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Revista Colombiana de Sociología 0120-159X: Issn: Revcolso - Fchbog@unal - Edu.co
Revista Colombiana de Sociología 0120-159X: Issn: Revcolso - Fchbog@unal - Edu.co
ISSN: 0120-159X
revcolso_fchbog@unal.edu.co
Universidad Nacional de Colombia
Colombia
Chateauraynaud, Francis
Los tópicos ambientales: entre controversias y conflictos. Ecología política y sociología
pragmática en Francia
Revista Colombiana de Sociología, vol. 34, núm. 1, enero-junio, 2011, pp. 13-40
Universidad Nacional de Colombia
Bogotá, Colombia
Francis Chateauraynaud*
gspr-ehess, París
Traducido por Fernando Cubides Cipagauta**
p p. 1 3 - 4 0
Resumen
e n e r o - j un i o , 2 0 1 1 I S S N 0 1 2 0 - 1 5 9 X b o g o t á - c o l o m b i a
Abstract
This article summarizes the development of a social movement that arose as the result
of the gradual deterioration of the natural environment, and, at the same time, it describes
R e v i s t a C o l o m b i a n a d e S o c i o l o g í a v o l . 3 4 , N . � 1
the formation of a trend within the discipline that entails a complete theoretical renova-
tion: that of the so-called pragmatic sociology. Focusing on the case of France, the article
aims at providing an understanding of the genesis of said movement, its development
over the last two decades, the logics of negotiation it has given rise to amidst conflict and
controversy, and the practical effects it has produced. Thus, the conceptual lines of the
trend, the fields of analysis it has defined, and its most representative figures are outlined.
Key words: conflicts, ecology, logics of negotiation, politics, pragmatic sociology,
social movement.
Artículo de reflexión.
Recibido: marzo 25 del 2011. Aceptado: abril 15 del 2011.
* Profesor titular e investigador de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (ehess)
y Director del Grupo de Sociología Pragmática y Reflexiva (gspr) ∙ chateau@msh-paris.fr.
** Universidad Nacional de Colombia.
*** Universidad del Rosario.
[1 4 ] En el término de un par de décadas, la biblioteca de las ciencias
sociales vinculada a las cuestiones ambientales ha sufrido un giro que
podríamos llamar borgesiano. Tales giros suelen ocurrir siempre que
Francis Chateauraynaud
1. El papel del Club de Roma, cuyo primer informe The limits of Growth data pre-
cisamente de 1972, fue igualmente decisivo en el cambio general de las políticas
ambientales. Hay traducción española: (1985). Los límites del crecimiento. Méxi-
co: fce. [N. del T.]
2. Esta conjunción es particularmente evidente a través de la serie de Semina-
rios del programa Riesgos Colectivos y Situaciones de Crisis, desarrollado en el
centre nationale pour la recherche sicentifique por Claude Gilbert. Para
un balance ver Gilbert (2003) y Borraz et ál (2005).
mente bajo la lógica del riesgo, imponiendo entonces gradualmente al [1 5 ]
principio de precaución como el régimen político y cognitivo dominante.
Fuertemente centrado en el dominio de las tecnologías, dicho énfasis ha
al medio ambiente como una cuestión entre otras, al igual que la salud,
el riesgo tecnológico, la economía energética, la experticia y la democra-
cia, o aun las cuestiones de derecho y de responsabilidad. No es difícil
mostrar hoy que todos esos elementos se hallan en interacción constante
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prueba es, pues, un momento en el curso del cual las personas tienen que “pro-
bar” sus competencias, bien sea para actuar, para designar, calificar, juzgar o jus-
tificar alguna cosa o alguien: un ser. Se dice entonces en la sociología pragmática
que se trata de un momento de incertidumbre e indeterminación por excelencia,
puesto que él constituye la ocasión para volver a ponerse de acuerdo sobre el
estado de los seres (personas o cosas). En ese sentido, la prueba es un concepto
que sostiene la idea de un actor más o menos libre de sus movimientos, capaz de
ajustar su acción a las situaciones, y por lo tanto, de tener un asidero en el mundo
en el cual él se arraiga. Se trata, claro está, de una libertad relativa, puesto que el
actor está siempre sujeto a coacciones inherentes a la situación. [N. del T.]
ensayo crítico de Luc Ferry, consagrado al “nuevo orden ecológico”, apa- [1 7 ]
reció en el mismo período, y denotaba una profunda mutación del campo
intelectual en Francia. Dicho esto, no fue en reacción a las polémicas en
efecto algo muy problemático. Puesto que, aun si pudiera siempre exten-
derse la humanidad a las cosas tomadas individualmente (personalizar
al oso de los Pirineos o al bosque de Compiégne, conmoverse por las
abejas, ligar su suerte a la de los lagartos, o hacer plegarias por las nieves
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8. Asideros o agarraderos (Prises): esta noción tiene por objeto explorar el espacio
intermedio que se interpone entre los sujetos y los objetos. Obliga a pensar las
mediaciones prácticas entre percepción y representación, asumiendo todas las
consecuencias del carácter imprescindible del nivel sensorial (de las sensacio-
nes) en la organización y en la estructuración tanto de las experiencias, como de
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los lenguajes que forman aquello que llamamos el “sentido común”. Se trata de
constatar empíricamente que en este mundo nada es automático y nada es en-
gendrado ex nihilo. Participar en el curso de las cosas supone producir asideros
(agarraderos). Cada asidero (agarradero) reactiva una memoria que permite la
repetición y engendra un acontecimiento y que hace posible la diferencia. Pre-
guntarse sistemáticamente sobre los asideros (agarraderos) de los cuales dispo-
nen los actores conlleva a no reducir los actos, los argumentos, los dispositivos
y las disposiciones de dichos actores a la activación de esquemas prefabricados,
por ejemplo, escondidos en un habitus o figurando en una representación abs-
tracta, susceptibles de ser revelados por el investigador. [N. del T.]
[22] que desaparezcan los glaciares del Himalaya hacia 2035 o antes es muy
alta” los expertos de ese grupo suscitaron dudas sobre la confiabilidad de
su sistema de evaluación, el cual había sido ajustado como consecuencia
Francis Chateauraynaud
nicación del planeta. De todo ello quedó claro que Grupo Internacional de Ex-
pertos sobre el Clima había tenido como única fuente un informe de la World
Wildlife Foundation, fechado en 2005, el cual a su vez tomaba la información
del New Scientist, una revista más cercana a publicaciones divulgativas como
Science & Avenir o Science et Vie que a las publicaciones científicas arbitradas.
Para un análisis de esta polémica, véase el artículo de Jean-Luc Goudet en Fu-
tura-Sciences; “El giec admite un grueso error sobre el deshielo de los glaciares
himalayos”, 21 de enero del 2010.
10. Véase, por ejemplo, el punto de vista de Jean-Louis Fellous et ál. (2010, 6 de
abril). Un sorprendente efecto colateral del cambio climático. Le Monde.
en el indicador de la degradación del ambiente y de la biodiversidad11. [23]
En todo caso, Barry Sinervo, profesor de biología y de ecología en la
Universidad de Santa Cruz en California, no vacila en predecir la des-
mas eficientes! Todo indica sin embargo que estamos aún lejos de algo
así. No hemos terminado aún con las crisis y las catástrofes, y la figura,
ahora clásica, de la señal que “no se escuchó”, o “se ignoró” no cesa de
ser utilizada. La explosión de la plataforma petrolera Deepwater Horizon
el 20 de abril de 2010 además de constatar un flagrante descuido en cuan-
to a mantenimiento y aplicación de las normas de seguridad, hizo circular
múltiples conjeturas sobre la magnitud real de esa catástrofe. A título de
referente común, las evaluaciones utilizan como unidad de medida la
marea negra producida por el petrolero Exxon-Valdez, un carguero que
se estrelló en las costas de Alaska en 1989, un buque que contenía nada
menos que 37000 toneladas de petróleo. Al fijar un orden de magnitud
éste ha sido citado como precedente para medir el nuevo desastre: en
tanto que la British Petroleum estimaba la fuga en 5000 barriles de crudo
por día, expertos citados por el New York Times estimaban que 70000 ba-
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12. Barry Sinervo et ál. (2010). Erosion of Lizard Diversity by Climate Change and
Altered Thermal Niches. Science, 5980 (328), 894-899; (2010, 13 de mayo). Li-
zard facing extinction because of climate change. Telegraph.
13. Jean Pierre Dupuy ha vuelto a plantear ese debate con su idea del “catastrofis-
mo ilustrado” (2002). Según él, no es en la incertidumbre en la que se funda la
catástrofe como posibilidad, sino por el contrario, en la certidumbre de que ella
se producirá, y ésta es la única manera de evitarla; o más aún de evitar que nos
comportemos como si ella fuera imposible. El fracaso de la prevención, incapaz
de anticipar la catástrofe, y que no llega a existir sino una vez que la catástrofe se
ha producido, no puede ser compensado por la precaución.
[24] “la región sufre un Exxon-Valdez cada cuatro días”. En un artículo titu-
lado: “Marea negra: el Chernóbil de la industria petrolera”, Rick Steiner,
biólogo marino, no vaciló en mover hacia atrás la aguja del apocalipsis:
Francis Chateauraynaud
teriores, los dossiers se refieren a cuestiones que son objeto de una preocupación
colectiva (como resultado de las alertas o de las formas de vigilancia desarrolladas
en las sociedades frente a riesgos específicos) y/o que generan diferentes tipos de
litigio (controversias científicas, polémicas intelectuales, conflictos sociales, crisis
políticas, procesos judiciales, escándalos). [N. del T.]
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los corpus que realce las propiedades generales de los casos (expedientes) tra-
tados. La idea es que el material textual adquiera una capacidad de expresión a
través del programa, lo cual supone aplicar una consigna fundamental: antes de
optar por una teoría o un paradigma, el usuario de próspero debe aprender a
describir bien los casos o expedientes estudiados (Chateauraynaud, 2003a). En
suma, mantener una relación con el expediente (el caso estudiado a través de una
colección de textos), sin evadirse en marcos teóricos que ignoren totalmente el
contenido del corpus, es una premisa fundamental del trabajo con próspero.
Véase Chateauraynaud, 2003a y 2003b.
“agricultura sostenible”, las cuales son ahora constitutivas de sentido en [27]
la acción cotidiana de los actores. Lejos de contentarse con convertirlos
en temas de interés general, los actores aprenden a articular o a rearticular
causas que abracen. Esto nos conduce más bien a una lógica del disenso,
en la cual el propio conflicto hace surgir inconmensurabilidades y dife-
rencias irreductibles. El objeto de una pragmática sociológica consiste
entonces en tratar de un modo sistemático esas dos lógicas. Para llegar a
ello, conviene distinguir de manera nítida los planos en los que se sitúan
los actores y el modo en el que ellos hacen converger o divergir sus cau-
sas y sus argumentos.
En el desarrollo de los asuntos públicos, la naturaleza, el medio am-
biente y la biodiversidad aparecen en adelante como “bienes en sí mis-
mos” (Dodier, 2003) o “valores universalizables” (Chateauraynaud, 2010)
que sirven no sólo para dotar a los actores de marcos legítimos de acción
y de juicio, sino sobre todo de operadores de totalización, es decir, de fac-
tores de convergencia argumentativa. Desde ese punto de vista, el poder
de expresión de los temas ambientales —su potencia divulgativa— nunca
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16. Espacio de cálculo (espace du calcul): la sociología pragmática del gspr no igno-
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17. Sobre este punto se puede ver la conferencia de P. Karsenty del 11 de junio del
2008: ¿Puede la ciencia política inspirar una vía humana y moderna hacia el
desarrollo sostenible? París: isep.
[29]
Para mostrar la manera como son adosados los diversos tópicos
en las disputas argumentativas, tomemos el ejemplo de una corta
desde ahora puede decirse que es una causa exitosa. De hecho, más que
hablar de fracaso, juicio éste que reposa totalmente sobre el formalismo
de un acuerdo político internacional, lo más pertinente es examinar el tra-
bajo efectuado en terrenos muy diversos. Ahora bien, no son actores que
rechazan la cuestión del clima, lo que así se observa, pues en realidad ve-
mos cómo esta cuestión se ha incorporado ampliamente en cada ciudad,
territorio, cada región, cada dispositivo, cada debate público. Más bien
lo que se observa es actores que adaptan en su contexto instrumentos de
cálculo que surgieron del espacio de cálculo vinculado a las emisiones de
gases de efecto invernadero y que producen al mismo tiempo una nueva
simetría en cuanto a restricciones; al trabajar en las articulaciones entre
el clima y las otras preocupaciones (biodiversidad, agricultura orgánica,
energías renovables, transportes y buen manejo territorial) los actores de-
sarrollan nuevos asideros, y al hacerlo no se convierten en agentes dóciles
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20. Sólo una vez adquirido el llamado Certificado de obtención vegetal el agricultor
adquiere el derecho de volver a sembrar cada año.
que ocurre con el uso de los pesticidas que éstos requieren, sino porque [33]
engendran una fuerte dependencia económica: una vez embarcados en
ellos suprimen la posibilidad de regresar a lo tradicional. El desarrollo
21. Véase Braud, X. et ál. (2010, 6 de abril). Las imposturas de Grenelle. Rue89.
[36] de la salud, del medio ambiente y de las tecnologías; tanto a través de
las vulnerabilidades que han sacado a la luz eventos extremos (tsunamis,
temblores de tierra, huracanes y tempestades, inundaciones, incendios
Francis Chateauraynaud
forestales), como bajo el efecto de una crítica cada vez más sistemática
de las experticias y de las disyuntivas científicas y técnicas (organismos
genéticamente modificados, telefonía móvil, nanoteconologías). 3) La
transformación de marcos epistémicos en todos los campos de actividad
mediante la web, y la puesta en circulación rápida de causas, de peritajes
y de marcos de interpretación no necesita ser demostrada. Más allá de las
cuestiones de democracia electrónica y de gobernanza de Internet, la red
se convirtió en un ser insustituible en la difusión de alertas, de controver-
sias y de formas de protesta: las causas, los actores que las defienden y los
argumentos que sostienen son, hoy por hoy, dependientes de la red en
cuanto a su modo de existencia. 4) Las movilizaciones transnacionales y
los actores del movimiento alter-mundista han creado por cierto un frente
permanente, desde la cumbre de Seattle (1999), con lo cual han propor-
cionado un marco de referencia a múltiples movimientos locales, sin que
el espacio político así creado e instituido llegue a integrar esta dinámica
en un contra-programa político.
En esta configuración general, (dado que ellas han surgido de
un largo y creciente trabajo político anterior que las ha dotado de una
función de universalización) las causas ambientales sirven de punto de
apoyo en una serie innumerable de escenarios de acción y de juicio. En
los intercambios de argumentos y las relaciones de fuerza, la cuestión de
las inequidades ambientales toma cada vez más consistencia, hecho que
incrementa a su vez la tensión entre regulación y conflicto (Lowenhaupt
Tsing, 2005; Beck, 2007; Pellow, 2007.) De hecho, una de las paradojas
a las que debe hacer frente en la actualidad la sociología de lo ambiental
está ligada a la creciente tensión entre, por una parte, una plétora de dis-
positivos de concertación y de modos de regulación, y por otra parte, el
desarrollo de formas de activismo y de críticas radicales; nuevas radica-
lidades que han engendrado —como parece imperativo en una sociedad
de vigilancia— una categoría con intención eminentemente represiva: la
del “eco-terrorismo”.
U n i v e rs i d a d N a c i o n a l d e c o l o m b i a
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