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Apocalipsis

Juan profeta, nos da algunos indicios dentro del libro para que podamos ubicarnos en la
historia y a que historia se está refiriendo él dándola de manera simbólica la presenta para
que sea leída en cualquier otro momento de la historia humana.
En un momento utiliza un simbolismo que ha dado mucho que hablar y a veces se lo trata
como demasiada ligereza o con demasiado pocos conocimientos, cuando llega a la mitad
del libro el presenta una bestia terrible, que sale del mar y que dice que lleva una corona
con títulos blasfemos y esa figura que bien se puede entender, está representando en el
momento que escribe el autor del libro a los emperadores romanos, que perseguían a la
Iglesia, precisamente el primer perseguidor de la Iglesia en todo el imperio fue Tomisiano
que reino en la última década del siglo I, y según nos cuentan los historiadores de la época,
el tenía una costumbre, le había gustado que se lo llamara señor y dios, y así exigía que en
los escritos que se le mandaba se lo tratara de esa manera. Vean ustedes que el evangelio de
Juan que se escribe más o menos en esa época también el discípulo lo llama Señor mío y
Dios mío a Jesucristo, ahí entonces una polémica con esa ambición del emperador que
quiere hacerse llamar con estos nombres. El historiador Suetonio es el que dice que el
emperador tenia este deseo de que se escriba su nombre de esa manera. Y aquí se lo
representaría entonces con esa corona, con los títulos blasfemos. Entonces una vez que lo
ha presentado de esta forma, da un indicio al lector para que trate de averiguar de quien esta
hablando, a quien se refiere, y ese texto que encontramos en el cap. 13,18. Tanto que se
habla de este número 666, y se les da tantas interpretaciones caprichosas y fíjense, aquí dice
que hay que calcular, el que es inteligente que lo calcule, de manera que no es algo que esta
oculto y se va a revelar en el futuro, sino que es algo que con un cálculo se puede llegar a
saber de quien se está hablando. Para nosotros esto hoy puede resultar muy difícil, pero
para los antiguos no, porque en todas las otras lenguas de la antigüedad, se utilizaban las
letras para escribir los numero, nosotros en nuestro idioma escribimos las letras con unos
signos y los numero con otros. Pero en las otras lenguas antiguas, el griego, hebreo y aun en
el latín los números se representan con letras. Entonces aquí el autor está haciendo un
desafío al lector para que trate de escribir un nombre que si uno suma las letras, da la suma
del 666. Ya desde la antigüedad los padres de la Iglesia han tratado de identificarlo y han
afirmado que se refería a un emperador romano y la interpretación más verosímil seria
escribir el nombre de Nerón en hebreo y Nerón Cesar se escribiría con letras que sumadas
darían 666, el primer perseguidor de la Iglesia y que de él el autor diga que este Nero se
reproduce en el futuro en otro personaje, porque si vamos más adelante en la lectura nos da
otra vez un indicio de quien puede ser. Es cuando se habla de la bestia que tiene los
cuernos, siete coronas, diez cuernos, el de las siete coronas dice que las siete cabezas son
siete montañas y son también siete reyes de los que cinco ya perecieron uno existe todavía
y el otro no ha llegado y cuando llegue durara poco y a la bestia es uno de los siete. Cosa
curiosa porque habla de siete, las siete cabezas que tiene la bestia y cuando cuenta son
ocho, entonces ¿qué pasa aquí? Si hacemos la lista de los emperadores romanos, podemos
darnos cuenta que cinco ya han pasado, ¿Quiénes fueron los emperadores romanos?,
Augusto Tiberio, Calígula, Claudio, Nerón, hasta Nerón ya pasaron, uno está ahora, que es
Vespasiano, que es el siguiente, y ese sería el sexto y por último el séptimo dice que durara
poco, y ese fue Tito, que no alcanzo dos años de reinado y murió y entonces pasa al octavo
que sería Domiciano de quien habíamos hablado antes, que se hacía llamar señor y dios. Y
dice que este octavo es uno de los siete. Con lo cual quiere decir el autor que sería como
Nerón en un segundo reinado, lo que une a Nerón con Domiciano es que los dos fueron
perseguidores de la Iglesia.
Entonces en el momento histórico donde se trata el apocalipsis, sería el de la persecución de
los cristianos bajo el gobierno de Domiciano, el seria el 666, vivo, este octavo emperador
que también de los siete, sería como la reedición del gobierno de Nerón. El autor para
presentarnos esta historia la coloca en el medio con esa gran visión que se utiliza en la
liturgia cuando celebramos la fiesta de la Virgen. El autor dice que ve en el cielo un gran
signo que tiene dimensiones cósmicas y no son dimensiones humanas. Una mujer que esta
coronada con las estrellas que esta vestida con el sol y esta parada sobre la luna. Y frente a
ella hay una inmensa serpiente, que también tiene dimensiones cósmicas, porque con su
cola arrastra la mitad de las estrellas. Y sería la escena del génesis, la mujer y la serpiente,
el momento en que Dios maldice la serpiente y le dice que va a poner asechanzas contra la
mujer y tratara de devorar a la descendencia de la mujer. El autor esta entonces
reinterpretando aquel texto del génesis. Pero la mujer en este caso sería la Iglesia, la
serpiente seria ese poder infernal, demoniaco, que después se va reproducir sobre la tierra,
porque esta serpiente le va a dar todo su poder a la bestia, a ese emperador que persigue a
los cristianos, y la mujer es la Iglesia, que al mismo tiempo que esta coronada con las
estrellas, vestida con el sol, es decir está en la situación gloriosa, pero sin embargo dice que
grita con dolores de parto. Se conjugan en ella los terribles dolores y la gloria. Pero esa
mujer es protegida por Dios, no es devorada por la serpiente.
El autor entonces nos ubica, donde está previsto en el Antiguo Testamento la persecución
de los cristianos. En la serpiente de poder infernal que se va a reproducir sobre la tierra en
los gobernantes, que quieren ser llamados Dios y la mujer está representando a la Iglesia
que es la que aparece aquí y que el autor curiosamente para hablar de la Iglesia la viste con
la figura de la madre del Señor, porque esta mujer que esta con los dolores de parto y grita
porque está por dar a luz, da a luz al Mesías, al que es llevado al trono de Dios. La serpiente
a a descendencia de la mujer no le puede hacer ningún daño.
Ven entonces que todas estas catástrofes y cosas que pasan alrededor encuentran su
explicación en este texto del génesis para hablar de la protección especial que Dios tendrá
sobre la Iglesia para que la serpiente no llegue a hacerle ningún daño. Por eso al final el
libro termina con una gran batalla. Uno se preguntaría ¿Cómo es que, en un libro como el
nuevo testamento que nos habla de la paz, de Cristo como el príncipe de la paz, el libro de
la Biblia termina con una gran batalla sangrienta? Pero atención estamos hablando en un
lenguaje de símbolos; la lucha del bien y del mal está representada como una tremenda
batalla, en la cual el bien va a salir triunfador, Cristo vencerá a todos los gobernantes de la
tierra que quieren ocupar su lugar y entonces aparecerá resplandeciente esa ciudad en la
cual se reunirán todos aquellos que han permanecidos fieles en medio de las dificultades de
este mundo y no se doblaron delante de estos emperadores que quisieron ocupar el lugar de
Dios. Que permanecieron fieles al verdadero Dios.
La Jerusalén que aparece en los últimos capítulos del libro del génesis eso es
verdaderamente la revelación del Apocalipsis y esa es la profecía del Apocalipsis que
todavía está esperando su cumplimiento, como las sucesivas generaciones que siempre se
seguirán encontrando ante esta disyuntiva de servir a Dios o servir a los hombres que
quieren llamarse como Dios. Los que son fieles están llamados a vivir en esa ciudad
hermanos, son de Dios será para todos, esa de luz justicia y paz, donde no tendrán lugar los
cobardes. A esa profecía se refiere todo el libro y nos lleva a reflexionar de cuantas cosas
pasan en este mundo porque hay fuerzas que quieren ocupar el lugar de Dios, quieren
dominar nuestra conciencia, nuestra moral, todo nuestro comportamiento, para que
atendamos a los que nos dicen por la propaganda, la publicidad, por las presiones de los
gobernantes, que quieren ocupar el lugar de Dios y sin embargo no son Dios.
El cristiano debe saber que tiene que adorar solamente a Dios y aquí en el texto del
Apocalipsis hay una figura que esta desde el principio al final, un cordero que esta
degollado y sin embargo está de pie sobre un altar. La figura de Jesucristo. Jesucristo que
recibe también la adoración en el cielo y en la tierra, junto con el que está sentado en el
trono, que sería la Imagen de Dios, que nunca se ve, siempre se habla del que está sentado
en el trono, pero nunca se lo describe. Hay como un inmenso escenario presidido por ese
trono donde esta Dios y este altar donde está el cordero degollado y de pie, como si fuere el
inmenso escenario delante del cual se desarrolla toda la historia de la humanidad. Desde ahí
es que se contempla el Apocalipsis, si se lo mira desde la tierra, los triunfadores pare ser los
emperadores, el 666, el octavo rey que es el mismo de uno de los siete. Pero el verdadero
Dios es el que está en el trono, y desde el trono de Dios la historia se ve de otra manera, los
que son allí perseguidos esos son los triunfadores, mientras que el que se consideraba un
triunfador es el que será arrojado al pozo de fuego que nunca se apaga y es el que allí se
queda hasta el final.
Se habla en el texto de un periodo de mil años antes que termine la batalla final, sobre ese
periodo han especulado muchos y todavía unas sectas hablan de ese milenarismo, pero
también hay que ver que estamos hablando de un libro que está hecho por símbolos. Esos
mil años es toda la historia de la humanidad. Pero el autor lo pone como una duración muy
grande, para su tiempo pensar en mil años no se tenía un conocimiento de la historia como
se tiene hoy, mil años podía parecer como la eternidad. Pero ese, mil años son los mil años
de toda la historia de la Iglesia, hasta que llegue el momento final y en el cual estamos
viviendo todos nosotros y en el cual todavía existe esta lucha y esperamos la batalla final en
el que el mal sea destronado totalmente.
Con esta mirada de esperanza sobre el futuro la biblia termina con este libro del
Apocalipsis, muy distinto de lo que a veces se nos quiere presentar en algunas novelas o
series televisivas, que el libro del Apocalipsis sirve más bien para aterrorizar, es un libro
para que mantengan todos, la esperanza, para que sepamos que debemos permanecer fieles
a este único Dios y único Jesucristo hasta que llegue la batalla final y el mal sea destruido
totalmente.
La biblia se termina entonces con una palabra de esperanza para todos, lo apocalíptico no es
lo que aterroriza, sino que lo apocalíptico es lo que nos llena de consuelo y esperanza para
que tengamos la firmeza, la fidelidad la constancia en medio de las dificultades que
tenemos en este mundo y de tantas fuerzas que nos solicitan para que abandonemos la
fidelidad de Dios.

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