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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Honoria Ravena
Mi

Salvador
(My Cyborg Savior)

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Dedicatoria
Para Lindsey, que siempre me ha apoyado. El chico de la
gasolinera todavía me pregunta por mi ‘hermana’.

Agradecimientos
Muchas gracias a Debra, siempre estás ahí para ayudarme.
Gracias a Megan por ser una gran amiga y lectora beta. Un
agradecimiento especial a Jess y todos en Crimson Romance. Estoy
muy contenta de trabajar con todos vosotros.

Y por último, un agradecimiento a Candace Havens. Sin el


borrador rápido esto habría tomado mucho más tiempo para escribirse.

Honoria Ravena

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Argumento

El Gobierno destruyó la vida del Cyborg Operativo Galen


Marduk y sigue arruinando a otros. Su pueblo quiere liberar a los
Cyborgs y modificarlos genéticamente antes de que el Gobierno decida
acabar con ellos por completo. La misión de Galen: secuestrar a la hija
de un Senador y utilizarla como palanca para obtener lo que quiere su
Consejo.

Después del suicidio de su madre, Jamila Clearborne se hundió


en una oscura espiral, un peligroso agujero de drogas, alcohol y
escándalos. Un año más tarde, después de que rompiera el dominio que
la tragedia tenía sobre ella, su padre le compra un esclavo Cyborg para
su propia protección. Y Jamila necesita toda la protección que pueda
conseguir. Ella está rompiendo una ley, y eso es suficiente para
conseguir que la maten.
Sin embargo, está menos que agradecida cuando Galen la salva
de una situación grave de su propia agenda, y teme que incluso su amor
por él no sea suficiente para superar el obstáculo que se pone en su
camino.

Pero cuando la vida de Jamila está en peligro, ¿obedecerá Galen


las órdenes dadas para la seguridad de su pueblo, o hará cualquier cosa
para salvarla?

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Portada Original

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Staff
Traducción

Corrección Edición y Diseño

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Capitulo Uno
.
“Jamila.”

Jamila giró y atrajo una de sus almohadas para cubrir sus orejas.
El intercomunicador estaba atascado en un solo volumen: ruidoso.
También cogió una especie de horrible estática de los últimos y más
grandes estabilizadores en los SkyTemple1. Pero los estabilizadores eran
necesarios. El planeta Larus era propenso a terribles tormentas de
viento que llevaban a una casa estrellarse a la tierra, al menos, una vez
al año.

“Jamila.”

La voz de su padre llegó a través del intercomunicador de


nuevo.

“Si envío a un sirviente para comprobarte, y estás dormida, me


quedaré con tu asignación de compras por una semana.”
Eso no era una gran amenaza, teniendo en cuenta que tenía
suficiente asignación ahorrada para durarle un año. Y eso, si compraba
en los mejores sastres en New Kent. Si elegía usar ropa campesina no
podía empezar a adivinar cuánto tiempo duraría.

Jamila suspiró y lanzó su almohada. Odiaba cuando su padre


estaba en casa. Él era uno de esos tipos madrugadores, mientras que
ella solía dormir hasta el mediodía.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Pero entonces, había estado con uno de los sirvientes hasta las
cinco de la mañana volando misiones de combate virtuales sobre
Dramam. Su padre nunca jugaría esos juegos o se asociaría con las
clases ‘inferiores’.

“¡Jamila Christianna Clearborne!”

Se estremeció al oír el agudo chillido de la electrónica


defectuosa mientras su padre terminaba la llamada. Un día ella iba a
tener el control.
El suelo estaba helado cuando salió de la cama. Otra cosa que
estaba funcionando mal debido a las constantes remodelaciones.
Cuando su padre estaba en casa, parecía pensar que el lugar necesitaba
arreglo.

Jamila deslizó sus pies en sus zapatillas de auto-calentamiento y


se puso una bata de seda antes de ir a ver lo que quería su padre. Se
tomó su tiempo, sólo para ser un dolor en el culo. En el verano, la
arquitectura abierta tipo villa era hermosa. El SkyTemple podría estar
más cerca del océano, así la cálida brisa del mar podría flotar a través
de las ventanas. Ahora el Temple era más alto en el aire para evitar las
olas, y estaba más cerrado que una tumba. La lluvia azotaba las
ventanas y los relámpagos iluminaban el cielo oscuro.

Trató de sacudir su caso de ‘aburrida-como-el-infierno’. Seis meses


más de esto. Por suerte, su padre tenía previsto volver al Senado la
próxima semana, entonces sería capaz de dejar la villa otra vez.
Siempre insistía en que era peligroso salir fuera de estas paredes, y
cuando estaba en casa tenía la capacidad de hacerla quedarse... en su
mayor parte.

Ahogó un bostezo con el dorso de la mano y se estiró cuando


entró en el gran comedor. Llegó a un abrupto fin.

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Su padre estaba sentado en un extremo de la mesa y un extraño


hombrecillo con aspecto cansado, con rasgos como rata, estaba sentado
en el otro. A la izquierda, contra la pared y a lo largo de la mesa, se
extendía una línea de ojerosos y sucios esclavos.

Un hombre se destacó. Era el hombre más alto y más musculoso


que jamás había visto. Estaba acostumbrada a estar alrededor de
nobles, que generalmente eran por estatura bajos y más bajos, además
tendían a ser muy delgados y frágiles por la contaminación de las
ciudades. Con su metro ochenta de estatura, Jamila era una mujer
grotescamente alta entre los ricos, por encima de todos ellos. Pero este
hombre le sacaba casi treinta centímetros.

Sus duros antebrazos estaban flexionados debajo de las bandas


gruesas de esclavo que llevaba. Tenía sus brazos repletos de tatuajes
bajo sus mangas. Los nobles habían renunciado a los tatuajes hace
mucho tiempo como una forma perversa, repugnante de modificación
del cuerpo. Por lo general sentía lo mismo acerca de ellos, pero en él,
eran extraordinarios. Escenas de bosques tropicales detallados con
colores vibrantes y animales que nunca había visto. Sólo llevaba
pantalones sueltos, mostrando su pecho y sus tatuajes.

Cuando pudo cerrar su boca abierta, preguntó:

“Padre, ¿qué está pasando aquí?”

Mantuvo su voz lo más neutral posible. El desacuerdo con su


padre nunca era una buena idea. Si supiera lo mucho que aborrecía la
esclavitud, probablemente la rodearía con esclavos.

“Necesitas un guardaespaldas. Alguien que te proteja y te


mantenga en casa mientras estoy fuera.”

Jamila tragó saliva y trató de pensar en una buena manera de


zafarse de este pequeño desastre.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Pero Padre, ¿qué podría animar a un esclavo, muy


probablemente un criminal, a defender a su captor?”

El hombre-comadreja habló. Su voz era aguda y chillona.

“Sencillo. Si tu mueres, ellos mueren.”

Jamila levantó una ceja en gesto desdeñoso.

“Para algunos, la esclavitud es un destino peor que la muerte.


He conocido a muchos esclavos que morirían para escapar de su
tormento.”

Se volvió hacia su padre.

“Papá, no creo que esto sea una buena idea. Esto podría hacer
que me maten.”

Jamila resistió el impulso de poner los ojos en blanco. Dudaba


que estuviera en bastante peligro para necesitar un guardaespaldas. Esta
era probablemente una estratagema para conseguir un espía del lado del
Senador. Él no la quería saliendo de noche y de fiesta. El año pasado
no podía importarle menos, pero este era año de elecciones, y él estaba
más paranoico que nunca por su imagen.

Negó con la cabeza, puso su barbilla obstinada.

“Si mueres, sería un destino peor que la muerte para ellos. El


veneno que se libera en su sistema se comería sus entrañas durante más
de un mes antes de que finalmente los mataran. No hay cura. Es una
manera muy lenta, agonizante de irse. Pero si aceptan, y te mantienen
con vida, consiguen una cama caliente, suave, tanta comida como
pueden comer, baños, ropa nueva, y cualquier entretenimiento al que te
escolten. Todo lo que tienen que hacer es seguir a una niña alrededor.
No es un mal negocio.”

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Jamila se tensó. Jamila odiaba que la llamaran niña. Era un


signo seguro de que su padre estaba tratando de ponerla en su lugar y
forzar su voluntad sobre ella. Tenía veinticuatro años y no necesitaba
una niñera.

Estaba claro que algunos de estos hombres estaban muriendo


por la oportunidad de ser un sirviente de clase alta. Algunos de los
esclavos estaban salivando. No es como si pudiera culparlos. Eran
delgados y frágiles. Algunos incluso tenían vientres hinchados, un signo
seguro de desnutrición. ¿No podrían escatimar y darles a los esclavos
una barra de nutrición al día para evitar que parezcan que podrían caer
muertos en cualquier momento? Y sin duda eran golpeados a menudo.

“Bueno, ¿hija? Examínalos. Elige.”

Jamila rodó los ojos.


“La mayoría casi no se ven suficientemente en forma para
cualquier trabajo, y mucho menos para ser guardaespaldas.”

De hecho, sólo había uno que era apto para ese tipo de servicio.
Echando un vistazo a su cuerpo rugoso y el conjunto enfadado de su
mandíbula, dudaba seriamente que estuviera agradecido si lo elegía. Sin
embargo, era su única oportunidad de salvarlo de alguna otra persona
realmente horrible. Otros nobles tomarían una mirada a su hermoso
rostro obstinado y lo golpearían.

Caminó por la línea, pretendiendo considerarlos. Los hombres


no mejoraron después de una inspección más cercana. Estaban aún más
desnutridos de lo que había sospechado. Algunos apenas podían
mantenerse en pie, balanceándose adelante y atrás, con los ojos
vidriosos. Otros olían horriblemente, como si no pudieran contener sus
movimientos intestinales.

Se puso delante del enorme hombre que estaba encadenado en


el centro de la línea.

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“Háblame de éste. A juzgar por los demás, no debe haberlo


tenido mucho tiempo. Todavía está en forma y no está enfermo.”

Jamila miró a su padre.

“A menos que quieras gastar una cantidad increíble de dinero


arreglando a una de estas pobres criaturas, tendría que ser este
hombre.”

Su padre arqueó una ceja ante el esclavista, que inmediatamente


comenzó su argumento de venta.

“Yo no sé nada de eso. Lo traje a su petición, pero él es un


Cyborg recientemente capturado. Podría haber problemas. Sin
embargo, ha sido dócil. Es perfecto para ser guardaespaldas. Un
experto en artes marciales. Inteligente. Obediente.”
La cabeza del prisionero se disparó hasta mirar ceñudo al
comerciante y su iris azul eléctrico parecía brillar. Jamila hizo rodar sus
ojos. Ése era el ceño de un criminal obediente, seguro.
“No va a haber ningún problema si espera vivir. Tiene suerte de
que no fue ejecutado por abandonar su puesto.”

La mirada del hombre disparó a la de ella y saltó. Ningún


esclavo debe atreverse a mirar a los ojos de su ama. Sería conseguir ser
golpeado o ejecutado. Su reacción llamó la atención de su padre.

“¿Que estás haciendo? No te atrevas a mirar a los ojos de mi


hija.”

La mirada que le dio el padre de Jamila era suficiente para


enviar un escalofrío por la espalda. Era la expresión de un asesino. Un
hombre peligroso. El traficante de esclavos pisó hasta su línea de almas
lamentables y empujó su bastón eléctrico en el vientre del esclavo. Él
gruñó y se dobló, pero no cayó.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Jamila lo miró boquiabierta. Esas cosas tenían suficiente voltaje


para derribar a un hombre inconsciente y apenas se movió. Se
estremeció. Los Cyborgs eran poderosos. No era una buena idea
mantener uno como esclavo. Especialmente uno que había escapado
antes.

Fueron diseñados genéticamente para ser más rápidos y más


inteligentes que los humanos y eran inmunes a casi cualquier
enfermedad. Pero a diferencia de las personas genéticamente normales,
la mayoría de las articulaciones y los huesos de un Cyborg fueron
reforzados con metal y se supone que tienen algún tipo de ordenador
mejorando sus cerebros que podría poner incluso un gen de inteligencia
dirigida a la vergüenza. Sus nanobots ayudaban a acelerar la curación
aún más. Nada de eso debería haber aumentado su capacidad de resistir
el dolor. De hecho, él era probablemente más sensible a todo.

<¿Que se les hizo para hacerlos tan resistentes?> 2

No era una pregunta que podía expresar en esta habitación. Su


padre estaba en contra de las mejoras de ingeniería y mejoras del
cuerpo. No podía creer que hubiera considerado a este hombre para
protegerla. Sin embargo, él era un esclavo, y su padre, probablemente
pensó que era el lugar que le corresponde a un Cyborg ya que tenían
que existir.

“Bueno, Padre, tiene que ser este. Es el único apto para


cualquier tipo de trabajo.”

Su padre resopló.

“Un poco obstinada la criatura. Vas a tener que decirme si


presenta cualquier deliberación. Tendrá que ser castigado por ello.”

Jamila asintió, pero no pudo decir nada. Si abría la boca


probablemente le diría que era un hijo de puta por querer vencer a un
hombre que tenía todo el derecho a ser ‘deliberado’.

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“¿Cuánto?”

Él y el esclavista comenzaron el regateo sobre el precio. Su


padre era un hombre tacaño, y un negociador duro. Probablemente
conseguiría al esclavo por menos de lo que valía la pena.

Jamila examinó su nueva adquisición mientras ellos discutían.


Él emitía vibraciones peligrosas que ponían de punta los pelos de su
nuca. Nadie se metería con este hombre sin hacer frente a la muerte. Él
cambió su postura y rodó sus hombros, mostrando los músculos finos
en su pecho. Definitivamente no era a lo que estaba acostumbrada. No
había ninguna característica femenina en su rostro. Su mandíbula
angular se apretó mientras miraba con arrogancia hacia adelante, en
lugar de mirar hacia abajo en el suelo, como se suponía que debía
hacer. Sin embargo, esa regla probablemente no se aplicaría a él. Un
guardaespaldas no podía mirar a sus pies todo el día.

La mirada de Jamila cayó a los brazos tatuados y no pudo


resistir la tentación de tocar la colorida carne. ¿Se sentiría diferente de
la piel normal? Nunca había visto a nadie con tatuajes de cerca. Eran
hermosos. Pasó la mano por su cálido antebrazo, examinándolo, y él se
puso tenso. Cuando su mirada se movió de nuevo a su rostro la estaba
mirando y le dirigió una sonrisa torcida que le hizo torcer el estómago.
Retiró la mano y se alejó.

“Si no obtienes algunos modales, mi padre va a tener que


golpearte. No puedo pararlo.” susurró ella.

Su mirada se deslizó por su cuerpo, la apreciación masculina se


mostraba su rostro mientras la escaneaba desde la cabeza a los pies.
Jamila rodó sus ojos. Estaba segura que era golpeado a menudo.
¿Trataría de hacerle daño? No sería una sorpresa. Ese hombre era un
criminal, arrogante e increíblemente terco. Probablemente pensaba que
su padre lo liberaría si pudiera ganar una ventaja sobre él. Tal como
retener a su hija como rehén.

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¿El esclavo sabría lo que sus bandas podían hacer si molestaba a


su padre? Podrían causar más dolor que cualquier paliza.

“No tengo miedo de un poco de dolor. Vale la pena, para poder


ver a una mujer tan fina.”

Su mirada se posó sobre sus pezones, duros por el frío. Jamila


tuvo el absurdo impulso de cruzar los brazos sobre sus pechos. Sólo los
dioses sabían por qué. La apariencia transparente de su túnica era
indecente para molestar a su padre, pero muchos hombres la habían
visto en topless. Sus pechos eran probablemente los más famosos de la
Galaxia. Eso es lo que sucede cuando te conviertes en una chica
borracha y fiestera que es fotografiada por un paparazzi mientras
tropiezas fuera de una sala de audiencias. Reprimió un estremecimiento
en la memoria. Vivía para rebelarse, pero el año después del suicidio de
su madre había sido horrible. No recordaba la mayor parte.

Jamila no debería haber estado sorprendida de que le hablara. Él


no era un esclavo normal, y claramente no había estado en el comercio
lo suficiente para saber comportarse mejor. La mayoría no hablaba en
absoluto, a menos que se les hiciera una pregunta directa. Había estado
en algunos hogares en los que retiraron las lenguas de los esclavos si
rompían esa regla. Se estremeció. Tendría que enseñarle algunas reglas
muy estrictas o iba a terminar muerto.

Tal vez su padre le permitiría liberarlo algún día. Tan pronto


como esa idea llegó ella la descartó. No lo haría, y aunque lo hiciera,
como Cyborg iría derecho a uno de los barrios de Haven donde las
personas genéticamente modificadas y mejoradas eran obligadas a
vivir. Si no fuera detenido o ejecutado por el Gobierno. Probablemente
tendría una vida mejor estando con ella.

“Padre, si hemos terminado, me gustaría llevar a este hombre a


bañarse.”

Su mirada se deslizó al esclavo.

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“Lo siento, pero apestas, estoy segura que debido a estos otros y
a las terribles condiciones en que te mantuvieron.”

El esclavo asintió. Estaba segura de que podía olerse a sí mismo,


y a la gente a su alrededor. Se suponía que los Cyborgs tenían un mayor
sentido del olfato.

El padre de Jamila dirigió una sonrisa de labios apretados.

“Todavía no, hija. No nos hemos decidido por un precio, y


tengo que hablar con tu esclavo antes de comenzar sus funciones.
Necesita instrucciones específicas y algún conocimiento de cómo
funciona este hogar. No puedo contar con él siendo tan
descaradamente ofensivo como lo ha sido hasta ahora. Luego voy a
llamar a un sirviente que lo llevará contigo. Puedes irte.”
Estupendo, podría volver a la cama.

****

Después de lo que parecieron horas de regateo, el Senador


finalmente había establecido su precio con el propietario de esclavos.
Galen se quedó allí todo el tiempo, intentando no bostezar y rodar sus
ojos.

<¿Por qué habré accedido a hacer esto?>

De todas las misiones, en todos los planetas de la Galaxia, esto


era lo que había elegido. Pero él era uno de los mejores en el
subterfugio, así que tenía sentido. El trabajo ni siquiera había
comenzado y ya se había arrepentido de tomarlo.

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Aunque la sexy hija del Senador probablemente lo haría más


divertido. Había algo en ella. Galen no podía explicarlo.

Jamila estaba triste. Y claramente harta de su padre. No es que


Galen pudiera culparla. Ese hombre era un fanfarrón. El clásico
político. Pero ¿por qué estaba deprimida? Ninguna respuesta inmediata
vino a su mente. ¿Qué podría estar mal en la malcriada, pequeña, vida
feliz de aquella niña de raza pura?

El traficante de esclavos sacó un control remoto de su bolsillo


trasero y golpeó la liberación de las cadenas que ataban a Galen a los
demás. Hubo un accidente al chocar contra el suelo y Galen salió de la
línea. Ninguno de los esclavos trató de huir. Se miraron el suelo en
silencio y sometidos.
¿Había sido extirpada toda la lucha de esta gente? No había
estado entre ellos el tiempo suficiente para saberlo. El comerciante
había recibido instrucciones de venderlo lo antes posible. Porque era
peligroso.

No es que fuera a mencionarle esto al Senador. Incluso los


distribuidores autorizados de Cyborgs eran pequeños cabrones
codiciosos. Un día sería su perdición. Si vendiera un esclavo que según
él estaba perfectamente bien educado y resultaba matar a alguien, el
comerciante probablemente iría a juicio y sería ejecutado. Pero no
pareció importarle mientras hiciera mucho dinero para alimentar su
cintura en expansión.

El Senador ni siquiera le escatimó una mirada cuando presionó


su pulgar para el escáner de crédito.

“Siéntate, Cyborg.”

Estaba en la punta de la lengua de Galen decirle donde podía


meter su actitud arrogante. Afortunadamente, había aprendido que
pensar antes de hablar era una idea mejor. Así que se sentó.

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El esclavista y su producto restante salieron de la habitación.

“Sapo odioso.” murmuró el Senador en voz baja.

Galen arqueó una ceja. Tal vez Cyrus Clearborne realmente


tenía algunas calidades buenas. O al menos conocía lo que hacía a una
persona un hijo de puta. Finalmente alzó la vista.

“¿Cómo te llamas?”

“Galen.”

No añadió nada más. La mayoría de las personas nacidas en el


bajo mundo no tenían apellidos. La identificación era tan instantánea
que el Gobierno consideró que era un desperdicio. Los números eran
todo para ellos.

“Bueno, Galen si me fallas voy a entregarte al Gobierno.


Mientras mantengas a mi hija a salvo, no tendremos ningún problema.
Jamila significa el mundo para mí, y no tienes idea de en cuánto peligro
está. La mayoría de las amenazas son vagas, pero hemos tenido
algunas que han llegado a ser muy específicas. Están incluyendo
detalles de lugares que frecuenta. Fotos de sus salidas a las tiendas.
Incluso ha habido un solo atentado contra su vida que fue frustrado por
mis propios guardias. Ella no sabe nada al respecto, y no se te permite
decírselo. Mientras que mi personal investiga esta nueva amenaza, vas
a ser responsable de asegurarte de que este a salvo en todo momento.
Es mejor que esa chica ni siquiera tenga una rasguño mientras esté bajo
tu cuidado, o tendremos que volver a evaluar tu lugar en la vida.”

Galen asintió con la cabeza. Sabía cómo iba a ser. Era por lo
que había sido enviado. Pero dudaba del amor del hombre para su hija.
No tenía la menor nota cariñosa en su voz cuando hablaba de ella.

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La mayoría de las nuevas amenazas que estaba recibiendo su


hija eran de la gente de Galen, pero la mención de estas fotos de ella le
preocupa. Su pueblo no había estado enviando esas fotos.

“También tengo tareas adicionales para ti. Mi única hija tiene


un poco de rebeldía.”

Eso era poniéndolo a la ligera. Probablemente no había una


cosa que la chica no haya hecho, y probablemente, toda la Galaxia la
había visto hacerlo.

“Me gustaría que la mantuvieras fuera de situaciones


embarazosas. Ninguna fiesta, ningún destello de cámaras, ningún uso
de drogas o bebida, no ser arrestada, y no tener relaciones sexuales. Los
votantes ya piensan que es una puta, y creo que pasa demasiado tiempo
en la cama con muchos hombres diferentes. Voy a casarla, y me
gustaría que algunos de esos horribles rumores se desvanecieran antes
de la boda, para que el novio no sea bombardeado con historias acerca
de los hombres con los que ella ha estado ‘de citas’. Las elecciones son el
próximo año. Necesito que vuelva la reputación de esta chica y
permanezca, limpia y reluciente hasta entonces.”

Galen no había esperado eso. ¿Cómo se suponía que iba a


mantener a una conocida chica fiestera lejos de hacer lo que quería?
Sobre todo porque podría amenazar con matarlo si no hacía lo que
decía.
“Ahora, yo sé que ha de suponer una amenaza para ti, pero
tienes que mantener su conexión a tierra. Mientras ella no venga a mí
con acusaciones de violación, voy a suponer que estás haciendo lo que
te he pedido, y te daré el beneficio de la duda.”

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“¿Y si ella viene con acusaciones de violación? Lo que


probablemente hará tan pronto como se da cuenta de que es lo único
que va sacarme de su espalda.”

Un borde duro entró en la voz del hombre. El primer signo de


emoción que Galen había visto.

“Voy a tener que examinarla. Si la has violado, podrás ser


castrado y entregado al Gobierno.”

<¡Ay! No jodas, la hija del jefe se va directamente a la parte superior


de mi lista de ‘no-no’.>

Era una maldita vergüenza. Era una pieza fina. Probablemente


no la tocaría de todos modos. Las mujeres bien educadas eran así.
Parecían pensar que la ingeniería genética y los sistemas cibernéticos
podrían contagiarse, como alguna enfermedad, cuando en realidad, un
equipo de médicos tuvo que ser muy decidido a convertirte en lo que
era Galen. No quería perder su polla por la hija cachonda de algún
Senador, de todos modos. Ya tenía una cicatriz de esta misión, no
necesitaba más. El código de barras quemado en su carne podría salir
con cirugía estética, pero no había manera de estar seguro.

“¿Entiendes, esclavo?”

“Por supuesto.”
Cyrus se pasó una mano por el canoso pelo antes de cruzar los
brazos sobre el pecho. Estaba notablemente en forma a pesar de su
edad y su posición en la vida. La mayoría de los nobles eran delgados y
frágiles. Había algunos que eran lo suficientemente sanos como para
aumentar de peso, pero Cyrus mantenía su apariencia. ¿Por qué?

“Quiero que comprendas en cuánto peligro es en el que se


encuentra. Mis rivales políticos no están por encima de querer
matarnos.”

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“Entonces, ¿por qué no tiene un guardaespaldas?”

“Tengo varios asignado a mí, igual que el resto del Senado. Y


sin duda ella está segura mientras estoy aquí. Pero me voy pronto. No
sólo tiene a mis rivales políticos para hacer frente, también le gusta
generalmente a todo el mundo.”

El Senador asintió.

“Ahora bien, si te vas con Louisa, puedes bañarte, y atender a


mi hija a la vez.”

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Capitulo Dos
Jamila no fue capaz de volver a dormir después de su encuentro
con el esclavo. ¿Le amenazaba su padre ahora, o le daba instrucciones?
La puerta de su cuarto se abrió y una línea de criados se presentó. Se
levantó.

“¿Qué estáis haciendo aquí?”

Fueron a su armario, recogieron una fila de ropa y salieron del


cuarto sin responderle.

“¿Hola? ¿Qué estáis haciendo?”

El esclavo apareció en la entrada.

“Levántate, y vístete. Te vas a mudar. Soy Galen, por cierto, por


lo que no tienes que seguir llamándome ‘esclavo’ como estoy seguro que
tu padre lo hará.”

“¿Qué?”

Indignada, saltó de la cama. No podía moverla a donde quiera


que él quisiera. Su pie se enredó en las gruesas mantas y habría caído al
suelo si no la hubiera agarrado.

“No puedo protegerte aquí. Necesito estar cerca. Necesitamos


habitaciones contiguas.”

Jamila negó con la cabeza y se apartó.

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“Eso es inaceptable. Disfruto de mi privacidad, Galen. No voy a


compartir una habitación contigo.”

No podía soportar la idea de tenerlo tan cerca. Era hermoso, y


viril, y mucho más atractivo que cualquier hombre del que hubiera
estado cerca. Pero después de sus recientes aventuras estaba tomando
un descanso de hombres.

Él arqueó una ceja.

“Yo no he dicho compartir la habitación, dije habitaciones


contiguas. Y no tienes ninguna opción. Es mi trabajo protegerte, y
teniendo en cuenta lo que me va a pasar si no lo consigo, no voy a
aceptar un ‘no’ por respuesta.”

Jamila sacudió su pie para desenredarse y tropezó lejos de él


cuando se liberó.

“Bueno, iré a hablar con mi padre acerca de esto. Es


inapropiado para nosotros compartir una habitación. Él va a objetar.”

Galen le dirigió una sonrisa de labios apretados.


“Podrías estar equivocada. Ya lo aclaré con él. No te preocupes,
princesa, se te instalará en otra habitación al final del día, y ni siquiera
tendrás que hacer ningún trabajo para llegar allí.”
Jamila hizo rodar sus ojos.

“Ese no es el punto. Me gusta este ambiente.”

En realidad, no le importaba. Todas las habitaciones eran


iguales. No había ninguna razón para oponerse a la mudanza, excepto
que no quería compartir la habitación con este hombre. No iba a ser
capaz de alejarse de él si vivía justo al lado de ella.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Abrió la boca para discutir con él y se detuvo. Tal vez debería


ver esto como una oportunidad. Su padre sólo lo había comprado para
mantenerla segura. ¿Qué pasa si podía hacer que admitiera ante su
padre que no podía manejarla? Había ahuyentado a un montón de
otros. Tutores, hombres, institutrices…

Miró a Galen. Ninguno parecía tan formidable como lo era él,


sin embargo, y ya había comprobado que era terco. También, tuvo que
considerar si podía hacerlo sin que la matara. No quería eso, no
importa qué tan agresivo y no deseado se encontraba en su vida. Aun
así, podría sacar el infierno fuera de él, y tal vez se quebraría. Entonces
podría pedirle a su padre que lo liberara.

Sus ojos se estrecharon, como si pudiera ver lo que estaba


pasando en su cabeza. Sonrió, tratando de parecer una dulce chica de
papá con cada centímetro. Tomó toda su voluntad no rodar sus ojos.
No era buena aparentando ser inocente.

“En realidad, creo que sería una buena idea. Me vendría bien un
sirviente siempre a mi entera disposición.”

Cruzó los brazos sobre el pecho ancho.


“No soy un sirviente. No voy a hacer nada más que ser tu
guardaespaldas.”

Jamila sonrió.
“Ahora, estoy segura de que mi padre se opondría a eso. Eres un
esclavo, después de todo. Se supone que debes hacer lo que yo digo.
Estoy segura de que te dijeron que órdenes debes ignorar, pero apuesto
a que mi padre no rechazó que pueda pedirle algo.”

Se estremeció internamente. Odiaba ser una perra con el


hombre, pero cuanto antes pudiera deshacerse de él, mejor. Si tenía que
ser horriblemente mimada, lo sería.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Ahora, si me ayudas a que los sirvientes muevan la cama, me


gustaría volver a entrar en ella. Estuve despierta hasta tarde.”

“No, ya terminaste de dormir. Estabas despierta cuando


entramos.”

<¿Cómo te atreves? ¿Ahora va a darme ordenes?>

De todos los hombres pomposos y arrogantes que había


conocido, estaba convirtiéndose en el peor de los casos.
“Voy a dormir cuando me dé la gana, y si quiero descansar y
pasar mis días en la cama no me puedes detener.”

Se inclinó sobre ella y la tiró por encima de su hombro,


provocando más de su ira. Jamila chilló y golpeó la espalda con sus
puños. Trató de enderezarse, por lo que se vería obligado a dejarla ir,
pero él la cambió para que no pudiera sostener su propio peso. Se
desplomó contra su dura espalda, maldiciendo.

“Tú, encuentra algo que ponerte, y metete ahí.”

Él se dirigió hacia su cuarto de baño, la puso de pie, y la empujó


dentro.

“Dúchate, haz cualquier otra cosa femenina que tengas que


hacer. Cabello, maquillaje, lo que quieras, y vístete. No me hagas ir allí
después. No te va gustar si tengo que vestirte.”

Jamila rodó sus ojos pero el calor de su voz hizo que sus
entrañas se estremecieran. De alguna manera, dudaba que le disgustara
si él la vistiera. Aunque prefería que la desnudara. Su dominio envió un
escalofrío por su espalda. Debería haberlo encontrado repugnante, pero
fue emocionante. Ningún noble la habría tratado de esa manera. Y ella
lo habría golpeado con el puño si se atreviera.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Negó con la cabeza y abrió la ducha. Miró por encima del


hombro y lo encontró mirándola, su mirada apreciativa sobre su parte
trasera. Se enderezó, pisando fuerte hasta la puerta y la cerró de golpe
en su cara.

“Cuando alguien traiga mi ropa, puedes abrirla de nuevo. ¿Por


qué no haces algo útil en lugar de revisar mi culo?” Gritó.

“Pero, princesa, es mi trabajo revisar tu culo.”

Pateó la puerta con su pie desnudo y luego maldijo cuando el


dolor se disparó a su pierna. Podía oír su robusta risa profunda a través
de la barrera cerrada. Maldito hombre. Cinco segundos en su compañía
y ya quería que se fuera. Por lo menos el hecho de que estaba siendo
agresivo la ayudaba a sentirse menos culpable.
Se quitó la bata, se metió en la ducha, y comenzó su rutina de la
mañana. O, más bien, su rutina de la tarde. Raramente lo hacía tan
temprano. Era solamente las nueve. Bostezó y se estiró cuando el agua
caliente se precipitó sobre su cuerpo.

<¿Cómo se atreve mi padre a hacerme esto?>

A pesar de las muchas amenazas de muerte, su padre nunca se


había molestado en asignarle un guardaespaldas. Y nunca nadie actuó
sobre las amenazas en su contra, a pesar de que estaba fuera a menudo
entre nobles y campesinos por igual. Sin embargo, muchas personas
trataron de asesinar a su padre. Estaba tratando de atraparla, como lo
había hecho con su madre. El pánico arañaba sus entrañas.

<¿Me estaré convirtiendo en mi madre?>

Antes de que se suicidara, ella permanecía constantemente en la


cama; bebía y tomaba píldoras prescritas por el médico de la familia.
Jamila descartó aquella idea. Ella permanecía hasta tarde porque se
merecía dormir, aunque apenas pudo dormir algo más.

20
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Y su madre bebía a escondidas; ya no salía de fiesta con sus


amigos. Al final de su vida apenas había tenido amigos que se
quedaran. Había dejado de salir con ellos.

Toda la puerta tembló bajo la fuerza de los golpes del otro lado
y saltó del susto.

“¿Qué te está tomando tanto tiempo, princesa?

Jamila rodó los ojos. Ni siquiera habían pasado veinte minutos.


Se había absorbido en sus pensamientos, pero no había pasado tanto
tiempo.
“Voy a salir cuando tenga que salir. No he terminado aún.”

“Sólo estoy diciendo que, para alguien que probablemente se


bañó ayer, está tomando un tiempo horrible. No es posible que estés
tan sucia.”

Jamila miró a la puerta, pero apagó el agua y salió de la cabina


de ducha. Tenía un punto. Una ducha normal por lo general tomaba
diez minutos. El spray químico conseguía limpiarla al instante, y en los
hogares más ricos como éste, un agente acondicionador apropiado para
el cabello y el cuerpo aún seguía. El agua corría azul hasta que
estuviera limpia.

Había estado de pie en el agua clara y fresca durante unos diez


minutos. El deshumidificador se inició junto con la secadora,
evaporando el agua mientras se secaba el cabello y el cuerpo.

Abrió la puerta y asomó la cabeza.

“Ahora… ¿puede uno de los criados darme alguna ropa?”

Él sonrió y la sacó de detrás de su espalda. Jamila se la arrebató


de las manos y cerró la puerta para vestirse.

21
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Cuando salió del cuarto de baño la mayor parte de los


contenidos de su habitación habían desaparecido. Lo único que
quedaba era el mobiliario, que era el mismo en todas las habitaciones,
así que no lo necesitaba.

Se puso las manos en las caderas.

“¿Ahora qué?”

“¿Tienes algún plan para el día?”

“No hasta esta tarde. Entonces, ¿qué se supone que voy a hacer
hasta entonces?”
Galen se encogió de hombros.

“Es tu casa. Seguro que hay algo que puedes hacer.”

Dudoso. Podía ir de compras, eso era todo. Todos los sirvientes


de la casa estaban ocupados, así que no habría ninguna simulación de
bombardero sobre el planeta alienígena. Si miraba las noticias,
probablemente estaría inundada por informes de su padre, y ella
misma. En el invierno no había mucho que hacer. Estaba en un día
aburrido.

****

Jamila pasó el día leyendo con su guardián siempre presente


examinándola. Siempre sentado allí, como una nube negra. Pero ahora
eran las cinco de la tarde. Era un campo de juego totalmente diferente.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Tan pronto como la puesta de sol se cernía sobre Larus, la vida


nocturna comenzaba en el Distrito de la Ciudad Forbidden3. Su padre le
había advertido que permaneciera lejos de allí, pero no estaba dispuesta
a escuchar. Tenía que ejecutar una misión especial antes de que
comenzara una noche de fiesta. Eso si podía deshacerse de su ‘sombra’.
Estaba segura de que nunca podría aprobar una excursión,
especialmente una que no sólo era al Distrito Forbidden, sino también a
Haven4, así que él no podía saber eso.

Galen estaba actualmente recostado en su cama en la habitación


contigua a la suya. La puerta estaba abierta para que pudiera mantener
un ojo en ella desde su posición reclinada en la cama. Se puso de pie y
caminó hacia la puerta. Tenía los ojos cerrados, y parecía
completamente relajado. ¿Estaba durmiendo aquel idiota? Parecía
demasiado bueno para ser verdad. En silencio comenzó a cerrar la
puerta cuando él habló.

“¿Qué estás haciendo, Jamila?”

“Así que no estás dormido. Eres un guardaespaldas, mintiendo


alrededor con los ojos cerrados.”

“Probablemente soy más consciente de todo dormido, de lo que


tu serías en tu mejor día despierta. Y como no estaba durmiendo, no
veo por qué te importa. Créeme, si alguien hubiera venido aquí, lo
habría haberlo interceptado a tiempo antes de que pudieran llegar a ti.
Así que voy a preguntar: ¿qué estás haciendo?”

La molestia disparó a través de ella. Y eso que había asumido


que esto sería fácil.

“Necesito vestirme para la cena. No pienso darte un


espectáculo.”

Abrió un ojo y la miró, pareciendo como si la acusara. Después


de todo, había dado un espectáculo a todo el mundo.

23
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Voy a mantener mis ojos cerrados mientras te cambias.”

Jamila resopló.

“Como si confiaría en ti.”

Ambos ojos se abrieron.

“Princesa, no eres mi tipo. Y tengo un trabajo que hacer. No


tienes que preocuparte por mí espiándote. Mi preocupación es que estas
paredes son casi completamente insonorizadas. Incluso para mí, y
tengo un oído excelente.”

No lo dudó. Los Cyborgs eran excelentes en todo. Arrastró su


mirada por su cuerpo. No lo había hecho hasta ahora, pero mirándolo
al detalle, estaba sin duda muy bien en todas partes. Sacudió su cabeza.

“Pero ¿todavía puedes oír?”

“Sí, pero...”

Le interrumpió cerrando la puerta. Sonrió. Misión cumplida.


Hizo un trabajo rápido al hackear el mecanismo de bloqueo, como
había hecho en el pasado. No lograría mantenerlo fuera, eso era seguro,
él tenía la fuerza suficiente para abrir un agujero en la pared, pero
podría comprarle unos segundos extras.

Realmente hacía unos minutos se había cambiado en el baño, y


había abierto su ventana al frío viento glacial preparándose para este
momento. No emitió ningún sonido cuando se quitó la bata y se deslizó
por la ventana en la hierba falsa. Una cosa buena acerca de esto y su
mudanza a esta habitación era que estaba en el primer piso. No tenía
que hacer ninguna escalada para escapar.

El pomo de la puerta se sacudió justo cuando se sentó a


horcajadas sobre la repisa de la ventana.

24
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

El Cyborg golpeó la puerta con su enorme puño mientras ella se


escabullía fuera del hangar de lanzaderas. Su movimiento también la
había puesto más cerca de él que antes. Deseó que hubiera pensado
cambiar de habitaciones antes. Podía seleccionar de todo en el Temple.
Sobre todo cuando su padre se había ido. Se había mudado de
habitaciones cinco veces en dos años, y nunca había considerado
aquella. Había sido una idiota.

Corrió hacia la lanzadera del hangar y golpeó el inicio remoto


en el puente que usualmente utilizaba. Ronroneó a la vida y comenzó
la secuencia de activación. Se necesitaban dos minutos para que el
piloto automático hiciera comprobaciones de seguridad y calentara el
motor. Ojalá el ‘Señor-Guardaespaldas-Caliente’ no pudiera salir de su
habitación antes de que despegara.
Entró en el servicio de transporte. Pero, por si acaso...

“Ordenador, cierra todas las puertas y activa el bloqueo


completo.”

“AFIRMATIVO.5” Dijo la inexpresiva voz femenina digital.

“¿Cuánto tiempo hasta que sea capaz de volar?”


“UN MINUTO, TREINTA Y SEIS SEGUNDOS.”

Jamila asintió. Bueno, no podía romper los controles de la


puerta en esa cantidad de tiempo.

“Piloto automático Ajuste para el Distrito Haven. Área cinco.”


“AFIRMATIVO.”

Ahora todo lo que tenía que hacer era sentarse y relajarse, y


esperar los treinta y ocho minutos que tardaba en llegar a la ciudad.

25
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“PASAJERO, GALEN MARDUK ESTÁ PIDIENDO ENTRADA. ¿DEBERÍA


CONCEDERSE?”

Hubo un golpe en el exterior de la nave y se sacudió


ligeramente.
“DAÑO DE CASCO MENOR.”

“¿Qué? ¡Santo infierno! ¿Qué está haciendo ese loco?”

Eso no era posible. No podía haber abollado la nave con los


puños.
“ESTA
NAVE HA SIDO PATEADA CON UNA BOTA FORZADA. MIS
LECTURAS MUESTRAN QUE EL CULPABLE PUEDE NO SER HUMANO.
POSIBLEMENTE HOSTIL.”

Toda la razón, era hostil. Galen dañó su puente.


“ACCESO CONCEDIDO.”

“¿Qué? Ordenador, yo no pedí nada.”

Las puertas en la parte trasera de la nave comenzaron a bajar.


Debía de haber conseguido abrirlas. ¿Cómo era posible?
“Ordenador, anula y cierra las puertas.”
“ACCESO DENEGADO.”

Mierda. ¿Ahora qué? Tenía que ir. Aquellas personas contaban


con ella. Tenía que llegar al Distrito Haven. Tal vez el Cyborg no sería
capaz de trabajar su camino en los sistemas de pilotaje tan
rápidamente. Tendría que llevarlo a lo largo del paseo.

“Ordenador, ¿el piloto automático todavía se establece en el


Distrito Haven?”

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“AFIRMATIVO.”

“Bien. Apaga todos los accesos a la matriz de pilotaje hasta que


yo diga lo contrario.”
“COMPLETADO.”

Galen entró pisando fuerte en la nave y las puertas se cerraron


automáticamente detrás de él.

“Ordenador, consigue que se abra.”


“NO SE PUEDE CUMPLIR, ESTA LANZADERA ESTÁ DEJANDO EL
HANGAR. LAS PUERTAS DEBEN PERMANECER CERRADAS. SE RECOMIENDA QUE
TODOS LOS OCUPANTES SE SIENTEN Y SE SUJETEN.”

Jamila le sonrió.
“Yo haría lo que dice la señora. El despegue en estas antiguas
lanzaderas puede ser un poco tambaleante, pero creo que son más
confiables que los modelos más nuevos. Ese viejo dicho ‘ya no los
hacen como los de antes’ se aplica definitivamente.”

“Ordenador, anula la secuencia de lanzamiento.”


“NOSE PUEDE CUMPLIR. PILOTO AUTOMÁTICO ESTÁ CONFIGURADO.
LA MATRIZ DE PILOTAJE ESTÁ EN LÍNEA HASTA QUE JAMILA CHRISTIANNA
CLEARBORNE NO LO REINICIALICE.”

Galen miró a Jamila como si sintiera la tentación de acercarse y


estrangularla.

“¡Maldita sea! Desbloquea el sistema, princesa.”

“No. Hay algo que tengo que hacer, y tengo la intención de


hacerlo. No tengo un problema contigo viniendo para el paseo. Así que
siéntate porque...”

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“DESPEGANDO.”

La fuerza del lanzamiento envió a Galen a la parte posterior de


la nave. Golpeó la puerta con un ruido fuerte y ella se estremeció. Si su
bota podía dañar el casco, ¿qué podría hacer todo su cuerpo golpeando
las puertas? Por suerte, no volaron con los paneles abiertos. Él gimió y
frotó la parte de atrás de su cabeza, ella sonrió.

“¿No te gustó cerrar las puertas automáticamente para el


lanzamiento? Has golpeado el piso del hangar terriblemente duro.
Incluso tu grueso cráneo ha sido dañado.”

Se puso de pie, apretó y soltó los puños un par de veces antes de


que fuera pisando fuerte hacia ella. Se dio cuenta de que tenía un
hombre cabreado en sus manos un segundo demasiado tarde. Él la
liberó de su arnés, la agarró por los brazos, y la arrastró fuera del
asiento.

“Bueno, al menos esto nos da la oportunidad de charlar. A


partir de ahora, vas a hacer lo que yo digo. No quiero morir haciendo
este trabajo. Sé que eres una perra, y es probable que no te importe lo
que me pase, pero me gustaría seguir respirando.”

“Salgo todos los...”

“No me interrumpas.” gritó sobre ella. ”No me importa lo que


normalmente haces. Soy responsable de ti ahora, y tu padre dijo que te
mantenga alejada de los problemas.”

“Tengo veinticuatro años. No necesito que mi padre me esté


diciendo qué hacer. Soy una mujer adulta.”

“Entonces consigue un maldito trabajo y vete para que él no


pueda dominarte más. Hasta entonces, eres mi problema.”

28
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

La dejó caer en la silla y se pasó una mano por el pelo. Sus


palabras picaron, a pesar de que no debería. No lo conocía en absoluto.
No debería importarle si pensaba que era su obligación y una pequeña
perra mimada. Siempre fue un problema de alguien. Su padre acababa
de decidir pasar su dilema a otra persona.

Jamila hizo frente a la consola de mando y comprobó las


lecturas por cualquier cosa extraña. Después de todo, Galen había
pateado la lanzadera y se estrelló contra las puertas.

“Gíranos, Jamila.”
Jamila hizo rodar sus ojos, pero rechazó mirarlo.

“No.”

** **

De alguna forma Galen dijo algo que le molestó. Él no estaba


seguro de qué parte. Probablemente la parte de llamarla ‘perra’. Estaba
seguro que nunca nadie había osado antes llamarla ‘perra’. Suspiró con
frustración. Mantener un pequeño pedazo de mujer fuera de problemas
no debería ser tan difícil.

¿No se daba cuenta del peligro en que estaba?

Aparentemente no, ya que el ordenador silenciosamente le dijo


que se dirigían hacia el Distrito Haven y probablemente al Distrito
Forbidden al lado de él, donde su padre era increíblemente aborrecido.
Había habido disturbios en las calles sobre su posible reelección.

29
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Por si fuera poco, esa siempre era una zona peligrosa para
cualquier persona. Era violento cada día, y no sólo a causa de los
disturbios recientes. Había pandillas, ladrones, violadores y asesinos. Y
luego una clase normal de personas que tenían mala suerte, y tenían
que robar para mantener la comida en la boca de sus familias.

Él sabía lo peligroso que podría ser. Había crecido en un lugar


exactamente igual. Todo el mundo estaba haciendo algo nefasto. Existe
una fina línea entre el bien y el mal cuando tus hijos pasan hambre, y
no puedes obtener atención médica para ellos. La vida era difícil. Y
¿Qué pasa cuando se pone a la hija del mayor enemigo del pueblo al
alcance de su mano? Eventualmente la suerte de Jamila se acabaría.

Pero ¿por qué iba a ir al Distrito Haven? Incluso ¿se le permitía


la entrada? Algunas personas iban, pero eso era por lo general los
trabajadores que tenían que atravesar para llegar a sus puestos de
trabajo.

Por desgracia, no tenía más remedio que estar de acuerdo. El


ordenador no estaba reconociendo sus órdenes. Silenciosamente, había
estado tratando de tomar el sistema de nuevo con sus implantes y no
estaba funcionando. Bueno, podría mantenerla con vida para una
salida nocturna. Su padre estaba loco si pensaba que podría mantenerla
en el interior todo el tiempo. Sin embargo, Galen tendría que tratar de
mantenerla en los distritos que a ella se le permitía. Compras y clubes
de lujo, no bares del rango que su expediente dijo que frecuentaba en
Forbidden.

¿Por qué le gustaba ir allí, de todos modos? Las barras


probablemente estaban llenas de agujeros en la pared y estaba más
sucio que una alcantarilla. Además, allí sólo se podía obtener drogas de
las personas pobres. Seguramente esperaba conseguir las cosas con
receta. Aquello había sido la caída de su madre. Pero entonces, tal vez
quería hacer cualquier cosa para volver loco a su padre.

30
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Ella todavía no le echaba ni un vistazo. Suspiró otra vez y se


sentó. No se había atado con el cinturón de seguridad. Había sido
cogido fuera de guardia cuando habían despegado; había estado
demasiado concentrado en ella. Esta pobre pequeña nave no le habría
golpeado sobre su culo si hubiera prestado atención.

Giró los hombros. El silencio era incómodo. No había querido


molestarla. Debería haber elegido sus palabras con más cuidado. Había
mostrado todos los síntomas de una depresión. Se tumbó en la cama
hasta altas horas del día, pero no durmió, en lugar de eso se quedó
mirando al techo. Así era como la había encontrado esta mañana,
probablemente la forma en que había estado cuando su padre la había
llamado para inspeccionar a los esclavos. Y a pesar de que había estado
leyendo la mayor parte de la tarde, había captado su mirada fija en el
espacio un par de veces.

Su archivo decía que había encontrado a su madre después de


que se suicidara. Eso debió haberla afectado. Antes de eso
supuestamente había sido el modelo de la hija perfecta, en su camino a
un trabajo del Gobierno de alta potencia. Había tenido una selección de
colegios a los que hubiera podido ir. Pero se dio cuenta de que nunca
sonreía. En esas fotos antes del suicidio de su madre, era tan estoica
como su padre. Después, al menos había fingido sonreír. Incluso si
nunca llegó a sus ojos. De hecho, no podía recordar una sola imagen en
su archivo en el que su sonrisa iluminara su rostro. Todo era fingido.

Sintió lástima por ella. A pesar de tener una vida de mierda, por
lo menos había tenido un poco de felicidad, antes de que el Gobierno se
lo arrebatara. Desde entonces, todo lo que había visto era la sangre y la
muerte y un sistema corrupto que ahora lo quería, a él y a todo el
mundo como él, los Cyborgs que no podían controlar, muertos.

Respiró hondo.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

<Eso es correcto. Recuerda por qué estás aquí. No te deje atrapar por
los problemas de esta chica. Tienes los tuyos propios. Estas tratando de
salvar vidas. Ignórala.>

Pero no pudo. No completamente.

“¿Qué dije que te haya molestado? Esperaba que llegaras a


molestarte conmigo, pero… ¿enfurruñarse?”

Jamila levantó la cabeza y lo miró a los ojos. Hubo un destello


de fuego en sus ojos y no pudo reprimir una oleada de triunfo. No
podía soportar a la gente que se sentaba sobre su trasero. Quería que
luchara, aunque eso hiciera que su trabajo fuese mucho más difícil.

A pesar de que los Cyborgs fueron diseñados para someter a las


personas, parecían preferir cuando la gente discutía y se defendía. Parte
de ellos siempre buscaba un desafío, especialmente cuando se trataba
de una potencial pareja. Sólo las personas con fuego eran algo
divertido. Probablemente era más básico que eso. Sólo las mujeres
difíciles crearían hijos fuertes. Contuvo un gruñido. Maldita sea, él no
estaba buscando una compañera. No estaba dispuesto a arriesgar su
polla para poseerla. Jamila era necesaria para lograr sus objetivos. Eso
era todo.

“Soy siempre una obligación para mi padre, pero no me importa


un bledo lo que piensen de mí, Galen. Soy tu trabajo. Es tu trabajo
protegerme. Soy la única que tiene que preocuparse por un lado de la
muerte si fracasas. Resulta que tengo una vida, y tengo la intención de
seguir viviendo, no importa lo que digas o pienses. Yo no soy tu
problema. Incluso podrías ganar tu libertad si dejas de quejarte y me
mantienes viva. Ahora, cállate. Me gustaría pasar el resto de este viaje
en paz.” le escupió.

Él arqueó una ceja mientras se abrochaba el arnés, se recostó en


la silla y cerró los ojos. No había sido el comentario de una ‘perra’. Su
arrebato trajo media docena de preguntas a su mente.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“¿Tu padre realmente te llama una ‘carga’?”

Jamila frunció el ceño, pero no abrió sus ojos.

“Sí. Muchas veces. Ambas, mi madre y yo. Nosotras no éramos


bastante apropiadas. No importa lo que hizo mi madre, nunca podía
complacerlo. Tenía la piel más oscura, y hablaba con un acento que no
podía sacarse. Ella nació en la Tierra, ¿sabes? En un lugar que solían
llamar Turquía. La guerra destruyó todos los Gobiernos sobre la Tierra,
pero todavía señalaba su país sobre un viejo mapa. Ella siempre decía
que le gustaría mostrarme la arquitectura antigua. Algunas ruinas
todavía estaban de pie, en aquellos tiempos. O al menos estaban de pie
la última vez que ella estuvo allí. Pero yo nunca lo veré. Ahora la
Tierra es demasiado peligrosa. Y debido a las quejas constantes de mi
padre, nunca la veré otra vez.”
Galen la examinó. Ella todavía no había abierto los ojos. De
hecho, estaban firmemente apretados.

“Tú le echas la culpa por el suicidio de tu madre.”


Era una afirmación, no una pregunta. Podía deducirlo por su
tono amargo.

“Por supuesto que lo culpo. Si no hubiera sido una ‘carga’ para


él, con su acento y sus diferentes formas, ella podría haber querido
seguir viviendo. Si la hubiera apoyado mientras los medios la juzgaban,
se podría haber sentido querida. Al parecer, el amor de una hija no es
suficiente. Necesitaba a su marido, y él le falló.”

Y le había fallado a Jamila. Así fue como Galen lo vio, de todos


modos. Ella había sido débil y dejó a su hija con un hombre que nunca
pensaría que era lo suficientemente buena.
“Y ¿qué opina tu padre de ti?”

33
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Mis calificaciones no eran lo suficientemente buenas. Era la


estudiante que estaba en lo más alto del ranking en mi colegio, en todos
los campos de estudio. Pero como no estaba en lo más alto del planeta,
dijo que todavía podía hacerlo mejor. No fui aceptada en la escuela que
él quería que fuera. Odiaba que hiciera arte, baile y dibujo. Mi madre
me dijo que era la mejor pintora que había visto, después de su propio
padre, y que un día iba a superarlo incluso a él. Y, por supuesto, esta
mi aspecto. Soy demasiado alta, demasiado curvilínea y soy la imagen
de mi madre con la excepción de sus ojos azules de hielo. ¿Y ahora?
Nunca voy a hacer nada bien nunca más. Oh, podría cambiar mi
comportamiento, pero jamás me volvería a corregir en sus ojos.”

Jamila era hermosa para él. Cómo alguien podría encontrar


atroz su exótica apariencia, fue más allá de él.

“¿Dijiste que hacías arte? ¿Tiempo pasado?”

“Sí. Después de que encontré a mi madre, ya no había ninguna


belleza en el mundo. No me he molestado desde entonces. Ni siquiera
he sentido el impulso. Cuando voy a un club, solo voy para beber y
tener relaciones sexuales. He bailado un par de veces, pero nada como
lo que yo haría artísticamente.”

Hubo una punzada en su pecho. Sintió lástima por esta hermosa


criatura mimada. Una jaula dorada. Eso era en lo que vivía. No podía
ser lo que su padre quería que fuera. No podía seguir siendo quien su
madre había querido que fuera. Así que hizo lo que pudo para molestar
al último de los padres que tenía. Era una mujer de veinticuatro años,
pasando por una rebelión de alguien de dieciséis años. Debería haberlo
puesto enfermo, pero tenía sus razones.

“Ah, y ¿Galen? ¿Ese comentario anterior acerca de conseguir un


trabajo y alejarse? No me lo permiten. A los votantes no les gustaría
que la hija de su Senador trabajase. Sólo los ricos y criados en buenas
familias votan. Mi trabajo significaría que él no tiene dinero suficiente

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

para mantenerme en el lujo. Además, se supone que debo casarme, y


producir hijos. Una madre no puede trabajar. Hemos superado la edad
de los viajes espaciales, pero yo he ido de vuelta a la maldita Edad
Media.”

Ella tenía razón, por supuesto. Las mujeres bien criadas, bien
educadas, no tenían carreras porque todo el mundo asumiría que sus
esposos no podían mantenerlas. La sociedad no veía la realización
personal en una mujer que tiene una carrera. Jamila nunca conseguiría
salir de debajo del pulgar de su padre a menos que se casara, y entonces
estaría oprimida por un marido. Algunos lirios blancos serían más
delicados que ella. Un hombre que no escupiera para pulir sus zapatos.
Quizás Galen estaba haciéndole un favor. Casi se echó a reír. Jamila
ciertamente no lo vería de esa manera cuando todo estuviera dicho y
hecho.

Finalmente, Jamila abrió los ojos y miró hacia él. Sus ojos
estaban brillantes, pero ninguna lágrima se había escapado para
derramarse por sus mejillas.

“¿Por qué estoy diciéndote todo esto?”


Se encogió de hombros.

“Tal vez porque yo soy la primera persona en preguntártelo.”

Se mordió el labio y asintió.

“Sí, nadie ha querido saber nada de mí. A la mayoría de mis


amigos les gusto por mi dinero, y disfrutan de molestar a sus padres por
lo menos tanto como yo disfruto molestar a mi padre.”

Él sonrió.

“O quizás me viste tan enfadado, que estabas dispuesta a hablar


de cualquier cosa para mantenerme tranquilo.”

35
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Fue una estupidez. Si enfadado ella tenía algún efecto, ello lo


llevaría a bajar su guardia. Tenía un montón de información sobre ella.
Información que probablemente utilizase para hacerle daño. Esperaba
que nunca tuviera que hacerlo. Jamila bateó sus pestañas hacia él.

“Bueno, Galen, hemos hablado mucho sobre mí. ¿Qué pasa


contigo? ¿Qué profundo, tortuoso pasado oscuro se esconde detrás de
esos luceros azules? ¿Cuáles son tus secretos?”

Galen negó con la cabeza. Si supiera todas las cosas que


guardaba, lo habría ejecutado, junto con el resto de su pueblo. Pero
¿podría revelar una pequeña parte de su pasado sin dar lo suficiente
como para conseguir que lo mataran? Quizás.

No lo había compartido con muchas personas. No era algo de lo


que le gustaba hablar. Consideró sus opciones. Su mirada parecía
suplicarle compartir algo. Jamila era vulnerable en este momento.
Necesitaba conectar. Tal vez si le diera algo pequeño, se sentiría más
cerca de él. Podría hacer su trabajo más fácil. Ambos, tanto su
esclavitud como su misión actual.

Se encogió de hombros, tratando de ser indiferente. En realidad,


esas heridas que Galen estaba a punto de revelarle estaban muy lejos de
estar curadas. Y cada momento que pasaba en esta misión las hacía
mucho más crudas.

“No hay mucho que contar. Estaba en el servicio militar.


Cuando volví, mi esposa alegó que había cambiado, y no para mejor.
Ella me dejó. Se llevó a nuestra hija con ella. Abandoné mi puesto para
buscarlos y, posteriormente, fui tomado prisionero por el comerciante
de esclavos cuando fui sorprendido robando comida en un Distrito muy
similar a Forbidden. Sabía que yo le haría ganar un buen dinero. Claro
que solo podía vender Cyborgs de los que el Gobierno estuviera
dispuesto a desprenderse. Violó la ley vendiéndome.”

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Aproximadamente el ochenta por ciento de eso era una mentira.


Jamila nunca lo notaría. Los Cyborgs eran el pequeño sucio secreto del
Gobierno. La gente sabía que fueron creados, pero no para qué fines y
que fue contra su voluntad.

Había sido entrenado para mentir con casi ningún signo, sólo
otro de su misma especie habría sido capaz de darse cuenta de que eran
puras tonterías.

No había estado en el ejército. Había sido entrenado por su


Gobierno y era mejor que el soldado promedio. Nunca había buscado a
su esposa hasta mucho más adelante en la vida. Había sido secuestrado
por personas como él y desprogramado.

Él era un ladrón para estar seguro. Desde su des-programación,


había robado comida, suministros médicos, combustible, secretos
oscuros del Gobierno que no quieren que nadie sepa acerca de... pero
eso no lo había llevado ahí. Él mismo se había colocado
deliberadamente con ese esclavista.

La única parte que no había torcido era que su esposa e hija lo


dejaron, y la razón por qué lo hizo. Ni siquiera había sabido que estaba
embarazada cuando él había sido reclutado. Ella no había logrado tener
el coraje de decírselo todavía. Tener un bebé no era una buena cosa. No
podían haber conseguido la atención médica para ninguno de ellos, y
era otra boca que alimentar.

Pero no importaba. Nunca conocería a su hija y nunca tuvo que


tener cuidado de ella. No había estado preocupado de su esposa, una
vez que le habían jodido su mente. Había sido cambiado, y cuando fue
devuelto, había sido asquerosamente leal con el Gobierno.

También había sido… agresivo, dominante, peligroso... podía


ver cada pequeña mentira que ella dijo, y había sostenido algunos
secretos bastante indiscutibles de ella misma.

37
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Se sacudió a sí mismo. No quería detenerse en el recuerdo de su


esposa dejándolo. En aquel momento, no le había importado.

Nada más que servir a la Federación de Planetas había


importado. Ahora, pensando acerca de ello le dolía. Tan pronto como
había sido capaz de recordar quién era, había notado el dolor físico de
su pérdida.

No importa lo mucho que lo había intentado, nunca pudo


encontrar a Amanda, o el bebé Charlise, que ahora estaría lejos de ser
una niña. A los veintisiete años, se vería más como su hermana que
como su hija.

Galen no había envejecido desde que el Gobierno había


acelerado su crecimiento. Ninguno de ellos. No sabían si era una
especie de inmortalidad debido a las alteraciones genéticas, o si un día
el tiempo se agotaría, y sólo se mantenían en forma de lucha.

“Parece que podrías añadir mucho más que eso.”


Jamila le miró.

“Estoy seguro de que tú podrías añadir mucho más a la historia


del suicidio de tu madre, pero no puedes. No puedes soportarlo. Y
realmente no quiero contar la historia de cómo mi vida de mierda se las
arregló para irse por el inodoro.”

Se mordió el labio.

“Siento lo de tu esposa y tu hija. Sólo he perdido una madre. No


me puedo imaginar perder a un hijo, o la persona que amabas.”

Galen la miró por un segundo. No podía creer lo que estaba


oyendo. En realidad le estaba mostrando compasión. Era sincera. Se
llenó los ojos con una luz triste, y el leve brillo de las lágrimas.

38
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Lágrimas por él, un hombre al que parecía despreciar, y una


mujer y una niña que nunca había conocido.

Jamila puso su mano sobre la suya y la apretó. Galen sonrió


cortésmente, porque no sabía qué hacer.

“Gracias.”

39
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Capitulo Tres
.
“ACERCÁNDOSE A DESTINO.”

Jamila se enderezó y se preparó para el aterrizaje.

“Átate con la correa, Galen. No me gustaría que te golpees esa


cabeza dura otra vez.”
La pequeña nave cayó bruscamente, ya que fue objeto de un
aterrizaje nada lento y controlado para esta vieja bestia. Quizá por eso
le gustaba. Era un poco salvaje y peligroso. Algo que admiraba en todas
las cosas. Galen se ató y agarró el apoyabrazos hasta que sus nudillos se
pusieron blancos.

“¿Qué pasa, Galen? Pareces nervioso.”


Él la miró.

“No soy el mayor fan de volar en el planeta, y nunca he sentido


una nave lanzarse hacia la tierra como esta. ¿Segura de que algo no está
mal?”

Jamila le sonrió.

“Si es así, te culpo. Golpeaste mi puente, después de todo.”

“A partir de ahora llevemos un nuevo modelo a donde quiera


que vaya, y quiero pilotar. Odio el maldito piloto automático.”

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“El piloto automático es más confiable que un ser humano, con


un tiempo de reacción más rápido.”

Él resopló y murmuró en voz baja,

“No es más rápido que mi tiempo de reacción.”

Volvió su atención a las consolas frente a ella para ocultar su


sorpresa. ¿Era él realmente más rápido que los tiempos de respuesta del
ordenador? Ellos dijeron que los Cyborgs tenían ordenadores para
mejorar sus cerebros. Tal vez podía ser tan bueno. Sacudió la cabeza.
No, no es posible. Él sería bueno, pero nadie era tan bueno.
La nave se sacudió cuando los cohetes propulsores vinieron a
reducir la marcha de su descenso. Las curvas de los músculos de los
brazos de Galen se destacaban en relieve marcado, tan tensos que
podría romperse por la mitad cuando finalmente aterrizaron. Podría
haberse reído si su boca no estuviera plegada en un ceño fruncido
severo. La pequeña nave tocó el suelo, lanzándolos contra sus
cinturones.

“¿Ahora nos vas a dar la vuelta y llevarnos de vuelta a casa?”

Lo miró para encontrarlo mirándola y se rio.


“Me parece que te gustaría salir de esta maldita cosa por un
tiempo, y ganar un poco de valor para el viaje de vuelta.”

Su ceño fruncido la hizo reír.

“Eso sería una buena idea, si no estuviera preocupado por tu


seguridad. No quiero que te maten.”

Su buen humor la abandonó.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“No tengo cinco. He estado viniendo aquí durante seis meses y


el Distrito Forbidden durante más tiempo. Nada malo nunca ha
sucedido.”

Bueno, eso no era del todo cierto. Había tenido algunos sustos
en los últimos años, pero sus amigos siempre habían estado ahí para
respaldarla. Claro que eso no iba a decírselo.

“Ah. Te he pillado en una mentira. Hay algo que no me estás


diciendo, Jamila.”

Jamila rodó los ojos. Por supuesto que podía decir que estaba
mintiendo.
“No es nada. No preocupes tu linda cabecita al respecto. Si estás
tan preocupado por nuestra seguridad, te puedes quedar aquí. Estarás
agradable y seguro en este servicio de transporte.”

“Sabes que tengo ningún cuidado por mi propia seguridad. Me


pueden sanar, y de hecho lo hicieron, muchas heridas graves.”

“Y con ayuda médica, yo también puedo. Y ya que tenemos la


mejor atención médica en el planeta, no estoy preocupada.”

Él gruñó mientras se quitaba el arnés. Jamila se encogió de


hombros y se levantó, antes de que pudiera hacer algo para prevenirla.

“Como te dije, Galen, tengo cosas que hacer. Y luego tengo la


intención de ver a mis amigos, contigo como un grande sombra con el
ceño fruncido a mi espalda.”

Sinceramente, había renunciado a la idea de ver a sus amigos.


Quería asegurarse de que las personas que contaban con ella obtuvieran
lo que necesitaban, pero estar oyendo su queja sobre cada pequeña cosa
la hacía querer meterse un poco con su cabeza.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Se dirigió a la parte trasera de la lanzadera y sacó las maletas


desde el compartimiento de arriba. También había tenido sus paquetes
ocultos antes de que Galen fuera comprado.

“Mientras estés de pie aquí gruñéndome, ¿por qué no haces algo


útil y agarras un par de bolsas. Ten cuidado con ellas, algunas de esas
cosas son frágiles.”

Levantó la bolsa más pesada como si no pesara nada. Había


tenido que traerlo hasta aquí con una unidad antigravedad, y había
necesitado dos pilotos para guardarla en los compartimentos
superiores. Cerró la boca abierta y empezó a recoger las otras bolsas.

“¿Qué hay en esto? Su peso es de cuarenta y seis kilos y medio.”

<¿Puede decir exactamente cuánto pesa? Debe tener algunos sensores


extraños atados en su cerebro.>

“Vas a ver lo que es en unos treinta minutos. Tenemos un largo


camino por delante. Si la bolsa es demasiado, puedo conseguir un
transporte antigravedad.”

Sacudió la cabeza.
“Está bien, una unidad antigravedad nos reduciría la velocidad.
Mientras mantenga un brazo libre, voy a estar bien.”

Él estaba en lo correcto; podría aminorar su velocidad. ¿Estaría


llevando un arma? ¿Fue por eso por lo que necesitaba un brazo libre?
Esperaba que no. Las personas tienden a volverse locos en Haven
cuando veían armas.
Parecía que a algunos les preocupaba que el Gobierno enviase
agentes encubiertos para acabar con la población. El hecho de que
algún día podría abrir fuego y matar a todos.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Había rumores de que se había hecho antes. Jamila siempre


rodó los ojos ante esas historias. El Gobierno tenía sus defectos, pero
no estaba matando gente inocente.

“Ordenador, abre las puertas.”

Se cumplió sin vacilación. Jamila agarró las tres restantes bolsas


más ligeras y bajó por la rampa, Galen la siguió después, casi
demasiado cerca para su comodidad.

<¿No sabes el significado del término ‘espacio personal’?>

Caminó hacia el centro de la ciudad. Haven estaba repleto de


gente, a pesar del tiempo amargamente frío. Jamila se mantuvo
recibiendo miradas extrañas y asustadas al pasar. Muchos sonrieron y
la miraron a los ojos, pero cuando vieron a Galen, sus ojos se movieron
a un lado. Apenas atrajo ninguna atención en estos días. Jamila estaba
ahí una vez a la semana llevando sus paquetes de ayuda. De vez en
cuando las personas ayudaban a llevar sus cosas.

Jamila miró a Galen. Fulminaba a cada persona que se atreviera


a mirarla. Se detuvo y él se detuvo detrás de ella.

“Estas asustando como la mierda a estas personas. Podrías


sonreír y asentir con la cabeza, en lugar de mirarlos ferozmente, y si no
puedes manejar esto podrías contemplar el suelo.”

“Los quiero asustados. Quiero que se lo piensen dos veces antes


de acercarse a ti. Y no puedo mirar hacia abajo, te estoy vigilando.”

“No me importa si estas personas se acercan a mí. Muchos de


ellos lo hacen si necesitan ayuda con algo. Trate de no mirar con ese
ceño.”
Él le dio una mirada en blanco, enfrentado sus ojos, perdiendo
toda la intensidad.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“¿Vas a hacer eso?”

Jamila rodó los ojos.

“La próxima vez te voy a dejar atado en casa.”

Él murmuró en voz baja,

“Tal vez la próxima vez te voy a atar a la cama donde yo puedo


tener un poco de diversión y no estés en riesgo de perder la vida.”
Jamila lo miró boquiabierta.

“¿Qué dijiste?”

Galen sonrió socarronamente.


“Me has oído. No voy a repetirlo. Voy a estar incluso en más
problemas de los que ya tengo, a juzgar por la esquina en la comisura
de tu boca y la mirada asesina de tus ojos.
Volteó y pisó fuerte lejos hacia su destino.

<¿Atar a la cama? ¿Cómo se atreve?>

<¡Oh, vamos!, estás ofendida porque el pensamiento te calentó.>


respondió su voz interior.

Jamila aminoró el paso. Sí, lo había hecho. No era una chica


que quería ser atada. Había estado horrorizada por lo que había hecho
cuando estaba abusando de las drogas y el alcohol después de que había
conseguido limpiarse. Cosas que no recordaba haber hecho. Nunca
pensó en ceder el control de nuevo, de ninguna manera. Y estar a
merced de un Cyborg no era un buen plan.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Jamila negó con la cabeza y apretó el paso de nuevo. No


necesitaba echar un vistazo por encima del hombro para saber que él se
mantenía con ella. No podía contar con él. Era peligroso.

Había sido alterado genéticamente y sus huesos y articulaciones


se reforzaron. ¿Se volvería loco como lo hicieron otras personas
genéticamente modificadas? No mucho tiempo después de que
hubieran nacido, habían perdido la cabeza, creyendo que eran
superiores a los humanos normales, y se dispusieron a tomar el
Gobierno. Habían matado a un montón de gente, y se las arreglaron
para asesinar al Ascendant antes de que lo hubieran capturado a él y sus
seguidores hasta la muerte.

Eso había llevado al Movimiento de Pureza Genética, y un


genocidio en masa de todos los que tuvieran incluso la alteración más
pequeña. Finalmente se detuvieron debido a la indignación pública.
Muchas de esas personas eran miembros inocentes y productivos de la
sociedad. Así que en lugar de eso, ellos habían comenzado su puesta en
el Distrito Haven, en el que se encontraban en este momento.

Se suponía que iban a ser protegidos y cuidados, pero no se les


permitió transmitir sus genes alterados. En su lugar vivieron en la
miseria, y se alimentaron con cosas que los perros no comerían. No se
les permitió salir de sus distritos o viajar fuera del mundo. No podían
tener puestos de trabajo. Las viviendas estaban abarrotadas, por lo que
algunos ni siquiera tenían techos sobre sus cabezas.

Miró a su alrededor.

Muchas de estas personas eran profundamente infelices. Las


bebidas y las drogas eran frecuentes, pero rara vez habían sido crueles
con ella, especialmente cuando habían comprendido que estaba
tratando de ayudarlos.

Dieron la vuelta en Meadow Lane6 cuando tres niños corrieron


en una oleada de risas. El último de ellos, Jackson, tropezó parando.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Srta. Clearborne!”

Corrió precipitadamente hacia ella y lanzó sus delgados brazos


alrededor de sus caderas.

“¡Ooof! Hey, Jackson. Te estás volviendo demasiado grande


para eso. Casi me voy hacia abajo.”

Jamila le alborotó el pelo rubio, fino como el de un bebé,


cuando dio un paso atrás.

“¿Dónde está Alice?”

“Está dentro peleando con Darion.” Bajó la voz. “Darion se ha


estado escabullendo fuera de la zona para robar de nuevo, y Alice está
preocupada de que la asesinen si es atrapada.”

El miedo apretó su estómago y se agachó junto a Jackson.

“¿Alguien más sabe de esto?”

Él asintió con la cabeza.

“Algunos de los otros niños los escucharon peleando.”


Jamila respiró hondo.

“Está bien, asegúrate de que no se lo digan a nadie. Nadie puede


saberlo. Ni siquiera la gente dentro del Distrito. ¿Lo entiendes? Es
importante.”

Se mordió el labio.

“Se lo diré, pero son niños. Puede ser que no recuerden. Y


muchos de ellos no son buenos mintiendo.”

Jamila sonrió.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Lo sé, sólo díselo. Ahora sal de aquí y vete a jugar.”

Su falsa sonrisa cayó mientras corría junto a ella, gritando a los


otros niños que esperaran por él. Jamila rodó sus hombros mientras se
levantaba, tratando de deshacerse de la tensión. Tenía que hablar con
Darion.

Caminando por la puerta principal abierta, Jamila no se molestó


en anunciarse a sí misma. Entró en la cocina y sonrió cuando vio a
Darion besuqueándose con Alice, sus manos bronceadas envueltas en
el cabello rubio de Alice.
Se aclaró la garganta.

“¿Pensé que estabais peleando?”

Alice se sonrojó mientras se alejaba.


“Lo estamos.”

Vio a Galen y frunció el ceño.

“¿Quién es ese?”
Jamila no le hizo caso y movió las cejas.

“¿Llegando a la parte del maquillaje?”

Alice miró a Darion, y cruzó los brazos sobre el pecho.

“No, no lo estamos.”

“Genial, porque estoy a punto de comenzar la discusión de


nuevo. Darion, no puedes salir de la zona. Estás arriesgando tu vida y
la de Alice si te pillan. Seguramente eso significa algo para ti, incluso si
no lo hace, corres un gran riesgo. ¿Quién va a cuidar de estos
huérfanos, si no estás alrededor?”

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Darion lanzó sus brazos al aire.

“¿Quién está cuidando de ellos ahora? No tenemos comida. No


podemos educarlos porque no tenemos libros. No podemos arreglar
esta ratonera, este pedazo de mierda de casa. Lo harían igual de bien en
las calles.”

Jamila negó con la cabeza.

“Eso no es cierto y lo sabes. Dime lo que necesitas. Dame una


lista. Lo conseguiré. He traído comida, suministros básicos, y
medicamentos para los Sobasus.”

Alice se apoyó en el mostrador.


“¡Oh, gracias a los dioses, Jamila! Tenemos dos niños que están
gravemente enfermos. Estábamos seguras de que iban a morir.”

El Sobasus era fatal si no era tratado. Era muy común en los


barrios pobres y el Distrito Haven, donde la gente no podía conseguir
medicinas. También era muy contagiosa. Antes de que los
medicamentos para ello hubieran sido inventados, había matado a
planetas enteros de personas. Esperaba que hubieran mantenido a los
dos niños en cuarentena una vez que lo hubieran descubierto. Si otras
personas en la zona, lo agarraban sería extendido como la pólvora. Era
una de las pocas enfermedades que las personas genéticamente
modificadas eran capaces de atrapar.

Jamila asintió.

“Tomé suficiente para tratar quince casos. Puedo conseguir más,


pero sólo aproximadamente la misma cantidad a la vez. También he
traído comida y unas cantimploras de condensador de agua, así como
un sistema de filtración, si te dan agua.”

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Galen pasó junto a ella y la libero de las otras bolsas. Los abrió y
se paseó las manos por el pelo antes de apoyarse en el mostrador. ¿Qué
estaba pensando? No podía ver su rostro, pero su lenguaje corporal
decía que podría estar en problemas.

Darion miró a su espalda por un segundo antes de que negara


con la cabeza y volvió a Jamila.

“Este es mi punto. Te quiero, Jamila, pero una mujer debería ser


capaz de mantener a su familia por su cuenta. Ella no debería tener que
depender de la caridad de los demás.”
“Este es un orfanato, no es estrictamente su familia. Incluso si se
pudiera conseguir un trabajo, necesita ayuda. Y no es caridad. Te han
hecho daño. Esto es lo menos que puedo hacer hasta que se enderece.”
Por desgracia, sus discusiones con su padre acerca de cómo eran
tratadas estas personas nunca fueron bien. Recordó el Movimiento de
Pureza Genética y los acontecimientos que condujeron a ella. Había
sido amigo del Ascendent asesinado y de varios Senadores que habían
sido asesinados. Él creía que tenía razón, y eso hacía mucho más difícil
convencerlo de nada.

Alice dio un codazo a Jámila.

“Así que en realidad, quien es este señor alto, caliente y


silencioso?”

“Mi guardaespaldas. Galen.”

Ella sonrió.

“¿Hace un buen trabajo cuidando tu cuerpo? Ya sabes a lo que


me refiero.”

Jamila rodó los ojos.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Las paredes saben lo que quieres decir. No hemos hecho eso.


Es un dolor persistente en el culo.”

Darion le dio un codazo.

“Pero apuesto a que es bueno en la cama. Deberías conseguir


estar debajo de él. Podría ayudar a superar a ese tipo, Crougar.”

Jamila suspiró.

“No hay nada que superar. Éra un imbécil pomposo y lo alejé.”

Y dijo con prontitud a su padre que si alguna vez trataba de que


se casara con otro hombre como Crougar haría algo mucho peor para
él. Había sido una gran pelea a gritos sobre eso.

“De todas formas. Creo que deberías brincar sobre el Sr.


Guardaespaldas.”

Ella sacudió su cabeza.

“No gracias. Piensa que soy una perra consentida. Y es un


controlador. La calentura sólo llega hasta ahora. También es
peligroso.”

Darion y Alice se miraron el uno al otro.

“¿Porque es uno de nosotros?”

Jamila no le sorprendió que lo reconocieran como ingeniería


genética. Pero ¿se dieron cuenta de que era un Cyborg?

“Él no es uno de vosotros.”

Darion puso los ojos.

“Incluso nuestra amiga teme a la gente como nosotros, Alice.”

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Darion, eso no es lo que es.”

Galen finalmente se volvió hacia ella, con el rostro ilegible.

“¿Cómo soy entonces?”

Jamila le miró.

“No te conozco, y hasta ahora creo que eres un dolor en el


culo.”
Se apoyó atrás contra el contador y cruzó sus tobillos.

“Como conoces tan bien a los otros hombres con los cuales
duermes.”
Miró al techo y contó hasta diez, con la esperanza de tener
paciencia para no golpearlo en la cabeza.

“Eres un criminal admitido. También eres un Cyborg. Es


diferente a ser un simple viejo gen diseñado. Y no, tal vez no conozco
bien a cada hombre con el cual duermo, pero la diferencia es, si se
tratara de una lucha, podría probablemente derrotarlos, o al menos
hacerles bastante daño para conseguir que se retiren. Contigo estoy
jodida si planeas hacerme daño.”

Galen resopló.
“Podrías hacer que me ejecuten.”

“No antes de que me mates...”

“Estamos unidos. Tu mueres, yo muero, cariño.”


Jamila cruzó los brazos sobre su pecho.

“¿Y cómo sé que no has encontrado la manera de superar eso?


Vi cómo te hiciste cargo de mi pequeña nave. No había otra manera de

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

conseguir abrirla. Tienes algún tipo de comunicación con la electrónica.


Supongo que podrías romper tus lazos de sirviente.”

“Si pudiera, lo habría hecho. No lo he conseguido hasta ahora.


Deben ser más avanzados de lo que estoy entrenado.”

Sacó un frasco de Medicrom 10 y se lo entregó a Alice junto con


una jeringuilla.

“Señoras probablemente deberían ir a dar la dosis a aquellos


niños. Sodasus reclama a sus víctimas rápidamente.”

Alice tomó la botella y volvió a salir. Cuando llegó a Jamila, le


dio unas palmaditas en el brazo.

“Muchas gracias. Espero que no sea demasiado problema para ti


conseguir estas cosas.”

“De nada. No es un problema. Tengo conexiones.”

No se atrevía decirle a Alicia o Darion la verdad. Ambas fueron


a atender a los niños enfermos.

“Eres una gran mentirosa.”

Jamila mantuvo su expresión en blanco y lo miró.


“No sé lo que quiere decir.”

Avanzó hacia ella y no hizo caso de la necesidad de


resguardarse.

“Sí, puedes hacerlo. Sabes que es ilegal darle suministros


médicos a los que están modificados genéticamente. El Gobierno
decide lo que pueden y lo que no pueden tener. Nunca les darían
Medicrom 10. No se preocupan por este lugar. Dejaron a estas personas
morir. Quieren a la población en el pasado. Estas personas deben tratar

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

sus propias enfermedades. Es probable que seas ejecutada o al menos


severamente castigada si te encuentran. ¿Por qué hacerlo?”

Jamila respiró hondo.

“Está bien, voy a contarte una historia. Una noche estaba de


fiesta con mis amigas cuando Jackson, el niño que corrió hacia mí ahí
afuera, tomó mi bolso. Era tan pequeño que pensé que lo podía coger.
Me imaginé que era algún pequeño pilluelo que vivía en Forbidden.
Cuando él se metió debajo de la pared en la zona, fui justo detrás de él.
Estaba borracha y no me di cuenta a dónde iba, o que no debería haber
estado fuera de este lugar. Tenía algunos bocadillos y agua en el bolso,
ya que no comía ni bebía nada en Forbidden a menos que viniera
directo desde el camarero. Hay un gran riesgo de ser drogado, o
contraer una enfermedad de los alimentos. Jackson debía haberme visto
comer.
Cuando crucé el muro, descubrí que él había tirado mis
documentos de identidad, lo que le habría dado acceso a mis cuentas si
él hubiera conseguido mis huellas digitales, ya que tenía mi bolso,
también tenía mis huellas. Lo seguí hasta aquí. Entró en la parte trasera
del edificio y cuando doblé la esquina, estaba repartiendo la comida y
la botella de agua estaba siendo pasada alrededor. Todos los niños
estaban muy delgados y frágiles, como si no hubieran comido en
meses.”

Jamila se pasó una mano por el cabello.

“Darion salió y le preguntó de dónde había sacado la comida. Él


no se lo decía. Y entonces me vió. Casi se acobardo ante mí, cuando le
dije lo que el muchacho había hecho. Me pidió que no le denunciara.
Esa poderosa perra que conociste hoy, esa que desafía la ejecución, me
rogó. Me di cuenta de que no estaba acostumbrada a hacerlo. Sabía que
todos estarían muertos si incluso uno fuera encontrado escabulléndose
al otro lado del muro, y yo no podía soportar la forma enfermiza en que

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

todo el mundo aparentaba estar. Así que al día siguiente agarré los
códigos que mi padre tiene para la zona para poder aterrizar aquí. Traje
comida y agua, algunas de mis ropas viejas, cualquier cosa que se me
ocurrió que pudieran necesitar, y volví. Y no he parado. Rápidamente
pasé de llevarles alimentos a robar suministros médicos, cuando el
Sodasus golpeó la primera vez. ¿Qué se supone que debía hacer? ¿Qué
haría cualquiera?”

Galen la miró fijamente durante un minuto antes de hablar.

“La mayoría de la gente los habría dejado. Habrían dado la


vuelta, sin mirar nunca hacia atrás. Están diseñados genéticamente.
Podrían estar locos.”

“Son sólo niños cuyos padres cometieron el error de tenerlos


alterados, Dios sabe por qué. ¿Y si estaban enfermos o algo así? No lo
sabes. Son inocentes. Y sólo he visto dos casos de locura mientras he
estado aquí, y ¿sabes qué? Fui salvada por gente como ellos. Así que no
me digas…”
Él agarró sus brazos y la arrastró contra él. Sus labios rozaron
los de ella en un beso suave.

“Creo que eres increíble. Pudiste haberlos hecho sufrir.”


Presionó su boca contra la de ella otra vez, enredando sus
manos en su pelo. Su lengua se aprovechó de su boca abierta, en duelo
con la de ella. Se apoyó en él, deslizando sus manos alrededor de su
cintura. Él sabía como un café rico, cremoso, algo que parecía beber
por el bote.

Retrocedió, agarrando la curva de su culo. Su trasero golpeó el


mostrador y la levantó, poniéndola sobre él. Acuñó sus caderas entre
sus muslos y pasó las manos por debajo de la blusa para rozar sus
costillas, pero no fue más arriba, burlándose de ella.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Jamila envolvió sus piernas alrededor de sus caderas y lo atrajo


más cerca. Su erección molió contra su clítoris y gimió mientras se
frotaba contra él.

Hubo fuerte golpe arriba y ella saltó y se apartó de mala gana,


aturdida.

“No deberíamos estar haciendo esto.”

Galen sonrió.

“Si, deberíamos. Aunque aquí no es el mejor lugar. Estoy seguro


de que nos pueden oír. El golpe fue probablemente una advertencia
deliberada. Has hecho algo extraordinario. Algo que no he visto en un
montón de gente normal. Nos odian. Creen que somos peligrosos. Y la
mayoría de estas personas no son casi tan peligrosas como soy yo. Ellos
son inocentes, como has dicho.”

“Así que ¿admites que eres peligroso?”

Él arqueó una ceja.


“Sí, no puedo negarlo. Es obvio. Tengo un código de barras de
esclavo y mejoras cibernéticas por todas partes. Sabrías que estaba
mintiendo si te dijera que no lo soy.”

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Capitulo Cuatro
.
Jamila lo miró fijamente durante un minuto. Él apreció su
belleza. Lamentó lo que tendría que hacer ahora. Se podría hacer un
enemigo de esta mujer por estas personas. Era un pensamiento
aleccionador. No, él haría todo lo posible para no dejar que eso
sucediera. Tendría que explicárselo. Lo entendería. Galen se estremeció
internamente. Por otra parte, podría no entenderlo.

Jamila lo sorprendió. Era una mujer compasiva. Algo increíble,


ya que era la hija rica malcriada, de un Senador que odiaba a su
especie.

Jamila se aclaró la garganta y saltó del mostrador, evitando su


mirada deliberadamente.

“Tenemos que irnos. Mi padre me espera en la cena y todavía


tengo que conseguir algo de Forbidden.”

“¿Qué?”

Él entrecerró los ojos, sospechando inmediatamente. Se suponía


que debía mantenerla fuera de fiestas allí. También se rumoreaba que
tomaba una gran cantidad de drogas, que se podían conseguir con
facilidad en ese Distrito.
Jamila se encogió de hombros y se alejó de él.

“Cosas.”

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Galen la agarró del brazo y la detuvo con una sacudida.

“Quiero que me lo digas. Eres demasiada buena para estar por


ahí. Es peligroso, y me niego a ir si vas a drogarte y beber.”

Jamila lo miró y tiró su brazo de su agarre. Galen la dejó ir.


Podría haber mantenido su dominio sobre ella.

“No es nada de eso. No he estado haciendo ninguna de esas


cosas en mucho tiempo.”

“Entonces, ¿qué es?”

“Es comida, ¿de acuerdo? Para estas personas. Tengo que


conseguir lotes de alimentos. No puedo conseguirles algo que vaya mal.
Pero no podría obtener suficientes lotes para alimentar a todo el mundo
a través de los canales habituales. No creo que incluso los tengamos en
nuestra casa. Saben a mierda. Son estrictamente todo lo necesario para
vivir, sin tener en cuenta el sabor. Los ricos no comen como ellos. Así
que tuve que obtenerlos de otra persona. Tengo que reunirme con mi
contacto en quince minutos, y se pone ansioso si llego tarde. Él asume
que estoy haciendo algo ilegal si los estoy recibiendo de él. Por suerte,
ha pensado en todo, pero no lo que estoy haciendo nada en realidad.
Confío en él lo suficiente como para conseguirme la comida, pero
definitivamente no es suficiente para decirle más.”

Galen resopló.

“Sí, probablemente eso es lo mejor. Si él está consiguiéndolo


para ti, lo está haciendo de manera ilegal. No se puede confiar en los
criminales.”

Jamila lo miró.

“Así que… ¿no debo confiar en ti?”

Galen se encogió de hombros.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“No soy tu criminal promedio. Fui a la cárcel más por lo que


soy, no por lo que hice. Es un poco diferente.”

Excepto que definitivamente no debía confiar en él. No podía


insinuar eso, sin embargo. Tenía que asegurarse de que sentía que no
tenía nada que temer.

Él asintió con la cabeza.

“Muéstrame el camino. Voy a confiar en tu buen juicio, por el


momento.”

Le sonrió como si significara el mundo para ella que él confiara.


Sinceramente, no lo hacía. Jamila no sabía lo peligroso que era el
mundo. No tenía idea de la cantidad de problemas en que se
encontraba. A pesar de que sospechaba que su padre la mantuvo
demasiado protegida. Jamila le llevó alrededor de la casa hasta la valla
y se puso delante de un pequeño agujero. Se mordió el labio y lo miró.

“No sé si vas a encajar. Apenas lo logro yo, y soy un poco más


pequeña que tú. La valla está electrificada por lo que no puede subir y
hay picos en la parte superior. Si quieres quedarte aquí, voy a ser...”

“No. Fin de la discusión. No sucederá. Encontraremos una


manera.”

Miró a su alrededor y vio lo que estaba buscando. La pequeña


rejilla que mantenía esa parte de la valla. Se acercó a ella y accedió al
ordenador que mantenía con su mente.

<Oh, eso fue demasiado fácil.>

Sólo podía llevarlo a cabo durante cinco minutos máximo, pero


casi podía saltar la valla, por lo que no se vería presionado por el
tiempo.

“No pases por debajo de la valla hasta que esté sobre ella.”

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Pero, cómo...”

Se quitó la chaqueta y la arrojó sobre los picos en la parte


superior de la valla mientras apagaba la alimentación. El ligero
zumbido se detuvo bruscamente. Dio un salto, aterrizando bajo los
picos, con cuidado de no aterrizar en ellos.

Avanzó lentamente sobre las púas. Si resbalara, se mataría. Por


suerte, ya apenas era humano. Había poca probabilidad de perder su
equilibrio. Las puntas afiladas pincharon sus manos y la sangre se
propagó a través de su chaqueta. Cerró los receptores de dolor en su
cerebro mientras cruzaba. Por desgracia, era sólo un alivio temporal.
Eventualmente no sería capaz de dejar fuera su herida. Por suerte,
debería estar curado para entonces. Galen cayó de pie en el otro lado,
tirando de su chaqueta con él.

“Date prisa y arrástrate por debajo de allí. La electricidad está


apagada, pero no será por mucho tiempo. Preferiría que estés aquí antes
de que regrese. No me importa cuántas veces lo hayas logrado antes,
sin tocar esta barrera.”

Él se estremeció ante la idea. Si tocaba esa valla, probablemente


eso podría matarla. Reinicializó la fuerza del choque mientras
mantenía el control del sistema. El nivel (ahora reducido) dejaría
pasmado a una persona, pero no los mataría. Sólo durarían hasta que
actualicen las cosas. Él cubrió sus huellas para que pareciera como si se
tratara de una especie de fallo en el suministro eléctrico que se había
restablecido. Con el mal tiempo que Larus tenía este invierno, no lo
verificarían.

Jamila empujó su bolso por el agujero antes de que aparecieran


sus brazos y su cabeza bajo la barricada. Un zumbido en sus oídos le
dijo que la rejilla de la valla se estaba reiniciando. Él la agarró por los
brazos y la tiró hacia fuera. Jamila tropezó contra él con un grito
ahogado.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Ya sabes, si la electricidad volviera antes, yo habría tenido una


mejor oportunidad saliendo por mí misma y no siendo sorprendida
después de tener que sacarme.”

Hizo rodar los ojos.

“No, no lo habrías hecho. ¿Tocaste algo cuando tiré de ti?”

Jamila miró el suelo, y su mandíbula apretada.

“No.”

“Eso es correcto. Ahora vamos a salir de aquí antes de que


alguien nos descubra. Por cierto, ¿cómo vamos a volver a la nave? No
tengo ningún deseo de subir de nuevo.”

“¿Por qué, parecía ir sin problemas?”

“Este sistema de seguridad se da cuenta. La próxima vez que


entre ilegalmente en él, tendremos menos tiempo para superarlo.
Además, escalar esa cosa no deja de tener su precio.”

“¿Qué quieres decir?”


Llegaron a la entrada del callejón y miró a ambos lados, con la
esperanza de que no hubiera patrulleros vagando alrededor. Él le
mostró su palma distraídamente, mientras observaba la zona en busca
de amenazas. Había una multitud de gente esperando fuera del club
que podrían desaparecer dentro.

“Oh, Galen. ¿Por qué no me dijiste algo?”

Galen gruñó.

“No importa. No puedo sentirlo. Me las arreglé para superar el


muro de todos modos.”

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Galen bajó su mano y ella se la arrebató.

“Espera. Déjame vendar esto, dame la otra mano.”

Jamila lo tironeó alrededor y agarró su otra muñeca para


examinársela. La preocupación en su rostro le sorprendió.

“No te preocupes por ello. Si lo vendas, va a parecer sospechoso


tan cerca de la frontera. Además, no es como si las púas hubieran
atravesado por mi mano. Curo lo suficientemente rápido. El sangrado
ya se está desacelerando.”

“Por lo menos déjame limpiar la sangre.”


Galen suspiró.

“En un segundo. Tenemos que llegar más lejos de este callejón.”

Galen la agarró del brazo y la arrastró fuera por la calle entre los
grupos de gente esperando para entrar en el interior del bar. Le soltó la
muñeca, se limpió las manos en la chaqueta y la tiró en un incinerador
de basura.
“¿Y ahora, Jamila?”

Jamila asintió y alargó su mano, entrelazando sus dedos


suavemente con la suya. Él se inclinó y le susurró al oído.

“Nunca me respondiste acerca de cómo volveremos. ¿Vas a


cruzar esa pared otra vez?”

Metiendo la mano en su bolsillo sacó un mando a distancia, y


pulsó un botón azul en él.

“No. Desde que he reprogramado mi nave, en realidad es


mucho más fácil salir de la zona que entrar en ella a pie. Naves sin
tripulación a veces van hacia y desde Haven a entregar la escasa

62
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

cantidad de suministros que se les permite. El Gobierno no va a mirar


dos veces cuando la mía se una a nosotros en el Distrito Forbidden.
Tampoco es seguro estar en la zona por la noche.”

“No es seguro estar aquí después del anochecer. De hecho, es


probablemente más peligroso.”

“De cualquier manera, he comenzado recogiendo el suministro


de alimentos de la próxima semana después de que me deje. Esta es la
única vez que se reunirá conmigo y cuando mi padre está en la ciudad
es el único día que puedo escapar.”

Galen se rió.
“No sabía que el viejo modelo de la nave tenía una opción de
llamada remota.”

Jamila sonrió.

“Lo hice instalar.”

Él arqueó una ceja.

“¿Por qué pasar por todo ese trabajo con una nave vieja cuando
puedes pedir prestado un nuevo modelo?”

Jamila resopló.

“Espero que haya estado fuera de contacto con la civilización


por un tiempo. De lo contrario, no es desestimado de su ignorancia.
Los modelos más nuevos están equipados para que no puedan volar en
la zona. Parece que no soy la única que ayuda a esta gente, y cuando el
Gobierno se enteró, ellos las crearon con ciertas zonas de prohibición
de vuelo incorporado. Y encima si remonta esta zona, las autoridades
son alertadas. Hice un poco de investigación antes de empezar a volar
en Haven porque había oído hablar de personas que habían sido

63
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

capturadas al hacerlo. He tomado todas las precauciones que se me


ocurrió para no ser atrapada.”

Jamila se mordió el labio inferior.

“Pero es sólo cuestión de tiempo antes de que el Gobierno exija


que todos los vehículos se actualicen con los nuevos protocolos. No sé
lo que van a hacer a continuación.”

“No era consciente de que el Gobierno estaba haciéndole eso a


las naves.”

Su pueblo no tenía exactamente los últimos procesadores Intel


en la construcción de naves. Estaban más centrados en otras cosas.
Tendría que poner remedio a eso. Estas naves fueron hechas
probablemente con otras características que podrían ser un problema
para ellos si robaban un modelo más nuevo.

“Oh, sí, y no es fácil encontrar a causa de toda la censura y


espionaje. Por suerte, recuerdo algo de mis días de la academia como
hacker, y fui capaz de conseguir tener una conversación privada de
cinco minutos con alguien. Hurra por la formación del Gobierno.”

El único problema con eso es que no había ninguna


conversación privada sobre la red de comunicaciones. Todas eran
almacenadas. Tendría que recordar ser más que un hacker para resolver
el problema. O bien la habían subestimado, o ella había dejado algo
atrás. Galen hubiera apostado por esto último. La mayoría de los
ciudadanos no sabían exactamente cuándo eran rastreados por el
Gobierno. Les quedaba poca privacidad. Probablemente hubieran
protestado si tuvieran alguna idea. Incluso un empleado básico del
Gobierno tendría un poco de conocimiento retenido, por lo que sus
empleadores podían mantener control sobre ellos.
Se metió en otro callejón y dudó. Jamila lo miró por encima del
hombro.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Siempre odié este lugar. He sido atacada aquí antes. No es el


mejor de los barrios.”

Él sonrió, pero estaba preocupado. No había ninguna farola. El


lugar estaba sumido en la oscuridad.

“Tengo tu espalda. Ningún asaltante podrá conmigo.”

En silencio ajustó sus ojos para la visión nocturna. Jamila saltó.

“Tus ojos. Están brillando ahora.”

“Sí, claro que lo están. Sigue moviéndote.”

“Yo no tengo superpoderes.”


Ahora él mantuvo el ritmo con ella, en lugar de dejarla caminar
delante de él. La protección de Jamila en este lugar era realmente un
trabajo de dos personas. Afortunadamente, no era normal. Tenía
suficientes sensores que podrían detectar cualquier cosa que viniera.

“Él me espera a la vuelta de la esquina.”

Galen asintió, y dio un paso alrededor de ella. Un hombre con


túnica estaba plantado inmóvil en el centro del carril. Galen sacó su
pistola de su funda. Algo golpeó en el suelo delante de la figura con
túnica. La mirada de Galen se concentró en ello y magnificó lo
suficiente para identificar una granada.

“¡Joder! Corre.”

Hubo un flash, y una explosión de energía lo golpeó en el


hombro. Jamila gritó cuando la empujó hacia atrás alrededor de la
esquina. Él la agarró por debajo del brazo y la arrastró por la calle.
Hubo un leve chasquido. Maldijo y se tiró encima de ella. Ambos
chocaron contra el suelo duro, jadeó fuerte en sus oídos.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

La explosión sacudió el suelo. Se cubrió la cabeza mientras las


esquirlas llovieron del cielo y el calor le lamió la piel. Jamila gritó, pero
no pudo hacer otra cosa que tratar de mantenerla cubierta, ya que todo
fue enviado en aquel caos.

Permanecieron en silencio durante un segundo mientras


escuchaba el movimiento. Se sentó y comprobó a Jamila. Sus labios se
movían pero no podía oír una palabra de lo que dijo. Un sonido fuerte
llenó sus oídos. No sería capaz de escuchar cualquier amenaza que
viniera por ellos. Joder.
Galen la puso de pie y gritó. Incluso a través del daño en sus
oídos lo escuchó débilmente. Jamila hizo un gesto a su pierna. Había
una pieza de metal en su muslo. Maldita sea. ¿Ahora qué? No podía
sacárselo aquí. Incluso si no hubiera afectado una arteria, sería un
infierno de mucha sangre. No sabía dónde estaba su nave, por lo que
no podía llevarla ahí.

Tenían que salir de aquí. Si iba por el camino equivocado ellos


podrían volver de nuevo más tarde, pero tenía que moverse antes de
que la explosión atrajera a los oficiales. O que esas personas que habían
intentado matarla vinieran tras ellos otra vez. Echó un vistazo a la
zona, pero no había ni rastro de ellos. Pero eso no significaba que no
estaban allí, o que no tenían otra trampa.
Se agachó, la agarró alrededor de las rodillas, y la arrojó por
encima del hombro, haciendo todo lo posible para ignorar el dolor
cegador que el movimiento le causaba. Tropezó y cayó de rodillas.
Respiró hondo y trató de cerrar sus receptores de dolor en el cerebro,
pero las cosas estaban demasiado revueltas en aquel momento. La
granada debía de haber atontado algunos de sus sistemas.

Se empujó a sus pies y salió corriendo. Las manos de Jamila se


clavaron en su cadera con tal ferocidad que era casi doloroso. Tenía
que llevarla a algún lugar donde pudiera ver su herida.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

No estaba sangrando mucho todavía, pero cuando retirara la


punta vería exactamente qué tipo de problema tenía.

Vaciló en la boca del callejón. Si eran vistos por patrulleros es


probable que fueran detenidos. Jamila golpeó repetidamente y se
detuvo. Estaba tratando de decirle algo. Jamila tocó su lado izquierdo,
y se fue hacia allí. Esperaba que fuera eso lo que quería decir. Se metió
cerca de los edificios. Afortunadamente se dirigían lejos de las
multitudes de la ciudad. Jamila golpeó su espalda de nuevo y se detuvo.

Cuando tocó el lado derecho de su cuerpo, corrió por la calle


hasta el callejón que divisó. Vio a su nave en el final de la misma.
Hackeó el sistema mientras trotaba hacia ella. Las puertas se abrieron
lentamente, la pasarela bajó al suelo para que pudieran entrar.
“Dile a la nave que se inicie y nos largamos de aquí.”

Galen suspiro de alivio. Su oído estaba regresando. Por un


segundo había estado preocupado de que no sucediera. El sonido de
despegue llegó a sus oídos. Apenas.

Se agachó y puso sus pies en el suelo. Jamila tropezó un poco y


él agarró sus caderas para sostenerla mientras se levantaba. Su tez
morena se había vuelto terriblemente pálida. Agarrando su codo, la
condujo al banco acolchado en la parte trasera de la lanzadera.

“Acuéstate. ¿Hay un botiquín aquí?”

Sus ojos se estrecharon, la prueba de que tampoco podía oír bien


por el momento. Repitió la pregunta y ella asintió con la cabeza,
señalando el pequeño espacio de carga en el lado opuesto de la
lanzadera. Cuando encontró el pequeño equipo, gimió. Nada de este
pequeño equipo iba a ser de mucha ayuda.

Lo abrió. El regenerador celular probablemente sólo era lo


suficientemente grande como para curar parcialmente su herida.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

El inyector de dolor fue la gran sorpresa. Al parecer, este equipo


de medicina había sido alterado. Por lo general, venía con un
analgésico estándar. Esto volvería a una persona descabellada como el
infierno. Lo cual en realidad estaba bien para su propósito. Por lo poco
que había visto de su lesión, estaba bastante mal.

Quitó la mini máquina de inyecciones de su envase estéril y la


cargó con el analgésico. Se volvió y lo llevó a su brazo. Fue
automático. Casi de inmediato dejó que su cabeza descansara sobre la
banqueta.
“¿Wow, qué era esto? Por lo general las medicinas en aquellos
equipos no eran nada. Todo lo que me dieran no era nada.”

“Era Vicaquian. Uno de los analgésicos más fuertes que se


puede obtener en estos días. Muy abusado, sin embargo. También me
sorprendió que estuviera en este botiquín. Es ilegal tener una medicina
tan potente en ellos. Supongo que tu padre no se preocupa mucho de la
legalidad.”
“No es un drogadicto, si eso es lo que estás dando a entender.”

“Nunca había soñado decir eso.”

Oh, sí que lo haría. Sospechaba que su padre tenía muchos


defectos. El uso habitual de drogas no le sorprendería. Era algo que
hacía casi cada noble. Y en el Gobierno tenía fácil acceso.

“Sí, lo harías. No tendrías ningún problema acusándole de cosas


horribles. Incluso si no le acusas, definitivamente piensas eso.”

Se trasladó a examinar su pierna, tirando un cuchillo de su bota.


Cortó la pernera de su pantalón empapado de sangre alrededor de la
lesión, empujó la astilla de metal.

“¿Duele?”

68
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“¿Estás bromeando? No puedo sentir nada, en cualquier lugar.


Es una sensación desconcertante.”

“Oh, vamos ahora. Sé que eres un usuario de drogas, aunque tu


querido papá no lo es.”

“Era una usuario de drogas. Y no tomé nada como esto.”

“¿Qué tiene de diferente?”

Galen necesitaba que siguiera hablando. La habría dejado


hablar de cualquier cosa.

“La mayoría de las drogas que mis amigos y yo utilizábamos


creaban una sensación de euforia, no un sentimiento de cuerpo
entumecido.”

“¿No una sensación de orgasmo?”

Jamila se rió.

“Muy bien, así que me atrapaste. Era una gran usuaria de esa
droga en particular.”
“¿No pudiste encontrar a nadie para conseguir que fuera de la
manera normal?”

Jamila se rió de nuevo.

“A veces. He conocido a un montón de hombres repugnantes y


la mayoría de las veces no quise acostarme con cualquiera de ellos. Es
mucho mejor tomar el medicamento, y evitar a los pendejos que están
ahí fuera.”

“O podrías casarte.”

Jamila resopló y sacudió la cabeza.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“No, ¿tú también? Si mi padre trae otro idiota de pretendiente,


tendrás todo un asesinato-suicidio en sus manos. Esos son los mayores
idiotas de todos ellos. Todos son ricos, políticos y recién llegados.
Condescendientes, como si yo no tuviera un cerebro, si yo hubiera
terminado mis estudios, probablemente los habría golpeado fuera de
cualquier posición que ocupen.”

“No tengo ninguna duda. Está bien, voy a sacar esto ahora.”

No creía que el fragmento hubiera golpeado una arteria.


Probablemente habría muerto ya, si lo hubiera hecho, pero todavía
sangraba mucho, y ya había perdido bastante sangre. El regenerador
probablemente sólo iba a detener la pérdida de sangre. Liberó la
esquirla y la sangre de inmediato se hinchó y comenzó corriendo por
los lados de la pierna en el banco. Agarró el regenerador y lo sostuvo
sobre su herida. La pérdida de sangre se desaceleró y se detuvo, pero las
baterías murieron antes de que estuviera terminado. Limpió la sangre, y
se mostró satisfecho de que la lesión ya no era un peligro para su vida.
Volvió a cargar la inyección con un antibiótico y se lo inyectó cerca de
la herida.
“Allá vamos. Eso debería bastar hasta que lleguemos a casa y te
podemos llevar a los médicos.”

“¡No! Mi padre no puede saber acerca de esta salida, por tu bien


y por el mío. Si sabe que me lesioné, va a ser como tu fracaso, y hará
que te maten.”

Jamila se incorporó lentamente. Parpadeó con fuerza y se


tambaleó.

“Tal vez debería mentir de nuevo.”

“Estoy bien.”

Jamila lo agarró del brazo.

70
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“No puedes decirle a mi padre lo que pasó, o a cualquier


persona en la enfermería. Ve a buscar más suministros médicos y cura
el resto de mi herida, pero no me puedes llevar a la enfermería.”

Jamila lo miró, pero su mirada estaba desenfocada.

“Sé que fuiste golpeado. Deberías de haber utilizado algo de eso


también en ti.”

Echó un vistazo a su hombro. La sangre se había extendido por


su torso y estaba empapando sus pantalones.

“No es nada. Ya estoy sanando. Necesito tirar la tela lejos de


esto sin embargo.”

Se la arrancó lejos de la herida y se estremeció.

“Es el don de ser lo que soy. Sanar condenadamente rápido.”

Se sacó la camisa por la cabeza y la utilizó para limpiar la


mayoría de sangre que había derramado.

“Todavía tenemos que darte una dosis de antibióticos y ver si no


lo podemos vendar por lo menos.”

Le mostró la palma, con su curación rápida las heridas


punzantes ya eran diminutas.

“No te preocupes por mí. ¿Ves cómo están sanando? Estaré


bien. Estoy preocupado por ti. Es muy difícil para mí coger una
infección, pero tú serías fácilmente asesinada por una. Mi genética
superior puede luchar contra la mayoría de estas cosas.”

“Dios mío. Se ven como si tuviera días de antigüedad.”

Galen asintió con la cabeza.

71
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Exactamente.”

“LANZAMIENTO INMINENTE.” dijo el ordenador. “ASEGÚRENSE.”

Jamila se empujó para sentarse.

“Necesitamos movernos.”

“No, quédate aquí y prepárate. Vamos a estar bien.”

Galen puso su brazo alrededor de ella desde su posición de


rodillas en el suelo y esperó al despegue. No le podría coger por
sorpresa en esta ocasión. La nave se lanzó y apenas movió un músculo.
Jamila se movió un poco, pero se mantuvo en su asiento.

“Wow, eres muy fuerte.”


Galen sonrió.

“Sí, lo soy. ¿Cómo te va?”

“Estoy bien. Creo que la parte peor del analgésico está


empezando a desaparecerse. Me siento más centrada de lo estaba hace
un segundo.”

“Bien. Necesito que me digas lo que debo decirle a tu padre


cuando no vayas a cenar.”

“¿Qué hora es?”

“Casi la nueve.”
“Mierda, ya estamos tarde para la cena. Deberíamos volver
antes de que sea hecho. Tenemos que pensar en una mentira acerca de
dónde hemos estado. ¿Qué hay de ir compras?”
“No tenemos nada nuevo.”

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Jamila hizo rodar los ojos.

“Pfft, siempre y cuando él no nos vea movernos sigilosamente,


ni siquiera preguntará lo que he comprado. No le importa, siempre y
cuando no esté creando un nuevo escándalo.”

“Está bien, entonces. Estábamos de compras y comimos fuera.”

Todavía estaba demasiado pálida para su gusto. Galen tuvo la


sensación de que si ella se incorporaba, se caería de vuelta otra vez.
¿Iba a necesitar una transfusión? Echó un vistazo a la sangre en su ropa
y debajo de ella en el banco e hizo una estimación de lo que había
perdido. No, estaría bien sin una transfusión. Débil, pero viviría. Jamila
no estaba fría al tacto, ni tenía escalofríos, y ahora que se había
detenido la pérdida de sangre, iba a estar bien. Trató no preocuparse.
¿Por qué coño estaba preocupado? Ella solo era un medio para un fin.
Nada más. Pero también era hermosa, compasiva y valiente. Jamila no
se arriesgaría a sí misma si no lo fuera.

“¿Alguien sabe que te ves con este hombre?”

“Sólo Alice y Darion. Nunca lo dirían.”

“¿Alguien te ha visto reunirte con él?”


Jamila lo miró lo mejor que pudo, mientras estaba acostada en
aquel banco.

“No, ¿por qué crees nos encontramos allí?”

Él rodó los ojos.

“Bueno, o bien alguien os vio, o bien alguien te traicionó. ¿Cuál


crees que es el caso?”

Jamila suspiró.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Probablemente alguien nos vio. Él también estaba haciendo


algo ilegal, así que dudo que me delatara. ¿Quién crees que eran los
asesinos?“

Galen resopló.

“No lo sé. Supongo que estaban tratando de matarte para atacar


a tu padre. Creo que si fuera el Gobierno, habrían salido y te habrían
arrestado. Eres una persona importante. Si te querían fuera, querrían
hacerlo público para hacer un punto, demostrar que incluso las clases
altas no se salen con la suya.”
“Sabes que tu vida es grande cuando estas feliz de que fuera un
asesino normal y no el Gobierno.”

“Sí.”

“ACERCÁNDOSE AL DESTINO.” dijo la voz robótica del ordenador.


“ABRÓCHENSE EL CINTURÓN DE SEGURIDAD.”

Puso su brazo sobre Jamila de nuevo y se preparó para el


aterrizaje. Golpearon el suelo con una sacudida que hizo que sus
dientes sonaran, pero no se movió. Se puso de pie y tiró de Jamila para
levantarla. Se agachó a recogerla y ella puso su mano en el hombro.
“Estoy bien. No siento ningún dolor. Puedo caminar. Tenemos
que volver a través de la ventana, así no tropezaremos con nadie. Por
suerte, en este momento de la noche, nadie está trabajando en los
jardines.”

Galen asintió con la cabeza.

“Está bien, pero si te sientes débil o te duele la pierna… dímelo


y te cargaré en vilo.”

“No hay problema.”

74
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

De todos modos, la tomó del brazo y ella rodó sus ojos. Galen
no quería que se cayera antes de que pudiera alcanzarla. Era mejor
conducirla por el brazo. Se abrieron paso lentamente alrededor de la
casa, mientras Jamila miraba a su alrededor como si nunca hubiera
visto el lugar antes. A pesar de su proclamación de sentirse más
centrado, su mirada vagó en direcciones impares, con los ojos vacíos.
Llegaron a su ventana, y él subió a través de la primera y la levantó
sobre ella antes de acercarse a la cama.

“Acuéstate aquí. No te muevas. Tengo que decirle a tu padre


que hemos llegado para que no entre a buscarnos. Si no lo ha hecho ya.
Y tengo que conseguir suministros médicos.”

“Está bien, estoy un poco cansada y mareada, así que


permanecer aquí no es un problema.”

Sobre eso, Galen no tenía ninguna duda.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Capitulo Cinco
.
Galen había salvado su vida. Si él no hubiera estado allí, habría
sido asesinada. Ni siquiera se dio cuenta de que una granada había
golpeado el suelo hasta que la explosión sacudió la tierra. Él tenía
razón, no sabía cuánto peligro corría. Ella y su padre siempre tuvieron
amenazas contra sus vidas. Pero nadie había intentado con tanta fuerza
matarla. Galen la había salvado y había resultado herido en el proceso.
¿Qué tan grave era? Cuando había mirado, no podía realmente decir
donde había sido acertado. Su visión estaba demasiado borrosa para
eso. Pensó que había visto una gran cantidad de sangre. ¿Estaría bien?

La puerta siseó débilmente, hasta que se abrió y la gran figura de


Galen (ligeramente borrosa) vino a pararse sobre su cama.

“¿Cómo estás?”

Su voz profunda envió escalofríos por su espina dorsal.

“Estoy bien. El dolor en mi pierna está empezando a volver.”


“Bien, bien, he traído el regenerador, por lo que debo ser capaz
de arreglar eso. Date la vuelta.”

Jamila se volcó sobre su estómago y Galen se puso a trabajar. El


leve zumbido del instrumento médico era el único sonido que llenaba
aquella sala.

“Tenías razón sobre exigirme que me quede en casa. Debería


haberte escuchado. Casi conseguí que te mataran.”

76
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Galen pasó la mano por su espalda.

“No, estabas haciendo algo bueno. Pero ojalá hubiera sabido lo


que estabas haciendo, podríamos haber llegado con un plan que fuera
un poco menos peligroso. Igual, yo puedo recuperar la comida, y pasar
sobre la ciudad en la nave. Eso suena mucho mejor para mí.”

“No podía decirte lo que estaba haciendo. No sabía si me


entregarías.”

Galen chasqueó la lengua ante ella.

“Vamos, Jamila. ¿Sabes lo que soy?”


“Un esclavo.”

Galen resopló.

“Sí, además de otras cosas. Yo nunca entregaría a alguien que


ayuda a las personas.”

“Sí, pero dicen que a la mayoría de los Cyborgs les han lavado
el cerebro. ¿Cómo iba yo a saber que no eras leal al Gobierno?”
Galen suspiró.

“Tienes razón. Definitivamente no confíes en cada Cyborg que


encuentres. Un montón son leales al Gobierno. Si yo hubiera sido así,
lo habrías sabido tan pronto como me enteré de lo que estabas
haciendo. Te habría matado de inmediato. No somos realmente el tipo
de ‘capturar e interrogar’, a menos que esas sean nuestras órdenes.”

Se estremeció. Eso era un pensamiento desagradable. Jamila


empujó para arriba, se apoyó en los codos y lo miró a él.

“¿Tú has conocido Cyborgs leales al Gobierno?”

77
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Fui así una vez. Todos lo éramos. Fuimos liberados cuando un


pequeño grupo logró romper sus técnicas de lavado de cerebro.
Comenzaron nuestro secuestro cuando nos encontraron y nos des-
programaron.”

Sus manos temblaban visiblemente mientras maniobraba el


regenerador.

“Es un proceso muy desagradable. Y lo más importante, que no


siempre es efectivo, así que nunca digas nada a un Cyborg
desconocido.”
Jamila se echó a reír, pero incluso en sus oídos no sonaba
agradable.

“Bueno, no espero conocer a muchos más. A menos que alguien


revoque la orden de matarlos. Realmente debes encontrar una manera
de escapar de este lugar. No es seguro para ti. Si le fallas mi padre o él
decide que no es necesario, tendrá que entregarlo al Gobierno. Te van a
matar con certeza.”

“No voy a estar tan muerto como podrías pensar. Somos una
costosa pieza de equipo. A pesar de que el Gobierno dice que nos están
matando, están en realidad bastante desesperados por hacernos volver.
Han perdido miles de millones.”

Eso no hizo que Jamila se preocupase menos.

“Entonces debes marcharte. A menos que quieras volver a


trabajar para ellos.”

“Señor, no. Hablando del infierno. Por supuesto, no te das


cuenta de eso en ese momento. Es sólo después de que has sido
desprogramado que averiguas que te han robado todo lo que eras.
Incluso tu alma.”

78
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Colocó el instrumento médico en la cama.

“Todo hecho.”

Se pasó la mano por la parte posterior de su muslo hasta que


llegó a la curva de su trasero y luego hacia abajo de nuevo. La piel de
gallina siguió a la raíz de la palma de su mano.

“Como nuevo. ¿Por qué no te metes en la ducha y te limpias.


Estás sangrienta y sucia.”

“Cierto.”

Jamila se empujó hasta sentarse y el mareo la abrumó.


“Guau. No creo que sea capaz de bañarme en estos momentos.
Tal vez más tarde.”

Jamila se recostó de nuevo y Galen tiró de ella hacia arriba.

“No, no. Necesito que te limpies, y lo necesito para deshacernos


de la evidencia de la emocionante pequeña aventura de esta noche,
incluso si tengo que ducharme contigo.”
Jamila se rió.

“Bueno, eso suena intrigante. No creas que no he notado cuán


encantador te ves sin camisa.”

Y ciertamente lo sabía. Nadie era tan musculoso. Eso no


pasaba. Al menos, nadie que hubiera estado a su alrededor. Ocho
paquete de abdominales y muy definidos, hombros anchos, que siempre
había encontrado increíbles en un hombre. Sí, ninguno de los nobles
con los cuales su padre la había establecido fue construido con este
estilo.

Galen le sonrió.

79
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

”Bueno, siempre es bueno saber eso de una dama, pero el punto


es quedar limpios. Necesito la ducha, también.”

“Hmm... ¿Qué tal dándome ese orgasmo que estábamos


discutiendo en la nave?”

Dios mío. ¿Por qué había dicho eso? No podía contar con él. A
pesar de que había salvado su vida, todavía era peligroso. Ser magnífico
no cambiaba el hecho de que pudiera causar daños en el casco de una
nave dándole patadas. O que probablemente podría doblar el acero. O
que su cerebro podía piratear sistemas informáticos. Peligroso. Período.
Tiró de Jamila hasta ponerla de pie y el mundo giró. Esto en
cuanto a los medicamentos desgastándose. Al parecer, acababan de
empezar.
“Esto es una mala idea, Galen.”

“No te preocupes, no voy a mirar.”

Jamila resopló.
“Dado que se supone que me ayudes a bañarme, explícame
cómo va a funcionar.”

“Está bien, sí que voy a mirar, pero seré estrictamente


profesional al respecto.”

Su voz había caído en un ronroneo profundo y sensual que le


puso la piel de gallina, y sus manos estaban vagando sobre su espalda.

<Claro, va a ser profesional.>

“¿Por qué no me creo eso?”

“Porque eres caliente, y los hombres saltan en tu cama a


intervalos regulares.”

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Jamila gimió. Es evidente que había oído demasiados rumores.


Bueno, no era ninguna virgen ruborizada, pero consiguió más acción
en los medios de comunicación de lo que nunca obtuvo en la vida real.

“La mitad de esa mierda que dicen de mí es mentira. E incluso


si no lo fuera, mi padre ha estado manteniéndose condenadamente
cerca de mí durante el último año.”

“Así que necesitas correrte. Creo que puedo arreglar eso.”

“Eso no es…”

“Shh. Relájate.”
Jamila suspiró. Este era un mal plan. Si su padre alguna vez
sospechara, volcaría a Galen tan rápido que su cabeza giraría. Aunque
tenía la sensación de que Galen no pararía. Él entró en el cuarto de
baño y abrió el grifo antes de levantarla al mostrador. Lentamente
desabrochó el cierre del traje de vuelo que llevaba todo el camino hasta
la entrepierna. Separó el material, dejando al descubierto sus pechos.
Galen contuvo el aliento.

“Es muy tentador. Si no estuvieras bajo el efecto de los


analgésicos, te tomaría aquí mismo.”

Presionó sus labios contra los de ella, su lengua saqueando su


boca en una imitación de lo que su cuerpo le haría si pudiera dejarlo.
Le pasó el pulgar por el endurecido pezón y un poco de emoción
disparó directamente a su clítoris.

Jamila rompió el beso mientras se bajaba del mostrador. Agarró


sus caderas para mantener el equilibrio antes de sacarse el traje ajustado
de su cuerpo.

“Hmm... la vista consigue ser más hermosa por segundos.”

81
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Jamila le sonrió.

“Bueno, me gustaría que mi vista pueda seguir mejorando


también.”

Galen sacudió su cabeza antes de que sus manos fueran a los


botones de sus pantalones. Los liberó lentamente, observando su
reacción mientras revelaba la mata de pelo oscuro en la base de su
polla. Empujó los pantalones lentamente sobre sus caderas hasta que
surgió. Su polla era larga, gruesa, y despertó parcialmente, hinchándose
rápidamente bajo su intensa mirada fija.
Jamila se acercó lo suficiente para que sus pezones rozaran el
pecho y envolvió su mano alrededor de su eje. Galen dejó escapar el
aliento lentamente mientras ella tomaba sus bolas.
“La vista se pone más hermosa por segundos.”

Galen se rio y pasó los dientes suavemente sobre su cuello.

“Por mucho que estoy disfrutando de esto…” dijo entre dientes


mientras ella le daba a su polla un movimiento pausado “…el objetivo
era ducharse en realidad, y no puedo hacer esto ahora. No mientras
estás...”
Jamila le apretó suavemente.

“¿Mientras estoy, qué?”

“Lo siento, perdí mi tren de pensamiento.”

Jamila se rió.

“Me alegro de tener cierto poder sobre ti.”

“Oh, te doy todo el poder si sigues haciendo eso.”

82
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Bueno, tengo que decir que me gusta el sonido de eso.”

Pero dudaba de que fuera verdad, él era demasiado agresivo


para renunciar a cualquier poder. Su coño se estaba empapando. Ella lo
quería dentro. No le importaban un comino las consecuencias, en este
momento.

Galen se rio y la agarró de la muñeca. Jamila soltó su eje y él la


atrajo bajo el agua.

“Ya basta de eso. Creo que es mi turno.”

La apretó contra la pared.


“Es posible que desees sostenerte de esa barra.”

Señaló el asimiento de la mano a su izquierda antes de caer de


rodillas frente a ella. Él levantó la pierna y la puso sobre su hombro.

“Hueles bien. Como que estás muy excitada.”

Pasó el dedo alrededor de su clítoris, y rodeo su sexo, antes de


mojar su grueso dedo dentro.
“Hmm... Perfecto. Apretado y caliente y tan mojada para mí.”

Bombeó su dedo dentro y fuera de su coño mientras frotaba su


capullo con el pulgar. Jamila jadeó y sacudió sus caderas contra su
mano mientras la miraba fijamente.

“Eres magnífica cuando te mueves así. Algún día te tendré


debajo de mí, te lo juro.”

<Dios, que ese día sea hoy. Ahora.>

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Cuando la acercó al borde del orgasmo, quitó la mano. Antes de


que pudiera gemir en protesta, empujó su boca contra su dolorido
clítoris; su lengua jadeó sobre ella con hambre y urgencia.

Metió dos de sus dedos de nuevo en su coño, con fuerza. Las


chispas de puro placer dispararon por su espalda mientras su coño se
cerró sobre sus dedos invasores y se meció contra su lengua.

Durante varios segundos se quedó con la cabeza apretada contra


la cara interna del muslo, mientras que el agua caía sobre ellos. Su
respiración era rápida y dura. Se retiró y dejó caer su pierna.
“Vaya. Tienes que ir a la otra habitación.”

“¿Pero por qué? Déjame que te toque. Déjame probarte.”

Galen se puso de pie y se alejó.


“No, vete a acostarte. No debería haber llegado tan lejos
contigo. Fue un error. Tú estás fuera de ti misma, y si me tocas ahora,
no estoy seguro de lo que voy a hacer.”
“Todo lo que yo quiero.”

Jamila dio un paso hacia él y entrelazó sus hombros.

“Entra a la cama. Ahora.”

Jamila frunció el ceño, pero salió rápidamente de la habitación.


¿De verdad no quería tomar ventaja de ella porque era descabellado o
era por otra cosa? Tenía suficiente control para tomar esta decisión. Él
debe saber eso. Pero la había hecho salir de todos modos. Jamila miró
por encima del hombro. Estaba de espaldas a ella, sus brazos
reforzados contra la pared. Tenía la cabeza hacia abajo. ¿Estaba
avergonzado de lo que habían hecho?

84
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Galen no la deseaba. En su mente era una princesa mimada. No


alguien que quería estar con ella. Pero había esperado que, incluso si él
no la quería a largo plazo, la querría ahora. A largo plazo no era una
opción para ellos.

Dio un paso atrás de la pared y agarró su polla con la mano. Se


la meneó lentamente mientras ella le observaba. ¿Habría sentido su
mirada? Su velocidad aumento cuando lanzó su cabeza hacia atrás,
mordiéndose el labio. Su áspero rugido llenó el cuarto de baño,
haciendo eco en las paredes. Si ella no lo hubiera visto, todavía habría
sabido lo que había hecho. Chorros blancos de esperma estaban en el
suelo de la ducha, y cubrieron su mano antes de irse por el desagüe.

Abrió los ojos y su caliente mirada se bloqueó con la de ella.


Jamila se dio la vuelta y corrió hacia su cama. Incluso después de lo
que le había hecho, todavía era vergonzoso que hubiera sido
sorprendida viéndolo masturbarse. Se dejó caer boca abajo en la cama,
dirigiendo su cabeza lejos de él.

¿Realmente preferiría encargarse de él mismo que estar con ella?


¿Le repugnaba tanto? Galen era hermoso cuando se corrió. Quería
verlo de cerca. Pero al parecer, él no quería que lo hiciera.

Cuando lo oyó entrar a la habitación, sintió su mirada como un


contacto físico.

“Seguramente has visto a un hombre masturbarse antes. Estás


actuando muy tímida al respecto.”

“No, no lo he hecho. Es algo que un caballero bien educado no


hace.”

Galen resopló.

“Estoy seguro de que lo hacen.”

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Galen, ¿por qué lo hiciste…?”

Galen la agarró del hombro y le dio la vuelta.

“Créeme, Jamila. Te deseo. Nunca dudes de eso. Pero no puedo


tenerte ahora, por la razón que me has dicho. Y otras. Soy un esclavo, y
si alguien se enterara que estábamos durmiendo juntos, estarías
condenada al ostracismo y me matarían. Y hay otras cosas. Cosas que
no puedo decirte todavía. Algún día tengo la intención de tenerte, pero
no ahora.”

Jamila suspiró.
“Lo que sea. Déjame curarte la herida. Siéntate.”

Se dejó caer obedientemente a los pies de su cama, y cogió el


regenerador en la mesilla de noche. Jamila le dio la vuelta y se lo puso
sobre la herida del hombro. Ya estaba formado costras. Parecían viejas
en lugar de recientes.

“Por Dios, cualquiera que sea la súper vitamina que estás


tomando, quiero algunas.”

Galen sonrió.

“Créeme, es más una maldición que otra cosa.”

Jamila podía creer eso. El Gobierno estaba cazando a su


especie, y según Galen, habían robado todo de él. El regenerador
rápidamente mostro que la curación estaba completa. Jamila paseó sus
manos sobre su suave piel.

“Eso debería bastar.”

“En realidad, es necesario atender la salida de la herida en tu


espalda.”

86
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Se volvió lejos de ella y su mirada cayó sobre él. Jamila levantó


otra vez el regenerador.

“Wow, la herida original debe haber sido grave.”

“No lo suficiente para llevarme fuera.”

Jamila rodó los ojos. Tan macho él.

“Claramente. Bueno, ya está todo listo, aunque no era


necesario.”

Galen se rio entre dientes.

“Gracias, pero probablemente deberías dejar de pasear tus


palmas sobre mi espalda.”

Jamila tiró lejos de sus manos.

“Correcto.”
Se dio la vuelta, enredó sus manos en su pelo, y le dio un corto
beso abrasador. Se apartó y apoyó su frente contra la de ella.

“No deberías haber hecho eso.”


Jamila se apartó con un gruñido.

“¿Por qué?”

Él agarró su mano y la envolvió alrededor de su polla


endurecida. Jamila se rió.

“Oops.”

Galen se puso de pie y dejó que su mano se deslizara sobre su


polla.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Buenas noches, Jamila.”

Se recostó en la cama y pasó las manos ligeramente sobre sus


pechos y por sus muslos.

“¿Estás segura de que no quieres que me encargue de eso?” le


tentó.

Galen cerró los ojos como si rezara por paciencia, o restricción.

“Dios sí, pero es tarde. Duerme un poco. Tu padre dijo que


tienes un pretendiente mañana.”

“Mierda. Sí. Como que mejor me voy a dormir.”

88
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Capitulo Seis
.
Jamila trató de ocultar su sonrisa satisfecha mientras miraba a
Galen sobre el hombro de ese idiota. Él le estaba haciendo muecas,
tratando de animarla. Jamila había estado de mal humor toda la
mañana. Algo relacionado directamente con el hombre flaco
lloriqueante sentado frente a ella.
Había llegado temprano. Seis de la mañana. Eso fue más que
suficiente para que lo odiara, cuando su padre les había despertado a
ella y a Galen sólo tres horas después de que habían llegado a la cama.
Galen era mucho mejor deportista que ella. La había llamado,
mimándola de nuevo, pero le revolvió el cabello mientras lo decía.

“No estás acostumbrada a levantarte temprano. Yo suelo ser


despertado de un golpe. Tu padre siempre me llama desde un
intercomunicador, aunque uno fuerte; este servicio de despertador es
mucho mejor, confía en mí.”
Pero había perdido rápidamente su paciencia también cuando
habían ido a desayunar para encontrar a su padre y a William Reginald
Barry y el tercer debate de los puntos más delicados de las próximas
elecciones. Casi se había quedado dormida en la mesa, con Galen de
pie en silencio a su espalda.

Ahora habían sido dejados a solas con el horrible William.


Jamila contuvo otro suspiro. Había pasado toda la mañana suspirando,
y aquel ‘Sr. Culo Pomposo’ aún no cerraba su trampa.

89
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

También la había insultado varias veces, diciendo básicamente


que las mujeres no eran iguales a los hombres o tan inteligentes como
ellos. Cuando había expresado su opinión sobre el mantenimiento de la
ingeniería genética encerrada en el Distrito Haven, su respuesta había
sido:

“No tiene sentido, querida. Tú no sabes de lo que estás


hablando. He conocido a estas personas. Son peligrosos.”

Sólo la mano de Galen en el hombro la había parado de


reventarle la boca. Justo cuando había considerado seriamente saltar
desde el balcón en el desayunador del SkyTemple, Galen había
cambiado posiciones, y comenzó a entretenerla.
“¿Qué te parece tan gracioso ahora, señorita Clearborne?”

Jamila tosió y se enderezó en su asiento.

“Oh, nada. Yo sólo le estaba sonriendo. Eres muy ingenioso y


encantador.”

Casi podía vomitar por la mentira mientras se obligaba a decirla.


‘Billy-boy’ le sonrió, revelando filas de dientes de oro sólido, algo muy
popular entre la alta burguesía, y ella trató de no estremecerse.
“Me complace que me encuentres encantador, querida.”

Él agarró su mano con la palma de su mano sudorosa y le besó


los nudillos, dejando huellas de alquitrán azul de labios en ella. No tiró
de su mano atrás, pero ¡oh, cómo lo quería! Nunca entendería la última
tendencia en aquel lápiz labial de color azul. En particular, el tono que
él llevaba puesto. Era como un gris azul muerto. Como si hubiera
muerto de hipotermia. Si solo hubiera sido así.

90
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Jamila miró a Galen, sólo para descubrir que ya no la estaba


mirando. Su mirada estaba fija en la pantalla de noticias montada sobre
el otro extremo de la mesa.

La mandíbula estaba apretada y su puño apretado en su


muñeca, haciendo que los músculos de sus dos brazos se destacasen.
¿Qué le había molestado tanto? Su mirada se disparó a la de ella, y él
hizo un gesto con la cabeza hacia la pantalla. Jamila asintió levemente
y volvió su atención a la misma.

Las casas estaban en llamas, la madera antigua no era capaz de


soportar las llamas. La cámara enfocó sobre toda la región. Toda una
ciudad había sido completamente demolida.

El pequeño subtítulo finalmente dio la ubicación. Distrito Haven,


Larus. La bilis inundó su estómago y se puso de pie tan rápidamente
que su silla cayó al suelo.

“¡Volumen arriba!” gritó mientras se tambaleaba hacia el final


de la mesa.

“...Veinte mil muertos. Y se calcula que cien mil heridos o


desaparecidos. ¡Miren esa devastación! Las bombas del Gobierno
arrasaron esta área, esta mañana poco después de las cuatro de la
madrugada.”
Sus entrañas se agitaban con el tono emocionado en la voz del
locutor. Jamila trató de detener su temblor. No haría ningún bien
mostrarle a William lo que esta noticia le estaba haciendo.

Y luego aquel capullo abrió la boca.

“¡Yo digo que se vayan! El Gobierno dijo que lo hicieron porque


la gente estaba violando la ley y entrando en los barrios a su alrededor,
pero creo que tienen todo el derecho a matarlos a todos. Son nada más
que problemas. Gentuza que quiere dominar el mundo y matar a la

91
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

gente como nosotros. Espero que atrapen a las personas que los
ayudaban.”

“¿Qué?”

La bilis subió por su garganta mientras intentaba dominar su


pánico. ¿Sabían que alguien estaba ayudándolos? Jamila tuvo que
asumir que todavía no sabían quién era, o los agentes estarían llamando
a su puerta. Bueno, no llamando. Tumbándolas.

“Sí, creen que algunas personas les pasaban comida,


medicamentos y armas de contrabando.”
¿Armas? Nunca había llevado armas. Tal vez agarrarían a
alguien más en vez de a ella. Galen se sacudió y la fulminó con la
mirada, un músculo en su mandíbula tembló.

William cogió un pedazo de pelusa de su puño.

“Deberían bombardear todos esos lugares. A veces el Gobierno


es demasiado humanitario.”

La cámara enfocó la casa donde los niños estaban. No quedaba


nada. El lugar había sido destruido. Dios, ¿dónde estaban? ¿Nadie
estaba vivo? No podía creerlo.

Jamila se giró hacia William, y se dirigió hacia él.

“Jamila, no.” ordenó Galen ladrando con dureza sin siquiera


hacer pausa.

Cerró el puño en el rostro de William y se estrelló contra el


suelo.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Fuera de mi casa. Cualquier persona que se deleita en la


muerte de tanta gente no se merece ni lamer mis zapatos. Nunca me
casaré contigo, pedazo de mierda.”

Apuntó una patada en las costillas cuando se levantó del suelo.


Galen la arrastró contra su cuerpo y rápidamente se la llevó fuera de la
habitación. Jamila tamborileó con los talones contra sus espinillas,
tratando de conseguir que la dejara ir.

“Vamos, maldita sea. Déjame darle alguna patada solo un par


de veces. Bájame.”
Él la empujó en su habitación y se tambaleó sobre sus rodillas.
Jamila apretó los dientes cuando el dolor se disparó en sus muslos. En
silencio cerró la puerta detrás de él, mientras se frotaba el puente de la
nariz.

“No me gusta ese hombre. Deberías haberme dejado que le


pegase un poco más.”
Se quedó inmóvil, y lentamente bajó la mano.

“¿Sabes lo que has hecho?”

Sus ojos se llenaron de lágrimas. ¿Por qué tenía que


recordárselo? Había conseguido que esas personas murieran. Ella lo
sabía. Si no hubiera estado negociación con ellos, no habrían muerto.

“Sé que es mi culpa. Yo los maté, fue como si les hubiera


disparado. ¿Tienes que traer eso ahora? Sé que soy tan culpable como el
Gobierno.”

Él gruñó, se inclinó y le sacó fuera del suelo con sus brazos. La


sacudió.

“No sabes lo que has hecho. Te has revelado a ti misma, y ni


siquiera dudaste en hacerlo.”

93
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Galen señaló de nuevo hacia la sala de estar.

“¿Aquellas acciones de allí? ¿Puñetazos? ¿Es la reacción obvia


de aquellas muertes? Fue testigo de eso. Él sabe que eres una maldita
simpatizante ahora. ¿Y si el sospecha lo que has hecho? Maldita sea,
Jamila, ¿por qué no lo pensaste?”

Jamila sacudió su cabeza. ¿Eso era por lo que estaba enfadado?


A ella no le importa un comino. ¿Y que si se había revelado a sí misma?
Valió la pena por conseguir un puñetazo en su cara de suficiencia.

“No me va a entregar. No sabrá que yo estuve contrabandeando


suministros médicos y alimentos a esas personas. Probablemente es lo
suficientemente estúpido que ni siquiera sospe...”

La sacudió.
“¡Maldita sea! No seas tan ciega. Podría actuar como un
maldito idiota, pero él es un hombre educado. Si piensas que no
sospecha de ti ahora, entonces eres tan estúpida como él dice.”
Galen la empujó sobre la cama, y se alejó de ella. Se volvió
hacia ella otra vez, y tomó una respiración profunda, pareciendo
reconsiderar sus palabras. Se alejó de nuevo, y cuando se volvió
mantuvo su distancia.

“¿Estabas dándoles armas, Jamila? Necesito la verdad. Estás en


terrible peligro si lo hiciste. Tú eres la persona a la que capturarán
primero. Te apuesto cualquier cosa a que el Gobierno ya sabe acerca de
tu participación. Si estabas llevando armas, te matarán. Si no lo
estabas, no podrán venir por ti. Dime la verdad.”

Jamila negó con la cabeza frenéticamente.

“Nunca les di armas. Lo juro. Comida y medicina. Yo estaba


trabajando con un orfanato, ¡por el amor de Dios!”

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Galen asintió con la cabeza.

“Eso podría salvarte también. Supongo que entraron porque se


enteraron de que el movimiento clandestino estaba recibiendo armas.
Incluso pueden no saber de ti hasta que torturen a Alice, Darion, o uno
de los niños.”

“¿Tortura? ¿No crees que estén muertos? Tenemos que


ayudarles si están siendo torturados.”

Su mirada se suavizó.

“No hay nada que podamos hacer, querida. Probablemente


estén de camino a un planeta central para ser interrogados más a fondo.
Incluso si todavía están aquí, si intentásemos rescatarlos, acabaríamos
muertos.”
El dolor irradiaba de su pecho, por lo que fue difícil respirar. Se
frotó el esternón, pero no era capaz de conseguir una respiración
completa. Estaban muertos o siendo torturados. ¿Y si había conseguido
que les mataran? ¿Y si hubiera sido vista cruzando la pared anoche?
Hundió la cabeza entre sus manos.

Jamila sintió la cama hundirse bajo el peso de Galen. La tomó


en sus brazos y la abrazó con fuerza. No dijo una palabra, por suerte.
No necesitaba ninguna trivialidad aburrida sobre cómo todo iba a estar
bien, y que no era su culpa. Necesitaba que la abrazara por un tiempo.

** **

95
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Galen colocó el cuerpo dormido de Jamila en la cama y se puso


de pie. Se acercó a su habitación y cerró la puerta. No podía esperar.
Tenía que actuar. Esto era algo que no se había esperado. Ni siquiera
podría ser capaz de conseguir lo que quería ahora, debido a sus
acciones criminales. Tenía la esperanza de que ella todavía valiera algo
para su padre. Cortó el collar de esclavo y los grilletes, los tiró al suelo y
golpearon la alfombra con un ruido sordo. Habían estado bloqueando
el transmisor debajo de la piel en el dorso de su mano. El esclavista lo
había omitido, justo como ellos esperaban, junto con el dispositivo de
comunicaciones bajo la carne de su palma.

Abrió la mano y susurró.

“Cambio de planes. Venid a buscarme. ¡Ahora!”

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Capitulo Siete
.
Un ruido ensordecedor sacudió la casa. Jamila cayó al suelo
sobre su espalda en una maraña de sábanas de seda y apenas mantuvo
la cabeza al golpear el suelo.

<¿Qué mierda fue eso?>

Se frotó su magullado trasero mientras se sentaba.

Sucedió de nuevo y el SkyTemple se inclinó violentamente hacia


la izquierda. Su estantería se quejó mientras se mecía. La casa entera se
instaló de nuevo.

“¿Galen?”

Él no respondió y eso era tan espantoso como cualquier otra


cosa.

Jamila se apresuró a salir de la cama. Si la estantería se cayera,


todos sus antiguos libros encuadernados en cuero la aplastarían. Jamila
se puso de pie, se quedó atascada entre las estúpidas sábanas de seda y
golpeó el suelo de mármol de nuevo. Tenía que entrar a la sala, donde
no había muebles. En las naves todos los muebles se atornillaban abajo,
pero en los Temples, después del lanzamiento inicial apenas se movían
en absoluto, y si lo hacían, lo hacían lentamente.

“¿Galen? Necesito un poco de ayuda.”

97
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

¿Dónde estaba Galen? Tendría que haber estado aquí. Había


estado aquí cuando se había quedado dormida.

Entonces consiguió la ayuda, pero no del tipo que quería. El


Temple se lanzó de nuevo. Las sábanas de seda (y Jamila junto con
ellas) se deslizó y golpeó la pared. El dolor estalló en su cabeza y jadeó
en busca de aire tratando de recuperar el equilibrio. Se tocó la frente y
se quedó con la mano ensangrentada.

La estantería se estrelló en la cama y todo el lío se deslizó un


palmo hacia ella con un gemido, antes de que la casa comenzara a
nivelarse.
Pateó librándose de las sábanas y se metió en el pasillo, usando
la puerta para salir ella misma. Tenía que llegar a los criados y
encontrar un servicio de transporte para salir de esta cosa. Se dio la
vuelta y se estrelló directamente con Galen.

“¿Dónde has estado? He estado llamándote. Estaba asustada.


Los estabilizadores deben estar funcionando mal.”
Galen pasó la mano sobre el corte en su frente y ella se
estremeció.

“Maldita sea. Pensé que al menos estarías a salvo en tu


habitación. No te puedo dejar sola por un segundo. Lo siento por eso.
Tenía que hacerme cargo de algunas cosas.”

“¿Que está pasando?”

“Los estabilizadores están bien. Tu SkyTemple está siendo


tomando.”

Jamila lo miró boquiabierta, no creyéndolo. Nadie había


intentado derribar a ninguno de ellos antes.
“¿Qué? ¿Por qué?”

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Debido a que tu padre es un funcionario gubernamental de alto


rango con numerosos enemigos, es por eso.”

“Pero él se fue. Las elecciones se llevarán a cabo y el Senado


tiene una última reunión. Todo el mundo sabe dónde está.”

“Sí, bueno tengo la sensación de que no están aquí por tu padre,


cariño.”

El sarcasmo y el desprecio colorearon sus palabras. Nunca había


dirigido tanto odio hacia ella, incluso cuando había sido comprado.

Su mano se apretó dolorosamente en su brazo y ella se


estremeció y chasqueó los dedos.

“¿Qué sucede contigo? Estas hiriéndome. Además, lo que está


sugiriendo es ridículo. No soy de utilidad para nadie. Mi padre no se
inclinará ante los terroristas.”

Su agarre se aflojó, pero él no la soltó.

“No estoy necesariamente hablando de ti, aunque serías útil, a


pesar de lo que piensas.”

Jamila frunció el ceño. ¿Por qué estarían atacando sin lastimarla


a ella o a su padre? Galen la empujó por el pasillo. Habían dado un par
de pasos antes de que se diera cuenta de que no se dirigían hacia las
lanzaderas y tiró de él hasta detenerse.

“Galen, las lanzaderas están por este camino.”

“No es eso lo que estoy buscando.”

Otra explosión sacudió la casa y casi se cayó al suelo. Galen


mantuvo el equilibrio con el mínimo esfuerzo. Mientras la ayudaba a
recuperar su equilibrio, sus ojos se estrecharon en sus muñecas
desnudas.

99
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Intentó dar un tirón del brazo de su agarre.

“¿Dónde están tus bandas de esclavo?”

Si ya no las tenía, entonces significaba que había escapado. Se


estremeció. Jamila estaba en peligro si él no las tenía.

“No te preocupes por eso. Tengo que sacarte de aquí.


Podríamos estar muertos si nos quedamos.”

Jamila necesitaba detenerlo. No podía quitarse ese sentimiento


de inquietud, pero ya no quería ir con él nunca más.

“Pero ¿qué pasa con todos los demás?”


“Van a estar bien.”

Jamila tiró de él para conseguir que dejase de tirar de ella.

“Los esclavos serán asesinados. Y quiero saber… ¿por qué no


tienes las bandas de su esclavo encima? ¿Cómo te las quitaste?”

Galen se detuvo solo el tiempo suficiente para lanzarla por


encima de su hombro.
“¡Galen, maldita sea! ¿Qué estás haciendo? Bájame.”

“Nop. Es mi trabajo ver que estás a salvo, y voy a hacerlo


condenadamente bien, por lo que quédate allí y permanece en
silencio.”

El pánico la congeló cuando su cerebro trató de averiguar lo que


estaba pasando. Si él no tenía las bandas de esclavo, era por lo menos
dos veces más fuerte que cuando las había tenido puestas. Y no había
manera de que le incapacitara de forma remota si se habían ido. No
podía ser bueno que él estuviera sin ellas. Pero él había salvado su vida
antes. ¿Podría realmente dudar de él?

100
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Estaba siendo grosera, pero en una situación peligrosa podría ser


su forma... sin embargo, ¿por qué tenía la sensación visceral de que le
estaba mintiendo a la cara?

“Galen, por favor deja de...”

Su protesta murió a mitad de la frase al pasar sobre una forma


arrugada en el pasillo. Uno de los guardias. Pasaron tan rápido que no
podía decir si el hombre estaba muerto o no. Galen ni siquiera se había
detenido.

<¿Por qué? ¿Sabe el destino del hombre?>

Galen probablemente podía leer sus signos vitales sin tocarlo.

<¿Lo ha matado él?>

“Por favor, dime lo que está pasando. Me estas asustando.”

Galen gruñó y siguió caminando. Cerró los puños en la espalda,


pero no podía causarle dolor. Jamila lo sabía. Podría golpear su espalda
hasta que rompiera sus manos y él ni siquiera se inmutaría.

Las luces parpadearon y luego se quedaron a oscuras. No le


impidió seguir, sin embargo. Caminaba como si pudiera ver
perfectamente en frente de él. Igual que había pasado la otra noche en
el callejón. No podía hacer nada. Colgada allí inútil encima de su
hombro.

Había solo una cosa que podía hacer. Jamila respiró hondo,
abrió la boca y gritó por todo lo que valía la pena.

“Maldita sea, mujer. ¿Estás tratando de reventarme los


tímpanos? Puedes gritar todo lo que quieras, pero voy a matar a
cualquiera que venga por nosotros. Creo que me las arreglé para sacar
la mayor parte de los guardias de aquí de todos modos.”

101
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

<¿Muertos?>

“¿Mataste a todos ellos?”

Galen suspiró.

“Algunos. Cuando se dieron cuenta de lo que pasaba y quién


estaba atacando, yo era su primer objetivo.”

<¿Quién estaba atacando? ¿Más Cyborgs? Debe ser. Nada más


podría hacer que el equipo de seguridad ataque a Galen.>

Galen abrió de una patada la puerta que daba al patio y la dejó.


La luz la cegó. Era un hermoso y soleado día para ser pleno invierno,
pero el frío todavía impregnó su ropa. Notó el zumbido de una nave
detrás de ella. Se dio la vuelta y consiguió un vistazo de lo que estaba
allí.
Era un servicio de transporte inmenso, con armas montadas
desordenadamente en él. Era evidente que un principio no se había
fabricado con ellas. Era lo suficientemente grande para adaptarse
cómodamente a veinte pasajeros. Incluso más, si viajaban a poca
distancia. Diez hombres se alineaban fuera de la nave, y uno estaba de
pie delante de los demás.
“Mierda, Galen, no nos asustes así. Estábamos a punto de venir
a por ti.”

El hombre que estaba delante se adelantó más y le cogió la


mano.

“Me alegro de verte. Un mes es demasiado tiempo.”

Galen resopló.

“Sí, y sólo he estado aquí durante dos días. Estar en el comercio


de esclavos no es tan bueno como parece.”

102
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

El hombre se inclinó alrededor de Galen para tener una mejor


vista de ella.

“Pero veo que tienes el premio. Lo que no estaba garantizado.”

“Sí.”

<¿Consiguió el premio? Como el infierno.>

Jamila se dio la vuelta y corrió hacia la puerta. Se lo


demostraría. No debería haberla liberado si esperaba retenerla. Se
deslizó por las puertas del patio… directa a los brazos del otro Cyborg
alto. Jamila dio patadas a su espinilla con todas sus fuerzas y maldijo
cuando el dolor se disparó a su pie. Era una idiotez. No podía hacer
daño a uno de estos hombres con zapatos, mucho menos sin ellos.
Todo lo que conseguiría era romperse los dedos del pie como problema.

“Ahora, ahora, nada de eso. Creo que se supone que debes


permanecer con el grupo.”

Él agarró su brazo y la arrastró de nuevo al patio.

“Galen, creo que perdiste a alguien.”


Él la empujó hacia Galen con fuerza. Estuvo a punto de chocar
contra el suelo cuando la salvó de la caída, envolviendo sus brazos
alrededor de ella y fijándola a su pecho.

“Joder, Torin. Ten cuidado. No es necesario hacerle daño.”

“Jamila trató de correr, gracias a tu mala supervisión. Además,


estoy acostumbrado a tratar con nuestras mujeres. Una de ellas no
hubiera tropezado así.”

Galen se alejó de ella, pero mantuvo su dominio sobre su brazo.

103
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Es por eso que nadie la toca, solo yo, y si es necesario, utiliza
una mano ligera. Podrías matarla fácilmente. Y en cuanto a correr,
¿qué es lo que realmente esperas? No es como si ella pudiera
marcharse.”

“Nos podría haber tomado horas buscarla si la dejaba ir.”

Galen sonrió.

“Podría haberla atrapado. No corre rápido. Y sabía que tu


equipo iba a venir por allí de todos modos. Ahora vamos a cargar y
largarnos de aquí. Es sólo cuestión de tiempo antes de que los de
Operaciones aparezcan, y ya que son nuestra gente, estaría mal si
superan esa pequeña trampa mortal de servicio de transporte que has
arreglado.”
Galen deslizó la mano por su brazo y entrelazó los dedos con
los de ella, apretando su agarre cuando trató de apartarse.

“¿A dónde me llevas? ¡Déjame ir!”


Sacudió la cabeza y la obligó a caminar hacia la nave.

“Te voy a llevar con el resto de nuestro pueblo durante unas


semanas. Mira, el Senado está tratando de aprobar una ley que le daría
al Gobierno los fondos y mano de obra para cazar y matar a todos
nosotros. Tu padre puede hacer una gran diferencia en eso. Él tiene una
cantidad considerable de poder en una habitación donde muchos de los
Senadores están en contra sobre el tema, incluso si su único motivo es
que somos caros. Tu padre no lo es. Él quiere que nos maten. Él es el
voto decisivo. Si se cambia a nuestro lado, muchos lo seguirán.”
“Mi secuestro no ayudará a tu caso. Él no va a cambiar su
decisión porque tú me hayas secuestrado.”

104
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Entonces vas a morir. Sospecho que se preocupa lo suficiente


por ti como para salvarte de esto.”

Caminaron por la rampa de la lanzadera en silencio y la


metieron en una silla. Galen le puso el cinturón.

“Ordenador, bloquea este asiento.”

Hubo un clic del bloqueo y el temor recorrió las venas de Jamila


como agua helada.

“Se trata de una silla de transporte de prisioneros.”

Galen asintió con la cabeza.


“Arrancado de la mejor y más nueva nave del Gobierno.”

“No tienes que encerrarme. ¿Qué puedo hacer yo?”

Galen le sonrió.
“Mucho. Estoy aprendiendo rápidamente a no subestimarte.”

Se puso de pie y miró al hombre que la había atrapado, Torin.

“¿Hiciste esa otra cosa que te pedí?”


Él asintió con la cabeza y la miró.

“Sí, pero no entiendo por qué querías hacer eso. Es una misión
peligrosa conseguir un puñado de personas.”

“Son importantes. Y podrían derramarse y hacer que toda esta


operación sea inútil.”

Jamila bajó la cabeza y dejó de escucharlos. Había confiado en


él, y él la había traicionado. Era su maldita culpa. Debería haberlo
sabido. Él era un maldito Cyborg, con su propia agenda.

105
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Pero había pensado que al menos se preocupaba por ella un


poco. Estaba equivocada. Iba a matarla si su padre no cedía a sus
demandas. Y Cyrus no lo haría. En todo caso, este pequeño acto le
haría perder la cabeza y cazarles a todos. Por supuesto, ella estaría
muerta mucho tiempo antes de que pudiera exterminarlos.

Galen se sentó en la silla al lado de ella.

“Salgamos de aquí antes de que llegue la policía.”

La puerta se cerró mientras la nave arrancó de inmediato.


Debían haber dejado que se calentara en el proceso de buscar a Galen,
por lo que no tenían tiempo extra de calentamiento. Un buen plan.
Galen siguió echándole vistazos. Después de un minuto teniéndolo
mirándola, ya no podía más. Estaba tratando de lograr que
enloqueciera.

“¿Por qué mantienes la mirada en mí? Déjame en paz. ¿Por qué


no vas a sentarte a algún sitio? No soporto tenerte cerca de mí.”
“Tengo que mirarte. Es mi trabajo llevarte de aquí a la estación.
Espacio.”

“No puedo exactamente escapar si estoy malditamente


atornillada en el asiento, por lo que creo que puedes irte. ¿Estás
esperando que llore? ¿Qué te grite? ¿Qué?”

“No sé lo que estoy esperando. Definitivamente no querría que


tengas una descompostura, pero temo que la tendrás.”

Oh, estaba definitivamente estaba al borde de un ataque, pero


no se lo podía decir. No le mostraría debilidad a este hombre. Nunca
más. Había conseguido su confianza, y tomado ventaja de ello.

“¿A dónde me llevas?”

“Un puesto de avanzada en el borde de este sistema.”

106
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“¿Qué hay ahí fuera?”

Jamila sabía de algo que estaba ahí fuera. Alienígenas.


Alienígenas hostiles. No había seres humanos tan lejos. Desde que la
exploración espacial seria había comenzado, habían llegado a tener
contacto con muy pocas razas alienígenas. La mitad eran demasiado
subdesarrollados para interactuar. Sin embargo, habían hecho contacto
con otras dos razas.

Una raza pensaba que los humanos eran demasiado violentos, y


había cortado todo contacto debido a varios enfrentamientos, y el
seguimiento de las estaciones de noticias de la Tierra.

La otra raza era puramente depredadora. Querían recursos,


mano de obra esclava, planetas para colonizar y sangre. Jamila se
estremeció y esperaba que el último rumor no fuera cierto. Los seres
humanos tenían un tratado provisional con ellos, cuando habían
demostrado ser un dolor en el culo ante eliminarlos por completo.

Se habían conformado con el comercio. Pero más de una misión


comercial había sido masacrada. O tomada. Nadie estaba realmente
seguro pero parecía que los humanos ofendían a otras razas, sin
importar dónde fueran.

Los Corabin encontraban casi cada gesto y cada palabra como


una ofensa.

“Tenemos una pequeña estación espacial por ahí. Un espacio de


vida de largo plazo abandonado de cuando los viajes espaciales
tripulados estaban menos desarrollados.”

Dios mío. Iban a morir. Esas cosas estaban destartaladas y la


mayoría habían sido desguazados hace años, cuando los mineros
habían descubierto mejores materiales para hacer las estaciones.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

¿Viajes pre-avanzados espaciales? Tuvieron suerte que el soporte


vital no había fallado, o una bolsa de aire los habría expulsado a todos
ellos hacia fuera en el espacio.

Jamila resopló.

“Entonces realmente planeas matarme? Pensé que estabas


esperando hasta que mi padre dijera que no a tus demandas.”

Jamila rodó los ojos.

“La hemos arreglado, y ha estado en buen estado de


funcionamiento durante años. Y lo más importante, el Gobierno no
supervisa lo que creen que es basura.”

“¿Y qué desvencijada nave estaremos tomando allí?”

Él sonrió.

“Oh, no es raquítica en absoluto. No puedo esperar para


mostrártela. Es mi bebé.”

Su curiosidad pudo más que ella.


“¿Qué nave es? ¿La robaste?”

“Claro. Todo por mí mismo. Y cuando lo veas, vas a entender


por qué estoy tan orgulloso de mí mismo.”

Jamila lo miró.

“Dímelo ahora.”

“No. No lo haré.”

Se sentaron en silencio por un tiempo. Jamila podría sentir


curiosidad por la nave que había robado, pero todavía estaba enfadada
y no estaba dispuesta a perdonarle. Nunca.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

¿Cómo le hizo entablar una conversación con tanta rapidez?


Decidió que a partir de ahora le ignoraría. Asintió con la cabeza para sí
misma, cimentando su resolución.

La alarma de proximidad en la nave se apagó y se sacudió. Se


acercaban a algo, o estaban siendo disparados. El puente de mando se
sacudió por algún impacto.

“Estamos siendo atacados.”

Una segunda explosión lanzó la pequeña nave espacial hacia la


izquierda.
“Mierda.”

Galen se desató a sí mismo y se levantó.

“Sabía que vendrían después. Maldita sea.”

Corrió para la cabina del piloto, y se inclinó sobre el hombro de


Torin.

“¿Alguna identificación?”
Torin asintió.

“Policía del Estado cinco... cinco... seis. Tienen...”

Los altavoces crepitaron antes de que el mensaje viniera por el


intercomunicador.

“Buque desconocido, apague sus motores y prepárese para ser


abordado o será disparado.”

“Solicitó que paremos.”

Galen resopló.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Sí, capte eso. ¿Opciones?”

“Somos más rápidos y más fáciles para maniobrar. Si


quemamos todo, podemos volver de nuevo a la Madre. Pero...”

“Hay un cuarenta y uno punto siete por ciento de posibilidades


de acabar explotando.”

El piloto inclinó su cabeza hacia atrás y hacia adelante.

“Bueno, con las mejoras es más como treinta y cinco. También


podríamos abrir fuego. Pero...”

“Sus armas son más grandes, mejores, y tienen más que


nosotros.”

“Tenemos que ser almas gemelas. ¿No puedes dejarme terminar


una frase?”

“No, es más fácil de esta manera.”

Galen tocó un botón amarillo en el tablero.

“Buque del Gobierno, tengo a la hija de un Senador a bordo. Si


no dan la vuelta, la mataré.”

“No negociamos con terroristas.”

Jamila dejó caer la cabeza hacia atrás en el cuello. Era una


mujer muerta. Galen suspiró.

“Excelente. Tráenos alrededor y apaga los motores. Tendrás


una sola oportunidad para disparar, por lo que cuentan. Entonces
nosotros saldremos de aquí. Combustión completa.”

“Pillado.”

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Jamila sacudió su cinturón. Sabía que no podría tirar de ello,


pero eso no le impidió intentarlo.

“Galen esto es una locura. Déjame ir en una cápsula de vida.


Van a estar demasiado ocupados recogiéndome como para ir tras
vosotros si sois rápidos. Vas a conseguir que nos maten a todos.”

Galen la miró.

“Creo que sé lo que estoy haciendo un poco mejor que tú.”

“Déjame ir.”

Torin miró por encima del hombro.


“Tú no lo entiendes, te necesitamos. No podemos dejarte ir. Si
morimos, entonces moriremos. Pero tengo la sensación de que no nos
van a destruir contigo aquí, no importa lo que digan. Los Senadores
son hombres muy poderosos. Incluso si nos alejamos, es probable que
busquen otra manera de obtenerte de vuelta. Significaría riquezas y
rango para cualquier persona que lo logre.”
“Realmente no valgo mucho. Si piensas que llevarme va
convencer a mi padre de hacer algo por ti, estás equivocado.”

Galen levantó la mano.

“Jamila, silencio. No puedes hablar sobre esto.”

Se mordió los labios para no gritarle. Iban a conseguir que la


mataran antes de que tuvieran la oportunidad de asesinarla ellos
mismos. Esta era la prueba de que él era uno de las personas
genéticamente modificadas que estaban locas. No era razonable. No
quería ir a su estación espacial. Probablemente todos estarían tan locos
como Galen.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

La nave giró tan rápido que incluso los amortiguadores de


inercia no redujeron la sensación de náusea que la inundó. Vio la nave
del Gobierno, ya que aceleró peligrosamente hacia ellos. Apretó los
puños. Cuando estuvo segura de que les habían golpeado, el puente
bajó y voló bajo la nave de la policía justo a tiempo. Dispararon y se
apartaron.

“¡Perfórenlo!”

El impulso repentino la empujó contra la silla. El aire salió


forzado de sus pulmones, chocó contra la quemadura completa. Luchó
por respirar mientras la presión amenazó con aplastar su pecho. Tan
pronto como llegó, se fue, al llegar a una velocidad constante.

Galen golpeó con la mano a Torin en el hombro.


“Bien hecho.”

“Gracias, voy a hacer una maldita reverencia más tarde.”

Galen volvió a su asiento y se derrumbó en ella con una amplia


sonrisa en su rostro.

“Estaba un poco preocupado allí. No pensé que serían capaces


de responder de manera tan rápida a tu secuestro.”

“Matón. ¿Estás realmente contento con esto? Estabas casi


atrapado y estás sonriendo.”

Se encogió de hombros.

“Los Cyborgs se construyeron para la batalla. Es emocionante.


Anímate, Jamila. Pudimos salir con vida y pronto vamos a estar en la
nave. Tendrás la oportunidad de vagar, dentro de lo razonable. Y
tendrás un poco de comida. Estoy seguro de que te estás muriendo de
hambre.”

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Como que me gustaría comer cualquier cosa que me des.”

Jamila rodó los ojos.

“No voy a envenenarte. Te necesito.”

“Hasta que no me necesites, y luego me matarás.”

Galen apartó la mirada de ella.

“No vamos a llegar a eso.”


“Eso dices tú. Perdóname, pero me resulta difícil creer a alguien
que me ha traicionado. Es un error mío.”

Suspiró, cerró los ojos y se recostó en su asiento. Jamila sacudió


la cabeza y miró hacia otro lado. Los otros Cyborgs la observaban.

<¿Por qué?>

La mirada de uno osciló a Galen, y sus ojos se estrecharon.

<¿Qué estaban pensando?>

Probablemente que ella y Galen eran más cercanos de lo que


realmente eran. Por lo menos, nunca se había acostado con él. Aunque,
había hecho todo lo posible. La vergüenza barrió a través de ella. Era
una idiota. Sabía que no era una mojigata nerviosa, pero… ¿esto?
¿Dejar que un esclavo Cyborg se ponga sobre ella, y luego ser jodida
por él?

Las cosas no podían ir peor.

Cerró los ojos y trató de pensar en otra cosa.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Capitulo Ocho
.
Saltó, ya que la despertó el ‘clic’ de su cinturón al ser liberado.
Su cabeza golpeó.

“Guau, tranquila. Estás segura.”

Jamila parpadeó hacia Galen y sonrió con fuerza, tratando de


ignorar el dolor en la cabeza así no se desquitaría con él. Sus ojos se
abrieron. Miró a su alrededor y se dio cuenta de qué él estaba
sorprendido. Estaba rodeada de Cyborgs, y en su camino a alguna
estación espacial en una parte peligrosa del sistema solar. Debería estar
maldiciendo a este hombre.

Jamila se puso de pie y se tambaleó cuando un pico de dolor se


le clavó justo detrás de los ojos. Galen la agarró del codo.

“¿Estás bien?”

Jamila sacudió su cabeza.


“Estaré bien. Tengo una migraña.”

Galen frunció el ceño.

“Eso no suena bien. No te preocupes, nosotros te daremos


comida y agua y un analgésico.

“Comida y un analgésico, suena encantador.”

Sacudió la cabeza.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“¿Tienes mareos?”

Jamila suspiró.

“No.”

“Bien. Dime si los tienes. Vamos a tener que llevarte al


médico.”

Galen le abrió el puente antes de que los otros Cyborgs


terminaran recogiendo sus cosas. Entraron en una enorme bodega de
carga. Se quedó mirando a los activos Cyborgs alrededor de varias
naves más pequeñas, mientras descargaban cajas y hacían reparaciones.
“Nunca he visto una nave tan grande a menos que fuera un
buque del Gobierno.”

Galen se rio entre dientes.

“¿Y a quién crees que le robamos esta nave? Sería poco


considerado tomarlas de simples viejos ciudadanos cuando es al
Gobierno a quien queremos derribar.”
Jamila lo miró boquiabierta.

“¿Derribar? Entonces, ¿eres un anarquista?”

“No. No nos gusta que estén en el poder. Son corruptos. Nos


hicieron así. Siguen convirtiendo a la gente en Cyborgs, y al hacerlo,
están destruyendo vidas. No sabes a cuántas personas han arrancados
de sus familias. A veces sus familias incluso eran asesinadas. Otras
veces las dejaban morir de hambre y sin maridos para apoyarlos. La
mayoría de las mujeres ocupan puestos de trabajo de fábrica o son
putas. Se llevan a la gente de las regiones más pobres de la sociedad
porque no tienen ningún derecho a defenderse. Dejaron morir a toda
mi familia.”

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Había empezado tranquilo, pero hacia el final de su discurso él


se había puesto tenso, alzando la voz. No lo suficiente para llegar a
gritar, pero desde luego no había estado tranquilo. Galen hizo rodar sus
hombros y respiró hondo.

“Lo siento, no quiero despotricar. Pero lo esencial es que están


tomando ventaja de su poder. Tienen que ser detenidos antes de que
maten a más personas.”

“Entonces… ¿enviaría todo al caos porque tienes una aversión


al Gobierno?”

Galen sonrió con satisfacción.

“No al caos. Tenemos un plan.”


“Sabes, suenas como esos locos ejércitos de ingeniería genética.
Los que estaban equivocados. También querían tomar el Gobierno.
Mira donde los llevó eso. Mira donde te tiene a ti.”
“No planificamos controlar el Gobierno. Tenemos gente leal a
nosotros entre el Senado. No todo el mundo quiere que nos maten.”

Jamila rodó sus ojos.

“Ahora me impresionaste.”

Galen la miró profundamente a los ojos como si estuviera


tratando de leerla al tiempo que no revela nada de sí mismo.

“En realidad, no me quieres muerto. O cualquiera de nosotros.


Crees que es una injusticia mantener a las personas genéticamente
modificadas en barrios.”

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Esto es diferente. Tú eres diez veces más una amenaza de lo


que son los genéticamente modificados. Tienes un cerebro que rivaliza
con un ordenador. Tienes reforzado el esqueleto. Estoy segura de que
sabes una buena cantidad de secretos del Gobierno, y estás robando sus
naves.”

“Todavía crees que no deberíamos estar atascados aquí,


pudriéndonos en el espacio bajo la amenaza de muerte si nos atrapan.
Admítelo.”

Jamila lo miró. No iba a admitirlo. Por supuesto, Galen tenía


razón. Nadie se merecía esto. Pero cuando se comportaban como lo
hacían… ¿quién podría culpar al Gobierno por querer contenerlos?

“Bien. No lo digas, pero sé que lo crees. Tus acciones me lo


demuestran.”

Se dio la vuelta y se alejó de ella.

“Mantén el ritmo, o te asigno a otro guardia y termino contigo.”


Jamila lo había cabreado. No pudo evitarlo. Se negó a insinuar
que era una buena idea derrocar al Gobierno. No estaba de acuerdo
con eso. Sería conseguir a muchas más personas muertas. Dijo que
tenía amigos en las altos mandos, pero no había manera de que su líder
favorito tenga la posición, y a pesar de su creencia de que él o ella
estaba de su lado, probablemente no podría incluso conseguir aprobar
leyes para salvarlos.

Miró alrededor de la nave mientras seguía de cerca detrás de él.


Todo parecía tan familiar. Como si hubiera estado aquí antes, o…

Jamila se detuvo y la boca se abrió mientras miraba las paredes


a su alrededor. Sólo había una nave de este tamaño que hubiera sido
robada en la década pasada.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“¡Esta es la Vengeance!”

Galen dio la vuelta y le sonrió.

“Si, así es.”

Jamila lo miró boquiabierta.

“Pero… ¿cómo? Era de tecnología avanzada. Vigilada por


medio del ejército y luego estaba su tripulación. ¿Cómo hicisteis esto?”
“Bueno, con toda una fuerza de choque habría sido imposible,
pero ¿con un hombre? Es fácil deslizarse en forma inadvertida. Me
escondí en los túneles de reparación, y empecé haciendo estragos en sus
sistemas. Me tomó días, pero encontré los controles ambientales y les
avisé de que la nave iba a ser inundada con gases neurotóxicos. Todo el
mundo hizo una carrera loca hacia las salidas, cuando en realidad lo
único que hice fue mantener la respiración lenta y bajar la atmósfera.
Puedo contener mi respiración durante veinte minutos. Mira, sigo
siendo humano. No me atreví a romper todos los registros. Entonces
solté una capsula de vida con las personas que no acababan de lograr
salir.”

Galen sonrió.
“Resultó que el robo era la parte fácil. ¿Pilotarla con una sola
persona? Significativamente más difícil. Más de un sistema tiende a
requerir atención a la vez, y la multitarea puede ser peligrosa durante el
vuelo de una nave.”

Jamila sacudió su cabeza.

“Pero lo hiciste.”

“Lo hice. Me las arreglé para usar el piloto automático, que


aunque no sea el preferido, fue una gran ayuda porque tenía que
mantener los sistemas de la nave y tiré a la mierda el sistema de

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

seguimiento en él. También tenía un mando a distancia de


autodestrucción. Supongo que eran reacios a utilizarlo, sin embargo.
Ahora bien, si lo hacían, reventarían un trozo de asteroide y lo
enviarían a toda velocidad hacia el edificio del capitolio. Tomó un poco
de matemáticas, pero creo que tengo la trayectoria correcta.”

“Eres grande en alardear, ¿verdad?”

“Pfft. Bésame el trasero. Soy hombre, después de todo. Nosotros


hacemos nuestra parte justa de regodeo. Sigo siendo inigualable con los
robos de naves de Estado. Aunque espero que Kyle lo haga mejor. No
me importa perder mi título de ‘Campeón-reinante-de-robo-naves’.”

Jamila no pudo evitar reírse.

“¿Hay un título?”

“Sí, con un trofeo.”

Jamila rodó sus ojos.

“Oh, eso tengo que verlo.”

Se inclinó y le susurró al oído.


“Bueno, estoy seguro de que puedo arreglar eso. Está en un
estante encima de mi cama.”

Jamila negó con la cabeza y se alejó de él.

“Sabes que eso no va a suceder. Arruinaste tus posibilidades. No


puedo volver a confiar en ti de nuevo.”

Su mirada se volvió solemne.

“Lo sospechaba. Es una pena. Tú eres una mujer hermosa,


especial y te deseo. Pero valdrá la pena, si podemos conseguir lo que

119
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

necesitamos. Además, no tengo la intención de dejar de tratar de


seducirte. Sígueme.”

Se dio la vuelta y se alejó mientras ella miraba a su espalda. ¿No


podía dejarlo pasar? Pero era una vergüenza. Galen era increíble para
ella. Había pensado que era una persona maravillosa. Tenía razones
legítimas para lo que había hecho, pero aun así la había secuestrado de
su casa en una acción peligrosa.

Jamila se arrastró detrás de él, y no pudo dejar de notar los


ceños fruncidos de los otros Cyborgs al pasar. No les gustaba ella. Era
otra marca en la columna de peligro. Jamila no podía perdonarle, no
importaba cuáles fueran sus razones.

La puerta frente a ellos se abrió y entraron. Era el comedor.


Varios Cyborgs estaban sentados alrededor, charlando. Algunos eran
mujeres, pero en su mayoría eran hombres. Los ojos de todos
cambiaron hacia ella y el pelo en la parte de atrás de su cuello se erizó.
Cada mirada contenía hostilidad. Jamila se acercó a Galen. No importa
lo que había hecho, él no la había herido físicamente. Se sentía más
segura cerca de él.
Galen metió la mano detrás de él como si sintiera que necesitaba
algo para darle fuerza. Jamila la agarró y él tiró de ella a través de la
habitación para sentarse en una mesa vacía.

“Voy a conseguirnos algo de comida. Mantente quieta. Nadie


va a hacerte daño, y estaré por allá.”

Señaló a la línea a través del cuarto.

Jamila asintió. Podría sentarse aquí durante cinco minutos


mientras él conseguía los alimentos. Miró a su alrededor los rostros
enfurecidos cuando se alejó y esperaba que regresara pronto.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

En lugar de mirarlo con aprehensión, cerró los ojos y se masajeó


las palpitantes sienes. Nada ayudaba cuando llegaban las migrañas
como esta. Esto iba a doler hasta que tomara sus medicamentos para el
dolor hasta dejarla inconsciente. Esperemos que pudiera retener los
alimentos. Era un problema de vez en cuando, si la agonía se hacía
demasiado intensa.

“Hola, humana.”

Abrió los ojos y miró boquiabierta a la amazona de pie sobre


ella. Jamila era alta, pero esta mujer habría rivalizado con Galen.
También era musculosa, como una fisicoculturista. ¿Estaban las
Cyborgs construidas de esa manera o dedicaban tiempo para adquirir
más volumen? Le sonrió a aquella mujer, y rezó para que estar siendo
cortés la ayudara con cualquier hostilidad. A juzgar por la
profundización del ceño fruncido de la mujer, no lo haría.

“¿Puedo ayudarte?”

“Eres muy escuálida para uno de nuestros hombres. Algunos se


preguntaban si podrías sobrevivir si te tienen.”

Eso también se le había ocurrido pensarlo a ella. Galen siempre


fue suave, pero si perdía el control no terminaría bien para ella.

“Sinceramente, no lo sé, y no tengo la intención de


averiguarlo.”

“¿Por qué? Demasiado buena para joder un Cyborg?”

“Si vas a poner palabras en mi boca, me voy a dormir la siesta, y


puedes tener esta conversación tu sola, ¿de acuerdo?”

Sonaba grosero, incluso para sus oídos.

<Maldita migraña.>

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Le hacía lanzarse a por las gargantas, incluso con la gente que le


gustaba. Cuando la mujer sonrió, un poco de escalofrío recorrió la
espalda de Jamila.

“Bueno, me encantaría saber si puedes tomar a uno de ellos.


Son bastante agresivos en la cama, y no pareces gustarles mucho.”

Se dio la vuelta y gritó a los hombres en un lenguaje que Jamila


no entendía. Se rieron, y algunos miraban a Jamila con lujuria
evidente.

“¿Qué les dijiste?”


“Nada, pequeña humana. Estoy segura de que lo descubrirás.”

Sus manos brillaron tan rápido que Jamila no lo vio venir antes
de que se enredaran en su cabello. La mujer tiró de su cuello hacia atrás
y no pudo contener el pequeño gemido de dolor.

“Por cierto, Galen es mío. Me aseguraré de que pagues si le


jodes.”
“¡Ann! Déjala ir, ahora.” gritó Galen desde el otro lado de la
habitación.

Sus largas piernas devoraron la distancia cuando vino en su


ayuda. Jamila encontró la mirada de Ann.

“Él te golpeará fuerte si le digo que me estás amenazado. ¿Sabes


eso que le dijiste a la gente en esta habitación? Supongo que era
desagradable, sucio, o amenazante. ¿De verdad quieres esperar por él
hasta que llegue aquí?”

Ann la soltó, y el miedo oscureció los rasgos de la mujer. Se dio


la vuelta y se alejó. Jamila respiró con alivio y giró el cuello. Ann le
había tirado tan duro que estaría dolorida durante días. Si pudiera
volver atrás y comenzar hoy otra vez.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Galen llegó a su lado y golpeó dos comidas pre-empacadas


sobre la mesa. Él le tomó la mano por el cuello y la masajeó
suavemente.

“¿Te hizo daño? ¿Qué te dijo?”

“Sí, me hizo daño, pero no mucho. Y me amenazó. Dijo que


eras su ‘follamigo’7 y que yo debería mantener mi distancia.”

Galen resopló.
“No soy de ella. Hemos tenido relaciones sexuales antes de irme
a mi misión, hace más de un mes. No puedo creer que no haya
encontrado a alguien más.”
“Lo que sea. Tú no eres mío. Mantenla lejos de mí. ¿Qué gritó
ella a los de la habitación?”

Sus nudillos crujieron mientras sus manos se apretaron en


puños.

“Que querías ser follada por uno de nosotros. Que no podrías


esperar. No te preocupes. Voy a tener una charla con ellos después de
que te lleve a tu habitación. No voy a dejar que ningún daño venga a
ti.”

Jamila estaba empezando a pensar que no podría evitarlo.

** **

123
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Observó mientras comía. Jamila hizo una mueca con cada


bocado. No era el tipo de comida al que estaba acostumbrada. Esto era
sólo un poco mejor que lo que le había dado a los huérfanos en el
Distrito Haven. Era por supervivencia, no para vigorizar sus sentidos
con buen gusto. Lamentaba que no le pudieran ofrecer más. Aunque
seguramente ella había viajado y comido alimentos similares.

Apartó su comida a medio comer y se masajeó las sienes. Ese


dolor de cabeza le preocupaba. Su pequeño golpe en la cabeza no
debería haber causado una migraña tan poderosa. Los Cyborgs no
tenían dolores de cabeza. ¿Algo estaba mal con ella? Sin duda, si
tuviera algo habría sido detectado por sus médicos y eliminado. Era el
momento de llevarla a acostarse.

“¿Ya terminaste?”
“Sí, su sabor es horrible.”

“Lo siento; las comidas no van a conseguir ser nada mejor


tampoco. Estamos buscando un planeta para instalarnos, pero la
búsqueda de uno habitable es difícil. Hasta entonces tenemos que lidiar
con las raciones que robamos.”

Jamila suspiró.

“Lo siento, no quiero ser grosera.”

Galen resopló.

“Creo que tienes todo el derecho a serlo. No es un problema.


Puedo manejar a una mujer de mal humor, pequeña.”

Jamila lo fulminó con la mirada.

“Sí, hasta que te atormente.”

Galen arqueo las cejas.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Estoy bastante seguro de que podría dominarte antes de que lo


lograses.”

Se puso de pie, le tendió la mano y la ayudó a levantarse.


Rápidamente salieron del comedor mientras él fulminó con la mirada a
todos los que se atrevieron a mirarla. Este era uno de los problemas que
tenía que enfrentar. Le había llevado un poco de moderación no
lesionarla por accidente. Si uno de estos hombres estuviera cerca de
ella... ni siquiera quería pensar en lo que pasaría. Especialmente si
alguien decidía tener sexo con ella. Galen sabía que no iba a consentir
eso y probablemente conseguiría que la mataran. Frotó su pulgar sobre
sus nudillos. Detestaba ponerla en esta situación. Jamila había
demostrado ser una buena persona, a pesar de su educación. No se
merecía ser amenazada por su pueblo.

La reacción de Ann le desconcertaba. El sexo entre ellos era


casual. Sin ataduras. A menudo era así entre los Cyborgs. Y sin
embargo, actuó como si lo poseyera. Tendría que establecer su línea. Él
no pertenecía a nadie, y en este momento, la única persona con quien
quería follar estaba agarrándose a su mano como un salvavidas.
Galen miró a Jamila. Todavía confiaba en él, aunque dijera que
nunca lo haría otra vez. Ese era el menor de los males. No era un
cumplido, pero no era inútil intentar mover su camino de vuelta a su
buena voluntad. Bueno, si mantenía el acto de que la mataría si no
conseguía lo quería de su padre. No dejaría que se comunicara con su
padre, ella tenía que creer que su vida estaba en peligro. Era una
desafortunada torcedura en su plan para seducirla. Nada que no
pudiera conseguir, pero se lamentaba por estar causándole estrés.

Llegó a la puerta de sus aposentos y la abrió. La empujó dentro


y ella se sentó en la cama.

“¿Por qué no te duchas mientras te consigo un analgésico?”

125
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Jamila asintió y Galen se fue, cerrando la puerta detrás de él en


silencio. No podía soportar mirarla desvestirse. No mientras estaba en
su habitación, y estaría durmiendo en su cama. Sacudió la cabeza. Era
un hombre adulto. Podía manejar a una bella mujer durmiendo a su
lado. Resopló. No, no podría.

Dio la vuelta de la esquina a unos pasos de la enfermería y vio a


Ann pavoneándose hacia él.

“¿La deseas Galen? No lo niegues. He visto la forma en que la


miras fijamente. Sosteniendo su mano.”
Justo lo que menos quería hacer en este momento; discutir con
Ann era molesto.

“Si sabes la respuesta, ¿por qué lo preguntas? La deseo, pero no


puedo tenerla, por lo que es discutible. Ella no me desea de vuelta.”

Galen estaba seguro de que no era cierto, pero no estaba


dispuesto a compartirlo con Ann.
Ann paseó un dedo por su camisa.

“Entonces, ¿por qué no vienes conmigo y resuelves tus


frustraciones? Tuvimos un sexo increíble.”

Lo habían pasado bien. Pero era demasiado falsa para su gusto.


Él la tuvo, pero ninguna de sus respuestas era verdadera. No como
Jamila. Cada vez que la tocaba, podía ver exactamente lo que estaba
sintiendo. Exactamente lo que le hacía a ella. Era embriagador.

“No, gracias. Tengo que mantener un ojo en ella. No tengo


tiempo para follarte. Si no regreso, ella puede tratar de escapar.”

“Entonces átala. Deberías ponerla en una celda de detención, de


todos modos.”

126
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“No es una criminal, Ann. Ni siquiera es peligrosa. Pero es


ingeniosa. Por cierto, no la amenaces de nuevo alguna otra vez.
Mantente alejada de ella. No es una amenaza para ti, es una buena
persona que no merece nada de lo que le estamos haciendo. Si le haces
daño, me aseguraré de que sufras.”

Ann gruñó.

“Es humana. Se merecen lo que reciben.”

Se dio la vuelta y se alejó. Apretó los dientes. Ella no iba a


parar. Iba a tener que cuidar de Jamila y mantenerla lejos de Ann.
Terminó su caminata hasta la enfermería y tomó un analgésico.

Cuando regresó de nuevo a su habitación, Jamila estaba boca


abajo en la cama con una de sus camisas. Estaba un poco levantada
hacia arriba, y no llegaba a cubrir su culo. Se tragó un gemido mientras
su polla se endurecía rápidamente. Sus largas piernas colgaban sobre el
borde de la cama, y todo lo que podía imaginar era extenderla y
sumergirse en su húmedo y caliente coño desde atrás.

<Détente. Su cabeza le duele. Y ella todavía está enfadada contigo.>

No importa lo mucho que se repitió esto, su libido se negaba a


escucharlo.
“Jamila, ¿estás dormida?” Susurró.

“No. Mi cabeza me duele demasiado para dormir.”

Ajustó su polla antes de caminar a su lado.


“Bueno, te traje algo para eso.”

Levantó su cabello e inyectó el medicamento que había traído.

“Eso debería ayudarte.”

127
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Galen estaba distraído por la parte de atrás de su cuello. Sus


pequeños vellos se erizaron. ¿Su contacto la afectaba? ¿Podía sentir el
calor de su mirada sobre su cuerpo? Deslizó una mano por su cabello y
masajeó su cuero cabelludo.

“Hmm... eso se siente muy bien.”

Sí, lo hacía. Tenía el cabello suave y brillante. ¿Que se sentiría


tenerlo sobre el pecho mientras ella lo montaba? ¿Sentiría cosquillas en
el muslo mientras lo chupaba? Tragó saliva y se movió para darle
masajes en los pequeños huecos detrás de su cuello. Jamila suspiró y
sus músculos se relajaron para él. Se movió a sus hombros y trabajó en
sus nudos allí. No le sorprendió que estuviera plagada de nudos. Había
sido secuestrada tras una visita muy molesta de ese bastardo que su
padre llamó ‘pretendiente’, y se enteró de que la gente de la que cuidaba
en el Distrito probablemente estarían muertos. Se culpaba a sí misma.
Necesitaba un poco de cuidado y que se le dijera que sus muertes no
eran culpa suya. El Gobierno los había exterminado en un capricho.

<Quieres tocarla y ver si puedes convencerla de montar tu polla.>

Sus manos se arrastraron abajo mientras relajaba sus músculos.


Llegó hasta su culo y vaciló. Podía distinguir la forma descarada de sus
nalgas a través de la camiseta suelta que tenía puesta. Redondo y firme.
Quería mordérselo. Le pasó la mano por la curva de su culo.

“Galen.”
Su voz tenía un tono ahumado y seductor. Se aclaró la garganta
y ya no estaba.

“Deberías parar.”

<Maldita sea!>

“Claro, por supuesto.”

128
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“¿No deberías volver a tu propia habitación?”

Galen comenzó a masajear su espalda, en su lugar. Había estado


cerca de entregarse a él, tal vez necesitaba un poco más de tiempo.

<Eres un hijo de puta. Deja a la mujer sola.>

Eso no detuvo sus manos a que sigan recorriendo su cuerpo.

“Esta no es tu habitación. Es la mía. Vas a estar durmiendo aquí


conmigo.”
Jamila rodó sobre su espalda y sus manos se posaron en sus
caderas.

“¿De qué diablos estás hablando?”


“Es eso o una celda de detención. Me imaginé que serías más
feliz aquí.”

Jamila puso sus manos encima.


“Bien, ¿dónde vas a dormir?”

“Justo a tu lado. En esta cama.”

“¡Oh, no!”
Jamila se deslizó fuera al extremo de la cama, y mientras se
alejaba, captó el olor de su coño mojado. Jamila le deseaba.

“Sí. Como he dicho, es esto o pasar tus días en una celda. Los
dos somos adultos. Podemos compartir la cama sin tener relaciones
sexuales.”

Jamila resopló.

129
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Ni siquiera puedo descansar sobre esa maldita cosa sin que
tengas tus malditas manos sobre mí.”

Galen sonrió.

“Bueno, podrías haberme parado en cualquier momento. Me di


cuenta de que no lo hiciste.”

“Un error que no voy a cometer de nuevo.”

<Así se hace, idiota. Señalar eso solo hará que nunca te deje estar
cerca de ella.>

“No voy a tocarte de nuevo.”

<Una mentira.>

“Además, no tienes ninguna opción en el asunto. Nuestra cárcel


no es cómoda. Son frías, no hay ducha ni cama. Estarás más cómoda
aquí.”

“¿Por qué no puedo tener mi propia habitación?”

“Porque no confío en que no intentarás escapar, una vez que


averigües cómo funciona todo. No te molestes en negar que no lo
intentarías. Te conozco.”

“¡Ja! No lo haces.”
“Te conozco lo suficiente como para determinar esto. No tienes
opción, así que… ¿por qué no te subes a la cama y duermes un poco?
Yo lo voy a hacer.”
Se levantó y se quitó la ropa con eficiencia. Lo único que se dejó
encima fueron los calzoncillos. Se dejó caer en la cama. Podía sentir sus
ojos en él todo el tiempo y rodó sobre su espalda. Cruzó los brazos
detrás de su cabeza y vio que le miraba.

130
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“¿Te gusta lo que ves?”

Miró hacia abajo y se arrastró al otro lado de la cama. Se


acomodó junto a él, de espaldas. Suspiró mientras se acurrucaba en una
bola y el claro ruido de sus dientes golpeando juntos llegó a sus oídos.

“¿Tienes frío? Puedo ajustar la temperatura.”

“Estoy bien.” gruñó.

Levantó el calor en la habitación unos pocos grados utilizando


su conexión con la nave. Probablemente Jamila nunca admitiría que
estaba incómoda, y él no quería que se congelara. Los Cyborgs
mantenían la nave lo suficientemente caliente para que no tener
hipotermia y morir en el espacio. De lo contrario, se consideraba un
desperdicio de energía y un lujo mantener la nave caliente. Pasó un
brazo por su cintura y la atrajo hacia su cuerpo. Jamila se tensó tan
fuerte que pensó que podría golpearlo.

“Sólo hasta que la habitación y el colchón se calienten. Estas


fría. Puedo oír tus dientes castañeando. Duerme un poco.”

Galen pasó una pierna sobre la suya y la obligó a enderezarse


ligeramente. La mantuvo allí presionándola más cerca contra él. Sólo
su ordenador ejercía un control inhumano sobre su cuerpo para que su
erección no cobrara vida.

Cerró los ojos y se quedó dormido.

131
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Capitulo Nueve
.
Jamila se meció contra el objeto sólido entre sus muslos que
chocaba contra su clítoris. Unos dientes rasparon la parte posterior de
su cuello. Unas palmas ásperas rozaron su vientre antes de ahuecar sus
pechos. Había soñado con esto. Sus manos y su boca sobre ella. Se
había despertado mojada. O tal vez no había estado soñando. Tal vez la
había tocado primero. No estaba segura. Miró por encima del hombro.

“Hmm... ¿Qué vas a hacer?”

Galen presionó su boca sobre la de ella y metió su lengua en su


boca, imitando el ritmo de su muslo entre sus piernas. Cuando se
apartó, ella negó con la cabeza y trató de ganar su atención de nuevo.

“Tú no peleas justo.”


“La última cosa que quiero hacer es luchar contigo. ¿No estás
cansada de discutir? Todo lo que esa tensión sexual debe estar
construyendo, y construyendo.”
Galen deslizó una mano por su cuerpo para deslizarla sobre su
montículo. Separó los pliegues de su sexo y frotó el dedo contra su
clítoris. Jamila se rió y su risa salió temblorosa.
“Eso es realmente... ¡oh, Galen!”

Jamila estaba medio dormida, y carecía de la fuerza de voluntad


para discutir con él mientras estaba tocándola allí.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Su lengua se deslizó sobre su hombro antes de morderla


ligeramente. Jamila jadeó cuando la más cálida humedad inundó su
sexo.

“Te pienso así. Tú eres toda resbaladiza. Quiero tener mi lengua


donde tengo mis dedos. No puedo esperar a probarte otra vez. Eres
como una droga.”

Jamila resopló.

“Palabras bonitas, pero no quieres decir eso en realidad.”

Galen se rio entre dientes.


“Oh, quise decir cada palabra. Eres hermosa aquí.”

Empujó dos dedos en su coño mientras su pulgar continuó


jugando con su clítoris.

“Tu sabor es bueno, y me encanta la forma en que respondes a


mí. No puedo esperar para meter mi polla dura en tu cuerpo caliente y
apretado.”
Lentamente bombeó sus dedos dentro y fuera de su coño.

”Tan apretada. Necesitas recostarte.”

Se suponía que debía estar protestando por esto. Debería estar


luchando contra él. Estaba acercándose demasiado y, finalmente,
tendría que traicionarla.

Sus músculos internos se apretaron, pequeñas chispas de placer


dispararon por su espalda, y él se alejó. Jamila gimió de frustración.

“¿Que estás haciendo? ¿Por qué te detuviste?”

133
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Jamila agarró la nuca de su cuello y lo tiró en un beso


abrasador. Paso la mano por sus abdominales hacia su polla y se la
frotó través de la tela de su ropa interior. Su brusca inhalación rompió
el beso.

“Tan demandante. Me gusta eso en una mujer.”

“Cállate.”

Galen se rió y tiró de ella hacia arriba, azotando su camiseta


sobre su cabeza.

“Dioses, tienes hermosos pechos. Grandes, más grandes que un


puño.”

La empujó sobre la cama y se puso encima de ella. Miró hacia


abajo antes de envolver sus manos alrededor de su enorme polla
hinchada. Gruñó bajo en su garganta.

“Si me sigues acariciando, esto no va a durar todo el tiempo que


yo quisiera.”
Jamila se rió y lo dejó en libertad.

“Está bien, hazlo a tu manera.”

“Me gusta tu actitud. Tengo la intención de tenerte a mi


manera.”

Bajó sus caderas a la de ella. Agarró su polla y acaricio de arriba


abajo sus húmedos pliegues, concentrándose en su clítoris. Jamila se
meció contra él.

“Ahora, Galen, por favor. Te quiero dentro de mí.”

Galen le dirigió una sonrisa torcida y puso su polla en la entrada


de su vagina. Lentamente se presionó a sí mismo en su interior.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Sus músculos internos se estiraron deliciosamente para


acomodarlo. Galen era casi demasiado grande. Si hubiera estado
menos excitada, habría sido doloroso.

Bajó la cabeza y metió un pezón en su boca mientras trabajaba


en meter su gruesa longitud más dentro de su coño. Le mordió el pecho
ligeramente y jadeó sin aliento, arqueando sus caderas contra las suyas.
Su excitación se deslizó hasta el fondo y se mantuvo por encima de ella
mientras jugaba con sus pechos. Jamila jadeó y meció sus caderas, pero
no fue suficiente para sacarlo.
“Galen, deja de provocar.”

Lentamente se irguió, y golpeó de nuevo en ella. Jamila gritó y


Galen se quedó paralizado.
“¿Estás bien?”

Jamila le miró. Realmente le miró. Sus músculos estaban


repletos de tensión, la miro con el ceño fruncido lleno de
concentración. Estaba preocupado por hacerle daño.

“Quiero que me folles duro.”

Jamila envolvió sus piernas alrededor de sus caderas y le dio un


tirón hacia ella. No necesitaba más estímulo. Se metió dentro y fuera de
ella a un ritmo castigador. Su respiración se hizo entrecortada mientras
palpitó dentro ella.

“Dios, no voy a durar.” se quejó.

Deslizó sus manos por su cuerpo y encontró su clítoris,


moviendo los dedos sobre la sensible carne. El placer floreció en su
coño y ella gritó mientras temblaba con su orgasmo.

Galen la penetró por última vez mientras gritaba su nombre. Su


esperma caliente se disparó en ella mientras sus codos se hundieron.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

No se dejó caer sobre ella, lo que agradeció; de otro modo la


aplastaría. Galen les dio la vuelta para que ella estuviera tumbada
encima de él y trató de recuperar el aliento.

“Sabes... no hay un trofeo encima de esta cama.”

Galen se rió entre dientes.

“Sí, eso fue una tontería.”

“¿Eh? Eso es desafortunado. Podría haber conseguido un polvo


antes.”

Resopló y la apretó contra su pecho. Se quedaron así en silencio


durante un largo rato. Jamila comenzó a desvanecerse por el sueño
cuando él susurró,

“Siento haberte traído aquí. No debería importarme. No debería


importarme un comino, pero no te mereces las amenazas de muerte.”

Trazó un círculo alrededor de su pezón.

“Estás lejos de que te perdone, pero gracias por eso. No me


hagas daño de nuevo.”

Galen suspiró y le acarició la espalda, pero no prometió no


traicionarla. Galen no dijo nada.

** **

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

El ruido del intercomunicador trajo a Jamila fuera de su medio


sueño. Parpadeó y se frotó los ojos.

“Galen repórtese a la sala de reuniones uno.”

Galen gimió.

“No. Cállate, Torin.”

Una risa masculina llegó por el comunicador.


“Vamos hombre. El Consejo quiere la verdad sobre su misión.
No me hagas ir por ti.”

“Ugh, jódete.”
“Sabes que no estoy cómodo con tus tendencias homosexuales.
Encuentra a un novio diferente.”

Jamila se deslizó hacia él y se asomó a su lado.


“Levántate.”

“Oooh, ¿conseguiste un polvo?”

“Voy a matarte, Torin.”


El resoplido de Torin fue tan fuerte que ella saltó.

“Creo que no. Se supone que el sexo debe relajarte.”

Jamila le dio un golpecito y se mantuvo a su lado.

“Levántate. No sabía que eras un madrugador obstinado.”

Galen abrió un ojo para mirarla.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Eso es porque no he dormido mientras me quedaba contigo.


Tenía la esperanza de compensar eso antes de que tengas una crisis
nerviosa.”

Jamila se rió.

“Como que tú nunca tuviste una crisis nerviosa.”

Se llevó las rodillas contra su pecho y lo empujó con los pies,


tratando de empujarlo fuera de la cama.

“Levántate. Vas a meternos en problemas.”

“Torin, te culpo por esto. Jamila me está pateando.”


Lo empujó con los pies y se deslizó lejos de él, en lugar de
moverlo.

“Oh, silencio. No puedo moverte, de todos modos. Pesas cinco


millones de kilos.”

Una carcajada estalló en el comunicador. Miró al techo.

“Ordenador, corta las comunicaciones.”


Se oyó un clic, y luego silencio. Se dio la vuelta, agarró sus
tobillos, y tiró de ella debajo de él. Jamila gritó mientras él la
inmovilizó con sus caderas.

“Tenía la esperanza de tener sexo antes de tener que ir a


ninguna parte.”

Jamila sonrió.

“No creo que tengas tiempo. Torin sonaba como si fuera a venir
por ti si no te presentaras, y prefiero no estar en medio de un orgasmo

138
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

alucinante cuando llegue aquí. O peor aún, no conseguir un orgasmo


antes de que te vayas.”

Galen resopló.

“Correcto. Tiende a irrumpir sin avisar. Eso podría ser


embarazoso para todos los involucrados.” se quejó. “Excelente. Tengo
la oportunidad de ir a esta reunión con una erección muy evidente.”

Jamila se rió y negó con la cabeza.

“Pobrecito.”

Se dejó caer sobre su espalda y tomó unas cuantas respiraciones


antes de levantarse y vestirse.

“Voy a enviar a alguien a verte mientras estoy fuera. Van a ir a


buscarte la comida o algo así.”

“Un café sería apreciado.”

Hizo una mueca.

“Lo siento, no hay café. ¿Por qué crees que me lo tomaba


mientras estaba en tu casa? Tenemos una bebida que se supone que es
parecida. Imita el contenido de cafeína, pero el sabor... Decir que deja
mucho que desear es un eufemismo.”

Jamila lo miró.

“Ya sabes, secuestrarme es una cosa, pero… ¿sin café? ¿Estás


tratando de lograr que te mate? Porque lo haré.”

“Estoy temblando.”

“Deberías estarlo. El café de una mujer no debe ser quitado.”

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Tomando nota. Esperemos que cuando lleguemos a la estación


pueda conseguirte algo. Estamos un poco mejor abastecidos allí.”

Mejor que así fuera, o iba a perder mucho peso. La comida era
horrible. No sabía cómo alguien comía esas cosas. Se sentía cruel por
dárselo a los huérfanos el último año. Una página aguda de tristeza
golpeó su corazón. Nunca tendría la oportunidad de conseguir algo
mejor.

“Bueno. Vuelvo como en una hora. Torin bajará a sentarse


contigo en unos minutos, así que no te asustes cuando venga a través de
la puerta. Y uh, ponte algo de ropa, porque él es un calenturiento.
Tengo pantalones cortos en un cajón que tienen cordón,
probablemente, funcionará para la parte de abajo. Voy a conseguirte
ropa limpia.”

Jamila asintió con la cabeza y Galen salió del apartamento.


Jamila salió de la cama y se puso la misma camisa que le había quitado
anoche. La puerta se abrió con un siseo y Galen se acercó de nuevo.

“¿Has olvidado algo?”

“Sí.”
Galen enredó sus manos en su pelo y presionó sus labios en los
de ella en un drogadicto beso. Galen se apartó y le besó la frente antes
de irse. Jamila no pudo evitar sonreír.

Jamila sacudió su cabeza. Galen podría ser dulce, pero no había


dicho que no la traicionaría de nuevo, lo cual era algo importante. Su
plan implicaba cosas que podrían perjudicarla a ella o a su padre. Le
gustaba mucho, pero no podía dejar que llegara hasta ella. Podría ser
devastador si lo hacía. Ya había resbalado y terminado en su cama.

140
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Miró alrededor de la habitación. Galen tenía razón en una cosa.


Jamila estaba pensando en un plan para tratar de escapar cuando no
estuviera cerca.

No sabía cuánto tiempo tenía antes de que Torin se presentara,


pero más valía ponerse a trabajar antes de que llegara. No se atrevió a
preguntar al ordenador donde estaban las capsulas de vida.
Probablemente estaban siendo monitoreadas. Sin embargo, podría
acceder manualmente a los sistemas de la nave si no hubieran cerrado
el control.
Jamila no podría pasar por delante de ellos para cerrar la
entrada manual. No con la forma en que había visto que Galen
interactuaba con la electrónica. Parecía ser capaz de controlar la
mayoría de las cosas solo con su mente.

Por lo que podía esperar. Agarró unos shorts del cajón que
Galen había dejado abierto y se los puso mientras examinaba la
habitación buscando un panel de acceso. No fue difícil adivinar dónde
estaba. Había una terminal de comunicaciones visual sobre la mesa al
otro lado de la cama. Se deslizó en la silla al lado de él, y encontró
exactamente lo que estaba buscando. Pasó el dedo sobre la pantalla
táctil y asintió con la cabeza en señal de aprobación cuando se iluminó.

Jamila accedió a los esquemas de la nave y fácilmente encontró


las capsulas de vida. Los más cercanos estaban cuatro cubiertas por
debajo de ella. ¿Cómo podía un ser humano sin vigilancia llegar hasta
allí? Esa era la pregunta. La nave había estado trabajando en equipo
con Cyborgs cuando había llegado a bordo. Jamila parecería fuera de
lugar, sin duda.

Pero tenía que darle una oportunidad. Si pudiera ponerse en


marcha, podría dirigirse hacia el mundo habitado más cercano, lejos
del borde. Lejos de Galen y sus maquinaciones.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Se acercó a la puerta, pero no se deslizó abriéndose


automáticamente como lo hizo con Galen. Esta nave era de
vanguardia. Todas las puertas se abrirían cuando alguien se acercara a
menos que se programaran para no hacerlo, o estuvieran bloqueadas.
Tal vez él había tenido que cambiar la privacidad. Lo que era de
esperar, de todos modos.

“Ordenador, abre la puerta.”

No obtuvo respuesta y la puerta permaneció cerrada.

“Ordenador, responde.”
Silencio. Jamila miró a la puerta y buscó el panel de acceso.
Debió haber programado de nuevo el ordenador para no aceptar su
voz.
“Maldita sea. ¿Y ahora qué?”

Jamila se paseó delante de la puerta y trató de llegar a un plan.

“Ordenador, desbloqueo de emergencia. Hay un incendio.”


La puerta se abrió, revelando al descomunal, sonriente rubio
que la había agarrado en su casa antes de que pudiera escapar. Jamila
saltó y dio un paso atrás.

“¿Qué estás haciendo?”

Retrocedió en la habitación.

“Nada.”

Torin rodó los ojos.

“Te creo.”

Jamila cruzó los brazos sobre su pecho.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Estoy segura de que sí. ¿No tengo una cara digna de


confianza?”

Su risa le dijo que no. Torin entró y cerró la puerta detrás de él,
cortando su escape.

“Ya sabes, correr no es la mejor idea. La vida fuera de un


planeta central no es fácil. Incluso las personas que son normalmente
decentes se aprovecharían de poseer a la hija de un Senador. Una
capsula de vida no estaría dentro del alcance de nada, excepto las
peligrosas ‘rocas-remanso’ donde los planetas centrales exportan a sus
criminales.”

Buen intento. Incluso una ‘roca-remanso’ con criminales en ella


tendría personal militar.

“No estaba planeando...”

“No me mientas, Jamila. Cinco segundos contigo y ya sé que


eres una mala mentirosa.”

Jamila pasó lejos de él.

“Así que, ¿debería quedarme aquí y dejar que Galen me use


para conseguir lo que quiere? ¿Y matarme si no se sale con la suya? No
puedo decir que suene como un buen plan.”

“Créeme. Es mejor que ir por ahí. No creo que entiendas los


peligros. Piratas. Esclavistas... tanto humanos como extraterrestres. Y
en algún momento los alienígenas harán volar tu nave del cielo.
Realmente dependes de un capitán. No quieres encontrarte con los
esclavistas Corabin. Quiero decir, los humanos son malos, pero… ¿los
Corabin? Nunca verías tu casa de nuevo. Al menos Galen le llevará de
regreso, algún día.”

“¿Te has perdido la parte de matarme?”

143
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Torin sonrió.

“Me parece muy poco probable. Sobre todo porque la


habitación huele a sexo. Él puede ser de sangre fría, pero creo que le
gustas un poco más que eso.”

“¿Y el Consejo del que tú hablaste?”

Torin hizo una mueca y ella casi podía ver las ruedas girando en
su cabeza mientras debatía exactamente qué es lo que debería decirle.

“El Consejo no es un gran fan de los humanos. A ellos les gusta


tu padre aún menos.”
Jamila frunció el ceño.

“¿Por qué? ¿Qué ha hecho con ellos?”

Se mordió el labio, inclinando la cabeza. Sus ojos se


estrecharon.

“Es una larga historia, y algo que probablemente no debería


decirte.”
“¿Cómo se supone que voy a entenderlo si nadie me dice lo que
está pasando?”

Torin sonrió.

“Hay una razón. No son mis cuentos para contar. Y tú eres muy
joven, Galen probablemente siente que no puede decirte nada. Eres una
niña.”

Jamila rodó sus ojos.

“Galen no es mucho mayor que yo.”

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Tiene cuarenta. Y aunque no los tuviera, su experiencia de


vida le haría mayor.”

Jamila lo miró boquiabierta.

“¿Cuarenta? No lo parece.”

Su sonrisa desapareció.

“Sí, no parece que envejezcamos. Parece y se siente como si


fuese de la edad a la cual le aceleraron en los laboratorios. Lo que
supongo es agradable, ya que tomó cerca de diez años de su vida si se
hubiera mantenido envejeciendo.”
“Espera, regresa. ¿Envejecimiento acelerado? Explique.”

“¿No sabes qué pasa con nosotros? Observan los asentamientos


de clase baja, y eligen a los niños o los adolescentes que piensan que
son ejemplares. Los escogen jóvenes porque son más fáciles de moldear
y lavar el cerebro. Pero no pueden hacer nada con esos niños. No
tienen la fuerza suficiente y se ven demasiado llamativos si son
avistados en misiones, por lo que el crecimiento se acelera. Galen tenía
diecisiete años, si no recuerdo mal.”

“¿Y qué edad tenías tú?”

Sacudió la cabeza.

“Tenía seis años.”

“Wow, me sorprende que te hayas reformado. Pensaba que


estarías completamente dedicado al Gobierno, si te lavaron el cerebro.”

Todo el humor lo dejó y las campanas de alarma se dispararon


en su cabeza. Este hombre no era tan estable como parecía.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Oh, fue difícil para ellos arreglarlo. Y ahora tienen que lidiar
con mi depresión y tendencias suicidas. El Gobierno jode cada vida que
toca. Incluyendo a Galen. Tienes suerte de que no te trate como una
mierda. Si no te encuentro divertida, o veo el cambio en él, me gustaría
tratar de matarte yo mismo.”

Jamila tragó saliva y dio un paso atrás contra la puerta.

“A Galen no le gustaría eso.”

Su sonrisa de labios apretados no fue feliz.

“No, no le gustaría. Es por eso que estás a salvo, hasta que


empiece odiarte. Lo que me parece inevitable. Los humanos siempre
muestran su verdadera naturaleza con el tiempo.”

“Te recuerdo que eres humano.”


Sus ojos se estrecharon.

“No, no lo somos. Nacimos humanos, pero nos cambiaron. Nos


jodieron. Y tu padre fue una gran parte de eso.”
“Mi padre es un Senador. Tiene muy poco acceso activo a esa
parte del Gobierno. Lo regularon, pero incluso ellos no tienen todos los
hechos.”

“No siempre fue Senador, ¿verdad? ¿Qué estaba haciendo,


digamos, hace treinta años? ¿Veinte siquiera?”

Jamila no tenía ni idea. ¿De qué le estaba acusando? Se mordió


el labio, sin querer reconocer su ignorancia de su padre a este hombre.

“No lo sabes, ¿verdad? Porque yo si sé exactamente lo que


estaba haciendo. Todos lo sabemos.”

Se puso las manos en las caderas.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Bueno, sácalo. Dime por qué me odias.”

“Ahora, ahora. No pongas palabras en mi boca. Te encuentro...


interesante. Odio a tu padre, y creo que podrás llegar a ser su hija hasta
la médula. Él era psiquiatra experimental donde nos estaban creando.
Llevó a cabo todo lo relacionado con el lavado de cerebro. No
podemos dejar de echarle la culpa de nuestras vidas. Nos cambió.
Nuestras vidas apestan a causa de él. No estamos buscando tratar con
él, cuando pensamos que debería ser asesinado.”

Jamila apartó la mirada de él, su mente estaba confundida. No


tenía idea de que su padre tenía que ver en la creación de los Cyborgs.
Galen nunca podría amarla. Su padre había hecho demasiadas cosas
terribles. De algún modo, ella se parecía mucho a él. Cada vez que la
mirara a los ojos, ¿se encogería y pensaría en el dolor que su padre le
había causado? ¿Era por eso que cuando se conocieron, él no era capaz
de mirarla con cualquier cosa más que desprecio?

Una buena manera de hacerle daño a su padre sería asesinarla.


Galen debía saber eso. Tenía que escapar de esta nave y arriesgarse en
el viaje de regreso. No había duda ahora en su mente de que acabaría
muerta si se quedaba. Su padre no cedería a las órdenes de Galen, y
estas personas estaban empeñadas en vengarse de él. Podía verlo en los
ojos de Torin. Jamila era un peón para ellos y necesitaba encontrar una
salida.

“¿Hay alguna posibilidad de que me puedas conseguir algo de


comida? Prefiero no tener que ir al comedor. Me amenazaron la última
vez que fui allí.”

Torin se rió.

“Sí, esa perra de Ann piensa que es la propietaria de la polla de


Galen ahora. A veces se pone así. Voy a salir y conseguir alimentos.
Ella odia a los seres humanos y sin duda hará valer cualquier
amenaza.”

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Las puertas se abrieron automáticamente cuando se acercó a


ellas y se fue. Cuando se cerraron de nuevo, Jamila se trasladó hasta
estar delante de ellas, pero no se movieron. No se sorprendió. Torin no
era estúpido como para dejarlas desbloqueadas, pero valía la pena
intentarlo. Miró a su alrededor buscando un arma. Jamila no quería
matarlo, simplemente noquearlo. No había nada aquí. Era como si una
persona ni siquiera viviera en esta habitación. Galen era o un maniático
del orden o no poseía artículos personales.

Tenía que haber un arma aquí. No había manera de que saliera


sin una. El espacio era peligroso. Estaba llena de piratas y alienígenas y
era un fugitivo de su propio Gobierno. Una nave podría ser fácilmente
abordada en silencio, y es posible que nunca se supiera hasta que
alguien viera al intruso y diera la voz de alarma, o que irrumpiera en su
habitación y tratara de matarlo.

La única cosa extraña que vio fue un teclado junto a la cabecera


de la cama en el lado izquierdo. Jamila corrió a la cama y se sumergió
en él, luchando por el otro lado. Algunas naves tenían cajas de
seguridad en las cabinas para proteger los objetos de valor. La única
cosa diferente acerca de esto era que los símbolos de las teclas no se
parecían a nada que hubiera visto nunca. ¿Los Cyborgs habían creado
su propio lenguaje escrito, así como el habla? Probablemente no habría
sido capaz de averiguar el código, incluso si pudiera reconocer los
signos.

Jamila movió sus uñas bajo el teclado de plástico y trató de


trabajarlo hasta que se soltara. Apretó los dientes cuando el sordo latido
de sus uñas que amenazaban con tirar de sus dedos se hizo más
insistente. Hubo un pequeño ‘pop’ y se estremeció, esperando en
agonía. En su lugar, el pequeño marco de plástico y el teclado cayeron
al suelo. Examinó los cables debajo de los botones.

<Te vas a electrocutar a ti misma.>

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Frotándose las manos, lo considero. Su escéptico interior tenía


un punto. Habían pasado años desde que había tenido formación en
electrónica. Afortunadamente, a menos de que Galen pusiera trampas
explosivas en este panel, era poco probable que le diera una sacudida
mortal. Jamila tiró de un cable desde el centro y se soltó con un
mínimo esfuerzo. Cuando lo combinó con un cable desde la parte
inferior del panel volaron las chispas desde toda la cosa. Un dolor
candente golpeó sus dedos que enviaron un hormigueo por sus brazos y
ella cayó sobre su culo. Jamila negó con la cabeza y respiró hondo,
tratando de librarse de la sensación inestable que el choque dejó.

¿Las buenas noticias? Una gran plaza de la pared estaba


ligeramente abierta. No fue así como prefería conseguir abrir su
bóveda, pero serviría.

Jamila se puso de pie y se tambaleó hacia la pared. Jamila abrió


la puerta de la caja fuerte y casi aplaudió cuando vio lo que había
dentro. Jamila no podía creer su suerte. Era una pistola de
aturdimiento.

Se sentó sobre una silla detrás del escritorio, mientras


examinaba el aturdidor. No estaba segura de cómo utilizar una. Sólo lo
había visto. Pero le habían dicho que era sólo cuestión de ‘apuntar y
disparar’. Esperaba que fuera el caso. Las pistolas normales tenían un
seguro. Si la pequeña pistola de aturdimiento tenía uno, estaba jodida.

La deslizó entre sus rodillas y esperó a que Torin volviera.


Esperemos que no fuera a tardar una eternidad. Le encantaría ponerse
de pie y pasear, pero probablemente despertaría sus sospechas. Esa era
la última cosa que necesitaba. No tenía idea de lo que Torin podría
hacer con ella si descubría que estaba tratando de escapar. Torin no
sería feliz.

La puerta se abrió y Torin cruzó con una bandeja. Levantó el


aturdidor y disparó. Sus ojos se abrieron cuando el rayo lo golpeó.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Mierda...”

Sus ojos se pusieron en blanco y cayó de rodillas antes de


desplomarse sobre su estómago. La bandeja cayó en el suelo y ella se
estremeció. Si alguien hubiera escuchado o visto eso, no podría ir a
ningún lugar. Jamila corrió a la puerta y se asomó. No había nadie en
el pasillo. Todavía. Tenía que empujarlo a la habitación. Se puso de
rodillas y empujó sus piernas a través de la puerta. Hubiera sido mucho
más fácil tirar al gran hijo de puta, pero las puertas probablemente se
deslizarían cerrándose una vez que estuviera en el interior, y eso no la
ayudaría. Jamila luchó para conseguir que sus pesadas piernas se
movieran.

“Malditos Cyborgs, deben pesar ochocientos kilos. Dios mío.”


Reforzaron sus esqueletos, pero el metal se supone que era
ligero. Pero después de esto, sabía que no podía ser tan ligero como
todo el mundo decía. O tal vez era lo que mucha gente pesaba. Jamila
nunca antes había tenido que empujar a un hombre inconsciente por
una puerta. Finalmente consiguió pasar sus piernas a través de la puerta
y descansó un segundo contra el marco. Sus ojos se abrieron y ella
saltó.

“No hagas esto.”

Su voz era tan baja que apenas podía distinguir sus palabras.
“Vas a estar en terrible peligro. No te vayas.”

“No tengo elección. Estoy convencida de que voy a terminar


muerta. Por lo menos no me vas a utilizar para tu propio beneficio
personal.”

Jamila resopló.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Además, una vez que seas capaz de levantarte, vas a estar


enfadado. No puedo quedarme ahora.”

Su mano apretó y luego sus ojos se cerraron. Los Cyborgs eran


resistentes. Nunca había visto a nadie despertar tan pronto después de
que hubiera sido disparado con un aturdidor. La mayoría estaba fuera
por lo menos quince minutos. Ahora tenía un solo problema. La puerta
del cuarto de Galen no se había cerrado. Torin podría haber estado lo
suficientemente despierto como para evitar que se cierre. No podía
saberlo con seguridad. No importaba. Tenía que irse.
Se puso de pie y corrió por el pasillo. Gracias a la mirada que
había recibido de la disposición de la nave, podría encontrar fácilmente
su camino a una cápsula de escape. Estaban cuatro niveles hacia abajo.
Subió al ascensor sin ser vista por nadie. Pulsó el botón para el nivel
que necesitaba y esperó.

El ascensor se detuvo antes de que hubiera llegado a su destino.


Un Cyborg entró en el ascensor con ella. Frunció el ceño, pero
rápidamente pulso el botón para que se moviera de nuevo. Él la miró y
respiró como si dijera algo, pero luego de repente se enfrentó de nuevo
hacia delante, apretando su muñeca derecha con la mano izquierda.

¿Sospechaba dónde iba y por qué? ¿Acaso siquiera sabía quién


era ella? No podían tener muchos seres humanos en este lugar. No la
miró de nuevo y estaba agradecida por eso.

151
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Capitulo Diez
.
Jamila salió del ascensor cuando llego a su nivel. Cuando miró
detrás de ella, el hombre la estaba mirando. No era intenso sobre ello,
pero definitivamente estaba rastreando sus movimientos. Pasó junto a
la entrada de la capsula de vida y siguió su camino, esperando a que el
susurro revelador de las puertas del ascensor se cerraran. Cuando lo
oyó, miró detrás de ella para comprobar. Sí, él estaba en su camino. Se
dio la vuelta y corrió hacia la capsula. Tenía que darse prisa.

“¿Qué estás haciendo aquí abajo, humana?”

Jamila se congeló y poco a poco se volvió hacia la última mujer


que quería ver. Ann se dirigió hacia ella con las manos en las caderas.
¿De dónde había venido esa perra? Y la verdadera pregunta: ¿Qué iba a
hacer ahora? No tenía respuesta para Ann, e incluso si lo hacía, esta
mujer todavía quería golpearla un poco. O mucho.

“Contéstame. ¿Qué estás haciendo aquí abajo sin escolta?”


La mente de Jamila se apresuró a inventar una excusa. No
encontró ninguno y sus palabras tropezaron fuera de su lengua.

“Yo... yo iba a la bodega de carga. Dejé algo en el servicio de


transporte. Galen me lo permitió.”

La mentira más grande. ¿Podría un Cyborg detectar una


mentira? Probablemente. Si prestan atención, incluso la gente normal
podría notar algunos de los signos.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Los ojos de Ann se estrecharon y ella estaba segura de que había


sido capturada. Entonces una sonrisa escalofriante estalló en el rostro
de Ann que hizo voltear su estómago con ansiedad.

“Me alegro de que estés sola. Podemos hablar. De mujer a


mujer. Quiero ser muy clara. Galen es mío, y quiero que mantengas tus
manos fuera de él.”

Jamila se estremeció internamente. Claramente Ann no estaba


lo suficientemente cerca para olerla. Jamila no se había duchado;
todavía debía oler como él. Jamila retrocedió, con la esperanza de
mantenerse fuera del alcance de la súper nariz de Cyborg de Ann.

“Ni siquiera mereces vivir. Voy a presionar para que te ejecuten


cuando tu padre no cumpla con sus demandas, lo que estoy segura que
no hará. Ningún ser humano debe sobrevivir por lo que han hecho con
nosotros.”
Jamila se aclaró la garganta apretada.

“Sabes que todavía eres humana, ¿no? No importa lo mucho


que hayas sido transformada. Estás sonando un poco loca.”
Jamila negó con la cabeza.

<Idiota. Antagonizar a la loca y celosa Cyborg. Es uno de tus


mejores planes últimamente.>

Jamila chocó contra la pared opuesta y se encogió cuando Ann


siguió avanzando, sus manos se cerraron en puños.

“Ten cuidado, perra. No te necesitamos viva para completar


nuestra misión. Hace las cosas más fáciles, pero no debería ser
necesario.”

153
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Luego se congeló y sus ojos se estrecharon.

“Pequeña puta. ¡Has dormido con él!”

Hizo una mueca.

“Pero claro, con todos los vídeos que hemos visto de ti, siempre
fuiste una puta.”

Ann se acercó y Jamila se dio cuenta de que debería haberla


aturdido tan pronto como la habían visto. Estaba demasiado cerca, y
Jamila sabía bien que iba a morir, o tomar unos cuantos golpes
desagradables antes de que pudiera llevarla hacia abajo. Si sacaba el
aturdidor ahora, Ann se lo arrebataría. Perdería su oportunidad para
incapacitarla y terminaría muerta. El miedo se estremeció en su
estómago. ¿Incluso sobreviviría a un solo golpe? Probablemente no.
Ann le dio un golpe. Cayó de rodillas y puntos negros bailaron
delante de su visión. Si Ann hubiera cerrado su puño la habría matado.

Una mano estaba enredada en su pelo mientras la otra sujetaba


alrededor de su bíceps con fuerza suficiente para herirla. El estómago se
le dio la vuelta cuando Ann la lanzó. Jamila echó los brazos alrededor
de su cabeza mientras se estrellaba contra la pared. Sus costillas se
encendieron con el dolor y gritó. Rebotó y golpeó el suelo a su lado.

Jamila parpadeó y luchó contra la oscuridad que amenazaba


con tirarla. Buscó a tientas el aturdidor, en la parte trasera de sus
pantalones. Sus temblorosas manos se envolvieron alrededor de ello y
su visión borrosa se despejó lo suficiente para ver a Ann yendo hacia
ella. Levantó su arma y le disparó.

Ann se derrumbó a cinco pasos de ella. Jamila se puso de pie y


se apoyó contra la pared, cuando una ola de mareo la inundó. Apoyó
las manos en sus rodillas y dio un par de respiraciones profundas antes
de tropezar con las cápsulas de escape.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Jamila no pudo contener su agitación. Tenía suerte de estar


viva. Las náuseas rodaron a través de su estómago y no estaba segura
de sí tenía que ver con el miedo o era una conmoción cerebral.

Jamila dio un paso a través de la pequeña puerta y miró a su


alrededor. Era amplia, con espacio suficiente para varias personas. Y se
supone que cada una tendría suficiente oxígeno para un mes de viaje
espacial. Con una sola persona, podía durar mucho más tiempo.
Esperemos que no necesitara tanto tiempo. Se supone que las raciones
de alimentos estaban en alguna parte por allí.
Sentada en el asiento del piloto, miró a su alrededor a los
controles. Eran mucho más simples que su transporte de regreso a casa.
Pero entonces, la navegación no era una gran necesidad en una cápsula
de escape. Habría que dirigirse al planeta o estación espacial controlada
por el Gobierno más cercano. Si eso estaba disponible, sería dirigida
hacia el mundo habitable más cercano.

“Ordenador, prepara el lanzamiento.”


“NEGATIVO.”

“¿Qué? Prepare su lanzamiento ahora y diríjase a las siguientes


coordenadas.”

Jamila le impuso el destino manualmente.


“NEGATIVO.”

Mierda. Realmente no podía lidiar con esto ahora mismo. No


podía pensar con claridad. Su cara y sus costillas le dolían y tampoco
podía detener sus temblores.

“Esta nave está bajo ataque. Necesito irme.”


“NEGATIVO.”

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Jamila gimió. ¿Qué demonios estaba mal con esta cosa? Miró
los mandos. No le dieron ningún indicio de que estaban funcionando
mal. Ingresó la orden manualmente. La única respuesta que dio fue dos
sonidos de fuerte zumbido. Jamila gritó y pateó el tablero, maldiciendo
cuando sus dedos de los pies palpitaron por el impacto.

“Ordenador, ¿cual es razón de incumplimiento?”


“LOS CONTROLES DE COMANDO HAN SIDO ANULADOS
REMOTAMENTE.”

Un escalofrío le recorrió la espalda.

“¿Por quién?”
“Oh, creo que ya sabes por quién.”

Jamila se dio la vuelta encontrando a Galen apoyado en la


puerta del transbordador. Ni siquiera se dio cuenta de si la maldita cosa
se había cerrado. Sacó la pequeña pistola de aturdimiento de su bolsillo
y apuntó a su pecho. Galen arqueó una ceja.

“¿Justo ahora?”
“Si, de verdad. Ya he tenido suficiente y me voy. Déjame ir o
te…”

“¿Me aturdirás? Oooh, es una amenaza. La nave seguirá sin


despegar sin mi orden.”

Galen se acercó más y ella se tensó, lista para aturdirlo. Se


quedó paralizado.
“¿Estas gravemente herida? Déjame mirarte.”

Jamila negó con la cabeza mientras las lágrimas nublaron su


visión.

156
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“No, mantente alejado de mí. Estoy cansada de ser herida por


vosotros.”

Sus ojos se estrecharon. ¿Habría hackeado las otras capsulas


también? Ella podría aturdirlo y todavía escapar.

“Sé lo que estás pensando. La respuesta es sí. He hackeado las


otros capsulas. Incluso si no lo hubiera hecho, el Cyborg que
encontraste en el ascensor te notó. Mencionó que había visto un ser
humano cuando iba por delante de mí.”

“¿Cómo sabías que había escapado?”


Galen resopló.

“Cuanto más pensaba en donde dejé la pistola, más me


preocupaba de que te estaba subestimando, así que volví para sacarla de
mi habitación. Y, por supuesto, sabes lo que encontré. A Torin apenas
consciente, enfadado, maldiciendo, tratando de impulsarse a la
terminal de comunicaciones. Se sintió aliviado de verme. Supuse donde
te habías ido. Este era el punto de evacuación más cercano. Y Ann
tendida inconsciente en el pasillo también fue una buena señal.”

Se dirigió hacia ella y movió el aturdidor para llamar su


atención. Galen se paró.

“Eso no me importa. Sigue adelante y dispárame. Cuando me


despierte, se te encerrará en algún lugar y voy a estar bastante
enfadado. Debe ser divertido sacar esa frustración sobre ti.”

Más lágrimas se formaron en sus ojos y se agrandaron.

“Mierda. Está bien, no es lo mejor en este momento. Por favor,


deja que te mire.”

Jamila lo miró. Quería bajar la guardia. Necesitaba un hombro


para llorar. Pero no se quedaría aquí un minuto más.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“¿Cuál era tu plan de todos modos? Sé que eres consciente de


que hay piratas y alienígenas y todo tipo de problemas que podrías
tener. Y probablemente no te habrías alejado mucho de nosotros.
Habrían puesto en marcha los pilotos para deshabilitar tus motores y
remolcarte de vuelta. Esos tipos son buenos en estas cosas. Si realmente
te escaparas, probablemente te matarían.”

Jamila le enseño sus dientes.

“No estoy segura de que no voy a terminar muerta, si me quedo


aquí. La perra psicópata en el pasillo intentó matarme. La mejor
manera de hacerle daño a mi padre sería matarme, si no consigues lo
que quiere. Vosotros le odiáis.”

Su expresión se volvió seria.

“Deja de decir ‘vosotros’ de esa forma. No es como para


generalizar. Huele a prejuicios. No crees sinceramente que te haría
daño, ¿verdad? No pensé que pensaras eso.”

“Sí, bueno, tal vez he sido tan maltratada que tengo derecho.
Solía pensar que tu gente eran decentes, y tratados injustamente. Ahora
no puedo estar segura.”

Y ella no le creyó. Probablemente no tendría ningún problema


en lastimarla. Se lo había dicho. Él le había dicho que ese era el plan, si
su padre no cumplía.

“Estas tratando de confundirme.”

Galen suspiró y sacudió la cabeza. Luego saltó hacia adelante


con una explosión de velocidad y golpeó la pistola de aturdimiento de
su mano antes de que tuviera oportunidad de dispararle. Galen la
agarró y la arrastró fuera de la silla. La arrastró hacia atrás y la arrojó
en el suelo de la nave, con cuidado de no hacerle daño al caer o
aplastarla mientras bajaba encima de ella.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Dioses, me frustras. No creo que alguna vez te pueda dañar, y


me maldigo por mi debilidad. Voy a mantenerte a salvo. La amenaza
de que serás dañada será suficiente para convencer a tu padre para que
nos ayude. No voy a tener que hacer más. Y si él rechaza nuestra
propuesta entonces te quedas aquí. Él va a asumir que te matamos o
estamos torturándote. Nunca tendremos que hacerlo, y lo más
importante me aseguraré de que nadie lo haga. Ann se mantendrá lejos
de ti.”

“No confío en ti. Me traicionaste. No quiero quedarme aquí


para siempre. Quiero ir a casa.”

Galen suspiró y apoyó su frente contra la de ella.

“No entiendes. Veras por qué te necesitamos cuando lleguemos


a la estación. No puedo creer que no lo entiendas. Ya viste lo que hizo
el Gobierno a ese Distrito Haven. Además, si no te hubiera raptado,
probablemente hubieras sido arrestada. Lo verás.”

Jamila sacudió su cabeza.


“Todavía no me creo que no me harás daño. Tú ya me has
demostrado que eres un mentiroso.”

Galen se echó hacia atrás como si lo hubiera abofeteado.


“Eso de siquiera pensar que podría hacerte daño comprueba que
no me conoces.”

“¿Cómo podría? Tú no me dices nada. Y tú lo sabes todo sobre


mí. No muestras ninguna emoción.”

Sus ojos se estrecharon.

“Correcto.”

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Sus labios se encontraron con los suyos con necesidad frenética.


El beso fue posesivo, exigente, y la dejó completamente aturdida.
Galen agarró la parte posterior de una de sus rodillas y extendió sus
muslos por lo que quedó acunado entre ellos. Empujó su pecho y
rompió el beso.

“Besarme y el sexo, no prueba nada.”

Sus labios se deslizaron sobre su pulso acelerado.

“¿No lo crees? Esto significa mucho para mí. Yo te anhelo.


Siempre quiero tocarte. Sigues sorprendiéndome de la mejor manera.
Me gusta pasar tiempo contigo. Incluso cuando discutes conmigo.”

No fue una declaración de amor, pero era casi todo. Era


conmovedor.
“Nunca voy a dejar que nadie te haga daño.”

Sus dientes rasparon a través de su garganta y pequeños


temblores se dispararon por la espalda. Tiró de su camisa sobre su
cabeza y siseó. Miró hacia abajo y vio que su lado derecho ya estaba
empezando a magullarse. Aun no sentía eso. Tal vez todavía estaba
corriendo con adrenalina.
“Ann me hizo eso.”

Galen gruñó.

“Lo supuse. Voy a matarla.”

Paseando la mano por su cuerpo, pellizcó su pezón


juguetonamente antes de colocar su mano sobre sus costillas. Ella se
estremeció mientras presionaba hacia abajo y él asintió.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Bueno, si algo se te hubiera roto, ya habrías gritado. No te


preocupes, cuando hayamos terminado aquí, te llevaré al médico para
arreglarte todo esto.”

Jamila se encogió de hombros.

“Son sólo un par de moretones.”

Resopló y la besó en la garganta.

“No vas a sentir que sólo son unos moretones en una hora.”

Galen deslizó sus dedos por su vientre antes de desabrochar


hábilmente sus pantalones y presionar la palma de su mano contra su
sexo. Galen la acarició en lentos círculos enloquecedores.

“Para.”

No podía dejarle que siguiera adelante. Si le dejaba, la


mantendría aquí. Quería confiar en él, pero la había traicionado, la
amenazó, y había sido asaltada por Ann. Y probablemente sería
asesinado por su Gobierno, no importa lo que él quería.
Galen pasó la lengua por el hueco debajo de su oreja.

“No. Tengo la intención de convencerte para que te quedes y no


puedo hacerlo si no pongo mis manos sobre ti.”

Jamila jadeó cuando Galen pellizcó ligeramente su clítoris entre


sus dedos.

“Podrías hablar conmigo para tratar de convencerme.”

Galen mordisqueó su clavícula.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Esto es mucho más fácil y más agradable. No puedes negar


eso. Además, estoy cabreado porque intentaste escapar, y
definitivamente, golpear mi frustración sobre ti me atrae.”

Su coño se apretó ante sus palabras mientras se lo imaginaba


montándola duro.

Galen se rió entre dientes.

“Creo que te gusta el sonido de eso.”

Sus manos dejaron sus pantalones y se apoderaron de la cintura,


tirando hacia abajo. Pateó sus pies para quitárselo de encima, con
ganas de tenerle, condenadas fueran las consecuencias.

Pasó las manos por su pecho, desenganchando su uniforme


antes de empujarlo fuera de sus anchos hombros. Galen gruñó cuando
ella capturó su pezón entre sus dientes. Empujó su traje por sus caderas
lo suficiente para que su polla saltara libre en sus manos. Capturó sus
muñecas.
“No, vuélvete. En tus manos y rodillas. Ahora.”

Sus ojos se estrecharon ante su tono exigente y abrió la boca


para protestar.

“A menos que quieras que te azote, que estoy considerando


hacerlo, vas a hacer lo que digo.”

Se mordió el labio y trató de reprimir la emoción de anticipación


cuando se giró y se puso a cuatro patas. Galen gimió como si estuviera
siendo torturado y buscó a tientas su culo.

“Este espectáculo no podría conseguir ser más perfecto.”

Jamila se estremeció mientras él la acariciaba la parte baja de su


espalda y movió sus muslos más separados.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“¿Quieres que te tome?”

Jamila asintió.

“Sí.”

“¿Incluso si eso no va a resolver nada?”

Jamila rodó sus ojos con exasperación. Confiaba en él para


lanzarle eso de vuelta en su cara.
“Realmente no me importa.”

Sólo sabía que le deseaba. La dura bofetada golpeando su carne


llenó sus oídos y la mejilla de su culo quemó. La ira y la excitación se
mezclaron y trató de incorporarse. Fácilmente la retuvo en su lugar.

“No pensé que hablaras en serio acerca de los azotes.”

“Entonces todavía no entiendes el peligro en el que estabas si te


ibas de aquí.”

Galen la golpeó de nuevo y ella gritó.

“Deja de hacer eso.”


“Dime que nunca intentarás escapar de nuevo.”

Jamila vaciló y su mano se posó en su culo de nuevo.

“Dilo.” dijo entre dientes.

La indignación pasó través de ella. No tenía dos años. Jamila


sabía lo que estaba haciendo. Podría haber sido peligroso, pero también
lo era alojarse aquí. Abrió la boca para discutir y se estremeció cuando
él la golpeó de nuevo. Jamila asintió con la cabeza y se quedó sin
aliento.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Bien. No voy a tratar de escapar de nuevo.”

Galen suspiró y descansó un poco de su peso sobre ella. Pasó la


mano por su espalda y enredó su pelo antes de besar la parte posterior
de su cuello. Jamila se echó hacia atrás contra sus caderas y su erección
chocó contra su culo.

“Por favor, fóllame ahora, Galen.”

Galen gruñó.

“Dios, eso es lo que me gusta escuchar.”

Se frotó de un lado a otro, mojando su polla en su excitación,


conduciéndose salvajemente, antes de presionar lentamente en su coño.
Jamila gimió y se meció contra él, pero él la agarró por las caderas y la
mantuvo inmóvil.
“Duro y rápido, Galen.”

Galen se estrelló contra ella y gimió su nombre cuando él le dio


lo que quería. Su fuerza era casi dolorosa, su velocidad castigadora.
Frotó su clítoris con pequeños movimientos circulares, al compás con
sus embestidas, y el placer caliente floreció en su coño. Jamila jadeó su
nombre cuando su coño se apretó a su alrededor. No dejó de empujar y
su espalda se inclinó con el éxtasis de su segundo orgasmo.

Galen dio una estocada final y gritó su nombre cuando su


semilla se derramó dentro de ella. Se desplomó sobre ella, reteniéndolo
a ambos en el suelo. Galen se alzó de ella antes de que la aplastara.

Se quedaron lado a lado en el suelo frío durante un rato. No


estaba segura de cuánto tiempo permanecieron así, pero con el tiempo
el intercomunicador zumbo. Galen gimió.

“Ordenador, transmitir audio.”

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Galen, la nave de Alec se mostró en el radar. Sé que estás


esperando por él.”

Galen se sentó.

“Vístete.” dijo en voz baja antes de subir a hablar con la persona


en el comunicador. “¿Alguna persona con él?”

“No tienes ni idea. Tuvo que empaquetarlos como sardinas.


Había más de lo que esperaba.”

Jamila frunció el ceño.

“¿Mas qué?”
Galen golpeó su mano en ella, señalando que se callara.

“Eso es bueno escuchar.”

“Ah, así que atrapaste a esa pequeña bruja. Vas a pagar por
aturdirme, Jamila.”

Jamila se estremeció y miró a Galen. Él rodó los ojos y sacudió


la cabeza.
“No te preocupes por eso.”

“Será mejor que se preocupe.”

Miró al comunicador.

“Torin, déjalo ir.” la miró. “Venga. Querrás ver esto.”

Galen agarró su mano una vez que terminó de cerrar su


pantalón y la sacó del puente hasta el ascensor. Bajaron unos niveles
más hasta el hangar de la lanzadera. La tensión de Galen era palpable.
Jamila incluso podía sentirlo por la forma en que le tomó la mano.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

El ascensor se sacudió al llegar a su fin y Galen la arrastró fuera


cuando las puertas se abrieron. El hangar estaba con bastante gente. Sus
ropas estaban hechas jirones. Estaban golpeados. La mayoría estaban
acurrucados juntos, con demasiado miedo de explorar su entorno,
mientras que otros estaban tirados en el suelo siendo atendido por
otros.

Jamila miró a Galen.

“¿Quiénes son esas personas? ¿Dónde está el médico? Algunos


necesitan atención médica.”
Él le apretó la mano.

“No te preocupes por ellos. El personal médico ya ha sido


convocado.”
Un Cyborg profundamente bronceado marchó alrededor de la
zona, su voz resonando por encima del estruendo.

“Traigan equipos de reparación por aquí una vez que limpiemos


a los heridos. Apenas volvimos. Maldito Galen y su persistencia.”

“Vete a la mierda, Alec.” gritó Galen a través de él, pero la


pequeña sonrisa en su rostro dijo que no lo decía en serio.

Alec saludó con la mano.

“¿Jamila?”

Después de que el primer grito de un coro de voces la llamó por


su nombre. Miró a su alrededor, se liberó de la mano de Galen
alejándose. No podía encontrar de dónde venían los gritos, pero no le
tomó mucho tiempo darse cuenta de un pequeño grupo de niños
saltando hacia ella, con Jackson a la cabeza.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Jamila cayó de rodillas mientras se estrelló contra varios otros


cuerpos moviéndose. El coro de voces le hizo varias preguntas. Ni
siquiera podía empezar a descifrarlas. Alice y Darion corrieron detrás
de los niños.

Darion gritó:

“¡Silencio! Caray, dejad a la mujer tomar un respiro para que


podáis hacer las preguntas una a la vez.”

Se callaron y miraron a Darion. Jamila se levantó, separándose


de los niños, y corrió a abrazar a Alice y Darion.
“No puedo creer que estéis vivos. ¿Cómo?”

Jamila miró a Galen y él se encogió de hombros. Darion le


estrechó la mano.
“No todos fueron asesinados. Como puedes ver, algunos fueron
capturados cuando trataban de huir de las bombas. En realidad nos
escondimos en un túnel debajo de la casa con varios otros, y cuando el
bombardeo había terminado intentamos salir a hurtadillas de los
túneles y fuimos capturados. Nos llevaban en una nave a la capital,
donde se suponía que íbamos a ser interrogados y eliminados.”
Alice miró a Galen.

“Galen nos salvó, me han dicho. Gracias. No era justo que la


vida de estos niños terminara tan pronto.”

Galen asintió con la cabeza.

“Van a estar seguros a dónde vamos. No puedo prometer que no


habrá peligros, pero estamos tratando de tener una vida mejor, lejos de
las miradas indiscretas del Gobierno. No es fácil, pero estarán mucho
mejor.”

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Ella asintió.

“Gracias. No puedo expresar lo agradecidos que estamos.”

El peso de la culpa apretaba en el corazón de Jamila y echó los


brazos alrededor de la mujer de nuevo.

“¡Estoy tan contenta de que estés a salvo! Estaba destrozado. El


ataque fue mi culpa. Fui descuidada con la última entrega. Yo...”

Las palmas de Galen se posaron en sus hombros.

“Silencio ahora. Probablemente era algo que habían estado


planeando durante meses, sino años.”
Alice sacudió la cabeza y cruzó los brazos sobre su estómago,
encorvándose sobre sí misma.

“Galen tiene razón. Nunca tuvieron la intención de dejar que


cualquiera de nosotros sobreviviera por mucho tiempo. Nunca hubo
ningún tipo de armas corriendo en el Distrito, como afirmaron. Estaban
buscando una excusa para asesinarnos, como han querido hacer todo el
tiempo. No fue culpa tuya, y estamos muy contentos de que no fueras
capturada, porque hemos oído que decían que iban a detener a todos
los involucrados. Asumimos que ya te habían ejecutado si no estabas
con nosotros.” Sus ojos parpadearon a Galen. “Deberíamos haber
sabido que la salvarías.”

Galen pasó un brazo por los hombros de Jamila y la atrajo hacia


su pecho.

“Sí, deberíais.”

Galen mordisqueó su oreja y ella le lanzó una mirada molesta


por encima del hombro.

“Eso no es exactamente lo que hizo.”

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Galen sonrió.

“Pero voy a tomar el crédito.”

Darion se aclaró la garganta.

“Bueno, si nos disculpáis, tenemos que conseguir que los niños


se acomoden. Y algunos de ellos tienen lesiones.”

Galen señaló a Alec.


“Si hablas con él, serás la primera en establecerte. Y él te llevara
a alguna parte para conseguir un poco de comida para todos estos niños
hambrientos.”
Hubo un alboroto con los niños ante la mención de comida y las
mujeres los empujaron hacia el capitán. Jamila se giró en los brazos de
Galen y le miró. No pudo evitar que las lágrimas borraran su visión.

“Hiciste esto por mí, ¿verdad?”

Galen asintió con la cabeza.

“Claro. Fue difícil no ver tu reacción cuando descubriste el


ataque en el Distrito. Si estuvieran vivos tenía que salvarlos. Sin
embargo, no fue sólo por ti. Sería ir contra todo lo que estamos
tratando de ganar si dejáramos que esas personas mueran. Necesitaban
salvarse y, por suerte, la misión fue un éxito.”

Jamila tiró de él y le besó suavemente.

“No puedo creer que hayas hecho esto por mí.”

Sus brazos se apretaron alrededor de ella.

“¿Cómo no iba a hacerlo? Estabas muy molesta. Valió la pena.”

Galen se rió entre dientes.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Aunque Alec podría estar en desacuerdo.”

Jamila miró por encima del hombro y vio al hombre bronceado.


Él tenía un niño en sus hombros, uno envuelto alrededor de cada
pierna, y uno balanceándose en cada mano. Jamila se rió.

“Creo que él los enviaría de nuevo si pudiera.”

Galen movió sus cejas.

“Pero son todos suyos ahora. Junto con esas mujeres que con
mucho gusto le patearán el culo si le frunce el ceño a alguno.”

“¡Tú!”
El severo grito sonó en toda la bodega de carga. Jamila se dio la
vuelta para ver a Torin cortando la distancia con pasos largos y
furiosos. Jamila se estremeció y miró a Galen, quién le sonrió.

“No, tienes que tratar con él. Lo hiciste enfadar. Probablemente


te dé algunas nalgadas.”

Jamila pasó el dedo por su torso.


“Preferiría que lo hicieras tú.”

“Oh, voy a volver a hacerlo, pero no podrás salir de esto.”

Galen le dio la vuelta y la empujó hacia Torin. Jamila lo miró


boquiabierta mientras retrocedía hacia arriba.

“Traidor.” dijo entre dientes.

“No, él piensa que debo conseguir vengarme de ti.”

Jamila abrió la boca y miró a Torin, que la había alcanzado a


una velocidad alarmante. Cruzó los brazos sobre el pecho.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Bueno, ¿qué tienes que decir?”

Jamila le sonrió.

“¿Lo lamento?”

Galen gruñó y ella saltó.

“Está bien, no lo siento. Quería escapar. Lo que me dijiste me


asustó y quería irme.”
Galen se aclaró la garganta.

“¿Qué es exactamente lo que le dijiste Torin?”

El fruncido rostro de Torin le dijo que había sido arrinconado.


Se removió inquieto en sus pies.

“Podría haber dicho algo sobre que al Consejo no le gustaba los


seres humanos, y que su padre tuvo que ver en nuestra creación. Y tal
vez le hice una pequeña amenaza contra su vida.”

“¡Torin!”

Se mordió el labio inferior.


“En realidad, nunca la lastimaría. Fue sólo un pensamiento
pasajero cuando la conocí. Ha cambiado mi mente. Y estoy de acuerdo
en que no debería haberle dicho lo que hizo su padre, o lo que
probablemente le hará el Consejo. Se deslizó en un ataque de ira
irracional.”

Galen puso sus manos sobre sus hombros y lo corrió por sus
brazos.

“El Consejo no va a hacerle nada”

Torin asintió.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Por supuesto que no. No vamos a dejarles.”

Jamila le frunció el ceño.

“Así que… ¿de repente te gusto?”

Torin le sonrió.

“No tengo elección. Si no muestro mi apoyo, tu novio me va a


golpear para convencerme.”
Su mirada se desplazó a Galen.

“No lo golpearé. No tardó mucho en convencerme, y yo ya


estaba buscando una manera de salir cuando entró por la puerta.”
Galen se aclaró la garganta.

“Torin, necesito hablar contigo un segundo. Lejos de mi


prisionera.”
Torin miró.

“Correcto.”

Sus ojos se estrecharon. ¿Qué querían discutir de lo que ella no


podía tener conocimiento? Ambos se apartaron y ella cruzó los brazos
sobre su pecho, mirando hacia Galen. Probablemente estaban hablando
de su intento de fuga. Jamila suspiró.

Esperemos que Galen confiara en que ella no lo haría de nuevo,


pero probablemente había arruinado eso. Probablemente la castigaría
por ello y no de la manera genial que hizo en la capsula.
Alguien la golpeó con fuerza en el hombro y se dio la vuelta
para ver a uno de los refugiados de pie detrás de ella. Él estaba
extrañamente limpio y pleno para ser un hombre de Haven.

172
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“¿Jamila Clearborne?”

“¿Sí?”

Un dolor candente atravesó su pecho robándole el aliento. Miró


hacia abajo y vio el cuchillo plantado en su esternón. Jamila cayó al
suelo de rodillas cuando Galen gritó su nombre.

173
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Capitulo Once
.
Su corazón se detuvo. El asesino levantó otro cuchillo. Estaba
demasiado cerca. Galen no podía llegar. Empujó sus piernas hasta el
límite para correr a través de la bodega de carga. Alec los alcanzó
primero. Él agarró la cabeza del atacante y se la retorció. Un crujido
resonó por el hangar y Alec dejó caer el hombre.
Galen cayó de rodillas y se deslizó los últimos tres pasos al lado
de Jamila. La tomó en sus brazos. Jamila extendió la mano y agarró el
cuchillo pero él detuvo rápidamente sus manos.

“No, no, no tires de ello. Te hará sangrar más.”

Movió su mano a su mejilla.

“Estás llorando.” susurró Jamila.

Galen se limpió la cara.

“Estoy bien. Estarás bien. No es nada.”

Ella iba a morir. Aquí, en sus brazos después de que le


prometiera mantenerla a salvo. Esto era culpa suya. No debería haberla
dejado fuera de su vista. No con todos esos extraños en la habitación.
¿Qué le pasaba? Tendría que haber estado aquí para tomar ese golpe
por ella. Sabía que tenía enemigos. Galen respiró hondo. Ahora tenía
que ser fuerte para ella.

“¿Estás dolorida?”

174
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Jamila frunció el ceño.

“No.”

Torin se arrodilló junto a él.

“Bien. Estarás bien. ¡Médico! Ven aquí, ahora.”

Sólo los años de trabajo con Torin permitieron que Galen


detectara la nota de pánico en la voz del hombre. El médico se dejó
caer cerca de ellos y sacó vendajes de su bolsa.

“Traedme una camilla.” murmuró distraídamente mientras


enrollaba gasas alrededor de la cuchilla.
Los ojos de Jamila se deslizaron, cerrándose, mientras su pulso
se desaceleraba bajo sus dedos, y el horror rugió a través de su cabeza.

“Doctor, se está muriendo. ¡Haga algo!”

Torin se aclaró la garganta y cambió su peso.

“Galen, la herida es fatal. Tú lo sabes.”

El doctor gruñó.
“A la mierda con eso. Podemos salvarla si conseguimos ser
creativos.”

Galen quitó sus ojos de forma que todavía miraba a Jamila.

“¿Qué quieres decir?”

“¿Qué piensas? Vamos a alterarla. Reemplazar su corazón y


acelerar su curación. Ayúdame a llevarla a la camilla, suavemente.
Quiero que se mueva lo menos posible. Tenemos que apresurarnos.”

175
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

El médico apoyó sus pies mientras Galen se encogió de


hombros y la dejó en la camilla. Los instrumentos médicos llegaron a la
vida con los aullidos de alertas para un paciente crítico. El tono plano y
estridente del monitor de corazón indicaba que su corazón se había
detenido, y necesitó todo su entrenamiento para no descomponerse. Si
el médico pensaba que podía salvar a Jamila, el hombre iba necesitar la
ayuda de Galen.

“Ordenador, Secuencia de hibernación.”

“INICIADA. ADVERTENCIA. PACIENTE EN ESTADO CRÍTICO. CUARENTA


Y DOS PUNTO SEIS MINUTOS RESTANTES PARA REINICIAR LAS FUNCIONES DEL
CORAZÓN Y DE LOS PULMONES ANTES DE QUE OCURRA UNA MUERTE
CEREBRAL.”

El médico empujó la camilla flotante fuera de la bodega de


carga.

“Galen mantén el ritmo. Tengo que hablar contigo.”

Siguió al hombre, entumecido por el shock. Entraron al ascensor


y Torin llegó tras él.

“Está bien, tenemos que actuar con rapidez. Como he dicho, mi


equipo puede salvarla, pero nunca será aceptada por su gente de nuevo,
así que a menos que planees mantenerla aquí, no sé qué debo hacer.
Podría pasar sin descubierta durante un tiempo, pero el Gobierno en
Larus, al igual que con muchos otros planetas principales, es muy
estricto con sus exámenes físicos debido a las enfermedades y las cosas
que vamos a hacer con ella…”

“Sálvala. Me importa un bledo.”

Torin se frotó la parte posterior de su cuello.


“Galen…”

176
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Sus manos se cerraron en puños mientras luchaba para no


golpear a su amigo.

“Nunca la iba dejar irse de todos modos, Torin.”

“¿Ella sabe eso? Porque estoy bastante seguro de que quiere


volver con el tiempo. ¿Qué hay de su padre?”

Galen gruñó. Se negaba a dejarla morir, no importaba lo que


costase. Después podría odiarle, si quería.

El médico se aclaró la garganta.

“Te lo estoy preguntando, Galen. Ella es tu prisionera, después


de todo, y espero, por su bien, que sea mucho más. Por lo general, me
gustaría tener la aprobación del paciente, pero te lo estoy preguntando a
ti porque ella no va a tener esa oportunidad.”
“Ya te dije que lo hicieras. Haz lo que sea necesario.”

El ascensor se deslizó sin problemas hasta una parada, cuando


el médico lo miró.
“Bien.”

** **

Galen se alejó de Torin por milésima vez.

“Oh, Dios mío. Si no dejas de moverte, voy a noquearte. Estas


subiéndote por las paredes.”

177
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Galen le miró severamente.

“Si la que estuviera allí fuera la mujer que amas, también tu


estarías preocupado.”

Galen resopló.

“Estoy preocupado. Me gusta Jamila. ¿Cuántas mujeres tienen


las pelotas para aturdir a un Cyborg y tomar el riesgo de desafiar el
espacio abierto lleno de peligros para sobrevivir? El poco tiempo que he
pasado con ella, he disfrutado de su compañía. Pero a diferencia de ti,
todavía estoy calmado. Barrett es probablemente el mejor médico en
esta Galaxia, y tiene la tecnología Cyborg y la genética a su favor.”

Galen se derrumbó en la silla a su lado.

“Pero han pasado horas.”


“Sí, bueno, esto no es una cirugía simple. En un planeta central
estaría muerta.”

Alec se deslizó en la pequeña habitación en la que estaban


esperando. El conjunto sombrío de su boca y sus movimientos tiesos se
fijó de inmediato en Galen.

“¿Qué pasó?”

Alec inclinó su cabeza de lado a lado, craqueando su cuello.

“Mira, sé que estas teniendo una emergencia personal, pero


tenemos alguna mierda sucediendo arriba en el siguiente nivel.”

Cuando él no continuó Galen se levantó de un salto.

“Bueno, no vamos a hacer una pausa para el efecto dramático,


Alec. Escúpelo.”

178
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Las naves del Gobierno están en camino. De acuerdo a nuestro


equipo de inteligencia, fueron alertados por un dispositivo de
seguimiento colocado en alguien en esta nave.”

Sacudió la cabeza.

“Eso no es posible; todo el mundo es escaneado en su camino


fuera de la bodega de carga.”

“Sí, pero no sabemos de cada pequeño trozo de nueva


tecnología con la que vienen. Algo pasó junto a nosotros. Incluso
podría haber sido activado más tarde. Todo el mundo está teniendo un
profundo, escaneo en tres dimensiones para tratar de ubicar el
dispositivo.”.

La puerta de la sala de operaciones siseó abriéndose.


“Y tendrán que ser escaneados tan pronto como sea posible.”

“Claro.”

Galen enfrentó al médico sin darle tiempo a Alec de pensarlo


dos veces, a pesar de que su mente gritaba que esto era algo como para
entrar en pánico. Pero estaba demasiado preocupado por Jamila como
para centrarse en eso.

<¿Cuándo elegí el amor por encima de mi deber con mi pueblo?>

“Bueno, ¿Doc?”

El hombre sonrió.

“Ella lo va a lograr. Está inconsciente en este momento. Es por


las buenas medicinas. Pero deben desaparecer dentro de una hora.”

El alivio se extendió por Galen y se balanceó peligrosamente.


Torin le agarró por el hombro y le bajó a una silla.

179
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

** **

“He sustituido su corazón con uno que es mecánico en su


mayoría. Alteré su genética lo suficiente para acelerar su curación. Por
supuesto, hay efectos secundarios incluso en esa alteración. Inmunidad
a casi cualquier enfermedad. Vista perfecta. Posiblemente algún
aumento de agudeza mental.” Barrett suspiró. “Realmente hay algunas
alteraciones genéticas de los planetas centrales que debe abarcar de
nuevo.”

Jamila se masajeó las sienes. Si fuera capaz de tener dolores de


cabeza, sin duda tendría uno.

“No lo harán. ¿Qué se supone que debo hacer ahora?“

Galen le apretó la mano.


“Lo que siempre has debido hacer. Quédate aquí. Estarás a
salvo aquí conmigo.”

Jamila bajó la mirada hacia su regazo. Le encantaba Galen y


quería quedarse con él, pero había esperado que tal vez pudiera volver a
ver a su padre. Eventualmente, él conseguiría que los cargos contra ella
cayeran y habría tenido suficiente libertad para viajar de regreso a su
casa. Jamila lo echaría de menos.

Había dejado atrás cosas que quería. Fotos de su madre y de su


hogar en la Tierra. Cosas que no podían ser reemplazadas.

¿Qué hay de sus amigos?

180
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

La mayoría habían sido superficiales, y dejaron de salir con ella


una vez que dejo de ir a fiestas y gastar cantidades ridículas de dinero
en ellos, pero algunos eran cercanos, y se preocupaban por ella.

Aquí no tenía familia. No había una persona en toda la nave


que no odiara sus entrañas y la quisiera muerta. ¡Bueno, aráñense! El
médico le había salvado la vida, por lo que debe al menos ser lo
suficientemente objetivo para darse cuenta de que era una ventaja.
Torin tampoco la había matado todavía.

Su mayor preocupación era el Consejo Cyborg. Jamila sabía que


la querían muerta; y todos, excepto Galen, apoyarían eso. No quería
que Galen se dañara si decidía luchar contra ellos. ¿Qué clase de vida
podría tener aquí? Antes, había querido quedarse. Ahora no tenía otra
opción.

Galen le sonrió.

“No estés tan preocupada. Funcionará.”


Barrett asintió.

“Lo hará. Ya casi eres una de nosotros. No volverás a casa, así


se suavizará el golpe para algunos Cyborgs cuando se enteren de quién
es tu padre. Siempre podemos mantener esto lo más oculto posible. Sin
embargo, tu cara está por todas las fuentes de noticias.”

“Barrett.” gruñó Galen.

El Cyborg mayor se aclaró la garganta.

“Correcto. Olvídalo. Necesito buscar en vosotros los


dispositivos de seguimiento. Sois de los pocos que no se han
escaneado.”

181
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Capitulo Doce
.
Jamila y Galen se sentaron en completo silencio en la pequeña
nave que se dirigía de regreso a su planeta y directamente hacia las
manos del Gobierno.

Jamila suspiró. Sabía que Galen no la creía. Ni siquiera estaba


segura de que pudiera culparle por ello. Después de todo, ¿cómo podría
una persona no saber acerca de un dispositivo de rastreo ubicado en su
cuerpo, sobre todo porque se había implantado profundamente en su
nalga derecha? Era muy profundo y más grande que el de su brazo, una
inyección debía haberla puesto ahí.

Trató de recordar la última vez que había tenido una cirugía o


cualquier cosa que le habría dado una oportunidad de colocarlo ahí. En
cualquier momento en su inducción de drogas, perder parte del año
hubiera sido perfecto. No recordaba gran parte de ese año… la mayor
parte del tiempo estuvo sin conocimiento.

Había tratado de explicarle todo eso a Galen, y le prometió que


ella no sabía nada al respecto, pero él ni siquiera la miró desde que le
habían dado la noticia de que tenía un dispositivo de rastreo que no
habían notado en sus escaneos iniciales.

Le había dicho sombrío al comandante de la nave que iba a


llevarla de vuelta el mismo para que el resto de la tripulación no
estuviera en riesgo.

182
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Torin había protestado, alegando que Galen tenía más de una


oportunidad con algunos hombres cubriendo su culo, pero Galen sabía
que ese era el último viaje que tomaría. Se lo había dicho a Torin.
Cualquier persona que estuviera con él iba a ser capturado.

Galen se había resignado a su suerte.

Eso la molestó. Jamila le había preguntado si podían quitar el


dispositivo de rastreo, pero había sido terco al respecto. Estaba
convencido de que sabía de ese dispositivo, y no confiaba que estuviera
en su nave o en la estación.
Por lo que estaba cuidando su espalda.

Le dolió que no confiara en ella. Jamila le amaba, y él estaba


dispuesto a renunciar a ella. Pero, le entendió, dado que Galen estaba
protegiendo a toda una civilización entera de personas que podrían
morir si eran encontrados.

Jamila sollozó, incapaz de contener las lágrimas. Ahora no tenía


elección, había descubierto que no quería irse. Jamila quería quedarse
con él, y con los niños que había salvado por ella.

No quería volver a un mundo en el que no la querrían y donde


el Gobierno iba a seguir asesinando a gente inocente. Jamila quería ser
parte de la resistencia, y ayudar a estas personas a crear una vida.

“Galen...”

“Silencio.”

“¿No podemos hablar de esto?”

“¿Cuántas veces tenemos que tener esta conversación?”

Jamila chocó su puño en su brazo y él la miró.

183
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Hasta que jodidamente me escuches, bastardo testarudo.”

“No tienes nada que decir. Me traicionaste. Eso es todo lo que


sé. Realmente no puedo culparte. Fuiste secuestrada con fines nefastos.
Dijiste que harías lo que fuera necesario para asegurarte de que no
tuviéramos éxito y lo has hecho.”

“¿De verdad crees que soy capaz de esto? Estaba muy feliz de
que hubieras salvado a esas personas del Distrito Haven. Ya sabes cómo
me afectaron sus muertes.”

“Pero no sabías nada sobre ellos al activar el rastreador.”

Jamila gritó con las manos en su pelo y se tragó un alarido. Se


aclaró la garganta.

“¿Cómo diablos puede alguien activar un rastreador en su


propia nalga del culo? Explícame cómo hice eso. Porque estoy pérdida.
¿Cómo llegue a ese botón en particular?”

Galen gruñó.

“No seas obtusa. Pudiste hacerlo de forma remota.”


Jamila suspiró y se masajeó las sienes con ligeros movimientos
circulares.

“¿No tiene más sentido que mi padre lo activara para que me


regreséis con él?”

“Tienes que saber sobre él. Es profundo. No es como el pequeño


que estaba inyectado en tu brazo y que desactivamos cuando te
trajimos a bordo. Tendrías que tener conocimiento de ello, o tal vez fue
hecho mientras estabas en cirugía para alguna otra cosa. Según lo que
he leído sobre ti, no has tenido ninguna cirugía en años. Esta cosa es
reciente.”

184
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“También estás olvidando que el año pasado perdí el


conocimiento a menudo, por beber y drogarme en las noches de fiesta.”

Esta no era la primera vez que había estado profundamente


avergonzada de eso, y probablemente no sería la última. Galen sacudió
su cabeza en negación.

“No quiero oírlo. Mi vida está a punto de terminar,


básicamente. Tienes la oportunidad de volver, y entregarme al mismo
tiempo, así que realmente no quiero escuchar tus excusas. Estabas
intentando escapar hace dos días. ¿Por qué debo creer que no
encendiste un dispositivo de localización de algún modo cuando
fallaste?”

La sangre se le congeló.
“¿Por qué estás haciéndolo por tu cuenta? ¿Por qué no me
enviaste en una cápsula de escape?”

“Podría, pero sabrían la última ubicación de la nave. Esperemos


que si voy yo mismo, asuman que sólo nosotros dos estamos aquí y no
una nave llena de gente y no van a buscar mucho.”

“Pero ellos te torturarán para obtener esa información.”


Galen suspiró y se pasó la mano por el pelo.

“Y para el momento en que me rompan, la nave estará en otro


lugar, la estación espacial se moverá, y todos mis códigos de seguridad
y de comunicaciones serán cambiados.”

Jamila lo miró. No podía dejar que lo capturaran. Una vez que


el Gobierno tuviera toda la información que podían obtener de él, lo
iban a ejecutar. Y probablemente todavía buscarían en la zona por su
pueblo. Peor aún, tal vez ellos intentarían lavarle el cerebro de nuevo.

185
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Tenía demasiado conocimiento para ser capturado.


Seguramente él lo sabía. Todo su pueblo estaba en peligro si lo cogían.
¿Podrían realmente estar en más peligro si no fuera?

Ahora tenía que encontrar una manera de regresarlo a su pueblo


mucho antes de que se reuniera con los funcionarios del Gobierno.
Jamila metió su dedo en la entrada de su cinturón y tiró antes de que se
levantara y saliera hacia la parte trasera de la lanzadera.

“¿Qué estás haciendo?” Le ladró,

Jamila tuvo que resistirse a retroceder y golpearle en la cabeza.


“Controlándome para no golpearte.”

Galen suspiró, pero no dijo nada. Jamila le miró por encima del
hombro para asegurarse de que no la estuviera viendo, y apretó el botón
para abrir la capsula de escape. La que había tratado de usar de la nave
grande de los Cyborg había tenido una mayor capacidad, una cápsula
de escape de lujo. Ésta era bastante básica. Lo suficientemente grande
para dos. Podía ingresar un curso y cambiarlo, pero lo demás estaba
completamente en piloto automático.

Jamila miró a Galen de nuevo y agarró la jeringa de sedante que


estaba en la cabeza de la capsula. Era para las emergencias de ataque de
pánico. Galen maldijo y saltó de su asiento cuando ella volvió de nuevo
a su alrededor. ¿La había visto sacar la jeringa? Se dirigió a ella y le
echó los brazos alrededor de su cuello.

“No puedo dejar que te sacrifiques por esto.”

Jamila cerró los dedos en su pelo y tiró sólo para hacerle sentir
una pequeña porción de su ira.

“Es una locura. No sabes si incluso creerán que estás solo aquí
conmigo. ¿Qué pasa si se mantienen buscando a tu pueblo?”

186
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Se echó hacia atrás. Sus ojos aún mantenían sospechas, pero el


conjunto sombrío de su boca se suavizó.

“Siempre están a la caza de mi pueblo. Necesito hacerles perder


el rastro hasta que estén ocultos.”

“Si no confías en mí, ¿Por qué me dices esto?”

Galen resopló y apartó la mirada.

“No lo sé. Maldita sea, parece que no puedo cerrar la maldita


boca a tu alrededor.”

Agachó la cabeza para capturar su mirada de nuevo.


“Así que no crees que haya encendido ese dispositivo de
rastreo.”

Galen suspiró.

“No sé lo que pienso. Quiero creer en ti, y tan pronto como


llego a ello, dejo de pensar. No puedo ignorar los hechos y lo que
aparenta. Si estuviera sólo yo en juego te creería, pero no puedo
arriesgarme con todas esas vidas involucradas.”

Si no tuviera un objetivo, podría haberlo golpeado en la cabeza.


Jamila contuvo las lágrimas y tiró de él dándole un beso para cubrir su
reacción. Fue un acoplamiento lento de lengua y labios. Pasó las manos
hacia abajo y ahuecó sus nalgas. Rompió el beso.

“Debería volver al timón.”

Jamila no dejó que su frustración se mostrara en su rostro.

“¿Pusiste la nave en piloto automático?”

“Sí, pero...”

187
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Déjalo. Esto no tomará mucho tiempo.”

Jamila liberó el cierre de su traje de vuelo y se lo sacó por sus


anchos hombros. Se inclinó hacia adelante y chupó su pezón con los
dientes antes de pasarlo con la lengua. Colocó una línea larga, de
húmedos besos por su torso mientras se dejó caer de rodillas. Galen
gimió.

“Realmente no tenemos tiempo para esto.”

Jamila le miró.

“Tenemos. Además, ¿No quieres hacer tiempo?”

<Bastardo testarudo.>

Cuando le lamió el hueco en la cadera, él cambió su peso.

“Bien, vamos a hacer tiempo.”

Jamila sonrió contra su piel. Bueno, tal vez no era tan terco.
Agarrando los lados de su traje, le dio un tirón hacia abajo antes de que
pudiera cambiar de opinión. Su gruesa polla saltó libre y envolvió su
mano a su alrededor, un temblor pasó por su espina dorsal. Era una
lástima que no se deslizara hacia ella. No pudo evitar mojarse por el
por la anticipación. Jamila puso su lengua en la cabeza de su polla
antes de chuparlo. Galen gimió y enroscó sus dedos en su pelo.
“Eres increíble.”

Agarró su culo con su mano desocupada, clavó sus uñas lo


suficiente para hacerle dar un tirón a su polla en su boca mientras
jadeaba su nombre. Pasó su lengua contra la parte inferior de su eje y
chupó con fuerza suficiente para hundir sus mejillas.

Sus músculos abdominales se apretaron mientras trataba de


controlar el corcoveo de sus caderas.

188
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Apretó el agarre en la base de su polla para que no la ahogase.


Galen se estremeció y su semen brotó contra su lengua. Jamila clavó el
sedante en el muslo, confiando en que el inyector automático inundara
su sistema. Tragó saliva y liberó su polla ablandada.

Se tambaleó sobre sus pies y la miró.

“Que es lo que me has dado?”

Jamila se levantó y lo inclino a la cápsula de escape que espera,


empujando sus piernas agitándose tras él. Se rió débilmente.

“Cierto, medicinas de emergencia que estaban en esas cosas.


¿Qué diablos estás haciendo, Jamila? Me voy a entregar. No necesitas
envolverme como regalo.”

Galen le gruño, y ella dio un paso atrás.


“Sabes, eres un gilipollas. Estoy enviándote de regreso con tu
gente y en buena hora porque me cabreas. Si confiaras en mí,
podríamos haber hablado de esto, pero no. No me dejaste otra opción.
¿Seguramente no se te ha ocurrido pensar que probablemente voy a ser
juzgada por los suministros de Haven? Tú mismo lo dijiste. Yo te
habría creído si me hubieras dicho que no sabías que tenías un
dispositivo de rastreo, pero supongo que te amo más.”

Galen le enseñó los dientes.

“Eso no es justo. Casi todos los que he conocido me han


traicionado. Contigo siendo una aristócrata y con tu padre, no es de
mucha ayuda. Soy un espía y un terrorista de acuerdo a tu Gobierno.
Estoy en el negocio de la traición.”

Jamila perdió su capacidad de respirar por el dolor que sintió en


su corazón.

189
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Nunca habría confiado en ella, incluso si no hubiera encontrado


un rastreador en su nalga. Galen casi lo admitió. No podía manejar
quién era su padre.

“Realmente no tengo tiempo para discutir esto contigo.”

Galen trató de sostenerse a sí mismo con los codos, pero se


derrumbó de nuevo en la capsula con un largo parpadeo.

“¡No te atrevas a lanzar esta capsula al espacio de mierda! Hay


otra buena razón para que me vaya contigo que no he mencionado.”

Jamila sonrió con nostalgia.


“Y yo que esperaba que tus últimas palabras serían una
declaración de amor. Supongo que soy la tonta necia infantil que todo
el mundo piensa que soy. Ordenador, lance la cápsula hacia la última
ubicación conocida de la nave Cyborg.”

Su grito se cortó con un silbido cuando la puerta se cerró de


golpe. Caminó hacia el asiento del piloto y se dejó caer en ella. Nunca
lo volvería a ver. Eso estaba bien. Ningún ser humano podría estar en
su mundo.

Jamila nunca hubiera sido feliz con todo el mundo a su


alrededor despreciándola, sobre todo cuando el hombre al que amaba
no tenía fe en ella. Había visto el mismo juego con sus padres y eso
había terminado en el suicidio de su madre.

Las lágrimas rodaban por sus mejillas mientras apoyaba la


cabeza en el panel de control y esperó a que llegara su destino.

190
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Capitulo Trece
.
Su propio pueblo estaba disparándole. Galen apenas logró evitar
la siguiente descarga, mientras trataban de prender sus motores.
“Galen, gire esa maldita nave de vuelta. No tienes que volver.
Te van a matar mucho antes de que puedas llegar a ella.”

“Lo siento, Torin. No lo haré. Tengo un plan.”


Jamila había sido detenida incluso antes de poner un pie fuera
del transporte. Ya que habían perdido a los refugiados de Haven,
habían decidido que tenían que procesar a alguien. Se tenía previsto
ejecutar a todos los involucrados en el suministro de los residentes con
cualquier artículo que fuera. Hasta que descubrieron lo que los médicos
Cyborgs habían hecho para curarla. Ahora su espía les dijo que el
Gobierno tenía otros planes para ella.

Maldita mujer. Tendría que haberle contado todo. Había


planeado tomar cualquier cargo del que ella fuera acusada. Pero no
estaba seguro de cómo iba a reaccionar. Si ella no le dejaba, estaría en
peligro, y estarían de vuelta donde comenzaron. Pero su mayor temor
era que a Jamila no le importara que él diera su vida por ella y se riera
mientras lo hacía. Ese pensamiento lo habría destruido.

¿Cómo puede un hombre ser tan estúpido? Jamila estaba siendo


torturada y probablemente creía que no le importaba a nadie en el
universo como para rescatarla. Esa era su culpa. Tendría que haber sido
claro acerca de sus sentimientos.

191
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

La larga maldición de Torin continuó durante un total de treinta


segundos antes de tomar una respiración profunda.

“Siempre tienes un plan, maldita sea. Pero lo que estás


pensando no va a funcionar. El Gobierno la tiene.”

“¿Y qué van a hacer con ella si no la salvo?”

El silencio se reunió en esa pregunta. Todo el mundo sabía lo


que le iban a hacer. Había dos opciones. Ejecutarla, ya que al Gobierno
le encantaría hacerlo, o convertirla en una de sus operativos. Sería
perfecto. Jamila había estado en el interior de una nave Cyborg. Sabía
cómo funcionaba, hasta cierto punto. Había hecho amistades con
algunos de los Cyborgs. Amándola.

Sería fácil ponerla en algún lugar en una base diferente, si


pudieran encontrar una. Pero a él no le importa un comino todo eso.
Habría un montón de tortura antes de que la convirtieran en esa
pequeña espía y asesina perfecta.
¿Quién sabía si su pueblo podría desprogramarla... si alguna vez
la encontraba? No siempre funcionaba. Incluso si se las arreglaran para
eso, ella nunca sería la misma otra vez. Estaría arruinada. Rota. Como
él. No podía correr ese riesgo.

“Vas a tener que hacerme volar fuera del maldito cielo para
detenerme, Torin.”
“Galen, ¿qué pasa si eres capturado? No apoyo tu plan de
entregarte a ti mismo, en primer lugar. Piénsalo, hombre. Sabes mierda
clasificada, cosas malas que podrían garantizar que nos encontraran a
todos nosotros. Estabas lo suficientemente cerca cuando se la llevaron
de vuelta. Ella te salvó por una razón. No quería que nuestra gente
muera. Pensó que tu vida valía la de ella. Estás malgastando su regalo
si vas allí y te capturan.”

192
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

La rabia rasgó sus entrañas. Él no valía la pena el sacrificio.


Todavía no podía entender lo que ella había estado pensando.

“Ella lo vale para mí.”

Un largo suspiro de sufrimiento se escuchó de Torin por el


comunicador.

“Al menos podrías conseguir respaldo. Tómate cinco minutos y


obtén el respaldo del Consejo.”

“Nunca estarían de acuerdo. Su lista de razones racionales para


girar mi culo alrededor es buena. Por desgracia para ti, no soy un
hombre racional en este momento. El Consejo puede mantener su
objetividad en esto. Yo no puedo y no lo haré.”

“Está bien, pero podrías haber pedido por lo menos por mi


ayuda. También me gusta Jamila, Galen. Creo que podría valer la
pena. Deja de disparar contra mí, y te voy a seguir. Necesitas ayuda.”

Galen vaciló. Podría ser un truco. Torin podría esperarle al


aterrizar, golpearle, y arrastrarle hacia atrás fuera del planeta. Pero...

“¿Pensé que nunca ibas volver a un planeta central? ¿Que ellos


tendrían que arrastrarte de vuelta? ¿Que nunca tomarías una misión de
esas?”

“Eres mi amigo. Voy a hacer esto por ti. Tanto si quieres que lo
haga como si no. Si me rechazas, te seguiré, aunque sea
manteniéndome fuera del alcance de tus armas.”

Galen miró al sistema de comunicaciones

“Bueno. Pero no te atrevas a pensar en noquearme y llevarme de


vuelta a casa. Te asesinaré en cuanto que me despierte, y no voy a ser
divertido ni por lo más mínimo.”

193
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Nunca eres divertido. Te falta sentido del humor. No sé lo que


ve en ti Jamila. Viejo zurullo. Permíteme desactivar las alas de mis
hermanos, y vamos a seguir adelante juntos.”

Galen asintió con la cabeza. Correcto. Aún había otros


combatientes en su culo.

“¿Necesitas alguna ayuda?”

“No, nunca van a ver venir esto. Y… hecho. Vamos a sacar la


mierda de aquí. Son eficientes. Tendrán sus motores fijos malditamente
rápido, si son capaces. Perfóralo. Estoy detrás tuyo.”
Galen atacó completamente y fue aplastado contra su silla.
Incluso su fuerza superior no evitó que la fuerza del ataque exprimiera
el aire de sus pulmones. La presión disminuyó a medida que la
velocidad se estabilizó. Galen debía dormir, pero no se atrevía a
hacerlo. En su lugar, se levantó y estiró las piernas antes de comenzar a
caminar en su pequeño espacio.
Tenía que seguir pensando en las cosas. La instalación había
sido trasladada. El plan. Sí, el plan no era una buena idea. Torin estaba
en lo cierto. No había ninguna buena manera de hacer esto. Pero tenía
que intentarlo. Si moría… entonces que así fuese.

** **

Cuando bajó del servicio de transporte, de inmediato sacó su


pistola paralizante. Confiaba en Torin, y lo quería como a un hermano
pequeño molesto, pero en esto no podía estar seguro de él.

194
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Torin trataría de proteger a las personas a toda costa, incluso si


iba en contra de las órdenes de Galen para hacerlo. Era una cuestión de
lealtad personal y elaboración propia de Torin ante los riesgos. Si uno o
ambos caían, Torin podía traicionarlo fácilmente y no inmutarse. Lo
vería como hacer lo que él pensaba que era lo mejor para salvar la vida
de Galen o de su gente.

Hubo un silbido cuando la rampa de la nave se abrió y bajó al


lujoso césped del Senador. Habían aterrizado en los confines de su
finca. Fue un gran riesgo incluso aterrizar aquí, pero el Senador era
parte del plan. Ni siquiera sabían dónde estaba detenida Jamila. Le
necesitan, y si su seguridad fuera como la de la última vez, eso indicaba
que sería fácil llegar hasta él. Incluso si se hubiera reforzado, todavía
seguían siendo un montón de seres humanos, contenidos en el
conocimiento de que las armas iban a hacer su trabajo por ellos.

Galen resopló. Las armas eran geniales, pero todavía tenía que
saber qué coño estaban haciendo con sus tácticas. Ya que él y Torin
eran sigilosos, ni siquiera los verían hasta que fuera demasiado tarde.
Los seres humanos probablemente pudieran localizar sus naves y dar la
voz de alarma rápidamente, pero… ¿encontrarlos? No sería tan fácil.

Torin se subió a la viga y Galen niveló el aturdidor hacia él.


Rápidamente levantó las manos para demostrarle que estaba
desarmado. Galen no se dejó engañar. Las propias manos de Torin
eran armas. Había peleado con Galen en combate mano a mano. Y sus
propias armas, aturdidoras, y cuchillos estaban en sus fundas alrededor
de sus caderas. Pero estaba haciendo un esfuerzo para tranquilizar a
Galen de que él no estaba tratando de llevarle de regreso a casa

“Te lo dije, hombre. Quiero ayudar. Jamila no se merece que la


dejen donde quiera que este encerrada. Tienes razón. Van a torturarla.
Los dos sabemos lo que es eso.”

195
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Torin especialmente. Todavía estaba sufriendo con lo que le


habían hecho. Había sido un niño cuando se lo habían llevado. Ni
siquiera tenía una vida, y de repente lo desprogramaron y descubrió que
habían asesinado a sus padres, le robaron su niñez, y le convirtieron en
una máquina de matar. Eso le había hecho inestable durante mucho
tiempo, después de que había regresado.

Fue el más joven que tomaron que Galen supiera. Al menos


Galen había sabido lo que era tener una vida. Pero era otra la razón por
la que estaba preocupado por las acciones de Torin ahora. Podía ser
impredecible. No pensaba como el resto de ellos.

Galen enfundó a regañadientes su aturdidor y Torin bajó sus


palmas lentamente.
“Tenemos que ir. Mira, no he intentado golpearte la cabeza
todavía. ¿Satisfecho?”

“Ya veremos.”
Torin rodó sus ojos.

“Dios, Dios. Eres el hombre más paranoico que he conocido.


Soy tu amigo y no confías en mí.”
“Apenas me atrevo a confiar en nadie. Es un desafortunado
rasgo de Cyborg.”

Torin resopló.

“Es verdad. Ahora vamos a hacer un maldito movimiento antes


de que alguien nos descubra aquí.”

Se arrastraron por los terrenos en silencio. Nadie dio la voz de


alarma, incluso cuando entraron en la casa. No había guardias
esperando por ellos. Nada. Estaba demasiado tranquilo.

196
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

¿Qué estaba pasando?

“Galen, esto me da escalofríos. ¿Dónde están los guardias?


¿Dónde están los sirvientes? ¿Dónde están los invitados en casa? ¿Crees
que él se ha mudado a otro lugar?”

Galen gimió. No había pensado en eso. Con su hija fuera de la


residencia, podría haber cerrado la SkyTemple. No había ninguna razón
para que siguiera funcionando, si nadie vivía aquí.
“El Senado se reunirá de nuevo pronto. Podría haber salido
temprano para eso.”

Torin maldijo.
“¿Ahora qué?”

Se encogió de hombros.

“Vamos a seguir buscando en este lugar. No hemos buscado en


toda la casa.”

Renunciaron a esconderse y caminaron por el resto de la casa.


Llegaron al comedor (donde Jamila le había comprado) y vaciló en la
puerta. ¿Alguna vez volvería verla de nuevo? Su duda corroía sus
entrañas. Una vez que el Gobierno tenía a alguien, elegía cuándo
dejarlo ir. Pero moriría tratando de encontrarla. Tendría que enviar de
vuelta a Torin, este hombre no iba a morir con él. Maldito Torin y su
lealtad. Iba a dejar que Galen le llevara directamente a la muerte.
Suspiró y abrió la puerta.
El Senador estaba de pie en el balcón, de espaldas a ellos.

“Tomaste el tiempo suficiente, Galen.”

Corrió hacia el hombre. Torin gritó su nombre, pero eso no lo


detuvo. Sólo vio todo rojo.

197
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Empujó a Cyrus contra la barandilla con fuerza suficiente para


quitarle el aliento. Lo levantó y lo arrojó por la barandilla, agarrándole
el tobillo para que no se cayera hasta su muerte.

“¿Dónde está Jamila? No dudaré en matarte si la han herido.


¡Dime donde está!”

“Súbeme de regreso.”

El pánico entrelazó la voz del hombre y Galen sonrió. Torin lo


agarró del brazo.

“¿Estás loco? Si se cae nunca la encontraremos.”


“Créeme, no le voy a soltar. Si se cae, será porque decidí dejarlo
ir. Va a hablar.”

“Levántame. ¡Por favor!”

Torin agarró su otra pierna agitándolo y tironeó. Galen le gruñó


y Torin lo empujó con la otra mano. Galen aflojó el tobillo de Cyrus y
Cyrus gritó mientras se balanceaba de lado a lado. Torin gruñó, pero
fácilmente mantuvo un agarre sobre él. Le dio un tirón y casi lo tiró
contra el suelo. Cyrus trepó por los pilares de la barandilla y se agarró a
uno.

“Cyborgs condenados. Estáis todos locos.”

Galen arrojó los brazos y sonrió.

“Somos lo que nos hiciste, viejo.”

Torin lo miró boquiabierto.

“Wow, has perdido sobre este polluelo, ¿no es así?”

“Cierra la boca.”

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Cogió al Senador de nuevo, pero Torin golpeó su mano.

“Entiendo tu furia, pero este no es el momento. Dios mío. Las


cosas toman un giro malo cuando soy la persona en su sano juicio.”

Se volvió hacia el Senador y se agachó junto a él.

“Vas a decirnos dónde está.”

“Por supuesto que sí. Quiero a mi bebé de vuelta. Jamila lo es


todo para mí. Y no puedo sacarla sin vosotros, malditos.”

Fue entonces cuando Galen se dio cuenta de que los ojos de


Cyrus Clearborne estaban rojos e hinchados de tanto llorar. Bien. Se
merecía el dolor. Si no hubiera sido a costa de Jamila, habría dejado al
viejo.

“Así que… ¿necesitas nuestra ayuda?”

“Sí, maldita sea. Jamila va a estar demasiado débil para


moverse. Incluso podría luchar contra nosotros si tratamos de
llevárnosla. No sé exactamente lo que le han hecho, pero tengo una
idea.”

Galen le gruñó.

“Por supuesto que sí. Están usando tus métodos.”

“Y puedo usarlos para arreglarla.”

Galen apenas podía controlar su temperamento y se acercó para


golpearle. Torin agarró su puño antes de que hiciera contacto.

“Tú lo matarás.”

“No la puedes arreglar. Nunca serás capaz de arreglarla. Pusiste


un dispositivo de rastreo en ella, y mira lo que ha pasado.”

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Cyrus se puso de pie.

“Esto sucedió debido a la falta de instalaciones médicas. La


quiero de vuelta de todos modos.”

“No volverá contigo. ¡Jamila es mía! No puedes mantenerla a


salvo nunca más.”

Sus voces se levantaron al mismo tiempo.

“Jamila es mi hija.”

“No tienes derecho a ella nunca más.”

“¡Callaos!” gritó Torin por encima del estruendo de sus voces.


“Tenemos que encontrar la manera de sacarla. Podemos debatir quien
se la quedara más tarde, porque lo creáis o no, esa mujer tiene una
mente propia y la elección es realmente suya. Es triste, que yo la respete
más que su padre y el hombre que la ama.”

Su mirada furiosa habría matado a un hombre más débil.

“Necesitamos un plan, no una pelea a gritos.”


Galen se pasó una mano por el pelo.

“Un plan.”

Cyrus se apoyó contra la pared y cruzó los brazos sobre su


pecho.

“Conseguir entrar será la parte fácil. Tengo acceso. Pero si


nosotros somos vistos llevándola, van a hacer sonar la alarma y no
vamos a llegar a la superficie.”

“¿Por qué todavía tienes acceso? ¿Todavía experimentas en las


personas, Doc?”

200
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Cyrus se puso rígido.

“Soy consultado de vez en cuando, en casos problemáticos.”

“¿La gente no se dobla automáticamente ante la voluntad del


Gobierno?”

“Sí. ¿Quieres seguir hablando de esto o quieres salir de aquí?


Nos llevará varias horas llegar al lugar donde la están reteniendo.”

** **

El viaje a las instalaciones fue tenso, lleno de episodios de


silencio y otros de feroces discusiones; hasta el punto en que a Galen le
preocupaba matar al Senador. Volvió a respirar hondo y continuó
contando hasta diez. De hecho, iba por quinientos cuarenta y siete.
Esto en cuanto a la técnica de afrontamiento.

Necesitaban a Cyrus. No podían entrar sin él. Había varios


puntos de acceso en el camino en que necesitaban su tarjeta de acceso,
un código de seguridad, y una exploración de su retina. Incluso había
dicho algo acerca de un chequeo de ADN. Pero si jugaban a los
guardaespaldas Cyborg obedientes, no tendrían que ser comprobados.
Serían admitidos sin ser registrados para nada más que comprobar
armas. Estarían permitiéndoles que entraran con solo un aturdidor y un
cuchillo, con el fin de proteger al Senador.

<¿Y si han puesto a Jamila en contra nosotros? ¿Volverá a ser lo


misma de antes?>

201
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

El Senador se aclaró la garganta.

“No estés tan preocupado, Galen. Puedo arreglar lo que hayan


hecho con ella. Podrían usar mis técnicas, pero no saben todo lo que
hago. Tampoco conoce a Jamila. Estaría muy sorprendido si han hecho
algún progreso en estos escasos dos días que ha estado allí. Y como
dije, puedo arreglarlo.”

“Tú no lo entiendes. No puedes arreglarlo. Tú nos arruinaste.


Te llevaste lejos nuestras vidas.”

“No es lo mismo. Cuando Jamila salga de esto todavía tendrá a


su familia, a diferencia de la mayoría de los sujetos en el pasado.”

“Sí, porque comenzaste a matar a nuestras familias no mucho


después de mi generación. Estoy agradecido de que la mía me dejara.”
El hombre se inclinó hacia delante.

“Sabes que tu hija sigue viva, ¿no? Está en sus veinte años
ahora. Sin embargo, tu esposa está muerta.”
Una sensación de temor llenó su interior.

“¿Cómo sabes eso?”

“Las familias que no murieron se mantuvieron sin perder de


vista. He conocido a la chica. Es notable.”

Su puño se cerró.

“¿Por qué coño tienes que conocer a mi hija?”

Se encogió de hombros.

“El Gobierno tenía interés en ella. Como he dicho, es una mujer


extraordinaria. Supongo que no es de extrañar, contigo como su padre.

202
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Fuiste elegido por tu capacidad para las matemáticas, tus habilidades


para resolver problemas, y tu fuerza, junto con muchos otros factores.”

“¿Por qué no la convirtieron en uno de nosotros?”

“Lo creas o no, el Gobierno ha dejado de fabricarlos. Sois


demasiado peligrosos, y muchos se han convertido en traidores como
para que sea una buena decisión financiera continuar con vosotros.
Están tratando de enterrar a los Cyborgs y la ingeniería genética para
siempre. ¿Por qué crees que el Distrito Haven fue volado? Está
sucediendo en todas partes. Y están matando a los Cyborgs que no
necesitan. Quieren borrarlos. Como un mal momento en la historia.”
“Oh Dios.” susurró Torin.

“Vendrán por vosotros luego. Ellos piensan que os han


esterilizado, pero si he aprendido algo, es que la vida encuentra una
manera, sobre todo si se tiene acceso a una tecnología médica increíble.
Creen que algún día tu gente podría ser una amenaza para la
humanidad.”
Nadie podía prometer que no lo sería. Las tensiones eran altas, y
muchas cosas se habían hecho para que se volvieran contra los planetas
centrales.

“Gracias por la información. Asimismo, mantendré mi pueblo


en estado de alerta, si regreso de nuevo a ellos.”

“En cuanto a tu hija…”

Cyrus se encogió de hombros.

“El Gobierno la ha contratado para otros fines. En vez de


convertirla en uno de vosotros, la educaron. La sacaron fuera de la
cuneta. Deberías estar agradecido.”

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

No estaba agradecido. Estaba furioso y aterrorizado. ¡Cómo se


atrevían a estar cerca de ella! Odiaba a ese hombre por conocer a esa
joven que él no conocía.

<¡Malditos sean!>

El término ‘fabricado’ también le molestó. Su gente no eran


juguetes, y si el Gobierno había abandonado a los Cyborgs
probablemente significaba que habían pasado a otros proyectos más
peligrosos, muy probablemente del mismo modo que destruyeron la
vida de los más desafortunados.

“Mantén a tus matones lejos de mi hija.”

“Demasiado tarde. Trabaja para ellos, y no trabaja para mí, así


que no puedo despedirla.”

Galen gruñó y apretó los puños. ¿Qué podía hacer? Ni siquiera


sabía qué aspecto tenía. O cómo se llamaba. Su madre había cambiado
sus nombres cuando se había mudado. Había tratado de encontrarlas
una vez que salió del lavado de cerebro, pero habían desaparecido.

“¿Van a hacerle daño? Quiero su nombre y ubicación.”


El Senador lo consideró.

“No tengo ni idea de si van a hacerle daño. Por lo general, dejan


a los empleados solos, pero como es hija tuya puede que esté en peligro.
Sobre todo porque tiene una habilidad especial para poner su nariz
donde no debería. Condenados periodistas. Ella cambió su nombre de
nuevo a Charlize pero agregó el apellido Cole. Debe ser bastante fácil
de encontrar. Su cara bonita ha sido salpicada en todas las noticias
últimamente.”

Tragó saliva y bajó como una bola de plomo.

“¿Es periodista?”

204
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Sí, la han convertido en una especie de agente de relaciones


públicas para el Gobierno. Probablemente tiene que hacer cosas para
cubrir sus fechorías.”

“¿Por qué me cuentas todo esto?”

Sus ojos se estrecharon.

“Porque ella comenzó a buscarte. Como líder en el proyecto


Cyborg, he sido informado y consultado sobre cómo proceder. Al
parecer, ella sabe quién es y lo que es su padre. Empezó a preguntarnos
qué pasó con los Cyborgs, y no acepta el hecho de que matamos a la
mayoría como una respuesta. Parece pensar que hay más que eso.
Tiene razón, por supuesto. Pero si sigue yendo hacia adelante con su
investigación podría conseguir que la maten.”
Su mente corría con las posibilidades. Tenía que hacer algo para
detenerla, o alejarla de ellos. Cyrus estaba en lo cierto; clavándose en su
pasado conseguiría que la maten. Torin lo miró desde el asiento del
piloto.

“Galen, tienes que detenerla.”

Sacudió la cabeza.
“Un problema a la vez. Tenemos que terminar esta misión antes
de empezar a preocuparnos por mi descendencia.”

El Senador asintió.

“Un buen plan. Cuando te decidas por algo, voy a ayudarte a


implementar cualquier plan para llegar a ella, si es una buena idea.”

“¿Por qué me ayudas? Tu nos odias.”

205
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Pero mi hija te quiere. Tienes que tener algo digno de ser


amado. Jamila es una chica muy particular. Y tu hija también es única.
No quiero que sufra. Me recuerda mucho a mi propia hija.”

Respiró hondo y sacudió la cabeza para despejarse. No podía


pensar en esto ahora. Serían matados si se paraba a preocuparse por
ella. Estaba a salvo, por ahora.

La nave bajó con suavidad y se desabrochó el cinturón. Se puso


de pie cuando lo hizo el Senador. Cyrus metió la mano en el
compartimiento de arriba de su silla y sacó dos collares.
“¡Oh, mierda no! No vamos a ir usando esos.”

“Tenéis que hacerlo. Ningún esclavo Cyborg estaría sin uno.


Los guardias sabrán de inmediato que algo está mal si no los tenéis.
Están encendidos, pero la mayoría de las funciones están desactivadas.
Compruébalo por ti mismo.”

Lanzó un collar hacia Torin.


“Tú todavía tienes la capacidad de controlar la electrónica, ¿no
es cierto? Al menos, debes ser capaz de comprobar las habilidades de
estos. E incluso si estuvieran plenamente activos, podrías
desactivarlas.”

Sí, con el tiempo podrían romper el collar, pero se necesitaría un


mínimo de dos horas. Y para entonces él podría haberlos traicionado
fácilmente. Y si bien las partes del cuello estaban inactivas ahora, eso
era bastante fácil de solucionar. Estarían tomando un gran riesgo
usándolos, pero el Senador tenía razón. Si no lo hacían serían
descubiertos en el primer puesto de control. Torin negó con la cabeza.

“Cyrus está diciendo la verdad, no está activo, pero...”

Galen asintió.

206
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Lo sé. Pero ¿qué otra opción tenemos?”

Torin palideció y sus manos temblaban mientras se colocaba el


collar alrededor de su garganta.

“Te odio, Galen. ¿No necesitamos muñequeras?”

“No, éstos son actualizados. El esclavista de Galen tenía un


modelo antiguo. Estos funcionan con sólo ponerlos en el cuello.”

Galen se lo había encajado en su lugar. Una sensación de


malestar llenó su estómago y se preguntó si había cometido el error que
conseguiría que los mataran.
Pero el Senador no gritó a los guardias que debían ser
arrestados. Los funcionarios del Gobierno apenas los miraron. Raro,
considerando que la lista de crímenes de Galen era más larga que su
brazo. No debían estudiar su propia lista de ‘condenados-más-buscados’
muy a menudo. Un error de su parte.

Al pasar el primer punto de control, la tensión en los hombros


del Senador se alivió.
“Me preocupaba de que reconocieran a alguno de vosotros.
Pero, de nuevo, los archivos han sido enterrados durante tanto tiempo
que todo el mundo asume que están muertos.”
Torin resopló.

“Sí, pero estamos robando naves constantemente. No puedo


creer que nuestras caras no sean conocidas.”
El hombre arqueó una ceja.

“¿De verdad? No sabíamos que estaban robando nuestras naves.


Supusimos que eran los piratas.”

207
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Galen gruñó.

“Torin, tienes una gran bocaza.”

Torin se encogió de hombros.

“Asumí que sabían que estábamos robándoles. Así lo hicimos.”

Torin tenía razón. Incluso los piratas no eran lo suficientemente


audaces para tomar algo del Gobierno. Tendrían que estar locos. Galen
asintió con la cabeza.

“Es hora de dejar de hablar, señores. Sois perros guardianes


silenciosos. Nada más.”
Ambos se enderezaron a aquella postura rígida que habían sido
entrenados para mantener. Era algo arraigado en ellos. Algo que habían
intentado olvidar, pero nunca lo lograron del todo. Aunque, había
pasado mucho tiempo desde que habían practicado. Hablar y bromear
era normal ahora, a menos que se encontraran en una situación de
combate.
Continuaron pasando los puestos de control tripulados y no
tripulados sin ningún problema. Habían pasado tantos que Galen
pensaba que su cabeza iba a explotar. ¿Cuántos podría haber? El
Gobierno no había sido tan paranoico sobre el proyecto cuando él
estaba en ello. Aunque, desde que habían comenzado escapar, habían
cambiado las políticas. Aun así, esto se estaba volviendo ridículo.

Salieron del ascensor y el Senador suspiró.

“Eso es todo.”

Giró a la derecha y comenzó a caminar rápidamente por el


pasillo.

208
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Ahora, tengo una pregunta. ¿Por qué piensan que eres tan leal
a ellos que no intentarías rescatar a tu propia hija?”

Cyrus miró por encima del hombro, pero siguió moviéndose.

“Porque no mostré ninguna emoción cuando se la llevaron, sólo


enfado y decepción por ella. No estoy orgulloso de eso, pero logró
mantenerme dentro. Por supuesto, ellos todavía no me dicen lo que le
están haciendo, y una vez que la trasladen de esta instalación no voy a
tener ningún contacto. Pero por ahora, ella está en proceso, así que
todavía estoy autorizado a verla. Tenemos pocas horas antes de que eso
cambie, si no es demasiado tarde.”

Se detuvo frente a una puerta al final del pasillo que habían


rechazado.
“Esta es. Te lo advierto, mantenla restringida hasta que estemos
seguros de salir de aquí, y eliminemos ese dispositivo de rastreo tan
pronto como sea posible.”
Cyrus agarró la mano de Galen y le depositó un chip de
memoria.

“Esto tiene un código que te permitirá escanear cada tipo de


dispositivo que el Gobierno utiliza para rastrear. Te sugiero que lo
utilices en cualquier persona que vaya en alguna misión fuera de tus
instalaciones. Y definitivamente utilízalo en ella.”

Galen presionó su pulgar contra el panel de la puerta. Hubo un


pequeño pitido y se abrió.

Jamila estaba desplomada en una silla en el centro de la


habitación. Había sangre en sus sienes, donde probablemente la habían
torturado mientras trataban de lavarle el cerebro.

209
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

El estómago de Galen se agitó mientras tropezaba con ella. Se


desplomó a su lado, pero no se atrevió a tratar de despertarla. ¿Y si
gritaba y trataba de hacer que los atraparan? Silenciosamente comenzó
a deshacer las correas que la sujetaban a la silla.

Su padre se agachó a su lado.

“Trata de no despertarla.”

“Ya lo sé.” dijo entre dientes con los dientes apretados.


“Tenemos que sacarla de aquí, así que vamos a tener que moverla en
algún momento. Tal vez deberíamos amordazarla.”
Cyrus asintió.

“Suena cruel, pero es probable que sea una buena idea. No sé si


la han sedado o no. Probablemente no. Jamila probablemente se
desmayó.”

“Creo que hay cinta en algún lugar.”

Torin le golpeó en el hombro y Galen lo miró para advertir que


tenía un rollo.

“¿Qué demonios estás haciendo con un rollo de cinta?”

“¿Recuerdas cuando pensé que iba a tener que patearte el culo y


arrastrarte a casa? La cinta es buena para eso, y portátil. Nada funciona
como esto. Además, se supone que este material no daña la piel. Cinta
del secuestrador es como lo llaman de donde soy.”

“Oh, eso es jodido. ¿Pensabas que esto me sostendría?”

Sus ojos se quedaron en blanco.

“Me sostuvo una vez.”

210
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Galen no preguntó. Todos ellos tenían dolor, y secretos del


pasado, y ninguno lo compartía.

“Me alegro de que la tengas.”

Se la arrebató y comenzó a enrollarla alrededor de las muñecas


de Jamila. Puso un pedazo de cinta adhesiva sobre su boca antes de
lanzarla por encima de su hombro.

“¿Ahora qué?”

Cyrus lo fulminó con su mirada.

“Ahora vamos a salir de aquí.”


Torin tosió como si estuviera cubriendo una risa.

“¿Y cómo demonios hacemos eso? Pasamos siete puestos de


control para llegar hasta aquí.”

Cyrus fue hacia la puerta.

“Hay más de una manera de salir. Tenemos una salida de


emergencia más corta. Vamos a tener que llegar hasta allí sin ser vistos.
Nuestra nave estará esperando.”

Excelente. Era una opción mejor que regresar por donde


vinieron, pero tendrían que llegar sin ser capturados. No era algo
seguro.

“Además, en cuanto abramos la salida, las alarmas silenciosas


van a apagarse. Como máximo, tendremos dos minutos para salir de
aquí, antes de que lleguen las tropas terrestres. Cinco, para la búsqueda
aérea.”

Galen maldijo.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“No podemos salir del planeta tan rápido. No es posible.”

“Vamos a tener que hacerlo. Espero que Torin o tu tengáis


algún tipo de habilidad de vuelo.”

Torin asintió.

“Puedo hacerlo. Vamos salir en completa combustión tan


pronto como despeguemos. No vamos a volver de nuevo a la estación,
pero vamos a establecer una señal. Nuestra gente estará buscando por
nosotros, y si el Gobierno no conoce nuestras frecuencias no serán
capaces de recoger la señal.”
Galen miró al Senador.

“¿Las conocen?”

“No, que yo sepa. Pero estaba por completo en la nave. Soy un


consultor, y nunca me ocupé de tácticas o de inteligencia, incluso
antes.”

“Maldita sea. Esperemos que no sepan nada, sino vamos a estar


bien jodidos.”

Torin se encogió de hombros.

“Tenemos que arriesgarnos. No veo otra manera. Si no salimos


en completa combustión, estaremos atrapados. Nuestro pequeño
puente es más rápido, pero nos va a abrumar con la enorme cantidad.
Es peligroso si no salimos rápidamente. Si se trata de lo peor, entonces
tengo un amigo en un lugar muy bajo, que nos llevará hasta allí. Por un
precio. Michael es un pirata, pero es buena gente.”

Galen resopló.

“Un respaldo entusiasta.”

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Bueno, podría mentir, pero eso no nos llevará a ninguna


parte.”

Galen se acercó a la puerta y se asomó.

“Todo despejado. Vamos a movernos.”

Se movieron en silencio esta vez. El Senador tomó cada esquina


solo para asegurarse de que no había nadie allí. Tendrían que
esconderse en una habitación si venía alguien.

“Estamos cerca, un corredor más y seremos libres.”

Dio la vuelta a la esquina y se quedó inmóvil.


“Dr. Boris, es bueno verte.”

<Mierda.>

Torin y Galen se deslizaron hacia atrás y Torin tiró de las


puertas hasta encontrar una habitación vacía para esconderse.
Jamila gimió y se removió en el hombro de Galen, quien se
quedó paralizado.

<Vamos, nena. Este no es el momento para despertar.>

Torin movió la mano frenéticamente y se lanzó hacia la puerta


que el hombre mantenía abierta. Silenciosamente la cerró detrás de
ellos y se apoyó en ella. Galen miró a su alrededor y vio a un Cyborg
congelado en una silla, mirándolos boquiabierto.
“Mierda, Torin, ¿estás loco? Hay alguien aquí dentro.”

“No teníamos otra opción. Todo lo demás estaba cerrado. No sé


por qué la celda de este tipo no lo está.”
El hombre gruñó bajo en su garganta.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“Debido a que esta no es una celda. Estoy aquí por elección.”

“Tío, estás atado a una silla.”

Sus ojos se estrecharon.

“Es para mantenerme quieto durante los experimentos.”

Galen sintió la bilis en su garganta. Había estado allí antes.


Tenían que llegar a este hombre. Pero no podían correr el riesgo. No
cuando él estaba bien y verdaderamente trabajando para ellos.

“Algún día te liberaremos.”

El labio superior del hombre se curvó en una mueca de


desprecio.

“No quiero salir. Aquí es donde pertenezco. Estoy haciendo un


trabajo que me gusta. El Gobierno sabe lo que es mejor para sus
ciudadanos. Estoy haciendo un buen trabajo y tú eres un traidor. Verás
la luz o serás ejecutado. Espero estar allí para eso.”

Torin lo fulminó con la mirada.


“¿Podemos callarlo?”

Galen negó con la cabeza.

“No. Recuerdo dar esos discursos a los hombres que me


rescataron. Va a descargar las buenas intenciones del Gobierno hasta
que pierda su voz. ¿Qué crees que alejó a mi mujer? Ella dijo que su
miedo, pero estoy convencido de que mis discursos políticos la volvían
loca.”

Torin se rió entre dientes, pero era una risa hueca.

“No podemos sacarlo, ¿verdad?”

214
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Galen suspiró.

“No, pero al menos ahora sabemos acerca de este lugar.


Enviaremos un equipo para liberarle.”

Sus manos temblaban de rabia.

“Odio esta mierda. Tienen que dejar a la gente en paz. Obtener


reclutas reales para sus ejércitos. Algo. Cualquier cosa.”

El nuevo Cyborg gritó.

“Hay traidores aquí. Traidores. Que alguien los detenga. Se


llevan a una mujer.”
Jamila dio tirón en el hombro y trató de incorporarse. Galen la
pasó sobre su hombro, por lo que volvió a caer por su espalda. Jamila
gritó debajo de la cinta y golpeó su culo con las manos atadas.

“Tranquila, chica. Venga. Soy Galen, deja de gritar. Estate


tranquila y vamos a salir de aquí.”

No paró de gritar y su corazón se hundió. Le habían lavado el


cerebro. Ni siquiera podía recordar quién era, e incluso si lo hacía,
nunca creería que estaba allí para ayudarla. Torin se puso detrás de él.

“Hey, Jamila, vamos. Anímate. Estamos aquí para ayudarte.”

Sus luchas y gritos cesaron de repente. Sus manos se apretaron


en la espalda de su camisa y en lugar de pegarle, un ruido sordo que
parecía que podría ser su nombre vino de ella. Galen pasó la mano por
la parte posterior de su muslo.

“Relájate. Estamos sacándote de aquí. Hay que mantenerte


atada. No sabemos si eres...”

215
Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Su voz se quebró y no pudo terminar la frase. Pero ella no trató


de golpearle la espalda de nuevo, y los gritos cesaron.

El Senador asomó la cabeza y el Cyborg empezó a gritar de


nuevo. Rápidamente salieron corriendo de la habitación y cerraron las
puertas.

“Larguémonos de aquí. Ahora. Todo el mundo en este planeta


probablemente se enterara de los gritos de este hijo de puta.”

El grito de la alarma hizo que todos saltaran.

“Mierda. Corred.”
Hicieron una carrera loca hacia la puerta al final del pasillo,
siguiendo el ejemplo del Senador. Galen presionó su pulgar en el panel
de teclas de salida y hubo un fuerte zumbido. La luz encima de la
puerta brilló rojo y no se abrió.

“Mierda. La instalación se encuentra en confinamiento.”

Galen miró a Torin.


“Trata de golpearla, hasta que vaya a través del sistema
informático.”

Torin de inmediato levantó el pie y golpeó contra la puerta.


Galen cerró los ojos y empezó a hackear el sistema. Los guardias de
seguridad se incrementaron. Galen tuvo que vigilar su espalda. Una vez
que habían decidido que los Cyborgs podrían hackear sus sistemas
informáticos, habían comenzado a conseguir virus especiales cuando
los sistemas de seguridad se apagaron.

Los virus podrían matar a un Cyborg, apagando el equipo que


controlaba su cerebro. ¡Boom, muerto!

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

No era la manera en que Galen quería morir. Y eso si moría.


Había visto a un hombre hackeado y volver directamente de nuevo al
Gobierno. Toda la desprogramación se desperdició.

Galen era el hacker superior, por lo que le había pedido a Torin


golpear la puerta. Encontró el interruptor de la puerta y derribó las
cerraduras. Rompió las bisagras cuando Torin pateó por última vez.

Se precipitaron a la salida y corrieron al transporte que los


esperaba. El chasquido de las armas de aturdimiento se descargó
llenando el aire. Jamila se curvó apretada sobre su espalda, y gritó.
Torin cayó como una piedra en frente de él.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

Capitulo Catorce
.
Galen cogió la mano de Torin y lo arrastró el resto del camino
hacia la nave, y por la rampa. Su pie quedo atrapado en el borde y cayó
el resto del camino, tirando de Torin con él. Jamila chilló mientras
bajaba con fuerza sobre sus piernas. Se las arregló para permanecer
sentado y no golpear su cabeza en el suelo. Cyrus se hundió en el
asiento del piloto.

Galen respiró hondo y gritó.

“Ordenador, cierra las puertas y despega. Ahora. Sin esperar a


que las puertas se cierren totalmente.”
“DESACONSEJABLE.”

“Hazlo, pedazo de mierda.”


“AFIRMATIVO.”

“Correcto, maldición.”

Un mordaz aire frío giró a su alrededor cuando la nave se lanzó


a toda velocidad en el aire. Los engranajes de cierre de la puerta
gritaron en señal de protesta, pero se mantuvieron en movimiento. La
rampa se cerró de golpe y él dio un suspiro de alivio.

“Ordenador, combustión completa. Dirígete a las siguientes


coordenadas.”

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Mantuvo las coordenadas para sí mismo hasta que las


trasmitiera directamente a la nave. Agarró a Jamila y Torin para que no
se sacudieran hacia adelante. Cuando la presión se levantó el Senador
suspiro y se revolvió en su silla.

“Eso estuvo cerca.”

“No para nuestra mala suerte. Aún no estamos fuera de peligro.


Si nos metemos en problemas estamos jodidos. Torin es el piloto
superior, y él está inconsciente.”

Esperaron en silencio durante el balanceo revelador de la nave


que era una señal de que estaban siendo tiroteados. No pasó nada. Se
sentó, teniendo cuidado de evitar su peso sobre las piernas de Jamila.
Poco a poco, sacó la cinta de su boca.
“¿Por qué diablos estoy atada? Déjame salir.”

Torin gruñó y se incorporó agarrándose la cabeza.

“Odio esos maldito aturdidores. Voy a tener una migraña


durante varios días.”

“Sí, ¡ay de ti! Por lo menos no estás atado. Galen, vamos, afloja
mis manos.”

Torin sonrió.

“No, tienes que permanecer así hasta que estemos de regreso a


una nave más grande, y uno de nuestros médicos pueda revisarte.”

Su mirada se dirigió a la suya.

“¿Galen?”

“Sí. Ese es el trato. No sabemos con seguridad si te habrán


lavado el cerebro o no.”

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Jamila apartó la mirada.

“Lo intentaron. Ellos...”

Galen la agarró y la atrajo hacia su regazo, envolviendo sus


brazos alrededor de ella.

“No tienes que hablar de eso ahora. Hablaremos de ello más


tarde. En privado.”

No estaba seguro de poder escuchar lo que le habían hecho. No


sin voltear su nave y meterse en una misión suicida para hacerles el
mayor daño posible.
Además, estaba seguro de que ella lamentaría decir esas cosas
en compañía de Torin y su padre. No es que se burlaran de ella, o
fueran malos oyentes, pero era un asunto muy privado.
Sus ojos se llenaron de lágrimas y ella asintió antes de poner la
cabeza en su pecho. Tuvo que resistir la tentación de exprimirla en
contra suya.
“Debería haber sido sincero contigo ese día en el servicio de
transporte. Tenía más de una razón para volver contigo. Iba a asumir la
culpa por ti. Sospechaba que serías buscada por el abastecimiento del
Distrito Haven. Te amo, y no podía dejar que te ejecutaran por eso.”

Jamila se echó hacia atrás y le miró, se limpió las lágrimas de la


mejilla con el pulgar.

“¿Qué dijiste? ¿Algo sobre amor?”

Sonrió y apretó sus labios contra su frente.

“Te amo, Jamila.”

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“Ya era maldita hora de que lo dijeras.”

Galen resopló.

“Te he amado desde que me enteré de que estabas dándole


alimentos y suministros médicos a las personas necesitadas, incluso
cuando el Gobierno dijo que estaba mal hacerlo.”

Su padre se aclaró la garganta con fuerza.

“No me gusta esto. Colaboré con Galen para salvarte, pero no


puedes escaparte y casarte con él. No quiero que te asocies con ellos.
Son criminales peligrosos.”
La rabia hervía en la boca del estómago de Galen. Mataría a
este hombre antes de que se llevara a su hija.

“Somos lo que nos hiciste. Estamos cansados de hacer cosas


horribles para ayudar a subyugar a los demás. Además, no tienes otra
opción. Ahora ella es buscada. Y lo más importante: ¡es mía! No voy a
renunciar a ella porque tú tienes un problema con mi gente.”
Su padre cruzó los brazos sobre su pecho.

“¿Tal vez no voy a ayudarte a encontrar a tu hija si no lo


haces?”

Torin resopló.

“¿Qué tal si te mantenemos cautivo y te torturamos hasta que


nos lo digas?”
Jamila presionó sus dedos sobre sus oídos y cerró los ojos. Cyrus
rodó los ojos.

“Eso no va a funcionar. El Gobierno no estuvo dispuesto a


comprometer todos sus recursos en la búsqueda de mi hija, pero ellos

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vendrán por mí, si me raptas. Sé demasiados secretos, y muchos


hombres están contando conmigo para votar su camino en varias
cuestiones. Varios problemas que encontrarías muy importantes, en los
que incluso os podría ayudar mucho.”

Se inclinó hacia delante, colocando sus codos en las rodillas y


entrelazando sus dedos juntos.

“¿Crees que la vida es dura ahora? ¿Qué pasa si el Gobierno da


rienda suelta a toda su ira en tu vida? Podrías pensar que te han estado
buscando, pero aún no lo han intentado. Y si no haces exactamente lo
que te pido, las cosas podrían ser muy malas para ti.”

Jamila lanzó sus manos atadas en el aire.

“¡Cállate! Realmente, ¿vas a hablar de esto ahora? ¿No puedes


esperar para amenazar al hombre que amo y tratar de alejarlo de mí? Sé
que quieres que tu mundo sea exactamente como lo quieres, pero… ¿mi
felicidad no significa algo para ti?”
Cyrus se enderezó, haciendo una mueca de dolor.

“Quiero lo mejor para ti.”

“Y eso es Galen. Incluso estando cautivo en su nave me he


sentido más viva que en el pasado año. Tal vez por más tiempo. ¿No te
importa nada eso?”

Los ojos del anciano brillaron con lágrimas y apartó la mirada.


Galen nunca sospechó que el hijo de puta tenía un corazón, pero
claramente él sentía algo.

“Te amo, Jamila. No creo que pueda vivir sin ti. Ya estoy
viviendo sin tu madre. Fue mi culpa que se suicidara. Se sentía ridícula,
y sin amor, y dejé que se consumiera. Quiero mantenerte cerca. Para
protegerte.”

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“Y alejando a Galen de mí, cometerás el mismo error dos veces.


Me quieren en los planetas centrales ahora, así ridiculizada.”

“Puedo encontrar un lugar seguro en el que podrás sobrevivir.”

“No quiero sobrevivir. Quiero vivir. Quiero libertad, y amor, y


lo más importante quiero ayudar a las personas en esta nave. Las
personas que se lesionan. Las personas que lo perdieron todo porque el
Gobierno piensa que merecen morir. Vas a ayudar a Galen a encontrar
a su hija, y vas a votar a favor de la ingeniería genética y los Cyborgs, a
partir de ahora. Por favor, papá.”
Cyrus asintió con la cabeza.

“No sé si puedo soportar no volver a verte.”

Se puso de pie y se tambaleó hasta llegar a su lado. Ella agarró


una de sus manos con las suyas.

“Si puedes arreglar esta guerra con los Cyborgs, tal vez algún
día cercano lo harás.”
“Vuelve a mí, si alguna vez estás triste.”

La molestia estalló pero Galen mantuvo su boca cerrada. Este


era su momento. Pero, de ahora en adelante, él se aseguraría de que
ella siempre estuviera feliz.

Cyrus se aclaró la garganta.

“Torin, ven aquí y dirige esta cosa al tercer planeta.”

“Papá, ¿qué hay sobre que me ayudes a escapar? ¿Qué van a


hacer contigo?”

Cyrus resopló.

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“No te preocupes por eso. Voy a mentir y decir que fui


coaccionado. Nadie me va a creer y voy conseguir amenazas de
muerte. Así es la vida de un político. Espero que no llegues a ser
asesinada ayudando a estas personas.”

Cyrus le acarició suavemente la mano, cuando el pánico cruzó


el rostro de Jamila.

“Estoy bromeando, calabaza.”

Todo el mundo sabía que era mentira, pero ella no le presionó al


respecto.

** **

Jamila se apoyó en Galen mientras caminaban de vuelta a la


enfermería. Jamila había sido revisada minuciosamente para buscar
cada dispositivo que pudiera tener. También había tenido algún
pequeño mosquito molesto de psiquiatra analizándola por revisar el
posible lavado de cerebro y órdenes secretas, o cualquier otra
preocupación que tuvieran.

Cuando se determinó que no tenía armas, ni dispositivos de


seguimiento o de comunicación, y que no iba a romperse y matar a
alguien, la habían liberado. Aunque le habían dicho que todavía debía
ver al psiquiatra semanalmente, y sería observada.

Era algo espeluznante, pero tenían buenas razones.

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“Estoy muy cansada, Galen. No creo que haya dormido desde


que fui puesta bajo custodia.”

Galen apretó su hombro.

“Casi estamos allí.”

Había estado tenso y silencioso desde que su padre había


desembarcado de su lanzadera. Jamila se dio cuenta de que estaba
preocupado por ella.

Jamila le miró fijamente.

“Galen, no puedo hablar de ello. No tuvieron mucho tiempo,


pero fueron... inventivos.”

Jamila se estremeció cuando cruzaron por su mente las terribles


imágenes de violencia y muerte que le habían mostrado. El dolor
recordado hizo eco a través de sus extremidades. Jamila saltó cuando
Galen apretó un dedo sobre sus labios.

“No pienses en ello. No te preocupes por decírmelo. Yo


recuerdo. Y un día, cuando puedas hablar de ello, vendrás a mí, y
siempre te escucharé. Me puedes decir cualquier cosa. Y si sientes que
no puedes, estás obligada a ver a esa psiquiatra. Cuéntaselo a ella.”

Jamila asintió con la cabeza cuando ambos entraron en el


dormitorio de Galen.

“Quiero olvidar por un tiempo.”

Galen mordisqueó su cuello.

“Puedo pensar en una excelente manera de olvidar.”

Jamila se rió.

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Honoria Ravena Mi Cyborg Salvador

“¿De verdad? ¿Ahora? ¿Qué pasó con eso de dormir un poco?”

“Bueno, podemos hacerlo. ¿No podemos siempre hacer tiempo


para esto?”

Deslizó sus manos en sus pantalones y tomó su monte de


Venus. Jamila resopló.

“En ese momento, estaba tratando de distraerte y conseguir lo


que quería.”

“Bueno, quiero tener sexo. Estamos en la misma onda aquí.”

Se dio la vuelta en sus brazos y lo miró, pero lo consiguió por


encima de la tenue sonrisa rompiendo en su cara.

“Tienes suerte de que esté caliente.”

Galen la cogió en brazos y la tiró por encima de su hombro.

“Me tomaré eso como un ‘Sí, por favor házmelo’. No quedarás


decepcionada.”

“Nunca lo estoy.”

Fin
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Hot Passion Books

Esta es una traducción hecha por Fans.


La ofrecemos de forma totalmente gratuita, sin obtener beneficios
económicos o materiales de ningún tipo por ello y con el único objetivo
de dar a conocer los libros de nuestras autoras favoritas ante las lectoras
de habla hispana.

Recomendamos a las lectoras adquirir estos mismos libros en el


momento de su publicación, ya sea en su idioma original o cuando
estén disponibles en español, para incentivar a que estas autoras, a las
que agradecemos su excelente trabajo, sigan creando estas maravillosas
obras.

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Sobre la Autora

Honoria Ravena vive en el norte de Texas. Con un gato como


mascota que insiste en ayudarla a escribir sus historias, ella disfruta del
yoga, danza del vientre, una creciente adicción a los cosméticos, y la
lectura de muchos tipos de ficción.

Es posible que la encuentres en Facebook y Twitter, pero no te


sorprendas si su gato te responde en su lugar, ya que Honoria no se
sienta el tiempo suficiente como para ser encontrada.

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Notas

1 SkyTemple significa ‘Templo Celestial’. Parece referirse a alguna estructura de asentamiento


o tipo de vivienda. También lo denominan Temple en modo abreviado. Mantenemos la

2 Pensamiento no expresado en voz alta, se destaca en negrita.

3 Forbidden significa ‘Perdido’. Se mantiene en idioma original por tratarse del nombre de
una localización.

4 Haven significa ‘Paraíso’. Se mantiene en idioma original por tratarse del nombre de una
localización.

5 Voz robótica, se destaca en versales.

6 Meadow Lane significa ‘Calle de la Pradera’. Se mantiene en idioma original por tratarse
del nombre de una localización.

7 El término ‘follamigo’ se refiere a amigos que mantienen sexo, sin que se consideren una
pareja seria o exclusiva.

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