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Karl Heinrich Marx[1][nota 1] (en castellano comúnmente traducido como 

Carlos
Marx; Tréveris, Reino de Prusia; 5 de mayo de 1818-Londres, Inglaterra; 14 de
marzo de 1883) fue un filósofo, economista, sociólogo,
[2] periodista, intelectual y militante comunistaprusiano de origen judío.[3] En su vasta e
influyente obra abarca diferentes campos del pensamiento en la filosofía, la historia,
la ciencia política, la sociología y la economía; aunque no limitó su trabajo solamente a
la investigación, pues además incursionó en la práctica del periodismo y la política,
proponiendo siempre en su pensamiento una unión entre teoría y práctica. Junto
a Friedrich Engels, es el padre del socialismo científico, del comunismo moderno,
del marxismo y del materialismo histórico. Sus escritos más conocidos son el Manifiesto
del Partido Comunista (en coautoría con Engels), El Capital y El dieciocho Brumario de
Luis Bonaparte. Marx es normalmente citado, junto a Émile Durkheim y a Max Weber,
como uno de los tres principales arquitectos de la ciencia social moderna,[4] y ha sido
descrito como una de las figuras más influyentes en la historia de la humanidad, en
1999 una encuesta de la BBC fue votado como el "mayor pensador del Milenio" por
personas de todo el mundo.[5][6]
Nacido en una familia de clase media acomodada en Tréveris, Reino de Prusia, fue a
estudiar a la Universidad de Bonn y en la Universidad Humboldt de Berlín, donde se
interesó en las ideas filosóficas de los jóvenes hegelianos. En 1836, se comprometió
con Jenny von Westphalen, casándose con ella en 1843. Tras la finalización de sus
estudios, escribió para un diario radical, la Gaceta Renana (Rheinische Zeitung), donde
comenzó a utilizar conceptos hegelianos de la dialéctica para influir en sus ideas sobre
el socialismo. Se trasladó a París en 1843 y comenzó a colaborar con otros periódicos
radicales, como los Anales Franco-Alemanes(Deutsch-französische Jahrbücher) y Vorwärts!,
así como una serie de libros, algunos de ellos coescritos con Engels. Estuvo exiliado en
Bruselas-Bélgica en 1845, donde se convirtió en una figura importante de la Liga de los
Comunistas, antes de regresar a Colonia, donde fundó su propio periódico, la Nueva
Gaceta Renana (Neue Rheinische Zeitung). Se exilió una vez más, en 1849 se trasladó a
Londres junto con su esposa Jenny y sus hijos. En Londres, la familia se redujo a la
pobreza, pero Marx siguió escribiendo y formulando sus teorías sobre la naturaleza de
la sociedad y cómo creía que podría mejorarse, así como una campaña por el
socialismo, convirtiéndose en una figura destacada de la Primera Internacional.
Las teorías de Marx sobre la sociedad, la economía y la política, que se conocen
colectivamente como el marxismo, sostienen que todas las sociedades avanzan a
través de la dialéctica de la lucha de clases. Fue muy crítico de la forma socioeconómica
vigente de la sociedad, el capitalismo, al que llamó la "dictadura de la burguesía",
afirmando que se llevaba a cabo por las acaudaladas clases dueñas de los medios de
producción para su propio beneficio. Teorizó que, como en los anteriores sistemas
socioeconómicos, inevitablemente se producirían tensiones internas, producidas por las
leyes dialécticas, que lo llevarían a su reemplazo por un nuevo sistema a cargo de una
nueva clase social, el proletariado.[7] Sostuvo que la sociedad bajo el socialismo sería
regida por la clase obrera en lo que llamó la "dictadura del proletariado", "Estado obrero"
o "democracia obrera".[8][9] Creía que el socialismo sería, a su vez, finalmente
reemplazado por una sociedad sin Estado y sin clases llamada comunismo. Junto con la
creencia en la inevitabilidad del socialismo y del comunismo, Marx luchó activamente
por la aplicación del primero (el socialismo), argumentando que los teóricos sociales y
las personas desfavorecidas debían realizar una acción revolucionaria organizada para
derrocar el capitalismo y lograr un cambio socioeconómico. [10][11]
Aunque Marx se mantuvo como una figura relativamente desconocida durante su vida,
sus ideas y la ideología del marxismo comenzaron a ejercer una gran influencia sobre
los movimientos socialistas poco después de su muerte. Lenin fue el primer teórico-
práctico que intentó desarrollar el pensamiento de Marx en la práctica. Los llamados
gobiernos revolucionarios socialistas tomaron el poder en una variedad de países a lo
largo del siglo XX, llevando a la formación de Estados como la Unión Soviética en 1922
y la República Popular China en 1949, con diversas variantes teóricas desarrolladas,
tales como el leninismo y el maoísmo.

Benedetto Croce
(Pescasseroli, 1866 - Nápoles, 1952) Filósofo, historiador y crítico literario
italiano cuya obra ha ejercido considerable influencia, sobre todo en los campos
de la estética y de la historia. Cursó sus primeros estudios en un colegio
barnabita de Nápoles, donde estudiaban los hijos de la alta sociedad napolitana.
A los 17 años perdió a sus padres y a una hermana, víctimas de un terremoto.
Trasladado a Roma, el nuevo ambiente y la compañía de su primo Silvio
Spaventa lograron levantar su estado de ánimo.

Lo que despertó su interés por la filosofía fue la Scienza nuova de Vico, suscitando
en su mente el problema de las relaciones entre el arte y la historia: La storia
ridotta sotto il concetto generale dell'arte y La critica letteraria. Por influjo de Labariola,
que se había pasado al marxismo, escribió entre 1895 y 1900 Materilismo storico
ed económico marxista. La elaboración de un sistema filosófico propiamente dicho
data de la primera década del siglo. Se trata de un sistema de orientación
idealista en cuatro vertientes: la estética (Estética come scienza dell'espressione e
linguistica generale), la lógica (La logica come scienza del concetto puro), la economía y la
ética (Filosofia della pratica económica ed ética), publicados entre 1902 y 1909.
En 1903 fundó la revista La critica, en la que colaboró algunos años C. A. Gentile,
y que fue el medio de expresión del pensamiento de Croce. Fue nombrado
senador, pero con la llegada del fascismo renunció a todo puesto de
responsabilidad pública, convirtiéndose en el guía moral del antifascismo a
partir de 1925. A finales de 1924 rompió su amistad con Gentile, precisamente
por diferencias políticas. Al caer el fascismo volvió a la vida política, trabajando
en la reconstrucción del partido liberal. En 1948 se retiró a la tranquilidad de
sus estudios en Nápoles.
El pensamiento de Croce
Si bien es cierto que el idealismo de Croce procede de la dialéctica hegeliana, se
presenta como una reforma de la misma, colocando en lugar de la noción
de oposición la de distinción. Entre las cuatro formas del espíritu no existe
oposición, sino que ellas se distinguen recíprocamente a partir de una doble
diferencia: entre el dominio teórico y el dominio práctico por un lado, y entre lo
particular y lo universal por otro.

El principio fundamental de su filosofía es que la actividad espiritual (mental)


constituye la realidad absoluta. El hombre no posee nada más que la
experiencia inmanente de su espíritu. No existe mundo objetivo fuera de la
conciencia subjetiva que posee la mente de su propia actividad, que adopta dos
formas: una intelectual y otra práctica. La actividad intelectual se divide a su
vez en intuición (arte) y abstracción (filosofía); la actividad práctica de la mente
se divide por su parte en economía y ética.

El arte es conocimiento de lo particular y la lógica de lo universal; la economía


es volición de lo particular, y la moral de lo universal. Bajo el término de
"economía", tan frecuente en Croce, hay que entender no sólo la economía en
sentido específico, sino también todas las actividades humanas encaminadas a
un resultado práctico, siguiendo la interpretación pragmática del conocimiento
tan extendida en el pensamiento europeo y americano de principios de siglo.

Leopold V. Ranke

Wiehe, 1795 - Berlín, 1886) Historiador alemán, introductor del positivismo


como método de investigación histórica y minuciosa de los hechos. Los métodos
críticos de este eminente historiador influyeron en toda la ciencia histórica de la
segunda mitad del siglo XIX y fueron unánimemente adoptados por los
estudiosos de todos los países cultos.

Aunque comprendía mal a este último, y pese a que el fragmento biográfico


sobre Lutero (1817) se resentía todavía de una mezcla de teísmo luterano, de
romanticismo y de idealismo, del teólogo iba naciendo el historiador; Leopold
von Ranke manifestaba ya su nueva sensibilidad y una particular maestría en
relacionar la historia política con la religiosa y la constitucional.
La Historia de los pueblos romanos y germánicos desde 1494 hasta 1535 (1824) constituyó el
primer fruto de su rigurosa vocación histórica. La lectura de las obras de Böckh
y de Otfried Müller, así como de Niebuhr y de las Historias generales de Johannes
Müller, pero sobre todo el estudio de las fuentes antiguas (los escritores
carolingios, los del Medievo alemán e italiano hasta Giovio y Guicciardini, las
relaciones de los embajadores venecianos descubiertas por Müller), le
permitieron dominar plenamente aquel método crítico-filológico sobre el que
teorizó en el apéndice Sobre la crítica de la historiografía moderna, distinguiendo entre
material original y fuentes derivadas, principalmente narrativas.
En esta obra orientó su selección de los motivos histórico-universales hacia la
unidad cultural del mundo occidental; y su adhesión a lo concreto, su amor
hacia el detalle, recordando quizás a Walter Scott, aunque exento de toda
novelería, dio como resultado un relato vivo, en el que la imagen brota siempre
de las fuentes originales. La Historia de los pueblos romanos y germánicos le valió la
cátedra de historia en la Universidad de Berlín, en la que permanecería hasta
1879.
El riquísimo material reunido sugirió a Leopold von Ranke la gran obra de su
vida: Príncipes y pueblos de la Europa meridional. Este estudio revela hasta en su título
la lograda maestría para poner en relación las personalidades creadoras, los
individuos activos y las necesidades vitales de los Estados con los
"acontecimientos dominantes y universales de la época", con el espíritu
colectivo y con las tendencias e ideas generales en cualquier momento histórico
particular.
La primera parte, titulada Los otomanos y la monarquía española en los siglos XVI y
XVII (1827), comprendía esencialmente una serie de ensayos sobre relaciones
venecianas, en tanto que la segunda, los tres volúmenes sobre la Historia de los
papas romanos en los siglos XVI y XVII (1834-1836), coronó un periodo intenso de
trabajo y de meditaciones, constituyendo con la casi inmediata Historia de
Alemania durante la Reforma (1839-1847) su obra maestra de la madurez, en la que
narración, grandes visiones de conjunto y reflexiones generales se compenetran
en perfecta armonía.
En la Historia de Alemania durante la Reforma(1839-1847, en cinco volúmenes)
aparecen en efecto todos los elementos del método historiográfico de Leopold
von Ranke: el documento como base fundamental de las fuentes históricas, el
idealismo como impulsor del pensamiento y lo que él llama ‘entidades
espirituales’ (las civilizaciones o los estados) como motores del devenir
histórico. Su Historia de Alemania es, en esencia, una demostración de la existencia
de un cometido inherente a ese país: la ruptura con la Edad Media y sus
representaciones política (Sacro Imperio Romano Germánico) y religiosa (la
Iglesia católica), proceso que tiene lugar fundamentalmente en el siglo XVI,
pero que acabará por evidenciar el predominio cultural de los estados
protestantes

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