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Granite & Rainbow

23 .I.2011 #10

Editorial
por Ainize Salaberri
Directora
Ainize Salaberri R E L AT O S CORTOS

Diseño y creación de portada


Porque lo bueno, si breve,
Inge Conde Porque a veces un amor se
dos veces bueno.
queda corto.
Para disfrutar, para saborear,
Correo electrónico Porque las novelas nos saben
para aprender que, de poco a
graniteandrainbow@gmail.com a poco.
poco, la vida sabe mejor.
Porque la vida, a veces, dura
Porque en pocas palabras se
Buzón de sugerencias, ruegos y demasiado poco.
puede decir mucho, aunque no
Porque la felicidad es
preguntas se quiera decir nada.
contacto@graniteandrainbow.com efímera.
Porque un silencio, a veces,
Porque la pena no lo es.
es más caro que un libro y más
Porque los poemas han de
Redactores trágico, mucho más.
ser así; unas pocas palabras y
J. Álvaro Gómez, Marga Martín, Fusa Díaz, Porque es literatura.
todo un mundo por delante.
Salvador J. Tamayo, Ignacio Ballestero, Alejandro
Larrañaga, Pedro Larrañaga, Rosa Rodríguez, Porque la brevedad es el
Sed bienvenidos al número
Noemí Camblor, Begoña Martínez, Marisol alma del ingenio, como decía el
10 de la revista Granite &
González Nazábal, Marta Gómez Garrido, Yanina genio entre los genios, William
Rainbow.
Rosenberg e Iván Mourin. Shakespeare.


2
ÍNDICE

AUTORES

10 Los últimos días de...


11 Perversiones
13 Virginia Woolf
14 Roberto Bolaño
16 Alejandro Dumas
17 La brevedad de la voz
18 Mercedes Cebrián
20 Charles Dickens
TALENTOS DEL MES
21 Cortazar y Poe
23 Emilia Pardo Bazán 4 Irene Vidal Oliveras
24 Alice Munro 7 Estefanía G.
25 Antón Chejov
26 Bernardo Atxaga
27 Hanif Kureishi
RELATOS
29 Manuel Espada
31 Amigas, madres e hijas 46 Entre paredes oscuras
33 Roald Dahl 47 Bécquer y el rayo de luna
35 Miguel Anxo Murado 48 La maleta de la vieja
37 Raymond Carver
39 Ian McEwan
40 Carmen Martín Gaite
42 Rudyard Kipling
43 Robert Louis Stevenson
44 Eloy Tizón


3
Talentos del mes
Irene Vidal Oliveras
Barcelona

Las cosas suceden así


Las cosas suceden así.
Los autobuses pasan cuando pasan.
Los e-mails llegan cuando llegan.
O no llegan.
Los frutos se recogen cuando llueve.
Y llueve cuando tiene que llover.
O no llueve.
Y entonces coges el paraguas.
Para que no lo haga.
O te lo dejas.
Y entonces lo hace.
O te lo dejas aposta.

Pero sí, así es, las cosas suceden así.


Los acordes menores.
Los mayores.
Los puntos suspensivos.
Los finales.

Las cosas suceden así.


Un paso detrás de otro.
Un salto.
Un STOP.
Y paras.
O no paras.
Y el guardia.
Y ese coche.
Que pasa.
Que no pasa.

Las cosas suceden así.


O no suceden.


4
Talentos del mes
La palabra del disparo
Aguardan
escondidas,
silenciosas,
en la metrópolis de tinta
de los diccionarios,
esperando la voz que las elija
para pintar las paredes
de un poema,
para amueblar las estancias
de una historia.

Y yo,
sentada en mi escritorio,
inclinada ante el papel en blanco,
a la luz de una única bombilla,
las manos sudorosas,
esperando no fallar,
me pregunto si será ésa
la que matará al tiempo,
la que gritará el silencio,
la que dejará sin cristales
los espejos.
Si será ésa
la bala de este verso,
la que romperá las ataduras
del reflejo,
la que se quedará sonando
como un eco.

Abierto el diccionario por la P,


página 1630,
primera columna,
a punto de tocarse
el bolígrafo y su sombra
en el papel,
a punto de rasgar la hoja,
de vencer el miedo,
de manchar el blanco,
aquí estoy,
los dedos cruzados,
esperando...

que sea ésa la palabra del disparo.



5
Talentos del mes

Habitándote
Eres mi casa,
no podría irme.
Para eso tendría que encontrar otra casa.

Una casa donde los muebles no se llenaran de polvo,


que me habitara tanto como yo la habito,
una casa que fuera de mi medida exacta.

Ese lugar al que vuelves todas las tardes, todas las


noches,
que te espera tanto como tú lo esperas,
ese lugar al que llegas y te quitas los zapatos.

Con el rincón recogido de la vieja butaca


y los que aguardan, pacientes, en la oscuridad,
con paredes que abrazan, paredes que huyen
y acogen y agrandan y vienen y van.

Eres mi casa,
no podría irme.
Para eso tendría que encontrar el final.


6
Talentos del mes
Estefanía G.
Gijón, España
twitter: @hierbadenoche

La venganza será besable.


7Enero

Los genios son más tramposos que el diablo.


7Enero

¿En tu noche o en la mía?


5Enero

Cae un rayo en la tierra. Y no la rompe.


4Enero

Helarte de miedo. O de belleza.


4Enero

Es el amanecer, el bostezo interminable.


10Enero

Bocas que duelen a rosas.


8Enero

Para fingir amar y ser amado hay que saber flotar cuando se
camina por la calle.
7Enero

El orgasmo a su novia no le produce migraña como a él. Se le


ponen los ojos en blanco y queda ciega. Dice caer por un
pozo a las estrellas.
3Enero

Personalmente, hace bastante que he salido de la Historia.


Que siga sin mí, que corra en un sueño.
31Diciembre


7
Talentos del mes

El dolor en medio de la alegría es una pesadilla expresionista.


31Diciembre

En el canto del gallo vendrá una noria, y yo caeré en su pozo.


31Diciembre

El amor y el humor son pura supervivencia.


27Diciembre

Asomados al fin del mundo todo se ve limpio.


27Diciembre

Sonrío, la boca cerrada, cristales en la lengua.


12Diciembre

Noche de perros. Los suicidas se refugian en sus casas


esperando un momento mejor.
8Diciembre

Detuvimos el coche. Estábamos enfadados. La luz de la luna


hacía que los campos de girasoles resplandecieran. -Mira, Van
Gogh- dije.
12Noviembre

Hay días tan mates. Tristes como perro encerrado.


6Noviembre

He encontrado tu lengua, amor. Tengo tu magia en los ojos.


3Noviembre

El vacío es una cicatriz extraña: palpita.


9Diciembre

No soportaba mi cicatriz oculta. Me la tatué. En el pecho tengo


un nombre. En el brazo, un verso.
9Diciembre

Una hoja de las que caen de un árbol. La recojo en mi mano y


la beso.
4Diciembre

8
Talentos del mes

Te miro y me salen burbujas de la boca.


2Diciembre

Inspírame. Huelo a noche.


30Noviembre

La tristeza es bienvenida. Conozco demasiado la


desesperación.
21Noviembre

Cuándo dejé de sentir que ser feliz era un derecho. Como si la


vida supiera de derechos.
21noviembre

Fuera siempre llueve y sopla la tempestad. Planeta inhóspito.


Recuerdo la Tierra, mi planeta en el regazo del sol.
20Noviembre

El vértigo de los espejos enfrentados.


19Noviembre

Dientes de leche en el fin del mundo.


6Noviembre

Cuánto extraño tirar, ausente, de la piel de las manos de una


anciana, ver cómo vuelve a su lugar. Acariciar, hacer olas de
piel de espuma.
3Octubre

Tengo un silencio de cobre, vibrante, en la garganta.


14Septiembre

Tengo una baba de cobre en los hombros y el caracol no se


detiene.
14Septiembre

Qué voy a hacer, si ni siquiera lo que me encanta me encanta


lo suficiente como para hacerlo.
9Enero


9
Los últimos días de... mi México lindo
por Pedro Larrañaga
El páramo
El mundo es un lugar muy grande. Un espacio
inmenso en el que hay ciertos lugares que se quedan en
con un pedazo de tu corazón. Porciones de tierra
como esa en la que has nacido, en la que residen tus
llamas
seres queridos o en las que has vivido experiencias
que se han quedado contigo para siempre.
que sus habitantes esperaban. Una historia que ha
Para el que escribe este artículo, México es uno de
sido recogida en un libro tan imprescindible para
esos lugares. Un país inmenso, lleno de magia,
entender el momento actual de México, como lo
rincones con una luz especial e instantes que
pueden ser los capos de la droga, las listas de
sobrecogen por su belleza. Pero México también
desaparecidos o los millones de dólares de dinero
cuenta con terrenos áridos, con una miseria arraigada
negro que cruzan la frontera del norte.
en los huesos y la sangre de miles de personas
El páramo en llamas.
regando calles, caminos y los arcenes de las
Un título tan preciso como una alegoría o una
carreteras. Eso es a día de hoy, un gran agujero negro
paradoja. Tan certero como esos cuentos infantiles
envuelto en una espiral de violencia de la que es
que son capaces de condensar los cimientos sobre
difícil saber si será capaz de salir algún día.
los que asentar una personalidad. Unas palabras que
Sólo leer las cifras oficiales de muertos de forma
combinan un calor y un frío tan intensos que ya
violenta relacionados con el narcotráfico hace que
avanzan más de lo que dicen. Esa es una de las
cualquiera se estremezca. Cerca de 15.000 cadáveres
mayores virtudes de la obra creada por Juan Rulfo en
son muchos cadáveres. Unos 15.000 más de los que
1953.
debería haber en cualquier rincón del planeta.
Un libro que, en la edición que poseo, la de la
Muertos que se relacionan con el tráfico de drogas, el
Editorial RM y de la Fundación Juan Rulfo, tiene 159
suministro de armas, la inmigración ilegal, la
páginas. Sin embargo, pueden estar seguros que “El
corrupción de las fuerzas de seguridad y muchas
páramo en llamas” es, en realidad, una obra
otras debilidades existentes en la organización de
enciclopédica. Cada uno de los diecisiete relatos que
este estado norteamericano.
lo forman tienen una misma cualidad: lo que expresan
Sin embargo, esta es una revista literaria, no una de
va mucho más allá de las palabras impresas. Entre
discusión política o social. Aunque puede que, en
los párrafos de “Es que somos muy pobres”, “No
realidad, no sean cosas tan distintas. La literatura,
oyes ladrar a los perros”, “¡Diles que no me maten” o
como ya hemos dicho en más de una ocasión, no es
el “Paso del Norte”, se perciben cientos de miles de
algo etéreo que surge de musas cobijadas en el limbo
sentimientos, historias y lamentos más.
de la creación. No, la literatura nace, se alimenta y
Los protagonistas, casi todos con su nombre y
crece del mundo. De la vida. De la buena vida y de la
apodo, toman la palabra. Son sus acentos, sus
mala vida.
formas de expresión, sus miedos o esas esperanzas,
Hay palabras, frases y párrafos que nacen del amor,
casi incomprensibles, las que salen despedidas del
el cariño y el sexo. Sin embargo, también hay
texto. Como esos gritos que uno escucha en medio
palabras, frases y párrafos que brotan del dolor, la
de la noche inmensa del páramo. Gritos que no sabes
muerte y la miseria. Son textos crudos, pero
de dónde proceden, pero que son capaces de helarte
necesarios. Conocer, página tras página, como la
la sangre. Un calor intenso que te abrasa la piel, a
desesperación, la falta de esperanza y la huida como
pesar de que no se adivinan las llamas en la
única salida, pueden llegar a mezclarse con el propio
distancia. Pero ahí están.
ADN de una población. Es duro, pero así es. México
Como el dolor, como la desesperanza, como el
lindo no es Cancún, la Rivera Maya o las telenovelas
buscar en la tierra lo que el cielo o los hombres no
llenas de cuerpos moldeados en un quirófano.
tienen a bien dar. No hay más que decir, tan solo abrir
México son las tierras escarpadas, las miradas
la primera página y comenzar con la primera frase de
puestas en el cielo en busca de un mañana mejor,
“Nos han dado la tierra”:
son los espaldas mojadas y esos cuerpos
Después de tantas horas de caminar sin
decapitados a las puertas de una comisaría.
encontrar ni una sombra de árbol, ni una semilla de
Una historia llena de acentos trágicos que no se inició
árbol, ni una raíz de nada, se oye el ladrar de los
con los narcocorridos o tras el Mundial de fútbol de
perros.
1986. Viene de mucho más lejos, antes incluso de los
Leyendo cientos de crónicas, análisis y reportajes
tiempos de Pancho Villa o Hernán Cortés. Una
sobre la realidad actual de aquel México lindo, jamás
historia que empezó a escribirse en el sol, como
he encontrado un párrafo que defina mejor la historia
quisieron hacer los aztecas o los mayas, pero que
de ese pedazo de tierra en el que se ha quedado una
terminó pegada a una tierra de la que no brotaba lo
porción de mí para siempre.

10
Perversiones
por Fusa Díaz
Tenemos suerte (y hablo en plural, incluyéndome, porque el sexo oral (cunilingo, anilinguo y felación), por
esta vez he podido aprovecharme de esta buena idea) de nombrar algunos.
que todavía quedan iniciativas generosas para mover el
mercado (horrible palabra para tratarse de libros y literatura) El proyecto estaba claramente enfocado: querían hacer
actual y quedar todos mezclados entre grandes y algo diferente a lo ya hecho, no querían una antología de
pequeños, quedando unos al lado de otros, confundidos, voces conocidas o no que hablaran de lugares conocidos o
sin saber cuál es tu lugar, teniendo, quizá por primera vez, no con personajes conocidos o no; en absoluto. Lo que
uno. Hablo, por ejemplo, de la oportunidad que se nos querían era sorprender, seducir con el lado más tratado y al
brinda a los escribidores con las antologías de poemas, mismo tiempo más tabú de la historia de la literatura: el
cuentos o microrrelatos, como en este caso, del que paso a sexo, o mejor, la perversión. A pesar de que muchos de los
hablar enseguida. Si además tenemos la suerte de ser que han sido seleccionados para el libro final, sin olvidarnos
internautas, las posibilidades aumentan al doble. Estoy de los que simplemente han participado en el proyecto del
hablando de Perversiones. Breve catálogo de parafilias blog, no considerarían una perversión lo que aparece en su
ilustradas, algo que empezó como un blog abierto a todos propio relato sobre una parafilia, las definiciones son las
cuantos quisieran participar y ha acabado en un libro lleno definiciones y no nos queda otra que atenernos a ellas. Por
de sensualidad, erotismo e historias políticamente lo tanto, aunque muchos de los microrrelatos podrían ya
incorrectas, acompañadas, por supuesto, de ilustraciones pasar por correctos, en el listado que aparece en el blog de
no menos atrevidas y provocadoras. Parafilias ilustradas existen desviaciones como la
homosexualidad.
En la sexología moderna hay dos maneras de
definir el término parafilia: Hasta mediados de los 70, la Asociación
1) el deseo patológico hacia personas que no Estadounidense de Psiquiatría consideraba
consienten o a las que se les produce algún desviado todo acto sexual que no fuera la
daño. Por ejemplo, la pedofilia, el sadismo, el penetración del pene en la vagina. Este libro no
exhibicionismo y el voyerismo son es, en principio, un acto sexual, pero sí
orientaciones patológicas del deseo. podemos considerarlo bastante desviado.
2) la necesidad obsesiva de realizar ciertas Setenta escritores e ilustradores de diverso
conductas sexuales normales (lo que la sexo, edad y condición han imaginado, fingido
psiquiatría del siglo pasado llamaba o dado alas a un variopinto catálogo de
aberraciones, perversiones o conductas perversiones. Adéntrate en sus páginas para
desviadas) como la masturbación, la descubrir qué tienen en común los enemas, las
homosexualidad tanto masculina como muñecas y las faltas de ortografía. Quién sabe,
femenina, la bisexualidad, la transexualidad, la quizá esta noche, como propone Isabel
gerontofilia (y su versión femenina, la graofilia) y Wageman, «también tú usarás una venda».


11
La idea era buena: con un listado bien completo de todas
las perversiones que son consideradas perversiones, se
podían añadir todas las que se les ocurrieran a los literatos
más desviados. Una vez finalizada esta lista de parafilias,
sólo quedaba una cosa: ponerse a escribir. Los límites no
tenían en absoluto que ver con el qué ni el cómo, sino que
Autores e ilustradores que forman
se ceñían a número de palabras y temática. Todo lo demás esta antología:
(selección de relatos, preparación del catálogo, casar
historia e imagen, etc.) quedaba en manos de la editorial Andrés Portillo, Rafael Linero, Raúlo Cáceres, Ángel
Vagamundos (Ediciones Traspiés), la encargada de llevar Olgoso, Antonio Dafos, Isabel González González, Manuel
después este proyecto a cabo. Sutiles o no, este breve Moyano,Quim Pérez, Jorge Fornés, Vicente Muñoz Álvarez,
catálogo está lleno de historias de sexo y literatura. Una Hugo Rg [pobreartista, Joaquín Torres, U! a.k.a Uriel A.
interesante combinación si además les añadimos pequeñas Durán, Ginés Cutillas, Miguel Sanfeliu, Fusa Díaz,  Cristina
demostraciones que los ilustradores crearon expresamente de Cos, Fco. Javier Pérez, Pablo E. Soto, Hugo García,
para esos relatos que aparecen. Encajadas las páginas Marina Guiu, David González, Pablo Gallo, Carlos Vitale,
como en una orgía donde cada uno ha encontrado a su Manuel Rebollar, Ana Ayuso Verde, Isabelle López,
pareja, este breve catálogo no tiene vergüenza, es Francisco Naranjo, Alejandro Santos, Rubén Little Nemo,
descarado, no se ruboriza y puede herir la sensibilidad de Marina Baizán, Hilario J. Rodríguez, Elvis Gato, Juan
los más recatados. Jacinto Muñoz Rengel, José Ángel Barrueco, Isabel
Wagemann, David Guirao, Joan Ripollès Iranzo, El Bute,
El blog (http://parafiliasilustradas.blogspot.com/) todavía Eva Díaz Riobello, Salvador Moreno Valencia, Popá, Elías
está activo. En él van surgiendo las diferentes noticias que Moro, Martín Pardo, Carlos Manzano, Kikus, Nacho Cagiga,
van apareciendo de este proyecto (artículos, Felisa Moreno Ortega, Andrés Neumam, Juan Gonzalo
presentaciones, información de los autores, etc.) y también Lerma, Manu Espada, Joaquín López, M. A. Cáliz, Pepe
las colaboraciones que los escritores tengan a bien mandar, Cervera, Rita Vicencio, María Simó, José Ángel Cilleruelo,
aunque ya no haya lugar para aparecer en el libro (quizá José Abad, Amanda Manara, Miguel Ángel Zapata,
una segunda edición no descartada). El catálogo está ya Federico Villalobos, José Cruz Cabrerizo, Esteban Gutiérrez
cerrado, pero la perversión ha quedado abierta, y de qué Gómez, Oscar Esquivias, Pablo Ruiz, Carola Aikin, Raul
manera. Brasca.


12
A orillas del río Ouse
por Ainize Salaberri
Virginia Woolf es especial. Para mí, precisamente, es muy especial. No podría explicarlo de otra manera. Es algo tan
tierno que no tiene descripción, que no encuentra un lugar entre tanta letra. Porque va más allá. Me enamoré de sus
escritos hace mucho tiempo. Siempre tuve la sensación de que, leyéndola, me leía a mí misma. Como si alguien se
hubiese metido en mi alma y hubiese curioseado a gusto.

Al principio tuve un poco de miedo. Era tan obvio. Fue lo que la gran ciudad y las estridentes voces de adineradas
como un proceso de desintoxicación: negación, mujeres no nos dejan percibir. Hay todo un mundo dentro
aceptación, y todas las otras fases. Me negaba que hubiera de nosotros –Virginia esto lo sabía de primera mano– y ella
alguien tan similar a mí, tan como yo quería ser, nos deja asomarnos al de sus personajes, que pronto se
literariamente hablando. La culpa de eso la tiene “La hacen nuestros.
señora Dalloway”, que colmó todas mis expectativas y que
me regaló un sueño. Terminé por aceptar que Virginia Woolf Los relatos de Virginia me devuelven al día en que me
era perfecta, extenuada entre relatos, novelas y biografías. enamoré de todo lo que llevase su nombre y me recuerdan,
Leí sobre ella y cuanto más leía más la entendía. Y lo que frase tras frase, el por qué de ese amor incondicional. De
es mejor, más me entendía a mí misma. Era feliz leyendo lo vuelta al primer encuentro con ella, como si nunca antes la
que ella escribía. Feliz como si lo tuviese todo en la vida. hubiese conocido. Los mismos nervios, las mismas ganas.
Pasear con Clarissa por Londres era mucho más de lo que La misma expectación, y el mismo resultado: el éxito. El
nunca hubiese podido esperar. Virginia transmitía de reencuentro más íntimo, más puro. El sentimental y
Londres lo que yo sentía, lo que me hizo tal y como soy a apasionado, el sentir de querer más, mucho más, como
día de hoy. Soy una londinense bilbaína, o una bilbaína cuando se empieza a besar, que no se quiere parar jamás.
londinense. Todo lo que quiero en la literatura es con Virginia Woolf y
nadie más. Para qué. Por qué. En ella está todo. Como en
Cuando terminé de leer “La señora Dalloway” me invadió Londres.
una pena enorme, una pena gigante que sólo me ha
invadido, en términos literarios, unas pocas veces. Esta era Virginia nos habla al oído, nos susurra sus historias y
una de esas ocasiones en las que deseas y rezas y pides e quedamos embelesados. Pero no nos habla únicamente de
imploras que por favor, por favor, por favor, no termine Londres, o de la señora Dalloway. Nos habla de vestidos,
jamás el libro. Para mí es El Libro, la novela que hubiese de perros adoptados que a veces son tristes y a veces
deseado escribir, la historia que me hubiese gustado excesivamente soñadores; habla de fiestas, de marcas en
contar. La escritora que me hubiese gustado ser. Sufrí algo la pared, de novelas no escritas. Crea una atmósfera
así como un vacío existencial. Necesitaba recuperar a sublime y tan íntima que, al cerrar el libro sientes una
Clarissa y sus paseos por Bond Street, por Regent Street, especie de abandono. También alegría, y admiración, por
por el parque de Saint James, el replicar del Big Ben de leerla, porque nos deja hacerlo, pero un abandono y
principios de siglo. Y nunca pensé que sería posible a no ausencia irremediables. Porque en sus historias nada pasa
ser que releyese la novela. Me equivocaba, y cómo me fuera, en el exterior, que no es más que un decorado. Todo
alegro de haberlo hecho. Los relatos de Woolf nos invitan, ocurre dentro. Virginia no deja contemplarlo y saborearlo.
de nuevo y por siempre, a revisitar Londres, a De qué manera.
reencontrarnos con Clarissa Dalloway en sus compras; nos
precipita, Woolf, a un abismo de pensamientos íntimos que Virginia Woolf sabía, mucho antes que Javier Cercas, lo que
reconocemos con facilidad, porque es su estilo, porque es era la anatomía de un instante. Ella era una ágil cazadora
lo que hizo grande a Virginia, lo que se recuerda de ella: de mariposas en estómagos ajenos.
esos monólogos

interiores maravillosos que nos dejan ver
13
No hace mucho un gran amigo y escritor, chilango -no podía ser de otro

Roberto Bolaño modo-, me confesó que la violencia está presente en la propia condición del
latinoamericano. Hasta el ser más inofensivo era en esencia rabiosamente
Putas Asesinas violento, por no hablar de los artistas, dónde puede haber más violencia que
en la propia idea de arte, que en la propia literatura. Roberto Bolaño era un
artista violento, que en los noventa escribió: «de la violencia, de la verdadera
El último violencia, no se puede escapar, al menos no nosotros, los nacidos en
Latinoamérica en la década de los cincuenta, los que rondábamos los veinte
atardecer de Bolaño cuando murió Salvador Allende». Así es como comienza El Ojo Silva, el
primer relato de Putas Asesinas. Violencia que vemos no solo en este libro
sino en toda la obra de Roberto Bolaño, en el sentido más vitalista del
propio término. Estas son sus palabras, las mejores palabras para definir a
por Salvador J. Tamayo Bolaño y a una generación rabiosa que aún recuerda el disparo que terminó
no sólo con Salvador Allende en 1973, sino quizás con el propio paradigma
de la modernidad.

Hasta Bolaño, la literatura hispanoamericana vivía de los ecos y las


consecuencias del Boom. La obra del chileno hizo que el mundo se diera
cuenta de las nuevas voces que clamaban no tanto ser reconocidas como
ser escuchadas. A la cabeza de esta nueva corriente estaba el propio
Roberto, con un estilo urgente y una fuerte estética beatnik que le
acompañaría hasta el final de su literatura. Es innegable que los detectives
asilvestrados Arturo Belano y Ulises Lima nos recuerden a Sal Paradise y a
Dean Moriarty de On the road de Jack Kerouac. Esta semejanza en ética y
estética no la vemos sólo en la novela Los Detectives Salvajes, sino que
cada relato de Putas Asesinas es una road movie cargada de la fuerza que
conlleva la belleza del fracaso.

Roberto Bolaño escribía sobre personas corrientes a las que le sucedían


cosas poco corrientes; quizás ahí es donde reside su genialidad. Cuando
leemos los relatos que componen Putas Asesinas nos damos cuenta de que
hemos sufrido la misma búsqueda que los personajes. Quizás no hayamos
rescatado a ningún chico castrado en la India o hayamos estado a punto de
ser asesinados en Acapulco, pero como animales humanos que somos
capaces o jugamos a ser capaces de reconocer nuestro reflejo, sufrimos los
mismos temores que los personajes.

Bolaño, como otros grandes cuentistas, (Hemingway, Cortázar, Carver) dice


más en lo que oculta que en lo que escribe; la técnica del iceberg de la que
hablaba Hemingway, muy presente en este libro de relatos. Bolaño sabe
cómo emocionar al lector, hasta el punto en que, en ocasiones, la sensación
que provoca no es nada agradable. Sabe provocar ansiedad, introduciendo
en el tejido narrativo la desgracia inminente que parece no llegar nunca
(«Últimos atardeceres en la tierra») y que finalmente simplemente sucede.
Tras este camuflaje vemos los verdaderos temas de la obra: Lo absurdo
(«Fotos»), el delirio de la muerte y el feminismo radical («Putas asesinas»); la
exaltación de la propia literatura («Carnet de baile» y «Vagabundo en Francia
y Bélgica») así como la empatía emocional hacia la desgracia («El Ojo
Silva»). El libro está lleno de alusiones autobiográficas del propio Bolaño, de
ahí su carácter cosmopolita que nos lleva de México D.F., a Acapulco, París
o Barcelona.
14
La literatura de Bolaño rebosa de momentos y alusiones a la cultura Pop, de
igual modo que la encontramos en otros escritores y amigos de Bolaño
como Ricardo Piglia, Rodrigo Fresán y en menor medida Enrique Vila-
Matas. Fresán escribió sobre él en una ocasión: «Bolaño escribía desde la
última frontera y al borde del abismo. Sólo así se entiende una prosa tan
activa y cinética y, al mismo tiempo, tan observadora y reflexiva. Sólo así se
comprende su necesidad impostergable de ser persona y personaje. »

Bolaño huyó del Chile fascista hacia El Salvador y luego a México, y de


México llegó a Europa. Putas Asesinas habla de muchas cosas pero sobre
todo habla del exilio. Peor aún, habla del exilio propio y el exilio de los otros,
lo que nos lleva al cauce transversal de todo el volumen de relatos: el
desarraigo, los parias. No son esos latinoamericanos hedonistas como los Fuente de la imagen:
de mediados del siglo pasado, que llegan a Europa buscando la bohemia, la http://suitedeideias.blogspot.com/

exaltación de La Dolce Vita; ni se trata únicamente del exilio, sino del


sentimiento de no pertenecer a ningún lugar. Y no es únicamente físico,
también espiritual. Bolaño logra captar el clima anímico de su época, una
época marcada por la demolición, de las utopías y la pérdida de sentido de
proyectos comunes.

Putas Asesinas es ante todo un gran relato, compuesto por trece escenas
en las que cada una se parece vagamente a la anterior pero que no deja de
completarla. Aun así la totalidad del libro perdería coherencia si faltase
alguno de ellos. Es un escritor que es fiel a sus temores y obsesiones, como
vemos en el conjunto de su obra («relatos, y novelas»). Aunque este libro no
es tan novedoso formalmente como su libro de relatos anterior, Llamadas
telefónicas, no deja de calar en la memoria del lector y se hace uno de los
«indispensables» para la literatura contemporánea.

15
Los dos estudiantes de Alejandro
Dumas
por J. Álvaro Gómez

Los dos estudiantes es uno más de los relatos que se En el siguiente capitulo, “La visión”, se desarrolla la
incluye en el libro “Historias fantásticas” de Alejandro tragedia que marca la historia. Se puede observar cómo
Dumas padre. Es un relato corto de apenas cuarenta la amistad es lo más importante que une a estos
páginas, pero que resume perfectamente la esencia del amigos. Dan igual los estudios, la familia o su futuro, lo
gran escritor que era el señor Dumas. que importa realmente en este episodio lo marca la
El centro de la historia es muy simple; dos jóvenes amistad. Es en este capítulo donde se puede ver el aire
amigos que estudian en la universidad de Boloña y que teatral de Shakespeare que marca la literatura de
una noche, después de ver morir a un amigo, deciden Dumas.
hacer un pacto de sangre; el primero que fallezca
vendrá del otro mundo para informar al otro sobre lo
que es la muerte. Es un tema muy recurrente y que “Al ver a su amigo montar en el coche, Beppo insistió
muchos autores han utilizado: ¿qué hay detrás de la de nuevo para partir con él, pero Gaetano fue
vida? El que espere que en este corto cuento le vaya a inquebrantable… Beppo esperó a que la silla
sacar de dudas, le informo que no es así. En este relato desapareciera, y cuando el ruido de las ruedas se hubo
se va a encontrar con todo lo que Alejandro Dumas nos apagado, lanzó un suspiro y volvió a la casa con los
ofreció en sus novelas; lucha, amor, algo de terror y brazos colgando y la cabeza gacha.”
amistad.
El último capítulo resuelve un final entre fantasmas y
personas, entre bandidos y amigos, entre hermanas y
El relato se divide en tres partes. esposas. Es un final previsible, pero siguiendo la línea
de la literatura de la época.
En la primera de las partes, titulada “El juramento”,
Dumas nos describe un duelo entre dos estudiantes, Al lector le recomiendo este relato para perder cierto
una lucha de espadas típica de la época. Después de miedo a la escritura de Dumas padre. Una iniciación
esto, el autor, nos enseña el valor de una amistad buena para, más adelante, adentrarse en el fantástico
valiente, decidida y sincera como la de Los tres mundo de espadachines (Los tres mosqueteros),
mosqueteros o la de Veinte años después entre los dos fugados (El conde de Montecristo) o heroínas
protagonistas: Betto y Gaetano. monárquicas (El caso de la viuda Lafarge).

“-¿De qué sueño hablas? Alejandro Dumas padre nace en Francia, en 1802.
- De esa esperanza de que te he hablado muchas veces, Publicó cerca de 300 obras, siendo uno de los más
que de nosotros debe hacer algo más que amigos, que populares escritores franceses. Falleció en Puys, en
debe hacer de nosotros dos hermanos.” casa de hijo, el también escritor Alejandro Dumas, en
1870.

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2007

16
La brevedad de la voz

— Yanina Rosenberg

La palabra bien dicha, en una lucha fragmentariamente. El efecto de sorpresa ocurre cuando, al
algo precaria por la existencia, final, la historia oculta aflora.
parece querer reafirmarse gracias a la El relato La tía Anita de Silvina Schuchner
brevedad. despliega con excelencia los elementos descritos. Carlos
Dolores Koch es un posadero simpático y ordenado, agradable a la vista
de los huéspedes. Pero esa fachada cambia cuando
aparece Macarena con su “…carita de durazno maduro,
ojos de melocotón”. Ella requiere hospedaje y Carlos,
En los relatos cortos priman ciertas características hipnotizado por la jovialidad de la muchacha, le ofrece un
distintivas que le otorgan fuerza al género. La brevedad - cuarto aunque no haya disponibilidad. El posadero vacía su
parecería un tanto obvio- es el elemento que resalta de propio cuarto, teniendo que dormir detrás del mostrador.
manera especial. Esto se debe a que las palabras deben Pero en la amabilidad de Carlos, en una aparente – y simple
acotarse, puliendo al máximo los sentidos, deslizando - calentura adolescente parece velarse algo oscuro y
construcciones que no deben ser menos que brillantes. siniestro. La narración alcanza su punto de inflexión cuando
Otro elemento propiamente literario es la ambigüedad Carlos invita a Macarena a ver el atardecer en la zona de
semántica que adquieren las palabras ante un sorpresivo Mal País. A partir de ahí ya no hay vuelta atrás. El nombre
final, lo que, a su vez, exige una participación activa del del lugar funciona como presagio. Lo terrible está por
lector que debe completar el sentido del texto desde su suceder. Sin embargo, lo funesto cobra otro sentido al final
propio ámbito de lectura. Asimismo, dado el carácter del relato: no todo es lo que parece. La perversión se
proteico de este tipo de relatos, se suelen establecer confunde con inocencia, o eventualmente se cueza en un
intertextualidades literarias y no literarias, que le anexan grado insospechado de corrupción. En un tono matemático
valor, sabor y color a la construcción del relato. y, a ratos, mordaz, la autora sintetiza los elementos del
género con la abstracción necesaria, sin afectar el ritmo
El uso de un lenguaje concentrado y preciso se
candente de un relato ambientado en una playa lejana.
traduce en luminosidad de hechos y velocidad de acción.
De manera similar se juega con lo paradójico, lo absurdo.
No cabe duda de que al género lo construye el
Esto resalta las múltiples caras de una realidad plagada de
contexto. Por eso, debe asumirse lo breve como
dobleces donde todo puede suceder; la realidad como
característica que aflora en nuestra contemporaneidad. En
suma de fragmentos. Para Piglia, un cuento siempre narra
una época donde la expectativa de vida se dispara, el
dos historias. El cuento clásico narra en primer plano una
tiempo no alcanza para nada. La desesperación por hacer
historia - el relato en juego- y construye en secreto otra. El
esto o aquello acorta los tiempos, concentrándolos en
arte del cuentista consiste en saber cifrar la segunda
acción breve, que se transmuta – literariamente hablando -
historia en los intersticios de la primera. Pues todo relato
en forma breve. He aquí la celeridad de la vida moderna y
visible debe esconder un relato secreto, narrado elíptica y
las ganas que se transforman en necesidad de querer todo
para ayer.

17
Opino que Mercedes Cebrián en El malestar al alcance de todos, libro de
catorce cuentos y once poemas, hace justo lo contrario de lo que hacen la
El malestar al mayoría de escritores. A todos nos viene a la mente la imagen del poeta
alcance de medio bohemio, medio que se mira la vida de soslayo y la convierte en

todos hermosura, medio que se acaricia la barbilla con aire interesante. Mercedes
Cebrián hace todo eso, sí, en El malestar al alcance de todos, pero con
cierta ironía, como una Quijote moderna que se ríe de las caballerías de la
vida actual, la era del bienestar, del tengo todo lo que no necesito y lo que
no necesito también lo tendría si lo quisiera pero no lo quiero (o quizá sí), se
burla de la retórica y el embelesamiento por las pequeñas cosas, del
por Fusa Díaz tremendismo literario. Su mirada va más allá, se detiene también en los
espacios más cotidianos, pero no los ensalza, ni mucho menos, sino que
los marca, los ridiculiza, los trata con humor... y al lector sólo le queda que
agradecer esta literatura sin pretensión ni vulgarismo, un libro, por así
decirlo, fresco. Un libro sonriente, despejado, lleno de vidas reconocibles,
ridículas y cercanas que se acentúan y se vuelven un esperpento
humorístico de lo que nos rodea.

Desayunamos en tazas decoradas con motivos de piel de vaca


y que dentro tienen una pequeña vaca de cerámica esculpida,
como si el animal se hubiera caído de un precipicio y nadie
hubiera logrado sacarlo de allí (¿Has visto qué graciosas? Eran
una oferta, sólo quedan cuatro y me las llevé yo). Mi madre es
verdaderamente afortunada, su marido la ha dejado por otra
mujer pero es ella quien se ha llevado los últimos tazones de
dibujos que imitan la piel de una vaca con vaquitas 3D
esculpidas en su interior.

El mueble auxiliar

El lugar común en la literatura, en el arte en general, siempre ha funcionado:


el que está frente a él se siente, por fin, después de quedar sumergido en
una ciudad, en un contexto y en una vida llena de incomprensión y
desperfectos y aislamiento, por fin, por fin, el lector, en este caso, abre el
libro y no encuentra amores irracionales que arden en el fuego de la pasión,
no hay historias fantásticas ni viajes que cambian la vida, abren El malestar
al alcance de todos y se encuentran un burdo espejo que les devuelve a su
realidad, de donde, precisamente, venían huyendo. Lo magistral en
Mercedes Cebrián no es eso, no es que el lugar común sea eso y nada más,
lo que consigue es que sea un sitio amable donde sonreír tiernamente a eso
que eres tú y que te avergüenza levemente en los demás, lo magistral es
que te muestren que tu manera de estar en el mundo es así, incómoda, es
un malestar y está tan cerca, y no quedes decepcionado ni tengas ganas de
cambiar radicalmente, de tirarte por la ventana buscando un vuelo pesado.
No, el lector se queda, consigue verle el humor y el sarcasmo a eso que los
poetas ensalzan y convierten en belleza, le ve la gracia a la desdicha, a la
rutina, a eso aburrido de los días, el mundo como un eterno domingo por la
tarde.

18
Marina ha vuelto a hablar en primera persona del plural, se
venía venir. Todo empezó cuando salía con Alfonso, y a partir de
ahí, frases como No solemos cenar fuerte o Nos gustaría ir a la
sesión de madrugada fueron conformando una especie de halo
protector infranqueable entre los sujetos de la frase y el resto de
la humanidad, colectivo del que yo formo parte. Huelga
preguntar cuál era el otro sujeto de ese no cenar fuerte o ir al
cine tan tarde. Alfonso, presente o no en ese momento (pero
tan siempre ahí, en el enunciado) era la silueta troquelada a
imagen y semejanza de Marina, y con amos la palabra novios se
cargaba de significado hasta extremos intolerables.

Del verbo perder

No es de extrañar, entonces, que este libro de relatos y poemas haya


necesitado una segunda edición. Publicado por primera vez en 2004 por
Caballo de Troya, editorial enfocada a las nuevas voces y los autores
noveles, ha tenido la suerte de pegar el estirón: perteneciendo al grupo
Random House Mondadori, la edición actual de El malestar al alcance de
todos ya no está entre cubiertas ocre, igual a todas las demás, no, ahora lo
encontramos (acabadas las existencias de la primera edición) en DEBOLS!
LLO, nada más y nada menos. Quizá ya no nos sirven las historias que nos
alejan de nuestra vida, aunque nos parezca un desastre y un crucigrama
imposible de terminar por una sola, una sola letra que, al parecer, no está en
nuestro alfabeto; ahora necesitamos de libros como éste de Mercedes
Cebrián, un autoconsuelo, una llamada que nos grita que no estamos
perdidos, o que, al menos, no lo estamos más que el resto. Y ya se sabe:
mal de muchos... De modo que el malestar está al alcance de todos, pero
ya no se duda al alargar la mano y acariciarlo como a un viejo compañero,
una mascota que, se sabe, nos va a acompañar largo rato. Pero que no
cunda el pánico, señores.

Rezar: verbo en desuso, pero qué ganas


dan de retomarlo,
de acudir a lugares oscuros de techos
sobrehumanos,
de apoyar cualquier rodilla o cono en un reclinatorio,
de cubrirnos los ojos con la mano a modo de visera,
evitando el resol de las horas paganas

La fe revisitada

La cita que da comienzo a este libro es de Fernando Pessoa: Mi vida es


como si me golpeasen con ella. Y en cierto modo este libro hace esa
función, la vida nos golpea a través de la palabra de Mercedes Cebrián,
pero no hay rotura, no hay lamento, hay una risilla que se escapa y que nos
ruboriza, de tanto malestar, de tan al alcance, de tanto que nos parecemos
unos a otros en definitiva.

19
La culpa, según Charles Dickens
por Ignacio Ballestero

Fuente de la imagen:
http://zonaliteratura.com.ar/index.php/2010/12/24/cuento-de-
navidad-de-charles-dickens-argumento-trailer-de-la-pelicula-y-
enlace-para-descarga-del-libro/

Es complicado titular un libro. mayoría de los mortales lo real, su carne es carne, sus huesos
Muchos escritores sostienen que el identificamos como miedo. ¿Se son huesos. “¿Por qué sigues aquí
título es lo primero que se les viene a puede tener miedo leyendo un libro? pudiendo estar en cualquier sitio?”.
la cabeza, como una aparición, y que Sí, quizá más que con ninguna otra La respuesta a esa pregunta
a partir de ahí el alumbramiento del cosa. Porque cuando Dickens habla descoloca la mente del fantasma. La
nuevo ser es casi dirigido. Basta con de una casa vieja y con humedades, razón, según Dickens.
amoldar la historia al no nos la muestra, y nosotros nos las
encabezamiento y repetir, imaginamos. Y todos, En el primero, el autor ahonda en la
escogidamente, dos o tres veces la irremediablemente, nos remitimos a culpa. Un espíritu que señala por la
frase que aparecerá en la portada alguna casa que conocemos y que calle a un hombre que camina. Una
dentro del propio texto. Otras veces cumple, al menos de forma somera, citación para ser jurado. El mismo
no. Otras veces la historia es todos los adjetivos que le siguen en hombre que camina, ahora ya
perfecta, redonda, pero no existe la frase. Y como alguna vez, en sentado, inmóvil, sudando, en el
palabra o frase que resuma su aquella casa de verdad, sentimos banquillo de los acusados. Una
espíritu, que enganche hasta tal miedo (o duda, o tensión), ese miedo certeza imposible de demostrar. El
punto de querer poseer ese ejemplar. se vuelve real, imaginable. Y muerto, señalando de nuevo, como
Debe ser muy complicado titular un nosotros somos el guardavías, o el en la calle, al hombre que le asesinó.
libro de relatos. Uno puede elegir el notario, o el acusado del juicio por El asesino que sueña con el jurado,
titular de uno de ellos, el más largo, asesinato. con la condena evidente. Con un
el más corto, el más impactante; rostro que le acabará condenando.
para atraer a su lectura, y De los trece escalofríos que Ingredientes todos propios de un
probablemente hará que la persona componen el libro, me quedaré con relato de ciencia ficción, de un
que lo compre empiece por ese dos: El juicio por asesinato y El cuento inexplicable que trata de
mismo relato, quiera conocer esa letrado y el fantasma. El primero por explicar algo tan humano como la
historia. Otras veces, lo mejor es la imaginación que destila a la hora sangre, como el sudor, como la vida.
dejar que el libro se titule solo. de describir un sentimiento real; el Algo tan humano como la muerte.
Supongo que Charles Dickens no segundo por la lógica realidad con la Algo tan real como el dolor. La culpa,
tuvo ese problema. Desconozco si que aborda un suceso imaginativo. El según Charles Dickens.
tituló él el libro que tengo en mis primero es uno y el segundo
manos, pero no lo hubiera hecho viceversa. Seamos ordenados, Por eso, lo mejor a la hora de abrir
mejor en cualquier caso. ‘Para leer al empecemos por el final. un libro así es despejar la mente. No
anochecer’, compendio y receta de Volvemos a las viejas mansiones dejarla en blanco, no, porque la
relatos oscuros que apelan a la abandonadas. A las casas viejas, a magia de estos relatos es visitar los
víscera, que van más allá de la las telarañas, a los armarios lugares recurrentes. Los lugares
mente, que huyen de lo cerebral pero abandonados que crujen sin motivo, reales que nos hicieron temblar, las
que, aun así, explican de forma a las tuberías que suenan de día y pesadillas que tuvimos siendo ya
aterradoramente visual sensaciones gotean de noche. Elementos niños grandes. Cada palabra tendrá
o sentimientos conocidos por todos. recurrentes en el universo del junto a ella una imagen real. Las
La culpa, en definitiva, según Charles insomnio, cristalizan en un frases que erizan el bello. Los
Dickens. encuentro: el que se produce entre personajes que, una vez cerrado el
un letrado, morador actual de las libro, harán que nos cueste dormir.
Trece relatos góticos que huyen viejas ruinas de una casa, y un Apagad las luces y encended una
muchas veces de lo terrenal, de lo fantasma. “Márchate”, exige el vela. En la ventana, la noche sin
meramente real, de lo rutinario. fantasma. Puro humo, decide estrellas. El frío fuera, el vaho sobre
Esconderse en la fantasía siempre es hacerse visible en una casa antigua el cristal. Ruidos que vienen de no sé
propicio para hacer florecer en el que se cae a pedazos, porque dónde y, encima de la mesa, las
interior del lector una suerte de siempre ha estado allí. Ojalá pudiera palabras de Dickens para leer al
incertidumbre que los más valientes marcharme, pensará el letrado, pero anochecer.
sustantivan como duda; los la física le impide buscar un paraíso
prosaicos lo llaman tensión; la donde estar porque su cuerpo es
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Mis (desconocidos) amigos íntimos
Casa tomada, de Julio Cortazar y El entierro prematuro, de Edgar Allan Poe
por Alejandro Larrañaga

“Estábamos bien, y poco a poco comenzábamos a no cabe una explicación perfectamente planteada y su
pensar. Se puede vivir sin pensar.” Julio Cortázar en opuesta. Lo que para unos es fruto de una
Casa tomada. presentación realista, de personajes de firmes
convicciones, para otros puede ser el fruto de una fina
Julio Cortázar y Edgar Allan Poe son dos ironía. Son lecturas siempre a posteriori, donde cada
desconocidos para mí. Nada sé en lo referente a sus uno ve lo que quiere ver, lo que ha sentido o lo que ha
sueños, sus gustos o sus sentimientos. Probablemente comprendido, que también puede ser. Su propio
no sabría qué decirles si los tuviera (difícil) delante, carácter, circunstancias o intenciones antes, durante o
más allá de lo que he podido entrever en sus escritos. después de la lectura son otro de los factores a tener
Sería muy egoísta por mi parte, la verdad. en cuenta.

Interpretaciones Por último, y es un dato que no conviene olvidar, entra


en juego la opinión que podamos tener al respecto del
Mi propia prudencia me incita a considerar las autor. Otras obras que conozcamos, hechos de su vida
conclusiones que pueda sacar al respecto de la lectura personal conocidos o la simpatía o antipatía que su
de estos dos relatos unas más en medio de la infinidad persona pueda despertarnos. Habría que ser bastante
de interpretaciones posibles. Una por cada lector, ingenuo para pensar que el personaje no influye en
acompañadas de las intenciones de ambos escritores, nuestra percepción. Lo ideal sería enfrentarse con la
por

supuesto. Es un abanico de lo más amplio donde mente lo más en blanco posible (así lo creo, a pesar de
33
que, por supuesto, hago, como todo o casi todo el con lo que haces, o lo que dejas de hacer, o lo que
mundo, lo contrario). Nuestros escritores favoritos asumes como inevitable. Como un argumento de
acaban así convertidos en una especie de amigos peso, una opinión fundada de que una fuerza superior
íntimos a los que recurrir. A veces hace falta leer entre dirige los designios de nuestras existencias, oponerse
líneas, otras los grandes temas vienen en primer plano, es inútil. Buscar una excusa (entendida como
lo que está claro es que ninguno de los textos de estos justificación) es lo más fácil que hay, pero una vez
“amigos” desconocidos pasa de largo, queda un poso asumes la primera, las siguiente mil son inevitables y
al que podemos volver cuando la situación lo requiera. vienen detrás.

“Casa tomada” de Julio Cortázar “El entierro prematuro” de Edgar Allan Poe

“Antes de alejarnos tuve lástima, cerré bien la puerta y “¿Cómo puedes dormir tú tranquilo? No me dejan
tiré la llave a la alcantarilla. No fuese que a algún pobre descansar los gritos de estas largas agonías. Estos
diablo se le ocurriera robar y se metiera en la casa, a espectáculos son más de lo que puedo soportar.
esa hora y con la casa tomada.” Julio Cortázar en Casa ¡Levántate! Ven conmigo a la noche exterior, y deja que
tomada. te muestre las tumbas. No es este un espectáculo de
dolor?... ¡Mira!” Edgar Allan Poe en El entierro
Cuando decides comentar una obra, sea la que sea, prematuro.
siempre mantienes un punto de incertidumbre: “Estaré
pensando una tontería. Soy el primero que ve esto. No El miedo es el sentimiento más fuerte que existe. De
tengo ni idea y lo veo todo mal. Igual la intención de esto no hay la menor duda. Tiene la capacidad de
quien lo escribió iba totalmente por otro lado y soy paralizarnos, de anularnos, de conseguir que no
demasiado presuntuoso para comprenderlo”. Son veamos más allá de él. Dispone también de la
pensamientos que, asumámoslo, no sirven para habilidad de penetrar en el subconsciente y de
mucho. Lo que podamos llegar a ver en lo que leemos aparecer cuando menos nos lo esperamos. Una vez
es casi tan importante como lo que está escrito, al instalado no hay nada que hacer, va a ser
menos para cada uno. En el caso de “Casa tomada” protagonista. De nuestra habilidad para seguir
se pasa de un relato fantástico, casi de ciencia ficción adelante a pesar de su presencia dependerá nuestra
sugerida –porque nada se explicita- donde unos felicidad mientras cohabitemos con él.
ruidos, unas presencias empujan a una pareja de
hermanos fuera de su casa. Los planteamientos para El protagonista de este relato puede prepararse,
presentar una historia de este tipo podrían ser muy protegerse, buscar la seguridad o lo que quiera para
variados, pero Cortázar elige que veamos la versión de enfrentarse a su peor pesadilla, puede buscar
los hermanos. Cómo es su vida, sus costumbres y complicidad en quienes lo rodean. Puede explicar los
cómo reaccionan ante la situación. ¿Qué sugiere esto? motivos de su pavor, ofrecer datos, realidades incluso,
pero no puede esquivar la verdad: a los miedos de
Crítica pura y dura. Lo fantástico del relato enmascara cada uno ha de enfrentarse uno mismo. No hay
otro tipo de objetivo. Los espíritus pueden significar, escapatoria, puedes correr pero no esconderte. Y lo
en realidad, lo que queramos. Metáfora de los sueños, peor es que la vida pasa mientras intentamos evitar
los miedos o la imposibilidad de enfrentarse al mundo que nos ocurra aquello que más tememos.
real. Probablemente Cortázar hay explicado en
muchas ocasiones lo que quería representar (si es que Poe se para, en boca del reflexivo y temeroso
quería representar algo), pero no es realmente protagonista, a explicarnos, a modo de crónica,
importante. Mi visión, y la de cualquiera que se diferentes casos “documentados” sobre
acerque a “Casa tomada”, estará condicionada por lo enterramientos en vida. Son estos casos los que
que le parezca a cada uno. Eso es lo interesante. La atormentan al narrador, víctima de catalepsia. Para
cita con la que arrancábamos estas cavilaciones no intentar solucionar la cuestión, prepara todo tipo de
era casual. La rutina y el acomodamiento no pueden artilugios para su futuro ataúd, nunca se aleja de las
ser alimento para el conformismo. Los protagonistas personas que conocen su condición y vigila cada uno
se quedan parados en medio de la imparable vida, de sus movimientos. Todo para evitar el que para él es
reducidos a sus movimientos del día a día, a la el peor de los destinos.
repetición constante de actos y de palabras. Quedarse
La inevitable pregunta llega, y para quedarse: ¿vale la
quieto es la mejor manera de ir siendo relegado por el
pena? La respuesta la tengo clara, siempre vale la
propio movimiento de la realidad, no te opones a la
pena, aunque seamos tan pesimistas como Cortázar y
marea y puedes ser empujado hasta, incluso, fuera de
Poe en “Casa tomada” y “El entierro prematuro”.
tu casa.
Aunque vida sólo haya una, tiempo para aprender y
Resulta peligroso, como añadido, el reflexionar aún queda.
autoconvencimiento de que el destino está de acuerdo


33
Un destripador de antaño,
de Emilia Pardo Bazán

por J. Álvaro Gómez

Hablar de Emilia Pardo Bazán (La Coruña 1851- La autora nos avisa en una diminuta introducción, que
Madrid 1921) es hablar de Galicia. Esta coruñesa de la que aquí se relata, es una leyenda que ha perdurado
familia noble introdujo en España el bello naturismo de boca en boca. La historia se desarrolla en la aldea
europeo en 1886, aproximadamente. Es una escritora de Tor nelos, muy cerca de Santiago. Como
amada en su tierra y, también hay que decirlo, amada protagonista principal tiene a Minia, un ángel según su
por los grandes lectores. A aquel que no le suene su autora:
nombre con decirle su obra más conocida sabrá de
quién hablamos; Los pazos de Ulloa. Ahora el lector “En la aldea la llamaban roxa, pero en sentido de rubia,
tirará de memoria y pondrá título y forma a una de las pues tenía el pelo del color del cerro que a veces
novelas más leídas de la literatura española. Pero en hilaba, de un rubio pálido, lacio, que, a manera de vago
este número no vamos a tratar la majestuosa obra de reflejo lumínico, rodeaba la carita, algo tostada por el
Emilia (poesía, novela, artículos periodísticos, ensayos, sol, oval y descolorida, donde sólo brillaban los ojos
etc…). No. Es momento tratar los relatos cortos: con un toque celeste, como el azul que a veces se
Pequeñas obras de arte condensadas en unas pocas entrevé a través de las brumas del montañés celaje.”
páginas. Cuando nuestra directora nos comunicó el
tema del nuevo número, lo primero que me vino a la Una niña que va a ser clave en esta historia de claros y
cabeza fue este estremecedor relato de apenas 40 oscuros, de riquezas y pobrezas, de misa y sangre.
hojas. En él se resume la vida cotidiana y rural de
Durante el relato el lector no va a dejar de amar a la
finales del siglo XIX. Frases lapidarias que aún hoy se
pueden seguir usando : pequeña Minia así como a la familia de la misma va a
terminar odiándola hasta la extenuación.
“Los aldeanos no son blandos de corazón; al revés;
suelen tenerlo tan duro y callado como las palmas de Cabe destacar de este relato la descripción de cada
las manos; pero cuando no está en juego su interés uno de los personajes. Emilia Pardo Bazán nos
propio, poseen cierto instinto de justicia que los induce desarrolla a cada uno en su habitad natural y, por
a tomar el partido del débil oprimido por el fuerte.” añadidura, el entorno y la situación general de las
gentes.
Con esta obra se puede disfrutar de un viaje al pasado,
una viajera lectura a los más profundos e íntimos A l l e c t o r l e re c o m i e n d o e s t e e n i g m á t i c o y
paisajes de Galicia. También podemos convivir con una extraordinario relato corto que nos adentra a un mundo
familia humilde y compartir las penurias de aquellos de supersticiones rurales y paisajes increíbles. Lo
años. Y cómo no, podremos oler, pisar y disfrutar de mejor es que, cuando uno termina y cierra el libro,
los verdes y húmedos paisajes que nos describe con tiene ganas de más y sino ya me lo dirán.
precisión pictórica.


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Q U É M Á S O F R E C E L A L I T E R A T U R A

Demasiada felicidad, de Alice Munro


por Begoña Martínez

El árbol de la ciencia tiene una rama quebrada, y casi invisible. En ella, investiga Marie Curie, observa
Hypatia las estrellas y escribe polinomios y letras Sofía Kovalévskaya.

Y muchas otras mujeres, que no van más allá del siempre ahí, pero no fueron suficientes, y su rama del árbol
anonimato; sin nombres y sin voz sobreviven en esa rama se fue haciendo cada vez más débil. La belleza del relato
del árbol, desde hace cientos de años, a la que un follaje no se centra sólo en contar su vida, sino también en
más alto y más ufano, oculta del sol. Se mueren en ofrecernos una visión descarnada de su lucha por querer
silencio. Se desprenden solas del árbol o a veces, un fuerte aprender, por ser amada por sí misma, por su fortaleza, sus
viento las arranca. Deshojadas. Sólo las recuerdan las debilidades y por mostrar también que muchas veces la
suaves voces de una tierra fértil que las abraza al caer del sociedad deja a las mujeres ser marionetas, o bichos raros,
árbol. Y de esa forma, reviven, al alimentar de nuevo la pero no ser más allá de ser mujer, con lo que la idea de
tierra, de la que germinarán nuevos brotes que un día, por mujer se constriñe hasta asfixiar(nos).
qué no, pueden llegar a dar fruto a un árbol de vida y
ciencia sin roturas, sin sombras, de nombres propios, tan Por momentos, al leer el relato nos acercamos hasta Rusia,
femeninos como Ada, tan masculinos como Arquímedes. su cielo, sus hogares, sus costumbres, o hasta París, sus
Tan iguales, tan hermanos, hijos de la misma madre. fiestas y bonitos sombreros; cruzamos fronteras, media
Porque venimos del mismo sitio, y llegaremos también al Europa en el mismo vagón que Sofía, y no sólo físicas, sino
mismo destino. también las mentales, que son siempre mucho más
infranqueables que las que dividen países, para llegar a
Alice Munro nos cuenta los últimos días de vida de Sofía, nuestro destino, el lugar donde admitieron a Sofía como
aunque va destilando datos sobre su pasado a lo largo del profesora universitaria, la primera en Europa. Por ser quien
relato, que nos arrojan luz sobre su presente y nos hacen es: Sofía, y pese a ser quien es: mujer. Pero fue por muy
sentir de forma vibrante las emociones de Sofía, su dolor, poco tiempo, pues la muerte, por suerte edulcorada,
su rocambolesco destino, su tragedia. gracias a una de esas manos amigas, y casi, invisibles, la
dejó caer del árbol muy pronto.
¿Cómo hemos hecho para que el ser mujer sea como
abono para la tragedia? El relato de Alice Munro termina con su funeral, unas
¿Qué queda por hacer aún para que no siga siendo así? palabras para su recuerdo de aquellos que la conocieron
¿O no? Y de cómo la historia ha hecho que lo que parecía
La belleza del relato de Alice Munro (incluido dentro del que iba a quedar para siempre olvidado en un cementerio,
libro del mismo título y que comprende varios relatos más) llegue hasta nosotros, en forma de letras que hacen brotar,
parece hacerse un sitio no sólo en recrear una vida como la fresca, una ramita verde en un árbol de vida, belleza y
de Sofía, una mujer que quiso compatibilizar sus ganas de letras en el que se encuentra, para siempre, Sofía, mientras
saber con las de vivir y amar, y las manos a las que quiso yo la recuerde, y tú, y el hijo de tu hijo, y su hija, la hija de
aferrarse con mayor tesón le fallaron; otras, estuvieron su hija…

24
C L U B S E Q U O I A

Chejov es nieve
por Ainize Salaberri

“Todavía no había comenzado su pena y ya sobrevino el desenlace.”


Antón Chejov en “La pena”.

Anton Chejov escribe ambientes, recrea más, que podemos estar rodeados de las páginas al revés y pares su lectura.
personajes, pinta sentimientos, cientos de personas y no encontrar un La condena de Chejov, la penitencia de
ensordece el corazón, de tanta alma hombro en el que llorar. sus personajes. Alto y claro: no hay
que hay en sus relatos y cabalga sobre finales felices.
palabras bien dichas, amores bien Chejov nos presenta a personajes que
adoquinados, al tiempo que observa a lo han perdido todo, a amores que “De nuevo se queda solo y de nuevo
sus iguales y les da una nueva llegan tarde, irrecuperables, a urgencias sobreviene el silencio para él... La
oportunidad en la historia. Así es Antón que se pisan la cola y se tropiezan, a tristeza que se había aquietado por
Chejov, así se lee. Sus relatos no son muchachos pillos llenos de esperanza, breve tiempo, reaparece ahora y oprime
una serie de acontecimientos sin ton ni de futuro, enfrentados con la muerte, el pecho con fuerza mayor aún. Los
son. Son pequeñas muestras de lo que c o n u n a t r i s t e z a q u e n o e s t á n ojos de Iona recorren inquieta y
es Rusia, de lo que son sus habitantes; dispuestos a entender. Y todo, presenta dolorosamente la multitud que camina
muestras de sus valores, su Chejov, con un color blanco inmaculado apresurada por ambos lados de la calle:
comportamiento, su manera de d e f o n d o , a u n q u e l a s e s c e n a s entre esos millares de personas ¿habrá
enfrentarse a los problemas, su forma transcurran en el interior, en el abrigo de una siquiera que quiera escucharlo? La
de amar, que ni es gélida ni es infernal, una casa pero en el silencio de muchas gente corre sin reparar en él ni en su
y su estilo de seguir adelante con la almas. La nieve, eterno personaje tristeza. Una tristeza enorme, que no
tristeza, con las pequeñeces que son principal de Chejov: “En el aire, por tiene límites. De estallar el pecho de
gigantes disfrazados, con la muerte, donde uno mire, se arremolinan Iona y de desparramarse esta tristeza,
con la traición. Nunca usa una palabra enjambres de copos de nieve, de modo cubriría, al parecer, todo el mundo y, sin
de más, nunca provoca una que es difícil distinguir si la nieve cae embargo, no se la ve. Supo caber en
interpretación inadecuada. Es el genio del cielo o sube a la tierra”, dice en uno una cáscara tan ínfima que ni a la luz
de crear, con pocas palabras, un de los relatos. La nieve, que nos causa del día se la puede encontrar...”
ambiente tenue, íntimo o insaciable, a frío incluso al amparo del fuego; el
veces frío como un témpano de hielo, y mismo frío que habita en los personajes Chejov vende humanidad y sencillez, y
otras tantas amable y amoroso. Mezcla de Chejov, bien sea por desamor, por no es difícil imaginárselo viviendo de la
en “El beso y otro cuentos”, que no son a u s e n c i a , p o r l a s m e n t i r a s , l a s misma manera, entre escritos y
cuentos sino relatos, besos, traiciones, los silencios, los malditos pacientes, entre historias golpeando
oportunidades, historias con final, otras silencios que condenan a las personas s u s c a b e z a s y t u b e r c u l o s i s
historias sin él, casi siempre triste. a una vida inhabitable, a un calor contagiosas. Chejov era un genio, un
Como si Chejov no concibiera la vida endemoniado, a unas prisas que no son maestro de la palabra, un experto en
con un final digno o no temido. Quizás buenas consejeras. Chejov lo sabe, él lo transmitir, en hacer sentir, en hacernos
porque él consideraba la muerte como siente, y se lo transfiere a sus padecer, lejos de ser una enfermedad,
la mayor pena de un ser humano. personajes, como si la única forma de amor, violencia, pena, tristeza, horror,
Quizás por eso en el relato “Tristeza”, aprender fuera sufriendo. Como el muerte, ensoñaciones, esperanzas,
un padre se duele de la inesperada pobre muchacho del beso, ese beso abismos, vacíos, soledad, amistad,
muerte de su hijo. Un padre que, que nunca olvidará y que él ignora que compromiso. Abrir uno de sus libros de
abatido, busca consuelo, conversación, puede convertirse en venenoso. O relatos es como lanzarse al vacío,
en sus ocasionales clientes, pero no como el hombre de “Pequeñeces”, que sabiendo que el paracaídas de palabras
encuentra quien le escuche. Su pena mantiene una relación con Olga o con la de Antón Chejov amortiguará cualquier
crece y crece y es inamovible. Es una que, según él, “arrastraba una larga y aterrizaje forzoso. Es un lujo, leer a un
historia triste, que rezuma dolor, aburrida novela”. Y es que puede que escritor como Chejov. Además de un
angustia, una soledad terrible e no haya nada peor que eso: saber que auténtico placer.
insoportable, y que prueba, una vez la novela va a terminarse aunque pases

25
OBABAKOAK
FUSA DÍAZ
finalmente da con el descubrimiento que le resulta
enternecedor, mágico, cruel y decepcionante por
igual, acaba por hacerle diferenciar, con los años,
la línea casi física de la edad infantil y la madura
(tan confusa). O la historia de una maestra que
queda aislada en un pueblo, en el que da clases, y
combate su soledad con más soledad todavía,
porque ¿cómo se hace para acostumbrarse al
vacío, al vértigo, a una carta que no acaba nunca
de llegar, en medio de tanto frío, o tanto calor, no
se sabe ya? O la historia de un hombre que, tras
descubrir un detalle hasta el momento
desapercibido en una foto vieja, da un giro a su
vida, porque qué puede ocurrir si de pronto ya no
es lo que parecía, o parecía exactamente lo que
iba a acabar siendo.

Para que nos entendamos: Obaba es Macondo, es


Comala, es Yoknapatapha. Macondo, Comala y
Yoknapatapha pero en vasco, en más cerca, en
ahora, en Bernardo Atxaga. Es un lugar que existe
y no, que desaparece y no, que nos pertenece y
no. Hablar de sus personajes es como hablar de
nada, de un espejismo, de una ilusión (excelente
palabra para hablar de este libro, de la manera de
hilar de Atxaga, de cómo se unen las historias, de
cómo un pueblo puede ser algo indefinido e
ilusorio que emociona y despierta al cuerpo más
dormido).

En Obaba todos tienen algo muy particular: que


han sido creados por la mano y el corazón de
Bernardo Atxaga, con delicadeza, con extrema
ternura y emoción, con dedicación. Todos son
almas sensibles que se conmueven con y por los
espacios más finos de la vida, y los agrandan, los
traen hacia sí, los amplían, los hacen el centro de
sus existencias. Combates cotidianos que dan
lugar a historias sencillas y maravillosas, con una
técnica y una destreza única, suya, amorosa,
celosa del menor detalle transformado de
secundario a primordial. Fragmentado en cuentos,
es uno de los libros de relatos nacionales más
importantes de la época. No es de extrañar,
entonces, que éste, de los que ha escrito B.A., sea
el más conocido, el más extrañado, el más leído.
Podría parecer que la literatura vasca está en
deuda con el papel que juega esta novela-de-
La historia de un niño, hombre después, que sólo cuentos en la historia. Y así es. Así debe ser.
conoce a una muchacha a través de sus cartas y


26
Para Hanif Kureishi siempre es medianoche. Al menos, así
reza la portada del libro de relatos del escritor inglés de
origen pakistaní. Esa mezcla de sangre y raíces debería
otorgar al flemático empaque de la literatura británica un
poco de intensidad, de pasión, el súbito latido de una
ciudad nerviosa como Calcuta. Pero no. En lugar de eso,
Kureishi rechaza el impulso imprevisto y lo sustituye,

ENREVESADA siempre, por el razonamiento premeditado. El escritor


inglés lleva toda la vida haciéndose preguntas, y no
siempre encuentra para ellas las respuestas que todo el
PSICOLOGÍA mundo espera. Por eso, sus personajes se deslizan hacia
la excentricidad india en medio de una ciudad
cosmopolita pero encorsetada, Londres, de la que retrata,
siempre, aquellos tugurios oscuros escondidos en
callejones. A partir de estampas rutinarias, Kureishi
siempre explora lo recóndito, lo que de impuro tienen
por Ignacio Ballestero todos los corazones.

El legado literario de Kureishi no se entiende sin un libro


como Intimidad, pero gana fuerza con el pulso que
demuestran los relatos de Siempre es medianoche. En las
páginas del primero, el escritor hace una radiografía
interior de un conflicto de pareja: un matrimonio que se
desmorona en la mente de un hombre que pasa la noche
en blanco intentando encontrar las palabras justas para
decir adiós. En las páginas del segundo, el conflicto
encuentra sus ramificaciones a partir de fotografías de la
vida real, estampas rutinarias sin contenido visual pero
con una compleja carga interior. Una enrevesada
psicología.

Los relatos giran, casi todos, en torno a las relaciones de


pareja. Todos se basan en las inseguridades de uno
solapadas por las actitudes de otros, en ese complejo
edificio que sostiene ese chispazo primigenio que al
principio se llama amor, después vira hacia la pasión y
acaba convertido en una cómoda estabilidad. Todos,
menos uno, el último, que merece una posdata al pie de
este artículo. Un pene independiente siempre ha sido una
fantasía recurrente de la carne, una pesadilla para la
mente.

Volvamos al resto del libro. No voy a hablar de todos los


relatos porque, sencillamente, todos pueden ser uno. Tan
parecidos entre sí como distintos el uno de los otros,
cartografían el mapa de los sentimientos sin atender a
edades ni juicios, a credos ni religiones. Musulmanes
arrojados de un divorcio sobre jóvenes que dejan sus
sueños a merced de la experiencia de ellos (Chica); la
inseguridad de un hombre que ha encontrado el amor (o
la pasión, o la cómoda estabilidad) en una mujer mucho
más joven que él que, sin pretenderlo, le deja en evidencia
(Cuatro sillas azules) o el simple encuentro, esperado por
otro lado, entre un hombre y el tipo que se tira a su mujer
(Por fin un encuentro) constituyen los engranajes de un
mismo motor, el afectivo, retratado con maestría desde la
sala de máquinas de la mente.
27
“Somos infalibles en nuestra elección de amantes,
especialmente cuando necesitamos a la persona
equivocada”. Son las primeras palabras de Eso era antes,
un relato que podría ser una continuación de Intimidad,
pero que resulta una metáfora perfecta de muchas de las
cuestiones que aborda Kureishi en sus páginas. ¿Qué
lleva a un hombre que lo tiene todo (dos casas, una mujer
estupenda, un hijo, una vida, en definitiva, ordenada) a
tomar un café con una antigua ex novia y tambalear los
cimientos de lo que tanto le ha costado construir? Nadie
lo sabe, y quizá nadie lo sepa. Por eso, a la hora de
teorizar sobre el asunto, caben múltiples interpretaciones.
Kureishi deja la puerta abierta a todas, incluso un
resquicio a las más insondables.

La experiencia, o la razón, justifican muchos de sus


planteamientos. En ocasiones, además, las preguntas que
se hace son las mismas que nos hemos hecho siempre,
quizá porque no hemos encontrado a nadie aún que
pueda responderlas. ¿Lo haremos alguna vez?

Posiblemente no. Pero mientras tanto, no está de más


seguir teorizando, darle vueltas una y otra vez a las
mismas respuestas, o a otras que nada tienen que ver,
intentando descubrir el chispazo, ese momento o esa
palabra que sirva de contraseña hacia la sabiduría. Quizá,
el fin de hacerse tantas preguntas es no encontrar nunca
la respuesta, porque conocer todo lo que puede suceder
en un mundo como en sentimental le quitaría gran parte
de dinamita a la carga explosiva que toda vida necesita. Al
igual que los protagonistas de Desconocidos cuando nos
encontramos, quizá no queremos llegar a ese punto en el
que debamos plantearnos la pregunta final, aquella que
sólo tiene una respuesta posible y en la que tenemos dos
opciones monosilábicas para elegir. Quizá nadie está
preparado para reducir su alma a un sí… quizá nadie está
preparado para inmolar su corazón por elegir de una vez
por todas ese no…

PD: ¿Se imaginan el pene de un actor porno, con


sombrero y gabardina, en un bar, rodeado de muchachas?
¿Se lo imaginan corriendo por la calle, perseguido por su
dueño natural? ¿Se imaginan el pene de un actor porno
intentando vivir por su cuenta, tomando sus propias
decisiones? ¿No? Cambiaré los términos de la pregunta.
¿Se imaginan que el ego de un actor porno le superase y
empezase a tomar por él las decisiones? ¿Que pensara
por cuenta propia y quisiera el placer y no el trabajo?
¿Ahora sí? Pues piensen que el ego es algo abstracto y el
pene algo tangible, imaginable, fácil de definir. Si su
mente es capaz de dibujar el ego, simplifique el
razonamiento. Porque, en muchos casos, sobre todo en el
de los actores porno, el ego tiene forma de pene.


28
C L U B S E Q U O I A

Fuera de temario
Manuel Espada
— J. Álvaro Gómez

En este mundo hay que dejar huecos momento, no pude separarme de él elemento decorativo más. Este primer
para la gente nueva. Está muy bien hasta no haberlo finalizado. Tengo que escrito nos centra en lo que será el hilo
desarrollar artículos y exponerlos en decir que disfruté con cada relato. conductor de todo el libro; imaginativas
esta revista sobre obras o autores ya Ahora que lo he vuelto a leer para este historias, buena literatura y escenarios
reconocidos, pero la cuestión radica artículo, he vuelto a gozar igual que kafkianos a más no poder.
cuando llega hasta nuestras manos un aquella primera lectura.
libro de un autor desconocido que “En su mente estaban reunidos todos
merece ser recomendado. Este es el
caso de “Fuera de temario”, un libro
La personalidad como los diálogos de la historia del cine, cada
banda sonora,… No sé cómo no caí
repleto de grandes relatos cortos. Su base del libro entonces en la cuenta. Ningún ser
escritor, Manuel Espada (Salamanca, humano normal podría mantener
1974), es ganador de varios premios de Todos los relatos se centran en la diálogos tan chispeantes e ingeniosos
cuentos y microrelatos, entre ellos el pérdida de la personalidad o, en durante tanto tiempo. No es que Ana
“Premio Relatos en Cadena de la Ser” o algunos caso, el cambio de identidad. fuera el eslabón perdido entre el homo
el de la editorial Grupobuho por el que Fuera de temario se divide en erectus y Woody Allen, simplemente era
pudo publicar su libro “El desgüace”, asignaturas; cada una de ellas es un un milagro evolutivo,…”
también de relatos. relato corto. Comienza por la asignatura
de Biología o Apuntes sobre la
U n a m a ñ a n a re c i b í u n m e n s a j e evolución de la especie. Aquellos
invitándome a la presentación del libro. lectores que amen el cine lo gozarán
Era para un sábado a las ocho de la con este primer relato. Manuel nos da
noche en un bar de Madrid; extraño el unas lecciones sobre el séptimo arte y
día, la hora y el sitio. Asistí a la su historia. Junto a eso, el escritor nos
presentación, charlé con Manuel un rato va describiendo la metamorfosis de una
y me marché. De camino a casa, en el mujer, asidua al mismo cine y a la Fusce placerat, felis eget congue vestib
metro, ojeé el libro y, desde ese misma butaca, y que termina por ser un ulum, nunc lorem commodo ligula euism
29
Después viene Filosofía o La voluble lleva su vida paralelamente; increíble Academia de la Lengua. Esta locura
esencia del Yo. Un relato que nos relato. sólo puede hacerla realidad un
adentra en el juego de cambio de mecánico. Debo añadir que este relato
personalidades. Un cura muerto, un me ha divertido mucho, además, he
desconocido, un romance y un golpe
final que deja al lector pensando que
Para amantes de la llegado a profesar un gran cariño al
personaje principal, ese mecánico que,
todo ha sido una bella partida mental. literatura sin saber cómo, llega a ocupar la letra Z
mayúscula de la academia. Quizás sea
La asignatura de Física o La eternidad, Y por último, dos relatos que harán las por su correcto uso del término peseta:
trata sobre un relojero que consigue delicias de los que amamos la escritura:
rejuvenecer a través de los relojes. Un El primero llamado Literatura o “Si me permite, señor, desaparecidas
ejemplo de imaginación extraordinario. Realismo sucio, y el segundo Lengua o pesetas es más exacto que antiguas
De este cuento vale hasta la frase de La importancia del complemento pesetas… Asín se lo digo, ¿o es que en
introducción: circunstancial. las pelis de romanos dicen antiguos
sextercios, caballero? Uséase, cuidadín
“Vosotros, los europeos, tenéis los El primero nos describe la experiencia con eso.”
relojes, pero nosotros tenemos el de ver cómo, un anónimo personaje, se
tiempo” Proverbio africano vuelve famoso mientras observa jugar al Lo dicho amigos, aquí tienen ante
mus a Raymond Carver con su pareja ustedes un gran libro de relatos. Un
Continuamos con Matemáticas o El de juego David Salinger. Éstos, además, manojo de buenas historias que uno
amor trigonométrico. Quizás éste sea comparten mantel y cartas con otra disfruta al leer y, ya de paso, abrimos
de los que menos me ha gustado junto pareja totalmente increíble: John un hueco en el duro mundo de la
con Música o Sonata de invernadero, y Cheever y Charles Bukowski. literatura a gente que se lo merece. No
Química o La fórmula de la belleza. se arrepentirán. Y sino ya me lo dirán.
Estos relatos son los que menos dulzor “Los contrincantes de Carver y Salinger
me han dejado, pero todos ellos se piensan en ver el órdago. John
maravillosamente bien desarrollados. Cheever intenta abrir la boca, pero El libro lo pueden adquirir por internet
Charles Bukowski le amenaza con en :
Este libro lo completan Historia o La arrancarle el cuello si acepta la
nostalgia del pasado, que es una vuelta apuesta.” editorespolicarbonados.blogspot.com/
a los años 80 gracias a un VHS. ¿Se 2010/10/fuera-de-temario.html
imaginan un VHS que sirve como nave ¿Pueden imaginarse cómo sería si
para regresar al pasado? Esto es una cualquiera de ustedes al entrar a un bar, o solicitándolo a su librero habitual.
m u e s t r a m á s d e l a c re a t i v i d a d se topa con los genios que hemos Fuera de temario, de Manuel Espada.
desbordante que Manuel nos ofrece en nombrado? Yo no sé que podría hacer.
c a d a r e l a t o . O I n f o r m á t i c a o El segundo de los relatos es el sueño Colección Relatos
Globalización, donde un hombre hecho realidad de muchos escritores Editorial, “Editores Policarbonados”
descubre gracias a Google que otro anónimos: pertenecer a la Real 193 páginas.

30
AMIGAS, MADRES E HIJAS
FUSA DÍAZ

nunca sentirá como una mujer. Esto, que puede


parecer obvio y hasta una estupidez recordarlo,
parece necesario cuando se trata de hacer una
antología sólo de mujeres, sólo sobre mujeres, pero
no sólo para mujeres. El riesgo al que Laura Freixas
se expone sabiendo que siempre se le podrá dar la
vuelta a la tortilla y decir que, si eso lo hiciera un
hombre, pondríamos el grito en el cielo. Es absurdo,
por otra parte, semejante afirmación, puesto que esto
ya ha ocurrido: no ahora, no ayer, esperemos que no
mañana, pero ya ha ocurrido.
A Laura Freixas no le hace falta ninguna disculpa ni
ninguna excusa para hacer dos antologías de
mujeres, sobre mujeres, pero no exclusivamente para
mujeres; aun así, lo hace:

¿Acaso la creación de personajes no está basada en El primer motivo, pues, por el que he
la empatía? ¿Por qué dar prioridad a quienes han querido nuevamente hacer una antología
vivido una determinada experiencia, sobre quienes sólo de escritoras ha sido mi voluntad de
pueden imaginarla? Éstas son algunas de las reconocer esta deuda histórica: si no
fuera por la irrupción de numerosas
preguntas que Laura Freixas se hace y se contesta
mujeres en el campo de la escritura,
después de haber publicado dos antologías de dudo mucho que las relaciones entre
relatos con solamente literatura femenina: sólo de mujeres hubieran adquirido el rango de
mujeres, sólo sobre mujeres, pero no sólo para tema literario.
mujeres. Uno de los argumentos que nos da Laura
Freixas en el prólogo es que, sí, ciertamente también Freixas está convencida de que los hombres sólo han
un hombre puede hablar de un embarazo o de la escrito sobre temas femeninos cuando ya alguna
maternidad, de cómo se siente una mujer, de cómo mujer con anterioridad había introducido el tema en la
puede vestirse con ropa húmeda porque es literatura. Es decir, si una mujer no hubiera hablado
precisamente ésa y no otra la que quiere ponerse, de nunca de la maternidad, de su relación con una mujer,
cómo se enfrenta una a la vida siendo mujer, teniendo de cómo existe un lazo raro y contradictorio entre
pechos que son alimento y sensualidad a un tiempo, nosotras, si una mujer no hubiera hablado de lo que
de cómo un cuerpo se transforma y da lugar a otro se experimenta con la mujereidad, ¿de qué otro modo
cuerpo; es cierto que un hombre también puede le llega al escritor varón toda esa información, si
hacerlo, pero la verdad nos demuestra que apenas lo probablemente la mujer que le espera en casa apenas
ha hecho a lo largo de la historia de la literatura. Por tiene una voz propia y decidida? Con esto me remito
otra parte, cuando lo hacen, la imagen de la madre, a siglos atrás, por supuesto, hoy una mujer puede
esposa, amante, amiga e hija nunca se corresponde tener esa voz sin necesidad de ser escritora, ni
con nosotras, siempre eso angelical-maternal, siquiera de tener ninguna actitud artística. De modo
siempre tan en su lado femenino: no hay riesgo, no que, sin la mujer, la mujer nunca habría sido objeto de
hay vértigo, no hay hilo argumental interior hasta estudio literario entre hombres. Este texto puede
volverse loca. Muy probablemente acaben centrando destilar feminismo, sexismo, si se lee mal, si se
su historia en la relación que tienen éstas con malinterpreta: de ningún modo defiendo la literatura
respecto a los varones que existen en su vida. Un femenina ni de mujeres por encima de la masculina;
hombre puede hablar de una mujer, es cierto, pero sólo la igualo, o lo pretendo.


31
Pero en la historia de las letras ha habido un a literatura que es a la vez sobrestimada en
destiempo entre hombres y mujeres, lo que nos cuanto a la cantidad se refiere, y
subestimada en cuanto a la cantidad se
perjudica y beneficia por igual. Nunca sabremos ni
refiere.
podremos hablar de qué habría pasado si la mujer
nunca hubiera leído a un hombre, lo que escribía Un texto, para mí de referencia, que creo que le iría
sobre hombres, desde hombres, para hombres; esto muy bien como apoyo a estos prólogos e intenciones
nunca ha ocurrido, la literatura, y el mundo en de Laura Freixas es Un cuarto propio, en el que
general, siempre ha tenido una voz masculina. Por Virginia Woolf afirma que una mujer para poder
eso es imposible hablar de lo mismo pero desde la escribir en condiciones necesita dinero y una
otra cara de la moneda. Tampoco me correspondería habitación propia. Escribe, con su característica
a mí, en ese caso. genialidad, sobre los motivos que llevan a la mujer a
escribir sobre lo que escribe, las circunstancias en las
Otro de los miedos de Freixas es precisamente éste: que escribe, lo que la rodea y cómo afecta ello en su
que se lea una intención sexista en su decisión de literatura. También Laura Freixas habla brevemente de
hacer una antología de sólo escritoras (de mujeres, cómo es la literatura femenina, que no es toda igual
sobre mujeres...). Cuando la mujer escritora empezó a pero sí tiene rasgos únicamente suyos, pero eso daría
tener cierto éxito, rápidamente los titulares y el eco cabida a otra nueva antología para, habiendo
de los medios de comunicación se alzaron y hablaron quedado claro ya cómo se comportan las amigas, las
exageradamente del éxito femenino, haciéndonos madres y las hijas, necesitaríamos saber quiénes son
creer que estamos en igualdad de condiciones, e las escritoras (en la actualidad encontramos títulos
incluso un poco por encima. No es cierto. Y como como Las mujeres que leen son peligrosas o Las
consecuencia de esto ahora cualquier antología o mujeres que escriben también son peligrosas; quizá
cualquier evento que engloba sólo a mujeres se ve títulos como éstos son los que hacen pensar a la
desde un punto de vista negativo: parece que ya mayoría, que no se detiene verdaderamente en el
estamos rozando lo inaceptable, ensalzamos carácter estudioso de la literatura, que las mujeres se
demasiado lo nuestro, que defendemos a capa y exceden con su feminismo).
espada la femeneidad (por otra parte, sin ataque no
habría lugar para la defensa; pero ése es otro tema Con cuentos de Rosa Chacel, Carmen Martín Gaite,
que se aleja de las antologías de Laura Freixas). No Josefina R. Aldecoa, Esther Tusquets, Cristina Peri
es cierto. No tenemos más éxito, no publicamos más, Rossi, Soledad Puértolas o Nuria Amat, estas dos
no se vende más rápido a una mujer. Ni mucho antologías de relatos pretenden ser una guía para
menos. Así que Madres e hijas y Cuentos de amigas saber cómo afrontar y unir ficción y realidad en el
en absoluto son repeticiones de nada ni están fuera mundo femenino: ya sabemos cómo actúa el amor,
de lugar en el mundo literario. cómo la vida, cómo el mundo; muchos son los libros
que nos cuentan todo esto, no son tantos los que
Y entro aquí en mi segundo motivo, que hablan de un mundo de mujeres con cosas de
es romper una lanza a favor de la
mujeres.
literatura escrita por mujeres. Una

32
Inesperadamente
Roald Dahl

por Marga Martín

Al escuchar el nombre de Roald Dahl no podemos de la historia.


evitar esbozar una sonrisa recordando las locuras de Si bien es cierto que en sus cuentos para niños (y no
Willy Wonka o las desventuras de la pobre Matilda. tan niños) algunos personajes dejan entrever esta
Muchos desconocen que detrás de esa faceta de faceta del Dahl “cabroncete”, en la que los malos son
amable cuentacuentos, el galés escondía una faceta histriones y muchas veces parodias de personas
mucho más ácida y siniestra. Descubrir los relatos para reales, aquí el autor nos lleva a explorar con él la parte
adultos de este autor es descubrir un nuevo mundo, más oscura de la condición humana abordando temas
muy diferente del que nos tenía acostumbrados. Lejos como la venganza, la envidia, el abuso... desde
de la orgía de colores, sabores y olores que rezuman diferentes perspectivas y sin resultar caricaturas.
“Charlie y la fábrica de chocolate” o “James y el Abordando la narración desde una fría y descriptiva
melocotón gigante”, estos relatos nos adentran hacia tercera persona, o relatando con cercanía y
una zona sombría y tenebrosa de la naturaleza humana complicidad desde la primera persona, nos enredamos
que resulta en ocasiones dolorosa de explorar por lo en las vidas de estos personajes, anónimos muchos de
realista que resulta adentrarse en las miserias de los ellos, pero con una inquietante historia tras de sí.
personajes que ahora nos plantea. Las apuestas están presentes en la mayoría de estos
relatos. Quizá una de las proposiciones más conocidas
Colores, sabores y olores siguen presentes en estos es la desarrollada en “Hombre del Sur”, ya que fue la
“Relatos de lo inesperado”, retales de la vida ordinaria base para la historia que cerraba “Four Rooms” en el
que Dahl nos presenta desde su particular punto de segmento que dirigía y protagonizaba Quentin
vista, pero lejos de atraernos hasta hacernos partícipes Tarantino. Narrando los hechos en primera persona, el
y cómplices de ese universo fantástico al que nos tenía protagonista nos cuenta cómo unos desconocidos
acostumbrados, nos repelen hasta el extremo de la llevan a cabo una macabra apuesta: el Cadillac de uno
náusea en alguna de estas historias, mientras que en de ellos contra el meñique de la mano izquierda del
otras sonreímos cómplices del inesperado desenlace más joven.

33
Apuestas descabelladas, pero no del todo inverosímiles, narrador es el marido sumiso a la mezquindad de su
como la apuesta de “Gastrónomos”, en la que está en señora; el cazador cazado resulta ser al final el
juego la mano de la hija del protagonista, muestran otra matrimonio, que tras iniciar una broma de dudoso gusto
de las constantes en estas historias: la figura del cazador descubre que sus no tan deseados invitados guardan un
cazado, el pícaro que no consigue salirse con la suya secreto que no se esperaban en absoluto...
quedando en evidencia frente a los demás. La malicia de
estos personajes hace que las consecuencias de sus Otro matrimonio, adinerado en este caso, con problemas
actos se vuelvan contra ellos de manera insospechada, protagoniza “Lady Turton”. La sombra de la venganza,
como en “Placer de clérigo”, donde el astuto buhonero con la complicidad del lector de por medio, se hace más
fracasa en su intento por timar a unos aldeanos, o en “La y más grande a medida que la narración avanza, y lo que
señora Bixby y el abrigo del coronel”, donde la adúltera se intuye como un final de consecuencias inesperadas
esposa sale escaldada en su intento de engañar, una vez nos mantiene en vilo hasta casi cortarnos la respiración
más, a su marido. en los últimos párrafos.

“Apuestas” es el título de otro de estos relatos, tan Siguiendo con la tónica del retrato de la venganza y de la
evidente en el título como inesperado es su final. El señorburguesía de la época, “Nunc Dimittis” es una ácida
Botibol resulta ser otro pillo cuyas ansias de ganar a todaconfesión en primera persona. El protagonista, un
costa y su avaricia le impiden darse cuenta de lo “connaisseur” en toda regla, según él mismo
peligroso de su plan. Al igual que en los cuentos, se orgullosamente se presenta ante nosotros, nos aborda
establece una moraleja bastante clara en cada uno de para relatarnos una historia de intriga cuasi palaciega
estos relatos, si bien es en éste en el que dicha fábula entre ricachones aburridos, rozando por momentos la
moral queda más patente. mezquindad de “Las amistades peligrosas”. Un final
inesperadamente abierto nos deja ante varias
A medio camino entre las apuestas y las transacciones posibilidades, a cada cual más aberrante si cabe en
comerciales de dudoso honor está “Tatuaje”, en la que comparación con lo vengativo del plan trazado por el
un viejo mendigo resulta ser el propietario de una valiosa narrador.
sorpresa. La codicia y la mezquindad del hombre quedan
de nuevo en evidencia, a la vez que el pasado del La venganza planea una vez más sobre otro matrimonio
personaje resulta mucho más sorprendente que el no tan bien avenido como cabría de esperar. “William y
desenlace del relato, que aún quedando abierto a Mary” comparten un macabro secreto tras la muerte del
interpretaciones deja entrever lo turbio de nuestra primero. Lo que al principio resulta una abominación para
naturaleza. Mary y para el propio lector resulta siendo una forma de
dulce venganza y alivio para ésta según va avanzando la
Ese mismo pasado sorprendente e inquietante es el trama. Nosotros, siempre cómplices en todo momento,
centro sobre el cual gira “Galloping Foxley”. Para no podemos dejar de sentir simpatía por esta mujer.
muchos, uno de los mejores relatos de esta colección,
aunque no comparto esa opinión, si bien está narrado de El humor negro y el terror salpican de principio a fin
manera exquisita. Una mera alteración en la vida del relatos como “Edward el conquistador” o “Jalea Real”,
narrador, “el rutinario feliz” como él mismo bien se donde lo que comienza siendo una situación cotidiana (el
denomina, lleva al protagonista a rememorar un pasado encuentro de un gato abandonado, los problemas de
doloroso, que le turba de tal manera que es capaz de salud de un bebé) van transformándose en esperpentos
abandonar los hábitos adquiridos con el paso de los que nos muestran lo más oscuro del ser humano, o como
años. “La patrona” nos demuestra que las apariencias engañan
y las inofensivas ancianitas no son tan inocentes como
Otro de los temas que aborda Dahl en estos relatos y que aparentan ser.
personalmente más me fascina, es el de la pareja
aparentemente perfecta, pero que en el fondo esconde Por separado, estos relatos resultan sorprendentes e
algún oscuro secreto. El ejemplo más manifiesto es el impactantes. Ironía, cinismo y sarcasmo se mezclan para
que se plantea en “Cordero asado”, donde el marido describirnos pasajes inusuales en lo que podría ser la
abusivo recibe su merecido a manos de una vengativa vida de cualquier persona que nos cruzamos por la calle.
esposa. Otro final inesperado para un comportamiento Sin embargo, es en su conjunto donde podemos
sorprendente, el de esa mujer que calcula improvisada y observar la genialidad de que todos ellos están
milimétricamente la coartada perfecta. O en “La subida al relacionados entre sí, aun sin quererlo y sin tener nada en
cielo”, donde el marido utiliza cruelmente el punto débil común ni los personajes, ni las situaciones... ni siquiera
de su amante esposa para sacarla de sus casillas hasta los ambientes en los cuales transcurren.
llegar al desenlace que nadie se espera.
Muchos de estos relatos fueron adaptados para la
En “Mi querida esposa” se combinan todos los temas pequeña pantalla por Alfred Hitchcock para su serie
anteriormente planteados: las apuestas quedan patentes “Alfred Hitchcock presenta” e incluso el propio Roald
en esas partidas de bridge que sirven de punto de Dahl permitió su adaptación para la serie británica “Tales
partida para juntar a los personajes; el matrimonio of the Unexpected”, en la que él mismo hizo las
protagonista de la historia aquí se intercambia los presentaciones de los capítulos durante varias
papeles: la esposa es la manipuladora, mientras el temporadas.
34
RELATOS CORTOS Madre, quiero ser corresponsal
extranjero
por Pedro Larrañaga

En uno de los momentos más brillantes de la historia audiovisual española, Concha Velasco
le cantaba a su mamá aquello de “Madre, quiero ser artista”. Una sentencia tan clara y
rotunda que se ha quedado instalada para siempre en nuestro imaginario colectivo. Aquella
muchacha con aspiraciones de cantante, expresaba a la perfección un deseo infantil lleno
de ilusión y esperanza. Probablemente, si Doña Concha tuviera que hacer ahora un
llamamiento similar a sus progenitores, utilizaría una sentencia más parecida a “Madre,
tengo que ser artista”.

Leyendo cientos de entrevistas o artículos, en los que autores de diversos rincones del
mundo hablan sobre su práctica literaria, en muchos de ellos se alude a una sensación
similar. La escritura, el convencimiento de que esa es la vida a seguir, pasaba muy pronto de
ser un deseo a convertirse casi en una obligación. Todos recordamos alguna frase del tipo
“escribo porque no sé hacer otra cosa”, en la que se recoge a la perfección esa mezcla entre
el goce y el tormento, que puede llegar a ser el enfrentamiento a muerte entre el escritor y el
papel. Sí, no exagero, si no es una lucha muerte, entonces no es literatura.

No puedo evitarlo, pero hablando de deseos de creación y de la obligación de la escritura, lo


que me viene a la cabeza no es un autor galardonado con un premio nobel o una charla en
un café literario. El perfil que se dibuja en mi mente es el de alguien que corre, intentando
transformar esos rostros asustados que se esconden o esos latidos acelerados de su
corazón en una frase en su libreta. Es el contorno de un corresponsal extranjero.

Muchos se estarán preguntando qué diablos tendrá que ver un corresponsal con los deseos
infantiles y las responsabilidades literarias. La verdad, leyendo algunas de las producciones
que algunos de estos particulares autores, no puedo dejar de responder: mucho, por suerte.
Entre los libros que más me han impactado en los últimos tiempos se hayan más de uno que
ha sido gestado en la mente y las manos de esta singular especie de reporteros-periodistas-
escritores. He de mencionar, sólo para que, quien así lo crea conveniente, compruebe lo
acertado o no de mi devoción, cualquiera de las obras publicadas de Enric González, por
ejemplo.

Sin embargo, he preferido escoger a otro de estos corresponsales como protagonista de


este artículo. Miguel Anxo Murado es una de las plumas más lúcidas del panorama literario,
tanto en gallego como en castellano. Cierto es que su producción está más centrada en la
lengua gallega, pero varias de sus obras han sido traducidas y no desmerecen ante nada de
lo que haya salido a la luz en la última década. Este autor, nacido en Lugo en 1965,
representa ese ideal de creador polifacético e inquieto del siglo XXI. Escritor, guionista,
realizador de documentales, periodista o traductor son sólo algunas de las pieles que el
lucense puede ponerse, pero en todas ellas mantiene la misma esencia: la de un
observador-interpretador al que nada se le mantiene oculto.

Un observador-interpretador (dos términos necesariamente unidos, ya que no hay


observación sin una búsqueda de significado) que ha recorrido algunos de los puntos más
convulsos del planeta. Corresponsal en Oriente Medio y Jerusalén, reportero de guerra en
Bosnia, Croacia y durante la segunda Intifada y oficial de prensa de Naciones Unidas en
Gaza y Cisjordania son algunas de sus acreditaciones. Sin embargo, lo que más cala en
Murado no son las medallas o los títulos; son las palabras lo que a uno se le cuela en el
interior, antes de terminar dándote cuenta que tienes un nuevo inquilino sentado en un
rincón de tu corazón, contando historias que no a todo el mundo le gusta escuchar.

35
RELATOS CORTOS

Miguel Anxo Murado cuenta eso que no siempre resulta cómodo escuchar. Lo hace porque
en su talento se combinan los tres pilares sobre los que hemos asentado este artículo: el
deseo de crear, la obligación de la escritura y esa singularidad del corresponsal. Un extraño
en un territorio desordenado, en el que los que silban no son los pájaros, si no las balas del
francotirador; donde en el borde del camino no crecen las flores, si no que se amontonan
cuerpos en descomposición. Un espacio donde el infierno no son los demás o nosotros
mismos, porque el infierno lo es todo. Un pedazo de este planeta que llamamos tierra donde
no hay lógica más allá del crudo “matar y que no te maten”.

“Ruido. Relatos de Guerra”, como se puede leer en su propia contracubierta, “no es un libro
de crónica, ni de denuncia, sino de una dolorosa indagación en la anatomía del miedo”. Es,
me atrevería a decir, un producto de esos tres ejes que hemos trazado. Sus relatos nacen del
deseo de contar, de verbalizar, de intentar ordenar (esa es otra de las virtudes de la literatura),
de crear unas historias que reflejen aquellas otras cuyas palabras no llegaron a cortar el aire.
Quedaron a medio camino, interrumpidas por un disparo, una cuchillada o la violación
repetida de una niña.

Ahí nace la obligación del escritor o escritora, ese compromiso de llevar más allá de los
límites físicos de un país, territorio o continente. Murado sacó la guerra de los Balcanes de
las tripas de la vieja Europa porque era lo que tenía que hacer, porque no podía hacer otra
cosa. ¿Qué otra alternativa había ante ese asesino escondido en un torreón? ¿ante la
caravana de mujeres y niños en silencio que no huye, tan solo camina?, ¿ante esa expresión
dura que considera a un genocida como el señor de su destino? No hay más, y sólo con leer
uno de los relatos terminamos de convencernos por completo.

Por último, “Ruido. Relatos de Guerra” tiene, también, toda la vitalidad de un corresponsal.
De un reportero acostumbrado a guardar todas sus pertenencias en una mochila y seguir una
idea, o una chispa, hasta el principio de todo. Tomar riesgos donde es norma huir del peligro,
preguntar donde rige el silencio y observar donde se impone el mirar para otro lado. Por eso,
sin un libro como este perderíamos la oportunidad de contar con esa luz dispuesta a
alumbrar a ese rincón oscuro del que puede salir la peor versión de nosotros mismos. Alguien
con quien no querríamos encontrarnos.

Decía una vez un escritor, del que me van a perdonar que no recuerde el nombre (al fin y al
cabo lo que importa de un escritor son sus palabras, no cómo se llame), que “para escribir
no hace falta viajar mucho, pero sí leer mucho”. Estoy seguro que Miguel Anxo Murado, así
como muchos otros corresponsales de guerra, no tienen especial afecto por esa sentencia.
Al fin y al cabo, ellos han salido a la búsqueda de esa historia que otros buscamos sentados
en un sillón. Han corrido tras ella, han esquivado sus disparos y han intentado curar sus
heridas. Probablemente por ese motivo sus páginas están tan llenas de vitalidad.

Aunque hablen de la guerra y la muerte.

36
SI ME NECESITAS, LLÁMAME
FUSA DÍAZ
Hay algo en Raymond Carver que, por suerte o por desgracia, sólo le
pertenece a él. Por suerte porque es tan identificable el ambiente que se
respira siempre en sus relatos. A todos nos gusta la exclusividad, ese
reconocer un texto a ciegas por el autor, por sus rasgos inconfundibles,
como si con el descubrimiento nos perteneciera mínimamente. Por
desgracia porque su genialidad es mortal y finita como él mismo y desde
1988 ya no habrá más espacios carvienses. Pero no es del todo cierta esta
última afirmación. Resulta que Si me necesitas, llámame son cinco relatos
que Carver había decidido no publicar, no dar a conocer, no hacer oficiales,
quizá, o ésa es la versión última a la que todos queremos aferrarnos para
conocer un poco más del escritor y no del personaje, porque los cinco
tienen demasiado de autobiográfico y de personal. De modo que Carver era
intimista y se reservaba de tener una vida/escaparate. Quizá simplemente
no le parecían lo suficientemente buenos, con lo que estaríamos en
desacuerdo con él; o simplemente ha sido un juego, el del escondite, y ya
por fin hemos dado con lo que andábamos buscando: algo inédito, algo
que, después de muerto él, nos devolviera esa eternidad de los grandes en
una voz renovada pero original, suya.

Nick y Joanne, abrazados, siguieron mirando el


incendio, pero mientras Joanne le daba distraídas
palmaditas en el hombro Nick volvió a tener una
impresión que últimamente le asaltaba con cierta
frecuencia: la sensación de que no sabía lo que su
mujer estaba pensando.

Vándalos

Alcohólicos que intentan volver a su vida después de una desintoxicación;


el sentimiento de absoluta nada al comprobar que una pareja ya no se ama
y no puede hacer nada y, en el caso de que pudiera, no lo haría; la
sensación de desarraigo con la vida, el estar como quien no: todos estos
espacios son comunes en Carver. Quizá saber que precisamente estos
cinco relatos no los vio publicados y no los añadió en las demás antologías
que decidió mandar a su editor nos hace pensar que era así como él se
sentía. De todos modos, Raymond Carver nunca consiguió del todo
distanciarse de su literatura y para cualquier lector, antes de Si me
necesitas, llámame, ya era ese tachón de nostalgia, inteligencia y borrones
de alcohol y tabaco. No nos pillan, pues, de sorpresa esos personajes, esas
situaciones, ni siquiera esos finales como arrancados de cuajo del corazón
(uno de los rasgos más característicos de Carver son sus finales, ya que
dejan todo a cargo del lector, intuyéndose o no lo que para él debiera
existir, dando lugar, incluso, a otro relato. Dicen las malas lenguas que era
su editor quien decidía dónde y de qué manera debían acabar, eliminando
los finales que el propio escritor había escrito o reescribiéndolos; lo que
haría del mito algo menos glorioso y admirable).

Dormí mal aquella noche. Y Dotty no paró de


moverse ni de quejarse en sueños.


37
Comprendí que estaba muy lejos de mí. Por la mañana no
le pregunté lo que había soñado, y ella tampoco me dijo
nada. Pero cuando entré en la habitación con el zumo de
naranja y el café, tenía el cuaderno en las rodillas y un
bolígrafo en la mano. Dejando dentro el bolígrafo, cerró el
cuaderno y me miró.

Sueños

La vida de Carver siempre ha estado salpicada por su literatura, y también


ha sucedido en el caso inverso. De padre alcohólico y madre camarera y
vendedora, la mayoría de los relatos hablan de las clases desfavorecidas de
Estados Unidos, con hombres en apariencia vacíos que de algún modo no lo
están pero deciden llevar su vida por los terrenos más vulgares y sucios. No
es casualidad que esté reconocido bajo el realismo sucio y el minimalismo,
pues todas sus historias tienen un polvillo por encima que los engloba en
una misma verdad: la suya propia, seguramente. Murió en 1988 con
cincuenta años, de cáncer de pulmón, y desde entonces ha sido reconocido
como uno de los padres del cuento de las voces narrativas del siglo; o ya no
del cuento, sino de la importancia que ha tenido el relato (escasa) a lo largo
de la historia de la literatura y que ahora, gracias a escritores que basaron su
carrera literaria en únicamente la brevedad del ficción verosímil, ha sufrido un
lavado de cara. Roberto Bolaño afirma que Raymond Carver es, junto a
Chéjov, de los mejores cuentistas del siglo. Y dada la talla de este trío, no
seremos nosotros quien les llevemos la contraria.

Aquí, en el Noroeste, solemos sacar barriles para


recoger el agua de lluvia y aprovechar así algunas
prodigalidades de la naturaleza. Los barriles de
lluvia nos garantizan un amplio suministro de agua
dulce, para lavarnos el pelo y regar las plantas. Este
libro es como lluvia recogida de un barril, agua
caída directamente del cielo. En él siempre
e n c o n t r a re m o s a l g o p a r a re f re s c a r n o s y
sustentarnos: para acercarnos de nuevo a la vida y
obra de Raymond Carver.

Prólogo,
de Tess Gallagher

Su viuda, la poetisa Tess Galagher, junto con la ayuda de algunos personajes


cercanos a la vida y obra de Raymond Carver, decidió ofrecer a sus lectores
estos cinco relatos que fue encontrando después de su muerte a lo largo de
los años y en sitios diferentes. Siempre que queda alguien en la vida de un
escritor con un cierto criterio artístico y de conciencia global, sabiendo lo
que supone la obra para los críticos y los estudiosos y los que simplemente
son (somos) lectores, surge una nueva entrega de textos inéditos,
dejándonos con el buen sabor de boca al recuperar algo nuevo,
haciéndonos creer que la muerte no existe para los escritores, y la terrible
sensación de que, ahora sí, las obras ya se pueden dar por completas.
Como una doble muerte.

38
Ian McEwan:
el Bach de las letras

por Ainize Salaberri Fuente de la imagen:http://randolphquan.com/blog/celebrity-photography-by-randolph-quan/

Ian McEwan es un escritor especial. Especial porque da a los ingleses utilizar, desde los tiempos de
sabe cómo utilizar la ironía, la ternura, el masoquismo, la Shakespeare o de Jane Austen: la ironía. Una ironía que
rabia o la culpa de manera impecable. Sabe cómo hilar hila tan fino que pasa desapercibida, pero que dota al
las historias, sabe cómo romperlas y volver a coserlas y texto de un ritmo y una calidad envidiables. Nos
que la costura parezca de fábrica. Ian McEwan es un devuelve a nuestros orígenes, los mismos que por todos
genio de la palabra, y quizás por eso, y por muchas otras los medios del mundo intentamos obviar: el hombre
cosas, es McEwan uno de los escritores mejor viene del mono y, más veces de las que debiéramos,
considerados en su tierra natal, Reino Unido. Pertenece somos unos absolutos simios con disfraz de humanos. Y
a una generación de escritores diez, que han sabido, con nos muestra, como si de un Gran Hermano del siglo XXI
una maestría intachable, darle la vuelta a la literatura y se tratara, hasta dónde es capaz de llegar el ser humano
transformarla en algo nuevo y fresco. Junto a él, en el para ahuyentar el dolor, la tristeza, el egoísmo, la envidia,
podio de los mejores escritores ingleses tenemos a Hanif la impotencia e, incluso, la felicidad. Porque aunque
Kureishi, Zadie Smith y Julian Barnes, entre otros. algunos de los protagonistas dicen (o nos dice McEwan)
que intentan alcanzar el nirvana de la felicidad, lo cierto
“Entre las sábanas”, uno de los libros de relatos de es que ellos mismos se ponen piedras en el camino. El
McEwan, éste nos deja entrever un mundo al que empresario millonario, por ejemplo, se las desea felices
muchos no nos atrevemos a asomarnos y en el que otros porque ha conseguido a la mujer de sus sueños. Sin
viven perpetuamente, orgullosos de hacerlo. Es el mundo embargo, tras unas semanas de felicidad extenuante, el
de las perversiones, del masoquismo, de la hombre comienza a ver truenos donde no hay tormenta,
manipulación, de la compra-venta de cuerpos, del y así, de golpe y porrazo, tira por la borda el sueño y su
alquiler de almas. También es el mundo de la desazón, felicidad, para ahogarse entre vasos de Jameson
de la armadura como carta de presentación, de las regocijándose de su dolor. Victimizándose.
palabras ausentes y de las vidas destrozadas por falta de
dinero, de amor, de inocencia, de sabiduría. El mundo deEse es el punto clave de los relatos de McEwan en
las obsesiones, de la sátira, de la pérdida de inocencia, y
“Entre las sábanas”: sus protagonistas se sienten más
de los traumas. Así, un hombre multimillonario compra cómodos en el papel de víctima que en el papel de
un maniquí del que se ha enamorado y que, aún así, le luchadores, aunque lo uno sin lo otro no tuviera sentido.
produce celos; un padre pasea a su hija por el Londres Los relatos de McEwan hablan de amor, de deseo, del
invernal e infernal de una época que es mejor olvidar, exceso o la carencia, de las frustraciones, de las
mientras piensa en ir a casa de su amante y aliviar su incapacidades. Sus historias nos impactarán, porque
desintegración como ser humano; dos enfermeras se llegan a nosotros sin velo que amortigüe el golpe, sin
verán las caras por primera vez para urdir la mayor colchón bajo los pies, sin pastilla para el dolor de tripas.
venganza jamás pensada para sus amantes; y una Hablan de la vida, de los recovecos oscuros que guarda
pareja, cuya relación parece insalvable, de tan grande la mente humana, de las pesadillas de los habitantes de
que es el abismo que los separa, parecen encontrar la este planeta, “como si en el centro de su ficción
manera de volver a humillarse. acechara un psicópata imprevisible”1. Y, casi seguro,
alguno de sus relatos nos cautive por haberlo vivido, de
Y todo esto lo relata Ian McEwan con una sabiduría un modo exacto o de un modo similar. Porque McEwan
soberana, con un arte insuperable. Y para no hacer leña es un genio, y lo escribe.
del árbol caído, utiliza McEwan eso que tan bien se les


39
Las ataduras
Hablar de C. Martín Gaite es hablar de una monumental de las letras
CARMEN hispánicas, por lo que debo reconocer que es un honor hacer gala de mi
admiración por esta magnífica figura que, si bien nos abandonó in corpore
MARTÍN en el 2000, es indudable que su espíritu sigue rondando entre nosotros a

GAITE través de su magnífica, prolífica y galardonada obra.

Figuró C. M. Gaite en la lista de escritoras –y me perdonarán el


atrevimiento, pero ya era hora de que pudiésemos hablar de “lista” de
féminas, con sus nombres reales y no un pseudónimo que las encubriera,
en el ámbito literario-, junto a Carmen Laforet y Josefina Aldecoa, entre
otros nombres destacados, que consiguen dar un gran giro a la narrativa
por Rosa Rodríguez española de posguerra, masculina fundamentalmente hasta el momento; no
podemos pasar inadvertido el conflicto que ha existido continuamente en el
transcurso de la historia para hacer sitio a la mujer, por pequeñito que este
fuera, en el terreno de la cultura. ¡Verdaderas heroínas de las letras en la
dura posguerra fueron estas mujeres!

Unas breves referencias biográficas pueden resultar tentadoras.


Nuestra escritora estuvo casada con otro de los reconocidos novelistas del
momento, R. Sánchez Ferlosio, autor de El jarama, con el que tuvo una hija
que murió unos años antes que ella, y a la que dedicó su novela La reina de
las nieves. Su obra, narrativa fundamentalmente, aunque también
periodística y ensayística, está repleta de galardones literarios. Fue la
primera “mujer” en recibir el “Premio Nacional de Literatura” con su novela
El cuarto de atrás, en 1978 -igual que C. Laforet fue la primera “mujer” en
recibir el “Premio Nadal” en 1944-. Y este reconocimiento se ha visto
ensalzado por otros muchos y prestigiosísimos premios, entre los que se
destaca el “Príncipe de Asturias”.

Desde lo más profundo de su enorme y precioso baúl literario,


vamos a rescatar una de sus obras que, dentro de la reducción
característica del relato, no sólo está colmada toda ella de gran sentimiento,
sino que -quizá por ello- consigue establecer con el lector una estimable,
didáctica y ejemplar comunicación; se trata de Las ataduras, publicada en
1960, y compuesta por varios relatos que presentan interesantes
concomitancias: “las ligaduras” que hacen de los protagonistas unos
personajes inmersos en su propia tragedia cotidiana porque, o bien no
pueden, o bien no saben deshacerse de ellas. Por su relevancia, vamos a
dejar caer todo el peso de ese “lazo” que la mayoría de los humanos
llevamos a nuestro alrededor, en el primero de todos los relatos: el que lleva
por título precisamente “Las ataduras”.

Gracias a una acertadísima simultaneidad de planos temporales, y


en espacios diferentes, la escritora orienta los entresijos que el tiempo ha
ido generando en las vidas de los protagonistas. Eso que M. Gaite
denomina desde el título “ataduras” no son más que fuertes vínculos que
ponen de manifiesto los sentimientos de Benjamín y Alina -padre e hija-. Se
trata de unas emociones cargadas de disgusto, de abatimiento, de tensión y
de preocupación que ha dejado, tanto en el padre como en la hija, el haber
vivido, con más hostilidad que alegría, unos días juntos.

40
Por medio de una voz narrativa en tercera persona, emergen las
evocaciones de una Alina melancólica, guarecida en una margen del Sena,
sobre su feliz niñez y juventud junto a sus padres, con la cariñosa aparición
del río Miño en estos recuerdos. Subrayamos la curiosa presencia de dos
ríos en el mismo relato: el Miño, símbolo del antes, la infancia y el hogar
paternal; el Sena, sin embargo, nos sitúa en el ahora, el presente de la
protagonista, ya adulta.

No menos afligidos resultan los pensamientos del padre al observar


el tejado de su casa, “con su chimenea sin humo”, una magnífica metáfora
de ese hogar sin fuego, sin calor desde que marchó la hija; para Benjamín,
la suya era ahora “una casa de guiñol, de tarlatana y cartón piedra”, una
casa que, a diferencia de las otras del pueblo, carecía de vida.

Entre padre e hija ya no parece haber nada en común; las


insalvables diferencias entre sus formas de ver la vida son la causa de que
cualquier entendimiento entre ambos suponga una utopía. Sin embargo, los
vínculos siguen ahí. Por ello sufren y se sienten apenados. Porque C. M.
Gaite ha tocado en su relato una fibra demasiado sensible: la relación
padres-hijos, cuando estos ya han crecido; unas “ataduras”
verdaderamente complejas, tanto como naturales puedan serlo para los
seres humanos.

A pesar de que, innegablemente, el contexto socio-cultural que


vivimos en nuestro recién estrenado 2011 no admite demasiadas
comparaciones posibles con el del relato, en los años 60, esas “ataduras”
familiares a las que apunta C. M. Gaite, aunque sea con matices distintos,
podemos seguir observándolas. El sentido de protección hace que ese lazo
umbilical que genera la vida del nuevo ser se haga fuerte, difícil de
desarmar. Por ello, dejar que las alas se vayan extendiendo para emprender
el verdadero vuelo podría llegar a ofrecer más de un obstáculo.

Otras “Alinas”, como la del relato, también recuerdan con emoción,


con añoranza, desde la tristeza, o bien desde la rabia, los felices momentos
que durante su crianza lograron disfrutar, en sus correrías, aprendiendo
junto a sus padres; sin embargo, sueños distintos les suceden a estos de la
infancia y que se manifiestan en la necesidad de elevarse, de viajar, de
conocer y vivir de una manera desigual y propia.

Pese a todo, no nos engañemos, las ataduras nos persiguen, las


llevamos con nosotros, o, sencillamente, las inquirimos porque a veces no
sabemos vivir sin ellas. Se debilitan en unas ocasiones, y comprimen en
otras ya que nos hallamos en una constante búsqueda de nuestra propia
identidad. Y este es el momento trascendental, valioso de no caer en la
trampa de conformarnos con la de los demás.

(C. M. Gaite, Las ataduras, Ed. Destino)


41
DOS R E L AT O S D E R U D YA R D K I P L I N G : E L MEJOR
R E L AT O D E L M U N D O Y M A R Y P O S T G AT E

— Begoña Martínez

En el 2008 la editorial Acantilado, de la mano de Alberto Al final del relato, Kipling, en un poema, habla del odio y de
Manguel, hizo una selección de algunos de los mejores cómo se ha asentado en el corazón de los ingleses, un
relatos de Kipling y nos la ofreció en una gruesa edición en lugar al que no estaba destinado, pero que las
la que hay 33 relatos; he seleccionado dos al azar para circunstancias han hecho que germine y brote un tallo
ofrecer una pequeña ventana abierta a su autor y su fuerte. O al menos, un tallo que se ve fuerte, porque quizás
mundo. el odio, como en el relato, solo nos haga ver lo que
El que leí primero fue el de Mary Postgate, un relato breve queramos ver (vale, el amor también…), y no lo que es en
sobre la devoción de una mujer hacia el sobrino de la dama realidad (¿Da igual un francés que un alemán? Ante la
a la que cuidaba y de cómo la guerra se cala hasta los muerte… ¿no somos todos iguales?), porque el odio da
huesos y nos deja siempre tiritando. La flema inglesa, con fiereza a nuestra mirada, pero quién sabe, puede que un
su carencia de afectividad y sus distancias deja su impronta abrazo nos haga más fuertes que el más visceral de los
en todas sus páginas. De tan contenidas que están las odios; cambiará también nuestra mirada, pero quién sabe,
emociones, parece que no existan. Hasta que al final, como puede que eso sea para mejor. Si un relato va más allá de
una bomba, que en el relato es algo más que una metáfora, sus palabras y nos hace explorar dentro de nosotros
lo tiñe todo de rojo y de pasión, tanta que hace surgir la mismos, Kipling, en este relato, lo ha logrado.
belleza allí donde nadie parecía haberla visto antes. Hay El mejor relato del mundo es una historia sobre dos
una transformación de Mary que sólo se detecta en las personajes y las ansias de escribir, de saber transmitir lo
últimas líneas, hay una muerte que provoca vida y un que llevamos dentro y de qué fuentes bebemos para
vuelco vital que abre la puerta a un aire fresco que llega con hacerlo; en este caso, Kipling plantea que un escritor tiene
el mañana. Pese a que la guerra lo tiñe todo de dolor y un amigo que recuerda sus vidas pasadas con tal lujo de
separaciones, para Mary es también una liberación, un detalles que sólo con transcribirlo se podría llegar a hacer el
momento fuera de lo cotidiano que le permite expresar y mejor relato del mundo, todo va más o menos bien porque
casi gritar su odio, sus sentimientos que han estado el escritor es capaz de tirarle de la lengua y rescatar
ahogándose durante mucho tiempo, pudiera ser sólo una pequeños fragmentos de las historias que su amigo
coincidencia en el tiempo, pero en el relato, van a la par. recuerda, a costa de tener que escucharle declamar las
Kipling también establece un pequeño juego con el poesías que más le gustan y darle su opinión sobre sus
significado del apellido de Mary: Postgate (estafeta de propios escritos, ya que su amigo también quiere ser
correos) y un sutil detalle relacionado con el sobrino, quien escritor. Aunque en ningún momento se plantea de forma
pese a su desdén hacia Mary e incluso menosprecio por el abierta la reflexión sobre la ética del asunto, sí late bajo sus
amor que ella le profesaba, ha guardado, sabe Dios por líneas la idea de hasta qué punto vendería su alma al diablo
qué, según la tía y Mary, todas las cartas que le enviaron. un escritor por escribir el mejor relato del mundo, hasta qué
Es un pequeño detalle que le da espesor y volumen a su punto sería capaz de engañar y mentir. Quizá en este caso
historia y nos hace preguntarnos cómo es que se no es tanto por el amor a la escritura, sino por el honor y la
comportaba así. gloria, y la ambición de escribir el mejor relato. Al final del
El telón de fondo de la historia es la primera guerra mundial texto, nueva sorpresa de Kipling, con un guiño nos plantea
y los sentimientos de odio que se propagan, de forma que el enamoramiento del amigo lleva al traste las
soterrada, como la pólvora, entre personas que no se ambiciones del escritor. El amor, que todo lo puede, ha
conocen de nada y que se inflama al verse frente a frente. hecho que su amigo se olvide de andrómenas y ame, sin
Una de las escenas finales llega a ser muy cruel, pues ante más, lo que ha dejado al escritor compuesto y sin historia,
la opción de ayudar al enemigo o dejarle morir y mirarle por lo que tendrá que buscar la inspiración en otro lado,
impasible, la decisión es la segunda, como pago a todo el pero ¡dónde! Quizá si cambia el motivo por el que escribe
daño que provoca una guerra, todas las muertes pareciera encuentre ese lugar, pero… ¿Quién le pone el cascabel al
que se compensan en ese momento para Mary. Tristes gato? Porque cada escritor, tiene sus propios motivos, ¿Y
armas, si no son palabras, como decía Miguel Hernández. los tuyos?

42
El club de los suicidas o cómo escapar de
la vida sin escándalo póstumo

por Marisol González Nazábal

Muchas veces considerado un pecado, unas cuantas otras un avergonzarían y hasta se sentirían culpadas si el asunto se
delito, el suicidio es desde algunos puntos de vista una forma hiciera público; a otros les falta valor y retroceden ante las
válida de escapar de este mundo. Incluso en culturas como circunstancias de la muerte”. Para esa gente es que fue
las orientales, es tomado como un modo digno de darle fin a creado El club de los suicidas. Cada noche, el presidente de
situaciones de extremo dolor o humillación. Una persona la sociedad reparte un juego de naipes entre los presentes,
puede decidir quitarse la vida voluntariamente para adelantar hasta que a uno de ellos le toca la carta de la muerte. Otro de
el desenlace fatal de una enfermedad incurable, por una los miembros será el encargado de asesinarlo. Con horror,
cuestión sentimental o por un alto grado de integración social Florizel y Geraldine descubren el perverso fin de la institución
-como los kamikazes-, entre otros motivos. Pero también y, forzados a enfrentar un dilema ético y existencial, se dan a
están aquellos que ya no soportan estar de pie en este la tarea de perseguir al líder del tétrico club a pesar de poner
planeta pero que no consiguen tomar la drástica decisión de en riesgo sus propias vidas.
matarse a sí mismos. Es este último grupo de infelices el que
inspiró a Robert Louis Stevenson a escribir El club de los El relato, dividido en tres episodios (Historia del joven de las
suicidas. El autor de la celebérrima novela El extraño caso del
tartas de crema, Historia del médico y el baúl de Saratoga y La
doctor Jekyll y Mr. Hyde da vida en este relato corto a dos aventura de los coches de punto) y ubicado en la Londres
deliciosos personajes: el príncipe Florizel de Bohemia y su victoriana, encierra sobre todo una gran profundidad,
inseparable Coronel Geraldine. Ambos reniegan de la valorando qué es importante y qué no, mostrando
monótona rutina a la que los someten sus cargos y, con el fin
crudamente las miserias humanas, recurso que Stevenson ha
de sortearla, acostumbran disfrazarse y salir en busca de utilizado a través de toda su obra. El bien y el mal luchan
aventuras. Pero ninguno de los dos sabe que está a punto de incesantemente por deshacerse de los convencionalismos.
vivir la más peligrosa de ellas cuando se encuentran con un Como analiza el joven de las tartas de crema en la primera
extraño repartidor de pasteles que les habla de la existencia
parte de la narración: “Había un servicio más que faltaba a la
de una organización secreta a la que el asistirá esa misma comodidad moderna: una manera decente, fácil, de
noche. El soberano, sólo guiado por su inconmensurable abandonar el escenario; las escaleras traseras a la libertad; o,
curiosidad, arrastra a su secuaz hacia dicha sociedad, cuyo como he dicho hace un momento, la puerta secreta de la
nombre es El club de los suicidas. Muerte”. Eso es exactamente El club de los suicidas. El
empujón en el rascacielos. El veneno en el café. El dedo en el
Sin duda, la descripción de las personas que se encuentran gatillo. Una salida fácil para aquellos que tomaron la muy
en dicho lugar es lo más interesante del libro: todos ellos difícil decisión de no vivir más. Porque, según la nada
conforman un grupo de perfectos perdedores, desencantados inocente filosofía del club imaginado por Stevenson, “la vida
de la vida. El mismo problema los hermana y es el de querer es sólo un escenario para hacer de locos mientras uno se
matarse y no poder: “algunos tienen familias que se divierta”.


43
VELOCIDAD DE
tampoco escenas lejanas e inalcanzables, no hay
nada que esté sobrando ni que esté faltando. Sin
embargo, se lee diferente, se sabe, de sabor,
diferente en el paladar, como si aprendiéramos

LOS JARDINES, en ese mismo momento una palabra tan sencilla


como menta, qué sé yo, porque a su lado la
rodean otras palabras, también reconocibles,

Eloy Tizón pero quizá (sólo quizá) nunca, en ningún otro


texto, habían estado tan cerca unas de otras. De
pronto, Eloy Tizón es todo un descubrimiento.
También he olvidado, disculpen las molestias,
FUSA DÍAZ
por qué Eloy Tizón es un descubrimiento y es
diferente y podría ser, y es, una de las voces
actuales más deslumbrantes y generosas con la
literatura de calidad.

“Yo diría que la pérdida es casi mi


tema principal”
Este libro late de una manera extraña, no pesa,
no hay nada que no sepamos ya, no, nada, pero
qué tiene, olvidable y añorado, para que uno
tenga la necesidad de hablar de él, para que uno
lo recomiende con toda seguridad, convencido
“Me conmueve saber que todo está de que es todo un acierto para el lector que sabe
condenado a desaparecer" cómo ordenar según qué emociones.

Lo mejor que te puede pasar con Velocidad de He visto en algunas entrevistas a Eloy Tizón que
los jardines, de Eloy Tizón, es lo que me ha le preguntan si le importa más la forma que el
ocurrido a mí: que lo olvides. Que no sepas cómo, el fondo, lo que me hace pensar que
quién es Berta ni por qué esos dos extraños se somos muchos los que gustosamente hemos ido
dan cita todos los días en el parque sin saberlo olvidando sus relatos para, con el tiempo, ir en
ni quién muere ni si era un alumno o un maestro. su búsqueda y reencontrarnos con esos
Que olvides, sí, por completo, todos y cada uno personajes extrañamente queridos, admirados,
de los relatos que recoge Anagrama en este imprescindibles sólo en el momento, tan
libro. Recordar solamente que fue leído, que se fugaces.
extraña como a una persona amada y ausente
por igual, que queda una llamita adentro que no
se apaga nunca del todo y que encendió Eloy
Tizón con su palabra nueva, como traída del
futuro, actual, pero por venir. Porque yo,
sinceramente, no sabría explicar, sin releer de
nuevo Velocidad de los jardines, cuáles son los
relatos que aquí aparecen, de qué van, no sabría
hablar de ni un solo personaje. No. Perdónenme.
No recuerdo nada.

“Me considero un narrador, alguien “La forma es el fondo. El fondo es


que inventa ficciones, un embustero” la forma. No establezco
Pero sé que en sus páginas encontré algo distinciones”
emocionante y novedoso que está todavía por
desvelar, que no importa el qué, ni siquiera el Él se defiende, y parece que honestamente,
cómo, sino eso invisible que nos sujeta a las diciendo que una cosa es consecuencia de la
palabras, como si nunca antes hubieran sido otra, y viceversa, pero lo cierto es que hay en su
dichas, escritas para ser leídas, leídas literatura algo olvidable en cuanto a la forma: no
finalmente. No hay, curiosamente, ni una palabra importa quién es Anatalia, por ejemplo, y podrías
que Eloy Tizón haya escrito en Velocidad de los seguir leyendo relatos de Eloy Tizón sin
jardines que nos pueda resultar ajena, no hay comprender nada de lo que te está diciendo,

44
como un niño que recién llega al colegio y todo consigue que su realidad literaria nos resulte,
le resulta tan extraño, de pronto, su lengua, que cuanto menos, original, porque nadie se ha
le servía de herramienta para comprenderse con dedicado a señalar con el dedo y llenar de luz
los demás, es también objeto de estudio, de esos huecos llenos de polvo que tiene la vida.
quehacer: en los relatos sucede igual, lo que te
está contando el escritor te suena desconocido, “Trabajar con el silencio, con lo no
aunque puedas reconocerlo, intuirlo, porque uno
está más pendiente de cómo juega con las dicho, con las ausencias, con los
palabras, de cómo construye y deconstruye y te espacios en blanco”
engaña y te acaba llevando por lugares por los
que no te habrías perdido y, sin embargo, ahí
estás, totalmente absorto, ya alienado del texto
que tienes delante, sólo pendiente de cómo
están ordenadas esas palabras, sabiendo que no
es azar, que todo está matemáticamente
estudiado para que juntas formen lo que están
formando: eso.

No sé hasta qué punto Eloy Tizón es consciente


de lo que despierta con sus embustes, de hecho,
creo que no lo es en absoluto; en cualquier caso,
aunque parecen textos bien estudiados y sin
dejar nada a las musas de tercera división, todo
queda perfectamente unido y natural, como si de
siempre ese texto estuviera escrito y se Es tan terrible haber olvidado la hermosura de la
mantuviera fiel. Habla de los espacios muertos velocidad de los jardines, es tan generosa la
de la vida, de esos segundos de silencio que no memoria cuando nos prepara para volver a un
sirven para nada, nos demuestra que sí sirven, lugar donde ya estuvimos y hacernos creer que
que sí hay algo cazable en lo que no se ve, en lo es la primera vez que lo estamos, incrédulos,
que a priori no existe. Así es cómo Eloy Tizón maravillados, pisando.

LOS VIAJES DE ANATALIA

Querida tía Berta:


muchos abrazos de todos, no sabes lo bien que lo pasamos ahora y Clara no
se come las uñas. Mis sabores preferidos de esta semana son: la menta. Nos
acordamos mucho de casa, la hierba recién cortada, el catecismo que nos
enseñabas debajo de una gotera y todavía nos lo sabemos, no creas. La
postal representa una puesta de sol y dos naranjos (dile a Niso que no olvide
nuestra apuesta). El sitio donde vamos se llama: Establecimiento de Baños,
allí los jardineros se aburren. ¿Has vacunado ya a Elmer? Hoy estamos
viajando entre jaulas de faisanes. Pero hay momentos en que, no sé, conozco
el peso del aire, veo la temperatura, me asusto, y entonces cruje el
entarimado (perdóname los tachones), ascienden los dirigibles, y todo es una
gran mancha, tía.
Anatalia


45
Relato
Entre paredes oscuras

por Iván Mourin

Cada recoveco de su mente sólo piensa en huir.

Lleva corriendo a saber cuánto tiempo, como si estuviese deambulando una y otra vez por el
mismo pasillo, las mismas habitaciones. Es como si aquella casa fuese un cubo de rubik, con las
paredes cambiando de forma, igual que piezas rotatorias. Y éstas le cercan; se pliegan como papel
sucio, aunque realmente no se mueven. El techo decide aliarse, cayendo como un lienzo que se
desprende de su marco, podrido por la carcoma que parece observarle como diminutos duendes
hambrientos de su carne.

Es un ratón encerrado en un laberinto, un juguete de laboratorio para aquella morada.

Quiere detenerse a recobrar aire, pero los nervios se lo impiden. Le advierten que debe
continuar, porque en cuanto pare, todo se cerrará en torno a él. Duda si no será eso lo mejor, pero,
¿no eternizará la pesadilla en cuanto deje de existir?

Un coro de alaridos le agarra por la columna como si ésta fuese una percha, y él, una simple
pieza de ropa maltrecha. Los berridos ondean por la atmósfera enrarecida, rancia y añeja, y le
aporrean los oídos hasta que el derecho estalla con un chispazo de sangre que casi lo derriba. No
quiere saber de dónde provienen, ni de quién o qué.

Los retratos se difuminan en los cuadros; la pintura se mezcla en remolinos amorfos,


componiendo una jalea uniforme. De las telas que habitan se desprende una pestilencia orgánica,
macerada, caliente, de donde brotan virutas negras y azuladas.

Moscas.

El vapor de una nausea repentina asciende por la garganta como humo ácido por una
chimenea. La tos le clava al suelo. Las piernas ceden. El jinete de su corazón hinca las espuelas con
rabia, arañándole el pecho. Trata de respirar, pero aquel hedor le tapona la nariz, inundándole los
pulmones.

La risa ronca, atascada, mecánica, nacida de cada ladrillo, de cada tablón que sella las
ventanas, de cada mobiliario astillado, anuncia el triunfo próximo. Ante sus ojos enrojecidos, la silueta
de algo desconocido se forma como una bruma mohosa.

Entonces sabe realmente que ha perdido; su cuerpo es el encargado de


anunciarlo, aflojando el nudo que aprieta a la vejiga. Y el tiempo se ralentiza; ya le habían contado que
eso sucede cuando tienes la certeza de que vas a morir. Tres segundos pueden convertirse en una
hora de tensión agonizante.

Y él morirá inminentemente.

La bombilla encerrada en la celda de cristal que apodera la linterna


se estremece, robando la escasa luz que le queda, pero no la
suficiente como para que pueda contemplar cómo entre la neblina se
forma una sonrisa sin dientes, de labios secos. Da un parpadeo, y la
sonrisa se ensancha; con el segundo, la boca se abre, asomando una
lengua que bien podría ser una mano tumorosa; y con el tercero, las
paredes

se cierran con su grito.
46
Relato
Bécquer y el rayo de luna
por Marta Gómez Garrido

Las horas se colaban por la ventana con paso lento y desacompasado, susurrando pesadillas en su oído a través de
la triste oscuridad, sólo rasgada por el influjo de la luna. Él aguardaba en el interior de la habitación los primeros
signos de sueño, que ya estaban retrasando su presencia.

En la negrura del cuarto, atisbó en el techo la figura de una mujer de blanco rostro y piel de granito. Recreó sus finos
miembros de piedra tallados con el realismo de la vida. Tras haber recreado cada recodo de su cuerpo, pasó a su
rostro, agraciado con la nostalgia de los sueños olvidados.

Así recreó a aquella mujer de piedra, embrujado por la historia que había escuchado aquella tarde, en la que un
hombre joven se dejaba mecer por el embrujo de una poderosa afrodita de piedra, atraído por su belleza marmórea,
sus curvas casi reales y su rostro perfecto… un canto de sirena con trampa. Según contaba la leyenda de la que le
habían hecho partícipe, el chico, quizás un oficial del ejército, había aparecido muerto una mañana junto a su amada.

Le dio vueltas a la historia. ¿Verdad o ficción? Quizás ambas. Los límites de lo verosímil estaban marcados por la
imaginación, que a veces transgredía las normas naturales, pero es que a veces, sólo a veces, la realidad se podía
explicar mejor dando ese paso hacia lo improbable.

Siguió en la cama mirando al techo. Imaginando en la penumbra las formas de aquella dama. Cómo debía ser su
belleza para embrujar a un hombre, qué promesas brotarían de su mirada opaca y brillante.

El ulular de un búho interrumpió sus divagaciones. Intentó ignorarlo y concentrarse en su mundo de fantasía y utopías,
pero el búho se sentía con fuerzas aquella noche y emitía un sonido potente y nítido, difícil de ignorar.

Se giró incómodo sobre la cama, tiró la sábana al suelo y trató de incorporar el sonido del ave a sus meditaciones,
imaginando un búho alrededor de la estatua, pero sólo consiguió darle un porte tétrico, nada atractivo o interesante.

Así, decidió cerrar la ventana, a pesar del calor pegajoso que fundía la habitación. Puso los pies en el suelo y sintió la
madera crujir bajo su peso. Movió la cabeza con fuerza para sacar de su consciencia las formas de aquella mujer de
piedra que había recreado en las últimas horas.

Se levantó de la cama con paso firme, pero trastabilló con la sábana que había arrojado al suelo tan sólo unos
minutos antes. Intentó mantener el equilibrio a duras penas, hasta que finalmente chocó contra un caballete de
pintura y cayó al suelo con gran estrépito.

Se levantó del suelo con el cuerpo y el ego dolorido. En la oscuridad no veía lo suficiente para colocar todo lo que
había tirado, así que esperaría al clarear de la mañana para poner orden. Esperaba no haber roto nada en la caída. Se
dirigió de nuevo hacia la ventana y la cerró con fuerza.

Al girarse para volver de nuevo a la cama, observó un translúcido y brillante rayo de luna que atravesaba con atrevida
belleza el cristal y se posaba en el suelo del cuarto. Tras observarlo durante unos segundos, comprobó cómo un ser
comenzaba a surgir de aquella luz desvaída. Su cuerpo blanquecino se movía con tiento, como temiendo salir de la
luz, y su rostro brillaba displicente en la oscuridad, atrayéndole hacia su abstracta belleza.

- ¿Está bien? –le preguntó el ser.


- ¿Bien? –le contestó confuso.
La figura salió de la luminosidad hasta la penumbra, en la que consiguió ver sus facciones reales. Aquél no era un ser
de luz y misterios, sino la mujer que regentaba el lugar, sólo un ser de carne y hueso.

- Sí, oí mucho ruido y pensé que quizás le había pasado algo.


Él la miró con una profunda tristeza, reconociendo por fin el límite entre la realidad y las fantasías, consciente de que
los seres de luz no se presentan en esta vida.
- ¿Está bien? –insistió al ver su rostro descompuesto.
- Sí… no se preocupe.

Ella se quedó observándolo un momento, sin terminar de creerle, pero finalmente se dio por vencida y salió de la
habitación. Sin embargo no estaba bien, pero cómo explicarle a aquella mujer que eran sus sueños los que habían
muerto aquella noche, cómo iba ella a entender que la luz no se atrapar.

47
Relato

LA M A L E TA D E L A V I E J A
por Noemí Camblor

- Si tu madre no hubiera sido tan guarra, no te tendría que arrastrar a todos lados conmigo. Eres una carga que
debió de llevar ella que para eso se bajó las bragas con aquel cagón que la dejó plantada. Si, la dejó plantada
cuando supo de quien era hija. Tu padre no era un hombre, no, era un cagón, un blando, un cobarde, una
asquerosidad – Esto era la primera parte de la conversación más larga que me dedicaba al día. – Y ahora tu
madre, muerta. Estará descansada. Los muertos quedan tranquilos, los que quedamos somos los que llevamos
su carga. Aquí tenía que estar ella, contigo, no yo. Yo ya la crié a ella y me fue más que suficiente, con lo zorra
que me salió – Y esta era la segunda parte.

Pero por fin se ha muerto la vieja.

Muerta y enterrada. Así está la vieja ahora. No lo creería si no es porque estoy en nuestro último hospedaje, un
hostal lleno de descolchados y de mierda por las paredes; sentada en la que fue su cama, la que jamás me
permitía tocar cuando estaba viva pero sobre todo, lo creo porque su maleta de cuero está mirándome
plácidamente desde esa silla: - Qué, chata, ¿no tienes huevos a abrirme, eh? Llevas toda la vida esperando ver
qué hay en mi interior. Venga, valiente, ábreme ahora que tienes el camino libre.-

Me provoca la puta maleta.

Creo que jamás he tocado la maleta de la vieja. Alguna vez lo he intentado pero el terror, no estoy segura de si a
su contenido o a que me pillara la vieja mirando, me apartaba de ella casi al mismo tiempo que me acercaba.
Claro que pregunté, sobre todo cuando era pequeña: - ¿Qué hay en la maleta?-. Entonces la vieja entornaba los
ojos, me miraba con el mismo desdén con el que mira a las verduleras en la peluquería, y siempre me
contestaba lo mismo – Si te atreves, ábrela, pero tienes que saber que nadie nunca antes ha querido intentarlo
-. Y tenía razón porque ni siquiera a ella la vi abrir nunca esa maleta. Eso sí, fuéramos a donde fuéramos tenía
un lugar privilegiado en la habitación del hostal: siempre cuidadosamente posada en una silla para que la
humedad y la suciedad estuvieran bien lejos de ella, no de nosotras.

Ahora que la tengo en frente, dispuesta para ser abierta, me pregunto si habré acertado en su contenido. Todas
las noches dedicaba un ratito a imaginar qué demonios guarda la vieja en esa maleta. He estado acertada,
posiblemente hay demonios dentro. Cómo miraba, cómo hablaba y cómo actuaba llevaba a pensar que era una
mujer amargada pero yo vivo, viví, con ella desde siempre, y veía en ella algo muy misterioso: más por sus
silencios que por lo que hablaba, también por sus continuas ausencias en la mirada y por aquella obsesión por
una maleta que nadie más que yo conocía. Imaginé tantas facetas ocultas de la vieja que no puedo recordarlas
todas ahora pero sí me acuerdo de la que a mi me pareció la verdad: seguramente la vieja salía por las noches,
mientras yo dormía, y abordaba en los callejones a algún pobre inútil o a alguna perdida mujer. Los
descuartizaba allí mismo, con las herramientas de tortura que había en su maleta. Como otros lo habían sido
antes, la vieja era una tétrica vengadora de la verdad, una limpiadora de las calles, una asesina selectiva. De
otra manera no podía explicar por qué a veces, la maleta goteaba agua, si no era por la limpieza de los útiles de
asesina que llevaba dentro.


48
Relato

Me dejó su legado: la maleta. Me dijo: - Te dejo lo único que tengo, todo lo que ella contiene lo he guardado
para ti. Tú te pareces tanto a mi… Eres la única persona que sabrá que hacer con lo que hay dentro -. Eso me
dijo la vieja. ¿Igual que ella? ¿Está loca? Nadie puede ser igual de oscura que ella, igual de fría, igual de cruel,
igual de… mala.

No sé si reír o llorar. No sé cómo tomarme a mí misma. No sé cómo pude ser tan idiota, tan oscura, tan fría, tan
cruel, tan…mala.

Abrí la maleta.

Cuando la cogí, goteaba. Mis manos temblaron y el corazón se me estaba hinchando tanto que creí que me iba
a explotar dentro y desparramarse. Abrí un cierre, oí su “clic” amenazador, abrí el otro cierre y oí el “clic”
definitivo.

No pude aguantarla cerrada. De repente una catarata de agua se liberó rugiendo desde el forro de la maleta y
lanzándome lejos de ella. Empapada, atolondrada, en el suelo, llorosa del terror, aún tenía más miedo a mirar
dentro y, mientras el agua iba cubriendo toda la habitación, se desparramaba por las paredes, arrollaba desde
la maleta con fuerza, mantuve los ojos bien cerrados.

Cuando el estrépito paró, cuando el agua me cubría hasta el pecho, cuando empecé a sentir una agua
templado medio metro por encima del suelo, cuando todo estaba empapado, abrí mis los ojos lentamente y vi
lo que antes nadie había querido ver.

El agua trepaba hacia arriba por las paredes, blanca, como una sábana usada para un cine de verano. En ella
se iban formando imágenes tan claras como el mismo agua.

Detrás de la cama podía ver a mi abuela cogiendo en brazos a mi madre, besándola y riendo en lo que parecía
el jardín de nuestra casa. En frente de la ventana, el agua subía por la pared y formaba a mi abuela como una
mujer joven, dormida en brazos de un hombre rubio y elegante que yo jamás había visto antes. Por encima y
detrás del armario, vi la imagen de mi abuela en agua de colores, desnuda en la playa, mojado el cabello,
esbelta y guapa como nunca creí que habría podido ser. En el suelo, dibujada en las hondas mojadas estaba
yo, y estaba ella, cepillándome el pelo, sonriendo mientras me enseñaba lo que parecía mi vestido de boda. Y,
entre las ventanas, subía el agua para tejer unas cortinas rojas de teatro entre las que estaba mi abuela digna y
atrayente, envuelta en un vestido azul lleno de brillantes, con el traje con el que nadie la hubiera imaginado,
cantando algo tan intenso que le humedecía los ojos.

Todo eso es lo que mi abuela me dejó. Todo lo que tenía y, a la vez, lo que era la maleta: el lugar donde guardó,
apartados del dolor, la mugre y la desidia, los sueños que la mantuvieron viva para estar, para siempre, flotando
a mi lado e inmersa en mí.


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Granite & Rainbow .................... 23.I.2011 ............................ #10

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