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06 Travestis
06 Travestis
de ocupar una posición fuera del binarismo y es nuestro objetivo desestabilizar las
categorías varón y mujer.
En segundo lugar, la palabra transgeneridad se originó a partir de trabajos teóricos
desarrollados en el marco de la academia norteamericana. En contraste, como mencioné
anteriormente, el término travesti en Latinoamérica proviene de la medicina y ha sido
apropiado, reelaborado y encarnado por las propias travestis para llamarse a sí mismas.
Éste es el término en el que nos reconocemos y que elegimos para construirnos como
sujetas de derecho.
Este proceso de apropiación del travestismo como lugar desde el cual alzar nuestras
voces y plantear nuestras demandas constituye una lucha política. Este devenir, que
incluyó momentos de tensión con la academia y con otros movimientos sociales y
políticos, nos permitió proponer comprensiones alternativas del travestismo como
identidad encarnada, que trasciende las políticas de la corporalidad binaria y de la lógica
sexo-genérica dicotómica.
Aquí, en Latinoamérica, el travestismo se construyó un espacio propio a través de la
movilización política y de la discusión con otros sujetos subordinados. Nos
reconocemos por fuera de cualquier disciplina teórica que se arrogue la facultad de
definirnos sin reconocer nuestra agencia y nuestro poder como sujetas en el marco de
los condicionamientos sociales que nos han afectado históricamente.
Para seguir desarrollando los contrastes que encuentro entre las experiencias
transgéneros de otras regiones y las particularidades del travestismo en Latinoamérica
quisiera señalar a continuación algunas cuestiones ineludibles para la comprensión
contextualizada de los recursos culturales y políticos con los que contamos las travestis
en esta región.
Tal como señala Josefina Fernández (2004: 198), no es posible escindir la construcción
de la identidad de las condiciones de existencia de las travestis en nuestras sociedades.
Estas condiciones de existencia están marcadas por la exclusión de las travestis del
sistema educativo formal y del mercado de trabajo. En este tipo de escenarios, la
prostitución constituye la única fuente de ingresos, la estrategia de supervivencia más
extendida y uno de los escasísimos espacios de reconocimiento de la identidad travesti
como una posibilidad de ser en el mundo.
En una investigación realizada en el año 2005, en el curso de la cual consultamos a 302
compañeras travestis residentes en la ciudad de Buenos Aires, el Conurbano Bonaerense
y la ciudad de Mar del Plata, encontramos que “el ejercicio de la prostitución callejera
es la más importante fuente de ingresos para el 79.1% de las compañeras encuestadas.
Aquellas compañeras que reportan otros trabajos también se encuentran en el mercado
informal, sin reconocimiento alguno de derechos laborales, en ocupaciones de baja
calificación y remuneración (Gutiérrez, 2005: 78).
La asociación entre travestismo y prostitución constituye una de las representaciones del
sentido común más difundidas en las sociedades latinoamericanas y en la sociedad
argentina en particular. En algunos discursos sociales la prostitución aparece como una
elección de las personas travestis. Sin embargo, la exclusión del mercado laboral que
afecta a travestis y transexuales impide plantear el asunto en términos de decisiones
libres.
Uno de los elementos necesarios para comprender el recurso a la prostitución como
salida casi exclusiva para asegurarse el sustento es la expulsión de las travestis del
sistema educativo. Las circunstancias hostiles que marcan la experiencia de
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expectativa de vivir pocos años que acompaña a la mayoría de las travestis (una
perspectiva muy ajustada a la realidad, por cierto). Ocurre que faltan generaciones de
travestis mayores de treinta años y que las jóvenes no conocen travestis adultas que les
ayuden a entrever un momento más allá del presente inmediato y una dimensión que
trascienda la individualidad.
La pérdida masiva de compañeras travestis interviene en la falta de un relato colectivo,
de una memoria comunitaria que nos permita proyectarnos al futuro, afectándonos a
cada una y a todas a la vez.
4. Referencias
Berkins, Lohana (2003) “Un itinerario político del travestismo” en Maffía, Diana
(comp.) Sexualidades Migrantes. Género y Transgénero. Buenos Aires: Feminaria
Editora.
Berkins, Lohana y Fernández, Josefina (2005) La gesta del nombre propio: Informe sobre
la situación de la comunidad travesti en la Argentina. Buenos Aires: Ed. Madres de Plaza
de Mayo.
Butler, Judith (1990) Gender trouble. Feminism and the Subvertion of identity. New
York: Routledge.
Fernández, Josefina (2004) Cuerpos desobedientes. Travestismo e identidad de género.
Buenos Aires: Edhasa.
Gutiérrez, María Alicia (2005) “La imagen del cuerpo. Una aproximación a las
representaciones y prácticas en el cuidado y la atención de la salud” en Berkins, Lohana y
Fernández, Josefina (coords.) La gesta del nombre propio: Informe sobre la situación de
la comunidad travesti en la Argentina. Buenos Aires: Ed. Madres de Plaza de Mayo.
Hiller, Renata (2005) “Los cuerpos de la universalidad. Educación y
travestismo/transexualismo” en Berkins, Lohana y Fernández, Josefina (coords.) La gesta
del nombre propio: Informe sobre la situación de la comunidad travesti en la Argentina.
Buenos Aires: Ed. Madres de Plaza de Mayo.