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ira, resentimiento y amargura. Olvidarse de la necesidad de tener siempre razón en
las discusiones y las relaciones es como decirle al ego: No soy tu esclavo.
Quiero abrazar la bondad y rechazo tu necesidad de tener razón. Aun más; voy a
ofrecerle a esta persona la posibilidad de que se sienta mejor diciéndole que tiene
razón y darle las gracias por haberme encaminado hacia la verdad. Cuando te
olvidas de la necesidad de tener razón puedes fortalecer la conexión con la fuerza
de la intención, pero ten en cuenta que el ego es un combatiente muy resuelto. He
visto personas dispuestas a morir antes que dejar de tener razón. He visto como
acababan relaciones maravillosas por la necesidad de ciertas personas de llevar
siempre la razón. Te propongo que te olvides de esta necesidad impulsada por el
ego parándote en medio de una discusión para preguntarte: ¿Que quiero? ¿Ser
feliz o tener razón?
Cuando eliges el modo feliz, cariñoso y espiritual, se fortalece tu conexión con la
intención. En última instancia, estos momentos expanden tu nueva conexión con la
fuerza de la intención. La Fuente universal empezara a colaborar contigo en la
creación de la vida que la intención quiere que lleves.
4. Libérate de la necesidad de ser superior.
La verdadera nobleza no tiene nada que ver con ser mejor que los demás. Se trata
de ser mejor de lo que eras antes. Céntrate en tu crecimiento, con constante
conciencia de que no hay nadie mejor que nadie en este planeta. Todos
emanamos de la misma fuerza vital. Todos tenemos la misión de cumplir la esencia
para la que estamos destinados, y tenemos cuanto necesitamos para cumplir ese
destino. Nada de esto es posible cuando te consideras superior a los demás. No
por viejo es menos cierto este dicho: Todos somos iguales ante los ojos de Dios.
Olvídate de la necesidad de sentirte superior al ver a Dios revelándose en todos.
No valores a los demás basándote en su aspecto, sus logros, posesiones y otras
normas impuestas por el ego. Cuando proyectas sentimientos de superioridad, eso
es lo que te devuelven, y te lleva al resentimiento y en última instancia a
sentimientos de hostilidad. Estos sentimientos se convierten en el vehiculo que te
aleja de la intención. A Course in Miracles habla de esa necesidad de ser especial
y superior: El sentirse especial siempre establece comparaciones. Se produce por
una carencia que se ve en el otro y que se mantiene buscando y no perdiendo de
vista las carencias que puede percibir.
5. Libérate de la necesidad de tener más.
El mantra del ego es más. Por mucho que logres o adquieras, tu ego insistirá en
que no es suficiente. Te veras luchando continuamente y eliminaras la posibilidad
de alcanzar la meta, pero en realidad ya la has alcanzado, y es asunto tuyo decidir
como utilizar el momento presente de tu vida. Irónicamente, cuando dejas de
necesitar más, parece como si te llegara más de lo que deseas.
Como estas desapegado de esa necesidad, te resulta mas fácil transmitírselo a los
demás, porque te das cuenta de lo poco que necesitas para sentirte satisfecho y en
paz. La Fuente universal esta satisfecha de si misma, en continua expansión y
creando nueva vida, sin intentar jamás aferrarse a sus creaciones por sus recursos
egoístas. Crea y se desliga. Cuando te desligas de la necesidad del ego de tener
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más, te unificas con la fuente. Creas, atraes lo que deseas hacia ti y te desligas, sin
exigir que se te presente nada mas. Si valoras todo lo que surge, aprendes la gran
lección que nos dio san Francisca de Asís: ... es dar cuando recibimos. Al permitir
que la abundancia fluya hasta ti y a través de ti, estableces correspondencia con la
Fuente y aseguras que esa energía siga fluyendo.
6. Libérate de la necesidad de identificarte con tus logros.
Puede resultar un concepto difícil si piensas que tu y tus logros sois lo mismo. Dios
escribe toda la música, Dios canta todas las canciones, Dios construye todos los
edificios. Dios es la fuente de todos tus logros. Y ya oigo las protestas de tu ego,
pero sigue sintonizado con esta idea. Todo emana de la Fuente. ¡Tú y tu Fuente
sois uno y lo mismo! No eres ese cuerpo y sus logros.
Eres el observador Fíjate en todo y agradece las capacidades que te han sido
concedidas, la motivación para lograr cosas y las cosas que has acumulado, pero
atribúyele todo el merito a la fuerza de la intención que te dio la existencia y de la
que formas parte materializada. Cuanto menos necesites atribuirte el merito de tus
logros mas conectado estarás con las siete caras de la intención, mas libre serás
de conseguir cosas, que te surgirán con mas frecuencia. Cuando te apegas a esos
logros y crees que lo estas consiguiendo tu solo es cuando abandonas la paz y la
gratitud de tu Fuente.
7. Libérate de tu fama.
La fama que tienes no esta localizada en ti, sino en la mente de los demás y, por
consiguiente, no ejerces ningún control sobre ella. Si hablas con treinta personas,
tendrás treinta famas distintas. Conectarse a la intención significa escuchar los
dictados de tu corazón y actuar basándote en lo que tu voz interior te dice que es tu
meta aquí. Si te preocupas demasiado por como te van a percibir los demás, te
habrás desconectado de la intención y permitido que te guíen las opiniones de los
demás. Así funciona el ego. Es una ilusión que se alza entre ti y la Fuerza de la
intención.
No hay nada que no puedas hacer, a menos que te desconectes de la fuerza y te
convenzas de que tu meta consiste en demostrarles a los demás tu superioridad y
autoridad y dediques tu energía a intentar ganar una fama extraordinaria entre el
ego de los demás. Haz lo que haces según la orientación de tu voz interior,
siempre conectada con tu Fuente y agradecida a ella.Manten tu propósito,
deslígate de los resultados y acepta la responsabilidad de lo que reside en ti: tu
carácter. Deja que otros discutan sobre tu fama; no tiene nada que ver contigo.
O como dice el titulo de un libro:
Lo que pienses de mi no es asunto mío