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La Era Exponencial

Recuerden, Peter Drucker dijo en Buenos Aires, a principios de la década


del ´90: “las empresas- organizaciones que permanecerán en el futuro
serán las que más rápidamente dejen de hacer lo que hacen o de la forma
en que lo hacen?

 ¿ESTAMOS REALMENTE PREPARADOS? -  Bienvenidos a la Era


Exponencial!

Vivimos en un mundo globalizado en el que no progresaremos si no


propiciamos una revolución en la educación. Cuando los niños que
actualmente ingresan a la escuela terminen sus estudios, habrá
desaparecido el 70% de las ocupaciones existentes. En los próximos diez
años, los trabajos rutinarios o predecibles van a ser asumidos por robots.
Según la Universidad de Oxford las actividades que tienen mayor
probabilidad de desaparecer son: dependientes de tiendas 92%; las
agencias de viajes serán reemplazados por aplicaciones como
despegar.com, no existirán camioneros, taxistas, empleados en los
supermercados, desaparecerá el 60% de los abogados.

La mayoría de los jóvenes saldrá a trabajar en oficios que ni siquiera


imaginamos actualmente. Por el momento tienen futuro carreras como
experto en inteligencia artificial, en Ingeniería medioambiental, en
innovaciones del sistema educativo, seguridad informática, especialistas
que mejoren la producción y eficiencia de la industria alimentaria.

El tema ha sido estudiado por la universidad de Oxford, el MIT, y decenas


de libros como The Robots are Coming: A Human’s Survival Guide to
Profiting in the Age of Automation, de John Pugliano. La cuarta
revolución industrial, la de la Inteligencia Artificial y la robótica está entre
nosotros y se aceleró con los avances científicos de este año.

Quedará obsoleta la memorización de datos, tan importante en la


antigüedad, porque la mayoría tendrá en su cerebro un nano elemento
con tanta información como el Google que hoy conocemos. La educación
no debe preparar a los niños en las áreas en que los robots son mejores,
como la acumulación y procesamiento de datos. Necesita estimular la
inteligencia, la creatividad, la imaginación, la libertad para pensar y ser
capaz de enfrentar lo imprevisto. Memorizar es inútil, memorizar
disparates, peor.

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En 1998, Kodak tenía 170.000 empleados y vendía el 85% de todas las
fotos en papel a nivel mundial. En muy pocos años su modelo de negocio
desapareció llevándola reinventar su negocio. ¿Cuántas fotografías ha
impreso usted en el último año?

Lo que le pasó a Kodak les pasará a muchas industrias en los próximos 10


años y muchas personas no se dan cuenta. ¿Se imaginaron en 1998 que 3
años más tarde no volverían a tomar fotografías en papel?

Sin embargo, las cámaras digitales fueron inventadas en 1975. Las


primeras tenían solo 10,000 pixeles, pero siguieron la ley de Moore. Como
todas las tecnologías exponenciales, fueron una desilusión por un largo
tiempo antes de que se convirtieran en muy superiores en pocos años.

En la década del ´90 Siemens era una de las empresas proveedoras de


equipos de telefonía más grande de Europa y el mundo, en occidente
nadie conocía a Huawei. Siemens ya no es una empresa de
Comunicaciones, y creo que usted ha visto alguna publicidad de Huawei,
en los tiempos que corren.
 
 
Cosas similares pasará ahora (si: ahora) con la Inteligencia Artificial, la
salud, coches eléctricos autónomos, educación, impresión 3D, agricultura
y puestos de trabajos. El software cambiará la mayoría de las industrias
tradicionales en los próximos 5 - 10 años.
 
UBER es solo una herramienta de software, no posee ningún vehículo, y
ahora es la compañía de taxis más grande del mundo. AIR B&B es ahora la
compañía de hoteles más grande del mundo a pesar de no poseer ninguna
propiedad! ¡Una empresa de servicios de Hoteles sin inmuebles propios!!!
 
Inteligencia Artificial: Las computadoras serán exponencialmente mejores
en entender al mundo. En el año 2016, una computadora venció al mejor
jugador Go del mundo, 10 años antes de lo esperado. En USA jóvenes
abogados ya no consiguen trabajo, porque en IBM Watson, puedes
conseguir asesoramiento legal en segundos, con una exactitud del 90%
comparado con una exactitud del 70% de los humanos. Así que, si
estudian derecho, sepan que recibirse de abogados no es la meta, sino el

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primer paso para transformarse en un super experto en alguna rama del
derecho para evacuar consultas no convencionales.
 
Facebook tiene ahora un software patrón de reconocimiento que puede
reconocer caras mejor que los humanos. Expertos sostienen que en el
2030 las computadoras serán más “inteligentes” que los humanos.
 
Autos autónomos: en uno o dos años más aparecerán al público los
primeros autos autónomos. Vea usted “el auto que se maneja solo” de
Mercedes Benz https://www.youtube.com/watch?v=Pjcu4D5FZbk usted podrá
observar un cambio de paradigma que no se daba desde la creación
misma del automóvil. Alrededor del 2020-22, toda la industria comenzará
a tener problemas. Pocos querrán tener un auto. Es que uno no necesita
un determinado tipo de auto, sino que necesita distintos modelos de auto
según la situación. Llamarán un auto por teléfono, aparecerá dónde estás
y te llevará a tu destino, o podrá requerirlo para usarlo usted mismo. No
habrá que estacionarlo, solo pagar por la distancia recorrida, y se podrá
trabajar mientras se viaja. Nuestros hijos no necesitarán una licencia de
conducir y probablemente nunca poseerán un automóvil. Así como la
empresa de hoteles no tiene en propiedad hoteles…
 
Ahora 1.2 millones de personas en el mundo mueren cada año por
accidentes automovilísticos y tenemos un accidente cada 100,000
kilómetros; con los autos autónomos eso cambiará a un accidente en 10
millones de kilómetros, lo cual salvará un millón de vidas cada año. ¿Usted
prefiere aterrizar en la niebla de Londres con piloto automático o piloto
humano?
 
La mayoría de las compañías de automóviles, tal como hoy las conocemos,
no existirán. Las compañías de autos tradicionales usan el enfoque
evolutivo y solo mejoran los autos, mientras las compañías tecnológicas
(Tesla, Google, Apple) tienen el enfoque revolucionario, y fabrican
prácticamente “computadoras con ruedas”. Hablé con ingenieros de VW y
Audi y están completamente aterrados por Tesla. ¿Usted sigue pensando
que su “teléfono” saca fotos? Lo que debe saber que usted ya no tiene un
teléfono en su mano…
 
Las compañías de seguros tendrán grandes problemas, porque sin
accidentes el seguro será muchísimo más barato. Su modelo de seguro de
autos prácticamente desaparecerá.
 

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El negocio inmobiliario cambiará, porque si se puede trabajar mientras se
viaja, las personas se mudarán más lejos de las ciudades para vivir en
barrios más bonitos y “apartados”. En realidad, no serán apartados,
porque lo que ha cambiado es el concepto. Cómo decir que a través de
internet hay “educación a distancia”. ¿Cuál es la distancia en la dimensión
virtual? ¿Qué impacto tiene el horario? ¿el lugar geográfico? Piénselo…
 

Los autos eléctricos serán lo convencional en el 2021. Las ciudades serán


menos ruidosas porque todos los autos serán eléctricos. La electricidad
será increíblemente limpia y barata: la producción de energía solar ha
estado en una increíble curva exponencial por 30 años, pero solo ahora se
puede ver el impacto. El año pasado, fue instalada más energía solar que
energía fósil. El precio de la energía solar bajará tanto que las compañías
productoras de carbón estarán fuera del negocio probablemente en el
2025-30.
 
Con electricidad barata viene también agua abundante y barata. La
Desalinización ahora solo necesita 2Kwh por metro cúbico. No falta agua
en la mayoría de los lugares, solo nos falta agua que podamos beber.
Imaginen lo qué sería posible si cada uno pueda tener tanta agua limpia
como quiera, casi sin costo. Será así… o ¿Usted tiene dudas?
 
Salud: El precio del Tricorder X será anunciado este año. Habrá compañías
que construirán un artefacto médico (llamado el Tricorder de Star Trek)
que trabaja con su celular y puede hacer un scan de su retina y sacar
muestra de su sangre. Analizará 54 marcadores biológicos que
identificarán casi cualquier enfermedad. Será barato, así que en pocos
años todos en este planeta tendrán acceso a medicina de clase mundial,
casi gratis.
 
Impresión 3D: El precio de la impresora más barata bajó de US$ 18,000 a
US$ 400 en 10 años. En ese mismo tiempo se volvió 100 veces más rápida.
 
Todas las grandes fábricas de zapatos comenzaron a imprimir zapatos en
3D.
 
Repuestos de aviones actualmente se imprimen en 3D en aeropuertos
remotos.
 
La estación espacial tiene ahora una impresora que elimina la necesidad
de grandes cantidades de repuestos que solían tener en el pasado. ¿Qué
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pasará con los stocks, con los depósitos, con los costos de
almacenamiento?
 
Ya los smartphones nuevos tendrán posibilidades de scanear en 3D. Ud.
podrá escanear su pie en 3D e imprimir el zapato perfecto en su casa. ¿No
me cree? ¿¡Si en China, ya han impreso un edificio en 3D de 6 pisos, como
no poder escanear su pie!? Dicen que para el 2025, el 20% de todo lo que
se produce será impreso en 3D. ¿Realmente en su empresa están
cotizando la compra de Scaners?
 
Oportunidades de negocio: Si Ud. piensa en un rubro de mercado en el
que quiere participar, pregúntese: "¿tendremos esto en el futuro?" si la
respuesta es sí, piense en cómo lo puede hacer más rápido. Si no trabaja
con su teléfono (¡que Usted ya sabe que no es un teléfono! Pero… ¿Cómo
llamarlo?), olvídese de la idea. Cualquier idea pensada para tener éxito en
el siglo 20 está destinada a fracasar en el siglo 21.
 
Trabajo: 70%-80% de los trabajos que Usted conoce, tal como los conoce,
desaparecerán en los próximos 20 años. Pero habrá un montón de nuevos
trabajos, aunque todavía no podríamos definirlos. ¿Qué perfiles de gente
necesitamos para el futuro inmediato?
 
Agricultura: Habrá un robot de 100 dólares en el futuro. Los agricultores
en los países del tercer mundo podrán convertirse en gerentes de sus
propios campos en lugar de trabajar todos los días en ellos. ¿Vio Usted
como se recorre hoy un campo sin moverse de su casa, sin caballo y sin
camioneta? Veálo en la web, vaya ahora!
 
Los primeros terneros producidos en placas Petri (son las que usan los
científicos para hacer crecer bacterias para uso experimental) están ahora
disponibles y para el 2019-20 serán más baratos que los producidas por el
ganado vacuno. Ahora mismo, el 30% de toda la superficie agrícola es
usada para ganado vacuno. Imagínense si ya no se necesitase ese espacio.
Hay varias empresas que brindarán proteínas de insectos pronto, ya que
contienen más proteínas que la carne. ¿Se anima? Será marcada su carne
como "fuente de proteínas alternativas" (ya que la mayoría de las
personas aun rechazan la idea de comer insectos). Vea en México que
sabrosos son los chapulines ¿Se acuerda del Chapulín colorado? Antes de
niño se reía… ahora llegó la hora de comerlos:
https://munchies.vice.com/es/articles/como-cocinar-insectos-chapulines-
y-grillos

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Hay una aplicación llamada "moodies" que ya le puede decir hasta de qué
humor se encuentra. Ya hay aplicaciones que pueden decir si Ud. miente,
por sus expresiones faciales. Imagínese un debate político que muestre
cuándo están diciendo la verdad o están mintiendo. Epa!
 
Los bitcoins ya son de uso normal y se pueden incluso convertir en la
reserva de las monedas. ¿Sabia?
 
Longevidad: Actualmente el promedio de vida crece 3 meses por año.
Hace cuatro años, el promedio de vida era de 79 años, ahora es de 80
años. El promedio mismo está creciendo y para el 2036 probablemente
será de un año de crecimiento por año. Así que podríamos vivir por mucho
tiempo, bastante más de los 100 años. Bueno, esto Usted ya lo está
percibiendo, aunque yo se lo cuente…
 
En épocas recientes el mundo ha tenido siempre sobrepoblación. La
tecnología puede crecer a pasos agigantados, pero la culturización
humana no. Tendremos la misma avaricia política por el poder y control y
las guerras continuarán…lamentablemente no hay indicadores en
contrario. La nueva tecnología será evidente en las herramientas de
guerra y el ratio de muertes puede ser impresionante. Los cementerios
serán impopulares y habrá una presión para reemplazarlos con algo que
no tome tanto espacio.
 
Educación: Los smartphones más baratos ya están en África y Asia a 10
dólares. Dicen que en el 2020, más del 70% de la humanidad tendrá un
smartphone. Eso significa que todos tienen el mismo acceso a educación
de clase mundial. Cada niño podrá usar la academia Khan para todo lo que
se aprende en la escuela en países del Primer Mundo. Ya se han lanzado
software en Indonesia y lo lanzarán en Arabia, Swaheli y China este
verano, porque se ve un enorme potencial. Ya se dan aplicaciones en
inglés gratuitamente, por lo que en pocos meses los niños en África
podrán hablar inglés fluidamente, los de China, los de Argentina, etc. Los
niños prefieren aprender jugando con sus teléfonos, y eso ya está
desarrollado para el aprendizaje del inglés.

La impresión 3D vino para quedarse. (Por: Loris María Bestani). Todavía no


es ubicua y aún plantea grandes desafíos por sus altos costos, ciertas
limitaciones técnicas y varios obstáculos para producir en serie. Pero los
avances desde 2011 han sido cuánticos. En la prestigiosa publicación

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británica The Economist recuerdan el camino recorrido desde aquel año,
cuando con su nota "Print me a Stradivarius" (imprímeme un violín
Stradivarius) compararon la nueva tecnología de fabricación y sus
implicancias en la economía con la irrupción de la imprenta o la máquina
de vapor.
"La impresión 3D es furor a nivel mundial, con materiales como las células
madre, la madera y el plástico", afirma Daniel Righetti, coordinador de
Innovación Académica de la UCA y responsable del laboratorio de la
universidad que cuenta con una impresora 3D con la que estudiantes de
Medicina y Comunicación Publicitaria se inician en sus prácticas. Solo para
dar un par de ejemplos, en Estados Unidos, en su laboratorio del Instituto
Wake Forest, el médico Anthony Atala creó vaginas cultivando células de
las pacientes que recibieron luego los trasplantes y en Holanda se
inauguró a fin de 2017 el primer puente del mundo "impreso'' en
tecnología tridimensional, con 8 metros de largo y 800 capas de hormigón.

La consultora Gartner, que identifica las nuevas tecnologías haciendo una


estimación del ritmo al que evolucionarán hasta su adopción generalizada,
dio especial relevancia a la impresión 3D. Por su parte, las grandes
corporaciones están cuidándose de aprender la lección y no quedar
afuera. En los años sesenta, muchas fueron testigo de la aparición de la
informática y de Internet, pero al no anticipar la industria emergente, no
participaron en ciertos negocios y quedaron luego relegadas en el ranking
de las empresas más poderosas del planeta. De hecho, de las nacidas a
principios del siglo XX, General Electric pudo mantenerse en la cima. Otras
líderes actuales, como Apple, Google y Microsoft, se fundaron todas
después del 60.

La Argentina, comparada con los demás países de la región, se encuentra


en una situación ventajosa respecto del desarrollo de esta tecnología, si
bien tiene importantes limitaciones presupuestarias y los casos de éxito

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son por ahora acotados. "En la Fundación Favaloro ya se 'imprimen' en
tres dimensiones réplicas de tumores bronquiales que permiten
estudiarlos antes de la cirugía. Así se optimiza la operación, se acelera el
tiempo de recuperación del paciente y en muchos casos se salva un
pulmón", señala como ejemplo paradigmático Righetti.

Ahorro para las empresas

La fabricación aditiva, así se denomina técnicamente, ofrece ventajas


especiales para crear ítems customizados. Por ejemplo, permite fabricar
repuestos que no se consiguen en el país, provocando una suerte de
sustitución de importaciones y resolviendo un problema muy común entre
las pymes locales. "Un empresario con hilandería en Buenos Aires hoy
fabrica los repuestos para una máquina muy antigua alemana con su
impresora 3D a bajo costo", explica Federico Bertoli, gerente general de
Hornero 3DX, compañía dedicada a servicios integrales de impresiones 3D.
En el pasado, tenía que encargar los repuestos en Alemania, pagar una
cifra importante y abonar además el costo del envío y la importación. Con
la impresora 3D estos gastos, y el tiempo de espera, quedaron atrás.

Por su lado, Jorge Leporati, coordinador del Laboratorio del Centro de


Prototipado del ITBA, cuenta que la universidad está armando junto con el
INTI una red de impresión 3D y manufactura aditiva justamente para dar a
conocer estos procesos y sus beneficios entre las industrias. "Queremos
mostrarles cómo, por ejemplo, al poder detectar errores en las primeras
etapas del diseño del producto y no hacia el final, es posible ahorrar
tiempo, herramientas y prestigio", precisa el diseñador industrial.

"Algunas fábricas del país están fabricando piezas para sus líneas de
producción y servicios con impresoras 3D", agrega Bertoli. "Es el caso de

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las manos personalizadas para brazos robóticos que se usan para montar
autopartes", ejemplifica. Según el ingeniero aeronáutico, "si esta
tecnología no se utiliza más en la Argentina es porque aún no es lo
suficientemente conocida entre profesionales, industriales y artistas".

Otro ahorro que trae aparejado esta tecnología es de materia prima.


Existen varios modos de imprimir objetos en 3D, pero todos tienen un
denominador común: en vez de cortarlos y moldearlos como se hace en
una fábrica convencional en que se sustrae el material hasta llegar a la
forma buscada, con una impresora 3D se empieza sin nada y se va
agregando material por partes y en capas sucesivas según instrucciones de
un programa de computación. Así, casi no se desperdicia material y
además el producto no tiene límites de tamaño, como el que imponen los
clásicos moldes.

Bueno, bonito y barato

Ya existen impresoras 3D para uso doméstico que impactarán en la vida


diaria de la mayoría, y en la desaparición de ciertos negocios cuando sean
más económicas. Paula, por ejemplo, lleva puestas unas chatitas que por
lo elegantes podrían ser de la icónica casa francesa Chanel, pero que hizo
ella misma con su impresora 3D en su casa. Cuenta en el testimonio que
da que en el mundo se está trabajando contra reloj para producir también
en impresión 3D alimentos y automóviles.

"Hoy, la impresora de Paula cuesta 3000 dólares, pero cuando salga 900
cada familia tendrá la propia. Por eso hay grandes casas de deportes que
dejarán de fabricar las zapatillas y solo se dedicarán a diseñarlas", afirma
Claudio Fernaud, director de Stanton Chase de Buenos Aires y
Montevideo, en la conferencia sobre el futuro del trabajo, de las empresas

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y de los recursos humanos organizada en el Consejo Profesional de
Ciencias Económicas de la Ciudad de Buenos Aires.

En la misma línea, en una nota reciente The New York Times describe una


escena en la que un hombre rompe un vaso de agua en su casa y no tiene
que ir a reponerlo afuera, sino que lo reemplaza con su impresora
hogareña. ¿Gana el consumidor y cierra el bazar de la vuelta?

La manufactura aditiva, asegura The Economist, está tomando cada vez


más velocidad y produciendo ítems más y más complejos. A su vez,
algunas limitaciones que aún plantea, como la dificultad para producir en
serie, se están subsanando. "New Balance y Adidas, empresas de
producción masiva, ya se animaron a hacer un calzado con una suela que
solo puede fabricarse con impresión 3D, aunque todavía no esté en su
punto óptimo", ilustra Leporati.

John Hart, un profesor del MIT que dicta cursos de posgrado de impresión
3D desde 2013, considera que la manufactura aditiva es crítica para el
crecimiento económico mundial. "La convergencia de innovaciones en
robótica, inteligencia artificial, instrumentación, materiales avanzados y
nuevos procesos está haciendo posible que los sistemas de producción
sean más ágiles, eficientes y digitalizados. La manufactura aditiva es un
pilar de la fábrica del futuro", sentencia.

Tiene un carácter disruptivo que se desprende, primero, de la


digitalización de bienes que solían ser físicos. "El diseño de los bienes pasa
a ser más relevante que los bienes en sí por lo cual, además de
comercializarse los bienes, cobra importancia el intercambio de los
archivos digitales", indica el informe Impresión 3D. Impactos en la

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producción y el comercio internacional, del Intal. También, en la
fabricación digital se puede producir de forma eficiente en pequeña
escala. Según el doctor en Ingeniería de la Universidad de Leeds Azael
Cortes, "la mayoría de los productos actuales no están diseñados para ser
impresos en 3D y en algunos casos necesitarán no solamente ser
rediseñados, sino también reimaginados".

Computación cuántica, la nueva revolución. Futuro. Desdeñada por

Einstein, la teoría cuántica está de moda, amparada en su promesa de

ampliar la capacidad de las máquinas hasta límites insospechados por

Martín De Ambrosio
Muchos de sus principales teóricos no la creían posible. Einstein la
desdeñó con su archifamosa frase de que Dios no jugaba a los dados. Y
otro físico, Erwin Schrödinger, diseñó un experimento en el que un gato
estaba vivo y muerto a la vez para demostrar lo ridícula que era. Tenían de
que agarrarse sus detractores: en la mecánica cuántica una partícula
puede estar en dos lugares a la vez y si se sabe su velocidad no se sabe su
ubicación (y viceversa). Absurdo. El tema es que funciona -es decir, la
naturaleza parece funcionar así- a niveles de precisión exageradamente
altos. Los números dan.

Pero la física cuántica no es sólo una curiosidad matemática que atenta


contra el sentido común, sino que además en algún momento salió de su
reducto de especialistas y llegó a la cultura popular, quizá porque permite
la tan humana contradicción. Así, hay una cuántica para cada gusto y cada
paladar, incluso también se usa insólitamente para la pseudociencia y
variedades del pensamiento mágico. Permitir la bilocación científicamente
le generó una inesperada popularidad.

Ahora, más de cien años después de su accidentada


creación/descubrimiento, parece además confluir con otra línea de
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desarrollo técnico derivado de las matemáticas que explotó luego del final
de la Segunda Guerra Mundial y que se dio en llamar computación. Con
ustedes, entonces, la computación cuántica. Y lo que se promete bajo ese
nombre es nada menos que multiplicar las capacidades de cálculo de las
máquinas para, entre otras cosas, sacar más provecho de lo que se conoce
como Big Data. Y cuando se multiplica algo que ya es alto, las cuentas se
desbordan. Eso es lo que excita a todo el mundillo computacional, ya que
no es meramente una posibilidad teórica, todavía discutida, sino que en la
práctica se han logrado algunos avances y las grandes compañías
tecnológicas (las grandes compañías son tecnológicas; léase Google,
Microsoft, IBM, Huawei, por citar sólo algunas) llevan invertidos miles de
millones de dólares en algo que, según a quién se le pregunte, puede
demorar en obtener réditos diez años, veinticinco años o virtualmente
nunca.

"Si la civilización humana sobrevive lo suficiente, quizá veamos algunos


ejemplares de computadoras cuánticas", bromeó el investigador de la
Universidad de Texas Scott Aaronson durante el quinto Foro de Laureados
(de Matemática) de Heidelberg (HLF), que reúne a ganadores de premios
matemáticos equivalentes al Nobel (como el Turing, el Abel o la medalla
Fields) con unos doscientos jóvenes investigadores de todo el mundo. Uno
de los "tópicos calientes" del foro de este año fue justamente la
computación cuántica. El mismo Aaronson, sin embargo, es uno de los
principales entusiastas del fenómeno (su blog
www.scottaaronson.com/blog/ es superconsultado).

Desde luego, el hecho de que megaempresas inviertan fortunas en un


desarrollo no implica de por sí que habrá un botín al final del arcoíris.
Podría ser un fenómeno de contagio o moda, como en otras áreas
sociales, y siempre está a mano el ejemplo de la nunca conseguida
generación de energía ilimitada a través de la fusión atómica (una rama
técnico-científica bastante explorada y ahora virtualmente seca). Pero el
río de la computación cuántica suena y hacia fines de este mismo 2017 se
debería incluso conseguir el mejor prototipo hasta ahora. Firmado por
Google, el concepto de que estas nuevas máquinas hacen cosas que las
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actuales no tiene un nombre poco simpático pero adaptado a los tiempos:
Supremacía cuántica (en inglés la primera resonancia es "White
supremacy").

Básicamente, y a diferencia de las computadoras clásicas, las cuánticas


almacenan una mezcla de ceros y unos, como las otras, pero no de
manera optativa sino simultánea, debido al principio de superposición
cuántica (éste es el crimen de leso sentido común). De manera que es
posible obtener un crecimiento exponencial de su capacidad con cada
dato acumulado.

Lo cierto es que lo cuántico está tan de moda que los científicos en busca
de financiamiento le están poniendo la palabra "quantum" a todo
laboratorio que se precie de tal. De todos modos, la corriente de
escépticos y cautelosos aún es fuerte. Incluso en el HLF varios de los
expertos mostraron durante sus presentaciones alemanas el matorral de
cables que es por ahora el proyecto de computadora cuántica, tal como
aquella vieja Eniac de los años cuarenta, la madre de las computadoras
programables de hoy.

De conseguirse finalmente, la computación cuántica implicará una enorme


multiplicación del poder computacional. Pero, como aclaró Aaronson, no
es que habrá en algún momento teléfonos y laptops cuánticas: no tendría
sentido. Lo que sí revolucionaría muchos campos sería el almacenamiento
de datos en la nube, las investigaciones científicas y médicas, y las
posibilidades de la inteligencia artificial. La alerta es que quizá con estas
supercomputadoras no haya manera de encriptar información: será capaz
de leer todo (¿la principal razón del interés de las corporaciones?).

Lo que resta por saber es si éste es un caso en el que poner a los


científicos e ingenieros más brillantes a resolver un problema técnico dará
un resultado concreto. O si quedará como la ya mencionada fusión
nuclear, a la que desde hace varias décadas le faltan entre veinte y treinta
años para concretarse.

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Como sea, con revolucionarias computadores cuánticas (comparadas en
términos potenciales con lo que fue la posibilidad de controlar las
reacciones atómicas) o con las reformistas clásicas multiplicadas, con el
aprendizaje profundo o cualquier rama de la inteligencia artificial, algo
muy fuerte parece estar a punto de pasar con la civilización y su enlace
robótico sin que se ponga a consideración pública, más que en círculos
muy pequeños. De igual modo que en otros casos de la historia de la
técnica, todo lo que puede ser hecho se hará (o se intentará hacer). Lo
que quede en el camino -trabajos específicos, estilos de vida, incluso
culturas- será desplazado por los fulgores y réditos de la nueva técnica y el
que no se escondió se embroma.

El entusiasmo por ser parte de un cambio de época y por estar en medio


de un momento revolucionario -como cuando se dominó la agricultura,
luego la industria y mucho más acá la genética aún en curso- es la
dominante entre los jóvenes científicos que estuvieron en el HLF. "La
tecnología ahora es parte de nuestra naturaleza. Si se pierden trabajos
será un proceso en definitiva como de selección natural", dice Arvind
Agarwal, uno de los jóvenes investigadores llegados a Heidelberg desde
los laboratorios de investigación de IBM en la India. A su lado, Arti
Ramesh, investigadora de la Universidad de Nueva York, menciona los
beneficios: conducción automática de coches, aplicaciones en medicina
(detección precoz de tumores) y modelado de comportamientos humanos
en ciencias sociales.

Pero existen peligros en la autonomía de los algoritmos o de las máquinas


en general. Lo dijo en Heidelberg el propio creador del protocolo de
Internet Vinton Cerf respecto de la hiperpublicitada Internet de las cosas
(que significa tener los electrodomésticos en red y poder manejarlos de
manera remota). Y Cerf no es un "ludita" precisamente: trabaja en Google
desde 2005 y prepara un modo de que Internet llegue a Marte e incluso
más allá del Sistema Solar.

Agarwal reconoce que existen problemas, "pero como puede haberlos en


todo, en los teléfonos, en la electricidad, la inteligencia artificial no está

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probada para cualquier escenario". Ramesh modera el discurso y alerta
que algunos algoritmos pueden desviarse de lo deseable y generar
discriminaciones o racismos: "La justicia de los algoritmos es un asunto a
considerar, lo mismo la libertad en el uso de los datos, así como la
ciberseguridad que puede quedar en jaque", aseguró. "De igual modo se
están planteando problemas sobre qué tipo de decisiones debe tomar un
auto que se maneja solo ante la perspectiva de generar una colisión
contra una persona o contra cinco. Parece natural elegir cuando es solo
una, ¿pero si la una es la que marcha adentro del auto? Nadie comprará
un auto robotizado que no esté programado para proteger en primera
instancia al propio dueño", dice.

"No sabemos qué pasa realmente dentro de las máquinas, no lo


sabemos", aporta Agarwal. "Viene todo tan rápido que a veces no se
puede manejar o no entendemos la significación de estos hechos
tecnológicos", concede Ramesh. Por eso coinciden en que todo esto debe
ser regulado. Quién, con qué elementos y conocimiento, y cómo, son
problemas a definir, para no hablar de cuándo. Hasta ahora lo deciden de
facto científicos, técnicos y quienes los financian (lo que incluye tanto a
empresas privadas como a Estados). La sensación que flota es que muchas
veces la tecnología se enciende y luego lo único que resta es buscar
parches para evitar el desencadenamiento de pesadillas a las que,
inevitablemente, como siempre, nos acostumbraremos. O no.

El desafío del robot: ¿futuro sin trabajo o trabajo del futuro?

La automatización de tareas interpela a gobiernos y dirigentes; luces de


alerta por la desigualdad social por Silvia Stang
GINEBRA.- Desde la mesa de un café de su ciudad, un joven bosnio -bien
podría haber sido un joven de cualquier otra nacionalidad- logró que su
preocupación llegara a la sala donde funcionarios, empresarios,
sindicalistas y académicos de varios puntos del planeta mantenían un
debate. En la casa madre de la Organización Internacional del Trabajo
(OIT), en esta ciudad suiza señalada por Jorge Luis Borges como "la más

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propicia a la felicidad", se desarrollaba un simposio sobre el futuro del
trabajo. El joven comentó que le parecía muy bien la reunión que seguía a
distancia, pero que también quería saber si podría salir ahora de su
situación de desempleo.

Detrás de la anécdota se esconden varias realidades. Una es que si el


mensaje llegó al instante a las pantallas del auditorio fue gracias a la
innovación de un sitio que facilita esa interacción: apenas una muestra de
los avances tecnológicos que simplifican la vida, pero que, a la vez,
representan para no pocas personas la posibilidad de que las tareas que
hacen sean de esfuerzo físico o mental, empiecen a ser realizadas por un
robot. El mensaje incluye, además, una pincelada de la situación actual del
mercado de trabajo, de difícil acceso y con rasgos de debilidad para
muchos y en gran parte del mundo. Y una tercera lectura del mensaje es la
invitación a pensar cómo los análisis y debates sobre estos temas se
enlazan con la vida cotidiana.

El lema de este "diálogo global" al que convocó la OIT incluyó un


propósito, remarcado una y otra vez por el director general del organismo,
Guy Ryder. La premisa es que los gobiernos y los referentes sociales
pueden (y deben) actuar sobre lo que viene, en lugar de esperar
pasivamente hasta ver que un determinado porcentaje de puestos de
trabajo se haya perdido por la tecnificación. Por eso, el llamado fue a
hablar del "futuro del trabajo que queremos".

Entre las ideas en danza se habló aquí de disponer un impuesto que haga
más onerosa la automatización de tareas que la contratación de personas,
de reducir la jornada laboral y hasta de practicar una "acupuntura
regulatoria" -tal como definió uno de los disertantes a la revisión de las
normativas- para evitar que las nuevas formas de trabajo lleven a una
mayor informalidad y, en definitiva, a una más grave desigualdad social.

El trabajo del futuro es un tema que la OIT (integrada por gobiernos,


empleadores y sindicalistas) incluyó entre los que, con vistas a su
centenario en 2019, serán especialmente analizados con la meta de

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elaborar un informe y recomendaciones. La institución nacida tras el fin de
la Primera Guerra Mundial se enfrenta hoy a un escenario global diverso,
marcado a grandes rasgos por la robotización creciente, la desigualdad en
los niveles de bienestar entre países y entre personas, la precariedad de
muchos empleos, el cambio climático y el envejecimiento poblacional, que
trae efectos positivos pero que enciende luces de alerta, dadas las
mayores necesidades fiscales y la eventual prolongación de la vida laboral.

"La inteligencia artificial ha socavado la premisa de que el trabajo


cognitivo era exclusivo para humanos", señaló en su disertación el
economista británico Robert Skidelsky, quien diferenció así el fenómeno
actual de otras épocas en las que también se pensó que el progreso de las
máquinas afectaría al empleo. "Nos dicen ahora que el 47% de las tareas
podrían automatizarse", afirmó, en referencia a un informe hecho en 2013
por investigadores de la Universidad de Oxford, que se fijó un horizonte
de dos décadas y analizó más de 700 ocupaciones.

Biógrafo de John Maynard Keynes, Skidelsky recordó que en 1930 su


coterráneo vaticinó que 100 años después, la jornada laboral sería de 15
horas semanales, por la caída de la carga de trabajo. Se acerca la fecha y
desde ya que aquel pronóstico parece muy errado, pero el académico de
nuestros tiempos sí cree que una reducción de la jornada laboral podría
ser un camino para lograr la inclusión de más personas o evitar su salida
del mercado de trabajo.

Skidelsky explicó que hubo en la historia un proceso de disminución de las


jornadas, que se detuvo hacia 1980. ¿Las razones? Hay tres posibles,
según analizó: la primera, que las personas no pueden encarar la idea de
tener demasiado tiempo no estructurado en sus vidas; la segunda, que
existe un concepto de "insaciabilidad" por el que se desean más y más
bienes, y entonces se buscan más ingresos, y la tercera, más realista al
menos para países no desarrollados como la Argentina, es que, en la
práctica, no son muchos quienes pueden elegir cuánto trabajar, porque
esa variable está más bien en poder de los empleadores (o de la necesidad

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de un ingreso suficiente, sobre todo en el caso de cuentapropistas, que en
nuestro país son en su mayoría informales).

El sentido del trabajo

En la primera de esas tres posibles razones entra en juego el sentido que


se le da al trabajo, que no sólo estructura la vida personal, sino que
también otorga la posibilidad de autodefinirse con un rol en la sociedad. Y
hoy parece haber una creciente conciencia de ello. "Las encuestas
muestran que la mayoría de los jóvenes quiere un trabajo que se acomode
a sus ideas", sostuvo en un panel Clementine Moyart, integrante del Foro
Europeo de la Juventud, quien dijo haber pasado, a sus 30 años, por seis
experiencias laborales, algo que va en línea con un signo de estos tiempos:
el abandono del concepto de trayectorias lineales, para dar paso a una
mayor movilidad.

¿Hay que frenar la velocidad de los cambios para atenuar el impacto


personal y social? Para Skidelsky debería haber estrategias para ralentizar
el proceso y dar tiempo a las personas a adaptarse. Él es impulsor de un
impuesto a la robotización y de la creación de un fondo para capacitar
trabajadores.

"En mi opinión no es muy realista la idea del impuesto; sí creo que


debemos gestionar la manera en que la tecnología se está introduciendo
en el mundo del trabajo", sostuvo Ryder, desde la conducción de la OIT.

Cuánto empleo podría perderse por esa intromisión es algo sobre lo que
no se arriesgaron estimaciones. Sí se mencionó que desde hace décadas,
la productividad crece más que el empleo y que, si bien las nuevas
tecnologías crean nuevas ocupaciones, el consenso indica que el saldo
final sería negativo. Un informe reciente de la OIT proyecta que en 2020
se sumarían más de 2,7 millones de desocupados a los 201 millones con
los que terminó 2017, fruto de que el número de quienes buscan

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ocupación crecerá más que la cantidad de puestos. El escrito señala
también que las ocupaciones vulnerables representan el 42% del total.

Contra la inequidad que revela el último porcentaje citado, es cierto que el


avance de las tecnologías puede hacer su aporte positivo. Un caso
concreto es el de la estrategia de algunos países de África para la inclusión
financiera, basada en el uso de celulares.

Otro curso de acción que aquí se debatió, vinculado a enfrentar el riesgo


de mayor desigualdad y vulnerabilidad social por la robotización, es el
pago de un ingreso universal básico por parte de los Estados. El
investigador de la Universidad de Witwatersrand (Johannesburgo), Imraan
Valodia, valoró cómo se abordaron esas medidas en América latina. Varios
países de la región, y no sólo la Argentina, dispusieron pagos para la
protección social a favor de quienes no tienen empleo, aunque ahora se
discute su efectividad en el mediano y largo plazo, por la forma en que los
planes se diseñaron.

Los defensores de una política de ingresos universales admiten, por otra


parte, que no es lo mismo pensarla para países desarrollados que para
países con alta informalidad y bajos salarios.

Repensar los roles

Según el debate que hubo en la OIT, a los desafíos ya de vieja data como el
que plantea la desigualdad, se agrega ahora el que representan las
"economías de plataforma" o colaborativas, como el caso de Uber. ¿Existe
o no una relación laboral? Y en tal caso, ¿cómo debería regirse? El tema
admitió aquí diferentes opiniones. "Nos dicen que alguien que trabaja en
un coche como conductor es autónomo, cuando en realidad está
empleado", señaló por caso Philip Jennings, secretario general de la Unión
Global de Sindicatos de Servicios, con sede en Suiza.

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El rol de los sindicatos estuvo puesto sobre la mesa. Según apuntó Marcel
Van der Linden, investigador del Instituto Internacional de Historia Social,
la tendencia a una desintegración del "mundo del trabajo habitual", va de
la mano de la caída de la tasa de afiliación sindical. "Un rol que funcionó
bien para los sindicatos es el de la negociación colectiva, pero eso no va
para los informales; hay que pensar maneras más creativas de organizar a
los trabajadores", desafió.

"Lo importante es que se defiendan los intereses del individuo, no los de


las instituciones, porque seguirá habiendo trabajo, pero no en la forma
tradicional", afirmó Peter Woolford, directivo del Consejo Empresario
Canadiense, que mantuvo un contrapunto con Jennings.

En el nuevo escenario hay al menos dos fenómenos sociales en los que se


centran las expectativas de generación de puestos: el cambio climático,
que despertó interés por el cuidado del medio ambiente, y el
envejecimiento poblacional, que llevaría a generar empleos vinculados al
cuidado de adultos mayores. Sin embargo, se hicieron dos observaciones
con respecto a este punto: se advirtió que trabajar con personas mayores
es algo que requiere de una vocación muy definida y se puso en duda si
habrá una demanda significativa de esos trabajadores, ya que las familias
necesitarán ingresos para pagar los servicios. O, en todo caso, según
alguien se preguntó, habría que evaluar cómo se financiaría un eventual
derecho de ancianos a recibir asistencia.

Esa y otras cuestiones dependerán de las estrategias de los Estados y los


organismos transnacionales. Pero para muchos está claro que ni la
normativa de los países ni los convenios de la OIT por sí solos cambian
algo en la vida real, sino que ello ocurre si existen controles y un
compromiso político y social.

Confianza, representatividad y solidaridad son conceptos que destacaron


algunos oradores, con la mirada puesta más allá de la cuestión legal. Uno
de ellos fue el ex director del Instituto de Investigaciones para el
Desarrollo Social de Naciones Unidas, Thandika Mkandawire, quien

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advirtió que crear instituciones no es suficiente. Y sentenció: "Ni
deberíamos preocuparnos por los robots si estuviéramos basados en la
solidaridad".

Números de una realidad compleja

Desocupación
201

Millones

Son los desocupados en el mundo; este año se sumarían 3,4 millones,


aunque la situación podría aliviarse

1,4

Millones

Desempleados en la población urbana argentina (estimación basada en el


informe del Indec del IV trim. 2016)

Empleo débil
42%

Vulnerables

Proporción de ocupados que está en situación de vulnerabilidad en el


mundo: unas 1400 millones de personas

33,4%

Sin protección

Porcentaje de asalariados de la Argentina que no tiene aportes; en el


cuenta-propismo la informalidad es mayor

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En alza
3,4%

Crecimiento

Es lo que se espera que se incremente el PBI global este año, aunque la


OIT advierte que hay incertidumbre

2,8%

Proyección

Es lo que avanzaría la economía argentina este año, según estimaciones


de economistas que publica el BCRA

Retos en el escenario laboral

Robotización

Las tecnologías avanzan sobre cada vez más tareas de esfuerzo físico y
mental; según una investigación, el 47% de los trabajos podría
automatizarse; recomiendan diseñar políticas para suavizar el efecto

Nuevos vínculos

En lo referido a la economía colaborativa o de plataformas está abierto el


debate sobre la existencia o no de relaciones laborales y sobre la manera
en que estos vínculos deberían regularse por parte de los Estados

Redefiniciones

El nuevo escenario, que lleva en muchos países a un incremento del


empleo autónomo, desafía a pensar en una revisión de las normativas
laborales y también de los roles que ejercen los actores sociales

Desigualdad

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En varias partes del mundo se teme que tanto la robotización como el
mayor peso del cuenta-propismo agraven la situación de desigualdad
social, que se da tanto entre países como entre personas

Envejecimiento

La mayor expectativa de vida provoca mayor necesidad de recursos


fiscales; se discute si las personas trabajarán más años y se destaca la
aparición de empleos vinculados al cuidado de ancianos

Cambio climático

La conciencia por el cuidado del medio ambiente crea nuevas actividades


y empleos; también se generan tensiones, ya que se promueve la
moderación del consumo y eso afectaría la producción.

Inteligencia adaptativa, la clave del éxito para los emprendedores

Derivado de la psicología positiva, el concepto alude a la capacidad para


asumir los cambios con rapidez, tanto en el mundo empresario como a
nivel personal Crédito: Paula Salischiker por Sebastián Campanario 
    

Los homenajes que se sucedieron tras la muerte del astrofísico Stephen


Hawking, tres semanas atrás, incluyeron rememorar algunas de sus frases
más famosas, y también los paralelismos en su vida con la del científico
Albert Einstein. Hawking sostuvo una vez que "la inteligencia es la
habilidad de adaptarse al cambio". Einstein tuvo un concepto muy similar
años antes (aunque hay quienes discuten si realmente lo dijo): "La medida
de la inteligencia es la habilidad de cambiar".

Durante décadas, la aproximación más difundida para describir la


inteligencia fue la del coeficiente intelectual (IQ, por su sigla en inglés),
hasta que en los 90 irrumpió la noción de inteligencia emocional, de la
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mano de estudios y de best sellers como el de Daniel Goleman. La
aceleración en la tasa de cambio que se experimenta en la actualidad y la
necesidad de complementar las habilidades humanas con la inteligencia
artificial de las máquinas hacen emerger con fuerza un nuevo paradigma:
el de la inteligencia adaptativa, medida a través de un coeficiente de
adaptación (AQ), un concepto aplicable a personas, empresas y hasta
países.

"Si nos definimos por los títulos universitarios, nuestra experiencia laboral,
el reconocimiento social, el puesto en un organigrama, estamos en un
gran problema para adaptarnos a la era digital: ya el pasado no puede ser
usado como punto de referencia para construir el futuro, las respuestas
que acumulamos como personas y como sociedad están perdiendo
validez", explica Ingrid Astiz, filósofa, programadora y fanática de las
metodologías ágiles, que promueven herramientas para cambiar con
mayor facilidad.

Astiz, que se mudó recientemente a Barcelona para un proyecto laboral,


destaca que "para abrir la cabeza es necesario despojarnos de
expectativas y autoexigencias, dejar que el futuro emerja: no podemos
planificarlo, ni siquiera podemos imaginarlo con el pensamiento lineal,
entonces necesitamos cambiar nuestra relación con el presente y con el
futuro, aprender a adaptarnos a lo que sea y -al mismo tiempo- saber
pivotear para crear oportunidades. Es decir, el AQ no es ser sumisos,
sobreadaptarnos o resignarnos a lo que el mundo nos presenta, sino saber
aceptar los hechos y hacer algo innovador con ellos. Es saber decir "sí, me
adapto a esto nuevo" y también decir "no, esto no me gusta, esto lo
quiero diferente, y haré lo que sea necesario para cambiarlo".

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Con menos de 30 años, la ingeniera Luciana Reznik es la CEO de Wolox,
una empresa de tecnología que impulsa una estructura horizontal de
trabajo en equipo y aprovecha las metodologías ágiles. Al igual que Astiz,
Reznik es una "superpivoteadora": "Llamamos? inteligencia adaptativa' a
la intersección entre la inteligencia intelectual que nos brinda análisis y
racionalidad; la inteligencia emocional, que nos da propósito y sentido, y
la inteligencia intuitiva, que nos da motivación y poder de ejecución", dice
Reznik.

Para Reznik, "hoy ya no alcanza con tener una receta, haber leído un libro,
memorizado fórmulas y aplicar estos conocimientos. Ahora, los seres
humanos y las organizaciones pasamos a ser los encargados de
seleccionar, interpretar y manejar la información, y nos comenzamos a
diferenciar de las máquinas siendo los emocionales, los capaces de usar el
contexto para hacer valoraciones y tomar acciones sobre la base de eso.
La tecnología también va en el camino de la IA, en la que intersectan el
juicio humano con la automatización hecha por las máquinas".

¿Cuán intensa es la aceleración del cambio que está volviendo a la


inteligencia adaptativa más necesaria que nunca? Un par de datos para
tener una idea: según el biólogo evolucionista australiano Michael Lee,
que viene estudiando la velocidad del proceso de innovación, de aquí a fin
de siglo irrumpirán no menos de 80 inventos disruptivos con impacto a la
par de los antibióticos, la imprenta, los aviones o Internet.

Un mes atrás, la consultora Innosight reveló que la expectativa de vida de


las empresas (medida como tiempo en el que se mantienen en el panel de
S&P 500) bajó de 33 años en 1964 a 24 años en la actualidad y caerá
-fundamentalmente debido al cambio tecnológico- a 12 años en 2028.

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"La sensación es que la adaptación siempre llega tarde, como ocurre con
el crecimiento de nuestros hijos", cuenta Mercedes Korin, experiodista y
exconsultora en responsabilidad social empresaria que actualmente ayuda
a superpivoteadores a navegar mares de cambio encrespados desde su
empresa Modo Delta. "Cuando uno siente que empieza a entender a sus
hijos o a establecer una lógica de relación con ellos, cambian de etapa y
hay que volver a empezar. Algo así sucede con la tecnología: cuando por
fin sentimos que la tenemos más o menos clara, todo vuelve a cambiar".

La buena noticia es que, al igual que en neurociencias, se enfatiza la


existencia de la "neuroplasticidad", la inteligencia adaptativa también se
puede ampliar y entrenar, como un músculo. Estos son los consejos más
relevantes o sesiones de stretching que recogió LA NACION de algunos
superpivoteadores:

Mala prensa: En el mundo laboral está mal visto cambiar seguido de


opinión. La falta de convicción es percibida a menudo como una debilidad.
"Pivotear tiene muy mala prensa, hay que luchar de entrada contra eso,
porque está lleno de gente controladora", dice el arquitecto Damián
Revelli, que fue dueño de bar, empleado, empresario y capacitador; y que
vivió en Buenos Aires, Tucumán y Córdoba. Revelli no solo abraza el
cambio desde su trayectoria profesional, sino que promueve la
inteligencia adaptativa como "producto" desde su actual emprendimiento,
Remodelatucasa, desde donde construye viviendas a medida y
personalizadas. La receta de Revelli: abandonarse a la intuición, "el área
donde está la información más pura".

Switchear personalidades: "Me había identificado fuertemente con ser?


lógica' (trabajaba como programadora) y desconfiaba de todo lo que no
pudiese organizar como un algoritmo", cuenta Ingrid Astiz. "¿Hasta que
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empecé a meditar y a darme cuenta de que mi mundo interior era más
extenso de lo que yo podía intelectualizar, que las identificaciones no eran
mi ser y que podía despegarme de ellas como de una prenda de vestir?
¿De a poco empecé a permitirme descubrir otras posibilidades, a
permitirme hacer? cosas raras', e incluso algunas locuras. Hoy creo que
para la era digital es necesario contar con múltiples personalidades y
poder switchear entre ellas con flexibilidad. Por ejemplo, para adaptarme
a algunos cambios, le doy vacaciones a mi personalidad más estructurada
mientras dejo a la aventurera que explore en libertad y a la sociable que
teja nuevas relaciones. Para subirnos a la era digital, hay momentos en los
que necesitamos ser un inconsciente, un temerario, para rechazar las
respuestas del pasado y dar saltos de fe sin tener idea de qué pasará
luego".

La importancia del eje: En sus múltiples procesos de metamorfosis (fue


taxista, masajista y actualmente empresario de distintos rubros), Pablo
Mas remarca la importancia de tener un centro o un ancla fuerte para
poder pivotear sin perderse. "En mi caso ese centro me lo dio la práctica
ininterrumpida de aikido, un arte marcial que tiene una base importante
de adaptación y de herramientas para redireccionar lo que viene, algo que
pasa todo el tiempo en la vida", cuenta Mas, que meses atrás lanzó en
Belgrano Multiespacio27, un lugar abierto para distintos tipos de eventos
y combinaciones. En este caso, el arte marcial además de constituir un
"centro" resultó un dispositivo de alivio de estrés. "En situaciones que
requieren un gran esfuerzo de adaptación, hay que buscar mecanismos
que oxigenen, como hacer deporte, un hobby, dormir una siesta, poner los
pies sobre el pasto", dice Korin. "Las y los superpivoteadores no dicen:?
Cuando logre haberme adaptado voy a buscar un dispositivo que me
alivie', sino que lo buscan y lo activan durante la adaptación, porque
tienen conciencia de que ello suma".

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Luz, cámara, acción: Korin agrega que un error habitual en procesos de
cambio es esperar un disparador para arrancar. "¿Las personas con alto
coeficiente de adaptación, más que buscar un activador, empiezan a
actuar y su lógica es? vamos viendo'. Así como se hace camino al andar,
es en la acción (y no en el devaneo mental acerca de cómo debería ser esa
acción) donde se va rumbeando, corrigiendo y ajustando", remarca. "No
ocultan su temor bajo obstaculizadores disfrazados de mesura, del estilo:
Estoy pésimo en mi trabajo, pero hasta que no termine la tesis no voy a
buscar otra cosa', y por ahí falta un año de cursada y otro de tesis".

Alianzas livianas: La inteligencia adaptativa también está asociada a cierto


tipo de relación con los otros. Korin las llama "alianzas livianas", en las
cuales se cuenta con otros para entender mejor una situación y trazar
soluciones, y no se siente que se pierde si el otro lo cuestiona. Para Astiz,
es fundamental "dejarnos transformar por redes internacionales con alto
grado de AQ. Desde 2009 que formo parte de la comunidad de
metodologías ágiles en desarrollo de software. Se trata de una red de
personas de diferentes países con altos niveles de confianza y
colaboración, y además vamos trabajando en equipo, nos cuestionamos,
nos adaptamos, generamos transformaciones. Quienes no tengan una red
similar, les recomiendo que busquen alguna para integrarse. En el mundo
digital no hay fronteras, ni nacionalidades, entonces necesitamos ir más
allá de nuestra perspectiva territorial, conocer otras formas de pensar y
trabajar en equipos multidisciplinarios".

Nuevas mediciones

En un futuro cercano, el "coeficiente de adaptación" requerirá nuevas


formas de medición, tanto para personas como para empresas o países,
sostiene Natalie Fratto, vicepresidenta de SVB Financial Group.

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A nivel estatal, las sociedades nórdicas promueven políticas públicas con
un alto coeficiente de adaptación. En una reciente nota de The New York
Times, el ministro de Trabajo sueco comentaba: "Muchos empleos están
desapareciendo, y nosotros facilitamos entrenamiento y contención social
para que las personas encuentren una nueva ocupación. No protegemos
los empleos, pero protegemos a los trabajadores". En otros países de
Europa, en los EE.UU. y en América Latina, los incentivos son los
contrarios.

En la literatura de cambio empresarial hay numerosos casos de firmas con


alto AQ, que supieron pivotear a tiempo en épocas de aguas turbulentas.
WPP, el megagrupo de comunicación, nació como una compañía de venta
de plásticos. Bob Greemberg, el presidente de RG/A (una firma de
innovación digital), reinventa su empresa cada nueve años: empezó
haciendo títulos animados para películas de Hollywood. En la Argentina, el
unicornio Globant se define como una "empresa plastilina", que fue
cambiando su foco inicial hasta superar los mil millones de dólares de
valuación. Y en su momento FATE pasó de la construcción de neumáticos
a calculadoras y luego a aluminio. Fratto especula con que de aquí a pocos
años habrá tests estandarizados de capacidad de adaptación, que serán
los que más ponderarán a la hora de conseguir un trabajo o
financiamiento para un proyecto. Tal vez -imagina-, en un futuro tipo Black
Mirror, los médicos prescribirán neuroestimuladores que permitirán que
aumentemos nuestro AQ de manera artificial.

Es que a veces la voluntad no alcanza, y la economía del comportamiento


acumula cientos de estudios que muestran lo poderoso que es el "sesgo
al statu quo" o la resistencia al cambio. "Aunque los humanos somos la
especie que más diversidad de cambios estratégicos tenemos a nuestra
disposición, a menudo preferimos la certidumbre de lo obsoleto (lo malo

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conocido), como si sostener la falta de cambio no tuviese un costo",
explica Korin. "Hay un lugar -agrega- de alta certidumbre: el fondo de una
fosa marina, o sea, el fondo del mar: total certidumbre porque no varía la
luz ni la temperatura. Pero si estamos allí nos encontramos en un lugar
frío y oscuro. En la superficie, en cambio, hay variación de luz y de
temperatura, favorecedoras de la vida".

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