y femeninos en la narcocultura. De acuerdo con esta
autora, el narcotrá ico se ha convertido en una forma de vida,
debido a la riqueza y poder de su imaginario social, resulta un
trabajo para clases bajas. Las maneras de ingreso a él son dife-
rentes para hombres y mujeres. Para el sexo masculino, lo que
determina es la pobreza, el desempleo, la exclusión del sistema
escolar, el pertenecer a pandillas y la reclusión en penales por
infracciones menores. Sin embargo, también participan los
de la clase media y alta, narcojuniors, que buscan poder. Otros
motivos de ingreso son el abandono de los padres y la violencia
en los medios de comunicación, además de situaciones psico-
lógicas y familiares, todo esto genera que muchos jóvenes sean
reclutados por los cárteles, a cambio de drogas, dinero, poder y
mujeres, aunque sea algo momentáneo. (Jiménez Valdez, 2014)
En el caso de los personajes masculinos de la novela Las
mujeres matan mejor, la mayoría entran al narco porque han
sido excluidos de su grupo social e incluso son perseguidos:
Lince, por ejemplo: “no dudó en desertar de la Judicial y en des-
aparecer del mapa para no ser víctima de las persecuciones cada
vez más constantes y sangrientas.” (Nieto, 2013: 90)
En la narcocultura, la principal construcción masculina es la
de jefe o capo, hombres valientes, con arrojo y sed de poder, con

44
4ª. J A

actitud de imposición, que son respetados, y se exhiben felices.


No le temen a la muerte, repudian la vida, les gusta asesinar;
además de que poseen sed de venganza. (Jiménez Valdez, 2014)
Justamente es la sed de venganza por la que Celeste, la protago-
nista, entra al mundo del narco, ya que le habían asesinado a su
pareja, y esto constituye una inversión de los roles de género,
además de que ingresa porque quiere tener un empleo.
El jefe a manda, somete y controla. Impone su voluntad con
ayuda del dinero, in luencias o armas. El ejercicio del poder es
vertical, bajo los jefes están sus valientes sicarios e informantes.
No toleran ninguna equivocación porque los errores se pagan
con la vida. (Jiménez Valdés, 2004) En Las mujeres matan mejor,
la protagonista, tiene un ejemplo de inversión de género acerca
de estas características masculina como mandar, someter y con-
trolar, e imponer su voluntad, en este caso, a través de las armas,
lo tenemos en la protagonista Celeste, quien tiene secuestrado al
reportero Sánchez y le obliga a desmentir sus noticias vendidas:

Tú tienes una misión, así que te conviene que la cumplas y


no te mueras antes. Vas a decir que el Cártel Independiente de
México nació en Tamaulipas y que se reestructuró en Cancún,
durante la campaña de Jesús Olalde. Todo lo vamos a grabar.
Me vas a llamar Celeste. Puede o no ser mi nombre verdadero,
pero eso a ti no te importa. Mira, papacito, los Hernández,
Sánchez Zamudio y Salvador Iniestra tienen que pagar la
matanza de nuestra gente allá en Quintana Roo. Así que
vamos a platicar. Si gritas o la haces de pedo, ya sabes lo que
te va a pasar, ¿estamos? Y no te quejes, mi rey, ya te he dicho
que a muchos les ha ido peor.
—De acuerdo.
—Pos empiézale, mi rey. No desperdicies el tiempo. Tú
pregunta así muy profesional, como en la tele. Te recuerdo.
Si haces pendejadas, así como me ves de laquita, yo mismo
te voy a poner un remedio, ¿estamos? Vamos a ver qué tal
haces tu chamba. Has una entrevista normal. Vamos…(Nieto,
2013: 30)

La narcocultura es androcéntrica y misógina, colocan en


poses “afeminadas” a los cuerpos de los rivales asesinados.

45
U A C M

(Jiménez Valdez, 2014). En Las mujeres matan mejor, este com-


portamiento lo encontramos cuando en la noche de borrachera,
un exhibicionista estaba aguadando la iesta: “-ya te tenemos,
angelito – dijo Tejón Aguilar poniendo de rodillas al hombre.
[…] El ex miembro de las Fuerzas Especiales del Ejército dio dos
pasos atrás y descargó con toda su furia una gran patada que
hizo que el hombre se fuera de bruces.” (Nieto, 114) Y luego,
estos miembros del ejército, después de mantenerlo en una
postura sexual afeminada, lo hacen pozole. Aquí tenemos que la
conducta de la humillación y del pozole de los narcos es imitada
por los del Ejército.
El rol tradicional de la mujer en la narcocultura es la de
mujer subordinada. Las mujeres son artículos decorativos, de
exhibición, sexo y compañía. Es así que Valenzuela Arce (Arce,
2010, cit. por Jiménez Valdez) establece el estereotipo de la
mujer vinculada en forma sentimental con un narcotra icante
en la igura de mujer trofeo. Esto es el glamour del mundo del
narco. La mujer entonces se convierte en objeto a través del cual
el narcotra icante comunica su éxito en la sociedad, en términos
de riqueza y poder. (Jiménez Valdez, 2014):

Los atributos de estas mujeres serían la sensualidad,


coquetería, cuerpos voluptuosos, carismáticas, desinhibidas. En
especí ico, las sinaloenses son descritas como a las que les
gusta explotar su belleza y llamar la atención, se muestran
seguras y altivas. Para ellas el consumo se re leja en artículos
de moda de irmas exclusivas, uñas largas, postizas, decora-
ciones de pedrería, lujo, tacones altos, maquillaje y atuendo
llamativo. (Jiménez Valdez, 2014: 109)

En la novela, sin embargo, la protagonista es una inversión


de estos valores de glamour: es una sicaria, pero del ejército, no
es la belleza lo que importa, sino cumplir con su trabajo:

Es una mexicana cualquiera, sin glamour, sin luces ni re lectores.


No desarrolla ninguna actividad de la que esté orgullosa.
Además, no es la única protagonista femenina de la novela. En
otras palabras, Celeste Ramírez se parece más a las actuales
sicarias, que matan porque lo consideran simplemente un
46
4ª. J A

trabajo, lo cual, tal vez, desafía a la teoría criminalística


actual. (Nieto, cit. por Lomelí, 2013)

Cumplir con este trabajo, sin embargo, no es una experiencia


placentera para la protagonista, sino simple y sencillamente, un
trabajo, desagradable, pero al in, trabajo:

Como policía tienes que salir a joder a la gente para pagar el


uniforme, la placa y la pistola. Ya no se diga para una patrulla
o una comandancia, y como soldado sabes bien que jamás
saldrás de la tropa. Por si fuera poco, terminas matando a
gente que no te hizo nada y que ni siquiera conoces, pero
que igual llevas en la conciencia. Son la Policía o el Ejército
los que te joden el alma, sin saber nunca cuál es el bene icio.
(Nieto, 2013: 50-51)

De acuerdo con Elsa Ivette Jiménez, dentro de la construcción


de subjetividades femeninas en la narcocultura, se encuentran
dos tipos de mujeres: las primeras, las mujeres del narco, que
incluyen esposas, hijas y otros miembros de la familia. Ellas
plasman la belleza, el lujo, tienen acceso a la educación univer-
sitaria y también al poder, ya que pertenecen a la estirpe narco.
Sin embargo, existe otro tipo de mujeres: las buchonas, quienes
usan su belleza para ingresar al mundo del narco a través de su
relación con los hombres. Los narcotra icantes mantienen una
relación que no es afectiva con sus parejas, sino un contrato de
acompañante. (Jiménez Valdez, 2014). En la novela Las mujeres
matan mejor, no aparecen relaciones sentimentales, simple y
sencillamente, se dan relaciones sexuales entre compañeros de
trabajo, o entre jefe y subordinada. Se utiliza el sexo también
para ingresar a un cártel o a un trabajo, no es su iciente con
tener una profesión. Por ejemplo, cuenta la protagonista:

Yo misma me presenté aun sabiendo que tendría que


acostarme con él, porque me traía ganas desde que yo acom-
pañaba a Ramón a los eventos de policías de Monterrey. En
mi ingenuidad pensé que así me toparía con los narcos que
habían matado a Ramón y hasta acepté entrar al Ejército
como tiradora, a recomendación del alcalde, porque además

47
U A C M

ahí había mejor sueldo. Pero no era por el dinero, quería


prepararme para cuando llegara la hora de vengar a Ramón,
porque él fue el único al que realmente le importé. (Nieto,
2013: 80)

En la cultura narco, pocas mujeres, seducidas por el poder


que representa esta industria, llegan a mostrarse embravecidas,
incluso algunas armadas (Jiménez Valdez, 2014), tal es el caso
de la protagonista Celeste y de Alejandra. Celeste como sicaria
del gobierno y Alejandra como sicaria del narco. Estos perso-
najes femeninos aparecen armados, pero no es la seducción del
poder social lo que las lleva a armarse, sino sólo la seducción de
tener un empleo, un trabajo bien remunerado.
Lo que es tradicional en el rol femenino dentro de la narcocultura
es que relacionarse con un narcotra icante les con iere lujos,
viajes, coches y otros artículos. También existen las que han
sido secuestradas por narcotra icantes. Lo característico y tra-
dicional es que las mujeres del narco tienen iguras bellas, vo-
luptuosas y se someten a cirugías. Incluso hay reinas de belleza
involucradas en el narco. (Jiménez Valdez, 2014). No es este el
tema de que trata la novela Las mujeres matan mejor, esto aparece
en películas tradicionales como “Sin tetas no hay paraíso”, pero
estos aspectos de género no aparecen en la novela, por lo que se
convierten en icción para los personajes de icción de dicha no-
vela. La descripción de la protagonista no es de una mujer bella,
sino de una mujer que parece hombre.
Según la investigación de Elsa Ivette Jiménez, cada vez ingresan
más mujeres que participan de manera activa en el negocio del
narcotrá ico, y que tienen acceso a las armas y al poder. Incluso,
en los últimos años, han surgidos series de televisión y novelas,
pero este tipo de mujeres jefas capo son pocas. De acuerdo con
esta investigadora, las principales actividades de las mujeres en
la narcocultura son el traslado de mercancía, el narcomenudeo y
el ingreso de drogas a las cárceles. A este tipo de mujeres se les
pagan salarios muy bajos; además de que sucede que pronto
las encarcelen. (Jiménez Valdez, 2014) Pero los personajes fe-
meninos de la novela Las mujeres matan mejor tienen más ambición:
son espías, son sicarias que trabajan para los capos o para polí-
48
4ª. J A

ticos del gobierno, pero con labores masculinas: en el caso de


la protagonista tenemos una policía soldado profesional sicaria
que trabaja contra el narco. Alejandra es una espía de un cártel.
Jiménez Valdez nos dice que las razones de las mujeres
para ingresar al narcotrá ico son varias: por vincularse senti-
mentalmente con narcos y sicarios, por necesidad, madres solteras,
amas de casa o desempleadas, o quedaron viudas y desprote-
gidas por el asesinato de su pareja que pertenecía al narco.
Muchas de estas mujeres fueron seducidas por la narcocultura
de la ostentación y la buena paga. (Jiménez Valdez, 2014) Los
personajes femeninos de Las mujeres matan mejor, se introducen
en el narco por desempleo: tal es el caso de Celeste, quien, entra
a la policía y luego al ejército para ser entrenada como sicaria y
ser contratada por Olalde para defenderlo de los cárteles, pero
también es cierto que las mujeres de la novela que ingresan al
narco o estaban involucradas sentimentalmente con un policía o
con un narcotra icante, así lo mani iesta la protagonista:

Cuando mataron a Ramón, el alcalde no tardó en invitarme


a entrar a la corporación y yo tampoco lo dudé. Todas las
que ingresaron aquella vez teníamos esposos, novios o her-
manos metidos en la Policía o con los malos, además varias
tenían hijos que mantener. Sabíamos que nos hostigarían y
que usarían aquello de la boleta de arresto de cuatro o cinco
días sin que varias pudieran ver a sus niños, hasta que nos
acostáramos con los comandantes. Pero ni modo, cuando ya
estás adentro, ya no hay para dónde hacerse. (Nieto, 2013: 13)

Elsa Ivette Jiménez Valdez, también ha hecho alusión a


otra categoría de mujeres que se incorporaron al narcotrá ico: las
mujeres presas. Este tipo de mujeres ingresan al narcotrá ico
en forma consciente, pero in luidas por sus relaciones asimé-
tricas entre hombres y mujeres. Ingresan por dependencia emo-
cional que establecen con sus parejas que están involucradas en
el narco. Generalmente son de estratos socioeconómicos bajos y
con escolaridad entre primaria y secundaria incompleta. (Jiménez
Valdez, 2014). En la novela, aparece una fuga de una mujer en
la cárcel: “El Falso Costeño se registró en calidad de visita con-

49
U A C M

yugal. Al verlo, la mujer a la que liberaría se quitó la ropa, ingió


hacerle sexo oral y simuló que se dejaba montar por detrás.
[…] hasta que una hora después, vestida con ropas de custodia,
salió la mujer”. (Nieto, 2013: 186) Esta mujer, en la novela, es
una espía del CIM (Cártel Independiente de México) que se encar-
gará de informar al coronel del CIM acerca de una emboscada a
Olalde. Dicha mujer, amante del coronel, es traicionada, ya que el
coronel ya no trabaja para el CIM, sino para los Hernández.
También, en la cultura del narco aparece la mujer abnegada,
la mujer madre-esposa. Asimismo, se halla la mujer que se sacri-
ica por su macho. (Jiménez Valdez, 2014) En la novela de Nieto,
esta igura de la mujer sacri icada y abnegada, no aparece Al
contrario, utilizan al hombre porque es su trabajo. Por ejemplo,
Alejandra, quien creemos que es amante iel de Olalde, es quien
lo asesina al inal de la novela. Así, encontramos una inversión
de los roles de género impuestos a la mujer como ser sumisa
y abnegada. Los principales personajes femeninos son sujetos
activos que buscan sus propios ines porque tienen que hacer
bien su trabajo.
En conclusión, una de las repercusiones de la expansión de
la industria del narcotrá ico en nuestro país es que cada vez se
reclute a más gente para este trabajo. Esto ha generado el in-
greso de más hombres y mujeres. Al mismo tiempo que, para
mejorar a dicha industria se han ofrecido nuevos o icios y em-
pleos, uno de ellos es el de sicaria, ya que “Las mujeres matan
mejor”. Este hecho ha propiciado una inversión en los roles de
género en la cultura narco tradicional, por lo que los estudios
criminalísticos y sociológicos tendrán que asumir este hecho
y considerarlo en sus investigaciones. La inversión de los roles
de género en la cultura narco, sin embargo, no libera a las mu-
jeres, sino que más bien lo que muestra es la falta de opciones
de empleo, el hambre y la deshumanización en una sociedad
controlada por cárteles y por un gobierno neoliberal. Es así que,
entre la icción de la narcocultura existe la mujer como parte del
glamour narco, esto también es real; sin embargo, entre lo real,
también existe la mujer sicaria, contratada por el narco; y este
personaje real, ahora es también icción y realidad.

50
4ª. J A

Bibliograϐía

Barbieri, Teresita de. (1992). “Sobre la categoría de género. Una


introducción teórico-Metodológica”. Revista de Sociología In-
teramericana, (México) ( Núms. 2 y 3): Segunda época.

Cabral, Blanca E. & García, Carmen T. (2003). “El género. Una


categoría de análisis crítico para Repensar las relaciones so-
ciales entre los sexos”. Disponible en: http://www.saber.ula.
ve/handle/123456789/16344?mode=full&submit...

Cámara Frías, Alejandro (2014). “Las mujeres matan mejor”. Dis-


ponible en: http://valvulamagazine.com/blog/las-mujeres-
matan-mejor/

Flores Galindo, María de la Luz (2013). “Filoso ía de la ciencia y


enseñanza de la ciencia: exclusión e inclusión de lo femenino
en ciencia”. Revista Internacional de Estudios sobre Sistemas
Educativos, (México) (Vol. 1, No. 1-2) , 31-48.

Jiménez Valdez, Elsa Ivette. (2014). “Mujeres, narco y violencia:


resultados de una guerra Fallida”. Región y sociedad, (Hermo-
sillo) (Núm. 4), 101-128.

Lagarde, Marcela (2001). Género y feminismo: desarrollo humano


y democracia. Madrid: Horas y Horas.

Lomelí, Luis Felipe (2013). “Las mujeres matan mejor: En-


trevista a Omar Nieto”. Sin embargo, septiembre 12 de
2013. Disponible en: http://www.sinembargo.mx/opi-
nion/12-09-2013/17340

Maihold, Günter y Sauter de Maihold, Rosa María (2012). “Capos,


reinas y santos – la narcocultura en México”. ¡Mex. México In-
terdisciplinario. Interdisciplinary Mexico, (México) ( Núm.
3), 64-96. Disponible en: www.imex-revista.com/download.
php? ile=/framework/.../3.../iMex..

51
U A C M

Nieto, Omar (2013). Las mujeres matan mejor. México: Joaquín


Mortiz.

Rincón, Omar (2009): “Narco.estética y narco.cultura en Narco.


lombia”. Nueva Sociedad (Brasil) (Vol. 7, Núm. 22), 147-163.

52
Eē đĆ ēĔěĊđĆ ĉĊđ ĒĊĝĎĈĆēĔ
OĒĆė NĎĊęĔ: LĆĘ MĚďĊėĊĘ MĆęĆē MĊďĔė*:
Eđ ĉĎĘĈĚėĘĔ ĉĊ đĆ SĎĈĆėĎĆ CĊđĊĘęĊ
RĆĒŃėĊğ: ĊĘ ¿Eđ ĕĆėđĆĈčĊ ĉĊ đĆ
ėĊĆđĎĉĆĉ Ĕ đĆ ċĎĈĈĎŘē?**

Nubia Amparo Ortiz Guerrero


Universidad Autónoma de la Ciudad de México

“Me interesaba no caer en el cliché mediático de la mujer en el


narcotrá ico: la estereotipada buchona o pareja de algún capo
con el rol de ser glamurosa; me parece que se aleja de la realidad.
Se trata de las mujeres que saltan de un cargo de justicia a una
agrupación delictiva”. Omar Nieto. Con esta postura del autor
con relación al personaje central de Las Mujeres Matan Mejor
Celeste Ramírez, inicio esta reseña para ubicar que a pesar de
que el autor menciona que la novela no representa a nadie y es
icticia, Celeste Ramírez es muy real , hasta el punto que cuando
se le realizó una entrevista imaginaria previa a esta disertación,
el autor pensó que había cobrado vida su personaje. Y es que no
estamos lejos de la realidad que circunda la trama, el discurso y
el eje narrativo de la novela: la violencia, la cual se ha constituido
en un gran desa ío, hasta el punto en que los estudiosos de las
Ciencias Sociales entre otras áreas tienen una especialidad que
han denominado violentología y el primer país en adquirir esta
línea de estudio fue Colombia, que aunado a un con licto político
* Nieto, O. (2013) Las Mujeres Matan Mejor México: Joaquín Mortiz
** Ponencia presentada en la IV Jornada Académica del CAMPYS Cuautepec
“La perspectiva de género. Interpretaciones discursivas y sociopolíticas de la
mujer y el crimen organizado de Las mujeres matan mejor de Omar Nieto”, el
11 de septiembre de 2014

53
U A C M

de los años 45 donde emerge la igura del pájaro, siendo este el


antecedente del sicario, que con el auge del narcotrá ico, la gue-
rrilla, los paramilitares y la narco-guerrilla hace que la población con
menos recursos vea en estas formas de sobrevivir una opción
para trabajar y se organizan las bandas y/ o pandillas se crea la
subcultura del sicariato. México no es ajeno a estos hechos que
suceden en Centro y Sur América y es así como se imita desde
las diversas formas de enviar droga hasta las forma de actuar
de los gatilleros, el fenómeno del narcotrá ico empieza a cambiar
en el imaginario colectivo desde todas las perspectivas y la lite-
ratura no puedo ser ajeno a ello y sin hacer historia o reseña
histórica vemos a escritores como Omar Nieto que desde la
ficción nos muestra la realidad.
Pero bien, vamos con Celeste Ramírez, la famosa sicaria,
que da testimonio de su vida a lo largo de toda la novela , donde
pienso no hay icción, es la cruel realidad, aquí es pertinente
citar a Mario Vargas Llosa cuando en 1999 al ser interrogado por
la igura del sicario en la literatura manifestó: “los sicarios cons-
tituyen también, como los cowboys del Oeste norteamericano o
los samuráis japoneses, una mitología fraguada por la literatura,
el cine, la música, el periodismo y la fantasía popular, de modo
que, cuando se habla de ellos conviene advertir que se pisa ese
delicioso y resbaladizo territorio, el preferido de los novelistas,
donde se confunden icción y realidad”. Aquí se traspasa ese umbral
y estamos frente a una mujer que tiene voz y que repercute en su
lenguaje tan particular, Celeste Ramírez es una mujer de pocas
palabras, convencida de que en este negocio las palabras so-
bran: ”me acomodé la ropa y después yo misma me encargué de
cortarles a aquellos putos violadores los deditos de sus manos.
Me ofrecieron descuartizarlos porque según el propio Falso
Costeño esos ojetes ya andaban en tratos con los Hernández,
pero no quise. Los quería completos. Yo traía sus dedos medios
en una bolsa de plástico. Pedí que los enterraran boca abajo y se
los metí en el ano. Estaba satisfecha porque todos los que tra-
bajan en esto conocen a la perfección ese mensaje. Todo mundo
sabe que a los traidores y a los ojetes siempre se les da por el
culo”. Una mujer capaz de todo, lo mismo le da vivir que morir,

54
4ª. J A

matar es un acto cotidiano, pero en medio de su lenguaje rudo


y cruel hay un asombro de ternura y lo percibimos cuando dice
“los deditos de sus manos” el inconsciente a lora en algunos
apartados de la narración que hace verla no tan ruda quizá esto
sea su talón de Aquiles.
La germanía o jerga que utiliza Celeste Ramírez es lo que se
denomina como parlache y en este caso el parlache de la sicaria,
esa forma de expresarse y de comunicarse en este caso no con
alguien de su entorno social o laboral sino con un interlocutor
que proviene de otra condición social, el periodista. El parlache
que utiliza Celeste es un serie de vocablos y giros nuevos, feos,
para designar ciertos conceptos viejos, donde impera cierta
cortesía-respeto-sarcasmo frente al secuestrado que siempre lo
llama Mi rey, papacito, evidencia esta forma de hablar la menta-
lidad de ser sicaria, su visión de mundo y sus sentimientos. Sirve
también para reconocer algunas de las dinámicas que paradóji-
camente dan identidad cultural a esta mujer como sicaria.
El parlache que emplea Celeste Ramírez, expresa los nuevos
conceptos que sobre la vida y la muerte a loran hoy en día en
ésta época de violencia y terror que azota México y otros países.
“Dicen que las mujeres matan mejor. Yo no sé si eso es verdad.
No creo que en este negocio ninguna de nosotras esté pensando
en ser más cabrona que la otra, solo por hacerse la chingona,
Esa sí es una diferencia entre ustedes los hombres y nosotros
las mujeres”. Al respecto Martín Barrón, investigador del
Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE) dice que en
México existen las mujeres sicarias en el narcotrá ico, y que la
participación de la mujer en ser el puente para el contacto, tras-
portar o lavar dinero o la acompañante que se exhibe, ya no es
recurrente, la creciente violencia y la descomposición familiar
en varios sectores sociales han facilitado la inserción de mujeres
como sicarias, como es el caso de Celeste Ramírez, que a pesar
de que saben que van a morir ven esta actividad como la única
forma de sobrevivir y la mejor forma es sufrir y sentirse inte-
gradas en el ámbito de la violencia, de ahí que su lenguaje
y modales deben ser iguales al hombre, ser igual en el arte del

55
U A C M

gatillo y hablar el mismo lenguaje, de lo contrario no podrá


sobrevivir.
Las palabras, expresiones, alocuciones que el narco ha
infiltrado en el lenguaje va creando una especie de comunidad
semántica de visiones , hasta el punto que las usan el crimen
organizado, la policía, los medios de comunicación en especial
los periodistas los cuales lo han socializado y se está masi icando.
Escuchamos, leemos o vemos titulares como: Otro levantón,
ejecutada una pareja, encajuelados dos hombres y siempre se
asocia al narcotrá ico, la terminología empleada por los mass
media evidencia esa in luencia del parlache del sicario en esos
medios. Algunos especialistas consideran que esta nueva forma
de expresión es normal y que responde a una necesidad de
describir una realidad. Al respecto el investigador Raúl Ávila
del Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios del COLMEX
mani iesta que estos términos se utilizan por “sensibilidad lin-
güística” y que no hay nada malo en que se use para describir
la realidad. Estos eufemismos ( igura retórica que consiste en
sustituir un término o frase que tiene connotaciones desagra-
dables, por otro menos ofensivo) hacen que la realidad se vea
menos cruel o menos sangrienta, dice que es más suave decir: lo
levantaron que lo secuestraron y que la sociedad tolera mas ese
eufemismo que una palabra directa. Los expertos también con-
sideran que no hay deformación de la lengua, sino más bien en
darle nombre a nuevas realidades y por lo tanto ha impactado en
la manera de expresarse del mexicano. “¿Quieres verme la cara
de pendeja…? Ponte Buzo porque si no, ¡esto ya se chingó…! Solo
te lo diré una vez…” esta expresión puede ser parte de una aca-
lorada discusión en un contexto determinado, o pudo haberlas
pronunciado La Margot a quien se le considera como la primera
sicaria mexicana que decidió en el 2000 unirse al grupo de Los
Zetas y operó para el cártel del norte durante 7 años y en un
operativo en Tamaulipas fue detenida el pasado 2 de febrero del
2007, o quizá también se expreso en muchas ocasiones con ese
parlache María Celeste una sicaria de Ciudad Victoria que con
sólo 16 años y dos meses de adiestramiento ya sabía manejar el
cuerno de chivo, es decir, un AK-47, la erre, una AR-15 y pistolas

56
4ª. J A

de diferentes calibres, hoy en día está en un centro de reclusión,


pero volvamos a la referencia antes citada , este discurso hace
parte del parlache de la sicaria Celeste Ramírez y aquí nos visua-
liza que ese tenue espacio entre y realidad y icción se mezclan
y al leer la novela de Omar Nieto, estamos frente a una realidad
novelada.

Bibliograϐía

Jiménez Valdez, Elsa Ivette. (2014) “Mujeres, narco y violencia:


resultados de una guerra fallida”.Región y sociedad, núm. 4,
pp. 101-128, El Colegio de Sonora, Hermosillo, México.

Nieto, Omar. (2013) Las mujeres matan mejor, Joaquín Mortiz,


México

57
LĆĘ ĒĚďĊėĊĘ ĒĆęĆē ĒĊďĔė:
ĚēĆ đĊĈęĚėĆ ĘĔĈĎĔĆēęėĔĕĔđŘČĎĈĆ
ĉĊ đĆ ēĔěĊđĆ*

Romero Ramírez Miguel Cipactli


Universidad Autónoma de la Ciudad de México

A continuación recuperaré dos problemáticas planteadas en la


novela “Las mujeres matan mejor” de Omar Nieto. Éstas son, en
primer lugar a) la importancia de la familia y otras organiza-
ciones (como el crimen organizado) en el proceso de socializa-
ción y, por tanto, en la construcción de la identidad y el aprendi-
zaje de determinadas normas y valores culturales. En segundo
lugar abordaré b) la desviación de los intereses de la clase po-
lítica que han llevado a la descomposición del aparato estatal
sobre los poderes constitucionales. Estas problemáticas son re-
levantes, debido a que nos ayudan a hacer una radiogra ía sobre
el caso mexicano.

I. CĊđĊĘęĊ RĆĒŃėĊğ

“Habremos de ser lo que hagamos,


con aquello que hicieron de nosotros”
(Sartre, 2004: 114)

Celeste Ramírez es una mujer con un gran coraje acumulado


por una vida que no ha elegido, sino que el destino la ha colo-
cado ahí. Ella lo asume, desempeña y no lo cuestiona. Esas son
* Ponencia presentada en la IV Jornada Académica del CAMPYS Cuautepec
“La perspectiva de género. Interpretaciones discursivas y sociopolíticas de la
mujer y el crimen organizado de Las mujeres matan mejor de Omar Nieto”, el
11 de septiembre de 2014

59
U A C M

algunas de las palabras que exclama la otrora policía de San Ni-


colás de los Garza, Nuevo León, al director del periódico El Ex-
celencia, a quien tiene cautivo y escribiendo la poca información
que es otorgada por la sicaria. Oriunda de Zacatecas, y viviendo
en un seno familiar disfuncional, debido a que su padre emigró
a los Estados Unidos, cuando aún era pequeña, y una madre a
quien la recuerda como una mujer que solía acostarse con los
camioneros que frecuentaban el negocio de comida que ambas
atendían. Es ahí en donde ubicamos la niñez y adolescencia que
fraguaron el pasado de Celeste Ramírez.
Hurgando, el secuestrado director del periódico desea co-
nocer cómo es que Celeste se enroló en instituciones como la
policía, el ejército y, más tarde, al Cártel Independiente de Mé-
xico (C.I.M.). Celeste continua narrándole un poco de su trajín
vivencial. Debido al percance sexual entre ella y el novio de su
madre, Celeste recuerda el inicio de su vida independiente. La
escena inicia cuando el novio de su mamá le propinó un golpe en
la cabeza, dejándola semi-noqueada con la inalidad de abusar
sexualmente de ella. Sin embargo, Celeste logró despertar, tomó
un machete y lo descalabró. Al enterarse del incidente, su madre
reaccionó de manera violenta contra ella, ofendiéndola y recri-
minándole el que nunca deseo tener una hija, pues temía que
fuera una puta y le quitara a sus hombres. Es así que a los dieci-
séis años de edad Celeste decidió partir de su hogar con la ina-
lidad de buscar una nueva vida.
Fue una casualidad su llegada a Monterrey —cuenta Ce-
leste al cautivo director del diario El Excelencia— pues su idea
era viajar a San Luis, Guadalajara o, incluso, Aguascalientes. Sin
embargo, el camionero que la recogió en la carretera, decidió
tomar camino hacia la ciudad del norte; no sin antes pedirle a
la pequeña Celeste que lo masturbara como pago por su labor
“altruista” al haberla trasportado. Ya instalada en Monterrey,
Celeste conoció a Ramón, un policía del cual se enamoró, pues
era una persona que, de acuerdo con la narración elaborada por
Nieto, le hizo sentirse importante una vez más en su vida. Su ro-
mance duraría muy poco, porque él sería colgado en un puente
de la ciudad a manera de advertencia de lo que les sucedería a

60
4ª. J A

los policías de Monterrey; el responsable de este hecho fue un


grupo de narcotra icantes llamados Los Hernández.
Este suceso motivó a Celeste para decidir enlistarse en el
grupo de seguridad femenil conformado por el alcalde de San
Nicolás. El objetivo de Celeste era entrenarse con el ejército para
convertirse en francotiradora. Acerca de su decisión, Celeste ex-
plica lo siguiente: “En mi ingenuidad pensé que así me toparía
con los narcos que habían matado a Ramón, (…) quería prepa-
rarme para cuando llegara la hora de poder vengar a Ramón,
porque él fue el único al que realmente le importé” (Nieto, 2013:
80). Más adelante se integraría al C.I.M. en Cancún, Quintana
Roo, organización delictiva que tendría como principal función
garantizar la seguridad de uno de los candidatos a la guberna-
tura de ese Estado, Jesúsu Olalde. El C.I.M. representó para Ce-
leste la oportunidad de visualizar un horizonte hacia una nueva
vida.
Desarrollando esta síntesis biográ ica de Celeste Ramírez,
plagada de dinamismo, situaciones di íciles, violentas y hasta
traumáticas, resulta bastante interesante mirar la novela desde
la visión socioantropológica, es decir, relacionando teorías tanto
de la sociología como de la antropología social, con el in de apro-
ximarse a un análisis de la realidad social en la que los sujetos se
construyen. En este sentido la novela nos permite profundizar
en ciertas pautas socioculturales que ofrece la vida de Celeste.
Max Weber, fundador de la denominada sociología com-
prensiva en Alemania, planteaba que el sociólogo debía agotar
toda su capacidad intelectual por lograr una comprensión in-
terpretativa de la acción social. Esto es el resultado de un es-
tudio empírico y a menudo histórico de los contextos en los
cuales los agentes se desenvuelven. Si retomamos la visión we-
berianas para analizar la vida de Celeste, encontramos que una
de las principales premisas a tener en cuenta es el hecho de no
enjuiciar al individuo por las acciones cometidas; más bien es
necesario realizar un análisis profundo de la problemática para
lograr una comprensión de sus acciones.
Para comprender la complejidad del personaje de Celeste, el
sociólogo francés Pierre Bourdieu aporta dos herramientas con-

61
U A C M

ceptuales como el habitus y los campos, conceptos que permiten


vincular en una relación dialéctica a la estructura y la agente so-
cial:

“(…) sistemas perdurables y trasladables de esquemas de


percepción, apreciación y acción que resultan de la institu-
ción de lo social en el cuerpo (o en los individuos biológicos)
y los campos, es decir, los sistemas de relaciones objetivas
que son el producto de la institución de lo social en las cosas
o en mecanismos que tienen prácticamente la realidad de ob-
jetos ísicos (Bourdieu, 2005: 187).

De lo anterior, Bourdieu nos explica que las acciones que


los individuos realizan en determinados campos (instituciones
familiares, educativas, políticas, etc.) son susceptibles de ser es-
tudiados; es decir, se es posible conocer por qué los individuos
se comportan de tal o cuál forma en esos campos o lugares. Con-
trario a lo que el sentido común a irmaría en cuanto a que las
acciones de un sujeto social anclado en un campo determinado
sólo podría entenderse a partir de un análisis individualizado,
como por ejemplo, el sostener que Celeste es una asesina por
nacimiento o por gusto, el esquema bourdiano permite entender
que el entorno social contribuye en la construcción de los su-
jetos.
En la introspección que realiza Celeste sobre su pasado, los
primeros episodios que ella trae a su mente son los hechos de
dolor y abandono que le tocaron vivir; por ejemplo, el que su
padre se fuera a los Estados Unidos o que su madre no mostrara
ni el más mínimo remordimiento al obligarla a abandonar su
casa en plena adolescencia, sin importarle su paradero. Estas
vivencias con iguran el esquema cognitivo de comportamiento
(habitus) de Celeste, las cuales son objeto de un análisis socio-
lógico, debido a que no son producto de su mente sin relación
con el mundo material y vivencial por el que ha pasado. Las ex-
periencias de vida de Celeste son resultado de la conjunción de
instituciones como la familia, así como otras dimensiones como
lo económico, lo político, e ideológicas, es decir, contextuales
(campos), que in luyen en sus acciones. Efectivamente lo ante-

62
4ª. J A

rior escapa y derriba cualquier explicación que tienda a indivi-


dualizar la vida de Celeste.
En toda sociedad la principal institución destinada a trans-
mitir a las nuevas generaciones los rasgos culturales acumu-
lados históricamente para su eventual socialización e inmersión
social es la familia. Desde una perspectiva estructuralista, se
comprende que instituciones, como la familia, brindan ciertos
roles (padre, madre, hijos, maestros, etc.) que deben cumplir los
actores para poder vivir en sociedad (como el rol del padre, la
madre, los hijos, etc.), pues éstos, además de cohesionar al grupo
social, también permiten construir los lazos primarios de socia-
lización entre los individuos. De esta manera es interesante la
correlación existente entre la disfuncionalidad en la familia y
la posibilidad de engendrar acciones delictivas. Al respecto, el
antropólogo social Víctor Payá, especialista en instituciones so-
ciales como hospitales psiquiátricos o cárceles, comenta lo si-
guiente:

Las consecuencias de la violencia familiar e institucional son


centrales para entender el por qué un individuo pre iere la
vida en el barrio. La búsqueda de nuevas posibilidades de su-
pervivencia y de reconocimiento social en un mercado que
consagra al sujeto a través del consumo, sin duda, incide en
la proliferación de grupos urbanos de la más diversa índole,
como un medio para conseguir lo que un capitalismo exclu-
yente les ha negado (Payá, 2013: 24).

Como bien menciona Payá, en la búsqueda por una nueva


vida, los individuos se hallan con otros que han transitado por
situaciones similares, reconociéndose e integrando grupos que
les permitan desarrollar esos lazos de solidaridad e identi ica-
ción tal y como lo hacen instituciones primarias como la familia.
Sin embargo, Celeste busca su integración en instituciones que
el Estado le ofrece de manera indirecta. Para Celeste, no sólo
la policía y el ejército representan los nichos que le permitirán
hacer justicia a su modo, sino que, resultarán ser espacios por
los cuales es viable adquirir esos reconocimientos que no pudo
obtener en su familia o en la escuela. Es decir, pasan a resigni i-

63
U A C M

carse esas instituciones. De ser garantes de la seguridad, dichas


instancias pasan a convertirse en vehículos que incluyen a su-
jetos como Celeste, pues son consideradas como espacios que
les pueden otorgar una segunda opción de vida. A partir de esos
lugares, los individuos podrían encontrar el status y condecora-
ciones sociales antes inalcanzables.

II. Eđ ċĊēŘĒĊēĔ ĉĊđ NĆėĈĔęėġċĎĈĔ

En el siglo XVII, el teórico político Juan Jacobo Rousseau daba


vuelo a su intelecto para otorgar la justi icación sobre el naci-
miento del Estado. A irmaba que el individuo nacía bueno por
naturaleza, sin embargo, al formar parte de la sociedad, conside-
rado como un terreno plagado de intereses egoístas, podría de-
venir en una persona maligna dando pie desigualdades sociales;
esto como resultado de imponer su interés por encima del de los
demás. Tal situación llevaba a plantear estrategias que permi-
tieran la convivencia social, es decir, hallar límites a la libertad
de cada individuo, quienes cohabitan un mismo territorio. Es así
que se estableció un contrato social, en el cual, los individuos
cedían su voluntad individual, a un ente superior, denominado
como el Estado; para que éste se hiciera cargo de cumplir la or-
ganización de la sociedad y establecer los límites de comporta-
miento entre los individuos. (Puga y Peschard, 2007)
Las reglas quedaban de inidas. Por un lado, los gobernantes,
envestidos de un poder para designar órdenes, y, por el otro, los
gobernados, quienes acatan las órdenes de aquellos. Esa es la
explicación ofrecida por los llamados contractualistas para ex-
plicar el surgimiento del Estado y las funciones primarias que
debe cumplir con la inalidad de preservar la vida en sociedad y
hacer valer los derechos en general.
La consiguiente evolución del Estado y el tránsito hacia la
conformación de la nación, hicieron su aparición las institu-
ciones encargadas de dirigir tareas correspondientes al sostén
de la estructura, como son el gobierno, la administración, las
instituciones de defensa (militares y policiacas), la división de
poderes, la constitución, etc. Todos estos elementos, en con-

64
4ª. J A

junto, permiten conocer las tareas correspondientes que el Es-


tado debe cumplir con el objetivo de preservar los derechos y
libertades de sus ciudadanos.
Weber nos dice que el Estado es el único garante con la fa-
cultad de poseer el monopolio legítimo de la fuerza. Con esta
idea, se entiende que las instituciones que conforman el apa-
rato del Estado son las únicas responsables de determinar los
castigos que se deben emplear en caso de que se cometa algún
delito en el territorio, perturbando con ello la convivencia so-
cial. Este recuento de las funciones elementales que justi ican
la existencia de un Estado permiten comprender la manera tan
estrepitosa en la que instituciones que conforman la fuerza del
Estado, como son el ejército y la policía, han sufrido el embate
del narcotrá ico, como nos permite comprender la novela “Las
mujeres matan mejor”.
Omar Nieto describe a Los Hernández como una corporación
en cuyas ilas se encuentran ex militares y policías. Caso similar
con los integrantes que recon iguraron el C.I.M en donde en-
contramos a personajes como “El Falso Costeño”, “Oso”, “Lince”,
“Choche”, “Pata de palo” y Celeste Ramírez, quienes antes de in-
tegrarse al equipo de seguridad del candidato Jesús Olalde, te-
nían en común un rasgo: el haber pasado por alguna institución
policiaca y hasta, en algunos casos, por adiestramiento militar
como lo muestra la experiencia de Celeste y de “Tejón” Aguilar.
Con todo, es claro que las instituciones de seguridad en el país
se encuentran plagadas de irregularidades y de una desviación
del sentido por el cual fueron creadas. Por ello la frase que le
dice Celeste a su rehén, el director del periódico El Excelencia, no
parece descabellada: “Mi rey, el odio te lo inyectan en las corpo-
raciones” (Nieto, 2013: 50).
Pero la red del narcotrá ico no únicamente se expande por
las instituciones de seguridad, la corrupción también ha per-
meado en las instituciones intermedias encargadas de conectar
al gobierno y con la ciudadanía: los partidos políticos. El caso
de Jesús Olalde y Salvador Iniestra dan muestra del nivel de co-
rrupción al que están dispuestos a llegar ciertos individuos con
la inalidad de cumplir sus intereses particulares, antes que el

65
U A C M

interés público. Iniestra, como vocero de la Secretaría de Segu-


ridad Nacional, y Olalde, como candidato por la gubernatura de
Cancún, hacían uso de su posición política para entablar los ne-
gocios más turbios, perversos y deleznables.
Otro asunto relevante es el de los denominados poderes
fácticos. “La televisión mucho más que la prensa, propone cada
vez más una visión despolitizada, aséptica e incolora del mundo
y arrastra cada vez más a la prensa en su deslizamiento hacia
la demagogia y la sumisión a las presiones comerciales”. (Bour-
dieu, 1997: 77). Retomando las palabras de Bourdieu y comple-
tando el cuadro de enfermedad en que se encuentra el país, la
televisión y, en el caso de la novela, la labor periodística juegan
un papel muy importante en la conformación de la opinión pú-
blica. (Olivera, 2011: 314-316).
Cada vez escuchamos más voces como las que representa
Jorge Sánchez Zamudio en los espacios informativos, caracteri-
zados por ser profesionales de manipulación informativa. Estos
sujetos se desprenden de su ética profesional, con tal de man-
tener en una completa desinformación a la población y, desde
luego, continuar con el statu quo que privilegia a unos cuántos.
Éstos son, en la mayoría de los casos, empresarios empoderados
y sin ningún tipo de restricción por parte de la autoridad estatal,
establecen sus líneas editoriales. Ellos mismos son quienes
dictan lo que la población debe saber y creer (Olivera, 2011:
335).
“Mientras haya hambre, la gente preferirá morirse de un ba-
lazo” (Nieto, 2013: 49). Así de contundente es Celeste Ramírez
al responder el por qué hay mujeres, como ella, dispuestas a en-
rolarse en las redes de trabajo que proporciona este tipo facción
dentro del Estado: el narcotrá ico. “Más vale 4 años de rey que
40 como buey” (Nieto, 2013: 51), agrega Celeste. Al parecer la
corrupción, la violencia y la ilegalidad, propia del modelo neoli-
beral, resulta ser la segunda opción de vida para muchos indivi-
duos que quedan excluidos de los derechos elementales que el
Estado debería asegurar.
Siguiendo al antropólogo George Balandier, pensador de la
teoría del caos: “Es necesario enfrentar el caos y convertirse de

66
4ª. J A

alguna manera en un detective en busca de los órdenes que en-


cierra” (Balandier, 1988: 56). Es decir, desde las ciencias sociales
se vuelve un imperativo mayúsculo el adentrarse en el análisis
de esta serie de nuevos fenómenos tan cruciales como los que
pueden identi icarse en la novela “Las mujeres matan mejor”. El
objetivo es que el cientí ico social se introduzca en la búsqueda
de un orden en este caos que caracteriza el devenir de México.
El enfoque que debe prevalecer entre los cientí icos so-
ciales, al menos desde la perspectiva socioantropológica, debe
ser crítico, pues en contextos como en el que vive nuestro país,
con severas desigualdades, es inviable una postura de neutra-
lidad. En este sentido, qué mejor referente teórico, tan ultrajado
y supuestamente superado, como lo es el gran pensador alemán
Carlos Marx.
“No podemos prever las soluciones de los problemas a los
que se enfrenta el mundo en el siglo XXI, pero, para que haya
alguna posibilidad de éxito, deben plantearse las preguntas de
Marx […] hoy en día Marx es, otra vez y más que nunca, un pen-
sador para el siglo XXI” (Hobsbawn, 2011: 15). El gran aporte
de Marx nos ayuda a elaborar una lectura crítica de la situación
actual por la que atraviesa no sólo nuestro país, sino todas las
regiones en las que tiene lugar el sistema capitalista.
Al recuperarlo se podrá identi icar las diversas voces de los
actores sociales que sufren de la segregación, de la marginalidad
y las consecuencias siniestras que produce el sistema capitalista
en su adecuación neoliberal. Como bien menciona el ilósofo bo-
liviano Bolívar Echeverría:

No es cosa de ponerse nada más a gritar en contra de lo que


vemos como modernidad capitalista, sino de saber exacta-
mente de qué manera formula las aseveraciones, para que
éstas afecten en verdad a lo que está siendo dicho por el apa-
rato ideológico de la sociedad moderna capitalista (Echeve-
rría, 2012-2013: 81).

Retomarlo como un teórico clásico representa estar en dia-


logo crítico con su obra, con la inalidad de rellenar las lagunas
a la luz de las transformaciones de las sociedades contemporá-

67
U A C M

neas. En este sentido es necesario replantear algunos conceptos


y construir nuevos. Al respecto, Bolivar Echeverría agregaría lo
siguiente:

Y no se trata de recuperar ni de desempolvar a ese marxismo


positivista, sino de ir a la obra de Marx, y de leer directamente
en sus textos esas frases y ese tipo de argumentaciones que
nunca fueron rescatadas, pero que están allí listas para mos-
trar su enorme potencia argumentativa en nuestros días
(Echeverría, 2012-2013: 86).

De obviarse el tema del narcotrá ico, de seguir maquillando


la realidad, o a iliarse a las opiniones de los intelectuales or-
gánicos y sin sentido crítico, entonces, resultará aún lejana la
posibilidad de vislumbrar algún cambio en la vida de todas las
personas que pasen por una situación similar a la de Celeste Ra-
mírez. La protagonista de Omar Nieto se caracteriza por tener
una visión sobre el país que, sin lugar a dudas, coincide con los
hechos dramáticos que han tenido lugar en los dos últimos sexe-
nios: “Este país es una agencia funeraria en donde todos los días
hay muertos” (Nieto, 2013: 59).

Bibliograϐía

Balandier, George (1988). El desorden. La teoría del caos y las


ciencias sociales. Argentina: Gedisa.

Bourdieu, Pierre (1997). Sobre la televisión. Barcelona: Anagrama.

Bourdieu, Pierre y Loic Wacquant (2005). Una invitación a la


sociología reϔlexiva. Buenos Aires: Siglo XXI.

Echeverría, Bolivar (Septiembre 2012-Febrero 2013). La actualidad


del discurso crítico. Contrahistorias, la otra mirada de Clio, No.
19, pp. 77-86.

68
4ª. J A

Hobsbawm, Eric (2011). Cómo cambiar el mundo. Barcelona:


Crítica.
Nieto, Omar (2013). Las mujeres matan mejor. México: Joaquín
Mortiz.Olvera, Alberto (2011). Poderes fácticos y democracia
en México: sindicatos, caciques, monopolios y delincuencia orga-
nizada en un país transición, En: Ciudadanía y legitimidad
democrática en América Latina. Buenos Aires: Prometeo.

Payá, Victor (2013). Mujeres en prisión: un estudio socioantropológico


de historias de vida y tatuajes. México: Juan Pablos Editor.

Puga, Cristina y Jacqueline Peschard (2007). Hacia la sociología.


México: Pearson. Sartre, Jean-Paul (2004). El ser y la nada.
Barcelona: RBA Coleccionables.

Weber, Max (1994). Economía y sociedad. Cap. I. México: Fondo


de Cultura Económica.

69
2. LĆ ĎēęĊėĕėĊęĆĈĎŘē ĘĔĈĎĔĕĔđŃęĎĈĆ
ĉĊ đĆ ĒĚďĊė Ğ Ċđ ĈėĎĒĊē ĔėČĆēĎğĆĉĔ
Ċē đĆĘ 3 M
“LĆĘ ĒĚďĊėĊĘ ĒĆęĆē ĒĊďĔė”,
ĘĔćėĊ đĆ ĈĔĒĕđĊďĎĉĆĉ ĉĊđ
ĕėĔćđĊĒĆ ĉĊ đĆ ěĎĔđĊēĈĎĆ Ċ
ĎēĘĊČĚėĎĉĆĉ Ċē MĴĝĎĈĔ1

Alberto Espejel Espinoza


Universidad Autónoma de la Ciudad de México

El presente trabajo tiene por objetivo mostrar la complejidad


del problema de la violencia e inseguridad en México, tomando
como (pre) texto fundamental la novela “Las mujeres matan
mejor” de Omar Nieto. Por ende, en primera instancia se men-
cionará el valor intrínseco de la obra en cuestión para cualquier
estudiante de las licenciaturas en Ciencia Política y Administración
Urbana, así como de Ciencias Sociales. En segundo lugar, se mos-
trarán los trazos teóricos que desde las Ciencias Sociales se han
planteado para comprender el complejo fenómeno de la violencia.
En tercer lugar, se mostrará evidencia narrativa, extraída del
texto “Las mujeres matan mejor”, que dé cuenta de la comple-
jidad de la violencia e inseguridad en México. En cuarto lugar,
se concluirá re lexionando porqué han fracasado las estrategias
federales de seguridad de los gobiernos emanados del Partido
Acción Nacional (PAN) y el Partido Revolucionario Institucional
(PRI).

1
Cuarta Jornada académica “La perspectiva de género, interpretaciones
discursivas y sociopolíticas de la mujer y el crimen en: Las mujeres matan
mejor de Omar Nieto”, Universidad Autónoma de la Ciudad de México, Plantel
Cuautepec, jueves 11 de septiembre de 2014.

75
U A C M

SĔćėĊ đĆ ēĔěĊđĆ “LĆĘ ĒĚďĊėĊĘ ĒĆęĆē ĒĊďĔė”

La novela en cuestión escrita por Omar Nieto es un trabajo que


podría despertar el interés de cualquier estudiante de las licen-
ciaturas en Ciencia Política y Administración Urbana o Ciencias
Sociales, ya que contiene una gran cantidad de actores, procesos,
temas y problemas que se abordan a lo largo de las carreras
antes mencionadas.
Me re iero, por ejemplo, al candidato que cambia de partido
cada proceso electoral o la corrupción que se da entre candidatos
y autoridades gubernamentales, problemas que atañen a la
Ciencia Política. Pero igual se encuentra el tema del poder y
la dominación. Por lo cual retomando al sociólogo Max Weber
podemos rastrear ejemplos de dominación tradicional, carismá-
tica y legal racional en la novela. De igual forma sale a relucir
el tema de la mujer racional que pese a ello se topa con institu-
ciones gubernamentales (ejército) y organizaciones criminales
que la minimizan por la prevalencia de una asimetría de poder
favorable al hombre que permea a la sociedad mexicana. De
igual forma, el tema de la relación entre medios de comunicación
y el crimen organizado, entre muchos otros.
Ahora bien, la novela “Las mujeres matan mejor” es un texto
que por sí solo es interesante, ya que, en primera instancia, crea
un mundo narrativo que es por demás creíble. Además, describe
varias historias simultáneas, por ende, en la novela nada sucede
de forma aislada, sino que las historias transcurren de forma
paralela y/o se interrelacionan. Asimismo, la novela incluye
varios personajes, los cuales son descritos física, histórica y
psicológicamente con gran detalle.
Por todo lo anterior, se trata de una novela cuya lectura es
atractiva y relevante, tanto por su narrativa como por su capacidad
de permitir que el estudiante identi ique actores, instituciones y
procesos que son relevantes en su disciplina.

76
4ª. J A

CĔĒĕėĊēĉĎĊēĉĔ Ċđ ĕĔėĖĚĴ ĉĊ đĆ ěĎĔđĊēĈĎĆ


ĉĊĘĉĊ đĆ CĎĊēĈĎĆĘ SĔĈĎĆđĊĘ

Ahora bien, tomando como un buen (pre) texto la novela “Las


mujeres matan mejor”, la idea del presente trabajo es mostrar,
con base en la novela en cuestión, la complejidad del problema
de la violencia en México. Para ello primero debemos mostrar
algunos rasgos teóricos sobre el tema.
En estricto sentido, el problema de la violencia no es una
tarea fácil de abordar, pues en su formación intervienen diversos
factores, que por sí mismos han generado un gran debate dentro
de las ciencias sociales. Para desentrañar la complejidad del
fenómeno, podemos concebir a la violencia en términos gene-
rales como lo entendería Galtung (1998): un comportamiento
deliberado, que provoca, o puede provocar, daños físicos o
psicológicos a otros seres humanos, que se asocia, aunque no
necesariamente, con la agresión ísica, ya que también puede ser
psicológica o emocional, a través de amenazas u ofensas. Veámos
qué se ha dicho al respecto.
Desde la mirada sociológica, se plantea como importante
la violencia cuando se convierte en un fenómeno normal de la
sociedad moderna, de ahí que su estudio se haya planteado por
pensadores como Hans Joas, Charles Tilly o Michael Wieviorka.
Pese a que existen diferencias notables entre los autores, Galindo
(2009), Arteaga (2004) y Wieviorka (2001) coinciden en la exis-
tencia de tres perspectivas para entender a la violencia, es el
caso de: 1) concebir la violencia como un recurso instrumental
movilizado por un actor racional para conseguir sus ines; 2)
como resultado inevitable de desequilibrios a nivel sistémico; o
3) como un efecto derivado de una cultura que fomenta la
violencia. Veámos brevemente cada una de estas miradas.

PĊėĘĕĊĈęĎěĆ IēĘęėĚĒĊēęĆđ

Esta vertiente de análisis trata de dar cuenta de la violencia


desde un modelo en el que se observa a ésta como un recurso de
carácter instrumental que los actores movilizan para alcanzar

77
U A C M

sus metas. (Galindo, 2009). Se alude a que la violencia no es un


arrebato pasional, sino la utilización deliberada de la fuerza para
alcanzar determinados ines: sea el robo de un objeto, un mer-
cado de droga, un resultado político (Briceño-León, 2007: 121).
Ampliando esto, los ines, metas u objetivos que se persiguen
pueden ser bastante diversos, entre otras: buscar obtener, man-
tener o aumentar algún poder y dominio político (regir asuntos
públicos); algún bene icio o poder económico (bienes y riquezas);
o algún bene icio o poder social (in luenciar o manipular a alguien)
(Savenije y Andrade-Eekhoff, 2003).
Arteaga (2004) plantea que dicha vertiente, que concibe
la violencia como consecuencia de estrategias racionales esta-
blecidas por los actores para alcanzar un in determinado, nos
permite comprender las estrategias, la de inición de objetivos
y la movilización de recursos que llevan a cabo los grupos y los
individuos para desencadenar la violencia. Ahora bien, se puede
acudir a la elección racional para explicar teóricamente la idea
del uso racional de la violencia con el objetivo de realizar metas
económicas, sociales o políticas, pero no para explicar en qué
espacios emerge y cómo se crean solidaridades entre individuos.

PĊėĘĕĊĈęĎěĆ FĚēĈĎĔēĆđĎĘęĆ

La segunda perspectiva plantea que la violencia es una reacción


derivada de la frustración de expectativas. De acuerdo con Joas
(2002) y Arteaga (2004) en esta perspectiva la violencia se debe
a la anomia, la desorganización o la marginación social de ciertos
grupos, por lo mismo, la violencia puede surgir en cualquier mo-
mento, sea cuando una sociedad entra en crisis o se transforma.
Mientras que, a escala más reducida, los grupos sociales están
excluidos o marginados al mismo tiempo que descontentos por
su posición relativa en la escala de la estrati icación social.
En este sentido, Berkowitz (1993) plantea que es la existencia
de un sentimiento de frustración e incomodidad, lo que genera
la violencia. El autor menciona que una persona padece de pri-
vación si carece de algo que generalmente se considera como
atractivo o deseable, pero que sufre de frustración únicamente

78
4ª. J A

cuando al recrearse por anticipado con la idea de conseguir


ese objeto, no puede luego satisfacer esa esperanza. Así, cuanta
mayor incomodidad, más probable la violencia, por lo tanto, la
incomodidad resultado de la frustración, actúa como desenca-
denante del acto violento (Bifani-Richard, 2004).
Esto es, dicha vertiente reduce la violencia a una respuesta
de una situación y no señala cómo se construye, sin embargo,
tiene el mérito de “establecer las condiciones favorables a la
presencia de la violencia” (Arteaga, 2004: 25 y 26).

PĊėĘĕĊĈęĎěĆ ĈĚđęĚėĆđĎĘęĆ

Esta tercera perspectiva se interesa por localizar las relaciones


que hacen posible la creación de una cultura de la violencia, es
decir, observar dónde se forjan las identidades individuales, las
ligas de solidaridad y de convivencia pero, de igual forma,
analizar cómo adquiere signi icación la propia violencia en
tanto mecanismo fundamental e integrante de las redes sociales.
Se plantea, pues, la idea de que el comportamiento se
aprehende de otros, básicamente a través de la socialización y
de la aculturación, lo que implica tanto enseñanza como aprendizaje
por observación.
Aquí cabe plantear escuelas de violencia o agentes de
socialización, tales como: familia, escuela y medios de comuni-
cación, pues los tres de ienden y fortalecen las actitudes y los
valores de la sociedad, cualquiera que estos sean, incluyendo los
valores agresivos (Bifani-Richard, 2004). Empero, dicha pers-
pectiva presenta di icultades al explicar el sentido de la acción
violenta y de las condiciones sociales que la hacen posible
(Arteaga, 2004: 26 y 27).

Eđ ĈĆĘĔ ĒĊĝĎĈĆēĔ Ć ęėĆěĴĘ ĉĊ đĆ ēĔěĊđĆ “LĆĘ ĒĚďĊėĊĘ


ĒĆęĆē ĒĊďĔė”

Visto el apartado teórico, mostrado líneas arriba, conviene volver


a la novela “Las mujeres matan mejor” para mostrar evidencia
narrativa, que no empírica, sobre las perspectivas instrumental,

79
U A C M

estructural y cultural. El objetivo es mostrar la complejidad del


problema de la violencia en México.
El aspecto instrumental-racional de parte de actores
y organizaciones es reiterado dentro de “Las mujeres matan
mejor”. Es la racionalidad la que nos permite apreciar el accionar
de las organizaciones criminales que usan los medios menos
costosos para lograr controlar territorios o abaratar costos. Es
notable, en la novela, el uso de periodistas como Jorge Sánchez
Zamudio para “amedrentar a algunos empresarios o políticos
rivales, le pasaban datos sobre las transas y negocios sucios en
los que andaban. Sánchez Zamudio lo publicaba en señal de ad-
vertencia para que los enemigos de los Hernández le fueran
midiendo el agua a los camotes” (Nieto, 2013: 12).
Ahora bien, la obtención de bene icios materiales es algo
que no solamente compete a las organizaciones criminales,
políticos y empresarios de igual forma sacan su tajada. De ahí
que Celeste Ramírez, sicaria del crimen organizado y uno de los
personajes principales2, con iese a Sánchez Zamudio que:

¿Sabes por qué realmente no nos quieren a los que nos dedi-
camos a esto? Porque en este negocio conocemos demasiado.
Sabemos qué político nos pide chichi para proteger su terri-
torio, qué empresario nos renta sus camiones o sus aviones
para distribuir la merca… La guerra es de los patrones y una
solamente es una soldado. Una obedece y cobra (Nieto, 2013:
51).

Así pues, es claro que la búsqueda de bene icios materiales


tiene que ver con organizaciones criminales, pero igual con
políticos, funcionarios y empresarios. Por ende, es importante
recalcar que la racionalidad es algo que permea a las organiza-
ciones criminales quienes en la búsqueda de conservar o acre-
centar sus dominios, no sólo han cooptado o amedrentado a me-
dios de comunicación, políticos o empresarios, sino que se han
transformado en organizaciones con “inteligencia, táctica y es-
trategia”, tal como a irma el autor al referirse al cártel de los Her-
2
Expolicía municipal, así como integrante de las Fuerzas Femeniles del Ejército.

80
4ª. J A

nández, una organización que se “estaba expandiendo por todo


México y habían llegado ya a aquel estado para apoderarse de
las actividades que antes les pertenecían solo a los tamaulipecos”
(Nieto, 2013: 92).
Finalmente, la búsqueda de bene icios materiales explica
también el curso de acción de algunas, que no todas como
veremos más adelante, de las personas ligadas al crimen or-
ganizado. Es el caso del Falso Costeño, un expolicía judicial en
Reynosa, Tamaulipas que trabajaba para el grupo criminal lla-
mado los de Sinaloa, grupo rival de los Hernández, encubierto
en la campaña electoral por la gubernatura de Quintana Roo.
Su pasado es una muestra de que existen individuos en los que
pesa demasiado la búsqueda de bene icios económicos, siendo
el crimen organizado un medio para lograr su objetivo. John
Smith Villareal, alias el Falso Costeño, fue detenido a los catorce
años por vender mariguana en su escuela, para entonces ya era
un adicto. Después de salir libre pagando una multa, por ser
su primera vez, vacacionando en Acapulco, decidió dedicarse al
narcomenudeo mientras probaba la golden Acapulco, una variante
de mariguana:

consiguió comprar en la costera Miguel Alemán doscientos


dólares de la plantita dorada y la vendió a todos sus amiguitos
en el hotel acalpulqueño, logrando recaudar dos mil dólares
en una sola noche. El negocio le gustó. Regresó a McAllen
con la idea ija de que algún día la introduciría a Texas como
parte de un gran negocio y lo logró, porque él como estadou-
nidense tenía la facilidad de pasar por la aduana como quien
visita su patio trasero y más llamándose John Smith (Nieto,
2013: 121).

Es claro que el caso de John Smith puede explicar parte del


problema, aunque no toda ya que existen individuos que ingresan
al crimen organizado impulsados por las condiciones, antes que
por el interés egoísta. Es aquí donde emerge el argumento
funcionalista, que, de igual forma, se encuentra presente en la
novela “Las mujeres matan mejor”.

81
U A C M

Es el caso de Sandra, ex compañera de Celeste Ramírez en la


organización criminal Cártel Independiente de Mexicano (CIM),
la cual nació en Nueva Italia, Michoacán, un municipio que se
caracteriza porque “ahí es común que los niños se queden sin
papás porque se van a Estados Unidos o porque los ejecutan
ahí mismo. Por eso Nueva Italia es un pueblo de puras mujeres”
(Nieto, 2013: 20). Cuando estaba embarazada, relata Celeste
Ramírez, los Hernández mataron a su marido y a ella le perdo-
naron la vida; Sandra no dejó el crimen organizado ante la falta
de oportunidades de dedicarse al sector primario sin pagar
renta al crimen organizado o de tener que migrar a otra región
o país. Cuando Sandra tuvo un encargo a lado de Celeste, con su
niña en brazos, fue acribillada a manos del Ejército3.
Otro caso ejempli icador del argumento estructural es la
propia historia de Celeste Ramírez, quien una y otra vez repite
al periodista Sánchez Zamudio que su historia “es producto del
destino, este trabajo no se escoge… ¿O acaso se puede escoger
estar jodido?” (Nieto, 2013: 38 y 39). Siguiendo con su relato,
plantea más adelante:

Hay quienes dicen que las mujeres que estamos en esto per-
dimos el respeto a todo, que no valemos nada… Nosotros no
lo escogimos… Ya me imagino a una niña diciendo: Cuando
sea grande no me quiero casar: quiero matar cabrones… no
creo que ninguna niña sueñe con andar jalándole al gatillo. Al
contrario, en esta vida ya no fue el andar bien. Y tal vez des-
pués de muertas, ya no habrá nada. Pero no importa, porque
antes tampoco teníamos nada. ¿Crees que las aguacateras
que se meten la merca en el culo o en la vagina sienten rico?
Lo hacen porque no hay de otra y porque es su trabajo y ya
(Nieto, 2013: 69).

3
Nueva Italia, Michoacán, es un ejemplo de un municipio que se caracteriza
por aportaciones importantes al sector primario de la entidad; pero también
se caracteriza por las cuotas para el crimen organizado de parte de los campe-
sinos, los cuales deben entregar la mitad de los subsidios de parte del gobierno,
aunado a que la pobreza y la migración se incrementan signi icativamente (La
Jornada, diciembre 9, 2013).

82
4ª. J A

Celeste Ramírez optó por dedicarse a ser sicaria porque


creció en un lugar donde “no hay de otra”, ella es oriunda de
Villanueva, Zacatecas, un lugar “donde no hay muchas opciones
más que sembrar, mercar, irte a Estados Unidos o chuparle la
verga algún viejo rico para sobrevivir” (Nieto, 2013: 77).
En ese mismo tenor, las organizaciones criminales, sin lugar
a dudas, lucran con las personas que se encuentran en situa-
ciones adversas, en palabras de Celeste, dichas organizaciones
“¿Cómo es que han llegado a tener tanto poder? Han entendido
que mientras haya hambre la gente preferirá morirse mejor de
un balazo” (Nieto, 2013: 49). Así pues, los casos de Sandra y
Celeste son los de personas que dadas las condiciones adversas
optan por ingresar al crimen organizado, precisamente, para
superar tales dificultades, sin importar si se trata de una
actividad legal o no. Así, uno se mete “sin que lo hayas pedido. O
por hambre” (Nieto, 2013: 51).
Ahora bien, de igual forma, existen contextos y relaciones
que hacen posible la creación de una cultura de la violencia, sea
porque dicho comportamiento se aprende de otros, a través de
la socialización y de la aculturación, ya sea en la familia, la es-
cuela, los medios de comunicación o el trabajo.
Pues bien, la novela “Las mujeres matan mejor” ejempli ica
perfectamente lo anterior en diversas ocasiones. Celeste Ra-
mírez es la encargada de dilucidar el tema en cuestión, durante
su charla con el periodista Sánchez Zamudio. Lo primero que re-
marca es que

el odio te lo inyectan en las corporaciones. Te lo enseñan


desde que comienzas a odiar a los delincuentes. Cuando eso
pasa, ya no se puede dormir, siempre se está alerta, ya no se
puede hablar sin alterarse, se come y se termina pensando
que allá afuera todos infringen la ley, o peor, que eres la ley, y
que todos deben respetarte (Nieto, 2013: 50).

Más adelante, a irma “que no te digan quién es el que va


a fallecer ayuda a hacer el trabajo. Eso lo aprendes en el Ejército:
uno debe hacer las cosas sin preguntar nada” (Nieto, 2013: 51).
El claro ejemplo de ello son el Tejón Aguilar y el Poseído, ambos

83
U A C M

integrantes de Fuerzas Especiales del Ejército, los cuales apren-


dieron “a matar con la mayor e icacia posible”, mientras sus
superiores les gritaban “¡Mexicano, yo le juro a usted que hoy
se va a morir!” (Nieto, 2013: 200). Tiempo después, terminarían
en bandos diferentes, el Poseído en el CIM y el Tejón Aguilar en el
Ejército.
Otro caso de violencia, aunque no organizacional sino
más bien familiar, es el de Celeste Ramírez. Su historia es la de
una persona que padeció pobreza en su adolescencia y también
violencia de parte de su madre, la cual, antes de correrla, le re-
calcó: “que ella me tenía que mantener a mí, y que yo era una
puta y una estúpida” (Nieto, 20123: 78). Sin duda, la violencia
intrafamiliar es un aspecto que es importante, ya que a la larga:
la violencia genera más violencia. El caso de Celeste es uno de
tantos que muestra la novela. Por lo anterior, es comprensible
que en la última hoja de la novela se mencione que, referido a la
historia del Tejón Aguilar, “uno se pregunta si no es el Ejército
el que descompone las conciencias y es la sociedad la que
pervierte a sus mejores ciudadanos” (Nieto, 2013: 216).
He ahí una pizca de evidencia narrativa de cada una de las
tres perspectivas de análisis de la violencia desde las Ciencias
Sociales tomando como un buen (pre) texto la novela “La mu-
jeres matan mejor” de Omar Nieto.

CĔĒĊēęĆėĎĔ ċĎēĆđ ėĊĘĕĊĈęĔ Ć đĆ ěĎĔđĊēĈĎĆ Ċ


ĎēĘĊČĚėĎĉĆĉ Ċē MĴĝĎĈĔ

Ahora bien, ¿qué han hecho los gobiernos federales ante la


enorme problemática de la violencia e inseguridad padecida en
México?, ¿por qué han fracasado sus estrategias y día a día
siguen creciendo los homicidios dolosos4, entre otros delitos?
La respuesta estriba en el nulo entendimiento sobre el problema
en cuestión y, por ende, la puesta en marcha de estrategias que

4
Para muestra un botón, los homicidios dolosos relacionados con el crimen
organizado han aumentado considerablemente, de 2,766 en 2007 a 16,603 en
2011; mientras que de diciembre de 2012 a diciembre de 2013 la cifra fue de
21, 728 homicidios dolosos.

84
4ª. J A

privilegian sólo una parte del problema, concretamente, la


instrumental.
Ejemplos de lo anterior sobran. Basta con que uno vuelva
a mirar el debate presidencial de 2006 y le quedará claro que
desde ese momento Calderón plantó clara su idea de guerra
contra el narco, más allá de la retórica, bajo las palabras “cadena
perpetua a los secuestradores… que no vuelvan a ver la calle…
mano irme”. En el caso de Enrique Peña Nieto, las acciones han
seguido el mismo tenor.
Por esta razón, en México, los gobiernos del Partido Acción
Nacional y del Partido Revolucionario Institucional han errado
la estrategia de seguridad a nivel federal, de eso no cabe duda.
Han alimentado el crecimiento de penas, policía, ejército, represión
y cárceles, incluso para los jóvenes y el resultado ha sido un
desmedido aumento de la violencia.
Así pues, la puesta en marcha de una estrategia que privi-
legia lo instrumental, ha generado el costoso descuido de los
otros dos factores que intervienen en un problema tan complejo
como es el de la violencia y, la consecuente, inseguridad.
Por ejemplo, los gobiernos federales han descuidado el
aspecto estructural del problema en cuestión. Han obviado que
el problema de la seguridad no se le puede desvincular de otros
graves problemas que posee México, tales como la pobreza, el
desempleo, así como la falta de oportunidades en amplias capas
de la población.
Aunado a que han hecho caso omiso del hecho de que si
hoy no se les ofrece oportunidades de realización personal a
los jóvenes, serán los más susceptibles de caer en problemas de
drogadicción o de ser reclutados por organizaciones del crimen
organizado. Hoy deberíamos gastar más dinero para mantener a
los jóvenes en las escuelas, no en las cárceles.
En cuanto a la vertiente cultural, los gobiernos federales han
obviado que existen contextos que detonan la violencia, tal es el
caso de algunas pandillas juveniles, las cuales transmiten pautas
culturales en donde la sobrevivencia del más fuerte es lo que
prevalece. Hoy día países del triangulo norte en Centroamérica
han logrado encauzar a las organizaciones juveniles hacia sen-

85
U A C M

deros menos violentos y más productivos para la comunidad en


lugar de atacarlos con policías, represión y cárcel.
De igual forma han olvidado que es necesario sanear las
instituciones de seguridad pública, procuración de justicia, los
recintos destinados a la reinserción social, así como los sectores
del ejército con mayor contacto con el crimen organizado, los
cuales son instancias de socialización de la violencia, aunado a
nidos de corrupción.
Finalmente, se ha obviado la importancia de combatir la
violencia intrafamiliar y al maltrato infantil, así como los con-
lictos interpersonales y comunitarios, pues suelen ser escenarios
que propician o transmiten la violencia.
Así pues, el fracaso de los gobiernos federales al tratar de
solucionar la violencia y, la consecuente, inseguridad en México
ha estribado en su estrecha mirada sobre el problema. De ahí
que no sólo no exista un diagnostico con iable al respecto, sino
que tampoco hay estrategias integrales que consideren los
aspectos estructurales, culturales e instrumentales que generan
la violencia e inseguridad.
Dicho esto, no está de más volver a la excelente novela “Las
mujeres matan mejor”, una lectura que sin lugar a dudas disfru-
tarán tanto las y los estudiantes de las licenciaturas en Ciencia
Política y Administración Urbana y de Ciencias Sociales, como el
interesado en comprender mejor el tema de la violencia e inse-
guridad en México.

Referencias bibliográϐicas

• Arteaga, Nelson, 2004, En busca de la legitimidad: violencia y


populismo punitivo en México 1990 – 2000, México, UACM.
• Berkowitz, L., 1993, Aggression: Its causes, consequences, and
control. Philadelphia, Temple University Press.
• Bifani-Richard, Patricia, 2004, Violencia, individuo y espacio
vital, México, UCM.
• Briceño-León, Roberto, 2007, Sociología de la violencia en
América Latina, Ecuador, FLACSO Ecuador/ Quito Alcaldía
Metropolitana.

86
4ª. J A

• Galindo, Jorge, 2009, Apuntes para una Sociología de la


Violencia, en: Barbosa, Mario y Zenia Yébenes (Coords.).
Silencios, discursos y miradas sobre la violencia, México, UAM-
Cuajimalpa, pp. 201 – 232.
• Galtung, Johan, 1998, “Essays in peace research”, en Interna-
tional peace research institute, Vol.1, Bucarest.
• Joas, Hans, 2002, Creatividad, acción y valores. México, UAM-I.
• Nieto, Omar, 2013, Las mujeres matan mejor. México: Joaquín
Mortiz.
• Savenije, W., y Katharine Andrade-Eekhoff, 2003, Conviviendo
en la orilla: Exclusión social y violencia en el Área Metropolitana
de San Salvador. FLACSO-El Salvador, El Salvador.
• Wieviorka, Michel., 2001, La violencia: Destrucción y constitución
del sujeto, en Revista Espacio Abierto, Venezuela: Asociación
Venezolana de Sociología, pp. 337 – 347.

87
“LĆĘ ĒĚďĊėĊĘ ĒĆęĆē ĒĊďĔė”,
đĆ ĎēęĊėĎĔėĎğĆĈĎŘē ĉĊ đĆ ěĎĔđĊēĈĎĆ Ċē
đĆ ĘĔĈĎĊĉĆĉ ĒĊĝĎĈĆēĆ, đĆ ĒĚďĊė Ğ
Ċđ ĔċĎĈĎĔ ĉĊđ ĘĎĈĆėĎĔ*

Alejandro Carbajal Alfaro


Universidad Autónoma de la Ciudad de México,

El propósito de este texto es discutir en torno a la novela “Las


Mujeres Matan Mejor” desde mi perspectiva como estudiante de
la Licenciatura en Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de
la Ciudad de México (UACM). Esta novela, al igual que otros
productos de consumo cultural de los últimos años en México
(novelas, películas, series de televisión, géneros musicales,
obras de teatro), tiene como particularidad el hecho de estar
permeados por el clima de violencia, degradación y putrefacción
al que ha sido sometida la sociedad mexicana desde los últimos
treinta años. Esta violencia incesante y que parece acrecentarse
con el paso de los años ha dejado secuelas visibles. Me parece
muy importante resaltar dos de ellas en el siguiente texto. Por
un lado se encuentra la interiorización del fenómeno de la vio-
lencia en la sociedad mexicana (su normalización); mientras
por el otro lado destaca la importancia que tiene, en un contexto
como el nuestro, la igura del sicario.

CĔēęĊĝęĔ čĎĘęŘėĎĈĔ-ĘĔĈĎĆđ

* Ponencia presentada en la IV Jornada Académica del CAMPYS Cuautepec


“La perspectiva de género. Interpretaciones discursivas y sociopolíticas de la
mujer y el crimen organizado de Las mujeres matan mejor de Omar Nieto”, el
11 de septiembre de 2014.

89
U A C M

El 2 de julio de 2006 en México se llevaron a cabo elecciones


federales para elegir Presidente de la República. Este proceso
electoral es y ha sido uno de los más discutidos y polémicos de
los que se tenga memoria y registro en México. Por el Partido de
la Revolución Democrática (PRD) y una coalición de “izquierdas”
se postuló el Lic. Andrés Manuel López Obrador, quien meses
antes había dejado su cargo como Jefe de Gobierno del Distrito
Federal, y quien hasta ese momento era el que encabezaba por
amplio margen la mayoría de las encuestas a nivel nacional.
Por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se postuló el
Lic. Roberto Madrazo Pintado, mientras que por el partido en
el gobierno, el Partido Acción Nacional (PAN) se postuló el hasta
entonces poco conocido Lic. Felipe de Jesús Calderón Hinojosa. El
resultado de esa elección ya es conocido por todos. El candidato
del PAN se llevó la victoria por un margen pequeñísimo de votos,
el famoso 0.56 % que equivalía a poco más de 200 mil votos.
Esta elección fue impugnada por los partidos de izquierda sin
que esto modi icara el resultado de la elección. Marchas, movili-
zaciones, descontento e incredulidad era el ambiente que se res-
piraba en muchas partes de la República, hasta un mega plantón
en la Avenida Paseo de la Reforma de la Ciudad de México.
Las acciones fueron intentos por la ciudadanía para tratar de re-
vertir el resultado que, para muchos, había sido producto de un
fraude electoral. Sin embargo el resultado fue inapelable.
Para el 1º de diciembre de ese mismo año el candidato del
PAN tomaba protesta como Presidente de México, una toma
de protesta única hasta ese momento, ya que la simbólica entrega
de la banda presidencial se había realizado la noche anterior en
la Residencia O icial de los Pinos. Dicho recinto fue fuertemente
resguardado por militares y fuerzas federales; por decirlo de
otra manera, se hizo “a escondidas y en lo oscurito”, esto sin ol-
vidar la forma tan penosa en que el candidato del PAN tuvo que
entrar. Literalmente Calderón accedió por la puerta trasera de la
Cámara de Diputados (puerta trasera por la que también salió al
concluir su deslucido mandato).
El país estaba en crisis y el poder del Ejecutivo no contaba
con la legitimidad necesaria para gobernar México, así que a tan

90
4ª. J A

solo diez días de haber tomado protesta como presidente,


Felipe Calderón Hinojosa lanzo el “Operativo Conjunto Mi-
choacán” desplegando en esa entidad más de 5,000 efectivos del
Ejército, la Marina y la Policía Federal. El entonces secretario de
Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, declaró que: “La batalla
contra el crimen organizado apenas comienza y será una lucha
que nos llevara tiempo”. Éste fue el discurso y por ende la estra-
tegia que utilizaría el gobierno de Felipe Calderón para intentar
darle legitimidad a su mandato. Estrategia que en su momento
hizo cambiar las miradas de la sociedad mexicana hacia el fenó-
meno de la violencia o “Guerra contra el Narco”, y distrajo población
mexicana de las verdaderas problemáticas del país como son el
desempleo, la desposesión de tierras por particulares a comuni-
dades, la migración, la escasez de vivienda digna, la corrupción,
el sindicalismo “charro”, la trata de personas, y un interminable
etcétera.
Habiendo transcurrido siete años de esa fatídica estrategia,
los números nos dan cuenta de que se trató de una política
errada. En lo que respecta a la ocupación y empleo, los números
nos muestran la incapacidad del llamado “Presidente del empleo”,
como rezaba su eslogan de campaña, para rendir frutos en este
ámbito de vital relevancia en cualquier país.
Para el 2012, año en que concluyo su sexenio, la tasa
de desempleo era de 15.1 % y la población desempleada era de 8
millones 671 mil personas. Esto signi icó 2 millones 137 mil
personas más respecto al inicio de su sexenio en 2006, lo que
representa un aumento del desempleo del 32.7 % en su man-
dato. Respecto a la tasa de empleo informal para el 2012 éste
era de 54.5 %, y la población empleada informalmente era de
26 millones 574 mil personas; 3 millones 411 mil personas
más que a inales del 2006, lo que signi ica que la informalidad
creció en un 14.7 por ciento. La ocupación en general, a lo largo
de todo el sexenio, solo creció 13.7 %, menos que el aumento
del sector informal y mucho menos que el aumento del empleo
(Miranda, 2012). En este sentido es posible a irmar que ningún
programa del gobierno contribuyó signi icativamente a uno de
los mayores problemas de la actualidad como lo es la generación

91
U A C M

de trabajo digno y formal. Al realizar un mapeo de los niveles de


desempleo en México y aunque existen altos niveles de manera
generalizada, los estados del norte fueron los más afectados en
este aspecto. Esta situación puede vincularse con el desempeño
que tuvo el gobierno anterior de Felipe Calderón al militarizar
esta zona del país en lugar de atender los grandes problemas
económicos y sociales.
Pero si con esas cifras no bastara para darnos cuenta de
las fallidas estrategia y políticas públicas del gobierno anterior,
daremos algunos datos en lo que corresponde al número de
muertos y desaparecidos durante este sangriento sexenio, según
consta en diferentes fuentes. Algunas de éstas son dependencias
del mismo Gobierno Federal como el Instituto Nacional de
Estadística y Geografía (INEGI) o el Sistema Nacional
de Seguridad Pública (SNSP). El sexenio de Felipe Calderón
dejó un saldo de más de 130 mil muertos y poco más de 30 mil
desaparecidos tan sólo para el periodo de 2007 a 2012 (INEGI,
2012). Estas cifras son alarmantes y tal vez no sean las más
exactas, ya que, como bien sabemos desde hace unos años, se han
encontrado innumerables fosas clandestinas en varios estados de
la República. Si a estos números le agregamos los de otros tantos
homicidios que no son registrados por ninguna instancia, la cifra
seguramente rebasa los 100 mil homicidios relacionados con la
supuesta guerra contra el narcotrá ico.
A pesar de lo duro y contundentes que podrían resultar por
sí mismas estas cifras y con esto obviar la necesidad de modi icar
las políticas de seguridad pública, el gobierno actual encabezado
por el priísta Enrique Peña ha continuado con esa misma estra-
tegia. Aunque el discurso o icial ya no sea el de la Guerra contra
el Narcotráϔico, la línea sigue siendo la misma y para muestra un
botón: según los recientes datos arrojados por el SNSP durante
los primeros 20 meses del gobierno peñista (del 1º de diciembre
de 2012 al 31 de julio de 2014) se registraron 57 mil 899 averi-
guaciones previas por homicidio doloso y culposo, mientras que
en el gobierno anterior en ese mismo periodo se registraron 43
mil 694 (Sistema Nacional de Seguridad Pública, 2012-2014). Es
decir, en el actual gobierno el número de averiguaciones superó

92
4ª. J A

al anterior por 14 mil 205 homicidios. En este sentido, el clima


de violencia no sólo no ha disminuido sino las cifras nos re lejan
un claro incremento.

IēęĊėĎĔėĎğĆĈĎŘē ĉĊ đĆ ěĎĔđĊēĈĎĆ Ċē
đĆ ĘĔĈĎĊĉĆĉ ĒĊĝĎĈĆēĆ

Una de las consecuencias de estos años de violencia incesante


y cotidiana en nuestro país es precisamente el hecho de que
para muchos de los que hemos crecido en este ambiente de
sangre, balazos y muerte, el fenómeno de la violencia se ha
vuelto algo “cotidiano”. Desde hace unos años es “normal” mirar
en los puestos de periódicos imágenes de personas decapitadas,
cuerpos desnudos colgando en algún puente vehicular, mujeres
ultrajadas, violadas y asesinadas que son tiradas en un lote
baldío, cabezas encima de toldos de autos como forma de aviso
entre los narcos; esquinas de algún barrio, colonia o unidad
habitacional adornadas con tres o cinco cuerpos bañados en
sangre. Los “embolsados” y “encajuelados” son cosa diaria en
periódicos como el Metro, La Prensa o El Gráϔico**. Atrás quedó la
época en que la revista Alarma, especializada en nota roja, escan-
dalizaba con sus portadas macabras donde se exhibían cadáveres
y retazos de cuerpos. Precisamente recuerdo que mi Mamá no
me permitía mirar la portada de esa revista, enfatizando un “no
veas eso porque vas a soñar feo”. Es evidente que nuestro país ha
cambiado, pues ya nadie se escandaliza al ver la portada del pe-
riódico Metro con una de sus casi cómicas portadas intituladas
“Hoguera para dos”, para referirse a una pareja que fue asesinada
y quemada dentro de un automóvil; o “Exprimen su jugo” para
hablar de un comerciante de la Central de Abastos que fue asesi-
nado en un asalto. Portadas como éstas forman parte de nuestra
cotidianeidad. En este sentido son pocos quienes las perciben
como algo extraño o escandaloso; mucho menos, recordando las
palabras de mi madre, como fotogra ías que al verlas nos harán
tener pesadillas.

** Metro, La Prensa y El Gráϔico son periódicos de circulación diaria en el valle


de México.

93
U A C M

A esta normalidad con la que percibimos la muerte y la


sangre que se exhibe en los periódicos antes mencionados,
habría que agregarle todo el trabajo que han hecho las llamadas
industrias culturales para ayudar a que el fenómeno de la vio-
lencia sea interiorizado por la población mexicana. Son innu-
merables las novelas, series de televisión, películas, canciones,
géneros musicales y hasta obras de teatro donde la temática
principal es la vida de los narcos, los sicarios y sus extravagantes
vidas, así como canciones donde se evoca la e ímera vida de los
capos y sicarios.

LĆ NĔěĊđĆ ēĊČėĆ Ĕ ēĆėĈĔ ēĔěĊđĆ ĈĔĒĔ ėĊċđĊďĔ ĉĊđ


ĈĔēęĊĝęĔ ĘĔĈĎĆđ Ċē MĴĝĎĈĔ.

La novela “Las mujeres matan mejor”, opera prima del escritor


poblano Omar Nieto*** es una obra iel a su tiempo. Esta novela
publicada en 2013 en México es un texto necesario a la hora de
revisar el fenómeno del narcotrá ico en nuestro país, ya que
sin duda alguna trata el tema desde una perspectiva diferente
a como ha sido abordado por otras novelas como “La Reina del
Sur” de Arturo Pérez-Reverte. La novela por sí misma es un texto
ameno, donde fácilmente uno puede ser capturado por su ritmo.
Los lugares de los que habla son comunes en el México de hoy:
elecciones fraudulentas, marchas para consignar un fraude,
sicarios, corrupción dentro de las instituciones del Estado, per-
sonas que son entrenadas por el ejército y después pasan a las
ilas del crimen organizado, secuestros, levantones, violaciones
y asesinatos. Podría decirse que la novela es un iel retrato de lo
que ocurre en nuestro país.
En algunas ocasiones parece una radiogra ía del México
actual, pero este tipo de novelas, que algunos críticos literarios
suelen llamar “negras”, son una muestra de cómo hemos “inte-
riorizado” el clima de violencia que desde hace varios años se
vive en nuestro país. Y no sólo en la literatura se puede ver esta

*** Escritor y Músico mexicano, estudio letras latinoamericanas en la UNAM y


es bajista en el grupo The Loudgrey, con su novela “Las mujeres matan mejor”
quedó inalista del Premio Letras Nuevas Planeta-Sanborns.

94
4ª. J A

influencia del contexto sobre la creación “artística”, pues la


música no se queda atrás con sus grupos dedicados hacer apo-
logías de la vida y obra de los narcotra icantes. En este sentido,
aunque desde hace varias décadas ya existe el género musical
llamado “corridos”, hoy en día vemos un subgénero que los
mismos grupos y cantantes como el denominado “Komander”****
han rebautizado con el nombre de “Movimiento alterado”. Tal
subgénero hace una clara alusión a la vida acelerada que llevan
las personas que se dedican a estos o icios tan socorridos en el
México actual como lo es el ser sicario o narcotra icante.
Otra muestra de cómo el sistema ha “metabolizado” por
llamarlo de alguna manera a este fenómeno, es la in inidad de
series de televisión inspiradas en la vida de estos Narcotra icantes
y sicarios. “La Reina del Sur”, “Sin tetas no hay paraíso”, “El cartel
de los sapos” o “Las fantásticas. Mujeres del cártel” son algunas
de las muchas series de televisión que han aparecido reciente-
mente. Algunas de estas series, como el caso de “La Reina del
Sur”, fueron inspiradas en textos literarios (novelas), situación
común en el medio de la televisión y el cine, donde desde hace
mucho tiempo se han retomado libros para realizar películas o
series.
Lo que sí me parece relevante es que para llevar a la pantalla el
problema del narcotrá ico, los productores y directores han reto-
mado sólo cierto tipo de novelas donde las o los protagonistas son
personas de “éxito”, siempre rodeados de lujos, vistiendo ropas
de diseñador como Prada o Louis Vuitton; en autor exclusivos
como Ferraris o BMWs, e invariablemente se puede ver a estos
personajes nadando y tomando el sol en su alberca privada.
Éstas son las imágenes que hoy se le venden al consumidor de
series o películas sobre el narcotrá ico: la imagen de hombres po-
derosos y de mujeres bellas (con cirugías plásticas en el cuerpo
y rostro) para gusto de sus amantes, los grandes capos.
Estas representaciones son las que hoy en día consumen
muchos jóvenes y niños. Así pues, no es extraño escuchar que al
hacerle la pregunta sobre “¿qué quieres ser de grande?”, algún

**** Nacido en Culiacán Sinaloa, Alfredo Ríos, mejor conocido como el


“Komander”. Es llamado el “Jefe del corrido alterado”.

95
U A C M

niño te responda con un claro y contundente: “Yo quiero ser


narco”. Si la pregunta se les hace a las niñas, muchas de ellas
contestan posiblemente con la siguiente frase: “Yo quiero estar
bonita para ser la esposa de un narco”.
Éste es el panorama en muchos o, quizá, en todos los estados
de nuestro país. Es probable, además, que una situación similar
ocurra en otras lugares de América Latina y el mundo. El “ser
narco” se ha convertido en un rol social al que se aspira, y
el ser rudo o violento forma parte de este rol. Basta ver lo que
pasa en la actualidad con los niños en las escuelas, donde el pro-
blema de la violencia es pan de cada día. Ante esta situación, el
gobierno, en sus distintos niveles, no asume su responsabilidad,
culpando a los niños y los padres de familia. Es decir, el problema
de la violencia en las escuelas es presentado como una situación
de índole personal. Las autoridades se respaldan en dictámenes
psicológicos, delegando con ello toda la responsabilidad a la
familia, al simpli icar la violencia en las escuelas como casos de
“bullying”, término psicológico que le ha resuelto el problema
al gobierno, y lo ha deslindado de la responsabilidad que tiene
para con estos niños y familias.
Me parece que por este motivo la opera prima de Omar Nieto
es muy interesante, ya que a diferencia de otras narco novelas
de gran éxito entre lectores y audiencia, en “Las mujeres matan
mejor” se habla de sicarios reales; es decir, de gente común y
corriente que nada sabe sobre Ferraris o de ropa Prada. Se des-
criben personas que se ven envueltas y determinadas por su
contexto socioeconnómico. De hombres y mujeres que de un
momento a otro se ven obligados a entrarle a “lo que sea” para
seguir sobreviviendo; para poder mantener a sus hijos o, en el
último de los casos, para no morir en la miseria en un México en
el que cada vez existen menos oportunidades aún para quien las
busca.
Celeste Ramírez, una de las protagonistas de la novela “Las
mujeres matan mejor”, podría ser cualquiera. Ella es nadie y lo
sabe. Su nombre “real” no importa porque ella es una de muchas
que andan en esto del narcotrá ico; una de las muchas mujeres
que le han tenido que entrar a “lo que sea” para poder comer, ya

96
4ª. J A

sea en la maquila, en el boxeo, en la prostitución o como franco-


tiradora en el ejército. Peor aún, superando el di icultoso adies-
tramiento con los Kaibiles en Guatemala. Celeste es una más de
los muchos invisibles en esta supuesta “Guerra contra el narco-
trá ico” que se emprendió desde el año 2006 y que solo ha traído
consigo la descomposición del tejido social en México. Para muchos
hombres y mujeres en México desde hace varios años única-
mente hay dos opciones: o eres policía o eres de los “malos”, y
no porque sea “Chido”, “Cool” o de “Moda”,***** sino porque de no
serlo no comen, no pagan su renta o no mantienen a sus hijos.
Esta novela habla de la igura del sicario de a pie; del que
poco sabe quién en realidad sean sus mandos. Ese sicario
que dispara para no morir, del que no quiere serlo, pero no hay
de otra. Esta novela me recordó mucho a este tipo de novelas
narco sin inal feliz, como la agridulce y sensacional novela “El
amante de Janis Joplin”, del escritor sinaloense Elmer Mendoza
(2003), donde el protagonista de la misma es llevado por el
destino a lugares y situaciones que ni el mismo tenia presupuestado.
En dicha novela después de haber sido beisbolista, amante de
Janis Joplin y narco, termina junto con la novela arrojado desde
un helicóptero en movimiento.

LĆ ĒĚďĊė Ğ Ċđ ĔċĎĈĎĔ ĉĊđ ĘĎĈĆėĎĔ ĉĊĘĉĊ


đĆĘ ĈĎĊēĈĎĆĘ ĘĔĈĎĆđĊĘ

Como hemos podido ver, esta novela tiene aspectos muy interesantes
dentro de su narrativa para cualquier estudiante de las
Ciencias Sociales ya sea Sociología, Antropología o Ciencia Política,
pues aunque tengamos en cuenta que es una obra literaria, el
contexto social en el que se desarrolla es nuestro escenario de
análisis. Así que si quisiéramos comprender y, de esta manera,
explicar por qué una mujer en México se convierte en sicario,
desde las herramientas teóricas que nos proporciona la Ciencia
***** Cool proviene del idioma Ingles y su traducción literal al español es
fresco, pero regularmente se usa para cali icar a algo como sensacional. Chido
es un término mexicano incluido recientemente el Diccionario de la Real Aca-
demia Española y es utilizado como adjetivo para cali icar algo como bonito,
lindo o agradable (Real Academia Española, 2014).

97
U A C M

Social en su extenso acervo, podríamos comenzar tratando de


identi icar las acciones y decisiones que toma la protagonista a
lo largo de la novela, esto sin descartar el contexto social al que
pertenece. Precisamente esta cuestión nos lleva al debate entre
Agencia-Estructura, ya que si le diéramos más peso a las deci-
siones y acciones de Celeste Ramírez tendríamos que pensar en
teóricos de la Agencia como es el caso de Max Weber, sociólogo
alemán que aporto distintos conceptos para tratar de explicar
a las sociedades modernas por medio de la comprensión de las
acciones de los individuos (cómo se da esta acción en relación
con otros). Para Weber el contexto va a tener importancia, pero
las acciones de los individuos tienen más peso a la hora de tratar
de entender las causas de un fenómeno social, para Weber los
individuos siempre toman sus propias decisiones de acuerdo a
la conveniencia e interés que para ellos traiga tal o cual acción,
Weber de ine acción de esta manera:

Por acción debe entenderse una conducta humana (bien


consista en un hacer externo o interno ya en un omitir o
permitir) siempre que el sujeto o los sujetos de la acción
enlacen a ella un sentido subjetivo. La acción social por tanto,
es una acción en donde el sentido mentado por su sujeto o
sujetos está referido a la conducta de otros, orientándose por
está en su desarrollo (Weber, 1996: 5).

Esta de inición nos llevaría a pensar que fueron las acciones


de Celeste Ramírez las que determinaron su destino, ya que ella
eligió su futuro de acuerdo a la relación que había previamente
entre su esposo y la policía de Nuevo León. Sin embargo, no nos
podemos quedar sólo con esta postura para lograr entender el
entramado que nos ofrece la novela de Omar Nieto. En este
sentido, podríamos tratar de dilucidar su situación desde una
postura estructural-funcionalista. Desde esta corriente teórica
las acciones de Celeste Ramírez simplemente serian determi-
nadas por el contexto en el que ella vivía, el funcionalismo por su
parte propone que las sociedades están dotadas de mecanismos
propios capaces de regular los con lictos y las regularidades. Las
normas que determinan el código de conducta de los individuos

98
4ª. J A

variarán en función de los medios existentes. Es esto lo que rige


el equilibrio social. Es así como la sociedad se entiende como
un “organismo”, un sistema articulado e interrelacionado y, a su
vez, cada una de estas partes tiene una función de integración y
mantenimiento del sistema.
Es Émile Durkheim uno de los autores clásicos de esta
postura en ciencias sociales. Durkheim creó conceptos como
el hecho social con la inalidad de hacer notar que había ciertas
cuestiones en lo social que eran coercitivas y externas; es decir,
que se imponían y delimitaban el accionar humano. El hecho
social es de inido como sigue:

Cuando desempeño mi tarea de hermano, esposo o ciudadano,


cuando cumplo los compromisos que he contraído, realizo
deberes que están de inidos, fuera de mí y de mis actos, en
el derecho y en las costumbres. Incluso cuando están de
acuerdo con mis sentimientos y siento interiormente su
realidad, está no deja de ser objetiva; porque no soy yo quien
los ha creado, sino que los he recibido por medio de la educación
(Durkheim, 2001: 38 y 39).

Siguiendo esta postura, tendríamos que pensar que Celeste


Ramírez sólo es un producto de su circunstancia, y que en un
contexto como el mexicano no tenía de otra más que enlistarse
en la policía de Nuevo León. Ambas posturas nos sirven para
tratar de entender la problemática y el tipo de relaciones sociales
que se mani iestan en la novela. Sin embargo, dentro del extenso
acervo de las ciencias sociales hay teorías que pretenden con-
juntar las dos visiones o paradigmas. Una de ellas es la Teoría
de la estructuración del sociólogo británico Anthony Giddens.
En esta teoría el autor analiza la reproducción de los sistemas
sociales y las condiciones bajo las cuales las estructuras o sistemas
continúan o se trasforman. Giddens no intenta sólo situarse en
la vivencia del actor individual, pero tampoco en un todo social
que determine los actores que lo constituyen, sino que centra
su atención en las prácticas sociales rutinarias inmersas en un
espacio y tiempo; es decir, en una historicidad que se re iere a
un mundo social expuesto de cambios constantes, en donde las

99
U A C M

intersecciones rutinizadas de dichas prácticas “son los puntos


de transformación en relaciones estructurales” (Giddens, 2003:
32). Esta teoría, como podemos ver, pretende reconciliar la
acción y la estructura. Dee alguna manera lo logra, ya que hace
relevante esta constante relación entre el sujeto y su contexto.
De esta manera podemos concluir que ya sea por medio de una
u otra teoría la Ciencia Social tiene los elementos conceptuales
para tratar de explicar y comprender las relaciones dentro de
una sociedad determinada.
Finalmente podemos decir que la vida de Celeste Ramírez
puede ser analizada por los medios teórico-metodológicos que
se han construido en las Ciencias Sociales a lo largo de su historia.

Bibliograϐía

Durkheim, Émile. (2001), Las reglas del método sociológico.


México: Fondo de Cultura Económica.
Giddens, Anthony. (2003). La constitución de la sociedad: bases
para la teoría de la Estructuración. Buenos Aires: Amorrortu
Editores.
Instituto Nacional de Geogra ía y Estadística (2012). En 2012
se registraron 26 mil 037 homicidios. (En línea) http://www.
inegi.org.mx/inegi/contenidos/espanol/prensa/Boletines/
Boletin/Comunicados/Especiales/2013/julio/comunica9.
pdf [Visitado en Septiembre de 2014]
Mendoza, Elmer (2003). El amante de Janis Joplin. México: Tusquets.
Miranda, Juan Carlos (29 de Noviembre de 2012). CAM: 58
por ciento de los empleos creados con Calderón fueron in-
formales. La Jornada. (En línea) http://www.jornada.unam.
mx/2012/11/29/economia/029n1eco [Visitado en septiembre
de 2014]
Nieto, Omar (2013). Las mujeres matan mejor. México: Joaquín
Mortiz.
Pérez-Reverte, Artuto (2002). La Reina del Sur. México: Random
House Mondadori.

100
4ª. J A

Miranda, J. C. (29 de Noviembre de 2012). CAM: 58 por ciento


de los empleos creados con Calderón fueron informales.
La Jornada. Obtenido de http://www.jornada.unam.
mx/2012/11/29/economia/029n1eco
Real Academia Española. (2014). Diccionario de la Real Academia
Española. Real Academia Española. Obtenido de www.rae.es/
Sistema Nacional de Seguridad Pública (2012-2014). Incidencia
delictiva nacional y por entidad federativa. (En línea). http://
www.secretariadoejecutivosnsp.gob.mx/es/Secretaria-
doEjecutivo/Incidencia_Delictiva_Nacional_fuero_comun
[Visitado en Octubre de 2014]
Weber Max. (1996), Economía y Sociedad: Esbozo de sociología
comprensiva. México: Fondo de Cultura Económica.

101
CĔėėĚĕĈĎŘē Ğ ĕĔĉĊėĊĘ ċġĈęĎĈĔĘ:
Uē ĆēġđĎĘĎĘ ĘĔĈĎĔĕĔđŃęĎĈĔ ĉĊĘĉĊ
đĆ ēĔěĊđĆ “LĆĘ MĚďĊėĊĘ MĆęĆē MĊďĔė”*

Mariela Díaz Sandoval


Universidad Autónoma de la Ciudad de México

Sin duda es di ícil no pensar en el México actual cuando leemos


la obra de Omar Nieto, Las mujeres matan mejor, editada por
Joaquín Mortiz en el año 2013. Esta novela inscrita en el deno-
minado género negro nos brinda la posibilidad de identi icar
distintas problemáticas sociopolíticas de gran relevancia. La
obra es enriquecedora en tanto que ubica varias problemáticas
como la normalización de la violencia producto de la difusión
del crimen organizado como estilo de vida, las relaciones entre
géneros caracterizadas por la violencia y la desigualdad, el
abuso de poder, así como la corrupción y la impunidad, por men-
cionar algunos ejemplos. En ese sentido, consideré pertinente
recuperar dos cuestiones que son planteadas con claridad en la
novela de Nieto: la corrupción como un problema institucional
y el crimen organizado con igurado ya como un poder fáctico.
Cuando leemos la novela es di ícil pensar que se trata sólo
de ficción, ya que nos brinda un panorama detallado sobre
el vínculo entre política y narcotrá ico en países como México,
lugar en donde se desarrolla la trama de la novela. Dicha relación
se caracteriza, como es evidente, por la corrupción y la impunidad.
Para el caso mexicano, ambos problemas se han convertido en
obstáculos para la transición hacia la democracia.
* Ponencia presentada en la IV Jornada Académica del CAMPYS Cuautepec
“La perspectiva de género. Interpretaciones discursivas y sociopolíticas de la
mujer y el crimen organizado de Las mujeres matan mejor de Omar Nieto”, el 11
de septiembre de 2014

103
U A C M

Nieto nos muestra una perspectiva interesante sobre la


corrupción y el poderío del crimen organizado como poder fáctico,
evitando la reiterada apología de lo que se conoce como “nar-
cocultura” que se reproduce ad nauseam en la mayoría de las
novelas y programas de televisión que giran en torno a la vida
de líderes icticios y reales de cárteles del narcotrá ico. Sin duda,
tales novelas y series de televisión otorgan una visión distorsio-
nada sobre cómo opera el crimen organizado en la actualidad.
Precisamente Las mujeres matan mejor va más allá al
romper con los estereotipos sobre los personajes inmiscuidos
en el crimen organizado, ya que se centra en la vida de Celeste
Ramírez, una expolicía de rango bajo que por razones fuera de
su alcance (socioeconómicas) ingresa a la Policía Municipal de
San Nicolás de los Garza, en el Estado de Nuevo León. Una vez
ahí, se relaciona con integrantes de las fuerzas de seguridad pú-
blica coludidos con cárteles de la droga que operan en la zona
(Nieto, 2013: 13).
La descomposición o el proceso anémico que está sufriendo
el tejido social en la mayor parte del territorio nacional, no puede
ser explicado sin comprender la penetración que ha tenido el
crimen organizado en prácticamente todo el territorio nacional.
Esta situación que genera graves implicaciones sociales, econó-
micas y políticas debe ser comprendida a la luz de la corrupción
en México. La corrupción tiene que ser entendida como un pro-
blema que va más allá de las mordidas y extorsiones a funcio-
narios de niveles bajo, medio y alto. La corrupción implica una
captura del Estado** por parte de grupos políticos y económicos

** El término Captura del Estado (State capture) fue dado a conocer por los
investigadores del Banco Mundial Daniel Kauffman, Joel S. Hellman y Geraint
Jones. Dicho término proviene de la teoría de la regulación, principalmente
de los aportes desarrollados por el economista George Stligler. Kauffman,
Hellman y Geraint emplearon el término para analizar el proceso de transición
económica y política de los países que pertenecieron a la extinta Unión Soviética.
Los autores identi icaron los problemas generados por el proceso de privati-
zación y de la disolución de la estatalidad, pues se dio paso a una verdadera
captura de instituciones políticas y de empresas paraestatales por parte de
poderes políticos y económicos (Hellman, Jones, & Kaufmann, 2000). En este
sentido, no es de extrañar que a partir de la doble transición en el país eslavo
dio lugar a la emergencia de los conocidos oligarcas rusos.

104
4ª. J A

quienes apoyan un proyecto político neoliberal y autoritario,


excluyendo todo tipo de participación real por parte de la ciu-
dadanía. Esta captura ha implicado una franca descomposición
del Estado, dando lugar a una serie de facciones políticas que se
disputan el territorio nacional.
Sin embargo, para quienes ejecutan las políticas públicas
en México, la corrupción es vista como un problema menor en
tanto que no existe la intención por hacerle frente de manera
efectiva. En la medida en que eso siga ocurriendo, la descom-
posición económica y política seguirá generando graves costos.
Siguiendo lo señalado, precisamente en un evento realizado con
motivo del 80 aniversario del Fondo de Cultura Económica, el
Presidente Enrique Peña Nieto afirmó que la corrupción es un
asunto cultura. Días después, el 8 de septiembre del presente
año, sostuvo su argumento: “la corrupción es un asunto de orden
cultural” (Rubí, 2014).
Esta visión sobre la corrupción se centra en la ética del
ciudadano y del servidor público de ventanilla, anulando la po-
sibilidad de formular medidas efectivas destinadas a combatir
semejante lagelo. En este sentido, la obra de Omar Nieto es rele-
vante porque muestra que tanto la corrupción como la existencia
de poderes fácticos no responden a factores culturales del tipo
“así somos los mexicanos y no hay nada más que se pueda hacer
al respecto”, sino a complicidades e impunidad en las altas esferas
política y económicas.
Las mujeres matan mejor permite recordar el libro Cleptocracia:
el mecanismo único de la corrupción entre economía y política,
del economista e historiador italiano Giulio Sapelli quien a irma
que “la corrupción y las facciones van de la mano, pues carcomen
al Estado de Derecho” (Sapelli, 1998: 17). En este sentido, como
bien lo expresa Nieto, la “Guerra contra el narcotrá ico” se ha
caracterizado por la colusión entre políticos, militares y ex
militares con el crimen organizado convirtiendo al país en un
enorme panteón (2013: 216).
La novela incorpora con grandes detalles el vínculo entre
altos mandos políticos, militares y policiacos, así como impor-
tantes medios de comunicación periodísticos con los grupos de

105
U A C M

narcotra icantes que se disputan el territorio nacional, como si


no existiera una autoridad constitucionalmente establecida que
gobernara. El sociólogo Alberto Olvera problematiza en torno al
obstáculo que representan los poderes fácticos en la construcción
democrática en México, a irmando que en el país únicamente
hemos atestiguado una alternancia en el poder, y no una ver-
dadera transición democrática. Olvera identi ica dentro de la
categoría poderes fácticos a los monopolios y oligopolios econó-
micos, ciertos gremios sindicales, caciques, así como al crimen
organizado. Los poderes fácticos compran periodistas, ponen o
quitan candidatos, capturan y debilitan instituciones de impar-
tición de justicia, corrompen penales y un largo etcétera (Olvera,
2011). La emergencia de una diversidad de poderes fácticos
responde a la corrupción estructural que implica la captura de
instituciones a favor de grupos políticos y económicos.
De acuerdo con Olvera, el narcotrá ico como poder fáctico ha
diversi icado sus negocios ilícitos incorporando el trá ico de per-
sonas (indocumentados), controla el contrabando de mercancía
y, lo más importante, recuperando a Max Weber, le disputan al
aparato del Estado el monopolio de la violencia. En Las mujeres
matan mejor, esta diversi icación de negocios por parte de los
grupos delictivos es mani iesta cuando nos relata cómo el jefe
inanciero de la campaña electoral de uno de los políticos que
busca la candidatura del estado de Quintana Roo se coaliga con
uno de los cárteles más importantes del país (Los Hernández)
con el objetivo de “expandir su negocio de trata de prostitutas
extranjeras, renta de autos y restaurantes en la península”,
siendo la traición y el comportamiento racional-estratégico las
características principales de quienes se encuentran en las altas
esferas delictivas (Nieto, 2013: 197-188).
Es tal el poderío del narcotrá ico que se argumenta que sus
ingresos superan a los obtenidos por concepto del sector ser-
vicios. Esto es alarmante considerando que se tiene planeada
como magna obra del sexenio de Peña Nieto la construcción de
un aeropuerto para contribuir al potencial turístico del país,
según palabras de la Secretaria de Turismo, Claudia Ruiz Massieu
(El Economista, 2014).

106
4ª. J A

En la novela de Nieto se percibe el entramado y complici-


dades en torno al crimen organizado. Por ejemplo nos relata
cómo dentro de la pugna entre cárteles del narcotrá ico, la po-
licía judicial nacional y estatal, así como el ejército son piezas
clave. Cuando narra la historia de los escoltas de un candidato
se lee la clara subordinación de las fuerzas policiales al crimen
organizado. Basta recordar el caso del personaje “Lince”, un ex
policía judicial:

“Lince dirigía a ocho de nueve judiciales encargados de


capturar a los rivales de la organización local, el Cártel
de Matamoros. Casi siempre esos rivales eran sinaloenses,
juarenses o tijuanos, que se aventuraban a conquistar territorios,
pero que pocas veces triunfaban. Cuando los muchachos de
Lince ganaban esos enfrentamientos, el jefe de prensa de la
Delegación de la Policía Nacional Judicial convocaba a los re-
porteros y se daba la noticia de que se estaba limpiando a
Tamaulipas del narcotrá ico que amenazaba la seguridad de
la entidad. El gobernador, el procurador y el jefe de la Policía
Judicial quedaban siempre como héroes y todos contentos”
(Nieto, 2013: 89).

Este pequeño fragmento es un hecho que se presenta de


manera sistemática en la realidad mexicana. De acuerdo con
datos proporcionados por el Instituto Nacional de Geogra ía
y Estadística (INEGI) por medio de su Encuesta de Calidad e
Impacto Gubernamental 2013, el sector policiaco, así como los
ministerios públicos son las instituciones percibidas como con
mayores niveles de corrupción. Los partidos políticos también
muestran grandes niveles de descon ianza (INEGI, 2014)***.
Desafortunadamente las percepciones negativas sobre la po-
licía y los partidos políticos se encuentran bien fundamentadas,
siendo a nivel municipal donde se presentan las mayores ar-
bitrariedades. Es necesario recordar el lamentable suceso que

*** Resultados similares fueron arrojados por el Global Corruption Barometer


a cargo de Transparency International. En dicho índice, México es uno de los
países que, de acuerdo con las percepciones de sus ciudadanos, es el más
afectado por la corrupción, siendo el sector policiaco junto con los partidos
políticos los más corruptos (Transparency International, 2013).

107
U A C M

tuvo lugar en el Municipio de Iguala, Guerrero el mes


de septiembre del año en curso cuando policías municipales
abrieron fuego contra estudiantes de la Normal Rural “Isidro
Burgos” de Ayotzinapan, resultando asesinados tres de ellos,
mientras que 43 más permanecen desaparecidos. Este suceso
ha desvelado la ya evidente trama de complicidad, impunidad y
corrupción entre la clase política, la económica y el crimen or-
ganizado. Por muchos años las normales han recibido el embate
de las políticas gubernamentales, así como de los caciques de las
zonas en donde se encuentran ubicadas; así pues, este suceso
muestra claramente la imposición de intereses particulares en
el seno de las instituciones públicas. Sandoval Ballesteros, espe-
cialista en corrupción a irma que es precisamente la existencia
de caciques (los casos ejemplares son el de Figueroa en el estado
de Guerrero, y el de Hank y el Grupo Atlacomulco en el Estado de
México) quienes han subordinado el interés general a intereses
particulares, lo que permite comprender la decadencia política,
social y económica del país (Sandoval Ballesteros, 2014).
Como hemos venido sosteniendo, Nieto nos ayuda a entender
que la dinámica que tiene lugar entre el crimen organizado, la
política y los poderes económicos es sumamente compleja. Re-
sulta evidente que el interés en escribir esta novela tiene que
ver con su visión crítica sobre lo que acontece en el país. Las
mujeres matan mejor representa en su totalidad una férrea
crítica contra la guerra declarada al crimen organizado en el año
2008. La cuestionada estrategia contra el crimen organizado ha
evidenciado el inexistente Estado de Derecho en el país. Existen
datos ilustrativos que, por supuesto, deben ser tomados con re-
servas, sin embargo, permiten tener un panorama sobre la grave
situación que atraviesa nuestro país en comparación con otras
latitudes. De acuerdo con el Índice sobre el Estado de Derecho
(Rule Index Law) elaborado por el Banco Mundial, México se
ubica en el lugar número 79, en el que 1 signi ica que el Estado
de Derecho es respetado y 99 donde éste es inexistente (World
Justice Project, 2014). Otros datos interesantes son los ofrecidos
por la organización no gubernamental Fundación para la paz
por medio de su Índice sobre Estados Fallidos (The Failed States

108
4ª. J A

Index, 2013) en el que México es catalogado como un país de


Máxima Alerta (The Fund For Peace, 2013).
Los costos de dicha estrategia han sido enormes y no sólo
han implicado la tortura, desaparición y muerte de miembros
pertenecientes a los cárteles de la droga. De acuerdo con el
Semanario Zeta, tan sólo en lo que va del sexenio de Enrique
Peña Nieto el número de asesinatos es de aproximadamente 23
640, muy a pesar de que el gobierno ha sostenido que en el país
se ha registrado una disminución de los mismos (SinEmbargomx,
2014).
En este sentido, a pesar de ser icción, la novela de Omar
Nieto nos permite ir más allá de la frase “se matan entre ellos”
proferida por Calderón Hinojosa en clara alusión al creciente
número de muertes violentas y desapariciones. En este sentido,
en la trama de impunidad y corrupción podemos ver que en
algunas ocasiones los protagonistas de la novela no tienen de-
masiadas opciones como lo muestra el caso de la propia Celeste.
Una de las historias más conmovedoras dentro de la novela es la
de “Choche”, personaje que echa por tierra la imagen mostrada
por los medios de comunicación sobre el típico narcotra icante
que decide de forma racional involucrarse en el crimen organi-
zado con la inalidad de hacerse de fortuna y poder. Nieto des-
cribe en “Choche” a esas personas que no encuentran más alter-
nativas que formar parte del crimen organizado. Sobre “Choche”,
el autor señala lo siguiente:

Sebastián Fuentes Cielo, su verdadero nombre, se mantuvo


en la Judicial, que en Juárez signi icó muy pronto alistarse en
un campo de guerra. Choche estuvo así un rato, tratando de
hacerse pendejo sin coludirse con un bando u otro, hasta que
se lo dijeron directo: el comandante va a seguir apoyando a
los de Juárez, ¿tú con quién te vas? Y fue así como en auto-
mático entró a la lista negra de Sinaloa, de los Hernández, y
hasta del Cártel de Matamoros, que tenía algunas células en
el oriente del estado. Sus jefes lo obligaban a bajarse de la pa-
trulla y limpiar la zona, es decir, ponerle el seguro a su Beretta
92 o su AK-MS, y espantar a los transéuntes, metiendo a los
vecinos a sus casas cuando decía: <<Éste es un operativo>>.
Y eso era todo. Lo que seguía era dar piso a los enemigos de
109
U A C M

Juárez. Pero él nunca quiso entrarle a ese jale…Puso su límite


y por eso lo con inaron al tercer cinturón de los operativos, a
la parte más alejada de la acción…Pero la cosa cambió radi-
calmente cuando los Hernández cooptaron a los militares y
custodios de valores en activo de toda Chihuahua. Y con ellos
comenzaron a ganar la plaza. …Todo iba bien hasta la tarde en
la que le ordenaron arrestar a su propio tío, el subdirector de
la Policía Municipal de Ciudad Juárez, quien traicionando al
Paso del Norte, había entrado a la nómina de los Hernández.
—No te preocupes, tío... yo veo cómo le hago para sacarte—
le dijo. Pero no lo pudo sacar (….)

Como se ha reiterado, el crimen organizado como poder


fáctico se ha servido no sólo de la compra de funcionarios públicos,
sino también de importantes medios de información. Destaca el
caso de un periodista, Jorge Sánchez Samudio, del periódico El
Excelencia, quien a pesar de ser hijo de uno de los periodistas
más prestigiados del país, trabaja para uno de los cárteles de la
droga que se está abriendo paso en el territorio: “Los Hernández”.
La novela permite adentrarnos a la dinámica bajo la que operan
los medios de información y el crimen organizado. Por medio
de amenazas y también sobornos, las organizaciones criminales
más poderosas logran menguar a sus enemigos a través de los
medios de información. Como nos permite entender el caso
mexicano, la libertad de expresión es un derecho violado de ma-
nera sistemática tanto por el aparato del Estado como por los
diversos poderes fácticos existentes en el país, llevando incluso
a la muerte a quienes osan contravenir los intereses particulares
de grupos poderosos.
Finalmente, por medio de la novela, así como la información
y datos publicados día a día es posible entender que los discursos
proferidos la clase política del país no representan la realidad
del mismo. El caso mexicano encuadra a la perfección en la ca-
tegoría autoritarismo competitivo de Steven Levitsky y Lucan
A. Way (2004). Para los autores, no es posible hablar de demo-
cracia cuando entre otras condiciones, no existen elecciones
libres, cuando los medios de comunicación juegan a favor de un
candidato, y cuando imperan grandes abusos de poder. Así pues,

110
4ª. J A

además del crimen organizado, Nieto incorpora un problema


central como es la utilización de dinero proveniente de fuentes
no identi icadas, así como de las arcas públicas. El autor presenta
el caso de uno de los personajes, el candidato Jesús Olalde quien,
además se caracterizar por su pragmatismo ideológico al saltar
de un partido a otro, sin reparo utiliza recursos para inanciar su
campaña provenientes de fuentes ilícitas.
Precisamente la utilización patrimonial de los recursos
públicos y de las instituciones es una de las características del
sistema político mexicano. Por ejemplo, al propio personaje
ficticio Olalde se le solicita mover sus in luencias para extraer
de cárceles de Chiapas a personas vinculadas con el crimen orga-
nizado. De hecho, uno de los personajes le dice a Olalde: “Usted
puede hacer es. Su tío es el responsable de los reclusorios en ese
estado” (Nieto, 2013: 170).
De Las mujeres matan mejor es posible extraer innumerables
ejemplos en torno a la corrupción, la impunidad y el narcotrá-
ico como poder fáctico. La conclusión a la que nos lleva la obra
de Omar Nieto es que para erradicar el lagelo de la corrupción
es necesario comprenderla como un problema que va más allá
del esencialismo cultural (“así somos”) para ubicarla como una
cuestión que involucra complicidades e impunidad. La corrupción
implica el que poderosos intereses capturen instituciones
públicas para utilizarlas en la consecución de bene icios par-
ticulares. En este sentido resulta urgente formular políticas
efectivas que permitan fortalecer a las instituciones políticas
y que vayan encaminadas hacia un objetivo común: la añorada
construcción democrática en el país. Sin un ataque serio a la
corrupción y al denominado capitalismo de amigos, México se
encamina hacia la destrucción del Estado.

111
U A C M

Bibliograϐía

El Economista (7 de Septiembre de 2014). Nuevo aeropuerto


mostrará a un México moderno: Sectur. (En línea) http://
eleconomista.com.mx/industrias/2014/09/07/nuevo-aero-
puerto-mostrara-mexico-moderno-sectur [Visitado en septiembre
de 2014]
Hellman, Joel. S., Jones, Geraint, & Kaufmann, Daniel (2000). Seize
the State, Seize the Day: State Capture, Corruption, and Inϔluence
in Transition. (En línea) http://dx.doi.org/10.1596/1813-
9450-2444 [Visitado en octubre de 2014]
INEGI (2014). Encuesta Nacional de Calidad e Impacto
Gubernamental 2013. ENCIG. Síntesis metodológica y resul-
tados del levantamiento. Instituto Nacional de Geogra ía y
Estadística. (En línea) http://www.inegi.org.mx/prod_serv/
contenidos/espanol/bvinegi/productos/metodologias/
ENCIG/2013/702825062736.pdf [Visitado en Septiembre
de 2014]
Levitsky, Steven y Lucan A. Way (2004). Elecciones sin democracia.
El surgimiento del autoritarismo competitivo. Estudios Políticos,
24, (Enero-Junio), pp. 159-176. (En línea) http://biblioteca.
clacso.edu.ar/ar/libros/colombia/iep/24/8%20autorita-
rismo%20competitivo.pdf [Visitado en Octubre de 2014]
Nieto, Omar (2013). Las mujeres matan mejor. México: Joaquín
Mortiz.
Olvera, Alberto (2011). Poderes fácticos y democracia en México
: sindicatos, caciques, monopolios y delincuencia organizada
en un país en transición. En Ciudadanía y legitimidad demo-
crática en América Latina. Buenos Aires: Prometeo, pp. 311-
337. (En línea) http://biblioteca.clacso.edu.ar/gsdl/collect/
clacso/index/assoc/D5520.dir/cheresky-cap9.pdf [Visitado
en agosto de 2014]
Rubí, Mauricio (8 de septiembre de 2014). Corrupción en México,
un problema cultural: Peña Nieto. El Economista. (En línea)
http://eleconomista.com.mx/sociedad/2014/09/08/co-
rrupcion-mexico-problema-cultural-pena-nieto [Visitado en
septiembre de 2014]

112
4ª. J A

Sandoval Ballesteros, Irma (12 de Octubre de 2014). Ayotzinapa:


entre Figueroa y Hank. La Jornada. (En línea) http://www.
jornada.unam.mx/2014/10/12/opinion/012a1pol [Visitado
en Octubre de 2014]
Sapelli, Giulio (1998). Cleptocracia: el “mecanismo único” de la
corrupción entre economía y política. Buenos Aires: Losada.
SinEmbargomx (17 de Marzo de 2014). EPN, 14 Meses: 23 mil
muertos. (En línea) http://www.sinembargo.mx/17-03-
2014/934995 [Visitado en Septiembre de 2014]
The Fund For Peace (2013). The Failed States Index. (En línea)
http://ffp.statesindex.org/rankings-2013-sortable [Visitado
en Octubre de 2014]
Transparency International. (2013). Global Corruption Barometer.
Transparency International. (En línea) http://www.transpa-
rency.org/gcb2013/results [Visitado en Octubre de 2014]
World Justice Project. (2014). WJP Rule of Law Index. World
Bank. (En línea) http://data.worldjusticeproject.org/#/
index/ [Visitado en Octubre de 2014]

113
LĆ PĊėĘĕĊĈęĎěĆ ĉĊ đĆ TER
ĆĕđĎĈĆĉĆ Ć đĆ ĔćėĆ
“LĆĘ MĚďĊėĊĘ MĆęĆē MĊďĔė”*

Enrique Neftalí Miranda Munguía.


Universidad Autónoma de la Ciudad de México

1.1 PėĔĕŘĘĎęĔ ĉĊđ TĊĝęĔ

La obra “Las Mujeres Matan Mejor” desarrolla una mezcla de


con lictos criminales, políticos, económicos y sociales que están
estrechamente vinculados a la situación que se vive actualmente
en nuestro país, México. Dichos con lictos contienen señales que
obedecen a situaciones de elección, mismas que estudiaremos
en distintos grados y perspectivas acordes a la Teoría de la Elección
Racional y sus enfoques de estudio, de los cuales aquí habla-
remos. La novela nos ofrece un acercamiento directo a la delin-
cuencia organizada, sus formas de acción e incluso sus alianzas
y nexos para mantenerse activa con ayuda de políticos y em-
presarios favorecidos por la misma, partiendo de este principio
de acción individual y colectivo, ubicaremos elecciones en sus
personajes y ines propios o en común. Identi icando los cuatro
puntos necesarios que nos garanticen una situación de elección
dentro de sus personajes y protagonistas, que se interrelacionan
precisamente mediante la toma de decisiones. Así aplicaremos
la Teoría de la Elección Racional a la novela para analizar su
contenido, enfocándolo a esta teoría y obteniendo con esto la

* Cuarta Jornada Académica. La perspectiva de género, interpretaciones dis-


cursivas y sociopolíticas de la mujer y el crimen organizado en: Las mujeres
matan mejor de Omar Nieto. Universidad Autónoma de la Ciudad de México,
Plantel Cuautepec, septIembre 11 de 2014

115
U A C M

mayor riqueza intelectual posible en lo que a nuestro análisis


corresponde.

1.2 Eđ ĎēĉĎěĎĉĚĔ, Ċđ ēĆėĈĔęėġċĎĈĔ, đĆ ĕĔđŃęĎĈĆ,


đĔĘ ĒĊĉĎĔĘ ĉĊ ĈĔĒĚēĎĈĆĈĎŘē Ğ ĘĚĘ ēĊĝĔĘ

La novela nos acerca a la problemática de la violencia que se vive


en el Estado de Quintana Roo, ubicación que el autor precisa
dentro del libro, a través de la historia de Celeste Ramírez como
protagonista. Tocando distintos temas como la falta de oportu-
nidades, el abandono del lugar de origen, la migración de ciu-
dadanos en la búsqueda de oportunidades hacia a otros lugares
para lograr una superación y el apoderamiento de las volun-
tades sociales por parte de las organizaciones criminales desde
el aspecto económico, para doblegarlas al interés criminal, que
tiene como principal objetivo hacer crecer el mercado, consumo,
almacenamiento, transporte y repartición de drogas; es como se
consolida una historia dentro de muchas más historias relacio-
nadas entre sí.
Desde la falta de oportunidades hasta la indiferencia por
parte de las autoridades para atender la inseguridad generada
por los cárteles; sus nexos y el uso de la prensa para la desin-
formación, la novela se convierte en algo especial e interesante
incitando la re lexión del lector sobre la problemática actual
del narcotrá ico en nuestro país. De esta forma Celeste Ramírez
como individuo y personaje central de la obra busca la supera-
ción personal abandonando el hogar por una serie de con lictos
familiares hecho que la orilla a involucrarse al narcotrá ico, vin-
culado a una organización de seguridad, que buscaba la segu-
ridad de un candidato en la política del Estado de Quintana Roo.
Empresarios y medios de comunicación son la igura principal
que se ubica al centro del enfrentamiento y el inanciamiento
de la política en dicho Estado que busca entre dos cárteles el
control y dinero de la zona disputada, por un lado el cártel de
los Hernández y por el otro el Cartel Independiente de México.
Es mediante pactos y alianzas criminales que se negocia con el

116
4ª. J A

futuro de todo un Estado pero a su vez con el destino de miles


de individuos que buscan en un líder político corrupto la estabi-
lidad, el desarrollo y la prosperidad de su región.

1.3 LĆ TĊĔėŃĆ ĉĊ đĆ EđĊĈĈĎŘē RĆĈĎĔēĆđ

El planteamiento de la Teoría de la Elección Racional tiene su


origen a partir de la Teoría Clásica de la Economía y su desarrollo
a inales del siglo XIX y principios del siglo XX. Partiendo del
pensamiento neoclásico, termino adherido debido a la contribución
de todos los economistas que desde 1871 se propusieron a sí
mismos como continuadores de la economía clásica, es que se
busca un sistema explicativo, que tenga su base en la raciona-
lidad del ser bajo el in lujo de la variable capital, analizando
ciertos aspectos y patrones de conducta in luyentes en el ser
humano para decidir o elegir sobre algo.
Los factores constructivos que en un principio se fueron
tomando en cuenta para desarrollar el enfoque pertenecían al
área de las Ciencias Sociales. Dichos factores giraban en torno
a la condición familiar, el ingreso, la cultura, las conductas de
los individuos, entre otros. La magnitud de los hallazgos, pre-
viamente obtenidos por parte de los economistas, llevó tanto
a Sociólogos como a Politólogos a crear una serie de análisis y
perspectivas sobre la Teoría de la Elección Racional en la base
de sus propias disciplinas. Es hasta 1957 que Anthony Downs
aplica y asocia el comportamiento racional al factor económico e
institucional que interesa al individuo para sacar el mayor bene-
icio posible del aparato gubernamental. Downs (1957) obtiene
como resultado de sus hallazgos que el comportamiento del in-
dividuo en una situación de decisión electoral, se generará, en
correspondencia a la condición de utilidad que el partido por el
cual vota le proporcione. En palabras más exactas la elección del
individuo estará ligada al costo-bene icio que le genere.
Jon Elster (1995) postularía dos ángulos de perspectiva
nuevos con enfoque a dos variables de inidas por él como Teoría
Normativa y Teoría Descriptiva. Para Elster la Teoría Normativa
muestra la elección que se debe llevar a cabo para alcanzar

117
U A C M

ciertas metas con los mayores bene icios posibles aun cuando
se desconozcan dichas metas o sus alcances. Por otro lado, en
la Teoría Descriptiva, Elster nos habla del sentido de percepción
para predecir ciertas acciones ofreciendo hipótesis ante las
variables categóricas posibles, hablemos de categoría desde el
sentido ilosó ico de Immanuel Kant, siendo éstas para él, cada
una de las formas del entendimiento.
En este punto la Elección Racional en palabras de Elster
opera bajo cuatro condiciones que justi iquen una conducta y
garanticen una situación de elección.

• En la primera manifestación deben existir y mantenerse un


acuerdo total dentro de los objetivos planteados sin visiones
ni tampoco intereses contrapuestos.
• La segunda manifestación es el conocimiento exhaustivo del
conjunto de elementos que nos permita llegar al objetivo. El
actor en este punto considera toda la información disponible
para analizar todas las alternativas posibles.
• La tercera manifestación obedece al conjunto de elementos
que se disponen en el ser, esto es, que cuente con los recursos
necesarios como el tiempo o el dinero para lograr consolidar
el objetivo. El actor dispone de los recursos sin ninguna
restricción para implementar la estrategia adoptada y así
hacerse con el objetivo.
• La cuarta manifestación debe garantizar que las estrategias
adoptadas por el individuo para conseguir el objetivo
proporcionen una relación luida y no contrapuesta a los
medios y ines.

De esta manera haremos un vínculo a las acciones de los


protagonistas apoyándolo sobre la perspectiva de Jon Elster y
Anthony Downs más adelante.

118
4ª. J A

1.4 Eđ NĆėĈĔęėġċĎĈĔ Ğ đĆĘ ĘĊĈėĊęĆėĎĆĘ Ĕ


ĆĘĔĈĎĆĈĎĔēĊĘ ĉĊ ĘĊČĚėĎĉĆĉ ĕŮćđĎĈĆ

La Teoría de Juegos, que se contempla dentro de la elección


racional a distintos grados, fue diseñada por el matemático de
origen húngaro John Von Newmann en colaboración con el eco-
nomista Oskar Morgenstern y está compuesta por dos principios
distintos que son los Juegos Cooperativos y los Juegos Estraté-
gicos. En la teoría anterior un juego cooperativo se basa en dos
o más jugadores que no compiten entre sí, sino que se esfuerzan
para conseguir el mismo objetivo ganando o perdiendo como
una unión de grupo. Mientras tanto en los juegos estratégicos
el jugador contempla un plan de acción para cualquier situación
que pueda presentarse. Es en este enfoque que se determina to-
talmente su conducta ya que la estrategia del actor tendrá por
consiguiente la acción que se derivará en consecuencia.
Dentro de la novela “Las Mujeres Matan Mejor” podemos
apreciar un comportamiento simétrico entre ambos bandos,
por un lado los militares y cuerpos policiales y por el otro las
organizaciones delictivas. Tanto militares como cuerpos po-
liciales presentan un comportamiento que ha sido aprendido
desde el entrenamiento. A estos bandos se les aplicará un Juego
Cooperativo en su estrategia para combatir al otro bando que
está ijado en ambas posiciones. La primera como organización
delictiva con un cierto número de integrantes es activa bajo el
principio de un juego estratégico pero cambia su rol al entrar
en con licto con otro bando y llega a ser un juego cooperativo.
Un claro ejemplo estratégico por parte de las organizaciones
delictivas se aprecia en la novela a continuación:

La reacción inmediata vino de Celeste. Volteó al oír que la


camioneta agresora rebasaba desde la retaguardia. Disparó
en seco a la frente de uno de ellos al tiempo que le decía a
Tejó Aguilar que ya no tirara porque se había chingado al
que traía la pistola y que además había mucha gente. Olalde
quedó aplastado, protegido por la mole que era Rutherford
Solís. (Nieto, 2013: 108)

119
U A C M

En esta parte podemos ver la manera en que se desarrolla la


acción en la cual el jugador, Celeste Ramírez y sus compañeros,
contemplan un plan de acción para cualquier situación que
pueda presentarse. Ya que a la espera de algún posible ataque el
grupo funciona en la individualidad de la estrategia mezclando
así la cooperación, por lo tanto se mantienen actuando sobre
las dos variables. Así mismo vemos en esta parte la teoría nor-
mativa y descriptiva; aplicada a la elección que se debe llevar a
cabo para alcanzar ciertas metas con los mayores bene icios po-
sibles desconociendo las metas o alcances, y la percepción para
predecir ciertas acciones ofreciendo hipótesis ante las variables
categóricas posibles. En lo real del asunto las corporaciones que
brindan seguridad y estrategia al país están implicadas en temas
de narcotrá ico. Bene iciando a un candidato o a un personaje
de la política ya elegido, estas organizaciones ceden a estos re-
presentantes populares una parte de sí para recibir órdenes y
ejecutarlas, aun estando en contra de las mismas, todo sea por
el bienestar de un solo individuo a pesar de que se tenga que
arriesgar a todo un colectivo o grupo de personas. Pero desafor-
tunadamente el capital en estos juegos estratégicos es el principal
motor de la no cordura y la muerte entre individuos que pelean
y de ienden territorios sin ley alguna.

1.5 Eđ CĆĕĎęĆđĎĘĒĔ ĈĔĒĔ ĒĔęĔė ĎėėĆĈĎĔēĆđ Ğ


ĕėĎēĈĎĕĎĔ ĉĊ ěĎĔđĊēĈĎĆ

Pocas o nulas son las actividades que están desapegadas al factor


del capital. La mayoría del comercio mundial se arraiga a éste. Al
ser humano le han enseñado desde muy chico a idolatrar un mental
o un simple papel con marcas y dibujos, para una vez con ello,
hacerlo propio y así comenzar un círculo del cual nadie pueda
salir. Se le han marcado estratos a la sociedad para dividirla y
con ello hacerla creer en la religión de lo material. Así quienes
se encuentran en la esfera más baja querrán ser como los que se
ubican en la esfera más alta, pero he ahí el truco siniestro, pues
para poder llegar a estar en la esfera más alta se tiene que jugar

120
4ª. J A

al capital y esto implica la propia vida del ser humano. Celeste


Ramírez nos de ine lo anterior con las siguientes palabras:

El país está dividido en grupos que compran la protección del


ejército o a la policía. Ahí uno empieza a dudar si no da igual
trabajar directo para los cárteles, con más dinero y mejor
organización. Como policía tienes que salir a joder a la gente
para pagar el uniforme, la placa y la pistola. Ya no se diga para
una patrulla o una comandancia y como soldado sabes bien
que jamás saldrás de la topa. (Nieto, 2013: 49)

Es de esta forma que el gran capital a través de sus instituciones


subordina los gobiernos y los hace esclavos para servir a su
interés depredador. El individuo, vínculo social para materia-
lizar un orden económico, es instruido para pertenecer a este
círculo de explotación que tiene como único in la riqueza material
sin contemplar posibilidad alguna de prosperidad colectiva.
Celeste Ramírez debe entrar al juego del capital para poder ase-
gurar una subsistencia y no una vida plena, pues en este orden
se sobrevive más no se vive.

1.6 EēċĔĖĚĊ IēĘęĎęĚĈĎĔēĆđĎĘęĆ đĎČĆĉĔ Ć


đĆ ĊđĊĈĈĎŘē ėĆĈĎĔēĆđ

Dentro de la novela Celeste Ramírez entra al Cártel Independiente


de México (CIM), organización que necesitaba reforzar la se-
guridad de un candidato y que por lo tanto buscaba personal.
Al aceptar ingresar lo hace porque le aseguran que de ir todo en
orden entrenaría a policías mujeres para un cuerpo femenil tu-
rístico. Desde esta perspectiva observamos que Celeste ingresa
al dicha organización y cumple el primer punto del paradigma
racional de Elster al estar en acuerdo total con sus objetivos.
Al ingresar también cumple el punto segundo ya que analizó
todas las alternativas posibles para deliberar sobre una decisión
meramente opcional. En el punto tres se habla de que el actor
dispone de todos los recursos como el tiempo o el dinero para
elegir sobre algo que consolide su objetivo, por lo tanto también
se cumple dicho punto. Como cuarto y último observamos que

121
U A C M

Celeste garantiza que sus estrategias cumplan con sus objetivos


en una correspondencia pero no así con los medios y ines.
Como podemos apreciar no se cumplen totalmente las premisas
dadas por Elster. En este aspecto Carlos Migliardi nos dice:

La elección racional argumenta la consideración del individuo,


o de algo análogo al individuo, como su unidad de análisis.
Ellos asumen que los individuos, incluyendo a los políticos,
son racionales en el sentido en que, dadas metas y estrategias
alternativas para alcanzarlas, ellos seleccionarán las alterna-
tivas que maximizan sus oportunidades de alcanzar dichas
metas. Las instituciones, u otras características estructurales
tales como las divisiones étnicas o la medida del campesi-
nado, así como las circunstancias políticas inmediatas entran
a los argumentos de la elección racional como factores de
segundo orden. Esos factores contextuales determinan las al-
ternativas a partir de las cuales los individuos pueden elegir
sus estrategias y los costos y bene icios asociados con dichas
estrategias. (Migliardi, 2011: 56)

En el trascurso de la novela apreciamos concretamente


que Celeste no espera que la situación de su nuevo empleo
cambie. Muchas variables se ven ijadas y otras no lo están
cuando ella decide ingresar. Se le comenta lo super icial y no lo
profundo del asunto que implica entrar al CIM por lo que des-
conocerá y estará a la disposición del “destino” su futuro en los
próximos meses mostrando el “destino” como una decisión pa-
ramétrica ya que Celeste enfrenta restricciones del entorno y
aunado a ellas contempla su postura después de haber conocido
la restricción. A esta causal obedecería la siguiente a irmación:

En este mundo (el del estado de naturaleza hobbesiano),


donde el hombre es lobo del hombre, cada individuo juega
solitario contra todos los restantes, disponiendo de dos
opciones estratégicas: una egoísta, en la que se ejercita el
propio poder contra los demás; y otra altruista, consistente
en refrenar el ejercicio del propio poder contra los demás.
En términos de estricta racionalidad, la estrategia egoísta es
dominante y el juego tiene como única solución un resultado
colectivo que es indeseable para todos, cosa de la que todos
122
4ª. J A

están conscientes: para cada uno, una vida solitaria, pobre,


desagradable, brutal y corta. No obstante, la propia lógica de
la situación lleva a que se produzca. (Ángel Flis isch citado
por Migliardi, 2011: 333)

Centrando el contexto a Celeste encontramos que la multitud


de acontecimiento ijados y ya expuestos de manera aleatoria
sobre las variables del auto reconocimiento y las elecciones a
partir de indicios claves para ijar una postura radical sobre los
hechos llevan a la protagonista a ser parte de un sinfín de
problemáticas de las cuales pocas veces es capaz de responder.

El reconocimiento de que la sola racionalidad individual


maximizadora muchas veces no basta para producir situa-
ciones óptimas que maximicen la utilidad individual, y que
incluso esta misma racionalidad atenta contra la satisfacción
de los planes de vida elaborados por los propios individuos.
Es decir, la condición de posibilidad de la racionalidad indi-
vidual es el reconocimiento de la imposibilidad de la plena
racionalidad. (Migliardi, 2011: 59)

Lo anterior obedece a que la racionalidad no puede estar


auto limitada pero sí delimitada en el sentido con el que se ha
percibido el entorno y de la manera en la que lo ha entendido
e interpretado y así manifestado el individuo. Si apoyamos esta
lógica en Celeste entenderemos su comportamiento y de igual
forma la manera en que ella decide actuar y sobre qué margen
es puesta para hacerlo.

2. CĔēĈđĚĘĎĔēĊĘ

Para concluir diremos que la Teoría de la Elección Racional está


presente en el aspecto político y social de una nación. Se
encuentra a distintas escalas e incluso permite predecir los
acontecimientos o acciones llevados a cabo por los individuos
y/o grupos de éstos mismos si se genera un estudio con antela-
ción de los distintos factores vinculados. En la Ciencia Política
dada su importancia permite realizar un pronóstico factible

123
U A C M

sobre las variables y actitudes en distintas ramas o grados lle-


vadas a cabo por los individuos ya sean económicas, políticas
o sociales, y de esta forma, poder actuar conociendo a detalle
todas las posibilidades. Desde una campaña electoral, pasando
por un gobernante y su gabinete hasta una política de Estado. La
Elección Racional nos mostrará siempre la capacidad que tiene
el hombre al elegir, la forma en que ha elegido, las posibilidades
que existen para que pueda concretar su elección, el objetivo
real de su elección, etc. De esta forma todo estudiante vinculado
a la rama de las Humanidades y las Ciencias Sociales debe por
tanto prestar atención a esta Teoría de la elección Racional para
encontrar un orden a los múltiples factores existentes dentro de
la política y la sociedad, el origen de los mismos, así como su eje
de acción y manifestación que siempre surge para dar explicación
sobre las principales causas.

Referencias Bibliográϐicas:

Downs, Anthony. (1992). Teoría económica de la acción política


en una democracia. En Diez textos básicos de ciencia política
(págs. 93-111). Madrid: Ariel.

Durán Migliardi Carlos, (2011), “Elección Racional e Institu-


ciones Políticas”, en Revista Enfoques, Vol. IX, Nº14, (2011) San-
tiago, Chile.

Elster, John (1995) “Tuercas y Tornillos” Una introducción


a los conceptos básicos de las Ciencias Sociales. 4°. Barcelona:
Edición. Gedisa.

Nieto, Oscar (2013). Las mujeres matan mejor, México, DF:


Editorial Planeta Mexicana, S.A de C.V. Bajo el sello editorial JOA-
QUÍN MORTIZ.

124
RĊĘĊŕĆ ĉĊ CĔđĆćĔėĆĉĔėĊĘ

Carbajal Alfaro, Alejandro


Estudiante del sexto semestre de la Licenciatura en Ciencias Sociales
por la Universidad Autónoma de la Cuidad de México, Plantel
Cuautepec. Sus intereses principales son los Pueblos Originarios
de la Ciudad de México y su incursión como iguras políticas en
el marco de la construcción de la constitución de la Ciudad de
México. Ha hecho de la defensa y promoción de los derechos
humanos su estandarte para seguir aportando en el ámbito
académico.

Díaz Sandoval, Mariela


Doctora en Investigación en Ciencias Sociales con Especialidad
en Sociología por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales,
Sede México. Se ha desempeñado como investigadora en el Labora-
torio de Análisis y Documentación de la Corrupción y la Transpa-
rencia del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad
Nacional Autónoma de México. Es Profesora de Asignatura en la
Licenciatura en Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma
de la Ciudad de México, Plantel Cuautepec. Es miembro del
Cuerpo Académico Multidisciplinario de Política y Sociedad
en la misma universidad.

Espejel Espinoza, Alberto


Maestro en Ciencias Sociales por la Facultad Latinoamericana
de Ciencias Sociales, sede México. Candidato a doctor en
Ciencia Política por la UNAM. Profesor de asignatura de la
Licenciatura en Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de
la Ciudad de México, Plantel Cuautepec. Miembro del Cuerpo
Académico Multidisciplinario de Política y Sociedad (CAMPYS)
de la misma universidad. Integrante y miembro fundador de
la revista electrónica Posibilidad Política.

125
U A C M

Flores Galindo, María de la Luz


Doctora en Filoso ía con mención honorí ica por la Facultad de
Filoso ía y Letras de la UNAM. Profesora de Tiempo Completo
en el Colegio de Humanidades y Ciencias Sociales de la UACM.
Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores del CONACYT,
con nivel I. Autora del libro: El pluralismo en la iloso ía de la
ciencia y en la hermenéutica, y de artículos acerca de Filoso ía
de la ciencia y hermenéutica ilosó ica y de crítica literaria en
revistas arbitradas.

Miranda Munguía, Enrique Neftalí


Estudiante de la licenciatura en Ciencia Política y Administración
Urbana por la Universidad Autónoma de la Ciudad de México,
Plantel Cuautepec. Miembro fundador del Proyecto Social
Idealista (PSI). Colaborador y asesor en temas de política
para el PSI. Congresista Nacional acreditado por el Movimiento
de Regeneración Nacional.

Nieto, Omar
Maestro en Letras Latinoamericanas por la UNAM. Autor de
“Teoría general de lo fantástico. Del fantástico clásico al posmo-
derno” (UACM, 2014) y de la novela “Las Mujeres Matan Mejor”,
inalista del I Premio Planeta-Sanborns, considerada “Mejor
Primera Novela del 2013” por el periódico Reforma.

Ortiz Guerrero, Nubia Amparo


Docente investigadora y crítica literaria. Doctoranda en Letras
de la UNAM, Especialista en Docencia de Problemas Latinoame-
ricanos y Licenciada en Literatura y Lengua Española. Actual-
mente es Profesora Investigadora de la Academia de Lenguaje
y Pensamiento del Colegio de Humanidades y Ciencias Sociales
de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) y es
Coordinadora del Grupo de Investigación Cuerpo Académico Multi-
disciplinario de Política y Sociedad - CAMPYS en la UACM.

126
4ª. J A

Romero Ramírez, Miguel Cipactli


Estudiante de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México,
Plantel Cuautepec. Cursa el octavo semestre de la carrera en Cien-
cias Sociales. Ha participado como moderador y organizador en
diversos eventos académicos dentro del Plantel Cuautepec. Ac-
tualmente se encuentra realizando su proyecto de investigación
para obtener la titulación en la Licenciatura en Ciencias Sociales.

127
La perspectiva de género, interpretaciones discursivas y
sociopolíticas de la mujer y el crimen organizado en:
Las Mujeres Matan Mejor de Omar Nieto (Re lexiones)
se terminó de imprimir en el mes de marzo de 2015
en los talleres de Ultradigital Press, S.A. de C.V.
Centeno No. 195, Col. Valle del Sur
C.P. 09819, México, D.F.
con un tiraje de 200 ejemplares.

El cuidado de producción y de impresión de esta obra estuvo a


cargo de Innovación Editorial Lagares de México, S.A. de C.V.
email: editor@lagares.com.mx
Tel: 5240-1295 al 98

También podría gustarte