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Trabajo práctico nº 1: La Edad Contemporánea y la etapa de revoluciones

Fecha de entrega: martes 6 de abril

¿Qué es la Edad contemporánea?

La historia se subdivide en numerosas etapas, de las cuales la Edad o Era Contemporánea o


contemporaneidad es la más reciente, o sea, es la Edad más próxima a la actualidad. Se considera
que los inicios de la Edad Contemporánea radican en el fin de la Edad Moderna, es decir que comienza
con la Declaración de Independencia de los EEUU en 1776 o en la Revolución Francesa de 1789.
Estos eventos sacudieron el orden político y social del mundo del momento y anticiparon lo que vendría
más adelante. Su culminación es el presente mismo.

La Edad Contemporánea es una de las que más intensa y rápidamente ha cambiado el mundo desde
los orígenes de la humanidad. Ya en sus comienzos, en la llamada Era de las Revoluciones, desde
finales del siglo XVIII hasta mediados del XIX, se observaba una transformación profunda en lo
económico, social y político, en comparación con la herencia medieval y moderna.

Se priorizaron los valores democráticos y republicanos, al menos en Occidente, como aspiración de


los pueblos. Ese Nuevo Régimen nació al calor de la Revolución Industrial y el capitalismo. Sin
embargo, la Edad contemporánea también presenta sus retos y dificultades: la desigualdad
socioeconómica, el auge de los totalitarismos, la automatización del trabajo y la catástrofe
medioambiental son apenas algunos de los inconvenientes que aquejan a la sociedad. La humanidad
por primera vez se enfrenta a la posibilidad de causar su propia extinción como especie.
Características:

Características sociopolíticas. Lo que la Edad Moderna vaticinaba, en la Contemporánea tuvo su


lugar desde el principio: la caída de los poderes tradicionales, asociados a la nobleza y el clero, que
controlaban el mundo desde la Edad Media, en favor de la recién creada clase media, carente de
sangre azul pero poseedora de capitales. La burguesía, así, desplazó a sus rivales tradicionales,
adueñándose de la conducción de los destinos de la humanidad e instaurando sus valores
de libertad, igualdad, fraternidad y propiedad. Así, los valores de la Ilustración francesa engendraron
el Liberalismo, y la posibilidad de seguir una agenda republicana y democrática, con separación
de poderes e igualdad jurídica, aunque no socioeconómica. Nace así la sociedad de las clases sociales,
separadas ya no por su nacimiento sino por su capacidad de consumo y de generación de dinero: el
capitalismo. Con ella surgió un nuevo rival histórico de la burguesía mandante: el proletariado, resultado
de la transformación del campesinado medieval en trabajadores urbanos.

Características económicas. El capitalismo triunfa y se consolida durante la Edad Contemporánea, la


economía contemporánea privilegia lo urbano y la fábrica como el lugar donde ocurre la producción,
dejando la generación de materia prima en manos de los países menos desarrollados.

¿Qué son las revoluciones?

Una revolución es un cambio violento, repentino y permanente en las condiciones de


un sistema de cualquier tipo, es decir, a un reordenamiento súbito del estado de las cosas. Este
término proviene del latín revolutio (“dar una vuelta”) y se aplica especialmente al orden político y social
de las sociedades, al paradigma científico-tecnológico y a otros ámbitos específicos. No existe un
consenso respecto a qué puede o no constituir una revolución en términos históricos, pero ha habido
muchas a lo largo de la historia de la humanidad, y siempre han tenido implicaciones profundas en
la existencia humana local, regional o mundial, por lo que suelen ser estudiadas con ahínco por los
historiadores. Existen diversos criterios para clasificar las revoluciones, dependiendo del área de
estudios que se emplee para ello. Pero a grandes rasgos hablaremos de seis tipos diferentes:

 Revoluciones políticas. El cambio producido tiene que ver con los mecanismos para ejercer el
poder y puede generar nuevo modelo de administración del Estado o al retorno de alguna otra
tradicional. Cuando se habla de una revolución política se refiere siempre a cambios radicales
en el modo de ejercer y detentar el poder. En ese sentido, las revoluciones políticas suelen
involucrar a las instituciones del Estado y ser ejercidas por quienes detentan el poder social y
económico. Por eso es frecuente que sirvan de palanca para el cambio de las estructuras
políticas, aunque este cambio puede dar pie al surgimiento de fuerzas inesperadas. En ese
sentido, las revoluciones políticas suelen ser relativamente poco sangrientas, excepto en los
casos en que derivan en revoluciones sociales o en conflictos bélicos.

 Revoluciones sociales. A partir de un nuevo modo de entender la sociedad, se impone una


nueva manera de conducir las relaciones individuales y colectivas, generalmente debido al
surgimiento de una nueva clase dominante. Una revolución social suele generarse cuando una
revolución política involucra, además, cambios profundos en la repartición de las riquezas,
en el acceso a los bienes o en el control de los medios de producción. No constituye una simple
restructuración violenta de los poderes políticos, sino que además genera una restructuración
violenta del tejido de la sociedad. En ese sentido, pueden ser mucho más sangrientas y acarrear
mucho más dolor social que las revoluciones políticas.

Revoluciones económicas. Los modos de producción y distribución de los bienes


y servicios de una sociedad se alteran drásticamente y son replanteados, ya sea gracias al
descubrimiento de nuevos modos de producción o por un cambio en el modelo de administración
de lo económico.
 Revoluciones científicas. Se da un cambio radical y profundo del paradigma científico en una o
varias áreas del saber humano, alterando permanentemente lo considerado hasta entonces
verdad científica y lo que no.
 Revoluciones tecnológicas. Se incorporan a la vida cotidiana nuevas tecnologías o nuevos
artefactos que generan un impacto irreversible y considerable en la sociedad como un todo,
permitiendo nuevas relaciones y alterando el mundo humano de modo significativo.
 Revoluciones industriales. Los cambios extremos en lo tecnológico, social y económico gestan
nuevos modos de producción y nuevas formas de trabajo, y esto repercute en lo financiero,
organizacional, etc.

Algunos ejemplos de revoluciones en la historia son los siguientes:

 Revolución Industrial. Se conoce con este nombre al período de cambios profundos en la


estructura laboral, productiva y económica de Occidente, especialmente de Europa, a partir de la
irrupción de la automatización y de las máquinas de vapor en los siglos XVIII y XIX. El tren, los
botes a vapor, las máquinas en las fábricas fueron algunos de los adelantos que cambiaron para
siempre a la Europa rural y la convirtieron en un orden de países industrializados. Se convirtió
así el campesinado en clase obrera y se consolidó el capitalismo como modelo económico
imperante.
 Revolución Francesa. La Revolución Francesa de 1789 fue un conflicto político y social que
procuró la caída de la monarquía absolutista de Luis XV, y su reemplazo por un sistema
monárquico (inicialmente, luego republicano). Este sistema era controlado por una Asamblea
Nacional, en la que se promulgaron por primera vez los Derechos Fundamentales del Ser
Humano. Durante este período de tumulto se erradicó la aristocracia de Francia y se desataron
fuerzas populares radicales que gobernaron violentamente (el llamado “Terror”) hasta el golpe
de Estado de Napoleón Bonaparte en 1799.

Actividades

1) ¿Por qué se considera que la Edad Contemporánea ha sido una de las más intensas?
2) ¿Qué dificultades presenta esta Edad?
3) Menciona dos características políticas y económicas
4) ¿A qué llamamos Revolución? Menciona ejemplos
5) ¿Qué tipos de revoluciones podemos encontrar? Menciona una característica de cada uno de
esos tipos.

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