Está en la página 1de 2

DISCURSO

Vivir la incertidumbre de una pandemia ocasionada por un virus letal como el


coronavirus o COVID-19, pasó de la imaginación a la realidad en pocas
semanas. Es inevitable relacionar las acciones a tomar partiendo de las
medidas sanitarias y médicas, abordando el enfoque económico, político y
social a nivel de cada país, sea que se trate de un país desarrollado o de uno
precario y emergente. De un momento a otro, estamos todos atentos a las
noticias, a los reportes de las autoridades, escuchamos términos médicos y
estadísticos desconocidos para muchos de nosotros. Ahora son comunes las
referencias a los pacientes positivos, diagnosticados, asintomáticos, resultados
de prueba-positivos verdaderos, resultados de falsos positivos, ventilación
mecánica, pruebas serológicas, etc.

Es por ello que hoy en día tenemos en primera línea de defensa conta el
COVID 19 a la policía, atendiendo las emergencias y nuevas funciones
derivadas de la crisis sanitaria mientras continúan con todas las
responsabilidades de mantenimiento de la seguridad pública. Casi como
ninguna otra institución del Estado, la policía está presente en muchos
aspectos cotidianos de los ciudadanos. En el ámbito local, constituyen a
menudo el primer punto de contacto entre la ciudadanía y el Estado y, al usar
uniforme, son siempre visibles. La naturaleza de su trabajo la posiciona
siempre al frente en situaciones de crisis y emergencias que requieren su
involucramiento inmediato.

Estas nuevas funciones en la primera línea de respuesta del COVID-19 han


convertido a las policías en un colectivo de alto riesgo. De hecho, algunas
entidades policiales han tenido que hacer frente a un número significativo de
bajas por enfermedad o por medidas preventivas de cuarentena. Todo esto,
claro está, puede afectar a su capacidad operativa. Además, las medidas de
confinamiento y cierre general de actividades no esenciales han modificado las
rutinas y el comportamiento de las personas. Y los datos nos indican que estos
cambios también estarían afectando los patrones de delincuencia.

Los peligros y desafíos para las policías en la actual coyuntura son nuevos y de
considerable magnitud.  Sin embargo, los retos también presentan
oportunidades. Por tanto, las medidas que se tomen para atender esta crisis
pueden tener a medio y largo plazo un considerable impacto tanto en las
propias instituciones como en la valoración y confianza que tenemos los
ciudadanos en ellas.
Lo cierto, es que este nuevo panorama social ha generado una nueva
formulación de estrategias y actividades en materia de protección de la
sociedad. La policía se ha transformado en un agente de control y
aseguramiento de las nuevas reglas social-sanitarias y esto también implica
una capacitación extra para el agente policial.

Finalmente, rindo homenaje a los peruanos que han dado su vida combatiendo
esta terrible pandemia: médicos y personal de salud, policías, miembros de las
Fuerzas Armadas, bomberos, serenos, personal de limpieza pública y áreas
verdes; y a todos los peruanos que lamentablemente fallecieron a
consecuencia de esta enfermedad; a todos ellos, que Dios lo tenga en su
gloria. 

También podría gustarte