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Las Diferencias entre la Tercera, la Cuarta y la Quinta

Dimensión y Cómo Movernos entre Ellas


Jan Anguita

Hoy hablaremos en detalle de las diferencias entre la tercera, la cuarta y la


quinta dimensión.
Estos tres términos, especialmente la tercera y la quinta dimensión, se usan
muy habitualmente en muchos círculos de espiritualidad y crecimiento
personal: la tercera dimensión generalmente para referirse al mundo físico,
y la quinta para referirse a un plano más elevado de la existencia.
Pero, ¿qué son realmente estas dimensiones?
¿Y en qué se diferencian? ¿Qué determina que estemos en una dimensión
u otra?
Hoy hablaremos en profundidad de este tema. Es un paso muy importante
en nuestra evolución personal.

QUÉ SON LAS DIMENSIONES


Cuando se habla de las diferentes dimensiones, a menudo suele
interpretarse que cada dimensión es un lugar diferente: pensamos que la
tercera dimensión es el mundo físico, que la quinta dimensión es un plano
espiritualmente más avanzado y la que cuarta es un lugar intermedio.
Pero es muy importante aclarar que esto no es así. Las dimensiones no son
lugares, sino estados de conciencia.
Si te interesa profundizar en este tema, puedes leer este artículo sobre la quinta
dimensión. Pero resumiéndolo, podríamos decir que cada dimensión es un
aspecto de la vida, y que el hecho de estar en una dimensión u otra está
relacionado con la capacidad de percibir más o menos de estos aspectos. A
medida que percibimos más aspectos de la vida, decimos que estamos en
una dimensión superior.
Por ejemplo, si una persona se encuentra en la Tierra y solo percibe las
cosas físicas que hay a su alrededor y poco más, diremos que se encuentra
en la tercera dimensión. En cambio, otra persona que también esté en la
Tierra, pero que además del mundo físico perciba también otros elementos
más sutiles, diremos que se encuentra en la cuarta o en la quinta dimensión
(ahora hablaremos en detalle de las diferencias entre ellas). El lugar físico
donde están es el mismo, pero su percepción de la vida es diferente.
Así pues, la expresión “estar en una determinada dimensión” no hace
referencia al lugar donde nos encontramos, sino al estado de conciencia
que tenemos. E ir hacia una dimensión más elevada no implica movernos
de lugar, sino ampliar nuestra conciencia para percibir más aspectos de la
vida.

QUÉ ES UN ESTADO DE CONCIENCIA


Es muy importante entender que pasar de una dimensión a otra no implica
cambiar de lugar, sino de estado de conciencia. Así que, para “ascender a
una dimensión superior” no tenemos que dejar el planeta, sino simplemente
expandir nuestra conciencia.
Llegados hasta aquí, una cuestión importante es: ¿y qué define
exactamente nuestro estado de conciencia? ¿Qué determina que estemos
en un estado u otro?
Pues en realidad es muy simple: todo depende de nuestros pensamientos
(más sobre esto aquí).
Nuestro estado de conciencia depende de los pensamientos que tenemos
más frecuentemente y que consideramos que son ciertos; es decir, de
nuestras creencias. En función de lo que creemos, percibimos la vida de
una manera u otra, y esto hace que tengamos un estado de conciencia u
otro.
Por ejemplo, si vemos una piedra y creemos que esa piedra es dura y sólida
y que no se puede moldear fácilmente, sentiremos que vivimos en un
mundo físico y limitado, y tendremos el estado de conciencia asociado a la
tercera dimensión.
Por otro lado, si vemos la misma piedra, pero sentimos claramente que esa
piedra es solo un pensamiento de la Mente Universal (más sobre esto aquí) y
que puede cambiar fácilmente, tendremos el estado de conciencia de la
cuarta dimensión y experimentaremos una realidad mucho más libre y con
mucho más potencial.
La piedra es la misma en los dos casos, y nosotros también, pero en función
de lo que creemos sobre ella y sobre nosotros estamos en un estado de
conciencia u otro.
(Nota: aquí es importante aclarar que no vale intentar “engañarnos” para cambiar
de estado de conciencia. Si vemos una piedra e intentamos pensar que puede
cambiar fácilmente, pero en el fondo no nos lo creemos o tenemos dudas,
seguiremos estando en la tercera dimensión y no en la cuarta. Los pensamientos
solo tienen fuerza cuando realmente creemos en ellos.)
LAS CREENCIAS DE LA TERCERA DIMENSIÓ N
Así pues, el hecho de “estar” en una dimensión u otra depende de las
creencias principales que tenemos sobre nosotros y sobre la vida. Y para
“ascender” a dimensiones superiores tenemos que comprender bien estas
creencias y sanar aquellas que nos están limitando.
En el caso de la tercera dimensión, que es el estado en el que nos
encontramos la mayoría de seres humanos, hay una creencia principal muy
importante: la creencia de que hay cosas imposibles.
Esta es la creencia básica de la tercera dimensión y la que hace que nos
quedemos en ella. Todos los seres que creemos que hay cosas imposibles
vivimos anclados en el estado de conciencia de la tercera dimensión.
Si te fijas, esta creencia está asociada a la materia, y por esto la tercera
dimensión se asocia al mundo material. Creemos que hay cosas imposibles
porque creemos que la materia tiene unos límites que no se pueden
superar: creemos que no se puede volar, atravesar paredes, sanar según
qué partes del cuerpo, hacer crecer un árbol en un segundo, y un largo
etcétera. Y creemos todo esto porque creemos que la materia tiene una
serie de límites infranqueables.
En realidad nada es imposible, y la materia no tiene ningún límite, pero
nosotros creemos que sí. Y las creencias definen la realidad que vivimos.
Por otro lado, si cambiamos esta creencia, y empezamos a conectar de
verdad con la idea de que todo es posible, empezaremos a abrirnos a una
realidad muy diferente y mucho más amplia: lo que llamamos la cuarta
dimensión.

LAS CREENCIAS DE LA CUARTA DIMENSIÓ N


La cuarta dimensión, a diferencia de la tercera, se caracteriza porque
desaparece completamente la creencia de que hay cosas imposibles. Los
seres de cuarta dimensión tienen clarísimo que todo, absolutamente todo,
es posible. Y dado que lo creen posible, para ellos lo es.
Quizás de entrada esto puede parecer un poco extraño, pero en el fondo lo
experimentamos todos cuando soñamos. En los sueños todo es posible, y
no nos sorprende lo más mínimo.
Hablaremos de esto próximamente en otro artículo, pero los sueños no son
algo irreal, sino una parte de la existencia tan real como el mundo físico.
Podríamos decir que los sueños son una puerta a la cuarta dimensión: en
ellos entramos en un estado de conciencia donde aceptamos que todo es
posible, y por ello experimentamos esta realidad.
La cuarta dimensión es un estado más elevado que la tercera, porque
percibimos la realidad de una forma más amplia, pero aun así siguen
habiendo creencias limitantes que pueden generar  malestar.
Concretamente, en la cuarta dimensión aún existe la creencia de que las
cosas están separadas las unas de las otras. Esta es la característica
principal de la cuarta dimensión: creer que todo es posible, pero que las
cosas están separadas entre ellas.
Cuando estamos en la cuarta dimensión, por ejemplo en un sueño,
podemos volar, atravesar paredes y cambiar de forma en un segundo.
Podemos coger una piedra y hacer que se transforme en un pájaro. Pero la
piedra es la piedra y nosotros somos nosotros. No nos sentimos unidos a la
piedra ni a nada más.
En la cuarta dimensión, al igual que en la tercera, hay separación. Y, por lo
tanto, puede haber dolor.
Por este motivo, el estado de la cuarta dimensión no siempre es luminoso,
ni los seres de cuarta dimensión son siempre del todo amorosos. En la
cuarta dimensión puede haber cosas hermosas y cosas que no lo son tanto,
de forma parecida a lo que pasa en el mundo físico.
En cambio, cuando empezamos a sentir claramente que no hay separación
entre nada y que todo forma una unidad inseparable, nos abrimos a una
realidad aún más amplia, y entramos en un estado donde sí desaparece el
dolor: la quinta dimensión.

LAS CREENCIAS DE LA QUINTA DIMENSIÓ N


La quinta dimensión se asocia a un alto grado de evolución espiritual,
porque aquí desaparecen las creencias limitantes de las dimensiones
anteriores.
En la quinta dimensión no hay nada imposible.
Y tampoco hay separación entre nada.
La quinta dimensión es un estado de luz y bienestar, porque todo es unión y
potencial. Nada está solo, nada está aislado y nada se enfrenta a nada.
Pero no porque sea un lugar especial con unas leyes especiales. La quinta
dimensión puede ser cualquier lugar. Puede ser el lugar justo en el que
estás ahora.
Insisto mucho en que no hay que cambiar de lugar para cambiar de
dimensión.
Lo único que importa son tus creencias.
Si crees que todo es posible, lo será.
Si sientes que estás unido a todo, lo estarás.
Así de poderoso eres.
Siempre lo has sido, y siempre lo serás.
Un gran abrazo,
Jan

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