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Universidad Nacional de Colombia

Departamento de Trabajo Social


Maestría en Trabajo Social, Familia y redes sociales.
Redes Sociales y Familiares-Modulo 1.
Luz Angela Pérez Cristancho
ENSAYO FINAL

ENTRE LA NEGACIÓN Y RECONOCIMIENTO DE LA EMOCIÓN EN EL MUNDO


FAMILIAR

Introducción
El presente documento es el primer intento de explorar el modelo emocional de
familia, que contribuya a identificar mas claramente este escenario y que nutra las
reflexiones que irán consignadas finalmente en la tesis de maestría que intentara
reconocer ¿Qué hace que las familias permanezcan en territorios afectados por la
violencia? haciendo acento en su ámbito emocional.

La tesis que pretendo desarrollar propiamente en este documento es “la


democratización familiar implica la politización del modelo emocional de familiar”,
y para esto desarrollaremos dos argumentos de soporte el primero es el sentido
relacional de la emoción que nos permitirá reconocer que la emoción se da y
recobra sentido en medio de las relaciones sociales marcadas por un tiempo y
contexto determinado, y el segundo intentara reflexionar sobre el modelo
emocional y como este es atravesado fundamentalmente por: los mitos
fundacionales que sacralizan la familia y la ideologización que utiliza la metáfora
del paraíso. Para finalmente realizar algunas consideraciones finales que
desarrollen específicamente lo que implicaría la politización del modelo emocional.

El sentido relacional de la emoción.


Para iniciar con este aparte reflexionaremos acerca del papel que tiene las
emociones a la hora de pensarse la realidad social, y discutir algunas de las
razones por las cuales aún es residual su ubicación en estos análisis. Es así como
el dualismo emoción - razón marca la construcción de conocimiento, determinando
la valides o no de darle un papel central a la emoción dentro de los estudios sobre
la sociedad, y a pesar de considerar que ya hemos superado afirmaciones propias
del siglo XVII como “la vida emocional será completamente alejada; todavía peor, se
convertirá en el paradigma de lo que hay que suprimir del todo para que la vida política,
familiar y religiosa no se pervierta completamente.” (Duch, Ll, Melïch, JC. 2009. Pag 66).
Estas afirmaciones en menor medida, pero siguen frenando el posicionamiento de
la emoción como una categoría central a la hora de pensar las relacionales de los
sujetos, pues consciente o inconscientemente aún tenemos la tendencia de negar
la emoción en lo que decimo o afirmamos.
Parándonos desde la sociología se plantea que es reciente el reconocimiento del
papel de la emoción desde esta área del conocimiento, pues estaba influenciada
por el racionalismo, el cognitivismo y el positivismo a ultranza, que ponen las
emociones en un lugar residual o circunstancial, sin embargo, se evidencia que en
los estudios sociológicos siempre ha estado presente, ya que sin este elemento la
lectura sociológica de la realidad estaría incompleta. (Bericat. E. 2000. Pág. 145).

A pesar de ser un ámbito nuevo, desde la sociología se han realizado importantes


avances en la reflexión sobre el papel de las emociones en los sucesos sociales, y
para este escrito se enfatizará en reconocer que las emociones no son
únicamente un producto biológico, sino que además se construyen y determinan
en relación con los otros, en un contexto social determinado. Para ampliar este
reconocimiento en adelante se presentarán tres elementos que desde la
sociología de las emociones se ha identificado.
Un primer elemento desde la sociología aplicada en donde se han encontrado una
serie de emociones y sentimientos presentes en el mundo social, planteado muy
acertadamente por “La teoría interrelacional de Kemper, de que la mayor parte de las
emociones humanas se nutren y tienen sentido en el marco de nuestras relaciones
sociales” (Bericat. E. 2000. Pág. 150). Es así como el lugar donde las emociones se
expresan y tiene valides es en medio de las interacciones con los otros. Un segundo
elemento que Kemper en 1978 plantea es «la inmensa mayoría de los tipos de emociones
humanas derivan de los resultados reales, anticipados, imaginados o recordados producto
de la interacción relacional» (Ibid. 2000 Pág. 151). En esta perspectiva las emociones
no solo adquieren sentido en relación con el otro, si no que su origen esta dado en
medio de las interacciones pasada, presentes y futuras.
Y finalmente en este apartado quisiera realizar acento en los aportes dados por la
socióloga estadounidense Arlie R. Hochschild retomado por Eduardo Bericat “ al
afirmar que las normas sociales no sólo se aplican a la conducta y al pensamiento, sino
también a las emociones” (Ibid. 2000 Pág. 160), los procesos de socialización de las
personas no solo determinan como actuar, como pensar, sino que también como
nos emocionamos, es inevitable reconocer que existen emociones socialmente
reconocidas y demandadas, “Las normas emocionales constituyen un modo de control
social que definen lo que debemos sentir en diversas circunstancias, indicando cuál es el
sentimiento apropiado y deseable en cada caso. (Ibid. 2000 Pág. 160). Por su lado
desde la antropóloga se plantea que: “ Las emociones nacen de una evaluación más o
menos lucida de un acontecimiento por parte de un actor nutrido con una sensibilidad
propia; son pensamientos en acto, apoyadas en un sistema de sentidos y valores. (Le
Breton, D. 1998. Pág. 11) estos últimos dos elementos ponen acento en el factor
contextual de las emociones ya que por un lado existen normas que las controlan,
y por otro un determinado sistema de sentidos y valores las orientan hacia formas
de expresión socialmente aceptables. Adicionalmente quisiera indicar que las
emociones “Arraigadas en una cultura afectiva, se inscriben a continuación en un
lenguaje de gestos y mímicas en principia reconocible (a menos que el individuo disimule
su estado afectivo) para quienes comparten sus raíces sociales” (Le Breton, D. 1998. Pág.
11), en esta ultimo aporte desde la antropología se reconoce que la emoción no es
una acción per se, ya que puede ser disimulada por el sujeto, pero si es una
energía que motiva un accionar.
En esta vía de reconocer que el mundo emocional no esta en abstracto, sino que
responde a un tiempo y un contexto, quisiera allí ubicar que el modelo emocional
de familia.

Modelo Emocional de Familia atravesado por mitos fundacionales.


Al considerar que el modelo emocional de familia responde a un tiempo y un
contexto podemos reconocer que el modelo emocional de familia esta atravesado
por: 1. los mitos fundacionales que sacralizan la familia, 2. La metáfora del paraíso
“hogar dulce hogar” que lo ideologiza, 3. El sistema neoliberal cade vez más obliga
a las madres y padres a trabajar por largas jornadas dejando el cuidado de los hijo
a terceros y además en el mundo de los servicios a la emoción se le pone precio
lo cual ocasión la mercantilización y des familiarización del afecto y finalmente 4.El
reconociendo de la ética de cuidado que lo política. En este documento nos
centramos en el análisis de las dos primeras, la sacralización de la familia e
idealiza ese papel de cuidado centrado en la madre, desconociendo como plantea
Richard Sennett “la trampa del afecto se convierte en la puerta de entrada a “la tiranía
de la intimidad” (citado en Palacios MC. 2009. Pág. 48).

En este camino de identificar como los mitos fundacionales que atraviesan este
modelo emocional de familia, quisiera hacer un recorrido por cada uno de ellos y
establecer como desde la experiencia personal o profesional pudiera ubicarlos
más claramente:
Mito de la patogénesis o bíblico.
Este se fundamente en el mito de origen Adán y Eva, en donde se ubica al padre
como protector, dador de vida, castigador y con el don de perdonar es allí donde
se instaura el poder del padre, sobre Eva y su prole. Esto me hace recordar una
conversación informal con una mujer campesina de unos 50 años que participo en
la conmemoración del día de la no violencia contra la mujer, realizado por el
CISCA en el Catatumbo en 2017, ella me dice al finalizar “yo no sabía que había
sido abusada hasta que hoy, yo pensé que era normal” con una voz suave y
serena que al avanzar en la conversación se fue entrecortando hasta llegar al
llanto, en el campo colombiano es frecuente encontrar aun testimonios como este,
ya que aunque el discurso de los derechos se ha introducido en casi todos los
ámbitos, en sociedades campesinas con acentos católicos muy arraigados aun el
mundo familiar es sacralizado, y el poder del padre o esposo no se discute, lo
hace dueño hasta del cuerpo del otro o la otra, llevando a que estas acciones se
normalicen.

Mito Mariano o la santa madre.


Se ubica en la historia de la virgen maría, sobre dimensionando la madre,
negando su sexualidad, y ubicando la maternidad como fin único de la mujer. Esto
me hizo pensar en las mujeres con hijos e hijas con discapacidad, Liliana de 35
años es la madre de David de 13 años, él tiene una discapacidad mental que lo
hace ser hiperactivo y a veces violento, ellos viven en casa de sus abuelos en un
municipio en el departamento de Boyacá, en un visita realizada extrañamente
Liliana estaba sola y me dice “yo a veces no se que hacer, David me pego ayer y
yo le devolví el golpe y la verdad doctora pensé en acabarlo, pero no doctora no
crea, yo no soy una mala mujer es que a veces no puedo soportarlo” en este relato
se puede evidenciar como las madres tienen una sobre exigencia y mas estas
madres con hijos con discapacidad, ya que cuentan con muy pocos espacios para
expresar sus molestias, cansancios o enojos, convirtiendo su familia no en el lugar
de afecto y cuidado sino en el lugar de dolor, cansancio y agresión, es por ello que
se requiere de apoyo en el cuidado por parte de la sociedad y del estado, sin
desconocer la responsabilidad que asumimos al decidir ser padres o madres.
Mito de la sagrada Familia
Retomando la planteado por Rotterdam en 1947 “La sagrada familia se consolida en
la alta edad media como estrategia de conservación y soporte del poder político y social
de la iglesia católica para garantizar la salvación del alma cristiana (citando en Palacio V,
M.C.2018. Pág. 6), la prole se entiende como patrimonio fundamental de la familia y
surge el amor familiar, es allí donde se ve al mundo familiar como el mundo
paradisiaco de los afectos, en una lógica necesaria para el sostenimiento del
sistema económico. Esto me hace reflexionar sobre mi mamá y algunas de sus
amigas, cuando vivíamos en el pueblo, era normal que en las tardes mientras sus
esposos en su mayoría trabajadores de Acerías Paz del Rio estaban en turno, las
esposas y nosotros los hijos salíamos a los andenes y las calles, y mientras ellas
conversaban nosotros jugábamos, en muchas ocasiones ellas se contaban todas
sus molestias, las dificultades que pasaban, lo violentos que en ocasiones eran
sus esposos, y en general todas compartían historias muy parecidas de violencia
física y psicológica, sin embargo hoy en día muy pocas de esas mujeres
decidieron separarse, y cuando conversaba de eso o alguien mencionaba la
separación decían frases como “no pero mis hijo”, “”yo no voy a darles otro papá”,
“que ejemplo voy a darles”, “se que me trata mal pero mal o bien hace el
mercado”, “uy no que dirán”, “y además si regresara a la casa de mi mamá, eso ni
me reciba y además la situación allá no es fácil”, en estas frases es encuentran
expresiones de dolor que pareciera se naturalizan como propias del mundo de las
esposas, develando finalmente que lo que las mantiene en ese mundo violento de
sus relaciones es esa sacralización de la familia.
A partir de estas reflexiones lo que podemos afirmar que, al analizar los discursos
inmersos en estos mitos fundacionales, lo que podemos develar en un sin número
de daños ocasionados en el silenciamiento de lo ocurre en el mundo familiar y en
ese anhelo de una familia ideal que pocas veces corresponde a la realidad. Al
parecer el sacrificio y sufrimiento se naturaliza para mantener el orden.

Consideraciones finales
Democratizar la familia implica la politización del modelo emocional de
familia.
Democratizar el mundo familiar implica dar voz, y en este proceso muy
seguramente surjan y se expresen emociones que por años han sido silenciados
en el mundo familiar, lo que genera modificaciones en los modos de relacionarse
dentro de las familias, y las formas como establecemos los vínculos 1. Ya que
como se ha planteado anteriormente las emociones se dan en el mundo de las
interacciones con los otros y otras.

En este transito se debe reconocer que existirán tenciones, y como lo plantea


Duch y Melïch “Hay una verdadera obsesión por el goce del instante actual,
desconectado de toda «arqueología» y de toda «prospectiva». Entonces, sin
embargo, resulta muy problemática una convivencia en la que, para que sea real
mente convivencia, se debe aceptar todo el tiempo del otro: sus traumas y sus
sueños, sus heridas y sus deseos, su pasado y su futuro”, que si bien considero
esto es un reto para la sociedad y para nosotros en nuestras relaciones familiares,
1
Entendiendo vinculo como sedimento, que implica la construcción de confianza con el otro u otra, la
presencia tensiones y tramitación de conflictos.
este reto romperá con la centralidad que las mujeres han tenido en garantizar un
clima emocional, y así esta responsabilidad será compartida entre todos los
integrantes de la familia.

Que contribuya al camino de “Situaciones y proyecciones que se asoman con fuerza al


requerimiento de “la democratización de las emociones y los afectos” (Giddens 2000, 78)
como también de la politización de la familia y a su consideración como un colectivo
político que reporte su sentido de ser AGENCIA DE FORMACIÓN DE SERES
HUMANOS, sujetos individualizados desde su proyecto de vida ciudadana, pero con
responsabilidad social compartida” (Palacio. M C. 2009. Pág. 59). En fin, aportar a la
creación de sociedades en donde se reconozca la ética del cuidado, que busque el
bienestar de todos y todas.

Bibliografía.

Palacio. M C. (2009). Los cambios y transformaciones de la Familia. Una paradoja


entre lo sólido y lo líquido. En: Revista latinoamericana de familia. Departamento
de Estudios de Familia. Vol 1 enero-diciembre 2009. Universidad de Caldas.
Manizales.

Duch, Ll, Melïch, JC. (2009). Ambigüedades del amor. Antropología de la vida
cotidiana 2/2. Editorial Trotta. Madrid.

Bericat A. Eduardo. (2000). La sociología de la emoción y la emoción en la


sociología. Revista de Sociología Papers. Vol. 62. Pág. 145-176.

Le Breton. David. (1998). Las pasiones ordinarias Antropología de las emociones.


Ediciones nueva visión Buenos Aires.

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