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¿QUÉ ES SUPERVISIÓN?
La supervisión es la observación y registro regular de las actividades que se llevan a cabo en un
proyecto o programa. Es un proceso rutinario de recogida de información sobre todos los
aspectos del proyecto. Supervisar es comprobar cómo progresan las actividades del proyecto.
Es observación: observación sistemática y pertinente.
La supervisión también implica informar sobre el progreso del proyecto a los ejecutores y
beneficiarios del proyecto. Estos informes permiten que la información recabada se utilice en la
toma de decisiones para la mejora del funcionamiento del proyecto.
Para realizar esta tarea es indispensable mantener buenas relaciones con el equipo, esto
implica respeto, cordialidad, comprensión y principalmente AUTORIDAD.
DEFINICIÓN.
Según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, “Supervisar es ejercer la
inspección superior en determinados casos”. Lo anterior nos define con claridad la ubicación
del Supervisor. Conocer las definiciones en este caso es tan importante como actuar conforme al
significado.
“SUPER”, (del latín súper), “Elemento compositivo que entra en la formación de algunas voces
españolas con el significado de PREEMINENCIA”. Preeminencia significa as u vez
“PRIVILEGIO, EXTENSION, VENTAJA O PREFERENCIA” que goza uno respecto a otro por
razón o mérito especial.
Con este conjunto de significados compondremos una conclusión aplicable a nuestro tema, ésta
nos ayudará a ubicarnos y así comprender en su cabal dimensión el valor real de la supervisión.
NECESIDADES.
Es fundamental para el supervisor contar con una metodología acorde a la responsabilidad del
cargo, además de aplicarla a todas las funciones cotidianas, basando toda su actividad en el
cumplimiento de la normatividad vigente.
Por razones prácticas, se han dividido las funciones del supervisor en:
Actividades de control, información y de administración interna.
ACTIVIDADES DE CONTROL.
Comprenden, como ya se mencionó, los controles de calidad, tiempo y costo, los cuales
operaremos de acuerdo a las siguientes descripciones:
CONTROLES DE CALIDAD
Estos controles son regulados por las especificaciones, la mano de obra utilizada, así como por
las normas técnicas reglamentarias que tradicionalmente expiden los fabricantes de materiales,
maquinaria y equipos.
Es de todos sabido que las especificaciones que acompañan los proyectos son incompletas en
mayor o menor grado, se han visitado frentes de obra en los que se construyen cientos de
viviendas con solo unas cuantas hojas manuscritas que contienen especificaciones particulares y
otro tanto, de especificaciones generales; documentos que ni el residente ni el supervisor
consultan. Para resolver nuestras carencias es preciso conocerlas.
Haremos una exposición sobre la manera de controlar las obras en forma ideal, en la
inteligencia de que nuestra obligación será tender a conseguirlo, acercarnos lo más posible a
dicha situación imaginaria.
Para iniciar y antes de hacer consideraciones sobre los controles de calidad, creemos adecuado
definirla. “Calidad” no es otra cosa que “Excelencia” o sea, “la mejor manera de hacer algo”,
dicen los expertos en este tema que es más fácil, más barato y desde luego más rápido hacer las
cosas bien y al primer intento.
Cualquier cosa que se elabore de manera diferente a la mejor ya sea de carácter técnico o
administrativo implica un sobre costo al requerir de correcciones, así como otro costo más al
producir un retraso a todo el proceso constructivo, además de que no quedará de ninguna
manera igual o mejor que si se hubiese hecho bien y cumpliéndose lo especificado.
Debemos entender que es mejor prevenir todas las situaciones y estar realmente preparados
para cuando deba realizarse cada parte del proceso constructivo, con esto queremos decir que
es mejor trabajar todo lo necesario al inicio de la obra anteponiéndonos a los problemas y
asegurándonos de contar con cuanto haga falta.
Hemos hablado de calidad y es importante decir que los controles de esta son diferentes según
el momento en que se aplican, en primer término tenemos la comprobación de la calidad que se
presenta después de realizado el procedimiento constructivo como en el caso del concreto.
Cuando comprobamos que una losa está bien colocada a los 7 o 14 días de hecha. En segundo
término tenemos el denominado control de calidad que significa estar muy pendientes, vigilando
que todo se elabore a tiempo, con los materiales debidos y por medio de los procedimientos
adecuados.
En caso de que no se le proporcionen las especificaciones como las solicita, el supervisor podrá
presionar por medio de la bitácora, oficios o minutas, con respaldo del coordinador de
supervisión por las oficinas centrales de su empresa; tienen la fuerza de la razón, las necesita
para el buen desempeño de su función y todo es por el bien de la obra.
La especificación correcta debe contar con una descripción pormenorizada del procedimiento
señalando con toda claridad cómo debe efectuarse el trabajo, con que herramientas, en qué
momento, que actividades previas se requieren, como debe quedar terminado el trabajo, en su
caso, a que pruebas debe ser sometido; es frecuente que requiera croquis acotado o mejor aún
fotografías, también debe mencionar los materiales a utilizar precisando dimensiones, calidad y
si es necesario marca, nombre comercial, modelo y tipo. Una especificación que dice tal
“modelo o similar” es inaceptable ya que como similar puede interpretarse cualquier cosa.
Por último, debemos decir que es importante revisar la correspondencia entre las
especificaciones y el catalogo de conceptos del presupuesto para cerciorarse de que lo que se
solícita para realizar sea lo mismo que se costeó.
2. Procedemos a seleccionar los conceptos más importantes de la obra, para este fin se utiliza el
siguiente criterio: una primera selección la realizamos haciendo una lista que contenga el 20%
de los conceptos que más costo representan conforme al presupuesto; la segunda selección será
efectuar otra lista con el 200/o de los conceptos que requieren pruebas de tipo funcional u
operativo (este es el caso de puertas, ventanas, chapas, calentadores, regaderas, circuitos
eléctricos, etc.), la tercera selección corresponde a los conceptos más importantes (20%) de
acabados, otra lista se hará con el 20% de conceptos con mayor precio unitario, otro más con el
20% de aquellos que tienen que ver con la estabilidad de la estructura y por último, una que
incluya el mismo porcentaje de conceptos por los que en obras anteriores similares ha habido
más quejas; el siguiente paso consiste en realizar una lista con los conceptos que estén
comprendidos en las seis relaciones anteriores, a la que añadimos los conceptos considerados
en 5 listas, después en 4 listas, en 3 y así hasta obtener una lista con el 20% del total de
conceptos; estos serán automáticamente definitivos.
Con esta relación final habremos de elaborar un plan de trabajo que será el que rija en
adelante nuestro desempeño por lo que a revisión y control de calidad se refiere. El plan de
trabajo debe basarse en la conjunción entre el programa de obra y la lista de aspectos
fundamentales (20%), más adelante explicaremos como es que la aplicación de la “Regla de
Pareto” no significa que habrá sectores desatendidos.
3. Otro auxiliar fundamental para nuestra función en los que se refiere a control de calidad lo
constituye el uso de la estadística para la determinación de cuánto y cómo debemos revisar el
universo de acciones comprendido en el desarrollo de la obra a nuestro cargo: esta ciencia es
conveniente que cualquier supervisor que tenga deseos de efectuar su labor en forma
profesional, estudie la materia al menos en sus aspectos fundamentales ya que el éxito de un
control eficiente descansa en buena medida en su aplicación práctica; al respecto nos
concretamos a exponer en forma sencilla y un tanto rudimentaria un procedimiento que
contribuirá a facilitarnos la labor de revisión, aumentando considerablemente la eficiencia al
cubrirse más elementos con menos esfuerzo.
CONTROLES DE TIEMPO.
Son regulados por el programa de obra que debe estar contenido en los anexos técnicos del
contrato, el cual debe ser lo suficientemente claro para que se expresen en el mismo, tanto el
procedimiento constructivo, como los diferentes frentes de trabajo.
La función del supervisor consiste en vigilar que el avance se realice cuando menos como lo
establece el citado programa y en caso contrario proceder, en primer término, a informar al
contratante; en segundo término a obligar al contratista a adoptar las medidas adecuadas con
el fin de corregir la desviación y a mantener una vigilancia estricta de su comportamiento y en
caso de persistir las desviaciones, tomar medidas eficaces hasta corregirlas.
La forma más práctica de atender este objetivo básico es con las siguientes recomendaciones:
2. En caso de que adolezca de insuficiencias o carencias debemos, por escrito, exigir que se
complete o corrija, y si fue hecho por cumplir el requisito, habremos de demostrarlo y
condicionar al responsable para que elabore un verdadero programa que cumpla con las
necesidades de obra y refleje la estructura de desglose de actividades y el catálogo de conceptos
previamente establecidos.
3. De ninguna manera debemos aceptar presiones para supeditar los tiempos de desarrollo de
los trabajos de construcción a un programa sin validez ya que no contaríamos con un
documento confiable para medir el avance de los trabajos, además de que si la obra no se
termina en tiempo, el constructor contará con argumentos que utilice para justificar su
responsabilidad.
Una vez que contemos con un programa adecuado, se recomienda como mínimo efectuar un
corte semanal de todos los paquetes, actividades o conceptos en proceso, para así poder avaluar
el avance real de la obra. Para efectuar este corte se requiere de un recorrido por la obra
durante el cual anotamos los avances en cada uno de los citados conceptos por unidad, por
sección o de la manera que se adecue al tipo de obra.
2. Debe tenerse criterio analítico para su aplicación ya que según el caso, se deberá decidir el
tratamiento a dar al 800/o de contenidos en los de menor importancia jerárquica.
Es fundamental conservar el orden absoluto en todos los aspectos, los registros de avance de
obra deben ser claros y comprensibles para cualquier persona.
El pasar en limpio las notas tomadas durante un recorrido de campo cuando aún el recuerdo se
conserva fresco en la mente y en caso de requerir aclarar algo es factible volver a la obra para
asegurarse de algún aspecto que quedó confuso, siempre dará la tranquilidad de contar con
todos los elementos comprobatorios respecto a los controles ejercidos y en ejercicio.
Por lo que se refiere a controles de tiempo, debemos implementar de común acuerdo con
nuestro coordinador de supervisión un procedimiento a seguir. En caso de detectarse
desviaciones en el programa de trabajo, este procedimiento debe operar de la siguiente manera:
1. Al primer síntoma de desviación proceder a efectuar un análisis de las causas que lo generan
ya que estas pueden ser producto de una incongruencia en el programa debido a un error de
planeación o de apreciación en la elaboración del programa: en este caso bastará con asentar
los detalles en el diario de obra y efectuar la corrección correspondiente al programa.
Ahora bien, cuando se trata de una desviación verdadera por atraso de obra, debemos
determinar las causas probables o definitivas y como tales asentarlas en la bitácora,
inmediatamente se informa al coordinador de obra y se espera dentro del plazo concedido la
respuesta del constructor en la bitácora, una vez lograda, dialogamos con el representante para
determinar las causas verdaderas, así como las soluciones factibles y obligamos al
establecimiento de un compromiso formal para la rectificación del desvío detectado en el
programa, este compromiso es preciso anotarlo en la bitácora para constancia. Por último
habrá que darle seguimiento a las medidas adoptadas hasta la corrección total. En caso de que
el retraso persista, repetir el procedimiento.
Si las causas de desviación no son por condiciones climatológicas pero tampoco imputables al
constructor, debemos investigar motivos, dimensionar el problema e inclusive medir posibles
consecuencias o persistencia del problema y con estos elementos proceder conforme a como se
describió en el párrafo anterior.
Nos hemos extendido en este tema de control de tiempo debido a que consideramos que sus
efectos son irreversibles, ya que los atrasos representan sobrecostos.
CONTROLES DE COSTO
El parámetro comparativo para efectuar el control de los costos de obra es “El presupuesto”
que emitido por el contratante a manera de catálogo de precios unitarios autorizados sirve de
base para efectos de pago y liquidación de la obra, es importante que el presupuesto sea vigente
en las fechas de las distintas revisiones; el fundamento sobre el que se inicia la labor de revisión
es el presupuesto cuyo importe total corresponde con el monto del contrato de obra.
Al inicio de la obra y una vez recibidos los “Anexos técnicos” debemos proceder a revisar el
presupuesto que debe ser verificado en sus cuatro columnas, la primera corresponde al catálogo
de conceptos, es importante verificar que esté completo ya que cualquier omisión generará
obras extras con todas las consecuencias que resultan en contra del programa financiero de la
obra y las complicaciones a la supervisión, en sus actividades de control, representando más
trabajo para el supervisor.
Conviene señalar las omisiones para que se consideren desde el principio del proceso
constructivo, simultáneamente debemos cercioramos de que los conceptos estén
Claramente redactados, contengan todos los elementos de cada actividad del proceso
constructivo y que sea compatible con los elementos correspondientes del catálogo de precios
unitarios.
La siguiente columna es la de las unidades, es suficiente con asegurarse que sea la unidad
correcta en cada caso. Si hay duda, hay que fijarse si se trata de un error de mecanografía o un
error de elaboración.
En el primer caso, basta con tachar y corregir y en el segundo, se amerita hacer la observación
por los conductos adecuados hasta clarificar la situación.
Si las diferencias detectadas en la revisión son poco trascendentes basta con tomar nota de ellas
y considerarlas cuando comparemos los generadores de obra ejecutada con los de proyecto
para determinar las obras extraordinarias o las deductivas según el caso.
Ahora bien, si encontramos que existen muchas diferencias y errores o insuficiencias debemos
proceder a rechazar el documento pues no tiene validez ni es confiable, anotamos lo
correspondiente en la bitácora y regresamos el presupuesto con un oficio, poniendo previamente
en conocimiento al coordinador de supervisión y las oficinas centrales de la empresa por su
intermedio.
A nuestro juicio, por ningún motivo debemos aceptar un presupuesto cuyos generadores de
proyecto no tienen validez y en caso de vernos obligados a servirnos de semejante documento es
importante hacer de conocimiento que estamos trabajando una obra en tales condiciones y no
perder ocasión de recalcar o recordar la situación dejando todas las constancias posibles.
La siguiente columna corresponde a los “Precios Unitarios” y como ya dijimos, debemos estar
seguros de que estos corresponden a los del catálogo de conceptos. La última columna es la de
importe y sobre esta, a la supervisión solo le resta verificar las operaciones aritméticas, para
este fin recomendamos como el procedimiento más adecuado efectuar todas las operaciones en
miles de pesos de manera que un error menor podrá pasar desapercibido pero un gran error se
detectará de inmediato.
Desde luego esta revisión deberá ser más detallada cuando se trata de un presupuesto unitario
prototipo repetitivo que después habrá de ser multiplicado decenas o centenas de veces.
Como última revisión es la verificación de que el importe total del presupuesto corresponda con
el monto del contrato. Es aconsejable que en la columna de importe se desglose en los elementos
de su estructura (material, mano de obra y equipo), esto facilita el control y forma una
estadística invaluable de las obras.
Por lo que se refiere al finiquito, por una parte lo trataremos adelante y por la otra solo
quisiéramos hacer aquí una reflexión: si hemos trabajado con sistema y orden durante el
desarrollo de los trabajos y sobre todo al inicio, habremos logrado el control de la obra
cuando sea hora de elaborar el finiquito, solo tendremos que realizar un trabajo de recopilación
de documentos; con esto queremos decir que la mejor manera de asegurar el control es ir
finiquitando conceptos una vez que estos se van terminando en su realización o en otras
palabras, trabajar un poco más al principio y no muchísimo más al final, sobre todo que de esta
segunda forma habrá muchas situaciones imposibles de reconstruir y entonces estaremos
inventando los datos necesarios para cerrar el ejercicio de la obra.
1. Considerar por medio de la regla de Pareto los conceptos más importantes de la obra que
lleven implícita mano de obra en campo. Una vez seleccionado un concepto, investigar cuantos
operarios están efectuando el mismo trabajo en la obra, designar entre ellos 2 o 3 al azar.
4. Promediar los resultados de todos los seleccionados y los días en que se efectuó la prueba,
estos datos compararlos con los considerados en el precio unitario del catálogo de conceptos y
si existen diferencias considerables informarlo al coordinador de supervisión para que
determine lo procedente.
5. Con los datos obtenidos elaborar un reporte detallado. Para no olvidar y programar este tipo
de acciones, es importante incluirlas cuando planeemos el trabajo de supervisión y así
estaremos pendientes de ellas oportunamente en diferentes momentos del desarrollo de los
trabajos de construcción.
Intervención en la bitácora, único documento que forma parte del contrato y puede modificar
las condiciones pactadas en el mismo.
Privilegio de ser el informante oficial del contratante quien aporta los medios económicos y es
autoridad para ordenar por cuenta del dueño lo necesario para que la obra marche dentro de
las previsiones establecidas en el contrato y sus anexos técnicos.
Por lo descrito deducimos que en los asuntos de nuestra competencia somos la autoridad en la
obra y contamos con lo necesario para que el constructor nos respete ampliamente, por lo tanto
no debemos someternos ante intimidaciones o amenazas como tampoco debemos abusar de la
autoridad que nos confiere el contratante al nombrarnos su representante técnico.
Desdichadamente nuestra imagen está deteriorada y muchas personas asocian supervisión con
corrupción por algunos “colegas” que se han dedicado al abuso de la posición ocupada sobre
todo por lo que se refiere a la autorización de pagos cometiendo con ello auténticos fraudes en
contra de los intereses del contratante y deseamos ser muy claros, respecto a las diferentes
maneras de corromperse cuando no se tienen bien fundamentados los principios.
Existen desde las más sutiles y aparentemente inocuas, hasta las más complicadas y
maquiavélicas, sin dejar a un lado las más descaradas, como ejemplo de las primeras tenemos
el caso de aceptar una comida en un restaurante, en el segundo caso, el del constructor que está
al acecho del primer error del supervisor para “ayudarlo” a salir del apuro y así
comprometerlo de por vida o el caso extremo cuando es el supervisor quien toma la iniciativa y
descaradamente le insinúa al constructor por ejemplo, que su coche ya tiene las llantas muy
gastadas y que es muy peligroso andar así o que van a hospitalizar a su abuelita urgentemente;
en todos los casos estamos procediendo en forma corrupta, rebajando nuestra condición a
niveles peligrosos y cometiendo como ya se dijo, auténticos fraudes.
¿Qué no será más sano prepararnos mejor para obtener beneficios económicos en forma
legítima y perdurable contando además con una conciencia limpia y todo lo que esto significa?
Los principios universales a los que nos referimos son tan conocidos y los principales son la
lealtad, la verdad, la entrega, la fidelidad, la honestidad y la tenacidad, por citar solo algunos
de los más trascendentes.
Las definiciones y contenido de cada uno de ellos son producto de un auténtico curso de moral
que no es el tema central de este texto, sin embargo se ha considerado preciso mencionarlo por
la profunda preocupación que nos aflige por dignificar la función del supervisor en el ámbito de
la industria de la construcción, al respecto debemos mencionar que en otras industrias como la
automotriz, la textil o la química, el supervisor ocupa una posición de auténtico privilegio y si
analizamos el motivo de la diferencia llegaremos a la conclusión de que los equivocados somos
nosotros y el error consiste en la falta de una organización básica tradicional que se arraigue
entre todos los que componemos esta industria de la construcción.
Por los que se refiere a las normas, estas deben ser elaboradas en las empresas con la
participación de todos sus empleados con objeto de que se involucren en ellas y así las adopten
en calidad de propias, asegurando de esta manera su aplicación exitosa.
Las normas son las reglas del juego y consideramos que en la mayoría de las empresas existen y
en algunos casos quizás solo requieren de difundirlas y actualizarlas para hacerlas funcionales
y sacarles todo el provecho que se obtiene por su observación.
* Capacidad de organización. La necesaria para ordenar todos los controles que deben llevarse
para garantizar una obra a tiempo, de acuerdo a la calidad especificada y al costo previsto.
* Seriedad. Para representar con dignidad al contratante en todo lo que respecta al desarrollo
de la obra.
* Formalidad. Para cumplir con todas las obligaciones que adquiere al ocupar el cargo.
Conviene señalar el compromiso de informar oportuna y verazmente al contratante sobre los
avances e incidentes del desarrollo de los trabajos.
Existen algunas otras condiciones pero consideramos que el hecho de cumplir con las
enunciadas es más que suficiente para que un supervisor merezca el cargo.
CAPACITACIÓN
Todo supervisor debe capacitarse constantemente y no solo nos referimos a cursos técnicos,
sino también a la auto capacitación que es sin duda la mejor manera de superarse, es difícil
habituarse, sin embargo debemos empeñarnos seriamente para conseguirlo, los más
beneficiados seremos nosotros mismos.
Estamos convencidos de los beneficios que aporta el manejo de esta ciencia en nuestra labor
diaria, creemos adecuado que un plan de capacitación podrá iniciarse con un acercamiento a la
“lógica práctica”.
RELACIONES DE TRABAJO.
Conforme pasa el tiempo cada vez se vuelve más necesario el trabajo en equipo, en la mayoría
de las situaciones de la vida profesional se depende de otras personas para desarrollar nuestras
labores, así mismo, casi siempre existen otros que dependen de nosotros para desarrollar a su
vez el trabajo que les corresponde.
Con base en estas consideraciones intuimos la importancia que tiene la relación entre las
partes, por lo cual podemos asegurar que de este factor dependerá en gran parte la efectividad
productiva de un equipo de trabajo empeñado en la realización de una obra.
Este equipo de trabajo como unidad comprende a todos los participantes de la empresa
constructora, de la empresa supervisora, los subcontratistas y los trabajadores. De cada una de
estas entidades deben considerarse desde los dirigentes hasta los de más bajo rango o desde el
maestro hasta el último de los peones.
Entre todas estas personas existe una relación que si la observamos en conjunto
comprenderemos que se trata de una compleja red como una gigantesca telaraña; es claro que
del trabajo de todos y cada uno dependerá el éxito de la obra.
Podemos suponer lo que puede suceder si la relación entre todas estas partes se convierte en un
conflicto, la multiplicación de los conflictos será tal que degenerará en un auténtico caos. Si
bien esta situación es irreal por extrema, ahora imaginemos lo que sucedería en el caso
contrario cuando todas las relaciones se vuelvan armónicas y conscientes de que el fin de todo
es la realización eficiente del proyecto en construcción; admitimos que se trata de otra situación
tan irreal y extrema como la primera, por lo tanto, lo importante será la tendencia hacia donde
se encaminen los esfuerzos del trabajo de equipo.
La única manera de lograr este enfoque es por la vía del convencimiento, el avance dependerá
de que la mayoría de los participantes estén convencidos de que es importante para todos, la
consecución de la obra en forma armónica.
Ciertamente estas ideas expresadas son muy bonitas, pero ¿Cómo es posible volverlas realidad?
desde luego que para poder hacer algo es indispensable que nosotros mismos estemos
convencidos de la utilidad que representa esta acción; la realización de un plan de de trabajo
ayudará mucho, y para la elaboración del citado plan es preciso efectuar un análisis del
problema en cada caso particular. Dicho análisis habrá de surgir de interrogantes como: ¿qué
se trata de hacer?, ¿porqué es necesario?, ¿por dónde es mejor empezar?, ¿qué hay que hacer
en primer término?, ¿en caso de que no resulte una acción que se debe hacer?, etc.
Cuando terminemos todas estas preguntas habremos de darle una respuesta a cada una, estas
preguntas son las acciones del plan de trabajo, solo faltará unir las respuestas en forma
congruente para integrar el plan de acciones y solo restará llevarlo a cabo. Por poco que
logremos en el empeño de mejorar las relaciones del equipo de trabajo será mucho a favor de
las metas propuestas.
CONTRATOS
INTERPRETACIÓN
El contrato es un documento que establece en forma inalterable la forma en que debe realizarse
la relación entre las partes que lo suscriben, es un documento eminentemente preventivo y desde
luego está elaborado con un lenguaje de tipo jurídico con la intención de poderse manejar en
dado caso en forma legal para la defensa de las partes.
ANÁLISIS DE RESPONSABILIDADES.
Este es el aspecto que debemos estudiar con mayor atención como supervisores técnicos de
obra, como ya expusimos, los contratos son los instrumentos donde se anota el compromiso
entre dos partes, una que solicita y paga un servicio y otra que a cambio de una retribución
económica se compromete a proporcionar los servicios en cuestión.
ASPECTOS LEGALES.
Como es natural, los contratos son elaborados usando términos jurídicos y al interpretar su
contenido debemos considerar esta situación, debemos aprender a entender este lenguaje y a
deducir las implicaciones técnicas contenidas en dicho idioma.
Consideramos propio solicitar a nuestra empresa que se nos facilite una conferencia dictada
por un abogado, quien podrá ilustrarnos al respecto, se insiste un tanto en este tema por las
ventajas que implica, nos vuelve más profesionales y nos coloca en posición de someter a un
constructor o supervisor que pretenda manipular o eludir sus responsabilidades contraídas
contractualmente.
* TIPOS DE REVISIÓN.
“Revisión significa ver una situación con atención y cuidado o examinar con intención de
corregir o enmendar”, en esencia nuestra función como supervisores consiste precisamente en
revisar todo el proceso constructivo desarrollado en un frente de trabajo, por consecuencia,
nuestra unidad básica de trabajo es la revisión; conforme a la naturaleza de la función de la
supervisión es necesario efectuar diferentes tipos de revisión las cuales dependen de la
comprobación requerida según el caso particular, estos tipos de revisión son en términos
generales las revisiones obligatorias, las selectivas y las ocasionales y describiremos cada uno
de estos tipos en los siguientes párrafos, pero antes señalaremos la importancia de registrar
cada revisión con todas sus observaciones y resultados en una libreta de campo habilitada ex
profeso, estas notas deberán efectuarse en perfecto orden y conservarse para realizar cualquier
aclaración posterior o simplemente para que cuando nos veamos en la necesidad de efectuar
una nueva revisión sobre el mismo tema contemos con datos y elementos rápidamente
localizables sobre la forma en que se realizó la revisión anterior.
* REVISIONES OBLIGATORIAS.
Como supervisores estamos obligados a efectuar revisiones sobre los elementos críticos
determinantes o lo que denominamos de alto riesgo, como ejemplo típico de este tipo de
acciones tenemos el caso de la revisión de armados y cimbras antes de colar el concreto, esta
revisión es obligada por costumbre, inclusive frecuentemente solicitada por el mismo
constructor debido a que el concreto tapará el armado de varilla y la varilla en el armado
determina la estabilidad del elemento (aspecto crítico), y en el interior del colado quedarán
ahogadas instalaciones hidráulicas y eléctricas que es necesario revisar que se encuentren
completas y correctamente colocadas, por último existen una serie de condiciones que deben
preverse para garantizar el resultado del colado como son: la artesa, el calzado del armado, la
solidez del trabajo de cimbra, sus niveles, etc. etc., podemos considerar otras revisiones como
obligatorias y serán como el caso de la colocación de un colector de drenaje antes de tapar la
zanja en donde está alojado.
Para evitar omisiones es conveniente que al inicio de la obra elaboremos una lista de revisiones
obligatorias y anotemos en bitácora la orden que obliga al contratista a solicitar con tiempo la
autorización.
* REVISIONES SELECTIVAS.
Este tipo de revisiones las efectuamos sin previo aviso al constructor sobre todos los elementos
que hayamos seleccionado como los más importantes del proceso constructivo conforme al
método de Pareto y se consideran selectivas debido a que no revisaremos a detalle cada uno de
los elementos fabricados o instalados sino que de acuerdo a la aplicación rudimentaria de la
estadística que describimos anteriormente, solo revisaremos los elementos que resulten en la
determinación de la muestra.
Como posibles ejemplos de este tipo de revisión podemos considerar castillos, muros, puertas, y
marcos, redes hidráulicas, pozos de visita, etc., todo dependerá de los que particularmente
hemos designado como los más significativos (2O0/o).
* REVISIONES OCASIONALES.
Bajo esta denominación agruparemos todas las revisiones de elementos que no queden
comprendidas en las anteriores tipificaciones, podríamos considerarlos como los conceptos de
menor significación y seguramente entre ellos estarán los herrajes de arnés eléctrico, chapas,
lavaderos, tapas de registro, sardineles, etc.
Para la revisión de todos estos conceptos conviene tener una lista donde queden comprendidos
en el orden en que lógicamente se van realizando conforme al programa de obra y procurar la
revisión de un número muy limitado de cada uno de ellos en determinadas fechas que en nuestro
programa de trabajo destinamos para tal fin.
Para controlar con mayor eficiencia este tipo de elementos conviene condicionar al contratista
para que nos realice una muestra de cada uno de ellos y nos avise para revisarla antes de su
ejecución masiva, por ejemplo, nos avisará que en la casa N0 “X” se ha colocado el primer
lavadero, procedemos a revisarlo con cuidado y a aprobar la muestra, posteriormente en los
días destinados a revisiones menores veremos dos o tres más para asegurarnos que están
colocados de manera idéntica al de la casa muestra.
VERIFICACIONES.
Con esta denominación consideramos las revisiones que tienen un carácter de certificación,
como ejemplo podemos mencionar la revisión de un concepto de obra que en una ocasión
anterior en nuestro carácter de supervisores rechazamos por estar inconvenientemente
realizada.
COMPROBACIONES.
La comprobación más clásica que se pretenda en el proceso de construcción es la del resultado
de los reportes de laboratorio sobre los cilindros de muestra tomados del concreto utilizado
para colar una losa, de esta manera comprobamos y nos aseguramos de que la resistencia de
proyecto ha sido conseguida.
Otro ejemplo es el del grado de compactación de una plataforma que queda comprobado por
medio de la correspondiente prueba de laboratorio.
PRIMERA ETAPA. Funciones de la supervisión, antes del arranque de los trabajos de campo
(pre construcción).
g) Información del estado que guardan los trámites oficiales (permisos, licencias, etc.).
j) Control de planos.
a) Verificar que se lleven en obra los elementos de orden (organización, de oficina, mobiliario,
archivo, avances gráficos, programas).
g) Generadores y estimaciones.
h) Verificación de calidad.
i) Control de presupuestos.
j) Análisis de precios unitarios.
k) Investigación de mercados.
l) Escalamientos.
m) Reclamaciones.
h) Finiquito supervisión.
* Que los boletines técnicos expedidos por la Dirección de Proyectos estén integrados al
proyecto.
* Revisión y evaluación del proyecto, siguiendo un orden lógico de planos; iniciando con los
topográficos, arquitectónicos, estructurales, instalaciones y acabados, marcando las
anotaciones que se identifiquen como errores, dudas o faltantes.
Una vez revisado el proyecto y las especificaciones, turnar por escrito a la Coordinación de la
obra, la lista de observaciones apoyando a la Dirección de Proyectos en la entrega,
coordinación y cambios al proyecto, con la contratista; proponiendo e instrumentando
procedimientos para agilizar la elaboración y aprobación de planos.
2.) Estructura.
3). Albañilería.
4). Acabados.
Las partidas que se generen como consecuencia del desglose de las actividades antes
enunciadas deberán ser identificadas mediante una codificación.
La cubicación deberá hacerse en generadores previamente aprobados a fin de detectar
cualquier error u omisión.
La cubicación deberá hacerse con base en un juego de planos exclusivamente para esta
actividad, marcando con colores los elementos o áreas que se vayan cubicando; estos planos se
conservarán para cualquier aclaración.
Lo anterior para verificar que exista correspondencia entre las cantidades de obra de las
partidas relacionadas.
Teniendo la cubicación anterior se comparará contra las cantidades del catálogo de conceptos
y de existir diferencias significativas se turnarán por escrito a la Coordinación de obra y al
contratista para su conocimiento.
* Revisión del catálogo de conceptos con base en la revisión previa del proyecto y sus
especificaciones. Verificará que todos los conceptos de obra estén incluidos en el catálogo y que
su descripción sea completa y precisa.
* Verificar los precios unitarios del presupuesto con los presentados en los análisis de precios
respectivos.
Una vez autorizados los conceptos y precios unitarios, la Gerencia de Supervisión actualizará el
presupuesto el cual controlará durante el desarrollo de la obra.
1) Volumen de obra.
2) Conceptos por partidas con su porcentaje respectivo.
3) Unidades de tiempo en días calendario.
4) Recursos.
5) Erogaciones mensuales.
6) Personal y equipo por mes.
7) Holguras parciales y totales.
8) Rendimientos.
Se informará por escrito a la Coordinación de la obra semanalmente del estado que guardan los
trámites.
La empresa supervisora procederá a rendir un informe en el cual se defina con que servicios
cuenta o carece la zona.
J. CONTROL DE PLANOS.
La Gerencia de Supervisión deberá contar en campo con una copia de todo el proyecto ejecutivo
así como de los planos de detalles constructivos, que se vayan quedando durante el proceso
constructivo.
Para tal fin se deberá contar en obra con un planero en donde puedan agrupar todos aquellos
planos que correspondan a un mismo diseño (estructural, arquitectónico, aire acondicionado,
etc.). Los planos deben tener de origen una clave o nomenclatura la cual puede ser dada por los
proyectistas y servir para su identificación.
Independientemente de lo anterior se debe contar con un listado en donde estén referidos todos
los planos del proyecto ejecutivo. En el caso de sustitución de planos por cambios importantes
al proyecto, al plano original se le deberá colocar en forma visible el letrero de anulado y fecha
de anulación así como la indicación de que plano lo sustituye.
Se deberá llevar un control en planos de las modificaciones que se lleven a cabo; en forma
aparte una codificación de los cambios por plano, indicando en que consistió la modificación,
quien la ordenó y la fecha de la misma, así mismo se deberá indicar en forma sintetizada las
consecuencias de dicho cambio (costo, incremento de precio, tiempo de ejecución, etc.).
Este archivo deberá estar clasificado y señalizado por separadores, indicando su contenido o
clave correspondiente.
La Gerencia de Supervisión llevará a cabo las reuniones que fueren necesarias a fin de exponer
en forma amplia los alcances del proyecto ejecutivo, dando una explicación somera del criterio
que se siguió para el diseño estructural, las razones que sirvieron de base para dar la solución
arquitectónica, los criterios de diseño y los de instalaciones.
B. LEVANTAMIENTO TOPOGRÁFICO.
C. REUNIONES DE TRABAJO.
La Gerencia de Supervisión elaborará la orden del día con los asuntos importantes a tratar.
FUNCIONES Y PROCEDIMIENTOS DE LA SUPERVISIÓN QUE REALIZARÁ
DURANTE EL PROCESO CONSTRUCTIVO.
Es necesario que legalmente las primeras firmas sean las de las personas que firman el
contrato.
La segunda consideración se refiere a aquellos que son responsables superiores de la obra. Por
una parte nos referimos al ]efe de Supervisión y por otra al Superintendente o Gerente de
Construcción, que son los que firman la bitácora para abrirla y cerrarla, para autorizar a los
supervisores y residentes responsables de cada contrato.
La tercera consideración se refiere al supervisor y al residente responsables del contrato en
cuestión, que son aquellos que usarán cotidianamente la bitácora de obra.
Para tal fin se levantará una minuta. A la entrega física del terreno se adjuntará un
levantamiento en donde se marquen las condiciones topográficas del lugar, se indiquen bancos
de materiales, bancos de nivel y accesos a los servicios municipales.
D. CONTROL DE LOS RECURSOS HUMANOS Y EQUIPO.
La Gerencia de Supervisión registrará diariamente y por cada frente de trabajo las cantidades y
categorías de personal, así como cantidades y características del mismo para verificar que la
ejecución de la obra se realice con los recursos programados, elaborando un registro de los
rendimientos observados para establecer causas de desviación y medidas correctivas.
Verificará que el arribo de los materiales a la obra corresponda con fechas y cantidades
programadas, llevando a cabo su registro y en caso de observar diferencias que incidan
negativamente en la obra, ordenará a la contratista su corrección.
E. JUNTAS DE OBRA.
Las juntas de obra se deben preparar cuidadosamente, en particular cuando se trate de obras en
las que participan en las juntas numerosos grupos de especialistas. En cualquier caso es preciso
elaborar una orden del día en la que se mencionen los temas que habrán de tratarse en la
reunión.
Al elaborar la lista de temas no hay que olvidar incluir los pendientes que quedaron asentados
en la reunión anterior y para complementar la lista, se sugiere se coloque en algún lugar
apropiado, una hoja blanca con un título que diga “Temas que se desean tratar en la próxima
junta de obra”.
Una vez elaborada la orden del día de la junta, con los puntos que se van a tratar, es importante
que el supervisor a cargo de ella tenga preparados todos los elementos que se necesitan en cada
reunión, como planos, minutas de obra, juntas, cuantificaciones, etc.
Es importante que para tales juntas se cuente con un local adecuado, así como que en él se
encuentre lo necesario, un número adecuado de sillas, papelería, y desde luego, copias del acta
anterior en cantidad suficiente, así como lo necesario para elaborar la minuta.
No hay que olvidar que las juntas son responsabilidad de la supervisión. Hay que recordar que
el supervisor es el defensor de los intereses de quien lo contrató para representarlo al frente del
proceso constructivo de un inmueble de su propiedad.
En caso de que la obra presente atrasos por causas imputables a la contratista, la Gerencia de
Supervisión con base al contrato y a la ley y Reglamento de Obras Públicas calculará la
sanción y la turnará a la Coordinación, presentando alternativas de solución a las desviaciones,
formulará pronósticos y ordenará a la contratista las acciones que deberá tomar, notificando
todo esto por escrito a la Coordinación. Deberá asistir a la Coordinación de obras en la
solicitud de reprogramación de contratista y proveedores, en la investigación de soportes
legales y técnicos para hacer un ajuste en tiempo. De acuerdo a los resultados, turnará a la
Coordinación de obra sus observaciones para su revisión y aprobación.
INFORME SEMANAL.
Será un informe que presentará a la Coordinación la Gerencia de Supervisión, en forma tabular
del estado de avance programado y real de obra y financiero.
INFORME MENSUAL.
La Coordinación de obras definirá la estructura, forma, tamaño y contenido del informe para
unificar el criterio en todas y cada una de las obras.
Se presentará los días 30 de cada mes incluyendo los formatos de resumen, control
administrativo, de contratos, avance físico de la obra, avance financiero, así como una sección
de conclusiones.
Se presentará un informe fotográfico así como un vídeo casete con duración de 3 a 5 minutos,
mostrando lo más relevante y el avance global de la obra.
Dentro del informe se integrarán los conceptos, importes y períodos por estimación de cada
obra y contrato.
G. GENERADORES Y ESTIMACIONES.
1) La Gerencia de Supervisión verificará las medidas físicas exactas de los diferentes conceptos
de obra ejecutada, cerrándolas al quedar terminada cada actividad, preferentemente los
realizará al mismo tiempo con la contratista, firmando ambos de común acuerdo.
H. VERIFICACIÓN DE CALIDAD.
1) Verificará la bodega del contratista para certificar que los materiales se encuentren bien
estibados y protegidos.
2) Seleccionar las muestras y la ejecución de pruebas en los materiales naturales o elaborados
por la contratista.
* Acero de refuerzo.
* Agregados para la elaboración de concreto (cemento, arena, grava y agua).
* Tabique, tabicón o bloque.
* Tubería de concreto para drenaje.
* Tubería de asbesto para agua potable.
* Materiales para rellenos.
* Materiales para base o sub-base de pavimentos.
* Concreto premezclado.
* Concreto fabricado en obra.
* Estructura de acero. Radiografía de soldaduras.
* Asfalto para pavimento.
* Otros.
3) Revisará los resultados de las pruebas, verificando que cumplan los requerimientos de
calidad establecidos en los planos y especificaciones del proyecto y normas nacionales o
internacionales aplicadas.
4) Cuando los resultados de las pruebas indiquen que los materiales no son satisfactorios,
informará a la Coordinación y a la contratista el rechazo de estos con el debido respaldo
técnico, indicando la necesidad de retiro, reemplazo o corrección y en su caso, el plazo para su
ejecución, estableciendo que será por parte de la contratista.
7) Cuando se considere que existen dudas respecto a algún material visitará conjuntamente con
la contratista la fábrica o distribuidor para verificar sus instalaciones y el proceso de
elaboración.
9) Control presupuestal.
En caso de que se detecten conceptos inconclusos o equipos que no queden bien, conjuntamente
con la contratista o proveedor harán el levantamiento correspondiente y se exigirá un programa
para concluirlos al que se dará seguimiento diario.
* Verificará que los equipos suministrados por el contratante y por los contratistas se
encuentren instalados.
* Planeará, coordinará y verificará que los equipos, sistemas e instalaciones se les hagan las
pruebas pre operacionales, elaborando una lista de deficiencias y un programa para su ajuste.
* Se levantará una minuta de los puntos que pudieran quedar pendientes y de esta forma poder
llevar un seguimiento diario de ellos. Se formulará un programa de detalles pendientes.
La anterior recepción se llevará a cabo incluyendo personal de supervisión de obra y del área
operativa de la dirección de mantenimiento.
Para tal efecto se levantará un acta de entrega de los trabajos al contratante.
* Entrega de planos autorizados de cómo se efectuó la obra, dibujando las modificaciones sobre
planos originales.
7) FINIQUITO DE SUPERVISIÓN.
Una vez elaborada el acta de recepción, la Gerencia de Supervisión solicitará por escrito el
acta de finiquito de sus servicios.
LA BITÁCORA
DEFINICIÓN.
Bitácora es un término marítimo que se refiere a un armario donde se guarda la aguja de
navegar. El cuaderno o libro de bitácora es, también en términos marítimos, un libro en el que
se apunta el rumbo, velocidad, maniobra y demás accidentes de la navegación.
En construcción, la bitácora de obra es una libreta que forma parte del contrato. Se utiliza para
anotar en ella cualquier situación que se presente durante el desarrollo de los trabajos de
construcción que sea diferente a lo establecido en los anexos técnicos de contratación.
Diciéndolo en otras palabras, se anota en ella todo lo que resulte distinto a lo previsto a la
firma del contrato.
La bitácora tiene otras funciones que son diferentes para cada parte. En lo que se refiere al
contratante, éste podrá, por medio de la supervisión, dar fe del cumplimiento de eventos
significativos en tiempo, así como también respecto a situaciones causadas por motivos ajenos a
la responsabilidad de la contratista.
La contratista se servirá de la bitácora para solicitar elementos que le sean indispensables para
realizar su trabajo. También se vale de ella para señalar cualquier inconformidad que tenga
respecto a las órdenes emitidas por la supervisión, en representación técnica del contratante.
Dada la seriedad que debe tener la bitácora, es importante reiterar que su uso debe limitarse a
asuntos importantes relacionados con la obra.
* El segundo tipo son los formatos que se encuentran a la venta en papelerías especializadas.
En cualquiera de los tres casos se deben cumplir las condiciones descritas a continuación:
2. Se debe contar con un original y al menos dos copias, una para el contratista y otra para el
contratante.
5. En el margen izquierdo deberá existir una columna para anotar el número de la nota y la
fecha.
Esta son condiciones imprescindibles para una bitácora. Las siguientes son meramente
recomendaciones:
6. Sobre el margen derecho conviene destinar un espacio para dibujar un croquis explicativo,
cuando así lo requiera la nota.
7. En la parte superior de cada hoja es recomendable que hayan dos renglones para anotar el
nombre del frente de obra y el número de contrato.
8. Si ello fuera posible, sería muy conveniente que si se trata de bitácoras mandadas a hacer ex
profeso, se hagan con el papel especial que no requiere de papel carbón. Comprendemos que
debe tratarse de un material costoso, pero el personal administrativo debe entender a su vez la
dificultad que representa el manejar papel carbón en una obra.
10. Las pastas deben ser duras y resistentes al maltrato, y de preferencia de algún material
capaz de resistir la humedad.
11. En caso de trabajarse en un solo frente de obra en donde existen muchos contratistas, y por
consiguiente se manejan muchas libretas de bitácora, se recomienda que en los lomos y en las
pastas frontales se prevea espacio para pegarles etiquetas de colores, sobre las que se
escribirán los datos indicativos en letras del mayor tamaño posible. Esto ahorrará tiempo para
identificarlas pues las fracciones de minutos perdidas diariamente pueden significar horas al
final de la obra. Estos detalles son importantes si deseamos ser eficientes.
Los siguientes puntos se refieren a prohibiciones respecto a las libretas de bitácora. Como
supervisores profesionales no debemos permitir que se ponga en entredicho nuestra principal
herramienta de control. En este sentido debemos ser muy estrictos.
12. El foliado de las hojas debe revisarse antes de empezar a utilizarlas, ya que puede haber
errores de imprenta, en cuyo caso es conveniente desechar la libreta. Si fuese necesario foliarla
a mano, se procederá a realizar esto por triplicado y con tinta indeleble, cuidando de no omitir
ningún número.
13. En el caso de que se utilice una libreta de bitácora improvisada, es conveniente, para
proteger los asientos, que en la parte superior — junto al número de folio - firmen cada hoja
aunque sea con antefirma cada una de las partes (residente y supervisor).
En caso de no haberse recibido oportunamente por cualquier razón, será válido iniciar con una
libreta improvisada que reúna las condiciones mencionadas y después, cuando se reciba la
libreta oficial, hacer el traspaso de una a otra, poniendo especial cuidado en asentar una nota
final en la bitácora improvisada mediante la cual se realiza el traspaso e inutilizar el resto de
las hojas.
Para terminar este tema solo diremos que de acuerdo a la experiencia lograda durante muchos
años en la revisión de infinidad de obras en toda la República Mexicana, con más frecuencia
que la deseable hemos encontrado libretas de bitácora que no cumplen con los requisitos
mínimos.
Reflexionando al respecto llegamos a la conclusión de que en muchas ocasiones la bitácora no
recibe la debida importancia, empezando por un manifiesto descuido en lo más elemental, como
es el formato mismo. Por lo tanto consideramos fundamental recalcar su importancia y
despertar conciencia al respecto, sobre todo por las consecuencias que traería el no aprovechar
las virtudes de este instrumento de trabajo.
Ya que la bitácora es manejada por los representantes de las dos partes que firman un contrato,
indicamos reglas que conciernen a ambas, en la inteligencia de que las referentes a la
supervisión no son esenciales, mientras que es conveniente conocer las de la contraparte, para
que nos sea posible establecer el equilibrio que priva en la relación bipartita desde el contrato
mismo.
REGLAS GENERALES.
1. Apertura y cierre. Es imprescindible que las bitácoras sean abiertas con una nota especial al
caso. Nos limitaremos a señalar esta regla como básica; los detalles de cómo hacerlo los
describiremos más adelante en su subcapítulo.
2. Seriado de notas. Todas las notas deben seriarse consecutivamente, respetando el orden sin
excepción. Esta regla tiene por objeto su identificación inequívoca al momento que se requiera.
No debe existir nota sin número.
3. Fechado. Todas las notas de bitácora deben estar fechadas en el día que se efectúe el asiento.
4. Escritura. Los asientos deben efectuarse con tinta indeleble, nunca a máquina o con tinta que
pueda borrarse, mucho menos con lápiz. Es importante además tener cuidado en escribir con
letra de molde que sea fácilmente legible y sin abreviaturas. Cualquier persona debe ser capaz
de leer todo lo escrito.
Se habrá observado que es costumbre firmar los anexos técnicos por las mismas personas legal
y notarialmente autorizadas para firmar el contrato, con objeto de que dichos anexos formen
parte integral del multicitado contrato. Por idéntica razón, la legalidad de la bitácora debe
fincarse en el reconocimiento oficial de quienes están jurídicamente facultados para hacerlo. Al
lado de sus firmas indicarán a quién transmiten la autoridad para continuar con el manejo de la
bitácora de obra. Esta indiscutible condición por desgracia es muy poco atendida, y
consideramos que ha llegado el momento de exigir su observancia por principios de orden.
La segunda consideración se refiere a aquellos que son responsables superiores de la obra. Por
una parte nos referimos al Coordinador o Jefe de Supervisión, por la otra al Superintendente o
Gerente de Construcción, que son quienes firman la bitácora para abrirla, cerrarla, para
autorizar a los supervisores y residentes responsables de cada contrato y para desautorizarlos
cuando dejen de prestar sus servicios nombrando a los sustitutos asignados.
Reiteramos que el Supervisor y el Residente son los únicos que deben manejar la bitácora,
teniendo toda la libertad y la consiguiente responsabilidad.
Esta práctica evita que por un extravío por descuido o intencional de la libreta de la bitácora,
se pierda el control de la obra. Por esto mismo es necesario que las copias sean legibles y por
tanto, el supervisor y el residente deben vigilar que así sea. Hacemos hincapié en esto porque es
muy frecuente encontrar bitácoras con hojas escritas y de las cuales no se han retirado las
copias, y no en pocos casos, la libreta se encuentra con todos los originales y copias a pesar de
estar ocupada en su mayor parte.
Aquí es necesario describir el procedimiento a seguir para validar las órdenes telefónicas de
nuestros superiores. El primer paso consiste en poner por escrito las órdenes que se transmiten
telefónicamente y, antes de cortar la comunicación, leer lo escrito a nuestro interlocutor para
ver si se han comprendido sus órdenes.
A continuación se debe transcribir íntegramente la orden recibida y elaborar un memorándum
con copia, mencionando la fecha en que se ha recibido esa orden telefónica.
El tercer paso es llevar o remitir al ordenante el memorándum, para obtener el acuse de recibo,
de preferencia del superior mismo, o al menos por su secretaria o su intermediario en jerarquía,
y si la distancia no permite este procedimiento, enviar un telegrama con copia que se hace sellar
en la oficina de telégrafos. La última parte del procedimiento será el esperar una respuesta
confirmándonos la orden o aclarándonos algo que no hubiésemos comprendido bien.
Si no tenemos respuesta, significará que todo está correcto y quedamos así protegidos para
posibles reclamaciones futuras. Este procedimiento nos evitará responsabilidades que no nos
corresponden y evitará reclamaciones posteriores. No hay que olvidar que a las palabras se la
lleva el viento.
12. Notas apremiantes. Cuando sea necesario escribir una nota de particular importancia y que
por sus características es preciso dar conocimiento de ella a las autoridades de las oficinas
centrales de cualquiera de las empresas, se procederá a anular el resto de la hoja
correspondiente para remitirla con carácter de urgente.
13. Cantidad de notas. Algunos colegas expresan preocupación por saber qué cantidad de notas
es conveniente o recomendable asentar en bitácora. Algunos piensan que si se hacen muchos
asientos es síntoma de que se puso especial empeño en el control de la obra. Otros argumentan
que si hay pocas notas significa que la obra se ha realizado en orden y no ha sido necesario
utilizar la bitácora.
Es indudable que ambos criterios están equivocados. La bitácora de obra no es un espacio para
demostrar mucho trabajo, ya que no se paga por hoja llenada ni tampoco es un medidor de
problemas. Tal como hemos explicado al principio de este escrito, en la bitácora se asentará
todo lo necesario conforme a los principios que le dan razón de existir, por lo tanto su extensión
será determinada por factores definidos por las situaciones que, durante el desarrollo de la
obra, resulten distintas a las previstas originalmente en los anexos técnicos del contrato.
15. Seriedad. Todos los puntos anteriores hacen comprender la seriedad que se requiere para
manejar una bitácora de obra, por consiguiente recomendamos que, antes de hacer un asiento
se medite sobre la necesidad de hacerlo. Si decidimos hacerlo, debemos pensar cuidadosamente
lo que queremos decir. Por ningún motivo consideramos apropiado escribir la nota
directamente en la bitácora. Es necesario hacer primero un borrador de ella, para asegurarnos
que estamos diciendo precisamente lo que queremos dejar asentado.
La libreta de bitácora nunca debe utilizarse para asuntos intrascendentes, y mucho menos para
ventilar agravios o hacer agresiones. La bitácora no es el sitio para desarrollar pleitos
personales, y es muy frecuente encontrar asentadas en ella agresiones personales y sus
respuestas.
16. Compromiso de uso de la bitácora de obra. Tanto el residente como el supervisor están
comprometidos a utilizar la bitácora. De ninguna manera deberá permitirse que se evada la
responsabilidad de realizar asientos para no comprometerse. Los encargados de hacer que se
cumpla este ordenamiento son los coordinadores o jefes de supervisión y los superintendentes o
gerentes de construcción, cada quien respecto a sus subordinados.
Es conveniente aclarar que si una de las partes observa que la contraparte elude el uso de la
bitácora, es prudente no hacer nada y dejar que ese hecho quede evidente por sí mismo. Pero si
el objetivo primordial es hacer que la obra se ejecute lo mejor posible, será válido intentar por
los debidos conductos que esta actitud se modifique por el bien de la obra misma.
17. Redacción. Este es un asunto de capital importancia. Hemos tenido ocasión de observar,
una vez que se ha terminado la obra, que a una de las partes se le interroga sobre un asiento
que hizo en la bitácora y las respuestas más frecuentemente dadas son de que se intentaba decir
otra cosa, que se olvidó el hacer una aclaración o de que “hay varias formas de interpretar el
escrito”. Estas respuestas y otras por el estilo están motivadas por errores de redacción, y todas
dan como resultado afectaciones económicas a veces muy costosas para cualquiera de las
partes.
Cabe reconocer que en la mayoría de los casos es el contratista el que se ve beneficiado en estas
situaciones, aunque existen casos en que ocurre lo contrario. Por lo tanto es importante
aprender a redactar correctamente, ya sea en forma autodidacta, para lo cual existen muchos
libros, o tomando cursos sobre el tema. No podemos ser profesionales en nuestro trabajo si
presentamos deficiencias en este sentido.
18. Ortografía. Un supervisor que se precie de serlo, está obligado a manejar bien la ortografía.
Aunque puede considerarse que este asunto es de segunda importancia hacemos especial énfasis
en él pues significa mucho para la imagen que proporciona de quien escribe con faltas
ortográficas, y recordemos que algunos asientos serán leídos por mucha gente. A este respecto
recomendamos a los supervisores que adquieran un libro sobre el tema y lo estudien, o que
tomen un curso. Una de las formas para reforzar este conocimiento es leer bastante, ya que
aquel que lee mucho acaba escribiendo sin faltas.
19. Cerrado de asientos en la bitácora. Todas y cada una de las notas deben quedar cerradas,
esto es, resueltas. Naturalmente que nos referimos a notas que traten asuntos que deben
atenderse. Es también fundamental cerrarlas a la brevedad posible dejando resueltos los
problemas o situaciones que las motivaron.
A nosotros, como supervisores, nos afecta mucho nuestro tiempo y nuestra concentración el
hecho de estar arrastrando asuntos pendientes de resolver, una razón suficiente para que
pongamos especial atención en cerrar las notas lo más pronto posible.
El no atender a esto en forma eficiente da como resultado que con el tiempo es tal el número de
problemas no solucionados que acabamos bloqueados y perdemos de manera efectiva el control
de los eventos y, en consecuencia, el de la obra misma y la bitácora deja de ser el principal
instrumento de control para convertirse en nuestro verdugo. Nunca dejemos cabos sueltos.
20. Custodia de la libreta de bitácora. Por su carácter de instrumento de control y por las
razones por las que fue creada, la bitácora de obra debe quedar bajo custodia del supervisor.
En algunas dependencias esto está reglamentado para que el responsable sea el residente, algo
que nos parece incorrecto pero que, en última instancia, no nos afecta substancialmente.
21. Bitácora unitaria por contrato. Solo está permitida una bitácora por cada uno de los
contratos. No podrá existir una libreta utilizada por dos contratos, aunque se trate de la misma
constructora o del mismo frente. Si los contratos son pequeños, las libretas habrán de ser
pequeñas, pero siempre unitarias.
22. Hábito de lectura. Debe hacerse una costumbre el leer cada día lo anotado en la libreta de
bitácora. Esta regla deberá seguirse siempre, lo cual nos evitará sorpresas desagradables.
Queremos aprovechar la ocasión para hacerla extensiva a toda documentación que se maneje
relacionada con la obra durante el desarrollo de la misma.
Uno de los aspectos más significativos de este tema es el que se refiere a las especificaciones,
pues de nada servirá un excelente trabajo de integración de éstas, para que después no se lean y
por lo tanto no se apliquen en la realización de los trabajos de campo. El hábito de la lectura no
es malo y lo consideramos imprescindible para cualquier profesionista que desee superarse.
Las reglas que continúan ya no son generales, sino particulares, en primer lugar para el
supervisor, y en segundo para los residentes, y en esta forma se completan las reglas de uso de
la bitácora de obra.
REGLAS DE LA SUPERVISIÓN
* Órdenes. El uso más frecuente que el supervisor hace de la bitácora de obra es para ordenar
al contratista lo que debe realizar, sobre todo cuando, por cualquier motivo, es menester
ejecutar procedimientos distintos o utilizar materiales diferentes a los señalados en el proyecto
ejecutivo.
Consideramos conveniente aclarar que el supervisor nunca solicita, pide y mucho menos suplica
por medio de la bitácora. Cualquier palabra diferente a “ordenar” representa una distorsión a
la función que desempeña y no debe usarse aunque se hieran susceptibilidades. Recordemos que
la supervisión está en la obra para ordenar, debe hacerlo con cortesía, pero siempre
ordenando.
Este tipo de autorizaciones regulares en el desarrollo de los trabajos, requieren una cuidadosa
revisión previa para asegurarse de que todo está correcto. Si bien es cierto que tenemos la
facultad para autorizar estas ejecuciones críticas, también es cierto que en el momento de
autorizarlas somos corresponsables con el constructor en el resultado final de los trabajos, por
consiguiente, estas revisiones deben efectuarse con un sistema o guía que nos garantice el haber
cubierto toda eventualidad o irregularidad para ordenar su corrección antes de autorizar.
Existen otros tipos de autorizaciones y estas son las que se refieren a aspectos no rutinarios, o
sea que son asuntos que difieren de lo establecido previamente en los anexos técnicos. También
puede tratarse de órdenes recibidas por a través de nuestros superiores reconocidos tanto de
nuestras empresas como directamente del contratante.
En estos casos debemos proceder basados en las siguientes reflexiones que orientarán cada
acción.
Si bien es cierto que somos los responsables de la bitácora y en ella emitimos las órdenes,
también es cierto que no estamos facultados para modificar nada de lo comprendido en los
anexos técnicos. Por lo tanto, si actuamos transmitiendo una orden o modificando un plano,
nosotros a la vez requerimos imprescindiblemente que se nos autorice para poder hacerlo.
De no proceder así, estaremos tomando atribuciones que no nos corresponden y adquiriendo
responsabilidades que no son nuestras, ya que si se le paga a un calculista estructural para
diseñar y responsabilizarse por la estructura de la obra, no podemos nosotros, como
supervisores, modificar alguna parte de dicha estructura por nuestra cuenta, ya que de esta
forma nos volvemos automáticamente los únicos responsables de dicha estructura eximiendo al
calculista de su responsabilidad. En caso de cualquier reclamación posterior, el calculista
podría argumentar —con toda razón- que no se construyó lo que él ordenó.
Un asunto como el que describimos puede ser muy delicado y esperamos que sea lo
suficientemente ilustrativo como para dejarnos como regla el no tomar responsabilidades
ajenas y que si transmitimos una orden o una autorización de un tercero a la bitácora, es
porque contamos con autorizaciones firmadas y oficiales que nos respaldan plenamente.
* Control por bitácora de obra. Este tema que, como hemos dicho, es el central desde el enfoque
de la supervisión, en realidad comprende un poco de todos los temas que ya hemos tratado
anteriormente, más un tanto de lo suyo propio.
El control entonces se ejercerá valiéndonos de todos los temas según las necesidades de cada
momento del desarrollo. Cada supervisor tendrá su estilo y criterio particulares para
aprovechar lo expuesto dosificando debidamente las opciones.
Lo único que nos restaría por tratar es el procedimiento que debe observarse cuando nos
encontramos con un contratista que se niega a obedecer las órdenes o hace caso
Omiso de las mismas. Sobre este tema hemos observado situaciones de todo tipo, pero
desgraciadamente abundan aquellas en las que la supervisión carece de recursos para manejar
el problema y no en pocos casos, termina representando el papel lastimero al quedar atrapada
en un juego establecido por el contratista para su propio beneficio.
Procederemos a exponer un procedimiento adecuado; pero antes recordamos o hacemos saber
a los supervisores que ante un contratista que se rebela contra el orden establecido se debe,
antes que nada, conservar la serenidad y actuar inteligentemente. No olviden que como
supervisores que recibieron esta designación por parte del contratante (dueño del dinero para
realizar los trabajos), son los que tienen el mando, y si proceden debidamente, el que acaba por
quedar mal es el contratista de quien, por cierto, jamás debemos amedrentarnos por sus
amenazas.
I. Todo parte de una orden rutinaria o extraordinaria que se le da al contratista por medio de la
bitácora de obra, precisa para que la orden proceda, que la supervisión mencione en la nota un
plazo RAZONABLE para su cumplimiento.
II. Una vez vencido el plazo concedido y habiendo comprobado que no se atendió la orden
emitida, procederemos a asentar una segunda nota en la bitácora, haciendo referencia a la
primera y concediendo un nuevo plazo, igual o menor que el anterior.
Simultáneamente deberá informarse del asunto a nuestros superiores. Por último se tratará de
convencer con amabilidad al contratista para que cumpla con su obligación o nos exprese el
motivo por el cual se resiste a cumplirla. Si en su explicación encontramos argumentos sólidos y
convincentes, debemos ser razonables y reconsiderar la orden, ya sea para ampliarle el plazo o
bien para buscar alguna solución al problema en su conjunto para no dejar cabos sueltos.
Cuando se presente un caso así, debemos tener mucho cuidado en que los argumentos sean
realmente RAZONABLES.
III. Si llegase a vencerse el segundo plazo concedido, procederemos a asentar una última nota
en la bitácora, haciendo referencia a las notas anteriores, conminando a la atención inmediata
del problema y señalando una sanción en caso de no actuar conforme a lo ordenado en un
nuevo plazo que deberá ser, de preferencia, menor al segundo concedido (en caso extremo será
de la misma duración que el segundo).
Las sanciones más apropiadas y efectivas serán las de no autorizar la estimación inmediata, el
no conceder prórrogas, y la más drástica puede ser la rescisión del contrato por
incumplimiento. Desde luego puede haber muchas otras y la que se use dependerá de las
circunstancias, del tipo de obra y del criterio del supervisor.
Procederemos después a informar al contratante y, de común acuerdo con éste, se podrá por
alguna de las siguientes alternativas: citar a un ajunta urgente al personal técnico directivo de
la constructora para tratar el asunto. Esta reunión debe convocarse para la fecha más próxima
posible y conviene hacerlo, además de por vía telefónica por escrito y con acuse de recibo, y con
copias marcadas para el director general de la constructora y para el contratante. En esta
reunión se tratará de resolver, por medio de la cordialidad, pero en forma inflexible, el
problema.
Encontraremos en ella, además, ocasión para poner al tanto de los acontecimientos a los
directivos de la constructora, los cuales es común que no estén al tanto o que tengan versiones
deformadas de estos problemas de parte de su personal de campo, o bien actúan de total
acuerdo con ellos. Indudablemente que la presión ejercida en la reunión motivará un cambio en
la resistencia ofrecida.
En caso de que hubiera ignorancia de los hechos, se reclamará al residente su actitud
inconveniente y tendrá que someterse al orden establecido en la obra. Además, para la
supervisión, quedará el precedente en contra del residente y, en caso de repetirse un problema
de esta naturaleza, quedará expuesto a que se solicite su substitución, facultad que en la
mayoría de los formatos de contrato se otorga al supervisor.
La segunda alternativa consiste en el mismo procedimiento, pero por medio de oficios. Esta
tiene efectos más limitados y más lentos, pero es también muy útil y tiene la ventaja de dejar
huella por escrito. Si manejamos adecuadamente estos recursos, podemos estar seguros de que
no será necesario asentar más notas en la bitácora exigiendo atención al problema cuyo
desarrollo hemos analizado.
Para terminar con el tema de control de obra por medio de la bitácora, diremos que su uso
correcto y aprovechamiento dependen del conocimiento pleno de los procedimientos y recursos
por parte del supervisor, así como de su criterio el que administrará el empleo de los citados
recursos en la forma y en el momento más conveniente sin exagerar en ningún sentido.
* Inconformidades. En caso de que el contratista esté en total desacuerdo con la orden que
recibe, podrá recurrir a asentar una inconformidad. Desde luego que tendrá que explicar
suficientemente los motivos, ya que la inconformidad lleva explícita la solicitud de anulación.
La supervisión está obligada a contestar ya sea anulando, modificando o reiterando la orden.
En el último caso deberá darse una amplia explicación de las razones que obligan a la
reiteración.
En el caso de que supervisión no conteste la inconformidad, el contratista podrá solicitar
respuesta repetidamente, y si esto tampoco da resultado, tendrá opción de recurrir a un
procedimiento como el presentado para la supervisión en el punto 6° de esta relación,
denominado “Control por bitácora de obra”, con la diferencia de que solicitará la reunión en
vez de convocarla, y de que en caso de no ser escuchado podrá recurrir, en última instancia, al
contratante y a la demanda legal, si el caso lo amerita y si así lo considera necesario el
contratista en defensa legítima de sus intereses.
En una situación de esta naturaleza la supervisión se verá en graves dificultades si no tiene
elementos suficientes y amplios para apoyar su postura, y pero aún si actuó con negligencia e
irresponsabilidad al no contestar a la inconformidad.
* Exigencias. En algunas ocasiones el contratista puede exigir por medio de la bitácora. Estas
ocasiones se presentan cuando la supervisión, por algún motivo injustificado, no le entrega
soluciones a problemas concretos de la obra, y debido a esto se retrasan los trabajos lesionando
los intereses del contratista por retraso del programa o por la provocación de tiempos muertos
que mantengan a los trabajadores inactivos, sin el reconocimiento económico correspondiente.
Lo mismo es aplicable cuando la supervisión ha ofrecido oficialmente una solución y no ha
cumplido.
Aquí terminamos la exposición de las reglas principales sobre el uso regular de la bitácora de
obra. La intención ha sido incluir en estas reglas las situaciones que se presentan con mayor
frecuencia, y en caso de ocurrir algo extraordinario, nuestra recomendación es que el
supervisor recurra a su coordinador o jefe de supervisión para decidir el procedimiento a
seguir, que sea adecuado a las circunstancias particulares de la obra en cuestión y la situación
extraordinaria. Nunca actuemos solos cuando los acontecimientos salgan del cauce normal o
del previsto durante el desarrollo de la obra.
Primeramente los datos de las partes: nombres de las empresas, direcciones y teléfonos.
Después, los datos indicativos del contrato y su alcance, en la forma descriptiva más precisan
posible.
A continuación una descripción detallada del terreno o lugar en donde se llevarán a cabo los
trabajos, incluyendo todas las características principales y las particulares que se observen y
que se considere que puede afectar de alguna manera la ejecución de los trabajos a realizarse.
Esta parte de la nota de apertura es muy poco acostumbrada, pero la consideramos
fundamental, sobre todo porque protege la primera intervención de la supervisión en la obra.
En caso de que la supervisión se designe cuando la obra ya ha sido iniciada, en este lugar se
debe anotar un corte completo de los trabajos ya realizados, haciendo las observaciones
pertinentes sobre irregularidades observadas durante la primera revisión, quedando así
deslindad nuestra responsabilidad a partir de ese momento.
CIERRE DE LA BITÁCORA
Cuando se ha terminado la obra, incluyendo las actividades correspondientes a la entrega de la
misma, y cuando ya no queda ningún pendiente, o sea que todas las notas sin excepción han
sido cerradas, se procede a efectuar el asiento final o cierre de la bitácora.
Esta última nota debe expresar que por medio de ella se da por finiquitada la relación técnica
de campo, habiéndose cumplido en todo lo que en ella se consignó. Después se procede a firmar
y a anular todas las hojas sobrantes, inutilizándolas sin arrancarlas de la libreta y ésta, por
conducto de la supervisión, se anexa al finiquito de la obra, para ser entregada al contratante,
quien la guardará en su archivo para cualquier aclaración posterior. Con esto damos por
terminada la obra en lo que a actividades de campo se refiere.
1. Clasificación de la nota. Las primeras palabras del asiento deben referirse a la finalidad de
la nota. En este caso se tratará de una orden. Entonces debe iniciarse diciendo: “SE
ORDENA”. En otros casos: “SE INFORMA”, o bien “SE CERTIFICA”, etc.
Por lo tanto es indispensable indicar la ubicación en forma muy clara, de manera que no se
preste en ninguna forma a permitir eludir responsabilidades al argumentarse, por ejemplo: “es
que yo había entendido que era del otro lado”, o bien: “como no está muy claro, yo creí que se
trataba del otro edificio”, o a veces: “pensé que era en el tercer nivel y no en el quinto”, etc.,
etc. Para evitar problemas indiquemos con toda claridad. Más vale exagerar que pecar por falta
de datos.
4. Causas del problema. A continuación de la ubicación tenemos que mencionar las causas del
problema, en forma breve pero abarcando con precisión cuales fueron las causas y refiriendo
éstas a la o a las especificaciones o planos que no fueron observados y cumplidos, por lo cual se
motivó el error o la deficiencia.
Un ejemplo sería: “Las oquedades en la contra trabe fueron causadas por el uso de agregados
de tamaño máximo de 1” cuando que en la especificación del plano estructural ES-O1 dice que
el agregado máximo será de 1/2”. Desde luego que para emitir este dictamen es fundamental
haber investigado todo lo necesario hasta tener la plena y absoluta seguridad de escribir en la
bitácora lo que es absolutamente cierto.
Habrá ocasiones en que esta investigación nos obligue a consultar al calculista o al especialista
externo, a los fabricantes o a quienes sea necesario hasta conocer la verdadera causa de la
deficiencia y poder emitir el dictamen.
Estos casos extremos pueden presentarse, pero el proceso de investigación se inicia aplicando
nuestros conocimientos e interrogando al contratista al respecto y, de no encontrar respuesta
satisfactoria, en segunda instancia recurriremos a nuestros superiores y al responsable del
proyecto y de las especificaciones, y por último a ayudas externas. Lo realmente importante es
encontrar las causas.
5. Solución exigida. El siguiente paso consiste en anotar la solución que debe efectuarse para
subsanar el problema. Para esa solución debemos proceder paralelamente y en forma idéntica a
como lo indicamos en el párrafo anterior, con el fin de determinar las causas del problema.
Únicamente añadiremos que es preciso anotar en la bitácora todos los datos necesarios para su
corrección. De hecho habremos de generar una especificación completa y particular y, si fuese
necesario, se hará referencia a las especificaciones generales de la obra.
Recomendamos anotarlo señalando una fecha fija. En esta forma sabremos que para esa fecha
el problema deberá estar resuelto. No recomendamos anotar cantidades al determinar los
plazos, decir por ejemplo: “en 72 horas” o “para la semana próxima”, ya que nos obligamos a
hacer cuentas para saber cuándo se vence el plazo.
Como se puede constatar, todos los efectos son positivos y sanos. Asentar la parte preventiva de
la nota de bitácora tiene cierto grado de dificultad, debido a que es necesario meditar la forma
en que es más conveniente realizar el trabajo que nos ocupa, requiriéndose analizar el proceso
hasta observar ese proceso durante su ejecución, en busca de elementos que nos permitan
perfeccionarlo y racionalizarlo.
Así mismo es recomendable consultar al respecto con el residente de la obra. Es él quien
finalmente será el responsable de efectuar las modificaciones preventivas y nada sería mejor
que él aceptara de antemano y que participe en la elaboración de la solución que habrá de
dictarse.
Por lo general y salvo contadas excepciones, se genera con las órdenes emitidas un costo extra,
sobre todo si son reparaciones o substituciones. Debe señalarse en la nota quién es el que debe
pagar esto.
El cargo podría hacerse al contratista si ocurre que por no haber observado el plano o no haber
seguido el procedimiento indicado en las especificaciones, o bien por no haber utilizado los
materiales indicados en el presupuesto, fue él quien generó el problema, y será con cargo al
contratante cuando se trate de modificaciones a los planos, especificaciones o materiales,
inclusive cambios de proyecto, o cuando habiéndose seguido debidamente las instrucciones de
la especificación y empleado los materiales aprobados, el resultado fue distinto y no es posible
lograr lo que se pidió.
Sobre lo dicho cabe la posibilidad de que algunos se pregunten: ¿Qué caso tiene anotar el
costo, o los elementos del costo, cuando el cargo es al contratista? Hay cierta razón para esta
objeción. En realidad no es necesario, pero si queremos llevar nuestro trabajo con la mayor
perfección, estos datos nos servirán posteriormente para acumularlos y mostrarle al contratista
a cuánto asciende el costo de sus errores y defectos, y de esta manera acabaremos con
discusiones frecuentes cuando intentan que se les reconozcan pérdidas porque, argumentan,
“no era posible construir la obra en cuestión y obtener una utilidad decorosa”.
Los datos citados también nos servirán en caso de que se presente el improbable caso de que el
contratante les reconozca un pago que se había cargado en su contra. Como puede constatarse,
hemos dejado la parte del costo al final de la nota de bitácora. No es fortuito. Se procede así
para que cuando se elabore el finiquito se nos facilite el trabajo, en vez de andar buscando el
costo entre todos el texto de cada nota, bastará con leer el último renglón de cada una.
En situaciones especiales puede ser indispensable dibujar un croquis de tal tamaño que no
quepa en la hoja de la bitácora. En tales circunstancias es correcto hacerlo en hoja aparte; se
valida después el dibujo con la firma de cada una de las partes bajo un texto que debe decir:
“Este croquis forma parte de la nota X de la página No. Y de la bitácora de obra del
contrato...” A continuación se le manda sacar las copias necesarias.
Una vez obtenidas se anexan a la bitácora en el sitio respectivo (original y copias), indicando
en la nota de bitácora que se adjunta el croquis respectivo engrapado a esa página.
Por el cumplimiento de idénticos lineamientos, podemos validar y anexar fotografías, en caso de
requerirse, con la condición de tener las reproducciones necesarias y firmar cada una de ellas
antes de engraparlas a la bitácora.
10. Sanciones. Hemos colocado este tema en décimo lugar porque solo lo consideramos cuando
las circunstancias nos obliguen. Añadiremos que cada una de las sanciones debe ser meditada
analizando sus posibles efectos secundarios, sus consecuencias y su procedencia legal —es
decir si, de acuerdo al contrato, el supervisor tiene facultades para aplicar la sanción-.
Una vez decidido lo que hay que anotar, lo que procede y ya que hemos medido sus efectos,
únicamente nos resta redactar correctamente. Con esto no pretendemos desalentar el uso de la
sanción, sino solo recalcar que se trata de un punto delicado que amerita cuidado en su manejo.
Se comprende que una sanción tiene carácter de amenaza y por lo tanto provoca ataques;
midamos bien el alcance de nuestras facultades antes de provocar un ataque innecesario contra
nosotros mismos. Utilicemos este recurso siempre que se justifique.
En el margen izquierdo de éstas anotaremos consecutivamente los números de las notas en las
que se otorgó algún plazo, utilizando un renglón para cada una. Seguidamente se describirá, en
la forma más breve, el elemento a revisar para tener referencia al contenido de la nota.
Finalmente se anota la fecha en que vence el plazo.
El seguimiento se logra cuando adquirimos el hábito de leer todas las mañanas qué notas
vencen ese día para verificar su cumplimiento. Si el resultado es positivo, escribiremos en la
hoja de seguimiento “Cumplido” y, a continuación, el número de nota de bitácora en el que
damos por finiquitado el asunto (nota de cierre).
En caso de que no se haya realizado aún lo ordenado, se escribirá “Pendiente, pasa a nota
número...” y pondremos el número correspondiente al siguiente asiento en que reclamamos el
incumplimiento, según el procedimiento descrito en el punto 60 “Control por bitácora de obra”.
Este seguimiento, llevado con orden, nos evita la posibilidad de olvidos cuyas consecuencias
habremos de lamentar al término de la obra, cuando se esté elaborando el finiquito.
Los otros tipos de notas de bitácora quedan comprendidos parcialmente en lo descrito, debido a
que se trata de asientos menos complicados. Por ejemplo, una certificación se reduce a
considerar los puntos 1, 2, 3 y 9 del análisis precedente, con la particularidad de iniciarse
diciendo “Se certifica”.
Una autorización de colado después de la revisión de armados y cimbras es muy simple y puede
reducirse a un texto igual o similar al siguiente: “Se autoriza el colado de la losa ubicada en el
cuerpo W, tercer nivel entre los ejes A y D en sentido longitudinal, y 3 y 5
En sentido transversal una vez que se revisó la cimbra, encontrándose correctos los armados e
instalaciones”.
Si hubiese alguna falla menor se indicaría diciendo por ejemplo: “Antes de iniciar el colado
deberán colocarse tres puntales sobre el eje B repartidos proporcionalmente”, o bien, “Antes de
iniciar el colado deberán calzar el armado en el perímetro del vano para el domo central”.
Sí la falla o carencia fuese mayor y requiriera una nueva revisión antes de autorizar el colado
(por faltarle bastones al armado de la josa, o por estar incompleta la colocación de tuberías
eléctricas, o por algún otro asunto de importancia que signifique riesgo sobre la calidad del
producto), simplemente no autorizamos por bitácora, sino que lo anotamos en el diario de obra
como recordatorio y, una vez cumplidos todos los requisitos, entonces autorizamos.
En lo que respecta a las notas de información, el único requisito consiste en iniciar el texto con
las palabras “Se informa”, lo cual nos sirve para diferenciar e identificar las notas. En estos
casos no existe estructura formal, lo que se hace es simplemente anotar la información.
Después de esta análisis de las notas de bitácora y antes de presentar un ejemplo típico,
queremos hacer una recomendación tan importante y significativa que podemos considerarla
norma fundamental: debido a que no se permite legalmente hacer tachaduras, enmendaduras,
borrones o superposiciones en la libreta de bitácora, y con el fin de evitar la necesidad de hacer
composturas, NUNCA HAY QUE ESCRIBIR DIRECTAMENTE EN LA BITÁCORA.
Nuestra sugerencia es añadir otra sección al diario de obra con páginas suficientes para anotar
en borrador las notas. Ahí sí se nos está permitido agregar y componer todo lo que se necesite y
corregir la redacción hasta asegurarnos de que lo escrito es precisamente lo que queremos
decir. Después, bastará con copiar esto a la bitácora.
En el caso de que a pesar de las precauciones tomadas se cometa algún error en la trascripción,
esa nota debe anularse, para lo cual procederemos de la siguiente manera:
Interrumpimos la escritura en el momento en que cometamos o detectemos la equivocación,
después utilizando los dos o tres renglones inferiores escribiremos la leyenda: “Esta nota se
anula por tener error” trazando las palabras diagonalmente, con objeto de que destaquen y
llamen la atención.
A continuación procederemos a transcribir correctamente la nota para firmarla pues, como es
obvio, el asiento erróneo no se firma.
Damos ahora un ejemplo de nota de bitácora completa, señalando en cada una de sus partes,
entre paréntesis y con minúsculas, a que sección del análisis practicado corresponde.
Nota No. “X” Se ordena a la contratista (1. Clasificación de la nota) resanar la arista exterior
al frente de la columna tipo K-3 (2. Descripción del asunto), ubicada en la intersección de los
ejes F y 6 del primer nivel del edificio de talleres electromecánicos (3. Ubicación) que se
desprendió, según dictamen del perito oficial de la obra, Ing. Gerardo González, debido al
retiro prematuro de la cimbra (4. Causas del problema).
El resane habrá de efectuarse con mezcla fina cemento-arena en proporción 1:1, agregándole
aditivo RTY tipo M de la marca ACMME, a rezón de un litro por kilo de cemento.
Previamente deberá limpiarse y humedecerse la superficie y a la mezcla se le añadirá agua
suficiente para que adquiera consistencia de pasta. Una vez colocada se le dará forma con una
llana y se perfilará la arista con una escuadra de madera fabricada ex profeso a 90 grados para
evitar irregularidades o abultamientos en los paños de la columna (5. Solución exigida).
Este trabajo deberá estar terminado a más tardar el lunes 18 de abril de 2005 (6. Plazo de
solución). (La supervisión pasará a revisar el día 16 de abril).
Para evitar que se repita este problema, el contratista deberá, de ahora en adelante, esperar 4
días para retirar las cimbras en las columnas que se elaboren.
El control se llevará a cabo de la siguiente manera: el contratista se obliga a marcar con
pintura roja la fecha del colado en un costado visible de la forja, a la altura de un metro y
medio para iniciar.
Se anotará la fecha y los ejes que corresponden a esa columna. Cuando se cambie la cimbra de
lugar se marcará la siguiente posición y la fecha inmediatamente abajo (7. Prevención).
La reparación se hará por cuenta del contratista sin derecho a reclamación alguna. El costo
que representa la medida correctiva en bien de la calidad de la obra también será con cargo al
contratista y sin incremento a los precios unitarios (debido a que es más cara la reparación que
la prevención). (Elementos de costo de la reparación: aquí se anotará una lista con los
materiales necesarios, cantidades de estos y mano de obra requerida para los trabajos
preventivos, así como la posible necesidad de aumentar el número de juegos de cimbra. Se
remata la nota con la siguiente frase:) Costos a cargo del contratista (8. Responsabilidad de la
nota y consecuencias económicas).
Se necesita que el constructor acepte y firme estos preceptos por lo tanto es conveniente
comentarlos y lograr su convencimiento antes de anotarlos. En caso de existir oposición
recordemos que tenemos conductos para forzar la aceptación, si esta no se otorga por un simple
afán de oposición y sin esgrimir razones válidas.
Cada supervisor podrá complementarlas con otras, producto de su propia iniciativa, por las
condiciones y tipo de obra que tiene a su cargo. Con el tiempo enriquecerá su acervo con reglas
que irá deduciendo conforme a las experiencias vividas en la obra inmediata anterior.
Volviendo al reglamento de la bitácora de obra, procederemos a enlistar las regias básicas que
nos servirán para iniciar nuestra primera aplicación. Estas reglas no tienen ningún orden
prioritario y se dan únicamente en calidad de ejemplo.
* Retiro de copias. Las hojas originales de la bitácora deberán estar siempre adheridas a la
libreta. Queda estrictamente prohibido desprenderlas. Esa copias serán destinadas de la
siguiente manera: la primera para el contratista y la segunda para el contratante (puede haber
bitácoras con más copias, cada una de las cuales lleva impreso al pie su destinatario).
Los interesados deberán retirarlas una vez que estén completas y firmadas si no se ha cumplido
el plazo de 48 horas (ver párrafo anterior). No se admitirán quejas de ninguna de las partes al
no tener en su poder las copias respectivas después de 48 horas de emitido el último asiento.
* Inviolabilidad de los asientos. Está prohibido escribir en la bitácora sobre cualquiera de las
notas ya firmadas, aun cuando éstas hayan sido emitidas por el mismo que las altera.
El hacer el reglamento de bitácora con al menos las reglas que mencionamos nos evitará
problemas y discusiones innecesarias.
No hay razón para no aprovechar las ventajas que esto representa. Si se invierte un poco de
tiempo al inicio de la obra se pueden evitar dificultades y un ahorro de tiempo que puede sumar
varias obras al finalizar la obra.
Este reglamento puede ser algo extenso. No debemos preocuparnos por tal motivo. Cada regla
que queda formalizada nos evitará el tener que decidir, al momento que surja un problema,
como vamos a resolverlo o que procedimiento vamos a emplear. Ante la imposibilidad de
describir todos los aspectos que requieren de una regla, sobre todo por lo variado de los tipos
de obra, solo citaremos algunos ejemplos aislados para ilustrar la manera en que deben
realizarse:
* Revisión de armados. Para poder colar losas, trabes, contra trabes, columnas o zapatas, será
necesaria la autorización de la supervisión. Esta se otorgará previa revisión de cimbras y
armados y la revisión se llevará a cabo solo por solicitud en bitácora, indicando la ubicación
precisa del elemento por colar. Esta solicitud deberá presentarse con un mínimo de 24 horas de
anticipación. La supervisión se obliga a revisar como máximo dos horas antes del inicio del
colado.
DIARIO DE OBRA
Antes de describir los detalles sobre la composición y la forma de operar del diario de obra es
conveniente determinar la diferencia entre bitácora de obra y diario de obra, ya que
frecuentemente se confunde la función de ambos.
Según hemos explicado, la bitácora se utiliza para anotar en forma oficial y legal todas las
situaciones que modifican o afectan las condiciones originales del proyecto ejecutivo que están
contenidas en el contrato y sus anexos técnicos, mientras que el diario se utiliza para anotar
todos los datos y eventos ocurridos en la obra que sean importantes, iguales o distintos a los
previstos en el proyecto ejecutivo. Lo anotado en el diario carece de carácter oficial; no es parte
del contrato ni sirve directamente para alguna reclamación legal.
Por las características de su contenido, el diario de obra puede considerarse como una relación
cronológica de los acontecimientos, una auténtica historia del frente de obra.
LA LIBRETA
Se debe utilizar de preferencia una libreta de pastas duras, ya que ésta deberá resistir el trato
duro a que se someterá durante el período constructivo. No necesariamente se utilizará una sola
libreta, su número variará de acuerdo con la complejidad y duración de la obra, así como al
número de supervisores que integren el equipo de trabajo.
En el caso en que se prevea la necesidad de varias libretas, se puede optar por utilizar una para
cada capítulo del diario de obra que se mencionará más adelante, o bien una por cada
especialidad.
No es recomendable el uso de carpetas de argollas con hojas desprendibles, que aunque tienen
la ventaja de que se le puede añadir el número de hojas necesarias, tienen la enorme desventaja
de que las hojas pueden desprenderse y no solo desordenarse, sino también perderse.
Es conveniente cuidar siempre de utilizar letra clara para las anotaciones, sobre todo si son
varios los miembros del equipo de supervisión. No se debe olvidar que cualquier persona debe
comprender sin dificultad lo asentado sin necesidad de tener que recurrir al que hizo la
anotación, quien bien puede haber cambiado de puesto o hasta haber abandonado la empresa.
El diario deberá servir también como medio de comunicación entre el supervisor y su
coordinador, otro motivo por lo que es preciso que todo lo anotado sea de fácil comprensión.
No es imprescindible que las hojas estén foliadas, pero si es recomendable con objeto de poder
diferenciar asuntos o para una fácil localización de los mismos. Si se van a utilizar varias
libretas, es conveniente que sus pastas sean de diferente color para poder identificarlas
fácilmente.
En el caso de no poder lograr esto, se necesitará marcarlas de manera muy visible, incluso en
los lomos, pues de lo contrario se perderá tiempo en localizarlas y la acumulación de éste es
costoso.
DIFERENCIACIÓN DE PARTES
La libreta de diario de obra debe estar compuesta de varias secciones, cada una de ellas
destinada a una función específica. Consideramos indispensables las siguientes:
A. Diario de obra. Parte principal del instrumento de trabajo; consistente en una sección en la
que existirá un número suficiente de hojas para contener la duración de todo el proceso, más un
excedente para el caso de atrasos; sugerimos calcular un mínimo de dos páginas por semana,
aunque sería ideal dedicar una página para cada día de actividades.
Pueden numerarse y fecharse previamente, o hacer esto al momento de asentar un hecho. Este
último procedimiento nos permite extender la nota todo lo necesario, pero dificulta
posteriormente la identificación por fecha. Más adelante se explicará detalladamente y se darán
ejemplos sobre qué es lo que debe anotarse y como hacerse la anotación.
B. Borradores de notas de bitácora. En el diario de obra debe existir una sección destinada a la
elaboración previa de asientos de bitácora que puede servir para corregir la redacción y
asegurarnos de que lo escrito es precisamente lo que se quiere decir. Una vez hecho esto, basta
copiar el texto a la libreta de bitácora mientras que los borradores permanecen en esta sección
del diario de obra.
La extensión de esta sección debe calcularse en poco más de la mitad de la extensión total de la
bitácora, debido a que los supervisores intervienen en la bitácora con mayor frecuencia que los
constructores. Se recomienda escribir los borradores a renglón abierto para dar espacio para
las correcciones, de manera que éstas sean siempre legibles.
El destinar ocho hojas para este propósito será suficiente si se trata de una obra con programa
a diez meses, que es el lapso más común, se puede agregar o disminuir según el caso con base a
este cálculo.
D. Banco de datos. Una parte del diario de obra se utiliza como banco de datos, es decir, las
informaciones que nos son importantes y necesarias durante el desarrollo de la construcción.
Podemos clasificarlos en:
1. Datos de origen, que son aquellos que están contenidos en los anexos técnicos del contrato
(proyecto ejecutivo), es decir, los niveles de desplante, vértices de trazo, resistencia del concreto
de algún elemento especial, diámetro de paso de tubería en contra trabes, claro de una ventana
tipo, etc.
2. Datos de proceso, que son los que se van generando durante la construcción y que resultan
con confirmación o variación respecto a los datos de origen (proyecto ejecutivo); también
pueden adquirir relevancia algunos datos que por algún motivo se vuelven importantes, por
ejemplo, que la profundidad del colector principal en donde se debe descargar sea distinto a lo
previsto debido a cambios ordenados por las autoridades, o el dato que se refiera al área en
donde se encontró un manto rocoso bajo el nivel natural del terreno.
3. Datos de uso regular, como es el caso de datos básicos para cálculos, por ejemplo sustitución
de aceros, proporciones de mezclas, unidades de aparejo, etc. Es muy conveniente tener al
alcance de la mano este tipo de información de uso corriente con objeto de no perder el tiempo
localizándola.
4. Datos generales, nos referimos a la información básica del proyecto, número de edificios del
conjunto, metros cuadrados construidos, número de prototipos, anchos de vialidades, superficie
del terreno y algunos otros datos que incluyen desde el número de los contratos, montos,
alcances y fechas hasta plazos límite de entrada en operación, información toda esta, que
frecuentemente se necesita y que no tiene caso conservar en la memoria.
Con excepción de los datos de proceso, para las demás partes que componen la libreta se puede
calcular el espacio necesario en el diario de obra, ya que se trata de información que debe
anotarse al inicio de los trabajos, por lo cual solo será necesario separar unas siete u ocho
páginas de la libreta.
Las secciones deberán de ser diferenciadas por medio de separadores, de preferencia de colores
diferentes y con una uña que sobresalga, para lograr un manejo ágil de la libreta.
1) ACONTECIMIENTOS RELEVANTES.
Todo hecho que se considere de singular importancia o que signifique un logro en el avance de
los trabajos. Un hecho lo sería el colado de la losa tapa de la cisterna, que representa el inicio
de la etapa de acabados en obras exteriores, o bien el colado de la última losa de azotea, con la
cual se termina el uso de cimbra; en fin, muchos otros sucesos cuyo enlistado sería demasiado
largo.
También se puede considerar como hecho relevante los fenómenos naturales: lluvias
extraordinarias, heladas, ventarrones, así como otros hechos de carácter eventual, como
escasez de cemento, falta de agua, disminución de personal por ser época de cosechas, y otros
similares.
Así mismo, podemos referirnos a modificaciones importantes que afecten el desarrollo de la
obra: suspensiones parciales o totales de los trabajos, pruebas de laboratorio extraordinarias o
de materiales recibidos, y muchas otras situaciones que se deben considerar.
Todas estas actividades deben quedar asentadas en su momento en el tiempo y en sus alcances.
Ocasionalmente será necesario mencionar la procedencia de orden de ejecución, quienes las
llevaron a cabo y cuánto tiempo emplearon en hacerlo.
3) VISITAS A LA OBRA.
En los frentes de trabajo se reciben con alguna frecuencia diversos tipos de visitas oficiales que
deben quedar registradas. Es conveniente anotar quiénes visitaron el centro de trabajo, de que
entidad o dependencia provenían, el motivo de la visita, las instrucciones giradas, en fin, todos
los incidentes y pormenores acontecidos, de manera que sea posible reconstruir los hechos
posteriormente al momento en que se requiera.
Es común que durante este tipo de visitas se giren instrucciones verbales por parte de las
autoridades. Al no quedar registradas, en algunas ocasiones se presentan dificultades para
demostrar con qué base se autorizaron las modificaciones ordenadas y hasta los propios
autores de este tipo de órdenes verbales frecuentemente las desconocen, por lo que el supervisor
se ve en dificultades para explicar en qué fundamentó órdenes que pueden representar
inversiones muy elevadas. Es importante regularizar estas intervenciones por lo cual
expondremos dos formas de hacerlo.
La primera en el caso de que los visitantes efectúen una inspección detallada a la localidad en
que se realizan los trabajos, hay tiempo para elaborar una minuta de la visita en la que se
incluyan las instrucciones giradas. Esta se presenta a firma para corroboración o aclaración, si
es que no se han entendido bien las instrucciones giradas. En este caso se harán las
correcciones pertinentes y se presentará nuevamente para firma.
En esta segunda situación a nuestro juicio bastante frecuente, si se procede como se indica, se
tiene la seguridad de tener las instrucciones correctas y la ventaja de fincar la responsabilidad
en quien generó la orden.
La segunda recomendación es para el caso de que no hubiera tiempo para recabar una firma o
una responsiva sobre las órdenes recibidas. Se deberá entonces redactar el acta de visita y
enviarla por correo o llevarla uno mismo a la persona que giró las instrucciones, marcando
copia para todos aquellos que resulten interesados en el asunto (si se puede obtener acuse de
recibo es mejor).
Es muy importante que para este segundo envío se obtenga el acuse de recibo. Se debe normar
un criterio que determine la magnitud y trascendencia de las instrucciones recibidas. Cuando se
trate de circunstancias que no afecten el desarrollo de los trabajos, posiblemente no sea
necesario proceder en la forma recomendada; debemos reconocer que muchas veces las
instrucciones tienen un soporte lógico y hasta técnico que las ubica dentro de la esfera de
nuestra competencia como supervisores responsables del desarrollo constructivo y entonces,
más que buscar un respaldo a la autorización debemos agradecer el habernos abierto los ojos.
Ahora bien, en ausencia de estas condiciones hay que tener mucho cuidado para decidir en qué
casos nos apegamos al procedimiento aquí descrito; no hay que olvidar que es frecuente que
asuntos que aparentan carecer de importancia la adquieren con el tiempo, acarreando
problemas que se pudieron haber evitado.
Si se quiere ser práctico en lo referente a este asunto, se puede utilizar el diario de obra durante
la visita y al recibir órdenes, escribir en él, en forma concisa, las instrucciones recibidas para
que sean firmadas al instante.
La recomendación es igualmente válida para el insumo que sea vital en la construcción y que su
carencia provoque retrasos en uno o varios aspectos, por lo tanto quedan comprendidos en esto
los arribos de maquinaria, las válvulas de la red de agua potable, los calentadores de agua, e
inclusive la llegada de un técnico.
5) RECEPCIÓN DE DOCUMENTOS.
Otro punto que se debe controlar con el diario de obra es la documentación que regularmente
llega al frente de trabajo. Entendemos por documentación desde licencias y permisos de
construcción, circulares institucionales, boletines de proyectos, hasta oficios, memorándums,
planos con modificaciones y toda suerte de escritos de los cuales hay que tener constancia de la
fecha en que se recibieron.
Por principio de orden todo documento que ingresa a la oficina de supervisión debe registrarse,
indicando la fecha, la procedencia y, en forma muy concreta, el asunto de que se trata o las
características principales del plano que se recibe.
Recomendamos dejar dos o tres renglones de espacio destinado a cada fecha en el diario de
obra; para este fin es conveniente separarlos por medio de una raya de color muy vivo para que
destaque.
Esta práctica de anotar las órdenes tiene la ventaja de contribuir al control eficiente que debe
tener el coordinador con las obras y con el personal de supervisión a cargo de ellas. A los
supervisores les sirve como guía de trabajo, como efectivo deslinde de responsabilidades sobre
las instrucciones recibidas y de referencia a las fechas en que éstas fueron dadas, lo cual les
proporcionará datos para defenderse si llegasen a requerir aclaraciones.
Cuando por algún motivo el supervisor no se encuentre durante la visita del coordinador, éste
solo necesitará anotar en el diario de obra sus órdenes para hacérselas saber al supervisor;
esta es la razón por la que el diario de obra deberá estar siempre en la oficina de supervisión, al
alcance del coordinador, pero sin que esto signifique que cualquiera tenga acceso a él.
Por ese mismo conducto el supervisor podrá dejar constancia de su ausencia o de cualquier
otro dato importante del que deba enterarse el coordinador.
Los temas que deben manejarse son los que tienen importancia para el buen desempeño de las
funciones de supervisión las que, operando como un equipo técnico de trabajo, se pueden referir
a políticas de trabajo de la empresa, a órdenes giradas por la gerencia de supervisión o por la
dirección de la empresa, formas de proceder ante un evento próximo, señalamientos referentes a
atrasos en el cumplimiento de las obligaciones contractuales —tanto del contrato de obra como
el propio de la supervisión-, requerimientos sobre órdenes administrativas (por ejemplo, envío
de comprobaciones de caja chica o datos necesarios para las estimaciones del contrato de
supervisión), autorizaciones solicitadas con antelación por los supervisores, etc.
Todo aquel asunto que en un futuro pueda representar un tema de discusión, o que su olvido
pueda acarrear consecuencias para cualquiera de las partes o para el buen desempeño de la
empresa a la que se pertenece o los intereses de quien contrata o, más genéricamente, para la
buena marcha del desarrollo constructivo a nuestro cargo.
También se pueden anotar datos como los diferentes niveles de una cepa de drenaje y tantos
otros temas técnicos que cotidianamente suceden de diferente manera en cada frente de trabajo.
Siendo necesariamente manuable no se puede esperar que la libreta de campo contenga gran
número de hojas, lo cual motiva a usar más de una libreta por cada obra completa. Esto puede
acarrear el problema del extravío de alguna de ellas. Este problema se minimiza si tomamos
como hábito el vaciar al diario de obra los datos más importantes, logrando a la vez mantener
éste al día, así como tener los datos importantes por duplicado, para el caso de pérdida de
alguno de estos dos instrumentos de trabajo del supervisor.
Para concluir queremos hacer una reflexión respecto al tema de los rendimientos de la mano de
obra en especial. Los supervisores saben que toda labor de control de precios se basa en buena
medida en los datos válidos sobre rendimientos que manejen los analistas de costos y también
saben que dichos rendimientos son un antiguo tema de discusiones sobre las que difícilmente se
llega a un acuerdo.
También están conscientes de ser los indicados para emitir una opinión técnica y oficial al
respecto, en defensa de los intereses de quien nos confía la administración de los fondos al
otorgarnos la facultad de determinar el importe de los pagos parciales y por consecuencia la
liquidación de los trabajos, nos es indispensable cuidar que la obra se realice utilizando solo la
mano de obra estrictamente indispensable.
El diario de obra es un auxiliar de trabajo del que se sirve el supervisor para descargar su
memoria y dejar constancia de datos importantes, órdenes y directrices ubicadas perfectamente
en el tiempo; de esta manera se puede resumir en pocas palabras lo que significa para nosotros
el diario de obra.
A este resumen que define lo escrito en este subcapítulo, añadiremos una recomendación a los
supervisores: no consideren al diario de obra como un trabajo más que realizar, sino como un
instrumento de orden que permite realizar nuestra función con profesionalismo y ejercer el
control de la obra a nuestro cargo en forma eficiente y más fácil. Entendiendo de esta manera el
diario de obra podemos comprender cuál es la razón de su existencia y servirnos de él
aprovechando todas sus cualidades.
La agenda constituye toda una programación y planeación del desempeño del supervisor; su
manejo parte de la base de un análisis. Se podrá ver que las actividades del supervisor pueden
ser agrupadas en actividades rutinarias periódicas (elaboración de informes, revisión de
generadores de estimaciones, etc.); actividades rutinarias diarias (recorridos de campo,
revisión y actualización de bitácora y diario de obra); actividades previsibles (revisión de
armados, verificación de niveles de desplante); actividades imprevisibles (muy diversas; algunas
de ellas se sabe que ocurrirán pero no cuando, y otras no se pueden predecir). A su vez todas
las actividades se presentan con diferentes características en una o en varias etapas que
mencionamos a continuación.
* PRIMERA ETAPA. Actividades pre-iniciales, antes del arranque de los trabajos de campo.
* SEGUNDA ETAPA. Actividades iniciales, aquellas que solo se realizan al principio de la
obra.
Una vez separadas las actividades e identificadas por sus características, y tras acomodarlas en
sus respectivas etapas, se procede a estimarles un tiempo de ejecución, después se procede a
darles fecha y a anotarlas en la agenda, o sea a ubicarlas en el tiempo, siempre que esto sea
posible.
Por ejemplo, sabemos de antemano que el recorrido de campo es una actividad diaria, por lo
tanto se anotan todos los días hábiles; se sabe también que los informes deben elaborarse
digamos los días 3 o 4 de cada mes y las estimaciones, suponiendo que sean quincenales, se
reciben a revisión los días 6 y 21 de cada mes.
En todos estos casos se puede destinar un tiempo y una fecha y dejarse ya anotados en la
agenda. El resto del espacio se destinará a actividades imprevisibles. También es conveniente
ubicar actividades de las que se tiene idea de la fecha en que se efectuarán. En esos casos se
recomienda señalarlas aproximadamente en la fecha para posteriormente anotarlas en el lugar
correspondiente.
Es comprensible que algunos encontrarán difícil habituarse al uso de la agenda, sin embargo,
ante la ineludible necesidad de servirnos de ella como instrumento de orden se requiere de un
esfuerzo.
Tampoco consideramos adecuado que la agenda sea un instrumento rígido de carácter
obsesivo, actitud que la convertiría en estorbo más que en beneficio. Debemos utilizarla con
criterio y servirnos de ella en la medida en que nos signifique una ayuda de memoria, un
principio de orden.
Finalmente queremos mencionar la correspondencia y los lazos de unión que existen entre los
elementos de orden. Nos referimos a la bitácora, el diario de obra, la libreta de campo y la
agenda del supervisor. Cuando están bien controlados existe una relación entre estos diferentes
instrumentos que permite seguir con toda claridad y precisión el desarrollo de un evento o el
desenvolvimiento de un problema y la manera en que se atendió y resolvió.
INTRODUCCIÓN
No dejen de aprovechar las ventajas que proporciona un diario de obra respecto al control de la
misma y su correspondiente registro de las incidencias del desarrollo constructivo. Existe en el
diario de obra una sección dedicada a la comunicación entre ustedes y el personal a su cargo,
aprovéchenla y aprovechen todos los demás elementos contenidos en el diario de obra para
ordenar las funciones del personal de campo, como por ejemplo la sección “Reflexión semanal
para mejorar” o los “planes de capacitación”, y recuerden que una vez instaurado el diario de
obra, cuando visiten el frente de trabajo, bastará un vistazo a este, para darse una idea clara y
precisa del desempeño de sus subordinados.
INSTRUCTIVO DE USO
El diario de obra ha sido diseñado en 2 secciones. Para facilitar su operación, la primera la
hemos denominado libro base y la segunda repuesto, de tal forma que una obra que por su
magnitud y duración sea extensa tendrá un libro base y varios repuestos. A continuación
explicamos en detalle cada una de las partes que componen cada sección.
* TERCERA PARTE. Hoja de registro. Se trata de una hoja en donde se anotarán los datos
indicativos de la obra. Estos datos frecuentemente son requeridos durante el proceso
constructivo, siendo muy práctico concentrarlos en el diario de obra, lo cual, permitirá
localizarlos fácilmente.
* Esta parte está compuesta de tres elementos que por sus características han sido colocados en
el libro base y una en el repuesto, los datos de origen y los datos de uso regular son los
contenidos en el libro base.
* Datos de origen. Son aquellos datos fundamentales para el inicio de la obra cuya validez
persistente, está vigente durante todo el desarrollo de la construcción, la mayoría viene
implícito en el proyecto ejecutivo particularmente en los planos de topografía y trazo, otros
datos los determinaremos en campo, sobre todo durante la primera fase de los trabajos.
* Datos de uso regular. Procurando coadyuvar la efectividad del personal técnico de la obra,
hemos dividido está sub sección en dos, en primer término ubicaremos recomendaciones y
tablas ya impresas, que son de indiscutible utilidad durante el proceso constructivo, en segundo
término hemos dejado hojas en blanco, para que el usuario del diario de obra anote toda suerte
de datos que conoció o determinó durante la construcción, que considere que en un futuro habrá
de necesitarlos cuando esté en otro frente de trabajo, por esa razón, está sub sección está
encuadernada de manera que pueda ser desprendida, para llevarla y adicionarla al diario de
obra de la próxima obra, de esta existirá un constante enriquecimiento de este acervo de datos,
sin necesidad de escribirlos muchas veces o tenerlos dispersos o en una libreta que quien sabe
dónde quedó.
Tiene como finalidad fundamental dejar constancia de las fechas que delimitan el plazo de
validez del repuesto de diario de obra así como relacionar cada repuesto con su antecesor y su
predecesor en caso de existir estos.
Describiremos cada uno de los apartados que componen el formato con objeto de que se
aprovechen al máximo.
A. Registro por día. Espacio principal del formato; su finalidad consiste en anotar los
incidentes del día, si fuera insuficiente, usar dos páginas, cuidando en tal caso de hacer una
anotación al término del espacio para indicar que continúa en la siguiente página.
B. Actividades del personal de campo. Los técnicos responsables de la obra y usuarios del
diario de obra, relacionarán en esta sección sus actividades cotidianas y los incidentes
relacionados con el trabajo profesional a su cargo.
C. Pendientes. Pequeño espacio destinado a anotar los pendientes importantes que no estén
resueltos aún y requieran atención especial y próxima.
D. Relevantes. Para asentar acontecimientos muy importantes los cuales sin duda, serán
buscados con frecuencia y si quedan anotados en este ligar serán localizados con facilidad.
E. Libreta de campo. Espacio para anotar los datos trascendentes, que durante el día han sido
escritos en la libreta de campo, con lo cual ya quedan registrados por duplicado. Estos datos
que por ser vitales para el desarrollo de la obra deben manejarse constantemente y no podemos
arriesgarnos a que puedan extraviarse.
F. Visitas de obra. Se deja el margen inferior para anotar los nombres de quienes visiten en
forma oficial el frente de trabajo.
G. Clave. El número aquí anotado tiene por objeto individualizar el repuesto de diario de obra,
proporcionándole identidad propia para efectos de control.
H. Fecha. De primordial importancia para el diario de obra, nunca debe omitirse fecha de una
hoja ya que invalida en buena medida lo asentado en el resto del formato.
Formato diseñado para reportar en forma condensada los acontecimientos de la semana. Está
impreso por un solo lado y tiene copia en papel autocopiante para evitar la necesidad de
recurrir al papel carbón.
I. Semanario. Dividido en cada uno de los días hábiles de la semana para que se haga un
resumen de lo asentado en el registro diario. El secreto para un aprovechamiento óptimo está
en la habilidad para resumir sin perder el sentido de lo descrito a la vez que se conserve integra
la sustancia de los acontecimientos.
II. Registro de avances. También se trata de una síntesis, en este caso, numérica porcentual de
los avances de la obra durante la semana que se reporta.
Esta sección se divide en dos partes; la superior tiene como objetivo informar sobre el trabajo
desarrollado exclusivamente durante el lapso semanal establecido, y en la parte inferior se
repiten los datos, pero acumulándolos a los avances anteriores de manera que el resultado es un
avance total de la obra hasta la fecha de reporte.
Los elementos que integran el registro de avances son capítulos de la obra y porcentajes de
avance de obra, al respecto haremos una observación a cada uno de ellos, sobre los capítulos
diremos que es necesario considerar un máximo de diez capítulos. Si la obra tuviese por su
complejidad un mayor número de capítulos, habremos de agruparlos de una manera que resulte
en los 10 espacios disponibles o menos, si existiera la ineludible obligación de reportar algunos,
en especial que estén agrupados con otros en el capítulo, debemos reportarlos en las hojas del
semanario en síntesis si fuese un solo extra.
Hemos dejado un renglón más en la parte superior (registro semanal) para tal fin, por lo que se
refiere a la columna de registro porcentual de avance. Una recomendación:
Recuerden que después del 99% sigue el 100%, con esto queremos decir que determinen los
porcentajes con cuidado desde el inicio de la obra, para evitar verse cerca del final acorralados
contra el 100%.
IV. Envío de documentación o planos. Aquí dejamos constancia como ayuda de memoria de lo
que remitimos desde la oficina de obra, no olvidar señalar el destinatario.
V. Visitas de obra. Anotar en este margen los nombres y entidades a que pertenecen, de quienes
se hayan presentado a la obra en la semana.
VI. Arribos de material y equipos. Solamente aquellos que sean críticos o secuenciales para el
avance de los trabajos.
VIII. Fechas semana. Para señalar la fecha inicial y final de la semana que se reporta.
En la cuarta parte de la descripción del libro base, de este mismo instructivo se trata sobre el
banco de datos contenido ahí y se menciona la otra sección incluida en el registro, se refiere a:
Datos de proceso. Se trata de dos formatos, el primero está impreso con datos útiles para el
personal de campo, y tiene como finalidad servir de libro de consulta técnica, y el segundo tiene
espacio suficiente para permitir la anotación de todo dato importante de la obra que sea
necesario conservar.
El formato se ha dividido en cinco partes en el sentido vertical, la primera sirve para anotar el
número de nota inicial de la serie, en la segunda anotamos la fecha y en la tercera, el tema
genérico en forma ultra concentrada; la cuarta columna sirve para anotar fecha y número de
hojas subsecuentes en caso de que fuese necesario efectuar varios asientos entes de dar por
terminado el asunto, la última columna será para indicar siempre que el asunto ha sido
atendido y se finiquita con esa nota de manera que si la última columna no ha sido llenada, ese
asunto no ha sido resuelto aún. Bastará con revisar diariamente este formato para saber que
vencimientos tenemos próximamente fijándonos en la última fecha de cada renglón e ignorando
aquellos cuya columna ha sido llenada.
II. Borradores de hojas relevantes de bitácora. Este formato tiene por objeto asegurarnos de
que lo que escribimos en bitácora que tenga carácter de trascendente, no se escriba de primera
intención, quede constancia de cómo se redactó y corrigió para tener la certeza de que lo
anotado es lo que queremos decir, lo cual, podemos comprobar ante nuestros superiores
mostrando este formato.
Este formato funciona igual que la bitácora de obra y sirve para dejar constancia de órdenes
emitidas por superiores jerárquicos de la empresa.
En esta sección se incluyen artículos de interés general para su difusión entre el personal de
campo, se editan diferentes, iniciando con 10 distintos y aumentando su número cada nueva
edición de diario de obra, son indispensables con objeto de que los usuarios los conserven
cuando el repuesto sea enviado al término de la obra.
SECCIÓN III
Artículo 100.- Las modificaciones a los contratos podrán realizarse por igual en aumento que
en reducción. Si se modifica el plazo, los periodos se expresarán en días naturales y la
determinación del porcentaje de variación se hará con respecto del plazo originalmente
pactado; en tanto que si es al monto, la comparación será con base en el monto original del
contrato.
Las modificaciones al plazo serán independientes a las modificaciones al monto, debiendo
considerarse en forma separada, aun cuando para fines de su formalización puedan integrarse
en un solo documento.
Artículo 102.- Para los efectos del cuarto párrafo del artículo 59 de la Ley, cuando la
modificación a los contratos implique aumento o reducción por una diferencia superior al
veinticinco por ciento del importe original establecido en los mismos o del plazo de ejecución, el
Área responsable de la ejecución de los trabajos junto con el contratista, deberán revisar los
indirectos y el financiamiento originalmente pactados y determinar la procedencia de ajustarlos
a las nuevas condiciones en caso de que éstas se presenten.
Será necesario solicitar de manera justificada la autorización de la Secretaría de la Función
Pública, en los siguientes casos:
i. Cuando el monto se incremente en más de un veinticinco por ciento, sin que se incremente el
plazo de ejecución originalmente pactado en el contrato;
ii. Cuando el monto y el plazo de ejecución originalmente pactados en el contrato se reduzcan
en más de un veinticinco por ciento, y
iii. Cuando el monto y el plazo de ejecución originalmente pactados en el contrato se
incrementen en más de un veinticinco por ciento.
En los casos no previstos en las fracciones anteriores de variación del monto y plazo en el
porcentaje señalado en este artículo, no se requerirá autorización de la Secretaría de la
Función Pública, debiendo el Área responsable de la ejecución de los trabajos junto con el
contratista proceder a la revisión de los indirectos y el financiamiento y, en su caso, al ajuste
correspondiente.
La revisión de los indirectos y el financiamiento se realizará siempre y cuando se encuentre
vigente el contrato, conforme al siguiente procedimiento:
I. La revisión deberá efectuarse respecto a la totalidad del plazo y monto contratados,
incluyendo los que deriven de los convenios modificatorios, y no sólo respecto del porcentaje
que exceda del veinticinco por ciento;
II. La información contenida en la proposición se tomará como base para la revisión;
III. De la información mencionada en el inciso anterior se deberán identificar los rubros de
administración en campo y los de oficinas centrales, así como los rubros que integran el
porcentaje de financiamiento propuesto originalmente;
IV. La dependencia o entidad debe establecer junto con el contratista los rubros que realmente
se vieron afectados, a fin de precisar las diferencias que resulten como consecuencia de las
nuevas condiciones en que se ejecutaron los trabajos;
V. Con base en las diferencias detectadas, la dependencia o entidad junto con el contratista,
deberá determinar los nuevos porcentajes de indirectos y financiamiento que les serán
aplicables al contrato;
VI. Sólo se deberá solicitar documentación comprobatoria, en aquellos casos en que el
contratista requiera se le reconozca un costo mayor de alguno o varios de los rubros de
indirectos y financiamiento contenidos en su proposición, y
VII. La autorización de los ajustes por parte de la dependencia o entidad deberá constar por
escrito, los cuales se aplicarán como un diferencial a todas las estimaciones autorizadas de los
trabajos desde el inicio del contrato hasta su conclusión.
Artículo 103.- En caso de que el contratista concluya los trabajos en un plazo menor al
establecido en el contrato, no será necesaria la celebración de convenio alguno. Si el contratista
se percata de la imposibilidad de cumplir con el programa de ejecución convenido, por causas
no imputables a él, deberá notificarlo a la dependencia o entidad, mediante anotación en la
Bitácora, presentando la solicitud de ampliación de plazo y la documentación justificadora
dentro del plazo de ejecución de los trabajos.
La dependencia o entidad, dentro de los treinta días naturales siguientes a la presentación de la
solicitud del contratista señalada en el párrafo anterior, emitirá el dictamen de resolución; de
no hacerlo, la solicitud se tendrá por aceptada. El convenio mediante el cual se ampliará el
plazo respectivo deberá formalizarse dentro de los treinta días naturales siguientes a la emisión
del dictamen de referencia o a la afirmativa ficta de la dependencia o entidad.
Artículo 104.- Para los efectos de lo dispuesto en el séptimo párrafo del artículo 59 de la Ley,
los contratistas podrán promover la solicitud de reconocimiento ante las dependencias o
entidades correspondientes, cuando se trate del aumento en el costo de los insumos de los
trabajos no ejecutados conforme al programa de ejecución convenido, o bien las dependencias o
entidades promoverán la reducción de dichos costos, conforme a lo siguiente según
corresponda:
I. Las dependencias y entidades solicitarán a la Secretaría de la Función Pública, la emisión de
disposiciones para determinar si existen circunstancias económicas de tipo general a las que se
atribuya directamente el aumento o reducción en los costos de los insumos de los trabajos no
ejecutados conforme al programa de ejecución convenido por causas no imputables al
contratista. Al efecto, las dependencias y entidades presentarán la información que permita a la
Secretaría de la Función Pública emitir las disposiciones correspondientes, previa opinión de la
Secretaría y de la Secretaría de Economía;
II. De confirmarse la condición a que se refiere la fracción anterior, las dependencias y
entidades realizarán
el análisis necesario para que en el caso concreto determinen la procedencia de reconocer el
aumento en los costos de los insumos, para lo cual solicitarán al contratista que presente la
información que acredite dicho incremento. El reconocimiento del incremento en el costo de los
insumos se realizará atendiendo a lo siguiente:
a) La base para el cálculo de los incrementos será el listado de insumos a que se refiere la
fracción I del Apartado B del articulo 45 de este Reglamento;
b) La dependencia o entidad junto con el contratista determinarán los índices aplicables para el
reconocimiento del incremento en los insumos, los cuales deberán provenir preferentemente de
publicaciones oficiales o de otras que se seleccionen con criterios de oportunidad,
confiabilidad,
imparcialidad y disponibilidad;
c) El contratista deberá efectuar el cálculo del incremento considerando el listado y los índices
mencionados en los incisos a) y b) anteriores y presentarlo a la dependencia o entidad para su
análisis, y
d) La dependencia o entidad dentro de los sesenta días naturales siguientes a la recepción de la
información a que se refiere el inciso anterior, deberá emitir por escrito la resolución que
proceda. En caso contrario, la resolución se entenderá en sentido positivo;
III. Si la variación es a la baja, la dependencia o entidad en un plazo no mayor a sesenta días
naturales
siguientes a la fecha en que la Secretaría de la Función Pública haya emitido las disposiciones
en las que se confirme la existencia de circunstancias económicas de tipo general, determinará
las reducciones correspondientes y las notificará al contratista junto con los elementos que haya
considerado para tomar dicha determinación, atendiendo lo establecido en los incisos a) y b) de
la fracción anterior.
El contratista dentro de los sesenta días naturales siguientes a la notificación señalada en el
párrafo
anterior, analizará la variación a la baja que le presente la dependencia o entidad y, en caso de
discrepancia, solicitará la revisión conjunta de las reducciones determinadas. Concluido el
plazo señalado sin que el contratista formule la solicitud de revisión, se tendrá por aceptada la
reducción, y
IV. Cuando sea procedente el reconocimiento del aumento o reducción de los costos de los
insumos, su pago deberá realizarse en el finiquito correspondiente, sin que en ningún caso se
generen gastos financieros por dicho concepto.
Artículo 107.- Si durante la ejecución de la obra o servicio de que se trate surge la necesidad de
realizar trabajos por conceptos no previstos en el catálogo original del contrato, el contratista
deberá presentar los análisis de precios correspondientes con la documentación que los soporte
y apoyos necesarios para su revisión, a partir de que se ordene su ejecución y hasta los treinta
días naturales siguientes a que se concluyan dichos trabajos; la conciliación y autorización de
los referidos precios unitarios deberá realizarse durante los siguientes treinta días naturales a
su presentación.
Para la determinación de los nuevos precios unitarios las dependencias y entidades, junto con el
contratista, procederán en el siguiente orden y manera, siendo cada fracción excluyente de la
anterior:
I. Hacerlo con base en los costos directos estipulados en el contrato y que sean aplicables a los
nuevos conceptos;
II. Determinar los nuevos precios unitarios a partir de los elementos contenidos en los análisis
de los precios ya establecidos en el contrato.
Para los efectos de esta fracción, los elementos a considerar se referirán a lo siguiente: los
insumos con sus costos; los consumos y los rendimientos por unidad de obra en las mismas
condiciones a las
originales y los costos indirectos, de financiamiento, cargo por utitidad y cargos adicionales.
La aplicación de los elementos señalados en el párrafo anterior será la base para la
determinación de los nuevos precios unitarios, debiendo considerar lo siguiente:
a) Los costos de los insumos establecidos en el contrato, se aplicarán directamente a los
consumos calculados por unidad de obra para la ejecución de los trabajos no previstos de que
se trate;
b) Cuando se requieran insumos que no estén contenidos en el contrato y el importe conjunto de
éstos no exceda del veinticinco por ciento del valor del nuevo precio, se podrán aplicar los
costos investigados en el mercado conciliados por las partes. La condición anterior no será
limitativa en el caso de equipos de instalación permanente, para los cuales se aplicará el costo
investigado y conciliado; debiendo considerar que los costos de los insumos deben estar
referidos a los presentados en el acto de presentación y apertura de proposiciones, y
c) Para determinar los consumos y los rendimientos de un precio unitario para trabajos
extraordinarios se podrá tomar como base el análisis de un precio establecido en el contrato
cuyo procedimiento constructivo sea similar, ajustando los consumos y rendimientos en función
del grado de dificultad y alcance del nuevo precio, conservando la relación que guarden entre sí
los consumos y los rendimientos en los análisis de precios unitarios de conceptos de trabajos
existentes en el catálogo original;
III. Cuando no sea posible determinar el precio unitario en los términos de las fracciones
anteriores,
solicitarán al contratista que presente una propuesta de conceptos y precios unitarios,
estableciendo un plazo para ello, debiendo emitir el dictamen de resolución dentro de los veinte
días naturales siguientes a aquél en que reciba la propuesta. El contratista deberá calcular el
nuevo precio aplicando los costos de los insumos contenidos en los precios unitarios del
contrato y para los que no estén contenidos en ellos propondrá los que haya investigado en el
mercado, proporcionando los apoyos necesarios y conciliando éstos con la dependencia o
entidad, considerando que los costos de los insumos deberán estar referidos a los presentados
en el acto de' presentación y apertura de proposiciones.
El contratista podrá determinar analíticamente los consumos y rendimientos para el nuevo
precio unitario, tomando en cuenta la experiencia de su personal de construcción o los
antecedentes aplicables de trabajos similares, conciliando con la dependencia o entidad, o
IV. Analizarlos partiendo de la observación directa de los trabajos, previo acuerdo con el
contratista respecto del procedimiento constructivo, maquinaria, equipo, personal y demás que
intervengan en los conceptos,
La residencia dejará constancia por escrito de la aceptación de la propuesta, debiendo vigilar
que se
respeten las condiciones establecidas en el contrato correspondiente, En dicho escrito se
establecerán las condiciones necesarias para la ejecución y el pago de los trabajos; se
designará a la persona que se encargará de la verificación de los consumos, de los recursos
asignados y de los avances y se determinará el programa, los procedimientos constructivos, la
maquinaria, el equipo y el personal a utilizar.
Durante la ejecución de los trabajos, en un plazo similar a la frecuencia de sus estimaciones, el
contratista entregará los documentos comprobatorios de los consumos y recursos empleados en
el periodo que corresponda; dichos documentos formarán parte del precio unitario que se
deberá determinar. Esta documentación deberá estar avalada por el representante designado
para la verificación de los consumos y recursos, considerando que los costos de los insumos
deberán estar referidos a los presentados en el acto de presentación y apertura de
proposiciones.
Los documentos referidos en el párrafo anterior se enviarán al Área responsable de la ejecución
de los trabajos con la misma periodicidad de las estimaciones, la información contenida en esta
documentación será la base para calcular el precio unitario para el pago de los trabajos, por lo
que el contratista deberá acompañar también la documentación comprobatoria de los costos de
los insumos. Los costos se verificarán y conciliarán con anterioridad a su aplicación en el
precio unitario por elaborar, salvo los costos ya establecidos en el contrato.
En todos los casos, la dependencia o entidad deberá emitir por escrito al contratista,
independientemente de la anotación en la Bitácora, la orden de trabajo correspondiente. Los
conceptos, sus especificaciones y los precios unitarios que deriven de dichos trabajos quedarán
incorporados al contrato, en los términos del convenio modificatorio que para tal efecto se
suscriba.
Si como resultado de la variación de las cantidades de obra originales, se requiere de la
participación de
maquinaria o equipo de construcción, mano de obra, materiales o procedimientos de
construcción en condiciones distintas a las consideradas en los análisis de precios unitarios que
sirvieron de base para adjudicar el contrato, dichos conceptos deberán analizarse como un
concepto no previsto en el catálogo original del contrato.
Artículo 108.- Si por las características y complejidad de los precios unitarios no considerados
en el catálogo
origina! del contrato no es posible su conciliación y autorización en el término señalado en el
primer párrafo del artículo anterior', las dependencias y entidades, previa justificación, podrán
autorizar hasta por un plazo de sesenta días naturales, el pago provisional de los costos directos
de los insumos que efectivamente se hayan suministrado o utilizado en las obras, siempre que se
cumplan las siguientes condiciones:
I. Que se cuente con la autorización del residente y del área encargada de los precios unitarios
y, en su
caso, del supervisor;
II. Que los pagos cuenten con el soporte documental necesario que justifique que el contratista
efectivamente ya realizó su pago, tales como facturas, nóminas, costos horarios, entre otros;
III. Que el residente y, en su caso, el supervisor lleven un control diario, con sus respectivas
anotaciones en la Bitácora, de los siguientes conceptos:
a) Consumo de material, de acuerdo a lo requerido por los trabajos a ejecutar;
b) Cantidad de mano de obra utilizada y las categorías del personal encargado específicamente
de los trabajos, la que debe ser proporcionada en forma eficiente, de acuerdo con la experiencia
en obras similares;
c) Cantidad de maquinaria o equipo de construcción utilizado en horas efectivas, los que deben
ser
proporcionados en forma eficiente y con rendimientos de máquinas y equipos nuevos, y
d) Cantidad o volumen de obra realizado durante la jornada;
IV. Que una vez vencido el plazo de los sesenta días, sin llegar a la conciliación, la dependencia
o entidad determinará el precio extraordinario definitivo con base en lo observado en la
fracción anterior; debiendo considerar los porcentajes de indirectos, financiamiento, utilidad y
cargos adicionales, pactados en el contrato, y
V. Que en el caso de que exista un pago en exceso, se deberá hacer el ajuste correspondiente en
la
siguiente estimación, o bien, en el finiquito, y se procederá de acuerdo con lo establecido en el
último
párrafo del artículo 55 de la Ley, sin responsabilidad alguna para las partes.
En todos los casos se deberá anotar mensualmente en la Bitácora los pagos autorizados y su
monto total, las obras o contratos de que se trate y el importe definitivo de cada precio no
previsto en el catálogo de conceptos original.
Artículo 109.- Según el tipo y las características de los contratos, los convenios deberán
contener como mínimo lo siguiente:
I. La identificación del tipo de convenio que se realizará y de cada una de las partes
contratantes, asentando
II. el nombre y el cargo de sus representantes, así como el acreditamiento de su personalidad;
III. El dictamen técnico y los documentos que justifiquen la celebración del convenio;
IV. El objeto del convenio, anotando una descripción sucinta de las modificaciones que se van a
realizar;
V. Un programa de ejecución valorizado de acuerdo a la periodicidad establecida para las
estimaciones, que considere los conceptos que se realizarán durante su vigencia;
VI. La estipulación por la que las partes acuerdan que, con excepción a lo expresamente
estipulado en el convenio, regirán todas y cada una de las cláusulas del contrato original;
VII. Cuando el convenio implique un incremento al plazo de ejecución se deberá señalar el
plazo de ejecución para el convenio y el porcentaje que representa, así como el plazo de
ejecución total considerando el del contrato original y el nuevo programa de ejecución
convenido, y
VIII. Cuando el convenio implique un incremento al monto, además de lo previsto en las
fracciones anteriores, se deberá contemplar lo siguiente:
a) La disponibilidad presupuestaria;
b) El importe del convenio con número y letra, así como el resultado de la suma con el contrato
original
y el porcentaje que representa el nuevo importe respecto del original;
c) La obligación, por parte del contratista, de ampliar la garantía en los mismos términos a los
establecidos para el contrato original, y
d) Un catálogo de conceptos valorizado, indicando las cantidades y los precios unitarios que lo
conforman, determinando cuál es su origen en los términos del artículo 59 de la Ley.
CAPÍTULO CUARTO
DE LA EJECUCIÓN
Artículo 110.- La ejecución de los trabajos deberá realizarse con la secuencia y en el tiempo
previsto en el
programa de ejecución convenido en el contrato.
Artículo 111.- Para iniciar la ejecución de los trabajos, las dependencias y entidades deberán
designar a un
servidor público y el contratista a un representante que fungirán como residente y
superintendente, respectivamente.
Cuando la supervisión se realice por terceras personas, el residente podrá instalar dicha
supervisión con posterioridad al inicio de los trabajos.
SECCIÓN I
Artículo 115.- Las funciones de la supervisión serán las que a continuación se señalan:
I. Revisar de manera detallada y previamente al inicio de los trabajos, la información que le
proporcione la residencia con relación al contrato, con el objeto de enterarse de las condiciones
en las que se
desarrollará la obra o servicio y del sitio de los trabajos, así como de las diversas partes y
características del proyecto, debiendo recabar la información necesaria que le permita iniciar
los trabajos de supervisión según lo programado y ejecutarlos ininterrumpidamente hasta su
conclusión;
II. Participar en la entrega física del sitio de la obra al superintendente y proporcionar trazos,
referencias, bancos de nivel y demás elementos que permitan iniciar adecuadamente los
trabajos;
III. Obtener de la residencia la ubicación de las obras inducidas y subterráneas y realizar con el
contratista el trazo de su trayectoria;
IV. Integrar y mantener al corriente el archivo derivado de la realización de los trabajos, el cual
contendrá, entre otros, los siguientes documentos:
a) Copia del proyecto ejecutivo, incluyendo el proceso constructivo, las normas, las
especificaciones y los planos autorizados;
b) Matrices de precios unitarios o cédula de avances y pagos programados, según corresponda;
c) Modificaciones autorizadas a los planos;
d) Registro y control de la Bitácora y las minutas de las juntas de obra;
e) Permisos, licencias y autorizaciones;
f) Contratos, convenios, programas de obra y suministros, números generadores, cantidades de
obra
realizadas y faltantes de ejecutar y presupuesto;
g) Reportes de laboratorio y resultado de las pruebas, y
h) Manuales y garantía de la maquinaria y equipo;
V. Vigilar la adecuada ejecución de los trabajos y transmitir al contratista en forma apropiada y
oportuna las órdenes provenientes de la residencia;
VI. Dar seguimiento al programa de ejecución convenido para informar al residente sobre las
fechas y las actividades críticas que requieran seguimiento especial, así como sobre las
diferencias entre las
actividades programadas y las realmente ejecutadas, y para la aplicación de retenciones
económicas, penas convencionales, descuentos o la celebración de convenios;
VII. Registrar en la Bitácora los avances y aspectos relevantes durante la ejecución de los
trabajos con la
periodicidad que se establezca en el contrato;
VIII. Celebrar juntas de trabajo con el superintendente o con la residencia para analizar el
estado, avance,
problemas y alternativas de solución, consignando en las minutas y en la Bitácora los acuerdos
tomados y dar seguimiento a los mismos;
IX. Vigilar que el superintendente cumpla con las condiciones de seguridad, higiene y limpieza
de los trabajos;
X. Revisar las estimaciones a que se refiere el artículo 130 de este Reglamento para efectos de
que la
residencia las autorice y, conjuntamente con la superintendencia, firmarlas oportunamente para
su trámite de pago, así como comprobar que dichas estimaciones incluyan los documentos de
soporte respectivo;
XI. Llevar el control de las cantidades de obra o servicio realizados y de las faltantes de
ejecutar,
cuantificándolas y conciliándolas con la superintendencia; para ello, la supervisión y la
superintendencia deberán considerar los conceptos del catálogo contenido en la proposición del
licitante a quien se le haya adjudicado el contrato, las cantidades adicionales a dicho catálogo y
los conceptos no previstos en el mismo;
XII. Llevar el control del avance financiero de la obra considerando, al menos, el pago de
estimaciones, la amortización de anticipas, las retenciones económicas, las penas
convencionales y los descuentos;
XIII. Avalar las cantidades de los insumos y los rendimientos de mano de obra, la maquinaria y
el equipo de los conceptos no previstos en el catálogo de conceptos contenido en la proposición
del licitante a quien se le haya adjudicado el contrato, presentados por la superintendencia para
la aprobación del residente;
XIV. Verificar que los planos se mantengan actualizados, por conducto de las personas que
tengan asignada dicha tarea;
XV. Analizar detalladamente el programa de ejecución convenido considerando e incorporando,
según el caso, los programas de suministros que la dependencia o entidad haya entregado al
contratista, referentes a materiales, maquinaria, equipos, instrumentos y accesorios de
instalación permanente;
XVI. Coadyuvar con la residencia para vigilar que los materiales, la mano de obra, la
maquinaria y los equipos sean de la calidad y características pactadas en el contrato, vigilando
que la superintendencia presente oportunamente los reportes de laboratorio con sus resultados;
XVII. Verificar la debida terminación de los trabajos dentro del plazo
XVIII. Coadyuvar en la elaboración del finiquito de los trabajos, y
XIX. Las demás que le señale la residencia o la dependencia o entidad en los términos de
referencia
respectivos.
Artículo 116.- Cuando la supervisión sea realizada por terceros, las dependencias y entidades
observarán, además de los lineamientos a que se refiere el segundo párrafo del artículo 53 de la
Ley, las siguientes previsiones:
I. Las funciones señaladas en el artículo anterior, así como las que adicional mente prevean las
dependencias y entidades para cada caso particular, deberán ser congruentes con los términos
de
referencia respectivos y asentarse en el contrato que se suscriba, y
II. Tanto en los términos de referencia como en el contrato deberán especificarse los productos
o los
documentos esperados y su forma de presentación. Entre los documentos señalados, deberán
incluirse
los informes que serán presentados con la periodicidad establecida por la convocante, los
cuales serán el
respaldo de las estimaciones correspondientes y deben contemplar como mínimo los siguientes
aspectos:
a) Las variaciones del avance físico y financiero de la obra;
b) Los reportes de cumplimiento de los programas de suministro de materiales, mano de obra,
maquinaria y equipo;
c) Las minutas de trabajo;
d) Los cambios efectuados o por efectuar al proyecto;
e) Las pruebas de laboratorio realizadas o por realizar en la ejecución de los trabajos;
f) Los comentarios explícitos de las variaciones registradas en el periodo, en relación a los
programas convenidos, así como la consecuencia o efecto de dichas variaciones para la
conclusión oportuna de la obra y las acciones tomadas al respecto, y
g) La memoria fotográfica.
Artículo 117,- El superintendente deberá conocer con amplitud los proyectos, normas de calidad
y
especificaciones de construcción, catálogo de conceptos o actividades de obra o servicio,
programas de ejecución y de suministros, incluyendo los planos con sus modificaciones,
especificaciones generales y particulares de construcción y normas de calidad, Bitácora,
convenios y demás documentos inherentes, que se generen con motivo de la ejecución de los
trabajos.
La dependencia o entidad podrá reservarse en el contrato el derecho de solicitar en cualquier
momento, por causas justificadas, la sustitución del superintendente y el contratista tendrá la
obligación de nombrar a otro que reúna los requisitos exigidos en el contrato.
Artículo 118.- Si el contratista realiza trabajos por mayor valor del contratado, sin mediar
orden por escrito de
parte de la dependencia o entidad, independientemente de la responsabilidad en que incurra por
la ejecución de los trabajos excedentes, no tendrá derecho a reclamar pago alguno por ello, ni
modificación alguna del plazo de ejecución de los trabajos.
Cuando los trabajos no se hayan realizado de acuerdo con lo estipulado en el contrato o
conforme a las órdenes escritas de la dependencia o entidad, ésta podrá ordenar su demolición,
reparación o reposición inmediata con los trabajos adicionales que resulten necesarios, los
cuales se harán por cuenta del contratista sin que tenga derecho a retribución adicional alguna
por ello. En este caso, la dependencia o entidad, si lo estima necesario, podrá ordenar la
suspensión total o parcial de los trabajos contratados en tanto no se lleve a cabo la demolición,
reposición o reparación indicadas, sin que esto sea motivo para ampliar el plazo señalado para
su terminación.
Artículo 119.- Los trabajos quedarán bajo la responsabilidad del contratista hasta el momento
de su entrega a la dependencia o entidad, por lo que quedará a su cargo, entre otros aspectos,
la conservación y la limpieza de los mismos.
SECCIÓN II
DE LA BITÁCORA
Artículo 122.- El uso de la Bitácora es obligatorio en cada uno de los contratos de obras y
servicios. Su
elaboración, control y seguimiento se hará por medios remotos de comunicación electrónica,
para lo cual la
Secretaría de la Función Pública implementará el programa informático que corresponda.
La Secretaría de la Función Pública autorizará que la elaboración, control y seguimiento de la
Bitácora se realice a través de medios de comunicación convencional cuando las dependencias
y entidades así lo soliciten en los siguientes casos:
I. Cuando por virtud del sitio donde se realicen los trabajos existan dificultades tecnológicas
que impidan llevar la Bitácora a través de medios remotos de comunicación electrónica;
II. Cuando se ejecuten trabajos derivados de caso fortuito o fuerza mayor;
III. Cuando el uso de la Bitácora a través de medios remotos de comunicación electrónica
ponga en riesgo la seguridad nacional o la seguridad pública, en términos de las leyes de la
materia, y
IV. Si las dependencias y entidades realizan de manera ocasional obras y servicios.
La información contenida en la Bitácora podrá ser consultada por la Secretaría de la Función
Pública o por los órganos internos de control en el ejercicio de sus facultades de inspección,
vigilancia y control.
Artículo 125.- Cuando se presenten cualquiera de los eventos que a continuación se relacionan,
se deberá
efectuar el registro en la Bitácora mediante la nota correspondiente conforme a lo siguiente:
I. Al residente le corresponderá registrar:
a) La autorización de modificaciones al proyecto ejecutivo, al procedimiento constructivo, a los
aspectos de calidad y a los programas de ejecución convenidos;
b) La autorización de estimaciones;
c) La aprobación de ajuste de costos;
d) La aprobación de conceptos no previstos en el catálogo original y cantidades adicionales;
e) La autorización de convenios modificatorios;
f) La terminación anticipada o la rescisión administrativa del contrato;
g) La sustitución del superintendente, del anterior residente y de la supervisión;
h) Las suspensiones de trabajos;
i) Las conciliaciones y, en su caso, los convenios respectivos;
j) Los casos fortuitos o de fuerza mayor que afecten el programa de ejecución convenido, y
k) La terminación de los trabajos;
II. Al superintendente corresponderá registrar:
a) La solicitud de modificaciones al proyecto ejecutivo, al procedimiento constructivo, a los
aspectos de calidad y a los programas de ejecución convenidos;
b) La solicitud de aprobación de estimaciones;
c) La falta o atraso en el pago de estimaciones;
d) La solicitud de ajuste de costos;
e) La solicitud de conceptos no previstos en el catálogo original y cantidades adicionales;
f) La solicitud de convenios modificatorios, y
g) El aviso de terminación de los trabajos, y
III. A la supervisión le corresponderá registrar:
a) El avance físico y financiero de la obra en las fechas de corte señaladas en el contrato;
b) El resultado de las pruebas de calidad de los insumos con la periodicidad que se establezca
en el contrato o mensualmente;
c) Lo relacionado con las normas de seguridad, higiene y protección al ambiente que deban
implementarse, y
d) Los acuerdos tomados en las juntas de trabajo celebradas con el contratista o con la
residencia, así como el seguimiento a los mismos.
El registro de los aspectos señalados en las fracciones anteriores se realizará sin perjuicio de
que los
responsables de los trabajos puedan anotar en la Bitácora cualesquiera otros que se presenten y
que sean de
relevancia para los trabajos.
Artículo 126.- Por lo que se refiere a contratos de servicios, la Bitácora deberá contener como
mínimo las
modificaciones autorizadas a los alcances del contrato, las ampliaciones o reducciones de los
mismos y los
resultados de las revisiones que efectúe la dependencia o entidad, así como las solicitudes de
información que tenga que hacer el contratista para efectuar las labores encomendadas.
SECCIÓN III
DE LA FORMA DE PAGO
Artículo 127.- Las cantidades de trabajos presentadas en las estimaciones deberán
corresponder a la secuencia y tiempo previsto en el programa de ejecución convenido, así como
a los estándares de desempeño que, en su caso, se establezcan en la convocatoria a la licitación
pública y en el contrato.
Las dependencias y entidades deberán establecer en el contrato el lugar en que se realizará el
pago y las fechas de corte, las que podrán referirse a fechas fijas, o bien, a un acontecimiento
que deba cumplirse.
El atraso que tenga lugar por la falta de pago de estimaciones no implicará retraso en el
programa de ejecución convenido y, por tanto, no se considerará como causa de aplicación de
penas convencionales ni como
incumplimiento del contrato y causa de rescisión administrativa. Tal situación deberá
documentarse y registrarse en la Bitácora.
El retraso en el pago de estimaciones en que incurran las dependencias y entidades diferirá en
igual plazo la fecha de terminación de los trabajos, circunstancia que deberá formalizarse,
previa solicitud del contratista, a través del convenio respectivo. No procederá dicho
diferimiento cuando el retraso en el pago derive de causas imputables al contratista.
Artículo 128.- Una vez analizados y calculados los importes de las estimaciones, las
dependencias y entidades deberán considerar para su pago los derechos e impuestos que les
sean aplicables, así como retener el importe de los mismos, cuando corresponda, de
conformidad con las disposiciones fiscales aplicables.
Dentro del plazo a que se refiere el segundo párrafo del artículo 54 de la Ley, la dependencia o
entidad deberá revisar la factura y, si reúne los requisitos administrativos y fiscales, tramitar y
realizar el pago de la misma al contratista.
El contratista será el único responsable de que las facturas que se presenten para su pago
cumplan con los requisitos administrativos y fiscales, por lo que la falta de pago por la omisión
de alguno de éstos o por su presentación incorrecta no será motivo para solicitar el pago de los
gastos financieros a que hace referencia el artículo 55 de la Ley.
En caso de que las facturas entregadas por los contratistas para su pago presenten errores o
deficiencias, la dependencia o entidad, dentro de los tres días hábiles siguientes al de su
recepción, indicará por escrito al contratista las deficiencias que deberá corregir. El periodo
que transcurra entre la entrega del citado escrito y la presentación de las correcciones por
parte del contratista no se computará para efectos del segundo párrafo del artículo 54 de la
Ley.
Artículo 130.- En los contratos de obras y servicios únicamente se reconocerán los siguientes
tipos de estimaciones:
I. De trabajos ejecutados;
II. De pago de cantidades adicionales o conceptos no previstos en el catálogo original del
contrato;
III. De gastos no recuperables a que alude el artículo 62 de la Ley, y
IV. De los ajustes de costos.
Las estimaciones autorizadas por la residencia se considerarán como documentos
independientes entre sí, por lo que cada una podrá ser negociada para efectos de su pago.
Artículo 131.- El pago de las estimaciones no se considerará como la aceptación plena de los
trabajos, ya que la dependencia o entidad tendrá el derecho de reclamar por trabajos faltantes o
mal ejecutados y, en su caso, del pago en exceso que se haya efectuado.
Artículo 132.- Los documentos que deberán acompañarse a cada estimación serán determinados
por cada
dependencia o entidad, atendiendo a las características, complejidad y magnitud de los
trabajos, los cuales serán, entre otros, los siguientes:
I. Números generadores;
II. Notas de Bitácora;
III. Croquis;
IV. Controles de calidad, pruebas de laboratorio y fotografías;
V. Análisis, cálculo e integración de los importes correspondientes a cada estimación;
VI. Avances de obra, tratándose de contratos a precio alzado, y
VII. Informe del cumplimiento de la operación y mantenimiento conforme al programa de
ejecución convenido,
tratándose de amortizaciones programadas.
Artículo 133.- En los contratos bajo la condición de pago sobre la base de precios unitarios se
tendrán por
autorizadas las estimaciones que las dependencias y entidades omitan resolver respecto de su
procedencia, dentro del término que para tal efecto dispone el primer párrafo del artículo 54 de
la Ley.
En todos los casos, el residente deberá hacer constar en la Bitácora la fecha en que se
presentan las
estimaciones.
En el caso de que el contratista no presente las estimaciones en el plazo establecido en el primer
párrafo del artículo 54 de la Ley, la estimación correspondiente se presentará en la siguiente
fecha de corte, sin que ello dé lugar a la reclamación de gastos financieros por parte del
contratista.
Artículo 134.- En los contratos celebrados bajo la condición de pago a precio alzado las
dependencias y
entidades podrán optar por estipular el pago del importe de los trabajos hasta su total
terminación o cuando se
finalice cada actividad principal de los trabajos, conforme a lo dispuesto por el artículo 222 de
este Reglamento y de acuerdo a las fechas pactadas.
Cuando las caracteristicas, magnitud y complejidad de los trabajos que se vayan a realizar lo
requieran, las dependencias y entidades podrán solicitar en la convocatoria a la licitación
pública, la invitación a cuando menos tres personas y la solicitud de cotización, según
corresponda, que los participantes establezcan fechas críticas a las que se ajustarán sus
programas de ejecución, con el objeto de que en el contrato correspondiente se pacte el pago
respectivo y que los trabajos puedan tener la continuidad necesaria para su oportuna
terminación. En todos los casos, las fechas críticas deben corresponder a porcentajes parciales
de ejecución de trabajos, ser congruentes con el financiamiento requerido por el participante y
ser claramente medibles, así como congruentes con la red de actividades, la cédula de avances y
pagos programados y, en general, con los programas de ejecución pactados.
Artículo 135.- En los contratos que celebren las dependencias y entidades cuya condición de
pago se haya
pactado mediante amortización programada, se establecerán los plazos, términos y condiciones
en los que se
efectuarán los pagos, los que deberán ser acordes con el programa de amortización convenido.
Artículo 136.- El pago de los ajustes de costos directos y del costo por financiamiento se
efectuará en las
estimaciones de ajuste de costos siguientes al mes en que se haya autorizado el ajuste, aplicando
al importe de las estimaciones el incremento desglosado correspondiente a los factores que se
autoricen para cada tipo de ajuste, debiéndose aplicar los últimos que se tengan autorizados.
Todos los factores de ajuste concedidos deberán acumularse entre ellos.
Artículo 137.- La autorización del pago de los gastos no recuperables deberá constar por
escrito, acompañando la documentación que acredite su procedencia, sin necesidad de celebrar
convenio alguno.
El pago de las estimaciones de gastos no recuperables autorizados debidamente comprobados
se realizará conforme a los términos y condiciones del segundo párrafo del articulo 54 de la
Ley.
Una vez calculados los importes de los gastos no recuperables en términos de este artículo, no
se podrán aplicar a dichos importes los porcentajes por concepto de indirectos, financiamiento
y utilidad a que se refieren los artículos 212,214 y 219 de presente Reglamento.
SECCIÓN V
DE LA SUSPENSIÓN DE OBRA
Artículo 144.- Cuando ocurra la suspensión de los trabajos, el servidor público designado por
la dependencia o entidad lo notificará al contratista señalando las causas que la motivan, la
fecha de su inicio y de la probable
reanudación de los trabajos, asi como las acciones que debe considerar en lo relativo a su
personal, maquinaria y equipo de construcción.
La fecha de terminación de los trabajos se prorrogará en igual proporción al periodo que
comprenda la suspensión de los mismos, sin modificar el plazo de ejecución convenido. Lo
anterior se formalizará mediante el acta circunstanciada de suspensión.
El suministro deficiente del proveedor de materiales y equipos de instalación permanente no
será motivo de suspensión de los trabajos cuando dicho suministro sea responsabilidad del
contratista.
Artículo 147.- En todos los casos de suspensión de los trabajos la dependencia o entidad deberá
levantar un
acta circunstanciada en la que hará constar como mínimo lo siguiente:
I. El lugar, fecha y hora en que se levanta el acta;
II. El nombre y firma del residente y del superintendente, así como del servidor público
autorizado para
ordenar la suspensión en los términos del artículo 60 de la Ley;
III. Los datos de identificación de los trabajos que se suspenderán. Si la suspensión es parcial
sólo se
identificará la parte correspondiente y las medidas que habrán de tomarse para su
reanudación;
IV. Las razones o las causas justificadas que dieron origen a la suspensión;
V. Una relación pormenorizada de la situación legal, administrativa, técnica y económica en la
que se
encuentren los trabajos o la parte que se vaya a suspender, debiendo hacer constancia del
personal y equipo que se retira y del que se autoriza su permanencia, de acuerdo con el
programa de ejecución convenido;
VI. El tiempo de duración de la suspensión. Cuando la reanudación de los trabajos esté ligada a
un hecho o acto de realización cierta pero de fecha indeterminada el periodo de la suspensión
estará sujeto a la actualización de ese evento, sin perjuicio de que se pueda optar por la
terminación anticipada;
VII. Las acciones que seguirá la dependencia o entidad, las que deberán asegurar los bienes y el
estado de los trabajos, así como procurar la conclusión de los mismos;
VIII. El programa de ejecución convenido que se aplicará, el cual deberá considerar los
diferimientos que
origina la suspensión, ajustando sin modificar los periodos y procesos de construcción
indicados en el programa de ejecución convenido en el contrato, y
IX. En su caso, las medidas de protección que resulten necesarias para salvaguardar los
trabajos realizados, el lugar de trabajo, sus instalaciones y equipos.
Artículo 148.- Si durante la vigencia del contrato existen suspensiones de los trabajos cuyos
periodos sean
reducidos y difíciles de cuantificar, las partes podrán acordar que los periodos sean agrupados
y formalizados
mediante la suscripción de una sola acta circunstanciada.
Artículo 149.- Cuando las suspensiones se deriven de un caso fortuito o fuerza mayor no existirá
responsabilidad alguna para las partes, debiendo únicamente suscribir un convenio donde se
reconozca el plazo de la suspensión y las fechas de reinicio y terminación de los trabajos, sin
modificar el plazo de ejecución establecido en el contrato. En caso de que los trabajos se dañen
o se destruyan y requieran ser rehabilitados o repuestos, éstos deberán pagarse mediante la
celebración de un convenio en los términos del artículo 59 de la Ley, siempre que no se trate de
deficiencias o incumplimientos anteriores imputables al contratista.
Cuando las suspensiones se deriven de un caso fortuito o fuerza mayor sólo será procedente el
pago de gastos no recuperables por los conceptos siguientes:
I. La plantilla de veladores y personal de conservación y vigilancia de las instalaciones y obras,
asignados
durante la suspensión;
II. Los costos de administración de obra en cuanto a honorarios, sueldos y prestaciones del
personal técnico
y administrativo estrictamente necesario y que tenga una función específica durante la
suspensión, y
III. La mano de obra programada que permanezca en el sitio de los trabajos durante el periodo
de la
suspensión, que no haya sido trasladada a otro frente de trabajo o a otra obra y que se
encuentre
registrada en la Bitácora o en el documento de control de asistencia que definan las partes.