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( Se ..

Se ha vuelto necesario estudiar la cultura en nuevos territorios.


La industrialización y la globalización de los procesos culturales,
además de modificar el papel de intelectuales y artistas, provoca que
se interesen en este campo empresarios y economistas, gobernantes CIUDAD DE MUROS
y animadores de la comunicación y participación social.
La presente colección dará a conocer estudios sobre estas nuevas
escenas, así como enfoques interdisciplinarios de las áreas clásicas:
las artes y la literatura, la cultura popular, los conflictos fronterizos,
los desafíos culturales del desarrollo y la ciudadanía.
Daremos preferencia a estudios en español y en otras lenguas
que están renovando tanto el trabajo de las disciplinas «dedicadas»
a la cultura -antropología, historia y comunicación- como los campos
que se abren para estos temas en la economía, la tecnología
y la gestión sociopolítica.

GEORGE YúDICE Política cultural


y TOBY MlLLER

GUSTAVOLINS RmEIRO Postimperialismo


Cultura y política
en el mundo contemporáneo
Scorr MICHAELSEN Teoría de la frontera
y DAVIDE. ]OHNSON Los límites de la política cultural
(COMPS.)
GEORGE YúDICE El recurso de la cultura
Usos de la cultura en la era global
]EAN-PIERRE WARNIER La mundialización
de la cultura
LUIS REYGADAS Ensamblando culturas
Diversidad y conflicto
en la globalización de la industria
]OOST SMIERS Un mundo sin copyright

gediedi~e
Artes y medios en la globalización
Obra publicada con el apoyo del Ministerio de Cultura de Brasil, la Fundad6n Biblioteca
Nadonal y la Coordenadoria Geral do Livro e da Leitura.

Título del original portugués: [idade de muros.


[rime, segrega~éio e cidadania em Séio Paulo
Editora 34 ltda. j Edusp - Editora da Universidade de Sao Paulo, 2000

Para Jim,
explorador de ciudades, reales e imaginarias.
[idade de muros fue publicado en inglés por la Universidad de California Press,
con el título de City al Walls: [rime, Segregation and [itizenship in Séio Pauto, 2000

Créditos de las fotografías:


Célio Jr.jAE (fotos 10 y 11); Teresa Pires do Rio Caldeira (fotos 1, 2, 4, 5, 6, 8, 9, 12, 13, 18, 19,
20, 21, 22, 23, 27 Y 28); Teresa Pires do Rio Caldeira y James Holston (3, 7, 14, 15, 16, 17, 24,
,25, 26 Y29)

o Editorial Gedisa, S.A.


Avda. Tibidabo 12, 3·
08022 Barcelona (España)
Tel93 253 09 04
Fax 93 253 09 05
Correo electrónico: gedisa@gedisa.com
http://www.gedisa.com

ISBN: 978-84-9784-191-7
Depósito legal: B. 49347·2007

Impreso por Romanya Valls


Impreso en España Printed in Spain

Queda prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio de impresión,


en forma idéntica, extractada o modificada, de esta versión en castellano de la obra.
INTRODUCCIÓN
ANTROPOLOGÍA CON ACENTO

r-- La violencia y el miedo se combinan con procesos de cambio social


Ien las ciudades contemporáneas, generando nuevas formas de segre-
~gación espacial y discriminación social. En las dos últimas décadas, en
ciudades tan diversas como Sao Paulo, Los Ángeles, Johannesburgo, Bue-
nos Aires, Budapest, Ciudad de México y Miami, diferentes grupos socia-
les -especialmente de las clases más altas- han utilizado el miedo a la vio-
lencia y al crimen para justificar tanto nuevas tecnologías de exclusión
social como el alejamiento de los barrios tradicionales de esas ciudades.
En general, los grupos que se sienten amenazados por el ótden social que
toma cuerpo en esas ciudades construyen enclaves fortificados para su re-
sidencia, trabajo, ocio y consumo. Los discurw. sobre el miedo que si-
multáneamente legitiman ese aleja~to y ayudan a reproducir el mie-
do, encuentran diferentes referencias. Con frecuencia hablan del crimen y
especialmente del crimen violento. Pero también incorporan preocupa-
ciones raciales y étnicas, prejuicios de clase y referencias negativas hacia
los pobres y marginados. Invariablemente la circulación de esos discursos
del miedo y la proliferación de prácticas de segregación se entrelazan con
otros procesos de transformación social: transiciones democráticas en
América Latina; post-apartheid en Sudáfrica; postsocialismo en el este
uropeo; transformaciones étnicas derivadas de la intensa inmigración en
os Estados Unidos. Mientras tanto, las formas de exclusión y encierro
ajo las cuales ocurren las actuales transformaciones espaciales son tan
generalizadas que pueden ser tratadas como parte de una fórmula que las
elites de todo el mundo están adoptando para reconfigurar la segregación
~acial de sus ciudades.
. te libro focaliza el caso de Sao Paulo y presenta un análisis de la
forma por la cual el crimen, el miedo a la violencia y la falta de respeto
por los derechos de la ciudadanía se han combinado con transformacio-
nes urbanas para producir un nuevo patrón de segregación espacial en las
dos últimas décadas. Ése es el período de consolidación democrática que
siguió al régimen militar que dominó el Brasil entre 1964 y 1985. El cre-
cimiento del crimen violento en Sao Paulo desde mediados de la década
de 1980 generó miedo y una serie de nuevas estrategias de protección y dad de convirtió en un servicio que se puede comprar y vender en e! mer-
reacción, entre las cuales la construcción de los muros es la más emble- cado, alimentando una industria altamente lucrativa. A mediados de la
mática. Tanto simbólica como materialmente esas estrategias operan de década de 1990 e! número de vigilantes empleados en seguridad privada
forma semejante: establecen diferencias, imponen divisiones y distancias, sobrepasó encasi tres veces el de policías en los Estados Unidos, y en cer-
construyen separaciones, multiplican reglas de e!usión y exclusión y res- ca de dos veces a los de Gran Bretaña y Canadá (United States House,
tringen los movimientos. Muchas de eracio s son justificadas en 1993: 97, 135; Bayley y Shearing, 1996: 587). Los ciudadanos de estos y
conversaciones diarias que llamo ( ,abta deIl' » Las narrativas co- 5~ de muchos otros países dependen cada vez más de la seguridad privada
tidianas, comentarios, conversacion 'é'tneluSo bromas y chistes que tie- IJ J", no solo para la protección de cara al crimen sino también para identifica-
nen al crimen como tema, se contraponen al miedo y a la experiencia de \rl\f"\-", ClOn,se1eCClOn,
" contro 1 y alS'1'amlento de personas In
'd eseadas, preClsa-
'
ser una víctima y, al mismo tiempo, hacen proliferar el miedo. El habla ~te aqu~que encajan e~s....esteJ~creados por el habla de!
del crimen promueve una reorganización simbólica de un universo que cnmen.
fue perturbado tanto por e! incremento del crimen como por una serie de ~n Sao Paulo la privatización de la seguridad está creciendo, pero
procesos que vienen afectando profundamente a la sociedad brasileña en hasta ahora el contingente de vigilantes no sobrepasó, oficialmente, e! de
las últimas décadas. Esos procesos incluyen, por un lado, la democratiza- policías. Mientras tanto, asume una característica más perversa y preocu-
ción política y, por otro, la inflación, la recesión económica y e! agota- pante en e! contexto de amplio descrédito de las instituciones del orden
miento de un modelo de desarrollo basado en e! nacionalismo, la sustitu- ":'lasfuerzas policiales y e! sistema judicial-o Debido a que estos son vistos
ción de importaciones, el proteccionismo y en la acentuada intervención como ineficientes y sobre todo porque, aun bajo un régimen democráti-
del Estado en la economía. El universo de! crimen ofrece imágenes que co, la policía frecuentemente actUa fuera de los límites de la ley, cometien-
permiten tanto expresar los sentimientos de pérdida y decadencia social do abusos y ejecutando sospechosos, un número creciente de habitantes
generados por esos otros procesos, como legitimar e! tipo de reacción que de Sao Paulo ha optado por servicios de seguridad priVada (frecuente-
se está adoptando: seguridad. privada para garantizar el aislamiento, en- mente irregulares o hasta explícitamente ilegales) y llega a optar por la
cierro y distanciamiento de aquellos que son considerados peligrosos. justicia privada (ya sea por medio de justicieros, sea por acciones policia-
El habla de! crimen construye su reordenación simbólica de! mundo les extralegales). Muchas veces estos servicios priv ' dos contrarí
elaborando prejuicios y naturalizando la percepción de ciertos grupos co- hasta violan, los derec os e os CIUdadanos. un así, esas vio aciones
mo peligrosos. De modo simplista divide e! mundo entre e! bien y e! mal son to era as por la pob aClOnque en varias ocasiones considera algunos
y criminaliza ciertas categorías sociales. Esta criminalización simbólica es derechos de ciudadanía no importantes e incluso censurables, como se
un proceso social dominante y tan difundido que hasta las propias vícti- hace evidente en la cuestión del ataque a los derechos humanos que ana-
mas de los estereotipos (1ospobres, por ejemplo) acaban por reproducir- lizo en los capítulos subsiguientes.
lo, aunque ambiguamente. En verdad, e! universo del crimen (o de la Esta amplia violación de los derechos de ciudadanía indica los lími-
transgresión, o de las acusaciones de mal comportamiento) ofrece un tes de la consolidación democrática y de! estado de derecho en e! Brasil.
contexto fértil en el cual los estereotipos circulan y la discriminación so- El universo de! crimen no solo revela Una falta de respeto generalizada
cial es moldeada -no solo en Sao Paulo, sino en cualquier lugar-o Obyia- por los derechos y las vidas, sino que también deslegitima directamente la
mente, este universo de! crimen no es el único que genera discriminaciÓn ciudadanía. Esta falta de respeto por los derechos individuales y por
en las sociedades conte~ Mientras tanto, mvestlgarlo es espe- la justicia representa el principal desafío a la expansión de la democracia
cialmente importante porque omenta e! desarrollo de dos nuevos modos brasileña más allá del sistema político en e! que fue consolidada en las úl-
de discriminación: la privatización de la seguridad y la reclusión de algu- timas décadas. Pero la privatización de la seguridad también presenta u
nos grupos sociales en enclaves fortificados. Estos dos procesos están desafío para las democracias tradicionales y consolidadas, corno la de los
cambiando las nociones de público y de espacio público que hasta pocos Estados Unidos, en la medida en que sus ciudadanos cada vez más utili-
años atrás predominaban en sociedades occidentales. zan seguridad privada y enclaves privados y estructuran sus vidas cotidia-
privatiz ' , n 1 ri ad desafía e! monopolio de! uso legíti-
mo de la fuerza por el Estado, que ha sido considerada una característica
i/ nas de formas que excluyen la presencia de servicios y autoridades públi-
cas, deslegitimándolos.
definidora del Estado-nación moderno (d. Weber, 1968: 54-56, y tam- El nuevo patrón de segregación urbana basado en la creación de en-
bién Tilly, 1975 y Elias, 1994 [1939]). En las últimas décadas la seguri- claves fortificados, representa el lado complementario de la privatización
de la seguridad y la transformación de las concepciones del público. Aun __O] miento crean otro tipo de espacio público: fragmentado, articulado en
cuando la segregación haya sido siempre una característica de las ciuda- términos de separaciones rígidas y seguridad sofisticada, y en el cual la
des, los instrumentos y reglas que la producen han cambiado considera- desigualdad es un valor estructurante. En el nuevo tipo de espacio públi-
blemente a lo largo del tiempo. Obviamente, también cambian de ciudad co las diferencias no deben ser puestas de lado, tomadas como irrelevan-
en ciudad, otorgando a cada una su identidad particular. Mientras tanto, tes, descuidadas. Ni tampoco deben ser disfrazadas para sustentar ideo-
es posible identificar patrones de organización y segregación espacial y logías de igualdad universal o de pluralismo cultural. El nuevo medio
sus instrumentos. Estos patrones constituyen repertorios de los cuales las urbano refuerza y valoriza desigualdades y separaciones y es, por lo tan-
más diversas ciudades toman elementos para moldear sus espacios. Hay to, un espacio público no democrático y no moderno. El hecho de que
muchos ejemplos de estos modelos ampliamente difundidos y que sirven este tipo de organización del espacio público se esparza por el mundo en-
como estructura básica sobre la cual diferentes ciudades desarrollan des- tero en el momento en que muchas sociedades que lo adoptan atraviesan
pués sus espacios: la Ley de Indias, las calles-corredor, los bulevares de por transformaciones tales como la democratización política, el fin de re-
Haussmann, las ciudades-jardín y la ciudad modernista de los CIAM.! Los gímenes racistas y la creciente heterogeneización resultante de flujos mi-
enclaves fortificados que están transformando ciudades contemporáneas gratorios, indica la complejidad de la ligazón entre formas urbanas y for-
como Sao Paulo, ejemplifican la emergencia de un nuevo patrón de orga- maS políticas. Además, indica que el espacio urbano puede ser la arena en
nización de las diferencias sociales en el espacio urbano. Es un modelo la cual la democratización, la equidad social y la expansión de los dere-
que está siendo empleado por las clases medias y altas en los más diver- chos de la ciudadanía están siendo rechazadas en las sociedades contem-
sos países, generando otro tipo de espacio público y de interacciones de poráneas. De esta forma, este libro analiza el modo por el cual la desi-
los ciudadanos en público. Este nuevo modelo no usa instrumentos total- gualdad social se reproduce en ciudades contemporáneas y cómo esa
mente nuevos ni en términos de diseño ni de ubicación. Diversas caracte- reproducción contradice procesos que, en teoría, deberían eliminar la dis-
rísticas del diseño son modernistas y los enclaves normalmente se ubican criminación y el autoritarismo. El hecho de que los encHivesfortificados
en los suburbios, donde las clases medias ya han ido aislándose hace un y privados sean una característica tanto de Los Ángeles como de Sáo Pau-
buen tiempo en varias partes del mundo. Sin embargo, el nuevo modelo lo y Johannesburgo, nos impide clasificar el nuevo modelo como una ca-
de segregación separa grupos sociales de una forma tan explícita que racterística solo de sociedades poscoloniales. El nuevo modelo q~e ellos
transforma la cualidad del espacio público. representan parece haberse diseminado ampliamente. Los desafíos que
) r Los enclaves fortificados son espacios privatizados, cerrados y moni- presenta para la democracia y la ciudadanía no se restringen a las socie-
,:\::"'~ toreados, destinados a residencia, ocio, trabajo y consumo. Pueden ser \dades democratizadas recientemente.
AV'...:..-"¡¡' ~ sh~ppin? centers, conjuntos comerciales y empresariales, ~ condo~inios
\-~ 0 J reSidenciales. Atraen a aquellos que temen la heterogeneidad social de
J~~ los barrios urbanos más antiguos y prefieren dejados para los pobres, los
'0--<: «marginales», los sin techo. Por ser espacios cerrados cuyo acceso es con-
trolado privadamente, aun cuando tengan un uso colectivo y semipú- Este es un libro sobre Sao Paulo, la ciudad donde crecí, donde pasé la
blico, transforman profundamente el carácter del espacio público. En mayor parte de mi vida, donde vengo haciendo investigaciones antropoló-
verdad, crean un espacio que contradice directamente los ideales de hete- gicas desde finales de la década de 1970 y donde trabajé como investiga-
rogeneidad, accesibilidad e igualdad que habían ayudado a organizar dora y profesora durante quince años. La primera versión fue escrita en
tanto el espacio público moderno como las modernas democracias. Priva- California, donde hice mis estudios de doctorado en antropología y don-
tización, cercamientos, vigilancia de fronteras y técnicas de distancia- de actualmente trabajo como profesora. El libro fue escrito en Los Ánge-
les y en La Jolla, y comencé a revisado durante mi rutina de idas y venidas
entre La Jolla e Irvine, en el corazón del sur de California. Terminé las re-
visiones en Nueva York y en Sao Paulo, donde paso ahora cerca de tres
1. La Ley de Indias fue proclamada en 1573 por Felipe 11de España para establecer reglas .~ meses por año. Lo que pienso sobre violencia, espacio público urbano y
uniformes para el planeamiento de las ciudades que serían creadas en las colonias españolas. }
Véase el capítulo 8 sobre el modelo de las ciudades-jardín. CIA~ se refiere a los Congres Interna-
segregación espacial está marcado por mis experiencias como habitante de
tionaux d'Architecture Moderne, que crearon la referencia para el planeamieilto de ciudades esas ciudades y, especialmente, por los conflictos y tensiones provocados
modernistas. Brasilia fue inspirada en ese modelo (véase Holston, 1989). por la confluencia de esas diversas experiencias y los conocimientos que
ellas generan. El desplazamiento es algo central en este libro, tanto como
experiencia vivida cuanto como instrumento de crítica y de conocimiento.
El conflicto con relación a la lengua es probablemente una de las par- «Y dijo Polo: "Todas las veces que describo una cíudad digo
tes más frustrantes de este desplazamiento. Mi lengua materna es el por- algo con respecto a Venecia. [oo.] Para distinguir las cualida-
tugués, la lengua en la cual estudié hasta la maestría, escribí mi primer li- des de las otras ciudades debo partir de una primera que per-
manece implícita. En mi caso, es Venecia".»
bro e hice la investigación para este libro. Sin embargo, escribí este libro
en inglés. Al hacerlo, me encontré diariamente con la percepción de que, Italo Calvino, Las ciudades invisibles
más que mis palabras, mi pensamiento estába moldeado en un cierto es-
tilo y en una cierta lengua. Mientras escribía en inglés podía oír la repeti- Si hubiese escrito este libro originalmente en portugués, como mi pri-
tiva y por fin exasperada queja de uno de mis editores: «¿Cuál es el suje- mer libro (Caldeira, 1984), entraría en la lista de los estudios hechos por
to? ¡No escribas en voz pasiva! ¿No aprendes?». Inútil explicar que el antropólogos sobre su propia sociedad, lo que es la norma en el Brasil y
estilo académico en portugués es con frecuencia estructurado en voz pa- en muchas de las llamadas «antropologías nacionales» (por contaste con
siva y casi siempre con un sujeto ambiguo; superfluo producir una inter- las «imperiales»). 2 Pero escribí este libro en inglés, y estaba pensando en
pretación del sentido de las elecciones gramaticales de cada estilo acadé- mis colegas norteamericanos, además de los brasileños. Eso no hace au-
mico. No estaba escribiendo más en la lengua que dominaba y no podía tomáticamente de él un trabajo en «estilo euroamericano», ya que conti-
contar más con la libertad y la seguridad de las construcciones incons- núo siendo una «nativa» investigando su propia sociedad y no vivencié
cientes. Y después, al revisar la traducción al portugués hecha por otra ninguno de los extrañamientos que supone viajar al exterior para hacer
persona, me encontré frecuentemente con dudas acerca de la elección de trabajo de campo y sobre los cuales la disciplina no se cansa de reflexio-
palabras y de la estructura de las frases, y me pregunté a dónde fue a pa- nar. Definitivamente, la alteridad no fue una cuestión que estructuró me-
rar mi voz en todo esto. Pero, obviamente, la cuestión no es solo con la todo lógicamente mi investigación, aunque haya sido, coll' seguridad, uno
gramática y las palabras: es episte~ológica y metodológica. La antropo- de sus temas centrales.3 Hablar sobre mi trabajo de campo entre conciu-
logía y la teoría social tienen aquello que puede llamarse «estilo interna- dadanos en el Brasil como un «encuentro con el otro», o invertir las co-
cional», o sea, un corpus de teoría, método y literatura compartido por sas y concebir mi experiencia en el doctorado en los Estados Unidos y lo
profesionales del mundo entero. Aunque ese corpus me haya ofrecido un que aprendí allí como «otro», exigiría algunas acrobacias retóricas y sim-
punto de referencia durante mis desplazamientos entre el Brasil y los Es- bólicas que, creo, no vale la pena intentar. En este estudio no hay alte-
tados Unidos, me volví agudamente consciente de que las cuestionesaca- ridad, en el sentido de que no hay otro fijo; no hay posición de exteriori-
démicas tienen fuertes visos locales y nacionales y que la disciplina es, de dad, así como tampoco hay identidades estables ni localizaciones fijas.
hecho, plural-hay antropologías, no antropología-. Lo que las discusio- Hay solo desplazamientos.
nes académicas estadounidenses enfatizan como relevante y estimulante En un cierto punto del libro Las ciudades invisibles de Italo Calvino,
no siempre está entre los intereses centrales de los colegas brasileños, y vi- Marco Polo declara que contó al Gran Khan sobre todas las ciudades que
ceversa. En un cierto momento, esa percepción del carácter local de la había conocido. Entonces el Gran Khan le pregunta sobre Venecia, la úni-
formulación de cuestiones se hizo tan fuerte que llegué a pensar en escri- ca ciudad de la cual no había hablado. Marco Polo sonríe: «¿Y de qué
bir dos libros, o por lo menos dos introducciones, una para cada público,
cada uno en una lengua diferente, cada uno estructurado por diferentes
2. La distinción entre antropologías de «construcción de nación» (nation-building) yantro-
cuestiones. Concluí, sin embargo, que eso también era imposible, una vez
pologías de construcción de imperio» (e11lpire-bui[d¡"g) fue elaborada por Stocking (1982). Él
que mi pensamiento y mi percepción ya habían sido transformados y también opone una «antropología internacional. que constituye la tradición euroamericana, a la
moldeados por mi inmersión simultánea en los dos contextos y podrían «antropología de la periferia». Esta distinción torna evidentes las relaciones de poder y las desi-
ser comprimidos en uno u otro molde sólo artificialmente y con algOuna gualdades que moldean la clasificación de diferentes tradiciones antropológicas. Uso esta termi-
pérdida. Mis lenguas, mi escritura, mi pensamiento, mis críticas, todo ha- nología aquí entre comillas para referirme a las tradiciones en las cuales fui formada, no para
otorgar a las antropologías euroamericanas una posición epistemológica privilegiada. Para una
bía adquirido una identidad particular. Acabé por concluir que así como
discusión sobre varias «antropologías nacionales», véase Etbnos (1982). Para discusiones a par-
mi inglés tiene acento, lo mismo ocurre con mi antropología -el acento tir de la perspectiva de la antropología brasileña, véanse Oliveira (1988 y 1995) y Peirano (1980).
persiste no importa a partir de cuál perspectiva la vea o en qué lengua es- 3. El habla del crimen y las prácticas de segregación constituyen «otros' que son crimina-
criba-o lizados y mantenidos a distancia. Véanse especialmente capítulos 1 y 2.
otra cosa cree que estuve hablando?». Frente al argumento del Gran telectuales comprometidos en influenciar debates públicos y solo después
Khan de que él debería haber vuelto explícito su modelo en las descrip- como académicos.5 Así, muchos antropólogos brasileños estudian lo que
ciones, Polo responde: «Las imágenes de la memoria, una vez fijadas en es políticamente relevante para ellos. Además, muchos intelectuales (in-
palabras, se pagan [...] Puede ser que tenga miedo de perder repentina- clusive antropólogos) conciben su trabajo como una cuestión de respon-
mente a Venecia si hablo sobre ella. O puede ser que, hablando de otras sabilidad cívica yeso moldea sus vínculos con sus conciudadanos y con
ciudades, ya la haya perdido poco a poco» (Calvino, 1974: 86). las personas que estudian. Cuando los intelectuales estudian su propia
Los antropólogos del «estilo euroamericano» normalmente proce- ciudad, lo hacen como ciudadanos que tienden a escribir sobre ella, no
den como Marco Polo: describen las ciudades extranjeras que visitaron a como observadores distantes. Eso significa que hablan no solo para sus
personas que nunca estuvieron allá sin hablar sobre sus propias socieda- colegas intelectuales sino también para el público más abarcador que
des y culturas. Como Marco Polo, frecuentemente ellos hacen compara- puedan alcanzar. Eso significa también que aun cuando escriben en un
ciones invisibles con sus propias culturas: las constantes referencias ocul- tono científico y cargado de autoridad, a pesar de todos los poderes so-
tas con relación a las cuales la cultura desconocida puede ser descrita ciales inherentes a su condición de miembros de la elite, su visión de la
como diferente. En ambos casos (los antropólogos clásicos y Marco sociedad está más expuesta al rechazo tanto por parte de otros analistas
Polo), este procedimiento garantiza que sus culturas y ciudades perma- sociales como de sus conciudadanos. Esta visión es solo una perspectiva
nezcan intocadas -preservadas, tal vez- por sus análisis. Como Marco en un debate público, aun cuando sea una visión poderosa. De cualquier
Polo, los antropólogos clásicos transformaron en método el silencio so- manera, su perspectiva es diferente de aquella de los especialistas en cul-
bre su propia sociedad y la elección de todas las otras culturas del mun- turas extranjeras hablando para una platea académica restringida en un
do como objeto de sus detalladas descripciones y análisis.4 debate entre especialistas en lugares distantes, como generalmente ocurre
La posición de Marco Polo, sin embargo, no es posible para todos. entre los intelectuales norteamericanos.
Exige un imperio de ciudades a ser descritas, un emperador ansioso por Cuando escribo sobre Sao Paulo, en portugués, para brasileños, escri-
saber al respecto de ellas y un nostálgico narrador interesado en mante- bo como intelectual y como ciudadana y, por lo tanto, abordo la ciudad de
ner intacta la imagen de su ciudad. Para los etnógrafos coloniales, posco- una cierta manera. Las ciudades de las cuales somos ciudadanos son ciuda-
lorriales y «nacionales», el silencio sobre la ciudad natal casi nunca es una des en las cuales queremos intervenir, que queremos construir, reformar,
posibilidad o una elección. Normalmente no van al exterior porque no criticar y transformar.6 Ellas no pueden quedar intocadas, implícitas, igno-
tienen recursos o no tienen interés en hacerla. En vez de eso, están intere- radas. Mantener intocado el imaginario de la propia ciudad es incompati-
sados en su propia sociedad y, lo que es más importante, en su propia na- ble con un estudio (o un proyecto) de transformación social. Las ciudades
ción. En contraste con las antropologías marcadas por la constitución de que permanecen cristalizadas en imágenes pasadas que tenemos miedo de
imperios, las antropologías periféricas son frecuentemente asociadas a tocar no son ciudades que habitamos como ciudadanos, sino ciudades
pro<;esosde formación nacional y de esa forma están relacionadas con los de la nostalgia, ciudades con las que soñamos. Las ciudades (sociedades,
dilemas internos de sus propias sociedades. culturas) en las que vivimos están, como nosotros mismos, cambiando
Los procesos de construcción nacional comprometen a los antropó- continuamente. Son ciudades para ser reflexionadas, cuestionadas, cam-
lagos de maneras paradojales. Una dimensión de ese compromiso es la biadas. Son ciudades con las cuales nos involucramos. Mi compromiso con
concepción del papel del intelectual. En el Brasil, así como en otros paí- Sao Paulo -presente en cualquier cosa que escribo en portugués para el pú-
ses poscoloniales, los intelectuales tienden a tener un papel predominan- blico brasileño- queda significativamente dislocado cuando escribo en in-
te en la vida pública. Acostumbran pensar en sí mismos primero como in- glés. La posición de la intelectual escribiendo como ciudadana preocupada

4. La crítica a la antropología que predominó en la última década en los Estados Unidos 5. Para una historia de la inserción pública de los intelectuales brasileños, véanse Martins
provocó una revaloración del trabajo de los etnógrafos clásicos y de la experiencia del trabajo de (1987) y Miceli (1979). No considero aquí todas las variaciones históricas en su papel público y
campo. Como consecuencia, la investigación emográfica se convirtió en un emprendimiento al- en las preocupaciones específicas que los involucraron
tamente problematizado y las relaciones con .el otro. han sido sometidas a una detallada de- 6. No estoy concibiendo la ciudadanía en términos formalistas. Asumo que los habitantes
construcción y crítica. No obstante, hasta ahora esta tendencia no cambió la preferencia domi- de una ciudad, cualquiera sea su estatus de ciudadanía nacional, tienden a involucrarse con la
nante por el trabajo de campo en el exterior y por el estudio del.otro •. Para una revisión crítica vida diaria en la ciudad como ciudadanos, como personas comprometidas con sus condiciones
reciente de este asunto, véase Gupta y Ferguson (1997). Véase también Caldeira (1988b). actuales y futuras.
por los problemas de su sociedad, no es posible para mí en el medio uni- der que encuadran la práctica de «antropologías nacionales». De un lado,
versitario estadounidense. Como el papel del intelectual en los Estados el hecho de que los «antropólogos nacionales» estudien su propia cultu-
Unidos no incluye las mismas perspectivas públicas, este tipo de compro- ra y no «otros», pero continúen insistiendo en la construcción de alteri-
miso tampoco es posible para otros antropólogos. En la universidad dad y sean tímidos para producir una crítica de esa postura, indica el po-
norteamericana las preocupaciones que tenemos como ciudadanos están der del «estilo internacional>, para moldear la disciplina en la periferia.
frecuentemente disociadas de los temas del trabajo académico, a pesar de De otro lado, el hecho de que los «antropólogos nacionales» hayan inves-
todos los esfuerzos de las feministas y miembros de minorías para unir a tigado con éxito durante largo tiempo su propia sociedad y cultura, reve-
los dos. De la noción brasileña del papel público de los intelectuales inten- la que la alteridad es menos una exigencia inmutable de método que un
té conservar la intención crítica. Sin embargo, al escribir en inglés, pierdo efecto de poder.
el espacio público para involucrarme en debates con otros ciudadanos. Y, Los intelectuales brasileños, inclusive los antropólogos, han estu-
aun cuando todavía traduzca y publique los mismos trabajos en portugués, diado preferentemente grupos sociales subalternos: el pobre, el negro, el
como hice con este libro, un indisimulable acento norteamericano proba- indio, el miembro de minorías étnicas o sexuales, y los trabajadores orga-
blemente haga que sea leído de manera diferente también en el Brasil. nizadores de movimientos sociales. Éstos han sido los «otros» a ser cono-
cidos (y traídos a la modernidad). Mientras los subalternos son escruta-
dos, se mantiene silencio sobre la elite, de la cual los intelectuales forman
parte.8 La alteridad se vuelve, así, una cuestión de relaciones de poder, pe-
ro en este caso las relaciones son intrínsecas a la sociedad de los antropó-
Como los «antropólogos nacionales» estudian casi exclusivamente logos.
su propia sociedad, ellos solo pueden trabajar con el «estilo internacio- En la práctica del trabajo de campo no siempre es fácil deconstruir
nal» y con sus exigencias de alteridad y comparación de forma problemá- las relaciones sociales y de poder que moldean la produ~ción de conoci-
tica. La posición de investigadores intentando ser extraños a su propia miento y la relación entre miembros de grupos sociales. Mientras tanto,
cultura es intrínsecamente ambigua. Incluso así, el imperativo de alteri- es necesario considerar siempre -como intenté hacer en la investigación
dad ha sido mantenido sin mucha crítica como un recurso metodológico que dio origen a este libro- que los datos y los conocimientos son produ-
en «antropologías nacionales», aun cuando no puede ser puesto en prác- cidos interactivamente en relaciones estructuradas por las posiciones so-
tica efectivamente'? Esta paradoja expone dos tipos de relaciones de po- ciales de las personas involucradas. Cada respuesta es el resultado de una
interacción social específica, y las posiciones que generaron los datos de
esta investigación son varias. Mi posición social y mi filiación a la univer-
7. En la antropología brasileña son extensas las discusiones metodológicas y teóricas so- sidad marcaron, así, mis relaciones con personas de todos los grupos so-
bre etnógrafos que estudian su propia sociedad y el tipo de conocimiento que ellos producen ciales que estudié. Fueron esas posiciones las que probablemente suscita-
(véanse especialmente Caldeira, 1981; R. Cardoso, 1986; DaMatta, 1978; Durham, 1986;
ran respuestas detalladas de personas de los estratos trabajadores, que se
Velho, 1978 y 1980; Zaluar, 1985 y 1986). Así y todo esas discusiones no desafían ni el princi-
pio de alteridad como un instrumento metodológico, ni el imaginario dominante que él crea en
sintieron obligados a atender mis pedidos de entrevistas y que hablaron
las discusiones metodológicas. La estrategia más común es intentar adaptar ese imaginario a rea- sobre el crimen en sus barrios aun cuando su miedo e inseguridad habrían
lidades locales, como por ejemplo en la sugerencia de DaMatta (1978) de que la antropología en justificado la negativa y el silencio. Las negativas aumentaron a medida
la sociedad del antropólogo es como un viaje chamánico, 'un movimiento drástico en el que, pa-
radójicamente, no se sale dellugaro (1978: 29), en contraste con el viaje del.antropólogo inter-
nacional. que DaMatta compara con el viaje del héroe homérico. Mientras el etnógrafo .heroi-
co. transformaría lo exótico en familiar, el etnógrafo .nativo. transformaría lo familiar en 8. Esta posición de liderazgo e intocabilidad ha sido frecuentemente fortalecida por los
exótico. Ruth Cardoso (1986) ofrece una de las críticas más interesantes a la manera por la cual tipos de discurso que legitiman el trabajo de los intelectuales. Además de ser miembros de las eli-
los antropólogos de la década de 1980 intentaron resolver la cuestión de la alteridad a medida tes sociales, los intelectuales frecuentemente han concebido posiciones privilegiadas para sí mis-
que estudiaban los movimientos sociales. Argumenta que ellos lidiaron con la distancia social a mos, tales como las de miembros de las vanguardias, educadores de las masas, productores de
través de la identificación política con las clases trabajadoras que organizaban esos movimien- : planes maestros, visionarios de metas para el futuro, voces de los oprimidos y otras más. Ellos
tos. Pero aunque articularan esa identificación política, los antropólogos dejaron intocados los ~ legitimaron esos papeles con metanarrativas como modernización, marxismo, desarrollismo y
presupuestos epistemológicos positivistas sobre la naturaleza de las informaciones que produ- modernismo. Aunque se coloquen frecuentemente a la izquierda y del lado de los oprimidos, no
cían. Continuaron concibiendo .Ios datos. como .formas objetivas, con existencia propia e in- siempre se interrogan sobre la ambigua posición que ocupan de hablar por aquellos que supues-
dependiente de los actores_ (1986: 99). tamente no tendrían voz.
que fui subiendo en la jerarquía social y las personas se sintieron seguras procesos más amplios de transformación social y segregación que Sao
para decir no a una investigadora universitaria. Fue más difícil conseguir Paulo ejemplifica. Este libro es sobre Sao Paulo. Pero también sobre Los
entrevistas con personas de la clase alta, la cuales exigieron varias presen- Ángeles, Miami y muchas otras regiones metropolitanas que están adop-
taciones.9 De esta forma, mi posición igualmente determinó el silencio de tando muros, separaciones y la vigilancia de fronteras como instrumentos
las personas de la clase alta y su frecuente rechazo a responder algunas para organizar diferencias en el espacio urbano. Estas regiones son obvia-
preguntas que todas las personas de la clase trabajadora respondieron: . mente diferentes, pero la diferencia no impide el uso de instrumentos se-
las elites asumieron que yo compartía sus puntos de vista y conocimien- mejantes y repertorios comunes. En otras palabras, aunque este libro se
tos, y cuando les pedía más explicaciones, respondían con un «¡usted sa- concentre detalladamente en el análisis de la reproducción de la desigual-
be de lo que estoy hablando!». Finalmente, mi posición social moldeó mis dad social y de la segregación espacial en una ciudad -Sao Paulo-, iden-
interacciones con políticos y hombres de negocios que me trataron con la tifica procesos e instrumentos comunes a muchas de ellas. La combina-
atención que una profesora universitaria todavía parece merecer, incluso ción de miedo a la violencia, reproducción de prejuicios, discusión de
cuando estaban profundamente en desacuerdo conmigo en cuestiones ta- derechos, discriminación social y creación de nuevas fórmulas para man-
les como los derechos humanos. tener grupos sociales separados, ciertamente tiene características específi-
Otra cuestión de posicionamiento todavía encuadra la investigación cas y perversas en Sao Paulo, pero también refleja procesos sociales de
y el análisis de este libro: exactamente la de mis constantes desplazamien- cambio que están ocurriendo en muchas ciudades.
tos, que siempre me forzaron a pensar sobre el Brasil en relación con los Así, la comparación con Los Ángeles tiene interés teórico al permitir
Estados Unidos, o más específicamente, sobre Sao Paulo en comparación ampliar la comprensión de procesos de segregación espacial muy difundi-
con Los Ángeles. De modo general, como los antropólogos brasileños, así dos. Esta comparación tiene incluso la función de relativizar la singulari-
como muchos de los «antropólogos nacionales», investigan solo su socie- dad de Sao Paulo, obligándome a encuadrar su análisis en términos que
dad, tienden a enfatizar en el análisis su singularidad. Esto también tien- tengan sentido para personas que estudian otras ciudade1>.Como escribí
de a impedir que establezcan un diálogo crítico con la literatura y la pro- sobre Sao Paulo mientras vivía en el sur de California y pensaba en Los
ducción del conocimiento del «estilo internacional» que consumen. Así, Ángeles, y también mientras vivía en Sao Paulo y pensaba en Los Ánge-
este último continúa sin ser infIuenciado por las antropologías naciona- les, Sao Paulo no se convirtió en «lo otro» o en extraño para mí. Sin em-
les. En efecto, la crítica epistemológica generada por la reciente antropo- bargo, ciertamente no es lo mismo que si nunca me hubiera ido. A causa
logía norteamericana no modificó la relación entre las «antropologías na- de este desplazamiento, mis colegas brasileños pueden pensar que termi-
cionales» y las internacionales, aun cuando pueda haber modificado las né haciendo lo que Marco Polo temía: perder Sao Paulo mientras habla-
relaciones individuales de algunos «antropólogos internacionales» con ba sobre otras ciudades. Pero creo que no. Sao Paulo ya cambió para mí
las personas que estudian. Por el contrario, las «antropologías internacio- cuando estudié su periferia, y continúa cambiando mientras la estudio de
nales» todavía tienden a tratar a las «antropologías nacionales» como in- nuevas maneras.
formación nativa, como datos, y no les conceden un estatus equivalente
al del conocimiento producido en el «estilo internacional» y publicado en
las «lenguas internacionales».

La investigación en la cual se basa este estudio fue hecha entre 1988


y 1998 y se apoya en una combinación de metodologías y tipos de infor-
maciones. La observación participante, normalmente considerada el mé-
Aunque Sao Paulo constituya el foco de este libro y el análisis que todo por excelencia de un estudio etnográfico, no siempre fue viable pa-
presento a su respecto sea el más detallado posible, mi intención no es re- ra este estudio, por una serie de razones. Primero, es difícil -cuando no
saltar su singularidad. Por el contrario, mi objetivo es entender y criticar imposible- estudiar la violencia y el crimen por medio de la observación
participante. Segundo, la unidad de análisis para el estudio de segrega-
ción espacial debía ser la región metropolitana de Sao Paulo. Un área ur-
9. Para una discusión sobre cómo las diferencias de clase influenciaron mi trabajo de cam- bana con 16 millones de habitantes no puede ser estudiada con un méto-
po con personas de la clase trabajadora, véase Caldeira (1981). do concebido para el estudio de aldeas. Podría estudiar barrios, como los
antropólogos frecuentemente han hecho en ciudades y como hice en in- desigualdades sociales en Sao Paulo son agudas, y porque la violencia es
vestigaciones anteriores en la periferia. Sin embargo, no estaba especial- un fenómeno ampliamente difundido que atraviesa las líneas de clase así
mente interesada en la etnografía de diferentes áreas de la ciudad, pero sí como vuelve más agudas las diferencias de clase. Concentrar la investiga-
en el análisis etnográfico de experiencias de violencia y segregación, y ción en un único grupo social o en una única área de la ciudad significaría
estas no podían ser estudiadas del mismo modo en barrios diferentes. limitar la comprensión de fenómenos que afectan fundamentalmente las
Mientras los barrios de la periferia todavía tienen una vida pública y son relaciones entre grupos y los modos por los cuales están estructurados en
relativamente abiertos a la observación y participación, en los barrios re- la ciudad tanto los espacios como las posibilidades de interacción entre
sidenciales de las clases media y alta, la vida social es interiorizada y pri- personas de diferentes clases sociales. Además, para aprehender la diversi-
vatizada y hay muy poca vida pública. Como en estos barrios los obser- dad de experiencia de violencia y crimen y entender cómo las medidas de
vadores son vistos con sospecha y se vuelven blanco de los servicios de protección ayudan a reproducir la desigualdad social y la segregación es-
seguridad privada, la observación participante no es viable. Realizar ob- pacial, tuve que investigarlas en contextos sociales diversos.
servación participante en áreas pobres y otros métodos en áreas ricas sig- Aun cuando pudiese haber realizado entrevistas por toda la región
nificaría «primitivizar" a las clases trabajadoras e ignorar las relaciones metropolitana, decidí concentradas en tres áreas de la ciudad ocupadas
entre clase y espacio público. Por fin, porque estaba interesada en un pro- por personas de diferentes clases sociales. Para realizar entrevistas que
ceso de cambio social que solo podía ser marginalmente capturado en el pudieran revelar informaciones en profundidad sobre experiencias de
momento de la observación, tuve necesariamente que usar otros tipos de miedo y violencia, y sobre todo para ser capaz de interpretarlas, necesita-
información. ba alguna observación sobre el día a día de las personas y el espacio en
Fue necesario, entonces, echar mano de una combinación de méto- que vivían. Eso iba a ser más fácil si concentraba las entrevistas en algu-
dos y tipos de información. Para entender el crimen violento analicé es- nas áreas de la ciudad que conocía mejor. Sin embargo, este estudio no es
tadísticas del crimen e investigué la historia de las fuerzas policiales de una etnografía de esas áreas. Es, sí, un análisis etnográfie:o de experien-
modo tal de revelar cómo sus prácticas están interconectadas con la re- cias de violencia, de la reproducción de la desigualdad social y de segre-
producción de la violencia. Para analizar los cambios en patrones de se- gación espacial, del modo como se expresan en algunas áreas y por los
gregación espacial, recuperé la historia de la urbanización de Sao Paulo habitantes de Sao Paulo que viven en ellas.
usando indicadores demográficos y socioeconómicos producidos por di- La primera área donde 'investigué fue la periferia creada por trabaja-
ferentes órganos estatales o instituciones académicas. Para caracterizar el dores pobres con base en la autoconstrucción. La mayor parte de mi inves-
nuevo estilo de los condominios cerrados, analicé anuncios inmobiliarios tigación en la periferia fue hecha en el Jardim das Camélias, en el distrito
publicados en periódicos. A pesar de que estos y otros métodos y fuentes de Sao Miguel Paulista, en la región este de la ciudad. Vengo haciendo in-
de datos hubieran proporcionado informaciones sobre macroprocesos de vestigaciones y acompañando la organización de los movimientos sociales
cambio, no podían decir mucho con respecto a cómo los paulistas esta- en esa área desde 1978 (Caldeira, 1984). Debido a mi larga familiaridad
ban viviendo esos procesos. Para comprenderlo, utilicé entrevistas abier- con el área, utilizo observaciones y entrevistas de estudios anteriores, aun-
tas con residentes. También usé los periódicos como fuente para los deba- que para esta investigación haya realizado nuevas entrevistas sobre el tema
tes sobre derechos humanos y pena de muerte. Finalmente, entrevisté de la violencia. Además, utilizo entrevistas y observaciones hechas con re-
políticos y administradores, activistas de derechos humanos, periodistas sidentes de otros barrios de la periferia de Sao Paulo durante los años
y representantes del sector de servicios de seguridad, tanto en empresas 1981-1983, cuando la preocupación por el crimen comenzó a crecer entre
privadas cuanto en enclaves fortificados. Recorrí también mi propia ex- la población. Esas entrevistas fueron parte de un proyecto de investigación
periencia y mis recuerdos como residente de Sao Paulo para discutir algu- sobre la expansión de la periferia y la movilización política de sus habitan-
nas de sus transformaciones. La mayor parte de las entrevistas fue reali- tes, que enfocaba no solo el proceso de democratización sino también los
zada entre 1989 y 1991. problemas que conforman el día a día en la periferia. lO
El trabajo que dio origen a este libro investigó experiencias de miedo
y crimen en varias clases sociales y sus relaciones con procesos de cambio i 10. Las entrevistas en otros barrios de la periferia de Siio Paulo fueron hechas por un
social. La incorporación de la perspectiva de varias clases es fundamental equipo de investigación del Cebrap -Centro Brasileiro de Análise e Planejamento-, institución
en la concepción de esta investigación por tres razones interrelacionadas: a la cual estuve afiliada entre 1980 y 1995. Las entrevistas fueron realizadas en el ámbito del
por tratarse de un estudio de segregación social y espacial; porque las proyecto de investigación .La periferia de Siio Paulo y el contexto de acción política», coordi-
La segunda área en la cual realicé trabajo de campo fue Moóca, un transformadas por la intensa construcción de edificios de departamentos,
barrio de clase media baja, próximo al centro de la ciudad. Moóca se vol- muchos de ellos siguiendo el modelo de condominio cerrado. Morumbi
vió una parte importante de Siío Paulo a comienzos del siglo xx, cuando representa de forma más clara el nuevo patrón de expansión urbana que
se transformó en uno de los centros de la primera ola de industrialización analizo en los capítulos 6 y 7. Hoy muchas personas de clase alta que
de la ciudad. Aunque su paisaje todavía esté marcado por la presencia de solían vivir en los barrios centrales se mudan a Morumbi para vivir en
instalaciones industriales, el barrio fue desindustrializado a partir de la enclaves fortificados. El barrio también es socialmente más heterogéneo
década de 1950, cuando nuevas industrias comenzaron a ser instaladas que esas otras áreas tradicionales centrales porque los enclaves ricos es-
en otros municipios de la región metropolitana o en la periferia. Los tra- tán situados aliado de algunas de las mayores favelas de la ciudad. En
bajadores industriales que se instalaron en Moóca a comienzos del siglo consecuencia, Morumbi expresa de manera más clara el nuevo patrón de
pasado eran inmigrantes europeos, la mayor parte italianos, pero tam- segregación espacial de la ciudad. Alto de Pinheiros fue e! pionero en la
bién españoles, portugueses y europeos del Este. La mayoría de sus hijos construcción de condominios cerrados en la década de 1970, pero el rit-
nunca fueron trabajadores industriales. La desindustrialización del área mo de las construcciones fue más lento y hoy tiene menos favelas que
coincidió también con un desplazamiento de habitantes que ascendieron Morumbi.
socialmente y se mudaron hacia otras partes de la ciudad. Hace cuatro Realicé todas las entrevistas con residentes de la ciudad bajo la con-
décadas que Moóca pierde población. Actualmente, aunque el barrio to- dición de anonimato. En claro contraste con otros proyectos de investiga-
davía conserve varios de sus almacenes y fábricas y muchas casas obreras, ción que llevé adelante, en que los residentes estaban ansiosos por con-
y aun cuando buena parte de su población todavía cultive un acento ita- versar conmigo y por ver sus ideas y palabras impresas, en este proyecto
liano y una identidad étnica, dos procesos nuevos y contradictorios están encontré resistencia y reticencia en la discusión sobre e! crimen y la vio-
remodelando el barrio. Por un lado, muchas casas grandes y antiguas fue- lencia. Muchas veces las personas inicialmente me pedían que no graba-
ron transformadas en conventillos. Por otro lado, algunas áreas fueron ra las entrevistas, aunque siempre me dieran permiso pata tomar notas.
reurbanizadas a causa de la construcción de la línea del metro y están En la mayoría de los casos, acabaron autorizándome a grabar también.
atravesando un proceso de aburguesamiento [gentrification] que se ex- Cuando las personas temen a las instituciones de! orden, sobre todo a la
presa en la construcción de departamentos lujosos y en la instalación de policía, y cuando sienten que sus derechos no están garantizados por
un comercio más sofisticado dirigido a la porción más rica de la pobla- la justicia, esa reacción es cómprensible. Decidí no usar nombres ficticios
ción que prefiere no mudarse, o a los nuevos residentes que también se para identificar a los entrevistados: ya que no puedo citar sus nombres
mudan desde otros barrios hacia allí. Todos estos procesos están generan- verdaderos, preferí omitir nombres como una señal de las condiciones de
do una heterogeneidad social y una tensión social desconocidas anterior- miedo en que viven las personas con quienes hablé. Esta regla de anoni-
mente en el barrio. Esa tensión está claramente expresada en el habla del mato no se aplica a los administradores públicos, políticos, miembros de
crimen. u grupos de derechos humanos, periodistas y ejecutivos de la industria
Finalmente, hice investigaciones en Morumbi y en Alto de Pinheiros, de seguridad privada que hablaron conmigo como figuras públicas y con
barrios de clase media alta y alta. Hasta la década de 1970 esas eran áreas pleno conocimiento de que podría hacer públicas sus afirmaciones.
de poca población, muchos espacios verdes, grandes terrenos y casas in-
mensas. A partir de mediados de los años setenta fueron profundamente

Este libro se divide en cuatro partes. La Parte 1 trata sobre el habla


nado por la profesora Ruth Cardoso e iniciado a pedido de la Comisión de justicia y Paz de la
Arquidiócesis de Sao Paulo. Esa investigación fue hecha en Cidade júlia, jaguaré, jardim Mi- del crimen. En el capítulo 1 analizo las estructuras de narraciones de crí-
riam, jardim Peri-Peri, jardim Marieta (este último en Osasco, Región Metropolitana de Sao menes y la manera por la cual, simbólicamente, reorganizan el mundo
Paulo) y jardim das Camélias, donde fui responsable de las investigaciones. Otros análisis re- desestructurado por experiencias de crimen. Hago también un breve re-
sultantes de esa investigación incluyen Caldeira, 1987, 1988a y 1990. .~ sumen de las transformaciones políticas, sociales y económicas en e! Bra-
11. En Moóca tuve un asistente de investigación, joao Vargas. Su trabajo dio como resul- }
sil de las décadas de 1980 y 1990. El capítulo 2 trata acerca de algunos
tado una disertación (Vargas, 1993) en la cual amplía las discusiones sobre cómo las recientes
transformaciones urbanas afectaron a los residentes del barrio y moldearon sus miedos y visio- de los temas específicos articulados por el habla de! crimen: la crisis eco-
nes con relación al crimen. nómica de los años ochenta y noventa, el fin de la era de progreso y mo-
vilidad social, las imágenes del criminal y de los espacios del crimen y las llamo «cuerpo incircunscrito». Baso mis' argumentos en el análisis de dos
concepciones sobre la diseminación del mal y de su control por parte de temas que emergieron después del inicio del régimen democrático a co-
instituciones y autoridades fuertes. mienzos de la década de 1980: la oposición generalizada a los defensores
La Parte II trata acerca del crimen y de las instituciones del orden. En de los derechos humanos y una campaña para conseguir la inclusión de la
e! capítulo 3 analizo estadísticas de crimen para demostrar el crecimiento pena de muerte en la Constitución brasileña. En esos debates el límite (o
del crimen violento después de mediados de la década de 1980. El capí- la falta de límite) para la intervención violenta en el cuerpo del criminal
tulo 4 traza la historia de las fuerzas policiales brasileñas y muestra su es un tema fundamental. Sugiero que las nociones de derechos individua-
rutinario abuso del poder, especialmente en relación con los estratos do- les están asociadas a concepciones del cuerpo y señalo que en e! Brasil hay
minados. El capítulo 5 continúa el análisis de los abusos policiales, de- una gran tolerancia en relación con las manipulaciones del cuerpo, inclu-
mostrando cómo aumentaron durante la transición hacia el régimen so violentas. Con base en esa asociación, argumento que esta tolerancia,
democrático y su consolidación iniciada en los años ochenta. Esos abusos la proliferación de la violencia y la deslegitimacifm de la justicia y de los
están asociados al generalizado descreimiento en la justicia y a la adop- derechos civiles están intrínsecamente ligadas.
ción de medidas violentas y privadas de seguridad (que ayudan a expan-
dir la industria de la seguridad privada) por parte de la población. Ade-
más, esa asociación contribuyó a la persistencia de la violencia y la
erosión de! estado de derecho. Los abusos por parte de la policía, las di-
ficultades de la reforma de la policía, la deslegitimación del sistema judi-
cial y la privatización de la seguridad generan lo que llamo «ciclo de la
violencia». Este ciclo constituye el desafío principal a la consolidación de
la democracia en la sociedad brasileña.
La Parte III analiza el nuevo patrón de segregación urbana. Indica
cómo discursos y estrategias de protección se entrelazan con transforma-
ciones urbanas para crear un nuevo modelo de segregación basado en
cerramiento s y un nuevo tipo de espacio público. El capítulo 6 presenta
la historia de la urbanización en Silo Paulo durante el siglo XX y sus tres
patrones de segregación espacial, con especial atención en las transforma-
ciones recientes. El capítulo 7 enfoca los enclaves fortificados que consti-
tuyen e! núcleo de! nuevo modo de segregación. Exploro especialmente su
versión residencial: los condominios cerrados. También discuto las difi-
cultades para organizar la vida social dentro de muros y cómo una estéti-
ca de la seguridad se volvió dominante en la ciudad en los últimos veinte
años. Finalmente, e! capítulo 8 analiza los cambios en el espacio público
y en la calidad de la vida pública que ocurren en una ciudad de muros. El
nuevo patrón de segregación espacial mina los valores de accesibilidad, li-
bertad de circulación e igualdad que inspiraron el tipo moderno de espa-
cio público urbano y lo sustituye por un nuevo tipo de público que tiene
a la desigualdad, a la separación y al control de fronteras como valores
estructurantes. Los Ángeles sirve como comparación para demostrar que
e! patrón de segregación inspirado por esos valores ya está de hecho di-
fundido.
La Parte IV tiene un capítulo en el que analizo un aspecto crucial de
la disyunción de la democracia brasileña: la asociación de la violencia, la
falta de respeto por los derechos civiles y una concepción del cuerpo que
El crimen violento aumentó en Sao Paulo en los últimos quince años.
Lo mismo ocurrió con e! miedo al crimen. La vida cotidiana y la ciudad
cambiaron a causa de! crimen y del miedo, yeso se refleja en las conver-
saciones diarias en las que el crimen se convirtió en un tema central. En
verdad, miedo y violencia, cosas difíciles de entender, hacen proliferar y
circular el discurso. El habla del crimen -o sea, todos los tipos de conver-
saciones, comentarios, narraciones, bromas, debates y chistes que tienen
al crimen y al miedo como tema- es contagiosa. Cuando se cuenta un
caso, muy probablemente le sigan varios otros, y es raro que un comen-
tario se quede sin respuesta. El habla del crimen es también fragmentada
y repetitiva. Surge en medio de las más variadas interacclones, puntuán-
dolas, repitiendo la misma historia o variaciones de la misma historia, co-
múnmente usando solo algunos pocos recursos narrativos. A pesar de las
repeticiones, las personas nunca se cansan. Al contrario, parecen compe-
lidas a continuar hablando sobre e! crimen, como si los interminables
análisis de casos pudiesen ayudarlas a encontrar un medio de lidiar con
sus experiencias desconcertantes o con la naturaleza arbitraria e inusita-
da de la violencia. La repetición de las historias, mientras tanto, solo sir-
ve para reforzar las sensaciones de peligro, inseguridad y perturbación de
las personas. Así, e! habla de! crimen alimenta un círculo en el que el mie-
do es trabajado y reproducido, y en el cual la violencia es al mismo tiem-
po combatida y ampliada.
En esos intercambios verbales del día a día se forman las opiniones y
se moldean las percepciones, es decir, el habla del crimen no solo es ex-
presiva sino también productiva. Las narraciones, dice Michel de Cer-
teau, anteceden a las «prácticas sociales en el sentido de abrir un campo
para ellas» (1984: 125). Éste es especialmente el caso de las historias de
crímenes. El miedo y el habla del crimen no solo producen ciertos tipos
de interpretaciones y explicaciones habitualmente simplistas y estereoti-
padas, sino que también organizan el paisaje urbano y el espacio público,
moldeando el escenario para las interacciones sociales que adquieren
nuevo sentido en una ciudad que progresivamente se va cercando con
muros. El habla y e! miedo organizan las estrategias cotidianas de protec-
ción y reacción que dificultan los movimientos de las personas y restrin-
gen su universo de interacciones. Además, el habla del crimen también go una visión general de las transformaciones políticas, sociales y econó-
ayuda a la proliferación de la violencia al legitimar reacciones privadas o micas en el Brasil a lo largo de las décadas de 1980 y 1990. En el capítu-
ilegales -como contratar guardias particulares o apoyar escuadrones de lo 2 analizo los diversos temas que el habla del crimen articula y que esta
la muerte o justicieros- en un contexto en que las instituciones del orden narrativa introduce.
parecen fallar.
En este capítulo analizo un relato de crimen que me fue transmitido
en una entrevista. Tal como ocurre en las interacciones diarias de las per- El crimen como experiencia desordenadora
sonas, las entrevistas, concedidas en momentos de intensa preocupación y como sfmbolo ordenador
por el crimen, estuvieron frecuentemente permeadas por la repetición de
historias de crímenes. Aunque tuviera interés en esas historias, casi nun- El relato que sigue me fue transmitido en 1989 por una mujer cuyos
ca necesité solicitarlas: ellas surgían espontáneamente en medio de con- padres habían migrado de Italia al Brasil en 1924. Se establecieron en
versaciones sobre los más variados asuntos, pero especialmente sobre la Moóca, en aquella época un barrio industrial habitado básicamente por
ciudad y sus transformaciones y sobre la crisis económica. En el análisis inmigrantes europeos, donde habían abierto una sastrería. La narradora
que sigue, muestro cómo las narrativas de crímenes recuentan experien- nació en Moóca y pasó allí toda su vida, presenciando sus diversas trans-
cia de violencia y, al hacerlo, reorganizan y dan nuevo significado no solo formaciones, mientras que algunos de sus hermanos se mudaron a «luga-
a las experiencias individuales sino también al contexto social en el cual res mejores», según sus palabras. Es ama de casa y fue maestra antes de
ocurren. La narración, dice De Certeau, es un arte del hablar que es «ella casarse. Cuando la entrevisté tenía casi 60 años.! Su marido es agente in-
misma un arte del actuar y un arte del pensar» (1984: 77). Las narrativas mobiliario y su hijo, dentista. Elegí su relato para este análisis por dos ra-
de crimen son un tipo específico de narración que engendra un tipo espe- zones. En primer lugar, sintetiza varios temas que aparecen en las otras
cífico de conocimiento. Ellas intentan establecer orden en un universo entrevistas de forma más dispersa y a veces más desarticulada. En segun-
que parece haber perdido el sentido. En medio de los sentimientos caóti- do lugar, es uno de los relatos más dramáticos de la experiencia del cri-
cos asociados a la difusión de la violencia en el espacio de la ciudad, esas men que recolecté, que justificó cambios en su familia y en la vida diaria.
narrativas representan esfuerzos por restablecer el orden y el significado. La discusión sobre los crímenes de los cuales ella fue víctima ocupó dos
Al contrario de la experiencia del crimen, que rompe el significado y de- tercios de la entrevista. No pregunté sobre los crímenes: los comentarios
sorganiza el mundo, el habla del crimen simbólicamente lo reorganiza al surgieron a medida que ella describía los cambios por los cuales pasó
intentar restablecer un cuadro estático del mundo. Esta reorganización Moóca a lo largo de su vida. Reproduzco largos fragmentos de esa entre-
simbólica se expresa en términos muy simplistas que se apoyan en la ela- vista porque quiero mostrar la forma en que la narración se organiza y la
boración de pares de oposición obvios ofrecidos por el universo del cri- manera por la cual el habla del crimen entrelaza en su lógica los más di-
men, siendo el más común el del bien contra el mal. Siguiendo el ejemplo versos temas. Cito a continuación algunas partes del relato en el orden en
de otras prácticas cotidianas que tratan con la violencia (que analizo en que ocurrieron, con algunos cortes, ya sea en raZÓn de repeticiones, sea
otros capítulos), las historias de crimen intentan recrear un mapa estable porque hubo un cambio de asunto (ella habló, por ejemplo, sobre cam-
para un mundo que fue quebrantado. Esas narrativas y prácticas impo- bios en la Iglesia Católica, la historia de su familia en la región y su mi-
nen separaciones, construyen muros, delinean y encierran espacios, esta- gración, sus viajes a Italia, los vínculos de su familia con la música, las
blecen distancias, segregan, diferencian, imponen prohibiciones, multipli- conquistas de su hijo, su apoyo a un gobierno autoritario, su opinión so-
can reglas de exclusión y de impedimento, y restringen movimientos. En bre programas de radio y televisión, etcétera). Las frases entre corchetes
resumen, simplifican y encierran el mundo. Las narrativas de crímenes son mías y resumen partes del relato o agregan explicaciones. Todas las
elaboran prejuicios e intentan eliminar ambigüedades. entrevistas fueron realizadas por mí, excepto cuando se indica lo con-
Las narrativas de crimen traspasan e interconectan los más diversos trario. Cada entrevista tiene un número: el primer dígito identifica el ca-
temas. A lo largo de este estudio me ocupo de los más importantes -crisis pítulo y el segundo, su orden dentro de este.
económica, inflación, pobreza, el fracaso de las instituciones del orden,
transformaciones de la ciudad, ciudadanía y derechos humanos. En este
capítulo me concentro en cómo se estructuran y operan las narrativas de 1. Todas las informaciones sobre las personas que entrevisté se refieren a la época de la en-
crimen y discuto la relación entre violencia y narración. También propon- trevista.
todo perdió el gusto. Aquí en Moóca no hay persona que no haya sido asal-
tada.
-Moóca progresó mucho. Lo mejor que hay en el barrio es el progreso. [Contó entonces el caso de un guardia de seguridad de un supermerca-
Hubo progreso de escuelas, progreso de casas. Las casas más bonitas eran en do de la región al que habían matado pocos días antes durante un asalto a
la Paes de Barros, se las llamaba palacete. [Paes de Barros es la calle en que mano armada. Tenía cinco hijos y trabajaba allí hacía solo tres meses.]
ella vivía.] La calle era residencial; hoyes comercial. El cambio comenzó Lo peor que existe en Moóca es que el pueblo está con miedo. Es mu-
hace unos quince años. Solo la gente chic vivía en la Paes de Barros. La elite cho crimen, es mucho asalto. Desde hace unos ocho años está más peligro-
de Moóca hoy vive en el barrio nuevo, el Juventus. El barrio progresó mu- so. Excesivamente peligroso. Nadie sale de noche, nadie sale con cadena en
cho. Hay nuevos hospitales, el Joiío XXIll, el Siío Cristóviío. Está la univer- el cuello, con nada.
sidad también. La Universidad SiíoJudas comenzó en la calle Clark; era una -¿Quiénes son los criminales?
barraca ... -La gente que asalta es toda nortista.4 Toda gente que vive en favelas.
Estoy radicada aquí, nací aquí, tengo amistades aquí en el barrio. Lo Gente del barrio y gente de fuera. Pero no vale la pena querer hacer algo.
que arruinó mucho a Moóca fueron las favelas. Aquella de la Vila Prudente Haces la denuncia, después no se resuelve nada. Cuando yo fui asaltada hice
es una ciudad. ¡Tiene cincuenta y tantas mil personas!. .. Hay también mu- la denuncia, tenía un abogado amigo, no sirvió para nada, no encontraron
chos conventillos. Hay mucho conventillo en Moóca desde que vino la gen- nada ...
te del Norte. Hay trescientos conventillos, cada uno tiene cincuenta familias, Hoy nadie quiere saber de vivir en casa debido a la falta de seguridad.
solo con tres baños, ¡¿cómo se puede vivir así?! Lo que está perjudicando es Yo vivía en la calle Carné, con portón electrónico, intercomunicador, un do-
eso, es la pobreza. Aquí hay clase media, clase rica y una diferencia muy bermann dentro de casa. Un día, a las 7 de la mañana mi marido salió para
grande, la pobreza de los nordestinos.2 El barrio empeoró desde que comen- entrar al garaje, vino un tipo, le saltó encima, le tapó la cara y le dio una pu-
zaron a llegar los grupos del Norte ... Hace unos quince años. Ahora hay de- ñalada en el corazón. Después de ese día mi marido nunca más tuvo salud,
masiados. Casas lindas, bonitas de Moóca fueron subalquiladas y hoy no se es cardíaco. •
puede entrar, las casas reventaron. De unos quince años para acá, Moóca re- [Ella cuenta, entonces, que después de herir a su marido, los ladrones
trocedió en esa parte. Moóca tuvo mucho progreso, pero retrocede por la entraron en la casa y le pidieron dinero y joyas. Entregó rápidamente una
población pobre. caja grande con joyas: «Les dimos todo». Los ladrones comenzaron a llevar-
-¿Pero antes no había pobres en Moóca? la junto con su hijo hacia los fondos de la casa, al cuarto de la empleada. En
-Antes no existía. La gente salía de sombrero, los profesores estaban de el camino ella abrió el canil y el dobermann saltó sobre los ladrones que dis-
sombrero. Yo usaba guantes y sombrero. De los quince a los dieciocho años pararon unos tiros que no alcanzaron a nadie y terminaron huyendo. Le
yo salía a la calle de sombrero. La Pra~a da Sé, la rua Direita, era una finu- pedí que me describiera a los ladrones:]
ra.3 Hoy la gente no va allá, no es posible, usted sabe cómo es. Tenían cara buena.s Uno era bajito, morenito, se ve que era del Norte.
[Comenzamos a conversar sobre lo que podría hacerse con relación a la El otro tenía cara blanca, pero siempre del Norte, debía de ser de Ceará.
pobreza y a los pobres que vivían allí.] [De su caso específico, pasa nuevamente a discutir los cambios en el
Deberían recibir más apoyo del gobierno. Apestaron todo, deberían barrio.]
volver todos para allá. El gobierno debería darles casas allá en el Nordeste Allá en Juventus hay casas lindísimas, pero todo con cercas. En las
para que ellos no necesiten venir acá... Hoy aquí en Moócu no se puede ni calles hay guardias en garitas. Aquí en Moóca todo el mundo se queda en-
salir de casa. Hace seis años que fui asaltada, y seis años que parece que cerrado: el ladrón queda afuera y nosotros encerrados. Y ni eso sirve. Mi
casa que fue asaltada tenía portón electrónico, intercomunicador. Los ladro-
nes entraron a lo del vecino -una casa que también era mía, estaba alquila-
da- y saltaron hacia mi casa y fueron a esconderse en el garaje. En Juventus
2. Nordestino se refiere a alguien proveniente del noroeste del Brasil. ti término es usado todas las casas son cerradas, pero si usted va a hablar con ellos, le van a con-
para referirse a la población de cualquier estado del norte, incluyendo Minas Gerais. Aunque es-
ta clasificación es geográficamente imprecisa, en Sao Paulo usualmente se refiere a los migrantes
(pobres en su mayoría) que llegaron a la ciudad en gran número entre 1940 y 1980. El término,
usado comúnmente con un sentido peyorativo, puede tener implicancias de color: los nordesti- 4. Nortista significa alguien del norte del Brasil (usualmente del Amazonas, Pará, Maran-
nos son considerados morenos o pardos, no blancos. hao, Piauí o Ceará). Sin embargo, se usa de manera indistinta con nordestino. Una vez más, la
3. Pra~a da Sé es la plaza central de Sao Paulo y la rua Direita es una de las calles más fa- clasificación no es geográficamente precisa, pero en Sao Paulo siempre se refiere a los migrantes
mosas de la antigua área del centro. Las instituciones financieras y los comercios y entreteni- (pobres).
mientos más sofisticados estaban ubicados en esta parte del centro hasta comienzos de 1960, 5. Significa en este caso que su aspecto no respondía al estereotipo criminal. Véase capítu-
cuando se desplazaron hacia la región sudoeste de la avenida Paulista. lo 2 para un análisis detallado.
tar sobre muchos asaltos. Los habitantes de Moóca están tristes a causa de persona que tiene doscientos, trescientos años de pena, ¿va a tener tantos
la falta de seguridad. No es solo Moóca, es toda Sao Paulo. Las escuelas pa- años de vida? En el caso de que hubiera pena de muerte, otra persona no ha-
recen cárceles. Antes era maravilloso, los niños estaban en las calles, el pue- ría lo mismo. Es mentira esa historia de que se va a castigar injustamente.
blo estaba en las puertas conversando, existía más amistad, las personas se Sería un ejemplo ... Debería verse lo correcto, con conciencia. Una persona
visitaban. Hoy se vive con miedo en Moóca. Hoy, preguntando en la calle, que tiene que cumplir una pena por tantos y tantos años ¿cómo vamos a sus-
cada uno tiene una historia para contar: si no fue asaltado, le sacaron la ca- tentar nosotros un vagabundo en la cárcel a 400 cruzados por día? En Moó-
dena, el anillo, la billetera. ca todo el mundo está a favor de la pena de muerte.
[Recuerda un robo en el que su hermana fue víctima: estaba volviendo [En ese momento su empleada entra en la sala para servir café con ga-
a pie del mercado con las compras cuando alguien le robó su billetera. Mu- lletitas y la patrona le pregunta si ella está a favor de la pena de muerte. An-
chas veces las personas llevan los carritos de compras con las mercaderías. Y te la respuesta afirmativa, ella comenta:]
concluye:] Ella es pentecostal y también defiende la pena de muerte, yo soy herma-
Moóca está apestada. na de sacerdote y también la defiendo. No habría tantas criaturas en la ca-
[Y en cuanto a lo que debería hacerse ... ] lle, qué madre deja al hijo en la calle sin pensar, por pobreza, por desver-
Tendría solución. Tendría que venir del gobierno. El gobierno debería güenza.6
dar asistencia a la pobreza. El barrio se volvió feo con las casas de vecindad. [A esa altura, habla de forma arrebatada y comenta:]
y el pobre es así, cuando no puede comprar las cosas que necesita, roba. Es Cuando me enfado, uso un vocabulario bien bonito ... Cuando estoy
falta de cultura también ... Moóca progresó mucho, creció mucho, hubo enfadada puedo hablar tan bien como un abogado. Antiguamente yo habla-
progreso de casas, edificios, pero tiene una cantidad de conventillos que no ba aun mejor, pero perdí el hábito ... No tengo más la práctica de hablar tan-
acaba más ... El gobierno debería cerrar la exportación, terminar con esta to. ¡Estoy enfadada! Cambié tanto con ese asalto, perdí las ganas de hacer
venida de gente del Norte. ¡Si usted supiera lo que dice mi marido cuando las cosas. Antes yo era feliz -éramos felices y no lo sabía-o La casa limpita,
pasa frente a una favela! ¡Está tan sublevado! Yo también. Perdí la salud bonita, todo en orden.
desde que fui asaltada. Salí de casa el mismo día, vendí todo aquello, tiré [Y comienza a contar nuevamente sus experiencias d/ asalto.]
todo ... Mi marido, usted no sabe lo que dice. Ve un conventillo, una favela, Dos meses antes del asalto mi empleada había ido a Minas. Un día, a
dice que una botella de kerosén y un fósforo resuelven todo en un minuto ... las 4 de la tarde, la casa estaba en orden, y yo estaba en casa toda vanidosa,
Moóca progresó mucho, pero tuvo regresión también. Los conventillos toda bien arregladita, con aros de brillante [los mismos que estaba usando
le sacaron la belleza a Moóca. Hoy el pueblo vende las casas y se va a depar- durante la entrevista], anillo igual, que todavía tenía en aquella época. Me
tamentos. senté para descansar ... A veces me sentaba al piano ... Sonó el timbre. Es
[Ella explica, entonces, que su casa, la que fue asaltada, era una casa re- bueno que ustedes lo sepan: era un muchacho blanco, con un guardapolvo.
formada en la cual la familia había invertido durante años. Era una casa con Si me pongo nerviosa no puedo hablar. Si oigo un caso, soy capaz de subir-
piscina y parrilla.] me a la tribuna, prender fuego a Sáo Paulo. Era un muchacho de mi altura,
No por snobismo, sino por confort para la familia. «El problema hoy estatura media, unos 22 años, delgado, delantal azul y con el emblema de la
en día es que no se puede tener el privilegio de poseer el sacrificio que uno perfumería Abaeté en el bolsillo, con un pequeño bloc y un lápiz. Tocó el in-
hace.» tercomunicador y dijo que tenía una entrega. Pregunté: «¿No está equivoca-
[Le gustó la frase, me pidió que la anotara y la repitió. Continuó ha- do?». Él dijo: «No, es aquí». Tenía un paquete así [muestra el tamaño de
blando de su casa.] una caja de zapatos], bien envuelto, con cinta, tarjeta. Preguntó: «¿Ahí no
Como vendí todo, perdí todo. Vendí de un día para el otro, vendí por vive José?»? «Sí, es mi hijo, pero aquí nadie compró nada.» Él se irritó:
nada, y todavía tuve el Plan Cruzado al día siguiente. Cuando fuimos a ver, «Uno trabaja, es empleado, y no quieren recibir la mercadería». Pensé: "Mi
el dinero ya no era más nada. Moóca retrocede por las casas de vecindad. hijo es joven, tal vez fue una admiradora, una noviecita que lo mandó».
Debería acabarse esa venida de gente hacia acá, deberían darse condiciones Mi suerte fue que en vez de abrir la puerta por el intercomunicador, bajé la
para ellos allá. Pero ese grupo es indolente también, no quiere saber nada de escalera de mármol, tomé la caja, era pesada, tomé el taloncito para firmar,
trabajar. Peor es la favela, los delincuentes están dentro de la favela. Ellos re-
ciben poco, pero si entras en una favela, ves un montón de televisores, ví-
deos, equipos de sonidos, ¿de dónde es? Todo robado... • 6. La narradora sugiere que los hijos de madres que -no piensan. y tienen hijos a los que
y ya les voy diciendo: yo estoy a favor de la pena de muerte para quien j no pueden cuidar, o porque son demasiado pobres o porque los tienen fuera del casamiento, cier-
la merezca. Aquí en Moóca estamos todos a favor de la pena de muerte. Yo tamente se convertirán en delincuentes. Ella no es quien elabora la idea, porque esta es muy co-
sé que la Iglesia condena la pena de muerte pero, a mi ver, castigo, tiene que mún. Analizo la asociación de madres solteras, pobreza y crimen en el capítulo 2.
haber un castigo para una persona que comete un error. Por ejemplo, una 7. Cuando se usaron nombres en la narración, los sustituí por otros ficticios.
de ahí me aparece con un revólver de este tamaño [muestra unos 20 a 30 víctima de un crimen violento es una experiencia extremadamente deso-
cm.], ahí dice. «¡Suba!»Apareció uno más, un morenito, con un estilete.Co- rientadora. Un crimen violento crea un desorden en la experiencia vivida
mencéa gritar, me sentaron, me arrastraron de rodillas, me tiraron en el ga- y provoca una desestructuración del mundo, una ruptura. La vida no fluye
raje. Quedé mal de la rodílla hasta hoy, del riñón... «¡Lesdoy todo, no me del mismo modo que antes. Como muchos me dijeron repetidamente:
hagan nada!» Pero, con el grito, mi vecinapensó que María José --queera mi «Nunca más se pierde ese miedo». Es una creencia común que quienes fue-
empleada, que era del tipo escandaloso, que gritaba mucho-, pensó que ella ron víctimas de un crimen y quienes no lo fueron tienen opiniones diferen-
había llegado de Minas y abrió su puerta. Fue mi salvación, se mandaron tes sobre el crimen y la violencia, e incluso sobre la sociedad y la ciudad.
mudar, yo tódavía tuve que abrirles la puerta. Dos meses después, exacta- Aun cuando las entrevistas no sean totalmente concluyentes con respecto
mente, volvieron. Estuvedos mesesen cama, oriné sangre, me saqué radio- a cómo cambian las opiniones a partir de experiencias de crimen, mostra-
grafías de la rodilla, tuve que hacerme infiltraciones No salgo de noche, ron de forma muy clara que la experiencia de violencia siempre provoca
no hago ni una visita. Hoy vivo en departamento Ese trauma nunca se cambios. Generalmente, la experiencia de un crimen violento está seguida
pierde. Mi hijo tiene 28 años, ¡el miedo que tiene mi hijo! Yo era tan feliz.
de reacciones tales como cercar la casa, cambiar de domicilio, controlar
Era feliz y no sabía. Era una persona activa, estaba moviéndome todo el
las actividades de los niños, contratar agentes de seguridad, no salir a la
tiempo, hacía trabajitos para los pobres...
En Moóca todo el mundo tiene miedo, por eso todo el mundo se va. La noche, evitar ciertas áreas de la ciudad, etcétera, todas acciones que refuer-
población fina se va y los nordestinos vienenllegando, nosotros les estamos zan el sentimiento de pérdida y restricción así como la sensación de una
dando espacio... existencia caótica en un lugar peligroso. Las experiencias de crimen tam-
Cuando me asaltaron la segunda vez estaba con mi cuñado, hermano bién son seguidas por el habla del crimen, en el cual el acontecimiento es
de mi marido, en casa. Hacía diecisietedías que estaba en el Brasil,tuvo un contado y discutido innumerables veces.
infarto y murió. Hacía ocho días que estaba aquí cuando fue el asalto. Él es- Con todo, a medida que la historia es contada y recontada, en vez de
taba durmiendo. Había venido a pasear y a tratarse. Le digo a mi marido crear una ruptura, el crimen es precisamente lo que organiza toda la
que no fue a causa del asalto, pero mi marido piensa que no, que él se que- narración, estableciendo marcas temporales estáticas y prestando sus
dó asustado... Uno de los asaltantes tenía un puñal y se quedó con él cerca categorías a otros procesos. A medida que las narraciones se repiten, el
de los ojos de mi hijo. Su consultorio está lleno de rejas, ventanas cerradas, barrio, la ciudad, la casa, los vecinos, todos adquieren un significado di-
puertas cerradas, ¿sepuede vivir así? .. ferente a causa del crimen. En el caso transcrito más arriba, la llegada de
Ahora las personas solo se encuentran en los entierros. El círculo de los nordestinos al barrio ocupa una posición equivalente a la del crimen,
amistades, de coterráneos, de compatriotas se está deshaciendo.La amistad
dividiendo la historia local entre antes y después. Igual que lo que el cri-
se va distanciando debido al miedo de salir a la noche. ¡Mira qué linda sen-
men hace a la biografía de la narradora, la llegada de nordestinos/delin-
tencia!
¡Era tan diferente la Moóca que yo conocí! Sepodía vivir,salir sin este cuentes hace al barrio.
pavor. Cuando la población era menor, existía más tranquilidad. A Moóca En las narrativas el crimen organiza la estructura de significado y, al
la apestaron, la volvieronfea. hacerla, combate la desorganización de la vida producida por la expe-
riencia de ser víctima de la violencia. Mientras tanto, ese uso del crimen
La mayor parte de las narraciones de crimen que oí introduce el epi- como divisor entre un tiempo bueno y otro malo simplifica el mundo y la
sodio del crimen mencionando la hora exacta en que ocurrió. También experiencia. Recurso retórico que da dramatismo a la narración, la divi-
siempre proporcionan detalles sobre el lugar, las circunstancias y el carác- sión entre antes y después acaba reduciendo el mundo a la oposición en-
ter habitual de lo que estaba ocurriendo inmediatamente antes, creando tre el bien y el mal, que es la oposición central que estructura las reflexio-
una marca precisa de ruptura a través de la elaboración de pequeños nes sobre el crimen. Al hacer esa reducción, las personas normalmente
detalles. Ellas representan un acontecimiento que tuvo el poder de in- presentan relatos simplistas y tienden a crear caricaturas: el antes acaba
terrumpir el flujo monótono del día a día, cambiando su esencia para por volverse muy bueno, el después, muy malo. En el caso anterior, antes
del asalto, ella «era feliz y no lo sabía». Las descripciones de la felicidad
siempre; un acontecimiento que sobresale a causa de su absurdo y su gra-
pre-crimen se vuelven noveladas: la casa con una escalera de mármol, pis-
tuidad.
cina y parrilla; los brillantes usados una tarde cualquiera; un momento de
En las narrativas de crimen, ese acontecimiento traumático divide la
calma para sentarse al piano; en una palabra, confort, orden y esta tus in-
historia en «antes» y «después». Esa división ordenada hace que el crimen
terrumpido por el timbre fatídico. Después del asalto, la vida se vuelve un
asuma en la narración el efecto contrario al que tuvo en la experiencia: ser
infierno: todo perdió gusto, ella y el marido perdieron la salud, el hijo se cambios en el barrio y en el espacio de la ciudad se les atribuye la misma
llenó de miedo, ellos perdieron dinero y estatus. Vendieron su linda casa estructura de significado que la experiencia del crimen, pues ambas tie-
de la noche a la mañana y se mudaron a un edificio de departamentos. nen un antes y un después cuyo punto de ruptura está relacionado con el
No consideran que eso sea un modo de vivir confortable ya que no pue- crimen. Antes había progreso; después, retroceso. Antes había calles so-
den demostrar su estatus y disfrutar de los resultados de los muchos años fisticadas en las que los hombres y mujeres paseaban de guantes y som-
de sacrificio que pasaron para construir una residencia respetable y una brero; después, sólo lugares adonde nadie pensaría ir. Antes el barrio era
buena posición social. También es interesante notar que en la narración pequeño, elegante, lleno de antiguos conocidos y cordiales, con niños ju-
anterior se cuentan dos episodios de crimen, distantes dos meses uno del gando en las calles, conversaciones en la vereda, bellas casas, confort y
otro, pero ellos se funden simbólicamente en varios momentos para justi- ninguna pobreza visible; después había un barrio más grande y lleno de
ficar los cambios en la vida cotidiana. Aunque las circunstancias y los ac- miedo, habitantes pobres y conventillos, cercas y crimen, edificios de
tos de cada uno sean diferentes, estos no sólo son presentados de la mis- departamentos y personas aprisionadas en sus viviendas. Antes había una
ma forma, como capaces de provocar efectos similares (problemas de intensa sociabilidad local; después, la reducción de los encuentros con los
salud y pérdida de dinero y estatus), sino que también a veces se funden amigos a los funerales. En este caso, el trauma fue la "invasión» (como el
para transformarse en una experiencia unificada. robo en una casa) del barrio y de la ciudad por habitantes pobres, los del
Las reducciones hechas en el ámbito de la narración llegan hasta el norte que viven en los conventillos y en las favelas. Muchos residentes de
punto de distorsionar los hechos de modo de hacerlos encajar en la histo- Moóca repiten la misma historia sobre el barrio: entre la mitad de la dé-
ria. La narradora piensa que con la mudanza al departamento no solo cada de 1970 y el comienzo de la de 1980, las viejas casas comenzaron a
perdió confort y estatus, sino también dinero, y culpa al Plan Cruzado ser transformadas en conventillos y llegó una inmensa población nueva.
por la pérdida, un plan económico y monetario de 1986 que tenía como Los nuevos residentes, considerados más pobres, son identificados como
objetivo controlar la persistente inflación elevada. En ese punto la narra- delincuentes por la mayoría de las personas que entrevist~allí. Su llegada
ción se hace confusa. Ella alega que perdieron dinero porque vendieron la es equiparada a una infección.
casa un día antes del Plan Cruzado. Mientras tanto, dijo muchas veces Hay dos reducciones importantes embutidas en esa versión de la his-
que el asalto había ocurrido seis años antes y que estaba viviendo en el toria del barrio. Primero, ella atribuye todos los cambios a la llegada de los
departamento hacía seis años -lo que daría 1983, ya que la entrevista fue nuevos residentes, acusados de ser delincuentes (de la misma forma que la
hecha en septiembre de 1989-. El marido y la hermana, con quienes tam- narradora reduce a un episodio de crimen los factores que cambiaron su
bién conversé, confirmaron después que se habían mudado seis años an- vida). Una vez más el crimen ofrece un código simplificado para lidiar con
tes, lo que significa que probablemente ella agregó el Plan Cruzado a su otros cambios sociales. En las últimas décadas, ciertamente Moóca pasó
narración con el objetivo de indicar que su pérdida individual fue causa- por una serie de transformaciones. Las viejas fábricas de la primera fase de
da por la crisis económica del país, no por su fracaso personal. Además, la industrialización de Silo Paulo comenzaron a cerrar a medida que el
ella asocia la experiencia de vivir todo el tiempo bajo una inflación eleva- polo industrial fue trasladándose hacia otras partes de la región metropo-
da -una situación en que el valor del dinero es volátil y las personas no litana, y el tipo de actividad industrial se fue modificando. El dinamismo
saben cuánto van a valer sus bienes al día siguiente- con la ruptura de económico de Moóca disminuyó y con ese cambio el barrio perdió parte
bienes y valores que el robo acarrea. Por haber cambiado propiedad por de su carácter típicamente industrial. Eso se acentuó con la transforma-
dinero, ella perdió. Al asociar en su narración el momento del crimen con ción del espacio urbano asociada a la apertura de nuevas avenidas y la
la instauración del plan económico y el colapso de su mundo, la narrado- construcción del metro, lo que causó la demolición de numerosos edificios
ra revela cuánto el crimen, la crisis económica y la decadencia social es- antiguos, tanto residenciales como comerciales. Moóca también viene per-
tán interrelacionados en la percepción de los habitantes de Silo Paulo, es diendo población hace cuatro décadas, es decir desde 1950, cuando el cen-
decir, cómo la biografía y las condiciones sociales se entrelazan. Es im- tro de la producción industrial se trasladó hacia otras áreas de la región
portante notar, sin embargo, que es el crimen el que abastece al lenguaje metropolitana, y desde que la ciudad recibió el mayor contingente de mi-
para expresar otras experiencias como inflación y decadencia social, no grantes del Norte y Noreste durante este siglo. A medida que la dinámica
lo contrario. económica y social de la ciudad cambió, especialmente durante la próspe-
La biografía y las condiciones sociales coinciden en esa narración de ra década de 1970, aquellos residentes de Moóca que tenían recursos pre-
otra forma por medio de la intervención del universo del crimen: a los firieron mudarse hacia regiones de la ciudad más identificadas con las da-
ses medias, en vez de permanecer en un lugar todavía visto como indus- el nordestino de la narración es una categoría esencializada, destinada a
trial, étnico (principalmente italiano) y que enfrentaba una decadencia simbolizar el mal y explicar el crimen. Es simplista y caricaturesco (lo que
económica. De hecho las viejas residencias fueron abandonadas, pero eso no significa que no afecte las relaciones sociales). Es producto de un pen-
tiene que ver con las transformaciones socioeconómicas que incluyen una samiento clasificatorio relacionado con la producción de categorías esen-
movilidad ascendente de antiguos residentes, así como con la decadencia cializadas y la naturalización y legitimación de desigualdades (véase capí-
económica, pero no necesariamente con el crimen. A medida que los resi- tulo 2 y Malkki, 1995: 256-257). Es revelador, asimismo, que migrantes
dentes en mejores condiciones se trasladaron de la región y la industria lo- del Nordeste hayan sido seleccionados por los residentes de Moóca para
cal decayó, muchas construcciones fueron realmente transformadas en ser blanco de sus acusaciones y representar la categoría del delincuente.
conventillos, por medio de un proceso que no es sólo típico de Moóca si- Aunque el habla del crimen constantemente elabore categorías esenciali-
no también de todos los viejos distritos industriales.8 zadas y preconceptos, su contenido cambia en contextos sociales diferen-
Así y todo, el barrio también cambió debido a un proceso que con- tes, es decir, el blanco del pensamiento categorizante varía. El prejuicio
vencionalmente se llamó aburguesamiento [gentrification]. A medida que contra los nordestinos existe en todos lados, pero la cuestión es por qué
las antiguas áreas residenciales se convirtieron en áreas de comercio, una ellos son tan señalados como delincuentes en Moóca, mientras que en
nueva área decaída fue transformada por las inversiones para las clases otros barrios la caracterización principal de los delincuentes varía. Proba-
media y alta. Esta área aburguesada (Juventus) comenzó a construirse en blemente eso está relacionado con el hecho de que la mayoría de las fami-
la década de 1980, con muchos edificios de departamentos. Los integran- lias de Moóca es descendiente de inmigrantes y que los habitantes de la
tes de las clases medias que habían permanecido en la parte más antigua ciudad normalmente ven al barrio como un lugar de inmigrantes. Debido
del barrio, como la señora de la narración con la que estamos trabajan- a que el rótulo inmigrante también se aplica a los residentes que entrevis-
do, sintieron profundamente las transformaciones, ya que afectaron radi- té (como la narradora anterior, una hija de inmigrantes italianos) y que
calmente sus vidas cotidianas locales y sus patrones de sociabilidad. El as- ellos sienten que hay diferenciaciones sociales en el barFio que precisan
pecto que quiero enfatizar, sin embargo, es cómo el crimen ofrece un ser mantenidas, se sienten impelidos a tomar distancia de aquellos otros
lenguaje para expresar, de manera sintética, los sentimientos relacionados migrantes más recientes. En otras palabras, el principio clasificatorio que
con los cambios en el barrio, en la ciudad y en la sociedad brasileña de está funcionando aquí es que la categoría que está más próxima al narra-
modo general. Esos cambios son vistos como un retroceso por los viejos dor -pero que es diferente-, debe ser más enfáticamente distanciada y
residentes y su asociación con la invasión del barrio por «delincuentes» condenada. La mezcla de categorías produce ansiedad cognitiva y condu-
expresa sus puntos de vista de una forma convincente. El crimen es malo, ce a la abominación, como nos recuerda Mary Douglas en su estudio so-
no hay dudas con respecto a eso; asociar los cambios en el barrio a delin- bre clasificación: «Inmundicia o suciedad es lo que no debe ser incluido si
cuentes es atribuir un valor claramente negativo a esos cambios. es necesario mantener un patrón» (1966: 40). Para distinguirse de los
La segunda reducción es aquella embutida en la categoría de los nor- nuevos migrantes, los más antiguos los tratan simbólicamente como con-
destinos, caracterizados con los términos más despectivos: ignorantes, taminantes y los asocian al crimen y al peligro.
perezosos, sucios, inmorales. En una palabra, son delincuentes. Esos tér- Hoy, muchos residentes de Moóca son de la segunda o la tercera
minos despectivos muchas veces son los mismos que han sido usados en generación, pero sienten como si el lugar fuese definitivamente de ellos.
el Brasil desde la época de la conquista para describir al indio, al esclavo Exhiben una fuerte identidad local y un sentido de territorio que es gene-
africano, al trabajador, al pobre, y los analizo con más detalle en el próxi- ralmente desconocido en otras áreas que investigué. Además, sienten que
mo capítulo. En Moóca, se considera que todos esos vecinos indeseados ascendieron socialmente en relación con sus padres -un proceso que la
vinieron del Nordeste: migrantes, como los padres de muchos residentes, crisis económica puso en riesgo-. Eligen, entonces, a los recién llegados,
pero del empobrecido Nordeste y no de Europa. Está claro, con todo, que migrantes como ellos, pero que llegaron después y son más pobres, para
expresar los límites de su comunidad y acentuar su propia superioridad
social. Los recién llegados son tachados de extranjeros -como los padres
8. De acuerdo con la Fipe [Funda~¡¡o Instiruto de Pesquisas Economicas] (1994: 7-9) Moó-
de los residentes más antiguos- pero también de invasores que están des-
ca tenía el 9% de los casi 24.000 conventillos de la ciudad, además del 16,12% de las familias
que vivían en ese tipo de vivienda. El número medio de familias por conventillo en Moóca era
truyendo el lugar que los residentes de Moóca y sus padres conquistaron
del 12,1, casi el doble de la media de la ciudad. Para más informaciones sobre conventillos, véa- y construyeron para sí. Los procedimientos para conservar simbólica-
se el capítulo 6. mente a los nordestinos a distancia son bien conocidos: son descritos
como menos que humanos, peligrosos, sucios y contaminantes; son habi- inconcebible para ella que pudiese ser de otra forma. Ella debe apegarse
tantes de lugares impropios, como conventillos o favelas. Así, se dice que a los estereotipos disponibles y aplicados rigurosamente para entender el
su presencia en el barrio arruina todos los alrededores: ellos «apestaron» absurdo de los asaltos y de los cambios en su vida y en el barrio. Las ca-
el barrio, repite la narradora para puntuar su historia. Su pobreza ame- tegorías son rígidas: no están hechas para describir el mundo de forma
naza el estatus social de todos los residentes. Los nordestinos representan precisa, sino para organizado y clasificado simbólicamente. Están hechas
el proceso de decadencia social que muchos en el barrio están atravesan- para combatir la ruptura en el nivel de la experiencia, no para describir-
do o temen. Al mismo tiempo, esa asociación mantiene ese proceso lejos la. Esto no quiere decir que la descripción sea imposible: está ahí, los la-
de ellos -los antiguos migrantes sugieren que no son tan pobres como los drones eran blancos y de buena apariencia, ella confundió a uno de ellos
nordestinos-; ellos son más afortunados, tienen sus propias casas (aun- con un trabajador. Pero eso es parte de la desorganización del mundo, de
que las pierdan por el crimen y el miedo o entonces por la inflación). la experiencia de violencia y decadencia social que reintroduje varias
En suma, el nordestino es, para el residente de Moóca, la imagen sin- veces en la narración al solicitar detalles. En la narrativa organizada, los
tetizada de todo lo que es malo y reprobable, y consecuentemente, delic- delincuentes precisan ser no-blancos del Nordeste, de los conventillos y
tivo. El nordestino representa peligro, no sólo el peligro del crimen sino de las favelas, el lugar propio a los delincuentes. El «desreconocimiento»
también de la decadencia social. Como una síntesis del mal, la categoría es inherente a la reorganización simbólica del mundo. Es parte del esfuer-
de nordestino no corresponde a la realidad, aun cuando sea un poderoso zo para dar nuevo significado a una realidad que no tiene más sentido,
instrumento para expresar evaluaciones de esa misma realidad. Así y que sufrió una ruptura y/o que está cambiando.
todo, en razón de la distancia que esa imagen guarda con relación a la Algunas veces la narradora reconoció el carácter simplista o incluso
realidad, hay siempre una tensión entre su uso en el habla del crimen y los absurdo de sus categorías y opiniones. Por ejemplo, en un determinado
relatos de detalles de acontecimientos. punto ella se distancia de la versión más extrema de los prejuicios contra
El habla del crimen y la elaboración de las categorías del delincuen- los habitantes de las favelas diciendo que la idea de quemados a todos es
te son simultáneamente un tipo de conocimiento y un «desreconocimien- de su marido, no de ella. Más adelante, modera su defensa de la pena de
to» [misrecognition]. Ésta no es una característica exclusiva del habla del muerte y su difamación de los nordestinos al reflexionar sobre su ira y el
crimen, pero sí algo que comparte con otros tipos de pensamientos clasi- carácter vehemente de su discurso: «cuando estoy enfadada puedo hablar
ficatorios tales como el racismo. Analizando el racismo como una especie tan bien como un abogado», observó ella. Un abogado es también un
de conocimiento, Étienne Balibar argumenta que «el complejo racista personaje estereotipado, asociado con la corrupción, con la manipula-
combina inextricablemente una función crucial de desreconocimiento ción de la ley posible para aquellos que tienen el poder y con maestría en
(sin el cual la violencia no sería tolerable para las propias personas en- el uso de las palabras para engañar.
vueltas en él) y una «voluntad de conocer», un deseo violento por cono- En suma, el habla del crimen se ocupa no de descripciones detalladas
cimiento inmediato de relaciones sociales» (1991: 19). Esta combinación de los delincuentes, sino de un conjunto de categorías simplistas, algunas
genera una gran ambigüedad cuando las personas intentan simultánea- imágenes esencializadas que eliminan las ambigüedades y mezclas de ca-
mente organizar el pensamiento y la narrativa usando esas categorías y tegorías de la vida cotidiana, y que circulan especialmente en momentos
dar cuenta de detalles y experiencias específicos. Aunque la ambigüedad de cambio social. El habla del crimen no está hecha de visiones equilibra-
pueda evitarse cuando la tarea a mano es simplemente establecer las ca- das, sino de la repetición de estereotipos, aun cuando se reconozca su ca-
tegorías y elaborar un discurso general sobre el crimen, se vuelve inevita- rácter simplista. El habla del crimen elabora prejuicios. Aun así, por el
ble cuando las personas lidian con detalles específicos. hecho de que el desreconocimiento puede ser reconocido, el habla del cri-
Ese tipo de ambigüedad es claro en el caso que estoy analizando. La men es también ambigua, con deslices que revelan posibles dudas del
narradora concluye que el hombre que le robó, aunque fuera blanco y tu- narrador con relación a sus esencializaciones. Esas ambigüedades persis-
viese una «buena cara», sólo podía ser del Norte, probablemente de ten en las narrativas de crímenes en la forma de alternancia s de categorías
Ceará. En los dos robos los delincuentes no se conciliaban exactamente bien definidas y pequeños comentarios que dan cuenta de esos aspectos
con la imagen que ella hace de un nordestino/delincuente. En uno de los
casos ella llegó incluso a confundir al ladrón con un trabajador y me in-
i de la realidad que no se encuadran en la descripción estereotipada. Per-
manecen especialmente aparentes en los innumerables comentarios sobre
sistió: «¡Era un muchacho blanco!». Pero en sus comentarios sobre el cri- los pobres. En general, las personas más pobres de un área se asocian
men, ella insiste en usar la imagen del nordestino/delincuente, ya que es a los delincuentes y siempre son referidas en los términos más despecti-
vos, inclusive por los mismos pobres. Mientras tanto, todos reconocen claridad simbólica ayuda a controlar la violencia. En segundo lugar, están
que la pobreza no sólo es excesiva, sino también que ha crecido mucho en quienes argumentan que la narración realiza la mediación de la violencia
los últimos tiempos a medida que la sociedad brasileña se va haciendo y la ayuda a proliferar. Mi intención no es desarrollar una teoría general
más desigual que nunca. Eso fue reconocido por todas las personas con de la relación entre violencia y significación, sino llamar la atención ha-
las que hablé, incluso por la entrevistada que vengo citando, que piensa cia las particularidades de las narrativas del crimen e indicar cómo están
que las condiciones de vida de los pobres están deteriorándose, que las relacionadas con la reproducción de la violencia y con otros procesos so-
políticas gubernamentales en relación con la pobreza son ineficaces y que ciales, especialmente la democratización. Las narrativas de crimen, al tra-
considera su trabajo filantrópico como parte del «antes», o sea, el perío- tarse del desorden de la experiencia causada por el crimen (o por uno de
do en el cual ella era feliz y su vida estaba en orden. Su piedad y su enten- los procesos de ruptura que el crimen simbólicamente expresa), producen
dimiento de las condiciones sociales, mientras tanto, tienen que ser prác- un cierto tipo de significación. Esas narrativas son simplistas, intoleran-
ticamente silenciados para que su historia tenga sentido y para que sea tes y marcadas por prejuicios y estereotipos. Contradicen el discurso y las
presentada ante mí como un caso convincente. Ellos son silenciados para iniciativas democráticas, exactamente los tipos de práctica que la socie-
que los estereotipos puedan tomar el primer plano. dad brasileña estaba intentando consolidar cuando el crimen se volvió el
El crimen provee un simbolismo con el cual discutir sobre otras co- habla de la ciudad. Además, aunque las aguzadas distinciones del habla
sas que son percibidas como erradas o malas, pero sobre las cuales puede del crimen reordenen de hecho las experiencias perturbadas por la violen-
no existir consenso de interpretación o vocabulario. También ofrece el
cia, no son eficaces para controlar esta violencia. Por el contrario, ellas
simbolismo con el cual discutir sobre otros procesos de pérdida, como los
reproducen el miedo y la violencia.
procesos de movilidad descendente. Además, el crimen provee una dra-
En su ambicioso estudio Violence and the Sacred [La violencia y lo
matización para la narrativa de eventos que carecen de ese carácter
sagrado] (1977), René Girard ofrece lo que llama una teoría científica de
dramático -por ejemplo, un proceso de cuatro décadas de cambios en un
la transformación de la violencia en cultura, más exactamente, del meca-
barrio-, pero cuyas consecuencias pueden ser perturbadoras para los in-
nismo generativo capaz de controlar la violencia y simbolizar el pasaje de
dividuos que las experimentan. En el habla del crimen, el miedo al crimen
lo no humano hacia lo humano (1977: 309, 311). Girard describe los
se mezcla con la ansiedad sobre la inflación y la posición social; la condi-
procesos sociales de violencia recíproca generalizada (como una serie de
ción individual se entrelaza con la situación social y con las transforma-
ciones en la ciudad, en el espacio público y en el barrio; las experiencias venganzas privadas) al modo de una crisis sacrificial, que él define como
biográficas reflejan las condiciones sociales. En verdad, es la traslación
una crisisde distinciones-o sea, una crisisque afecta el orden cultural-oEl
recurrente y la reflexión continua de esos diferentes niveles por medio del
orden cultural no es nada más que un sistemareguladode distincionesen el
vocabulario del crimen y sus categorías, los que traen dramatismo a la que las diferenciasentre individuosson usadas para establecersu «identi-
evaluación de los actuales dilemas de la sociedad. dad» y sus relacionesmutuas... Orden, paz y fecundidaddependende dis-
tincionesculturales:no son esas distincionessino la pérdida de ellas lo que
da origena rivalidadesferocesy lanzaa los miembrosde la mismafamiliao
grupo socialunos contra los otros... Esa pérdida fuerza a los hombresa un
enfrentamientoperpetuo, que los despoja de sus característicasdistintivas
La violencia siempre presenta problemas de significación. La expe- -en resumen, de su .identidad»-. El propio lenguajees puesto en riesgo
riencia de violencia rompe el significado, una ruptura que la narración in- (Girard, 1977: 49, 51).
tenta contrabalancear. Pero las narrativas también pueden hacer prolife-
rar la violencia. Las discusiones teóricas sobre violencia frecuentemente Así, una crisis sacrificial es una especie de guerra de todos contra to-
traen insertas dentro de sí teorías de lenguaje y simbolismo así como dis- dos en la cual los hombres (este es el lenguaje de Girard) pierden sus dis-
cusiones sobre la construcción o la destrucción del orden cultural. A con- tinciones en la medida en que son nivelados por la violencia. La solución
tinuación, considero algunas de esas discusiones, que pueden ser dividi-
das en dos perspectivas. En primer lugar, están aquellos autores que
i que él propone para esta crisis es una sustitución sacrificial, en la cual la
sociedad unánimemente concuerda con un acto de violencia contra una
analizan la violencia desde la perspectiva del orden cultural y que consi- víctima solitaria, la víctima expiatoria, que simbólicamente representa a
deran que la violencia pone en riesgo el lenguaje e, inversamente, que la todas las víctimas potenciales (Girard, 1977: 81-82). Analizada por Gi-
rard por medio de la tragedia y del mito de Edipo, la víctima expiatoria riencia inherentemente desordenada. Sólo exagerando la diferencia entre
transforma la violencia generalizada y el caos en orden social. Su sacrifi- dentro y fuera, arriba y abajo, macho y hembra, a favor y en contra, es
cio combina violencia b~na y mala, la violencia que mata y la violencia que se crea una apariencia de orden. En ese sentido, no tengo miedo a la
que restaura el orden. La violencia unánime ejercida contra la víctima ex- acusación de haber hecho parecer excesivamente rígida a la estructura so-
piatoria inicia un ciclo constructivo, aquel de los ritos sacrificiales y de la cial» (1966: 4). Para ella, rechazar la contaminación equivale a rechazar
religión. En ese ciclo la violencia generativa (la unánime) es constante- la ambigüedad, la anomalía y el desorden. «La reflexión sobre la sucie-
mente evocada por medio de rituales repetitivos, manteniendo· la violen- dad envuelve la reflexión sobre la relación de orden y desorden, ser y no
cia recíproca bajo control y permitiendo que la cultura florezca. Para Gi- ser, forma y ausencia de forma, vida y muerte» (1966: 5). De esa forma,
rard, «el acto original de violencia es la matriz de todas las significaciones para Douglas, los esfuerzos para crear orden y distinción (que combaten
mito lógicas y rituales» (1977: 113). El propósito de los rituales es conso- el peligro, la contaminación y, podríamos agregar, la violencia) son em-
lidar la diferencia entre el bien y el mal, seleccionar una cierta forma de prendimientos culturales fundamentales.
violencia y marcada como buena y necesaria en oposición a otras formas El análisis de Elaine Scarry, aunque también oponga violencia y len-
que son consideradas malas. guaje como Girard, presenta un argumento diferente, toda vez que ella no
La teoría de Girard se apoya en la suposición no comprobada de se preocupa por la cuestión del orden social. Su análisis de la tortura co-
que la violencia es inherente a los seres humanos, que tanto la agresivi- mienza con el presupuesto de que <<elsufrimiento físico no sólo se contra-
dad como la venganza son propias de la naturaleza humana y que la vio- pone al lenguaje sino que lo destruye activamente, causando una rever-
lencia es contaminante, comunicable y «se propaga como fuego» (1977: sión inmediata a un estado anterior al lenguaje, a los sonidos y gritos que
31). Además, su argumento presupone que la violencia es paradojal en un ser humano produce antes de aprender el lenguaje» (1985: 4).' La tor-
su naturaleza: es como sangre, una sustancia que puede «manchar o lim- tura también «imita (objetiva en el ambiente externo) esa capacidad de
piar, contaminar o purificar, llevar a los hombres a la furia y al asesina- destrucción del lenguaje en su interrogación, cuyo propó~to no es extraer
to o a apaciguar su rabia y restaurar su vida') (1977: 37). La violencia infOJ:maciónnecesaria sino deconstruir visiblemente la voz del prisione-
sólo puede ser controlada por medio de violencia, esto es, la buena y le- ro» (1985: 20). La estructura de la tortura es la estructura del deshacer.
gítima violencia que dirige la violencia mala hacia los «canales adecua- Para Scarry el punto principal de la tortura no es la verdad, sino el poder.
dos» (1977: 31). Así, el tema principal en el control de la violencia es la Esa estructura se opone a aquella del hacer, crear, significar, en resumen,
capacidad de la sociedad de mantener la distinción y la separación entre la estructura del lenguaje.
violencia buena y mala. «Mientras pureza e impureza permanezcan dis- Mientras autores como Girard y Scarry oponen violencia y lengua-
tintas, incluso la peor contaminación puede ser lavada; pero una vez que je, hay otros que sostienen el argumento contrario, es decir, que la narra-
se permite su mezcla, la purificación no es más posible» (1977: 38). De tiva ayuda a la violencia a circular 'Y a proliferar. En su estudio sobre
acuerdo con Girard, esta distinción sólo puede ser mantenida por una terror Yviolencia durante el boom del caucho en la región de Putumayo,
autoridad de amplia legitimidad que, siendo capaz de sancionar la vio- en Colombia, Michael Taussig argumenta que el terror está mediado por
lencia en una forma culturalmente enclaustrada, mantenga las distincio- la narración (1987: 127). Para él, el embate colonial fue un embate mol-
nes entre bien y mal, violencia legítima e ilegítima, el sistema judicial y deado en un espacio de desentendimiento y creó una cultura de terror
la venganza. Esa autoridad sería, entonces, capaz de desempeñar repeti- basada en el imaginar Yen la reproducción del miedo. Por medio del tra-
damente los rituales controlados (violencia buena) necesarios para re- bajo colonial de fabulación, la realidad de volvió incierta y fue la violen-
producir el orden y el simbolismo. cia la que estructuró las interacciones sociales. Reconocer la imbricación
La teoría de Girard sobre la crisis sacrificial y su control no está cier- de violencia con narración tiene, según Taussig, implicancias para el tra-
tamente en conflicto con el análisis de la materia fuera de lugar de Mary bajo del antropólogo: como el terror se alimenta por la narración, es di-
Douglas. En ambos casos, lo que permite el control del peligro y el man- fícil escribir en contra de él (véase también Taussig, 1992). Aunque él
tenimiento del orden social es la claridad de las categorías. Douglas igua-
la el desorden a la suciedad y considera a los esfuerzos para evitada como
9. Véase Daniel (1996: cap. 5) para un análisis etnográfico de la tortura y del terror que
creativos y útiles para ayudar a unificar la experiencia. «Creo que las corrobora la hipótesis de Scarry. Las discusiones sobre la tortura siempre se refieren a la produc-
ideas de separación, purificación, demarcación y punición de las trans- ción de significado toda vez que la tortura es comúnmente asociada a las cuestiones de la verdad
gresiones tienen como función principal la sistematización en una expe- y de la ley. Discuto estos temas en el capítulo 9.
escribe contra la violencia e intenta encontrar un medio de producir ex- un acto de sacrificio es incapaz de establecer la diferencia entre la violen-
trañamiento en relación con ella. Además sugiere que el terror puede te- cia ilegítima que mata y la violencia legítima que cura. Éste sólo repite el
ner efectos inesperados, toda vez que su simbolismo ayuda a dar a los mismo significado y de esa forma se suma a la «circularidad de la míme-
chamanes contemporáneos su poder de curar. Las imbricaciones de vio- sis violenta» (1991: 264). Al resaltar cómo la violencia asimila aquello
lencia, orden y significación se vuelven, entonces, sustancialmente más que supuestamente debería estancarla (sacrificio y narración), Feldman
complejas. . nos presenta una formación cultural destinada a repetirse a sí misma y a
El análisis de la violencia política en Irlanda del Norte realizado por su violencia política indefinidamente. En ese escenario no hay posibilidad
Allen Fe!dman (1991) también contribuye a exponer la complejidad de esas de cambio y resignificación, ya que todo permanece dentro del ciclo de
imbricaciones. Como Taussig, que considera que la cultura del colonialis- violencia mimética.
mo está inscrita en el cuerpo y que el significado es producido en e! cuerpo Los análisis de Taussig y Feldman sobre el papel del simbolismo en la
de los dominados, Fe!dman argumenta que la cultura política de Irlanda del reproducción de la violencia, así como mi análisis sobre los efectos del
Norte está basada en la «comodificación del cuerpo» (1991: 8). Para él, el habla del crimen en la reproducción del miedo y de la violencia en Siio
instrumento político por excelencia en Irlanda es el cuerpo, e! cual es si- Paulo, indican que los problemas de significación presentados por la vio-
multáneamente víctima y perpetra dar de la violencia y por medio del cual lencia no son simplemente una cuestión de estabilizar distinciones e
no sólo ocurren las transformaciones sociales, sino que también se visua- intentar establecer el orden. El habla del crimen y el crecimiento de la vio-
liza la historia (1991: 9). «La formación múltiple del cuerpo por la vio- lencia en la Siio Paulo actual indican la existencia de intrincadas relacio-
lencia, por tecnologías políticas y por el ritual jurídico, lo convierten en nes entre violencia, significación y orden, en las cuales la narración tanto
un texto inscrito y en un agente de inscripción, en un instrumento conta- combate como reproduce la violencia. De hecho, el habla del crimen hace
minado y contaminador, un "haciendo" y un siendo "hecho". Esa cons- proliferar la violencia al combatir y reorganizar simbólicamente el mun-
trucción ambivalente del cuerpo y su establecimiento como una forma do. El orden simbólico engendrado en el habla del crimen no sólo discri-
política son contemporáneos a la institucionalización de la violencia co- mina algunos grupos, promueve su criminalización y los transforma en
mo un mecanismo que se perpetúa por medio de intercambios y de míme- víctimas de la violencia, sino que también hace circular el miedo a través
sis» (1991: 144-145). Feldman argumenta que las narrativas orales se re- de la repetición de historias y, sobre todo, ayuda a deslegitimar las insti-
montan al cuerpo que fue fragmentado por la violencia. Al hacer esto, las tuciones del orden ya legitimar la privatización de la justicia yel uso de
narrativas tienen el mismo efecto que la violencia política: testimonian la medios de venganza violentos e ilegales. Si el habla del crimen promueve
emergencia de la agency política (1991: 10-16). «Muchos de los textos una resimbolización de la violencia, no lo hace legitimando la violencia
transcritos en este libro pueden ser entendidos como un proyecto políti- legal para combatir la violencia ilegal, sino haciendo exactamente lo con-
co-cultural por parte de los autores y por mi parte, de localizar la narra- trario.
tiva en la violencia al localizar la violencia por medio de la narrativa» Al operar con oposiciones bien definidas categorías esencializadas
(1991: 14). derivadas de la polaridad bien versus mal, las narrativas sobre el crimen
Analizando la reproducción de la violencia sectaria en Irlanda del resignifican y organizan el mundo de una manera compleja y particular.
Norte, Feldman muestra no sólo cómo cada espacio y personaje político Además, esta reorganización específica de! mundo intenta contrabalan-
quedan implicados en la violencia y son entonces recreados en la narra- cear las rupturas causadas por la violencia y al mismo tiempo intermedia
ción, sino también -en contradicción directa con Girard- cómo las accio- y exacerba la violencia. Más que mantener un sistema de distinciones, las
nes que supuestamente combaten la violencia, tales como el sacrificio narrativas sobre el crimen crean estereotipos y prejuicios, separan y re-
(huelga de hambre, por ejemplo), pueden acabar teniendo el efecto exac- fuerzan desigualdades. Además, en la medida en que e! orden categorial
tamente opuesto, reproduciéndola. Eso ocurre porque en Irlanda del articulado en el habla del crimen es el orden dominante de una sociedad
Norte la significación política se obtiene siempre por medio de la violen- extremadamente desigual, tampoco incorpora experiencias de los grupos
cia y del cuerpo. En ese contexto, un acto sacrificial no puede romper el dominados (los pobres, los nordestinos, las mujeres, etcétera); por el con-
ciclo de la violencia recíproca al resimbolizarlo, como teoriza Girard, trario, normalmente los discrimina y criminaliza. De esa forma, las expe-
pero termina por reforzar el mismo simbolismo y perpetuando la violen- riencias de esos grupos necesitan encontrar maneras alternativas de
cia. Por el hecho de que la «producción recíproca y el intercambio de los expresión, las cuales son frecuentemente muy ambiguas, ya que simultá-
objetos sacrificiales» (1991: 264) no sean extraños a la cultura política, neamente reafirman y niegan e! orden categorial. Finalmente, e! habla de!
crimen también está en desacuerdo con los valores de igualdad social, to- Algunos fueron restrictivos y dieron como resultado pérdidas y deterio-
lerancia y respeto por los derechos ajenos. El habla de! crimen es produc- ros (inflación elevada, crisis económica, desempleo y violencia). Otros,
tiva, pero a lo que ayuda es a producir segregación (social y espacial), . por su parte, especialmente la democratización política, fueron expansi-
abusos por parte de las instituciones de! orden, irrespeto de los derechos vos y generaron libertad y respeto por los derechos. En ese contexto, el
de la ciudadanía y, especialmente, la propia violencia. Si e! habla de! cri- crimen ofreció no solo un lenguaje para dar sentido a otros procesos de-
men genera orden, este no es un orden democrático, igualitario y toleran- sestabilizadores, sino también, a través de sus ordenamientos simbólicos
te, sino exactamente su opuesto. La democracia tiene que ver con la aper- peculiares, un campo en e! cual muchos ciudadanos se resistieron a la de-
tura y la indefinición de fronteras (tal como argumento en el capítulo 8), mocratización. Aunque esa resistencia haya sido significativa en algunos
no con enclaustramientos, fronteras rígidas y distinciones dicotómicas. momentos, y a pesar de que la ciudad de muros creada por las estrategias
En e! universo de! crimen las barreras están enraizadas no sólo"en los de seguridad sea básicamente antidemocrática, la resistencia no impidió
discursos sino también materialmente en los muros de la ciudad, que la democracia echara raíces o que la ciudadanía se expandiera. Así y
en las residencias de las personas de todas las clases sociales y en las tec- todo, ella las desafió y expuso algunos de sus límites y disyunciones.
nologías de seguridad. Prejuicios y derogaciones no solo son verbales sino En suma, en este libro me concentro en los procesos que hacen circu-
que se reproducen en rituales de sospecha e investigación en las entradas lar e! miedo y proliferar la violencia, así como en aquellos que se contra-
de edificios públicos y privados. A medida que los pensamientos y actos ponen al miedo y a la violencia. Sin embargo, como mi foco principal es
de las personas son moldeados por e! raciocinio categorizante del habla e! crimen, e! miedo que provoca, el simbolismo que genera y las reaccio-
de! crimen, su influencia se expande, afectando no solo las interacciones nes de protección que promueve, voy a ocuparme principalmente de lo
sociales sino también las políticas públicas y e! comportamiento político. que se podría llamar «el lado oscuro de la realidad socia!>', Este lado no
Así, e! orden simbólico de! habla de! crimen, visible y materialmente ha- se refiere únicamente a la violencia, sino que también refuerza e! autori-
ce la mediación de la violencia. En la Sao Paulo de hoy, e! apoyo a solu- tarismo y la segregación, estimula e! prejuicio y e! racismoo y vuelve natu-
ciones privadas y violentas para e! crimen no solo genera discursos, sino rales las desigualdades sociales. Concentrarse en este universo y exponer
que también alimenta e! crecimiento fenomenal de la industria de la segu- su poder no significa despreciar la capacidad de los ciudadanos de Sao
ridad privada (tanto legal como ilegal). Además, ese apoyo genera indife- Paulo para resistir la dominación o diseñar sus esfuerzos para consolidar
rencia en relación con las acciones ilegales de una fuerza policial que en la democracia. Por e! contrario, significa exponer en toda su complejidad
1992 mató a 1.470 sospechosos de crímenes en Sao Paulo. La nueva los procesos que crean obstáculos para la democratización y presentan
Constitución, aprobada después de! fin de! régimen militar, es descrita severos desafíos para su consolidación más allá del sistema político. Para
despreciativamente por muchos como «protectora de delincuentes». Si e! que la democracia pueda echar raíces en la sociedad brasileña tendrá que
miedo al crimen y a la expansión de la violencia son reales en Sao Paulo, enfrentar y neutralizar los procesos de violencia, discriminación y segre-
y si e! crimen está proporcionando un lenguaje con e! cual se puede ha- gación que e! universo de! crimen articula. La violencia y e! crimen no
blar y pensar sobre muchos otros procesos de desestabilización, también existen aisladamente en la sociedad brasileña, pero sí en un tenso diálogo
es verdad que, con la ayuda del habla de! crimen, lo que se está forjando con la consolidación democrática.
es una ciudad mucho más segregada y una sociedad mucho más desigual,
en la cual las nociones de justicia y los derechos de ciudadanía son direc-
tamente cuestionados, a pesar de! sistema político democrático. Del progreso a la crisis económica;
En este libro analizo las complejas y multifacéticas ecuaciones que del autoritarismo a la democracia
conectaron e! crimen, la violencia y e! miedo, con otros procesos que han
transformado la sociedad brasileña en las dos últimas décadas. En la Sao Más de una generación de paulistas creció creyendo que e! destino de
Paulo de las décadas de 1980 y 1990, Yespecialmente en la época en que su región metropolitana era ser «la locomotora de! país». Una de las imá-
hice la mayor parte de las entrevistas (1989-1990), e! crimen no era e! genes más fuertes de la modernidad moldeó sus mentes y su ciudad. A
único proceso desestabilizador. Este período de la historia brasileña estu- partir de la década de 1950 e! lema que acompañó e! intenso proceso de
vo marcado por una serie de procesos de transformación y por una con- industrialización y urbanización era: «¡Sao Paulo no puede parar!». In-
siderable inestabilidad. Esos varios procesos, aunque obviamente interre- cluso muy recientemente, el progreso realmente pareció ser e! destino de
lacionados y en diálogo entre sí, no tuvieron significados coincidentes. Sao Paulo y del Brasil. Sin embargo, los años ochenta acabaron siendo
«la década perdida»: en vez de crecimiento, hubo una profunda recesión.
crecimiento demográfico: trajo más de un millón de nuevos habitantes a
La inflación elevada, asociada a un débil desempeño económico y al em-
la región en la década de 1950, y dos millones en la de 1960 (Perillo,
pobrecimiento de la población, revirtió el cuadro. Al inicio de la década
1993: 2). La construcción civil y la transformación eran intensas y el go-
de 1990, la creencia en el progreso dio lugar al pesimismo y a la frustra-
bierno local repetía el lema «jSao Paulo no puede pararl"Y
ción, sentimientos expresados en discusiones sobre el crimen. Resumo
Los militares, que cerraron a la fuerza todas las organizaciones polí-
brevemente aquí los principales procesos de cambio que transformaron la
ticas y de oposición, no interrumpieron el desarrollismo: ellos también
sociedad brasileña y a Sao Paulo a lo largo de los últimos veinte años. Mi
querían transformar el Brasil en un país moderno. Bajo el régimen mili-
intención no es ofrecer una historia completa, sino sólo destacar algunos
tar: el PBI alcanzó tasas del 12% de crecimiento anual a comienzos de la
de los principales eventos de modo de contextualizar el análisis que pre-
dé~ada de 1970. El progreso económico estaba basado en el endeuda-
sentaré a continuación.
miento externo y en la intervención directa del Estado en la economía.
La noción de desarrollismo sirvió como telón de fondo para las po-
Esa intervención fue responsable, entre otras cosas, de la creación de una
líticas públicas brasileñas desde la década de 1950. En pocas palabras,
nueva infraestructura de caminos y telecomunicaciones, y de la expan-
la idea era promover, en un período concentrado de tiempo, una indus-
sión de instalaciones y servicios de consumo colectivo tales como un sis-
trialización basada en la sustitución de importaciones y volcada al mer-
tema nacional de salud y seguridad social. Sin embargo, todo fue hecho
cado interno. Eso debería alcanzarse a partir de·una política de atrac-
sin la participación política de las masas y sin distribución de la riqueza.
ción del capital extranjero, incentivos estatales y que atribuía al Estado
Durante los «años del milagro», los militares anunciaron que primero era
un papel económico central. Aunque algunos aspectos de la política de-
necesario crecer para «después dividir el pastel». A pesar de la desigual-
sarrollista hayan sido puestos en práctica durante los gobiernos de Ge-
dad persistente, el Brasil cambió rápidamente en los últimos sesenta años
túlio Vargas (1930-1945 y 1950-1954), se volvió emblemática bajo la
y, no obstante la represión política, la población pasó a enorgullecerse de
presidencia de Juscelino Kubitschek, con su «Plan de Metas» y el eslo-
su país «milagrosamente» moderno. . e. ..
gan de los «50 años en 5». La creación de Brasilia debería simbolizar y
Aunque Sao Paulo presente el ejemplo más expresIvo de mdustnah-
ayudar a promover el salto que se esperaba que diera el país del atraso
zación y urbanización, estas fueron intensas en todo el país. La población
a la modernidad. 10
urbana del Brasil, que en 1950 constituía e136% de la población total, en
La industria metalúrgica con base en Sao Paulo fue el centro de la
1980 representaba el 67% (cerca de ochenta millones de personas). La
nueva industrialización. En 1907, la producción industrial del estado de
mitad de esa población urbana vivía en treinta centros urbanos de más de
Sao Paulo representaba el 16% de la producción nacional; ese porcentaje
250.000 habitantes. Alrededor de 1980, el Brasil poseía nueve regiones
creció al 31 % en 1919, 38% en 1929, 49% en 1950 y 55% en 1960
metropolitanas con más de un millón de habitantes, cuya población ~a-
(Brant et al., 1989: 19). En 1970 el estado de Sao Paulo contribuyó con el
bía crecido a una tasa del 4,5% al año entre 1940 y 1970. En esas regIO-
58,2% del valor nacional de la industria de transformación (Rolnik et al.,
nes metropolitanas está concentrado cerca del 30% de la población bra-
s.d.: 27). Aunque muchas otras regiones hayan aumentado considerable- sileña que, en 1,996, alcanzaba los 157 millones, el 78% en la región
mente su producción, y aun cuando la crisis económica y el reciente pro-
urbana.l2
ceso de desindustrialización hayan afectado considerablemente su posi-
La expansión económica de los años setenta y la consolidación de un
ción, Sao Paulo todavía es el principal polo industrial "elpaís.
«sistema de ciudades» -es decir, un complejo patrón de división territo-
Como era de esperar, el crecimiento industrial estuvo asociado a una
rial del trabajo 'entre el campo y la ciudad y entre las ciudades (Faria,
intensa urbanización. La población de la región metropolitana de Sao
1991: 103)- están asociadas a cambios complejos en la estructura pro-
Paulo creció a tasas de alrededor del 5,5% al año entre 1940 y 1970. Du-
rante ese período, la migración interna fue responsable por el 50% del

11. En el capítulo 6 presento un análisis detallado de la urbanización y de [as recientes


transformaciones de Sao Paulo.
10. Sobre teorías económicas nacional·desarrollistas en América Latina, véase F. H. Car-
12. Todos los datos demográficos pertenecen a los censos. Esas áreas metropolitanas son
doso (1980). Sobre [a historia de la industrialización, véanse Dean (1969) y Singer (1984). Para
Belén, Fortaleza, Recife, Salvador, Belo Horizonte, Río de Janeiro, Sao Paulo, Curitiba y Porto
un análisis de la creación de Brasilia y su simbolismo, véase Holston (1989); para análisis del go-
Alegre. Son todas capitales. Hay también algunas ciudades que no son capitales y tienen más de
bierno de Kubitschek y del desarrollismo, véanse Benevides (1976) y M. L. Cardoso (1978).
un millón de habitantes, tales como Santos y Campinas, en el estado de Sao Paulo.
ductiva.13 Su sector más dinámico ha sido la industria de bienes de consu- En verdad, la combinación de crecimiento y desigualdad marcó los
mo durables para el mercado interno, asociada al crecimiento de bienes más variados aspectos del desarrollo de la década de 1970. Este es el caso
de capital e intermedios. A pesar de las crisis cíclicas, ese sector más diná- de los equipamientos y servicios de consumo colectivo. De acuerdo con
mico fue capaz, hasta el inicio de la década de 1980, de crear un número Faria (1991: 107-108), los servicios de salud, previsión social y educación
considerable de nuevos empleos. Como resultado, un número creciente básica se expandieron, pero al costo de una caída en la calidad de los ser-
de trabajadores se incorporó al mundo de los salarios y contratos forma- vicios y del pago de salarios extremadamente bajos para los profesiona-
les de trabajo. Al mismo tiempo, se constituyó un mercado nacional de les que los proveían. Además, por el hecho de que el control ejercido por
trabajo y bienes (Faria, 1991: 104). El mismo dinamismo económico, por la sociedad civil sobre esos servicios era frágil, fueron ofrecidos de un mo-
su parte, fomentó la expansión de un mercado de trabajo informal y mal do distorsionado (por ejemplo, la falta de servicios médicos básicos allá-
pago (servicios domésticos y personales, industria de construcción margi- do de una elevada inversión en tecnologías sofisticadas, corrupción en la
nal, etcétera) basado en el trabajo intensivo y en la baja productividad, y administración de fondos de previsión social, etcétera). En áreas que exi-
en la proliferación del subempleo. Finalmente, la expansión económica gen elevadas inversiones públicas, tales como habitación, transporte pú-
de los años setenta agravó una distribución de la riqueza ya desigual, por blico y saneamiento básico, los resultados fueron aun peores.
la cual, a fin de la década de 1970, el 50% más pobre de la población re- En suma, de los años cuarenta a fines de la década de 1970, tanto el
cibía sólo el 14% de la renta total. Resumiendo la estructura social urba- Brasil como la región metropolitana de Sao Paulo cambiaron de forma
na creada durante los años setenta Faria sostiene que esta estaba consti- dramática pero paradójica: urbanización significativa, industrialización,
tuida por tres grandes segmentos (1991: 105). El primero, formado por sofisticación y expansión del mercado de consumo y complejización de la
grupos ocupacionales de renta elevada o muy elevada, numéricamente re- estructura social, estuvieron acompañados por autoritarismo, supresión
ducido pero con gran poder de compra e influencia social y política en de la participación política de la mayoría de la población, una distribu-
una sociedad que se volvió más autoritaria y elitista durante ese período. ción extremadamente desigual de la renta y una constante tentativa por
El segundo, contingentes significativos -cuellos blancos y azules-14 de mantener la jerarquía social y la dominación personal. En otras palabras,
personas incorporadas a los sectores productivos más dinámicos y mo- el Brasil se volvió un país moderno con base en una combinación paradó-
dernos. Finalmente, una masa de pobres subempleados. jica de rápido desarrollo capitalista, desigualdad creciente y falta de liber-
El mercado nacional de consumo consolidado en este tipo de socie- tad política y de respeto a los derechos de los ciudadanos. Sao Paulo es la
dad en la década de 1970 exhibía importantes peculiaridades. El creci- región que representa mejor la modernidad brasileña con todas sus para-
miento de la industria nacional estaba basado en la expansión del mer- dojas. Con sus más de dieciséis millones de habitantes, industrias y rasca-
cado interno. Considerables masas de población fueron integradas al cielos, oficinas high-tech y favelas, metros sofisticados y altas tasas de
mercado de consumo a partir de una vigorosa política de crédito que, mortalidad infantil, comunicaciones vía satélite y bajos niveles de alfabe-
como mostró Wells (1976), permitió a los estratos bajos el acceso a al- tización, la metrópoli de Sao Paulo se convirtió en uno de los mejores
gunos bienes de consumo durables (como el televisor, por ejemplo) ya símbolos de una sociedad de consumo industrial pobre pero moderna,
ropa. Esta política permite entender la presencia de televisores en las fa- heterogénea y profundamente desigual.
velas y básicamente explica cómo fue posible expandir el mercado in- A pesar de sus desequilibrios, el proceso de industrialización y creci-
terno y al mismo tiempo mantener una distribución desigual de la ren- miento ayudó a sostener muchas promesas: de progreso, movilidad social
ta y salarios muy bajos. e incorporación del Brasil al mercado de consumo internacional y a la
modernidad. Cuando el PBr estaba creciendo a una tasa del 10% al año,
cuando la renta per capita crecía al 6,1% al año, cuando la·mayoría de
los migrantes se convertían en propietarios y construían casas para sus fa-
13. Véase Faria (1983 y 1991) para los análisis del patrón de urbanización en los últimos milias en las mayores ciudades del país, cuando esas casas eran decoradas
cincuenta años, de la consolidación de un "sistema de ciudades" nacional y de cambios en la es- con todo tipo de bienes industrial izados (sobre todo la televisión) y cuan-
tructura de empleo. ~
do los hijos de esas familias recibían educación y servicios médicos (aun
14. Por asociación a las denominaciones en inglés white-col/ar y blue-col/ar, la autora Se l cuando esos servicios fueran malos), era posible creer que el Brasil real-
refiere aquí a los trabajadores asalariados o autónomos (profesionales liberales, ejecutivos, em-
pleados públicos, etcétera) y a los que utilizan uniforme o delantal protector debido a su traba- mente estaba volviéndose moderno, que el futuro sería mejor, que la nue-
jo de naturaleza manual o física, respectivamente. (N. de la T.) va generación sería más afortunada y que la participación política y la
disminución de la desigualdad vendrían con el tiempo.15 Aunque la elite y la percepción de su cuerpo. El acceso a esos servicios legitimó y natura-
continuara sintiéndose incómoda con la incorporación de las clases tra- lizó las intervenciones en los cuerpos de las mujeres y abrió camino para
bajadoras al mundo moderno, eso era aceptable mientras su propio enri- la adopción generalizada de métodos anticonceptivos. A esa transforma-
quecimiento estuviese garantizado. ción se asociaron otros cambios significativos en las percepciones y acti-
La fe en las promesas de progreso y el patrón de crecimiento se man- tudes de las mujeres, por ejemplo sobre trabajo y educación, y una com-
tuvieron hasta la crisis económica de 1980, cuando los cambios demográ- pleta reevaluación de la importancia de tener familias grandes. El camino
ficos, políticos, económicos y sociales comenzaron a transformar la socie- de esos cambios de valores pasa por la urbanización pero más especial-
dad brasileña. Éstos se combinaron para dar fin al patrón de desarrollo, mente por la integración de la mayoría de la población a los medios de
urbanización y crecimiento que había sido consolidado en los años ante- comunicación de masas, los que siempre divulgaron un modelo de fami-
riores. Los cambios demográficos que se habían vuelto claros en la déca- I lia moderna que es el de la familia de clase media con pocos hijos y fre-
I

da de 1980 fueron tan espectaculares que se suele decir que marcaron una cuentemente con una mujer que trabaja.!7
«transición demográfica» y cambiaron el patrón demográfico brasileño.
De los años cuarenta a los años sesenta el Brasil experimentó un descen-
I
[
Uno de los resultados de la caída en las tasas de fecundidad total es
la disminución de la tasa media anual de crecimiento de la población, que
so en las tasas de mortalidad y tasas de fecundidad total constantemente en la primera mitad de 1990 fue solo del 1,9%. Un segundo resultado es
altas (cerca del 6%). Como resultado, la tasa media de crecimiento de la 1¡ el cambio en la pirámide etaria de la población, que se volvió más vieja.
población también fue alta (cerca del 3% al año) y la distribución etaria ,
f
Finalmente, un tercer resultado es el cambio en el patrón de urbaniza-
de la población era joven. En los años setenta las tasas de fecundidad to- ción. Durante la década de 1980 y especialmente durante la de 1990,
f hubo un importante descenso en las tasas de crecimiento de la población
tal comenzaron a descender. Inicialmente, el proceso se limitó a las áreas
más ricas y urbanizadas, pero en la década de 1980 ya se manifestaba en urbana. Eso queda muy claro en las nueve regiones metropolitanas mayo-
todo el país. Como resultado, la tasa de fecundidad total cayó del 5,8% res, donde las tasas cayeron del 4,5% al año en el períodd 1940-1970, al
en 1970, al 4,3% en 1975 y al 3,6% en 1984, esto es, un descenso acen- I 3,8 % durante los años setenta, y al 2 % durante los años ochenta. Des-
tuado del 37% en quince años. Las estimaciones para 1990 indicaban
una tasa de un máximo de 2,9 hijos por mujer en edad fértiJ.l6
I,
:
pués de haber crecido solo el 1,16% durante la década de 1980 y haber
registrado una significativa emigración por primera vez en la historia,
Vilmar Faria (1989) sugirió una hipótesis estimulante para explicar ¡ Sao Paulo, la ciudad que no podía parar, el paraíso de los migrantes, tuvo
una tasa de crecimiento de la población de solo 0,4% entre 1991 y 1996.
ese marcado descenso en un corto período de tiempo y en ausencia de al- !
gún tipo de política pública de control poblacional. Según él, el cambio I
1
Como es bastante sabido, los años ochenta también fueron «la déca-
í
en el comportamiento reproductivo fue un efecto inesperado de cuatro da perdida» para la crisis económica. El PBI cayó un 5,5% yel salario mí-
políticas sociales gubernamentales que siguieron a la urbanización y que nimo real disminuyó un 46% durante el período de 1980-1990 (Serra,
f
1991). Entre 1940 y 1980 el PBI había crecido el 6,9% anualmente (4%
crearon el sistema nacional de salud, el sistema de previsión social, el sis- I en el caso del PBI per capital. Entre 1980 y 1992, creció sólo un 1,25% al
tema de telecomunicaciones que permitió la difusión de los medios de co" J

municación de masas y el programa de crédito directo al consumidor. El !


í
año y la renta per capita cayó el 7,6% (PNUD-IPEA, 1996: 73). Uno de los
principales componentes de la crisis económica fueron las persistentes ta-
cambio fue posible, por lo menos en parte, a causa de la creciente dispo- I
I
nibilidad de los servicios médicos, que afectó especialmente a las mujeres I sas elevadas de inflación (véase tabla 1).
I

I Los sucesivos planes para combatir la inflación fallaron hasta media-


I dos de los años noventa -inclusive el famoso Plan Cruzado en 1986 yel
1
Plan Collor en 1990-. Además, tuvieron fuertes efectos en la vida de los
15. Durante la década de 1970, según Rocha, .la renta per capita se expandió 6,1 % por
año, la tasa de analfabetismo cayó de! 40% aI33%, y la población urbana aumentó de! 55% al
I ciudadanos que, como las personas que entrevisté y cuyas declaraciones
68%. Aunque las desigualdades de renta y regionales se hayan intensificado claramente en los I analizo en el capítulo 2, sintieron que su calidad de vida se deterioró con-
años setenta, eso fue compensado por e! hecho de que, con todo, la mayoría de las personas esta- tinuamente durante el período. Asimismo, la recesión económica generó
[
ba en mejor situación. Desde e! ángulo de la renta, la pobreza absoluta disminuyó drásticamente:
se estima que la proporción de pobres cayó de! 53% en 1970, al 27% en 1980. (1996: 2). .•
~
o I .•
~
o
16. Los datos sobre tasas de fecundidad son de la PNUD-!PEA (1996: 65-67). Para una dis- [
cusión sobre los tipos radicales de control de la natalidad adoptados por mujeres brasileñas, véa- I 17. Véase Hamburger (1998) para un análisis de la televisión en el Brasil pos-I964 yespe-
se e! capítulo 9.
I cialmente sobre el papel de las telenove!as.

j
blación. Un análisis definitivo sobre e! rumbo de los cambios en la es-
tructura de la producción todavía está por hacerse, pero los datos dispo-
nibles para e! estado de Sao Paulo indican algunas importantes transfor-
1980 99,7 1990 1.585,2 maciones.IB Desde la década de 1980 decreció la participación de Sao
1981 93~ 1991 475,1 Paulo en e! valor de la transformación industrial. Era de! 58,2 % en
1982 100,3 1992 1.149,1 1970, cayó al 49,6% en 1984 y al41 % en 1991 (Rolnik et al., s.d.: 27;
1983 178,0 1993 2.489,1 y Leme y 13iderman, 1997). Los efectos de la crisis económica fueron es-
1984 209,1 1994 929,3 pecialmente fuertes en la ciudad de Sao Paulo y en la mayoría de las
1985 239,1 1995 21,9 áreas industrializadas de la región metropolitana, exactamente en aque-
1986 58,6 1996 9,1 llas que habían pasado por un boom durante e! patrón de desarrollo an-
1987 396,0 1997 4,3 terior. El centro industrial de! país cerró industrias y comenzó a reestruc-
1988 994,3 1998 2,5 turar su economía durante los años ochenta y noventa.
1989 1.863,6
Las consecuencias sociales de la crisis económica fueron devastado-
Fuente:IBGE: INPC (índiceNacional de Preciosal Consumidor). ras. Después de una década de inflación, desempleo y recesión, la pobreza
Obs.:Valoresrelativosa la variaciónanual de los preciosal consumidormedidos adquirió proporciones alarmantes a comienzos de la década de 1990.19In-
en diciembre. vestigaciones recientes demuestran que los efectos de la crisis fueron espe-
cialmente duros para los pobres y agravaron la ya desigual distribución de
la renta.20 Rocha (1991: 37) muestra que la proporción de personas po-
bres en las nueve regiones metropolitanas acompañó las oscilaciones de la
desempleo y pocas oportunidades de recuperación. Durante la vigencia crisis económica: tocó un pico durante la recesión de 1983 (38,2 %) yal-
de altas tasas de inflación, resulta más difícil prever e! futuro y aumenta canzó su tasa más baja durante e! año de recuperación de 1986 (22,8%).
la sensación de inseguridad de las personas con relación a su posición so- Para todo el país, en 1990, la proporción de pobres era de! 30% (Rocha,
cial. La decadencia social pasa a ser una perspectiva más realista que las 1996: 1).21Aunque este nivel sea más bajo que e! de 1980 (34%), en com-
posibilidades de ascenso, al contrario de lo que había ocurrido desde los paración con el largo período de movilidad social y disminución de la po-
años cincuenta hasta los ochenta. breza de los años setenta, esconde una fuerte reversión de expectativas. En
De acuerdo con algunos analistas (por ejemplo PNUD-IPEA, 1996: 73- un contexto de crisis y de inflación en e! cual las esperanzas de movilidad
76), e! fracaso de las políticas económicas en los años ochenta y noven- se fueron frustrando, la insatisfacción se hizo generalizada, especialmente
ta se debe, por lo menos en parte, a su incapacidad para promover los en las áreas metropolitanas donde la proporción de pobres es mayor que
cambios estructurales necesarios para dar inicio a otro patrón de desa- en las pequeñas ciudades (véase Leme y Biderman, 1997 para un análisis
rrollo. Reconocen que el patrón anterior -basado en la sustitución de las
importaciones, la fuerte intervención estatal en la economía y el endeu-
damiento externo- alcanzó su límite en la década de 1980. La inflación 18. El último censo industrial en el Brasil fue en 1985.
solo fue controlada después de 1994 con el Plán Real, elaborado por el 19. De acuerdo con el Dieese-Seade, las tasas de desempleo estaban cerca del 6% al final
entonces ministro de Hacienda Fernando Henrique Cardoso. Electo pre- de los años ochenta y alrededor del 8,5% en la primera mitad de los años noventa.
20. Entre los estudios recientes sobre la pobreza y la distribución de renta se incluyen: Ba-
sidente sobre la base del éxito de su plan, Cardoso viene adoptando una
rros y Mendon~a (1992), Barros, Camargo y Mendon~a (1996), Barros, Machado y Mendon~a
serie de políticas que están transformando el patrón anterior de creci- ( 1997), Barros, Mendon~a y Duarte (1997), Leme y Biderman (1997), Lopes (1993), Lopes y
miento y el papel del Estado. Éstas incluyen el agresivo programa de pri- Gottschalk (1990) y Rocha (1991, 1995 Y 1996).
vatización de empresas públicas (incluyendo telecomunicaciones, ener- 21. Las líneas de pobreza varían de acuerdo con las ciudades y regiones del país. Rocha
gía y petróleo); la tentativa de reforma del sistema de previsión social y presenta su metodología para calcularlas (1996). Ella calculó la línea de pobreza de la región me-
tropolitana de Siío Paulo en 1990 como equivalente a una renta mensual per capita de 43,29
la de controlar el déficit público. Cardoso fue reelecto en 1998, pero su
dólares. Ese era el nivel más alto del país. En la región metropolitana de Siío Pauto la proporción
segundo mandato comenzó en medio de una crisis económica asociada de pobres era del 22% en 1981, 34,4% en 1983, 16,9% en 1986 y 20,9% en 1989 (Rocha,
al endeudamiento público y la desvalorización de la moneda, que trajo 1991: 37). Estos datos indican que los peores años de la recesión fueron 1981 y 1983, lo que es
al FMI de vuelta al Brasil y afectó sustancialmente su apoyo junto a la po- confirmado por Lopes y Gottschalk (1990: 104).
de! estado de Sao Paulo). Las entrevistas que analizo en e! capítulo 2 de- Algunos grupos, como mujeres y personas de color, son más adver-
muestran claramente esa reversión de expectativas. samente afectados por la pobreza. En 1996 las mujeres representaban e!
En 1995 e! Brasil tenía un PBIde 536.000 millones de dólares y una 41,6% de la población económicamente activa, de acuerdo con el PNAD.
renta per capita de 3.370 dólares. Actualmente su PBIestá entre los diez Ellas trabajaban principalmente en el sector de servicios (cerca del 70%)
mayores de! mundo. Sin embargo, su distribución de renta es una de las y su renta media era solamente el 55,3% de la de los hombres. Aunque
peores. La proporción de la renta en poder del 20% más rico de la pobla- las mujeres sean ligeramente más instruidas que los hombres, su renta es
ción, creció de! 54% en 1960 al 62% en 1970, 63% en 1980 y 65% en sistemáticamente más baja que la de los hombres en todas las categorías
1990, mientras que la proporción correspondiente al 50% más pobre ocupacionales y en todos los niveles educativos (PNAD,1996). Lopes
cayó de! 18% en 1960 al 15% en 1970, 14% en 1980 y 12% en 1990 (1993) muestra que los efectos de la crisis económica fueron peores en
(Barros, Mendon~a y Duarte, 1997). Estudios recientes mostraron que la domicilios a cargo de mujeres. Este tipo de domicilio creció considerable-
mayor concentración de renta ocurre en e! tope de la distribución, espe- mente en los últimos años: en 1960, el 10,7% del número total de domi-
cialmente en e! 1% más rico, mientras que la diferencia entre los deciles cilios estaba a cargo de mujeres; en 1989 ese número era de! 20% (Gol-
más bajos no es acentuada y es comparable a la de otros países lati- dani, 1994: 309-310). En 1989, el 33% de los domicilios a cargo de
noamericanos. En la última década, de acuerdo con los resultados de las mujeres estaban debajo de la línea de pobreza, en comparación con e!
PNAD,22 la proporción de la renta en las manos de! 1% más rico de la po- 23% del número total de domicilios (Goldani, 1994: 320). La situación
blación, creció de! 13% en 1981 al 17,3% en 1989, y al 15,5% en 1993. es especialmente grave en el caso de las mujeres negras. Los domicilios a
Un estudio reciente de! PNUD(Programa de las Naciones Unidas para e! cargo de mujeres son más comunes entre familias negras que entre fami-
Desarrollo) que comparó 55 países mostró que, medida por la razón en- lias blancas (21 % comparado con 14% en 1989). Además, en e! mismo
tre la renta media per capita del 10% más rico y del 40% más pobre de año casi la mitad (49%) de los domicilios a cargo de mujeres negras esta-
la población, e! Brasil tenía la peor situación de desigualdad. Mientras ban debajo de la línea de pobreza (Goldani, 1994: 309, 320). Aunque a
que en la mayoría de esos países (incluyendo todos los países desarrolla- muchos todavía les guste pensar en e! Brasil como una «democracia ra-
dos y todos los otros principales países de América Latina) la renta del cial», cualquier lectura de indicadores socioeconómicos muestra la si-
10% más rico es en promedio diez veces más alta que la del 40% más po- tuación desfavorable de la población negra e indica e! grado de discri-
bre, en e! Brasil es casi treinta veces más alta (PNUD-IPEA,
1996: 17). La re- minación de la que es víctima. En promedio, la renta de las personas
gión metropolitana de Sao Paulo es una de las menos pobres y tiene una de color está en torno de apenas e! 65% de las de la población blanca
de las mejores distribuciones de renta del país. En 1990 los pobres cons- (PNUD-IPEA, 1996: 22).25 Además, Lopes (1993) muestra que el 68% de
tituían e! 17% de la población de! estado (la segunda proporción más ba- los domicilios urbanos debajo de la línea de indigencia tienen un negro o
ja del país; PNUD-IPEA, 1996: 182). De todas maneras, el coeficiente de un pardo al frente, mientras que los domicilios negros o pardos represen-
GINIcreció del 0,516 en 1981 al 0,566 en 1989 y al 0,5748 en 1991 (Ro- tan apenas e! 41 % del número total de hogares urbanos.
cha, 1991: 38; y Censo de 1991).23En el estado de Sao Paulo e!1 % más El otro proceso importante de cambio en la década de 1980, fue la
rico detenta e! 13,8% de la renta (Leme y Biderman, 1997: 192).24 democratización política. El final de los años setenta y el inicio de los
años ochenta fueron marcados por una expansión significativa de los de-
rechos y de la ciudadanía política. Es importante recordar algunos gran-
22. PNAD se refiere a la Pesquisa Nacional por Amostra de Dornicílios [Investigación Na- des hitos de ese proceso. Uno de ellos fue la recreación de! movimiento
cional por Muestra de Domicilios], realizada por el IBGE (Instiruto Brasileiro de Geografia e Es-
sindical a partir de! ABCOpaulista, e! área de la región metropolitana de
tatística). Todos los datos sobre distribución de renta indicados antes provienen de las PNAD.
°
23. El coeficiente de GINI es una medida de distribución de renta. Varía de a 1. Sería
cero si todas las personas tuvieran la misma renta y 1 si una persona concentrara toda la renta
Sao Paulo con la mayor concentración industrial y que simboliza e! mo-
delo de desarrollo anterior a la crisis económica. Este movimiento recha-
nacional. En otras palabras, cuanto mayor el valor, mayor el nivel de desigualdad. Para el Bra-
sil, e! coeficiente de GINI era de 0,580 en 1985,0,627 en 1989 y 0,6366 en 1991 (Rocha, 1991:
38; y Censo de 1991).
24. Como en el resto del Brasil, en e! estado de Sao Paulo y en la región metropolitana, la 25. El Censo Brasileño usa las siguientes categorías raciales: blanca, negra, parda y amari-
renta está altamente concentrada en e! decil más rico. Mientras queja diferencia entre e! prime- lla. Normalmente los análisis de relaciones raciales consideran negro y pardo de forma agrupa-
ro y el segundo decil está cerca de! 75%, Y entre e! segundo y tercero es de alrededor de! 38%, da, pues fue demostrado que comparten condiciones sociales semejantes. En 1991 los blancos
la diferencia entre e! noveno y el décimo decil es de! 180% (Leme y Biderman, 1997: 198). eran e! 55,3% de la población, los pardos e! 39,3%, los negros e! 4,9% y los amarillos el 0,5%.
zó la estructura sindical organizada en los tiempos de Getúlio Vargas y minó en medio de un desastre económico y numerosas acusaciones de co-
generó un nuevo tipo de liderazgo sindical y político que desempeñó un rrupción. En 1986, los brasileños elegieron la Asamblea Constitucional
papel central en el nuevo régimen democrático. Otro hito fue la eclosión que redactó la nueva Constitución democrática, promulgada en 1988. El
de los movimientos sociales de barrio en las periferias pobres urbanas, período de la Asamblea Constitucional fue uno de los más democráticos
frecuentemente apoyados por la Iglesia Católica, y que garantizaron legi- de la historia brasileña: miles de grupos en todo el país se movilizaron
timidad a la noción de que los habitantes de esos barrios tenían el «dere- para enviar petitorios y presionar por sus demandas.
cho a tener derechos». Los participantes de esos movimientos eran los En 1989, cuando los brasileños finalmente pudieron votar para pre-
propietarios de casas autoconstruidas, quienes percibieron que la organi- sidente, el Brasil tenía 82 millones de electores registrados. La sociedad y
zación política era el único medio de forzar a las autoridades de la ciudad la comunidad política que ellos representaban eran radicalmente diferen-
a ampliar la infraestructura urbana y los servicios para sus barrios. A co- tes de aquellas representadas por los 15 millones de electores que en 1961
mienzos de la década de 1980, cuando fue posible la reorganización de habían participado de la última elección para presidente. En 1989 la cam-
partidos políticos, representantes de movimientos sindicales y de movi- paña electoral se desarrolló principalmente en la televisión -presente en
mientos sociales, junto con representantes de los movimientos de mi- casi el 60% de los domicilios-, los dos candidatos que fueron a la segun-
norías (mujeres, negros, homosexuales, etcétera), que también se expan- da vuelta eran ambos jóvenes (en la década de los 40 años) y representa-
dieron en ese período, fundaron el PT -Partido de los Trabajadores-, .ban lo que podría llamarse un nuevo modo de hacer política. Fernando
probablemente el primer partido político en la historia brasileña que no Collor de Mello, electo en segunda vuelta, era un neoconservador oriun-
fue generado o comandado por la elite. do de las oligarquías del Nordeste y versado en la vida de Brasilia. Su ad-
En suma, mientras la crisis económica se acentuaba, había esperanza versario era el líder del PT, Luiz Inácio Lula da Silva, un migrante del Nor-
en la transformación política. De hecho, los movimientos sociales y la deste que había sido metalúrgico en la región del ABCD y se había
apertura política ampliaron de forma significativa los derechos políticos convertido en su líder sindical más importante en los años setenta. El he-
de los ciudadanos. Por un tiempo el entusiasmo que esa expansión gene- cho de que él hubiera vencido a una serie de famosos políticos nacionales
ró fue compartido por todas las clases sociales y sintetizado en el deseo de y haber participado de la segunda vuelta, testimonia cuánto había cam-
que la dictadura militar terminara. El movimiento «¡Directas Ya!» captu- biado el país. Pero no había cambiado lo suficiente.
ró ese anhelo. Incluso antes de que la población pudiera votar, la expan- Los .brasileños prefirieron elegir el producto de los medios de comu-
sión de la ciudadanía fue celebrada en las calles y plazas en 1984. El 25 nicación de las oligarquías conservadoras, creyendo que él podría traer
de enero, aniversario de la fundación de la ciudad de Sao Paulo, alrede- modernización y llevar una imagen «apropiada» del Brasil a las «nacio-
dor de 300.000 residentes de todas las clases sociales se congregaron en nes adelantadas del mundo», como afirmó una persona que entrevisté.
la Pra~a da Sé para exigir el derecho a votar directamente por el Presiden- Mientras tanto, en el contexto de crisis que acabo de describir, las espe-
te. Importantes demostraciones de este tipo se sucedieron en todas las ranzas de una modernización fácil fueron frustradas de inmediato. En
grandes ciudades. A mediados de abril, la multitud en las calles de Sao marzo de 1990 era visible que la inflación estaba fuera de control (véase
Paulo fue calculada en un millón de personas: fue la mayor demostración tabla 1). Al día siguiente de la asunción, Collor adoptó el Plan que llevó
política que la ciudad y el país habían visto alguna vez. Sin embargo, si- su nombre para intentar «matar la inflación con un solo tico». Como se
guiendo los viejos modelos elitistas, el 25 de abril el Congreso Nacional sabe, ese plan congeló todas las cuentas bancarias con saldo por encima
votó por negar a la población el derecho al voto directo, decidiendo que de 50.000 cruzados (cerca de 1.250 dólares) durante un año y medio, de-
el próximo presidente fuera electo por el Congreso Nacional, que tenía jando a la economía literalmente sin liquidez alguna. En vez de derrotar
como miembros a una tercera parte del Senado directamente designado la inflación, el Plan afectó inmensa mente lo cotidiano y las vidas de las
por el régimen militar. El nuevo presidente electo, Tancredo Neves, quien personas, como indican todas las entrevistas que hice después de que hu-
contaba con el apoyo de la población, murió antes de asumir el cargo. El biera sido adoptado. Junto con los efectos de la propia inflación, que des-
vicepresidente, José Sarney, el anterior líder del partido militar dominan- valorizó totalmente las cuentas bancarias congeladas y fue acompañada
te, asumió. (Había sido designado en una alianza política destinada a por una caída en los salarios reales, el Plan Collor sirvió básicamente pa-
derrotar al candidato de la derecha en la elección del Congreso Nacio- ra acentuar y simbolizar un sentimiento de deterioro de la posición social,
nal.) Aunque Sarney disfrutó de cierta popularidad debido a la nueva po- incluso entre las clases medias altas. Las entrevistas muestran con mucha
lítica de congelar la inflación (el Plan Cruzado de 1986), su gobierno ter- claridad que el Plan Collor se convirtió en un divisor simbólico crucial
entre «antes y después», «mejor y peor». Las desilusiones con el gobier- cial, a la privatización de la justicia, a los abusos de la policía, a la forri-
no Collar culminaron en 1992 con las denuncias de corrupción que lleva- o ficación de las ciudades y a la destrucción de los espacios públicos. En
ron a su impeachment. otras palabras, en el BrasilIa democracia política no trajo consigo el res-
Otro proceso que viene marcando profundamente la sociedad brasi- peto por los derechos, por la justicia y por la vida humana, pero sí, exac-
leña y especialmente sus regiones metropolitanas desde los años ochenta, tamente sus opuestos. En ese contexto el crimen no solo expresa yarticu-
es el aumento del crimen violento. Ese incremento obviamente agrega la otros procesos negativos de cambio, sino que también representa los
inseguridad a las ya intensas ansiedades relacionadas a la inflación, al de- límites y desafíos de la democratización brasileña. En verdad, el universo
sempleo, y a una transformación política que venía afectando las configu- del crimen indica el carácter disyuntivo de la democracia brasileña de dos
raciones tradicionales de poder y expandiendo los derechos de ciudada- maneras: en primer lugar, porque el crecimiento de la violencia deteriora
nía. Las discusiones sobre el miedo al crimen revelan la angustia que se en sí los derechos de los ciudadanos; y en segundo lugar, porque ofrece un
genera cuando las relaciones sociales ya no pueden ser decodificadas y campo en e! cual las reacciones a la violencia se vuelven no solo violentas
controladas de acuerdo con criterios antiguos. Aunque haya ciertamente y carentes de respeto hacia los derechos, sino que ayudan a deteriorar el
muchos aspectos positivos en la desintegración de viejas relaciones de au- espacio público, a segregar grupos sociales y a desestabilizar el estado de
toridad y poder en el Brasil, queda claro que muchos grupos sociales derecho.
reaccionaron negativamente a la ampliación de la arena política y a la ex- En este libro analizo especialmente aquellos aspectos de la sociedad
pansión de los derechos. Esos grupos encontraron en el problema del cri- brasileña en los que la democracia echó raíces de forma reacia, o en las
men una forma de articular su oposición. El universo del crimen -inclu- cuales simplemente no se enraizó ..Analizo la violencia y las varias dimen-
yendo el habla del crimen y el miedo, pero también el crecimiento de la siones de la deslegitimación de la justicia y de los derechos civiles. Esa es
violencia, e! fracaso de las instituciones del orden, especialmente la poli- la esfera en la cual la democratización es desafiada y en la cual la resisten-
cía y e! sistema judicial, la privatización de la seguridad y de la justicia y cia a las transformaciones que podrían llevar a una sociedad más igualita-
e! continuo cercamiento y segregación de las ciudades- revela de forma ria está articulada de forma explícita. Por el hecho de estar insistiendo en
sintética y distintiva el carácter disyuntivo de la democracia brasileña. el carácter disyuntivo de la sociedad brasileña, nunca presupongo que los
James Holston y yo (1998) desarrollamos e! concepto de democracia dis- sombríos procesos sociales que analizo constituyan la marca principal o la
yuntiva para dar cuenta de los procesos contradictorios que marcan la so- única marca de la sociedad brasileña, o incluso la única tentativa de crea-
ciedad brasileña e indicar la esfera en la cual la expansión de los derechos ción de orden. Aún así, argumento que el universo de la violencia y del cri-
resulta más problemática.26 Una de las principales contradicciones que men, incluyendo la falencia del sistema judicial, la falta de respeto a los de-
marca al Brasil contemporáneo es la que existe entre expansión de la ciu- rechos individuales, los abusos por parte de las instituciones del orden,
dadanía política y deslegitimación de la ciudadanía civil. De un lado, hu- prejuicios e intolerancia se contraponen a las tendencias democráticas y
bo una expansión real de la ciudadanía política, expresada en las eleccio- ayudan a sustentar una de las sociedades más desiguales del mundo.
nes libres y regulares, libre organización de partidos, nuevo liderazgo
político y funcionamiento regular del poder legislativo en todos los nive-
les, asociados a la libertad de expresión y el cese de la censura a los me-
dios de comunicación. De! otro, sin embargo, está el universo del crimen
y uno de los más intrigantes hechos de la consolidación democrática bra-
sileña: el de que la violencia, tanto civil como de aparatos del Estado, au-
mentó considerablemente desde el fin del régimen militar. Este aumento
en e! crimen y en la violencia está asociado a la falencia del sistema judi-

26. El concepto de democracia disyuntiva no se aplica sólo a la sociedad brasileña, sino


que apunta hacia procesos contradictorios de desarrollo que pueden ocurrir en cualquier demo-
cracia (véase Holston y Caldeira, 1998). Con todo, las disyunciones muy claras parecen caracte-
rizar especialmente a los países que atravesaron recientemente por transiciones democráticas
(Holston,2007).
El habla del crimen extiende su lógica particular a innumerables te-
mas. Las discusiones sobre el crimen casi siempre llevan a reflexiones so-
bre la situación del país. Crisis económica, inflación y desempleo fueron
repetidamente asociados a la violencia por personas que estaban perdien-
do la esperanza de movilidad social. Ellas hablaron sobre sus problemas y
experiencias de decadencia y violencia, pero también discutieron la situa-
ción del país y expresaron su diagnóstico de que el proyecto de moderni-
dad que había prevalecido hasta entonces estaba simplemente llegando a
su fin. Antes de que las discusiOnes sobre el agotamiento del modelo
nacional-desarrollista, el fin de la fase fordista del capitalismo, la reestruc-
turación industrial, las políticas neoliberales y el nuevo orden internacio-
nal se volvieran temas de debate público en el Brasil más allá de un círcu-
lo académico muy restringido, entre las personas que entrevisté entre 1989
y 1991 era nítida la percepción del fin de una era.
Visiones sobre la naturaleza del contexto socioeconómico en el cual
la violencia crece y sobre el futuro del país fueron expresadas de maneras
semejantes por entrevistados de diferentes grupos sociales. Entretanto,
las experiencias de violencia tienden a ser específicas en cada clase. Aun-
que todos los grupos sociales sean víctimas del crimen, son víctimas de di-
ferentes tipos de delitos, siendo las clases trabajadoras las más victimiza-
das por los crímenes violentos. Es obvio que esas diferentes experiencias
marcan la percepción que cada clase tiene del crimen. Así y todo, paulis-
tas de diferentes grupos sociales -por lo menos aquellos que entrevisté-
comparten algunas concepciones sobre el crimen y el mal. Ellos parecen
creer que los espacios del crimen son espacios marginales, como las fave-
las y los conventillos, y que sus habitantes, criminales en potencia, son
personas que están en el límite de la sociedad, de la humanidad y de la co-
munidad política. Ellos todavía ven al crimen como algo asociado al mal,
que se esparce y contamina fácilmente y que requiere instituciones fuertes
y autoridades para control arlo. Este control es visto como una tarea de la
cultura contra las fuerzas de la naturaleza.
A continuación analizo las explicaciones para el crimen, que en ver-
dad son diagnósticos sobre las transformaciones del país, y las opiniones
sobre el crimen y sobre los criminales que obtuve en las entrevistas con
residentes de diferentes grupos sociales de Sao Paulo. Este análisis abor- ciales y que desafían las grandes categorizaciones y descripciones. Utilizo
da sólo una parte de los temas de las entrevistas: aquellos relevantes para otras metodologías a fin de entender otras dimensiones del universo del
entender las interconexiones entre crimen violento, segregación urbana y crimen.
ciudadanía en la Sao Paulo de hoy. Mi atención se vuelca sobre todo a las
tensiones, ambigüedades y contradicciones que emergen en el discurso de
las personas como un resultado de dos situaciones distintas. Primero,
cuando declaraciones genéricas inspiradas por las categorizaciones deri-
vadas de la oposición entre el bien y el mal deben coexistir con explica- En 1989-1991, cuando hice las entrevistas, los residentes de Sao Pau-
ciones más detalladas que lidian con experiencias del día a día, que son lo todavía pensaban en su ciudad y en su país en términos de la ideología
matizadas y ambiguas. Segundo, cuando las personas tienen que tratar de progreso que había sido forjada en las décadas anteriores. Mientras
con estereotipos que las discriminan a sí mismas y, en vez de cuestionar tanto, en el auge de la inflación y la recesión económica, el sueño de pro-
los estereotipos, intentan apartarlos de sí y asociarlos a otras personas greso ininterrumpido era solo un recuerdo de las posibilidades perdidas:
próximas, generalmente vecinos. Al interpretar las entrevistas, intenté en- el «país del futuro» parecía estar perdiendo el tren de la historia. Si antes
tender lo que cada persona me dijo. Entretanto, lo que presento aquí no había habido progreso, ahora era el retroceso el que marcaba la realidad.
son opiniones individuales, sino un resumen que obtuve al yuxtaponer Las entrevistas revelan una inversión de expectativas, y las frustraciones
todas las entrevistas.! En mi narración uso citas de las entrevistas de dos y la ansiedad que la acompañan. Ellas indican de qué manera las perso-
maneras. Primero, como ejemplos, cuando una cita representa a varias
nas intentaban lidiar con los cambios negativos que afectaban su vida y
otras parecidas, sintetizando comentarios e imágenes encontrados de mo-
que les parecían permanentes. Esas discusiones sobre la crisis económica,
dos más fragmentarios en todo el material. Segundo, particularmente,
la decadencia social que esta produjo y la inversión de e~pectativas con-
cuando analizo casos específicos que considero ser especialmente o hasta
textualizan el crecimiento del crimen sentido por todos.
excepcionalmente reveladores con respecto a una cierta articulación. No
es necesario decir que al emprender un análisis cualitativo, lo esencial es Desde el trabajador desempleado de la periferia al hombre de nego-
capturar parte de la riqueza de significados embutida en las prácticas so- cios de Morumbi, la mayoría de las personas entrevistadas vivió el fin de
la década de 1980 y el comienzo de la de 1990 con pesimismo, incerti-
dumbre y desilusión. Muchos no lograban recordar otro momento de la
1. Las entrevistas transcritas generaron millares de páginas, difíciles de manejar y de ha- historia reciente en que las cosas hubieran estado tan mal, ni siquiera en
cerse inteligibles. Desarrollé la siguiente técnica para analizar el material: primero, el día de cada
entrevista, describía detalladamente la situación en que se había dado. Se trataba de una inter-
los años de la dictadura, que las personas veían como tiempos de repre-
pretación preliminar, lidiando tanto con los elementos no verbales de la interacción como con al- sión política pero de prosperidad económica. Unos pocos, generalmente
gunas de mis reacciones a los temas discutidos. Esos ejercicios eran importantes no sólo para en- de clases más altas, lograron mantener su creencia en el progreso y su op-
tender la entrevista sino también para generar cuestiones para entrevistas futuras. Segundo, cada timismo al ver las posibilidades de un nuevo orden internacional. La ma-
entrevista era transcrita de manera literal. Tercero, después que terminé todas las entrevistas y
tenía una idea del material como un todo, reví cada entrevista y escribí un análisis de la estruc-
yoría, por su parte, sólo encontraba fundamento para descreer. Encima
tura de la narración y de las opiniones de los entrevistados sobre temas diferentes. Ese tipo de de todo, estaba la realidad palpable de la inflación elevada y del desem-
análisis es semejante al presentado en el capítulo 1. La intención era grabar en mi mente la indi- pleo, provocando fuertes sentimientos de incertidumbre, perplejidad y
vidualidad de cada narración y sus articulaciones antes de comenzar a pensar en términos de desorientación en personas de todos los grupos sociales.
comparaciones, yuxtaposiciones y tal vez generalizaciones. De hecho, lidiar con material cuali-
tativo es concentrarse en la riqueza de los detalles. Cuarro, generé una lista de temas que pare-
cían centrales y recurrentes. Esos temas expresaban asociaciones de cuestiones (por ejemplo: mal
versus autoridad, en vez de mal y autoridad por separado). Quinto, volví al archivo electrónico 2.1.
de cada entrevista e introduje marcas de índice correspondientes a los temas que había identifi- -Inflación es eso: compras hoy y mañana no sabes si alcanza para com-
cado. Sexto, produje un índice para cada entrevista. Séptimo, produje un índice general de índi- prar. Comes hoy y mañana no sabes si comes. ¿Quién pierde? Siempre el
ces. Esos dos tipos de índices me guiaron a través del proceso de escritura y me permitieron na-
pueblo, el pobre. Infelizmente es la parte que puso los hombres allá. Quien
vegar con cierta confianza por las entrevistas. La primera versión del análisis contenía todas las
pierde más generalmente es el pueblo, es la masa. Ellos pierden.
citas pertinentes a cada tema analizado. Era prácticamente ilegible, a causa del tamaño, de la
cantidad de repeticiones y de la atención a los detalles. Esta es la tercera versión, en la cual in- Vendedor desempleado, 32 años, soltero; vive con una hermana casada
tento establecer un compromiso entre las exigencia de legibilidad y referencia al material. en Moóca.
2.2. número de pobres. Porque el rico tiene pocos hijos, quien tiene hijos como
-La inflación y esa desorganización que hubo en el sistema hizo que se cobaya es e! pobre. Entonces, yo creo que la pobreza aumentó mucho más
perdieran las referencias, entonces no tenemos más referencia; ¿qué es me- que la riqueza. Porque ganar dinero no es fácil. Principalmente honestamen-
jor, pagar bien a un empleado o dar una canasta básica,2 o dar un seguro, o te, no es nada fácil. Pero aumentó porque e! país creció económicamente, di-
dar un servicio hospitalario al empleado? Entonces, nosotros perdemos la cen que es la octava economía de! mundo. Sólo que la distribución de la ren-
referencia ... Pienso que uno de los motivos que provoca esa criminalidad ta es peor que en los países de África. Que en Senegal. .. que estuve leyendo
creciente es esta inflación que es inhumana, que alcanza mucho a la clase por ahí. Dicen que es una vergüenza. ¡Es increíble!
de menor renta. El Plan quitó el poder de compra del comprador. El Plan Agente inmobiliaria, 56 años, divorciada; comenzó a traba;ar en 1990;
Collor -yo voté a Collor-, el Plan Collor vino para disminuir el empobreci- vive con una hi;a en Alto de Pinheiros.
miento, para sacar del rico y poner ... yo pienso que ocurrió lo contrario,
hasta ahora ha sido lo contrario, el pobre está más pobre y el rico está más El Plan Collor fue considerado devastador, principalmente para las
rico ... La hiperinflación corroe completamente los conceptos de moralidad, clases medias cuyos ahorros fueron totalmente desvalorizados al quedar
de todo lo que puedas tener, cambian tus conceptos ... Entonces, yo creo que
congelados en cuentas bancarias durante 18 meses mientras la inflación
en la hiperinflación todos pierden todo, nadie gana nada ... La inflación ha-
subía. Entretanto, hasta personas de la clase trabajadora que pensaban
ce que pierdas tus conceptos [...] Entonces, sin querer, sin querer no, la infla-
ción hace que pagues muy poco a tu empleado, y la inflación trae el dinero que el plan tuvo virtudes, ya que por primera vez había afectado a los ri-
para el rico, concentra la renta, entonces yo lo considero inmoral, es como cos, reconocieron que su poder adquisitivo disminuyó después de la im-
un robo; el robo para mí es inmoral. plantación del plan. Además, las entrevistas con personas de la clase tra-
Empresario de la rama inmobiliaria, cerca de 40 años, vive con la mu- bajadora estaban colmadas de comentarios sobre el crecimiento del
;er y tres hi;os en Morumbi. desempleo y la situación desesperada de las familias cuyos miembros ha-
bían perdido sus empleos. El mayor motivo de frustración se relacionaba
Era común la opinión de que los remedios para lidiar con la inflación con el gobierno y los políticos. La mayoría de los entrev1stados conside-
alta habían sido consistentemente ineficaces, culminando con el Plan raba que el gobierno había traicionado las expectativas del pueblo, enga-
Collor. Ese plan afectó a todo el mundo, y los entrevistados concordaron ñándolo con promesas no cumplidas, adoptando políticas que contraria-
con que, a pesar de sus intenciones, el plan acentuó la desigualdad social ban lo que había sido dicho en campañas electorales, y resguardando los
y la distribución de la renta se volvió aún más injusta. intereses de una minoría de ricos y poderosos. Pensaban que los políticos
habían sido ineficaces al tratar los problemas del país. Algunas personas
consideraban que ya no había un liderazgo de hecho y que el gobierno era
2.3. tan inestable y volátil como la inflación. En ese contexto, algunos volca-
-Mire, por increíble que parezca, en la época puede haber sido hasta ban sus esperanzas, aunque confusamente, hacia la idea de un gobierno
una ilusión, el milagro brasileño en tiempos de Delfim Neto, pero en aque- fuerte, «constante, durable», como dijo uno de ellos (2.5).
lla época la inflación no subía con esta aceleración. Creo que era una infla-
ción más estable. Creo que aquella época era una época mejor. [...] Creo que
la generación de 50 años de edad, a la que le tocó el Plan Collor, es una ge·
2.4.
neración que económicamente se acabó, no tiene más chanceo Porque la gen-
-El Brasil está hecho un caos. Porque estamos viviendo de varias men-
te que tenía dinero para viajar, o que ahorró para comprar un departamen-
tiras, y una de las mayores es la inflación. [...] El Brasil necesitaría, por ejem-
to para los hijos, o que ahorró incluso para la casa propia, quedó con el
plo, un presidente que pudiera tener brazo de hierro, democráticamente, y
dinero preso. Y muy difícilmente se va a recuperar, fue un golpe muy gran-
poder ser ree!ecto, y poder ser reelecto, hasta enderezar.
de en verdad [...] Hoy la expansión de la riqueza en el país aumentó, aunque
Contador, 63 años, vive con la mu;er y el hi;o en Moóca.
la distribución sea pésima. Ahora, lo que creo que aumentó mucho más es el

Es vieja la idea en el Brasil de que un buen presidente, principalmen-


2. La canasta básica consistía en lo que un jefe de familia necesitaba para subsistir. Fue un .~
te uno que trabaje por los pobres, tiene que ser fuerte. Esa imagen ha sido
concepto usado por el gobierno para calcular el salario mínimo. Recientemente, ha sido usado }
para referirse a un grupo de alimentos básicos. Debido a la disminución del poder adquisitivo de
asociada a Getúlio Vargas, especialmente por miembros de la clase obre-
los salarios, muchos empleadores distribuyen estos alimentos a sus trabajadores junto con el ra. Muchos trabajadores disculpan el autoritarismo de Vargas basándose
pago del salario. en el argumento de que él tenía que ser fuerte para controlar a los pode-
rosos -los tiburones- y que él fue el primero en gobernar de hecho a fa- pendencia del Brasil. [oo.] Creo que el Brasilnunca estuvo en una época ade-
vor de los trabajadores al crear la legislación laboral.J Algunas veces los cuada, porque justamente el Brasilnunca fue independiente.Nunca se asu-
gobernantes del régimen militar y sus ministros fueron mencionados en mió, nunca pudo asumirsecomo un país independiente,yeso ya da una cier-
asociación a un período en que las cosas eran mejores -como en el caso ta inseguridad. [oo.] El Brasilnunca tuvo una época buena, si la tuvo fue una
de Delfim Neto, que es defendido por una simpatizante del PT en la cita ilusión, pero pasó. Tal vez la era Vargascreó una ilusión así [oo.] Hoy yo es-
cucho a muchos señoreshablando de la era Vargasy tal. Pero eso fue un pe-
2.3-. Dada la grave situación económica del comienzo de la década de
ríodo de abundancia, porque el poder de ellos es limitado, por más grande
1990, asociada al primer presidente electo directamente, para muchos el que sea, es por un momento. Lo que necesitamoses un poder constante, du-
régimen militar no parecía tan malo. rable. No sirve de nada que llegue un poderoso y haga algo maravilloso en
La atracción por una autoridad fuerte y perpetua personifica una el país y de repente [...] es lo mismo que construir un castillo en la arena.
amenaza al orden democrático -un orden que incluso las personas que Construir un maravilloso castillo encima de arena movediza, blando, de
buscan un «brazo de hierro» parecían estar ambiguamente intentando agua. Esto es simplementeilusión. Sialguienme dice que hubo períodos me-
preservar. Lo que esta ambigüedad revela es más una preocupación por jores, yo voy a decir que realmentelos hubo, pero fue sólo el tiempo que lle-
resolver un problema inmediato (a veces adoptando la solución más co- vÓfotografiar aquel castillo, porque enseguidavino el agua y «tchuÍ». Y si
mún -en este siglo el autoritarismo ha sido más la norma que la excep- es para tener un castillo por un segundo, me parece mejor ni tenerlo. Hay
ción en el Brasil-) que en analizar las consecuencias de la solución a lar- muchas personas que hablan de esta época, yo concuerdo, pero comprendo
go plazo. Pero revela también la ambigua relación que se mantiene con el la ilusión que el tipo vivió, yo no lo viví,yo sólo vi esta fotografía.
Desempleado graduado en comunicaciones con especialización en ra-
régimen democrático. El desencanto hacia los líderes y sus promesas no
dio, 23 años; vive con los padres en Moóca.
cumplidas se combina con frustraciones relacionadas con el progreso del
país y su modernización amenazada. A pesar de que la creencia en el pro-
Ciertamente es muy común en situaciones pos-colonj,ales y en países
greso ha sido básicamente incuestionable hasta hace poco tiempo, varios
en vías de desarrollo, pensar el progreso en términos de un modelo exte-
entrevistados expresaron la idea de que el progreso es una ilusión y no
rior de modernidad con relación al cual la realidad local es una versión im-
una promesa, y consideraron que el país nunca fue capaz de vivir de
perfecta, incompleta, subdesarrollada o, como mínimo, especial. En este
acuerdo con sus expectativas y nunca lo sería. Un joven residente de
sentido, las ansiedades con respecto a la copia, identidad, independencia y
Moóca expresó su escepticismo de manera especialmente convincente.
modernidad son inherentes al proyecto de la nación y su desarrollo. Con-
secuentemente, ellas están difundidas, no sólo entre los ciudadanos, sino
también en las teorías de ciencias sociales y políticas públicas.s Incluso en
2.5.
el auge de la creencia en el progreso y en la movilidad social, en el período
-Yo no logro ver cómo nuestro país va a lograr unirse al resto del mun-
do. No puedes saber.Está superindefinido.Creo que la situación es optimis- de 1950-1980, la distancia entre el ideal de desarrollo y la realidad brasi-
ta en cierto punto, porque yo reconozco que somos una historia nueva [oo.] leña ofrecía un telón de fondo para discusiones sobre e! futuro. Una de las
Nuestra tristeza, vamos a decir así, es que estamos viendo allí en la pantalla fórmulas para lidiar con esa distancia ha sido la famosa frase «el Brasil es
del cine a los países prosperando y a nosotros que queremos igualamos a el país de! futuro». Sin embargo, los brasileños siempre trataron esa obser-
ellos. Nosotros acortamos el puente. Sepiensa que estamos en el mismo ni- vación con una dosis de ironía. Eso se expresa, por ejemplo, en un chiste
vel,pero no, es una ilusión.Aquelloes una pantalla, aquello está en un tiem-
po muy adelantado y nosotros tenemos que trabajar mucho para hacer de
esto un país.4 [oo.] Es necesarioque haya una segunda... una verdadera inde- 5. Esa tensión entre un ideal moderno y la realidad retrógrada de la nación viene a tono en
los más diferentes modelos inventados por las ciencias sociales brasileñas para concebir la reali-
dad brasileña. Está presente en las discusiones raciales del final del siglo XIX sobre .blanquea-
3. Para una discusión sobre lo que los miembros de los sectores trabajadores piensan so- miento de la población. (d. Skidmore, 1974) y en los debates sobre la relación entre liberalismo
bre Vargas y su gobierno, y especialmente sobre el Estado corporativista, véase Caldeira (1984: y esclavitud (d. la famosa discusión sobre las .ideas fuera de lugar' de Schwarz, 1977). Tam-
cap. 4). .g bién está obviamente presente en las discusiones sobre el desarrollismo nacional y la necesidad
4. Este tema tuvo muchas otras expresiones en la época. Por ejemplo, en una famosa can- } de saltar etapas de desarrollo y acelerar la industrialización (d. Furtado, 1969 y la discusión so-
ción de final de la década de 1980, Caetano Veloso pregunta: -Cuándo es que en vez de rico o bre la -originalidad de la copia., de F. H. Cardoso, 1980), y sobre la teoría de la dependencia
policía o mendigo o pibe seré ciudadano, quién va a poner en ecuación las presiones del PT, de la (Cardoso y Faletto, 1967). El modelo antropológico más famoso que articula la tensión entre las
UDR y hacer de esta vergüenza una nación? (Vamo Comer, de Caetano Veloso y Tony Costa). especificidades locales y la modernidad completa es el de Da Matta (véase especialmente 1991).
que muchos entrevistados me recordaron y que ha sido contado en el Bra- Las ansiedades originadas en la condición colonial todavía balizan
sil desde hace varias generaciones. De acuerdo con el chiste, hubo un tiem- algunas reflexiones sobre el futuro del país, llevando a la repetición de la
po en que el país estaba al borde de un abismo, pero finalmente hizo algún cuestión: «¿Cuál será el lugar del Brasil en el orden internacional?,). En
progreso y dio un paso al frente ... Hay varias otras imágenes estereotipa- la medida en que el desarrollismo mostraba señales de agotamiento, al-
das sobre las potencialidades del país, repetidas con una pizca de cinismo.6 gunas personas expresaron su pesimismo. Pero también había algunos
A pesar de la ambigüedad producida por el hecho de que se afirma y se optimistas, personas entusiasmadas con los primeros movimientos del
niega simultáneamente la posibilidad de que el progreso sea común, ella gobierno Collar redefiniendo la relación del Brasil con el orden interna-
parece haberse hecho más profunda recientemente, a medida que las per- cional y adoptando políticas neo liberales que contradecían el antiguo
sonas se dieron cuenta de que el desarrollo, de hecho, nunca coincidió con modelo basado en la sustitución de importaciones, proteccionismo, sub-
sus promesas. Por un lado, está la idea de ilusión, bellamente comentada sidio estatal y cierre del mercado nacional.
en la cita 2.5:7 los modelos de desarrollo en la pantalla de cine y los alega-
dos períodos de crecimiento brasileño capturados en viejas fotografías
imaginarias son como castillos de arena, ilusorios y transitorios. Por otro 2.7.
lado, los chistes están dando lugar a un claro pesimismo y a veces, inclu- -Yo creo que la cosa está caminando hacia una internacionalización.
so, a la desesperación. Creo que el Estado nacional está siendo superado, está todo muy interrela-
cionado, una nación no vive sola. Quiero decir, aquel espíritu «vamos a
cerrar las fronteras y fomentar el mercado interno», ese asunto no existe
2.6. más. La velocidad del conocimiento es muy grande y es una velocidad que se
-El Brasil esta cada vez... cada vez así. .. no digo menos viable, pero da por una sinergia que existe, una relación sinérgica entre las naciones; si se
es un país que no está dando mucha proyección de un buen futuro para el cierra, se va para atrás ... Yo no creo que el Brasil perdió ¡;) tren de la histo-
pueblo brasileño. Yo estoy preocupado. Yo como joven me quedo preocu- ria. Creo, sí, que nosotros perdimos diez años, infelizmente, todo eso, pero
pado porque no soy un joven alienado. Me está pareciendo que este nuevo creo que se puede recuperar. Soy un tipo optimista. No comparto el pesimis-
gobierno que va a entrar va a enfrentar serias dificultades, porque nosotros mo, soy un tipo optimista y vibro mucho con todo esto que está ocurriendo
somos un país del Tercer Mundo, somos un país que ... culturalmente es un a nivel político, todos estos cambios (...] Creo que estamos en un proceso
país del Tercer Mundo, tenemos una deuda externa muy grande, tenemos correcto. En ese punto hasta Collar; no voté por él, voté por Lula en la se-
una calidad de vida, de salud, mala, de alimentación mala. Tenemos pro- gunda vuelta; casi me mataron en el medio empresarial, esas cosas, casi me
blemas con el nivel de ... hasta de ... problemas generales, sabe, de posicio- tiraron por la ventana, pero yo voté por él más porque me parecía que Lula
namiento frente al mundo desarrollado. Es un país que, todo bien, es rico, traía una amenaza menor al sistema democrático que Collor.
es un país que tiene mucha tierra, tiene mucho futuro, dicen que va a ser el Director general y co-propietario de una i1tdustria química, Morumbi,
granero del mundo. Pero mi padre ya decía eso, mi abuelo ya decía eso, y 37 años, dos hijos; la mujer es ama de casa.
yo estoy viendo que el tiempo va pasando y las cosas van quedando igua-
les y cada vez peores. Nunca se tuvo tanta miseria en el Brasil, creo, como
ahora. 2.8.
Empleado público de escalafón medio, 32 años, soltero, nivel universi- -Mire, yo creo que no es fácil, pero creo que es un primer paso para
tario, vive con los padres en Moóca. que partamos hacia una cosa nueva. No podíamos continuar más en el mun-
do actual siendo una cosa que no tenía más nada que ver, necesitaba real-
mente una sacudida (...] Creo que toda esta nueva mentalidad tiene que ser
introducida en el país. Nosotros no podemos quedamos más tan fuera del
mundo. Y no sé cómo, pero quién sabe vamos a conseguido. Me da la sen-
6. Algunas de esas imágenes son tan viejas como el propio país. Reflejan la famosa frase sación a veces que estamos empezando a mejorar. Creo que ya se habla en
«una tierra donde lo que se planta, da», usada en 1500 por el escribiente Pero Vaz de Caminha
un nivel un poco más internacional, una cosa así un poco más amplia. Creo
para describir la nueva tierra al rey de Portugal. ~
que ya se vislumbra que no puede ser como era (...] No es fácil. Nuestra
7. Ilusión es también una buena metáfora para lo que ocurre bajo la inflación y para la za- ;:
randa financiera que la acompaña: las personas piensan que ganaron dinero con la especulación mentalidad es muy ... , no sé, creo que un poco primitiva incluso, ¿no? Esa
financiera, pero es solo una ilusión, pues el poder de compra desaparece; las personas piensan falta de noción que nosotros tenemos de economía, esa cosa de no saber
que el salario aumentó, cuando sólo acompañó la inflación. consumir adecuadamente. Mientras la gente no entienda -la gente de la que
estoy hablando somos todos nosotros, el pueblo-, no entendamos que la
gente tiene que ahorrar, que la gente tiene que consumir adecuadamente, to-
do va a ser difícil. Creo que es peor el consumo de los grupos más pequeños, .EI salario en verdad sólo alcanza para comer, no al-
grupos que no tienen ninguna noción de nada. Mientras no cambie esa men- canza ni para ir al parque a llevar a María para ju-
talidad, creo que va a ser muy difícil. gar en la vuelta al mundo.»
[Más tarde ella argumentó que Sáo Paulo es un lugar especial. Explicó Mecánico de automóviles, 22 años, casado;
que si una persona viaja en el interior del estado de Sáo Paulo, realmente vive en el Jardim das Camélias con la mujer,
queda sorprendida con su desarrollo. Durante los primeros días que siguie- María, y dos hermanos.
ron al Plan, «cuando fue aquella miseria nacional" ella tuvo que volar hacia
Minas. Mirando hacia abajo desde el avión, pensando que nadie tenía dine- Los mismos sentimientos de pesimismo e incertidumbre expresados
ro en aquella época, pero viendo toda la tierra cultivada, «esa cosa fantásti- en comentarios sobre el país, marcan las discusiones sobre experiencias
ca», pensó:] individuales. Si el progreso del país estaba volviéndose más una ilusión
¡Qué cosa! el Brasil es un fenómeno, no se puede hundir. Creo que es
que una promesa, para los individuos la experiencia de decadencia social
una gran diferencia para el resto del Brasil. [...] La gente aquí en Sao Paulo,
era cada vez más la realidad. Eso ocurría en todos los grupos sociales,
la gente trabaja, la gente no se deja ... la gente está trabajando y está siguien-
do con su vida. Eso ahí no se puede parar, yo creo. Esa parte del país, creo pero obviamente era expresado de maneras diversas y asociado a dificul-
que no hay con qué hacerla parar. La gente quiere trabajar. Mientras noso- tades extremadamente diferentes de acuerdo con la clase social.
tros no nos desliguemos de esa mentalidad de gobierno protector, esto no Poco antes de la Navidad de 1990, entrevisté a tres hermanos en el
tiene arreglo. Todo, el gobierno; el gobierno es el que tiene que dar, el go- ]ardim das Camélias, a quienes !=onocíadesde 1978, cuando eran niños.
bierno es el que tiene que hacer, el gobierno ... Esto ... esto es un desastre. Lo En diciembre de 1990, el más grande (A) tenía 22 años, acababa de casar-
que necesitamos es libre iniciativa, es trabajar, seguir viviendo hacia delante. se y trabajaba como mecánico de automóviles, ganando Cr$ 35.000 (casi
Ama de casa, 52 años, Morumbi, dos hijos; el marido es ejecutivo de tres salarios mínimos) por mes; su hermano (B) tenía 16 aÍíos y era traba-
una multinacional. jador no cualificado en una fábrica textil, ganando Cr$ 18.000 (un sala-
rio mínimo y medio); y su hermano (C), de 19 años, estaba buscando un
Las pocas personas que eran optimistas con respecto al país en 1990- empleo: acababa de volver de Bahía, adonde la familia se había mudado
1991 eran de las clases más altas. Ellas veían una nueva fórmula de pro- algunos años antes. La entrevista reveló no solo el nivel de pobreza y las
greso, de incorporación al sistema mundial y a la modernidad (que Collar restricciones que moldean su día a día, sino también su falta de esperan-
representaba), y que tal vez pudiera dejar atrás el lado atrasado del país za en un futuro mejor. Ese pesimismo queda especialmente claro cuando
(los pobres, el Nordeste), fortaleciendo las relaciones directas de la moder- es contrastado con otra serie de entrevistas que hice diez años antes a un
na y trabajadora Sao Paulo con el exterior. Pero ese discurso elitista sobre grupo de jóvenes en el jardim das Camélias: todos creían en el progreso
la modernidad era frecuentemente marcado por un profundo prejuicio so- y pensaban que en algunos años estarían en mejor situación social, a pe-
cial. La culpa del atraso del país generalmente es asociada no solo al go- sar de que creían que para eso necesitarían esforzarse mucho, trabajando
bierno sino también al pueblo, sobre todo los más pobres, «los grupos más duro y estudiando (Caldeira, 1984: 168-172). Entretanto, en 1990, los
pequeños». El reconocimiento de la inmensa injusticia social y del efecto jóvenes del ]ardim das Camélias sentían que era poco lo que podían ha-
devastador de la inflación en los más pobres no impide que algunas perso- cer para mejorar su calidad de vida. Aun cuando trabajaran y estudiaran
nas de las clases media y alta afirmen que los pobres son por lo menos par- duro -tal como hacían-, no conseguirían mucho. Para ellos, la idea total-
cialmente culpables por su situación y por los problemas del país. La cita mente consensuada diez años antes de que Sao Paulo era un buen lugar
2.8, a la cual retorno más abajo, expresa esa posición elitista: ella destaca porque ofrecía empleo y movilidad social, ya no era válida. Incluso podía
el potencial del país y la excepcionalidad de Sao Paulo, atribuyendo a los ser un buen lugar para encontrar un empleo, pero los salarios no permi-
pobres actitudes que impiden que esas potencialidades se concreten; tían su incorporación a la sociedad de consumo -como ocurría una déca-
El optimismo de las clases más altas, mientras tanto, no era compar-
tido por otros grupos sociales. Lo que las clases más altas veían como se-
i da antes- o movilidad social. Los salarios se gastaban en alimentación y
transporte, y los jóvenes que entrevisté hablaron con tristeza e ironía so-
ñales de mejoría, parecía a aquellos para quienes la crisis no tenía ningu- bre las posibilidades que les eran ofrecidas: como dijo uno de ellos, él no
na connotación de progreso más bien una ilusión. podía ni siquiera llevar a su mujer al parque de diversiones de vez en
cuando. Construir la casa propia estaba fuera de consideración. A fines universo de la cultura de masas y refiriéndose a Rambo, e! personaje de
de la década de 1970, cuando comencé a hacer trabajo de campo en el Sylvester Stallone, como un abogado de los derechos de los trabajadores.
Jardim das Camélias, todos en e! barrio creían en e! progreso. Las perso- Su conocimiento de la cultura urbana contrapuesto a las marcas de su ex-
nas estaban construyendo sus casas y organizando todo tipo de asociacio- clusión, expresa la injusticia que sufren. Sus entrevistas son tan persuasi-
nes y movimientos sociales para obtener mejores servicios e infraestruc- vas que tornan superflua cualquier interpretación.
tura para e! barrio (Caldeira, 1984, 1987 y 1990). Obtuvieron la mayor
parte de la infraestructura para el barrio (asfalto, iluminación pública,
cloacas) y de los servicios públicos (guardería, puesto de salud) en la dé- 2.9.
cada de 1980, y de esa forma ayudaron a urbanizar la periferia. Muchas A -El salario en verdad sólo alcanza para comer, no alcanza ni para ir
personas consiguieron agrandar y terminar sus casas autoconstruidas. al parque y llevar a María a jugar en la vuelta al mundo. Si yo gasto en trans-
Sus hijos, sin embargo, que a comienzos de los años noventa estaban en porte, va a faltar para ir a trabajar al otro día. Entonces me voy a quedar en
casa, sí, porque es mejor, entonces me quedo en casa. [...] El cine yo creo que
la franja de los 20 años, casándose y que ya habían estado en el mercado
tampoco compensa, no. La persona, alguien que tiene un videocasete, va a
de trabajo por algún tiempo, sentían que no tenían las oportunidades que un videoclub, alquila una cinta por 150 y pasa el día sólo viendo la película
sus padres habían tenido. Como me dijeron muchas veces, no lograban que quiera. Lo que a mí de verdad me gusta es ver películas de Rambo, ahí
ver los resultados de sus esfuerzos. Todo lo que pudieron ver a lo largo de me quedo todo el día viendo películas de Rambo.
los últimos años era, como dijo uno de ellos, que <<losricos se hicieran -¿Por qué te gusta Rambo?
más ricos y los pobres no tienen más oportunidad de ascender en la vi- A -Porque es un tipo violento. ¿Viste ya a Rambo allá en los Estados
da», Para completar ese sentimiento de desesperanza, percibían que en su Unidos? .
barrio, el lugar calmo y pacato donde habían crecido jugando a la pelota -Vi sus películas.
en las calles, se estaba poniendo peligroso. Algunos de sus amigos habían A -Cuando vayas para los Estados Unidos y lo veas¡ dile que hay un
sido muertos en las mismas calles donde acostumbraban jugar juntos. tipo aquí que quiere un autógrafo de él.
-Le digo, pero creo que va a ser difícil que me encuentre con él, solo en
Los padres de los tres muchachos que entrevisté en 1990 estaban entre los
la televisión ...
líderes más activos de las asociaciones locales a fines de la década de A -En verdad yo veo Rambo porque hace un papel defendiendo, que-
1970 y comienzo de la de 1980 y entre los fundadores del comité local del riendo tener los derechos,8 defendiendo el bien, defendiendo a los pobres y
PT. A mediados de los años ochenta, sin embargo, al sentir que las cosas el bien, acabando con la ambición, ves que él va atrás de gente ambiciosa y
se estaban poniendo muy difíciles y violentas, volvieron a su tierra natal, todo acaba bien. Sería bueno si la gente actuara de esa manera, agarrara
Bahía. Desde entonces, cada uno de sus siete hijos ha retornado a Sao esos tipos ricos así, muy ambiciosos y les prendiese fuego. [...] Si ocurriera
Paulo en algún momento en busca de mejores oportunidades. eso, Silvio Santos estaba muerto, Roberto Marinho estaba muerto, que son
La descripción de los hermanos sobre la situación económica de! país tan ambiciosos, son tan ricos, esa gente rica es toda ambiciosa, sólo para te-
era desalentadora: «nadie tiene dinero, los empleado res están todos cami- ner alguito hay que ser ambicioso.
no a la quiebra, despidiendo empleados; e! Plan Collar perjudicó a mu- -¿Piensas que hoy en día la persona que trabaja la vida entera tiene
cha gente, dijo el mayor. A pesar de que dos de ellos todavía están em- chance de ascender en la vida?
A -Pienso que quien trabaja la vida entera ... creo que no tiene chance
pleados, no esperaban mantener el empleo por mucho tiempo. Uno tenía
de ascender en la vida, no.
la certeza de que sería despedido después de las fiestas de fin de año. Es- C -Antes tenía, hoy no puede, no.
pecialmente convincentes y desalentadores fueron sus relatos sobre las -Antes ¿cuándo?
tentativas de encontrar trabajo -a pesar de la poca edad, todos ya habían C -Diez, veinte años atrás, y ahora ganas un dinero, lo muestras, viene
intentado muchos empleos-, las largas horas invertidas en trabajo y un ladrón y se lo lleva, no puedes ni gastar.
transporte, las tentativas de bajar las expectativas y las continuas frustra-
ciones de sus esperanzas. Ellos sabían acerca de las oportunidades de con-
sumo que la ciudad ofrecía y querían participar de ese mercado por lo i 8. Él usa aquí la expresión «queriendo tener los derechos [respetados]-. Hubo un lema po-
menos en un modesto nivel, compatible con una vida digna de trabaja- pular del movimiento sindical a partir de Vargas, en el cual hacen hincapié los movimientos so·
dor; pero sabían que eran excluidos. Sentían que eran víctimas de la in- ciales contemporáneos y el PT. Así, este joven, que vota por el PT, interpreta a Rambo en estos
justicia, un sentimiento que expresaban usando imágenes prestadas de! términos políticos.
B -No vale más la pena comprar cosas buenas, no. Ganas 20.000, vas Las personas de otros grupos sociales que entrevisté, en Moóca y es-
a comprar un pantalón: es casi 15.000. pecialmente en e! Alto de Pinheiros y Morumbi, viven en condiciones
A -¡Trabajas un mes para comprar un pantalón! muy diferentes de la pobreza de! Jardim das Camélias. Sin embargo, ellas
B -Zapatos, si quisieras andar a la moda, tienes que ganar alrededor de también sentían que estaban más pobres que antes, que estaban decayen-
100.000 para vestir de marca, como se dice. do socialmente, que la desigualdad social había aumentado y que las
C -Tienes que ganar la lotería o e! bingo. perspectivas para el futuro no eran alentadoras. Aunque en grados varia-
A -El tipo que gana unos dineritos más o menos, va a querer comprar
dos, las descripciones de! deterioro de las condiciones sociales eran bási-
unos muebles buenos para poner dentro de la casa, va a querer pasear un
camente las mismas. Las personas expresaron un sentimiento de restric-
día; cuando llega, los ladrones ya se llevaron todo. Tiene que salir ypedirle
ción y de ser incapaces de aprovechar lo que la ciudad tiene para ofrecer;
al vecino que vigile la casa.
-¿Y cómo hacen las personas para ir a la moda? todos tenían conciencia de que los salarios se evaporaron y que el consu-
B -Ah, muchas personas compran robado, como allá en la empresa, los mo disminuyó. Restricción no solo con re!ación al consumo, sino tam-
tipos compran cosas robadas -los tipos van, asaltan la tienda y ahí la ven- bién a la sociabilidad y al uso de! espacio público. El delito se suma a esas
den más barato- e! pantalón está a quince, ellos venden a cinco, la cantidad percepciones y las amplía: incluso lo poco que las personas consiguen te-
que e! tipo les dé, ellos aceptan, y muchos que andan con marca es por eso, ner, puede ser robado.
porque trabajando en esa empresa no se puede andar con marca. Los residentes de Moóca, que en general se consideraban de clase
C -Si saliese la moda de andar todo desnudo por ahí... media y que sintieron que sus posibilidades de movilidad social estaban
A -Si e! gobierno lo autorizara, yo andaría desnudo sólo para no ensu- disminuyendo, se mostraban preocupados por mantener su posición so-
ciar la ropa. cial y frecuentemente concluían que eran e! grupo social más afectado por
C -Ahí me ponía una marca: importada. la recesión económica.
-¿Pero tú tenías ganas de comprar ropa de marca?
B -Yo, a mí no me importa, no, vestir con marca, pero sí estar más
apuesto, con ropas más bonitas, ropa bien terminada. 2.10.
C -A ti, no hay manera de dejarte más apuesto. -Todos estamos descendiendo de clase y nadie está haciendo nada. Yes
B -Yo tendría que ganar alrededor de 100.000. Para andar como a mí claro que los pobres y la clase media son los que están peores; los ricos con-
me gusta tengo que ganar alrededor de 100.000. Ganando 18 sólo alcanza tinúan ricos, en la buena.
para los gastos de! mes. Sólo de pasaje se van unos 7.000, después viene la Profesora en una guardería y decoradora de iglesias para casamientos,
comida para llevar todos los días, hay gastos y así no se puede andar de pun- Moóca, cerca de 40 años, soltera, vive con la madre viuda.
ta en blanco.
-¿Qué derechos piensas que tiene hoy en día la gente pobre?
A - ¿Qué derechos? Ninguno, solo e! derecho de ir a trabajar, de volver 2.11.
a casa y dormir para, al otro día, ir a trabajar. Lleva cuatro horas en e! trán- -La clase media desapareció. Hoy hay solo clase pobre y clase mi-
sito llegar al trabajo, dos horas para ir, dos horas para volver. llonaria. Yo me consideraba clase media, hoy me considero clase pobre.
-¿Crees que si Lula fuera electo podría defenderte más? Hoy no me considero más clase media porque ... si yo no tuviera esta casa,
A -Ah, él podría damos una vida digna a todos nosotros, todos noso- hoy no estaría en condiciones de comprar otra de ninguna forma. No
tros queremos no solo comer, sino también tener una buena casa, buenos podría.
muebles, un automóvil, una buena casa, buena ropa, tener un buen todo, te- -¿ y la clase pobre? ¿La gente que vive más en la periferia?
ner dinero suficiente para ayudar a nuestra familia. Nosotros no tenemos di- -Creo que para ellos no está tan mal porque nosotros, clase media,
nero para comer, ¡cómo vamos a tener dinero para ayudar a la familia! Esta tenemos que tener cierta presentación, no puedes andar de cualquier ma-
época de Collor está siendo la peor de todas [...] Creo que si Lula ganara, nera. Y ellos no. Entonces, generalmente en una familia son cuatro, cinco
haría algo por nosotros, porque él ya pasó por lo que nosotros pasamos, y personas que trabajan, ellos logran sobrevivir. No están viviendo, sobrevi-
Collar nunca pasó, ni Collar ni esos otros que entraron, que nacieron en ven. Creo que quien está sufriendo más es en verdad la clase media, que
cuna de oro. tiene que mantener una cierta apariencia, tienes que tener una casa razo-
C -Siempre es la misma cosa cuando llegan arriba ... nable, no vas a vivir en un conventilIo ¿no? Es una verdadera dificultad.
Para la clase rica está bien. ¿Ha visto los departamentos que están constru-
yendo ahora, todos de 4, 5 suites, 5 garages, todo así, habitaciones para lo necesario identificarlos con la necesidad, la naturaleza y la falta de ra-
todo?9 cionalidad ~ de una cultura sofisticada, puede ser una manera de asociar-
Viuda, cerca de 50 años, Moóca. Comparte la casa con la hermana, , los al espacio del delito, que es frecuentemente descrito con los mismos
también viuda, de modo que la familia del sobrino pueda vivir en la casa de trazos.
la hermana sin pagar alquiler. Pero la cuestión de la apariencia introducida en la cita 2.11 tiene aun
otro aspecto. Una de las razones por las cuales las clases medias eran par-
A pesar de algunos elementos que todavía garantizan una cierta cali- ticularmente sensibles a las transformaciones recientes era porque tenían
dad de vida -como la casa propia-, las personas que entrevisté estaban dificultades para mantener las apariencias y las distancias que considera-
convencidas de que estaban decayendo socialmente. En una situación ban adecuadas. Antes eso era fácil, básicamente una cuestión de usar la
como esa, la preocupación por la posición social se torna aguda. Para re- ropa apropiada y mantener una casa confortable en un barrio tranquilo.
saltar el deterioro de su posición social, las personas que se consideran de Pero con los rápidos cambios en el barrio, la ampliación del mercado de
clase media pueden retóricamente asociarse a los pobres. Pero ese ejerci- consumo a otros grupos sociales, la crisis económica que redujo el poder
cio no dura mucho y las marcas de distinción en relación con aquellos de compra, las nuevas prácticas democráticas que transformaron la vida
que están abajo, son presentadas sin demora. La cita 2.11 ejemplifica una política, y las viejas creencias en el futuro que fueron minadas, las perso-
de las maneras más comunes utilizadas para diferencias a los pobres: se nas se sentían inseguras con respecto a su posición social. Una de las ma-
considera que ellos están más cerca de la necesidad, apenas preocupados neras de lidiar con la incertidumbre es elaborar diferencias sociales. Así,
con la sobrevivencia, y sin preocupación por la buena apariencia o estilo. las discusiones sobre la decadencia social se vuelven discusiones sobre di-
Estas suposiciones en relación con los pobres obviamente no son ex- ferencias sociales y mantenimiento del lugar de cada uno en la jerarquía
clusivas de las clases alta y media brasileñas. Hay, por ejemplo, una larga social.
tradición de estudios de estética que afirma que el gusto de las personas La distancia social está marcada de varias maneras. Pt'lede ser creada
pobres es una función de la necesidad; de hecho, las personas pobres no materialmente a través del uso de grados que ayudan a indicar una casa
tendrían una percepción estética ya que no se distancian de la necesidad. propia como algo claramente distinto de conventillos y fav~las. EI.uso de
Una versión reciente y sofisticada de esa perspectiva es la presentada por vallados todavía ofrece el sentimiento de protección, cruclal en tiempos
Bourdieu (1984, especialmente el capítulo 7), para quien las clases traba- de miedo al crimen. Pero las concepciones despectivas hacia los pobres
jadoras están confinadas a la «elección de lo necesario". El diálogo de los también cumplen la función de crear distanciamiento social: ellas for~an
hermanos del Jardim das Camélias (cita 2.9) y muchas otras entrevistas una especie de cerca simbólica que tanto marca fronteras como encierra
con personas de la clase trabajadora sobre la decoración de sus casas yes- una categoría y, por lo tanto, previene las peligrosas mezclas de ca~ego-
tilos de ropas, demuestra que ellos entienden de moda y estilo y que arti- rías. En la cita 2.11 la narradora, que consideraba que la clase media es-
culan juicios estéticos en sus elecciones de consumo. lO Si no expresan su taba desapareciendo, describe a los pobres como personas acost~mbra-
gusto y conocimiento con más frecuencia, es porque son sobreexplotados das a la indignidad y que aceptan su posición casi fuera de la SOCiedady
y no tienen recursos para eso, y no por no tener sentido estético o deseo de su mercado de consumo. Cuando esta imagen es contradicha por los
de consumir. Describir a los pobres como limitados a la necesidad es solo pobres y ellos exhiben señales de participación en la sociedad y en el mer-
un prejuicio más contra ellos, un prejuicio recurrente entre aquellos que cado de consumo, aquellos que quieren mantenerlos fuera pueden reac-
se piensan superiores socialmente. Además, ubicar a los pobres cerca de cionar fuertemente. Esa irritación con relación al consumo de los pobres,
muchas veces fue expresada en las entrevistas, especialmente en comenta-
9. Véase el capítulo 7 para un análisis de 105 emprendimientos inmobiliarios. Esta opinión
rios laterales hechos por personas de clase alta. En la cita 2.8, la narrado-
sobre emprendimientos inmobiliarios de lujo era muy común en la época en la prensa y entre los ra critica a «la gente más pequeña" que impide el progreso del país. Ella
corredores de inmuebles. continúa:
10. James Holston y yo estamos desarrollando el proyecto de investigación -Interiores de
la clase trabajadora: la estética de las casas autoconstruidas en Sao Paulo», en el cual analizamos
la estética arquitectónica y de consumo de las capas trabajadoras -la estética que les proporcio-
na un idioma público para evaluar sus experiencias de construir la ciudad y volverse ciudadanos 2.12.
modernos-o Véase Caldeira (1986) y Holston (1991a) para un análisis del gusto de la clase tra- -Creo que peor es el consumo de la gente más pequeña, gente que no
bajadora y una crítica de la visión de Bourdieu basada en material brasileño. tiene noción alguna de nada. Son criaturas que dejan un grifo abierto y se
van adentro a hacer no sé qué y aquel grifo abierto aUí. Veo eso dentro de hay en esas favelas, en todas esas casitas ves antenas de televisión. No tienen
mi casa. Te estoy hablando de una cosa del día a día. Pueden entrar a la co- heladera, pero tienen televisión. La heladera hasta sería más útil, pero eUos
cina, está el grifo abierto. Ahora, por ejemplo, si yo Uego, el grifo está abier- no tienen heladera y tienen televisión. Ellos están acompañando esto, el mo-
to, siento que la criatura vuelve a cerrar el grifo porque yo ya le dije: Mira, do en que viven los ricos y que muestra la televisión.
el agua no cae del cielo, el agua es algo caro, es algo que costó un tratamien-
to de agua, fue captada, fue juntada, fue tratada, hasta Uegar a tu grifo.
La imagen de la televisión en las casillas de las favelas sirve como
-¿Quiere decir que crees que hay algo de malgasto?
símbolo de la irracionalidad y extravagancia de los pobres. Es una ima-
-Mucho. Más aun en la gente pequeña que en los otros.
-¿Pero esa no sería la gente que tendría que malgastar menos? gen usada incluso por aquellos que son críticos con relación a la desigual-
-Sí, pero no te imaginas lo que malgastan, es algo fenomenal. Es algo dad social en el Brasil y a la arrogancia de los ricos brasileños, tal como
que tú no ... Tú dices: ¿pero cómo malgasta si no tiene? Pero si tuviera, mal- en el caso de la entrevistada que acabo de citar. Ella es invocada repetida-
gastaría. Lo que tiene, derrocha. No sabe preservar, no sabe guardar, no sa- mente para indicar la supuesta incapacidad de los pobres para adminis-
be... no tiene la menor ... Ahora, en el sur del país es completamente diferen- trar su parco dinero inteligentemente. Si ellos gastaran dinero en un hela-
te. En el sur del país vas a ver gente que es ahorrativa, que va y compra su dera, razona la entrevistada, eso sería aceptable, ya que estaría más
casa, sale de la nada y va juntando y va ahorrando y compra su casa. próximo a lo necesario y, de todo lo que existe para comprar, la comida
es lo más necesario. Desde esa perspectiva, los pobres no deberían osar
La idea de que los pobres no saben consumir adecuadamente, que entrar en el universo de los bienes de consumo o imitar el estilo de vida
desperdician recursos y que tienen una «mentalidad malgastadora» está de las clases más altas que ellos ven en la IV. La televisión es el mejor sím-
muy difundida entre las clases media y alta. Eso es obviamente negado por bolo de esa transgresión, no por su precio -ya que es más barata que una
la realidad de cualquier periferia urbana en el Brasil, donde los trabajado- heladera-, sino a causa del acceso a la información que ella permite. Por
res pobres construyeron y decoraron sus casas por cuenta propia, y urba- la televisión los favelados tienen acceso al mismo universO simbólico que
nizaron sus barrios sin ningún tipo de financiamiento. Sin embargo, aque- los ricos y pueden volverse más conscientes de la inmensa desigualdad so-
llos que se consideran en mejor situación, frecuentemente niegan a los cial de una sociedad donde cualquiera puede comprar un televisor a cré-
pobres las características y los comportamientos asociados a capitalismo y dito, pero en la cual el estilo de vida que exhibe es territorio exclusivo de
modernidad, tales como racionalidad, conocimiento, capacidad de aho- la elite. En la televisión, probablemente la única forma de ocio todavía
rrar, de planear y de aprovechar al máximo los recursos. Este tipo de argu- disponible diariamente para los pobres, les gusta mirar Rambo e imagi-
mento es aplicado no solo a los individuos pobres, sino también a las re- nar que un día él declarará la guerra a los «hombres ambiciosos» del Bra-
giones pobres. Los paulistas dicen que Sao Paulo es lo mejor, el Sur es casi sil. Y tal vez no sea por casualidad que los ejemplos citados por los her-
tan bueno como Sao Paulo, pero el Norte y el Nordeste no tienen arreglo, manos del Jardim das Camélias sean Roberto Marinho y Silvio Santos,
como las personas de allá, que no saben cómo economizar o trabajar efi- los dueños de las dos redes de televisión más poderosas del país.
cientemente. Esos temas también aparecen en la cita 2.3 más arriba. La en- La irritación con la participación de las personas pobres en los mer-
trevistada, para quien el Plan Collor fue inmensamente perjudicial, toda- cados de consumo de clase media también fue expresada en discusiones
vía posee una casa con cinco cuartos y piscina en un barrio de clase alta con miembros de la clase alta sobre el deterioro de las condiciones de
donde vive con una hija, pero perdió todos sus ahorros y tuvo que comen- vida en la ciudad. Este es el caso de la siguiente conversación entre tres
zar a trabajar a los 55 años. Ella era extremadamente crítica con relación mujeres (M, O y P) que viven en casas en Morumbi. Ellas también creen
a la desigualdad social en el Brasil, pero también consideraba que los po- que fueron afectadas por las crisis económicas, pero los términos en que
bres tenían su culpa, ya que «tienen hijos como cobayas». Ella cree que la presentan su deterioro social constituyen una muestra de la inmensa
desigualdad social está asociada al crecimiento de la violencia. Sin embar- desigualdad entre las clases sociales en Sao Paulo.
go, comentando sobre el consumo de los pobres, continúa:

2.14.
2.13. M -¡Antes, también nosotros teníamos más dinero! Yo comía camaro-
-Esto es algo indignante. Vas a cualquier casilla, y en Río de Janeiro nes todos los sábados --<:amarones,langosta- ... Ahora, para comprar cama-
también, y aquí en Sao Paulo, que hay cerca de las zonas marginales, que rones ... Para mí está más duro. Trabajo lo mismo, mi marido también, pero
hoy en día, no ... Cobro en dólares para no estar reajustando todos los me- transgredir las líneas imaginarias que separan los grupos sociales y man-
ses, pero siento que antes hacíamos más comida, mi marido también, vivía- tienen a cada uno en el lugar que le es «propio». ¿Cómo puede un em-
mos con su salario, hoy en día su salario no alcanza ni 15 días. En serio. El pleado osar comprar el mismo tipo de automóvil que su patrón? ¿Cómo
factor dinero, uno también se vuelve más aprehensivo, se irrita. puede osar parecerse a ellos y dejarse confundir con alguien de otra cla-
O -Yo sentí [1adiferencia] a partir del Plan Collor.
se? El malestar que las personas de la clase alta sienten con la incorpora-
M -Creo que las diferencias sociales antes no eran tan grandes, no se
sentía tanto, hoy en día son mayores. La clase alta de antes, de unos diez
ción de trabajadores a la sociedad de consumo, aun modestamente, es
años atrás, ya no está tan alta como era, se hizo más clase media, y en los evidente. Si ellos gastan dinero en algo considerado de clase alta, son «ri-
medios, obviamente que descendimos con relación a lo que éramos. Enton- dículos», es «un horror» -incluso cuando los pobres están demostrando
ces, los que estaban alto todavía quieren afirmarse, y entonces en eso existe su incorporación a las relaciones capitalistas-.l2 Controlar las fronteras
mucha agresividad, son pocas las personas que ... de las posiciones sociales es una operación crucial del habla del crimen, y
O -Para que tengas una idea también, puedes ver por ahí, busca un ba- eso es realizado no solo por la elite sino por todos los grupos sociales -los
rrio más simple, las casitas, las casitas muy pequeñas, ahí ves aquellos por- pobres también lo hacen, despreciando a los residentes de las favelas y
tones así, así, así, que podía caber un Del Rey, una Caravan.ll La familia conventillos-.
pasa el año entero allí, así, economizando todo, pero el gran automóvil está Los prejuicios con relación a los pobres no impiden a las personas de
allí al frente de la casa para mostrar que tienen el gran automóvil del año. clases altas reconocer que las condiciones de vida de la clase trabajadora
No viajan, no van de vacaciones, no hacen nada, todo el mundo histérico
se aproximan a lo intolerable. No obstante, ellas siempre encuentran un
dentro de la casa, quiero decir, ¿qué es eso? ¡Es para exhibirse! Yo quedo
medio de culpar a los pobres por su propia pobreza y de descartar argu-
asombrada.
C -Es autoafirmación. Siempre fue eso. Aquella persona que no puede mentos contrarios. Las tres mujeres que acabo de citar concuerdan en que
tener, entonces tiene que vivir por la apariencia. la desigualdad en la distribución de la renta en el Brasil es absurda y la
O -¡Ay, qué horror, qué horror! Me parece ridículo. contrastan con la de algunos países europeos. Sin embarg'b, comparten el
C -Hay un muchacho en la fábrica, un encargado de la producción de prejuicio de que los trabajadores son perezosos y tienen mala voluntad a
la fábrica ... era muy gracioso, porque él estaba ganando bien, ganaba comi- la hora de trabajar duro, y es por eso que las personas como sus maridos
sión sobre ganancia, entonces, si la empresa factura más, entonces divide, y no se deciden a pagarles mejor. Además, comparten el prejuicio de que los
él ganó un buen dinero. Él vive -es de Ceará- vive con la mujer y cuatro hi- pobres no están en mejores condiciones de vida porque tienen hijos como
jos en un cuarto, sala, cocina, baño propio, de él, y tiene un buen terreno, mi «cobayas», y no podían creer en mis relatos sobre el descenso de las tasas
marido lo conoce. Cuando recibió aquel dinero, en vez de agregar un cuarto de fecundidad entre los pobres y sobre los resultados de mi investigación
más a la casa, o mejorar la casa, ¿qué hizo? Cambió su «escarabajo» por un
en el ]ardim das Camélias que indicaban que las mujeres pobres no tenían
Voyage cero kilómetros. Entonces ves la mentalidad de aparentar, cambian la
apariencia por un nivel de vida mejor, pero creo que eso fue siempre así. Eso
más que dos o tres hijos. Ellas continuaron insistiendo en que la reduc-
trae agresividad, porque vive en un mundo ... Ellos quieren una cosa y no la ción de la fecundidad era «básicamente de la clase media para arriba» y
consiguen, entonces me parece que eso, indirectamente, cuando ellos toman que la población continuaba «creciendo en las clases pobres» (P). De ese
ese gran automóvil para conducir en el tránsito, ellos se sienten superiores, modo, la mala distribución de la renta se explica por el mito del alto cre-
sacan afuera todo aquello, que en el fondo es la represión que ellos tienen. cimiento poblacional entre los pobres.
M, O Y P son vecinas en Morumbl~ todas de más de 30 años, cada una
con dos hijos. O y P son amas de casa y casadas con hombres de negocios; M
trabaja como instructora de deportes en un club de elite y está casada con un 12. Estos tipos de prejuicios son muy difundidos. En años recientes reaparecieron en el
funcionario público de alta jerarquía que también tiene una pequeña empresa. contexto de la oposición al programa de .Renta Mínima». Se trata de un programa adoptado
por algunos municipios en el Brasil para lidiar con el creciente empobrecimiento de la población.
Proporciona un valor mínimo en dinero a familias por debajo de la línea de pobreza, con la con-
Las personas de la clase alta pueden tener problemas para consumir dición de que esas familias mantengan a sus hijos en la escuela. Ese programa ha sufrido la opo-
artículos de lujo como hacían en otro tiempo, pero creen que deberían sición de varios sectores de la población -inclusive varias instituciones filantrópicas y organiza-
poder hacerlo. Pero el consumo de los pobres es reprensible si parece ciones de izquierda- con el argumento de que no se debe dar dinero a los pobres porque ellos no
sabrán cómo gastado de la mejor manera. En lugar de eso, se propone que reciban comida en lu-
gar de dinero. A despecho de la oposición, el programa fue adoptado COl! éxito en varias ciuda-
des, tales como Brasilia y Campinas, donde investigué su impacto, junto con los miembros del
NEPP (Núcleo de Estudos de Políticas Públicas) y estudiantes de la Unicamp, en 1995.
El prejuicio de que las mujeres pobres «tienen hijos como conejos,) tar algunos de los cambios de las últimas décadas que, a pesar de la rece-
está muy difundido, e incluso cuando se admite la disminución de las ta- sión, significaron la incorporación de las clases trabajadoras a la sociedad
sas de fecundidad, como en los medios de comunicación de masas, por de consumo y a la ciudadanía política y a lo que puede ser considerado
ejemplo, frecuentemente se refuerza la opinión -de que los pobres están como patrones modernos de comportamiento. Personas de las clases más
dominados por la irracionalidad y la necesidad. Una explicación común altas dudan de la capacidad de los pobres para hacer elecciones de consu-
apunta a supuestas «organizaciones internacionales» como responsables mo y controlar su fecundidad, pero también de su capacidad para votar
por la esterilización de mujeres pobres, que no serían conscientes de lo racionalmente. Así como se irritan con los televisores de los pobres, se
que se les habría hecho. Otra apunta a la creciente pobreza como la cau- irritan con la incorporación de los pobres a la ciudadanía política a tra-
sa de la disminución de la fecundidad. En los últimos 20 años conversé vés de los movimientos sociales y del voto. La idea de que los pobres no
con innumerables mujeres en el Jardim das Camélias que no quieren te- saben cómo votar es tradicional en el Brasil y sirvió para justificar más de
ner más una familia numerosa. Y no por razones económicas sino por- un golpe autoritario. Esta idea es invocada toda vez que un resultado
que, como cualquier mujer de clase media, quieren tener tiempo para po- electoral desfavorable debe ser explicado. Reapareció, por ejemplo, a fi-
der hacer otras cosas, inclusive conseguir mejores empleos que el de nes de la década de 1980 cuando Lula competía por la presidencia con
empleadas domésticas (Caldeira, 1990).13 Ellas no quieren ser prisioneras Collor, y cuando Luiza Erundina -la prefecta del PT en la época de las en-
de la necesidad y muchas de ellas eligieron ser esterilizadas después del trevistas- fue electa.
nacimiento de un segundo o tercer hijo. Lo consideran una liberación Al poner en riesgo posiciones a través de todo el espectro social, la
real. Aprendieron -y la televisión, mostrando el comportamiento de las crisis económica alimenta un sentimiento de incertidumbre y desorden.
mujeres de clase alta y de sus pautas familiares, les enseñó bastante sobre Un contexto de incertidumbre en el cual las personas se sienten social-
ese asunto- que controlar su sexualidad y fertilidad puede proporcionar mente amenazadas y ven las transformaciones que ocurren, parece esti-
una inmensa liberación no solo de las cargas de la naturaleza, sino tam- mular el control de las fronteras sociales. Una de las maneras de realizar-
bién de la dominación de los hombres. Con todo, personas de otros gru- lo es elaborar prejuicios y marcas de distinción. Las depreciaciones más
pos sociales -inclusive intelectuales que creen estar escribiendo a favor de explícitas y vehementes aparecen cuando la proximidad y la amenaza de
las mujeres cuando atacan, en periódicos, las pocas clínicas que ofrecen la mezcla aumentan. Eso ocurre cuando un empleado compra un auto-
control de la natalidad a los pobres- se rehúsan a aceptar tal transforma-' móvil similar al de su patrón; cuando nuevos migrantes vienen a vivir cer-
ción. La planificación familiar está considerada un comportamiento mo- ca de antiguos migrantes que consideran llevar mejor vida; cuando al-
derno y de clase media; el lugar de las mujeres pobres todavía está consi- guien que vive en la periferia tiene que probar que está en una condición
derado el de la naturaleza y de la necesidad. El otro argumento, que las mejor que un vecino que vive en la favela, etcétera. En otras palabras, la
tasas de fertilidad disminuyeron porque la intensa pobreza causó inferti- proximidad lleva al refinamiento de las separaciones para que se manten-
lidad, produce lo mismo: mantiene a los pobres prisioneros tanto de su si- ga la percepción de la diferencia. El contexto del aumento de la violencia
tuación social como de sus consecuencias «naturales». y el miedo al crimen intensifica las incertidumbres pero al mismo tiempo
Es difícil para cualquiera, en cualquier grupo social, aceptar cambios provee un contexto en el que las depreciaciones y las separaciones pueden
en las condiciones sociales que representan un deterioro de su patrón de proliferar prácticamente sin censura.
vida. Sin embargo, para las clases altas y medias es difícil también acep-

13. Cuando llegué por primera vez al Jardim das Camélias en 1978, me pidieron que or-
ganizara un grupo de discusión de mujeres. Entre 1978 y 1980 Cynthia Sarti -que también esta- A pesar de que personas de todos los estratos sociales estén preocu-
ba haciendo investigaciones en el barrio- y yo, mantuvimos esas reuniones. Su tema central era padas por el crimen, las experiencias de violencia son claramente distin-
la sexualidad femenina y uno de los pirncipales pedidos que Cynthia y yo recibimos fue el de ex- tas en cada clase social. La mayoría de las personas que entrevisté ya ha-
plicar métodos de control de natalidad e indicar dónde podrían obtenerse. Uno de los movimien- bía sufrido algún tipo de violencia, directa o indirectamente (un amigo,
tos sociales más importantes en la periferia exigía la construcción de guarderías para que las mu-
jers pudieran tener empleos regulares no solo como trabajadoras domésticas, en los casos en que
un pariente o alguien próximo a ellas ya hahía sido víctima). Sin embar-
hay una cierta flexibilidad de horario y algunas veces la posibilidad de llevar los hijos, pero go, sus experiencias -y miedos- varían bastante. En Moóca y en Morum-
cuya remuneración es baja y la explotación, alta. bi, los delitos contra la propiedad, sobre todo intrusión y hurto de resi-
dencias y robo, son los más frecuentes. La preocupación por los secues- están asustados con lo que ven que ocurre en su barrio, que era tranqui-
tros también es grande entre la elite. En la periferia son frecuentes los crí- lo y seguro. A, uno de los hermanos que entrevisté, comentó:
menes contra las personas, inclusive el asesinato. La mayoría de las per-
sonas que entrevisté no había sido víctima directa del crimen violento, 2.16.
pero había sido testigo de una gran violencia en sus barrios o entre per- A -Es que en estos diezaños para acá nuestros compañerosque ya mu-
sonas que conocían. Las estadísticas del delito analizadas en el capítulo 3 rieron, creo que hay genteque está en eselibro [milibro sobre el Jardim das
Camélias]que ya murió, que está en aquellas fotos que tú sacaste, qu~ mi
confirman esa distribución social del crimen. madre tiene un montón, ya debe de haber muerto mucha gente. Hay unos
En el Jardim das Camélias el crecimiento de la violencia es algo nue- que mueren por la policía, hay otros que es por los delincuentes,hay otros
vo, pero afecta a todos. Una de las mujeres que yo conocía desde 1978 y que es por riña. Es pelea en la calle, despuésal otro se le mete en la cabeza
que es muy activa en los movimientos sociales y asociaciones locales, me matar dentro de la casa, como mató a los dos hermanos aquí.
contó que cree que el barrio mejoró en los últimos diez años si considera- -¿Cómo fue la historia? ¿Fue en la calle de abajo, no?
mos su infraestructura de comercio y servicios. Aunque, también se vol- A-Fue así, lo pasaron hasta en Gil Gomes... 14 Llamó a uno para ma-
vió más violento. A pesar de sus evaluaciones, paralelas a las analizadas tado, ahí salió el otro, mataron a los dos. Después, desde entonces hasta
en el capítulo 1 -hubo progreso pero también regresión-, la índole de su ahora, mataron otros compañerosde gentede aquí abajo. Y de ahí mataron
a Roberto aquí abajo. Antes de matar a los dos, mataron al que le gustaba
experiencia es diferente. pelear conmigo en la escuela,y si él estuvieravivo, creo que querría matar-
me. Nos peleábamos de verdad en la escuela.Y desde entonces para acá...
2.15. El contacto diario con la violencia puede ser reciente en el Jardim das
-Esos que mataron eran mocositos,sólo que eran delincuentesde la pe- Camélias, pero no es una novedad en la periferia de Sao Paulo. La inves-
sada, andaban ahí por la favela.Entonces,a unos los mató la policía. Yo sé
tigación del equipo del Cebrap en 1981-1982 en otros barrios de la peri-
que aquí se calmó un poco, pero hubo una época, no sé si fue este año... no
feria ya había indicado que el contacto diario con la muerte y el crimen
puedo decirtecon seguridadsi fueesteaño o el año pasado, que hubo un de-
es sólo un hecho más en la vida de la clase trabajadora. En varias entre-
lincuente, vivía en la calle de la iglesia, él mató a dos hermanos de aquí.
Mató a los dos hermanos. ¡Mi Dios!Fue una cosa que aquí en la villa todo vistas realizadas para aquella investigación, así como en las que realicé en
el mundo se revolucionó,pero despuésde algunosdías, 10 mataron a él tam- 1989-1991, oímos muchas historias de crímenes violentos que ocurrieron
bién. Mataron despuésa un compañerotambién que andaba junto con él, lo en los alrededores. En muchos relatos, como en las citas 2.15 y 2.16, se
mataron; despuésmataron creo que cuatro más también. Ahí, despuésparó. mencionaron varios asesinatos en secuencia, enfatizando su rutinaria
Ama de casa del Jardim das Camélias, 33 años, cuatro hijos; su marido ocurrencia en el barrio. Las narraciones también estaban puntuadas por
es trabajador especializado de una pequeña industria textil. detalles, especialmente con relación al tiempo en que ocurrieron, cómo
quebraron el flujo del día a día y cómo victimizaron a personas inocen-
Las personas de la clase trabajadora vivencian la violencia del día a tes, la mayor parte trabajadores de camino de ida o de vuelta del trabajo.
día no meramente en su barrio sino especialmente en él. Las estadísticas La narración en el capítulo 1 es un ejemplo de los sentimientos de los
que analizo en el capítulo 3 muestran que las tasas de homicidio son in- habitantes de Moóca, y muestra algunas diferencias con relación a los de
comparablemente más altas en la periferia que en los barrios centrales de
las clases media y alta. Sin embargo, la violencia también ocurre en otros
14. Gil Gomes presentaba un conocido programa de radio en el cual narraba crímenes.
espacios donde las clases trabajadoras pasan su día, como en el lugar de Narrar crímenes es un género popular de programas de radio. En la década de 1980 y comien-
trabajo y en el transporte público. Las personas de la periferia también zos de la de 1990 había dos programas enormemente populares de este género y que siempre
tienen miedo de la policía, y por una buena razón, ya que ella es respon- eran mencionados en las entrevistas de la periferia. Uno era el de Gil Gomes, que a mediados de
la década de 1990 introdujo el género en la televisión (programa .Aquí, Ahora-, en SBT). El otro
sable por un número increíblemente alto de asesinatos, la mayor parte
era el de Afanasio jazadji, un opositor a los movimientos de derechos humanos, cuyas opiniones
en la periferia, como discuto en el capítulo 5. La mayoría de las perso- discuto en el capítulo 9. Estos programas tenían el efecto de reproducir el miedo y promover una
nas que entrevisté en la periferia mencionó homicidios y agresiones físi- policía violenta y la falta de respeto por los derechos civiles (véanse los capítulos 5 y 9). También
cas que ocurrieron a su alrededor, y dos veces llegué al Jardim das Ca- eran usados frecuentemente como una forma de prueba: si Gil Gomes había. hablado al respec-
mélias y oí relatos de asesinatos de la noche anterior. Los residentes to, entonces se trataba de un crimen serio y real.
la periferia. Varios residentes de Moóca mencionaron que sus casas ha- te preocupados por las medidas de protección y por lo que podría llamarse
bían sido robadas, que los vecinos habían sido asaltados, que sus bolsos trabajo simbólico, para dar sentido a sus diversas experiencias de violencia.
y carteras habían sido hurtados en el ómnibus o en áreas del centro. Cada Una de las actividades principales de ese trabajo simbólico que ocurre en el
uno de esos acontecimientos fue siempre seguido por nuevas medidas de habla del crimen, es la elaboración de la imagen del criminal como alguien
seguridad y, frecuentemente, más preocupación con los conventillos. Pero que está lo más distante posible. Cuando me refiero a la categoría de crimi-
esos residentes no mencionaron asesinatos. nal, obvi~mente no me estoy refiriendo a un análisis sociológico, sino a una
En Morumbi, casi todas las personas con los que conversé habían si- categoría clasificatoria que actúa en la vida cotidiana y cuya función prin-
do víctimas de hurto o robo. Los crímenes que relataron habían ocurrido cipal es dar sentido a la experiencia. Así, se trata de una categoría de pen-
en diferentes lugares: en restaurantes, en las calles, en cruces con semáfo- samiento embutida en la práctica cotidiana y que organiza simbólicamente
ros, o en sus propias casas. En Morumbi fue común oír relatos de varios y da forma a esa práctica. Del mismo modo que las otras categorías del ha-
episodios de asaltos a residencias. Una entrevistada me dijo que había si- bla del crimen, la categoría de criminal generaliza y simplifica. Ella es pro-
do víctima en cuatro episodios, otra en cinco, y muchas lo habían sido ducida por distinciones nítidas y rígidas entre lo que forma parte de ella y
por lo menos en uno. Cada uno de esos episodios originó nuevas medidas lo que no. La base para estas distinciones es la oposición entre el bien y el
de seguridad, nuevos sistemas de alarmas y vigilancia electrónica, mu- mal; claramente, crimen y criminal están del lado del mal.
chos fines de semana sin salir de casa, menos viajes, etcétera. Con todo, Las categorías del habla del crimen cargan simultáneamente un deseo
lo que más miedo causaba en Morumbi, era la posibilidad de secuestro. de conocimiento y un desreconocimiento (misrecongnition, Balibar, 1991:
19). La categoría de criminal es una simplificación radical que lo reduce a
la encarnación del mal, y su construcción coincide exactamente con la des-
2.17. cripción de Mary Douglas (1966) sobre el tratamiento de las cosas fuera de
-Nosotros pensábamos que aquella falta de libertad, la censura, era lugar. Elemento peligroso y que quiebra las reglas de la soeiedad, el crimi-
mala, hoy creo que tendría que venir de nuevo un régimenmilitar.Por ejem- nal es visto como alguien que viene de los espacios marginales y contami-
plo, el caso de los secuestros.Es un absurdo la falta de seguridad que se sien- na. A pesar de que este tipo de categorización sea una manera poderosa de
te. Yo no soy nadie, no tengo grandes bienes ni nada, pero tengo miedo que pensar el mundo, organizar los relatos y resignificar la experiencia, cuando
de repente cualquiera se llevea mi hijo para pedir un rescate, de repente, de
5 millones,me muero de miedo [oo.] Porque cualquiera puede ser secuestra-
se necesita de descripciones más específicas y detalladas, la función del des-
do. Tengomiedo de que mi marido lleguedel trabajo y en el momento de en- reconocimiento se vuelve obvia y necesariamente surgen ambigüedades.
trar a casa... porque ahora vino la moda del secuestro, ¿por qué?, por la im- En el capítulo 1 señalé esas ambigüedades en relación con los nordes-
punidad. Estábamos hablando del régimen militar... Cuando apareció el tinos en el relato de una residente de Moóca, y señalé que ellas están es-
AI-5,1S ¿recuerdas?,se acabó el asalto a los bancos, se acabó. Porque todo el pecialmente presentes en la asociación de la criminalidad a la pobreza.
mundo sabe que el dinero de los asaltos a los bancos era para financiar mo- Las discusiones sobre el crimen que se refieren a la pobreza y a los pobres
vimientospolíticosy para mandar dinero al exterior. Seacabó. Entonces, la están llenas de ambigüedades y oscilan entre dos registros: el nivel cate-
impunidad hace que nos sintamos inseguros. gorizante marcado por estereotipos y afirmaciones genéricas, y los relatos
Ama de casa casada con un hombre de negocios; casi 40 años, dos detallados y específicos que frecuentemente contradicen las categorías y
hi;os, vive en Morumbi. generan discursos ambiguos. Ambos niveles producen conocimiento y no
tiene sentido creer que uno falsifica la realidad que el otro describe. La
categoría del criminal puede ser una representación sesgada de los acon-
tecimientos pero, como representación del mal, es crucial para ordenar el
mundo y dar sentido a la experiencia. Además, el discurso categorizante
A pesar de que las experiencias de violencia y que el miedo de las per- es importante porque es el lenguaje de la mayoría de los conflictos políti-
sonas varíen según la clase social a la que pertenecen, todos están igualmen- cos sobre la cuestión del crimen y así da forma a políticas públicas. Tam-
bién sirve de referencia a los actos individuales de protección y a la in-
teracción social. Sin embargo, el nivel categorizante es insuficiente para
15. AI-5 se refiere al Acto Institucional N° 5 que inició el período de mayor represión bajo dar cuenta de las experiencias, y cuando las categorías van contra las ex-
el gobierno militar en diciembre de 1968. periencias, los discursos se tornan contradictorios y ambiguos.
Las tensiones y ambigüedades entre estos dos niveles de discurso vergonzados, consumen drogas, etcétera. De cierto modo, todo lo que
nunca pueden ser resueltas porque el habla del crimen nunca abandona quiebra los patrones de lo que se considera buena conducta puede ser
sus categorías prejuiciosas; de hecho, esas categorías la constituyen. La . asociado a los criminales, al crimen y a sus espacios. Lo que pertenece al
racionalidad categorizante es siempre la referencia con relación a la cual crimen es todo lo que la sociedad considera impropio.
las personas dan sentido a sus experiencias, incluso las personas que son Esas características genéricas del crimen y de los criminales resultan
discriminadas por las categorías. No es de sorprender que la tensión de la clara oposición entre lo que es malo y lo que es bueno. Hablar de fa-
aumente a medida que la inadecuación de las categorías se vuelve más velas, convelltillos, nordestinos en particular, es más complejo. Los dis-
evidente, y que las relativizaciones sean mayores donde existe más proxi- cursos más ambiguos y elaborados ocurren cuando hay una proximidad
midad con los que son estereotipados. Por lo tanto, es entre los pobres entre los narradores y los espacios del crimen, o sea, cuando ellos viven
que los discursos se vuelven más contradictorios y elaborados. cerca o en las propias favelas y conventillos.
El crimen y los criminales están asociados a los espacios que supues- En las entrevistas en la periferia, a pesar de que muchas personas ha-
tamente les dan origen, es decir, las favelas y los conventillos, vistos como blen con cuidado sobre los habitantes de favelas próximas y de que quie-
los principales espacios del crimen. Ambos son· espacios liminares: son ran considerados como iguales, había también una cierta sospecha, ex-
habitaciones, pero no lo que las personas consideran residencias apropia- presada de maneras ambiguas. Pero cuando la conversación era sobre el
das. Los conventillos son casas subdivididas sin los espacios, instalacio- . crimen, mayor era la probabilidad de que se usaran los prejuicios. Sigue
nes y separaciones que se esperan de una casa considerada apropiada. Las una entrevista de 1981, en Ciudad Julia, con la dueña de un pequeño ba-
favelas son residencias erguidas en tierra invadida. Aunque las casillas zar que había sido robado algunas veces.16
puedan parecerse a algunas residencias de la periferia, la principal dife-
rencia es que en la periferia la mayoría de las personas compran el terre-
no donde construyen sus casas (aun cuando sean casillas) o pagan alqui- 2.18.
ler. En una favela, a pesar de que los moradores también construyan sus -¿Pero de dónde cree usted que es esa gente que asalta tanto por
habitaciones y a veces las alquilen, las residencias son construidas en aquí?
tierra obtenida ilegalmente y se considera que sus residentes no se incor- -¡Ah, solo puede ser de la favela!No vaya decir que es de la favela,
poran a la clasificación de ciudadanos: viven en un terreno usurpado, no porque en la favela hay tanta gente buena también. Entonces,creo que vie-
nen de otros lugares; inclusiveesos dos que me asaltaron, asaltaron dos ve-
pagan impuestos municipales, no tienen un domicilio oficial y no son
ces a la misma muchacha, asaltaron al hermano de ella, asaltaron a los dos
propietarios. Además, en las favelas las casas son precarias, generalmen- inquilinos que vivenen el patio y asaltaron a este vecinoque vivealiado. En
te hechas de material descartable y muy pequeñas (nuevamente, sin las se- un período de cinco a siete días fue asaltada toda esa gente. Pasados unos
paraciones y las ubicaciones de espacio que se consideran apropiadas pa- días, la madre de uno de los muchachos que fue asaltado me contó que los
ra una casa). Como residencias un tanto anómalas, o sea, que no encajan policías mataron a unos tres fulanitos allá abajo. Despuésde eso, nadie vio
totalmente en la clasificación de casas apropiadas, favelas y conventillos y nadie más fue asaltado [oo.] Entonces,yo creo que esos dos que 10 hicieron
terminan siendo clasificados como sucios y contaminantes. Coinciden, conmigo, con elgrupo, nosotros no deseamosel mal, pero gracias a Dios no
entonces, con la fórmula de Douglas de que «suciedad e inmundicia es lo apareció ninguno más por aquí.
que no puede ser incluido si se quiere mantener un patrón» (1966: 40). -¿La gente que vive en esta favela viene a comprar aquí también?
Excluidos del universo de lo adecuado, son simbólicamente constituidos -Claro que vienen.Vienetanta gente aquí que ni yo sé de dónde viene.
-¿Pero usted conoce a la gente de allá?
como espacios del crimen, espacios de características impropias, conta-
-Por el olor debe ser de allá, ¡por el olor yo creo que esl [oo.] Tal vez sea
minantes y peligrosas. gente muy buena que pasa por aquí y vive en una casilla de aquellas. No sé
Tal como sería de esperar, los habitantes de esos espacios son consi- si son de las casillaso no. Hay gente que viveen una «big»casa y no se quie-
derados marginales. La lista de prejuicios contra ellos es infinita. Son re mostrar. Hay gente que es así, que tiene de 10 bueno y lo mejor y cree que
considerados intrusos: nordestinos, recién llegados, extranjeros, personas tiene que vivir igual que los otros. A veceshay gente que viveen una casilla,
de fuera y que no son en verdad de la ciudad. También son considerados
socialmente marginales: se dice que tienen familias divididas, que son
hijos de madres solteras, niños que no fueron criados debidamente. Se 16. Las entrevistas en Cidade Júlia en 1981 y 1982 fueron hechas por Antonio Manuel
condena su comportamiento, se dice que usan malas palabras, son des- Texeira Mendes, integrante del equipo del Cebrap.
que gustaría ser madame y se viste como madame, ¿y qué hay con eso? [...] men, dividió la historia del barrio entre los buenos tiempos antes de la lle-
Entonces, es eso: uno no sabe quién es quién. gada de la favela yel tiempo malo que siguió a eso. En el caso de Jagua-
Propietaria de un bazar en frente de su casa en Ciudad Julia, 37 años, ré, es adecuado hablar sobre la «llegada» de la favela, ya que esta fue
casada, dos hijos; el marido está desempleado.
transferida por la administración municipal desde otro barrio (Vergueiro)
que estaba pasando por una intensa remodelación para la construcción
Es difícil saber cuál es la verdadera naturaleza de una persona, sugie-
de la línea del metro. Como ella dijo: «¡Después que trajeron la favela, se
ren los entrevistados. La apariencia no es todo, pero a veces es todo en lo
volvió un infierno!». Decidió ir a la municipalidad a reclamar por la si-
que alguien puede basarse. Generalmente las personas se basan en las
tuación.
apariencias y en categorías genéricas para emitir juicios, pero lo hacen de
manera muy reticente y plena de dudas. Por un lado, las personas asocian
el crimen a las favelas y denigran a los favelados pero, por otro lado, to-
2.19a.
man en cuenta su condición de pobreza y el hecho de que los que cono-
-Entonces fui directo al gabinete [del prefecto]. Cuando llegué, expuse
cen personalmente son trabajadores (o sea, buena gente). Sin embargo, la situación y dije que fui en nombre del barrio, ¿no? Él me preguntó si era
las relativizaciones no excluyen difamaciones, que aparecen siempre en un problema de baches en la calle, si era problema de basura, ¿no?
pequeños comentarios; por ejemplo, la observación de que se puede iden- -¿Usted habló directamente con el prefecto?
tificar a un favelado por el mal olor. Los estereotipos que explican el cri- -Con él. Entonces yo le dije: ¡no señor! No es problema de baches,
men y a los criminales son despreciativo s e incluso las personas que viven porque si fuesen baches, no vendríamos a molestar, porque hay mucha tie-
cerca de los favelados y de los más pobres y piensan en ellos como traba- rra en todos estos terrenos, nosotros los taparíamos ¿cierto? Y basura, le
jadores honestos, no encuentran otras maneras de explicación. En ver- prenderíamos fuego, exterminaríamos lo peor, ¿no? Le dije: ¡es peor que la
dad, tal como argumenté, ellas necesitan de tales estereotipos más que las basura! Porque si prendemos fuego y vamos presos, es una calamidad. ¡Ni
otras porque su proximidad social con los favelados exige que reafirmen piense en eso! Y él, entonces: «¿Y qué es?». Yo le dije: «La favela que usted
sus diferencias; consecuentemente, enfatizan su dignidad, limpieza, su está apoyando» ... Ahí él me quiso dar una lección de moral, ¿no? Se volvió
hacia mí y dijo: ,,¡Señora mía, son gente!». Yo dije: ,,¡No señor, son indi-
condición de buenos ciudadanos, propietarios y miembros de buenas fa-
gentes! ... Gente es mi marido, que trabaja de día para que comamos de no-
milias.
che. ¡Esa es gente! Ahora, allá, usted está apoyando una escuela de latroci-
Las ambigüedades de la narrativa y el conflicto con los estereotipos nio, bandidismo ... y nosotros, como pobre, quiero dar una moral a mis
fueron expresados de manera especialmente convincente en una serie de hijos, y no hay condiciones. ¡No hay condiciones! ¡Si a las 9 de la noche es
entrevistas de 1981 con una señora que era líder de barrio en Jaguaré, en bang bang, asesinato en frente de nuestra casa! ¿Verdad? No se necesita te-
la zona oeste. Como residente de un lote legalmente adquirido del otro levisión en casa. ¡Es en vivo! A la diez de la mañana de un domingo, que
lado de la calle de una famosa favela, ella debía diferenciarse a sí misma uno se levanta, sale a la puerta de la casa, generalmente para ver: no se pue-
y a su familia de los favelados. No obstante, en cuanto líder del barrio, de, palabrotas de grueso calibre y unas negras ahí haciendo strip-tease!
reivindicando mejoras en la región y en su calle, también se sentía obliga- Quiero decir: no hay condiciones para que nosotros, como gente pobre, po-
da a incluir a los favelados en sus peticiones y discursos. Intuía que su le- damos instruir a nuestros hijos para una vida mejor. [...] No es cuestión de
gitimidad como representante del barrio derivaba del amplio apoyo de deshacer, ¿entiende?, nosotros sabemos: trabajas, eres honesta, eres traba-
los residentes, no de solo un lado del barrio. Sus descripciones acerca de jadora, pero si eres una vagabunda, una sinvergüenza que se queda ahí des-
pellejando a los otros, nadie te va a dar apoyo. Y no hay razón para que te
sus actividades en el barrio y de sus interacciones con el prefecto y re-
lo den ... ¿Verdad?». A partir de entonces mandó la "operación peine fino».
presentantes de la administración municipal revelan de qué manera ella
Así es, mandó un cuartel.
oscilaba entre excluir e incluir a la favela en sus argumentos y en su acti-
Ama de casa y líder de barrio, Jaguaré, 35 años, 4 hijos; el marido es
vlsmo. trabajador especializado en una fábrica textil.
Cuando esa líder de barrio fue entrevistada en 1981, ella ya vivía Ja-
guaré hacía trece años Y Usando las estrategias típicas del habla del cri- Como ciudadana, propietaria y líder de barrio, la entrevistada no
dudó en ir directamente al prefecto para pedir una represión armada para
17. Las entrevistas en jaguaré fueron hechas por Maria Cristina Guarnieri, integrante del las personas que vivían en la favela y que ella sintió que estaban entorpe-
equipo del Cebrap. En esa entrevista, .M. refiere al marido de la entrevistada. ciendo su vida e impidiéndole tener el patrón de vida que merecía. El he-
cho de haber sido recibida por el prefecto no era tan extraño en Sao Pau- suyos en la ciudad. Se trata de un ejercicio complejo de simultáneamente
lo en el contexto de democratización y de organización de movimientos alegar cosas en común y mantener las diferencias. Nos contó, por ejem-
sociales. Las organizaciones de barrio sabían que tenían una oportunidad plo, cómo iba a redactar un petitorio al prefecto por el asfalto:
de ser recibidas por los políticos, que estaban comenzando a pensar en el
cambio del sistema de nombramiento por los militares al de elecciones di-
rectas. En verdad, muchas asociaciones y líderes sacaron ventaja de esa si- 2.19b.
tuación y fueron de hecho recibidos.18 Lo que es especialmente revelador -Yo iba a poner, inclusive, en el petitorio, dirigiéndome al prefecto Rey-
con relación a la narración anterior es la serie de contradicciones que pre- naldo de Barros, yo iba a poner: Nosotros, sus contribuyentes -porque yo me
senta. El prefecto nombrado por el régimen militar recibe democrática- atrasé en el impuestito y me mandaron una carta del poder judicial-, noso-
mente a la representante, que afirma representar al barrio e inicialmente tros, sus contribuyentes, residentes de la calle tal, y los no contribuyentes, que
intenta defender a los residentes de la favela que después atacará. Mientras dependen de usted -que son de la favela-, porque tanto nosotros, que paga-
tanto, de la manera autoritaria más tradicional, él aparentemente acaba mos impuestos, como ellos, necesitamos ese asfalto, esas mejoras aquí [...]
por enviar la policía militar a que realice una «operación peine fino» y ga-
na el apoyo de la entrevistada, que dice que las cosas mejoraron después Pero la elección de las palabras no era su único problema. Ella tenía
de eso. dificultades para aproximarse a las personas de la favela contra las cua-
A pesar de su acción contra los vec;inosdel otro lado de la calle, esta les había hecho campaña y para convencerlas de apoyarla. Ella nos dijo
líder local de inmediato percibió que su vínculo con la favela no podía se- que era difícil porque las personas estaban asustadas preguntando si sus
guir siendo hostil. Su visita al prefecto ocurrió a mediados de la década firmas significarían que tendrían que pagar por algo, o peor, tenían sos-
de 1970, o sea, al comienzo del proceso de apertura. A medida que se de- pechas de que ella estaba interesada en cazar «delincuentes». Ella les ga-
sarrollaba ese proceso y que cada vez más movimientos sociales alcanza- rantizó que no estaba allí para capturar delincuentes, porque sabía que
ron el gabinete del prefecto, las acciones individuales fueron perdiendo ese no era un problema sólo de ellos, sino algo común a toda la ciudad.
eficacia. Los movimientos sociales crearon un patrón de interacción con Les dijo: «yo sólo quiero mejoras para nosotros, para mí y para mis
la municipalidad en el que la legitimidad de las reivindicaciones debía ser hijos, y para ustedes y sus hijos». Y al continuar con la descripción de sus
demostrada.19 Esta líder modificó sus acciones para adaptarse a ese nue- interacciones con ellos, las distinciones comenzaron a aparecer:
vo patrón. Pocos años después de la «operación peine fino» ella percibió
que no tenía otra opción a no ser intentar aliarse con los residentes de la
favela a fin de exigir algunas mejoras para el barrio, inclusive asfalto e 2.19c.
-Ellos siempre tuvieron miedo, pero esa vez puse la cara y entré ahí
iluminación para la calle que ella compartía con los favelados, y mejores
dentro, creo que pensaron que yo era de la asistencia social. Y como te esta-
condiciones para la escuela pública que servía tanto a sus hijos como a los
ba diciendo, hay unas casuchitas ahí que se están cayendo, un mal olor ho-
niños de la favela. Para legitimar sus reivindicaciones, ella necesitaba sus rroroso, cinco niños durmiendo en el suelo, la casilla a punto de caerse.
firmas en los petitorios y ser reconocida como su representante.
La descripción de sus esfuerzos es una tentativa por equilibrar sus Uno de sus emprendimientos era mejorar la escuela pública local que,
opiniones negativas sobre la favela y sus residentes, con el reconocimien- de acuerdo con ella, había sido afectada por el crimen. Ella decidió que el
to de que ellos eran personas que enfrentaban problemas semejantes a los objetivo más importante era tener policía frente a la escuela, especialmen-
te en el turno de la mañana, frecuentado por los niños menores que tal vez
18. Yo misma fui testigo de esas diversas .visitas sorpresa a la Prefectura. Es importante no supieran cruzar la calle.
mencionar que los prefectos nombrados por el régimen militar preferían recibir líderes indivi-
duales que grandes grupos de personas. En general, las personas que iban solas eran identifica-
das con partidos políticos de centro y de derecha, mientras que las personas afiliadas al PT insis-
tían en ir en grandes grupos. La primera elección para prefecto en Sao Paulo no fue sino hasta .~
2.19d.
1985, aunque la primera elección para gobernador en el estado haya sido en 1982. } -Yo le enseño a mis hijos a cruzar la calle; salgo, los llevo, les muestro
19. Para un análisis de diferentes tipos de liderazgo de barrio, especialmente de mujeres, y como es, pero después los espío. Pero son niños, generalmente esa gente [de
sus diferentes tácticas para movilizar a los residentes y abordar la administración de la ciudad, la favela], ellos no van con los niños a una plaza como Lapa, en la ciudad,
véase Caldeira (1990). no le dicen al niño: mira, hijo, así hay que cruzar la calle. ¡No tienen tiem-
po! Entonces, son niños que andan atontados, y los automóviles andan co- lle. La dimensión dramática de ese esfuerzo, que acaba criminalizando y
mo locos, no tienen ... La mayoría de los conductores, hombres, porque las discriminando personas del mismo grupo social, es que los dominados
mujeres son responsables, son responsables, son madres. no tienen un repertorio alternativo para pensarse a sí mismos y están
obligados a dar sentido al mundo y a su experiencia usando el lenguaje
Incluso cuando es políticamente necesario que los residentes de una que los discrimina.20
misma calle trabajen juntos, sus diferencias deben ser mantenidas. Ella El mismo tipo de ambigüedad y contradicciones marca el habla de los
sintió que en su petitorio era necesario diferenciar a los ciudadanos de residentes de Moóca con relación a los conventillos y sus residentes, los
verdad de los «no contribuyentes», a pesar de que ambos serían benefi- nordestinos (véase, por ejemplo, la cita 1.1). Tanto en el habla de los resi-
ciados por el asfalto y por las mejoras en la escuela. Esa diferenciación no dentes de la periferia sobre las favelas, como en las discusiones de los re-
era solo una cuestión de condición de ciudadanía, sino también una cues- sidentes de Moóca sobre los conventillos, encontramos depreciaciones
tión de pertenecer o al espacio social adecuado o al espacio impropio del parecidas contra los habitantes de espacios inadecuados, así como relati-
crimen, un lugar de criminales, hogares deshechos, mal olor, niños dur- vizaciones, ambigüedades y contradicciones similares.
miendo en el suelo, madres que no enseñan a sus hijos a cruzar la calle,
mujeres negras haciendo strip-tease en la ventana, palabrotas, escenas en
contra de las normas morales, pobreza extrema ... una lista infinita. Al fi- 2.20.
nal de la entrevista, tal vez sintiendo que había expresado demasiados -Yo sólo creo lo siguieilte: que de algunos años hacia acá ha habido
prejuicios, consideró que era necesario negados: mucha entrada de extranjeros, entre comillas, que son de otros estados [...]
Entonces, es diferente de aquella Moóca de antes, que eran todas personas
tradicionales, digo descendientes de italianos, de españoles principalmente,
2.1ge. y también de portugueses. Y hoy no, hoy tenemos mucha injiltración de bra-
Entonces me integré con ellos [los favelados), ¡ellos son gente! Al co- sileños, nuestros, pero que vinieron del Nordeste. Entonces el índice de ca-
mienzo tuvieron miedo porque creyeron que yo quería meterme con la de- pacidad, de estudio, es mucho menor. Personas que vinieron, vamos a decir,
lincuencia. Pero jamás me voy a meter con la delincuencia, porque ningún de la roza del Nordeste, que se establecieron aquí. Entonces cambió mucho
delincuente, si hubiera delincuentes en esa favela, ninguno de ellos vino a en ese aspecto la vida de Moóca. En el Moóca de antes, me acuerdo, eran to-
perturbamos, ¿entiende? Es que favelado es un nombre marginado. Infeliz- das personas que se conocían desde hacía 20, 30, 40 años. Y debido también
mente, para la sociedad favelado es marginado. Y ellos se traumatizan con a que el progreso avanzó, aquellas avenidas que pasaron, y también el me-
eso. Ahora, aquí, de nuestra favela, no. La mayor parte, lo garantizo, lo de- tro, que también llega a afectar a Moóca; allá abajo también es Moóca, en-
muestro, los reúno para quien quiera, para que vean que ellos son tan gente tonces muchas familias tradicionales tuvieron que mudarse para ir a una re-
como nosotros. gión muy distante [oo.) En el lugar donde yo vivo, es un lugar que todavía no
tuvo prácticamente infiltración de «extranjeros» [...] Yo digo «extranjeros»
con todo cariño porque ellos también merecen todo el respeto [oo.) No quie-
El reconocimiento de la humanidad de los favelados, que los iguala ro poner en jaque el hecho de que si tú vienes del Norte, del Nordeste, seas
a la entrevistada, y del hecho de que son estereotipados -«su nombre sig- específicamente criminal. No es eso. Nosotros conocemos a muchos de el-
nifica marginalidad»- no le impide usar esos mismos estereotipos para los, sabemos que son honestos. Pero la diferencia que yo quiero hacer es la
mantener a los no contribuyentes lejos de sí misma, de sus demostracio- siguiente: de que nosotros conocíamos ... Móoca, por ejemplo, de 20 años
nes de ser una buena ciudadana, y de los patrones que ella quiere garan- atrás, personas que nosotros conocíamos hace 20 años, y hoy viene a vivir
tizar para su familia. Las ambigüedades y contradicciones de su discur- cerca una persona que apenas conocemos. Entonces, hasta que nos sintamos
so derivan del hecho de que las marcas de distinción usadas por los seguros aliado de esas familias que vinieron, es diferente. Esa es la aclara-
pobres generalmente se valen de estereotipos como el de los favelados, ción que quería hacer. Nunca en términos de decir que la persona que vino
que tienen que ser simultáneamente impuestos y relativizados. Como es un criminal. No es eso. Pero que cambió mucho para peor, cambió.
este tipo de estereotipo está hecho de prejuicios que afectan sobre todo Mayorista, Moóca, 45 años, casado; vive con la mujer y dos hijos.
a los pobres, y como son ellos quienes moldean las explicaciones y ten-
tativas por expresar distinciones de los propios pobres, su uso siempre 20. Para un análisis de los esfuerzos de los pobres para controlar las narrativas dominan-
implica un esfuerzo de disloca miento: los estereotipos tienen que ser di- tes y distanciarse de sus estereotipos, véase Caldeira (1984: cap.4, y 1987). Véase también De
rigidos a otro lugar peor, aun cuando ese lugar sea el otro lado de la ca- Certeau (1984).
A pesar de que sea imposible decir que todos los nordestinos -o «ex- de que ellos vengan acá. Creo que ellos vienen acá, son tachados de burros,
tranjeros»- que se infiltraron en el barrio y ocuparon los conventillos son ignorantes, asesinos, de todo eso, ¿no? Lo que ellos vienen a hacer aquí en
criminales, para este entrevistado su presencia ciertamente simboliza las Siio Paulo, para mejorar Siio Paulo, deberían hacerlo en su tierra, para me-
transformaciones negativas en el barrio. Algunos de los cambios se refie- jorar allá.
ren menos al crimen que a la reorganización del espacio urbano y de los Vendedor desempleado, 32 años, soltero; vive con una hermana casada
en Moóca.
patrones de sociabilidad local. Las personas se sienten perdidas e insegu-
ras con las transformaciones en el barrio y culpan al aumento de la crimi-
Los nordestinos pueden no ser todos criminales, pero la lista de des-
nalidad y a los «invasores», cuya imagen estereotipada proviene del re-
calificaciones usadas contra ellos es inmensa: tienen «sangre caliente»,
pertorio de malos caracteres sociales disponible. Llamados extranjeros
son mano de obra barata que no sabe reivindicar una paga justa, son mal
obviamente es un modo de distinguidos de la comunidad local. El hecho
educados, sin cultura, ignorantes. Además, el paternalismo implícito en
de que esa distinción sea hecha por hijos de inmigrantes en relación con
la idea de trabajar para civilizados (así no tendrían que venir a Sao Pau-
brasileños de otros estados indica una vez más la hegemonía del reperto-
lo) es evidente, así como el prejuicio de clase media contra sus patrones
rio de depreciaciones: se usa contra los otros el mismo repertorio usado
de consumo: llegan a Sao Paulo, compran anteojos de sol Ray-ban, van al
contra sí mismo. El poder de la categoría que iguala nordestinos y crimi-
dentista y, tal vez por no ser racionales, sustituyen los dientes por denta-
nales se manifestó incluso en el habla de personas que quieren cuestionar
dura postiza.
esa asociación. Un residente de Moóca ya había sido asaltado cinco veces
Es obvio que los prejuicios contra los nordestinos, que frecuente-
y, de acuerdo con él, por personas muy diferentes: un rubio apuesto, tres
mente coinciden con los de los favelados, no son exclusivos de los resi-
personas blancas y dos que parecían nordestinos. Insistió en que es impo-
dentes de Moóca: son parte de un repertorio común a los habitantes de
sible generalizar, que dentro de cada categoría de personas hay buenos y
toda la ciudad. En las entrevistas, por ejemplo, fueron usados por un eje-
malos. Pero su categoría de nordestino está construida básicamente con
cutivo, descendiente de inmigrante s libaneses que vive en Morumbi. Él
cualidades negativas.
considera que el empobrecimiento brasileño comenzó con la crisis del pe-
tróleo de 1972-1973, pero que el problema no es solo económico o so-
cial, sino una cuestión de educación.
2.21.
-Dentro de Siio Paulo hay gente que sirve y gente que no sirve, no po-
demos generalizar la cosa. Ahora, lo que arruina generalmente al nordesti-
2.22.
no es que ellos son sangre caliente, a veces no son ni asaltantes ni delincuen-
-Recuerdo muy bien cuando Siio Paulo era un lugar donde se encontra-
tes, pero si se les calienta la cabeza, sacan el cuchillo y matan [oo.] Pero esto
ban muchos europeos. Cuando comenzó a venir la gente del Norte, las cos-
no tiene nada que ver, no; si yo fuera asaltado todas las veces por un nordes-
tumbres se modificaron, ellos trajeron costumbres ... Nosotros éramos más
tino diría que todo tiene que ver, pero no es verdad. En verdad, quienes
educados; no estoy en contra del norteño, pero es lo que ocurre. Cambiaron
están en contra de los nordestinos son los descendientes de europeos, de ita-
las costumbres, cambió el respeto que se tenía por lo que era del otro, por
lianos. Mi cuñado dice así: los nordestinos llegan aquí y se compran «Ray-
aquello que es tuyo y que nosotros vemos tan bien, tan bonito en los Esta-
ban», compran cuchillo, se arrancan los dientes y se ponen dentadura o se
dos Unidos: corta la señal, te detienes, todo el mundo se detiene, puedes an-
quedan desdentados. Yo creo que no son todos, no se puede generalizar una
dar con tranquilidad en la calle, exactamente lo contrario de lo que ocurre
cosa asLPorque una media docena haga eso, no tienen que pagar todos. Por
aquí.
el contrario, si Siio Paulo creció tanto fue también gracias a ellos. Si ellos no
Emprendedor inmobiliario, cuarenta y tantos años, propietario de una
vinieran acá, nosotros tendríamos que hacer el trabajo duro. Solo que nues-
empresa de desarrollo inmobiliario, vive con la mujer y tres hijos en Morumbi.
tra mano de obra sería más cara, ¿no? Para construir el metro, pagan lo
que ellos quieren; nosotros no íbamos a aceptar, nosotros exigiríamos, no
aceptaríamos eso. Mi sueño, incluso, para que no se diga que no tengo ga- a He interpretado las repetidas y simultáneas afirmaciones y negacio-
nas de salir de Siio Paulo, es ir un día al Norte para ayudar a que el Norte to ~ nes de los prejuicios con relación a algunas categorías sociales, como una
mejore. Por ejemplo: crear un sistema de irrigación para que ellos no sufran If oscilación entre dos tipos de registros del habla del crimen. Hay, no obs-
más lo que sufren, educar esa gente, comenzar desde abajo, instruyéndolos, tante, otra interpretación complementaria. Las citas indican cómo las
mostrarIes lo que es la vida, darIes cultura [oo.] No es que yo esté en contra personas intentan disociarse de lo que saben que son prejuicios y depre-
ciaciones, a pesar de que obviamente los comparten. Esa conciencia y am- En formas a veces más elaboradas, a veces menos, los residentes que
bigüedad marca otras dimensiones de la sociedad brasileña, como el caso entrevisté en todos los barrios usaron algunos de esos modos de expre-
del prejuicio contra los negros. Considerando lo que fue dicho contra los sión paradojales en relación con los pobres, a los favelados, a las perso-
favelados y nordestinos, es especialmente significativo que en ninguna nas que viven en los conventillos y a los nordestinos. Sin embargo, algu-
ocasión durante las entrevistas alguien haya hecho una declaración direc- nos residentes de Morumbi ofrecieron una descripción diferente de los
ta contra los negros o afirmado que ellos fueran criminales. Tan sólo oí criminales. Ellos asocian el aumento del crimen al tráfico de drogas y a
una declaración, recogida en la cita 2.19a, en la cual las mujeres que ha- operaciones criminales cada vez más sofisticadas. Una ama de casa me
cían «strip-tease» en la favela fueron identificadas como negras, pero sin dijo que ninguna de las personas que ella conocía que habían sido asalta-
más elaboración. das, había sido robada por un «mendigo». «Los grandes asaltos» -argu-
A pesar de esa ausencia en el habla del crimen, se sabe que la discri- mentó- «son hechos por gente muy bien vestida, muy bien arreglada, y si
minación contra los negros atraviesa la sociedad brasileña. Estudios re- un tipo con chaqueta se te acerca, debes tener cuidado, porque la chaque-
cientes que utilizan datos del Censo de 1980 y 1991 muestran que, sea ta siempre esconde un arma.» Otra pareja, que fue robada en un restau-
cual fuera el indicador utilizado, los negros están en peor situación social rante y que decidió aceptar el miedo al crimen como un precio que hay
(Goldani, 1994; Hasenbalg, 1996; Lopes, 1993; Silva y Hase¡.balg, 1992; que pagar para vivir en Sao Paulo, ciudad que a ellos les gusta, habló so-
Telles, 1992, 1993 y 1995a). Estos estudios, junto con el Movimiento Ne- bre la discrepancia entre la imagen común del criminal como pobre y la
gro, desafían el mito de la democracia racial brasileña. Una de las princi- realidad más probable de ser robado por alguien que no parece pobre.
pales tácticas que han ayudado a mantener ese mito es un sofisticado có-
digo de urbanidad que considera de mal gusto nombrar a las personas
negras directamente «negras» y colocar en palabras cualquier ofensa a 2.23. •
ellas, como si fuese posible eliminar el racismo al no pronunciarse elertas Q (esposa)-Hoy en día, creo que ante cualquier persona que cruza la
palabras. Esa es una de las razones por las cuales varios censos brasileños calle nos ponemos así.
omiten cuestiones sobre raza y por la cual las personas usan todo tipo de P (marido)-Sí, pero normalmenteestá ligado a la figura de un tipo más
eufemismos (moreno, oscuro, por ejemplo) para referirse a una persona pobre ¿no es cierto? Hoy se oye mucho hablar de asaltos de automóvilesde
negra.21 Es por eso también que el Movimiento Negro encuentra dificul- una dupla que viene en moto. Vienendos tipos en una moto, paran aliado
tades para reclutar activistas que opten por identificarse públicamente de un automóvil, te apuntan un arma y dicen «salgan», baja el de atrás y
como negros (abandonando categorías «más blancas», como mulato) y toma el automóvil y se va, y los dos huyen. Ves, ¡en una moto! Eso debe
que los juicios desde que la Constitución de 1988 definió el racismo como ser... yo nunca vi, pero no deben ser tipos mal vestidos.
un crimen, han sido raros y frustrantes (véase Guimaraes, 1997). La Director general y ea-propietario de una itldustria química, 37 años, y su
constante necesidad de censurar las palabras aprendidas en el contexto de esposa, que es ama de casa, 36 años. Viven con los dos hijos en Morumbi.
las relaciones raciales puede muy bien haber inf!uenciado la expresión
de depreciaciones en relación con otras categorías sociales. A pesar de En los barrios ricos, la imagen del criminal pobre no es muy detalla-
que las personas expresen juicios negativos con relación a los nordestinos da, probablemente por la simple razón de que los residentes no temen ser
y favelados (también posibles eufemismos para negros) y a los pobres en confundidos con los criminales. Sus discursos sobre criminales raramen-
general, intentan corregirse, atribuir la opinión a otros, relativizarla. El te abandonan el campo de lo genérico y esa distancia social segura les
arte de discriminar y al mismo tiempo negar que se lo haga, sólo puede permite incluso una cierta proximidad simbólica: alguien que es un crimi-
estar lleno de ambigüedades. Pero es un arte en que los brasileños son nal puede no coincidir con el estereotipo del criminal; puede incluso estar
maestros (Caldeira, 1988a). bien vestido. Fue solo en Morumbi que los residentes se refirieron a la
imagen del moderno profesional del crimen, con chaquetas de cuero, mo-
tocicletas y armas, interesado en dólares y con recursos para crímenes so-
21. La negación de categorías raciales es compartida por otros países latinoamericanos .~ fisticados como el secuestro, el crimen que la elite más teme.
que también tuvieron esclavitud y a fines del siglo XIX adoptaron versiones de la «teoría del blan- }
queamiento». Esos son países que habitualmeme no registran raza en sus censos (Hasenbalg,
La proximidad real con el estereotipo del criminal, no obstante, re-
1996). Para Venezuela, véase Wright (1990); para Colombia, véase Wade (1993); y para Cuba, quiere un discurso elaborado de distanciamiento y separación. Cuando
véase Helg (1990). entrevisté a las personas en la periferia o en Moóca, me pregunté varias
veces si mi insistencia en el asunto del crimen no iría automáticamente a Los verbos utilizados para describir el crecimiento del crimen y el con-
generar ansiedad, dudas sobre si yo sospechaba que ellos fueran crimina- texto en que este ocurre, fueron infiltrar, infectar y contaminar. Una conse-
les, y la consecuente necesidad de enfatizar las diferencias. Las personas cuencia importante de esa teoría de contagio y del fracaso de las autorida-
pobres que entrevisté siempre se esforzaron para distanciarse a sí mismas des en controlar el mal, es que las personas intensifican sus propias medidas
y a las otras «personas honestas, trabajadoras» de la imagen del criminal. de encierro y control, de separación y construcción de barreras, tanto sim-
Esa ansiedad con relación a la separación no se origina exclusivamente en bólicas (como prejuicio y estigmatización de algunos grupos) como mate-
el esfuerzo para exhibir un estatus social mejor o en un ejercicio simbóli- riales (muros, cercas y toda parafernalia electrónica de seguridad). Además,
co. En verdad, la «confusión» entre personas pobres y criminales puede tienden a apoyar medidas privadas de protección que son violentas e ilega-
tener serias consecuencias, considerando que la policía también opera les, tales como la acción de justicieros y abusos de la policía.
con los mismos estereotipos, frecuentemente confundiendo a los pobres Las entrevistas sugieren que las personas de todas las clases piensan
con criminales y a veces hasta matándolos. El aspecto paradojal del inten- en el mal como una fuerza natural que puede ser controlada solo por los
to de los pobres trabajadores por separarse del estereotipo del criminal es trabajos de la cultura y de la razón. El modelo que muchos residentes de
que eso se lleva a cabo usando contra el vecino las mismas estrategias que Sao Paulo parecen tener se asemeja a la concepción de Hobbes del estado
son usadas contra la propia persona. Como consecuencia, la categoría de natural que fundamenta la necesidad del contrato social. Ante la falta de
criminal y su repertorio de prejuicios y depreciaciones raramente son re- un contrato que ate a las personas a reglas restrictivas, y ante la falta
futados. Por el contrario, la categoría es continuamente legitimada y los de autoridades que puedan imponer ese contrato, existe una «guerra de
prejuicios y estereotipos contra los pobres (favelados, nordestinos, resi- todos contra todos». Cuando el contrato social falla, las personas retro-
dentes en conventillos) son representados diariamente. ceden a la violencia del estado natural, o sea, a un universo de hostilidad,
El universo simbólico del crimen no está limitado a referencias de ca- represalia y venganza. Mientras el mal se esparce fácilmente, el orden y la
rácter socioeconómico y no está restringido a los tipos de prejuicios y di- paz son difíciles de mantener. Estas concepciones son también similares a
famaciones que acabo de analizar. El crimen es también una cuestión del las de Girard (1977; véase también capítulo 1).
mal, y sus explicaciones también tienen que ver con autoridad y construc- El mal también es concebido en oposición a la razón. Es aquello que
ciones culturales destinadas a domesticar las fuerzas del mal. Es impor- no tiene sentido y que se aprovecha de las personas cuya racionalidad es
tante investigar estas concepciones sobre el control de la difusión del mal vista como precaria. Niños, mujeres, adolescentes, los pobres y las perso-
porque los paulistas las usan para atacar los derechos humanos, para nas cuya conciencia puede estar perturbada -como los usuarios de dro-
apoyar abusos de la policía, justicieros y escuadrones de la muerte, y para gas-, son considerados los más vulnerables y que más necesitan ser con-
justificar la pena de muerte. trolados. Como se considera que los niños pequeños y las mujeres son
más fáciles de controlar, el grupo que corre mayor riesgo de ser afectado
por el mal es el de los jóvenes. Ellos son muy jóvenes para protegerse del
mal por sí mismos, y por no ser totalmente racionales, toda,vía necesitan
ser controlados. Por ser hombres, sin embargo, resisten al control y son
El crimen es una cuestión de autoridad. Las personas que entrevisté atraídos por los ambientes en que abunda el mal, principalmente la calle.
en Sao Paulo creen que el crecimiento del crimen es una señal de autori- Allí encuentran las drogas, que perturban su conciencia y los transforman
dad débil, sea de la escuela, la familia, madre, iglesia, gobierno, policía o en blancos fáciles para las fuerzas del mal.
sistema judicial. Esas autoridades son responsabilizadas de controlar la El mal es algo asociado a la naturaleza humana, algo ante lo que
difusión del mal. En el habla del crimen, el mal se considera algo podero- cualquiera es vulnerable. Sin embargo, como los pobres son vistos como
so y que se esparce fácilmente. Una vez que alcanza a alguien en una po- más cercanos a la naturaleza y a la necesidad y más distantes de la razón
sición débil-por ejemplo, alguien en los espacios impropios o sin los atri- y del comportamiento racional que las otras personas, y como están físi-
butos apropiados a un miembro de la sociedad- es probable que domine camente más cercanos a los espacios del crimen, consecuentemente, son
a esa persona, y es difícil librarse de él. Las personas que entrevisté sen- considerados también como otro grupo que corre el riesgo de ser infecta-
tían que las autoridades e instituciones estaban fracasando claramente en do por el mal.
su tarea de controlar lugares y comportamientos, o sea, estaban dejando En lo que constituye una concepción bastante difundida del orden
espacios abiertos para que el mal se esparciera. social, autoridad, instituciones, trabajo, razón y control son vistos como
las armas contra el mal. Cuando las personas ven que el crimen aumenta, y sin comer ¿sabes? Los padres ganan poco, no hay condiciones. Entonces,
frecuentemente culpan a las instituciones públicas y diagnostican la nece- ¿qué ocurre? Ya es una violencia, porque de ahí él ve que hay uno que tiene
sidad de una autoridad fuerte (citas 2.4, 2.17). Cuando las instituciones de todo ¿sabes?: «¡aquel tiene todo y no tengo nada! Vaya sacarle un poco
públicas fallan, las personas sienten que tienen que resolver los proble- de lo que tiene, tal vez me va a beneficiar». ¿Ves?: ¿qué piensa la mayoría de
mas por sus propios medios. Cuando se considera que el ambiente se los ladrones? Que van a poder tomar lo que los otros tienen, que la policía
nunca va a descubrir lo que robaron ¿entiendes? Entonces, creo que es la
volvió muy peligroso, la mejor respuesta es construir barreras por todas
. propia condición de vida de la gente [.,,] El hambre es lo peor que hay. En-
partes e intensificar todos los tipos de control privado. Las personas in-
tonces, esa gente que viene de allá para acá, ellos pasan hambre. Entonces,
tensifican sus prejuicios y para eso el habla del crimen es instrumental, no tienen con qué luchar. ¡No tienen! No tienen con qué luchar. Entonces,
pero ellas también contratan guardias particulares, construyen muros, sabes, van a asaltar, van a matar, ¿entiendes? para tener algo.
adoptan medidas electrónicas de vigilancia, apoyan grupos de justicieros Operadora de computador en una fábrica grande, 33 años, Jardim
y los actos ilegales y particulares de venganza de la policía. Peri-Peri; vive con la madre, que es mucama, y con una tía.
Pregunté a residentes de Sao Paulo tanto en 1981-1982 como en
1989-1991 qué transformaría a una persona en un criminal. Las respues- Esta versión estereotipada de las causas del crimen acumula una lar-
tas fueron sorprendentemente parecidas. Algunas reunían varios elemen- ga lista de elementos. Siempre está la cuestión de los lugares impropios.
tos asociados al mal y a lo que es considerado impropio, mientras que Aun si todos los nordestinos no vivieran en favelas, dice que viven en ca-
otras mencionaban solo pocos elementos. Un ejemplo de respuesta abar- sas promiscuas con exceso de personas y sin las debidas separaciones,
cadora es la que da una residente del Jardim Peri-Peri, en la periferia oes- donde niños se mezclan con otros innumerables niños desconocidos, to-
te de la ciudad, comentando un asesinato cerca de su casa que fue aparen- dos sin el debido acompañamiento de los padres. Como telón de fondo,
temente motivado por una disputa por un suéter.22 las condiciones sociales de siempre: hambre, pobreza, y la perturbadora
desigualdad en la distribución de la renta. Finalmente está la impunidad,
el fracaso de la policía y del sistema judicial para punir los crímenes. La
2.24. combinación de todos estos elementos crea una condición de vida que de-
-Creo que la misma ciudad contribuye a eso. Yo creo que, por ejemplo: bilita a las personas, dejándolas sin capacidad para luchar. Luchar es un
seguro que él vio al otro con un montón de suéters, chaquetas, todo, y él sin
verbo continuamente asociado a la idea de persistencia y trabajo duro; es
suéter, pasando un frío desgraciado, viendo al otro vestido, fue y le dio no sé
lo que lleva a las personas a ascender socialmente (véase Caldeira, 1984:
cuántas cuchilladas y le arrancó el suéter y se fue [".] Ahora, yo creo que es
la misma ciudad que contribuye a eso. Porque mira: la mayoría que está cap. 4). El verbo luchar y el sustantivo lucha son también usados en la pe-
aquí, ¿de dónde vinieron? Vinieron de allá, del Nordeste, vinieron de allá del riferia para referirse a los movimientos sociales. Se cree que las personas
Sur, a pesar de que yo creo que la gente del Sur es más civilizada ¿no? Creo en una posición debilitada, que no pueden luchar adecuadamente, corren
que la gente del Nordeste, ellos viven en una condición, del Norte y del Nor- un alto riesgo de ser infectadas por el mal.
deste, ah, en una condición así, de vida horrible, horrible [oo.] Ya esa maldi- Los mismos elementos fueron repetidos en muchas entrevistas.
ta propaganda que hacen en la televisión y llevan allá, esa imagen les llega: Cuando preguntamos a un joven en Moóca si él concordaba con que el
«Miren, la gente que va a Siio Paulo se hace rica». Entonces ¿qué hacen? To- crimen estaba relacionado con los nordestinos, respondió que podría ser,
man a toda la familia, venden lo poco que tienen y vienen acá. Cuando lle- ya que las migraciones y los robos eran ambos motivados por razones
gan aquí, no tienen lugar donde quedarse. A veces tienen un conocido, van
económicas. Sin embargo, cuando le fue pedido que describiera qué tipo
a la casa del conocido, ahí se queda esa montanera ¿no?, en una casita,
quién sabe, de un par de habitaciones, cuarto y sala o cuarto y baño, cocina,
de persona imaginaba que había tomado su reloj, la respuesta fue muy di-
o incluso en una favela. Entonces son 10,20,30 personas dentro de una ca- ferente.
sa ... te imaginas lo que ocurre. Entonces, los hijos, viendo a los padres que
salen a trabajar, se quedan ahí el día entero. Ahí se juntan esos hijos, más los
hijos del otro, más los hijos del otro ... Y más los hijos de no sé quién más... ~ 2.25.
-Mira, esa persona, yo imagino que hasta podría estar desempleada,
: puede ser una persona que ... mira, para caer en estas condiciones es muy fá-
22. Las entrevistas en el Jardim Peri-Peri fueron realizadas en 1981 por Célia Sakurai, in- cil. Basta con tener, por ejemplo, una mala relación familiar, basta con tener
tegrante del equipo de investigación del Cebrap. una esposa que ... quién sabe, una mala relación en general. Un fracaso en el
trabajo. Bastan pequeñas cosas. Y también hay un detalle: basta que tengas es todo eso ¿no? Ya viene de la casa, a veces es de la calle, quién sabe, pier-
una moral débil, una educación insignificante, basta que tengas una cultura de la cabeza. Después que pierde la cabeza, listo.
mediocre. ¿Qué es eso? Eso infelizmente es la mayoría. Entonces es de esa
mayoría que surgen estas cosas. El asaltante pudo hasta haber venido de una Muchos de los entrevistados creen que las personas que tienen que
familia de clase media. Otro puede haber venido realmente de la favela. En- enfrentar condiciones de vida muy difíciles o que crecen en ambientes ad-
tonces, yo creo que favorece, esas cosas generales, socIales, que es de la cul- versos, necesitan una mente fuerte para evitar la desesperación y resistir
tura, que alcanza a todo el mundo, puede favorecer a todo el mundo que es
las malas influencias. Pero, si pierden la cabeza (es decir, su razón y capa-
alcanzado enteramente por eso.
Desempleado formado en comunicaciones con especialización en ra- cidad de juicio), están perdidas. Y no hay mejor manera de perder la ca-
dio, 23 años, Moóca, vive con los padres. beza que involucrarse con drogas. En verdad, la correlación entre drogas
y crimen fue una de las más comunes en las entrevistas, y fue persistente-
Se necesitan más que condiciones económicas y políticas para pro- mente descrita como un ciclo: las personas vienen de un medio inadecua-
ducir un criminal, pero ese más es muy poco: cualquier pequeño empu- do, quedan sujetas a las malas influencias en las calles, consiguen drogas
jón en dirección a lo impropio -desempleo, una mala esposa, una frus- gratis, se encuentran perdidas y se vuelven viciosas, y finalmente se con-
tración en elempleo o en la familia- puede inclinar la balanza. Resistir vierten en criminales para poder sustentar su vicio.
al peligro requiere una mente fuerte, algo que se cree que los pobres no Personas de todos los grupos sociales creen que una mente fuerte se
tienen. origina dentro de una familia fuerte, que discipline adecuadamente a sus
hijos y los mantenga a distancia de las malas compañías.

2.26. 2.28.
-Todo aumentó 100% yel salario de la gente no aumentó ni un centa- E (madre) -Yo creo. Yo creo que, mira, esos mocosoS'criados. ahí, uno
vo. Quiero decir, para quien gana poco, el salario o un poquito más, quiero ve mocosos de 15, 16, 17 años, todo el día en la calle. Ellos no piensan en
decir, una persona de esas yo creo que se tira al abismo. Piensa bien: un pa- otra cosa, si ellos no hacen nada. Tú por lo menos estudias, es diferente.
dre de familia tiene tres, cuatro hijos, va a trabajar, trabaja, trabaja, trabaja, Ellos no estudian, no trabajan, quieren dinéro, no tienen de donde sacado,
ya aborrece el servicio, después llega a casa y tampoco ve condiciones, no ve ¿qué es lo que van a hacer?
salida, entonces yo creo que eso es lo que tira a muchas personas que no D (hija) -¿Y dónde entra el desempleo?
piensan bien al abismo. Y ahí comienzan a querer asaltar, a querer robar, a E -Ah, existe el desempleo, pero si buscaran, encontrarían. ¿Y por qué
querer matar, querer vengarse con la familia, vengarse con el compañero de aquellos que buscan, encuentran?
trabajo, con el patrón. D -¡Cuánta gente hay ahí desempleada, buscando empleo y no encuen-
Trabajador semi-especializado, 39 años, ]ardim das Camélias.
E -Yo creo que si buscara, encontraría, sí. Ahora, se quedan ahí en la
mala vida, en la buena, ¡hay mocosos de 13 años que ya andan con revólver
Pregunté a la militante de los movimientos de barrio citada en 2.19
en la manol
qué pensaba ella que transformaba a los niños del Jardim das Camélias D -Ahora, ¿por qué? ¿Por qué es que ellos andan con el revólver en la
en delincuentes. mano? Porque la mayor parte de esos muchachos fueron criados sin que las
madres estuvieran en casa. ¿Por qué? Porque las madres necesitaban traba-
jar para llevar el alimento a la casa. Entonces, quiero decir, qué es lo que ese
2.27. muchacho va a aprender en la calle. ¡A robar! Van a faltar cosas en casa por-
-Yo no sé... A veces yo pienso así, a veces puede ser la convivencia del que la madre gana un salario pequeño, no alcanza para tener todo en casa,
padre y de la madre, una separación, es el hijo que a veces ya nace subleva- entonces él comienza a robar. Entonces, quiero decir, los culpables no son
do con la vida, incluso con el padre y la madre. Yo creo que para que una ellos: ¡es culpa de la sociedad!
persona llegue a eso, ¿será que es un vicio? Muchos beben y dicen que beben
porque es un vicio, fuman porque ... quién sabe, es todo confuso. Creo que
para que una persona llegue a eso, quién sabe, yo creo que las malas compa-
i dad.
E -Yo creo que la culpa está en todo el mundo, no está solo en la socie-

D -Entonces la sociedad es todo el mundo.


ñías también. A veces incluso los amigos ... a veces los propios amigos que lo [La discusión continúa y E argumenta que las madres no deberían ir a
llevan, a veces no quiere ir y todo, pero vamos allí y tal. .. Quiero decir que trabajar y dejar a sus hijos de 15, 16 años en la casa sin trabajar. Ella pien-
sa que si las madres tuvieran más autoridad, eso no ocurriría. Sin embargo, P -Cierto.
ella dice que la autoridad no significa autoritarismo, porque la relación en- O -El famoso miedo a la droga. Mi cuñada vive en un condominio. Y
tre padres e hijos debería estar basada en la amistad y la confianza, no en la todo el día IÚños de aquí para allá, no sabes de quién son los hijos ...
imposición del punto de vista de una de las partes. Argumenta que si el niño M -Porque allá las casas no están cercadas, la casa no tiene cerca, no
no siente que puede confiar en los padres y conversar con ellos, puede aca- tiene nada ...
bar prefiriendo confiar en otra persona en la calle. Ella cree que todo sería O -El muro bien grande a la vuelta.
más fácil si hubiera más diálogo entre padres e hijos, y si los padre.<pudie- M -Sólo el muro del condominio, pero la casa, solo el césped y ensegui-
ran ver menos televisión y conversar más con los hijos. En ese punto, el en- da ya está la otra casa. Tipo americano.
trevistador preguntó si su hijo de 10 años acostumbraba jugar en la calle.] O -Todo abierto, y tú no sabes el contacto que tiene tu hijo ... Si quie-
-Ese niño, su hijo, ¿juega en la calle? res que sea con ese, todo bien, pero ¿cómo lo puedes separar? No hay un
E -No, él estuvo trabajando hasta esta semana. muro, ¿cómo vas a decir: no, hijo, tú recibes los hijos que me parecen los
-¿Ese muchachito? mejores, voy a seleccionar estos amigos? Porque hoy en día uno debe selec-
E -Estuvo trabajando en la farmacia hasta esta semana. Salió esta se- cionar, yo creo ¿no?, uno debe por lo menos seleccionar las amistades. Y no
mana que es fin de año y tiene problemas en la escuela. se puede, entonces no voy de ninguna manera [oo.] Sabes, las ideas de unos
D -Él fue sólo a la farmacia porque nosotros lo encerrábamos dentro IÚños se transmiten a otros niños, porque un niño puede ser muy calmo,
de casa ... tranquilo, pero con la influencia de un grupo más pesado ... Porque hubo un
E -Para que no tuviera contacto con los otros. caso de un niño que robó la casa de otro niño para robar un dólar para com-
D -Entonces, resulta que él se escapaba, sabes. Tomaba la llave y cuan- prar marihuana, no vaya decir el nombre, pero fue un caso que ocurrió ...
do te descuidabas, estaba en la calle. Entonces, quiero decir, el contacto que Yo no lo aguantaría, no viviría ahíodeIÚnguna manera. Puede ocurrirle a mis
tiene con la gente no iba a ser bueno para él. Entonces nosotros lo pusimos hijos también, pero ahí, paciencia, pero yo intenté hacer lo posible, y en el
en la farmacia. No recibía prácticamente nada, era un dinerito para él mis- momento, sólo cuando yo sienta que ellos realmente tient!llla cabecita lista
mo, pero que alcanzaba para sacarlo de la calle. para enfrentar el mundo solos, vaya abrir la puerta tranquila, que hagan lo
E -Yo creo que el ambiente, las amistades influyen bastante. Las amis- que quieran, pero hasta entonces quiero tener el control.
tades influyen bastante. Y hay amistades que estamos obligadas a evitar un
poco. Hay ciertas amistades que estamos obligadas a evitar, entonces eso fue Cualquiera sea la clase social, las personas parecen compartir la idea
una manera de mantenerlo apartado de... las malas compañías. de que las malas' influencias se propagan fácilmente y que la principal ma-
Ama de casa, Cidade Júlia, cerca de 40 años, y su hija de 20 años. La
nera de evitar su propagación es controlar a los hijos con cuidado. Dos de
madre tiene otro hijo biológico y dos adoptados.
las mujeres de la clase alta que acabo de citar y la mujer de la clase traba-
jadora que cité anteriormente, son amas de casa que decidieron no tra-
La opinión de que es necesario controlar a los hijos y mantenerIos
bajar para controlar adecuadamente a sus hijos. Ellas se sienten incómo-
apartados de los desconocidos está muy difundida entre todas las clases
das con eso. La mujer de la clase trabajadora siente que la carga para su
sociales. Constituye un fuerte argumento en contra de vivir en edificios:
marido es realmente pesada; y las mujeres de la clase alta (una de las cua-
dada la proximidad, las personas de departamentos y condominios tie-
les tiene educación universitaria) sienten la presión de su ambiente social,
nen más dificultad para controlar a los hijos y mantenerIos apartados de
en el que un número creciente de mujerestrabaja. Todas creen, sin embar-
cualquiera que pueda ser considerado «inadecuado». Cuando se trata
go, que su sacrificio es necesario para el bienestar de los hijos. Ellas y va-
de proximidad y «amistades», las personas de todas las clases usan exac-
rios otros entrevistados sugirieron que las mujeres que trabajan fuera son
tamente las mismas frases. Aquí están las opiniones de M, O Y P, tres re-
responsables por los eventuales desvíos de los hijos. Así, las mujeres que
sidentes de Morumbi citadas en 2.14.
trabajan tienen que lidiar con un fuerte sentimiento de culpa. A pesar de
que los hombres corren un riesgo mayor de volverse criminales, las ma-
dres son más responsabilizadas que los padres por el comportamiento cri-
2.29.
-¿Y por qué ustedes prefieren vivir en casa y no en uno de esos condo-
minal de sus hijos. De acuerdo con el estereotipo compartido por muchas
minios? personas que entrevisté, las mujeres que trabajan abandonan sus hijos en
O -Libertad. Para mí, la libertad en primer lugar, y el contacto de mu- las calles y no logran mantenerIos en el «buen camino» (por ejemplo
chos niños que yo no podría separar, controlar la amistad de mis hijos. en las citas 2.19,2.24,2.28). Es obvio que ese punto de vista no toma en
consideración el hecho de que la mayoría de los niños cuyas madres tra- Las personas también creen que es difícil resocializar a los presos
bajan, no quedan solos y abandonados en su casa, sino con las abuelas, tanto porque no es fácil erradicar el mal después que infectó a una perso-
tías, vecinos, hermanos y hermanas, profesoras, empleadas, etcétera. Mu- na, como porque en los presidios están sin hacer nada. Así, muchos pien-
chas personas insisten, sin embargo, en que la madre debe quedarse cer- san que el único camino para resocializar prisioneros es forzarlos a ad-
ca, como si su sola presencia pudiera mantener las cosas como se debe. quirir alguna especialización profesional durante el tiempo de prisión.
Se puede argumentar que el mal es uno de los elementos más de- Esta es, por ejemplo, la opinión de un entrevistado de Moóca. Él piensa
mocráticos en el universo del crimen. Viene de todos los lugares, puede que uno de los problemas de las prisiones es que las personas que están
afectar a cualquiera (aunque los débiles sean más vulnerables), y conse- ahí por causas pequeñas, por ejemplo, muchachos pobres que robaron
cuentemente requiere que todos sean controlados. Sin embargo, las con- algo por necesidad, son colocadas junto a criminales peligrosos y «absor-
secuencias de esa preocupación por la vigilancia constante trascienden el ben por ósmosis todo el mal conocimiento». En vez de eso, deberían ser
universo del crimen. Las personas acostumbradas a ejercitar un alto nivel forzados a elegir un tipo de trabajo y aprender a ejercerlo.
de control tienen grandes dificultades para aceptar cualquier límite a su
vigilancia o reconocer los derechos individuales de los otros. Ellas no
creen que sus hijos tengan derecho a la privacidad o a escoger como, por 2.30.
ejemplo, seleccionando con quién jugar. Los niños deben hacer lo que sus -Se trata de no dejar que esté ocioso, es como aquella historia, es
padres quieren que hagan y jugar con los niños que ellos seleccionen -las como ... ahora viene mi lado machista: es como la mujer que se queda en ca-
lecciones sobre separación y prejuicio comienzan temprano-. Sólo resta sa sola, ¿no?, sin trabajar, se queda el día entero y ahí se queda pensando en
indagar cuándo comienza el derecho de elección, especialmente el dere- tonterías ... «¿Dónde estará él, ql1etodavía no llegó?» Entonces, pónganlo a
trabajar que va a estar más ocupado.25
cho de aquellos «que necesitan» un control más rígido, como los jóvenes
Dueño de un bar, Moóca. Tiene diploma de abogado pero no ejerce la
y las mujeres. También se puede especular que la falencia de la escuela pú- profesión; soltero, vive con tres compañeros de cuarto.
blica en el Brasil no es solo una cuestión de falla institucional: ¿será que
los padres de la clase alta considerarían a los niños de la clase trabajado-
Las personas consideran que rehabilitar a alguien que «entra en el
ra como posibles compañeros para los juegos de sus hijos? ¿Los padres de camino equivocado» es casi siempre imposible. Muchos de los que de-
Moóca dejarían a sus hijos jugar con nordestinos? fienden la pena de muerte apuntan al peligro representado por aquellos
Otro elemento revelado en las discusiones sobre control de las malas dominados por el mal. Dicen que la muerte es la única manera eficaz de
influencias es la necesidad de ocupar la mente y el tiempo de las personas. extinguir el mal. Controlar el mal es siempre una tarea intensa, difícil. El
Un señor del ]ardim das Camélias me dijo una vez que «una mente vacía mal se esparce fácilmente por «ósmosis», a través del contacto; basta un
es la oficina del diablo». 23 En la cultura popular se considera que la me- momento de distracción, una mente temporariamente ociosa, una situa-
jor protección contra la influencia del diablo es el trabajo, como también ción de inestabilidad, con sus límites indefinidos y el miedo a las mezclas.
demostró Alba Zaluar en muchos de sus estudios sobre el universo del Como consecuencia, las personas quieren barreras para evitar la difusión
crimen en Río de ]aneiro y sobre las relaciones entre .los trabajadores y del mal y para reorganizar un mundo muy fácilmente presa del caos.
delincuentes en los barrios pobres.24 Sin embargo, si las personas no es- Los elementos que analicé hasta ahora no agotan las explicaciones
tán trabajando, deben por lo menos estar ocupadas con algo. El niño del crimen dadas por los residentes de Silo Paulo. Otra serie aborda los
mencionado en la cita 2.28 fue enviado a trabajar en la farmacia para que problemas del individuo, tanto morales como psicológicos. Estas explica-
se mantuviera ocupado y fuera de las calles. El tiempo ocioso es un ries- ciones son frecuentemente evocadas cuando las referencias al ambiente y
go para todos. Los hombres pueden perder la cabeza cuando están a lo que se considera apropiado son insuficientes para explicar un crimen.
desempleado s, y se dice que las mujeres que no tienen nada para hacer de- Cuando las personas vienen de los lugares correctos y tuvieron una super-
jan la mente abierta a las malas influencias. visión adecuada, cuando las apariencias contradicen el comportamiento,
todavía puede encontrarse una comprensión de la violencia en la <<natu-

23. Otra versión de esto es el dicho popular: .e1 ocio es el padre de todos los males •.
24. Véase Zaluar (1983, 1985, 1987, 1990, 1994). Sobre las concepciones del trabajo en 25. La equivalencia entre mujer y prisionera en esta cita de un «macho. no debe pasar
el Jardim das Camélias, véase Caldeira (1984: cap. 4). desapercibida.
raleza» -o más exactamente en la «naturaleza pervertida»- y, en algunos e -Si fueran pobres, la policía los agarraba, les pegaba ...
casos, en la conciencia pervertida. Los residentes de Sao Paulo dicen que A -Si fueran pobres, la policía los agarraba, les pegaba, les hacía de to-
las personas ricas pueden robar por «maldad». La violencia también pue- do; pero como son ricos, pueden ser hasta hijos de un general, de un máyor,
de ser justificada por un «drama psicológico» o locura, un caso extremo si la policía los agarra, los tiene que soltar.
de «perder la cabeza». A veces las personas se vuelven criminales simple-
mente porque ese es su «destino». . Para los residentes del Jardim das Camélias y de Moóca, las perso-
Estos tipos de argumentos son usados especialmente para explicar el nas ricas disfrutan del privilegio de estar por encima de la ley y de la so-
uso excesivo de la violencia. La violación, por ejemplo, en general requie- ciedad porque su posición social les garantiza que no serán castigadas.
re una explicación basada en la perversidad. Además, las referencias a un La percepción de esta desigualdad adicional, que pervierte las clasifica-
desvío de la naturaleza humana y de la razón surgen para justificar críme- ciones y los contratos sociales, está en el centro del total pesimismo que
nes en que el uso excesivo de la violencia se considera gratuito, como en muchos residentes de Sao Paulo sienten con respecto a las posibilidades
de creación de una sociedad más justa en el Brasil. Como es difícil impo-
el caso de un ladrón que, después de tomar todo lo que quería, mata a la
ner el orden por medio de las instituciones existentes, que son incapaces
persona que fue robada. Como dijo un estudiante universitario que vive
de controlar el mal y, por lo tanto, de construir una sociedad mejor, las
en Moóca cOn los padres: «Algo así no tiene explicación; solo puede ser
personas sienten que están constantemente expuestas a las fuerzas natu-
que estaba fuera de sí, drogado». Solo los crímenes contra la propiedad
rales del mal y al abuso de quienes se colocan por encima de la ley. Para
pueden ser explicados por razones socioeconómicas.
protegerse, deben confiar en sus propios medios de aislamiento, control,
Las explicaciones que se refieren a perversión, destino, azar y emo-
separación y distanciamiento. O sea~para sentirse seguras, deben cons-
ción son usadas también para explicar crímenes cometidos por quienes
truir muros.
no encajan en ninguno de los estereotipos. Los crímenes cometidos por
personas de las clases más altas que, como se dice, «tienen todo de lo bue-
no y lo mejof», sólo pueden ser explicados por algún tipo de perversidad.
Dos estudiantes universitarios entrevistados en Moóca separaron clara-
mente crímenes motivados por razones económicas (cometidos por al-
guien que está, por ejemplo, desempleado y desesperado) y crímenes co-
metidos por personas «que tienen aquella naturaleza». Ellos creen que el
uso de drogas está muy diseminado, no solo entre las personas de las cla-
ses bajas, sino también en las clases media y alta, con las cuales ellos tie-
nen contacto en barrios como los Jardines. En verdad, ellos creen que el
uso es más común en los grupos más ricos, porque tienen más dinero pa-
ra enviciarse y roban por razones estúpidas, como para tomar pequeñas
cosas, como un par de zapatillas.
Los jóvenes de la clase trabajadora del Jardim das Camélias también
creen que los crímenes cometidos por las personas de la clase alta están
asociados con drogas -como lo están los crímenes en general, en su opi-
nión-. Sin embargo, en el caso de las clases altas, las drogas por sí solas
no ofrecen una explicación.

2.31.
A -y hay gente que hasta roba y no necesita, roba porque es descara-
do. Que hubo una época que estaban los hijos de barones tirando bombas
dentro de los restaurantes. ¿Por qué hacen eso? Yo creo que es una diversión
para ellos, no tienen qué hacer, y quieren acabar con nuestra paciencia.
La segregación -tanto social como espacial- es una característica im-
portante de las ciudades. Las reglas que organizan el espacio urbano son
básicamente patrones de diferenciación social y de separación. Esas re-
glas varían cultural e históricamente, revelan los principios que estructu-
ran la vida pública e indican cómo los grupos sociales se interrelacionan
en el espacio de la ciudad. A lo largo del siglo xx la segregación social tu-
vo por lo menos tres formas diferentes de expresión en el espacio urbano
de Sao Paulo. La primera se extendió desde fines del siglo XIX hasta 1940
y produjo una ciudad concentrada en la que los diferentes grupos socia-
les se comprimían en un área urbana pequeña y estaban segregados por
tipos de vivienda. La segunda forma urbana, la de centro-periferia, domi-
nó el desarrollo de la ciudad desde la década de 1940 hasta la de 1980.
En esta los diferentes grupos sociales están separados por grandes distan-
cias: las clases media y alta se concentran en los barrios centrales con bue-
na infraestructura, y los pobres viven en las precarias y distantes perife-
rias. Aunque los residentes y científicos sociales todavía conciban y
discutan la ciudad en términos del segundo patrón, una tercera forma se
viene configurando desde la década de 1980 y modificando considerable-
mente la ciudad y su región metropolitana. Superpuestas al patrón cen-
tro-periferia, las transformaciones recientes están generando espacios en
los cuales los diferentes grupos sociales muchas veces están próximos pe-
ro separados por muros y tecnologías de seguridad, y tienden a no circu-
lar o interactuar en áreas comunes. El principal instrumento de este nue-
vo patrón de segregación espacial es lo que llamo «enclaves fortificados».
Se trata de espacios privatizados, cerrados y monitoreados, para residen-
cia, consumo, recreación y trabajo. Su principal justificación es el miedo
al crimen violento. Estos nuevos espacios atraen a aquellos que están
abandonando la esfera pública tradicional de las calles, dejándola para
los pobres, los «marginados» y los sin techo.
Mi interés por describir y analizar estos cambios, especialmente los
de los últimos 15 años, es doble. Primero, quiero demostrar la necesidad
de rehacer el mapa cognitivo de la segregación social en la ciudad, actua-
lizando las referencias a través de las cuales son entendidas la vida coti-
diana y las relaciones sociales. A no ser que la oposición centro-periferia
sea revisada y la manera por la cual se concibe la incorporación de la enclaves homogéneos, aislados de aquellos que se perciben como diferen-
desigualdad social en el espacio urbano sea modificada, no será posible tes. Consecuentemente, el nuevo patrón de segregación espacial sirve de
entender los presentes desafíos de la ciudad. Segundo, quiero mostrar que . base a un nuevo tipo de esfera pública que acentúa las diferencias de cla-
esos cambios espaciales y sus instrumentos están transformando signifi- se y las estrategias de separación.
cativamente la vida pública y el espacio público. En ciudades fragmenta- A continuación delineo las características generales de los tres patro-
das por enclaves fortificados es difícil mantener los principios de accesi- nes de segregación de la ciudad usando indicadores geográficos, demo-
bilidad y libre circulación que están entre los valores más importantes de gráficos y socioeconómicos. En el capítulo 7 analizo el aspecto más reve-
las ciudades modernas. Con la construcción de enclaves fortificados, el lador del nuevo modelo de segregación: espacios amurallados y privados
carácter del espacio público cambia, así como la participación de los ciu- creados por las clases media y alta. En el capítulo 8 discuto las transfor-
dadanos en la vida pública. Las transformaciones en la esfera pública de maciones resultantes en la vida pública y en las interacciones públicas y
Sao Paulo son semejantes a los cambios que están ocurriendo en otras uso el caso de Los Ángeles como comparaciótf.
ciudades alrededor del mundo y expresan, por lo tanto, una versión par-
ticular de un patrón más difundido de segregación espacial y transforma-
ción en la esfera pública.
El historiador de arte T. J. Clark analiza la organización de la vida
urbana y de la interacción de clases en el París de fines del siglo XIX y Desde 1890 hasta cerca de 1940, el espacio urbano y la vida social
muestra el modo en que esta se expresa en la pintura moderna. Escribien- en Sao Paulo se caracterizaron por la concentración y la heterogeneidad.l
do sobre el cuadro Place de la Concorde, de Degas, y sobre los persona- En la última década del siglo XIX, la población de Sao Paulo creció el
jes representados en él, T. J. Clark argumenta que 13,96% al año (véase tabla 6), pero el área urbanizada no se expandió
proporcionalmente. Alrededor de 1914, la densidad de p.pblación de la
la escena típica -eso sugirió ciertamente la nueva pintura- probablemente ciudad era de 110 hablha, comparada con 83 hab/ha en 1881 (R Villa~a,
era aquella en la que las clases coexistían pero no se tocaban; donde cada citado por Rolnik, 1997: 165). Con el advenimiento de la industriali-
una estaba absorta en un tipo de sueño críptico, volcada hacia sí misma o zación, la otrora sosegada ciudad volcada a los servicios y negocios fi-
hacia algún espectáculo, dejando escapar señales ambiguas [...] Las clases nancieros asociados a la exportación de café -la actividad económica
existen, pero los espacios de Haussmann permiten que no sean vistas. [...] La dominante en el estado de Sao Paulo hasta la década de 1930- fue trans-
Historia existe, pero los espacios de Haussmann tienen lugar para que sea formada en un espacio urbano caótico. A comienzos del siglo, la cons-
escondida. [...] [La] desatención [de los personajes de Degas] está sustenta- trucción era intensa: se erguían nuevas fábricas una detrás de otra, y las
da por los espacios vacíos y por el fluir de las escenas (Clark, 1984: 73, 75). residencias debían ser construidas rápidamente para abrigar las olas de
trabajadores que llegaban cada año.2 Las funciones no estaban separadas
Este insight sobre la relación entre formas urbanas, interacciones de espacialmente, las fábricas se construían cerca de las casas, y comercios y
clases y expresión artística sugiere maneras de considerar los patrones servicios se intercalaban con residencias.
de segregación espacial de Sao Paulo, especialmente las transformaciones'
recientes. En su análisis de las pinturas impresionistas de París, Clark
identifica las principales características del nuevo tipo de espacio público
(y su representación) ejemplificadas a fines del siglo XIX por la reconstruc-
1. El análisis histórico de Sao Pauto durante el período de 1890-1940 se basa en los si-
ción de París promovida por Haussmann. Los nuevos bulevares incor- guientes estudios: Bonduki (1982 y 1983), Langenbuch (1971), Morse (1970) y Rolnik (1983,
poraban las condiciones para el anonimato y el individualismo, permi- 1994 Y 1997). Ribeiro (1993) desarrolla un análisis semejante para el caso de Río de Janeiro.
tiendo tanto la libre circulación como la desatención a las diferencias, y 2. Los nuevos habitantes de la ciudad que llegaban para trabajar en fábricas recién construi-
ayudando así a consolidar la imagen de un espacio público abierto e igua- das eran principalmente inmigrantes europeos. Llegaron al Brasil incentivados por una política

litario. Esos son exactamente los valores que están en jaque actualmente
en Sao Paulo y en muchas otras ciudades donde el espacio público ya no
i .~
l
destinada a importar trabajadores blancos cualificados para sustiruir a los ex esclavos negros y
.blanquear. la población brasileña. En 1893 las personas nacidas en el exterior representaban el
55% de la población de la ciudad, de acuerdo con el censo. Ese fue el pico de inmigración extran-
se relaciona con el ideal moderno de universalidad. En vez de eso, pro- jera, que disminuyó después de 1900, cuando la tasa de crecimiento de la población comenzó a
mueve la separación y la idea de que los grupos sociales deben vivir en caer. En 1920 los extranjeros representaban el 36% de la población (Fausto, 1984: 10)
Tabla 6 nas fábricas construían esas casas adosadas para sus trabajadores espe-
Evolución de la población cializados tanto como una forma de atraerIos con la oferta de mejores vi-
Ciudad de sao Paulo y Región Metropolitana, 1872-1996 viendas, como para disciplinarios con la amenaza del desalojo.
Año Sao Paulo Tasa de Otros Tasa de Región Tasa de En una ciudad concentrada como era Sao Paulo, que había crecido y
creCI- municipios creCI- metro- creci- cambiado rápidamente, las preocupaciones por la discriminación, clasifi-
miento de la RM miento politana miento cación y control de la población eran intensas a comienzos del siglo.
anual (%) anual (%) •. Total anual (%) Como también fue típico en las ciudades europeas en el inicio de la indus-
trialización, esas preocupaciones eran frecuentemente expresadas en t~r-
1872 31.385
minos de salud e higiene, siempre asociadas a la moralidad. Las cuestIO-
1890 64.934 4,12
nes sobre cómo abrigar a los pobres y cómo organizar el espacio urbano
1900 239.820 13,96
1920 579.033 4,51
en una sociedad que se industrial izaba, estab¡lO ligadas al saneamiento.
1940 1.326.261 4,23 241.784 1.568.045
En conjunto, ellas se convirtieron en el tema central de las preocupacio-
1950 2.198.096 5,18 464.690 6,75 2.662.786 5,44 nes de la elite y de las políticas públicas durante las primeras décadas del
1960 3.781.446 5,58 957.960 7,50 4.739.406 5,93 siglo xx.
1970 5.924.615 4,59 2.215.115 8,74 8.139.730 5,56 La elite paulista diagnosticó los desórdenes sociales de la ciudad en
1980 8.493.217 3,67 4.095.508 6,34 12.588.725 4,46 términos de enfermedad, suciedad y promiscuidad, ideas asociadas de in-
1991 9.646.185 1,16 5.798.756 3,21 15.444.941 1,88 mediato al crimen. En 1890 el estado de Sao Paulo creó el Servicio Sani-
1996 9.839.436 0,40 6.743.798 3,07 16.583.234 1,43 tario, seguido por el Código Sanitario de 1894. De inmediato, ag~ntes del
Estado comenzaron a visitar las viviendas de los pobres, especIalmente
Fuente:Para 1872-1991, IBGE, CensoBrasileño;para 1996, JBGE, Recuento 1996. los conventillos en busca de enfermos y llevando estadísticas y registros.
, 6
Obs.: La región metropolitana de Sao Paulo está formada por el municipio (ciu- Esas visitas generaban reacciones negativas: la asociación de servicios sa-
dad) de Sao Paulo y otros 38 municipiosadyacentes (OM).
nitarios con el control social resultaba clara para las clases trabajadoras.4
Además de controlar a los pobres, la elite comenzó a separarse de ellos.
Temiendo epidemias -así como temen el crimen hoy- e identificando a
Aunque la elite y los trabajadores vivieran relativamente próximos
los pobres y sus condiciones de vida con enfermedades y epidemias, los
unoS de los otros, había una tendencia de la elite a ocupar la parte más
miembros de las elites comenzaron a mudarse de las áreas densamente
alta de la ciudad -en dirección al espigón central donde se localizaría la
pobladas de la ciudad hacia regiones un poco apartadas y con emprendi-
Avenida Paulista-, y de los trabajadores a vivir en las áreas más bajas,
mientas inmobiliarios exclusivos. Una de estas regiones era el nuevo ba-
bordeando las márgenes de los ríos Tamanduateí y Tiete, y próximos al
rrio con el sugestivo nombre de Higienópolis. También se mudaron hacia
sistema ferroviario. En el comienzo del siglo, la segregación social se ex-
otras dos áreas exclusivas: Campos Elísios y la Avenida Paulista. Al mis-
presaba también en las viviendas: mientras la elite (de la industria y de la
mo tiempo, los representantes de las elites en la administración municipal
producción de café) y una pequeña clase media vivían en mansiones o ca-
y en instituciones como la Federación de Industrias estaban planeando
sas propias, más del 80% de las habitaciones de Sao Paulo eran alquila-
organizar, limpiar y abrir el centro de la ciudad como Haussmann ha.bía
das (Bonduki, 1983: 146). La propiedad de una casa definitivamente no
hecho en París, y apartar a los trabajadores, instalándolos en casas umfa-
era una opción para los trabajadores, quienes en su mayoría vivían en
miliares que elevarían sus patrones morales. Identificaron la concentra-
conventillos o casas de vecindad, todos superpoblados.3 Esas construc-
ciones precarias constituían una buena inversión en la época y prolifera-
ron por la ciudad. En esa época no había edificios de departamentos pa-
4. Una de las principales revueltas populares en la época no se originó en el espacio del tra-
ra alquilar. Una minoría de trabajadores, básicamente los especializados, bajo, sino que se originó ante la decisión del gobierno de vacunar a la población contra la virue-
alquilaban casas solo para sus familias, en general casas adosadas. Algu- la y enviar agentes sanitarios hacia las áreas pobres de Río de Janeiro con el fin de desinfect~r
sus casas y destruir aquellas supuestamente infectadas. La Revuelta de la Vacuna übhgatona
ocurrió en 1904, cuando el prefecto Pereira Passos lanzó un programa radical de reforma urba-
3. En 1990 el promedio de personas por edificio en Sao Paulo era de 11,07 (Bonduki, na del tipo haussmanniano, abriendo grandes avenidas en el centro de la ciudad y destruyendo
1982: 85). muchas habitaciones de residentes pobres.
ción de trabajadores y las condiciones anti-higiénicas asociadas a ellos El principal efecto de esa legislación urbana inicial fue establecer la
como un mal que debía ser eliminado de la vida de la ciudad. Imaginaron disyunción entre un territorio central para la elite (el perímetro urbano),
la dispersión, el aislamiento, la apertura y la limpieza como soluciones regido por leyes especiales que eran siempre cumplidas, y las regiones
para el medio urbano caótico y sus tensiones sociales. suburbanas y rurales habitadas por los pobres y relativamente no legisla-
Durante las décadas de 1920 y 1930 -años que pueden considerarse das, donde las leyes eran cumplidas con menos rigor. El mecanismo que
un período de transición entre diferentes patrones de organización de las produjo esa disyunción es equivalente al que describí en el capítulo 4 en
diferencias soCÍ''llesen la ciudad y entre diferentes modos de intervención relación con la policía: ambivalencia legal. Ese mecanismo es constitutivo
de las autoridades públicas- las preocupaciones por el saneamiento y el de la ocupación de la tierra brasileña y de la legislación desde el inicio de
control social son evidentes en, por lo menos, cuatro niveles políticos e la colonización (Holston, 1991b). Como las fronteras de lo legal y lo ile-
institucionales: el gobierno municipal, la asociación de los industriales, gal están mal definidas, el ejecutivo tiene la autoridad de hecho para dar
los movimientos sindicales y populares, y el gobierno federal. la palabra final en las disputas por la tierra y determinar la legalidad caso
En el ámbito municipal, los prefectos y sus secretarios procuraron por caso. Las leyes urbanas de 1910 establecieron una división de la ciu-
abrir avenidas, alargar calles, embellecer y organizar el centro de la ciu- dad en cuatro zonas: central, urbana, suburbana y rural. La mayoría de
dad. Sin embargo, la ciudad estaba mal equipada para lidiar con las las leyes creadas en esa época solo se aplicaban a las zonas central y ur-
transformaciones urbanas resultantes del inmenso influjo de nuevos resi- bana, dejando a las otras regiones (hacia donde se estaban mudando los
dentes de comienzos de siglo. Las concepciones sobre el planeamiento ur- pobres) no reglamentadas. Cuando se extendía la legislación a esas zonas,
bano y sobre el papel de la intervención estatal en el espacio eran bastan- como las exigencias de registro de emprendimientos y reglas para abrir
te precarias hasta la segunda década del siglo (Morse, 1970: caps. 19 y calles, de inmediato se formulaban excepciones. Las exigencias de que las
21; Leme, 1991). La única legislación urbana anterior -el Código de Pos- nuevas calles tuvieran infraestructura y dimensiones mínimas, por ejem-
turas [Código de Procedimientos] de 1875, revisado y consolidado en plo, pudieron ser legalmente ignoradas después de 1923 cqando una nue-
1886- mostraba una preocupación por el saneamiento, recursos natura- va ley ofreció la posibilidad de creación de «calles particulares» en las re-
les y ordenamiento del espacio público y del comportamiento público. El giones suburbanas y rurales. Los preceptos legales para el perímetro
código establecía el largo de las calles yavenidas, la altura de los edificios urbano no se aplicaban a esas «calles particulares». Pero probablemente
y el número de pisos, la dimensión de puertas y ventanas, además de pro- el mejor ejemplo de ese mecanismo se refiere a la instalación de infraes-
hibir la mayoría de los tipos de uso privado de las calles, que deberían tructura urbana por la ciudad, que desde el inicio del siglo dependía del·
mantenerse abiertas a la circulación (véase Rolnik, 1997: 32-35). Las pri- estatus legal de la calle. Muchas de las nuevas calles, especialmente en las
meras leyes sobre construcción y zonificación fueron promulgadas en la zonas suburbana y rural, eran por principio o irregulares o ilegales, y así
mitad de la década de 1910, mientras que las piezas más importantes de carecían de infraestructura urbana. Y aunque ellas hayan sido progresi-
la intervención urbana aparecieron a fines de los años veinte.5 vamente asimiladas a la legalidad urbana por medio de varias amnistías
(1936, 1950, 1962 Y 1968), los decretos eran suficientemente ambiguos
como para dejar al ejecutivo la determinación de cuáles calles llenaban
los criterios para la legalización y, por consiguiente, para la mejora urba-
5. La Ley Municipal 1.874, de 1915, creó la primera división de la ciudad en cuatro zonas
(central, urbana, suburbana y rural) y exigió que las plantas de construcción fueran aprobadas na, y cuáles no los llenaban.6
por la administración municipal. El Acto 849, de 1916, reglamentó la construcción. La Ley Mu- El emprendimiento urbanístico más famoso del gobierno municipal,
nicipal 2.611, de 1923, estableció dimensiones mínimas para un lote urbano (300 m1) y reglas a comienzos del siglo, llevó a una transformación del patrón de segrega-
para la pavimentación de las calles. También estableció que para emprendimientos mayores a ción y representó un cambio en la concepción de la intervención del Esta-
40.000 m1, el constructor debería donar espacios para calles y áreas verdes. Por lo que parece,
esa ley fue inf!uenciada por City of Sáo Paulo Improvements and Free Hold Land Co. Ltd., la
do en la planificación urbana. Fue el Plan de Avenidas, elaborado por
compañía que estaba lanzando nuevos emprendimientos inmobiliarios inspirados en las ciuda- Francisco Prestes Maia durante la administración de José Pires do Rio, el
des jardín inglesas desde 1912. Esos emprendimientos originaron los barrios llamados «Jardi-
nes-, que han alojado a las clases media y alta desde la década de 1920 (Siio Paulo, Sempla, .~
1995: 15). En 1929 la ciudad aprobó su primer Código de obras (Ley Municipal 3.427, Código } 6. Véase Holston (1991b) para un análisis de la relación entre las prácticas ilegales y la
Arthur Saboya), que sistematizó la mayor parte de la legislación anterior y estableció un mínimo ocupación de la tierra en el Brasil y especialmente en la periferia de Siio Paulo. Véase Rolnik
de tres pisos por edificio en el área central, alentando de esa forma la construcción vertical. Ese (1997) para un análisis de la legislación urbana y de la misma dinámica legaVilegalentre 1886 y
código fue reconsolidado en 1934. Véase Morse (1970: 366-367) para una crítica de ese plano. 1936.
último prefecto de la Vieja República.7 El plan proponía cambiar el siste- cotear el pago de alquileres. A pesar de esa movilización, y a despecho de
ma de circulación de la ciudad abriendo una serie de avenidas que partie- su contribución en el cambio del régimen político, la «cuestión de la vi-
ran del centro hasta los suburbios. Exigió una considerable demolición y vienda» acabó siendo tratada individualmente por cada trabajador, y no
remo delación de la región central, cuya zona comercial fue reformada colectivamente.
y aumentada, estimulando la especulación inmobiliaria. Consecuente- Finalmente, la cuarta influencia en la transformación urbana fue el
mente, los trabajadores que no podían pagar los elevados alquileres, aca- gobierno federal, especialmente después de la Revolución de 1930. El re-
baron siendo expulsados del centro. El Plan de las Avenidas también op- cién creado Ministerio de Trabajo defendió la creación de oportunidades
tó por invertir en las calles en vez de expandir el servicio de tranvías. Una para que las clases urbanas adquirieran la casa propia. Así como los in-
de las principales causas de la concentración de la ciudad era que el trans- dustriales, los representantes del Ministerio de Trabajo también estaban
porte colectivo se basaba en el sistema de tranvías, que requería instala- interesados en recortar gastos de alquiler y diseminar el valor de la casa
ciones caras y, por lo tanto, se expandía lentamente. Debido a que ese sis- propia, que consideraban una de las bases de la estabilidad social. El go-
tema cubría sólo una pequeña área de la ciudad, era difícil desalojar a los bierno federal tomó varias iniciativas para propagar la casa propia, no
residentes pobres del centro de la ciudad, donde trabajaban. El lanza- todas igualmente exitosas.8 El factor que tendría el mayor impacto en la
miento de un sistema de ómnibus, asociado a la progresiva apertura de ciudad y en los arreglos habitacionales de los sectores trabajadores ocu-
nuevas avenidas, posibilitó la expansión de la ciudad en dirección a la pe- rrió en 1942, en el contexto de una crisis habitacional marcada por al-
riferia. quileres altos provocados por la crisis económica asociada a la Segunda
La segunda fuente de influencia en las transformaciones urbanas vi- Guerra Mundial y por la reforma de las regiones centrales en varias ciu-
no del grupo de industriales congregados en la Federación de Industrias y dades brasileñas. Ese factor fue la Ley de Inquilinato, que congeló todos
liderados por Roberto Simonsen. Estos estaban interesados en estudiar los alquileres residenciales en los valores de diciembre de 1941. Esa me-
los patrones de consumo y vivienda de las clases trabajadoras a fin de re- dida hubiera debido durar dos años, pero fue sucesivanfente renovada
formarlos. Promovieron la creación de una serie de instituciones que se hasta 1964, con solo algunos pequeños aumentos en respuesta a la infla-
especializaron en el estudio y documentación de las condiciones de vida ción. En Sao Paulo la consecuencia inmediata fue una disminución del
de las clases trabajadoras, especialmente la habitación popular, conside- mercado de alquileres, ya que se dejó de construir unidades de alquiler.
rada «el gran problema social» (Bonduki, 1983: 147). Convencidos de Eso aceleró la partida de trabajadores hacia la periferia, donde podían
que los empleado res no podían cargar con la responsabilidad de resolver encontrar terrenos baratos (e irregulares) para construir sus casas.9
ese problema, los industriales eran favorables a la adquisición de la casa La intersección de esas diferentes iniciativas y políticas, asociada al
propia por parte de los trabajadores, lo que podría reducir sus gastos en pronunciado aumento de población causado por migraciones internas
vivienda y aumentar sus posibilidades de consumo. Obviamente, también desde el comienzo de la década de 1930, llevó a un nuevo patrón de
estaban interesados en organizar el espacio de la ciudad para la expan- segregación urbana, que caracterizaría a Siío Paulo en los 50 años si-
sión industrial. guientes.lO En el nuevo ordenamiento, pobres y ricos vivirían separados:
La tercera fuente era el movimiento sindical, que se volvió bastante distancia, crecimiento económico y represión política permitirían una pe-
fuerte bajo la influencia anarquista. Este promovió una ser'ie de huelgas culiar desatención de uno en relación con el otro.
importantes en Sao Paulo durante la década de 1910 (Fausto, 1977) yen
la década de 1920 se unió a otros movimientos de oposición que llevaron
a la derrota de la Vieja República. La habitación era un tema central en 8. En 1937 el gobierno federal creó los Institutos de Previdencia (institutos de previsión),
yen 1946, la Fundación de la Casa Popular, para construir casas de bajo costo para trabajado-
los movimientos de trabajadores, expresado principalmente en discusio-
res. Pero estas nunca cumplieron su función: las pocas casas construidas fueron distribuidas de
nes sobre el alquiler y su control. Desde la década de 1910 los sindicatos acuerdo con criterios c1ientelísticos. Vargas también renovó las Cajas Económicas, que comen-
anarquistas propusieron la formación de <<ligasde inquilinos» para boi- zaron a financiar casas para la clase media.
9. Para un análisis de las varias dimensiones de la Ley de Inquilinato, véase Bonduki (1983
~ y 1994). Para un análisis de la política laboral de Vargas, véase Santos (1979).
~ 10. Desde 1934 se impusieron varias restricciones a la inmigración extranjera. En el mis-
7. Aunque las decisiones importantes basadas en el plan hayan comenzado a tomarse a fi· - mQ período, sequías en el Nordeste hicieron que muchos se desplazaran hacia Siio PauIo. Duran-
nes de la década de 1920, las principales obras fueron ejecutadas después de 1938, durante la te el período de 1935-1939, 96% de las 285.000 personas que migraron hacia el estado de Siio
administración de Prestes Maia. Paulo eran brasileños (Morse, 1970: 302).
los años treinta, los únicos lotes ocupados fuera del centro eran los próxi-
mos a las estaciones ferroviarias. Sin embargo, eran pocos y su posibili-
El nuevo patrón de urbanización es comúnmente llamado centro- dad de expansión, limitada, pues las personas debían caminar hasta la es-
14
periferia y ha dominado el desarrollo de Sao Paulo desde los años cua- tación. A fines de la década de 1930, la apertura de nuevas avenidas
renta. Ese patrón tiene cuatro características principales: 1) es disperso hizo posible h1 difusión del uso de los ómnibus. Los primeros comenza-
en vez de concentrado -la densidad de población cayó de 110 hab/ha en ron a rodar en 1924 y al final de la década ya desafiaban el monopolio
1914 a 53 hab/ha en 1963 (F.Villa~a, citado por Rolnik, 1997: 165); 2) del sistema de tranvías perteneciente a la Sao Paulo Tramway Light &
las clases sociales viven lejos unas de las otras en el espacio de la ciudad: Power Co., popularmente conocida como Light.15 Al necesitar menos in-
las clases media y alta en los barrios centrales, legalizados y bien equi- fraestructura y ser, por lo tanto, más flexibles, los ómnibus pasaron a cir-
pados; los pobres en la periferia, precaria y casi siempre ilegal; 3) la ad- cular por calles no asfaltadas de barrios distantes del centro de la ciudad.
quisición de la casa propia se vuelve la regla para la mayoría de los re- Mientras en 1948 los desplazamientos en tranvía abarcaban el 52,2 % del
sidentes de la ciudad, ricos y pobres; y 4) el sistema de transporte se total de viajes en transporte público, en 1966 estos habían caído al 2,4%
basa en el uso del ómnibus para las clases trabajadoras y automóviles del total. Al mismo tiempo, los desplazamientos en ómnibus subieron del
para las clases media y alta. u Este patrón de urbanización se consolidó 43,6% en 1948 al 91,2 % en 1966 (Velze, R., citado por Kowarick y Bon-
al mismo tiempo en que la ciudad se volvió el centro industrial del país, duki, 1994: 153). Los tranvías dejaron de operar en 1968.
con la expansión de industrias pesadas en sustitución de las manufactu- El principal agente de expansión de los servicios de ómnibus no fue
ras textiles y de alimentos (un cambio asociado a la implantación de la el gobierno, sino los empresarios particulares, la mayoría de los cuales
producción de automóviles), y cuando la ciudad recibió un gran flujo eran especuladores inmobiliarios.16 Como consecuencia, el sistema era
de migrantes del Nordeste del Brasil.12 Durante ese período, la expan- irregular y aleatorio, proyectado para servir sobre todo a los intereses in-
sión urbana y la dinámica industrial superaron los límites del municipio mobiliarios. Esto hizo posible vender lotes ubicados «en medio de la sel-
de Sao Paulo, provocando rápidas transformaciones en los municipios va» y ayudó a crear un tipo peculiar de espacio urbano en el cual áreas
circundantes, oficialmente integrantes de la región metropolitana de ocupadas y vacías se intercalaban aleatoriamente por vastas áreas. No
Sao Paulo. había ninguna planificación previa y las regiones ocupadas eran aquellas
en las cuales los especuladores habían decidido invertir. Su estrategia era
dejar áreas vacías en medio de las ocupadas para que fueran colocadas
Ómnibus, ilegalidad y autoconstrucdón: más tarde en el mercado a precios más elevados.
la expansión de la periferia La urbanización de la periferia se dejó principalmente para la inicia-
tiva privada, con poco controlo ayuda de las autoridades gubernamenta-
El lanzamiento del sistema de transporte público basado en ómnibus les hasta la década de 1970. A despecho de los discursos de la elite y del
fue fundamental para el desarrollo del nuevo patrón de urbanización. gobierno en favor tanto de la difusión de la casa propia para los pobres
Aunque el precio de la tierra en la periferia fuera relativamente bajo y hu- como de una planificación racional para la expansión de la ciudad, el
biera lotes en venta desde la década de 1910,13 estos permanecieron deso-
cupados principalmente debido a la falta de transporte. Hasta el final de
14. En 1948 sólo el 4,2% de los desplazamientos urbanos en transporte colectivo entre la
casa y el trabajo se hacía en tren; durante las décadas de 1950 y 1960, el porcentaje de los des-
plazamientos en tren nunca superó el 6,6% del total (Velze, R., citado por Kowarick y Bonduki,
11. El análisis que sigue está basado en Brant et al. (1989), Bonduki (1983), Caldeira 1994: 153).
(1984), Camargo et al. (1976) y Langenbuch (1971). 15. Ese monopolio se quebró al final de los años veinte, cuando la ciudad decidió no reno-
12. El crecimiento de la población se muestra en la tabla 6. Entre' 1950 y 1960, más de var el contrato con la Light y negarle el monopolio del sistema de ómnibus. Al mismo tiempo, el
1.000.000 de personas se establecieron en la región metropolitana. Entre 1960 y 1970 Y entre gobierno municipal decidió comenzar a construir la Avenida 9 de Julho, la primera de las nue·
1970 y 1980, el número de migrantes sobrepasó los 2.000.000 por período (Perillo, 1993: 2). vas avenidas radiales.
13. Cf. Langenbuch (1971). Especuladores inmobiliarios compraron la mayoría de los lo- 16. En 1948 los ómnibus públicos abarcaban el 31 % de los desplazamientos entre la casa
tes vendidos antes de los años treina, los cuales permanecieron desocupados. Para una historia y el trabajo, y los ómnibus particulares, el 12,6%. En 1966, sin embargo, la situación se había
de un barrio de la periferia creado en la década de 1920, pero solo ocupado en los años sesenta, invertido: los ómnibus particulares realizaban el 75,7% de los desplazamientos y los ómnibus
véase Caldeira (1984). públicos, solo el 15,5% (Velze, R., citado por Kowarick y Bonduki, 1994: 153).
proceso de apertura y venta de lotes en la periferia, que expandió la ciu- movimientos de residentes de la periferia. En los años cincuenta, políticos
dad drásticamente a partir de los años cuarenta, fue caótico. La propia le- populistas, en especial Janio Quadros, establecieron la política de cambiar
gislación garantizaba la excepcionalidad de la periferia: mientras regula- infraestructura urbana por votos, práctica que acabó urbanizando el pri-
ba cuidadosamente lo que definía como perímetro urbano, dejaba las mer anillo de la periferia (incluyendo la famosa Vila Maria), que en su mo-
zonas suburbana y rural casi sin reglamentación y, por lo tanto, abiertas mento se convirtió en su principal base política. La movilización más im-
a las más diversas formas de explotación. Los especuladores inmobilia- portante de residentes de la periferia, sin embargo, comenzó en los años
rios desarrollaron varias prácticas ilegales o irregulares para maximizar setenta y se caracterizó por la organización de los movimientos sociales au-
sus beneficios: de la usurpación y el fraude a la no provisión de servicios tónomos.
urbanos básicos e incumplimiento de las dimensiones mínimas del lote Los residentes de la periferia también fueron desatendidos por el
exigidas por ley. El resultado de esas prácticas es que la mayoría de los hecho de que nunca pudieron contar con ningún tipo de financiamiento
trabajadores que compraron terrenos en la periferia para construir sus para construir sus casas. Los pocos programas creados para ellos, o te-
casas descubrió con el tiempo que sus propiedades estaban perjudicadas nían exigencias que no podían cumplir, o fueron rápidamente redireccio-
por alguna forma de ilegalidad y sus títulos no podían ser registrados. O nados hacia la clase media, como es el caso del Banco Nacional de Habi-
ellos habían comprado un terreno usurpado, o no lograban regularizado tación (BNH). Por lo tanto, los trabajadores terminaron construyendo sus
porque sus dimensiones estaban por debajo de los límites exigidos por casas por medio de la autoconstrucción, el proceso a largo plazo por el
ley, o porque e~aba ubicado en loteos sin la infraestructura exigida por cual compran un lote, construyen un cuarto o una casilla en los fondos
los códigos municipales. Además, los trabajadores normalmente cons- del lote, donde pasan a vivir, y entonces gastan décadas expandiendo y
truían sus casas sin aprobar la planta en la municipalidad, ya que gene- mejorando la construcción, amueblando y decorando la casa (véanse fo-
ralmente no podían cargar con el costo que eso significaba~ Así, incluso tos 1,2 y 3). Ese proceso modificó radicalmente el estatus residencial de
cuando los lotes eran legales, frecuentemente la construcción no lo era Y la mayoría de la población. A partir de los años cuarenta la adquisición
La Secretaría de Planeamiento de Sao Paulo estimó en el inicio de los de la casa propia en Sao Paulo se expandió considerablemente, al mismo
años noventa que el 65% de toda la población de la ciudad vivía en resi- tiempo que el alquiler disminuyó. Mientras en 1920 sólo el 19,1 % de los
dencias afectadas por al menos una de las varias formas de ilegalidad (Rol- domicilios era propiedad de los residentes, en 1960 esa tasa subió al41 %
nik et al., s.d.: 95). Aunque los trabajadores siempre entendieron que es y, en 1991, el 63,2% ya estaba en esa categoría.19 Hoy, la proporción de
precisamente la condición de ilegalidad de los lotes y de la construcción y el habitaciones propias en los barrios periféricos (68,51 %) es mayor que el
carácter legal precario de la periferia como un todo, lo que permite que el- promedio de la ciudad (63,57%), confirmando la diseminación de la au-
los se conviertan en propietarios y resuelvan sus problemas de vivienda toconstrucción como la principal alternativa habitacional de los sectores
(véase Caldeira, 1984: caps. 1-3; Holston, 1991b). Los lotes en la periferia trabajadores (véase tabla 7).
eran accesibles a los trabajadores tanto en función de su ilegalidad como La expansión del área urbanizada de la región metropolitana de Sao
porque estaban «en medio de la selva»: en barrios sin asfalto, electricidad, Paulo, que resulta básicamente del desplazamiento de los trabajadores en
agua, desagües, teléfono, escuelas u hospitales y conectados a la ciudad por dirección a la periferia y de la instalación de industrias en algunas de esas
un sistema deficiente de ómnibus en los cuales gastaban muchas horas por regiones, está expresada en el mapa UO Este muestra que la mayor ex-
día.18 Tales infraestructuras urbanas y servicios tendieron a ser instalados o pansión ocurrió durante los años cincuenta. Desde la década de 1940
mejorados solo durante períodos democráticos y bajo la presión política de hasta la de 1980, el proceso de expansión periférica afectó no solo a la
ciudad de Sao Paulo, sino también a los 38 municipios circundantes que
formaron un conurbano para constituir su región metropolitana. Varios
17. Todas estas formas de ilegalidad o irregularidad afectan a las personas que compran de esos municipios presentan la misma precariedad urbana y las mismas
sus lotes de buena fe y pagan por ellos. Ellos constituyen un caso diferente del de las favelas, que altas tasas de crecimiento de población que los distritos de la periferia de
se forman por la invasión de tierras y donde las personas normalmente no compran los lotes
(aunque puedan comprar sus casillas).
18. En 1977, en la zona este de la ciudad, donde se ubica el]ardim das Camélias, los resi- 19. Para 1920, Bonduki (1982: 146); para 1960 y 1991, Censo Brasileño.
dentes que usaban ómnibus para ir al trabajo gastaban un promedio de 13 horas fuera de casa, 20. Agradezco al Laboratorio de Espacialización de Datos del Cebrap, y especial(llente a
yendo o viniendo del trabajo y trabajando. En 1987 la situación permanecíainalterada (Caldei- Ciro Biderman y Anderson Kazuo Nakano, por la asistencia en la elaboración de los mapas usa-
ra, 1984: 62, Metro, 1989: 41). dos en este capítulo.
la capital, y funcionan como su extensión. Algunos de esos municipios
también re acondicionaron muchas de las nuevas industrias instaladás en
. la región en las décadas de 1950 y 1960. La principal área de desarrollo
industrial fue la región sudeste de la ciudad -el ABCo-.21
A medida que la metrópolis se expandió, las preocupaciones de las
autoridades públicas por regular el espacio construido, domar la expan-
sión descontrolada y remediar los efectos más perversos, también au-
mentaron. Las regulaciones y planes se multiplicaron a partir de los
años sesenta. Sin embargo, como ya había ocurrido antes, sus efectos se
sintieron principalmente en las áreas centrales ocupadas por las clases

Mapa 1 (pág. 223)


Expansión del Área Urbana, Región Metropolitana de Sao Paulo, 1949-1992

- Municipio de Sao Paulo


_1949

\1111962
_1992

Fotos 1, 2 Y3: Diferentes etapas de una casa autoeonstruida 21. En el Apéndice se encuentra un mapa de la región metropolitana con los nombres de
en el Jardim das Camélias, 1980, 1989 Y 1993. todos los municipios (mapa 3).
media y alta, mientras las periferias permanecieron desatendidas hasta de edificios continuó limitada a la región central y a unos pocos barrios
la década de 1970. circundantes, pero el porcentaje de edificios residenciales comenzó a au-
mentar. En aquella época ya era posible vender separadamente unidades
en edificios de departamentos, pero la mayoría de los edificios residencia-
les'era para alquilerY De acuerdo con Carlos Lemas (1978: 54), cuando
se inició la construcción de edificios de departamentos residenciales en los
El patrón de habitación de la clase media de Sao Paulo también años cuarenta, estos eran estigmatizados y asociados a conventillos, po-
cambió, especialmente después del final de los años sesenta. Sus miem- breza y falta de privacidad y libertad. Los departamentos eran, por lo tan-
bros también se convirtieron en propietarios, pero a través de un proce- to, una solución indeseada para la clase media. Eso se confirma por una
so completamente diferente. Al contrario de lo que ocurría con los sec- investigación realizada por Ibope (Instituto Brasileño de Opinión Pública
tores trabajadores, las clases media y alta recibieron financiamiento y y Estadística) en diciembre de 1945 entre los residentes de las clases media
no tuvieron que construir sus casas. Se mudaron a edificios de departa- y alta de la ciudad de SaoPaulo, en la que el 90,8% de los entrevistados
mentos, el primer tipo de habitación que fue producido por grandes declaró preferir las casas a los departamentos, y el 83,3 % estaba, de he-
empresas y cuyo mercado se expandió de forma significativa en los cho, viviendo en casas.24En esa época, la mayoría de los entrevistados pa-
años setenta, transformando los barrios centrales. Además, los edificios gaba alquiler: solo el 17,2 % de los hombres entrevistados poseía residen-
eran el principal tipo de construcción para oficinas, no solo en el centro cia propia; el 53,2 % tenía la intención de comprar una casa, pero solo el
sino también en nuevas áreas comerciales en las regiones sur y oeste de 1,6% tenía la intención de comprar un departamento.
la ciudad. Hasta el final de la década de 1950, la construcción de edificios no
Un análisis de la historia de la verticalización de Sao Paulo permite estuvo muy controlada por la administración municipal. De 1957 en ade-
entender cómo las autoridades públicas, tanto locales como federales, in- lante, sin embargo, las leyes municipales destinadas a controlar la expan-
tentaron regular la expansión urbana y estructuraron las áreas más ricas sión de la ciudad afectaron en particular a la construcción de edificios.
de la ciudad. La zonificación municipal y los reglamentos de construccio- Las leyes tuvieron dos efectos principales: por un lado, cerraron el merca-
nes determinaron dónde podían ser construidos los edificios y qué dimen- do inmobiliario de edificios de departamentos para la población de baja
siones podían tener, además de haber creado barreras a la construcción renta; por otro, direccionaron los nuevos edificios hacia fuera del centro.
de edificios de departamentos para sectores de baja renta. Las políticas Ambos efectos acompañaron la remodelación de la región central que ex-
federales dictaron las condiciones de financiamiento de departamentos pulsó a los pobres hacia las nuevas periferias. Esas tendencias han persis-
para la clase media y para la proliferación de grandes emprendimientos tido desde los años cincuenta hasta el presente.
inmobiliarios que dominaron el mercado de residencias colectivas a par- En 1957, la Ley Municipal 5.261 limitó por primera vez el coefi-
tir de la década de 1970. En conjunto, las políticas municipales y federa- ciente de aprovechamiento del terreno: no podría exceder a 6 veces en
les ayudaron a transformar los edificios de departamentos en el principal los predios comerciales y 4 veces en los predios residenciales (es decir, el
tipo de vivienda de las clases media y alta. total del área construida no podía ser mayor que 4 o 6 veces el tamaño
La construcción de edificios en Sao Paulo comenzó en la primera dé- dellote).25 Además, esa ley determinó que la cota mínima de terreno por
cada del siglo XX y se localizó en el centro de la ciudad. Conforme lo
demuestra Nádia Somekh Martins Ferreira, hasta 1940 el 70% de todos
los edificios se localizaba en los barrios centrales, y el 65% era no residen-
23. El Decreto 5.481 del 25 de junio de 1928 reglamentó la venta de departamentos indi-
cial. En 1940, apenas el 4,6% de la población de Sao Paulo vivía en depar- viduales en edificios con más de cinco pisos (Ferreira, 1987: 72). En los Estados Unidos, la pro-
tamentos y solo el 2,1 % de los domicilios estaba en edificios de departa- piedad en condominio no fue reglamentada sino hasta 1961 (McKenzie, 1994: 94).
mentos (Ferreira, 1987: 75).22Durante la década de 1940, la construcción 24. Las investigaciones originales de lbope están en el Archivo Edgard Leuenroth, en la
Unicamp. Los datos citados arriba son del volumen 2 de las investigaciones de 1945. Los docu-
~ mentos no están numerados y son identificados solo por la fecha.
22. El análisis de la construcción vertical de Sao Paulo para el período de 1940-1970 está l 25. Esta ley fue inspirada por Anhaia Melo, prefecto y planificador de Sao Paulo, que era
basado en Ferreira (1987). La fuente de Ferreira es el registro de elevadores en la ciudad de Sao favorable al control de la expansión vertical y de la densidad poblacional de la ciudad. Él utili-
Paulo. Desde 1940 todos los elevadores deben ser registrados en la municipalidad. Esos registros zó la expresión en inglés floor space index para referirse al coeficiente de aprovechamiento (Rol-
contienen el domicilio de cada edificio y el año en que fueron colocados en el mercado. nik, 1997: 197). Utilizo la traducción más literal.
departamento debería ser de 35 m2; es decir, a cada unidad debería tal que los constructores anteriores y dominaron completamente el mer-
corresponder por lo menos 35 m2 del área del terreno. Aunque esa ley cado inmobiliario a partir de los años setenta, primero en las regiones
nunca haya sido enteramente cumplida -las empresas siempre enviaban centrales de las áreas metropolitanas y mássecientemente también en las
a la municipalidad sus plantas de edificios residenciales como si fueran periferias. Esos constructores construían sobre todo edificios, pero tam-
comerciales, consiguiendo así aumentar el coeficiente de aprovecha- bién algunos condominios cerrados horizontales.
miento-, terminó causando un aumento del tamaño de los departamen- Especialmente durante la década de 1970, los años del «milagro
tos y forzando el desplazamiento de nuevos edificios residenciales hacia económico», el BNH (asociado a grandes constructores) desempeñó un
regiones afuera del centro de la ciudad, donde los lotes eran más bara- papel fundamental en el mercado inmobiliario. En Sao Paulo, el 80,8%
tos. Desde esa época, los departamentos se convirtieron en una forma de de los edificios de departamentos residenciales colocados en el mercado
vivienda casi exclusiva de la clase media. entre 1977 y 1982 recibió financia miento del BNH (Salgado, 1987: 58).
Si las leyes municipales explican por qué la construcción de depar- La entrada del SFH en el mercado inmobiliario hizo que el número de
tamentos de baja renta fue interrumpida y por qué los edificios comen- edificios de departamentos registrados por año en el municipio de Sao
zaron a ser levantados fuera de la región central, no explican por qué al- Paulo se duplicara y aun más.27 Considerando que el 63% de las unida-
gunos años más tarde la clase media se estaba mudando hacia un tipo de des financiadas por el SFH entre 1970 y 1974 era para el así llamado
residencia que antes había rechazado fuertemente. Este fenómeno puede mercado medio (es decir, para la clase media), el 25% para el mercado
ser mejor entendido si se considera la próxima intervención importante económico y solo el 12 % para el mercado popular (Rolnik et al., s.d.:
del Estado en el mercado inmobiliario de departamentos, esta vez en el 111), no es difícil concluir que los edificios de departamentos eran vi-
ámbito federal: la creación, en 1964, del BNH y del SFH (Sistema Finan- viendas de clase media. En otras palabras, la clase media conseguía
ciero de Habitación). Este sistema, que comenzó a operar en gran escala préstamos baratos subsidiados por el gobierno, y los sectores trabaja-
en 1967, fue creado específicamente para promover la construcción y fi- dores, que no tenían recursos para comprar en el mercado formal y que
nanciamiento de la casa propia para familias de renta baja y muy baja. solo raramente alcanzaban las exigencias del BNH para un pedido de
Sin embargo, como es sabido, en la década de 1970 el BNH se convirtió préstamo, construían sus casas por cuenta propia en la periferia sin nin-
en la principal fuente de financiamiento para la clase media, y lo que guna ayuda financiera. Además, el financiamiento masivo de edificios
más financiaba eran departamentos en edificios recién construidos. Del de departamentos por parte del SFH es probablemente una de las princi-
total de recursos provistos por el SFH entre 1965 y 1985, apenas el 6,4% pales razones por las cuales la clase media en Sao Paulo abandonó el
fue para familias con renta menor a 3,5 salarios mínimos (Brant et al., sueño de vivir en casas.
1989: 98).26 Tal como sería de esperar, durante la década de 1970 la distribución
El SFH provocó una fuerte transformación en un mercado inmobilia- de departamentos por la ciudad se expandió considerablemente, princi-
rio que venía siendo dominado por constructores relativamente pequeños palmente en la parte sudoeste de la ciudad. El tipo de edificios y su distri-
y familias que construían sus propias residencias. Este estimuló la crea- bución espacial fueron nuevamente inf!uenciados por una nueva regla-
ción de grandes empresas de emprendimientos inmobiliarios, que toma- mentación municipal: el Código de Zonificación de Sao Paulo, aprobado
ban dinero prestado del SFH para construir edificios o complejos habita- en 1972, que dividió la ciudad en ocho zonas con diferentes coeficientes
cionales para ser vendidos con financiamiento del BNH. Aunque los datos de aprovechamiento y tipos de uso del suelo (residencia, comercio, indus-
para Sao Paulo no estén disponibles, Ribeiro y Lago muestran que en Río tria, servicios, etcétera). El mayor coeficiente de aprovechamiento en la
de Janeiro, del total de emprendimientos inmobiliarios registrados en la ciudad fue fijado en 4 y se aplicaba a un área correspondiente a solo el
ciudad a fines de 1980, el 60% había iniciado sus actividades durante la 10% de la región urbana total. La mayor parte de los barrios de elite que-
década de 1970 (1995: 375). Esos constructores tenían mucho más capi- dó en zonas clasificadas como exclusivamente residenciales y con coefi-

26. Véase Sachs (1990) para un análisis de las políticas habitacionales durante la existen- 27. El número de edificios de departamentos registrado por año en el municipio de $ao
cia del BNH. Debido a las altas tasas de inflación en el Brasil, los ingresos son usualmente expre- Paulo saltó de un promedio de 265 entre 1959 y 1969 a 580 entre 1970 y 1976 (Ferreira, 1987:
sados en términos de salarios mínimos para facilitar las comparaciones. En 1998, el salario mí- 25). Para análisis sobre Río de Janeiro que muestran un patrón semejante, véase Ribeiro (1993)
nimo era de 108 dólares. y Ribeiro y Lago (1995).
cientes bajos de aprovechamiento. Una vez que resultó más difícil apro- duos; en un distrito nuevo en la periferia este, como Itaquera, en el
bar plantas fraudulentas después de que el BNH comenzó a financiar la 89,3% de los domicilios no había agua corriente, el 96,9% no disponía
construcción (sólo financiaba residencias), el nuevo código causó un au- de cloacas, el 87,5% no tenía asfalto y el 71,9% no disponía de recolec-
mento en los precios de los terrenos y reforzó la tendencia al desplaza- ción de residuos.29
miento de los edificios lejos de las regiones centrales. La expansión de la periferia bajo esas condiciones precarias creó se-
Los edificios de departamentos de clase media continuaron constru- rios problemas de saneamiento y salud. Las tasas de mortalidad, y espe-
yéndose principalmente en dirección al sudoeste y cada vez más lejos del cialmente de mortalidad infantil, que habían disminuido entre 1940 y
centro. Al mismo tiempo, a mediados de los años setenta, se construye- 1960, aumentaron desde 1960 hasta mediados de la década de 1970. La
ron los primeros grandes condominios cerrados sobre un patrón de casi expectativa de vida disminuyó de 62,3 años en el período de 1957-1967
clubes, algunos de ellos fuera de la ciudad. Este tipo de emprendimiento a 60,8 años en el período de 1969-1971. Al mismo tiempo, la mortalidad
inmobiliario fue estimulado por la nueva zonificación, que permitía que infantil aumentó de 62 (por 1.000 nacidos vivos) a 80 en 1975. Las tasas
los edificios excedieran los coeficientes de aprovechamiento en algunas de mortalidad infantil eran mucho más altas en la periferia que en los dis-
áreas si disminuían la tasa de ocupación y creaban áreas verdes y equi- tritos centrales. En 1975, por ejemplo, en Sao Miguel Paulista, en la peri-
pamientos para uso colectivo. La construcción de edificios comerciales y feria este, la tasa de mortalidad infantil era de 134, mientras que en el Jar-
de oficinas durante la década de 1970 siguió la misma tendencia espa- dim Paulista era de 44,6 (Sao Paulo, Emplasa, 1982: 419).
cial. El centro de Sáo Paulo ya no era el único núcleo comercial y de ser- En resumen, en la década de 1970 los pobres vivían en la periferia,
vicios. Las oficinas se dispersaban por la Avenida Paulista, por los Jardi- en barrios precarios y en casas autoconstruidas; las clases media y alta vi-
nes y por la Avenida Faria Lima, todos en la parte sudoeste de la ciudad. vían en barrios bien equipados y centrales, una porción significativa de
Se construyeron edificios comerciales y residenciales uno tras otro en un ellas en edificios de departamentos (véanse fotos 4 y 5). El sueño de la
área cada vez mayor. elite de la Vieja República había sido realizado: la mayoria era propieta-
ria de casa propia y los pobres estaban fuera de su camino. Ese patrón de
segregación social dependía del sistema vial, automóviles y ómnibus,30 y
su consolidación ocurrió al mismo tiempo que Sáo Paulo y su región me-
tropolitana se convirtieran en el principal centro industrial del país y su
En la década de 1970 Sáo Paulo se había convertido en una ciudad más importante polo económico. Las nuevas industrias (muchas de ellas
en la cual las personas de diferentes clases sociales no solo estaban sepa- metalúrgicas) se ubicaban en la periferia de la ciudad y en los municipios
radas por grandes distancias, sino que también tenían tipos de vivienda y circundantes. El comercio y los servicios, sin embargo, permanecieron en
calidad de vida urbana radicalmente diferentes. Desde el final de los años las regiones centrales, no solo en el viejo centro, sino también próximos
sesenta, la ciudad ha realizado estudios que indican esas disparidades. En a las nuevas áreas de residencia de las clases media y alta en dirección a
1968, el PUB (Plano Urbanístico Básico) mostró que el 52,4% de los do- la zona sur de la ciudad.
micilios no tenía conexión de agua, el 41,3% no estaba conectado a la Tanto el Censo de 1970 como el de 1980 demostraron la extensión
red de cloacas y el 15,9% no disponía de recolección de residuos (citado de la división de la ciudad entre centro y periferia. Un estudio de 1977
por Camargo et al., 1976: 28).28Además, el plan señaló que el 60% de las producido por la Seplan (Secretaría de Economía y Planeamiento del Es-
calles no estaba asfaltado y 76% no tenía iluminación pública (Sáo Pau- tado de Sáo Paulo), basado en los datos del Censo de 1970, ilustró la se-
lo, Sempla, 1995: 19). La distribución de infraestructura y de servicios gregación. Hizo un análisis discriminado por pasos usando las siguientes
públicos era bastante desigual. Mientras en el centro el 1,3% de los do-
micilios no tenía agua corriente, el 4,5% no estaba conectado a la red de
cloacas, el 1,7% no tenía asfalto y el 0,8% no tenía recolección de resi-
29. Una documentación detallada de las desigualdades sociales y espaciales en la ciudad y
en la región metropolitana a mediados de la década de 1970, se encuentra en Camargo et al.
(1976). Véase Caldeira (1984) para un análisis del proceso de expansión de la periferia y para
un estudio de caso en Sao Miguel, en la periferia este, a fines de los años setenta.
28. El PUB fue la base para el primer plan urbanístico general de la ciudad, el Plan Director 30. Sao Paulo tenía 63.000 vehículos motorizados en circulación en 1950; en 1966 eran
de Desarrollo Integrado aprobado en 1971 (Ley Municipal 7.688). 415.000, y en 1993 eran 4.100.000 (Morse, 1970: 373; Sao Paulo, Sempla, 1995: 89).
variables para cada distrito de la ciudad: renta familiar, saneamiento bá-
sico, densidad demográfica, crecimiento de población, uso residencial del
suelo urbano y mortalidad proporcional. Ese estudio mostró que los dis-
tritos de la ciudad estaban distribuidos en ocho regiones homogéneas, es-
to es, grupos de barrios con características sociales y urbanas similares.
La región 1 era la central, la más rica y bien equipada; la región VIII era
la más pobre, con menos infraestructura urbana y la más distante del cen-
tro (Sao Paulo, Seplan, 1977); las otras quedaban en posiciones interme-
dias, estando las más ricas más próximas al centro. Datos del Censo de
1980 confirmaron ese patrón. En la región 1, que abrigaba solo el 6,9%
de los domicilios y el 6,3 % de la población, el 99, 1% de los domicilios te-
nía conexión eléctrica, el 97,6% estaba conectado a la red general de
cloacas y el 73,2 % disponía de teléfono. En la región VIII, que abarcaba
el 22% de los domicilios y el 24,1 % de la población, el 98,8% de los do-
micilios tenía conexión eléctrica, pero solo el 19,1 % estaba conectado a
la red de cloacas y solo el 4,9% disponía de teléfono. En términos de ren-
ta familiar media, en la región 1, aquellos con renta de hasta cinco sala-
rios mínimos, eran el 18,4% del total; en la región VIII, eran el 64,6% del
Foto 4: Consolar,:ao,un barrio central de Sao Paulo total (Caldeira, 1984: 26-28).
que combina edificioscomercialesy residenciales,1980. Esta separación de los grupos sociales en la ciudad estuvo asociada a
un período de relativa desatención a las diferencias de clase. Por lo menos
tres factores contribuyeron para esa desatención y ayudaron a crear un si-
lencio y una separación entre las clases, que muchos interpretaron como
una señal de paz social. Primero, la separación espacial de las clases vol-
vió poco frecuentes sus encuentros y los restringió principalmente a la cir-
culación en algunas regiones centrales. Segundo, el crecimiento económi-
co a partir de los años cincuenta, y especialmente durante los años setenta
-los «años del milagro»-, generó optimismo y ayudó a fortalecer la
creencia en el progreso y en la movilidad social. Tercero, la represión de
los gobiernos militares suprimió las organizaciones políticas y la expre-
sión pública de oposición al régimen.
Pero la «calma» no duró mucho. En los últimos años del régimen
militar, el movimiento sindical fue reorganizado en la región metropoli-
tana de Sao Paulo y los movimientos sociales que exigían servicios y
equipamientos urbanos se articularon por toda la periferia. La elite no
había previsto que la propiedad de la casa, en vez de ser un medio de es-
tabilidad social y docilidad de la clase trabajadora iría, por el contrario,
a politizar a los residentes de la periferia, llevándolos a reivindicar sus
derechos a la ciudad. Tan pronto como se inició la «apertura política» a
mediados de la década de 1970, los movimientos sociales emergieron en
toda la periferia. Los residentes pobres de Sao Paulo, que habían sido ol-
Foto 5: Jardim das Camélias,barrio de la periferia este vidados en el silencio de los márgenes de la ciudad, aprendieron rápida-
de la ciudad de SaoPaulo, 1980. mente que si lograban organizarse, probablemente podrían mejorar la
31
calidad de vida en sus barrios. La movilización política de aquellos que
has:a ~ntonces habían sido excluidos de la arena política, hizo visible la
1
i las décadas de 1980 y 1990 la tasa de crecimiento de población en Sao
Paulo cayó significativamente, como resultado de una acentuada caída en
penfena y ayudó a la población de Sao Paulo a percibir el patrón de I las tasas de fecundidad (véase capítulo 1) combinada con emigración. Es-
segregación social y organización espacial de la ciudad. El modelo cen- I to es, se revirtieron las tendencias demográficas que habían caracterizado
tro-periferia pasó a ser invocado en negociaciones políticas entre los fun- a la ciudad en los últimos 100 años. Ese cambio demográfico se combinó
cionarios del gobierno y los representantes de los movimientos sociales. con una transformación en los patrones residenciales, especialmente para
Fue también el modelo usado por los medios de comunicación de masa los residentes más ricos y los más pobres. Por primera vez en la historia
en ~us frecuentes reportajes sobre manifestaciones, y por los científicos de la Sao Paulo moderna, los residentes ricos están dejando las regiones
SOCIales,que observaron fascinados la politización que no habían previs- centrales de la capital para habitar regiones distantes. Aunque la riqueza
to. Ese modelo se convirtió, así, en una referencia común para residen- continúe geográficamente concentrada, la mayoría de los barrios centra-
tes, organizaciones políticas, planificadores y científicos sociales. No les de clase media y alta perdieron población en el período de 1980-1996,
~~stant~, a medida que l~ periferia encontraba su camino en la vida po- mientras que la proporción de residentes más ricos aumentó sustancial-
Ittlca e tntelectual de la CIUdad,otros procesos ya estaban modificando mente en algunos municipios en el noroeste de la región metropolitana y
su configuración de forma tal que, en un corto período de tiempo el mo- en distritos en el sudoeste de la ciudad habitados anteriormente por per-
delo centro-periferia ya no fue capaz de representar acertadam~nte las sonas pobres. En esas nuevas áreas, el principal tipo de habitación es el
dinámicas socio-espaciales de la ciudad. enclave fortificado. Al mismo tiempo, la adquisición de la casa propia
por medio de la autoconstrucción en la periferia se volvió una alternativa
menos viable para los trabajadores pobres. Esto es resultado de la combi-
nación de dos procesos: el empobrecimiento causado por la crisis econó-
mica de los años ochenta y las mejoras en la infraestructura urbana en la
Sao Paulo de finales de los años noventa es más diversa y fragmenta- periferia, inclusive la legalización de terrenos, resultante de la presión de
da de lo que era e.nlos años setenta. Una combinación de procesos, algu- los movimientos sociales y de un nuevo tipo de acción de los gobiernos
nos de ellos semejantes a los que afectan a otras ciudades, transformó el municipales. En otras palabras, mientras que las rentas disminuyeron, la
patrón de distribución de grupos sociales y actividades a través de la re- periferia mejoró y se hizo más cara. Como resultado, muchos residentes
gión metr.opolitana. Sao.Paulo continúa siendo altamente segregada, pe- pobres tuvieron que dejar de lado el sueño de la casa propia y optar cada
r? las deSIgualdades SOCialesson ahora producidas e inscritas en el espa- vez más por vivir en favelas o en conventillos, los que aumentaron SUStan-
CIOurbano de modos diferentes. La oposición centro-periferia continúa cialmente.
~arcando l~ ciudad, pero los procesos que produjeron ese patrón cam- La dinámica económica y la distribución de actividades económicas
bIaron conSiderablemente, y nuevas formas ya están generando otros ti- también cambiaron. El sector industrial, especialmente en la ciudad de
pos de espacios y una distribución diferente de las clases sociales y activi- Sao Paulo, perdió su preponderancia frente a nuevas actividades tercia-
dades ~conómicas. Sao Paulo es hoy una región metropolitana más rias. Las antiguas áreas industriales decayeron, mientras que nuevas zo-
compleja, que no puede ser mapeada por la simple oposición centro rico nas de oficinas y comercio atrajeron tanto a residentes ricos como altas
v~rsus periferia pobre. Ya no ofrece la posibilidad de ignorar las diferen- inversiones. Finalmente, el aumento del crimen violento y del miedo des-
cias de clase; antes que nada es una ciudad de muros con una población de mediados de los años ochenta, provocó la fortificación de la ciudad, a
obsesionada con la seguridad y la discriminación social. medida que los residentes de todas las clases sociales buscaron proteger
~ueron .varios los procesos que se combinaron para provocar los sus espacios de residencia y trabajo. Además, como el miedo al crimen
cambIOSreCIentes en el patrón de segregación espacial de Sao Paulo. En aumentó, los prejuicios articulados en el habla del crimen no solo ayuda-
ron a exacerbar la separación de los diferentes grupos sociales, sino tam-
bién a aumentar las tensiones y sospechas entre ellos.
, ,31. La organi~ción política en los barrios de la periferia estuvo influenciada por la Iglesia a A fin de analizar esos procesos y sus efectos en el patrón de segrega-
Catoltca y sus orgamzadores locales, inspirados por la teoría de la liberación. La organización l ción en Sao Paulo y en su región metropolitana, utilizo indicadores demo-
también fue facilitada por la apertura política que llevó al fin del régimen militar. Véanse R. Car-
doso (1983), Singer y Brant (1983) y, en inglés, Kowarick (1989) y Stepan (1989). Para una vi- gráficos y socioeconómicos de los Censos de 1980 y 1991, del Recuento
sión general de este proceso en América Latina, véase Escobar y Álvarez (1992). de Población de 1996 y de las PNAD, todos producidos por elIBGE.Para
un análisis de las transformaciones recientes en el espacio urbano, todas
esas fuentes presentan limitaciones. Las PNAD solo están disponibles para
la región metropolitana como un todo. Para un análisis más detallado, es En las décadas de 1980 y 1990 las imágenes de crecimiento rápido e
necesario separar la información por municipios o por distritos. Sin em- ininterrumpido que caracterizaron a la ciudad desde el siglo XIX perdie-
bargo, la subdivisión de la ciudad en distritos fue cQmpletamente rehecha ron sus referencias. Desde algunas perspectivas, la ciudad que «no puede
entre los dos censos, volviendo imposible la comparación.32 Como no hay parar» casi paró. Su área urbanizada continuó expandiéndose y su pobla-
otros datos adecuados para 1980, el análisis que sigue aborda cada año e ción, creciendo, pero a tasas que no se comparan con las anteriores (véa-
intenta comparar sus tendencias principales.33 No existe el mismo proble- se mapa 1). El área urbana del municipio creció el 12,68% entre 1980 y
ma para los otros municipios de la región metropolitana, que son más pe- 1994 (de 733,4 km2a 826,4 km2 [Sao Paulo, Sempla, 1995: 30]), compa-
queños y más homogéneos y cuyos límites permanecieron prácticamente rada con una expansión del 37,5% entre 1965 y 1J80. En la región me-
inalterados. .' . tropolitana la expansión urbana continuó siendo significativa -24% (de
1.423,3 km2 en 1980, a 1.765 km2 en 1990)- pero mucho más baja que
el aumento del 91,2% en el período 1965-1980 (Marcondes, 1995, cita-
do por Leme y Meyer, 1996: 9).34Sin embargo, una de las inversiones
más significativas de los años ochenta y especialmente de los años noven-
32. El Censo de 1980 presenta datos para 56 distritos y subdistritos de la ciudad de Sao ta fue la acentuada declinación del crecimiento de población. Como
Paulo y el Censo de 1991 presenta datos para 96 distritos. Los nuevos distritos no son subdivi- muestra la tabla 6, la tasa anual de crecimiento de población en la ciudad
siones de los antiguos, pero tienen límites totalmente diferentes, haciendo imposible la creación fue del 1,16% entre 1980 y 1991, y del 0,4% entre 1991 y 1996, compa-
de unidades comparables. La Secretaría Municipal de Planeamiento (Sempla) elaboró una tabla
que estima la población de 1980 de acuerdo con los nuevos distritos. Esa es la única información
rada con el 3,67% en los años setenta. Para los otros municipios de la re-
disponible de una forma comparable de acuerdo con los nuevos distritos para el período de gión metropolitana, las tasas fueron todavía altas, del 3,21 % yel 3,07%
1980-1991. Además, la Emplasa (Empresa Metropolitana de Planejamento da Grande Sao Pau- respectivamente, pero la mitad de la tasa del 6,34 % de los años setenta.
lo) produjo algunos pocos indicadores comparables para los viejos distritos. El Contagem de Entre 1980 y 1991, casi 760.000 personas dejaron la ciudad de Sao Pau-
1996, que tiene datos organizados de acuerdo con los nuevos distritos, se restringe a algunos in- lo (Sao Paulo, Emplasa, 1994: 136). La parte central y más urbanizada de
dicadores demográficos.
la ciudad fue la que perdió más población, mientras que las partes oeste
33. Una fuente alternativa de información serían las Pesquisas 00 (Origen-Destino) [Inves-
tigaciones 001 realizadas por la Companhia do Metropolitano de Sao Paulo (Metro) en 1977 y y norte de la región metropolitana ganaron.
1987. Estas presentan resultados para pequeñas subdivisiones de la ciudad llamadas zonas de De los distritos de la ciudad, 40,6% (en los cuales vivía el 33,5% de
tráfico. Aunque esas subdivisiones también sean diferentes para las dos fechas, el Departamento la población en 1991) tuvo un crecimiento negativo de la población en el
de Planeamiento de la Secretaría de Planeamiento del Municipio de Sao Paulo creó unidades período de 1980-1991;35 y, de 1991 a 1996, el 59,4 % de los distritos per-
comparables durante la administración de Luiza Erundina. Usé esos datos en mi tesis, pero de-
dió población. Esos números incluyen todo el centro expandido de la ciu-
cidí abandonarlos después de la publicación del Censo de 1991, pues los datos para 1987 difie-
ren considerablemente de los resultados del censo. La Pesquisa 00-87 usó estimativas de pobla- dad, dotado de mejor infraestructura urbana y donde vive la población
ciones que el censo probó que estaban equivocadas (por ejemplo, para la ciudad de Sao Paulo, más rica. La tendencia del centro de crecer menos que la periferia se hizo
la Pesquisa 00 estimó un crecimiento anual de población del 3,2% en vez del 1,1 % observado clara desde los años cincuenta, cuando algunas de las regiones industria-
por el censo). Como consecuencia, la mayoría de las informaciones en que me basé antes de la les más antiguas de la ciudad (Pari, Brás, Moóca, Bom Retiro) y el centro
publicación del censo (y que usaban la densidad de población como una variable) era incorrec- viejo (Sé, Santa Ifigenia) comenzaron a perder población,36 aunque la ma-
ta. Las discrepancias eran especialmente elevadas en relación con algunos barrios fundamenta-
les para mi análisis, como Moóca, que tuvo un crecimiento de población negativo (-1,6%) de
acuerdo con el Censo de 1991, pero un crecimiento anual significativo de acuerdo con la Pesqui-
sa 00-87 (2%). En el análisis actual no utilizo ningún dato de la Pesquisa 00 que dependa de es- 34. La ciudad de Sao Paulo tiene un área total de 1.509 km2• El área total de la región me-
timaciones de poblaciones. Sin embargo, uso sus datos sobre construcciones, basados en los re- tropolitana es de 8.051 km2•
gistros municipales de propiedad urbana (TPCL . Cadastro de Propriedade Urbana [Registro de 35. Para el análisis del crecimiento de población de acuerdo con los 96 distritos nuevos,
Propiedad Urbana]). Los resultados de las Pesquisas 00 están en: Sao Paulo, Emplasa (1978), uso la estimación de población de 1980 realizada por Sempla, Secretaría Municipal de Planea-
Metro (1989), y Rolnik et al. (s.d.). No se publicaron daros de acuerdo con las zonas de tráfico. miento, sobre la base de datos del censo, además de datos del Censo de 1991 y del Recuento de
Me gustaría agradecer al Departamento de Planeamiento del municipio de Sao Paulo (de la ad- 1996. Véase en el mapa 4 del Apéndice los 96 distritos nuevos de la ciudad de Sao Paulo.
ministración Erundina) y especialmente a Raquel Rolnik y Heloísa Proen~a por haber permitido 36. El 7,5% de los distritos de la ciudad perdió población en los años setenta. Estos distri-
mi acceso a esos datos no publicados. tos tenían el 1,87% de la población en 1980. Para un análisis del crecimiento de la población de
yoría de las regiones centrales continuara creciendo. En la década de especialmente los más ricos, así como a transformaciones económicas. La
1980, sin embargo, el proceso de pérdida de población afectó a los ba- ciudad con la tasa más elevada de migración en la región metropolitana
rrios tradicionales de clase media como Santo Amaro, Pinheiros, Conso- fue Santana do Parnaíba. Este municipio recibió intensa inversión inmo-
la¡;ao, Perdizes, Vila Mariana e Itaim Bibi, que habían crecido mucho en biliaria para residencias de la clase alta así como para nuevos complejos
las décadas anteriores. Esos distritos continuaron perdiendo población a de oficinas y de comercio. Mientras tanto, el crecimiento del lado este pa-
tasas aun más altas durante la década de 1990.37 El mismo proceso afec- rece representar la continuación del modelo de autoconstrucción. No
tó al primer anillo de la periferia que se había formado principalmente en obstante, estas son tendencias generales: la región oeste también tiene
las décadas de 1940 y 1950 (Vila Maria, Ipiranga, Vila.Guilherme, Vila auto construcción, mientras que la zona este presenta varios nuevos em-
Prudente, Santana). Además, las áreas más distantes de la periferia que prendimientos para el sector terciario.
habían crecido más del 10% al año en la década de 1960, prácticametne
no crecieron (menos del 1% al año) durante la década de 1980 y perdie-
ron población durante el comienzo de los años noventa. Esas regiones in-
cluyen Freguesia do 6, Limao, Campo Belo, Sao Miguel, Socorro, Ja¡;a-
na, Artur Alvim y Jaguaré, barrios distribuidos en todas las direcciones La expansión de la ciudad en dirección a sus áreas fronterizas, cau-
de la periferia y que vieron significativas mejoras en su infraestructura ur- sada por el asentamiento de residentes más pobres continuó, aunque a un
bana durante la década de 1980. Las únicas áreas que continuaron te- ritmo mucho más lento que el de las décadas anteriores. En 1991 los 20
niendo altas tasas de crecimiento fueron las de los límites de la ciudad y distritos con mayor porcentaje de jefes de domicilio que ganaran en pro-
que no habían sido urbanizadas con anterioridad.38 medio menos de tres salarios mínimos por mes, eran distritos en los lími-
En los otros municipios de la región metropolitana, la media de cre- tes de la ciudad, especialmente en la región este.40 En once de esos distri-
cimiento de la población fue significativa mente más alta que en la capital tos, más del 50% de los jefes de domicilio ganaba menosGdetres salarios
(tabla 6). Las tasas más bajas de crecimiento fueron o de los municipios mínimos. Como sería de esperar, los distritos más pobres tienden también
rurales en las fronteras de la región o en importantes centros industriales, a ser homogéneamente pobres, con una proporción muy pequeña de resi-
como las regiones del ABCD y Osasco, formadas por los municipios más dentes con rentas más altas. En los distritos más pobres, la proporción de
urbanizados y con mejor infraestructura urbana. Algunos de esos muni- residentes que ganaban menos de tres salarios mínimos en relación con
cipios también tuvieron emigración, mientras que todos los otros recibie- aquellos que ganaban más de 20 está en torno de 350 a 1.
ron nuevos migrantes.39 Las tasas más altas se registraron en el oeste y Los residentes más pobres de Sao Paulo que se están estableciendo en
norte de la región metropolitana, y en los años ochenta en algunos muni- los límites de la ciudad continúan valiéndose de la autoconstrucción y de
cipios de la parte este. En general, las áreas al oeste de la capital revelan la ilegalidad, como indica una comparación entre los datos del censo y el
una nueva dinámica económica y social. Su crecimiento de población pa- registro de propiedades urbanas de la ciudad. Las áreas de la periferia que
rece deberse al desplazamiento de residentes de la ciudad de Sao Paulo, tuvieron el mayor crecimiento de población y de número de domicilios,
son también aquellas en las que hay mayores discrepancias entre el núme-
ro de domicilios contados por el Censo de 1991 yel número de unidades
acuerdo con los viejos distritos de la' ciudad durante el período de 1940-1980, véase Caldeira residenciales oficialmente registrado en el TPa en 1990. El TPCL (Catastro
(1984: cap. 1). de Propiedades Urbanas) es el registro de las construcciones urbanas del
37. Las tasas medias anuales de crecimiento de población entre 1980 y 1991, Y 1991 Y municipio. Incluye sólo las construcciones legales, mientras que el Censo
1996, respectivamente, fueron: -0,61 y -3,80 en Itaim Bibi, -1,90 Y-3,57 en Santo Amaro, -1,35
y -2,53 en Consola~iio, -1,67 y -2,43 en Pinheiros, -0,68 y -1,33 en Villa Mariana, -0,69 y -0,95
en Perdizes.
38. Por ejemplo, en Cidade Tiradentes (antes, una parte del viejo distrito de Guaianases, 40. En julio de 1997 la única información disponible sobre renta del Censo de 1991 de
en el limite este), que tuvo la mayor tasa anual de crecimient.o de población en los años ochenta acuerdo con los distritos de la ciudad, se refería a la renta de los jefes de domicilio. Las informa-
(24,55%) y la segunda más alta entre 1991 y 1996 (11,06%), 90,3% de la población vive en ciones sobre la fuerza de trabajo y la población económicamente activa no están disponibles por
áreas clasificadas como rurales. Marsilac (anteriormente parte de Parelheiros, en el límite sur), distrito. Lamentablemente, las informaciones sobre la renta de los jefes de domicilio no están
el distrito con las peores condiciones de infraestructura, es totalmente rural. disponibles para el Censo de 1980, lo que nuevamente vuelve difíciles las comparaciones y los
39. Además de Siio Paulo, Osasco, Santo André, Siio Caetano y Salesópolis tuvieron emi- análisis diacrónicos. En 1991 (septiembre), el valor del salario mínimo era de Cz$ 36.161, o
gración entre 1980 y 1991 (Siio Paulo, Emplasa, 1994: 136). aproximadamente 65 dólares; en 1997, era de 112 reales o 100 dólares.
registra todos los tipos de domicilio.41 Siendo así, la discrepancia entre las fraestructura urbana y a los servicios públicos. Debido a las modificacio-
dos fuentes indica la extensión de! fenómeno de la construcción ilegal o nes en los límites de los distritos usados por los Censos de 1980 y de
irregular. La discrepancia más impresionante ocurre en e! distrito de . 1991, es difícil analizar en detalle lo que ocurrió en las diferentes regio-
Guaianases, en e! límite este de la ciudad, donde la diferencia entre las dos nes de la ciudad durante la década de 1980. Con el objetivo de delinear
fuentes era del j433,12%!42 Guaianases tuvo un crecimiento de población ese problema y describir lo que ocurrió en la periferia, agregué varios
del 145% entre 1980 y 1991 (e! mayor de la ciudad) y un aumento de! distritos y creé una gran área comparable a la periferia más pobre de los
230% en e! número de domicilios, pero e! aumento en e! área residencial años ochenta. Usé como referencia el estudio de la Sepian que estableció
construida registrada fue de apenas e! 65,8% entre 1977 y 1987.43 En con- ocho áreas homogéneas de la ciudad en tér;ninos socioeconómicos (Sao
traste, en barrios residenciales centrales, donde vive la población más rica Paulo, Seplan, 1977). Consideré los 12 distritos que e! estudio de la Se-
y hay un predominio de edificios de departamentos y que siempre consti- plan clasificó como pertenecientes al área VIII, e! área más pobre y pre-
tuyó la ciudad legal, la diferencia entre los datos de! Censo sobre los do- caria de la ciudad en 1980. Estudié esos 12 distritos en e! mapa e identi-
micilios y e! TPCL es muy pequeña (menos de! 5%).44 Pero hay otros datos fiqué los 28 distritos correspondientes a ellos en 1991. Sus límites no
que indican que e! modelo de autoconstrucción y expansión periférica pa- corresponden exactamente, pero son muy próximos. Los datos compa-
só por algunas transformaciones importantes durante los años ochenta y rativos indican amplios procesos de cambio entre 1980 y 1991.45 La
noventa. Esos años presentaron condiciones paradójicas para los pobres. . tabla 7 resume los indicadores para esa área y para la ciudad en 1980 y
Al mismo tiempo que las clases trabajadoras se convirtieron en importan- , 1991.
tes actores políticos, organizando movimientos sociales y exigiendo sus Mientras que los distritos centrales de la ciudad perdieron pobla-
derechos a la ciudad y a mejores condiciones de vida, y al mismo tiempo ción, la periferia más pobre creció en promedio e! 3,26% al año en la dé-
que la periferia mejoró significativamente en términos de infraestructura cada de 1980. En 1991, la región abrigaba aproximadamente un tercio
urbana, sus rentas disminuyeron y se restringió su capacidad de convertir- de los residentes de Sao Paulo. Su infraestructura urbana Jllejoró signifi-
se en propietarios a través de la autoconstrucción. cativamente: en 1991, e! 74% de los domicilios estaba conectado a la red
Todos los indicadores dé infraestructura urbana mejoraron tanto en de cloacas (comparado con e! 19,1 % en 1980), e! 96,03% tenía agua
la capital como en la región metropolitana en el período de 1980-1991. corriente y el 96,5% tenía recolección de residuos. El asfalto de calles y la
Los cambios fueron especialmente importantes en la periferia y, conse- iluminación pública también aumentaron y la región este recibió una lí-
cuentemente, disminuyeron e! grado de desigualdad en el acceso a la in- nea de metro que mejoró e! transporte público. Además, innumerables
puestos de salud, guarderías y escuelas fueron construidos por los gobier-
nos municipal y estatal en esos distritos. En consecuencia, aunque los ren-
41. Los datos TPCL están organizados de acuerdo con los viejos distritos. Para el Censo de dimientos hayan permanecido bajos (48,78% de los jefes de domicilio ga-
1991, uso una tabulación especial de domicilios con base en los viejos distritos realizada por Em- naba menos de tres salarios mínimos en 1991), la calidad de vida en la
plasa (Sao Paulo, Emplasa, 1994: 349).
periferia mejoró (véanse fotos 6 y 7). Un buen indicador es la tasa de
42. El TPCL registró 19.537 unidades residenciales en Guaianases en 1990, mientras que el
censo registró 104.155 domicilios en 1991. Para la ciudad como un todo, el censo registró
mortalidad infantil. En la capital cayó de! 50,62 % (por cada 1.000 naci-
2.539.953 domicilios, mientras que el TPCL en 1990 registró 1.684.994, una diferencia del dos vivos) en 1980, al 26,03% en 1991. En la periferia más pobre, la dis-
50,74%. Este es un problema antiguo. Rolnik descubrió altas proporciones de construcciones no minución fue toda.vía más radical. En Sao Miguel Paulista, uno de los dis-
regularizadas a fines del siglo XIX y en el inicio del siglo XX (1997: 60, 77). tritos más carencia dos -donde queda el Jardim das Camélias-, la tasa de
43. El áreá residencial construida corresponde al número total de metros cuadrados cons-
truidos registrados en el municipio (TPCL). Los datos TPCL referentes a los viejos distritos para
1990 están en Sao Paulo, Sempla (1992: 148-150); para 1977 y 1987 estos no fueron publica-
dos y se originaron en la Pesquisa on. Otros ejemplos de grandes diferencias en la periferia son: 45. Los 12 distritos precarios de 1980 son: Brasilándia, Capela do Socorro, Ermelino Ma-
198% en Itaim Paulista, 189% en Jaraguá, 186% en Sao Mateus, 172% en Itaquera y 163% en tarazzo, Guaianases, Itaim Paulista, Itaquera, Jaraguá, Parelheiros, Perus, Sao Mateus (algunas
Capela do Socorro. veces incluido en Itaquera-Guaianases), Sao Miguel Paulista y Vila Nova Cachoerinha. Los 28
44. Algunas de las diferencias son: 1,18% en Cerqueira César, 1,92% en el Jardim Améri- a distritos correspondientes a 1991, son: Anhangüera, Brasilándia, Cachoerinha, Cidade Dutra,
ca y -6% en el Jardim Paulista. En varios distritos centrales la diferencia es negativa, esto es, el } Cidade Tiradentes, Ermelino Matarazzo, Grajaú, Guaianases, Iguatemi, Itaim Paulista, Itaque-
TPCL registra más unidades que los domicilios encontrados por el censo. Esa discrepancia puede ra, Jaraguá, Jardim Ángela, Jardim Helena, Jardim Sao Luís, José Bonifácio, Lajeado, Marsilac,
ser causada por la existencia de residencias legales desocupadas (especialmente departamentos) Parelheiros, Parque do Carmo, Perus, Ponte Rasa, Sao Mateus, Sao Miguel, Sao Rafael, Soco-
y por la transformación de viejas residencias en áreas comerciales. rro, Vila Curu~á y Vila Jacuí.
Tabla 7
Indicadores socioeconómicos, 1980 y 1991
Periferia y ciudad de Sáo Paulo

Periferia Periferia Sao Paulo Sao Paulo


1980 1991 1980 1991
Población 2.044.689 3.062.538 8.493.226
9.646.185
Domicilios 453.140 732.491 2.062.196
2.539.953
% de domicilios
con red cloacal 19,12 74,00 57,73 86,31
% de domicilios
con agua corriente 79,31 96,03 92,16 98,41
% de domicilios propios 54,42 68,51 51,40 63,57
% de domicilios alquilados 34,62 22,56 40,02 28,75
% diferencia entre
domicilios
y residencias registradasl 164,23 69,51
% de residencias verticales2 5,71 33,62
Fuentes: para población y domicilios: Censos 1980 y 1991. Para residencias ofi-
cialmente registradas: TPCL, en Sao Paulo, Sempla (1992: 148-150).
Notas:
I Relativo a la diferencia proporcional entre el número de domicilios recabados
por el Censo en 1991 yel número de unidades residenciales registradas por el
municipio (TPCL) en 1990.
2 Relativo a las unidades residenciales verticales registradas (TPCL) en 1990.

mortalidad infantil cayó de 134 en 1975 a 80,46 en 1980 ya 27,29 en


1994. Otro indicador de cambios en la calidad de vida es la construcción
de una serie de modernos centros de consumo y recreación en la periferia,
como shopping centers y grandes supermercados.
La mejora significativa en la periferia es en gran parte resultado de
la acción política de sus residentes que, desde fines de los años setenta,
organizaron una serie de movimientos sociales para exigir sus derechos
a la ciudad. Esos movimientos sociales son un elemento fundamental
tanto en la democratización de la sociedad brasileña como en el cambio
en la calidad de vida en muchas grandes ciudades. Sao Paulo es proba-
Fotos 6 Y7: Una calle en eIJardim das Camélias en 1980 y 1989.
blemente el mejor ejemplo de esos procesos. Los movimientos sociales y '8 :
A comienzos de los años ochenta, solo una calle del barrio estaba asfaltada y
la democratización política forzaron transformaciones en la acción del 0
ninguna poseía calzadas, iluminación o cloacas. En 1990, todas las ~aIles tc;nían
Estado, especialmente de la administración local, que reorientó sus polí- asfalto, calzadas, iluminación y cloacas, aunque muchas casas estuvIesen aun en
ticas de modo de atender las reivindicaciones de los residentes de la pe- construcción.
riferia.46 Incluso políticos de derecha percibieron que su futuro en un sis- la periferia este a lo largo de la nueva línea de metro y en torno de los vie-
tema de elecciones libres dependía de la atención que le prestaran a la jos centros de los distritos. El nuevo distrito de Sáo Miguel Paulista, por
periferia. A fines de la década de 1970 y comienzos de la de 1980 las ad- ejemplo, que corresponde a la parte más antigua del distrito mayor ante-
ministraciones local y estatal de Sáo Paulo (así como de varios otros es- rior, tuvo un crecimiento de población del 2,77% de 1980 a 1991, mien-
tados brasileños) patrocinaron diversos proyectos de elevada inversión tras que la mayoría de los distritos en el margen este de la ciudad creció
en infraestructura, especialmente saneamiento, que transformaron al entre el 35% y el 85%. No obstante, en varias regiones de la periferia es-
Brasil en d mayor tomador de empréstitos del Banco Mundial en el área te,.incluyendo Sáo Miguel, la tasa de construcciones oficialmente regis-
de desarrollo urbano (Melo, 1995: 343). tradas aumentó considerablemente en el período de 1977 a 1987 (123%
Los movimientos sociales infiuenciaron la acción 'de administración en Sáo Miguel, 110% en Ermelino y 84% en Itaquera), indicando su me-
local no solo en la creación de servicios públicos y de infraestructura ur- jora y legalización. Aunque ese proceso todavía sea limitado, parece que
bana, sino también en la transformación del estatus legal de la periferia. algunas de esas regiones están comenzando a entrar en el mercado inmo-
Una de las principales reivindicaciones de los movimientos sociales era la biliario legal y a pasar por un proceso de capitalización en la producción
legalización de las propiedades en la periferia. Estos forzaron a las admi- de viviendas, a medida que mayores constructores comienzan a invertir y
nistraciones municipales a dar varias amnistías a los emprendedores ile- a construir viviendas legales, especialmente edificios de departamentos.49
gales, haciendo posible la regularización de sus lotes y llevándolos hacia Ese !Ípo de vivienda es menos accesible a la población más pobre.
el mercado formal de inmuebles. La aprobación de la Ley Lehman (Ley En suma, el crecimiento de la pobreza, combinado con mejores con-
Federal 6.766) en 1979, hizo más fácil el procesamiento de constructores diciones y terrenos más valorizados en la periferia, expulsó a los más po-
inmobiliarios que vendían tierras sin la infraestructura requerida por la bres hacia los límites de la ciudad o hacia otros municipios de la región
ley y de esa forma desalentó esa práctica común.47 Sin embargo, también metropolitana, volvió más difícil la autoconstrucción y forzó a una parte
disminuyó el stock de lotes regulares y baratos disponibles ya que el va- considerable de la población más pobre a vivir en favelaS'o conventillos.
lor de los terrenos aumentó como resultado tanto de la construcción de Los residentes de favelas representaban el 1,1 % de la población de la ciu-
infraestructura y equipamiento urbano como de la regularización de lo- dad en 1973, el 4,4% en 1980, el 8,9% en 1987 y el 19,1 % en 1993 -o
tes. Como los emprendimientos legales y los lotes en áreas con mejor in- sea, más de 1.900.000 personas. La mayoría de las favelas se ubicaba, en
fraestructura son obviamente más caros que los lotes ilegales en regiones 1993, en la periferia, especialmente en las zonas sur y norte (Freguesia do
precarias, los barrios que recibieron esas mejoras se volvieron mucho más 6, Campo Limpo, Capela do Socorro y Pirituba-]araguá) (Seade, 1990:
caros para la ya empobrecida población.48 63; y Sáo Paulo, Sempla, 1995: 1.977).
Este fenómeno de mejora más la legalización, asociado a una dismi- Las estimaciones sobre el número de personas que viven en con ven-
nución en el crecimiento de la población, es más evidente no en los límites tillos en la ciudad de Sáo Paulo varían enormemente. Sempla estima que
de la ciudad, donde la expansión a través de la autoconstrucción conti- en 1991, el 15,8% (1.506.709) de la población del municipio vivía en
núa, sino en el anillo interno adyacente, que constituyó la nueva periferia conventillos (Sáo Paulo, Sempla, 1995: 79-80). Este es un número mucho
en los años setenta. Un buen ejemplo de esa transformación es el área en mayor que aquel al que llegó la Fipe (Fundación Instituto de Pesquisas
Económicas), Universidad de Sao Paulo) para 1993: 595.110 o 6% de la
población distribuidos en casi 24.000 conventillos.50 La mayoría (55,6%)
de los residentes tiene menos de 25 años y la mayoría de los jefes de domi-
46. Como muestra R. Cardoso (1985), los aparatos del Estado ya se estaban volviendo cilio (54,3%) tiene entre 15 y 34 años de edad (Fipe, 1994: 13,14). Este
sensibles a la necesidad de nuevas políticas sociales cuando fueron blanco de reivindicaciones de
los movimientos sociales. Pudieron, entonces, atender sus exigencias de manera relativamente dato apoya la hipótesis de que los conventillos son una alternativa para
rápida. una nueva generación de pobres urbanos para la cual la autoconstrucción
47. De acuerdo con los cálculos de la Secretaría Municipal de Planeamiento, en 1981 ha- se hizo inaccesible.
bía 3.567 emprendimientos inmobiliarios ilegales en la periferia de Siio Paulo, correspondientes
al 35% de su área urbana. En 1990 los emprendimientos inmobiliarios ilegales habían caído al .~
16% del área urbana (Rolnik et al., s.d.: 94-95). } 49. El mismo proceso parece estar ocurriendo en la periferia de Río de Janeiro, como lo in-
48. Las entrevistas con jóvenes residentes de la periferia analizadas en el capítulo 2 confir- dican Ribeiro y Lago (1995).
man sus sentimientos de que rehacer el camino de sus padres en la ciudad había sido imposible 50. Un conventillo normalmente tiene muchos cuartos. En promedio, hay 6,7 familias por
para ellos. conventillo, pero en algunas áreas, como Moóca, el número es más alto (12,1).
Todas las fuentes están de acuerdo, sin embargo, sobre la localización Mapa 2
de los conventillos. Aunque haya conventillos en la periferia, la mayoría Renta Mensual Media de los Jefes de Domicilio (en salarios mínimos)
está o en el centro viejo (Sé) o en antiguas regiones industriales y barrios Región Metropolitana de Siío Paulo, 1991
de clase media baja decadentes, en los cuales muchas casas y fábricas es-
tán siendo transformadas en conventillos (Moóca, Brás, Belém y Liberda-
de). Algunas de esas regiones mostraron una disminución continua de la
población desde por lo menos el inicio de los años sesenta. De hecho, las
tasas más altas de pérdida de población están en distritos industriales y ba-
rrios obreros formados a comienzos del siglo xx. En la década de 1990,
sin embargo, partes de esos barrios mostraron señales de recuperación y
un inicio de ennoblecimiento. Moóca es uno de esos casos. Aunque sus re-
sidentes consideren el crecimiento de los conventillos uno de sus principa-
les problemas, hay también otros procesos que están modificando el ba-
rrio. Estos incluyen la apertura de la línea este-oeste del metro, que ha sido
acompañada por la construcción de nuevos edificios de departamentos pa-
ra las clases medias, algunos de los cuales son condominios cerrados. Al-
gunas fábricas también fueron transformadas en centros de recreación y
consumo. Esas transformaciones en los patrones urbanos, residenciales y
sociales en esas regiones contribuyen al sentimiento de incertidumbre y
pérdida experimentado por los antiguos residentes. -- Municipy:> de Sao Paulo
O 0.0 a 3.00
It\'::~;!':13.00 a 5.00

ifi!I. 5.00 a 9.00


La riqueza continúa estando altamente concentrada en una parte
_ 9.00 a 30.00
muy pequeña de la ciudad de Sao Paulo, como muestra el mapa 2. Sien-
do así, el patrón centro-periferia todavía moldea el espacio urbano. Sin
embargo, varios indicadores sugieren claramente cambios recientes en ese
patrón. A pesar de que la concentración de riqueza todavía sea significa-
tiva, un desplazamiento sin precedentes de residentes ricos y la construc-
ción de nuevas áreas de comercio y servicios están reformulando el pa- distritos perdió población o creció muy poco entre 1980 y 1991. Sólo dos
trón espacial de segregación social. tuvieron crecimiento de población: Morumbi (2,33%) y Vila Andrade
En las décadas de 1980 y 1990, las clases media y alta cambiaron su (5,93%). Entre 1991 y 1996, con excepción de Vila Andrade, todos los
estilo de vida y su uso de la ciudad de diversas maneras. Como conse- otros perdieron población. Las disminuciones más acentuadas ocurrieron
cuencia, los distritos en los cuales acostumbraban vivir o aquellos hacia en barrios tradicionales de clase media que habían tenido las tasas más al-
los cuales se estaban mudando, pasaron por varios cambios. En 1991, so- tas de crecimiento en la década de 1970, asociadas con el boom de los de-
lo el 11,4% de los distritos de la ciudad tenía una población en la cual partamentos y del financiamiento para la clase media. La mayoría de
más del 25% de los jefes de domicilio ganaba más de 20 salarios mínimos ellos tienen las tasas más altas de construcción vertical y de densidad de
(SM). Esos distritos abrigan al 10% de la población, pero al41 % de los
jefes de domicilio que ganan más de 20 SM por mes.51 La mayoría de esos
Paulo, como el Brasil en general, es una sociedad desigual, con una elite pequeña, extremadamen-
te rica y una enorme población empobrecida. La desigualdad social se volvió todavía peor duran-
51. Esos distritos son: Jardim Paulista, Moema, Alto de Pinheiros, Morumbi, Consola~o, te los años noventa. Como consecuencia, no es de sorprender que la población más rica sea bastan-
Pinheiros, ltaim Bibi, Santo Amaro, PerdÍ7..es, Campo Belo y Vila Andrade. Valga recordar que Siío te pequeña. Solo el 7,16% de los jefes de domicilio en la ciudad ganaban más de 205M en 1991.
población en la ciudad. Dos de esos distritos Uardim Paulista y Moema) número de emprendimientos comenzó a crecer nuevamente y la media
son los más homogéneamente ricos de la ciudad.52 anual para el período de 1993-1996 (365) fue más alta que para los diez
Debido al hecho de que una proporción significativa de personas de años que precedieron el fin del BNH (280) (Embraesp, 1997: 7). Uno de
la clase media y alta vive en edificios de departamentos, ya sea en los los factores de ese crecimiento es la emergencia de cooperativas de futu-
barrios que crecieron en los años setenta, o en los nuevos barrios hacia ros propietarios y sistemas de autofinanciamiento, que en 1996 fueron
los cuales comenzaron a mudarse en los años ochenta, examinar el mer- responsables por el 10% de los nuevos emprendimientos. Su introduc-
cado inmobiliario de departamentos puede ayudar a entender su despla- ción causó una disminución en el precio promedio de los departamentos
zamiento.53En las décadas de 1980 y 1990, el mercado de departamentos en 1996 (Embraesp, 1997: 32). El fin de la inflación elevada, derivado del
en Sao Paulo fue muy diferente de lo que había sido en los añ<;>ssetenta. éxito del Plan Real, así como las nuevas oportunidades para financia-
Esecambio se debió ni:> solo a la crisis económica de comienzo de los años mientos a largo plazo, hicieron posible el crecimiento del mercado inmo-
ochenta sino también a la reducción de financiamientos del BNH, que en biliario después de 1993. .
1987 cayeron al 10% de lo que habían sido en 1980 (NEPP, 1989: 492). A pesar de la crisis inmobiliaria, los edificios de departamentos con-
La única excepción fue 1986, el año del Plan Cruzado, cuando una recu- tinuaron construyéndose. En 1957 era posible encontrar departamentos
peración efímera de la economía hizo bajar la inflación, aumentó los lu- en 20 distritos centrales; en 1979 se encontraban en 47 distritos (Ferrei-
cros de muchas especulaciones financieras e hizo crecer tanto el número ra, 1987: 77, 141).56En 1991 había un significativo número de departa-
de emprendimientos inmobiliarios (677) como el precio por metro cua- mentos en 84 de los 96 distritos de la ciudad. Los departamentos no solo
drado.54 Después de eso, no obstante, el mercado cayó aun más, especial- se extendieron, sino que también se construían según varios patrones
mente después de la disolución del BNH a fines de 1986 y del retorno de -desde complejos populares construidos por compañías gubernamentales
la inflación, con el fracaso del Plan Cruzado. En 1991 y 1992 el número de vivienda hasta lujosos emprendimientos inmobiliarios-o Uno de los fe-
de nuevos emprendimientos fue el más bajo registrado desde mediados de nómenos más interesantes y que produjo los cambios más"importantes en
la década de 1970 (cerca de 150). Con inflación elevada y virtualmente la manera de vivir de las clases media y alta, fue la diseminación de los
sin opciones de financiamiento, se hizo mucho más difícil para la clase condominios cerrados. Se trata de un tipo de emprendimiento de múlti-
media comprar departamentos. Como resultado, hay indicaciones de lo ples residencias, sobre todo edificios, invariablemente fortificados, con
que algunos analistas llaman «elitización» en la producción de departa- entradas controladas por sistemas de seguridad, que normalmente ocu-
mentos, es decir, la construcción de unidades mayores y más sofisticadas pan un gran terreno con áreas verdes e incluyen todo tipo de instalacio-
para las clases más altas (Ferraz Filho, 1992: 29).55 Después de 1993, el nes para uso colectivo. En la década de 1990 se convirtieron en el tipo de
residencia preferida por los ricos.
Los condominios cerrados no están construidos en los barrios cen-
52. La proporción de los jefes de domicilio que ganan más de 205M en relación con los que trales tradicionales, ya que requieren grandes lotes que solo son accesi-
ganan menos de 3, es de 4,59 en el Jardim Paulista y de 3,98 en Moema. Solo en 11 distritos de bles en áreas no muy densamente pobladas. El cambio en el estilo predo-
la ciudad esa proporción es mayor que 1.
minante de edificios de departamentos está marcado por una alteración
53. Los departamentos representaban el 20,8% del número total de domicilios en la ciu-
dad de Siio Paulo en 1991, de acuerdo con el censo. en la relación entre área total de terreno y área construida. De acuerdo
54. La fuente para el número y la ubicación de edificios de departamentos colocados en el con el TPCL, de 1980 a 1990 el área total construida de edificios residen-
mercado entre 1976 y 1996 es la Embraesp - Empresa Brasileira de Estudos de Patrimonio SIC ciales en la ciudad creció el 59,27%, mientras que el área total usada por
Ltda. (Informes Anuales). edificios residenciales creció el 75,34%. Como resultado, el coeficiente de
55. Durante la década de 1980, uno de los temas más constantes en artículos periodísticos
aprovechamiento de edificios de departamentos residenciales en Sao Pau-
sobre bienes inmuebles era la asociación de la crisis económica con los -departamentos de lujo>.
Este parece ser el sector del mercado de construcción de departamentos que más fluctuó en los lo cayó de 4,36 a 3,95.57 El hecho de que las construcciones de departa-
últimos 15 años. Los departamentos de cuatro dormitorios representaban el 30,77% de los de-
partamentos lanzados al mercado en 1985, y el 20% en 1984 y 1986. No obstante, esa propor-
ción cayó para un promedio del 6,8% de 1987 a 1993 (Embraesp, 1994: 6). Esta aumentó nue- .~ mantuvo constante entre 1990 y 1997, el área promedio de los departamentos de cuatro dormi-
vamente después de 1994, y el promedio para 1994-1996 fue de 20,47% departamentos después } torios varió considerablemente (Embraesp, 1997: 9).
de 1985. A despecho de esto, el área promedio de los departamentos con cuatro dormitorios es 56. Hubo 55 distritos desde los años cincuenta hasta los años ochenta.
casi el doble de la de los departamentos con tres dormitorios (185 m2 de área útil comparados 57. Los datos del11'CLpara 1980 no fueron publicados; para 1990 aparecen en Siio Paulo,
con 85,57 m2). Además, mientras el área promedio de los departamentos de tres dormitorios se Sempla (1992). El coeficiente de aprovechamiento puede calcularse separadamente para áreas re-
mentos se mudaran desde las regiones centrales hacia las regiones más pe-
riféricas es atestiguado por el desarrollo sin precedentes de dos distritos
al sudoeste de la ciudad: Morumbi y Vila Andrade.
Estos dos distritos no centrales y adyacentes son emblemáticos de los
cambios más dramáticos que ocurrieron en la ciudad. (Cambios similares
están ocurriendo en algunos municipios al noroeste de la región metropoli-
tana.) Estos fueron afectados por la intensa inversión inmobiliaria no solo
de los nuevos tipos de residencias para los ricos, sino también de nuevos
complejos de edificios comerciales y de oficinas. El hecho de que los nue-
vos emprendimientos se hayan ubicado en esas áreas se debe parcialmente
a su código de zonificación favorable, que permitía tanto el uso mixto (en
vez de exclusivamente residencial, como ocurre en partes de los distritos
centrales) como un coeficiente de aprovechamiento elevado (4). Algunas de
esas regiones eran rurales o habitadas por personas pobres. Como resulta-
do, con la expansión de los nuevos emprendimientos, los distritos pasaron
a presentar un nuevo patrón de organización espacial, que mezcla residen-
tes ricos y pobres por un lado, y residencia y trabajo por otro, creando así
un nuevo patrón de desigualdad social y de heterogeneidad funcional.
Morumbi y Vila Andrade tuvieron un significativo crecimiento de
población en los años ochenta.58 A pesar de que Morumbi es un barrio de
clase alta desde hace por lo menos 25 años, cambió radicalmente después
del inicio de la década de 1980. Lo que era un barrio de enormes mansio-
nes, terrenos vacíos y áreas verdes, fue transformado, después de una dé-
cada de construcción frenética, en un distrito de edificios. A fines de los
años setenta, fue «descubierto» por constructores inmobiliarios que deci-
dieron aprovechar el bajo costo de los terrenos y el código de zonificación
favorable y lo transformaron en el barrio con el número más elevado de
nuevos emprendimientos inmobiliarios de la ciudad durante las décadas
de 1980 y 1990. Más de 400 nuevos emprendimientos residenciales con
más de 14.000 unidade~ sS construyeron entre 1980 y 1996.59 A pesar de

sidenciales horiiontales o verticales y es un indicador relativamente confiable de construcciones


verticales, que en general son registradas. En 1990 el TPCL registró 566.466 departamentos, mien-
tras que el Censo de 1991 registró 529.991 en la ciudad de Siío Paulo, una diferencia de 6,9%. En
lo que se refiere a las casas, por su parte, el TPCL registró 1.118.531 en 1990, mientras el Censo
de 1991 registró 1.984.710, una diferencia del 77,4%. Los distritos en los cuales la diferencia en-
tre propiedad registrada y los domicilios identificados por el censo es pequeña, son aquellos con
mayor proporción de edificios de departamentos y familias de renta elevada (Consola~iío,Jardim
Paulista, Jardim América, Cerqueira César, Pinheiros y Perdizes).
58. Las tasas anuales de crecimiento de la población para 1980-1991 y para 1991-1996
son del 2,33% y e1-0,75% en Morumbi, y del 5,93% y el 4,93% en Vila Andrade.
59. De 1980 a 1987 hubo 217 nuevos emprendimientos inmobiliarios en Morumbi,
Fotos 8 Y 9: Condominio cerrado Portal de Morumbi:
correspondientes a 4.972 unidades, la mayor parte de lujo. De 1993 a 1996 el número de em-
prendimientos fue de 177, y las unidades, 8.849.
entrada principal y calle lateral no pavimentada.
eso, el barrio todavía tiene sólo el 0,6% de los departamentos de la ciu- el Jardim Paulista sólo el 8,36% de los residentes gana menos de 3 SM, en
dad, comparados a los 5,75% del Jardim Paulista. Mientras en el Jardim Morumbi 17,22% está en esa franja, y en Vila Andrade, 30,02% (más que
Paulista 88% de los domicilios está conformado por departamentos, en los 26,19% que ganan más de 20 SM). Esa mayor heterogeneidad en la dis-
Morumbi lo es solo el 33,6%. Vila Andrade, adyacente a Morumbi, es tribución de renta es una característica de las nuevas áreas de expansión de
una extensión del mismo proceso en un área que era más pobre y que la ciudad y de la región metropolitana, donde los emprendimientos inmobi-
continúa expandiéndose, mientras la expansión de Morumbi parece ir liarios para personas con rentas más altas están localizados en regiones que
perdiendo dinamismo en los últimos años. eran pobres y escasamente habitadas, y donde los departamentos para las
Tal como mencioné, la novedad en Morumbi y en Vila Andrade no es clases altas se construyen alIado de inmensas favelas.
solo el volumen de construcción, sino también el tipo de edificios: los com- Los vecinos de los condominios cerrados alrededor del Real Parque
plejos habitacionales amurallados. Los condominios cerrados comenzaron y de la Avenida Giovanni Gronchi, en el corazón de Morumbi, son resi-
a construirse en los años setenta, durante el boom del mercado inmobilia- dentes de dos de las más famosas favelas de Sao Paulo. En 1987 había
rio y del financiamiento estatal. El emprendimiento que dio inicio al desa- 233.429 personas viviendo en favelas en los distritos del oeste y sudoeste
rrollo acelerado de Morumbi fue el «Portal de Morumbi». Ese complejo de de la ciudad, lo que correspondía al 28,62% de los residentes de favelas
16 edificios de 25 pisos cada uno fue inaugurado en 1976. Tiene 800 de- de Sao Paulo.61 En 1993 los residentes de favelas de esos distritos aumen-
partamentos, la mitad con cuatro dormitorios, la otra mitad con tres, y taron a 482.304, lo que representaba el 25,36% de los residentes de fave-
abriga a 3.500 residentes, un tercio de ellos con menos de 14 años de edad. las de Sao Paulo (Sao Paulo, Sempla, 1995: 76).
El área total del emprendimiento es de 160.000 m2, de los cuales 120.000 Después de 15 años de intenso desarrollo inmobiliario para las cla-
m2 son áreas comunes que incluyen parques e instalaciones deportivas. Ese ses más altas en regiones con infraestructura precaria, combinada con la
complejo fue literalmente erguido en el medio de la nada. Toda la infraes- proliferación de favelas, Morumbi exhibe un cuadro impresionante de
tructura urbana necesaria (incluyendo electricidad, agua y asfalto) fue pro- desigualdad social y ejemplifica la nueva faz de la segregaGión social en la
vista por el constructor inmobiliario, la Constructora Alfredo Mathias. ciudad (véanse fotos 10 y 11). Cuando se observa el área en torno de su
Hasta hoy, las calles que pasan por los fondos del complejo continúan sin avenida principal, la Avenida Giovanni Gronchi, y los anuncios de sus
urbanización y sin asfalto o calzadas (véanse fotos 8 y 9). edificios, uno se queda perplejo por la imaginación de los constructores
Este tipo de emprendimiento, con bajo coeficiente de aprovechamiento inmobiliarios para dotar a cada complejo de departamentos de caracte-
ya que la transformación es reciente y todavía hay en el barrio muchas man- rísticas «distintas»: además de la arquitectura monumental y de los nom-
siones y espacios desocupados, explica por qué Morumbi y Vila Andrade to- bres vagamente aristocráticos, los edificios tienen características exóticas,
davía tienen una densidad de población considerablemente más baja que el como una piscina para cada departamento, tres cuartos de servicio, salas
Jardim Paulista (3.500 y 4.200 hab/km2, respectivamente, en comparación de espera para conductores en la planta baja, salas especiales para guar-
con 16.900 habIkm2). Existen también importantes diferencias sociales en- dar cristales, porcelanas y platería, y otras. Todo ese lujo contrasta con la
tre las dos regiones. Aunque ambas concentren riqueza, Morumbi y Vila visión que se tiene desde las ventanas de los departamentos: las más de
Andrade no son tan homogénea mente ricas como los viejos barrios centra- 5.000 casillas de la favela Paraisópolis, una de las más grandes de Sao
les. En Morumbi, hoy, el 43,9% de los jefes de domicilio gana más de 20 SM Paulo, que provee los empleados domésticos para los condominios veci-
(elporcentaje más alto de la ciudad), mientras que en Vila Andrade esa pro- nos. Para personas interesadas en vivir exclusivamente entre sus pares,
porción es del 26,2%. La renta promedio en Morumbi es de 28,82 SM (el los muros tienen que ser realmente altos, y las residencias para las clases
promedio más alto de la ciudad), y en Vila Andrade, de 17,94. Sin embargo, altas no disimulan sus cercas electrificadas encima de los muros, así como
en las dos regiones la proporción de jefes de domicilio que ganan más de las cámaras de video y los guardias particulares.
20 SM en relación con los que ganan menos de 3 es significativamente más
baja que en el Jardim Paulista (2,55 en Morumbi y 0,87 en Vila Andrade,
comparados con 4,59 en Jardim Paulista y 3,98 en Moema).60Mientras en
61. No están disponibles los números exactos de favelas en Morumbi y en Vila Andrade,
porque los resultados del Censo de Favelas son proporcionados de acuerdo con otra clasificación
espacial: las administraciones regionales. Para la estimación presentada en el texto, consideré la
60. Además de Morumbi, las medias más altas de rentas de jefes de domicilio en 1991 fue- población que vivía en favelas en las administraciones de Butana y Campo Limpo, que incluyen
ron: 22,53 en el Jardim Paulista, 21,44 en Alto de Pinheiros y 22,08 en Moema. a Morumbi y Vila Andrade, pero son más grandes que esos distritos.
La construcción intensa, de acuerdo con los intereses de los empren-
dedores inmobiliarios y con poca planificación o control por parte del Es-
tado, además de transformar completamente el paisaje, creó un espacio
caótico. Se construyeron edificios inmensos, uno después del otro en
calles estrechas y con infraestructura inadecuada. En Vila Andrade, por
ejemplo, solo el 57,6% de los domicilios están conectados a la red cloa-
cal, un porcentaje más bajo que el de varios distritos de la periferia pobre
(para el total de la periferia el porcentaje es del 74%). Los edificios son
inmensos y muchas de las nuevas calles no tienen calzada -probablemen-
te con la intención de mantener distantes a las personas que no tienen au-
tomóvil-. El tráfico es intenso y los congestionamiento~, una rutina.62 A
pesar de las elevadas inversiones de la ciudad y de la construcción de
puentes, túneles y vías rápidas que conectan Morumbi con el centro de la
ciudad a través del río Pinheiros, las vías de acceso son insuficientes y el
transporte público es simplemente malo. Esto dificulta la vida cotidiana
de los más pobres, pero también es inconveniente para las clases medias,
ya que el barrio todavía carece de servicios básicos y de comercio. A
Foto 10: Morumbi, desigualdad
entre vecinos:edificiode pesar de que algunos grandes shopping centers e hipermercados están
departamentos con piscinas ahora operando en la región, el abastecimiento cotidiano de alimentos re-
individualesy vista hacia la favela, quiere de automóvil, un tipo de dependencia que puede evitarse en la ma-
1992. yoría de los barrios centrales de Sao Paulo donde, como se dice, por lo
menos el pan puede comprarse a pie. El transporte de los niños y adoles-
centes también depende de los automóviles, incluso para ir a las escuelas
privadas del barrio, que se cuentan como uno de los mejores servicios allí
disponibles.63
Al contrario de los barrios centrales de la ciudad y de las regiones po-
bres de la periferia, Morumbi y Vila Andrade no son lugares donde los
residentes caminen rutinariamente por las calles. Irónicamente, esos ba-
rrios, con sus calles estrechas, mala infraestructura y conexiones preca-
rias con el resto de la ciudad, dependen de automóviles para casi todo.

62. En el Portal do Morumbi, por ejemplo, que está situado en una calle estrecha y tiene
solo dos salidas, en hora pi~o, especialmente de mañana, el congestionamiento llega a ser tan in-
tenso que a los residentes puede llevarles más de media hora cruzar los límites de sus muros y lle-
gar a la avenida que los une a la ciudad.
63. En Sáo Paulo, así como en el resto del Brasil, las clases media y alta envían a sus hijos
exclusivamente a escuelas privadas. Las clases altas siempre lo han hecho, pero desde la década
de 1970 se ha convertido en una práctica general también para las clases medias. Con excepción
de las universidades, el sistema de educación pública -<omo la mayoría de los servicios públicos-
fue degenerándose rápidamente hasta convertirse en un servicio sólo para aquellos que no pueden
afrontar el costo de las escuelas privadas. Atraídas por los terrenos baratos y por la posibilidad de
Foto 11: Morumbi, vista aérea: construir grandes instalaciones, muchas de las escuelas privadas tradicionales se mudaron a Mo-
edificiosde lujo justo al lado de las rumbi o abrieron nuevas flliales. Eso se menciona algunas veces como un motivo para que las per-
casillasde la favela, 1992. sonas se muden a Morumbi.
Consecuentemente, mudarse a un departamento de lujo en la región sig- canzado el 42% en 1980 (Gonc;:alvesy Semeghini, 1992; Leme y Meyer,
nifica soportar tráfico pesado y servicios urbanos deficientes. Sin embar- 1997: 64).66 En la región metropolitana considerada como un todo, el
go, para los residentes de los nuevos complejos cerrados, los inconvenien- . porcentaje de participación del sector industrial en el total de la fuerza de
tes parecen ser más que compensados por la sensación de seguridad que trabajo ocupada cayó continuamente en los últimos años: del 36,5% en
ganan tras los muros, viviendo exclusivamente entre iguales y lejos de lo 1988 al 29,6% en 1993 (Leme y Meyer, 1997: 77).
que consideran ser los peligros de la ciudad. A medida que el sector industrial se redujo, el papel de las activida-
des terciarias en la economía urbana aumentó.67 Existe un gran debate
entre los científicos sociales sobre si la expansión del sector terciario se
Recesión, desindustrializadón y los nuevos espados debe a un aumento de actividades «modernas» o «tradicionales». Algu-
para actividades terdarias nos (por ejemplo, Gonc;:alvesy Semeghini, 1992; Araújo, 1992) argumen-
tan que la expansión del sector terciario es un reflejo del desarrollo de un
No es solo el patrón residencial y la distribución de residentes de di- tipo de producción más flexible, en el cual muchas actividades antes re-
ferentes grupos sociales lo que está cambiando en la región metropolita- gistradas como producción industrial comenzaron a ser adquiridas como
na. En las décadas de 1980 y 1990, Silo Paulo pasó por una significativa , servicios, y en el éual el papel de la tecnología moderna y de las activida-
recesión económica y por un cambio en la estructura de sus actividades . des financieras se expandió. Otros, sin embargo, intentan relativizar esas
económicas. Entre 1980 y 1990 el valor agregado total, o VAT, disminuyó aseveraciones, mostrando que las actividades del sector terciario que de
(-3,75%) en Silo Paulo.64 En 1990 el valor agregado total per cápita era hecho se expandieron son muy precarias, como por ejemplo el comercio
de solo el 61,6% del que había sido en 1985 (Araújo, 1993: 35, 36). La ambulante y actividades no especializadas y mal remuneradas desempe-
crisis afectó especialmente al sector industrial, que había sido el más di- ñadas sin contratos formales de trabajo (por ejemplo, Leme y Meyer,
námico de la ciudad y de la región metropolitana desde la década de 1997: 63-79). Aunque desarrollar esta hipótesis esté más a:l.ládel alcance
1950. Aunque la producción industrial de la región metropolitana de Silo de este trabajo, me gustaría sugerir que los dos procesos probablemente
Paulo continuara representando el 30,7% de la producción nacional en estén ocurriendo concomitantemente y, en ese sentido, lo que está suce-
1987, esa proporción es significativamente más baja que los 43,5% de diendo en Silo Paulo no sería diferente de los procesos de reestructuración
1970 (Araújo, 1992: 56). industrial que ocurren en otras ciudades, como Los Ángeles y las llama-
Mientras en 1970 la ciudad de Silo Paulo detentaba casi la mitad de das ciudades globales (Scott y Soja, 1996; Sassen, 1991). Es una caracte-
la fuerza de trabajo industrial del estado, en 1991 detentaba menos de un rística de esos procesos que tanto el polo más dinámico como el polo más
tercio (Gonc;:alvesy Semeghini, 1992; Leme y Meyer, 1997: 71). La dismi- precario de la economía se expandan simultáneamente, provocando for-
nución de la participación del sector industrial en la economía urbana mas agudas de desigualdad social.
ocurrió en todo el estado de Silo Paulo, pero fue especialmente acentuada Esos cambios económicos traen todo tipo de implicancias para el
en la capital,65 Mientras en el interior del estado el sector industrial en medio urbano, desde el abandono o conversión de fábricas hasta la
1991, tenía prácticamente la misma proporción de fuerza de trabajo creación de nuevos espacios urbanos y nuevos tipos de instalaciones pa-
(38,4%) que en 1970 (39,7%), después de haber aumentado en 1980 ra comercio y oficinas. Después de haberse desplazado del viejo centro
(45,1 %), en la capital la participación del sector industrial en la fuerza de hacia la Avenida Paulista y hacia la Avenida Paria Lima en los años
trabajo disminuyó significativamente hasta alcanzar 32,1 % en 1991, des- sesenta, los principales complejos de edificios de oficinas se están mu-
pués de haber crecido de forma constante desde los años cincuenta, al- dando ahora hacia el sudoeste, a lo largo del río Pinheiros y en la mis-
ma dirección de los nuevos complejos habitacionales, shopping centers

64. El valor agregado total (VAT) corresponde, para cada municipio, al valor de las salidas
de mercaderías, sumado al valor de las prestaciones de servicios en su territorio, deducido el va-
lor de las entradas de mercaderías, en cada año fiscal. Este índice está calculado por la Secreta- .~ 66. Aumentó del 34,7% en 1960 (Seade, 1990: 24) al 39,6% en 1970 (Gon~alves y Se-
ría de Hacienda. } meghini,1992).
65. En el estado de Sao Paulo la participación del sector industrial en la producción total 67. Los estudios de economía urbana que estoy citando consideran solo dos sectores: el in-
cayó del 47,1 % en 1980 al 41,3% en 1991. Simultáneamente, la participación de las activida- dustrial y el terciario. Por lo tanto, el porcentaje del sector terciario en las actividades económi-
des terciarias aumentó del 49,7% al 54,6%. cas es complementario a las actividades industriales: 67,9% para la ciudad en 1991.
e hipermercados.68 De esa forma, los nuevos espacios urbanos para las sudeste continúan siendo las más pobres, más industriales, que se expan-
actividades terciarias se están desarrollando por medio de un proceso den sobre todo por medio de construcciones ilegales y carecen de un nú-
bien conocido en los Estados Unidos: el desplazamiento de empleos y re- mero significativo de emprendimientos inmobiliarios para la clase alta, la
sidencias de áreas centrales y urbanizadas hacia áreas distantes en los frontera oeste de la ciudad abriga a las clases más altas, sus emprendi-
suburbios. Los nuevos complejos de edificios son el resultado de gran- mientos residenciales y las nuevas actividades terciarias «modernas». Esa
des inversiones, frecuentemente de constructores inmobiliarios que oposición ayuda a llevar más complejidad al paisaje de la ciudad, ya
abandonaron- el mercado residencial cuando este se volvió muy difícil transformado por la mejora de la periferia y por el relativo despobla-
(Ferraz Filho, 1992: 29). Estos siguen el mismo patrón arquitectónico y miento del centro rico. Para completar el cuadro, sin embargo, es necesa-
de planificación de los condominios cerrados, y si no son necesaria- rio e~aminar la región metropolitana como un todo.
mente -amurallados como los complejos residenciales, ciertamente son
fortificados y utilizan extensos servicios de seguridad para mantener a
distancia a las personas indeseadas -y para controlar a sus propios tra-
bajadores-. Como mundos autosuficientes, estos ordenamiento s son ex-
tremadamente versátiles y pueden instalarse en cualquier lugar donde el Los otros municipios de la región metropolitana fueron tratados mu-
terreno sea lo suficientemente barato como para hacer lucrativa la in- chas veces como una simple extensión de la periferia de la capital. Eso fue
versión. Como OCurrecon los complejos residenciales, están siendo ins- verdad en las décadas de 1960 y 1970, pero entre 1985 y 2000 los proce-
talados en regiones que antes eran pobres. La avenida que simboliza la sos que afectan a esas ciudades han sido más complejos, modificando las
nueva expansión, la Eng. Luís Carlos Berrini, rápidamente desplazó a antiguas relaciones con el centro; La infraestructura urbana mejoró signi-
una antigua favela, gracias a un programa pagado por los nuevos ocu- ficativamente, como en la periferia de la capital. Desde el punto de vista
pantes de la región. En 1998 la mayoría de las viviendas precarias había demográfico, los otros municipios continúan creciendo más que el centro
desaparecido, pero todavía se veían algunas de ellas y algunos bares pa- (tabla 6), y en ese sentido todavía muestran el comportamiento típico de
ra los sectores más pobres. Se puede esperar, sin embargo, que en un la periferia. Desde el punto de vista económico, sin embargo, la crisis de
corto período de tiempo la avenida esté completamente transformada los años ochenta afectó de manera diferenciada a los municipios que eran
por los nuevos edificios, que exhiben una versión local del estilo arqui- muy industrializados y a los que no lo eran, modificando la relación de
tectónico posmoderno y totalmente purgada de los residentes pobres. simple complementariedad con la capital. Mientras que las regiones más
Hasta que eso ocurra, la avenida Berrini ofrece un espectáculo de desi- industriales sufrieron drásticamente los efectos de la crisis, grandes inver-
gualdad social de la misma calidad que el de Morumbi, con sus condo- siones inmobiliarias y en actividades terciarias en lugares que hasta en-
minios cerrados acechando a las favelas. tonces eran básicamente rurales, generaron un buen desempeño económi-
Finalmente, el desplazamiento de las nuevas actividades terciarias en co con tasas continuas de crecimiento en las regiones al oeste y noroeste
dirección al oeste, recrea una oposición entre las partes este y oeste de la (Araújo, 1993: 37). El dinamismo de esas regiones es tal que por primera
ciudad que el modelo centro-periferia había eclipsado. Mientras que las vez algunos de esos municipios pasan a recibir migrantes ricos del centro.
nuevas inversiones en complejos de oficinas y condominios cerrados para Aunque Sao Paulo haya sido el municipio más afectado por la crisis
la clase alta están concentradas en el lado oeste de la metrópolis, la región de los años ochenta, Osasco y la región del ABCD también fueron afecta-
este, tradicionalmente más industrial, perdió dinamismo con la disminu- dos.69 Esta última puede ser vista como un símbolo de la antigua era del
ción de las actividades industriales. Algunas de las viejas fábricas fueron desarrollo industrial, que abriga un gran número de industrias metalúrgi-
transformadas en shopping centers, tiendas o centros de recreación, pero cas. Hasta hoy el ABCD tiene la mayor concentración de empleos indus-
muchas simplemente fueron abandonadas. Mientras que las zonas este y triales de la región metropolitana, y fue el centro del importante movi-
miento sindical del cual emergieron el PT Ysus líderes más significativos.

68. El área de la ciudad afectada por el movimiento de las actividades terciarias sigue al río
Pinheiros, en ambas márgenes, desde Lapa -pasando por Butanti y Morumbi- hasta Campo 69. Entre 1980 y 1990 la tasa promedio de variación del valor agregado total (VAT) fue ne-
Limpo al oeste, y desde Alto de Pinheiros hasta Santo Amaro, pasando por Ibirapuera y por ViJa gativa en los municipios industriales como, por ejemplo, en Silo Paulo (-3,75%), en Osasco
Olímpia, al este. En todas esas áreas podemos observar la combinación de condominios cerra· (-2,19%) y en la región del A.SCD: -4,46% en Santo André, -2,96% en Sao Bernardo, -7,27% en
dos de la clase alta con favelas y de enclaves residenciales con centros comerciales y de oficinas. Sao Caetano, -0,26% en Mauá, y 1,23% en Diadema (Araújo, 1993: 35)-
La región tiene una de las mejores infraestructuras urbanas del área me- Santana do Parnaíba ejemplifica lo que se podría llamar nueva subur-
tropolitana y algunas de las rentas promedio más altas. Solo cinco muni- banización de Sao Paulo. Su crecimiento no es como la expansión tradicio-
cipios de la región metropolitana tienen más de 5% de jefes de domicilio nal-en dirección a la periferia pobre e industrial-, ni como la de los anti-
que ganan más de 20 SM, y dos de ellos están en la región del ABCD: Sao guos suburbios residenciales norteamericanos de las décadas de 1950 y
Bernardo (5,8%) y Sao Caetano (6,3%).70 Sin embargo, contrariamente 1960, pero sí ün nuevo tipo de suburbanización de los años ochenta y no-
a lo que ocurrió en el pasado, en los últimos años el desempeño económi- venta que reú~e residencias y actividades terciarias. Santana do Parnaíba
co de esos municipios fue pobre y su población creció muy poco (Sao no tuvo el mismo desempeño económico de los municipios adyacentes de
Caetano perdió población entre 1985 y 2000). Barueri y Cajamar, pero muestra una manera más clara de cómo la región
Varios municipios de las zonas este y norte de la región metropolita- se está convirtiendo en un enclave de las nuevas clases media y alta. Fue el
na también son industriales y sufrieron con la recesión económica.71 municipio con la tasa anual más alta de crecimiento de la población en los
Estos están entre los municipios más pobres de la región metropolitana.72 años ochenta (12,76%) y con la mayor renta.74 El 90% del crecimiento de
En ninguno de los municipios de la región este la proporción de los jefes la población durante los años ochenta se debió a la migración, y el muni-
de domicilio que ganan más de 20 SM es mayor aI3%; y en todos los mu- cipio tuvo el mayor porcentaje de crecimiento resultante de la migración
nicipios de la región, entre 30% y 50% de los jefes de domicilio gana me- en la región metropolitana: 245% (Sao Paulo, Emplasa, 1994: 137). Los
nos de dos salarios mínimos por mes. migrantes eran sobre todo de los sectores medio y alto. En la medida en
En contraste, los municipios al oeste y noroeste como Santana do que se instalaron en regiones que eran básicamente rurales y bastante po-
Parnaíba, Barueri y Cajamar revelan un cuadro de gran dinamismo eco- bres,7Screaron una situación de dramática desigualdad social, testimonia-
nómico y representan un nuevo tipo de desarrollo. Esas áreas tuvieron las da por el hecho de que el coeficiente de GINI en Santana do Parnaíba es de
tasas más expresivas de crecimiento de población en el período de 1980- 0,7102, el más alto de la región metropolitana.76
1996. Ellas también tuvieron un notable desempeño económico en una Una de las diferencias entre Morumbi y las nuevas regiones ricas del
década marcada por el estancamiento económico.73 Ese desempeño está área metropolitana es que los condominios cerrados de estas últimas son,
asociado a elevadas inversiones en emprendimientos inmobiliarios (en su en su mayoría, horizontales en vez de verticales, es decir, consisten en
mayoría condominios cerrados), complejos de oficinas, centros empresa- áreas amuralladas con casas independientes en vez de edificios de depar-
riales y shopping centers, en un patrón semejante al de los nuevos subur- tamentos. Los condominios cerrados horizontales se expandieron al mis-
bios norteamericanos. Este patrón se completa por el hecho de que mu- mo tiempo en que Morumbi estaba construyendo sus edificios, y compar-
chos de los nuevos habitantes de esas áreas son migrantes de clase media ten las mismas imágenes de los complejos de departamentos. Hoy esos
y alta (probablemente muchos de los que abandonaron la parte central de condominios son comunes no solo en la región metropolitana, sino por
la capital) y no de los sectores trabajadores, como tradicionalmente ocu- todo el interior del estado, especialmente en las regiones más ricas e in-
rría en la periferia. El mapa 2 muestra que Santana do Parnaíba, la ciu- dustrializadas. Uno de los más conocidos y antiguos es Alphaville -así lla-
dad con renta más elevada de toda la región metropolitana (9,8 SM), tie- mado en alusión al famoso filme de Godard sobre una ciudad imaginaria
ne un nivel de riqueza que sólo existía anteriormente en algunos de los en un futuro dominado por la tecnología-o Ese condominio incluye no
distritos centrales de Sao Paulo.

74. El crecimiento de la población entre 1991 y 1996 fue del 8,7%. En 1991, el 14% de
70. Solo el 2,85% de los jefes de domicilio de otros municipios de la región metropolitana los jefes de domicilio tenía una renta mayor a 20 salarios mínimos. Es e! único municipio (con
ganan más de 20 SM. De ese total, 40,69% todavía está concentrado en el ABCD, con otro 7,26% excepción de Sao Paulo) en e! cual más de! 10% de los jefes está en esta categoría. En 1991 la
en Osasco. Véase mapa 2. renta promedio de los jefes (en salarios mínimos) en los municipios de la región noroeste era: 9,8
71. Las tasas de crecimiento del VAT para e! período de 1980-1990 para municipios de las en Santana do Parnaíba, 6,2 en Barueri; 5,9 en Cotia, y 3,2 en Cajamar.
regiones este y norte, fueron: -2,58% en Mogi das Cruzes, -1,99% en Suzano, -1,60% en Biriti- 75. En 1980, solo e! 1,5% de la población económicamente activa de Santana do Parnaí-
ba Mirim, -0,59 en Guarulhos, -4,49% en Santa Isabe!, -2,95% en Franco da Rocha, y -1,91 % ba ganaba más de 20 SM, mientras que e! 53,7% ganaba menos de 2 salarios mínimos.
en Caieiras (Araújo, 1993: 35). a 76. El segundo más alto es e! de Barueri: 0,6480. El coeficiente de GINI para la ciudad de
72. Los municipios más pobres están todos en la periferia de la región metropolitana y la l Sao Paulo es de 0,5857, y para la región metropolitana, 0,5748. Cajamar, que tuvo un buen de-
sempeño económico pero que no recibió residentes de renta elevada, tuvo un coeficiente de GINI
mayoría es todavía significativamente rural.
73. Entre 1980 y 1990 el VAT aumentó considerablemente en Barueri (12,62%), Santana significativamente menor: 0,4635. La mayoría de los municipios en la región este tiene coeficien-
do Parnaíba (5,87%) y Cajamar (8,68%) (Araújo, 1993: 35). tes de GINI comparativamente bajos.
solo casas dentro de unidades amuralladas, sino shopping centers y cen- nas de las clases altas viven en regiones centrales y bien equipadas, pero
tros de oficinas. Junto con los emprendimientos inmobiliarios vecinos de también en nuevos enclaves cerrados en regiones precarias y distantes,
Aldeia da Serra y Tamboré, en los municipios de Barueri y Santana do cerca de los más pobres, en la capital o fuera de ella; los empleos tercia-
Parnaíba, toda la región fue agresivamente comercializada en el Brasil co- rios se están mudando hacia áreas todavía no urbanizadas y la oposición
mo una edge city, o sea, una verdadera representante del nuevo tipo de entre oeste (más rico) y este (más pobre) se está volviendo más visible. Es
suburbio norteamericano. también una región metropolitana en la cual las distancias físicas que
acostumbraban separar a los diferentes grupos sociales pueden haberse
achicado, pero cuyos muros, que cercan las propiedades, son más altos y
los sistemas de vigilancia, más ostensivos. Es una ciudad de muros en que
la calidad del espacio público está cambiando inmensamente y de mane-
Sao Paulo es, actualmente, una región metropolitana más diversifi- ras opuestas a lo que se podría esperar de una sociedad que fue capaz de
cada y compleja de lo que era a mediados de década de 1980 , cuando consolidar una democracia política. De hecho, la segregación y el proce-
el modelo centro-periferia era suficiente para describir su patrón de se- so de ostensiva separación social cristalizado en las últimas décadas pue-
gregación y desigualdad social. Una combinación de procesos causó su de ser visto como una reacción a la ampliación de ese proceso de demo-
transformación. Entre ellos se incluye la reversión del crecimiento de- cratización, toda vez que funciona para estigmatizar, controlar y excluir
mográfico; la recesión económica, la desindustrialización y la expansión a aquellos que terminaron de forzar su reconocimiento como ciudadanos,
de las actividades terciarias; la mejora de la periferia combinada con el con pleno derecho de involucrarse en la construcción del futuro y del pai-
empobrecimiento de los sectores trabajadores; el desplazamiento de saje de la ciudad.
parte de las clases media y alta hacia fuera del centro; y la amplia difu-
sión del miedo al crimen, que llevó a personas de todas las clases socia-
les a buscar formas más seguras de vivienda. En consecuencia, no solo
aumentó la desigualdad en Sao Paulo -el coeficiente de GINI en la región
metropolitana creció de 0,516 en 1981 a 0,586 en 1991- sino que tam-
bién se hizo más visible y explícita en la medida en que los residentes ri-
cos y pobres viven más próximos unos de los otros en las nuevas áreas
de expansión de la ciudad y de la región metropolitana. Esas nuevas
áreas tienen, de hecho, los peores coeficientes de GINI y los paisajes más
impactantes de la coexistencia de pobreza y riqueza. Además, en el con-
texto de creciente miedo al crimen y de preocupación por la decadencia
social, los residentes no muestran tolerancia con relación a personas de
diferentes grupos sociales ni interés por encontrar soluciones comunes
para sus problemas urbanos. En vez de eso, adoptan técnicas cada vez
más sofisticadas de distanciamiento y división social. Así, los enclaves
fortificados -edificios de departamentos, condominios cerrados, com-
plejos de oficinas o shopping centers- constituyen la esencia de.una nue-
va manera de organizar la segregación, la discriminación social y la
reestructuración económica en Sao Paulo. Las diferentes clases sociales
viven más próximas unas de las otras en algunas áreas, pero se mantie-
nen separadas por barreras físicas y sistemas de identificación y control.
Sao Paulo, a fines de los años noventa, es una metrópolis con más fa-
velas y conventillos, pero sus muchos barrios pobres de la periferia mejo-
raron considerablemente; las viejas áreas centrales fueron transformadas
por procesos combinados de acondicionamiento y decadencia; las perso-
7. ENCLAVES FORTIFICADOS:
LEVANTANDO MUROS Y CREANDO UN NUEVO ORDEN PRIVADO

El vigía en la garita fortificada es nuevo en e! servicio


y tiene la obligación de detenerme en e! condominio. Pre-
gunta mi nombre y destino, observando mis zapatos. Llama
a la casa 16 y dice que hay un ciudadano diciendo que es
hermano de la dueña de casa. La casa 16 responde algo que
al vigilante no le gusta y hace «hum». El portón de barras
de hierro verde y argollas doradas se abre con pequeños
trancos, como resistiéndose a darme paso. El vigilante me
ve subiendo la ladera, repara en mi calzado y cree que soy
el primer peatón autorizado a trasponer aquel portón. La
casa 16, al final de! condominio, tiene otro intercomunica-
dar, otro portón electrónico y dos guardias armados. Los
perros ladran a coro y dejan de ladrar de· golpe. Un niño
con una camiseta en la mano abre la puertita lateral y me
hace entrar al jardín con un gesto de la camiseta. [oo.]
El empleado no sabe qué puerta de la casa merezco,
pues no vine a hacer una entrega ni tengo aspecto de visita.
Se detiene, tuerce la camiseta para escurrir la duda y se de-
cide por la puerta de! garaje, que no es ni aquí ni allá. Obe-
deciendo las señales convulsivas de la camiseta, rodeo los
automóviles en e! garaje transparente, subo por una escale-
ra de caracol y doy con una especie de sala de estar con un
descomunal cielorraso, piso de granito, pared inclinada de
vidrio, otras paredes blancas y desnudas, mucho eco, una
sala de estar donde nunca vi a nadie sentado. A la izquierda
de la sala se extiende la gran escalera que viene del segundo
piso. Y al pie de la gran escalera hay una salita que ellos lla-
man jardín de invierno, anexa al patio interno donde vivía
el ficus. Ahí está mi hermana de peignoir, tomando el desa-
yuno en una mesa oval.

Chico Buarque, Estorvo, 1991, págs. 14, 16

En esa novela de 1991, Chico Buarque -el poeta y cantante de las pa-
siones urbanas y la vida diaria, de la resistencia al régimen militar en la
década de 1970, y la esperanza del cambio político en los tempranas años
ochenta- capta la experiencia de vivir detrás de muros y vigilado por
guardias, marca del nuevo estilo de vida en las ciudades brasileñas.l La va modelo no haya eliminado todas las otras posibilidades, proporciona
novela ocurre en Río, pero podría muy bien ser en Sao Paulo o en cual- el principal paradigma de distinción con relación al cual las otras alterna-
quier otra ciudad de muros. En esas ciudades, y especialmente para su tivas tienden a ser medidas. Existe hoy en la ciudad una estética de la se-
elite, un acto banal como una visita a la hermana implica lidiar con guar- guridad definida por el nuevo modelo, que simultáneamente guía trans-
dias particulares, identificación, clasificación, portones de hierro, in- formaciones en todos los tipos de vivienda y determina lo que confiere
tercomunicadores, portones electrónicos, perros -y mucha sospecha-o El más prestigio.
hombre que se aproxima al portón es un buen candidato a ser sospecho-
so ya que anda a pie en vez de conducir un automóvil, o sea, usa el espa-
cio público de la ciudad de una manera ell"que los residentes del condo-
minio rechazan. Los condominios cerrados, el nuevo tipo de vivienda
fortificada de la elite, no son lugares en los cuales las personas caminen o Los condominios cerrados son la versión residencial de una catego-
por los cuales pasen. Son lugares distantes, a los que se accede sólo en au- ría más amplia de nuevos emprendimientos urbanos que llamo enclaves
tomóvil y por sus residentes, unos pocos visitantes y, está claro, los em- fortificados. Ellos están cambiando considerablemente la manera como
pleados, que deben ser mantenidos bajo control y comúnmente son enca- las personas de las clases media y alta viven, consumen, trabajan y gastan
minados hacia una entrada especial -la famosa entrada de servicio-o su tiempo de ocio. Están cambiando el panorama de la ciudad, su patrón
Alguien con apariencia equivocada y que insiste en caminar, sólo puede de segregación espacial y el carácter del espacio público y de las interac-
suscitar dudas y reacciones ambiguas en los empleados, que tienen que ciones públicas entre las clases. Los enclaves fortificados incluyen com-
reproducir en la práctica los códigos de clasificación de sus patrones. plejos de oficinas, shopping centers y, cada vez más, otros espacios que
Los condominios cerrados constituyen el tipo más deseable de vi- han sido adaptados para que se ajusten a ese modelo, como escuelas, hos-
vienda para las clases altas en Sao Paulo hoy en día. En este capítulo ana- pitales, centros de recreación y parques temáticos. Todos·los tipos de en-
lizo ese nuevo tipo de residencia a partir de una serie de perspectivas in- claves fortificados comparten algunas características básicas. Son propie-
terrelacionadas. Primero, defino a los condominios cerrados y su relación dad privada para uso colectivo y enfatizan el valor de lo que es privado y
tanto con otros tipos de vivienda que predominaron en el pasado, como restringido, al mismo tiempo que desvalorizan lo que es público y abier-
con otros enclaves que producen segregación semejante. Los condomi- to en la ciudad. Están demarcados físicamente y aislados por muros, re-
nios cerrados no son un fenómeno aislado, sino la versión residencial de jas, espacios vacíos y detalles arquitectónicos. Están volcados hacia el
una nueva forma de segregación en las ciudades contemporáneas. En interior y no en dirección a la calle, cuya vida pública rechazan explícita-
segundo lugar, analizo los elementos que transformaron los edificios resi- mente. Están controlados por guardias armados y sistemas de seguridad
denciales de Sao Paulo, y especialmente los condominios cerrados, en re- que imponen las reglas de inclusión y exclusión. Son flexibles: debido a
sidencias de prestigio: seguridad, equipamientos de uso colectivo, servi- su tamaño, las nuevas tecnologías de comunicación, organización del tra-
cios y ubicación. En tercer lugar, discuto algunos aspectos problemáticos bajo y a los sistemas de seguridad, son espacios autónomos, independien-
de la vida cotidiana dentro de los muros de los condominios: la dificultad tes de su entorno, que pueden ser situados prácticamente en cualquier
de llegar a regulaciones consensuales y hacer cumplir reglas, cuya expre- lugar. En otras palabras, en contraste con formas anteriores de emprendi-
sión más dramática es la criminalidad de adolescentes, especialmente el mientas comerciales y residenciales, pertenecen no a sus alrededores in-
vandalismo y los accidentes de automóvil causados por jóvenes que con- mediatos, sino a redes invisibles (Cenzatti y Crawford, 1998).2 En conse-
ducen sin habilitación. En cuarto lugar, analizo las ambigüedades, con- cuencia, aunque tiendan a ser espacios para las clases altas, pueden
tradicciones y rechazos que este nuevo modelo genera, en la medida en situarse en áreas rurales o en la periferia, aliado de favelas o casas auto-
que los residentes de la ciudad lo contraponen a otros espacios, opciones construidas. Finalmente, los enclaves tienden a ser ambientes socialmen-
de vivienda y estilos de vida existentes en la ciudad. A pesar de que el nue- te homogéneos. Quienes eligen habitar estos espacios valorizan vivir en-

1. Estorvo es una fantástica crónica de la vida contemporánea en el Brasil expresada en 2. Véase Cenzatti y Crawford (1998) para un análisis de «espacios semipúblicos», esto es,
términos de crisis económica, transformación urbana y desarticulación social, incluyendo senti- los espacios interiores de shopping centers, hoteles, aeropuertos, etcétera, que, aunque sean pro-
mientos de desorientación e incertidumbre acerca del futuro. piedad privada, tienen uso público. Ellos no discuten la versión residencial de los enclaves.
tre personas selectas (o sea, del mismo grupo social) y lejos de interaccio-
nes indeseadas, movimiento, heterogeneidad, peligro e imprevisibilidad
de las calles. Los enclaves privados y fortificados cultivan una relación de Vivir en edificios con varias familias, compartiendo tanto el uso
negación y ruptura con el resto de la ciudad y con lo que puede ser llama- como la propiedad de áreas comunes, no es una experiencia nueva para
do un estilo moderno de espacio público abierto a la libre circulación. la clase medida brasileña. Los condominios existen en Sao Paulo desde
Estos están transformando la naturaleza del espacio público y la calidad 1928. Aunque haya llevado un buen tiempo para que perdieran el estig-
de las interacciones públicas en la ciudad, que se están volviendo cada vez ma de conventillo y se volvieran populares entre la clase media, los depar-
más marcadas por la sospecha y la restricción. tamentos se generalizaron a partir de la década de 1970, dados los cam-
Los enclaves fortificados confieren estatus. La construcción de sím- bios en los financiamientos y el boom de construcciones que le siguió.
bolos de estatus es un proceso que elabora diferencias sociales y crea me- Varios elementos, sin embargo, diferencian los departamentos de la déca-
dios para la afirmación de distancia y desigualdad sociales. Los enclaves da de 1970 de los condominios cerrados de las de 1980 y 1990. A pesar
son literales en su creación de separación. Están claramente demarcados de que el antiguo tipo de departamento continúe construyéndose y su
por todos los tipos de barreras físicas y artificios de distanciamiento y su . mercado se haya expandido incluso hasta los sectores trabajadores, los
presencia en el espacio de la ciudad es una evidente afirmación de diferen- , emprendimientos más sofisticados y caros son de otro tipo. Una diferen-
ciación social. Ofrecen una nueva manera de establecer fronteras entre : cia es la ubicación: mientras que en los años setenta los edificios residen-
grupos sociales, creando nuevas jerarquías entre ellos y, por lo tanto, or- ciales todavía estaban concentrados en los barrios centrales, los condomi-
ganizando explícitamente las diferencias como desigualdad. El uso de nios cerrados de la década de 1990 tienen a situarse en áreas distantes.
medios literales de separación es complementado por una elaboración Mientras que los antiguos departamentos integraban la red urbana, los
simbólica que transforma el enclaustramiento, el aislamiento, la restric- condominios recientes tienden a ignorada. Segundo, los condominios ce-
ción y la vigilancia en símbolos de estatus. Esa elaboración es evidente en rrados son por definición amurallados, mientras que los edificios de los
los anuncios inmobiliarios. años setenta solían ser abiertos hacia las calles. Aunque la mayoría de es-
La transformación de los enclaves fortificados en espacios de presti- tos haya sido cercada recientemente, el aislamiento no era parte de su
gio exigió algunos cambios importantes en los valores de las clases altas. concepción inicial, pero sí una adaptación al nuevo paradigma. Tercero,
Primero, las residencias colectivas pasaron a ser preferidas a las residen- el nuevo tipo de condominio cerrado acostumbra tener grandes (algunas
cias individuales. Las viviendas colectivas, como edificios de departamen- veces, muy grandes) áreas y equipamientos de uso colectivo, mientras que
tos, estuvieron desvalorizadas por un largo tiempo en Sao Paulo a causa en la generación anterior los espacios comunes se limitaban generalmen-
de su asociación con los conventillos. Hasta hace poco tiempo las casas te a garajes, áreas de circulación, pequeños playgrounds y tal vez un sa-
eran el paradigma de la residencia digna y la evidencia del estatus moral lón de fiestas.3
y social. Los valores de privacidad, libertad individual y familia nuclear Mientras los condominios de la década de 1970 eran básicamente
contenidos en la casa independiente, sustentaron tanto la guerra contra edificios de departamentos, en los años noventa pueden ser de dos tipos:
los conventillos como la difusión de la casa propia entre los sectores tra- vertical u horizontal. Los primeros son generalmente una serie de edifi-
bajadores. Segundo, las áreas aisladas, no urbanizadas y distantes fueron cios en grandes áreas con varios equipamientos de uso colectivo, y son el
transformadas en espacios más valorizados que los tradicionales barrios tipo predominante en Sao Paulo. Los últimos consisten en una serie de ca-
centrales y con buena infraestructura. Ese cambio requirió la inversión de sas -este tipo predomina en los otros municipios de la región metropoli-
los valores que habían prevalecido entre la década de 1940 y la de 1980, tana-. Las casas generalmente son construidas por los mismos propieta-
cuando el centro era inequívocamente asociado a los ricos, y la periferia, rios, no por los empresarios, al contrario de lo que es la regla en los
a los pobres. Por primera vez, algo como el suburbio americano se volvió Estados Unidos. En consecuencia, no tienen un diseño uniforme, aunque
popular entre la elite, y la distancia del centro fue resignificada para otor- varios empresarios incluyan en los títulos de venta varias regulaciones re-
gar estatus en vez de estigma.

3. Algunos de los condominios recientes tienen más de 100.000 ro2 para uso colectivo y
pueden ser comparados con clubes sofisticados. Algunos son tan grandes como un barrio, con
más de 20.000 habitantes y varias calles internas. Están invariablemente cerrados.
1
ferentes a retiros, áreas abiertas, muros y cercas, tamaño de la casa y uso la década de 1970 y la de 1980, la mayoría de los condominios cerrados
(solo residencial). Pero continúan siendo condominios, ya que la propie- construidos en Siio Paulo eran verticales y estaban ubicados en Morum-
dad y el uso de áreas comunes son compartidos colectivamente y los resi- . bi, siguiendo el ejemplo del Portal do Morumbi.
dentes tienen que obedecer las convenciones del condominio. Los condominios horizontales comenzaron a ser construidos a fines
Los condominios cerrados brasileños no son obviamente una inven- de los años setenta, especialmente en los municipios adyacentes a la capi-
ción original, pero comparten varias características con los CID (common tal en la parte oeste de la región metropolitana. Estos presentan algunas
interest developments o desarrollos de intereses comunes) y suburbios diferencias interesantes en relación con sus equivalente americano. Aun-
americanos. Sin embargo, algunas diferencias entre ellos son esclarecedo- que la homogeneidad social sea obviamente valorizada, la homogeneidad
ras.4 Primero, los condominios cerrados brasileños son invariablemente del proyecto no lo es: casas con la misma planta y fachada son desvalori-
amurallados y con acceso controlado, mientras que en los Estados Uni- zadas y poco comunes. Tradicionalmente, en Siio Paulo, las casas es-
dos los emprendimientos cerrados (gated communities) constituyen solo tandarizadashan sido construidas para los sectores trabajadores y son
cerca del 20% de los CID.s Segundo, los tipos más comunes de condomi- desvalorizadas no solo por la población en general, sino también por las
nios cerrados en Siio Paulo aún son los de edificios de departamentos y, a personas que no tienen otra opción que vivir en ellas. Los residentes ha-
pesar de que pueden ser vendidos como un medio de escapar de la ciudad o cen esfuerzos increíbles para transformar sus casas y darles lo que llaman
y sus peligros, todavía son más urbanos que suburbanos. Los primeros . «personalidad», es decir, una apariencia individualizada.6
complejos construidos de acuerdo con el modelo cerrado son un buen El alto valor ligado a la «personalidad" de la casa, compartido por
ejemplo. El Ilha do Sul, construido en 1973, es un complejo de clase me- todas las clases sociales, probablemente explica por qué las casas estan-
dia de seis edificios, cada uno con 80 departamentos de tres dormitorios, darizadas no son comunes entre la elite. Eso también es responsable pro-
ubicado en la zona oeste de la ciudad (Alto de Pinheiros). Sus principales bablemente por el hecho de que los edificios de departamentos también
innovaciones eran, por un lado, ofrecer comodidades como un club de deben mostrar «personalidad", y los edificios de Morumbi exhiben una
más de 10.000 m2, incluyendo instalaciones deportivas, un restaurante y considerable variación en el intento por distinguirse individualmente.
un teatro y, por el otro, la seguridad: está amurallado y el acceso está con- Más importante, sin embargo, es que ese rechazo por la homogeneidad
trolado por seguridad privada. En esa época el crimen no era la principal incluso entre personas que forman parte de un mismo grupo social puede
preocupación de la ciudad, y la práctica de controlar la circulación era en estar relacionada con el hecho de que en la justificación ideológica de los
verdad temida por varios grupos: en 1973 era el auge de la dictadura mi- condominios cerrados de Siio Paulo no hay ninguna referencia positiva a
litar y para muchos, cualquier investigación de identidad era vista como la idea de comunidad, algo siempre invocado en los emprendimientos
amenazadora. Ese hecho indica cómo el enclaustramiento fue una eStra- norteamericanos. Los condominios nunca son llamados «comunidades»
tegia inmobiliaria y de mercadotecnia que se volvió dominante en las dé- -como ocurre en los Estados Unidos, donde reciben el nombre de gated
cadas siguientes: hoy los procedimientos de seguridad son requisito en to- communities-, ni son anunciados como un tipo de vivienda que pueda
dos los tipos de edificios que aspiren a tener prestigio. Durante el final de realzar el valor de hacer cosas en conjunto. En verdad, los residentes bra-
sileños parecen despreciar bastante esa idea de comunidad. Otro punto
interesante de comparación con los Estados Unidos es el uso de contratos
4. Véase McKenzie (1994) para un análisis de los CID en los Estados Unidos. Según Mc- y convenciones restrictivos (restrictive covenants). Aunque los condomi-
Kenzie los OD comparten tres características que los distinguen de otros tipos de vivienda: pro- nios brasileños tengan necesariamente convenciones, y aunque estas sean
piedad en común; participación obligatoria en la asociación de residentes, y régimen privado de
segregadoras, históricamente no han sido un instrumento de la industria
convenciones restrictivas impuesto por los residentes. Estos pueden ser de tres tipos: desarrollos
de unidades planeadas (o PUD -p/anned unit deve/opmetlts), que consisten en casas aisladas cons-
inmobiliaria, como es el caso en los Estados Unidos, según McKenzie
truidas de acuerdo con un mismo plano maestro, en general en los suburbios; condominios, co· (1994: especialmente cap. 2). Solamente en la última generación de gran-
múnmente edificios; y cooperativas (o co-ops), es decir, departamentos en los que los condómi-
nos tienen participación accionaria en el edificio como un todo, en vez de ser propietarios de una
unidad (1994: 19). o~
o~

5. Blakely y Snyder (1997: 7, 180) estiman que el 19% de todas las 190 asociaciones inte- } } 6. Vengo estudiando con jarnes Holston las transformaciones en las viviendas de la clase
grantes del CAl (Community Association Institute) en 1996 eran condominios cerrados. Estos trabajadora. Uno de los barrios en nuestro estudio fue inicialmente construido por un construc-
corresponderían a más de 3 millones de unidades. No hay estimaciones disponibles del número tor inmobiliario en la década de 1970, con casas estandarizadas. Las casas se fueron alterando a
de condominios cerrados en Siio Paulo. tal punto que después de 20 años es casi imposible identificar las plantas y fachadas originales.
des condominios los constructores comenzaron a incluir sus restricciones por muros de 3,5 m de altura y accesibles solo por una entrada contro-
en los contratos de venta. En los viejos tipos de edificios de departamen- lada-, un complejo de edificios de oficinas (Centro Empresarial) y un
tos, estas se limitaban a la preservación de la arquitectura y de la facha- . centro comercial alrededor de un shopping center (Centro Comercial).
da, lo que es un asunto totalmente diferente en los edificios. En el caso de Las partes que fueron construidas en primer término, a mediados de los
las casas estandarizadas de la clase trabajadora, esas restricciones nunca años setenta, füeron el centro de oficinas y dos de las áreas residenciales.
existieron o nunca se cumplieron, y las modificaciones constantes son la En el inicio de la década de 1990, AlphavilIe tenía un área urbanizada de
regla. 2
13 km y una población fija Ge cerca de 20.000 habitantes. El Centro
Los condominios horizontales de las décadas de 1980 y 1990 repre- Empresarial abrigaba a 360 empresas y el Centro comercial, a 600 em-
sentan el proceso de suburbanización de Sao Paulo. Ese proceso todavía presas. En promedio, la población fluctuante diaria era de 75.000 no re-
es incipiente si se lo compara con los Estados Unidos? Antes de los años sidentes.9 En 1989, el 55,4% del ingreso de impuestos de Barueri venía
ochenta, si los constructores inmobiliarios actuaron como planificadores de Alphaville (Leme y Meyer, 1997: 20). La seguridad es uno de los prin-
urbanos privados, eso fue más evidente en la expansión de la periferia po- cipales elementos en su publicidad y una de las principales obsesiones de
bre que la creación de suburbios ricos. Muy recientemente, los casos más . todos los involucrados con el emprendimiento. Al inicio de la década
famosos de barrios planeados para la elite eran aquellos proyectados a de 1990 su fuerza de seguridad privada tenía más de 800 hombres y 80
comienzos del siglo xx, incluyendo Higienópolis, la Avenida Paulista y , vehículos. Cada unidad (Residenciales, Centro Comercial y Centro Em-
las famosas ciudades-jardín proyectadas en la década de 1920.8 Esas presarial) contrata su propia seguridad para mantener el orden interno,
áreas, sin embargo, siempre fueron centrales, no había ninguna propie- y existe hasta una fuerza de seguridad común para cuidar los espacios
dad común, y las casas eran construidas individualmente. Además, aun- públicos (las avenidas e incluso la ruta que lleva a Sao Paulo).
que esos emprendirnientos tuvieran contratos con restricciones con rela-
ción al proyecto y al uso, algunas de sus regulaciones se convirtieron en
norma, ya que fueron incorporadas al Código de Obras de la ciudad en
1929. Hoy están reglamentados por los códigos de zonificación de la ciu-
dad, no por las determinaciones de los contratos originales. El objetivo de las propagandas es seducir. Los anuncios usan un re-
Los emprendimientos inmobiliarios para la elite lejos del centro de pertorio de imágenes y valores que habla a la sensibilidad y fantasía de las
la ciudad se volvieron significativos solo a fines de la década de 1970. personas a fin de alcanzar sus deseos. Como Augé indica en su análisis de
Fue también en esa época que unos pocos constructores comenzaron a los anuncios de los chateaux y domaines franceses, su efecto yace «en el
construir algo semejante a las new towns y edge cities norteamericanas, descubrimiento o en la súbita revelación a un individuo específico de un
es decir, áreas suburbanas que combinan emprendimientos residenciales lugar donde, imagina, la vida será posible para él» (1989: 28-29).10 Para
con centros comerciales y espacio para oficinas. Algunos de esos desa- conseguir ese efecto, los anuncios y las personas a quienes ellos apelan
rrollos más famosos y agresivos en términos de mercadotecnia son Alp- tienen que compartir un repertorio común. Si los anuncios fallan en arti-
haville, Aldeia da Serra y Tamboré, en los municipios de Santana do Par- cular imágenes que las personas puedan entender y reconocer como
naíba y Barueri, la nueva área de emprendimientos para las clases suyas, fallan en seducir. Por lo tanto, los anuncios inmobiliarios constitu-
medias y altas en la región metropolitana. AlphavilIe comenzó en la dé- yen una buena fuente de información sobre los estilos de vida y los valo-
cada de 1970, construida por los mismos constructores de Ilha do Sul, res de las personas cuyos deseos elaboran y ayudan a moldear. A conti-
los cuales promovieron posteriormente otros condominios horizontales nuación analizo anuncios de departamentos y condominios cerrados
en las áreas próximas. Construido en un área de 26 km2que se extiende publicados en el periódico O Estado de Sao Paulo en el período de 1975-
por dos municipios (Barueri y Santana do Parnaíba), AlphavilIe está di-
vidida en varias áreas residenciales amuralladas -cada una enclaustrada
.a 9. Datos de la constructora Alburquerque, Takaoka S.A., publicados en el boletín interno
7. Para el caso norteamericano, véanse Jackson (1985) y McKenzie (1994). } de Alphaville (Jornal de Alpbavi/le, XIV (3): S, 1991). A fines de la década de 1990 la población
8. Esas ciudades jardín existen hasta hoy y dieron origen al área más rica de la ciudad,lIa- residente parece haber crecido a 30.000, y el promedio de población fluctuante, a 80.000 (co-
mada Jardins. Con sus típicas calles circulares, la primera de ellas, Jardim América, fue planea. municación verbal de representantes de la constructora).
da en Inglaterra por la firma de Barry Parker y Raymond Unwin. 10. Véase Augé (1989) para un análisis del «sistema de propaganda inmobiliaria».
1996.0 Durante ese período, fue elaborado un nuevo tipo de residencia más deseable de residencia. u Este «nuevo concepto de vivienda» articula
colectiva y cercada, como el más prestigioso y deseable para las clases . cinco elementos básicos: seguridad, aislamiento, homogeneidad social,
media y alta de Sao Paulo. El análisis revela los elementos de los patrones equipamientos y servicios. La imagen que otorga el mayor estatus (y es
actuales de diferenciación y distinción sociales. Muestra cómo las clases más seductora) es la de la residencia enclaustrada, fortificada y aislada,
altas construyen su lugar en la sociedad y su visión del tipo de residencia un ambiente seguro en el cual alguien puede usar varios equipamientos y
donde <<lavida sería posible» para ellas. servicios y vivir sólo con personas que se perciben como iguales. Los
A través de las más diversas culturas y clases sociales, el hogar cris- anuncios presentan la imagen de islas a las cuales se puede retornar todos
taliza importantes sistemas simbólicos y moldea sensibilidades individua- los días para escapar de la ciudad y para encontrar un mundo exclusivo
les.!2 La vivienda y el estatus social están obviamente asociados y en va- de placer entre iguales. Los enclaves son, por lo tanto, opuestos a la ciu-
rias sociedades la residencia es una forma de que las personas se afirmen dad, representada como un mundo deteriorado en el cual hay sólo polu-
públicamente. En consecuencia, la construcción o adquisición de una ción y barullo pero, lo que es más importante, confusión y mezcla, esto
casa es uno de los proyectos más importantes que las personas deben rea- es, heterogeneidad social.
lizar. La casa hace declaraciones tanto públicas como personales, ya que Los condominios cerrados corresponden a la versión ideal de ese
relaciona lo público y lo doméstico. Al crear una casa las personas no «nuevo concepto de vivienda», un ideal con relación al cual las otras for-
solo descubren y crean su posición social sino que también moldean su , mas menos completas son siempre medidas. Se supone que los condomi-
mundo interior. nios cerrados son mundos separados. Sus anuncios proponen un «estilo
Para las clases trabajadoras paulistas, sus casas autoconstruidas son de vida total», superior al de la ciudad, incluso cuando son construidos
claramente su proyecto de vida más importante y consumen la mayoría dentro de ella. El Portal do Morumbi fue uno de los primeros condomi-
de sus energías y recursos por muchos años. Esas casas expresan sus vi- nios cerrados en Sao Paulo. El4 de septiembre de 1975 el complejo fue
siones sobre su pertenencia a la sociedad y sobre qué es ser moderno. A publicitado en el periódico O Estado de Silo Pauta en un anuncio de pá-
través de sus casas, los residentes desarrollan un discurso mediante el cual gina entera. Una serie de pequeñas ilustraciones mostraba lo que sería la
hablaQ simultáneamente sobre la sociedad y sobre sí mismos. En el caso vida de sus residentes hora a hora, desde las 7 de la mañana hasta las 11
de los trabajadores pobres en Sao Paulo, el proceso involucra no la com- de la noche. Se mostraba a las personas en la piscina, en la sala de ejerci-
pra de una casa ya lista, sino todo un proceso de construcción, tanto ma- cios, en el sauna, en el ptayground y caminando por los jardines. El texto
terial como simbólico. Ellos no compran una casa, sino que literalmente principal decía:
la construyen. Así, básicamente no existen anuncios en periódicos para
las casas de la clase trabajadora en Sao Paulo. En los barrios de la clase
trabajadora, el mercado inmobiliario cuenta casi exclusivamente con pe-
queñas oficinas locales, comunicación interpersonal y la distribución de
pequeños panfletos en cruces de tránsito. Los anuncios en periódicos 13. Hay muchas maneras posibles de abordar los anuncios. Elegí enfatizar el simbolismo
de la casa, pero un abordaje alternativo sería identificar cómo expresan las variaciones de las po-
existen solo para viviendas para las clases media y alta, especialmente
líticas habitacionales y códigos de construcción analizados en el capítulo 6. A pesar de que los
edificios de departamentos. anuncios no mencionan los códigos de zonificación, reglamentaciones restrictivas, crisis econó-
Para las clases media y alta, la creación de una residencia está media- mica y dificultades de financiamiento, todas esas cuestiones pueden ser leídas en el lenguaje es-
da por anuncios publicitarios y por las industrias inmobiliaria y de la pecífico de la publicidad. En verdad, el «nuevo concepto de vivienda' es una respuesta a la ne-
construcción. En los últimos veinte años, esos anuncios elaboraron lo que cesidad de los constructores inmobiliarios de construir edificios de departamentos lejos del
centro y en inmensos lotes a causa de los códigos de zonificación y del aumento del precio de la
llaman «un nuevo concepto de vivienda» y lo transformaron en el tipo
tierra. En los anuncios, sin embargo, esa necesidad aparece transfigurada en «elija un estilo de
vida-o De la misma manera, si los departamentos están siendo construidos con áreas internas
más pequeñas, tanto a causa del menor poder adquisitivo de los compradores como de la nece-
11. La muestra de anuncios analizada se hizo seleccionando dos ediciones, generalmente sidad de mantener una cierta tasa de utilización, el espacio reducido es anunciado como «solu-
de domingo, de cada año (uno de la primera mitad del año y una de la segunda). Examiné todos ción racional. perfectamente adaptada a la -vida moderna de personas dinámicas •. A pesar de
los anuncios inmobiliarios de cada edición seleccionada. que los anuncios ofrecen material para una interpretación de la vida doméstica de las familias
12. Véase, por ejemplo, el clásico análisis de Bachelard (1964) sobre la relación entre casa de clase media paulistas (por ejemplo, por medio de un análisis de la distribución de espacios y
y memoria; el de Bourdieu (1972) sobre la casa Kabyle; y el de Cunningham (1964) sobre la casa funciones, del uso de materiales y otros), concentro el análisis sobre todo en lo que esas residen-
Atoni.
cias expresan públicamente en el espacio de la ciudad.
Aquí todos los días son domingo. El aislamiento y la distancia del centro de la ciudad y su intensa vida
Constructora Alfredo Mathias. urbana son tomados como condiciones para un estilo de vida mejor. Los
Playground, canchas, centro médico. anuncios comúnmente se refieren al paisaje natural de los emprendimien-
tos, con áreas verdes, parques y lagos, y usan frases con apelativos ecoló-
Los paseos al aire libre a cualquier hora de! día y de la noche vuelven a gicos. Los condominios también son representados frecuentemente como
ser un placer plenamente posible y absolutamente seguro en e! Portal do
islas instaladas en medio de alrededores nobles.
Morumbi. Vigilancia las 24 horas del día. Seguridad perfecta en la creciente
inseguridad de la ciudad (O Estado de Siio Paulo, 4 de septiembre de 1975).
¿Quién dice que el departamento no combina con la naturaleza? Aquí
está la prueba de lo contrario. [oo.] Un departamento perfecto, donde usted y
El anuncio sugiere un mundo claramente distinguible de la ciudad al-
su familia van a sentirse en total armonía con la naturaleza. 2 dormitorios,
rededor: una vida de placer seguro, un eterno domingo. Para garantizar sala con 2 ambientes, cocina y área de servicio espaciosa. Finísimas termina-
esa inversión, guardias en estado de alerta 24 horas al día. Por lo menos ciones, condominio cercado por muros y rejas de hierro, garita con porteros
diez años antes de que el crimen violento aumentara y se convirtiera en 24 horas al día, intercomunicador, garaje. Tranquilidad permanente: e! ver-
una de las principales preocupaciones de los residentes de Sao Paulo, la de a su alrededor será permanente, una vista externa para descansar los ojos
inseguridad de la ciudad ya se estaba construyendo en las imágenes de las y e! espíritu (O Estado de Siio Paulo, 12 de octubre de 1986).
inmobiliarias para justificar un nuevo tipo de emprendimiento urbano y
Despierte al hombre libre que existe en usted. Múdese a la Chácara Flo-
de inversión. Esa práctica persiste hasta el presente. ra. Aquí va a poder ser gente toda la semana y no sólo los sábados y domin-
gos. Aquí usted va a vivir rodeado de verde, respirando aire puro. [oo.] Aquí us-
Granja Julieta. Vaya allá y viva feliz. ted va a cambiar de vida sin salir de Sao Paulo. [oo.] Seguridad total con cercas
3 dormitorios, 2 baños, 1.000 m2 de jardines, piscinas, playground, sa- y garita con intercomunicador (O Estado de Siio Paulo, 22 de enero de 1989).
lón de fiestas, todos con garaje.
Una plaza es una plaza: usted no tiene vecinos por encima suyo, lejos El derecho a no ser perturbado. Estamos ofreciendo a usted un concepto
de la polución ambiental y visual. Sol por entero, aire puro y mucho silen- habitacional completamente nuevo y revolucionario. Casas de dos dormito-
cio. Todo el complejo está rodeado por altas cercas protectoras. El portón de rios. Toda la seguridad para usted y la tranquilidad para sus hijos. Las residen-
los garajes posee garantía de control. Playground: da libertad segura a los cias forman un complejo totalmente protegido por muros. El acceso es permi-
niños y paz a los adultos. Estatus, confort. Todas las ventajas de un comple- tido exclusivamente a los residentes. La portería controla todo. Pero usted
jo residencial cerrado, con encantos de un club sofisticado (O Estado de Siio nunca estará aislado. 5.000 metros cuadrados de jardines y áreas de recrea-
Paulo, 11 de enero de 1976). ción, con dos piscinas. [oo.] Vila das Merd~s (O Estado de Siio Paulo, 6 de ene-
ro de 1980).
Apelando a la ecología, salud, orden, recreación y, claro, seguridad,
los anuncios presentan los condominios cerrados como lo opuest? al Sólo con «seguridad total» el nuevo concepto de vivienda está com-
caos, polución y peligros de la ciudad. Estas imágenes son compartl?as pleto. Seguridad significa cercos y muros, guardias privados 24 horas al
por los que deciden dejar el centro para habitar los nuevos .compleJos, día y una serie interminable de instalaciones y tecnologías -garitas con
aun cuando estén situados en áreas con infraestructura precarIa y que re- baño y teléfono, puertas dobles en el garaje, monitoreo por circuito cerra-
quieran largas horas en el tránsito. do de vídeo, etcétera. Seguridad y control son las condiciones para man-
tener a los otros afuera, para asegurar no solo exclusión sino también
7.1. «felicidad», «armonía», e incluso «libertad». Relacionar la seguridad ex-
-Me fui de la Avenida Paulista a causa del ruido. [oo.] Los fines de sema- clusivamente con el crimen es ignorar todos sus otros significados. Los
na estaba e! movimiento de aquellos restaurantes, de todo aquello. Entonces nuevos sistemas de seguridad no solo ofrecen protección contra el cri-
se fue haciendo imposible vivir [oo.] Y la circulación de gente durante todo el men, sino también crean espacios segregados en los cuales la exclusión es
día enfrente de donde yo vivía, era como si fuera e! centro de la ciudad: eran !
cuidadosa y rigurosamente practicada. Ellos aseguran «el derecho a no
office-boys, aquel movimiento permanente, permanente. l ser perturbado», probablemente una alusión a la vida en la ciudad y a los
Ama de casa, 52 años, vive en Morumbi con su marido, ejecutivo de
una multinacional, y dos hijos. encuentros en las calles con personas de otros grupos sociales, mendigos
y sin techo.
Además de ser distantes, segregados y seguros, se supone que los lada,14 servicio doméstico, cocineras, personal de limpieza, choferes, lava
condominios cerrados sean universos autocontenidos. Los residentes de- autos, transporte y empleados para hacer las compras de supermercado.
ben tener a su disposición casi todo lo que necesitan para que puedan evi- Si la lista no corresponde a sus sueños, no hay de qué preocuparse, ya que
tar la vida pública de la ciudad. Para ello, los equipamientos de uso colec- «todo lo que usted quiera» también entra en la lista de los servicios.
tivo transforman a muchos condominios en sofisticados clubes. No es solo en los. grandes condominios que imperan los servicios.
Uno de los tipos de vivienda que Se está haciendo cada vez más popular
Verteville4 -en Alphaville- solucionesreales para problemas actuales entre la clase media, es el «flat». En general, son departamentos pequeños
[...] Vistaa dos lagosy bosques.¡Respirehondo! Densidadde población (con uno o a lo máximo dos do;mitorios) en edificios que ofrecen todos
muy reducida. Convivenciasin inconveniencia:centro de convivenciacom- los servicios de un hotel. En razón de su popularidad, el precio por metro
pleto y súper sofisticado.Valela pena conocerlo: 4 piscinas(la grande, la cli- cuadrado de los departamentos de un dormitorio ha sido más alto que en
matizada, la infantil y la de shock térmico e hidromasaje).Bar acuático. [oo.]
departamentos de cuatro dormitorios (Embraesp, 1994: 4).
Saunas. Salón de ballet, esgrima y gimnasia. Sala de bronceado y masajes.
Vestuariocompleto.Mini drugstore con libros, revistas,tabaquería, etcétera La expansión de los servicios domésticos no es algo exclusivo del
[...] programas diarios de actividadesorientadas a niños, deportes, bibliote- Brasil. Como muestra Sassen (1991: caps. 1 y 8), en las llamadas ciuda-
ca, huerta, crianza de pequeños animales,etcétera.Una administracióninde- des globales, la expansión de los segmentos de alta renta exige un aumen-
pendiente:totalmentediferentede lo convencional,creando nuevosservicios, to de empleos de baja remuneración: yuppies y trabajadores pobres mi-
sorprendentesy fundamentalescomo: asistenciaespeciala los niños [oo.], ser- grantes, dependen unos de los otros. Cualquier análisis del lado afluente
vicioopcional de mucamas, servicioopcional de abastecimientos:usted ten- de Los Ángeles revela la presencia de un increíble número de inmigrantes
drá quién haga sus compras de supermercado. Serviciode lavado de au- que trabajan como empleadas domésticas, niñeras y jardineros para man-
tomóvil. Transporte hacia los demás barrios de Siío Paulo. Seguridad tener el lujoso estilo de vida de las casas protegidas por se!vicios de segu-
absoluta, inclusiveelectrónica.3 suitesmás escritorio y 3 garajes. 420 m2 de ridad armada (véase, por ejemplo, Rieff, 1991). En Sao Paulo, sin embar-
área total (O Estado de Siio Pauta, 4 de octubre de 1987). go, los servicios domésticos en condominios cerrados son la versión
actual de un antiguo patrón. Los servicios son una obsesión entre las cla-
A pesar de la mercadotecnia insistente de las numerosas instalacio- ses media y alta brasileñas. Una de las razones más comunes que las per-
nes para uso común, en todos los edificios y condominios en que realicé sonas dan para justificar la mudanza hacia un edificio de departamentos,
investigaciones su uso es muy bajo, con excepción de los playgrounds. Tal es la imposibilidad de encontrar «buenos servicios»; o sea, básicamente la
vez eso refleja de qué manera los residentes se sienten poco cómodos con imposibilidad de tener empleadas que duerman en el empleo y se hagan
la idea de compartir un espacio residencial, algo que los anuncios inten- cargo de la casa y de los niños. Elaborando ese tema, el anuncio de un
tan rebatir sugiriendo que la sociabilidad sería posible «sin inconvenien- departamento en Ibirapuera usó como ilustración la foto de una mujer
cia» y que la densidad de la población es baja. El poco uso de las áreas negra gorda y sonriente -el estereotipo de la buena empleada, con su alu-
comunes podría también indicar que la presencia de todas esas instalacio- sión a la imagen de una esclava- usando uniforme y sosteniendo un plu-
nes -algunas de ellas bastante lujosas- es más una marca de estatus que . mero. El anuncio decía:
una condición necesaria para una vida cotidiana más gratificante. En
otras palabras, esas instalaciones parecen tener que ver más con la osten- Un departamento donde no faltan los buenos servicios para que su
tación que con un nuevo patrón de sociabilidad entre vecinos o con nue- familia viva tranquila. El primer departamento que ya viene con servicios
vos conceptos de vida privada. Sólo los niños parecen desarrollar su so- (O Estado de Siio Pauta, 12 de octubre de 1986).
ciabilidad en los condominios, pero incluso eso parece no sobrevivir
después que ellos desarrollan otras relaciones en sus escuelas privadas o Al mismo tiempo en que los servicios ofrecidos por los condominios
en los clubes que las familias no dejan de frecuentar. enfatizan la tradición brasileña de tener empleados domésticos, introdu-
Además de los equipamientos de uso colectivo, los condominios ce- cen importantes cambios. Un arreglo en el cual «administraciones dife-
rrados de Sao Paulo ofrecen un amplio abanico de servicios: psicólogos y )
profesores de gimnasia para cuidar de la recreación de los niños, clases de 14. Las familias brasileñas de clase media que ya no pueden sostener una cocinera que
todo tipo para todas las edades, deportes organizados, bibliotecas, jardi- viva en la casa, han desarrollado otra solución: contratan a una cocinera que en un día prepara
nería, cuidado de mascotas, médicos, centros de mensajes, comida conge- y congela alimentos para varios días.
rentes e independientes» ofrecen varios tipos de servicios es muy distinto virtiendo en una fuente de gran ansiedad en algunas circunstancias. Por
de las antiguas relaciones personalizadas del trabajo doméstico. Las ta- ejemplo, los residentes tienen dificultad para despedir guardias con quie-
reas en el nuevo contexto son ofrecidas como múltiples servicios tempo- nes tienen solo acuerdos verbales, pero que aprendieron mucho sobre sus
rarios, en lugar de la antigua relación más permanente e individualizada hábitos y podrían usar ese conocimiento contra ellos o trabajar con cri-
con personas que vivían en la casa (por ejemplo, una persona que prepa- minales para chantajear a sus antiguos patrones.
ra comida congelada una vez por mes en vez de una cocinera, o una mu- Los nuevos tipos de servicios no hicieron desaparecer a las tradicio-
cama que trabaja una vez por semana en vez de una que vive en la casa). nales empleadas domésticas o los contratos de trabajo negociados perso-
Muchas veces, los nuevos servicios son gerenciados por la administración nalmente y verbalmente, pero el encuadre de esas relaciones cambió. En
del condominio y ya no a través de la relación personal entred.emplea- muchas residencias de clase media, el espacio para las empl~adas dismi-
do y la familia (normalmente la dueña de casa). Esos cambios hacen el nuyó, y muchas familias ya no pueden pagar por ellas (sin hablar de dos
abastecimiento de servicios formal e impersonal, pero sin afectar necesa- o tres empleadas, algo que era común entre la clase media de una genera-
riamente la naturaleza de las tareas que las clases media y alta pagan a ción atrás). Por otro lado, el servicio doméstico ahora está reglamentado
otros para desempeñar.1S por ley. La Constitución de 1988 extiende a los empleados domésticos los
Además de esos cambios en los servicios más tradicionales, se crea- beneficios de la ley laboral (vacaciones remuneradas, un día de descanso
ron otros nuevos, siendo el más obvio de ellos la seguridad privada (véa- remunerado por semana, décimo tercer salario, previsión social, jornada
se capítulo 5).16 En los condominios ese servicio combina nuevos y anti- de ocho horas y pago de horas extras). Como sería de esperar, la resisten-
guos patrones. Aunque en los últimos años la industria de la seguridad cia a esa ley fue intensa y uno de los caminos para pasar por encima de
privada haya crecido considerablemente, en la mayoría de los condomi- e.l!aes contratar múltiples servicios temporarios en vez de una empleada
nios a que tuve acceso, esos servicios asumen la forma de «seguridad or- fiJa. En general, las empleadas bajo acuerdos permanentes están negán-
gánica», es decÍI; guardias contratados directamente por el condominio, dose a trabajar sin un contrato y están aprendiendo a usar la justicia del
con frecuencia bajo la rúbrica de otros servicios (como limpieza, por trabajo, que es probablemente la única rama del sistema judicial del Bra-
ejemplo) o sin un contrato legal de trabajo. Muchos de los guardias de sil que puede beneficiar a los trabajadores. Sin embargo, el cumplimiento
condominios no tienen entrenamiento formal para el trabajo y están tra- de la limitación de horas de trabajo continúa siendo ampliamente vulne-
bajando en condiciones ilegales (muchos son policías que desempeñan rado, en especial en el caso de las empleadas que duermen en el empleo,
servicios particulares en sus horas de descanso y usan armas de la poli- y los ~ontratos no se extienden a los trabajadores irregulares (jornaleros,
cía). Aun así, la existencia de un mercado oficial de servicios de seguridad por ejemplo). Los empleados domésticos contratados por la administra-
-regulado por una ley federal, con cursos de entrenamiento y obligacio- ción del condominio suelen tener contratos formales y de acuerdo con la
nes laborales- encuadra la relación de trabajo en términos muy diferentes legislación.
de los del mercado tradicional de servicios domésticos, totalmente asen- La ubicación espacial de los empleados y servicios en los edificios
tado en acuerdos personales, e introduce nuevos problemas y preocupa- siempre fue un problema para la clase media. Las soluciones varían, pero
ciones. El carácter dudoso de los acuerdos laborales también se está con- una de las más emblemáticas se refiere a las áreas de circulación en edifi-
cios de departamentos. A pesar de los muchos cambios recientes, la tradi-
ción de separar las entradas y los elevadores en «social» y «de servicio»
parece intocada: se espera que las personas de diferentes clases sociales
15. Este cambio ya se refleja en los nuevos datos sobre la fuerza de trabajo. De 1980 a
no se mezclen o interactúen en las áreas públicas de los edificios, aunque
1991, el sector de servicios domésticos de la fuerza de trabajo urbana disminuyó -0,3% por año
en la ciudad de 5áo Paulo, mientras que todos los otros subsectores del terciario, aumentaron. esa separación sea ahora ilegaJ.l7 La clase media puede renunciar a sus
Los servicios personales y los servicios de reparación y manutención aumentaron un 3,3% y un
4,2 % al año. Eso puede indicar un cambio en la manera por la cual los servicios son ejecutados,
en vez de una disminución del uso de servicios doméstico. Por ejemplo, los servicios de limpieza
realizados por empleados de una empresa no son clasificados como servicio doméstico, aun .! 17. En 1995 la ciudad de 5áo Paulo aprobó una ley prohibiendo cualquier tipo de discri-
cuando se realicen en una casa, sino como servicios de manutención y reparación (Leme y ) minación en el uso de e1evadores.Aunque todos los elevadores exhiban una copia de la ley,en el
Meyer, 1997: 66). uso cotidiano la división entre lo social y lo de servicio continúa siendo observada: Véase Hols-
16. De 1980 a 1991 los servicios de seguridad particular aumentaron un 4,9% al año en ton (1989: 174-181) para un análisis del sistema de separación espacial en los departamentos
la ciudad de 5áo Paulo (Leme y Meyer, 1997: 66). modemistas proyectados por Oscar Niemeyer en Brasilia.
casas, puede abandonar las áreas centrales de la ciudad, puede mudarse El estilo avant-garde en una inversión top class. Ritz Flat. Proyecto Top
Class [...]. Departamentos top class [...]. Plata top class [...]. Vida social y
hacia espacios menores a los que estaba acostumbrada y puede tener me-
p,lacer to~ class [...]. Ubicación top class [...]. Equipamientos top class: mú-
nos empleados domésticos, pero no abdica de la separación espacial en-
sl~a ~mblental, antena ~olectiva de TV y FM, control de garaje, portones elec-
tre sus familias y las personas que les prestan servicios. Algunas veces la
tro~lcos, central de VIdeocasete, entrada de servicio aislada de la parte
distinción parece ridícula, porque los dos elevadores o puertas están co- soc~~l,con control específico. Administración y servicios top class [...]. Ren-
locados lado a lado. A medida que el espacio disminuye y las soluciones tabIlidad top class (O Estado de Silo Paulo, 11 de enero de 1987).
,lado-a-lado se difunden, los departamentos que tienen áreas de circula-
ción totalmente independientes, capitallzan ese acto al anunciar: «hall so- . En este ejemplo, los empleados son fundamentales para el emprendi-
cial independiente del hall de servicio» (por ejemplo, O Estado de Sao miento «top class», ya que se trata de un «flat». El método básico de los
Paulo, 24 de enero de 1988). La idea es antigua: la separación física co- «controles específicos» consiste en dar poderes a algunos trabajadores
mo una forma de prestigio de clase. para controlar a otros. En varios condominios, incluyendo por lo menos
Las áreas de servicio también cambiaron recientemente. Los espacios dos donde hice trabajo de campo, tanto los empleados del condominio
para cuarto y baño de la empleada, lavandería y despensa han disminui- como las empleadas y mucamas de departamentos individuales (incluso
do considerablemente en razón de los altos costos (son áreas normalmen- las que vivían allí) tenían que mostrar su carnet de identificación para en-
te de ladrillos y con mucha cañería), y están comenzando a aparecer en
trar y salir del condominio. Muchas veces, ellas y sus pertenencias perso-
algunos de los desarrollos más recientes, soluciones como la lavandería
nal~s son revisados diariamente al dejar el trabajo. Esos arreglos en gene-
colectiva en la planta baja y vestuario colectivo para empleadas que no
ral mvolucran a hombres que controlan mujeres.
viven con la familia. (El baño separado de la empleada en cada departa-
Las clases media y alta están creando su sueño de independencia y li-
mento, sin embargo, continúa apareciendo incluso en las plantas más pe-
bertad -tanto de la ciudad y su mezcla de clases como de las tareas do-
queñas.) En edificios para la clase alta, la existencia de dos o tres cuartos
mésticas diarias- con base en la dependencia de servicios realizados por
de empleada se anuncia como parte de las lujosas instalaciones del depar-
personas de la clase trabajadora. Ellos entregan armas para que guardias
tamento. Lo notable es que, mientras situaciones semejantes a esas en
mal pagados controlen sus propios movimientos de entrada y salida de
otros países dieron como resultado la reducción de los empleados domés-
los condominios. Piden a sus office-boys mal pagados que les resuelvan
ticos, el desarrollo de máquinas para servicios domésticos y la mayor par-
todos los problemas burocráticos, desde pagar sus cuentas y esperar en
ticipación de todos los miembros de la familia en las tareas domésticas,
todo tipo de filas, hasta transportar cantidades increíbles de dinero. Tam-
en Sao Paulo se inventan soluciones ingeniosas que permiten mantener
bién piden a sus empleadas mal pagadas -que no es raro que vivan en las
prácticamente inalterado el concepto tradicional de servicio doméstico
favelas del otro lado del muro del condominio- que laven y planchen sus
-sin hablar de la división de género de las tareas domésticas-.IB
A medida que el número de trabajadores por condominio aumenta, ropas, arreglen sus camas, compren y preparen su comida y frecuente-
que los trabajos domésticos cambian de carácter, que los «servicios crea- mente cuiden a sus hijos el día entero. Los miembros de las clases altas
tivos» proliferan para las clases media y alta, que no pueden pasar sin temen el contacto con los pobres y la contaminación, pero continúan de-
ellos, los mecanismos de control se diversifican. Cuando las «administra- pendiendo de sus empleados pobres. Ellos solo pueden estar angustiados
ciones creativas» de los nuevos enclaves se hacen cargo del gerenciamien- por encontrar la manera apropiada de controlar a esas personas con las
to del trabajo, estas pueden imponer formas más estrictas de control que, cuales mantienen tales relaciones ambiguas de dependencia y elusión in-
si son adoptadas en una interacción más personal entre empleados do- timidad y desconfianza. '
mésticos y las familias que los contratan, podrían crear relaciones diarias De hecho, el significado del control va más allá del gerenciamiento
imposibles. Ese control más «profesional» puede ser anunciado como un de empleados. Ya que la seguridad total es esencial para este tipo de resi-
nuevo servicio: dencia, el control es ejercido continuamente no solo sobre los empleados,
sino sobre todos los visitantes, incluso la propia familia del residente. Si
los propietarios pueden resistir ese controlo ignorado, los visitantes y es-
peCialmente las personas de la clase baja no tienen alternativa de sujetar-
18. Para una discusión reveladora de cómo la profesionalización de las mujeres de clase
se a él. Una vez establecido, ese control es en verdad control de clase, que
media y alta ha tenido poca repercusión en la organización de la vida doméstica, véase Ardaillon
(1997), ayuda a mantener el condominio como un mundo homogéneo y aislado.
El control completa el «nuevo concepto de vivienda», esto es, la imagen sión de 30 minutos, vendiendo esos tres emprendimientos como si fueran
de un mundo exclusivo, aislado, disciplinado, fortificado, homogéneo y un pedazo del Primer Mundo caído en la región metropolitana de Sao
autosuficiente, que parece sintetizar la noción de un estilo de vida alter- Paulo.
nativo que personifica lo que la elite paulista de la década de 1990 llama Como mllestra el capítulo 6, la región del oeste en la cual se ubican
libertad. estos emprendimientos, es la parte de la región metropolitana más afecta-
Esos universos totales y autónomos parecen capaces de realizar las da por las transformaciones socioeconómicas y demográficas en las últi-
más extrañas fantasías. Una de ellas es el deseo de traer el pasado de vuel- mas dos décadas. Desde la década de 1970, constructores inmobiliarios
ta, al estilo retro posmoderno. Por ejemplo, el condominio cerrado hori- han invertido fuertemente en el área, beneficiándose del bajo precio de
zontal Aldeia da Serra fue totalmente concebido como una recreación del los terrenos y de las ventajas ofrecidas por las administraciones locales,
pasado. Fue construido por los mismos constructores que hicieron atrayendo a residentes ricos e importantes actividades terciarias para sus
Alphaville: ¡parece que ellos pueden jugar igualmente bien con la cons- desarrollo. La campaña de 1993 se basaba en muchas imágenes de con-
trucción de ficciones del pasado y del futuro! Lanzado en 1980, Aldeia da dominios cerrados ya bien difundidas, pero les dio un toque de novedad
Serra es un parque residencial temático para personas que sienten nostal- al bautizados edge cities -un nombre que no logró captar la atención de
gias «de aquel tiempo antiguo». Intenta imitar una aldea colonial al colo- los paulistas, que continúan refiriéndose a esa área por el nombre del de-
car en su plaza central un quiosco y una capilla original adornada con sarrollo más antiguo, Alphaville-.20
pintuns y esculturas barrocas compradas en anticuarios o copiadas de El programa publicitario para la televisión transmitido en Sao Paulo
las iglesias de Ouro Preto. También hay piezas de equipamiento de anti- por la Red Manchete el sábado 16 de octubre de 1993, explícitamente
guas haciendas distribuidas por todos los distritos residenciales -las «vi- ilustra las conexiones con el modelos de los Estados Unidos, así como al·
viendas»-, los mismos distritos que están protegidos por cercas, guardias gunas peculiaridades locales. El programa combinó escenas de las edge
armados y sistemas de seguridad. El simulacro de un pueblito del pasado cities de los Estados Unidos (Reston, Virginia, y Columb1a, Maryland)21
protegido por guardias armados constituye, de hecho, una realización y de los tres emprendimientos que se anunciaban en Sao Paulo. Garreau
posmoderna. -que hablaba en inglés con subtítulos en portugués- describió las edge
Aldeia da Serra, junto con Alphaville y Tamboré, está entre los ejem- cities como la forma predominante del crecimiento urbano actual y usó
plos más agresivos de inversión inmobiliaria que combina condominios Los Ángeles y sus múltiples centros como ejemplo. Había interesantes di-
cerrados, shopping centers y complejos de oficinas de acuerdo con el mo· ferencias en la forma en que el programa presentó las edge cities brasile-
delo de los nuevos suburbios americanos.19 En octubre de 1993, una am- ñas en comparación con las norteamericanas. Residentes de enclaves en
plia campaña de publicidad en Sao Paulo elaboró las semejanzas de esa ambos países fueron entrevistados frente a piscinas, lagos y áreas verdes,
área con los enclaves de los Estados Unidos. Fue una campaña para ven- enfatizando tanto el carácter lujoso como antiurbano de los desarrollos.
der la idea de una edge city (expresión usada en inglés) como una forma Sin embargo, si las edge cities norteamericanas tienen muros externos,
de aumentar la repercusión y el precio de esos enclaves. Uno de los prin- controles de entrada y personal de seguridad, no se mostraron. En el ca-
cipales personajes de la campaña fue Joel Garreau, un periodista nor- so paulista, sin embargo, son cruciales y fueron enfatizados. A una cierta
teamericano y autor del libro Edge City - Life on the New Frontier. Su altura, el programa muestra una escena filmada desde un helicóptero: el
fotografía apareció en anuncios de página entera en revistas y periódicos, personal de seguridad privada del condominio brasileño intercepta un
vino a Sao Paulo a hablar para un grupo selecto de corredores de inmue- «vehículo sospechoso» -una Kombi- fuera de los muros; revisan física-
bles y fue uno de los principales participantes en un programa de televi- mente a los ocupantes, que son forzados a colocar los brazos hacia arri-

19. Uso la expresión .suburbios antiguos» para referirme a los que eran básicamente resi- 20. Tal vez una de las razones por las cuales el rótulo no pegó sea el hecho de que la tra-
dencias y de los cuales los moradores se trasladaban hada los empleos en el centro de la ciudad. ducción en porrugués usada en los anuncios cidade de contorno (ciudad de contorno) no tiene
Uso «suburbios nuevos» para referirme ajos que combinan residencias con oficinas y centros co- mucho sentido.
merciales. Hay muchos rórulos para esos nuevos tipos de suburbio en la literarura norteameri- 21. Ambas son .ciudades nuevas- (new towns), construidas y financiadas privadamente y
cana, como edge cities, outer cities, o exópolis. En el Brasil, el fenómeno todavía no tiene un entre las más grandes de ese tipo de emprendimiento (McKenzie, 1994: 100). En la década de
nombres, a pesar de los esfuerzos de algunos constructores inmobiliarios. Para una crítica de la 1990, con todo, ambas fueron ásimiladas al conurbano del Gran Washington. No pueden con-
noción de edge city, véase Beauregard, 1995. siderarse ejemplos típicos de las edge cities de esa década.
ba contra el automóvil. Aunque sea ilegal para un servicio de seguridad
privada realizar en una calle pública ese tipo de acción, eso, junto con es-
cenas de visitantes presentando documentos de identificación en los por-
tones de entrada, asegura a los residentes ricos (y espectadores) que las
personas «sospechosas» (pobres) serán mantenidas a distancia y bajo
control. Otra escena reveladora es una entrevista en inglés con un resi-
dente de una edge city norteamericana. Él cita como una de las principa-
les razones para mudarse allí el hecho de que quería vivir en una comuni-
dad racialmente integrada. Esa observación es suprimida de los subtítulos
en portugués y sustituida por la formulación de que su comunidad tenía
«muchas personas interesantes». En Sáo Paulo, la idea de una comunidad
racialmente integrada pondría en riesgo todo el negocio.
Importar modelos del Primer Mundo y usarlos para vender todo tipo
de mercaderías es obviamente una práctica común en países del Tercer
Mundo. El paralelo entre los ejemplos brasileños y norteamericanos su-
giere que, aunque el grado de segregación varíe, todavía usa dispositivos
semejantes en ambos casos. Colocados lado a lado con los casos nor-
teamericanos, los métodos brasileños de segregación (muros altos, guar-
dias armados por todos lados, control ostensivo de los pobres) parecen
obvios y exagerados. Con todo, revelan de modo caricaturesco algunas
características del modelo norteamericano original. La cuestión de la se-
gregación racial también ofrece un contraste interesante. Apuntar a la in-
tegración racial como algo positivo en un CID estadounidense es algo anó-
malo, dada la larga historia de contratos restrictivos y segregación racial
en esa forma de vivienda en los Estados Unidos (d. McKenzie, 1994: es-
pecialmente cap. 2). En el Brasil, eso sería impensable dada la etiqueta
tradicional de las relaciones raciales que hace que la cuestión nunca sea
mencionada. Como en la vida cotidiana, el anuncio simplemente silencia
la referencia a la raza; y como si eso no fuera un problema, los negros
continúan siendo asediados y enviados hacia la entrada de servicio.

El ideal del condominio cerrado es la creación de un orden privado en


el cual los residentes puedan evitar muchos de los problemas de la ciudad y
disfrutar de un estilo de vida alternativo con personas del mismo grupo so-
cial. El anuncio de un emprendimiento de lujo en Morumbi convierte a esa
concepción en inconfundiblemente clara. Llamado Place de Vosges, es una
réplica de la famosa plaza parisiense. Sus departamentos más grandes tie-
nen cuatro dormitorios y 268 m2 (además de cuatro garajes y áreas exter-
nas para un área total de 539 m2 por unidad (y costaban 476.000 dólares. Figura 1: Anuncio del condominio cerrado Place des Vosges, publicado
En 1993, cuando la construcción comenzó, fue anunciada con la frase: en O Estado de Siío Paulo, 15-3-1996, pág. A16.
«Condominio Place des Vosges. Otro igual a este solo en París» (O Estado sociabilidad local y con actividades colectivas, y aunque el nivel de parti-
de Sáo Paulo, 17 de octubre de 1993). Los anuncios del emprendimiento se cipación en asociaciones de residentes sea bajo, la referencia a la comuni-
concentraron en las similitudes entre los dos hasta 1996, cuando comenza- dad es tanto un recurso retórico para vender condominios cerrados como
ron a destacar las diferencias (véase figura 1). La nueva propaganda mos- un criterio ideológico para avalar la vida dentro de los muros.22 A conti-
traba una fotografía de la plaza parisiense y un diseño del enclave de Mo- nuación critico la vida común dentro de los muros, pero no porque deje
rumbi y anunciaba: «Place del Vosges. La única diferencia es que la de París de crear un s~ntido de comunidad. Critico los condominios por no crear
es pública. y la suya es privada» (O Estado de Sao Paulo, 15 de marzo de una vida pública regulada por principios democráticos, responsabilidad
1996). pública y civilidad.
Aunque los nuevos enclaves valoricen el universo privado y rechacen Una segunda diferencia importante entre los condominios brasileños
la ciudad y sus espacios públicos, organizar la vida en común dentro de y los norteamericanos y que también revela los problemas para construir
los muros de esas áreas residenciales colectivas aparece como bastante una vida pública y democrática en los enclaves de Sao Paulo, se refiere a
complicado. Muchas personas que entrevisté en los condominios con- las reglas internas y a las formas en que ellas son aplicadas. Todos los
cuerdan con que resolvieron la mayoría de los problemas asociados al condominios paulistas tienen convenciones, algunas elaboradas por las
mundo externo, pero están enfrentando continuamente conflictos inter- constructoras, algunas por los residentes. Estas son un tema frecuente de
nos. Sienten que los condominios, de hecho, son seguros, si con eso se debate en reuniones de condominio y constantemente están siendo rees-
quiere decir que son capaces de evitar el crimen y controlar interferencias critas. Hacer cumplir las reglas escritas en esas convenciones es un gran
externas. Sin embargo, la vida entre iguales parece estar distante del problema. Todas las disputas tienden a ser tratadas como un asunto pri-
ideal de armonía que algunos anuncios quieren construir. vado entre los residentes. Solo en casos extremos la disputa llega hasta el
Igualdad social y una comunidad de intereses no constituyen auto- sistema judicial (normalmente en casos de falta de pago de las tasas de
máticamente las bases para una vida pública. Concordar respecto de re- condominio o cuando es preciso forzar a un residente a reparar daños en
gias comunes parece ser uno de los más difíciles aspectos de la vida coti- su unidad que afecten a otros residentes), al contrario de los Estados Uni-
diana en las residencias colectivas. Además, aun si se concuerda con las dos, donde el reclamo al sistema judicial es amplio. En otras palabras,
reglas,hacerlas cumplir puede ser difícil, especialmente en el caso de ni- aunque tanto en el Brasil como en los Estados Unidos (McKenzie, 1994:
ños y adolescentes. El problema central de los condominios y edificios pa- 12-23) las disputas entre residentes de condominios sean muy comunes,
rece ser cómo funcionar como una sociedad con algún tipo de vida públi- en Sao Paulo estas tienden a ser tratadas de forma privada y no como
ca. Muchos residentes parecen tratar a todo el complejo como casas cuestiones de interés público o de la ley.
particulares donde pueden hacer 10 que se les ocurre. Interpretan libertad Las reuniones de condominio son las principales arenas del conflic-
como ausencia de reglas y responsabilidades en relación con los vecinos. to, aunque las discusiones entre vecinos sean también muy comunes. Mi
Nuevamente es revelador hacer algunas comparaciones con los observación de varias reuniones en diferentes condominios reveló que
enclaves norteamericanos. En los Estados Unidos, community es una de- los conflictos y agresiones eran rutinarios en el proceso de tomar la
signación común para condominios de varios tipos. En Sao Paulo, los mayoría de las decisiones. Las personas podían llegar a ser desagrada-
constructores inmobiliarios no se ven a sí mismos como community hui/- bles e irrespetuosas si era imposible imponer su voluntad. Aunque se es-
ders, y los anuncios no presentan a los condominios cerrados como un pere que todas las decisiones de condominio sean votadas, las discusio-
nuevo tipo de vida comunitaria, sino solo como un lugar de residencia
para grupos sociales homogéneos. En otras palabras, los anuncios no en-
fatizan una comunidad de valores e intereses compartidos, no intentan
22. El libro de Blakely y Snyder (1997) avala la vida dentro de las gated communities en re-
crear ninguna sensación de pertenencia a una comunidad y no apelan a la lación con un ideal de comunidad definido por dos criterios: las sensaciones de pertenencia y par-
importancia de un espacio que pueda facilitar interacciones cara a cara. ticipación pública (capítulos 2 y 6). Compartiendo con residentes de los suburbios un sentimien-
Para los emprendedores inmobiliarios brasileños y sus clientes, las venta- to antiurbano y refiriéndose a una vida comunitaria idealizada de -décadas pasadas -barrios
jas de la homogeneidad social no implican el deseo de una sociabilidad i donde las personas se conocían y cuidaban una de las otras» (1997: 166), estos autores critican
las comunidades cerradas no por la segregación que ellas pueden imponer, sino básicamente por-
local. Aunque el estudio de Blakely y Snyder (1997: especialmente el cap.
que fallan en producir buenas comunidades. Su consejo para la sustitución de portones tiene co-
6) sobre comunidades cerradas (gated communities) en los Estados uni- mo objetivo principalmente la creación de «comunidades mejores» e incluye recetas de «neotra-
dos revele que los residentes tienen poco interés en involucrarse en una dicionalismo» y -espacio defensivo» (cap. 8).
nes pueden durar horas antes de que se decida votar, pues las personas to de sus hijos menores, pero los casos de cumplimiento de la ley son ra-
prefieren intentar convencer unas a las otras y hacer prevalecer sus opi- ros, incluso en casos de accidentes y muertes.23
niones. Dentro de los condominios, la falta de respeto a la leyes casi una re-
La incomodidad con procedimientos democráticos como el voto o el gla. Las personas se sienten más libres para desobedecer la ley porque es-
respeto por las opiniones contrarias no ocurre sólo en los sectores altos. tán en espacios privados de los cuales la policía es mantenida lejos, y por-
Estudios sobre movimientos sociales de la clase trabajadora observaron que las calles de los complejos se consideran como extensiones de sus
incomodidades similares (por ejemplo, Caldeira, 1987 y 1988aj. En ese jardines. En verdad, cuando las personas tienen nociones frágiles sobre el
contexto, estos se expresaban en una preferencia ideológica por el con- interés público, responsabilidad pública y respeto por los derechos de
senso (cuyo origen puede ser relacionado a las organizaciones marxistas) otras personas, es improbable que lleguen a adquirir esas nociones dentro
y en una valorización de la noción de comunidad que no es muy común de los condominios. Por el contrario, la vida dentro de los universos pri-
en la vida política brasileña. Varios movimientos, especialmente los orga- vados solo contribuye a debilitar todavía más sus nociones de responsa-
nizados por la Iglesia Católica bajo la forma de las Comunidades Eclesia- bilidad pública. Si el tránsito en general está marcado por una falta de
les de Base (CEB),. se organizaban con base en la idea de que representan respeto a los reglamentos, la situación dentro de los condominios alcan-
una comunidad local de personas supuestamente iguales; cuando las dife- za niveles absurdos. El caso de Alphaville, sobre el cual obtuve estadísti-
rencias emergían, debían ser niveladas de modo de mantener la fuerza de cas, ejemplifica esto de forma clara. Entre marzo de 1989 y enero de
la comunidad política (Durham, 1984). Una de las principales cuestiones 1991, la policía registró 646 accidentes de automóvil, 925 heridos y 6
que revelan las dificultades para crear y respetar reglas comunes es el muertos en Alphaville. El 80% de los accidentes ocurrió dentro de las
comportamiento de los adolescentes, especialmente los muchachos. El re- áreas residenciales, o sea, dentro de los muros y en las calles privadas, a
sidente encargado de la seguridad en uno de los condominios (un ejecuti- las cuales solo los residentes y sus visitantes tienen acceso. La mayoría de
vo de nivel intermedio casado y con dos hijos), comenzó su entrevista di- los accidentes fue causada por adolescentes y la mayorí~ de las víctimas
ciendo: eran o niños o adolescentes que jugaban en las calles (sólo una de las per-
sonas que murió tenía más de 18 años).24A pesar de que el número es ex-
7.2. tremadamente alto, ha sido imposible controlado. La dificultad está aso-
-Lo que más nos afecta es la seguridad interna, son nuestros hijos. La ciada, por un lado, a la «permisividad" de algunos padres que continúan
cuestión de la seguridadexterna ya fue resuelta hace mucho tiempo. entregando los automóviles a sus hijos y, por otro, al hecho de que los re-
sidentes prefieren mantener a la policía del lado de fuera de sus muros;
La asociación de los problemas centrales de los condominios con así, los encargados de mantener el orden interno son los empleados de los
«nuestros hijos" expresa una opinión generalizada que me fue repetida
por dos personas encargadas de organizar la seguridad, varios residentes
y un síndico. Los delitos practicados por «nuestros hijos" varían, yendo
23. Un hecho atroz fue el que ocurrió en Brasilia en agosto de 1996. Un joven que condu-
desde pequeños hurtos o actos de vandalismo contra las instalaciones co-
cía un vehículo utilitario a alta velocidad atropelló y mató a un trabajador que caminaba por la
lectivas (siendo el más común de ellos la destrucción de extintores de in- orilla del camino. El joven no se detuvo ni prestó ayuda alguna a la víctima. Al día siguiente, se
cendio) hasta el consumo de drogas. Uno de los problemas más comunes supo que el conductor era hijo de Odacir Klein, en esa época Ministro de Transporte. El propio
y probablemente con consecuencias más serias es el aumento del número ministro estaba en el automóvil al momento del accidente. Cuando eso se hizo público, el minis-
de accidentes de automóvil causados por adolescentes sin habilitación pa- tro tuvo que renunciar, pero su hijo salió prácticamente sin castigo del episodio. La jueza Maria
Leonor Leiko Agueno, conocida en Brasilia por ser blanda con crímenes cometidos por la elite,
ra conducir. El número de adolescentes de los sectores altos que conducen
decidió no responsabilizar a Fabrício Klein por no prestar socorro a la víctima argumentando
antes de los 18 años aumentó considerablemente en la década de 1990, que -como el albañil ya estaba muerto, no necesitaba ayuda- (O Globo, 21 de enero de 1997,
muchas veces con la connivencia de los padres (véanse citas 5.22 y 5.23). págs. 2-9). Además, suspendió el proceso contra Klein basada en una cláusula especial que per-
Para la elite brasileña no solo es fácil desobedecer la ley, sino que algunas mite a los jueces suspender juicios de crímenes en que la pena prevista es de menos de un año de
prácticas ilegales pueden convertirse en una especie de moda. Una de las prisión.
24. -Alphaville vive odia de Twin Peaks" em debate sobre drogas e Violencia» [Alphaville
razones por las cuales ocurre eso es que nadie es procesado si se lo en-
vive "día de Twin Peaks" en debate sobre drogas y violencia], Folha de Sáo Paulo, 10 de abril de
cuentra conduciendo sin habilitación, o incluso si está involucrado en un 1991. Los números están probablemente subestimados, ya que los residentes no tienen interés en
accidente. Según la ley, los padres son responsables por el comportamien- pedir ayuda a la policía o en relatar crímenes que ocurren dentro de sus muros.
condominios y guardias privados. Los adolescentes de las clases alt~s tra- «externo» de ese tipo llevó a Alphaville a las páginas de crimen de todos
tan a esos guardias de seguridad ~omo a ~us empl~ados y se r~husan a los periódicos en febrero de 1991. Una joven de 18 años que había creci-
obedecerles: amenazan a los guardias de ongen humilde que seran despe- do en el condominio fue secuestrada en el estacionamiento del club de
didos por sus padres si insisten en incomodarlos con sus reglamentos. Eso tenis, violada y asesinada. El cariz que tomó este suceso es notable en ca-
ocurre tanto con relación a conducir como al consumo de drogas. Aun- da detalle, revelando aspectos paradoja les no solo del mantenimiento del
que no se disponga de estadísticas, en varias entrevistas los residentes lla- orden dentro de un lugar de elite como Alphaville, sino también de la so-
maron la atención hacia el hecho de que las drogas son comunes dentro ciedad brasileña en general. Inmediatamente después de que el caso se
de los condominios. (Lo mismo vale para el caso de las escuelas privadas hiciera público, la autoría del crimen fue imputada a ex obreros de la
de elite. )25 construcción que habían trabajado en el condominio. Por tratarse del
Problemas como el de los adolescentes que desobedecen la ley son asesinato de una persona de la clase alta, la poricía actuó rápidamente,
tópicos controvertidos dentro de los condominios: V~ri~s residentes los medios de comunicación divulgaron cada aspecto de las investigacio-
consideran que hacer públicos esos problemas va a dismmUlr el val.or de . nes, además de fotografías de la niña y de su familia. Tres hombres (que
su propiedad. Además, ven a esos problemas c.~mo un .as~n~o pnvado no eran obreros de la construcción) fueron finalmente acusados del cri-
que debe ser tratado internamente: ¡una cuestlOn de disciplma, n? .de men y llevados presos. Al día siguiente, los periódicos publicaron sus fo-
ley! Los secretos se mantienen especia~men~e en el caso de condommlOs tos: era visible que habían sido golpeados y sus cejas y bigotes habían si-
como Alphaville, famoso por su segundad mterna y donde hub? un au- do afeitados. Los periódicos y revistas informaron a la población que eso
mento increíble en el valor de la propiedad a lo largo de la decada de era una señal de que ellos habían sido violados por los otros prisioneros,
1990. A veces, sin embargo, los residentes enfrentan la desaprobación de y que eso era un «tratamiento común» con las personas acusadas de vio-
los vecinos y quiebran el silencio, proporcionando informaciones a la lación. Nada se hizo para investigar cómo ocurrió el abu~o o para casti-
prensa. Un residente de Alphaville ha.bló a la Folha de Sáo Paulo en gar a las personas responsables, y ninguna medida se tomó para impedir
1990 y sus comentarios captan la esenCia de los proble.mas de u.~a comu- que ocurriera; todo fue relatado como una rutina. El periódico O Estado
nidad que se considera al margen del resto de l~ sOCiedad. DiJO que la de Sáo Paulo informó a sus lectores:
policía no entra en Alphaville porque es mantemda afuera por parte de
los residentes. Un viejo código de honor existente entre los presos fue aplicado en e! fin de
semana a dos involucrados en la muerte de la estudiante. Joanilson,
Ellosinhiben a la policía. Usan la viejafrase «¿ustedsabe con quién está ha- el Grande y Antonio Carlos, e! Cota, fueron golpeadosy violentadospor los
blando?» Todo aquí es encubierto. Hay una ley para los mortales pero no compañeros de celda en la prisión de Jandira. Entre los detenidos, e! viola-
para los residentesde Alphaville (Folha de sao Paulo, «Alphaville,e! "~on- dor es rechazado y debe ser castigado por e! crimen que cometió (O Estado
dominio-paraíso" de Sao Paulo, ahora teme los asaltos», 20 de abnl de de sao Paulo, 26 de febrero de 1991).
1990).26
El periódico Folha da Tarde informó a los lectores sobre el destino
Cuando los problemas son clasificados como internos, parece preva- del tercer sospechoso en los siguientes términos:
lecer la actitud de evitar interferencias y publicidad. Con todo, las reac-
ciones son diferentes cuando un problema de seguridad «externo» cam- Edgar,al igual que s\.!sdos compañeros, no pasó impune por la ley de la pri-
bia la vida del condominio, surgiendo una oportunidad de percibir sión: el violador se convierte en mujer de los otros presos. Al ser indagado
algunos de los problemas de los mundos enclaustrados. Un problema sobre si había sido violado, «Baianinho»respondió con un gesto afirmativo
de la cabeza. «Baianinhono fue golpeado como su compañero Joanilson de
25. El consumo de drogas es un problema permanente tanto en las escuelas privadas ~o~o Lima, «el Grande». Eso solo ocurrió porque él no reaccionó a la violación,
en las públicas. Las últimas, especialmente aquellas que quedan en barrios pobres de la pe~lfena, según un carcelero. Aun así, su rostro y su brazo estaban lleno de hemato-
son estigmatizadas como lugares de tráfico de drogas. Podría esperarse que las escu.elas pnvadas i
o••
mas. «Me golpearon sólo un poco», dijo «Baianinho». [oo.] Un «cardenal»
de los sectores altos fueran capaces de controlar la práctica, pero eso no ha ocurn do. .• • de la Policía Civil -director de departamento-, que no quiso identificarse,
26. Véase DaMatta (1979) para un análisis del uso de la frase «¿Usted sabe CO? qu~en.esta
hablando?» como un medio de imponer distancia social y el reconocimiento de la mfenondad
afirmó anteayer que los autores de la violacióny de! asesinato no quedarán
social.
vivosmás de dos días dentro de un presidiocomo la Casa de Detención. «El-
los lo agarrarán durante el baño de solo de noche», dijo (Folha da Tarde, Paulo, «Alphavillevive "día de Twin Peaks" en debate sobre drogas y vio-
27 de febrero de 1991).27 lencia», 10 de abril de 1991).

Tortura, violación, golpizas de prisioneros, sexismo, falta de respe- En otras palabras, los problemas son domésticos y deben resolverse
to por la ley y por los derechos humanos, son tratados como hechos tri- privadamente. Si el control interno (doméstico, privado) fuera reforzado,
viales por la prensa. La trivialización de esos hechos hace que parezcan las leyes de la sociedad no tendrían que intervenir. Esa noción está tan
tan «naturales» que reportado no causa ninguna reacción mayor. Pero .arraigada que, asociada a la desconfianza generalizada con relación a la
como golpiza s y violaciones no son una rutina tan frecuente para la cla- policía, hace que nadie piense que ella podría hacer cumplir el orden pú-
se alta, el evento afectó la vida cotidiana y la seguridad de Alphaville. blico dentro del condominio. La policía debería solo mantener lejos de
Parece que el asesinato de la estudiante y los acontecimientos que siguie- los muros a los traficantes de drogas, violadores y asesinos (sin importar
ron mostraron a quienes habían elegido vivir por encima de la ley que te- qué métodos use para eso). Los representantes del poder público final-
nían problemas que enfrentar. Algunos días después del asesinato, un mente fueron al condominio, llamados por las madres, pero solo para
grupo de residentes fue hasta el Secretario de Seguridad Pública del esta- aconsejar. El mismo juez, sin embargo, parece ser consciente de cuán pa-
do para solicitar su ayuda para resolver el problema del crimen interno radójica es la situación. En el mismo discurso, dice:
que había sido dejado de lado hasta el momento. Crearon el Conseg
-Consejo de Seguridad- formado por representantes de los residentes y Parece que hay otras leyes por aquí. Comencé diciendo que iba a arrestar a
de las policías civil y militar. Los residentes simultáneamente crearon la los padres de jóvenes infractores y los llamados no pararon. Uno quería am-
nistía porque también era juez, otro era primo de un juez, otro era prefecto,
Asociación de Madres de Alphaville, que comenzó a promover conferen- otro decía ser primo de un juez de la Cámara de Apelaciones, solo faltaba
cias y debates en el condominio. Todas las personas involucradas con las que dijeran que eran hermanos de Romeu Turna y de la mipistra Zélia Car-
que pude conversar, o cuyas opiniones salieron en la prensa, parecen ha- doso de Mell028(Fa/ha de Sáo Pau/o, 10 de abril de 1991).
ber decidido instalar la culpa de los problemas en la desintegración de la
familia. Desde los representantes de los constructores hasta la asociación Fue aplaudido. No obstante, el episodio sólo ejemplifica la reproduc-
de madres y la policía, todos concordaban en que el origen de los pro- ción del statu qua: la creación de reglas privadas; la manipulación priva-
blemas con los adolescentes era «la falta de amor y de atención». La da del orden público que es posible para quienes son miembros de la elite;
principal solución propuesta fue más amor y atención, familias más y el no cumplimiento de la ley -jen verdad, el juez sólo amenazó a los pa-
fuertes y más control, esto es, una solución de acuerdo con las con- dres con la idea de que pretendía cumplir la ley!-.
cepciones del sentido común sobre cómo evitar la difusión del mal (capí- Este caso revela la complejidad de las relaciones entre los dominios
tulo 2). No se pensó en discutir la cuestión en términos de un orden público y privado en la sociedad brasileña, que están marcadas por una
público o responsabilidad pública. El juez Mariano Cassavia Neto, diri- increíble desigualdad social y la tendencia a desvalorizar explícitamente
giéndose a los residentes en una reunión inmediatamente después de los la esfera pública. Eso ocurre no solo debido a la proliferación de enclaves
acontecimientos de febrero, presentó las cosas de la siguiente manera: privados, sino también porque los espacios que solían ser públicos y en
los cuales se mantenía un cierto respeto por el interés colectivo, están
No quiero transformar esto en una Gestapo, pero ustedes deben acompañar siendo privatizados. A medida que los parques públicos son cercados, las
el día a día de sus hijos. En la cabeza de los traficantes, ellos son el mercado calles son cerradas con cadenas y controladas por guardias particulares,
consumidor. Vamos a intentar proteger a nuestros hijos. Quédense más y los barrios son transformados en enclaves cerrados con la ayuda de la
tiempo con ellos. La prevención comienza dentro de casa. [...] ¿Ustedessa- administración municipal, la posibilidad de tratamientos justos en la es-
ben con quién andan? ¿Cuándo los besaron por última vez? (Folha de Sáo fera pública por lo general relativamente ausentes en ella, es cada vez me-
nor. Aunque el Brasil siempre haya sido una sociedad desigual, la privati-
27. La cobertura de ese evento revela la manera rutinaria y no cuestionada por la cual los
periodistas brasileños usan frases sexistas, como la que define a un hombre que es sodomizado a
la fuerza como «mujer. del violador; o frases que reproducen estereotipos, como la que justifica 28. Romeu Turna era en ese momento el jefe de la policía federal y Zélia Cardoso de
la violación de un violador como un comportamiento que está de acuerdo con un «código de ho- Mello, la ministra más poderosa, a cargo de la economía. La mayoría de estos ejemplos de ma-
nor •. Eso también refleja lo que Michael Taussig llama «terror as usual. (1992: capítulo 2). nipulación de las relaciones personales para eludir la ley remiten a alguien en el sistema judicial.
zación de la esfera pública que vengo describiendo es algo nuevo, y la ten- ocurrieron en otras partes del mundo -como los Estados Unidos donde
dencia a crear islas particulares de privilegios parece haberse fortalecido. 'hay una democracia consolidada- deben alertarnos sobre los lí~ites de
Los residentes de City Boac;ava -un área de casas de clase media y esa interpretación. La comparación sugiere, sin embargo, que si la cues-
alta en Alto de Pinheiros- están intentando llegar a un consenso para soli- tión no fuera la democratización política, puede ser la inclusión de perso-
citar a la Emurb (el órgano municipal que trata sobre problemas urbanos y nas anteriormente excluidas o marginalizadas, tanto política como so-
autoriza los cerramientos de barrios) la construcción de barreras en las ca- cialmente. En los Estados Unidos, por ejemplo, la evasión de los blancos
lles que llevan al barrio. En este caso, el crimen no es la razón principal, ya hacia los suburbios en los años sesenta y setenta y hacia las comunidades
que ellos consideran eficiente su sistema de seguridad privada. Su problema cerradas en los años noventa, puede estar ligada a la relativa expansión
es que se está construyendo un nuevo parque municipal en las proximida- de los derechos de ciudadanía de la población negra y a la incorporación
des y ellos quieren impedir que sus visitantes estacionen sus automóviles en en la sociedad norteamericana de un número creciente de inmigrantes. En
las calles de Boac;ava.De acuerdo con el presidente de la asociación del ba- Europa, el aumento del racismo y los nuevos patrones de segregación pa-
rrio, el cerramiento es la única manera de librar a los residentes de ese "pro- recen estar asociados a la expansión de los derechos de la ciudadanía a in-
blema»?9 Recientemente, sin embargo, las calles todavía se consideraban migrantes.31
espacio público incluso por la elite. Por ejemplo, uno de los barrios más ri- Aunque las tendencias en el sentido de la privatización y secesión de
cos de la parte central de Sao Paulo, el Pacaembu, se desarrolló en la déca- los ricos sean claras, especialmente en nuevas áreas y emprendimientos
da de 1930 bajo la inspiración del modelo de ciudad-jardín y en su área inmobiliarios, Sao Paulo todavía no está totalmente regulada por ellas.
central tiene el estadio municipal de fútbol. Hasta hoy, los residentes de vi- Estas ideas y prácticas son poderosas, en parte porque están asociadas a
viendas de lujo nunca cerraron las calles a los automóviles de decenas de la elite, pero también generan ambigüedades y resistencias, especialmen-
millares de personas que comparecen a los juegos y a otros eventos cada se- te a medida que otros grupos sociales las adoptan.
mana (desde conciertos de rock hasta encuentros religiosos). Tampoco los o

residentes de Morumbi, que viven en torno del mayor estadio de fútbol de


la ciudad, construido en la década de 1960, hicieron eso. Tal vez lo inten-
ten el futuro y quién sabe la administración de la ciudad los ayude en ese
sentido, como hizo la administración del PT a comienzos de la década de Los condominios cerrados son el tipo más prestigioso de vivienda en
1990. Sin embargo, el hecho de que no haya sido un problema antes es una Sao Paulo hoy en día. Las referencias a sus elementos aparecen en todos
indicación de la extensión de las transformaciones. los tipos de emprendimientos inmobiliarios. Seguridad, cercamiento, ais-
Todas esas tendencias en dirección a la privatización y al rechazo del lamiento, equipamientos colectivos y servicios integran un código de dis-
orden público se hicieron especialmente visibles durante el período de tinción que las personas de todas las clases sociales de la ciudad entien-
consolidación del régimen democrático. La creación de una esfera públi- den y utilizan para elaborar, transformar y dar significado a sus espacios.
ca más igualitaria formaba parte del pn;>yectode democratización y, de Sin embargo, las maneras de usar e interpretar los elementos del código,
hecho, extendió la ciudadanía política de los sectores trabajadores que, a varían a través de la ciudad. Las variaciones revelan situaciones en las
través de sus movimientos sociales, por primera vez participaron real- cuales los residentes resisten a ese código o en que este es adaptado para
mente de la vida política brasileña. Así, es posible interpretar la retirada coexistir con valores opuestos, generando resultados ambiguos y contra-
de la elite hacia enclaves privados como una forma de resistencia a la de- dictorios. Los rechazos y ambigüedades ocurren especialmente con
mocratización.30 Sin embargo, procesos semejantes de privatización que relación a tres puntos sobre los cuales los enclaves fortificados operan las
transformaciones más profundas: evaluaciones sobre viviendas colectivas
en oposición a las casas aisladas; sobre las áreas centrales y bien urbani-
29 .• Bairros residenciais querem fechar mas. [Barrios residenciales quieren cerrar calles), zadas de la ciudad en contraste con las áreas distantes; y sobre residencias
O Estado de Sao Pauto, 18 de junio de 1991. cerradas versus residencias abiertas. Las diferentes evaluaciones frecuen-
30. Esa democratización no fue alcanzada sin problemas. En verdad, ha estado bastante li·
mitada en varias áreas, especialmente con relación a lo que llamamos componente civil de ciu-
dadanía (Holston y Caldeira, 1998). A pesar de eso, la democracia, especialmente la democracia
política, se extendió en la década de 1980, enviando un mensaje que varios sectores de la elite 31. Para los Estados Unidos, véase Massey y Denton (1993) y McKenzie (1994). Para
interpretaron como amenazador. Europa, véase Wieviorka (1991, 1993) YWieviorka et al. (1992).
temente combinan y revelan diferentes perspectivas de clase en la inter- cos (en una de ellas, los sensores de la alarma fueron colocados a interva-
pretación de los arreglos habitacionales. los de 20 cm a lo largo de toda la pared externa); una casa tiene inmen-
sas rejas en todas las ventanas, lo que les da un aspecto de ventanas de
prisión, y una puerta de hierro que separa los dormitorios del resto de la
casa, la cual se cierra todas las noches. Los residentes de esas fortalezas
creen que su parafernalia de seguridad es preferible a vivir cerca de otras
Las clases media y alta conforman la mayoría de los residentes de personas, en condominios cerrados o departamentos: solo en sus casas in-
departamentos y condominios cerrados. Ya están bastante acostumbra- dependientes ellos se sienten suficientemente aislados y en control, espe-
das a viviendas colectivas y se mudan cada vez más a ellas por razones cialmente de los encuentros de sus hijos. Los residentes de casas fuera de
financieras, de seguridad y de estatus. La idea de que los departamentos condominios cerrados parecen tener una necesidad más profunda de ais-
son más seguros que las casas está tan arraigada en Sao Paulo que mu- lamiento y control-lo que llaman libertad- y un fuerte miedo de los ex-
chos anuncios de casas usan frases del tipo: «Residencias refinadas con traños, incluso niños y vecinos de la misma clase social. Su idea de que las
la seguridad de un departamento» (O Estado de Sao Paulo, 16 de enero fortalezas pueden protegerlos del crimen y de contactos e interacciones
de 1983). Sin embargo, las percepciones negativas de los departamentos sociales indeseados parece ser más fuerte que la de los residentes en con-
persisten y pueden ser expresadas inclusive en anuncios de edificios de la dominios.
clase media. En Moóca, donde la obsesión por los conventillos y por distanciarse
de ellos es fuerte, la valoración de los edificios de departamentos es toda-
Maison Adriana. Entre Av.Santo Amaro y el Parque Ibirapuera. A su vía más negativa y difundida. Cuando alguien se muda de una casa a un
alrededor estarán siempre los palacetes de un lugar estrictamente residen- departamento, sienten que su calidad de vida se deterioró, en algunos ca-
cial, sin la incomodidad de otro edificio(O Estado de Siío Pauto, 6 de febre- sos (véase capítulo 1) ven la mudanza como una decadencia social. Sien-
ro de 1977). ten que perdieron su libertad, independencia y control sobre sus vidas,
además de perder el estatus que asocian a la propiedad de una casa.
El primer 2 dormitorios sin vecinos-confortablemente aislado en el pi- Moóca todavía es un barrio de casas. En 1990, el 63,2 % del área residen-
so-. [...] Moema. [...] Se impone por su avanzado proyecto arquitectónico, cial construida era de casas, pero el área de construcciones verticales casi
en forma de cruz, que permite que cada departamento quede aislado en el
se duplicó entre 1986 y 1990 (Sao Paulo, Sempla, 1992: 148-149 y Sea-
piso. (O Estado de Siío Pauta, 2 de septiembrede 1979).
de, 1990: 42).
Morumbi KingsVille.Definitivamenteel más increíblelanzamiento en Así, a pesar de sus objeciones, los residentes de Moóca están mu-
Morumbi. [...] Surge ahora un nuevo concepto en habitación: el sistema dándose cada vez más hacia edificios de departamentos, algunos de el-
double stair side-by-side,que permite la construcción de departamentos con los condominios cerrados (pero menos lujosos que los de Morumbi).
dos plantas en la misma losa, con entradas privadas, tanto la social como la Esos nuevos edificios expresan el proceso de mejora del barrio que co-
de servicio.Asítenemos un departamento por piso, pues los accesossociales menzó en 1970 y está asociado a la apertura de líneas de metro e impor-
son alternados: los departamentos impares están en el primero y los pares, tantes mejoras en infraestructura. Este proceso, que está ocurriendo en
en el segundo, utilizando de esa forma un único elevador social (O Estado varias áreas de la ciudad que eran barrios de clase media baja, está cam-
de SiíaPauto, 12 de octubre de 1986). biando el mercado inmobiliario y llevando a barrios como Moóca, San-
tana y Tatuapé hacia las páginas de los periódicos que discuten lo que
Realmente es necesario usar mucha creatividad y manipulación de está «de moda» en términos de vivienda. En ese contexto de transfor-
palabras -de ser necesario con el auxilio de lenguas extranjeras- para mación, los nuevos edificios de departamentos incorporan simultánea-
equiparar los departamentos en edificios con varias unidades por piso, a mente significados de aprisionamiento y seguridad, de decadencia y de
la imagen de casas aisladas. La proximidad es una cuestión delicada en- prestigio.
tre los paulistas, incluso la proximidad de aquellos que supuestamente En la periferia pobre hay pocos edificios de departamentos y la ma-
son iguales en términos sociales. Esta actitud es sustentada con fervor por yoría de los residentes vive en casas autoconstruidas. En todo el viejo dis-
los residentes de casas de Morumbi que entrevisté. Sus casas son peque- trito de Sao Miguel Paulista, por ejemplo, solo el 2,76% del área residen-
ñas fortalezas. Todas tienen varios perros y sistemas de alarma electróni- cial construida era de departamentos en 1990 (Sao Paulo, Sempla, 1992:
148-149).32 Los departamentos para las clases trabajadoras normalmen- equipadas y centrales de la ciudad. No todo el mundo está dispuesto a
te están construidos por agencias estatales como la Cohab (Compañía abandonar la ciudad para obtener estatus de la negación de la vida urba-
Metropolitana Habitacional), son extremadamente desvalorizados, y na. Algunos, de hecho, luchan para permanecer en sus barrios tradiciona-
asociados con una alta criminalidad y al consumo de drogas. De acuerdo les, sean ellos en las áreas centrales, tradicionales, de clases media y alta
con el Censo de 1991, esos departamentos representan el3% del número donde los edificios de departamentos de lujo han sido comunes hace
total de domicilios y la mayoría de ellos (66,5 %) está ubicada en distritos tiempo; sean los barrios intermedios e incluso periférico s donde tradicio-
en la periferia este, la más pobre.33 En el Jardim das Camélias, también en nalmente la clase media baja o la clase baja ha vivido y que están pasan-
la periferia este, no hay departamentos y todos los residentes viven en ca- do por una renovación. En los dos casos, hay un llamamiento al viejo
sas. Ellos valoran bastante su espacio y consideran la mudanza a un de- estilo de vida ofrecido por la ciudad y a la tradición en lugar de la trans-
partamento de la Cohab como una opción totalmente indeseada. Además formación:
del estigma de criminalidad y del miedo de quedar cerca de «malas in- Los anuncios para nuevos edificios en áreas antiguas y bien valori-
fluencias», los residentes del Jardim das Camélias valoran poder proyec- zadas de'·las clases media y alta, como Jardines, Higienópolis o Pinhei-
tar sus casas de acuerdo con su gusto y personalidad y evalúan negativa- ros, exaltan exactamente las cualidades urbanas que los condominios
mente la idea de someterse a un proyecto listo y estandarizado. No solo refutan, reforzando la imagen de esos barrios como «nobles» y sofisti-
lo que es colectivo, sino también lo que es estandarizado y uniforme se cados.
considera malo y feo -una visión alguna vez compartida por la clase me-
dia que vivía en casas. En esas evaluaciones negativas sobre los edificios Mansao de Itu. [En los Jardines ... ] En una época en que se economiza
de departamentos, los juicios estéticos se combinan con visiones de movi- hasta con cerraduras, nosotros presentamos en cada detalle lo mejor. En un
lidad social y con un discurso moral sobre los peligros de la proximidad, lugar absolutamente dentro de la civilización (O Estado de Sáo Pauto, 11 de
la necesidad de autocontrol y el valor de la individualidad. Esa confluen- enero de 1976). o

cia de discursos y significados es compartida por personas del Jardim das


Camélias, de Moóca y de Morumbi. Es la razón por la cual son raras las Ed. Villa Velasquez. Los Jardines constiruyen hoy el polo máximo de
atracción de Sao Paulo. [...] Es ahí que circula la beautiful people. [...] Viva
casas estandarizadas para la elite, incluso dentro de condominios, y las
donde ocurren las cosas (O Estado de Sáo Pauto, 8 de septiembre de 1985).
constructoras de departamentos de clase media y alta enfatizan fuerte-
mente la originalidad del proyecto en sus anuncios. Actualmente, la ma- Volvieron los buenos tiempos. Usted ya puede vivir como antes. En un
yoría de los propietarios de casas fuera de condominios es de los sectores departamento de alto nivel, en un barrio de los más nobles de Sao Paulo: Hi-
trabajadores o de la clase media baja, y son ellos los que explícitamente gienópolis. Un barrio que no perdió sus características. Hoy, Higienópolis
Sustentan el discurso sobre los valores morales contenidos en la propie- alía su condición de barrio aristocrático a toda una moderna infraestrucru-
dad de una casa independiente, frecuentemente dirigiendo contra la clase ra (O Estado de Sáo Pauta, 28 de octubre de 1990).
alta los mismos tipos de juicios y prejuicios que otrora la elite elaboró pa-
ra estigmatizar a los pobres y sus viviendas colectivas. Viva en una Villa Madrileña en medio de Pinheiros. Para quien no quie-
re huir. Todo en Mansoes de Pinheiros ayuda a usted a superar la obsesión
callejera. Son departamentos que ayudan a resucitar el placer de quedarse en
casa (O Estado de Sáo Pauto, 2 de septiembre de 1979).

La segunda cuestión en torno a la cual hay mucha ambigüedad y Estar en el corazón de la ciudad todavía parece ser atrayente para al-
desacuerdo es la oposición a la «ciudad» y el abandono de las áreas bien gunos, especialmente si el lugar puede ser -como en los condominios- va-
lorizado por su proximidad con los ricos, sus mansiones, estilo aristocrá-
tico y civilizado (sea lo que sea lo que eso signifique), o simplemente su
32. Este porcentaje sobreestima las construcciones verticales, ya que los datos TPCL en que belleza. Sin embargo, los anuncios revelan el poder del «nuevo concepto
está basado se refieren solo a las construcciones legalmente registradas, o sea, un pequeño por-
de vivienda» al incluir frases como «para quien no quiere huir» o «supe-
centaje de los domicilios en esa área de la periferia.
33. En la región este de la ciudad, los departamentos en complejos populares del tipo rar la obsesión callejera», que reconocen que esas ya no son las únicas op-
Cohab constituyen el 9,36% del total de domicilios, de acuerdo con el Censo de 1991. ciones de prestigio.
Como los condominios cerrados incorporan prestigio, no es de sor- pri, la manera más confortable y segura de vivir en Moóca [...] Moóca: his-
prender que los anuncios para otros tipos de edificios hagan referencia a toria y tradición. Piazza de Capri: la más completa infraestructura de servi-
ellos. En los anuncios de edificios de departamentos en barrios tradicio- cios y placer (O Estado de Sao Paulo, 24 de enero de 1982).34
nales de clase media baja y de las clases trabajadores, es imposible tener
el lujo de Morumbi, pero están presentes algunas señales en dirección a Suelte a su familia en el Jardim Tropical. Vila Carrao, el barrio que
su modelo. acerca a las personas. Hace que creen raíces. Porque aquí, felizmente, toda-
vía se cultivan las amistades, la familia, las tradiciones. Por todo eso, es na-
Dos y tres dormitorios. [...] Garantice su lugar en' este proyecto inteli- tural que quienes viven en Vila Carrao no quieran cambiar de barrio. [".]
gente. 72 m2 de área privada. Sala para dos ambientes. Piscina infantil. Pisci- Para su seguridad, el emprendimiento está totalmente cercado, con portería
na adultos. Sauna. Vestuario. Cancha de squash. Pista de cooperoPlayground. única y vigilancia (O Estado de Sao Paulo, 2 de septiembre de 1984).
Salón de fiestas. Salón infantil. Parrilla. Quiosco. Salón de gimnasia. Jardines
y plazas. Garaje en el subsuelo. Lavandería colectiva. wc de empleada. Cen- Alto de Santana. [.,,]4 dormitorios, 2 suites, 2 espacios en el garaje. Ed.
tral de video. Depósito individual. Central de mensajes. El Residencial Ilhas Piazza Navona. [oo.] Vivir en Santana es un privilegio. Quien lo tiene no lo
Gregas está ubicado en un excelente punto de Tatuapé. Queda a 200 m del cambia por nada. Este es un barrio completo con comercio, servicios, escue-
metro y, además de diversas áreas verdes alrededor, posee una vista panorá- las, restaurantes, etcétera, con la tranquilidad típica de las calles arboladas y
mica hacia el parque municipal (O Estado de Siío Paulo, 28 de octubre de acceso fácil a todos los puntos de la ciudad (O Estado de Sao Paulo, 12 de
1990). octubre de 1986).

Incluso cuando el espacio disponible por departamento es de 72 m2, En estos anuncios podemos leer una antipatía con relación a la par-
todos los elementos posibles del <<lluevaconcepto de vivienda» tienen que te central de la ciudad y a algunas ideas asociadas a la vida en la ciudad,
ser expresados en el emprendimiento: desde dos piscinas hasta un baño pero una apreciación de otros aspectos de la vida pública$y urbana y de
independiente de empleada por departamento. Sin embargo, también la sociabilidad local. Estos anuncios intentan capitalizar la infraestructu-
queda claro que para atraer a la clase media baja y a la clase trabajadora, ra pública y urbana de los barrios, los servicios y la proximidad con el
los anuncios necesitan cambiar algunos de sus énfasis. Por ejemplo, fre- centro de la ciudad (exactamente lo que Morumbi no tiene). Esas cuali-
cuentemente mencionan la existencia de transporte público -crucial para dades urbanas vienen junto con valores antiguos (de los que los barrios
quien puede no tener automóvil-, servicios públicos e infraestructura ur- centrales presumiblemente carecen), esto es, tranquilidad y valores loca-
bana: la vista del parque municipal sustituye la del área verde particular les, tradicionales y familiares que pueden compensar la supuesta ausencia
del condominio privado. de esos valores en el resto de la ciudad. Incluso las «amistades» pueden
Los anuncios para departamentos en barrios como Moóca tienen ser presentadas como una ventaja, sugiriendo que la proximidad es bue-
que lidiar con los sentimientos ambivalentes de miembros de los sectores na si es del tipo tradicional.. Los anuncios sugieren que las personas no
medios bajos sobre viviendas colectivas y sobre abandonar el centro de la deberían mudarse hacia nuevas áreas de la ciudad para exhibir estatus y
ciudad y su estilo de espacio público. Algunos de ellos intentan fundir el sí permanecer donde están sus raíces. Eso es particularmente significativo
<<lluevaconcepto de vivienda» y valores tradicionales locales, de modo en barrios como Moóca y Santana, que sufrieron un éxodo de la genera-
que parezcan más una continuación que una ruptura con el pasado. Esos ción más joven durante la década de 1970. Ahora que esos barrios se es-
anuncios no apelan a las personas de fuera que podrían mudarse allá tán renovando y pueden ofrecer el mismo tipo de emprendimientos inmo-
-como hacen los de Morumbi- sino a residentes locales que ascienden so- biliarios que Morumbi, puede ser nuevamente ventajoso vivir allí, y la
cialmente. Los emprendimientos frecuentemente son presentados como tradición hasta puede estar de moda.
una nueva etapa en la tradición del barrio. Un emprendimiento en Sao Miguel Paulista, una de las áreas más po-
bres de Sao Paulo, fue anunciado de la siguiente manera:
Piazza de Capri -la nueva manera de vivir en la tradicional Moóca-.
[oo.]Piscina, solarium y cancha de bochas. Portería 24 horas al día, servicio
completo de lavandería. Playground y jardines. Espacio para que sus hijos
i 34. El juego de bachas no es común en otras áreas de la ciudad, pero es una obsesión en
Moóca. La mención frecuente a canchas de bachas en los anuncios en el área, señala que el em-
sean niños de verdad. Salón de fiestas, salón de juegos y un cine exclusivo
prendimiento está destinado a mooquenses. La referencia a la guardería puede atraer a personas
para su familia. Guardería: usted sale y deja a su bebé seguro. Piazza de Ca- que no tienen empleadas domésticas de tiempo completo.
El2 dormitorios con el más alto nivel de S. Miguel Paulista [...]. La ter- dejar la ciudad y sus conveniencias; por el contrario, están ansiosas por
minación está cuidada en los mínimos detalles: carpinterías de aluminio, volverse todavía más urbanizadas, tanto al transformarse en propietarios
azulejos decorados, alfombramiento instalado en el color que usted elija. como al incorporarse más plenamente al mercado de consumo que ella
Además, el jardim Independencia está todo cerrado, garantizando la seguri- ofrece. Los paulistas de clase baja y media baja quieren formar parte de
dad de su familia, inclusive los juegos de los niños en el playground. Allá, la sociedad, no escapar de ella. Cuando perciben que no pueden disfrutar
hasta su automóvil tiene la protección de un garaje (O Estado de sao Pauta, del espacio de la ciudad y de su vida pública como gustarían, se sienten
3 de octubre de 1982).
restringidos y aprisionados. Retirarse de la vida pública de la ciudad y del
uso de sus espacios públicos es probablemente un privilegio solo para
«Jardim Independencia» es el nombre de este emprendimiento. Para
aquellos cuya participación en ella es un hecho dado y que puedeQ soñar
personas acostumbradas a vivir en espacios extremadamente pequeños y
con crear universos mejores y más exclusivos.
que no tienen automóvil, la protección del automóvil se vuelve realmen-
te «algo especial». En otro anuncio, también en un barrio de clase traba-
jadora en la zona este, donde las personas normalmente desprecian las vi-
viendas colectivas, la razón de la «independencia» se hace más explícita:
El enclaustramiento de viviendas es el tercer ítem que genera senti-
Aproveche el nuevo plan de la casa propia [...]. Conozca las nuevas
mientos ambivalentes y contradictorios entre los residentes de Sáo Paulo.
condiciones: menores cuotas. [...] Renta familiar más accesible. Utilice su
Sean casas familiares independientes, sean edificios de departamentos y
FGfS para disminuir todavía más las cuotas. Financiado por Nossa Caixa.
Nosotros, residentes del Conjunto Residencialjardim Centenário, estamos condominios, todos los tipos de vivienda en la Sáo Paulo actual pasaron
preparando una fiesta maravillosa de bienvenida para usted y su familia. To- por procesos de enclaustramiento en respuesta al miedo al crimen. La ne-
dos los que viven aquí ya están definitivamente libres del tormento del alqui- cesidad de cercar y cerrar afectó a residentes pobres y ricds y transformó
ler.Aquí todo es placentero, todos son amigos. [...] Seguridad: usted va a vi- su manera de vivir y la calidad de las interacciones públicas en la ciudad.
vir en un condominio cerrado, completamente cercado por muros y garita Sin embargo, los sentimientos con relación a esos enclaustramientos pa-
centralizada. [...] Placer [...] confort: aquí usted va a estar cerca de todo: [...] recen diferir considerablemente.
panadería, supermercado, farmacia, paradas de ómnibus. [...) Lo mejor de Ni los residentes de casas aisladas en Morumbi, ni los residentes de
Sapopemba está aquí (O Estado de sao Pauta, 24 de enero de 1988). viviendas colectivas parecen evaluar sus enclaustramientos negativamen-
te. Los residentes de la clase alta en condominios cerrados y edificios aso-
Librarse del alquiler es el sueño de todos, lo que se hizo más difícil cian vivir dentro de una de esas fortalezas a las sensaciones de libertad y
después de la recesión económica y del fin del financiamiento del BNH. El protección, sin hablar de la alta calidad de vida. Las personas que viven
énfasis en la posibilidad de financiamiento es típico tanto en anuncios pa- en casas independientes expresan 10 mismo con relación a sus fortalezas
ra la clase baja como para la clase alta del período. Lo que es atípico es la individuales, aunque no puedan imaginar que los condominios ofrezcan
imagen de la bienvenida dada por los vecinos, 10 que en Morumbi proba- lo mismo. En ninguno de estos casos, sin embargo, los residentes demues-
blemente sería considerado de mal gusto, o incluso intimidante. Sólo en- tran algún sentimiento de pérdida con relación a un tipo más abierto de
contré referencias positivas a la sociabilidad dentro del condominio, en residencia o a una sociabilidad pública más diversificada. Vivir en aisla-
los anuncios para la clase baja y para los estratos más bajos de la clase miento se considera lo mejor; están haciendo lo que quieren hacer -y de
media. Eso es lo más cerca que llegaron los anuncios a la idea de comuni- ahí su sentimiento de libertad-o También es interesante notar que las per-
dad -totalmente difundida en el contexto norteamericano-o En Sáo Pau- sonas que entrevisté en Morumbi nunca usan argumentos de privacidad,
10, esa idea es manipulada por los constructores inmobiliarios como un individualidad e intimidad para justificar sus preferencias. Los residentes
valor de los «otros», no de la elite. de Morumbi parecen temer la difusión del mal más de lo que valorizan el
El anuncio anterior tiene otro elemento que probablemente no surgi- individualismo.35
ría si fuera dirigido a la clase alta: la mención a la panadería del barrio, a
la farmacia y a la parada de ómnibus, que interesa a trabajadores que no
i
35. Los argumentos que enfatizan la privacidad. individualidad e intimidad son frecuente-
tienen automóvil y que hasta una década atrás no era muy común en nin- mente asociados a la difusi6n del individualismo en las sociedades modernas occidentales ya la
gún barrio de periferia. Las personas más pobres no están dispuestas a destrucci6n de la vida pública (por ejemplo, Sennett, 1974). Además de no mencionar esas ideas
"-~!

un vecino significa pasar por llaves, trabas e intercomunicadores, incluso


Mientras que los residentes de los condominios cerrados ven a sus en las áreas más pobres de la ciudad. En barrios más antiguos -o sea, con
enclaves fortificados como espacios de libertad, y evalúan sus cambios y por lo menos 15 años- las señales de la transformación son obvias: las
transformaciones en la casa como adquisiciones positivas, las personas cercas y muros modificaron e! diseño original de las casas y departamen-
que continúan viviendo en casas en e! ]ardim das Camélias, y especial- tos. Muchas casas son menos confortables y acogedoras de lo que eran.
mente en Moóca, sienten que sus casas se transformaron en prisiones y
tienden a evaluar las transformaciones de forma negativa, alimentando 7.4.
un sentimiento de pérdida. -Siempre hay una primera [experiencia]¿no? los robos, los hurtos...
No había esas rejas de hierro. El muro normal, como toda casa, un metro y
7.3. medio más o menos, entrada sólo para un automóvil-hoy usted tiene para
-¿Usted vive en un~ casa? dos automóviles- que yo dejaba uno dentro de casa y otro en la calle,cubier-
-Sí, pero es una cárcel.Tiene rejas de arriba abajo, y cornoestán las co- to, bien cerradito. [...] Fue un miércoles,hace 12 años. Yotenía dos automó-
sas, no se puede dejar la puerta abierta ni para lavar la vereda de! frente de vilesnuevos, un Maverick y una camioneta. Dejaba la camioneta, que usa-
la casa. ba para trabajar, en e! garaje, porque no tenía la documentación lista. En
Ama de casa, cerca de 40 años; vive en Moóca y está casada con el due- aquella época la sala era más grande: la achiquépara que entraran los autos,
ño de un bar. para agrandar e!garaje. Fue un miércoles[...]. Entraron, se llevarone! auto
nuevo, salieron, saltaron e! muro. Desde ese día comencé a cerrar la casa.
Una de las imágenes más comunes usadas para describir sentimien- [...] Comencéa tornar providencias... las rejas de hierro que usted ve ahí en
la puerta. [...] Ahí comenzamosa cerrar la casa, porque hacíamos un peda-
tos de inseguridad y formas de lidiar con ellos fue la de las puertas cerra-
zo, despuésotro pedazo e iba... Entoncescomencé... en la medidaen que va
das.36 Esa imagen expresa no solo e! miedo de las personas, sino también haciendo, va haciendo más seguro. Hierro, aluminio y co~reto. Una medio
la realidad de las restricciones causadas tanto por la crisis económica da de seguridad. Pero gracias a Dios todavía no es para asustarse. Nos va-
como por e! miedo al crimen. Residentes de todos los barrios creen que mos asegurando ¿no?
necesitan cercas, muros, rejas, barras en las ventanas, luces especiales y Propietario de una pequeña fundición, cerca de 50 años, vive en Moó-
campanillas con intercomunicadores, pero muchos no aprecian sus casas ca con la mujer y dos hijos.
más seguras como apreciaban a aquellas abiertas y e! espacio social que
creaban. En muchos casos, las fachadas ahora están escondidas; visitar a Una vez más la narración está dividida entre antes y después «de
aquel miércoles, 12 años atrás» que, en el caso, inició un proceso
de transformaciones de la casa. Inventarios de cambios hechos para vol-
al discutir sus opciones de vivienda, los residentes de Morumbi explícitamente rechazan cual- ver la casa más segura y muchas narraciones que relatan mudanzas de ca-
quier noción de que la privacidad y la individualidad deberían ser extendidas a sus hijos, criatu-
sas hacia departamentos son acompañadas por la expresión de sentimien-
ras que ellos consideran que deben ser directa y estrictamente controladas y que no deberían ele-
gir sus propios amigos. Muchos hombres tienen discursos similares con relación a las esposas.
tos de aprisionamiento que arruinan los placeres que una casa propia
Véase capítulo 9. debería ofrecer. ¿Cómo es posible disfrutar de la misma forma de una ca-
36. La asociación de puertas abiertas con orden y seguridad, y de puertas cerradas con de- sa cuya sala debe ser achicada para acomodar un garaje para proteger e!
sorden e inseguridad no es corriente solo entre los paulistas de hoy. Esa imagen estructura la no- automóvil? ¿ü en la cual la luz de! cuarto fue bloqueada por e! nuevo
vela Puertas abiertas, del escritor siciliano Leonardo Sciascia. Él discute la aplicación de la pena
muro? ¿ü en la cual la vista de todas las ventanas está enmarcada por ba-
de muerte a un preso común en Palermo a fines de la década de 1930. Este es un diálogo entre
dos jueces: rras? ¿Cómo es posible disfrutar de la misma manera de un jardín de los
«-Como usted sabe, es de dominio público que aquí, desde que el fascismo llegó al poder, fondos y de las áreas comunes de un edificio de departamentos? La trans-
podemos dormir con las puertas abiertas ... formación de la casa en una prisión se agrega tanto a los sentimientos de
>- Yo sigo cerrando la mía -dijo el juez. restricción y pérdida asociados a la crisis económica como a la angustia
>- Yo también: pero no podemos negar que las condiciones de seguridad pública, de unos
de decadencia social. La puerta cerrada es una fuerte metáfora.
quince años para acá, mejoraron bastante. Incluso aquí en Sicilia, a pesar de todo. Ahora, cua- ~
lesquiera sean nuestras opiniones acerca de la pena de muerte, tenemos que admitir que la res- :: A pesar de que varios grupos de paulistas se resisten a las transforma-
tauración sirve para inculcar en la cabeza de las personas la idea de un Estado que se preocupa ciones recientes y se resienten por la nueva manera en que están viviendo,
al máximo por la seguridad de los ciudadanos; la idea de que realmente las personas duerman e! «nuevo concepto de vivienda» es hegemónico en la ciudad. Además de
con las puertas abiertas.> (Sciascia, 1987: 17)
ser comprendido por todos, influencia las decisiones y opciones de las per-
sonas, moldeando las transformaciones que realizan en sus hogares y esti-
los de vida. Este se transformó en el modelo de lo que es más apropiado,
más prestigioso y, para muchos, más deseable en términos de residencia.
Entre todos los elementos de ese modelo, la seguridad es el que mejor sim-
boliza las actuales transformaciones. Vivir atrás de muros y cercas es una
experiencia cotidiana de los paulistas y los elementos asociados a la segu-
ridad constituyen un tipo de lenguaje a través del cual las personas de to-
das las clases expresan no solo el miedo y la necesidad de protección, sino
también movilidad social, distinción y gusto. A pesar de que ese lenguaje
tiene varios dialectos de clase, también tiene algunas características gene-
rales que atraviesan a todas las clases. Para todos los grupos sociales, la se-
guridad es un elemento a través del cual las personas piensan su lugar en
la sociedad y materialmente crean su espacio social.

Cercas, barras y muros son esenciales en la ciudad de hoy no solo


por razones de seguridad y segregación, sino también por razones estéti-
cas y de estatus. Todos los elementos asociados a la seguridad se volvie-
ron parte de un nuevo código para la expresión de la distinción, un códi-
go que llamo «estética de la seguridad». Este es un código que incorpora
a la seguridad en un discurso sobre el gusto, transformándola en símbolo
de esta tus. En la Sao Paulo actual, cercas y barras son elementos de deco-
ración y de expresión de personalidad e inventiva. Son elementos de un
nuevo código estético. Esos elementos tienen que ser sofisticados, no só-
lo para proteger contra el crimen, sino también para expresar el estatus
social de los residentes: cámaras sofisticadas, intercomunicadores y por-
tones con apertura electrónica, sin hablar del proyecto y de la arquitectu-
ra defensivos, se convierten en afirmaciones de la posición social. Son in-
versiones en la apariencia pública y deben permitir la comparación entre
vecinos, para mostrar tanto a quién le está yendo mejor socialmente co-
mo quién tiene el gusto más sofisticado.
Algunos años atrás, los residentes de las clases media y alta veían a la
seguridad como algo impuesto a la arquitectura de una forma artificial.
Este es todavía el sentimiento de los residentes de Moóca y del Jardim das
Camélias. Cuando se agrega a un proyecto concebido sin ella, la seguri-
dad puede incluso parecer y ser sentida como extraña. Pero ahora que la
seguridad forma parte de cualquier proyecto, los residentes ven sus exi-
gencias de modo distinto. En 1980, todavía había debates en los periódi- Fotos 12 Y 13: En Morumbi, las casas se esconden detrás de fachadas de
cos de Sao Paulo sobre los derechos de los propietarios de departamentos seguridad. Las aberturas en los muros, protegidas por vidrio a prueba de bala,
de agregar cercas y muros a sus edificios, a veces modificando el proyecto indican la presencia de guardias particulares. 1994.
origina!.3? Este debate parece haber muerto. Son pocas las casas o depar-
tamentos que no tienen cercas -iY nadie anunciaría un edificio sin muros
y dispositivos de seguridad!-. A comienzos de la década de 1990, era la
nueva «arquitectura de seguridad» la que se abría espacio en los artículos
periodísticos.38 Esta arquitectura crea medios explícitos de mantener apar-
tados a los indeseables, especialmente los sin techo.39 Después de veinte
años de elaboración y de experimentos en un nuevo modo de segregación,
el lenguaje de aislamiento y distanciamiento social se está volviendo cada
vez más explícito y se esparce por la ciudad (véanse fotos 12 y 13).
Las transformaciones en las casas vinculadas a la seguridad represen-
tan una inversión significativa en una época de dificultades económicas.
Pero, a pesar de que la inversión sea alta y normalmente represente un
peso para una familia de renta baja, es considerada absolutamente nece-
. saria. El hombre que produce cercas y barras de ventanas para los resi-
, dentes del Jardim das Camélias en un pequeño taller frente a su casa, me
, mostró la larga lista de clientes del barrio, me explicó lo caras que eran
las cercas para sus clientes pobres, de qué modo él les dividía los pagos en
varias cuotas y de qué manera lidiaba con la inflación para hacer sus ser-
vicios un pocos más accesibles. También me mostró con orgullo el ,catá-
logo con sus diseños de cercas y portones y me contó de su trabajo para
decorarlos y para transformar la cerca más simple en algo agradable.
Aquella era su contribución para «hacer el barrio más bonito», me dijo.
Él realmente conoce su oficio y es consciente de que las cercas no tienen
que ver solo con la seguridad sino también con la estética y la distinción
(véanse fotos 14, 15, 16 Y 17).
En el nivel más elemental, una casa aislada con todas las señales de
distinción, definitivamente marca la distancia entre una casa y un con-

37. Nelson Kojranski, un abogado que escribía frecuentemente en el periódico Folha de


Sáo Paulo sobre temas legales relacionados con la vida en edificios de departamentos, opinó que
.es lícito concluir que no existe impedimento jurídico capaz de obstar la implantación de rejas
cercando el terreno del edificio, aun cuando eso implique alguna mácula a la armonía arquitec-
tónica de su fachada, si está determinada por la mayoría de los condóminos> (28 de enero de
1980).
38. Por ejemplo: .A arquitetura do medo domina Silo Paulo> [La arquitectura del miedo
domina Silo Paulo], Jornal da Tarde, 30 de septiembre de 1991. Este artículo relata que el IAB
(Instituto de Arquitectos del Brasil) estaba promoviendo encuentros para discutir la incorpora-
ción de la seguridad a los proyectos no solo de casas y departamentos, sino también de parques
y plazas. En 105 Estados Unidos existe hoy en día un discurso más elaborado sobre la «arquitec-
tura defensiva> que discuto en el capítulo 8.
Fotos 14, 15, 16 Y 17: Casas autoconstruidas en el jardim das Camélias y sus 39. Por ejemplo: .Cerca em árvore pretende evitar medigos> [Cerca en árbol pretende evi-
rejas y portones de hierro. Los residentes eligen cuidadosamente el estilo de tar mendigos], Folha de Siío Paulo, 10 de septiembre de 1994. El artículo cita varias estrategias
cada uno de ellos e intentan siempre diferenciarse de los vecinos. La foto 16 usadas para evitar que personas sin techo permanezcan en determinadas áreas. Esas estrategias
muestra una solución común: el portón se proyecta hacia fuera para guardar el incluyen el cercamiento de árboles, instalación de chorros de agua en marquesinas de edificios,
automóvil. 1994. colocación de cadenas cerrando áreas de entrada a edificios y otras.
Fotos 21, 22 Y23: En Moóca es posible encontrar por lo menos tres
generaciones de fachadas. La foto 21 muestra antiguas casas obreras gemelas,
construidas junto a la calzada. En la generación siguiente, las casas en general
tenían un jardín al frente, abierto hacia la calle. Las fotos 22 y 23 presentan
algunas de esas casas de la segunda generación aliado de otras modificadas de
Fotos 18, 19 Y20: La arquitectura de los edificios de la clase alta de Morumbi acuerdo con las nuevas exigencias de seguridad. Las casas más antiguas y
también busca la singularidad, y frecuentemente contrasta con la precariedad de abiertas se empequeñecen en contraste con el nuevo estilo, que determina que
las calles. 1994. los jardines al frente sean encerrados. 1989.
ventillo o una favela. Sin embargo, son posibles comparaciones más ex-
tensas porque los residentes de Sao Paulo de todas las clases sociales son
expertos en el nuevo código de distinción. Naturalmente, las variaciones
son enormes entre barrios ricos y pobres pero en todos ellos, cuanto más
ostensiblemente segura y cercada es la propiedad, mayor su estatus. Pare-
ce que los residentes de Sao Paulo están aprendiendo a transformar res-
tricciones, limitaciones, incertezas y miedos en su provecho al manipular
la estética de la seguridad: están transformando sus casas en prisiones,
pero sus prisiones dicen mucho sobre su posición social.
Una mirada sobre las casas o edificios de departamentos en cualquier
barrio de Sao Paulo muestra claramente cómo las cercas y muros hablan
sobre distinción y constituyen estilos de proyectos. En áreas ricas como
Morumbi, la arquitectura individual de cada construcción y la competi-
ción por el detalle más original para singularizar un emprendimiento, in-
tentan crear sentimientos de distinción (véanse fotos 18, 19 y 20). Los ba-
rrios construidos en otros momentos, como Moóca y el Jardim das
Camélias, exhiben en cada calle los cambios en las modas. Fachadas más
antiguas con cercas discretas y un diseño abierto parecen intimidadas an-
te el nuevo estilo de la arquitectura de seguridad (véanse las fotos 21, 22
y 23 para Moóca y fotos 24, 25 y 26 para el Jardim das Gamélias).

Fotos 24 25 Y26: Las casas autoconstruidas del ]ardim das Camélias también .~
muestran'cómo las exigencias de seguridad cambian el estilo de las fachad~s. La }
foto 24 es un ejemplo típico de casa con jardín abierto al frente, c~nstruI~a
hasta la década de 1970. Las fotos 25 y 26 muestran transformaCiones mas
recientes, con jardines cerrados y un segundo piso. 1994.
Sao Paulo es hoy una ciudad de muros. Los residentes de la ciudad
no se arriesgarían a. tener una casa sin rejas o barrotes en las ventanas.
Barreras físicas cercan espacios públicos y privados: casas, edificios, par-
ques, plazas, complejos empresariales, áreas de comercio y escuelas. A
medida que las elites se retiran hacia sus enclaves y abandonan los espa-
cios públicos para los sin techo y los pobres, el número de espacios para
encuentros públicos de personas de diferentes grupos sociales disminuye
considerablemente. Las rutinas diarias de aquellos que habitan espacios
segregados -protegidos por muros, sistemas de vigilancia y acceso res-
tringido- son muy diferentes de las rutinas anteriores en ambientes más
abiertos y heterogéneos. •
Residentes de todos los grupos sociales argumentan que construyen
muros y cambian sus hábitos con el fin de protegerse del crimen. Entretan-
to, los efectos de esas estrategias de seguridad van mucho más allá de la ga-
rantía de protección. Al transformar el paisaje urbano, las estrategias de se-
guridad de los ciudadanos también afectan los patrones de circulación,
trayectos diarios, hábitos y gestos relacionados con el uso de calles, del
transporte público, de parques y de todos los espacios públicos. ¿Cómo po-
dría no ser transformada la experiencia de andar en las calles si el escenario
está formado por altas rejas, guardias armados, calles cerradas y cámaras de
vídeo en lugar de jardines, vecinos conversando y la posibilidad de espiar es-
cenas familiares a través de las ventanas? La idea de salir para un paseo a
pie, de pasar naturalmente por extraños, el acto de pasear en medio de una
multitud de personas anónimas, que simboliza la experiencia moderna de la
ciudad, están todos comprometidos en una ciudad de muros. Las personas
se sienten restringidas en sus movimientos, asustadas y controladas; salen
menos de noche, andan menos por las calles, y evitan las «zonas prohibi-
das» que solo hacen crecer en el mapa mental de cualquier residente de la
ciudad, en especial en el caso de las e1ites.Los encuentros en el espacio pú-
blico se hacen cada día más tensos, hasta violentos, porque tienen como re-
ferencia los estereotipos y miedos de las personas. Tensión, separación, dis-
criminación y sospecha son las nuevas marcas de la vida pública.
Este capítulo analiza los cambios en el espacio público y en la calidad
de vida pública que resultan de la expansión de las estrategias de seguri-
dad: segregación, distancia social y exclusión, y la implosión de la expe- fluenCian los tipos de relaciones sociales posibles en ellos. Contra un
riencia de la vida pública en la ciudad moderna. Primero, discuto la no- telón de fondo de muros y tecnologías de vigilancia, la vida en las calles
ción moderna de lo público articulada con los ideales de apertura y acce- es muy diferente de la que Jane Jacobs describió en su famosa defensa del
sibilidad, tanto en el espacio de la ciudad como en la comunidad política. espacio público urbano (1961: 50-54). Las ciudades «metafóricas» (De
Analizo dos críticas a ciudades industriales que permanecen comprometi- Certeau, 1984: 93) que las personas construyen en sus prácticas cotidia-
das con valores modernos: el modernismo y la ciudad-jardín. Ambos nas de espacio son inevitablemente diferentes en una ciudad moderna
tuvieron influencia sobre los enclaves fortificados. A continuación, com- abierta y en una ciudad de muros. En general, es necesaria una acción po-
paro los espacios de los nuevos enclaves con los de la planificación lítica organizada para resistir a los muros o para desmantelar patrones de
modernista de la ciudad, mostrando que aquellos usan convenciones mo- segregación. En la vida cotidiana es difícil contrarrestar los muros y ri-
dernistas con la intención de crear lo que este último produjo involunta- tuales de sospecha y humillación, como bien saben los residentes de Sao
riamente: segregación y fragmentación. Tercero, usando datos etnográfi- Paulo.
cos y mi propia experiencia de Sao Paulo, discuto la relación entre
cambios en el espacio construido y en la vida cotidiana en la ciudad, mos-
trando cómo la última está cada vez más moldead¡¡.por la incivilidad y la
imposición de distancia social. La comparación con Los Ángeles indica
que el patrón de segregación de Sao Paulo no es algo único, sino que ya Las calles abiertas a la libre circulación de personas y vehículos repre-
está muy difundido. En ambas ciudades, la nueva experiencia urbana está sentan una de las imágenes más vivas de las ciudades modernas. A pesar
estructura da no por los valores modernos de apertura y tolerancia a la de que las ciudades occidentales incorporan varias y hasta contradictorias
heterogeneidad, sino por la separación y el control de límites. Finalmen- versiones de la modernidad, hay un gran consenso con respecto a cuáles
te, discuto algunas de las consecuencias políticas de esos cambios espacia- son los elementos básicos de la experiencia moderna de vida pública urba-
les en términos de expansión y restricción de la democracia. na: la primacía y la apertura de calles; la circulación libretlos encuentros
Es claro que los espacios públicos de las ciudades y los tipos de rela- impersonales y anónimos de peatones; el uso público y espontáneo de ca-
ción que ahí ocurren representan solo un aspecto de la vida pública. Una lles y plazas; y la presencia de personas de diferentes grupos sociales pa-
de las cuestiones más desafiantes en el análisis urbano permea las discu- seando y observando a los otros que pasan, mirando escaparates, hacien-
siones en este capítulo: cómo concebir las relaciones entre forma urbana, do compras, sentándose en los cafés, participando de manifestaciones
política y vida cotidiana Esas relaciones son muy complejas y general- políticas, apropiándose de las calles para sus festivales y conmemoracio-
mente disyuntivas: procesos simultáneos con significados opuestos pue- nes, o usando los espacios especialmente designados para el ocio de las
den ocurrir en la misma esfera pública. Sao Paulo ofrece un fuerte ejem- masas (parques, estadios, locales de exposiciones).! Estos elementos están
plo de disyunción, ya que su proceso de fortificación coincide con la asociados a la vida moderna en ciudades capitalistas por los menos desde
organización de los movimientos sociales urbanos, la expansión de los la reforma de París por el barón Haussmann en la segunda mitad del siglo
derechos de ciudadanía de las clases trabajadoras y la democratización XIX. La transformación de París promovida por el Estado bajo el coman-
política. Al enfatizar este tipo de disyunción, me distancio fuertemente do de Haussmann fue duramente criticada tanto por ciudadanos como
del determinismo ecológico que vería en los muros y en el patrón de se- por ana listas, pero nadie niega que los nuevos bulevares fueron rápida-
gregación cristalizado en el medio urbano el origen determinante de pro- mente apropiados por un enorme número de personas ansiosas por apro-
cesos políticos. vechar tanto la vida pública en las calles, protegidas por el anonimato,
Con todo, el espacio construido no es un tipo de escenario neutro como las posibilidades de consumo que vinieron con ella. Tanto el fllineur
para la expansión de las relaciones sociales. La calidad del espacio cons-
truido inevitablemente influencia sobre la calidad de las interacciones so-
ciales que allí tienen lugar. Esta no las determina completamente, ya que
siempre hay lugar para diversas y algunas veces subversivas apropia-
ciones de los espacios y para la organización de acciones sociales que se
i 1. Análisis de varias dimensiones de la vida urbana moderna se encuentran en: Benjamin
(1986), Berman (1982), Clark (1984), Harvey (1985), Holston (1989) Jacobs (1961), Rabinow
(1989), Schorske (1961), Sennett (1974), Simmel (1971 [1903J, Vidler (1978), Wirth (1969
oponen a aquellas moldeadas por prácticas espaciales. Sin embargo, los [1938]), Young (1990). Restrinjo mis discusiones a las ciudades occidentales, tanto en Europa
espacios materiales que constituyen el escenario para la vida pública in- como en América.
descrito por Baudelaire como el consumidor de las nuevas tiendas se con- (Jacobs, 1961: 35), densidad, uso continuo, amplia diversidad de usos, y
virtieron en símbolos del uso moderno del espacio público urbano. una clara demarcación entre espacio público y espacio privado. Cuando
En el centro de esa concepción de vida pública urbana se encuentran esas condiciones desaparecen, argumenta ella, la libertad de la ciudad y
dos nociones relacionadas: el espacio de la ciudad es un espacio abierto su civilización están amenazadas. Eso ocurre, por ejemplo, cuando la
para ser usado y aprovechado por todos, y la sociedad de consumo que «institución delTurf» (1961: 47-50) orienta construcciones urbanas y las
ella abriga es accesible a todos. Conforme argumenta Young, en el ideal de personas construyen barreras, cierran algunas áreas y aíslan a los otros
vida urbana moderna las «fronteras son abiertas e indeterminables» del lado de afuera. Eso también ocurre cuando se confunde la separación
(1990: 239). Es claro que ése nunca fue enteramente el caso, en París o en entre público y privado. La privacidad, argumenta Jacobs, es «indispen-
cualquier otro lugar. Las ciudades modernas siempre estuvieron marcadas sable» en las ciudades (1961: 58). La «vida pública civilizada» se mantie-
por desigualdades sociales y segregación espacial, y sus espacios son apro- ne sobre la base de las relaciones en público dignas, formales y reservadas
piados de maneras bastante diferentes por diversos grupos, dependiendo -lo que podemos llamar civilidad-, además de separadas de las vidas pri-
de su posición social y poder. La propia París demuestra la permanencia de vadas. Donde no existen calzadas ni espacios públicos vivos, y cuando las
la desigualdad: la reforma de la ciudad durante el Segundo Imperio en ver- relaciones en público comienzan a entrometerse en la vida privada y a re-
dad fue una transformación en el modo de segregación espacial y organi- querir la convivencia entre vecinos, la libertad de la ciudad está amenaza-
zación de las diferencias de clase, como Engels (1872) ya había notado 'da; las personas tienden a imponer ciertos estandartes, creando un senti-
(véase también Harvey, 1985). Como resultado, la literatura sobre ciuda- ,do de homogeneidad que lleva a la insularidad y a la separación. Cuando
des modernas frecuentemente enfatizó sus aspectos negativos, desde el cri- no hay vida pública, las alternativas a compartir mucho pueden ser no
men y la violencia al peligro de multitudes, anomia, individualismo exce- compartir nada, y la sospecha y el miedo de los vecinos son resultados es-
sivo, congestionamiento y proliferación de enfermedades. Sin embargo, a perables. En suma, para Jacobs, tanto trazar líneas y fronteras en el espa-
despecho de las persistentes desigualdades e injusticias sociales, las ciuda- cio de la ciudad como extender lo privado en 10 público amenaza los va-
des occidentales modernas inspiradas en ese modelo siempre mantuvieron lores básicos de una buena vida pública urbana.2
señales de apertura relacionadas en especial con la circulación y el consu- Iris Marion Young (1990) parte del análisis de Jacobs para construir
mo, señales que sustentaron el valor positivo ligado al espacio público un «ideal normativo de vida en la ciudad» que ella imagina como una al-
abierto y accesible a todos. Además, las ocasionales apropiaciones violen- ternativa a las ciudades existentes y como una manera de reparación de
tas de espacios públicos por diferentes categorías de personas excluidas -el sus muchas injusticias sociales. Young crea su modelo como un ideal y, así,
ejemplo más obvio son las barricadas erguidas durante las rebeliones de no discute sobre su especificidad histórica y moderna. Entretanto, sus ar-
trabajadores- también constituyeron el público moderno y simultánea- gumentos y críticas de algunas visiones iluministas revelan su carácter mo-
mente contribuyeron a su expansión. La oposición es inherente a la ciudad derno. Young define la vida en la ciudad como «el estar junto a extraños»,
moderna. cuyo ideal es «una apertura a la alteridad no asimilada» (Young, 1990:
Algunos ana listas de la moderna vida urbana han sido especialmen- 237,227). «Como un ideal normativo», ella argumenta, «la vida en la ciu-
te convincentes al enumerar los valores positivos de la ciudad y al defen- dad ejemplifica las relaciones sociales de diferencia sin exclusión» (Young
der el espacio público moderno. En general, ellos no toman en considera- 1990: 227). Por principio, esos ideales son incompatibles con cualquier
ción el hecho de que la noción moderna de lo público es, en verdad, un tipo de orden jerárquico (como el orden medieval de estamentos) y pueden
tipo de espacio y una experiencia de vida urbana que no surgieron sino ser concebidos solo a partir de la suposición de una igualdad universal de
hasta el proceso de urbanización industrial del siglo XIX. Recordar la es- los ciudadanos que constituye a las modernas sociedades occidentales.
pecificidad histórica de esa noción de 10 público es esencial para entender
su transformación actual.
Jane Jacobs es una de las defensoras más famosas de los valores de la 2. Otros analistas de la vida urbana moderna presentan tipos semejantes de argumentos.
vida pública moderna en las ciudades. Su análisis del uso de calzadas y Richard Sennett (1974) ancla su tesis de la .caída del hombre público» en una descripción de la
pérdida de formalidad en las interacciones en público asociada a la interiorización del individuo
parques enfatiza no solo la apertura y la accesibilidad, sino también la
ya las tiranías de la intimidad que marca a las sociedades contemporáneas. T. J. Clark (1984:
etiqueta y las condiciones que hacen posibles y seguras las interacciones cap. 1) describe la París moderna como un espacio público constituido para garantizar la .desa·
públicas entre extraños. Esas condiciones incluyen el control complejo y tención» al otro, esto es, el anonimato y la posibilidad de interacciones con extraños en las cua·
voluntario ejercido por los residentes que ella rotula «ojos sobre la calle» les la privacidad siempre es mantenida.
Young concibe su modelo de vida en la ciudad como un instrumento En la política contemporánea, las promesas liberales no cumplidas
de crítica al comunitarismo, o sea, el ideal de la fusión de sujetos y de pri- de ciudadanía universal y, simultáneamente, la reafirmación de algunas
macía de las relaciones cara a cara como un modelo básico de política de- de esas promesas han sido articuladas por los nuevos movimientos socia-
mocrática. Este es exactamente el modelo utilizado para justificar la les. Estos han asumido varias formas, sea afirmando los derechos de gru-
construcción de enclaves fortificados y el retiro hacia la vida suburbana. pos específicos (negros, poblaciones indígenas, gays y mujeres), sea inten-
Usando argumentos paralelos a los de Jacobs, Young argumenta que el tando expandir los derechos de grupos sociales excluidos (como en el
ideal de comunidad «niega la diferencia entre sujetos» y «frecuentemen- caso de los movimientos de residentes de la periferia de 5ao Paulo reivin-
te actúa para excluir u oprimir a los que son diferentes. El compromiso dicando sus «derechos a la ciudad»). En general, especialmente en su en-
con un ideal de comunidad tiende a valorizar y a reforzar la homogenei- carnación liberal, los movimientos sociales articulan lo que se puede lla-
dad» y, así, tiene consecuencias excluyentes (Young, 1990: 234-235). Ella mar como un ataque positivo a los ideales liberales modernos: su objetivo
alega que su ideal normativo es una elaboración de las virtudes y posibi- es todavía extender los derechos, la libertad, la justicia y la igualdad, y
lidades no realizadas de la experiencia contemporánea de las ciudades. ellos buscan modelos que incluyan a los excluidos y, así, alcancen esos
Las principales virtudes son cuatro: diferenciación social sin exclusión; objetivos de una manera más efectiva. En otras palabras, es un ataque
diferenciación del espacio social basada en la multiplicidad de usos; ero- que mantiene y refuerza valores liberales básicos, especialmente los de
tismo, entendido de modo amplio como «una atracción por el otro, y pla- universalidad e igualdad. Lo que distingue estos movimientos sociales li-
cer y excitación de ser sacado de una rutina segura para encontrar lo nue- berales de un segundo tipo es el tratamiento de la diferencia.4 En la ver-
vo, lo extraño y lo sorprendente» (Young, 1990: 139); y publicidad, que sión liberal, que Taylor (1992: 37) llama «política de universalismo», los
se refiere al espacio público considerado por definición un lugar abierto movimientos sociales marcan diferencias con el fin de exponer injusticias.
y accesible a todos y donde siempre se corre el riesgo de encontrar a los Para los movimientos sociales que enfatizan <<laigual dignidad de todos
que son diferentes (Young, 1990: 238-241). «En la vida pública las dife- los ciudadanos», llamar la atención sobre las diferencias ~ignifica luchar
rencias permanecen no asimiladas [...] El público es heterogéneo, plural y por la expansión y por la «igualación de derechos» (Taylor, 1992: 37). En
divertido» (Young, 1990: 241). A pesar de que la realidad social en cual- el fondo, su meta es borrar diferencias a través de la incorporación de
quier ciudad contemporánea esté llena de desigualdades e injusticias, el grupos discriminados a la condición de ciudadanía plena. Esos movi-
ideal permite considerar, criticar y formular alternativas a ellas. mientos apuntan a una vida pública y una comunidad política en las
Los ideales modernos de lo público no se refieren solo a la vida en la cuales el respeto igualitario por los derechos de todos eliminaría la nece-
ciudad, ya que están siempre ligados a concepciones de la política. La pro- sidad de marcar diferencias y desigualdades. Dado su énfasis en princi-
mesa de incorporación a la sociedad moderna incluye no solo la ciudad y
el consumo, sino también la política. Las imágenes de la ciudad moderna
son de muchas maneras análogas a las de la comunidad política liberal,
conocimiento de que los derechos de ciudadanía nunca fueron distribuidos igualitariamente,
consolidadas sobre la base de un contrato social entre personas idealmen-
pero se expandieron considerablemente a lo largo de! tiempo. Después de diferenciar las dimen-
te iguales y libres. La ficción del contrato social basado en un principio de siones civil, política y social de la ciudadanía, Marshall argumenta que ellas evolucionaron suce-
universalidad es radical-como el de la ciudad abierta- y ayudó a destruir sivamente y que cada una llevó aproximadamente un siglo para consolidarse. Ese ensayo no es-
el orden social jerárquico de los estamentos feudales que la precedió. Pero conde el largo camino que condujo al reconocimiento de cada derecho, pero eso no amenaza su
es claro que solo con muchas luchas las definiciones de aquellos que po- tesis más general de progreso continuo de la ciudadanía, apoyada en la historia de su expansión.
La imagen de expansión progresiva de la ciudadanía encuentra ecos en versiones contemporá-
drían considerarse «libres e iguales» se expandieron. Así como la ciudad
neas de la teoría política que se conciben como .radicales_ y que no encuadran el análisis en tér-
abierta, la comunidad política que incorpora a todos los ciudadanos nun- minos de incorporación. Por ejemplo, e! análisis de Laclau y Mouffe (1985) presenta a la demo-
ca existió. Aun así, sus ideales y su promesa de incorporación continua cracia sobre la base de un imaginario caracterizado por e! .desplazamiento equivalencial- y que
mantuvieron su poder por lo menos durante dos siglos, dando forma a ex- intenta considerar las posibilidades de su hegemonía de forma radical, en las sociedades contem-
periencias de ciudadanía y vida en la ciudad y legitimando las acciones de poráneas. Para críticas recientes de la visión optimista y' evolucionista de Marshall, véanse
Hirschman (1991) y Turner (1992).
varios grupos excluidos en sus reivindicaciones por incorporación.3
4. El movimiento por los derechos civiles y e! movimiento feminista norteamericanos en
las décadas de 1960 y 1970, así como los movimientos sociales urbanos en América Latina a fi-
3. Una poderosa imagen de incorporación progresiva es ofrecida en el ensayo clásico de nes de los años setenta y comienzo de los ochenta, son ejemplos de lo que llamo movimientos so-
T. H. Marshall (1965 [1949)) sobre el desarrollo de la ciudadanía. Su punto de partida es el re- ciales .liberales •.
pios universales, no ven la diferencia como algo que deba ser mantenido dernas.6 Estos espacios promueven interacciones entre personas que son
y valorizado. forzadas a confrontar sus anonimatos y los de otros sobre la base de la
Un segundo tipo de movimiento social, que ofrece una crítica allibe- ciudadanía y a reconocer, así, y a respetar los derechos iguales del otro.
ralismo, puso en evidencia la cuestión de la diferencia. En esta segunda Está claro que hay varias maneras de subvertir aquella igualdad e invocar
categoría, que Taylor llama «política de diferencia», grupos minoritarios, diferencias deestatus y jerarquías. Sin embargo, el espacio de la ciudad
especialmente feministas, argumentan que las nociones liberales de uni- moderna, más que cualquier otro, fuerza esa confrontación y consecuen-
versalismo estuvieron siempre constituidas sobre la base de la exclusión temente tiene el potencial de desafiar y nivelar esas jerarquías. En el espa-
de algunos. Estos insisten en que los derechos de grupos minoritarios solo cio de la ciudad moderna, diferentes ciudadanos negocian los términos de
pueden ser considerados si son abordados desde la perspectiva de la dife- sus interacciones y de hecho interactúan socialmente a despecho de sus
rencia y no de la identidad (sameness).5 A pesar de que todavía se refie- diferencias y desigualdades. Ese ideal de la ciudad abierta tolerante a las
ran a un principio de igualdad universal, reivindican el reconocimiento de diferencias sociales y a la negociación en encuentros anónimos, cristaliza
la identidad única de cada grupo y su especificidad en relación con todos lo que llamo espacio público moderno y democrático.
los otros (Taylor, 1992: 38-39). La interpretación de Iris Marion Young Ciudades como las contemporáneas Sao Paulo y Los Ángeles pre-
de una política de diferencia y de la vida en la ciudad como el dominio de sentan un tipo totalmente distinto de espacio público urbano. La dife-
las relaciones sociales de «diferencia sin exclusión» representa una ver- rencia no es del mismo tipo expresado sea por las reivindicaciones de los
sión de esa crítica (Young, 1990). En el modelo de Young, las diferencias movimientos sociales (de cualquier tipo), sea por las críticas a las nume-
tienen que permanecer no asimiladas; ellas no deberían desaparecer bajo rosas disfunciones de las ciudades modernas, que todavía pretenden me-
alguna ficción de pertenencia universal. Aunque la ruptura con el libera- jorar el espacio público moderno y hacer que se adapte a sus promesas.
lismo en esa visión sea explícita, todavía constituye un ataque basado en En vez de eso, los espacios públicos que se están creando en esas ciuda-
los principios de derechos, libertad, justicia e igualdad y, por lo tanto, des niegan las principales características del ideal modert).o democrático
dentro de los parámetros de la modernidad. de espacio público urbano. Esas ciudades abrigan un tipo de espacio pú-
Otros teóricos de la democracia como Claude Lefort, Chantal blico que no hace ningún gesto en dirección a la apertura, indetermina-
Mouffe, Ernesto Laclau y Étienne Balibar ofrecen análisis similares. Lo ción, acomodación de diferencias o igualdad y, que al revés de eso, toma
que ellos tienen en común, además del énfasis en la no asimilación de di- la desigualdad y la separación como valores estructurantes. En verdad,
ferencias, es la insistencia en una política democrática y en un espacio pú- contradice los principios del espacio urbano moderno y expresa algunos
blico fundados en la incertidumbre y en la apertura y marcados por la ne- de los peores escenarios de incivilidad y privatización del espacio públi-
gociación de significado. Como dice Lefort, la democracia es Instituida y co imaginados por Jacobs e Young. Las ciudades de muros y de enclaves
mantenida por la «disolución de las marcas de certeza» (Lefort, 1988: 19). fortificados son ciudades de fronteras fijas y espacios de acceso restrin-
En una democracia, las bases del poder, de la ley, del conocimiento y de las gido y controlado.
interacciones sociales son indeterminadas y el espacio público es el locus
donde se negocian el significado de lo social y de lo que está legitimado.
Estos ideales de política democrática -apertura, indeterminación,
fluidez y coexistencia de diferencias no asimiladas- encontraron algunas
de sus mejores expresiones en los espacios públicos de las ciudades mo·
6. Es interesante observar que en vez de formular un modelo de democracia en términos
puramente abstractos, Young lo ancla en la experiencia moderna de vida en la ciudad. Aunque
5. Para una crítica feminista de la teoría del contrato social, véase Pateman (1988), y para insista en las diferentes injusticias sociales y de segregación que se encuentran en las ciudades, es
una crítica del entendimiento legal de igualdad como sameness, véase Eisenstein (1988). Scott todavía de su experiencia que ella deriva el modelo de un espacio democrático en el cual las di-
(1996) ofrece un análisis de la paradoja que marcó la historia del feminismo liberal francés: su ferencias permanecen -no asimiladas> y la heterogeneidad, la tolerancia en relación con el otro,
necesidad de aceptar y rechazar simultáneamente diferencias sexuales en la política. Véanse tam- .! la accesibilidad y las fronteras flexibles existen de alguna manera y pueden ser rescatadas como
bién los debates sobre multiculturalismo y, especialmente, las reivindicaciones por derechos in- } valores positivos. Véase Deursche (1996) para una crítica de las concepciones del espacio públi-
dígenas en algunos países de América Latina, concebidas como derechos de naciones dentro de co con relación al papel del arte público en un contexto democrático. Deutsche argumenta, ins-
un Estado-nación (Stavenhagen, 1996; Findji, 1992) y el debate sobre el nacionalismo en Que- pirada por Lefort, que el papel de ese arte debe ser exactamente el de desestabilizar límites e
bec (Kymlicka, 1996). identidades.
corporativa controlada democráticamente y cuyos principales integrantes
serían electos por los residentes-locatarios.
Los enclaves fortificados y el tipo de espacio público que se están El modelo de la ciudad-jardín fue muy influyente, generando nume-
creando en Sao Paulo y en Los Ángeles son el resultado de influencias rosas new towns, tanto en Inglaterra como en los Estados Unidos, desde
complejas y heterogéneas. Algunas de ellas pueden ser relacionadas con e! comienzo de! siglo XX (Fishman, 1988: cap. 1). Los actuales condomi-
las críticas de la desigualdad, segregación e injusticias sociales que cons- nios cerrados paulistas y los CID (cornrnon interest developrnents) nor-
tituyeron a las ciudades industriales. Dos de esas visiones influyeron en teamericanos ejemplifican la influencia del modelo de la ciudad-jardín y
especial en la nueva segregación de los enclaves: la noción de ciudad-jar- también cuánto fue modificado. Los muros y el carácter privado de los
dín y el modernismo. Este análisis nos ayudará a entender cómo lo que emprendimientos actuales, la ausencia de preocupación por un orden ur-
fue originariamente una crítica a los problemas de las ciudades industria- bano como un todo y el estilo de vida.exclusivo y excluyente, contradicen
les acabó transformándose en una fuente de destrucción de sus ideales de- directamente los ideales originales. Sin embargo, e! imaginario de la ciu-
mocráticos. dad-jardín todavía es significativo. En los Estados Unidos, ese modelo ha
El modelo de la ciudad-jardín fue expresado por primera vez por sido frecuentemente asociado con los ideales políticos comunitarios, a pe-
Ebenezer Howard en Inglaterra en e! siglo XIX.7 Considerando los proble- sar de que estos no fueran necesariamente parte de la visión de Howard.9
mas de las grandes ciudades como insolubles, él propone sustituirlas por No es difícil asociar ese concepto a los orígenes de los CID administrados
ciudades pequeñas. Sus residentes, especialmente los pobres, vivirían cer- , por una asociación de propietarios, que se están convirtiendo en e! prin-
ca de la naturaleza y basarían sus relaciones en la mutualidad y en la pro- cipal tipo de residencia en los suburbios norteamericanos. !O De forma se-
piedad colectiva de la tierra. Howard imaginó las ciudades-jardín como mejante, como reveló el análisis de los anuncios, los condominios cerra-
autosuficientes y, por lo tanto, diferentes de los suburbios tradicionales, dos brasileños se inspiran en el modelo de la ciudad-jardín. En contraste
adonde los trabajadores solo regresan para dormir. En verdad, las ciuda- con los CID estadounidenses, sin embargo, los condomini!;ls paulistas no
des que él imaginó, con su combinación de vivienda y empleos en e! insisten en la cuestión de la comunidad. En Sao Paulo el comunitarismo
sector terciario y en la industria, se acercan más a los nuevos suburbios no es una ideología importante y la inspiración de la ciudad-jardín termi-
contemporáneos.8 Howard vislumbró sus ciudades en forma circular, cer- na siendo expresada de una manera más cruda. Sin el discurso (presumi-
cadas por un cinturón verde (como el adoptado por muchas ciudades in- blemente positivo) sobre los valores de la comunidad local, sus intencio-
glesas) y ligadas a otras ciudades pequeñas para formar otro círculo (co- nes discriminatorias son las únicas que sobresalen.
mo en e! concepto de ciudades-satélite). Las actividades económicas, Le Corbusier y la planificación urbana modernista representan otra
residencia y administración estarían separadas por áreas verdes. En e! crítica a la ciudad industrial y a su espacio público moderno, que fue apro-
centro, los edificios públicos se aglomerarían para crear e! «espíritu cívi- piado y transformado por los nuevos enclaves. A pesar de las
co». La ciudad sería planeada como una totalidad -de acuerdo con e! muchas diferencias, la Ciudad Radiante de Le Corbusier tenía algunos
concepto que se convirtió en sinónimo de planificación- y sería controla- vínculos con e! modelo de ciudad-jardín. En verdad, él mismo la describió
da por la autoridad pública para evitar la especulación y la irracionalidad como una «ciudad-jardín vertical» (Jacobs, 1961: 22).11 Sus ideas sobre
en su uso. Las ciudades-jardín serían gobernadas por una tecnocracia densidad eran e! opuesto de las de Howard, e introdujo los rascacielos a sus
proyectos así como e! automóvil y consideraciones sobre el flujo rápido de

7. El libro To-Morrow: A Peaceful Path to Social Reform, de Howard, fue publicado ori-
ginalmente en 1898. En 1902 fue reeditado como Carden Cities ofTomo"ow. En Inglaterra, sus 9. Véase más arriba e Young (1990: 227-236) para una crítica al comunitarismo y su ca-
principales seguidores fueron Raymond Unwin y Barry Parker, que planearon la primera ciudad- rácter antiurbano y excluyente.
jardín y ayudaron a crear su idioma. Ellos también proyectaron la primera ciudad-jardín de Sáo 10. Para un análisis de la expansión de los CID, véase McKenzie (1994). La asociación de
Paulo. Para diferentes análisis de la influencia de Howard en la planificación urbana, véanse sentimientos antiurbanos con ideales comunitarios es explícita en el análisis de Blakely y Snyder
Fishman (1988: parte I), Cirouard (1985: 351-363),]acobs (1961: 17-25), Kostof (1991: 75-82, .! (1997) sohre condominios cerrados en los Estados Unidos. Aunque esos autores critiquen los
194-199) y McKenzie (1994: 1-6). } portones, su sesgo antiurbano y su preocupación por la «comunidad. les impide captar el carác-
8. Véase ]ackson (1985) para una visión de la suburbanización de los Estados Unidos y ter profundamente antidemocrático de las comunidades cerradas.
Fishman (1995), Beauregard (1995), Soja (1996a) y Garreau (1991) para diferentes visiones de 11. Para las afinidades entre Le Corhusier y Howard, véanse Fishman (1988: 178 y cap.
los camhios de carácter del su hurhio norteamericano. 21), ]acohs (1961: 21-25) y Girouard (1985: 360).
tránsito. Sin embargo, sus proyectos tenían varios elementos en común con dicadas casi exclusivamente a la circulación de vehículos. La calle como
la ciudad-jardín: antipatía por la calle y destrucción de su unidad; segmen- elemento central de la vida pública moderna es, entonces, eliminada. Sin
tación espacial de las funciones; énfasis en la ciudad como un parque y en embargo, aun cuando los resultados tiendan a ser los mismos, los proyec-
la existencia de áreas verdes intercaladas con áreas construidas; y necesidad tos originales del modernismo y de los enclaves actuales son radicalmente
de un plano integral continuamente controlado por autoridades públicas. diferentes. Pero vale la pena investigar cómo proyectos tan diferentes ter-
La planificación y el proyecto modernistas fueron influyentes en todo minaron usando estrategias semejantes y produciendo efectos similares.
el mundo, pero especialmente en el Brasil moderno y en Los Ángeles. Tal La arquitectura modernista y la planificación urbana surgen de una
como Holston (1989) muestra, la construcción de la Brasilia modernista a crítica a las ciudades y sociedades industriales, que ellas querían transfor-
fines de los años cincuenta cristalizó un modernismo internacional en su mar a través de la remodelación radical del espacio. Su ambición es clara:
transformación del espacio público y lo transmitió al resto del país. u El borrar diferencias sociales y crear igualdad en la ciudad racional del futu-
modernismo ha sido el idioma dominante de la arquitectura y de la plani- ro diseñada por un arquitecto de vanguardia. En ese contexto, la calle
ficación urbana brasileñas hasta hoy. Como tal, este también ha sido aso- corredor es considerada como generadora de enfermedades y como un im-
ciado al prestigio y ha ayudado a crear espacios y a vender residencias pa- pedimento para el progreso, ya que no lograría adaptarse a las necesida-
ra la elite brasileña desde la década de 1950Y En los condominios des de la nueva era de la máquina. Además, la arquitectura modernista
cerrados, sin embargo, la arquitectura modernista se vuelve no solo un , ataca a la calle porque «constituye una organización arquitectónica de los
símbolo de estatus para la burguesía, para quien esa arquitectura puede , dominios público y privado de la vida social que el modernismo busca su-
todavía estar de moda, sino también uno de los principales medios de pro- perar» (Holston, 1989: 103). En las ciudades capitalistas, la organización
ducir segregación. Para alcanzar sus metas de aislar, distanciar y seleccio- de lo público y de lo privado se expresa en la calle corredor y en su siste-
nar, los enclaves fortificados usan algunos instrumentos de proyecto ma correlativo de espacios públicos, incluyendo calzadas y plazas: una
oriundos del repertorio modernista de planificación y arquitectura. Una masa sólida de construcciones privadas contiguas encuadrJl y contiene el
de las características comunes entre la planificación modernista (y de la vacío de las calles públicas. La planificación y la arquitectura modernistas
ciudad-jardín) y los enclaves fortificados es su ataque a las calles como una invierten esas relaciones sólido-vacío/figura-fondo que han sido la base de
forma de espacio público. Tanto en la Brasilia modernista, conforme la estructura física de las ciudades occidentales. En la ciudad modernista,
muestra Holston (1989: cap. 4), como en las nuevas partes de Sao Paulo y «las calles aparecen como vacíos continuos y las construcciones como fi-
Los Ángeles, las convenciones modernistas de proyecto urbano y arquitec- guras esculturales» (Holston, 1989: 125). Al subvertir el código existente
tónico retiran a los peatones y sus interacciones anónimas de las calles, de- de orden urbano, la planificación modernista objetiva y consigue borrar la
distinción representativa entre público y privado. El resultado es la subver-
sión del espacio público moderno anclada en esa separación.
12. Véase Holston (1989) para un análisis de Brasilia, su afiliación al CIAM y las inversio- La planificación urbana modernista aspiraba a transformar la ciu-
nes y perversiones generadas a medida que el proyecto fue elaborado y la ciudad, poblada. Mis dad en un único dominio público homogéneo patrocinado por el Estado,
consideraciones sobre Brasilia están basadas en ese análisis.
eliminar las diferencias para crear una ciudad racionalista universal, divi-
13. Siendo así, el modernismo no podría estar ausente de los anuncios de condominios ce-
rrados. En 1982 un conjunto de siete edificios en Morumbi fue anunciado como «1'Abitare, el dida en sectores de acuerdo con funciones urbanas: residencia, trabajo,
éxito planeado [oo.) introdujo una de las tendencias más modernas y victoriosas en materia de ar- recreación, transporte, administración y cívica. Brasilia es la expresión
quitectura y urbanismo [oo.) l'Abitare devuelve el espacio vivencial a los residentes y refleja una más completa de ese nuevo tipo de ciudad y de vida pública.14 El resulta-
preocupación tanto por el hombre y su calidad de vida, considerando las necesidades específicas
de las familias paulistas de clase media, como por las experiencias que en el lenguaje del famoso
arquitecto Le Corbusier dieron como resultado la concepción de las "unidades de vecindad" ['00]
todo eso cercado y guardado por portería con vigilancia permanente [oo.) Ubicación excelente 14. Brasilia fue creada a partir de la nada como un plano total. Muchas ciudades existen-
[oo.] el barrio es una prolongación del área tradicionalmente ocupada por las residencias de la tes alrededor del mundo, por su parte, fueron sustancialmente modificadas por la intervención
clase media superior» (O Estado de Sao Paulo, 3 de octubre de 1982). Chico Buarque captó ese de la planificación modernista. Además, el modernismo se convirtió en el patrón tipo de proyec-
uso de la arquitectura modernista como una forma de esta tus, en la novela Estorvo. La residen- ~ .~ to en las ciudades dominadas por la Unión Soviética. A través del uso de espacios monumenta-
cia de la hermana en el condominio cerrado es un proyecto modernista. Se trata de «una pirá- If l les y construcciones modemistas, la planificación soviética creó un tipo de espacio público que
mide de vidrio, sin el vértice., pero que necesita ser cercada para convertirse en una fortaleza. El también es completamente diferente del tipo moderno occidental: un espacio para desfiles, ma-
resultado es extraño, como observa el narrador: «Yo siempre creí que aquella arquitectura pre- nifestaciones de grandes multitudes y espectáculos patrocinados por el Estado, pero no para la
miada prefería habitar otro espacio» (1991: 14-15). interacción diaria de los peatones.
do, con todo, terminó siendo el opuesto a las intenciones de los planifica- trucción individuales. Las despojadas fachadas modernistas pueden ser
dores. Brasilia es hoy la ciudad más segregada del Brasil, no la más igua- eliminadas de los enclaves en favor de ornamentos, irregularidades y ma-
litaria (Holston, 1989: cap. 8; Telles, 1995a). Al destruir la calle como es- teriales ostentosos que exhiben la individualidad y el estatus de sus resi-
pacio para la vida pública, la planificación modernista también minó la dentes (véanse fotos 10, 18, 19 y 20). Las tecnologías de seguridad pue-
diversidad urbana y la posibilidad de coexistencia de diferencias. El tipo den también ayudar a asegurar el aura de exclusividad de los edificios. La
de espacio que crea promueve no la igualdad -como se pretendió- sino arquitectura de esos edificios también está en desacuerdo con el énfasis
solo una desigualdad más explícita. modernista en la transparencia y en la exposición de la vida privada (y,
Irónicamente, entonces, los instrumentos de la planificación moder- por lo tanto, en el ataque a la vida privada) expresada en el uso de facha-
nista, con poca adaptación, sirven para producir desigualdad. Calles pro- das de vidrio. En otras palabras, contra el énfasis modernista en lo públi-
yectadas solo para el tráfico de vehículos, ausencia de calzadas, enclaus- co, los enclaves acentúan la internalización, la privacidad y la individua-
tramiento e internalización de áreas de comercio y grandes espacios vacíos lidad, pero estas no se vinculan a su contraparte moderna, la sociabilidad
que aíslan edificios esculturales y áreas residenciales ricas, efectivamente pública formal, ya que las fachadas de los edificios ya no constituyen un
crean y mantienen la separación social. Esas creaciones modernistas trans- marco sólido para una vida pública significativa en las calles.
forman radicalmente la vida pública. En los nuevos enclaves fortificados, Los elementos de la arquitectura y de la planificación modernistas
estas son usadas no para destruir espacios privados y producir un espacio que sobreviven en la nueva forma urbana de los enclaves son los que des-
público total y unificado, sino explícitamente para destruir los espacios . truyen el espacio público y la vida social modernos: calles muertas trans-
públicos. Su objetivo es extender algunos dominios privados de forma que formadas en vías rápidas, construcciones esculturales separadas por va-
ellos puedan cumplir funciones públicas, pero de manera segregada. cíos y que ignoran la alineación de las calles, muros y tecnologías de
Los enclaves fortificados contemporáneos usan esencialmente instru- seguridad que encuadran al espacio público como residual, enclaves vol-
mentos modernistas de proyecto, pero con algunas adaptaciones impor- cados hacia el interior, separación de funciones y destrucc~ón de espacios
tantes. El tratamiento de la circulación y del comercio es muy parecido: diversos y heterogéneos. Los artificios abandonados son aquellos ten-
en los dos casos, la circulación de peatones es desalentada, el tráfico de dientes a crear igualdad, accesibilidad, transparencia y una nueva esfera
vehículos es enfatizado, no hay calzadas y las áreas de comercio se man- pública (fachadas de vidrio, uniformidad de proyecto, ausencia de delimi-
tienen lejos de las calles, desalentando la interacción pública. Los grandes tación material como muros y rejas). En vez de crear un espacio en el que
espacios que separan edificios esculturales son otro punto en común. Los las distinciones entre público y privado desaparezcan -haciendo público
muros que circundan los enclaves son el distanciamiento más claro del todo el espacio, como los modernistas pretendían-los enclaves usan con-
idioma modernista, pero sus efectos no son extraños a la ciudad moder- venciones modernistas para crear espacios en los que la calidad privada
nista. En la planificación modernista, como la de Brasilia, las áreas resi- es enfatizada por encima de cualquier duda y en los que el público, un va-
denciales, comerciales y administrativas no deberían tener rejas o muros cío disforme tratado como resto, es considerado irrelevante. Ése fue exac-
sino solo ser delimitadas por áreas verdes y vías rápidas, como en el mo- tamente el destino de la arquitectura modernista y su «espacio totalmen-
delo de la ciudad-jardín y en varios suburbios norteamericanos actuales. te público» en Brasilia y en todas las ciudades que usan la planificación
En Sao Paulo los muros se consideran esenciales para demarcar todos los urbana modernista para construir y reconstruir (Holston, 1989). Sin em-
tipos de construcciones, especialmente los nuevos enclaves. Entretanto, bargo, mientras en Brasilia ese resultado fue una perversión de las inten-
esa demarcación de la propiedad privada no crea el mismo tipo de espa- ciones y premisas iniciales, en los condominios cerrados y enclaves forti-
cio público (no modernista) que caracteriza a la ciudad industrial. Como ficados representa una elección deliberada. En los enclaves, el objetivo es
en los enclaves contemporáneos los universos privados están separados segregar y cambiar el carácter de la vida pública, transfiriendo activida-
por los vacíos de espacios abiertos (como en el proyecto modernista), es- des antes realizadas en espacios públicos heterogéneos hacia espacios pri-
tos quiebran la alineación de la calle y no generan más calles corredores. vados que se construyeron como ambientes socialmente homogéneos, y
Además, cuando hay una alineación de calle creada por muros y acentua- destruyendo el potencial de las calles para proporcionar espacios para in-
da por sofisticadas tecnologías de seguridad, el espacio público residual
que se produce está en desacuerdo con la vida pública moderna.
i teracciones anónimas y tolerantes.
Actualmente, en los nuevos tipos de espacios en ciudades como Sao
Una diferencia significativa entre el proyecto modernista y los en- Paulo y Los Ángeles, tendemos a no encontrar gestos de apertura y liber-
claves fortificados se refiere al uso de materiales y a las formas de cons- tad de circulación a pesar de las diferencias, ni un universalismo tecno-
crático que apunte a borrar tales diferencias. En Sao Paulo el viejo diseño
urbano moderno ha sido fragmentado por la inserción de los enclaves
privados independientes y bien delineados (de proyecto modernista), que En Sao Paulo, como en cualquier otra ciudad, el medio urbano es he-
están totalmente volcados hacia el interior. Los fragmentos fortificados terogéneo y muestra señales de diferentes estratos de construcciones, usos
no se destinan a ser subordinados a un orden público total cimentado por e intervenciones. El proceso actual de construcción de muros afecta a
ideologías de apertura, accesibilidad, tolerancia de diferencias o prome- todos los tipos de espacios en la ciudad y transforma los espacios y las ex-
sas de incorporación. La heterogeneidad ahora debe ser tomada más en periencias de vida pública de diversas maneras. A continuación, describo
serio: los fragmentos expresan desigualdades irreconciliables, no simples diferentes tipos de transformación material causados por el proceso de
diferencias. En la ciudad de muros no hay tolerancia para con el otro o fortificación y discuto cómo afectan la calidad de vida pública. A pesar
por el diferente. El espacio público expresa la nueva intolerancia. Las de que los cambios sean de diferentes tipos y tengan efectos diversos, to-
convenciones modernistas de proyecto usadas por los enclaves ayudan a dos ellos refuerzan las fronteras y desalientan encuentros heterogéneos.
asegurar que diferentes mundos sociales se encuentren lo menos posible Todos ellos crean fronteras vigiladas y consecuentemente dejan menos es-
en el espacio de la ciudad, o sea, que pertenezcan a espacios diferentes. pacio para la indeterminación en los encuentros públicos. Todos ellos
En una ciudad de muros y enclaves como Sao Paulo, el espacio pú- promueven intolerancia, sospecha y miedo.
blico pasó por una transformación profunda. Vivenciado como más peli- Cuando las personas se desplazan por la ciudad, usan el espacio de
groso, encuadrado por rejas y muros, fragmentado por los nuevos vacíos maneras individuales y creativas y, como nos recuerda De Certeau, rea-
y enclaves, privatizado con cadenas que cierran las calles, guardias arma- lizan trayectorias fragmentadas que eluden la legibilidad (1984: cap 7).
dos y garitas, el espacio público es cada vez más abandonado por los sec- Siendo así, cualquier descripción de esas prácticas espaciales sólo puede
tores más altos. En la medida en que los espacios para los más ricos son ser fragmentaria y particular. Me baso aquí en lo que las personas me
cerrados y volcados hacia adentro, el espacio que sobra es abandonado a dijeron y en lo que leí y vi, pero principalmente en mis pbservaciones,
aquellos que no pueden pagar para entrar. Como los mundos privatiza- experiencias y memorias de la ciudad. Quiero señalar cambios y sugerir
dos de los sectores más altos están organizados sobre la base de princi- diferentes experiencias en el uso de la ciudad, pero no tengo la preten-
pios de homogeneidad y exclusión de otros, ellos son, por principio, lo sión de ser exhaustiva. En la Sao Paulo contemporánea, el espacio pú-
opuesto al espacio público moderno. Sin embargo, los espacios públicos blico es el más vacío y el uso de las calles, calzadas y plazas es más raro
restantes, territorios de miedo, tampoco pueden aspirar a los ideales mo- exactamente donde hay más enclaves fortificados, especialmente los re-
dernos. La vida cotidiana en la ciudad de muros refuerza exactamente los sidenciales. En barrios como Morumbi, las calles son espacios vacíos y
valores opuestos: incivilidad, intolerancia y discriminación. la calidad material de los espacios públicos es simplemente mala (véan-
En el ideal de vida urbana moderna, «las fronteras son abiertas e in- se fotos 9, 20 y 28). Debido a la orientación interna de los enclaves for-
determinables» sugiere Young (1990: 239). Las fronteras fijas crean espa- tificados, muchas calles tienen calzadas no pavimentadas o incluso no
cios no modernos, un espacio público no democrático. Sin embargo, las las tienen, y varias calles detrás de los condominios no están asfaltadas
relaciones entre forma urbana y política son complicadas, así como los (véase foto 6). Las distancias entre los edificios son grandes. Los muros
efectos de un espacio no público en la vida civil. Mis reflexiones sobre son muy altos, sin proporción con el cuerpo humano, y gran parte de el-
esas complejidades tienen como referencia el hecho de que'la consolida- los todavía tiene alambres electrificados. Las calles son para los auto-
ción de la ciudad de muros en Sao Paulo, con su espacio público no de- móviles y la circulación de peatones se vuelve una experiencia desagra-
mocrático, coincidió con el proceso de democratización política. Fue dable. En verdad, los espacios son construidos intencionalmente para
exactamente en el momento de eclosión de los movimientos sociales en la producir ese efecto. Caminar en Morumbi es un estigma -el peatón es
periferia, cuando los sindicatos paralizaban las fábricas y llenaban esta- pobre y sospechoso-o Las personas a pie pueden ser trabajadores que vi-
dios con sus asambleas, cuando las personas votaban para los cargos eje- ven en las favelas próximas y que son tratados con distancia y desdén
cutivos por primera vez en veinte años, que los residentes de la ciudad -y, evidentemente, con miedo- por los vecinos ricos. Como las personas
comenzaron a erguir muros y a mudarse hacia enclaves fortificados. de clase media y alta circulan en sus propios automóviles y los otros ca-
Cuando el sistema político se abrió, las calles se cerraron y el miedo al cri- minan o usan transporte público, existe poco contacto público entre
men se convirtió en el habla de la ciudad. personas de clases sociales diferentes. No hay espacios comunes que los
reúnan.
Los caminos dentro de las fave!as son espacios para caminar, pero las dim Europa admirando las mansiones de los ricos. La mayoría de ellas ya
fave!as acaban siendo tratadas como enclaves privados: solo residentes y no es visible: las casas están escondidas detrás de los muros, y los alam-
conocidos se aventuran a entrar y todo lo que se ve desde las calles públi- bres electrificados y otras parafernalias de seguridad ayudan a imponer
cas son algunas pocas entradas. En verdad, las fave!as sólo pueden ser vis- distancia a quien todavía se aventura por las calles. Caminar se volvió
tas como un todo desde las ventanas de los departamentos encima de el- desagradable, ya que las calles están dominadas ahora por vigilantes par-
las. Cuando tanto los residentes ricos como los pobres viven en enclaves, ticulares instalados en garitas, perros ladrando a los peatones y dispositi-
cruzar muros es obviamente una actividad cuidadosamente vigilada, en la vos que bloquean la circulación. Los pocos peatones se vuelven sospecho-
cual las señales de clase son interpretadas para determinar niveles de sos- sos. Intenté eso, con mi máquina fotográfica y sólo llamé la atención de
pecha y asedio. Las calles vacías de fronteras fijas y diferencias visibles son los guardias privados, que vinieron agresivamente en mi dirección, a pe-
espacios de sospecha y no de tolerancia, de desatención a las diferencias o sar de mi apariencia de clase media. La sensación de estar bajo vigilancia
simplemente para caminar. No son espacios públicos agradables. es inevitable, ya que los guardias' permanecen en las calzadas (y no den-
Varios barrios estrictamente residenciales de la clase alta (partes anti- tro de las construcciones como en Morumbi), observan a todos los que
guas de Morumbi, Alto de Pinheiros, Jardim Europa, por ejemplo) tienden pasan y pueden dirigirse directamente a las personas que encuentran sos-
a tener calles vacías también, pero barrios más antiguos, algunos de ellos pechosas. Nada más que lo esperado, ya que se les paga para sospechar y
proyectados como ciudades-jardín, todavía tienen buenas calles y calza- mantener a los extraños apartados. Ese ejército particular está ahí para
das. En esas áreas, no obstante, otros dispositivos restringen la circula- privatizar lo que solían ser espacios públicos razonables.
ción. En muchos de esos barrios de clase media y alta, los residentes priva- Pasé mi infancia a fines de la década de 1950 y comienzo de la de
tizaron calles públicas, cerrando su acceso con portones, cadenas o, menos 1960 en un nuevo barrio de clase media, e! Sumaré, que desde fines de los
ostensivamente, con jardines, macetas y plantas. Nada de eso es específico años sesenta está completamente urbanizado e incorporado al centro ex-
solo de Sao Paulo. En los Estados Unidos, la misma práctica se está vol- pandido. Cuando nos mudamos hacia allá, las calles todavía no estaban
viendo común, y los espacios que ella produjo fueron llamados «comuni- asfaltadas, no había sistema de cloacas ni teléfono. Estábamos a solo dos
dades de zonas de seguridad» por Blakely y Snyder (1997). Como la calle cuadras de un centro de recolección de basura de la ciudad, o sea, e! esta-
aún se considera un espacio abierto, su privatización todavía genera opo- blo para los caballos que tiraban de los carros de recolección y que desfi-
sición en los Estados Unidos. Algunos años atrás, cuando ese proceso co- laban por nuestra calle todas las mañanas para gran diversión de los ni-
menzó en Sao Paulo, e! gobierno municipal reaccionó y removió las cade- ños. Algunas veces, cuando llovía, e! bello Chevrolet 54 azul de mi padre,
nas. Sin embargo, como e! apoyo a la práctica aumentó, la ciudad la directamente importado de los Estados Unidos y proyectado para otras
incorporó en sus políticas: en 1990 e! gobierno municipal del PT comenzó calles, quedaba atascado en e! barro, y él debía caminar e! kilómetro que
a ofrecer los servicios de sus arquitectos y trabajadores de construcción a separaba nuestra casa de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sao
los barrios de clase media interesados en enclaustramientos.15 Paulo, donde era profesor. No había muchas casas en nuestra calle, yalgu-
A pesar de que esos barrios todavía tienen bellas calles arboladas y nas parecían pequeñas chacras, con sus huertas y gallinas en e! jardín. A
calzadas, hoy en día se volvió imposible una forma de entretenimiento pesar de ser un barrio de clase media, a fines de los años cincuenta toda-
apreciada por mi familia cuando yo era niña: pasear por las calles de! Jar- vía estaba en proceso de urbanización, como e! Jardim das Camélias, en la
periferia, cuando fui allá por primera vez a fines de la década de 1970. La
ciudad creció tan rápido, Sumaré es hoy tan urbano, que es extraño recor-
dar que hace no mucho tiempo estaba tan poco desarrollado.
15. La disputa entre la ciudad de Sao Paulo y los residentes que cerraron sus calles con ca-
Por muchos años, la casa de mi familia tuvo un muro bajo. El portón
denas fue relatada en los periódicos O Estado de sao Paulo y Folha de sao Paulo (por ejemplo,
durante enero de 19851. El cambio en las concepciones públicas y en la actitud de la administra- permanecía abierto todo e! día y sólo se cerraba a la noche. Cuando e! ba-
ción municipal en relación con los endaustramientos está registrada en .Bairros residenciais rrio se desarrolló, las calzadas se llenaron de gente y e! tráfico aumentó con-
querem fechar ruas', O Estado de sao Paulo, 18 de junio de 1991. En los Estados Unidos, el ce- siderablemente en los años setenta, mis padres subieron e! muro y comenza-
rramiento de calles también provocó oposición. Una de las disputas más famosas ocurrió en .! ron a cerrar e! portón durante e! día -ellos se incomodaban con los peatones
-¡¡o"
Whidey Heights, Los Angeles, donde los portones construidos por residentes fueron considera-
mirando hacia dentro de su sala de estar y querían privacidad-. Pero siem-
dos ilegales y se ordenó que nunca fueran cerrados. En muchas otras áreas, sin embargo, fueron
cerrados. El caso de Whitley Heights fue discutido en innumerables ediciones del Los Angeles
pre usábamos transportes colectivos y caminábamos por el barrio libremen-
Times (especialmente en 1994-1995) y por Blakely y Snyder (1997: 104-108). te y sin preocupaciones, incluso a la noche. A comienzo de la década de
1980, la casa de mi padre fue asaltada y el portón pasó a ser trabado. Hoy
mi padre tiene un guardia particular dentro de los muros durante la noche y
el portón queda cerrado 24 horas al día. Él nos pide que le avisemos por te-
léfono cuando vamos a ir a visitarlo de noche, para que el guardia pueda es-
tar preparado para abrir el portón y no necesitemos esperar del lado de fue-
ra. Todas las casas y edificios alrededor fueron reformados y agregaron
portones y muros. Hay varios guardias particulares en la cuadra. La calle,
que hoy combina residencias, oficinas y comercio, es intensamente usada
durante el día (en verdad estacionar se convirtió en un problema), pero me
sentiría poco cómoda de caminar por allí después del anochecer.
Un barrio de clase trabajadora como el Jardim das Camélias todavía
tiene una vida social relativamente intensa en las calles, a pesar de haber
cambiado de muchas maneras desde fines de la década de 1970. Por un la-
do, el barrio se extendió, las casas mejoraron, los árboles crecieron y las ca-
lles fueron asfaltadas, iluminadas y equipadas con calzadas (véanse fotos 2
y 3), pero a medida que el barrio se urbanizó y mejoró materialmente, las re-
jas subieron y los residentes se volvieron más temerosos y desconfiados. El
crimen aumentó a fines de los años ochenta, de hurtos a homicidios, algu-
nos de ellos involucrando a muchachos que habían crecido juntos jugando
en las calles. Sin embargo, la vida cotidiana todavía está marcada por una
sociabilidad entre vecinos, el tipo de intercambio formal en las calles que da
vida a un barrio y hace significativo el espacio público.!6 El tránsito es esca-
so y las calles todavía son constantemente usadas para el juego de los niños
y adolescentes, la charla de personas que paran para saludar a un vecino,
por residentes que se sientan en las calzadas para mirar el movimiento, por
personas que cuidan sus automóviles o que construyen algo, por alguien que
se detiene en la tienda para tener noticias locales o, si son hombres, para ju-
gar al billar o tomar un trago de camino de vuelta hacia la casa (véanse fo-
tos 7, 24, 25, 26 Y29). Sus casas están cercadas, pero generalmente por re-
jas que permiten la visibilidad y la interacción, no por muros. Ese es el tipo
de barrio cuya seguridad es mantenida por el uso intenso, por la mezcla de
funciones y por los «ojos sobre la calle» Uacobs, 1961: cap. 2). En otras pa-
labras, la seguridad se mantiene por el compromiso, no por el aislamiento.
A pesar de la continua sociabilidad local, las personas no sienten que
el barrio sea tan seguro como acostumbraba ser.!7 Fortificaron sus casas,
son más desconfiadas, hablan con extraños en la calle por detrás de sus
rejas, eligen con más cuidado a las personas con quienes van a relacio-
narse y especialmente controlan a sus hijos. Muchos niños tienen ahora
Fotos 27, 28 Y29: El uso público de las calles en Sao Paulo es extremadamente
.! variado. La foto 27 muestra la calle Sao Bento, en el centro antiguo: una calle
16. Véase Caldeira (1984: cap. 3) para un análisis de los rituales de la vida cotidiana en las } corredor transformada en un veredón abarrotado de peatones y vendedores
calles del Jardim das Camélias a fines de la década de 1970 y comienzo de la de 1980. ambulantes (1990). En Morumbi, la mayoría de las calles está vacía, sin peatones,
17. En barrios de la periferia como el Jardim das Camélias a veces se oyen historias sobre como en la foto 28 (1994). La foto 29 muestra una esquina en el Jardim das
control de acceso por residentes ligados al crimen. Bandas de residentes a veces tratan al barrio Camélias, donde los residentes todavía se reúnen para conversar y jugar (1994).
prohibido jugar fuera de casa y la preocupación por las salidas de los puertas de los bancos y guardias de seguridad que exigen documentos de
adolescentes parece que se intensificó. Como en cualquier lugar, las p~r- identificación a cualquiera que entre en los edificios de oficinas y, cada
sonas vuelcan sus preocupaciones hacia las áreas más pobres: tienen nue- vez más, en condominios residenciales.19 Los sistemas de identificación)
do especialmente de la favela próxima y de un área invadida recientemen- selección y control de circulación se consideran centrales para una buena
te por participantes del Movimiento Sin Tierra. La sospecha con relación administración de negocios y alimentan la creciente industria de servicios
a personas vistas como «otras» o como «inferiores» no es exclusiva de la de seguridad privada. Esos sistemas no son solo una cuestión de seguri-
clase alta como muestra el capítulo 2. La frecuencia de fiestas y conme- dad, sino también de disciplina y discriminación sociaL2°La imagen del
moracio~es públicas patrocinadas por las asociaciones locales disminu- sospechoso está hecha de estereotipos y) consecuentemente, los sistemas
yó, así como las actividades de algunos movimientos sociales. La vida co- de selección discriminan especialmente a los pobres y los negros. Los por-
lectiva y las actividades políticas perdieron vitalidad en la última década, teros no incomodan a las personas que tienen claras las señales de clase)
pero el espacio público de las calles todavía sustenta interacciones locales pero pueden llegar a humillar a los que no las tienen.
e intercambios públicos.18 Así) para muchas personas el día a día en la ciudad se está transfor-
La mayoría de los barrios centrales de Sao Paulo, aquellos con una mando en una negociación constante de barreras y sospechas, y está mar-
buena infraestructura urbana y que la elite conservó para sí, tradicional- cado por una sucesión de pequeños rituales de identificación y humilla-
mente mezcló funciones y mantuvo un uso relativamente intenso y hete- •ción. Estos incluyen forzar a los office-boys) frecuentemente detenidos por
rogéneo del espacio público. Algunos de esos barrios son muy sofistica- los detectores de metal de los bancos) a abrir sus mochilas frente a la fila
dos con tiendas de lujo y restaurantes (especialmente los Jardines, pero de personas que esperan para entrar) dirigir trabajadores hacia las «entra-
, d '
también Higienópolis e Itaim Bibi). En esas áreas las calles to aVla son das de servicio» y revisar a las empleadas cuando dejan el trabajo en los
usadas por personas de diferentes grupos sociales y los ricos caminan por condominios al final del día. Es verdad que las personas de los sectores
las mismas calzadas que los pobres. Sin embargo, ahora esas calles están medio y alto también tienen que identificarse y que ellos también están ba-
vigiladas por un ejército de guardias privados y cámaras de vídeo (cada jo vigilancia, pero las diferencias en los niveles de control son obvias. Las
edificio acostumbra tener por lo menos una). Además, en ese tipo de personas de clase media y alta saben usar sus marcas de clase (incluyendo
barrio, así como en el centro, los propietarios han usado su creatividad arrogancia y falta de respeto) para evitar cuestionamientos y pasar rápida-
para inventar medios de mantener a las personas indeseables a distancia. mente ante los vigilantes) que responden con reverencia en vez del desdén
Las técnicas varían desde instalar regadores que funcionan en horarios que reservan para las personas más pobres. En suma) en una ciudad en que
imprevisibles en las marquesinas, hasta extender cadenas para impedir el los sistemas de identificación y las estrategias de seguridad se están exten-
uso de patios, entradas y calzadas y cercar parques públicos. El principal diendo por todas partes, la experiencia de vida urbana es de diferencias so-
blanco de esas técnicas es el número creciente de «sin techo». Mientras ciales, separaciones, exclusiones y recordatorios de las restricciones en el
tanto, como las calles en general son muy agitadas, los efectos de la cons- uso del espacio público. Se trata, de hecho, de una ciudad de muros -lo
tante sospecha no son tan severos como en áreas más vacías. En esas opuesto del espacio público abierto del ideal moderno de vida urbana-o
áreas de intenso uso mixto, los obstáculos materiales en el nivel de la ca~ Las calles de Sao Paulo pueden incluso estar llenas de gente, especial-
Ile son complementados por una serie de prácticas de vigilancia menos vi- mente en los barrios centrales de comercio y servicios (véase foto 27) o en
sibles que refuerzan diferencias sociales. Los residentes y usuarios de esas
áreas no están interesados en la indeterminación. Sus instrumentos inclu-
yen cámaras de vídeo, control electrónico de trabajadores en las entradas 19. El control de los movimientos de trabajadores y especialmente de su tiempo de traba-
jo tiene una larga historia. Lo que es diferente con relación a las nuevas tecnologías es el moni-
de la mayoría de los edificios de oficinas, detectores de metales en las toreo de cualquiera que use edificios públicos, tales como edificios de oficinas, algo que hace al-
gunos años no era controlado.
20. Las personas que vivieron el régimen militar saben de qué manera los -procedimientos
como su propio territorio y solo permiten el movimiento seguro de aquellos residentes que pa- de seguridad- aparentemente inocentes pueden ser utilizados para perseguir personas. Durante
gan una -tasa de seguridad- mensualmente. Calles bloqueadas y control de circulación en gue- el régimen militar, los conserjes de edificios de departamentos tenían que llenar una tarjeta de in-
tos tampoco son una novedad en los Estados Unidos. formación para cada nuevo residente y enviado a la policía. Varios conserjes también fueron co-
18. Sobre la organización de movimientos sociales y asociaciones locales en el Jardim das laboradores de la policía. Las tarjetas desaparecieron con la democratización, pero las mismas
Camélias y en la periferia a fines de los años setenta y comienzo de los años ochenta, véase Cal- personas que se oponían a ellas durante el régimen militar pueden estar a favor de los métodos
deira (1987 y 1990). contemporáneos de selección.
centros regionales,21pero la experiencia de la multitud y la calidad de las los otros. Yeso a pesar del hecho de que el transporte público en Sao Pau-
interacciones anónimas cambiaron. Las personas tienen miedo de ser ro- lo mejoró, especialmente el metro. Sin embargo, los que usan los trans-
badas y consideran a los arrebatadores como parte de la rutina de la ciu- portes colectivos diariamente, como los residentes del Jardim das Camé-
dad. Nadie anda con joyas o relojes caros, sólo se lleva el dinero necesa- lias, sienten que las cosas hoy están mucho más tensas y desagradables
rio y, de ser posible, sólo una copia de los documentos. Las mujeres llevan que en el pasado: hay poca cortesía y mucha agresión. Y ciertamente hay
los bolsos pegadas al cuerpo o las mochilas al pecho. Las personas con- más prejuicios, ya que la clase media enseña a sus hijos que los ómnibus
ducen con las ventanas cerradas y las puertas trabadas. Tienen miedo es- son peligrosos y contrata choferes particulares para ellos.
pecialmente de detenerse en los semáforos porque los noticieros están lle- El tránsito es uno de los peores aspectos de la vida pública en Sao
nos de casos de arrebatadores que usan cuchillos o trozos de vidrio para Paulo. La falta de respeto a las leyes y a los derechos de las otras perso-
robar a conductores, sobre todo a mujeres. Es difícil distinguir a esos nas es la norma.24 Hay poca civilidad, ya que una parte significativa de la
arrebatadores del creciente número de mendigos y vendedores callejeros población actúa como si las leyes de tránsito fueran obstácU:losal libre
que se disputan las mismas esquinas. movimiento de los individuos y reacciona no respetándolas. Los medios
No solo las actitudes en la calle están cambiando, sino la propia han investigado e informado frecuentemente sobre el comportamiento en
composición de la multitud. Las clases media y alta intentan evitar las el tránsito. Los resultados de sus investigaciones son impresionantes, no
calles y calzadas agitadas, prefiriendo hacer compras en los shopping cen- solo porque revelan una amplia irrespetuosidad hacia las reglas, sino
ters e hipermercados.22 Como las personas de esas clases circulan en autoc también porque muestran que la irrespetuosidad se convirtió en rutina y
móvil, el uso de transporte público se está convirtiendo en una experien- ya no provoca reacción alguna. En abril de 1989, el DataFolha, agencia
cia de las clases bajas. Aun así, es una experiencia de masa, ya que la elite de investigaciones de la Folha de Sáo Paulo, averiguó que el 99% de los
constituye no más del 5% de la población de la región metropolitana. conductores de Sao Paulo consideraba peligroso el tránsito de la ciudad y
Los centros que articulan el transporte público -metro, estaciones de que uno de cada cuatro conductores había estado involUl.rado en por lo
tren y terminales de ómnibus- tienen su propia cultura. Generalmente menos. un accidente el año anteriorY Otra investigación del DataFolha,
son espacios de los sectores trabajadores, llenos de los sonidos de música en abnl de 1986, constató que los paulistas consideraban como principal
popular y de los olores de frutas y todo tipo de comidas. Todos los días causa de accidentes «la falta de responsabilidad y la imprudencia de los
millares de personas pasan por esas estaciones y gastan un tiempoconsi- conductores».26 En octubre de 1989, el departamento de investigaciones
derable en los transportes públicos.23 Esas áreas siempre apiñadas son de O Estado de Sáo Paulo entrevistó una muestra de conductores y des-
grandes espacios para vender cualquier cosa, desde religiones hasta comi- cubrió que el 85% de ellos concordaban con que los conductores de Sao
da, desde curas hasta aparatos electrónicos, desde hierbas medicinales a Paulo no respetan la senda peatonal y frecuentemente hacen giros prohi-
lingerie, y el intenso comercio de los vendedores ambulantes toma buena bidos. Además, 8 de cada 10 personas entrevistadas creían que los
parte del espacio de las calzadas del centrO. Tomar un ómnibus, tren o el conductores estacionan en lugares prohibidos, en doble fila, cruzan semá-
metro a la hora del rush (algo que las clases media y alta dejaron de foros en rojo y no respetan los límites de velocidad.27 En 1991, el Data-
hacer) significa luchar por un espacio en coches llenos o apre.tado contra Folha decidió observar un cruce importante en la ciudad (de las avenidas
Paulista con Brigadeiro Luís Antonio). Se verificó una media de 13 giros
a la izquierda prohibidos por hora, a pesar de los obstáculos físicos en el
21. Centros regionales son las diferentes áreas en la periferia que congregan comercio'y carril, y que la mayoría de los conductores nunca recibió una multa, ya
servicios y que generalmente sirven como centros de transporte público. Por ejemplo, el Largo
13, en la periferia sur.
que no existían policías en el lugar. Se descubrió también que un au-
22. El cambio aquí no solo es desde espacios mixtos hacia exclusivos, sino también desde tomóvil cruzaba con luz roja cada cinco luces rojas, que el 41 % de los
el consumo fragmentado y diario en pequeños mercados y almacenes hacia las visitas mensuales
a un supermercado, o sea, de compras relativamente espontáneas a una más planeada. Esos cam-
bios han sido acompañados por transformaciones en la vida doméstica, donde se introdujeron
nuevos aparatos como los freezers y hornos de microondas, nuevas maneras de preparar y ser· .~ 24. Para discusiones sobre tránsito, falta de respeto y violencia, véase también DaMatta
vir comida y nuevos modos de relación. 1"•• (1982) y O'Donnell (1986).
23. En 1996, el 69% de los viajes en transporte público en Sao Paulo eran hechos en óm- 25. Folha de Síio Paulo, 13 de mayo de 1989.
nibus, el 26% en metro y e15% en tren. Sólo el metro transporta más de un millón de pasajeros 26. Folha de Sáo Paulo, 11 de mayo de 1986.
diariamente (Seade, Alluário Estatístico do Estado de Sáo Paulo 1996). 27. O Estado de Síio Paulo, 8 de octubre de 1989.
automóviles que s~ detenían en el semáforo no respetaba la senda peato- violencia. Los peores ataques parecen ser contra las mujeres que contro-
nal y que solo el 3% de los conductores usaba cinturón de seguridad.28 lan el estacionamiento en las áreas restringidas llamadas «zonas azules».
Otro problema son los adolescentes, que conducen antes de los 18 años y . Algunas fueron golpeadas por hombres cuando se rehusaron a anular
sin habilitación. Hasta la década de 1970, los adolescentes de clase media multas y una terminó en el hospital después que el conductor enfurecido
como yo, usaban el transporte colectivo regularmente para ir a la escuela al que había multado, tiró el automóvil sobre ella. Esos comportamien-
y circular por la ciudad. Hoy eso se considera muy peligroso o muy incó- tos indican cuán violentas pueden volverse las personas cuando se les pi-
modo, y los adolescentes son transportados exclusivamente en automó- de que cumplan la ley y no pueden usar su posición de clase como forma
vil, sea por los padres o por choferes particulares, o si no simplemente se de privilegio para evitarla. Como las clases trabajadoras generalmente
permite que ellos conduzcan. no pueden evitar la ley, esos comportamientos revelan una vez más de
El tránsito de Sao Paulo revela que las personas utilizan las vías pú- qué modo las diferencias de clase no solo rigen las interacciones públicas
blicas de acuerdo con su conveniencia particular y no parecen estar dis- sino también son reproducidas por los elementos que moldean el espacio
puestas a obedecer reglas o respetar los derechos de las otras personas o público.
el bien público. Hay también una cierta omnipotencia en ese comporta- Es obvio que el tránsito no es un problema exclusivo de Sao Paula
miento, ya que las personas no parecen tener miedo de ser afectadas por pero sí un problema nacional. En 1996, cerca de 27.000 personas murie~
el mismo tipo de agresiones que cometen. Los resultados, sin embargo, ron en accidentes de tránsito en el Brasil. La situación de violencia e inci-
son dramáticos: durante la década de 1980, más de 2.000 personas mu- vilidad adquirió dimensiones tan impresionantes que el gobierno federal
rieron en accidentes de tránsito anualmente en el municipio de Sao Pau- decidió revisar el Código Nacional de Tránsito. Después de seis años de
lo. Entre 1992 y 1994, los números bajaron, pero no significativamente. debates en el Congreso, el nuevo código entró en vigor en enero de 1998.
Además, más de 50.000 personas resultaron heridas en accidentes de au- Este establece multas altas y penalidades serias y crea un sistema de pun-
tomóvil por año en la región metropolitana de Sao Paulo. En 1996 hubo tos que puede llevar a la suspensión del registro de condyctor. Todas las
195.378 accidentes de automóvil registrados en la ciudad de Sao Paulo, violaciones, desde no portar la documentación del vehículo hasta condu-
lo que significa un promedio de 535 accidentes por día. De ellos, el cir alcoholizado, corresponden a puntos y multas (de R$ 40 a R$ 800).
13,16% tuvo víctimas. De acuerdo con una fuente, el total de víctimas La expectativa es que un código más severo aumente la civilidad en el
fue de 59.679, 1.113 de las cuales fueron víctimas fatales.29 Poquísimas tránsito. Pero todavía no está claro si las autoridades pueden imponer
personas responsables por accidentes van a juicio o son procesadas. esas reglamentaciones, especialmente en un contexto en que la civilidad
El tránsito es un fuerte indicador de la calidad de vida pública. En el se está deteriorando y no mejorando.
Brasil, el comportamiento en el tránsito constituye sólo el más obvio
ejemplo de la rutina de falta de respeto a la ley y de las dificultades para
hacerlas cumplir. Los policías de tránsito no prestan atención a algunas
violaciones simplemente porque ellas devinieron en norma. Cuando
aplican multas, muchas veces se esconden donde no pueden ser vistos Diferentes grupos sociales vivencian los espacios públicos transfor-
por los conductores. Intentan evitar la confrontación con personas de mados de la ciudad de maneras contradictorias. Los jóvenes de la clase
clase media y alta, que no dudan en desafiar su autoridad. Cuando ma- media y alta que están creciendo en la ciudad de muros no parecen infe-
nipular las marcas de clase no es suficiente, algunos pueden apelar a la lices con su experiencia de los espacios públicos. ¿ y por qué lo estarían,
con sus choferes particulares y ninguna necesidad de batallar por un lu-
gar en un ómnibus lleno? Además, a ellos parece gustarles bastante los es-
28. Folha de Siio Paulo, 21 de mayo de 1991. La situación con relación al uso del cintu- pacios seguros y vigilados de los shopping centers, comercios de (ast
rón de seguridad cambió después de 1995, cuando el municipio comenzó una agresiva campaña (ood, discotecas y locales de videojuegos. Para ellos, estos son espacios
para forzar a su utilización y estableció multas de más de 20 salarios mínimos para quien con· cool en los cuales muestran su conocimiento de una cultura joven globa-
dujera sin cinturón.
lizada, de las marcas de estilo y otras tendencias de la moda. Se conectan
29. Los datos sobre el número de víctimas son de la policía militar. Como argumenté en el
capítulo 3, los números de la policía militar para muertes en accidentes son subestimados y pro- con una «juventud global», pero no con la juventud de su propia perife-
bablemente los números para heridas también. De acuerdo con el Registro Civil, el número de ria. Los jóvenes de la periferia paulista no tienen el privilegio de evitar el
víctimas fatales fue de 2.368. transporte público o las calles congestionadas por donde tienen que pa-
sar para trabajar o en las cuales algunos de ellos trabajan. Aun así, ellos para sálir,con guantes, todo bonito, para ir a la ciudad, al centro. Cine Ipi-
comparten con los jóvenes de la clase alta algunas de las marcas de una ranga, Metro. El Metro entonces era lo máximo,32¿no?
cultura joven globalizada -especialmente en lo que se refiere a la ropa-o L -El Lido... al Lido no entraban los hombres sin corbata. No entra-
A pesar de eso, generalmente se reúnen no en shoppings de la clase alta, ban.
sino en espacios de la propia periferia (inclusive shoppings), participan de -¿Cuándo era eso?
algunas subculturas (punk, skinhead) y aprecian algunos estilos de músi- W -Unos 40 años atrás.
L - [...] Creo que unos 30 años atrás. En el Marrocos no entraban sin
ca y baile (especialmente funk) que no son necesariamente compartidos
corbata. Entonces, en aquella época podíamos arreglamos e ir al centro.
por la clase media. Además, ellos vivencian la violencia y el asedio en su Nosotros sólo íbamos al cine al centro de la ciudad. íbamos al cine, después
uso de la ciudad y en sus barrios. En sus conciertos, temas como los abu- salíamos, íbamos a mirar escaparates, Barao de Itapetininga era una calle
sos de la policía, homicidios y falta de respeto, son constantes.30 Para los buena, buenos negocios.Ibas a tomar algo, a comer... ibas a comer afuera.
jóvenes de las clases trabajadoras, la experiencia de la ciudad es de injus- Hoy no pudes ir al centro de la ciudad en un domingo, fin de semana, no hay
ticia y no de privilegio. manera de... porque están los homosexuales,los travestis, las barraquinhas
En contraste con la experiencia de esos jóvenes, las personas de ma- [puestos ambulantes que venden comida y bebida]. Bueno, el centro de la
yor edad que crecieron en Sao Paulo en la época en que el progreso era la ciudad está un horror ahora, ¿no? con todos esos vendedorescallejeros.
meta y el uso de las calles y parques era más libre, parecen nostálgicas L y W son viudas de cincuenta y tantos años. Siempre vivieron en Moó-
cuando conversan sobre los usos del espacio público. Sus descripciones ea. Viven juntas en la casa de L para que el hijo de W pueda vivir con la fa-
milia en su casa sin pagar alquiler.
de la ciudad en el pasado tienen una calidad similar a aquéllas que cuen-
tan de qué modo todo era bueno «antes» del trauma del crimen. La vieja
ciudad es recordada como mejor, más bonita y más civilizada de lo que es Las personas mayores se acuerdan con nostalgia de la formalidad in-
ahora. Conversé con dos hermanas sobre los cambios de hábitos, especí- volucrada en el uso del espacio público, los guantes y las corbatas, la dis-
ficamente el de ir al cine. tinción de los viejos cines, las «buenas» calles del viejo c~ntro en que se
podía pasear entre gente elegante -«¡era tan chiel», dijo la señora cuyo
8.1. relato analizo en el capítulo 1-. Son marcas de distinción y reglas de se-
-¿Las personas no van más al cine? paración de clase que se perdieron. En el centro de hoy, la población
L -No van más al cine. Ahora, después del vídeo, no van en realidad. «chic» fue sustituida por los «marginales», nada garantiza distinción y el
W -Después, es mucha dificultad. Comienza por estacionar: no hay sentimiento que queda es el de malestar con la proximidad del pobre. Ha-
lugar para estacionar. El estacionamiento es tan caro como el cine. Si lo de- ce muchos años atrás, cuando el centro era usado por las clases altas, po-
jas en la calle, lo roban o están los «dueños de la calle» para hacerse car- der unirse a la multitud (a través del uso de algunas ropas y accesorios,
go.]! Entonces es un problema para nosotros salir con el auto, no nos que- por ejemplo) podría ser una cuestión de identificación con los socialmen-
damos tranquilos. Vamos a un shopping... vamos al cine del shopping a te superiores, una marca de distinción para los residentes de la clase tra-
veces. bajadora de Moóca. Hoy, sin embargo, las mismas personas sienten la ne-
L-Estacionar el auto ahí dentro. Cine,cuando vamos, es al Lar Center,
cesidad de promover la distancia más que la identificación con los que
Center Norte, porque ahí es más fácil.
W -Hace 30, 40 años atrás podíamos salir, nos arreglábamos bien usan el centro, personas más pobres y marginadas -vendedores, niños de
la calle, travestis, prostitutas-o
La expansión del consumo de masa hace más complicadas las cues-
tiones de distinción. Los símbolos fáciles de superioridad, como los guan-
30. Existen varias bandas de rock en la periferia que tratan esos temas. Una de ellas se lla-
tes y las corbatas, desaparecieron, y frecuentemente las personas de clase
ma Pavilháo 9 [Pabellón 9], nombre inspirado en el sector de la Casa de Detención en que ocu-
rrió la masacre de 1992. Véase, por ejemplo, Veja Sáo Paulo 30 (37): 15-21 de septiembre de media y alta se irritan con el consumo que realizan personas pobres de
1997. bienes que deberían cargar algún estatus, pero que ya no son exclusivos
31. El número de personas en las calles ofreciendo estos servicios como vigiladores de au-
tomóviles se ha incrementado en los últimos años de crisis económica, así como su agresividad:
es una creencia común que si no se les da dinero, ellos dañarán el automóvil. Además, como el 32. Ipiranga, Metro, Lido y Marrocos fueron cines sofisticados hasta la década de 1960.
número de vehículos robados y el miedo al crimen también se incrementó, la gente siente que es Hoy en día, la mayoría de los cines del centro se han venido a menos y se especializan en porno-
difícil determinar cuándo una persona robará el automóvil o lo protegerá. grafía.
puntos de refer~?cia de la plaza son la Catedral, la estación central del
(véase capítulo 2). Para la elite es más difícil imponer su propio código de metro y el «moJan cer~» de la ciudad, señalado por una piedra erguida
comportamiento -incluyendo reglas de deferencia- para toda la ciudad. sobre una rosa de los VIentos grabada en el suelo. En su uso rutinario la
Además, con la democratización, los pobres forzaron el reconocimiento plaza es principalmente un espacio de la clase trabajadora. Todos los (lías
de su ciudadanía y ocuparon espacios -físicos y políticos- anteriormente una masa de personas que depende del transporte colectivo cruza la Pra-
reservados a la elite. Con menos marcas obvias de diferenciación a la ma- ~a da Sé. Todavía hay muchos que trabajan allí -vendedores de todo tipo
no y con más dificultades para afirmar sus privilegios y códigos de com- de p~oductos po~~ares (comida, ropas, hierbas, juguetes, ollas), pastores
portamiento en el espacio público, las clases más altas se vuelcan a los sis- de dIferentes re~glO~es~músicos y policías- el mismo tipo de personas
temas de identificación. Así, los espacios de circulación controlada (como que I~~nacualqUler ~JeImportante del transporte público, La plaza tiene
los shopping centers) sirven para asegurar que la distinción y la separa- tamblen muchos re~ldentes: un ~ontingente de niños de la calle y sin te-
ción todavía son posibles en público. Las marcas de distancia social son cho. Hombres .vestldos con trajes y cargando maletines, generalmente
sustituidas por muros concretos. abogado.s que tIenen que llegar al Forum Central allí cerca, son vistos con
Las transformaciones en los diferentes espacios de la ciudad parecen frecuencIa en la plaza, aunque ellos ya no le confieren su identidad. La
estar generando fronteras más rígidas y vigiladas y, consecuentemente, Pra~a da Sé es fu~d~mentalmente un espacio para los residentes pobres,
menos indeterminación y menos espacios para el contacto entre personas tanto en su uso dlano como en su simbolismo. Los residentes del Jardim
de grupos diferentes. Esas experiencias producen miedo e intolerancia, ,das Camélias que entrevisté a fines de la década de 1970 consideraban
más que expectativa y excitación. Las experiencias en público parecen que ir a la Pra~a da Sé era una actividad especial para los feriados como
correr en la dirección opuesta a la de una vida pública moderna y demo- e! día de Añ~ Nuevo: era la manera que encontraban de aprove~har la
crática. Mientras tanto, la política de espacios públicos urbanos en Sao clUdad y se~tlr que pertenecían a ella. Hoy sienten que la plaza se volvió
Paulo es todavía más compleja y dos tipos de uso del espacio público con- un lugar pell?roSOy, a pesar de qu~ toda~ía la usan, prefier~n ir a lugares
tradicen la tendencia dominante de separación y segregación. com~ shoppmg centers para el OCIO.MIentras los sectores trabajadores
Los pocos grandes parques de la ciudad son usados intensivamente domman la plaza con sus sonidos y olores, los ricos la evitan. Para ellos,
de manera bastante democrática. Cuando están ubicados en la periferia, la plaza es solo un lugar peligroso y desagradable.
como el Parque do Carmo, los usuarios tienden a ser de los sectores tra- . Pe~o la Pra~a de Sé tiene una segunda capa de simbolismo: para pau-
bajadores, pero el Ibirapuera y el Morumbi, ambos en barrios de clase h.sta~,ClCOS y pobres.~lIa es el principal espacio político de la ciudad, un
media y alta, son usados por personas de todas las clases sociales. A pe- slgmflcado que fue fIJado por varios eventos durante el proceso de demo-
sar de que en su mayoría están cercados por rejas, estos representan las cratización. Dur~nte los años militares, las pocas demostraciones políti-
pocas áreas verdes que la ciudad todavía tiene. En los últimos años esos cas que .hubo tuvIeron lugar en la Pra~a da Sé, principalmente debido a la
parques han sido apropiados por millares de personas que van allá espe- pre~~ncla de la catedral. La Iglesia Católica fue en la época la única insti-
cialmente los fines de semana para correr, andar en bicicleta, patinar, ju- tuclOn capaz de ofrecer un espacio relativamente seguro para protestas
gar a la pelota o simplemente estar al aire libre. Esos oasis de uso intenso contra l,o~abuso~ ! las violaciones a los derechos humanos practicados
y diversificado son muy pocos en Sao Paulo y es interesante que sean es~ por el reglmen mlhtar, Por la misma razón, la Pra~a da Sé se convirtió en
pacios generalmente usados para el ocio de las masas. Si lo que ocurre en un lugar de innumerables manifestaciones de movimientos sociales du-
otras partes del mundo sirve como referencia, los espacios para el ocio y rante el proceso de apertura, más visiblemente las inmensas manifestacio-
el entretenimiento continúan teniendo un uso masivo diversificado -co- nes del Movimiento del Costo de Vida en la segunda mitad de la década
mo en los antiguos puertos, centros históricos restaurados y parques te- de 1?70. Cuando:l movimiento por las elecciones directas se organizó, a
máticos norteamericanos, por ejemplo- incluso cuando todos los otros corruenzo de los anos ochenta, era natural que las manifestaciones de ma-
espacios públicos se deterioran. sa se hicieran allí. El 25 de enero de 1984, el día en que la ciudad conme-
El segundo ejemplo es la Pra~a da Sé, la plaza central de Sao Paulo.
La Pra~a da Sé es el símbolo poderoso del centro de la ciudad, de donde
se imagina que irradian todas los caminos y calles de la ciudad.33 Hoy los
basa?o en la p~esunción de que el comienzo de cualquier calle es el final más cercano a la Pra\a
da ,Se.De la misma manera, el comienzo de todos los ferrocarriles que parten de la ciudad está
33. El espacio en Siío Paulo es caótico, y el plano de la ciudad no se asemeja a una cuadrí- ubicado en Pra\a da Sé. Esto indica el poder del modelo centralizado de la ciudad.
cula ni a ninguna otra forma racional. En este caos, el sistema de numeración de edificios está
moraba su fundación, cerca de 300.000 personas se reunieron en la Pra- sis económica; el miedo a que ciertos bienes no sirvan más para crear dis-
¡;a da Sé para reivindicar elecciones directas. Aquel día, las personas de tanciamiento social o conferir estatus; y el miedo a que los pobres ya no
las clases media y alta que no iban al centro hacía años (las principales ac- puedan ser mantenidos en sus lugares.
tividades económicas y todo el comercio de lujo se habían mudado) des- . La coincidencia de democratización con el deterioro del espacio pú-
cubrieron cómo tomar el metro y emergieron en medio de la plaza para blico y los procesos más obvios de segregación social, así 'como los sim-
exigir democracia. Las manifestaciones ocurrieron en el Vale do Anhan- bolismos ambiguos de la Pra¡;a da Sé, impiden cualquier asociación fácil
gabaú en solo dos ocasiones, cuando la plaza quedó muy pequeña para la entre espacios públicos materiales de las ciudades y formas de comunida-
esperada multitud de un millón de personas (el último comicio por elec- des políticas. Sao Paulo demuestra que la forma de la comunidad política
ciones directas, en abril de 1984, y la manifestación por el impeachment y el espacio público de la ciudad pueden desarrollarse en direcciones
del presidente Collar, en septiembre de 1992).34 ' ~pu~stas. Esa disyunción entre proceso político y forma urbana es signi-
La Pra¡;a da Sé simboliza, de un lado, la reapropiación política del es- fIcatIva. Por un lado, como las recientes transformaciones urbanas no son
pacio público por los ciudadanos 'en la transición hacia la democracia. un resultado de políticas impuestas por el Estado, pero sí de la manera
Por otro, representa el deterioro del espacio público, peligro, crimen, an- por la cu~llos ciudadanos se comprometieron con su ciudad, ellas pue-
siedades en relación con la declinación social y el empobrecimiento de los den ser vIstas como el resultado de una intervención democrática. Aun-
trabajadores, que continúan usándola en las idas y venidas del trabajo y que ese compromiso pueda verse como una forma de acción democráti-
que trabajan en el mercado informal o consumen sus productos baratos. 'ca, produjo sobre todo resultados no democráticos. La perversidad de ese
Ella simboliza tanto la fuerza como el deterioro del espacio público y es, esfuerzo de los ciudadanos es lo que llevó a la segregación más que a la
consecuentemente, un símbolo del carácter disyuntivo de la democracia tolerancia.35 Por otro lado, en la medida en que los ciudadanos constru-
brasileña (Holston y Caldeira, 1998). yen todo tipo de muros y controles en los espacios de la ciudad crean
El ejemplo de la Pra¡;a da Sé es otra indicación de que la democrati- límites a la democratización. A través de la creación de muros, l~s resi-
zación política no es contradictoria con el deterioro de los espacios públi- dentes recrean jerarquías, privilegios, espacios exclusivos y ~ituales de se-
cos. En verdad, la democratización puede haber ayudado a acelerar la gregación donde ellos acabaron de ser removidos de la esfera política.
construcción de muros y el deterioro del espacio público. Pero eso no Una ciudad de muros no es un espacio democrático. En verdad, se opone
ocurre de la manera simplista que algunos políticos de derecha quieren a las posib!lidades democráticas. Felizmente, sin embargo, ese proceso no
hacemos creer: que la democracia crea desorden y crimen y consecuente- es monolítlco y existe siempre la posibilidad de que espacios como la Pra-
mente genera la necesidad de muros. Si la democracia originó los muros ¡;a da Sé se llenen de nuevo con personas de todas las clases como ocu-
fue porque el proceso de democratización fue inesperadamente profundo. rrió cuando ellas se reunieron para derrocar el régimen milit~r.
Hasta el fin del régimen militar, la política era un dominio exclusivo de la
elite. Con la apertura, no obstante, los residentes pobres de la periferia
pasaron a ser importantes actores políticos, ocupando la Pra¡;a da Sé para
presentar sus reivindicaciones y afirmar sus derechos a la ciudad. Sus mo~
vimientos sindicales y sociales sorprendieron a todos; pudieron reivindi- En la Sao Paulo contemporánea, los procesos disyuntivos no dismi-
car un espacio político que se estaba abriendo, pero no necesariamente nuyen el hecho de que las fronteras rígidas y vigiladas y la creciente segre-
para ellos. En la imaginación de aquellos que prefieren abandonar la ciu- gación de los grupos sociales creen un tipo de medio urbano que compro-
dad, el miedo al crimen se entrelaza de maneras complejas con otras an- mete los valores de apertura y libertad de circulación y pone en riesgo las
siedades provocadas por el cambio, como mostré en el capítulo 2. Este se
mezcla con el miedo a los resultado electorales (especialmente el miedo a
que el PT pudiera ganar las elecciones, como de hecho ocurrió); con el 35. El tipo de espacio no democrático creado en Sao Paulo por medios democráticos es si-
miedo a que se pueda decaer socialmente debido a la inflación y a la cri- milar a las diferentes reglamentaciones segregacionistas formuladas por los movimientos N1MBY
(Not In My Back Yard) en California y analizadas por Davis (1990). Sin embargo, si Davis reve-
la una aguda sensibilidad con relación a los procesos disyuntivos de la democracia en ese análi-
sis, hace lo opuesto cuando afirma que los espacios fortificados de Los Ángeles son un resultado
34. Hubo manifestaciones más pequeñas en otras áreas, tanto en el centro como en la pe- directo de las políticas de la era Bush-Reagan. La relación entre política gubernamental y espa-
riferia, pero nunca tuvieron el mismo simbolismo que las de la Pra~a da Sé. cio de la ciudad es más complicado que eso, como muestra el caso de Sao Paulo.
interacciones anónimas e impersonales entre personas de diferentes gru- cientemente. En contraste, Los Ángeles siempre fue dispersa y descentra-
pos sociales. Esas otras transformaciones similares pueden ser detectadas lizada, favoreciendo los suburbios Siempre fue lo que Fogelson (1967)
en muchas otras ciudades alrededor del mundo, aunque no siempre con llama una metrópolis fragmentada. Los Ángeles sintetiza el sentimiento
la misma intensidad u obviedad. De Johannesburgo a Budapest, de El antiurbano norteamericano, la valorización de la naturaleza y una prefe-
Cairo a Ciudad de México, de Buenos Aires a Los Ángeles, ocurren pro- rencia por conmnidades de pequeña escala, incluso en el contexto de una
cesos semejantes: la construcción de muros, la secesión de las clases altas, metrópolis global (Banham, 1971; Weinstein, 1996).38la región metropo-
la privatización de los espacios públicos y la proliferación de las tecnolo- litana se extendió bajo la forma de un
gías de vigilancia, están fragmentando el espacio de la ciudad, separando
grupos sociales y cambiando el carácter de la vida pública de maneras manto de retazos de comunidades suburbanas de baja densidad, extendién-
que contradicen los ideales modernos de vida urbana.36 De la misma ma- dose sobre un terreno extraordinariamente irregular de montañas, valles,
nera que esos ideales ayudaron a moldear ciudades por todo el mundo, playas y desiertos. Tanto uniendo el tejido como otorgándole su elasticidad
las transformaciones de aquel ideal, semejantes a las que están ocurrien- infrecuente hubo, primeramente, una notable red de ferrovías eléctricas in-
do en Siío Paulo, están afectando actualmente el carácter del espacio ur- terurbanas y después, un sistema todavía más notable de vías rápidas (Soja,
1996a: 433-434).39
bano y de la vida pública en varios lugares Así, es importante ampliar la
discusión e incluir alguna comparación.
Los Ángeles es un caso interesante para esta comparación por dos ra- A pesar de que la ciudad siempre tuvo un centro que creció alrededor
zones. Primero, varios de los nuevos instrumentos usados para imponer de su puebl040 original del siglo XVIII y continúa concentrando las princi-
segregación en varias ciudades por el mundo parecen haber sido desarro- pales estructuras administrativas y un distrito financiero dinámico su
llados primeramente en Los Ángeles y su región metropolitana. Se consi- vínculo con el resto de la ciudad no es el de un centro tradicional. L; re-
dera incluso que algunos de esos instrumentos confieren a la región su ca- gión metropolitana de Los Ángeles no tiene un único centro, sino una red
rácter distintivo. En ese sentido, ellos son más evidentes en Los Ángeles de núcleos dinámicos. El centro renovado es sólo uno de. los centros fi-
que en otros lugares y pueden ayudamos a entender el proceso que toda- nancieros y económicos de la región.41 Todo en la región metropolitana,
vía se está desarrollando en ciudades como Siío Paulo. Segundo, el espacio desde habitación hasta industria, estuvo siempre disperso y continuó des-
público no moderno de Los Ángeles es menos explícitamente incivil que el centralizándose a medida que la ciudad crecía. Como resultado, Los Án-
de Siío Paulo, y algunas de sus prácticas de segregación pueden no ser per- geles contemporánea es «polinucleada y descentralizada» (Soja, 1989:
ceptibles inmediatamente. En ese sentido, Siío Paulo ofrece la forma más 194). Ese patrón, que no es nuevo pero ciertamente no es común para
clara y puede guiar la percepción de características de Los Ángeles. Con- ciudades industriales, ha sido evocado algunas veces para caracterizar su
secuentemente, la yuxtaposición de los dos casos ilumina ambos y sugiere urbanismo como posmoderno (Dear, 1996: 85; Saja, 1989 y 1996a). Co-
tendencias más generales en las transformaciones del espacio público.37 mo en otras regiones metropolitanas aparece una forma similar de expan-
Hasta la segunda mitad del siglo XIX, tanto Los Angeles como Siío sión y estructuración urbanas, esta se convierte en un modelo. Eso es su-
Paulo eran ciudades insignificantes. La industrialización y la migración a gerido, por ejemplo, por la afirmación de Garreau de que «cada ciudad
partir del cambio de siglo las transformaron en grandes regiones metro- norteamericana que está creciendo, está creciendo al estilo de Los Ánge-
politanas. Espacialmente, con todo, se desarrollaron de maneras comple- les, con múltiples centros urbanos» (Garreau, 1991: 3).
tamente diferentes. Siío Paulo creció de acuerdo con un modelo urbano
orientado hacia el centro, de linaje europeo que solo fue modificado re-
38 .• Los Ángeles es la primera ciudad norteamericana importante que se separó decisiva-
mente de los modelos europeos y que reveló el impulso de la privatización contenidos en los oríge-
nes de la Revolución Americana [... 1 La ausencia de un orden jerárquico integrado tanto en el es-
36. Véanse, por ejemplo: sobre Johannesburgo, Beavon (1998) y Mabin (1998); sobre Bu- pacio construido como en el medio institucional es un cierto sentido la completa expresión del tipo
dapest, Ladányi (1998); sobre Buenos Aires, Lacarrieu (1997); sobre ciudades norteamericanas, de democracia que acompaña una apoteosis de privatización en la coalla multiplicidad de partes
Blakely y Snyder (1997), Davis (1990) y Ellin (1997). .g que compiten lleva a una textura uniforme de la actividad política. (Weinstein, 1996: 22, 30).
37. No es mi intención ofrecer una descripción detallada de la historia y del patrón de ur- } 39. Sobre el sistema de transporte en Los Ángeles, véase Wachs (1996).
banización de Los Ángeles. para más detalles, véanse Banham (1971); Cenzatti (1992); Davis 40. En español en el original [N. de la T. l.
(1985,1987,1990,1991 Y 1993); Fogelson (1967); Kling et al. (1991); Scott (1993); Scott y 50- 41. Véase Davis (1991) y Soja (1989: cap. 9) sobre la importancia del centro de L.A. en la
ja (1996); y Soja (1989, 1992 Y 1996a y 1996b). estrucruración de la región.
A pesar de que el urbanismo de Los Ángeles nunca ha sido denso y (Ong y Blumemberg, 1996: 318). Ese cambio con rumbo a los servicios
concentrado, hasta la década de 1940 la expansión de residencias e in- indica tanto una transformación en la estructura económica de la región
dustrias fue contenida dentro de los límites del condado. Entre 1940 y como un nuevo papel internacional de Los Ángeles, que se volvió blanco
1970, la población de la región metropolitana de Los Ángeles se triplicó, de fuertes inversiones extranjeras, el mayor centro urbano en la costa del
llegando casi a 10 millones. Ese crecimiento, sin embargo, ocurrió en la Pacífico y el segundo mayor centro bancario de los Estados Unidos. Estas
forma de suburbanización de masa, como lo testimonia el boom de incor- transformaciones ocurrieron a medida que la región también recibía un
poración de ciudades, algunas de ellas ya cerradas y fortificadas, en los fuerte influjo de mano de obra inmigrante de Asia y América Latina, que
años sesenta (Scott y Soja, 1996: 8-9). Buena parte de esa expansión fue transformó radicalmente la composición étnica y racial de la región. La
sustentada por el crecimiento del complejo militar-industrial. Después de población del condado de Los Ángeles «cambió del 70% de anglosajones
1970, a pesar de que las tasas de crecimiento de la población no fueron al 60% de no anglosajones entre 1960 y 1990, la mayor parte de los cua-
altas, todavía eran las más altas de todas las regiones metropolitanas les vivía en enclaves étnicos» (Scott y Soja, 1996: 14). En 1980 Los Ánge-
americanas. Además, eran mucho más altas en los condados más exter- les era la ciudad más racialmente segregada de todas las ciudades nor-
nos, especialmente en Orange County que en Los Ángeles (Scott y Soja, teamericanas (Scott y Soja, 1996: 10).
1996: 11). Caracterizada por Soja como una «urbanización periférica», Como en muchas otras ciudades globales (Sassen, 1991) la reestruc-
esa expansión creó una región multicentrada basada en la industrializa- turación económica de Los Ángeles acentuó una bifurcación en el mer-
ción de alta tecnología y posfordista, enclaves residenciales de lujo, in- o cado de trabajo entre un creciente grupo de trabajadores altamente es-
mensos shopping centers regionales, ambientes programados para el ocio pecializados y con altos salarios y una masa de trabajadores de baja
(parques temáticos, Disneylandia), conexiones con las principales univer- especialización y bajo salario, generalmente inmigrantes sin documen-
sidades y con el Departamento de Defensa, y varios enclaves .de mano de tos. No es de sorprender, entonces, que la disparidad económica, siem-
obra barata, la mayoría de inrnigrantes (Soja, 1989: caps. 8 y 9). El desa- pre una característica de la ciudad, se haya profundizado recientemente.
rrollo de las últimas tres décadas en la región metropolitana de Los Án- A pesar de que el mismo proceso haya ocurrido en el país como un todo,
geles es diferente del patrón de suburbanización residencial con depen- revirtiendo ganancias sociales de las décadas anteriores, fue especial-
dencia de empleos del centro. Este ejemplifica una nueva «exópolis» en la mente acentuado en Los Ángeles. Ong y Blumemberg (1996) mue~tran
cual no solo las residencias, sino también los empleos, la producción y el que entre 1969 y 1989 tanto la renta per capita como la renta media fa-
consumo se expandieron en la periferia y crearon núcleos relativamente miliar aumentaron en la ciudad y eran más altas que las medias naciona-
independientes. El mismo tipo de desarrollo comenzó a detectarse en la les. Entretanto, en Los Ángeles la distribución de renta era más desigual.
región metropolitana de Siio Paulo en la década de 1980, a pesar de ser El coeficiente de GINI para los Ángeles aumentó de 0,368 en 1969 a
en una escala menor. 0,401 en 1979 ya 0,444 en 1989, mientras que las tasas nacionales fue-
La reestructuración urbana de Los Ángeles acompañó un proceso de ron, respectivamente, 0,349, 0,365 y 0,396 (Ong y Blumemberg, 1996:
acelerada reestructuración económica durante los años setenta y ochenta 319). Al mismo tiempo, la tasa de renta (income ratio) -o sea, el porcen-
que la transformó en el mayor centro industrial de los Estados Unidos. taje de renta correspondiente al quinto más pobre de todas las familias
Mientras el resto del país se estaba desindustrializando, el sector indus- como un porcentaje de renta correspondiente al quinto más rico- cayó
trial de Los Ángeles continuó expandiéndose. Sin embargo, esa expan- del 11,8% en 1969 al 9,7% en 1979 y al 7,8% en 1989.42 La tasa de po-
sión involucró un «cambio en la organización industrial y en la tecnolo- breza aumentó, saltando del 2,8% de la población en 1969 a más del
gía de las prácticas fordistas-keynesianas de producción de masa y 15% en 1989 y a un estimado del 23% en 1993 (Ong y Blumemberg,
consumo de masa [oo.) para lo que hoy se define cada vez más como un 1996: 318-319, 322, 328). Los homeless se volvieron una característica
sistema posfordista de producción flexible y desarrollo corporativo» de la región a medida que los empleos se perdieron en el proceso de rees-
(Soja, 1996a: 438). En otras palabras, la región pasó por un complejo tructuración económica, el Estado de Bienestar fue desmantelado y el
proceso de desindustrialización y reindustrialización simultáneas. Ade-
más, eso ocurrió concomitantemente con la pronunciada expansión del
sector de servicios. De 1969 a 1989 «el sector de servicios aumentó su do-
i costo de la vivienda subió (Wolch y Dear, 1993; Wolch, 1996). Dada la

minio del 45% al 58% de todos los empleos, haciendo de Los Ángeles 42. Las tasas de renta para los Estados Unidos como un todo fueron: 13,8% en 1969,
una economía más volcada hacia servicios que la nación como un todo» 12,5% en 1979 y 10,3% en 1989.
constitución étnica y racial de la ciudad contemporánea, no sorprende de la población-. La primacía del automóvil construye calles como espa-
verificar que la disparidad económica «coincide con las divisiones racia- cios de circulación modernistas volcados hacia las máquinas y, por lo tan-
les y étnicas, dejando a los afroamericanos, latinos y asiáticos despro- to, espacios para conductores, no para peatones. Las calles típicas en la
porcionadamente representados en la base de la escala económica» (Ong región de Los Ángeles obviamente no son calles corredor: son general-
y Blumemberg, 1996: 312). A pesar de que los indicadores de desigual- mente amplias, pueden tener altos límites de velocidad, sus trazados están
dad de Los Ángeles sean todavía menores que los de Sao Paulo, las dis- truncados por amplios espacios vacíos y jardines y, cuando tienen calza-
paridades y desigualdades en ambas regiones metropolitanas aumenta- das, estas están vacías. Ese es el tipo de calle creado por instrumentos mo-
ron a medida que las regiones pasaron por crisis económicas y por dernistas en que el público es lo que sobra. Como resultado,
reestructuración económica. Sólo podemos preguntarnos si el patrón de
Los Ángeles coincide con el de Sao Paulo, donde las tasas más agudas de la ciudad es vivenciada como un pasaje a través del espacio,con restriccio-
desigualdad están exactamente en aquellas áreas en que el desempeño nes establecidaspor la velocidady por el movimiento,y no por la condición
económico y la reestructuración tuvieron más éxito y hacia donde se es- estática de los sólidos,de los edificiosque definenla experienciadel peatón
tán mudando los más ricos para vivir en enclaves fortificados. en las ciudades tradicionales. La indiferencia resultante privatiza todavía
Después de la década de 1980 quedó claro que en Los Ángeles estaba más la experiencia,desvalorizael dominio público y, debido al tiempogas-
tado en viajes,contribuye al aislamiento(Weinstein,1996: 35).
ocurriendo otro tipo de urbanización y que difería sensiblemente tanto de
las formas urbanas centralizadas anteriores como de la suburbanización
Incluso donde las calles corredor proveen un marco, como en el cen-
residencial tradicional. Se inventaron varias expresiones para describir el
tro, la vida en la calle es limitada: las actividades de las personas quedan
nuevo fenómeno: «urbanización periférica, «outer (versus inner) Cities»,
contenidas en los edificios de oficinas y en los pasajes subterráneos y pa-
«exópolis», «edge cities», «postsuburbano», etcétera. Para Edward Saja,
sarelas que conectan los edificios a los negocios, restaurantes y hoteles.
que usa las tres primeras expresiones, la descentralización de Los Án~eles
En otras palabras, muchas funciones de la calle fueron transferidas a es-
sobrepasa a la propia región y se hace «globalizada» (1996a: 435). El ar-
pacios más controlados y privatizados, y la separación entre el universo
gumenta, así, que las nuevas dinámicas urbanas requieren perspectivas
de la riqueza y de los negocios y el de la pobreza y de los homeless es in-
analíticas completamente nuevas. Estas deberían, por ejemplo, ser capaces
mensa.44
de explicar el papel de Los Ángeles como «el mayor centro productivo e
Evidentemente, Los Ángeles todavía tiene áreas abiertas y no priva-
influyente del mundo para la manufactura y mercadotecnia de hiperreali-
tizadas de uso público relativamente intenso y que pueden congregar una
dad» (1996a: 435). Ese papel especializado de la región se traduciría en
masa considerable de personas. Mientras tanto, esas áreas parecen ser
una abarcadora creación de parques temáticos y «scamscape».43
principalmente de dos tipos no modernos. Uno son los espacios cada vez
Entre las muchas características de la urbanización periférica de Los
más segregados y socialmente homogéneos y en que circulan las personas
Ángeles que la separan del urbanismo industrial tradicional, una particu-
de un único grupo social (sean los parques latinos, sean las áreas de ne-
larmente importante es la ausencia de un medio urbano densamente
gocios de lujo de Beverly Hills, por ejemplo). Esos espacios no favorecen
construido. Incluso en los distritos centrales de Los Ángeles, que se desa-
encuentros heterogéneos anónimos. Otro son los espacios especializados,
rrollaron básicamente de acuerdo con proyectos modernistas, no existe
principalmente para ocio y consumo, transformados en un tipo de parque
un tejido urbano lo suficientemente denso como para generar espacios
temático, como la Promenade en Santa Mónica o el veredón de la playa
capaces de enmarcar lo público y proveer una vida significativa de peato-
de Venice. Estos constituyen la categoría más significativa de espacios
nes en la calle. Las calles son anchas y vacías y los automóviles circulan
que todavía permiten encuentros anónimos y heterogéneos, y por tanto se
rápidamente. Caminar es algo desalentado y las masas urbanas no se con-
gregan. La circulación en el espacio público está siempre mediada por el
automóvil-generalmente individual y particular, ya que el transporte pú-
blico es limitado y ciertamente no es una alternativa real para la mayoría 44. La creación de un laberinto de caminos subterráneos y pasarelas que conectan edificios
del centro existe en varias ciudades, como Atlama, Minneapolis-Saint Paul y Toronto. Véase
Boddy (1992) para un análisis de las .ciudades-análogas. formadas por esos pasajes y el tipo de
43. Las nociones de Soja de hiperrealidad y simulacro, así como las descripciones de par- .apartbeid espacial. que ellas crean. Véase Rutheiser (1996) para un análisis de la remodelación
ques temáticos y scamscapes, están especialmente desarrolladas en su análisis de Orange eoun- del centro de Atlanta. Sobre la reproducción de la desigualdad en el centro de Los Ángeles, véa-
ty. Véase Soja (1992 y 1996b: cap. 8). se Davis (1990).
puede indagar lo que ocurre con la experiencia urbana de encontrar al bles. Los Ángeles no solo está fragmentada, está constituida por enclaves.
otro cuando esta se convierte en algo extraordinario -o sea, algo realiza- Su patrón postsuburbano creó una región metropolitana que es más desi-
do solamente los fines de semana y en espacios especiales- y ya no más gual y más segregada que la mayoría de las ciudades americanas. La sepa-
una cuestión de rutina diaria. ración está garantizada más por instrumentos de proyecto modernista que
La mayor parte de la vida pública de Los Ángeles ocurre en espacios por los muros, pero a pesar de que estos sean más sutiles que los de Sao
segregados, especializados y cerrados, como shoppings, condominios ce- Paulo, generan lo que Soja llama «ciudad carcelaria» y que Davis rotula
rrados, centros de entretenimiento y parques temáticos de todos los tipos, como «fortaleza L.A.» (Soja, 1996a: 448-450; Davis, 1990: cap. 4).
en cuya creación Los Ángeles fue pionera.4s Todos ellos son espacios pri- Comparada a la de Sao Paulo, la fortificación de Los Ángeles es
vatizados, administrados por empresas o asociaciones de propietarios cu- blanda. Donde barrios como Morumbi usan muros altos, cercas de hie-
yos intereses entran en conflicto con las administraciones públicas. Ade- rro y vigilantes armados, el West Side de Los Ángeles usa principalmente
más, como muestra Davis (1990: cap. 3), esas administraciones privadas alarmas electrónicas y pequeñas señales anunciando «Respuesta Arma-
pueden involucrarse en varias estrategias del tipo NIMBY (Not In My Back da». Mientras la elite de Sao Paulo claramente se apropia de espacios pú-
Yard) para «proteger su inversión», consiguiendo la aprobación de todos blicos -cerrando calles públicas con cadenas y otros obstáculos físicos e
los tipos de legislación segregacionista para garantizar la exclusividad de instalando guardias privados armados para controlar la circulación- la
sus enclaves. Esos enclaves, generalmente para los más ricos, existen en elite de Los Ángeles todavía muestra algún respeto por las vías públicas.
relación con los espacios dejados para la población más pobre -los par- Sin embargo, las comunidades cercadas por muros que se apropian de
ques y calles ocupados por los homeless, los barrios pobres y habitados calles públicas están proliferando, y es posible preguntarse si el patrón
por diferentes grupos étnicos en el centro, los territorios de las bandas y más discreto de separación y vigilancia de Los Ángeles no se relaciona en
los campamentos de migrantes-.46 En otras palabras, los ricos, los pobres parte con el hecho de que los pobres ya viven lejos del West Side, mien-
y los integrantes de diferentes grupos étnicos no se encuentran en espa- tras en Morumbi viven del otro lado de la calle. Además, la policía de Los
cios comunes en Los Ángeles contemporánea. Ángeles -a pesar de ser considerada como una de las más parciales y vio-
Los Ángeles ejemplifica la nueva forma urbana de una manera mu- lentas de los Estados Unidos- todavía parece ser efectiva y no violenta si
cho más explícita que Sao Paulo, donde el antiguo urbanismo orientado se la compara a la de Sao Paulo.
hacia el centro todavía ofrece un escenario para encuentros anónimos y Dos analistas de Los Ángeles captaron las transformaciones en el ca-
heterogéneos. En Los Ángeles las calles están más vacías y los nuevos ti- rácter de su espacio construido y de su vida pública, de maneras opuestas
pos de espacios descentralizados producen zonas de apartheid para dife- y significativas. Charles Jencks defiende el nuevo urbanismo y la necesi-
rentes grupos sociales. El postsuburbio, como un tipo de forma urbana, dad de segregar espacios. En contraste, Mike Davis percibe en la nueva
no tiene nada que ver con fronteras «abiertas e indeterminadas»; no tiene configuración «el fin del espacio público». Disiento con ambos, aunque
nada que ver con la creación de espacios para la vitalidad del público he- apoye muchos aspectos del análisis de Davis.
terogéneo. Los espacios postsuburbanos tienen que ver con delimitaciones Charles Jencks analiza las tendencias recientes de la arquitectura de
y separaciones claras, fronteras rígidas y encuentros vigilados y previsi- Los Ángeles con relación a un diagnóstico de la configuración social de la
ciudad. Para él, el principal problema de Los Ángeles es su heteroge-
neidad, que inevitablemente genera conflictos étnicos crónicos y explica
episodios como la rebelión de 1992 (1993: 88). Como él considera esa
45. Sorkin (1992) proporciona una interesante colección de estudios sobre diferentes tipos de heterogeneidad constitutiva de la realidad de Los Ángeles y como su diag-
parques temáticos y espacios de elite en diferentes ciudades. Véase también Zukin (1991: cap. 8).
46. Argumentando contra lo que llama -narrativa de pérdida. del espacio público, Mar-
nóstico de la situación económica es pesimista, prevé que la tensión étni-
garet Crawford (1995) alega que los residentes de Los Ángeles están continuamente rehaciendo ca irá en aumento, el ambiente se tornará más defensivo y las personas
el espacio público. Ella no cree que los espacios vacíos impidan la sociabilidad y presenta como van a echar mano a medios de protección cada vez más diversificados y
ejemplo de uso alternativo, o incluso subversivo del espacio público en Los Ángeles, los vende- mezquino. Jencks ve como inevitable y como una cuestión de realismo la
dores ambulantes (que se apropian de calzadas, esquinas y estacionamientos) y los sin techo. .~ adopción de tecnologías de seguridad. Además, discute cómo esa necesi-
Aunque esos ejemplos sean obviamente de usos del espacio público, no son ejemplos de usos he- }
dad está siendo transformada en arte por estilos que metamorfosean el
terogéneos, sino de segregación y exclusión. Los espacios usados por los vendedores ambulantes
y los sin techo son espacios restantes, los únicos que los grupos más marginados -los excluidos
material agresivo necesario para la seguridad en «señales ambiguas de be-
de las áreas prestigiosas y amuralladas- de los que todavía pueden apropiarse. lleza inventiva y "no entre"» (1993: 89) y que proyectan fachadas con los
fondos hacia la calle a fin de camuflar el contenido de las casas. Para él la da». Esa obsesión por los sistemas de seguridad físicos y, colateralmente, por
respuesta al conflicto étnicos es: «arquitectura defensiva y realismo para la vigilancia arquitectónica de las fronteras sociales, se convirtió en un zeit-
con la rebelión» (1993: 89); ese realismo reposa en que los arquitectos geist de la reestructuración urbana, una narrativa dominante en el espacio
miren hacia «el lado negro de la división, del conflicto y de la decadencia, construido emergente de los años noventa. [...) Vivimos en «ciudades-forta-
lezas» brutalmente divididas entre las «celdas fortificadas» de la sociedad ri-
y representen algunas verdades indeseables» (1993: 91). Entre esas «ver-
ca y los «lugares del terror» donde la policía combate a los pobres crimina-
dades» está la afirmación de que la heterogeneidad y el conflicto están
lizados (Davis, 1990: 223-224).
aquí para quedarse, de que las promesas del melting pot ya no pueden ser
cumplidas. En ese contexto, las fronteras tienen que ser tanto más claras
Mike Davis atribuye a un plan de la elite posliberal (o sea, republica-
como más fuertemente defendidas.
nos de la era Reagan-Bush) una Los Ángeles cada vez más segregada y
privatizada, y reitera ese tema en su análisis de la rebelión de 1992 (Da-
Arquitectónicamente [Los Ángeles) tendrá que aprender las lecciones
de estética y in-formalidad de Gehry: cómo transformar necesidades desa-
vis, 1993). Para él, la Los Ángeles contemporánea representa una «nueva
gradables como las cercas de alambrados en señales divertidas y ambiguas guerra de clases al nivel del espacio construido» y demuestra que la «for-
de bienvenido/no entre, belleza/espacio defensivo [...) ma urbana está de hecho siguiendo una función represiva en la estera po-
La arquitectura defensiva, aunque lamentable como táctica social, tam- lítica de la era Reagan-Bush. Los Ángeles, en su modo prefigurativo, ofre-
bién protege los derechos de los individuos y grupos amenazados (Jencks, ce un catálogo especialmente inquietante de los vínculos emergentes entre
1993: 93). la arquitectura yel estado policial americano» (Davis, 1990: 228).
El texto de Davis está marcado por una indignación sustentada por
Jenck identifica la heterogeneidad étnica como la razón para los con- una riqueza de evidencias. Sin embargo, a veces comprime procesos so-
flictos sociales de Los Ángeles y ve la separación como una solución. Sus ar- ciales complejos en un escenario simplificado de guerra, que sus propias
gumentos recuerdan una forma de raciocinio que Balibar (1991: 22-23), si- descripciones desmienten. La coincidencia de la segregacilÍn actual de Sao
guiendo a P. A. Taguieff, llama racismo diferencialista. Es un tipo de Paulo con la democratización política, recomienda escepticismo en afir-
argumento que naturaliza no la pertenencia racial, sino la cultura y la con- mar una correspondencia directa entre intenciones políticas y transfor-
ducta racista. Ese argumento considera que, ya que las diferencias étnicas y maciones urbanas. Pero a pesar de esa limitación, Davis elabora una crí-
culturales son insuperables, el intento de abolirlas generaría agresión y con- tica notable de la segregación espacial y social, y asocia la configuración
flictos interétnicos. Como resultado, prosigue el argumento, para evitar el urbana emergente a los temas cruciales de la desigualdad social y opcio-
conflicto las personas necesitan «respetar los "umbrales de tolerancia", nes políticas. Para él no hay nada inevitable en relación con la «arquitec-
mantener las "distancias culturales" o, en otras palabras, de acuerdo con el tura-fortaleza», y esta tiene profundas consecuencias en la manera por la
postulado de que los individuos son los herederos y portadores de una úni- cual el espacio público y las interacciones públicas son moldeados.
ca cultura, segregar colectividades» (Balibar, 1991: 22-23). Lo que Jencks Tanto en Sao Paulo como en Los Ángeles, el espacio público creado
propone y admira en la intervención de algunos arquitectos y planificadores por los enclaves e instrumentos de estilo «defensivo» alimenta la repro-
en el medio urbano de Los Ángeles es el desarrollo de una estética de sepa- ducción de desigualdades, aislamiento y fragmentación.47 En tanto orde-
ración y de un espacio construido que impide encuentros no programados y namientos urbanos basados en el enclaustramiento y en la vigilancia de
heterogéneos. Es obvio que él no está interesado en alimentar ninguno de los fronteras, esas ciudades niegan los valores básicos del ideal moderno.
ideales del público moderno, sino exactamente en sus opuestos. Percibiendo cómo el medio urbano contemporáneo de Los Ángeles entra
Pero la arquitectura defensiva de Los Ángeles también tiene sus críti- ,en conflicto con lo público moderno, Davis lo considera la «destrucción
cos, y el más famoso de ellos es Mike Davis. Para Davis (1990, 1991, del espacio público» (Davis, 1990: cap. 4). Pero esta frase evita muchas
1993), la desigualdad social y la segregación espacial son características cuestiones. ¿Estamos lidiando con la destrucción del espacio público en
centrales de Los Ángeles, y su expresión «Fortaleza L.A.» se refiere al
tipo de espacio que se está creando en la ciudad.
47. Disiento con el argumento de Sorkin (1992: xü-xiii) de que en la -nueva ciudad recom-
Bienvenidos a la Los Ángeles posliberal, donde la defensa de estilos de binante. el orden social no pueda ser leído en la forma urbana. Desigualdad y separación social
vida de lujo se traduce en una proliferación de nuevas represiones al espacio son fácilmente legibles en el nuevo medio urbano, aunque ellas estén ciertamente expresadas en
y al movimiento, fortalecidas por las ubicuas señales de «respuesta arma- un vocabulario no moderno.
general o con la creación de otro tipo de espacio público, que no es de- Sao Paulo y Los Ángeles probablemente tienen tantas diferencias co-
mocrático, que no tolera la indeterminación y niega los ideales moder- mo similitudes. A pesar de eso, la yuxtaposición de los dos casos es espe-
nos de apertura, heterogeneidad e igualdad? Al final, el tipo soviético de cialmente sugestiva. Sus similitudes sugieren que los patrones de segrega-
espacio modernista monumental en Moscú o Varsovia y el tipomoder- ción y reestructuración urbana no pueden ser entendidos solo como
nista de Brasilia todavía son públicos, a pesar de ser no modernos.48 De respuestas locales a procesos locales. Diferentes ciudades constituyen su
la misma manera que la ciudad industrial no inventó el espacio público medio urbano y sus espacios públicos en un amplio diálogo, usando ins-
sino solo su versión moderna, la actual destrucción del espacio público trumentos que son parte de un repertorio común. El modelo de ciudad-jar-
moderno está llevando no al fin del espacio público, sino a la creación de dín, la arquitectura y la planificación modernistas, y ahora los enclaves
otro tipo. Privatización, enclaustramiento e instrumentos de distancia- fortificados, «postsuburbios» y parques temáticos son parte de un reper-
miento ofrecen medios no solo de retirar y de minar un cierto espacio torio del cual diferentes ciudades alrededor del mundo están tomando ele-
público (moderno), sino también de crear otra esfera pública: una esfera mentos. En otras épocas hubo otros elementos en ese repertorio, como la
que está fragmentada, articulada y garantizada sobre la base de la sepa- Ley de Indias, la calle corredor y los bulevares haussmannianos. El uso
ración y de toda una parafernalia técnica, y en la cual la igualdad, la de formas del repertorio contemporáneo articula una fuerte separación de
apertura y la accesibilidad no son valores básicos. Los nuevos espacios grupos sociales, en un proceso que trasciende el espacio construido. El
estructura n la vida pública en términos de desigualdades reales: las dife- miedo al crimen y la producción de estereotipos de otros peligrosos (los
rencias no deben ser descartadas, tomadas como irrelevantes, dejadas pobres, los migrantes, etcétera) son otras dimensiones del mismo proceso.
sin atención o disfrazadas a fin de sustentar ideologías de igualdad uni- El intenso miedo al crimen del paulista, las altas tasas de violencia de la
versal o mitos de pluralismo cultural pacífico. El nuevo medio urbano ciudad y sus altos muros pueden hablarnos sobre tendencias semejantes en
impone desigualdades y separaciones. Es un espacio público no demo- Los Ángeles, incluso bajo formas más blandas. En Sao Paulo las tensiones
crático y no moderno. son más elevadas que en Los Ángeles porque el gueto no está tan enclaus-
Está claro que muchos de aquellos que analizaron las nuevas carac- trado, las desigualdades son mayores, la violencia es más implia y el anti-
terísticas del urbanismo de Los Angeles, como Edward Saja (1996a y b) guo urbanismo todavía mantiene a las masas en las calles.
y Michael Dear (1996), simplemente las llamarían posmodernas. Sin em- Las diferencias entre las dos ciudades, sin embargo, indican las histo-
bargo, al hacerla, enfatizan ciertos aspectos de la vida de Los Ángeles, co- rias específicas y las elecciones de cada sociedad. Mientras Los Ángeles es
mo la flexibilidad, el sincretismo cultural, la «heterodoxia social» y la una región metropolitana que parece haber favorecido siempre la disper-
ausencia de fronteras que contradicen directamente los aspectos que ven- sión, la suburbanización y la privatización, Sao Paulo se desarrolló de
go enfatizando. A pesar de que esos aspectos también son parte de la vi- acuerdo con un modelo europeo que valoriza el centro, donde las principa-
da pública de Los Angeles, estos no constituyen las principales caracterís- les actividades económicas y las residencias de las elites estaban concentra-
ticas que sirven para organizar el espacio construido. La noción de das. Cuando la ciudad se expandió, los pobres fueron enviados lejos, pero
posmoderno está asociada generalmente a experiencias de fluidez y au- la elite permaneció en el centro. A pesar de la importancia de que el centro
sencia de fronteras; el espacio urbano actual de Los Ángeles está marca- haya sido un principio organizador de la ciudad desde sus orígenes como
do por características opuestas.49 una villa colonial, el espacio urbano de Sao Paulo está compuesto por va-
rias etapas de experimentos. Se expandió rápidamente y sin mucha preocu-
pación por la preservación histórica, como prueba ejemplarmente la Aveni-
48. La idea del «fin del espacio público. aparece en otros libros recientes como, por ejemplo, da Paulista y sus dos encarnaciones: una de mansiones para los barones del
en el subtítulo de la colección de ensayos organizada por Sorkin (1992). De los autores representa-
dos en ese volumen, Davis es el único que aborda el tema directamente. Sin embargo, varios análi-
café y otra para las sedes modernistas de empresas. El espacio de la ciudad
sis aluden implícitamente a la transformación del espacio público, considerando el tipo de parque carga varios tipos de inscripciones: un centro viejo con plano de edificios e
temático, que estudian como «análogo, «sustituto., -teatral., etcétera, o sea, de alguna forma co- inspiración neoclásica; el proyecto de estilo ciudad-jardín para barrios de la
mo espacios públicos falsos. En esos análisis hay una deshistorización del espacio público, en la me- clase alta; algunas avenidas inspiradas en bulevares haussmannianos; innu-
dida en que su forma moderna aparece como espacio público en general. Historizar la noción de
espacio público ayuda tanto a evitar la nostalgia como a entender las transformaciones actuales.
Para una discusión más extensa de Variation on a Tbeme Park, véase Caldeira (1994).
49. No entro aquí en discusiones sobre arquitectura posmoderna, de la cual Los Angeles tectónicos, aunque el espacio público de apartbeid pueda ser parcialmente modelado por los edi-
ofrece numerosos ejemplo. El foco de mi análisis son las formas urbanas y no los estilos arqui- ficios del estilo arquitectónico posmoderno.
merables edificios modernistas; la arquitectura vernácula de las casas auto- Privatización y fronteras rígidas (tanto materiales como simbólicas) frag-
construidas; la improvisación de las favelas; y el diseño de inspiración pos- mentan continuamente lo que solían ser espacios más abiertos, y sirven
moderna de los enclaves fortificados contemporáneos. Algunos de esos ele- para mantener a los grupos separados.
mentos dejaron una fuerte marca en el espacio urbano, pues fueron capaces Sin embargo, la experiencia del espacio urbano no es la única expe-
de dictar su reestructuración. El impacto más importante de los enclaves riencia de los residentes de esas ciudades, y ciertamente no es su única ex-
fortificados parece ser exactamente este: alteran el principio de centralidad periencia sea de diferencia social, sea de democracia. Una de las caracte-
que siempre organizó el espacio de la ciudad. Después de la apertura rum- rísticas de Los Ángeles, repetidamente enfatizada por sus analistas, es su
bo a la periferia en la década de 1940 (inspirada por Haussmann), la inver- multiculturalismo, la presencia de un número expresivo de diferentes gru-
sión actual en las outer cities y en los enclaves es probablemente el cambio pos étnicos que cambian las facciones de una ciudad otrora predominan-
más radical en el espacio construido, cambio que inaugura un nuevo pa- temente blanca (anglo). Esas son las características destacadas por aque-
trón de segregación. La yuxtaposición con Los Ángeles indica que los ins- 1I0s que, como Saja y Dear, ven el, urbanismo posmo~erno d~sde una
trumentos que generan ese nuevo patrón en Sao Paulo no son exclusiva- perspectiva positiva, en vez de enfatizar sus aspectos mas negativos, co-
mente locales, sino parte de un repertorio más amplio. También sugiere que mo Davis tiende a hacer. Soja (1996a), por ejemplo, habla sobre un nue-
estamos lidiando no con un cambio de estilo de los proyectos, sino con un :vo sincretismo cultural (latino, asiático), fusión cultural y la construcción
cambio en el carácter del espacio público. La nueva forma urbana desafía de coaliciones. También se habla sobre el hibridismo y las culturas de
el espacio público moderno y democrático. , frontera. Algunos mencionan la importancia de los medios de comunica-
A pesar de que los proyectos políticos no siempre pudieron ser leídos ción de masa y de las nuevas formas de comunicación electrónica y su pa-
directamente en el medio urbano, especialmente debido a su carácter mul- pel para borrar fronteras y acortar distancias, no solo en Los Ánge,les.sino
tifacético, los instrumentos disponibles en el medio urbano están relaciona- en todo lugar. En Sao Paulo, la oposición a los impulsos segregaClOl1lstas
dos con diferentes proyectos políticos. Usados, sin embargo, puede no sig- y antidemocráticos del espacio urbano vienen en parte también de los ~e-
nificar necesariamente alcanzar el objetivo pretendido. De hecho, el dios, pero principalmente de otras fuentes: del proceso de democratiza-
autoritario Haussmann creó espacios democráticos en París (Clark, 1984) ción, de la proliferación de movimientos so~iales y de la exp~nsió~ de ,los
y los modernistas socialistas crearon espacios vacíos no democráticos en derechos de ciudadanía de las clases trabaJadoras y de vanas mmonas.
Brasilia y en muchos otros lugares del mundo (Holston, 1989). ¿De qué Tanto en Sao Paulo como en Los Ángeles, por lo tanto, podemos de-
modo forma urbana y procesos políticos coinciden en ciudades como Sao tectar procesos sociales opuestos: algunos que promueven la tolerancia
Paulo y Los Ángeles, y de qué modo divergen? ¿Qué procesos democráti- a la diferencia y a la flexibílización de fronteras, y algunos que promue-
cos pueden estar contraponiéndose a las transformaciones urbanas y vice- ven la segregación, la desigualdad y la vigilancia de fronteras. En verdad,
versa? Si las desigualdades sociales parecen organizar el medio urbano en en estas ciudades tenemos una democracia política con muros urbanos;
vez de ser puestas de lado por la tolerancia a las diferencias y por fronteras procedimientos democráticos usados para promover se~regaci~n, ~~mo
indeterminadas, ¿qué tipo de modelo podemos adoptar para lo público? en los movimientos NIMBY, y multiculturalismo y formaclOnes Sll1cretlCas
¿Todavía es posible la democraCia en esta nueva ciudad de muros? ¿Qué ti- con zonas de apartheid promovidas por enclaves segregados. Esos proce-
po de comunidad política corresponderá a la nueva esfera pública fragmen- sos opuestos no están desconectados sino tensamente vinculados: Expre-
tada en que los intereses se expresan privadamente -por asociaciones de san las tendencias contradictorias que caracterizan a las dos SOCIedades.
propietarios, por ejemplo- y en la cual se hace difícil defender el bien co- Ambas están pasando por transformaciones significativas. Ambas fueron
mún? modificadas por la apertilra y la flexibilización de fronteras (migración y
reestructuración económica en Los Ángeles, y democratización, crisis
económica y reestructuración en Sao Paulo). Si miramos por un momen-
to hacia otras ciudades alrededor del mundo donde los enclaves están au-
mentando, vemos que algunas están pasando por procesos parecidos de
A pesar de sus especificidades, Sao Paulo y Los Ángeles son hoy más ~ transformación y democratización profundos (Johannesburgo y Buenos
socialmente desiguales y más dispersas de lo que solían ser, y muchos de ~ Aires, por ejemplo). La desestabilización de fronteras es perturbadora, es-
los cambios en sus espacios urbanos están causando separación entre gru- pecialmente para la elite. Su movimiento hacia la construcción d~ muros
pos sociales, que están cada vez más confinados a enclaves homogéneos. es, por lo tanto, comprensible. El problema es que las consecuencIas de la
fragmentación, de la privatización y de los muros son severas. Una vez
que los muros se construyen, alteran la vida pública. Los cambios que es-
tamos viendo en el espacio urbano son fundamentalmente no democráti-
cos. Lo que se está reproduciendo en el espacio urbano es segregación e
intolerancia. El espacio de esas ciudades es la arena principal en la cual se
articulan esas tendencias antidemocráticas.
Entre las condiciones necesarias para la democracia está la de que las
personas reconozcan a aquellos de grupos sociales diferentes como con-
ciudadanos, con derechos equivalentes a pesar de sus diferencias. Sin em-
bargo, las ciudades segregadas por .muros y enclaves, alimentan el senti-
miento de que grupos diferentes pertenecen a universos separados y
tienen reivindicaciones irreconciliables. Las ciudades de muros no forta-
lecen la ciudadanía, sino que contribuyen a su corrosión. Además, ese
efecto no depende directamente ni del tipo de régimen político ni de las
intenciones de los que están en el poder, ya que el diseño de los enclaves
y muros trae en sí mismo una cierta lógica social. Las nuevas morfologías
urbanas del miedo dan formas nuevas a la desigualdad, mantienen a los
grupos separados e inscriben una nueva sociabilidad que contradice
los ideales de lo público moderno y sus libertades democráticas. Cuando
el acceso a ciertas áreas es negado a algunas personas y cuando grupos di-
ferentes no interactúan en el espacio público, las referencias ideales de
apertura, igualdad y libertad como principios organizadores de la vida
social ya no son posibles, incluso como ficción. Las consecuencias de la
nueva separación y restricción en la vida pública son serias: al contrario
de lo que piensa Jencks (1993), la arquitectura y la planificación defensi-
vas promueven el conflicto en vez de evitarlo, al hacer explícitas las
desigualdades sociales y la falta de referencias comunes. En verdad, pode-
mos argumentar que la rebelión de Los Angeles fue causada por la segre-
gación social, no por la falta de separación y de defensas.5o
Si las experiencias de separación expresadas en el medio urbano se hi-
cieran hegemónicas en sus sociedades, ellas se distanciarán de la democra-
cia. Sin embargo, dada la disyunción entre los diferentes tipos de experien-
cias en ciudades como Los Ángeles y Sao Paulo, existe también la esperanza
de que lo contrario pueda ocurrir: que las experiencias de borrar fronteras
y de democratización acaben extendiéndose al espacio urbano.

50. Saja, por ejemplo, interpreta los distubrios de 1992 como el primer movimiento de re-
sistencia al posmodernismo y al'posfordismo conservadores (1996a: 459).
9. VIOLENCIA, EL CUERPO INCIRCUNSCRITO y LA FALTA DE RESPETO
A LOS DERECHOS EN LA DEMOCRACIA BRASILEÑA

La experiencia de la violencia es una experiencijl de violación de


derechos individuales o civiles, y por lo tanto afecta la calidad de la ciu-
dadanía brasileña. Analicé el aumento de la violencia y del miedo al cri-
men en Silo Paulo desde una serie de perspectivas interrelacionadas, y
concluyo considerándolos a partir del punto de vista de la democracia.
La violencia y la falta de respeto por los derechos civiles constituyen una
de las principales dimensiones de la democracia disyuntiva del Brasil. Al
denominarla disyuntiva, James Holston y yo (1998) llamamos la aten-
ción sobre sus procesos contradictorios de simultánea expansión y falta
de respeto por los derechos de la ciudadanía, procesos que, de hecho,
marcan muchas democracias del mundo actual (Holstpn, 2007). La
ciudadanía brasileña es disyuntiva porque, aunque el Brasil sea una de-
mocracia política y aunque los derechos sociales estén razonablemente
legitimados, los aspectos civiles de la ciudadanía son continuamente vio-
lados.l
En este capítulo analizo uno de los aspectos cruciales de la disyun-
ción de la ciudadanía brasileña: la asociación de la violencia a la falta de
respeto por los derechos civiles y a una concepción de cuerpo que llamo
p<cuerpo incircuns~ Para elaborar mis argumentos, analizo dos cues-
tloñés interrelacionadas que se pusieron a tono después del inicio del ré-
gimen democrático, a comienzos de la década de 1980. La primera es la
amplia oposición a los defensores de los derechos humanos. La segunda
es la campaña por la introducción de la pena de muerte en la Constitu-
ción brasileña. Por detrás de esas dos cuestiones están el aumento del
crimen violento y del miedo, y las tendencias urbanas en dirección a la
fortificación y hacia nuevos modos de segregación que analicé en los ca-

1. Adopto la clásica distinción de Marshall (1965 [1949)) entre las dimensiones civil, po-
lítica y social de la ciudadanía. La dimensión civil se refiere a los derechos necesarios para la li-
.! bertad individual, para la aserción de la igualdad frente a la ley y a los derechos civiles en gene-
} ral; la dimensión política ser refiere al derecho de participar de organizaciones políticas, de votar
y de candidatearse para cargos políticos; la dimensión social se refiere a los derechos asociados
al estado de bienestar social. Véase capítulo 8, nota 5. Para la argumentación completa sobre la
democracia disyuntiva, véase Holston y Caldeira (1998).
pítulos anteriores. En esos debates, un tema central son los límites (o fal- contexto democrático.2 Aunque la violación de los derechos humanos sea
ta de límites) para la intervención en ~Icuere,o del criminal. Al discutir las común en el mundo contemporáneo, oponerse a los derechos humanos
ideas de las personas sobre cómo debe ser tratado y castigado el cuerpo y concebirlos como algo malo, incluso reprobable, en el contexto de una
del criminal, espero iluminar concepciones más difundidas del cuerpo y democracia política es algo único. Entender cómo eso fue posible y cómo
de los derechos. los derechos humanos fueron transformados de derechos legítimos en
Mi interés en analizar la asociación de violencia, derechos y cuerpo «privilegios de delincuentes» es entender varios elementos de la cultura y
deriva de dos conjuntos de preocupaciones interrelacionados. Primero, de la vida política brasileña. Focalizo esta discusión en el caso de Sao
intento comprender el carácter de la ciudadanía democrática brasileña y Paulo, pero como algunos de los temas que trato son ciertamente más
el papel que la violencia desempeña en ella. Segundo, quiero hacer que amplios, algunas veces me refiero al Brasil en general.
ese conocimiento dialogue con teorías de la ciudadanía y de derechos. Aunque los derechos humanos sean en teoría un valor universal, en
Abordo estos temas como antropóloga. Analizo la ciudadanía y la vio- verdad son cultural y políticamente interpretados y modificados, como lo
lencia como experiencias vividas por los residentes de Sao Paulo, esto es, son los derechos civiles en general. Esa interpretación no está predetermi-
como maneras específicas a través de las cuales los paulistas interactúan nada: en Sao Paulo, la defensa de los derechos humanos ayudó tanto a
con nociones disponibles de derechos, justicia, castigo y dolor, y al ha- ampliar el reconocimiento de los derechos (durante el régimen militar)
cerla crean un cierto tipo de cuerpo político a medida que reproducen un como a cuestionarios (bajo el régimen democrático). En otras palabras, el
cierto tipo de cuerpo. Construyo este análisis como un diálogo con teo- significado de los derechos humanos depende de cómo se articula políti-
rías sobre derechos y la violencia, un diálogo cuyo resultado esperado no camente el concepto en contextos específicos.
es solo elucidar la experiencia de Sao Paulo sino también problema tizar Los defensores de los derechos humanos no fueron estigmatizados
nociones de ciudadanía y democracia. Como esas nociones son formula- en el pasado, cuando los casos que defendían eran los de presos políti-
das sobre la base de una experiencia específica de Europa occidental y de cos de clase media y cuando la apertura estaba apenas comenzando.
los Estados Unidos, aplicarlas directamente a un país como el Brasil re- Por el contrario, el respeto por los derechos humanos era una reivindi-
sulta solamente verlo como un modelo de modernidad fracasada o in- cación importante del movimiento político que llevó al fin del régimen
completa. En vez de considerar sólo un modelo de ciudadanía, democra- militar. En esa época (fines de la década de 1970) el respeto por los de-
cia o modernidad, sugiero que diferentes sociedades tienen diversas rechos de los prisioneros políticos era exigido por varios grupos que se-
maneras de usar elementos generalmente disponibles en un repertorio guían elliderazgo de intelectuales, políticos de centro y de izquierda, la
común de la modernidad para crear sus naciones, ciudadanías y demo- Iglesia Católica y su Comisión de Justicia y Paz, y asociaciones civiles,
cracias específicas. La peculiaridad del uso brasileño de esos elementos como el Movimiento Femenino por la Amnistía y la OAB -Ordem dos
proviene del hecho de que los derechos sociales (y secundariamente los Advogados do Brasil (Asociación de Abogados del Brasil)-.3 La aten-
derechos políticos) están históricamente mucho más legitimados que ción a los derechos de prisioneros comunes no estaba incluida en las
los derechos civiles e individuales y de que la violencia y las intervencio- exigencias, a pesar de que la violación a sus derechos era rutinaria. La
nes en el cuerpo son ampliamente toleradas. Esa tolerancia con relación campaña por la amnistía de presos políticos -muchos de los cuales fue-
a la manipulación de los cuerpos, la proliferación de la violencia y la des- ron torturados y mantenidos como prisioneros sin un juicio o incluso
legitimación de la justicia y de los derechos civiles están intrínsecamente un mandato judicial- se interrelacionó con otros movimientos políticos
vinculadas. que exigían el retorno a un régimen constitucional, elecciones libres y
directas, libertad de expresión, fin de la censura, libertad de organiza-

2. Otras dimensiones de la falta de respeto por los derechos humanos en el Brasil, como la
La falta de respeto por los derechos humanos es común en el Brasil, violencia doméstica, la violencia rural, la esclavitud y los abusos de niños, homosexuales, muje-
como muestran los datos absurdos de abusos poliCiales. Aunque esa falta res y grupos indígenas, están documentadas por organizaciones de derechos humanos tanto na-
cionales como internacionales. Estas también son reconocidas por el gobierno federal brasileño
de respeto no esté restringida de forma alguna al abuso policial y al uni-
en su Plan de Derechos Humanos.
verso de crimen, focalizo esas áreas pues es ahí que los derechos humanos 3. La falta de respeto por los derechos humanos de presos políticos en el Brasil durante el
llegaron a ser explícitamente rechazados por muchos brasileños en el régimen militar está documentada en Arquidiócesis de Siio Paulo (1986).
ción de partidos políticos y sindicatos, etcétera, que culminaron en el debates políticos. La oposición política a Montoro y su partido político
derrocamiento del régimen militar. -inicialmente el PMDB Ydespués el PSDB- así como la resistencia al proce-
Después que la Ley de Amnistía se aprobó en 1979 y los presos polí- so de consolidación democrática, llegaron a ser expresadas en términos
ticos fueron liberados, y a medida que la democracia electoral come~zó a de la cuestión de los derechos humanos. Mientras Montoro era apoyado
consolidarse, grupos defensores de los derechos humanos (los me~clOna- por grupos de derechos humanos y partidos de centro e izquierda, los po-
dos en páginas precedentes más el recién creado Centro Santo DIas y la líticos de derecha acusaban a él y a sus aliados de proteger criminales. En
Comisión Teotonio Vilela) volcaron su atención y acción hacia los presos esa campaña, los derechos humanos fueron llamados «privilegios de de-
comunes que continúan siendo torturados y forzados a vivir en condicio- lincuentes».
nes degr~dantes hasta la actualidad.4 Al cambiar el foco de su acci~n, ~~s Montoro eligió a un conocido defensor de presos políticos y de los
grupos que defendían los derechos humanos ampliaron de fo:ma sIgmfI- derechos humanos, José Carlos Dias, para ser su Secretario de Justicia.
cativa el ámbito de sus actividades. Eso parece no haber ocurndo en otros Durante los tres años (1983-1986) en que ejerció el cargo, Dias y su po-
países latinoamericanos o en otras sociedades recién democratizadas, lítica de «humanización de presidios» fueron blanco de intensa oposi-
donde los debates sobre los derechos humanos continúan ligados a las ac- ción. Esta fue articulada y expresada por los medios de comunicación de
tividades de los regímenes autoritarios depuestos.5 Sin embargo, la idea
masa, especialmente en programas de radio especializados en la narra-
de garantizar derechos humanos a «criminales» se reveló como inacepta-
'ción de crímenes (uno de los más famosos, el de Afanasio Jazadji) y en pe-
ble para la mayoría de los residentes de Sao Paulo.
riódicos como O Estado de Siío Pauto. Entre las medidas más controver-
En la década de 1980, por lo tanto, no fue la idea de los derechos en
tidas de Dias para defender los derechos de los presos están las siguientes:
sí la que se cuestionó, ni siquiera la idea de derechos humanos en gener~l.
la creación de comisiones de representantes de los presos elegidas oficial-
Los derechos humanos fueron cuestionados solo cuando estaban aSOCIa-
mente; la instalación de cajas de correo dentro de las prisiones para que
dos a presos no políticos. Por lo tanto, es hacia la imagen del criminal y
los reclusos enviaran reclamos directamente a la oficina" disciplinaria
del sistema judicial que se debe mirar a fin de entender cómo los derechos
(Corregedoria) sin la intermediación de la administración de la prisión; y
humanos fueron interpretados y entonces rechazados por la población.
la adopción de «visitas Íntimas» para presos (en las cuales podrían tener
Esta investigación revela la fragilidad de los derechos individuales y civi-
relaciones sexuales con sus parejas). Además, el secretario fue criticado a
les en el Brasil.
causa de su relación directa con los reclusos, incluyendo su participación
El principal ataque a los derechos humanos, que consolidó las imá-
en un debate televisado con ellos. Por lo tanto, la defensa de los derechos
genes negativas todavía muy presentes en la población, fue originalme~-
humanos para presos comunes se convirtió en una cuestión debatida pú-
te articulado durante el gobierno de Franco Montara en el estado de Sao
blicamente y, más aún, en política de estado. La perspectiva de la admi-
Paulo. Montara, el primer gobernador electo después del régimen militar,
nistración fue resumida en la idea de que los presos tenían derechos (hu-
luchó por el retorno al estado de derecho y, una vez elegido, inte~~ó no
manos) a ser protegidos. De acuerdo con Dias, una de las realizaciones
solo controlar los abusos policiales sino también mejorar las condIclOnes
más importantes de su administración fue transmitir al preso
de las prisiones en Sao Paulo (véase capítulo 5). Fue durante su adminis-
tración (1983-1987) que el crimen violento aumentó significativa mente
nuestra convicciónde que él es un ciudadano, aunque con los derechosres-
en Sao Paulo y que la preocupación por el crimen llegó al centro de los
tringidos por una sentenciacondenatoria. Fue condenado a perder su liber-
tad, pero solo eso, y de acuerdo con los límitesde la sentencia.No fue con-
4. La falta de respeto por los derechos humanos en la prisiones brasileñas está documen- denado a las humillacionesy otros tipos de violenciaque ocurren dentro de
tada en Americas Watch Committee (1987 y 1989), Amnistía Internacional (1990) y Comisión la prisión (Entrevista, 10 de septiembre, 1990).
Teotonio Vilela (1986).
5. En países como Chile, Argentina y Sudáfrica, los movimientos por los derechos ?um~- Los opositores a esa visión articularon hábilmente en los medios de
nos continuaron preocupados por tratar los abusos de los regímenes anteriores. Para la histOrIa
comunicación de masas una serie de prejuicios, estereotipos y creencias
del movimiento por los derechos humanos en América Latina, véase Sikkink (1996). En el Bra- ~
sil ese tipo de movimiento fue menor. Sólo después de 1995 (esto es, veinte años después del ini- ;: ~ compartidas por grandes sectores de la población. Siguen tres ejemplos de
cio del proceso de apertura) el gobierno Cardoso reabrió casos de violaciones de derechos huma- : ese discurso. El primero forma parte de un manifiesto de la Asociación
nos contra presos políticos y ofreció indemnización a las familias de personas muertas por el de Delegados de Policía del Estado de Sao Paulo, dirigido a la población
régimen militar. de la ciudad el4 de octubre de 1985. El manifiesto apareció un mes antes
de las elecciones a la municipalidad de Sao Paulo y en el contexto de los Habría que agarrar a esos presos irrecuperables,colocarlos a todos en
intentos del gobierno Montara de reformar la policía. un paredón y quemarlos con lanzallamas. O tirar una bomba en el medio,
¡t>um!,se acabó el problema.6 Ellosno tienen familia, no tienennada, no tie-
Lostiemposactuales son de intranquilidad para usted y de total garantía pa- nen de qué preocuparse, ellos solo piensan en hacer el mal; ¿iYnosotros nos
ra los que matan, roban, violan. Su familia es destrozada y su patrimonio, vamos a preocupar por ellos!? [...] Esos vagabundos, ellos nos consumen
conseguidoa costa de mucho sacrificio,es tranquilamente sustraído. ¿Y por todo, millones y millonespor mes; vamos a transformar ese dinero en hos-
qué ocurre eso? Usted sabe la respuesta. Creyendoen promesas, elegimosel pitales, guarderías, orfanatos, asilos, en dar una condición digna a quien
gobernador equivocado, el partido equivocado, el PMDB. ¿Cuánto crímenes realmente merece tener esa dignidad. Ahora, para ese tipo de gente... ¿gen-
ocurrieron en su barrio y cuántos criminales fueron responsabilizados por te? ¡Tratarlos como gente!, ¡estamosofendiendo al género humano!
ellos? Usted también sabe esta respuesta. Ellos, los delincuentes,son prote-
gidos por esos tales «derechoshumanos», cosa que el gobierno cree que us- Estos adversarios de los derechos humanos operan con las categorías,
ted, ciudadano honesto y trabajador, no merece. prejuicios y estrategias del habla del crimen. Articulan sus discursos sobre
la base de las categorías estereotipadas asociadas a la oposición del bien
El segundo ejemplo proviene de un artículo en la Folha de Siío Paulo, contra el mal. Ya las personas que defienden los derechos de los presos con
e111 de septiembre de 1983. Fue,escrito por Antonio Erasmo Dias, secre- base en un discurso humanitario (tal como José Carlos Dias) se apoyan en
tario de Seguridad Pública por dos mandatos durante el régimen militar, relativizaciones e insisten en considerar las diferentes dimensiones de una
diputado durante el período de democratización, miembro activo del situación -«ellos son ciudadanos, aunque con sus derechos restringidos»,
«bloque de seguridad» que apoya la policía violenta, y lobbista de la in- «ellos deben ser castigados, perosolo dentro de los límites de la ley». El
dustria de seguridad privada (véase capítulo 5). primer tipo de discurso probó ser infinitamente más popular.
Los discursos contra los derechos humanos usan básicamente tres es-
La insatisfacciónde la población en cuanto a la policía, exigiendo inclusive •
trategias. La primera es negar la humanidad de los criminales. Los dete-
una actuación más «dura», en lo que puede ser considerado responsabilidad nidos son representados como los que cometieron los crímenes más vio-
del gobierno Montoro, proviene de la filosofía alardeada de los «derechos lentos (homicidio, violación) y, por lo tanto, como personas que violaron
humanos» aplicada de modo unilateral más en provecho de delincuentesy la naturaleza humana, que están dominadas por el mal y pertenecen solo
marginales.Filosofía que privilegia al marginal, dándole el «derecho» de ir
al espacio del crimen: ellos no tienen familia, ningún vínculo con los
armado, asaltando, matando y violando.
otros, nada; ellos «ofenden al género humano». La discusión nunca se re-
fiere a crímenes menos serios, aunque sea obvio que las prisiones no son
El tercer ejemplo proviene del programa diario de Afanasio Jazadji,
ocupadas solo por asesinos y violadores. Ejemplos moderados no sirven
uno de los conductores radiales más populares de Sao Paulo. Jazadji se
al habla del crimen ni a las clasificaciones radicales por las cuales el cri-
define a sí mismo como un reportero policial y solía presentar un progra-
minal es colocado al margen de la humanidad, de la sociedad y de la co-
ma en el cual narraba crímenes. Es conocido por su voz grave, por la ma-
munidad política. Tanto el habla del crimen como el discurso contra los
nera irrespetuosa en que se refiere a sospechosos, por su defensa de la po-
derechos humanos se apoyan en simplificaciones y estereotipos para
licía y de la pena de muerte, y por su oposición radical a los derechos crear un cril1?-inalsimbólico que sea la esencia del mal. Del otro lado del
humanos. Se opuso a la política de humanización de las prisiones, a la re- debate, los argumentos a favor de los derechos humanos intentan con-
forma de la policía y a algunas otras innovaciones del gobierno Monta-
frontar esos estereotipos arraigados. Su mayor desafío es afirmar que los
ra, como las delegaciones de la mujer. Su influencia es evidente: las perso- criminales son enteramente humanos -algo con lo que muchas personas
nas que entrevisté, muchas veces lo mencionaban para justificar sus no están de acuerdo-.
opiniones, y en 1986, en una campaña basada totalmente en ataques a los La segunda estrategia utilizada por aquellos que atacan los derechos
derechos humanos y las políticas de Montara, Jazadji fue el candidato humanos es asociar los esfuerzos de la administración del Estado para im-
más votado para la Asamblea Legislativa (300.000 votos en la ciudad de poner el estado de derecho, controlar la policía, reformar prisiones y defen-
Sao Paulo y más de medio millón en el estado). Él también es miembro
del «bloque de seguridad». La cita a continuación es de un programa en
Radio Capital, el 25 de abril de 1984, el día en que el Congreso Nacional 6. Esa imagen es semejante a aquella usada en la entrevista que analicé en el capítulo 1: la
votó para negar a la población el derecho de votar para presidente. de que un poco de querosene y un fósforo resolverían el problema de las favelas y del crimen.
der los derechos humanos, al hecho de que el crimen aumentó. En otras pa- contribuyeron al aumento del crimen. En el contexto del aumento del cri-
labras, la propia democratización era responsabilizada por el aumento del men y el miedo al crimen, la población ha exigido castigos más pesados y
crimen y de la violencia. El éxito de esta asociación fue responsable no solo una policía más violenta, y no derechos humanos. Cuando la policía ac-
por el aumento de la oposición a la administración Montoro, sino también túa de forma violenta, como en la masacre de 1992 en la Casa de Deten-
por hacer más difícil a su administración garantizar el estado de derecho. ción o en episodios de ejecución sumaria, una parte considerable de la po-
La tercera línea de ataque, y el núcleo del argumento, es comparar blación tiende a apoyada.
las políticas de humanización de las prisiones a la concesión de privilegios Tal como describí en el capítulo 5, Montoro fue sucedido por dos go-
a delincuentes. Esta es una posición popular porque se hace eco de la ex- bernadores que abandonaron la idea de respeto a los derechos humanos y
periencia dominante del sistema judicial de la mayoría de la población. que apoyaron una política «dura» de seguridad pública que hizo que los
Aunque las clases trabajadores estén comenzando a usar la ley, y la arena abusos policiales aumentaran. Solo después de casi una década los dere-
legal haya asistido a una serie de nuevos experimentos que por primera chos humanos volvieron a los discursos y políticas de gobernantes. Des-
vez las están beneficiando, esas experiencias no son suficientes para cam- pués que Fernando Henrique Cardoso se convirtió en presidente y Mário
biar la imagen negativa de las instituciones del orden y la falta de confian-. Covas en gobernador, en 1995, tanto el gobierno federal como el gobier-
za generalizada en la justicia.7 La mayoría de las personas cree que «la no estatal de Sao Paulo intentaron refrenar las violaciones de derechos
justicia es un chiste», y que tanto la policía como el poder judicial favo- humanos. Esas dos administraciones, que fueron reelectas en 1998, inten-
recen a las clases altas y raramente son justos con los trabajadores. La taron implementar planes para expandir el respeto por los derechos huma-
justicia es, entonces, un privilegio de los ricos. Los adversarios de los nos. Aunque las dificultades hayan sido inmensas, parece que en la déca-
derechos humanos usan este punto, preguntando: si los derechos de la da de 1990 la resistencia a la defensa de los derechos humanos disminuyó.
mayoría no son respetados ¿por qué los criminales deberían tener ese pri- Aunque el mismo tipo de discurso anti derechos continúe siendo formu-
vilegio? Algunas veces, como en el comentario de jazadji, políticos con- lado por los mismos políticos, y aun cuando la pqblacióll' continúa repi-
servadores oponen los derechos humanos de presos a derechos sociales de tiendo esos argumentos (como algunas de mis entrevistas lo confirmaron),
la mayoría de la población: ellos argumentan que garantizar condiciones la defensa de los derechos humanos parece provocar menos oposición.
decentes a los detenidos es gastar dinero público que podría ser mejor Probablemente ese cambio está relacionado con el hecho de que la demo-
usado para proporcionar servicios muchos más necesarios para la mayo- cracia está consolidada desde la década de 1980 y ahora es rutinaria en
ría de la población. En resumen, el bien de muchos ciudadanos es siem- vez de amenazadora -como era considerada por la derecha a comienzos de
pre contrapuesto a los privilegios de algunos no ciudadanos que casi no aquella década-o Además, durante la década de 1990, los derechos huma-
son humanos. Los defensores de los derechos humanos son transforma- nos se convirtieron en una cuestión importante internacionalmente y son
dos, consecuentemente, en personas que trabajan contra los derechos de un tema más común en los medios de comunicación de masa, donde gene-
los ciudadanos honestos y a favor de criminales. 8 ralmente no son descritos en términos despectivos. Aunque estas sean se-
El mismo discurso anti derechos humanos ha llevado a reivindicacio- ñales positivas de transformación, existen innumerables señales de la per-
nes de castigos severos para criminales, incluyendo la pena de muerte, sistencia del apoyo a abusos policiales, formas violentas y privadas de
ejecuciones sumarias y algunas veces la tortura. La población considera venganza, y la pena de muerte.
que los métodos humanitarios y el respeto a la ley por parte de la policía

7. Para el uso del sistema judicial por las clases trabajadoras, especialmente después de la
Constitución de 1988, véase Holston y Caldeira (1998). Los debates actuales sobre la legalización de la pena capital en el
8. Las personas que defendían los derechos humanos estaban denunciando no solo las de- Brasil tienen como telón de fondo el contraste entre la violencia de hecho
plorables condiciones de las prisiones, sino también una serie de abusos cometidos por las insti- ejercida contra supuestos criminales y una legislación que prohíbe formas
tuciones del orden, como las detenciones sin mandato de prisión, tortura de sospechosos -no ne-
violentas de castigo. Aunque la violencia policial y la violencia privada
cesariamente criminales- y ejecuciones sumarias. La mayoría de esos abusos es cometida contra
personas con relación a las cuales no hay reconocimiento formal de culpa. Todas esas denuncias,
(de justicieros, grupos de exterminio y de la policía) hayan sido extrema-
que exponen las varias distorsiones del sistema judicial, son oscurecidas por el énfasis en la .de- damente comunes en el Brasil, la pena capital para crímenes no políticos
fensa de criminales-. no fue legal en el último siglo.
La pena de muerte por ahorcamiento fue legal en el Brasil durante el atacan los derechos humanos, muchos de ellos favorables al régimen mi-
período imperial (1822-1889) para casos de insurrección de esclavos, ho- litar y a la policía. En 1987, durante los trabajos de la Asamblea Consti-
micidio y latrocinio (robo seguido de muerte), pero no para crímenes po- tuyente, la propuesta de introducción de la pena de muerte fue rechazada
líticos. La última ejecución legal en el Brasil, que ocurrió en 1855, fue un por 392 votos contra 90. La constitución de 1988 establece que no habrá
caso claro de error judicial,9 y después de eso el Emperador concedió pena de muerte (artículo 5, inciso XLVII), prohíbe la prisión perpetua y
clemencia a todos los condenados a muerte. La pena de muerte fue elimi- establece 30 años como el mayor período posible de prisión.
nada en 1890, con el inicio de la República, excepto para crímenes de Esa derrota no ha impedido a algunos políticos renovar su propuesta
guerra, conforme lo determinado por el código militar. Desde 1890 en toda vez que un crimen violento capta la atención del público. Ese grupo
adelante, la prohibición de la pena de muerte fue confirmada en términos domina los debates públicos sobre la pena capital, y los defensores de los
semejantes en las cuatro constituciones brasileñas escritas bajo regímenes derechos humanos frecuentemente se encuentran en posiciones defensivas.
democráticos. 10 A despecho de los esfuerzos de muchos abogados e intelectuales que escri-
Las dos constituciones redactadas bajo regímenes autoritarios, sin ben sobre el asunto, el debate público en los medios está dominado por el
embargo, constituyen excepciones. En 1937 Getúlio Vargas inauguró una imaginario del habla del crimen. 11 Unos pocos argumentos simples son re-
dictadura imponiendo una nueva constitución que preveía la pena capital petidos innumerables veces, con opiniones prejuiciosas muchas veces ex-
para seis tipos de crímenes. Cinco eran crímenes políticos y el sexto era presadas por ambos lados. Aunque el debate en los periódicos y en los
«homicidio por motivo fútil o con extremos de perversidad». (A pesar de programas de televisión sea básicamente un debate entre la elite, ambos la-
eso, la pena de muerte no fue incluida en el Código Penal de 1940, toda- dos frecuentemente invocan a «el pueblo» para justificar sus argumentos
vía en vigor). En 1969 el régimen militar reintrodujo la pena de muerte y adoptan un tono paternalista, cuando no irrespetuoso, para hablar sobre
por medio del Acto Institucional 14, pero exclusivamente para crímenes él. Uno de los argumentos más frecuentes a favor de la pena capital es que
políticos. Ese régimen entendía que estaba en guerra contra el terrorismo ella reflejaría el «sentimiento popular» .12 Ese argumento °es sustanciado
y extendió la legislación militar hacia casos de la llamada guerrilla urba- con citas de encuestas de opinión pública que indican que cerca del 70%
na. Durante esos dos períodos, sin embargo, no hubo ejecuciones legales de la población está a favor de la pena de muerte.13
de presos políticos. En la historia de la República brasileña, la pena capi- Políticos de derecha argumentan que, en el contexto de la prolifera-
tal fue un instrumento concebido pero no utilizado por las dictaduras, ción de la violencia y del fracaso del sistema judicial, solo una medida ex-
para tratar con presos políticos. En contraste, la pena de muerte fue trema como la pena de muerte podría ser una solución. Piensan en la
prohibida pero usada ilegalmente (bajo forma de ejecuciones sumarias) y pena de muerte más en términos de venganza que en términos de la ley o
con relativa frecuencia para tratar con el crimen común.
La idea de la pena de muerte fue reintroducida en los debates públi-
cos a fines de la década de 1980 -durante el proceso de redemocratiza- 11. Las opiniones de las principales personas involucradas en el debate sobre la pena capi-
ción- cuando el miedo al crimen, el crimen violento y la violencia policial tal aparecen frecuentemente en periódicos. Mi discusión se basa en un análisis de artículos de pe-
riódicos aparecidos entre finales de la década de 1980 y los últimos años de la de 1990, que in-
comenzaron a aumentar. La pena de muerte es frecuentemente propuesta cluyen tanto entrevistas como artículos escritos por políticos o líderes de varias asociaciones. Di
como castigo para los llamados crímenes aberrantes: latrocinio (robo se- preferencia a artículos firmados, publicados en las páginas de opinión del O Estado de Siío
guido de muerte), violación seguido de muerte, secuestro seguido de Paulo (pág. 2) Yde la Folha de Siío Paulo (pág. 3), porque no son corregidos por los periódicos
muertes y crímenes que involucran crueldad (estos son términos de pro- y probablemente expresan mejor las opiniones de las personas. Esos dos periódicos paulistas
también han escrito editoriales contra la pena de muerte y la Folha promovió una campaña pú-
yectos discutidos en el Congreso Nacional). La mayoría de los defensores
blica contra ella. En contraste, la Rede Globo, propietaria del periódico O Globo, publicado en
de la pena capital son políticos de derecha, básicamente los mismos que Río de Janeiro, y que produjo el Jornal Nacional, el noticiero más popular de la televisión bra-
sileña, está a favor de la pena de muerte.
12. Por ejemplo, cuando le preguntaron a Roberto Marinho, el propietario y presidente de
9. Manoel Mota Coqueiro fue acusado y ejecutado por ordenar la masacre de una familia la Rede Globo, por qué él estaba a favor de la pena de muerte y la estaba promoviendo pública-
de campesinos. Después de la ejecución, se descubrió no solo que el juicio había sido conducido .~ mente en su periódico y estación de TV, él respondió que sólo «reflejaba la indignación popular.
irregularmente, ignorando evidencias y bajo la presión de una masa de personas que exigían la } (Folha de Siío Paulo, 12 de enero de 1993).
pena de muerte, sino también que él no era el instigador del crimen. La masacre había sido or- 13. Esas encuestas son realizadas y publicadas periódicamente en los periódicos. Datos
denada por su mujer. tanto del DataFolha como del Informe Estado para la ciudad de Sao Paulo, de 1986 en adelan-
10. Son las constituciones de 1891, 1934, 1946 Y1988. te, muestran un continuo apoyo a la pena de muerte del 66% al 75% de la población.
de eficiencia pare reducir la criminalidad. No dicen que la pena capital re- ro para resocializar a ese tipo de delincuente, cuando no tenemos dinero pa-
solvería e! problema de la violencia en general, y solo una minoría argu- ra dar de comer a esa gente?, ni para generar empleos o casas [...] ¿Cuál es
la mejor manera de invertir? ¿En el criminal o para sustentar niños que no
menta que esta impediría a otros cometer crímenes semejantes. Sin em-
tienen qué comer? [oo.]
bargo, insisten con que, como las personas que cometen crímenes
Usted sabe que el costo para mantener a un hombre preso eternamente
violentos están dominadas por el mal y son irredimibles, ejecutarlas sig- es muy grande. Y no es el caso de matar para economizar. Es el caso de de-
nifica evitar que cometan futuros crímenes y, para citar su propia retóri- cir que vamos a ejecutarlo dentro de ciertos parámetros para impedir que se
ca, «salvar vidas inocentes». Los defensores de la pena de muerte tambi¿n escape mañana y vuelva a cometer el mismo crimen Uornal da Tarde, 18 de
repiten la oposición entre derechos de los presos y derechos sociales y enero de 1993).
usan argumentos económicos. Dicen que es muy caro mantener un preso
irrecuperable en la prisión y que ese dinero podría ser usado en políticas Al final de esa entrevista le preguntaron a Amaral Neto si la idea de
sociales orientadas a los pobres. La cuestión central, sin embargo, es ven- quitar la vida a alguien lo había atormentado alguna vez. Su respuesta fue
gar e! crimen. Aunque estén intentando adoptar legalmente la pena de una perla de la lógica de la venganza privada.
muerte, las referencias en sus discursos son de venganza personal y es en
esos términos que se da gran parte del debate popular.14 A mí no [me atormenta]. Sería el primer verdugo en asesinar al mucha-
Los defensores de la pena de muerte y opositores a los derechos hu- cho que mató a aquella niña. Yo, padre de siete hijos, trece nietos y dos bis-
manos manipulan con destreza el imaginario que compone el repertorio nietos, tendría el mayor placer en matarlo.
de! habla de! crimen. Hablan siempre en términos empíricos, apoyándo-
se en ejemplos y casos individuales. Sus campañas se aceleran siempre El segundo ejemplo proviene de un artículo periodístico escrito por
que hay un crimen famoso y no dudan en renarrar los eventos con todas Alberto Marino Júnior, un juez estatal de Sao Paulo.
las simplificaciones permitidas por el repertorio de! bien contra el mal.
Los dos ejemplos siguientes son de enero de 1993 y siguieron a dos famo- Una criaturita, víctima de secuestro, es ejecutada por su verdugo por-
sos asesinatos: e! de Daniella Perez, una actriz de la Rede Globo muerta que, apartada de los padres, lloraba mucho. El homicidio, practicado con
por un compañero que en la nQvela representaba a su novio abandonado; refinada perversidad, emocionÓ a la nación y reabrió la polémica en torno
y e! de Míriam Brandao, una niña de 5 años de edad, que fue raptada y de la aplicación de la pena de muerte [...]
después asesinada, presuntamente porque lloraba demasiado. La primera En lo que atañe a los derechos humanos, es necesario que se preste más
atención a los derechos humanos de los hombres de bien y no, como se vie-
cita es de Amaral Neto, el diputado federal por el PDS (Partido Democrá-
ne haciendo, de las fieras en forma de gente, que despedazan al azar sus víc-
tico Social) de Río de Janeiro, que repetidamente propuso la adopción de
timas indefensas. Nuestro pueblo es naturalmente dócil y dispuesto al sacri-
la pena de muerte en e! Congreso Nacional,u
ficio. Le basta un poco de pan, el fútbol, el carnaval, un lugar para vivir y un
trabajo simple y honesto.
No crea en la recuperación de esos asesinos que mataron a aquella pro- Sin embargo, desde hace un tiempo el hombre se siente arrinconado
fesora gaúcha Adriana de Alphaville,!6 y Míriam de Belo Horizonte [oo.] por los criminales. Varias veces han llegado hasta el linchamiento, que es la
Ahora, usted sabe que tenemos millones de adolescentes en las calles, aplicación de la pena de muerte inmediata, sin proceso ni juicio, adoptando
víctimas de asesinatos y de tóxicos. Entonces, ¿usted cree que tenemos dine- un pésimo remedio, que puede dar margen al equívoco irreparable. [...]
Es necesario impedir que decenas de víctimas indefensas sean masacra-
das por una pequeña banda de cobardes fascinerosos, perdonados en nom-
14. Losdefensoresde la penacapitaltambiéntienenque lidiarcon dos argumentosde sus
bre de discutibles «derechos humanos». Es necesario castigar ejemplarmen-
adversarios:el de la posibilidadde un error judicialque no podríasercorregidodespuésde la eje-
te al energúmeno que secuestró a la criaturita y se otorgó el derecho de
cucióny elde la defensadelderechoa la vidacomoun derechohumanofundamental.En respues-
ta al primero,ellossostienenquela posibilidadseríaremotaporqueel procesojudicialgarantiza- matarla (Folha de Siío Paula, 16 de enero de 1993).
ría cuatro instanciasde apelación.Al segundoargumento,ellosrespondenque están interesados
en lasvidasde laspersonasinocentesy están defendiendolosderechosde las víctimasy no los de '¡¡o~ La elección de las palabras siempre realza e! horror del caso -la cria-
los delincuentesque)insistenellos,están siendoprotegidospor la actual Constitución. turita fue ejecutada porque estaba llorando por sus padres- y el carácter
15. Estoscomentariosde AmaralNeto fueronrealizadosdurante un debateconJosé Bisol,
inhumano de los criminales. Estos son fieras dominadas por el mal, villa-
diputado federaldelPSB(PartidoSocialistaBrasileño).
16. Discutoestecaso de Alphavilleen el capítulo 7. nos, degenerados. Como tal, convirtiéndose en candidatos naturales para
la ejecución -la única «solución» dada la imposibilidad de su rehabilita- las causas de la violencia y del crimen son sociales y estructurales, y no
ción- y absurdos candidatos a la protección en nombre de «discutibles pueden ser tratadas con una medida como la pena de muerte. Proponen,
derechos humanos». Los criminales también son frecuentemente contra- entonces, reformas cuyo propósito es transformar la sociedad, el Estado y
puestos «al pueblo», como el mal se opone al bien. Para Amaral Neto, el sistema judicial: su preocupación es garantizar que las instituciones en-
matarlos significaría ahorrar dinero para cuidar de los pobres. El juez cargadas del crimen trabajen mejor (insisten en reformas judiciales y de los
Marino Júnior contrapone «las fieras» a una visión tradicional y elitista sistemas de prisión) y que las principales causas de problemas sociales, co-
de «nuestro pueblo»: dócil, capaz de contentarse con pocas cosas pero, mo la pobreza, sean tratadas. Una versión de ese argumento fue articula-
por lo que parece, exasperado por una situación de creciente criminali- da por José Bisol, diputado federal del PSB, en el debate con Amaral Neto.
dad que lo lleva a hacer justicia con las propias manos.
La lógica de la venganza personal es siempre la referencia. Para el El Estado brasileño está en pedazos, no tiene eficacia. Es un Estado que no
juez, el linchamiento de criminales no es aceptable; pero como matarlos se impone, está disociado de la sociedad. Y como la propia sociedad brasile-
tiene sentido, debe legalizarse la pena de muerte, permitiendo la muerte de ña está desorganizada de una forma cruel, es visible y palpable que no logra-
remos establecer una relación de legitimación entre la aplicación de la pena
la «fiera» y la satisfacción de la venganza. Amaral Neto lleva la lógica
de muerte por parte de este Estado, en esta sociedad, y la justicia en este
de la venganza personal hasta el límite. Se ve a sí mismo como el venga-
país. [oo.] Cuando tengamos una sociedad más justa y organizada y un Esta-
dor: un hombre de una familia honrada, que voluntariamente sería el pri- do más justo y productivo, evidentemente la violencia será controlada.
mer verdugo brasileño que «asesinaría» -esa es su expresión- al asesino de
Míriam. No hay ninguna mención a la ley aquí. Un miembro del Congre- No es de sorprender que los argumentos socioestructurales contra la
so, Amaral Neto, se está esforzando para establecer la pena de muerte en pena de muerte también usen el vocabulario del habla del crimen. Ade-
la ley, pero el discurso popular con el cual la apoya se basa totalmente en más, esos argumentos tienen un toque evolucionista: ya q~e la sociedad y
las referencias a la venganza personal que dominan el habla del crimen. el Estado son culpados por la creciente violencia, cuando ellos se vuelvan
El número de personas que escribe contra la pena de muerte en pe- más justos y organizados, la violencia será (naturalmente) controlada.
riódicos es mucho mayor que el de los que la defienden. Todas las perso- Expresada por un miembro del partido socialista, esa opinión puede 'ser
nas e instituciones que defienden públicamente los derechos humanos es- vista como una versión del tradicional argumento marxista de que la vida
tán también contra la pena de muerte, porque para ellos los dos asuntos social mejorará naturalmente después de la revolución. Pero probable-
son inseparables. Ese principio está claro, por ejemplo, en un artículo de mente el mayor problema con los argumentos que asocian el crimen a la
Fábio Konder Comparato, un abogado, profesor de derecho y miembro pobreza y la marginalidad es que acaban reforzando el estereotipo que
de la comisión de Justicia y Paz. vincula criminalidad y pobreza, un vínculo se da como cierto incluso
cuando está siendo explicado. De hecho uno de los aspectos más notables
No hay democracia sin el respeto por los derechos fundamentales de la de los argumentos contra la pena de muerte (especialmente los de políti-
persona humana. El régimen de la soberanía popular, cuando está desvincu- cos de izquierda identificados con intereses populares) es cómo ellos re-
lado de los derechos humanos, no es democrático. [oo.]
producen fácilmente estereotipos contra los sectores trabajadores. Las
La pena de muerte no implica la violación de un derecho cualquiera, si-
no que representa la negación del más fundamental de los derechos huma-
personas pobres son comúnmente retratadas como incapaces de razonar
nos, el que constituye la raíz o fuente de todos ellos: el derecho a la vida. y juzgar por sí mismas y, por lo tanto, como fácilmente infiuenciables
La idea de derechos humanos nació de una exigencia de protección in- -pero solo por los argumentos equivocados, por lo que parece, ya que la
dividual contra actos del poder público. No es por el hecho de que la pena mayoría de la clase trabajadora está a favor de la pena de muerte-o
haya sido creada por ley, o aplicada mediante proceso oficial regular, que de- Otro argumento en el cual un razonamiento sociológico refuerza es-
ba ser considerada legítima cuando viola un derecho fundamental del hom- tereotipos negativos es el de que la vida es barata en el Brasil. Artículos
bre (Fa/ha de Sáo Pau/o, 21 de marzo de 1991). de ambos lados del debate sostienen que las personas están tan acostum-
bradas a la pobreza, a las terribles condiciones de vida y a la violencia,
Muchos participantes de ese debate argumentan de manera similar que son insensibles al valor de la vida. En el mismo artículo citado antes,
que la pena de muerte viola un derecho humano básico y como tal es ile- Fábio Comparato defiende que el debate sobre la pena de muerte expone
gítima, incluso si está codificada en la ley. Ellos también argumentan que un «tradicional desdén por la vida humana» entre los brasileños, y con-
cluye que los defensores de la pena de muerte exploran una «malforma- La idea de que la Constitución de 1988 -escrita y promulgada du-
ción mental y social» que caracteriza a la sociedad brasileña. Escribe que rante la presidencia de Sarney- debería ser modificada, es común entre
«en un país en que el 60% de la población vive/vegeta por debajo del ni- representantes de la derecha y personas de todas las clases que creen que
vel de pobreza tolerable, el hombre en verdad vale muy poco» (Fotha de ella protege a los criminales al redefinir las exigencias para detener a al-
Sáa Pauta, 21 de marzo de 1991, pág. 3). Algunas personas argumentan guien. Esas exigencias fueron introducidas en la Constitución de 1988
que, debido a esa desvalorización, la pena de muerte no tendría efecto: las con la intención de prevenir la arbitrariedad de la policía y la prisión de
personas (especialmente los criminales, que son visto como si no tuvieran sospechosos sin fundamento. Sin embargo, en un contexto en que las
sentimientos) no serían tocados por ella. Un adversario de la pena capi- personas creen que no detener inmediatamente -o incluso matar- a su-
tal, el juez criminal Roberto Caldeira Barioni, planteó el problema de es- puestos criminales, deja a los ciudadanos vulnerables y desprotegidos,
ta forma: los procedimientos legales que disminuyen la velocidad del proceso, son
condenados. En general, mientras los defensores de la pena capital criti-
El criminal no tiene miedo de morir, principalmenteel criminal brasile- can a las instituciones legales cuando crean impedimentos para la ven-
ño, fruto de la miseria. Suvida no es vida, es simplementesobrevida, tan mi- ganza inmediata, sus adversarios las denuncian por su carácter retrógra-
serable, tan mala, que la muerte no lo amedrenta (O Estado de Siío Pauta, do. Los abogados criminalistas, críticos del sistema penal brasileño que
15 de mayo de 1991, pág. 2). : se apoya casi exclusivamente en el encarcelamiento, argumentan que los
, «países modernos» usan métodos de castigo más sutiles y menos violen-
Otra manera común de argumentar contra la pena capital es mencio- tos, y por lo tanto no tiene sentido retroceder hacia la violencia. Para
nar los casos en que hubo error judicial o hacer referencia a su implemen- ellos, la violencia no es un remedio para la violencia, sino solo la causa
tación en los Estados Unidos. Se usan estadísticas para demostrar la posi- de más violencia, y usarla como castigo puede incluso pasar el mensaje
bilidad de sesgo racial y para insistir que esa forma de castigo no cohíbe el de que matar es bueno. Finalmente, algunas personas llam"anla atención
crimen. José Carlos Dias, uno de los muchos abogados que expresa esa hacia el alto número de muertes ilegales de supuestos criminales por par-
opinión, cree que el principal medio de inhibir la actividad criminal es la te de la policía y grupos de justicieros, argumentando que si matar cri-
certeza del castigo y no la duración u otro tipo de pena. Para que la certe- minales fuera capaz de poner un fin a la violencia, eso ya debería haber
za del castigo se haga realidad en el Brasil, afirma, es necesario «trabajar ocurrido.
en el sistema judicial y en el sistema carcelario, porque hoy sólo se tiene la Las creencias religiosas son citadas frecuentemente en el debate so-
certeza de la impunidad» (Fotha de Sáo Pauta, 18 de enero de 1993). Este bre la pena capital. En el Brasil, la Iglesia Católica es una de las principa-
argumento sobre la impunidad, que ciertamente es una descripción acerta- les instituciones que defienden los derechos humanos y atacan la pena ca-
da de lo que ocurre en el Brasil, ha sido usado tanto por los defensores pital, posición que vincula el rechazo de la legalización del aborto.
Además de la Iglesia Católica, representantes de la comunidad judía han
como por los adversarios de la pena de muerte. José Carlos Dias, el Secre-
escrito contra la pena de muerte.!7 Sin embargo, la mayoría de las religio-
tario de Justicia que intentó reformar el sistema penitenciario en Sao Pau-
nes no consigue ejercer una fuerte influencia en las opiniones sobre este
lo, cree que los cambios deberían ir en dirección al respeto por los dere-
asunto. De acuerdo con una encuesta de O Estado de Silo Pauta sobre la
chos humanos y al estado de derecho. Los políticos de derecha a favor de
pena de muerte, en enero de 1993, había poca variación de opinión por
la pena capital, sin embargo, usan el argumento de la impunidad para exi-
género, educación o posición socioeconómica, aunque indicara un apoyo
gir leyes más estrictas y para atacar la Constitución de 1988. Entre ellos
más fuerte entre los integrantes de los sectores sociales más pobres (74%
está el ex presidente José Sarney, que se opone a la pena de muerte por mo- de las dos franjas de renta más baja estaban a favor de la pena de muer-
tivos religiosos, pero aún usa la retórica a favor del castigo capital. te, comparadas con el 63% de las dos más altas). La única religión que
parece influenciar las opiniones sobre la pena de muerte es el pentecosta-
Antes de hablar de pena de muerte, debemos acabar con la legislación
lismo. Solo el 37% de los pentecostales estaba a favor de la pena capital,
permisivae injusta, a favor del criminal, consagrada en la Constitución. [...]
No hay legislaciónen el mundo más floja, más injusta, más a favor del cri-
minal que la legislaciónbrasileña. Ella estimula, en este caso, el crimen y si-
lenciasobre la víctima, que sólo tiene un derecho: el de morir (Fatha de Siía 17. Por ejemplo, artículo del rabino Henry 1. Sobe! en la Fo/ha de Siío Pau/o, 12 de junio
Pauta, 15 de enero de 1993, págs. 1-2). de 1991.
comparado con el 74% de los católicos (el mayor porcentaje) y el 68% de nalmente. Además, no habría información confiable suficiente y las per-
los umbandistas.18 sonas estarían bajo la influencia negativa de la televisión, que las acos-
A comienzos de la década de 1990 se puso en discusión que la adop- tumbra a la violencia y a la idea de la pena de muerte. Una vez más, esas
ción de la pena capital fuera decidida en plebiscito. La propuesta fue rea- posiciones niegan a las personas pobres la capacidad de considerar argu-
lizada por defensores de la pena de muerte que calcularon que no logra- mentoslracionalmente y de decidir por sí mismas. Estas se encuentran ex-
rían juntar votos suficientes en el Congreso para hacer pasar una presadJs, por ejemplo, por Miguel Reale Júnior, un abogado y Secretario
enmienda constitucional, pero que tendrían apoyo popular suficiente pa- de Seguridad Pública durante la administración de Montoro.
ra un plebiscito exitoso.19 La ironía es que entre los que solicitaban la im- I
I
plementación de ese instrumento democrático, recién incorporado por la I Someter a la nación a un embate emocional, otorgando a cada brasile-
nueva Constitución, había varios políticos que no solo criticaban la mis- ño,len este instante de profunda crisis social, la decisión de ser implantada o
ma Constitución por ofrecer excesiva «protección a los delincuentes», si- no \a pena de muerte, es una irresponsabilidad. [...]
no que también fueron partidarios, por largo tiempo, del régimen militar Con el plebiscito, ha de instalarse un clima de pasión en torno de un te-
autoritario. De hecho, ese debate parece invertir lógicas políticas de mu- ma reducido, cuyo examen exige, antes que nada, imparcialidad, pondera-
chas maneras. Forzó a los adversarios de la pena capital a una posición ción y paz de espíritu, o sea, exactamente lo que más les falta a los brasile-
ños en este momento de serias carencias.
defensiva en la cual tuvieran que oponerse a los procedimientos democrá-
La dramatización de la violencia, especialmente por los medios de co-
ticos -tales como el plebiscito- por el que habían luchado para introdu-
municación de masa, permitirá la avalancha de los instintos y la satisfacción
cir en la Constitución. Aunque tuvieran un fuerte apoyo legal para su po- del peor de los sentimientos, el resentimiento. [...]
sición, eso los dejó vulnerables ante acusaciones de ser antidemocráticos Además, si el Estado detenta el monopolio del uso legítimo de la vio-
y elitistas, mientras sus rivales se veían como verdaderos «populares». lencia, o sea del castigo, esta debe revestirse de racionalidad. Con el plebis-
Tres argumentos básicos se usaron contra el plebiscito: que era in- cito, por el contrario, la razón ha de someterse a la opinión ~mocional e irre-
constitucional, inoportuno e inadecuado. La base para el primero son dos flexiva del individuo, y el resultado puede ser la autorización del asesinato
artículos de la Constitución de 1988: el artículo S, que garantiza la «in- oficial, la aprobación apasionada de un burocrático y frío exterminio de la
violabilidad del derecho a la vida» y establece que no habrá pena de vida (Folha de Sáo Paulo 20 de abril de 1991).
muerte (inciso XLVID)j y el artículo 60, sobre la enmiendas constitucio-
nales que establece en el parágrafo 4, inciso IV, que no habrá deliberación Finalmente, el tercer argumento contra el plebiscito fue que se trata
de propuestas tendientes a «abolir derechos y garantías individuales». El de un medio inadecuado para decidir un asunto tan serio. Los derechos
plebiscito es considerado inoportuno porque podría ser propuesto en humanos no pueden ser abolidos legítimamente, incluso por la mayoría,
«momentos emocionales» -ya sea cuando las personas están impactadas defiende Dyrceu Aguiar Dias Cintra Júnior, juez en el estado de Sao Pau-
por crímenes notorios y sensibilizadas por las propagandas de televisión, lo y miembro de la Asociación de Jueces para la Democracia.
o cuando están sufriendo los efectos de una seria crisis social-o En esas
circunstancias las personas comunes no serían capaces de decidir racio- El respeto por los derechos humanos nunca debe depender de la opi-
nión pública. La tortura no sería admisible incluso si tuviera apoyo en ple-
biscito. Invocar la soberanía popular en el caso constituye demagogia lleva-
18. O Estado de Siio Paulo, 17 de enero de 1993. da hasta las últimas consecuencias. Al final, los principios jurídicos
19. Una encuesta realizada por el DataFolha-Idesp en 1991 entre integrantes de las dos cá- consagrados por la humanidad no fueron establecidos por número de votos
maras del Congreso Nacional mostró que el 73% estaba contra la pena de muerte, el 22% a fa- (O Estado de Sao Paulo, 15 de enero de 1993).
vor y e15% daba otras respuestas. Sin embargo, el51 % estaba a favor de un plebiscito, el 47%
en contra y e12% daba otras respuestas. Las preferencias estaban divididas por partido y región.
Los partidos con mayor porcentaje de políticos a favor de la pena de muerte eran los conserva- La pena capital raramente es criticada en el Brasil por tratarse de un
dores (PDC, PRN, PFL, PDS, PTB). Estos también constituían la mayoría de los que estaban a favor tipo cruel de castigo, que es el argumento promovido por Amnistía Inter-
del plebiscito. Los partidos en que la mayoría de los integrantes estaba contra la pena de muer- .~ nacional. En el debate brasileño, conseguí encontrar ese argumento ex-
te eran los partidos de izquierda (PT [100% en contra], PDT Y PSDB). Estos también estaban con- } presado sólo por un enviado extranjero de Amnistía Internacional, Ezat
tra el plebiscito. Los que se mostraron favorables a la pena de muerte eran en gran mayoría del
Centro-Oeste, Nordeste y Norte, mientras que la mayoría de los del Sur y del Sudeste estaban en Abdel Fattah, que sostiene que la democracia y la abolición de la pena ca-
contra (Folha de Siio Paulo, 24 de junio de 1991). pital caminan juntas y que, como la esclavitud, esa forma de penalidad
tiene sólo pasado, no futuro. De acuerdo con él, «la pena de muerte es un nando. Sin embargo, en vez de proponer reformas legales (10 que signifi-
castigo cruel, inhumano y degradante, que viola todas las convenciones caría legitimado), articulan un discurso y una política que ignoran el or-
internacionales de derechos humanos. No hay lugar para ella en un siste- den legal; y piensan en el castigo en términos de aplicación de sufrimien-
ma jurídico moderno, administrado por seres humanos y, por lo tanto, fa- to al cuerpo. Su referencia, por lo tanto, es el universo de la venganza
libles».20Aunque la ausencia de asociación entre pena capital y crueldad privada, inmediata y siempre bastante física. Ese universo revela una con-
pueda ser notable, tiene sentido en el contexto de la noción de cuerpo in- cepción específica de cuerpo y especialmente de la aplicación de dolor co-
circunscrito y del apoyo a formas dolorosas de castigo, algo común en el mo un medio de desarrollo moral y social. Esa concepción del cuerpo y
Brasil. del dolor se aplica no solamente al cuerpo del criminal, sino a muchas es-
feras de la vida social brasileña. Por lo tanto, al tratar la cuestión de có-
mo deben ser castigados los criminales, somos llevados a examinar di-
mensiones más amplias de la sociedad brasileña.
En mis conversaciones con residentes de Sao Paulo sobre la pena de
Tanto el debate sobre los derechos humanos como aquel sobre la pe- muerte y los derechos humanos, quedó claro que las personas alternan
na de muerte revelan una tensión básica entre dos visiones del castigo. La entre las dos referencias -el sistema legal y el de la venganza personal y
primera es la perspectiva de la ley, de la justicia y del sistema judicial. violenta-o Aunque queda claro que el discurso dominante es el del siste-
La segunda es la perspectiva de la venganza, del cuerpo y del dolor como ma de venganza privada, un sistema que usa el dolor y las intervenciones
instrumento de castigo. Esas dos referencias están articuladas de maneras en el cuerpo como medio de crear orden.
bien diferentes por personas en los dos lados de esos debates. Los defen-
sores de los derechos humanos y críticos de la pena de muerte hablan 9.l.
desde la perspectiva de la ley del sistema judicial y se oponen a cualquier -¿ Usted votaría a favor o en contra de la pena de muerte?
forma de castigo que inflija dolor. Sin embargo, la gran mayoría de la po- -Nunca pensé si iba a votar a favor o en contra. Hay momentosen que
blación ve al sistema judicial como ineficiente e injusto. Los defensores de uno ve cómo pasan ciertas cosas y termina pensando: «bueno, si existiera la
los derechos humanos saben bien eso y concentran sus esfuerzos en inten- pena de muerte, ese grupo no haría eso». Pero, por otro lado, cuando se ve
tos por criticar y reformar el sistema judicial y penitenciário. Sin embar- esa gente de la violenciatan pesada, es gente a la que le da todo lo mismo,
no tiene ningún amor a la vida. No es con o sin pena de muerte; creo que no
go, nunca abandonan el punto de vista de la ley y del orden legal. Para
modificaría mucho. [...] No veo que sea una amenaza. Creo que a una cria-
ellos, el crimen siempre debe ser tratado por el sistema público de ven- tura de la violencia-violencia,la pena de muerte no la atemoriza,no va a me-
ganza y sólo el sistema judicial puede detener ciclos de venganza. Aunque jorar. Creo que votaría en contra.
al hablar exclusivamente a partir de la perspectiva del sistema judicial y -¿Y esa cuestión de los derechos humanos para los presos?
siendo los únicos que lo hacen en un contexto donde ese sistema no dis- -Bueno, en eso ahí estoymuy en contra. Estoy absolutamenteen contra
fruta de legitimidad, los defensores de los derechos humanos y de las re- en elsentidode que elloscrean un climacomosi la personaque hizoalgodan-
formas son vistos por la mayoría de los ciudadanos como apologistas del tesco,en elmomento en que fue a la prisión,se convirtieraen un ángel.En ge-
sistema tal como este funciona ahora y consecuentemente son tratados neral esa gente es gente que tiene problemasserios,psicológicosy todo lo de-
con incredulidad y cinismo. Aunque critiquen el sistema legal y peniten- más. Creo que deben ser tratados... debidamentetratados. Lo que sí creo es
ciario, la mayoría de la población no los ve como críticos, sino como per- quees algo que muestra que puedeocurrir aquello.Tengola impresiónde que
sonas que están intentando distorsionar todavía más el sistema judicial al un marginal de ese tipo tendría más miedo de una prisión severaque de una
pena de muerte. De cierta forma la pena de muerteno castiganada ¿no?
garantizar privilegios para delincuentes.
-¿Y qué sería una prisión severa?
Las personas que atacan los derechos humanos y defienden la pena -Mire, algo que yo considero equivocadoen esta cuestión de los dere-
de muerte disfrutan del apoyo de la mayoría de los brasileños y normal- chos humanos, es proteger, decir que son buenos, y no sé qué más. ¡Vamos!
mente articulan su discurso sobre la base del imaginario polarizado del No se puede ser bueno con criaturas como esas... Ahora, yo creo también
habla del crimen. También afirman que el sistema judicial no está funcio- i que esas torturas, etcétera, creo que están fuera, completamentefuera de
" cualquier propósito... Es muy difícilsaber cuál es el límite.
Ama de casa, Morumbi, 52 años, 2 hijos; el marido es ejecutivo de una
industria multinacional.
9.2. defiende al trabajador, pero el delincuente tiene que morir, tiene que tener
-¿Usted está a favor o en contra de la pena de muerte? pena de muerte, tiene que ser así. Pero en el Brasil nunca hay nada.
-Estoy a favor. [...] Creo que la pena de muerte debería ser aplicada a Tres hermanos residentes del Jardim das Camélias. A tiene 22 años, es
todos los crímenes detestables, bárbaros: violación ... principalmente esta mecánico de automóviles y está casado; B tiene 16 y trabaja como obrero no
gente que agarra a niños inocentes. El tipo que hace eso no tiene manera de cualificado en una fábrica; C tiene 19 años y está desempleado.
[...] Creo que es un ser anormal, un problema mental, algo. O que es perver-
so incluso, por naturaleza. 9.4.
-¿Usted cree que los derechos humanos se aplican en estos casos? -Sí, la Igiesia está contra la pena de muerte, ellos no están a favor ... Yo
-Los derechos humanos terminan cuando alguien le quita los suyos. creo que cuando hablan de derechos humanos, creen que no se puede matar
Entonces, cuando alguien le quita su derecho, terminó el de él. Usted tiene a nadie. Creo que ... quién sabe ... Ahora, yo no concuerdo porque un delin-
derecho. Ellos no tienen más derecho. Creo que tienen que pagar de la mis- cuente puede matar a un padre de familia, ahora un padre de familia no pue-
ma manera que como hicieron. de matar a un delincuente ...
-¿Qué entendería usted por derechos humanos? -La Iglesia dice que se debería tratar mejor a los presos.
-Creo que derechos humanos, por ejemplo, sería el caso político, que -¡Vamos! ¡Ellos con privilegios! Ahí es que aprovecharían de verdad
cada uno tiene una ideología, desde que no haga daño, no sea terrorista, [muchas risas]; ¡ahí, con tantos privilegios, robarían de verdad! Robar, ma-
no haga daño a nadie; que tenga un ideal, luche por algo, ese tiene dere- tar, violar y hacer lo que quieran. Porque conseguirían lo que quieren ¿no?,
chos humanos. Cada uno tiene un ideal, ahora el ideal de la persona no es los privilegios, hasta mujeres, que ahora pueden ... televisión a colores y
perjudicar a los otros, ni derrumbar, ni reventar, ni hacer nada con las pro- todo. Y podrían hasta pintar y bordar.
piedades de los otros, ni del Estado, ni nada; creo que el derecho humano, Ama de casa del Jardim das Camélias, 33 años, cuatro hijos; participó
en una democracia, tiene que ser respetado por el idealismo y por el diá- de varios movimientos sociales y asociaciones locales; el marido es trabaja-
logo. dor especializado de una pequeña industria textil.
Comerciante, 59 años, casado; vive con la esposa en Moóca.
Del mismo modo en que lo hacen las figuras públicas que atacan los
9.3. derechos humanos -y muchas veces empleando sus mismas expresiones y
-¿Qué piensan ustedes de esta historia de los derechos humanos? ejemplos-, los residentes de Sáo Paulo de diferentes grupos sociales alegan
A -Eso creo que no existe, no; los derechos humanos y la Constitución que respetar los derechos de los presos es una idea absurda, un chiste de
no existen para el pobre; existe para los ricos. mal gusto, y que promovería el crimen. En verdad, estas citas y el análisis
-Hay varias personas que creen que se deben respetar los derechos de
siguiente sobre el castigo sólo complementan las de los capítulos anterio-
los presos.
res sobre el carácter de los criminales, la difusión del mal, el papel de las
C -Ah ¡qué respetar los derechos de los presos! Los presos no respetan
nuestro derecho. autoridades, la policía violenta y las disfunciones del sistema de justicia.
B -Cuando salen de ahí quieren matamos. Las personas que entrevisté creen que los criminales -siempre descritos co-
A -No hay cosa más equivocada que la Constitución -no sé si es la mo perversos, inhumanos, sin familia, etcétera- deberían ser tratados de
Constitución- que el preso puede tener sexo en la cárcel, por eso es que está manera dura, no necesariamente torturados, pero castigados con la pena
aumentando el SIDA en la cárcel, tiene que ser como dice Afanasio Uazadji], de muerte o con «severidad», lo que para muchos significa con un castigo
hay que acabar con eso, hay que acabar de una vez. doloroso. Es una opinión común que la pena de muerte no es un castigo
-¿Crees que Afanasio tiene razón? tan severo porque los que son ejecutados no sufren.
A -Yo creo que tiene razón. Dijo que «hay que acabar con esta conduc- Como la mayoría de los paulistas, los entrevistados pueden aceptar
ta sin vergüenza», de la manera que él lo dice. la idea de derechos humanos si esta se relaciona con los presos políticos,
-¿Pero te gusta la manera en que él habla? ¿No crees que es muy des-
pero no con «criminales». Para dejar claro el absurdo de que se garanti-
bocado?
cen los derechos humanos de «criminales», citan la ausencia de derechos
A -No, creo que es un tipo justo. a
-¿Crees que es justo? l de la mayoría de la población, especialmente los trabajadores para quie-
nes «los derechos humanos y la Constitución no existen» (cita 9.3). En
A -«Vagabundo», como él comienza a llamar a esos tipos, vagabundo
[imita la manera de hablar de Afanasio]. Muchas veces un delincuente entra otras palabras, las reacciones contra los derechos humanos siempre se re-
a la casa de un trabajador, el trabajador se defiende, mata al delincuente; él fieren a la noción de que los derechos en el Brasil son privilegio de pocos
y no universales. En la cita 9.4, una mujer de la clase trabajadora descri- tas como legítimas en lo que se considera una lucha urgente contra la di-
be los derechos de los presos como lujos y los llama privilegios. Ese tipo fusión del mal.
de privilegio de la elite (como la idea de justicia) es visto con cinismo y En las discusiones acerca de cómo debería funcionar la pena de
como algo que se burla de las condiciones de vida de los ciudadanos co- muerte y en contra de quién, y de cómo establecer algún tipo de orden so-
munes. Asociar las reformas de la prisión a privilegios es vedas como ex- cial, queda claro de qué manera el sistema judicial ampliamente se consi-
cesivas e incluso como irrespetuosas con el ciudadano común. dera irrelevante. La venganza es concebida en términos personales e in-
Los defensores de los derechos humanos no han sido capaces de mediatos, incluso cuando la responsabilidad de ejecutada es atribuida a
cuestionar y desmantelar la asociación que hace la población entre dere- una institución como la policía. En la cita 5.17 un joven de la clase traba-
chos y privilegios. Mientras insisten en que todos, hasta los presos, tienen jadora afirma que le gustaría que el Escuadrón de la Muerte todavía exis-
derechos que deben ser respetados, ellos no fueron capaces de tratar efi- tiera. Para él, la mejor manera de hacer justicia es permitir que la policía
cazmente el hecho de que los derechos individuales en el Brasil en general mate. «¿Por qué nosotros vamos a agarrar al tipo y lo vamos a matar?,
son ampliamente descuidados y el sistema judicial no es efectivo para re- preguntó. «¿Por qué es que pagamos impuestos? Para eso, para ser vigi-
solver conflictos y distribuir justicia, especialmente para víctimas de la lado ... De nada sirve que nosotros linchemos, el derecho debería ser de
clase trabajadora. Los defensores de los derechos humanos fracasaron en ellos [de la policía], el deber es de ellos, porque nosotros pagamos im-
convencer a la población de que los presos no serían los únicos a quienes puestos para eso ... La ley tiene que ser esa: mató, murió.»
se les respetarían sus derechos; que otras políticas asegurarían que los de-
Cuando le pregunté a otro hombre de la clase trabajadora que defen-
rechos no son privilegio de pocos, sino extendidos a todos. Sus esfuerzos
día al Escuadrón de la Muerte {cita 5.18) quién decidiría qué persona de-
por hacer valer el estado de derecho y que la policía fuera menos violen-
bería morir, respondió:
ta, se asociaron a la idea de proteger los privilegios de pocos -la imagen
común de la ley- contra los intereses de muchos. Al ser incapaces de de-
9.5.
safiar la visión de los derechos como privilegios, no solo fallaron en in-
-Es en el hecho, agarrar al tipo robando en el momento. Sise sabe que
culcar respeto por los derechos, en reformar la policía y garantizar el el tipo es peligroso, entonces búscalo. Lo agarró, lo mató; nada de arrestar.
estado de derecho, sino que también fallaron en expandir la legitimidad ¡Arrestarya pasó!
de la noción de derechos en general, y de derechos humanos e individua- -¿Pero usted no estaba hablando de que la cuestión era tener ley?
les en particular. -Es tener ley,entonces, para matar a los delincuentes.Si el tipo roba,
En este punto hay que considerar una aparente paradoja: si las per- sabe que va a morir, no va a asaltar a un padre de familia que gana un sala-
sonas consideran que el sistema judicial es débil, tendencioso e ineficaz rio mínimo ¿verdad?Lo agarras, lo llevasa la horca ahí en medio de la ave-
para controlar la violencia, ¿por qué escogerían aumentar su poder dán- nida, ahorcas al tipo ahí [...] Entonces,ahorcastea aquel, se distribuyóla or-
dole la prerrogativa de ejecutar personas? Si la justicia, en general no fun- den por el Brasilentero, los tipos no van a querer robar más. ¿Entiende?
ciona, ¿por qué funcionaría para decidir sobre la vida o la muerte? Si el Chofer, ]ardim das Camélias, 32 años, casado, con cuatro hi¡os; era
sistema judicial es famoso por ser violento contra los trabajadores y taxista y ahora traba;a como chofer para una institución pública.
dócil con los criminales, ¿no sería la pena de muerte solo un instrumento
más para reprimir a los trabajadores? Además de recordamos las descripciones de Foucault sobre el casti-
Para muchos no hay, en verdad, ninguna paradoja, ya que piensan en go en el Antiguo Régimen, hay por lo menos dos puntos impresionantes
la pena capital como ejecución sumaria y no como un proceso jurídico en estos tipos de opiniones. El primero es la constatación de que para al-
que culmina con la muerte como una forma de penalización. Desconfian- gunas personas, justicia significa pedir a la policía que ejerza venganza in-
do del sistema judicial, creen que el mal debería eliminarse sin mediación, mediata sin la mediación del sistema judicial. El segundo es la naturali-
matando a aquellos que fueron contaminados por él. Muchas personas dad y la facilidad con que las personas hablan sobre la venganza privada
creen que si alguien es atrapado cometiendo un crimen violento, debería y sobre tomar la vida de otra persona, algo asociado a la aceptación de la
ser muerto inmediatamente. Además, muchas personas apoyan a los es- idea de castigo físico en general.
cuadrones de la muerte y a los justicieros argumentando que ellos no son Como indiqué en el capítulo 5, el apoyo a las ejecuciones sumarias
tan corrupto s como la policía, y que hacen un buen trabajo «porque solo y a la policía violenta implica una implosión de los modelos legales tan-
matan». En suma, tanto las acciones privadas como la violencia son vis- to de la policía como de la justicia. La lógica de esa visión tiene raíces en
los abusos e injusticias cotidianos practicados por las instituciones del -Yo creo que ganaría la pena de muerte. Infelizmente. Porque las per-
orden, y en el deseo de justicia y venganza de las personas. Las ambigüe- sonas no tienen esta cosa teórica del estado de derecho. Van mucho más por
dades en las citas anteriores, también indican las complejas imbricacio- el camino emotivo, de sobrevivencia, de pánico, de miedo de querer aca-
nes de los sistemas público (legal) y privado (ilegal) de venganza. En ver- bar con todos los delincuentes, de matar a todo el mundo ( ]
Agente inmobiliaria, 56 años, comenzó a trabajar en 1990; vive en Alto
dad, las personas quieren que la policía cumpla su obligación, creen que
de Pinheiros con una hija.
es preciso que exista la ley, pero como saben que esas instituciones no
funcionan, imaginan medios privados, violentos e ilegales para conse-
Las referencias a la venganza privada son realizadas incluso por per-
guir realizar las mismas cosas. Esa ambivalencia entre referencias al sis-
sonas que están totalmente contra la pena capital. El entrevistado citado
tema judicial y al sistema privado de venganza aparece hasta en las opi-
en 9.6 se opone a la pena de muerte pero piensa en ella como una cues-
niones de personas que rechazan los métodos ilegales y se oponen a la
tión privada, algo a ser decidido entre él y su conciencia y a ser ejecutado
pena de muerte.
personalmente. Está en contra del uso de la violencia bajo cualquier cir-
Algunas personas que entrevisté estaban contra la pena capital. Al-
cunstancia y cree en los valores de la educación y el respeto como fuentes
gunas creían que nadie debería quitar la vida de nadie. Otras revelaron
de buenos vínculos sociales. Para él, la única institución que podría tener
temor de que eso se convirtiera en un instrumento de injusticia en manos
un papel crucial para impedir la violencia y crear las condiciones para
de los burócratas del sistema judicial y de la policía.
una buena vida social es la familia. La cita 9.7 es uno de los pocos ejem-
plos de una discusión sobre la pena de muerte que se refiere al sistema ju-
9.6.
rídico. Para la entrevistada, la venganza privada y el sentimiento personal
-¿Usted está contra la pena de muerte?
están opuestos al estado de derecho y a los derechos humanos, ambos de-
-Ah, sí. No lleva a nada. Yo pienso lo siguiente: cualquier cosa que me
afecte la conciencia, que me remuerda porque yo hice algo que no debería ha- fendidos por ella. Sin embargo, a pesar de valorizar el principio de los
ber hecho, eso sería colocar piedras en mi camino (...] Pero yo creo lo siguien- derechos humanos y oponerse a la pena de muerte, ella t'llmbién recono-
te: nunca voy a olvidar los errores. Cualquier actitud mía que sea un error, ce que, en el caso de que el sistema judicial fallara, ella misma considera-
evito hacerla. Entonces, puedo decir que tengo el derecho de matar a la per- ría el camino de la venganza privada.
sona que maltrató a mi madre, yo le doy también unos golpes; ahora si mal- La naturalidad con la que las personas hablan sobre la venganza pri-
trató a mi madre y hago 10 mismo con él, no sé... me pesa la conciencia. vada y. sobre tomar una vida, está asociada a la naturalidad con que li-
Herrero/vidriero, ]ardim das Camélias, 48 años, casado, cuatro hijos; dian con el castigo físico en general. Pregunté a todos los que entrevisté
tiene un taller y un negocio frente a su casa. qué pensaban sobre golpear a los niños. A pesar de que el movimiento fe-
minista ha logrado estigmatizar el golpear a las mujeres y que la violencia
9.7a.
contra los niños de la calle sea criticada por la mayoría de la población,
-Ahí se hace un círculo vicioso: la población se pone extremadamente golpear a los niños por razones disciplinarias todavía es algo habitual.
sublevada por las barbaridades que cometen los ladrones, los criminales,
Esa práctica ofrece, por lo tanto, un buen medio de abordar la cuestión
asaltantes. Y en verdad cometen barbaridades. Yo creo, por ejemplo, a nivel
del castigo violento en el contexto de la vida cotidiana, o sea, lejos del
personal, que si alguien matara a alguien de mi familia y yo viera que el tipo
no fue juzgado, no fue condenado, lo mandaría matar o 10 mataba. A nivel contexto excepcional el crimen. Las entrevistas confirmaron la práctica
personal, ahí entra toda una emotividad, pero a nivel teórico, como funcio- general: incluso personas a favor de los derechos humanos y contra la pe-
na un estado de derecho, como funciona una jurisprudencia, ahí yo creo que na de muerte, como la entrevistada que acabo de citar (9.7a), sienten que
la cuestión debe ser de otra manera. Los derechos humanos son la base de golpear a los niños puede ser aconsejable en algunas circunstancias.
una civilización (...]
-¿Y la pena de muerte? 9.7b.
-¡No! ¡Imagínese! En absoluto. De ninguna manera. Se puede entender -Creo que para educar es una cosa. Una bofetada, dar una palmada,
el sentimiento humano de rebeldía, pero no que se llegue al extremo de aca- ~ poner en penitencia o dar un tirón de orejas cuando son pequeños, yo lo hice
bar con los propios derechos humanos. Porque ahí se está acabando con los l con los míos algunas veces, lo hice porque no hay paciencia que aguante; pe-
propios derechos también. ro golpear es diferente. Hay un dicho que dice que pata de gallina no mata
-Pero, por ejemplo, si hubiera plebiscito el año que viene sobre la pena pollito, ala de gallina no mata pollito ... Creo que un poco de súper ego tam-
de muerte, ¿cuál cree que sería el resultado? bién es necesario.
La necesidad de establecer límites y dar un ejemplo son la manera de como una afirmación más poderosa de lo que las meras palabras podrían
justificar el golpe a los niños. Lo que no queda claro es por qué imponer lí- hacer, y debería ser usada especialmente cuando el lenguaje y los argu-
mites significa golpear a un niño en vez de usar algún otro castigo. Es tam- mentos racionales no son entendidos. En general, las personas que entre-
bién sorprendente que la lógica en esa discusión sobre el disciplinamiento visté consideran que los niños, adolescentes y mujeres no son totalmente
de niños sea la misma usada para justificar la pena de muerte: dar un ejem- racionales (o no siempre son racionales), de la misma manera que los po-
plo, imponer límites. Esa analogía la hicieron explícitamente ante mí: bres y, obviamente los criminales. Contra esas personas, la violencia es
necesaria; se trata de un lenguaje inequí-voco, un lenguaje que cualquiera
9.8.
puede entender, que tiene el poder de imponer principios morales y corre-
-Porque dicen que de nada sirve la pena de muerte, pero yo doy un
gir el comportamiento social. El dolor es entendido como camino para el
ejemplo.Toma un niño de dos años y le dices:no toques la cocina que te vas
a quemar. Él va y toca. Pero si va a tocar y se lleva una buena palmada, no conocimiento (especialmente moral) y reforma. La violencia es considera-
toca más, porque tiene miedo, es lo mismo con la pena de muerte [...]. Hay da un lenguaje más próximo a la verdad.
que esclarecerlas cosas a los niños, pero cuando no tienen la responsabili- Esta asociación de dolor, conocimiento y verdad se hace especial-
dad suficiente,no logran entender [...]. Tiene que haber pena de muerte por- mente clara en discusiones sobre la tortura. Las personas generalmente
que ellos saben que si son atrapados, se acabó [...]. El ejemplo lo resuelve describen la tortura como mala, a pesar de que algunas la ven como un
[...]. Dicen que los países adelantados abolieron la pena de muerte. Pero no- mal necesario. Pero nadie duda de su eficacia. El mismo sentimiento me
sotros somos un país del Tercer Mundo, entonces, ¿cuál es el freno? Tiene fue revelado por personas totalmente diferentes. Uno era un intelectual
que haber un freno. La palmada que le das a tu hijo, la pena de muerte sería de izquierda que había sido torturado durante el régimen militar y que
[esefreno]. dijo, durante un almuerzo en el que se estaba debatiendo la pena de
Ingeniero, Morumbi, 50 años, casado, cinco hijos; trabaja para la po-
licía. muerte, «puedo decir esto porque fui torturado: la tortura funciona. Si al-
guien secuestra a mi hija y la policía atrapara a alguien que pudiera llevar
a los secuestradores, yo no tendría dudas en decirle a la policía que tortu-
La impactante analogía entre la pena capital y el pegar a los niños re-
vela que la pena de muerte es considerada pedagógica: un ejemplo con- rara a esa persona para obtener informaciones». Este es el mismo argu-
tundente de lo que ocurre a las personas que no se comportan como la so- mento que usa públicamente Afanasio jazadji.
ciedad determina. También revela que el modelo de familia, la institución
Pero espera un poquito: ¿quées la tortura y qué es lo que ustedesespe-
encargada de disciplinar a las personas y evitar su contaminación por el
ran de la policía?La policía no tiene la bola de cristal. No tiene [...] Hay que
mal, es aplicado directamente en la esfera pública. Esas opiniones y las obtener aquello de una forma o de otra. ¿Cómo se hace? ¿Cómo extraer la
discusiones que siguen son complementarias y tienen sentido en el con- verdad a un tipo en una circunstanciacomo esa? [...] ¿Cómose hacepara sa-
texto de las concepciones sobre la difusión del mal y el papel de las auto- carie la verdad al tipo? No existe. ¡Con los golpes! [...] ¡La persuasión no
ridades por evitarlo, lo que analicé en el capítulo 2. Pero tal vez el elemen- existe,no existe interrogatorio, no existe,no existe... en todo el mundo! En-
to más impactante en la cita anterior sea la tranquilidad con que ese tonces mire, existe la tortura, en verdad existe. Infelizmente,es necesaria.
hombre (y otros entrevistados) habla sobre el acto de golpear a los niños. ¿Necesariapor qué? No hay método para extraerle la verdad a nadie, quie-
Las personas parecen considerar normal que los niños deban recibir gol- ro decir,la verdad verdadera. No, en el caso, como el que estoy tratando: el
pes para ser disciplinados: ese razonamiento es tan obvio que puede ser sujeto participó con cinco en un asalto, mató a una persona, o aunque no
usado para justificar la pena capital. La mayoría de las personas que ad- hubiera matado, participó, los otros huyeron, y él está preso. Ahí, dice:
miten que golpean o ya golpearon a sus hijos parece ser de la opinión de «No, yo tengo mis derechosconstitucionales,nadie me pone u?a mano en-
que los niños no son lo suficientemente racionales como para entender cima». «¿Pero,quién está con usted?» «No vaya hablar», y enC1Illate mues-
tra la lengua. ¿Cómotiene que comportarseel policía?Entonces,no hay ma-
todo lo que los padres les dicen. Sin embargo, creen que los niños pueden
nera, no hay. [...] El delincuente,sabe que es la ley de la selva, sabe que se
entender la violencia -un término de hecho nunca usado en las referen- equivocó, que la función del policía es apurar la verdad y que no hay otro
cias al disciplina miento de niños-o Incapaces de entender el lenguaje, los método (Entrevista, 20 de diciembrede 1990).
niños, sin embargo, se cree que entenderían claramente el dolor. Como el
miedo al dolor genera obediencia, provocar tal miedo es considerado La asociación de tortura y verdad no es de modo alguno exclusiva en
buena pedagogía. La marcación del cuerpo por el dolor es percibida el Brasil. Por el contrario, pertenece a una larga tradición occidental de
tortura judicial y de prácticas religiosas cristianas.21 Lo impactante es nos recuerda Scarry, lo hacen por ser débiles, no porque necesiten el co-
cómo Jazadji y otros consideran la tortura un recurso cotidiano en manos nocimiento.22 Los discursos que acabo de analizar aparentemente operan
de la policía, una técnica capaz de producir resultados cuando todos los con los significados opuestos a la visión de Scarry, toda vez que insisten
otros fallan. Sin embargo, expresando esa opinión, Jazadji está sólo refle- en que la tortura lleva a la verdad. Sin embargo, su lógica parece coinci-
jando el conocido modus operandi de la policía de Siio Paulo. Su opinión dir con la de personas que están en posiciones de poder infligir dolor.
es, por 10 tanto, paralela a la de la analogía causal entre golpear a los ni- Tanto Scarry como el entrevistado que acabo de citar, piensan en ellen-
ños y la pena de muerte: al tratar directamente la cuestión del uso del do- guaje y en el dolor como opuestos. Entretanto, mientras los entrevistados
lor, revelan que esas prácticas están tan enraizadas en la vida cotidiana generalmente creen que el dolor puede producir disciplina, orden y cono-
que pueden considerarse la norma. cimiento, Scarry argumenta que el dolor sólo destruye la significación. De
En la Siio Paulo contemporánea, sin embargo, las asociaciones de hecho, tanto en el disciplina miento de niños, mujeres y otras personas
dolor, verdad y orden no derivan solo de la tradición inquisitorial. Tal vez «débiles», como en e! caso de la tortura, el dolor es un instrumento de au-
la teoría pedagógica que predica la superioridad de la violencia como un toridad usado para producir sumisión. El significado creado por el dolor
medio de establecer e! orden y el desarrollo moral y afirma su eficacia en . en los cuerpos de las personas es la voluntad de la autoridad absoluta,
situaciones en que el lenguaje deja de tener significado, también encuen- , una autoridad que no está interesada en entrar en debates o admitir dis-
tre su pedigree en e! encuentro colonial y en lo que Michae! Taussig : cordancias, una autoridad que desestima el lenguaje. Un mundo de signi-
(1987) llama su cultura del terror. Esa cultura colonial que envuelve a co- ficación negociada se crea por el lenguaje, no por el dolor.
lonizador y colonizado en la reproducción de la violencia, es una cultura Me gustaría comentar un último punto: la fascinación de las perso-
en que la narrativa reproduce el terror (así como el miedo al crimen) yen nas por el papel de ejecutor y por una economía de intervención en el
que el significado se produce en el cuerpo del dominado. cuerpo de! ejecutado. Amaral Neto afirmó más de una vez que le gustaría
Algunos críticos de la tortura, especialmente E1aine Scarry, decons- ser el primer verdugo legal del Brasil (véase también FolM de Sao Paulo,
truyeron la manera por la cual esta es presentada como un medio de pro- 2 de julio de 1991). Aparentemente, él no es el único que piensa así: vie-
ducir verdad. Estos analistas nos ayudan a entender algunas de las dimen- ne afirmando públicamente que muchas personas le escriben ofreciéndo-
siones del tipo de relación de poder que parece haberse reproducido en el se como voluntarios para el cargo. Algunas de esas personas fueron entre-
Brasil. Scarry demuestra que lo central en la tortura no es el conocimien- vistadas y sus fotos fueron publicadas en periódicos (véase, por ejemplo,
to o la verdad, sino el poder. Ella muestra que «el dolor intenso destruye Folha de Sao Paulo, 3 de agosto de 1991). También enviaron sugerencias
el mundo», o sea, deshace el significado. Lo fundamental para el tortura- sobre los mejores métodos para la ejecución (una alternativa popular es
dor al forzar una confesión no es tanto el contenido de lo que se dice, sino la inyección de veneno de rata), y sobre cómo disponer de los cuerpos de
la habilidad de forzar una confesión (1985: 28-29). En otras palabras, lo los ejecutados. La opción más popular para eso parece ser usar sus ór-
que es fundamental es la creación de una «ficción de poder absoluto» ganos para trasplantes, y algunos llegaron a crear tablas elaboradas rela-
(1985: 27); infligir dolor exige y recibe una respuesta. Los que torturan, cionando diferentes órganos al tipo de crimen cometido (Folha de Sao
Paulo, 3 de agosto de 1991). Otras personas propusieron mutilación y
castración como castigo para ciertos crímenes.
21. El uso del dolor en la determinación de la verdad tiene una larga historia en las cultu- Estas historias agregan otra dimensión a lo que parecen ser dos ca-
ras occidentales y en sus sistemas legales. Véase DuBois (1991) para un análisis de la relación en- racterísticas interrelacionadas de la cultura brasileña: la centralidad del
te tortura y verdad en la Grecia antigua. Véase Asad (1985) para una interesante discusión so-
cuerpo en consideraciones sobre castigo y la aceptación del uso del dolor
bre la historia de la penitencia que muestra cómo el uso del dolor, aunque siempre presente en la
tradición cristiana, formó parte de diferentes prácticas para obtener la verdad. En otras pala-
en prácticas disciplinarias no solo contra supuestos criminales, sino tam-
bras, la unión entre dolor y verdad ha sido articulada de diferentes maneras a lo largo del tiem-
po. En ese sentido, Asaad hace más complejo el análisis del Antiguo Régimen realizado por Fou-
cault (1977) que no considera esas variaciones. Ya discutí (capítulos 3 a 5) el papel de la tortura 22 .• El dolor físico es tan incontestablemente real que parece conferir su característica de
en los procedimientos judiciales en el Brasil. Véase también Lima (1986). Para una discusión so- "teatralidad incontestable" al poder que lo hace existir. Obviamente, es precisamente porque la
bre Inglaterra, donde las torturas judiciales no eran tan comunes como en Europa continental realidad de aquel poder es tan altamente contestable, el régimen tan inestable, que la tortura es
durante la mayor parte del Renacimiento, véase Hanson (1991). Véase también Clastres (1978) usada» (Scarry, 1985: 27). En este sentido el análisis de Scarry coincide con la interpretación de
para un análisis del papel de la tortura en las sociedades primitivas y sus relaciones con la ley y la violencia de Hannah Arendt (1969), según la cual la violencia es el instrumento de aquellos
el conocimiento. que no tienen autoridad y son incapaces de gobernar por consenso.
bién contra todas las categorías de personas que supuestamente «necesi- ban, en el sentido de establecer barreras y límites a la interferencia o abu-
tan» control especial (niños, mujeres, pobres y locos). El cuerpo es, por lo so de otros.
tanto, percibido como un campo para diferentes intervenciones. Esa no- Un análisis completo de las maneras por las cuales el cuerpo está in-
ción de cuerpo manipulable está relacionada a la deslegitimación de los circunscrito en la sociedad brasileña probablemente requeriría revisitar
derechos civiles y está en el centro de los debates sobre la democratiza- las relaciones coloniales y el legado de la esclavitud y queda fuera del ob-
ción de la sociedad brasileña. jetivo de este trabajo. Sin embargo, me gustaría agregar dos ejemplos
que están deliberadamente fuera del campo del castigo y del crimen. El
primero viene de la medicina, en principio un campo en el cual las inter-
venciones en el cuerpo son consideradas legítimas. Hay, sin embargo, va-
rias cuestiones sobre las cuales se puede cuestionar la extensión de las in-
El cuerpo es concebido como locus de castigo, justicia y ejemplo en el tervenciones. Una de ellas es la reproducción y afecta los cuerpos de las
Brasil. Es concebido por la mayoría como el lugar apropiado para que la mujeres. El nacimiento a través de cesárea se está volviendo más común
autoridad se afirme a través de la producción de dolor. En los cuerpos que el parto normal en el Brasil. En el estado de Sao Paulo, en 1992, el
de los dominados -niños, mujeres, negros, pobres o supuestos criminales-, 53,4% de todos los nacimientos fue por cesárea (Berquó, 1993: 471). De
los que están en posición de autoridad marcan su poder procurando, por acuerdo con Elza Berquó (1993) este aumento está asociado al predomi-
medio de la producción de dolor, purificar las almas de sus víctimas, corre- nio de la esterilización (ligadura de trompas) como método anticoncep-
gir su carácter, mejorar su comportamiento y producir sumisión.B Para tivo en el Brasil: es usado por el 45% de las mujeres y la mayoría de las
entender cómo esas concepciones y sus consecuencias pueden aceptarse veces se realiza durante una cesárea.24 En el Noreste, la región más po-
como naturales en la vida cotidiana, no es suficiente simplemente develar bre del Brasil, el 63% de las mujeres la usa, y datos recientes indican que
las asociaciones de dolor y verdad, dolor y desarrollo moral o incluso do- el 19% de las mujeres en esa área ya había sido esterilizado antes de lle-
lor y un cierto tipo de autoridad. Esas concepciones de punición y castigo . gar a los 25 años (comparado con el 10% en Sao Paulo; PNUD-IPEA,
están asociadas a otras nociones que legitiman intervenciones en el cuer- 1996: 67).
po, y a la falta de respeto por los derechos individuales. Estos datos ilustran, en primer lugar, un problema grave de salud pú-
La naturalidad con que los brasileños ven la imposición de dolor con blica y la existencia de una clase médica que efectúa la cesárea mucho
objetivos correctivos es consistente con otras percepciones del cuerpo. más frecuentemente de lo que sería médicamente necesario y ofrece pocos
Las intervenciones y manipulaciones en el cuerpo de otras personas, o en medios alternativos de control de la natalidad. Segundo, indican que esa
el propio cuerpo, son vistas como relativamente naturales en muchas tendencia es más acentuada en las regiones más pobres del país. Tercero,
áreas de la vida social. Esas intervenciones no son necesariamente dolo- y más importante desde el punto de vista de control de la mujer sobre su
rosas o violentas. En verdad, algunas son vistas como aspectos deseables cuerpo, los datos anteriores indican que las mujeres brasileñas se están
y atrayentes de la cultura brasileña. Aunque lo que todas las intervencio- sometiendo a procedimientos invasivos con más frecuencia que a proce-
nes revelan es una noción de cuerpo incircunscrito. Por un lado, el cuer- dimientos no invasivos, y que están dando pasos radicales para controlar
po incircunscrito no tiene barreras claras de separación o impedimento; la reproducción, eligiendo un método que es invasivo e irreversible. En
es un cuerpo permeable, abierto a la intervención, en el cual las manipu- otras palabras, las decisiones reproductivas de las mujeres están siendo
laciones de otros no son consideradas problemáticas. Por otro lado, el tomadas de maneras que normalizan una drástica interferencia en el cuer-
cuerpo incircunscrito está desprotegido de derechos individuales y, en po. La reproducción no es la única área en que ocurre esa interferencia.
verdad, resulta históricamente de su ausencia. En el Brasil, donde el siste-
ma judicial está públicamente desacreditado, el cuerpo (y la persona) en
general no está protegido por un conjunto de derechos que los circunscri- 24. La mayoría de las ligaduras de trompas (75% en el Brasil y 83% en el estado de Sao
Paulo) se realiza durante una cesárea. La esterilización es usada por el 38,4% de las mujeres en
.a edad reproductiva en Sao Paulo; la tasa es mayor en el Norte, Centro-Oeste y Noreste del Bra-
l sil. Esta alcanza el 61,4% en Pernambuco y el 71,3% en Goiás (Berquó, 1993: 468, 463). Los
23. Véase Scheper-Hughes (1992) para otra interpretación de la naturalización de la vio- porcentajes de esterilización de mujeres son del 15,7% para todos los países en el mundo yel
lencia en la sociedad brasileña y para poderosas descripciones de la incircunscripción de los cuer- 7,6% para los países desarrollados. En la China, donde el Estado tiene una política agresiva de
pos de personas pobres. control de población, la proporción es 49,1 % (Berquó, 1993: 464-465).
Cirugías plásticas de todos los tipos también son extremadamente comu- El pasaje del predominio del canon del cuerpo grotesco hacia el del
nes entre la clase media que puede pagar por eso.25 cuerpo individual en Europa es crucial para la formación de la moderni-
La segunda arena donde las intervenciones son consideradas correc- dad: significa la prevalencia de las nuevas sensibilidades y valores cultu-
tas y vistas como naturales se refiere a uno de los aspectos que, como se rales, el triunfo de nuevas formas de relaciones sociales y organización
dicen, «hacen al Brasil, Brasil»: la sexualidad «flexible», la valorización social, y el establecimiento de nuevas formas de control y sujeción. A lar-
de la proximidad de los cuerpos, el carnaval y su mezcla de cuerpos, etcé- go plazo, afectó todas las dimensiones de la vida social y han sido descri-
tera. El carnaval es una ocasión para mostrar el cuerpo y jugar con sus tas desde muchas perspectivas diferentes. Norbert Elias (1994 [1939]), en
transformaciones. Es también una ocasión para el juego sensual abierto. sus ensayos sobre el proceso civilizatorio, describe el cambio como un
Durante el carnaval, las personas esperan tocar y ser tocadas: es de mal proceso de largo plazo que creó los estados-nación modernos con su mo-
gusto repeler tales intervenciones porque, de hecho, las personas están en nopolio del uso de la fuerza y teorías de ciudadanía y derechos.26 Ade-
la calle para jugar y la mezcla de cuerpos es la esencia del juego. El carna- más, el análisis fascinante de Elias revela cómo esos macroprocesos se en-
val no es sólo un lugar para la combinación de cuerpos, su manipulación trelazaron con el refinamiento de las maneras y los microprocesos por los
y exhibición, sino un universo en el que la amenaza de la violencia y la cuales las funciones corporales fueron controladas y removidas de la es-
violencia están siempre presentes. fera pública. Como resultado de ese proceso, las personas «civilizadas»
El carnaval no es una invención brasileña. Pero en las culturas euro- aprendieron a encerrar sus cuerpos, controlar sus fluidos, evitar la mez-
peas que acostumbraban celebrado, el carnaval fue en general amplia- cla con los otros o con el exterior y controlar su agresividad. La persona
mente relegado al pasado. Algunas de las interpretaciones más sobresa- civilizada es el individuo autocontenido, circunscrito.
lientes de la historia de Europa moderna nos ayudan a entender por qué Otra interpretación de ese mismo proceso es desarrollada por Michel
y cómo ocurrió eso. Esas interpretaciones, en verdad historias de moder- Foucault en su análisis de la historia del castigo. Es el pasaje de los ritua-
nidad, describen las interconexiones de la formación de los estados-na- les públicos de castigo físico a los castigos privados y ejercicios morales
ción, el establecimiento de la tradición liberal y de las nociones de ciuda- del sistema penitenciario; es el pasaje de la marcación de cuerpos al disci-
danía y derechos y el control de la violencia y su monopolio por parte del plinarniento del alma como la principal forma de ejercicio del poder. Esa
Estado. En el contexto de esas transformaciones, el carnaval y su mezcla transición es paralela al cambio en los modos dominantes de organiza-
de cuerpos -lo que Bajtin (1984) llamó «imágenes grotescas del cuerpo»- ción política y legitimación del poder político: las monarquías, cuya fuen-
y el comportamiento violento generalizado, inclusive el castigo violento, te de poder era el cuerpo del rey y cuyo poder era ejercido de manera
fueron enterrados con el nacimiento de la «era de los derechos» y la pri- repentina, violenta y discontinua (Foucauit, 1977: 208), dieron lugar a
macía del individuo. Estos se convirtieron en cosas del pasado, o cosas estados inspirados por la noción de contrato social y que tienen como
identificadas con otras culturas, o desplazadas y restablecidas en las colo- principio fundador la idea de ciudadanía universal y sus derechos.
nias por las mismas administraciones imperiales que estaban aprendien- Foucault argumenta que la formación de la sociedad disciplinaria
do a dejadas de lado en sus sociedades. El genocidio de la población está ligada a varios procesos históricos más abarcadores -económicos,
nativa que ocurrió durante la conquista de América, las continuas marca- jurídico-políticos y científicos (Foucault, 1977: 218-228)-. Destaca los
ciones de los cuerpos en el proceso de colonización y la creación de una vínculos entre la formación de la sociedad disciplinaria y el desarrollo de
cultura del miedo en América Latina (Taussig, 1987) coinciden con la pa- las nuevas estructuras jurídico-políticas.
cificación interna de los estados europeos, su creciente sofisticación de las
costumbres y el control de la violencia. La forma jurídica que garantizaba un sistema de derechos en principio
igualitarios, estaba sustentada por esos pequeños mecanismos, cotidianos y
físicos, por todos esos sistemas de micropoder, esencialmente no igualitarios
y asimétricos que constituyen las disciplinas. [oo.] Las disciplinas reales y cor-
25. Una de las indicaciones de la popularidad de la cirugía plástica, por lo menos en las póreas constituyeron el subsuelo de las libertades formales y jurídicas. El
áreas metropolitanas, es el surgimiento en 1997 de la revista Plástica - a revista que vai mudar
contrato podía muy bien ser imaginado como el fundamento ideal del dere-
voce [Plástica -la revista que la va a cambiarl. Esta revista se dedica exclusivamente a temas de
cirugía plástica y da consejos sobre diferentes técnicas y servicios disponibles (además de anun-
cho y del poder político; el panopticismo constituía la técnica universalmen-
cios). Los artículos van desde un reportaje sobre cuál sería el -trasero. perfecto en opinión de
los brasileños, a nuevas tecnologías láser y cómo conseguir una sonrisa perfecta; Además, perso-
nas famosas hablan de sus cirugías y posan para la foto de la cubierta.
te difundida de coerción. No dejó de elaborar en profundidad las estructu- cracias disyuntivas, nos fuerzan a disociar los elementos de esa historia y
ras jurídicas de la sociedad, a fin de hacer que los mecanismosefectivosde a cuestionar su secuencia. Nos fuerzan a ver la posibilidad de ciudadanía
poder funcionaran en oposición a la estructura formal que había adquirido. política sin el control de la violencia, de un estado de derecho que coexis-
Las «Luces»que descubrieron las libertades, también inventaron las disci- ta con abusos de la policía y de democracias electorales sin derechos civi-
plinas (Foucault, 1977: 222). les o sin un sistema judicial legitimado. Además, las democracias disyun-
tivas nos acostumbran a diferentes historias de ciudadanía, historias
La combinación de las disciplinas con el aparato jurídico de la socie- como la del Brasil, donde los derechos sociales están bastante desarrolla-
dad del contrato en Europa dio como resultado la docilidad de los cuerpos dos pero los derechos civiles no son protegidos, o donde los derechos po-
y la circunscripción de los individuos. A pesar de usar técnicas totalmente líticos tienen una historia de idas y venidas, en que son garantizados en
diferentes, tanto las disciplinas como el aparato jurídico de la sociedad mo- un momento sólo para ser despreciados por.el régimen siguiente. Al mi-
derna impusieron la noción del individuo aislado y del yo circunscrito. rar hacia esas historias, percibimos que lo que tomamos como norma, o
Además, aunque sus promesas fueran antagónicas -el contrato social pro- sea, la historia europea de control de la violencia y desarrollo de los dere-
metía igualdad y las disciplinas reproducían la jerarquía y la dominación-, chos de ciudadanía, es sólo una versión de la modernidad, y probable-
ambas ayudaron a legitimar maneras de ejercer poder con relación al cuer- mente ni siquiera la más común. Cuando miramos hacia otras historias,
po y al individuo que reprimían la violencia. La aplicación de dolor como percibimos que múltiples modernidades son producidas en la medida en
una forma de ejercer poder fue una característica de la soberanía monár- que diferentes naciones y pueblos se involucraron con elementos del re-
quica; la nueva forma de poder político fue legitimada por la idea de con- pertorio de la modernidad (monopolio del uso de la fuerza, ciudadanía,
senso y de un contrato libre entre individuos iguales. En el nuevo sistema liberalismo, etcétera).
los ciudadanos individuales no solo eran circunscritos, sino que también Fernando Coronil y Julie Skurski (1991) ofrecen un ejemplo de otro
poseían todo un conjunto de derechos. Entre todos los derechos que cons- tipo de cultura y de historia en el cual la modernidad y la democracia po-
tituyen la ciudadanía, los que protegen al individuo masculino, su cuerpo y lítica siempre estuvieron ligadas a la violencia. Ellos muestran cómo la vio-
su privacidad fueron los primeros en desarrollarse y son los que hoy cons- lencia política en Venezuela es regularmente representada en contextos
tituyen el núcleo de la tradición liberal (Marshall, 1965 [1949]). Además, democráticos. Argumentan que 1a violencia es «manipulada y resistida»
las disciplinas modernas son productivas, no represivas, y apuntan a mol- (1991: 289) en los términos específicos de la historia venezolana, en rela-
dear el alma y el carácter por medio del ejercicio y no por el dolor. ción con la cual debe ser analizada. La violencia contemporánea en Vene-
La asociación del desarrollo de las disciplinas con el de los derechos zuela continúa siendo encuadrada «en términos de la Conquista», movili-
individuales y democracias liberales y con el control y enclaustramiento zando nociones de un pueblo bárbaro y un gobierno civilizador (de las
del cuerpo, así como el abandono progresivo de la violencia sea como elites). Taussig (1987) muestra un proceso similar para Colombia en su es-
método pedagógico, sea como forma de castigo, son claros en la historia tudio sobre el uso de la violencia en el boom del caucho y en la creación
de los países que inventaron el modelo liberal-democrático (Francia, In- de lo que él llama «cultura del terror y espacio de la muerte».
glaterra y Estados Unidos).27 Estudiosos de la ciudadanía han tendido a En el Brasil, todas las constituciones promulgaron los principios de
generalizar esa historia, de modo que ella se convirtió en la historia del ciudadanía universal, desde la primera, en 1824, y mucho antes de la abo-
desarrollo de los derechos y de las disciplinas en general, y el modelo de lición de la esclavitud, en 1888. Sin embargo, las asociaciones de discipli-
ciudadanía y de democracia. Uno de los efectos de esa generalización es na, derechos individuales y enclaustramiento del cuerpo que encontramos
conectar ciertos elementos como si ellos siempre ocurrieran juntos y en en el modelo europeo nunca ocurrieron. Los derechos individuales no son
una cierta secuencia. Países como el Brasil, pero también otros con histo- legitimados ni protegidos, y el cuerpo no es respetado en su individualidad
rias diferentes (generalmente historias coloniales) y que hoy tienen demo- y privacidad. Cuerpos y derechos civiles están siempre conectados, tanto
en países como el Brasil como en aquellos en que los cuerpos son circuns-
critos y los derechos civiles, respetados. En la sociedad brasileña, lo que
27. Además del análisis de Foucault, véase Dumm (1987) para una discusión sobre la aso-
ciación del desarrollo del sistema penitenciario en los &tados Unidos con la consolidación de la
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t domina es la noción incircunscrita del cuerpo y del individuo. Hasta hoy,
•• e independientemente del régimen político, es sobre los cuerpos incir-
democracia norteamericana. Véase también Nedelsky (1990) para una discusión sobre cómo la
cunscritos de los dominados que se estructura n las relaciones de poder,
metáfora de las fronteras (alrededor del individuo y alrededor del poder del &tado) es central en
la tradición norteamericana de constitucionalismo. que circulan los significados y que se intenta construir el orden. Cuando la
marcación de los cuerpos predomina, el respeto por los derechos civiles es político. En el contexto de la transición hacia la democracia, el miedo al
improbable, a pesar de que pueda haber una democracia política electoral crimen y los deseos de venganza privada y violenta vinieron a simbolizar
y un respeto relativamente amplio por los derechos sociales. Los derechos la resistencia a la expansión de la democracia hacia nuevas dimensiones
civiles, sin embargo, parecen depender de la circunscripción del cuerpo y de la cultura brasileña, de las relaciones sociales y de la vida cotidiana.
del individuo, y del reconocimiento de su integridad. La elaboración del prejuicio en el habla del crimen, la recreación
Como mostré a partir de diferentes perspectivas en este estudio, el simbólica de desigualdades exactamente a medida que la democracia crea
Brasil tiene una democracia disyuntiva que está marcada por la deslegiti- raíces, el apoyo a la violencia policial y a las medidas privadas e ilegales
mación del componente civil de la ciudadanía: el sistema judicial es inefi- de lidiar con el crimen, la construcción de muros en la ciudad, en enclaus-
caz, la justicia es ejercida como un privilegio de la elite, los derechos indi- tramiento y el desplazamiento de los ricos, la creación de los enclaves for-
viduales y civiles son deslegitimados y las violaciones a los derechos tificados y las transformaciones en el espacio público rumbo a patrones
humanos (especialmente por parte del Estado) son rutina. Esa configura- más explícitamente separados y no democráticos, la falta de respeto por
ción específica no ocurre en un vacío social y cultural: la deslegitimación los derechos humanos y su identificación con «privilegios de delincuen-
de los derechos civiles está profundamente enraizada en una historia y en tes» y la defensa de la pena de muerte y de las ejecuciones sumarias, son
una cultura en que el cuerpo es incircunscrito y manipulable, y en que el todos elementos que van en la dirección opuesta y muchas veces rechazan
dolor y el abuso son vistos como instrumentos de desarrollo moral, cono- la democratización y la expansión de derechos. Como todas esas tenden-
cimiento y orden. Una configuración tal nos permite sugerir que cias aumentaron bajo el régimen democrático, señalé el carácter disyunti-
la lógica cultural y política que crea cuerpos incircunscritos no es la mis- vo de la democracia brasileña. Además, debido a que muchos de esos ele-
ma lógica que genera al individuo circunscrito en la tradición liberal de mentos indican problemas con los derechos civiles, revelan la esfera de la
ciudadanía. Esas dos lógicas han estado en diálogo por un largo tiempo justicia y de los derechos individuales como una de las más problemáticas
en lugares como el Brasil, así como en los Estados Unidos y en Europa. de la ciudadanía brasileña. "
Sin embargo, esos diálogos produjeron resultados muy diferentes. Al Sin embargo, eso no significa que estoy defendiendo para el Brasil
apuntar a los diferentes caminos de desarrollo de los derechos de ciuda- cualquiera de los modelos existentes de derechos de ciudadanía o que es-
danía y de las democracias europea y norteamericana en relación con la pero que el país siga esos modelos. Los derechos individuales en el Brasil
brasileña, mi intención no es minimizar el peligro que el débil componen- deben construirse en el contexto de su propia historia y cultura, lo que in-
te civil representa para la democracia brasileña. Antes, quiero sugerir cluye la concepción incircunscrita del cuerpo, tanto en la dimensión legal
que, para entender la falta de respeto peculiar por los derechos civiles en como en la de la experiencia. Aunque crea que sin una reforma profunda
la democracia brasileña y considerar cómo podría hacerse menos violen- y la legitimación del sistema judicial no habrá un fin para el ciclo de vio-
ta y más respetuosa de los cuerpos y derechos de las personas, tal vez ten- lencia ni aumento alguno del respeto por los individuos y sus derechos,
gamos que concentrarnos más en las concepciones del mal, en el castigo este sistema tiene que ser reformado y los cuerpos tienen que ser circuns-
de niños, en el uso excesivo de las cesáreas y en el carnaval, que en los critos en relación con las concepciones distintivamente brasileñas.
procedimientos electorales y en las formaciones de los partidos políticos. ¿Cómo pueden los brasileños crear protección y respeto para los
De hecho, nada indica que la democracia política y el estado de derecho cuerpos, para los derechos individuales y la privacidad y al mismo tiem-
vayan a circunscribir cuerpos y generar respeto por los individuos o vice- po mantener algunos de los aspectos de la cultura brasileña que son apa-
versa. En el BrasilIa violencia y las violaciones a los derechos humanos rentemente valorizados y apreciados por muchos, como aquellos simbo-
aumentaron bajo el actual régimen democrático y al mismo tiempo en lizados en el carnaval (proximidad de cuerpos, sensualidad, etcétera)? No
que el deseo de infligir dolor en el cuerpo de los dominados fue usado tengo una respuesta para esa pregunta, pero tal vez los comentarios que
para desafiar el estado de derecho. No es por casualidad, pienso, que el siguen a continuación puedan ayudar a su discusión.
principal ataque al primer gobernador electo en Sao Paulo fue articulado La teórica feminista Jennifer Nedelsky argumenta (1990) que la no-
a través del ataque violento a los derechos humanos y de la defensa de la ción predominante de derechos en la tradición constitucional norteame-
pena capital (y de las ejecuciones sumarias). Podríamos sugerir, entonces, ricana es la de derechos como fronteras y deriva del modelo de propie-
que por medio de la cuestión del castigo violento y del crimen, los brasi- dad. En esa tradición, los derechos individuales son concebidos como
leños articulan una forma de resistencia a las tentativas de expandir la de- derechos de propiedad del propio cuerpo, y la protección de los indivi-
mocracia y el respeto por los derechos más allá de los límites del sistema duos y su autonomía, como la construcción de muros. En su crítica a la
imagen de frontera como el modelo para las concepciones de derechos, demos pensar en derechos y autonomía en los contextos de desigualdad
individualidad y autonomía, Nedelsky argumenta que estas no pueden social y opresión sexual sin usar imágenes de límites? ¿Podemos imaginar
ser útiles para las mujeres y sus cuerpos, dados los hechos elementales del un modelo que permita dejar espacio para la proximidad de cuerpos y a la
embarazo y de las relaciones sexuales. Ella defiende, en vez de eso, un sensualidad y todavía imponer el respeto por la privacidad, la individuali-
modelo más flexible para el cuerpo y para la individualidad, un modelo dad y los derechos humanos? ¿El control de la violencia y el abuso requie-
cuyo foco está en nociones de conexión, contacto, relaciones y fronteras ren fronteras rígidas y claramente definidas? ¿Sepued6 desarrollar un mo-
permeables, que tienen alguna semejanza con el modelo flexible brasi- delo de ciudadanía y derechos individuales que sea flexible y al mismo
leño. No puedo evitar ser escéptica con relación a la alternativa de Ne- tiempo eficiente para controlar la violencia? ¿Existe un modelo que prote-
delsky para el caso brasileño, porque creo que ese modelo más flexible e ja el cuerpo de las personas e imponga la obediencia a los derechos indivi-
incircunscrito es la contrapartida de mucha violencia en varias áreas de la duales y simultáneamente mantenga la indeterminación de fronteras que
vida social, y también porque es inherentemente violento, en especial constituye el espacio público democrático? ¿Cómo se pueden establecer
contra las mujeres, los niños y los pobres, o sea, en conjunción con la los límites de lo que sería una formación alternativa de democracia y dere-
imposición de voluntades autoritarias. Además, en la medida en que chos? La democracia brasileña probablemente continuará siendo única,
la flexibilidad actúa sólo en una dirección: del dominante hacia el domi- pero si aspira a ser menos violenta, debe no solo legitimar el sistema judi-
nado, sin ninguna restricción institucional o fronteras. Así, defiendo más cial sino también dejar de ejercitar sus juegos de poder y abusos de auto-
que menos la circunscripción del cuerpo, especialmente en el caso de las ridad sobre los cuerpos de los dominados. Tendrá que encontrar maneras
relaciones entre desiguales. Sin embargo, eso parece contradecir mi argu- de democratizar el espacio público, renegociar fronteras y respetar los de-
mento sobre el espacio público, en el cual critico el proceso de fortifica- rechos civiles.
ción de la ciudad por destruir un tipo de espacio democrático donde las
fronteras son indecidibles y negociables. En verdad, no lo contradice,
pues los muros que fortifican Sao Paulo son muros generados tanto por
la falta de respeto por los derechos civiles como por la ausencia del deseo
entre los más ricos de respetar los derechos de aquellos que ven como in-
feriores y que no admitirán como conciudadanos en el mismo espacio pú-
blico.
Abogar por modelos más flexibles para el cuerpo significa cosas com-
pletamente diferentes cuando los derechos civiles y la justicia son legitima-
dos (como en los Estados Unidos, en el análisis de Nedelsky) y cuando son
deslegitimados (como en el Brasil). De hecho, la actitud de una sociedad
con relación a esos derechos es inseparable de ciertas concepciones del
cuerpo: la sociedad que produce cuerpos incircunscritos, sin pocas chan-
ces de tener derechos civiles fuertes y viceversa. ¿Cómo podemos, enton-
ces, imaginar un modelo de ciudadanía y derechos individuales que sea
más protector de los dominados sin imponer un modelo masculino y tal
ciudadanía en el Brasil, hayan formulado muchas de sus reivindicaciones en términos de dere-
vez no brasileño de cuerpo individual contenido? ¿Puede tal modelo pro- chos sociales, también abordaron temas ligados a los derechos individuales y a la protección del
porcionar límites a los cuerpos de las mujeres, protegerlas del asedio se- cuerpo de las mujeres, los cuales constituyen el núcleo de cualquier agenda feminista. Eso queda
xual y no penalizarlas al quedar embarazadas (forzándolas, por ejemplo, especialmente claro en la intervención de feministas y ONG en las áreas de los derechos reproduc-
a concebir sus cuerpos más flexibles en términos de incapacidad -disabi- tivos (inclusive la cuestión de las cesáreas y de la esterilización), derecho de familia, violencia
lity-, como ocurre en la legislación laboral norteamericana)?28 ¿Cómo po- contra mujeres y racismo contra mujeres negras. Sin duda, los movimientos feministas represen-
tan uno de los mejores ejemplos que conozco en el Brasil sobre el potencial de expansión de los
derechos individuales. Otro ejemplo es el movimiento negr9, que infelizmente no tuvo todavía el
28. Los movimientos de mujeres en el Brasil constituyen uno de los pocos movimientos po- mismo nivel de eficacia en realizar sus reivindicaciones. Para una crítica a la clasificación del em-
líticos que exigen la expansión de los derechos individuales (véase Caldeira, 1998). Aunque los barazo como disabability [invalidez), con fines de licencia por maternidad en los Estados Uni-
movimientos de mujeres, de acuerdo con el patrón específico de legitimación de los derechos de dos, véase Eisenstein, 1988: capítulo 3.
Mapa]
Municipios de la Región Metropolitana de Sáo Paulo

1. Arujá 14. Guararema 27. Ribeirao Pires


2. Barueri 15. Guarulhos 28. Rio Grande da Serra
3. Biritiba Mirim 16. Itaquaquecetuba 29. Salesópolis
4. Caieiras 17. Itapecerica da Serra 30. Santa Isabel
5. Cajamar 18. Itapevi 31. Santana do Parnaíba
6. Carapicuíba 19.jandira 32. Sao Bernardo
7. Cotia 20.juquitiba do Campo
8. Diadema . 21. Mairipora 33. Sao Caetano do Sul
9. Embu 22. Mauá 34. Sao Louren~o da Serra
10. Embu-Gua~u 23. Mogi das Cruzes 35. Santo André
11. Ferraz de Vasconcelos 24.0sasco 36.Suzano
12. Francisco Morato 25. Pirapora do Bom jesus 37. Taboao da Serra
13. Franco da Rocha 26.Poá 38. Vargem Grande Paulista
Mapa 4
Distritos del Municipio de Sáo Paulo

47. Lajeado
48. Lapa
49. Liberdade
50. Limao
51. Mandaqui
52. Marsilac Este libro convivió conmigo por un largo tiempo. Comencé a pensar
53. Moema acerca de la relación entre violencia, democracia y la ciudad a comienzos
54. Moóca
55. Morumbi
de la década de 1980 en Sao Paulo, mientras estudiaba los movimientos
56. Parelheiros sociales en la periferia y oía hablar a las personas sobre el aumento del
57. Pari crimen. Inmediatamente después de escrib,ir el primer artículo sobre lo
58. Parque do Carmo
59. Pedreira
, que más tarde llamaría «el habla del crimen», pedí licencia en mis em-
60.Penha pleos en Sao Paulo y fui a la Universidad de California, Berkeley, a hacer
61. Perdizes el doctorado en antropología. Desde entonces, mi vida ha sido de idas y
12. Butanta 62. Perus venidas entre Sao Paulo y California. Este libro se sitúa en esos constan-
13. Cachoeirinha 63. Pinheiros
14. Cambuci 64. Pirituba tes desplazamientos. Les debo mucho a los que me apoyaron en el cami-
15. Campo Belo 65. Ponte Rasa no y a quienes finalmente puedo agradecer.
16. Campo Grande 66. Raposo Tavares Mis estudios de doctorado en Berkeley tuvieron el apoyo de una be-
17. Campo Limpo 67. República
18. Cangaíba 68. Rio Pequeno ca de doctorado en el exterior del CNPq(Consejo Nacional de Desarrollo
19. Capao Redondo 69. Sacoma Científico y Tecnológico) y de una Latin American and Caribbean Fe-
20. Carrao 70. Santa Cecília llowship de la Inter-American Foundation. Las dos instituciones donde
21. Casa Verde 71. Santana
22. Cidade Ademar 72. Santo Amaro trabajé como investigadora y profesora en el Brasil por más de una déca-
23. Cidade Dutra 73. Sao Domingos da -el Cebrap (Centro Brasileño de Análisis y Planificación) y la Unicamp
24. Cidade Líder 74. Sao Lucas (Universidad Estatal de Campinas)- no solo me concedieron licencias pa-
25. Cidade TIradentes 75. Sao Mateus
26. ConsolaCjao 76. Sao Miguel ra mis estudios en Berkeley, sino que también me ofrecieron las mejores
27. Cursino 77. Sao Rafael condiciones para investigar y escribir. Varias instituciones financiaron la
28. Ermelino Matarazzo 78. Sapopemba investigación que dio origen a este libro. El trabajo de campo en Sao Pau-
29. Freguesia do Ó 79.Saúde
30. Grajaú 80. Sé lo, entre 1989 y 1991, fue financiado por una International Doctoral
31. Guaianazes 81. Socorro Research Fellowship del Joint Committee on Latin American Studies del
32. Iguatemi 82. Tatuapé Social Science Research Council y del American Council of Learned So-
33. Ipiranga 83. Tremembé
34. Itaim Bibi 84. Tucuruvi cieties, con fondos de la William and Flora Hewlett Foundation y de la
35. Itaim Paulista 85. Vila Andrade Andrew W. Mellon Foundation; por una beca del Inter-American Foun-
1. Água Rasa 36. Itaquera 86. Vila CuruCjá dation Doctoral Fellowship Program; y por una dotación de investiga-
2. Alto de Pinheiros 37. Jabaquara 87. Vila Formosa
3. Anhangüera 38. JaCjana 88. Vila Guilherme ción de la Fundación Ford. Estoy agradecida a todas estas instituciones
4. Aricanduva 39. Jaguara 89. Vila Jacuí por su apoyo y, particularmente, a mis colegas del Cebrap y del Departa-
5. Artur Alvim 40. Jaguaré 90. Vila Leopoldina mento de Antropología de la Unicamp.
6. Barra Funda 41. Jaraguá 91. Vila Maria
7. Bela Vista 42. Jardim Ángela 92. Vila Mariana Presenté la primera versión ~ este trabajo como tesis de doctorado
8. Belém 43. Jardim Helena 93. Vila Matilde en el Departamento de Antropología de la Universidad de California,
9. Bom Retiro 44. Jardim Paulista 94. Vila Medeiros Berkeley, donde tuve el privilegio de trabajar con Paul Rabinow, mi
10. Brás 45. Jardim Sao Luís 95. Vila Prudente
11. Brasilandia 46. José Bonifácio 96. Vila Sonia
orientador. Además de ofrecer seminarios de lo más estimulantes, él siem-

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