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Ahora bien, la tarea de la dirección, en esta materia, no termina en asignar

las funciones a desempeñar por cada uno. Hay que tener en cuenta que en
la empresa conviven perfiles de personas muy diferentes que, quieran o no,
tienen que colaborar y cooperar. Por lo tanto, es imprescindible asegurar un
buen ambiente de trabajo y que el contacto con los clientes sea fluido. ¿Y
cómo conseguirlo? La mejor manera es motivando el personal. Para tal fin,
se han desarrollado estrategias de marketing interno. 
¿Qué es el marketing interno?
El marketing interno es una estrategia de dirección que tiene como
finalidad coordinar y motivar el personal. Se da especialmente en empresas
de servicio donde el contacto con los clientes es directo y constante. La idea
es conseguir un personal implicado y positivo que sea capaz de transmitir su
positivismo al cliente objetivo que se interesa por el servicio. Si el cliente
percibe que el personal transmite unas sensaciones positivas y les da el trato
que ellos demandan, es más probable que acaben aceptando la propuesta
que se les haga. Por lo tanto, el marketing directo se dirige especialmente
al personal de atención al cliente.
¿Qué tipos de marketing existen?
Se entiende que hay tres tipos de marketing, que se relacionan entre sí. Hay
que tener en cuenta que, con que solo uno falle, este ya afectará
negativamente a los otros dos. Por lo tanto, hay que asegurar un correcto
funcionamiento de los tres.
 
• Marketing interno: es, como se ha explicado, el que trata la
relación entre la empresa y sus empleados. Su finalidad es
conseguir la satisfacción de éstos últimos para que traten a los clientes
de acuerdo con los valores que quiere transmitir la empresa.
 
• Marketing externo: es aquél que se encarga de la relación
entre la empresa y el cliente. Mediante diferentes campañas
promocionales, la empresa anuncia a su público objetivo que el servicio
o producto que ofrecen dispone de una serie de atributos que
solucionarán las necesidades expuestas.Si esta información no es
veraz, por mucho que el personal se encuentre motivado y muestre sus
mejores habilidades hacia el cliente, la venta no se repetirá más allá de
la primera vez. Igualmente, hay que tener en cuenta que las personas
que trabajan en la empresa son perfectamente conocedoras de las
características del producto o servicio que ofrecen. Por lo tanto, si
perciben que la empresa está llevando a cabo algún tipo de engaño en
la promoción, será mucho más difícil que tengan una actitud positiva
hacia la venta.
 

• Marketing relacional: es cuando el personal de la empresa y los


clientes contactan. En este sentido, hay que tener en cuenta que, en
última instancia, el personal es la imagen de la empresa. Aunque
desde la compañía se consiga realizar una gran campaña promocional,
si en el momento de la venta, el cliente percibe que no es tratado de
forma justa o adecuada, rechazará lo que la empresa quiere vender.
Por lo tanto, el departamento de Recursos Humanos debe ser muy
cuidadoso en escoger al personal que se encuentra enfrente el público
y que éstos tengan claro cuál debe ser su comportamiento en estas
situaciones.
¿Cómo organizar el marketing interno en la empresa?
Como se ha visto en el punto anterior, el momento del contacto del personal
con el cliente es el último eslabón de toda la cadena. Para poderlo organizar
correctamente, es importante seguir las siguientes indicaciones:
 
• Gestionar la información dentro de la organización: es
importante que la información que dispone un determinado
departamento de la empresa llegue a otros que la puedan necesitar.
Por lo tanto, hay que configurar canales de comunicación eficaces y
establecer objetivos comunes para evitar que intereses individuales
pasen por delante de los globales de la empresa.
 
• Gestionar las actitudes de los empleados: el objetivo es que
los clientes estén satisfechos y se sientan partícipes del funcionamiento
general. Para ello, hay que fomentar que puedan aportar ideas en
aquellas ramas de las cuales son responsables y felicitar el trabajo bien
hecho. Todo ello generará una vinculación emocional con la compañía
y sus valores que se trasladará en forma de una agradable atención
hacia el cliente final.
¿Cuáles son los objetivos del marketing interno?
El marketing interno persigue los siguientes objetivos:
 
• Orientar la actividad hacia el público objetivo: el final de todo
el proceso es conseguir captar la atención del cliente y que éste
reconozca la empresa por unos determinados valores, los mismos que
él quiere encontrar en una compañía.
 
• Desarrollar una estrategia organizativa dentro de la empresa:
todo el análisis alrededor del marketing interno obliga a la empresa a
mirarse a sí misma para revisar y controlar todos sus procedimientos y
recursos. Por lo tanto, es una excelente oportunidad para reorganizar
aquellos equipos que no funcionan con la máxima eficiencia o para
valorar si el personal dispone de las aptitudes y actitudes deseadas.
 
• Convencer a los recursos humanos que las estrategias que
se siguen son las adecuadas: puede que, dentro de la propia
organización, existan dudas sobre el funcionamiento de la empresa y
algunas estrategias que se desempeñan. Para disipar cualquier
inconveniente, hay que transmitir toda la información necesaria y
responder a todas las cuestiones que los empleados hagan llegar a los
responsables del desarrollo del marketing interno.
 
• Definir unos valores y misión: a partir del conocimiento de las
necesidades y preferencias de los clientes, la empresa querrá ser
reconocida en unos determinados parámetros en el mercado. Estos
valores tienen que ser compartidos también por los empleados, que
son los que transmiten toda esta información al cliente final.  

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