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ABRIL 2020

Para quienes no reconocen las siglas de FUNFEH - Colombia


Les ayudará saber que estas lecturas son obra de Petronio Tam MBA de Stanford University, MA de la
Universidad ESAN, Ingeniero de la UNI de Lima y fundador de FUNFEH

El aporte del modelo Inteligencia Espiritual – IEs para el tema de La Verdad


Me complace presentar al lector los aspectos del macro-modelo IEs que contribuyen a desmentir
algunas falacias y, aclarar y complementar el conocimiento que convencionalmente tenemos sobre La
Verdad:

La Filosofía
La filosofía es el conjunto de doctrinas sobre leyes universales subordinadas al ser, su entorno y su
sociedad, al pensamiento del hombre, al proceso del conocimiento; doctrinas sobre los problemas de
relación entre el pensar y el ser, entre la conciencia y la materia. La filosofía es amor a la sabiduría y es
considerada la ciencia de las ciencias. Destacamos de lo anterior “el proceso del conocimiento” y “la
relación entre la conciencia y la materia”.

La búsqueda de La Verdad en los aspectos destacados debe conducir a que todo conocimiento
sea verdadero. Claro está que en la vida nunca se logra reunir completa información pertinente y
necesaria para acceder a un conocimiento verdadero que sea absoluto y permita individual o
colectivamente tomar decisiones que conduzcan a una certeza absoluta de La Verdad. Por lo que es
necesario desarrollar y enseñar dentro del sistema educativo una metodología uniforme y efectiva que
nos acerque a todos a estar lo más cerca posible a La Verdad en cada campo de aplicación y en cada
caso específico circunstancial de la vida. Sobre todo, en lo referente a la filosofía de nuestra existencia
holística y a una ética de universal aceptación para una sana convivencia social.

En el presente trabajo el énfasis está en la relación entre conciencia y la materia. Esta última fue
tomada por la psicología como ciencia auxiliar de la filosofía y se ha convertido en su “problema duro”,
aún sin resolver. Primero, porque la ciencia actual, especialmente la física cuántica y la neurociencia,
no han podido darle suficientes herramientas para hacerlo. Segundo, porque siendo la conciencia de
naturaleza no física, metafísica (es decir que no está regido por leyes físicas) o espiritual, en mi
concepto, la ciencia erróneamente pretende estudiarla bajo el estricto enfoque materialista presente
en todas sus actuales disciplinas fácticas.

Como se sabe, la psicología se centró en el “problema blando” de la conducta―no en el “problema


duro” de la conciencia― haciendo un notable desarrollo del conocimiento del comportamiento
humano, mas no para asistir la conciencia en el proceso del conocimiento para capacitar al individuo a
un dominio uniforme de La Verdad ética.
Considero de suma urgencia, corregir este enfoque erróneo del materialismo reduccionista y
ampliar el espectro de la ciencia ―hasta ahora sólo limitado a lo físico o material― hacia la
fenomenología espiritual o metafísica. Algunos grandes pensadores contemporáneos han incursionado
en esta temática, en los aspectos de su competencia, pero falta integrarlos. Pienso que al integrarlos
―como ya lo está haciendo IEs― nace una nueva ciencia, que debe oficialmente ser reconocida como
la ciencia de la espiritualidad. Una vez aceptada como tal, debe ser absorbida, transversalmente, en
sus partes pertinentes por todas las demás ciencias, completando su enfoque actual para convertirla
en un enfoque que abarque la verdadera realidad holística. Así, la ciencia será verdaderamente
holística, en cada una de sus disciplinas ―uso el término holístico para integrar la realidad física con la
realidad no-física o espiritual o metafísica; y en este caso lo metafísico para referirme a todo lo que no
está regido por ninguna ley de la física.

El primer paso hacia el holismo, sería integrar la física cuántica con una física “supercuántica”
propuesta por William Tiller, PhD y profesor emérito de la Universidad de Stanford. Siguiendo a Tiller,
IEs ha elaborado teorías efectivas aplicadas a las energías del pensamiento cuántico, biológico,
psicológico y evolutivo.

Esta integración resultará en una “física” holística, manteniendo el término “física” conocido para
referirse a una disciplina básica de la ciencia, aunque ya no sea sólo de lo físico. Sería mejor, aunque
inicialmente pudiera ser extraño hablar de ciencia holística, pero es inevitable, porque nuestra realidad
es inobjetablemente holística. Es necesario que el enfoque holista se integre, transversalmente, a partir
de las disciplinas físico-químicas a todas las que de ellas se derivan como: la cosmología, astronomía,
geología, biología, paleontología, antropología, genética, psicología, psiquiatría, medicina y las
ingenierías, entre otras. La palabra holística(o), se convertiría en el “apellido” de todas las disciplinas
convencionales, así Tácitamente entenderíamos que se refiere a un gran cambio hacia una cosmología
holística, química holística, biología holística, genética holística, antropología holística, psicología,
psiquiatría y medicina holísticas, etc. La psicología holística, podría empezar a integrar un mayor
desarrollo de la psicología transpersonal con el incipiente conocimiento de la espiritualidad como una
ciencia que conduzca al mundo a un encuentro con su verdadera identidad, que perdura más allá de su
efímera vida biológica.

La Ética y la ausencia de estructuras de virtudes éticas en la actual sociedad.


La ética derivada de la filosofía, se podría definir como la concepción total −holística− del individuo,
de la sociedad y del universo, para la moral, el bien supremo, el deber y la conducta humana. De la
ética deriva la palabra “valor”, como un término que en una palabra significa una verdad ética. El
antónimo del valor es el “antivalor”. El valor, cuando se convierte en un hábito y se practica
permanente e incondicionalmente, adquiere la cualidad espiritual de convertirse en “virtud”. De otro
lado, el antivalor, cuando se practica habitualmente, se convierte en “vicio”. Cada valor puede servir
también para erradicar un antivalor. Pero sólo las correspondientes virtudes pueden erradicar vicios.
Es necesario construir desde la niñez una estructura de virtudes que perdure en la adultez. Al adoptar
una selección acertada, cada virtud adquiere el carácter de gobernante en las diferentes actividades de
nuestras vidas. Surgen los principios éticos para la moral y la conducta ética que deben normar nuestros
actos en lo personal, familiar, social, profesional, empresarial, institucional, comunitarios, políticos, etc.

Desafortunadamente, hay que señalar que se han construido, formal o informalmente, diferentes
“éticas”, que pretenden cada una ser “la verdadera”, abarcando una parte o todo el campo del
conocimiento filosófico, religioso, político o profesional. Así, erróneamente se crea una innecesaria
competencia cuando se habla de la ética cristiana, la musulmana, la budista, la comunista, la capitalista,
la socialista y, la ética juvenil, urbana, universitaria y hasta guerrillera De cada tipo de ética se pretende
derivar su respectiva moral que tolera o incita a prácticas diferentes. IEs se enfoca en el constante
perfeccionamiento de una sola “cosmovisión ética”, es decir de una ética integral, fundamental y
universalmente aceptable. Donde sólo podemos acercarnos cada vez más a la verdad, que es una sola;
la misma que constituye los fundamentos, que puedan derivar el comportamiento moral en cualquier
tipo de actividad. Así, la ética en los practicantes de la física, la ingeniería, la medicina, la ecología, etc.,
les corresponderá una selección específica de virtudes gobernantes a partir de un solo sistema de ética
global.

Lamentablemente, cuando el “ego” de los mentores y seguidores, entra en juego para defender
“modelos éticos cerrados”, se perpetúan paradigmas que con el tiempo se han convertido en
incompletos o parcialmente obsoletos. Cada modelo es considerado por sus seguidores como lo único
“verdadero”. Así, por ejemplo, en lo religioso o lo político, por tomar dos de los campos más
importantes, todo modelo cerrado contiene el filtro egoico institucional y colectivizado de los
seguidores, que se puede asemejar a un color del arco iris. Sus seguidores sostendrán que “su verdad”
es “la verdad” y que es mutuamente excluyente de las otras “supuestas verdades”. El resultado es que
se proponen, se sostienen, se controvierten y hasta se mata por verdades que se creen que son: ´roja,
o naranja, o amarilla, o verde, o aguamarina, o azul, o violeta´. Pero el filtro del “ego” de sus seguidores
impide en cada quién comprender que la verdad es una sola; y es ´blanca´, como la integración impoluta
de los siete colores del arco iris.

La verdad debe ser entendida con el “simbre”, o el Yo Superior de la conciencia, debe ser la
integración de todos los verdaderos componentes del ´color blanco´, es decir de un solo color, no más
que uno solo, que integre axialmente todos los conocimientos y conecte a su vez el conocimiento de
todas sus derivaciones, en un todo integrado que podemos llamar ´pensamiento sistémico´, como
debe ser, ¡una sola verdad! Para cada conocimiento; el cual, a su vez, mantiene coherencia con el
conocimiento total.

En suma, que reúna todas las diferentes partes que componen la verdad hacia la cual el perfectible
conocimiento humano se debe de acercar cada vez más y más; ya que como dije, debemos de tomar
decisiones usualmente basados en información incompleta. El “simbre” de cada quién debe lograr
trascender su respectivo ego y corregir los “puntos ciegos egoicos que se colectivizan” que filtran y
sesgan la verdadera realidad del conocimiento; incluso, se mantienen falacias utilizando ´mecanismos
de defensa del ego´ y ´justificaciones racionalizantes´ que no muchos advierten que no son racionales
como deben ser.

Se ha llegado incluso, a la proliferación de éticas informales para justificar el estilo de vida de cada
quién, a modo de mecanismo de defensa; yo los llamo “éticas vivenciales” acomodaticias mayormente
“a posteriori” y egoicas, que van desde las éticas de un “revolucionario” con o sin ideología, con o sin
violencia, pasando por los seguidores de las tendencias de una vida frívola y material ―con o sin lujos,
con o sin alcohol, sexo o drogas―, adictos a viajes turísticos, fiestas, modas o joyas, etc. Mientras que,
en ausencia de un verdadero progreso espiritual, se toleran que otros desarrollen grotescos bailes, de
nueva ´música´ con letras vacías entre ritmos eróticos para costosos espectáculos, de imitación juvenil
por tatuajes, piercings, etc. Muestras que, armonizan con la corrupción generalizada en funcionarios y
sus instituciones, con el matoneo escolar, las pandillas juveniles, las “barras bravas” y, las falsas o
atroces verdades contenidas en las “leyes” entre guerrillas, bacrines, narcotraficantes, sicarios y
organizaciones criminales y terroristas.
La orientación de las grandes inversiones de capital humano y económico, hacia las ciencias fácticas
y la tecnología, han demorado la construcción de respuestas efectivas a esta malsana tendencia, que
evidencia la jerarquía del progreso material para la comodidad y el placer, por sobre la equidad social
y la erradicación de la pobreza material y espiritual. Lo cual causa el malestar que alimenta el
resentimiento social y ha contaminado los valores éticos en actuales y nuevas generaciones; que, no
confían en la institucionalidad y toleran con permisividad, indiferencia o cohecho la practica usual de
antivalores y vicios.

Hoy en día, como si la pandemia del covid-19 hubiese sido una silente alarma kármica espiritual, la
sociedad entera está pagando su insuficiencia crónica de formación ética integral y escolarizada, con
círculos viciosos sociales que ha venido sembrando desnutrición holística en la niñez de las
generaciones actuales. Es decir que nuestra sociedad carece de virtudes que perfeccionen su
espiritualidad. Ni qué decir de las familias más vulnerables que económicamente no logran una
supervivencia estable y autosostenida, y no tienen los recursos ni el tiempo para adquirir una mejor
formación ética integral.

La ausencia en las familias de hoy en inculcar virtudes gobernantes es la causa de indeseables


situaciones de: madres solteras adolescentes, hogares con una sola figura paterna, el irresponsable
exceso de fertilidad de madres abandonadas, los frecuentes conflictos de intolerancia familiar, los
fracasos de parejas, de hijos inútiles por exceso de sobreprotección, las injusticias laborales e
insuficiencia de servicios básicos de salud y comunitarias, la inseguridad citadina y rural y, la
indiferencia ante el cruel sufrimiento de la indigencia y la pobreza.

Los antivalores y vicios delictivos, han sido crónicamente de crecientes dimensiones en todo el
mundo, como: la violencia intrafamiliar, la inseguridad, el feminicidio, el crimen organizado, la
corrupción en los poderes públicos y privados, la codicia y ambición de exceso de poder y/o de dinero,
la injusta concentración del capital y de ganancias, graves y/o crónicas inequidades de justicia social,
bandas criminales, explotación y reclutamiento infantil, trata de blancas, narcotráfico, guerrillas y
guerras; la mayoría de las veces, bajo perversas prácticas de lucro ilegal e inhumanas formas de
crímenes de lesa humanidad; que después se vuelven impunes bajo publicitados ´acuerdos de paz´, que
incuban nuevos rebrotes; y, todo sigue igual que antes.

Todo lo cual, es combatido por los gobiernos con medidas que corresponderían más a ´problemas
coyunturales´, como temporales aumentos de ´pie de fuerza´, cámaras, drones, medidas de control y
vigilancia. No obstante, son verdaderos ´problemas estructurales´ del conocimiento verdadero de
formación ética, que ocasiona graves síntomas sociales de lo que IEs llama ´pobreza espiritual
colectiva´, cuyo elemental componente es una generalizada ´pobreza espiritual individual´ causada
por el monopolio del ego en los estados de conciencia de la mayoría de humanos, sin importar su
condición socio-económica-cultural.

Hemos reducido la ética a una ´pseudoética´, cuyos valores no se practican, regular, permanente
e incondicionalmente, sino intermitentemente, según el interés o el temor del ego de cada quién; y,
hasta con apreciable ausencia de escrúpulos y censurable grado de manipulación pública egoísta,
demagógica y/o maquiavélica. Vivimos bajo un estado de revoltura de valores con antivalores, muchos
de ellos adquiridos desde la niñez. Nunca erradicados por sobre permisividad de la actual cultura social
que, como vano intento para erradicarlos, penaliza algunos y critica otros antivalores, muchas veces
calladamente, tolerándolos con su indiferencia.

Podemos mencionar que están más entre los últimos que entre los primeros, por la generalizada
promiscuidad en que hemos llegado a convivir y aceptar con naturalidad: el irrespeto, la mentira, el
chisme, el “amiguismo” facilista, la parcialidad injusta, la envidia, el incumplimiento de palabra y hasta
de promesas escritas, el insulto, la calumnia, el interés obsesivo por ganar, la codicia, el ansia de poder,
de dominar, de avasallar, el desgreño, la irresponsabilidad, la pereza, la libidinosidad, el alcohol y la
droga; y, en general, hacer cosas injustas o ilícitas cuando la ley humana es incapaz de hacer verdadera
justicia. La verdadera justicia queda mutilada ciegamente por el imperfecto ´estado de derecho´, que
muchas veces se presta a la impunidad, limitándose absurdamente o injustamente al ´debido proceso´,
bajo la complicidad de quienes llamados a administrar justicia hacen tránsito hasta llegar la corrupción
a las ´altas cortes´.

No se conocen referentes éticos universalmente aceptables de origen supra-humano, que nadie


pueda objetar, controvertir, rechazar, ni mucho menos eludir. Pero nuevos paradigmas ya existen, IEs
los descubre bajo la prueba, entre otros, de; la existencia de Dios sin contexto religioso, de sus designios
comprobables, para la práctica del ´altruismo´ como vector ético universal, de la necesidad de
trascender el ego por acción del simbre para salir de la ´pobreza espiritual´, de la Ley de la Evolución
perfeccionista de la conciencia mental, de la Ley de la Justicia Restitutiva Divina y de sus consecuencias
vivenciales de amor y de dolor.

No se enseña, formalmente, que los antivalores y vicios son causados por tendencias naturales y
excesos del ego en el ser humano, por sus naturales ´puntos ciegos´ y bloqueantes ´mecanismos de
defensa´. No se conoce ni porqué ni cómo se debe:
 Trascender el ego con el ´simbre´ o Yo Superior;
 Despertar la espiritualidad dormida del simbre para que domine al ego;
 ´Aprehender´ (implica interiorizar lo aprendido), cuál es nuestra verdadera causalidad
evolutiva;
 Convencerse de seguir el altruismo como el vector evolutivo supra-humano por excelencia,
seminal de los demás valores a ser convertidos en virtudes gobernantes y principios morales;
 Redireccionar la usual programación egoica del pensamiento por acción del simbre como la
verdadera identidad del ser, hacia el verdadero sentido que la vida tiene y que la gran mayoría
ignora; para ello, sugiero extender nuestra visión ética más allá de hallar, mantener y aumentar
la felicidad placentera, la prosperidad para conseguirla o comprarla y la egoica obsesión de
prolongar la vida ´vegetativamente´ y su salud para disfrutarla egoicamente;
 Conocer lo que debemos de hacer en vida, para llegar a ser espiritualmente mejores más allá
de la muerte biológica.

Grandes interrogantes éticas, se han reunido en cuatro preguntas fundamentales que la


humanidad ha tenido desde que tuvo uso de razón. Sus respuestas siguen en progreso, no han
terminado de construirse. Por ello, IEs hace un honesto intento de ofrecer respuestas llamadas a ser
universalmente aceptables por corresponder a un protocolo de conocimiento científico. Donde todo
conocimiento debe reunir cinco cualidades: Racional, analítico, metodológico, lógico y de ´falsabilidad´
verificable en ´n´ número de auditorios y llegar a la misma conclusión.

Estas preguntas necesariamente se extienden hacia el campo espiritual, es decir, su planteamiento


abarca el sentido holístico para integrar el conocimiento físico y metafísico o espiritual; y son: ¿Quién
soy?, ¿De dónde vengo?, ¿A dónde voy? y ¿Qué debo hacer? Cuyas respuestas nos deben conducir
hacia La Verdad y, si son positivas, es porque implican una causalidad implícita que le dé sabiduría al
uso del libre albedrío. Dos fenómenos han obstaculizado su avance, el agnosticismo y el reduccionismo
materialista de la ciencia, bajo el imperio de ´el egoísmo humano´ que fundamenta las instituciones y
lo legaliza.
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Invitamos al lector a informarse sobre:


Los cuatro Libros de la Colección
“Cabalgando en hombros de Gigantes del Pensamiento”
Libro I DIOS Sin contexto Religioso
- SU RESCATE CIENTÍFICO Y LAS FALACIAS RELIGIOSAS
Libro II LA VERDAD y los parámetros para su discernimiento
- UNA LEY ESPIRITUAL, SU BÚSQUEDA, PARÁMETROS DE DISCERNIMIENTO
Libro III ESPÍRITU, ALMA, MENTE, CONCIENCIA, EGO y SIMBRE
- UNA BÚSQUEDA HACIA LA EXCELENCIA.
Libro IV 1. EL AMOR
- UNA LEY ESPIRITUAL, SU NATURALEZA, SU INTEGRACIÓN PARA LA
PRÁCTICA DEL ALTRUISMO
Libro IV 2. LA MEDITACIÓN
- UNA VISIÓN INNOVADORA PARA APROVECHAR EL POTENCIAL ESPIRITUAL
Libro IV 3. LA MUERTE Y EL MÁS ALLÁ
- SU SIGNIFICADO Y EL PROCESO SUBSIGUIENTE PARA INICIAR UN NUEVO
CICLO, MUY PROBABLEMENTE ENCARNATORIO

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