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La Universidad de Los Andes nos presenta el tercer volumen de su colección de

Estudios de Derecho Público, intitulada "Precedente, cosa juzgada y


equivalentes jurisdiccionales en la litigación pública", una creación colectiva
que congrega a diversos procesalistas y estudiosos del derecho, unos de conocida
trayectoria y otros noveles, todos quienes aportan sus diversas aproximaciones a
los temas que refiere su título, todos de la máxima trascendencia y actualidad.

Los temas que se desarrollan en el texto invitan a la reflexión acerca de cuestiones


centrales que atañen a la relación de los ciudadanos y de la sociedad misma con
los poderes públicos, en especial con las múltiples cuestiones que plantea el
permanente y no siempre armónico diálogo entre la jurisdicción legal y la
constitucional. Las diversas aproximaciones a estas temáticas evidencian
necesidades normativas de coherencia y eficacia de dichas jurisdicciones, no
siempre presentes, que devienen en requerimientos y aspiraciones por una mayor
protección, estabilidad y predictibilidad en el ejercicio de los derechos y garantías
fundamentales.

Así, la generación de precedentes jurisprudenciales como nueva e indesmentible


fuente del derecho, ha ido progresivamente abriéndose paso a partir de reformas
legislativas que fortalecen su rol y auguran una fuerza expansiva de difícil retroceso.
Y es que ello obedece a la necesidad de protección efectiva de la garantía de
igualdad ante la ley, pues no parece tolerable permitir que frente a iguales
situaciones los ciudadanos recibamos respuestas jurisdiccionales diversas y a veces
contradictorias.

No se aviene asimismo con la impartición de una justicia de masas propia del


desarrollo económico, social y cultural que vivimos, que marca un cambio radical
con la justicia de soluciones individuales basadas en la realidad propia de los inicios
de la codificación.

Se requiere también de la predictibilidad en la interpretación y aplicación de la ley,


como un elemento indispensable para la orientación de las decisiones ciudadanas
en el ámbito de la economía, las relaciones comerciales, laborales, de familia, entre
otros. Es cierto que esa transformación será gradual, como lo es todo cambio cultural
profundo, pero es tan inevitable como que en ello se juega la subsistencia, prestigio
y eficacia del sistema de justicia del futuro, con clara incidencia en el desarrollo del
país.

La cosa juzgada, institución esencialmente jurídica, que manifiesta su esencialidad


en la vocación de permanencia e intangibilidad de las soluciones jurisdiccionales,
básicas en su aspiración pacificadora, aparece reclamada también —con necesarios
matices— por los ámbitos del derecho administrativo y constitucional. Así como las
garantías del debido proceso van imponiendo su aplicación progresiva a todos los
ámbitos de interacción de los órganos del Estado con los ciudadanos, se requiere,
como evidencian diversos artículos del libro que se comenta, un mejor desarrollo
dogmático y positivo para entender que también la cosa juzgada requiere ocupar un
lugar en dichos ámbitos, en tanto se ordena a satisfacer los mismos objetivos y
necesidades.

De otra parte, los equivalentes jurisdiccionales o vías parajurisdiccionales de


resolución de conflictos, si bien se ordenan de manera pragmática a la solución de
la conflictividad individual, no debe perderse de vista en su implementación
legislativa, que no es posible sustraerlas de las improntas y valores que caracterizan
la jurisdicción. Ello requiere de especiales prevenciones para conjurar los peligros y
tentaciones de una imposición obligatoria que amenace cuestiones tan básicas
como el desinterés objetivo, la imparcialidad e independencia de quien articule estas
soluciones, especialmente cuando se trata de las propias instituciones del Estado,
a riesgo que, a pesar de las buenas intenciones, se transformen en herramientas
socialmente disociadoras.

Los diversos autores que se congregan en este texto, abordan estas relevantes
temáticas desde distintos puntos de vista, siempre informados y caracterizados por
un análisis profundo, que de seguro situarán al lector en posición de entender su
importancia y extraer conclusiones propias. Sin duda se trata de un gran aporte para
el análisis del actual estado de cosas y para el diseño informado de los futuros
sistemas de justicia.

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