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25 de marzo de 2020
Vamos a comenzar una clase especial para reflexionar sobre lo que ocurrió un día como
ayer pero de 1976. Saquen sus carpetas de Historia, pongan la fecha de hoy y el título
de la clase:
Hoy nos tenemos que aislar todos para cuidarnos del contagio. Tenemos miedo a lo que
puede pasar con el COVID 19, sobre todo por nuestros abuelos, padres y nuestros seres
queridos que sufren de alguna otra enfermedad. En ellos, el virus puede causar mucho
daño o incluso peor. Pero estamos todos juntos como país e incluso como mundo
resistiendo al miedo del virus y tomando las medidas necesarias para que ese miedo no
nos vuelva contra nosotros mismos.
En nuestro país hubo un período en el que también se vivió con miedo. Y no duró unas
semanas o unos meses, sino más de seis años. Sí, seis años en los que mucha gente tenía
miedo de salir a la calle por la noche, de ir a determinados lugares, de vestirse de
determinadas maneras y de juntarse. Les voy a contar una anécdota: mi tío en ese
momento era muy jóven, había terminado el secundario y empezó a estudiar
Matemática en la Universidad de Buenos Aires. Como tenía un problema en la piel de
los piés, tenía que usar sandalias para que estuvieran ventilados. El problema era que
las sandalias le daban un look hippie a su forma de vestir. Sumado a que tenía el pelo un
poco largo y era universitario fue detenido por la policía porque parecía un “subversivo”.
Unos señores lo señalaron en la calle (aparentemente, eran fuerzas de seguridad
vestidos de civil) y le encomendaron a la policía que lo detenga. Lo tuvo que ir a buscar
mi abuela a la comisaría. Por suerte, lo liberaron. Cuando me contaron esta anécdota
por primera vez, pregunté ¿qué es un subversivo? Me contestaron que era como los
militares llamaban a todos los que se oponían al gobierno militar. En general, eran
jóvenes con ideas políticas muy distintas a las de los militares que tomaron el gobierno.
Y después me quedé pensando por unos días ¿Por qué pasó eso? Es por eso que en la
clase de hoy, me gustaría que compartiéramos un conjunto de actividades para “hacer
memoria” y reflexionar juntos sobre el 24 de marzo de 1976. Porque una cosa es que
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todos estemos en casa para cuidarnos entre todos por un tiempo a causa de un virus,
pero otra muy distinta es que nos obliguen por miedo a quedarnos en casa por años
mientas matan a quienes piensan. Hacer memoria ayuda a fortalecer la conciencia sobre
la importancia de los derechos humanos.
Las actividades las van a responder en la carpeta. Cuando terminan, suben una foto en
el espacio disponible para la entrega.
1. Lean el siguiente texto sobre el 24 de marzo: Día Nacional por la Memoria, la Verdad y la
Justicia.
El 24 de marzo de 1976, en nuestro país se instaló una dictadura militar que se mantuvo hasta
el 10 de diciembre de 1983. Las Fuerzas Armadas —ejército, marina y aeronáutica—
desplazaron a través de las armas a la presidenta elegida de manera democrática.
Los militares asumieron el gobierno del país y se dividieron el poder entre ellos. El “órgano
supremo del estado”, como lo llamaban, estaba integrado por los tres comandantes en jefe
—videla, massera y agosti— y ese órgano designaba al presidente.
Para ellos, “subversivos” eran las personas que criticaban, reclamaban o se oponían al
gobierno. Con esa palabra señalaban al diferente, al que no pensaba como ellos. Podían ser
agrupaciones populares, educadores, intelectuales, estudiantes, obreros, dirigentes barriales,
sindicalistas y toda aquella persona que no compartiera las ideas de reorganización de la
sociedad.
Los militares que habían tomado el gobierno por la fuerza opinaban que a los subversivos
había que eliminarlos. Y, esta vez, eliminar a los diferentes significaba eliminar físicamente a
las personas que sostenían ideas contrarias a su pensamiento.
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la población. Hablamos de terrorismo de estado cuando el estado utiliza sus fuerzas armadas
contra los ciudadanos y les quita sus derechos. Por ejemplo, les quita el derecho a la libertad
de opinión y expresión, el derecho a recibir y buscar información, el derecho a comunicarse,
la libertad de publicar ideas en cualquier medio de difusión, el derecho a la vida. Frente a este
estado, los ciudadanos están totalmente indefensos porque no saben a dónde ir a denunciar
o a pedir ayuda.
Para eliminar a estas personas que pensaban distinto, se crearon centros de tortura, llamados
centros clandestinos de detención (algunos fueron: ESMA, Olimpo, Campo de Mayo). Eran
clandestinos porque los secuestros y asesinatos no eran informados a las familias ni al pueblo.
Como consecuencia, los secuestrados pasaban a ser “desaparecidos”.
Estas ausencias se sentían entre las familias y el 30 de abril de 1977 un grupo de mujeres,
madres y abuelas, se juntaron en la Plaza de Mayo para reclamar por la aparición de sus hijos
y nietos desaparecidos. Para identificarse usaron un pañuelo blanco en sus cabezas. Desde
ese día, la plaza de mayo es escenario de la ronda de madres y abuelas de plaza mayo, quienes
siguen exigiendo el regreso de sus hijos e hijas.
2. Con el apoyo del texto leído, imaginen que son periodistas: ¿Qué epígrafe le pondrían a
estas fotos? Recuerden que los epígrafes son una o dos oraciones que resumen lo que se
muestra la foto.
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1. Lean la nota publicada por las Madres de Plaza de Mayo el 5 de octubre de 1977 en el diario
La Prensa, dirigida al presidente de la Junta Militar: Rafael Videla.
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