Está en la página 1de 3

Clase cinco

El proceso creador
En este libro Pichón Riviere ubica la relación entre el objeto estético original, objeto
oculto-mágico siniestro y la locura. El objeto estétco original que había sido reprimido
culturalmente y emerge del inconsciente es re-conocido, re-descubierto y re-creado por el
artista, pero por su característica de retorno de lo reprimido si no es lo suficientemente
velado puede generar ansiedad llegando a la vivencia de lo siniestro. Esta situación puede
generar situaciones hostiles llegando a la destrucción del objeto estético o a la destrucción
simbólica del artista, por medio de la crítica destructiva.

Cuando el objeto estético original no emerge la actividad adquiere el carácter de


estereotipo.

Define el objeto artístico como aquel que nos crea la vivencia de lo estético, de lo
maravilloso, con ese sentimiento subyacente de angustia, de temor a lo siniestro y a la
muerte, y que por eso mismo sirve para recrear la vida.

El objeto estético es producto de un proceso que consigue la reconstrucción del


objeto previamente desmenuzado, a través de una técnica específica, como si fuera un
rompecabezas, todo dependerá de como se coloquen las piezas y del sentido que se busque
con ellas. Cuando el movimiento es dirigido hacia la unidad y tiene la forma de espiral
dialéctica surgirá la creación.

Riviere ubica el surgimiento del objeto móvil en un momento determinado de


cambio social, y dice que surge pata resolver ansiedades generadas por este cambio, pero
termina generando nuevas ansiedades, hasta llegar a dar la sensación de lo siniestro como si
las máquinas fueran a pensar solas. (Vemos en las películas que las computadoras
exterminan a la raza humana). El trabajo con el movimiento es un modo de elaboración de
la angustia que provoca la muerte. Toda la tarea del creador es la recreación a través del
movimiento del sentimiento de muerte conciente e inconsciente.

En relación con el arte hace una diferenciación entre el psicótico y el genio creador.
El psicótico sucumbe ante la presión del inconsciente, mientras que el genio es capaz de
exteriorizarlo, proyectando su emoción en su obra, comparte. Y ubica el ejemplo de Picasso
del cual dice que trata de encontrar en el cubismo la síntesis existente entre sus dos
mundos, interponiendo entre ellos una pantalla de geometría para protegerse de una
revelación demasiado completa de sí mismo.

El artista normal logra a través de la elaboración conciente de lo inconsciente,


transmitir al espectador una realidad particular de armonía. Aprende, modifica sus modos
de expresión y su estilo. Las acciones de alienado son estereotipadas.
En relación con lo social el artista tiene que abordar los mismos problemas que se le
plantean al resto pero con la diferencia que él se anticipa, y por esta anticipación se le
adjudican características de agente de cambio. En ese punto se desplazan sobre él las
ansiedades, como si él fuera el portavoz de todo lo subyacente.

El vínculo que el artista establece entre su yo y el objeto artístico, es que su mensaje


representa la reconstrucción de un mundo que es propio y de todos. Así es como lo siniestro
se transforma en maravilloso, el contenido y la forma en su síntesis recrean una nueva
estructura.

También marca la diferencia entre el proceso creador del artista normal y del
alienado y dice que en la persona normal el proceso creador aparece en forma controlada y
temporaria, mientras que en el psicótico es automático, permanente y en cierto modo una
necesidad. La obra del alienado participa de las características del pensamiento mágico, la
del artista normal no carece de magia. El artista normal no crea para transformar el mundo
de una manera delirante, sino que su propósito es describirlo de un modo metafórico.

El artista alienado está impulsado a crear con el fin de transformar el mundo real, no
busca un público ni trata de comunicarse. Sus formas de expresión permanecen rígidas,
trata de reparar el objeto destruido durante la depresión desencadenada por la enfermedad.

Es característico en la obra de un alienado la inmovilidad de la imagen, vaciamiento


de la mirada, la rigidez en la expresión y los estereotipos.

Las actividades creativas de los enfermos mentales pueden utilizarse de diferentes


maneras: - como entretenimiento

- Método diagnóstico.
- Obtener información sobre los cambios del paciente durante el tratamiento.
- Como herramienta de la terapia, ya que a algunos pacientes les resulta mejor
expresarse de ese modo.

Generalmente detrás de una obra de arte hay una conciencia alterada como

Subestructura. Pero en el artista normal la subestructura (elementos emocionales) es casi


coincidente con la superestructura (elementos conceptuales) en tanto que en el alienado la
distancia es mayor y deformante.

Destaca el concepto de unidad (integración), para diferenciar arte normal, de arte


patológico y da el ejemplo de Picasso, este pintor se ha atrevido a investigar su inconsciente
al punto de frecuentar la muerte, la total desintegración en la creación artística, ha
elaborado lo maravilloso, porque ha sabido recomponer, reintegrar, recrear la vida. No ha
sucumbido a su inconsciente como si sucumbe un artista psicótico.
Hay una profunda relación entre arte y locura, en el punto que muchas veces
concretar la obra de arte es el medio para mantener la salud psíquica.

También podría gustarte