Está en la página 1de 3

lOMoARcPSD|7488626

Resumen Jakobson "Sistema de la comunicación y


competencia"
Comunicación (Universidad Nacional de Avellaneda)

StuDocu no está patrocinado ni avalado por ningún colegio o universidad.


Descargado por Trinidad Cecilia (cizatrinidad@gmail.com)
lOMoARcPSD|7488626

Jakobson
Sistema de la comunicación y competencia
Las funciones del lenguaje según Jakobson
Seis son los factores constitutivos de todo proceso lingüístico. El destinador envía un mensaje al
destinatario. Para ser efectivo, el mensaje requiere primeramente un contexto al cual remite
(referente), contexto que el destinatario puede captar y que es verbal o susceptible de ser
verbalizado. El mensaje requiere luego un código, común en su totalidad o al menos parcialmente
al destinador y al destinatario. Finalmente, el mensaje requiere un contacto, un canal físico y una
conexión pricológica entre el destinador y el destinatario, contacto que les permite establecer y
mantener la comunicación.
Cada uno de los seis factores constitutivos de la comunicación verbal da lugar a una función
lingüística diferente.
La diversidad de los mensajes reside en las diferencias de jerarquía entre éstas. La estructura
verbal de un mensaje depende de la función predominante.
La función denominada “expresiva” o emotiva, centrada en el destinador, apunta hacia una
expresión directa de la actitud del sujeto respecto de lo que habla. Tiende a dar la impresión de
cierta emoción, verdadera o fingida.
Hay mensajes que sirven esencialmente para establecer, prolongar e interrumpir la comunicación,
para atraer la atención del interlocutor o para asegurar que ésta no se debilita.
Función fática: Es la primera función verbal que adquieren los niños; en estos la tendencia a la
comunicación precede a la capacidad de emitir o recibir mensajes que contengan información.
La orientación del mensaje en cuanto tal, el acento puesto sobre el mensaje en si mismo, es lo que
caracteriza la función poética del lenguaje. Pone en evidencia la dicotomía fundamental entre los
signos y los objetos.
Reformulación del esquema de la comunicación propuesta por Kerbrat-Orecchiont
Se llama “competencias” a la suma de todas las posibilidades comunicativas de un sujeto, al
abanico completo de lo que es susceptible de producir y de interpretar. Las competencias del
emisor pueden no coincidir con las del receptor.
En la instancia emisora varios niveles de enunciación pueden superponerse. El emisor puede ser
complejo. Puede existir también una cadena de emisores.
Los destinatarios directos e indirectos pueden estar físicamente presentes o ausentes, pueden
tener o no la responsabilidad de responder, y la respuesta pueder ser inmediata o diferida. El
receptor puede ser real, virtual o ficcional.
El referente es exterior al mensaje y rodea la comunicación. Pero al mismo tiempo se inserta en
ella.
El canal es el soporte de los significantes, pero funciona al mismo tiempo como un filtro
suplementario.
La competencia comunicativa según Lyons
La noción de competencia comunicativa designa los conocimiento y aptitudes que necesita un
individuo para utilizar todos los sistemas semióticos que tiene a su disposición como miembro de
una determinada comunidad sociocultural. La competencia lingüística, o conocimiento del sistema
lingüístico, constituye sólo una parte de la competencia comunicativa.
No existe un individuo que tenga un dominio perfecto de su lengua: hay grados en el dominio de
una lengua y existen variaciones de diversos tipos en toda comunidad lingüística. Nuestro modelo
de comprensión se basará en los conocimientos que posee aquel que podemos describir como un
hablante ideal omnicompetente.
Cada uno de los participantes debe conocer su rol y su status. Los roles lingüísticamente
pertinentes son de dos clases: deícticos y sociales. Los primeros son gramaticalizados. Los roles

Descargado por Trinidad Cecilia (cizatrinidad@gmail.com)


lOMoARcPSD|7488626

sociales son funciones propias de una cultura, institucionalizadas en una sociedad y reconocidas
por sus miembros. Estos roles son habitualmente recíprocos. El hablante acepta explícitamente su
papel respecto del interlocutor.
Los participantes deben poder controlar y relacionar por lo menos dos sistemas de referencias
espacio-temporales distintas.
Los participantes deben ser capaces de categorizar las situaciones según su nivel de formalidad.
Los participantes deben saber qué sustancia de realización conviene a la situación. Hay que
distinguir sustancia de realización de canal.
Los participantes deben ser capaces de utilizar enunciados apropiados al tema abordado.
Los participantes deben ser capaces de emplear enunciados que convengan al dominio o a la
provincia a los cuales la situación pertenece. Por dominio se entiende esfera de actividad,
situaciones sociales habitualmente condicionadas por un conjunto común de reglas de
comportamiento.
De la competencia lingüística al capital lingüístico
Pasar de la competencia lingüística al capital lingüístico implica rechazar la abstracción inherente
al concepto de competencia; es decir, la autonomización de la capacidad de producción lingüística.
Por competencia, la lingüística entiende la capacidad de engendramiento infinito de discursos
gramaticalmente formados. El lenguaje es una praxis (es hecho para ser hablado).
Lo que plantea problemas es la posibilidad de utilizar, de manera coherente y adaptada, una
infinidad de oraciones en un número infinito de situaciones. El discurso adecuado en una situación
determinada. La intención expresiva, la manera de realizarla y las condiciones de su realización
son indisociables.
El discurso debe siempre sus características más importantes a las relaciones de producción
lingüística en las cuales es producido.
La estructura de la relación de producción lingüística depende de la relación de fuerza simbólica
entre los “interlocutores”, es decir, de la importancia de su capital de autoridad; la competencia es
también la capacidad de hacerse escuchar. La lengua como un instrumento de poder. La
competencia implica el poder de imponer la recepción.
Una ciencia del discurso debe determinar las condiciones de instauración de la comunicación.
También, debe determinar el contexto social en el cual la comunicación se instaura.
Existen determinadas leyes de producción del grupo. Estas condiciones ocultas son determinantes
para comprender lo que puede decirse y lo que no puede decirse en un grupo.
Un discurso legítimo es proferido por un locutor legítimo, es decir, por la persona que corresponde
y dirigido a destinatarios legítimos.
El discurso es una formación de compromiso resultante de la transacción entre el interés
expresivo y la censura inherente a relaciones de producción lingüísticas particulares que se
impone a un hablante dotado de una competencia determinada.

Descargado por Trinidad Cecilia (cizatrinidad@gmail.com)

También podría gustarte