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ANEXO 1 Proyecto Comunitario

Tipos de proyectos comunitarios:

Si ponemos en un buscador de Internet las palabras “Proyecto Comunitario” podemos encontrar


lo siguiente:

• Proyecto Comunitario de la Nasa


• Proyecto Comunitario laboral
• Proyecto Comunitario Pedagógico
• Proyecto Comunitario Rural e Integral.
• Proyecto Comunitario de Ciudades.
• Proyecto Comunitario de Gerencia ambiental
• Proyecto Comunitario de Electricidad
• Proyecto Comunitario de Energía y Petroleo
• Proyecto Comunitario de Los profesionales de la Educación.
• ……

Hay muchos tipos de Proyectos, la sociedad actual cada vez hace más visible la necesidad de
trabajo en Equipo, de consensuar opiniones, ideas y proyectos concretos… Este tipo de
proyectos van enfocados al desarrollo de actividades, de conseguir un fin común a través de la
ejecución de unos medios que, en su mayoría desembocan en la “productividad y competitividad
del mercado”.

Nuestro Proyecto Comunitario no tiene nada que ver con esto. Nuestro Proyecto parte de Dios,
se filtra por el paso de Dios en nuestras vidas, en la vida de nuestra comunidad, de nuestra
Provincia, Congregación y desemboca en la evangelización y en el seguimiento de Jesús de una
forma clara y sencilla.

Introducción a Nuestro Proyecto Comunitario

Nadie sigue a Jesús privadamente. Sus seguidores están invitados a incorporarse a su


comunidad, la de aquellos que oyen la palabra de Dios y la cumplen (Lc.8:21). Es de notar que
en Evangelio de Marcos la palabra discípulos están siempre en plural, nunca en singular.

En torno a Jesús encontramos círculos comunitarios concéntricos. En efecto, es así fácil


distinguir:
Los íntimos, Pedro, Santiago y Juan;
Los Doce, que han comido y bebido con El (Hech.10:40);
Las mujeres que lo acompañaban junto con los Doce (Lc.8:1-2);
El grupo de los Setenta y dos (Lc.10:1),
Y masas de Discípulos y seguidores esporádicos y permanentes.

Es fácil detectar algunas características que identifican a esta comunidad en seguimiento.


Ante todo, hemos de decir que la presencia cercana de Jesús es condición esencial y
constitutiva de la comunidad:
“Llamó a doce para que estuvieran con El…” (Mc.3:13-14).

Y, a lo largo de los siglos, el Señor nos repite:


“Separados de Mi no podéis hacer nada” (Jn.15:15).
¿De dónde partimos?

Partimos de una realidad conocida, para unas más, para otras menos, y, desde esa realidad,
desde esas personas concretas que son nuestros hermanos hoy en esta comunidad, el mundo
nos llama a ofrecer nuestra caridad, comprensión, cercanía, ilusión, tiempo, dedicación,
serenidad, silencio, denuncia,… se hace urgente anunciar desde la vida la Palabra de Jesús,
desde los hechos reales, desde nuestras actitudes…

¿Qué metas nos ayudan?

1º. Una comunidad dialogante. Normalmente reconocemos que hay buen ambiente, pero nos
falta calidad en la comunicación. Pocas veces explicitamos nuestro corazón. Pocas veces nos
dedicamos a escuchar, acoger. Si no nos cuidamos y dialogamos, difícilmente llegaremos a ser
una comunidad dialogante. Respiramos a nuestro alrededor ambiente crispantes, sin capacidad
de escucha, poco dialogantes… Que nuestra “marca” no sea el aislamiento.

2º. Comunidad acogedora hacia dentro y hacia fuera. Comunidad de acogida donde nos
podamos sentir cercanos. ¿Me siento cercana a mis hermanos? Un joven que viniera a nuestra
comunidad ¿qué diría?, ¿se sentiría animado? Sólo podemos experimentar la acogida cuando
somos acogedores. El ser acogido sin ser juzgado de antemano es un gran deseo del ser
humano. Si queremos ser acogidos seamos acogedores.

3º. Comunión-Solidaridad. Una comunidad solidaria es una comunidad que actúa siendo una
sola cosa. Que sintamos como propios los trabajos, alegría, preocupaciones de los otros.
Comunidad que comparte sentido y sabor. Comunidad solidaria es la comunidad que escucha
los gritos de los pobres, de las familias, de las injusticias… que las alegrías, dolores,
preocupaciones de los demás nos lleguen y no sólo por la Tv sino sabiéndonos solidarizar con
alguna causa. Revitalizar el voluntariado. Experimentar la solidaridad es una riqueza.

4º. Comunidad de discernimiento como reflexión común, deliberación, participación,


discernimientos apostólicos. No sabemos hacerlo, estamos instalados en modos de hacer que
no revisamos. Vivimos en sociedades abiertas que constantemente están deliberando,
revisando sus modos de hacer.

5º. Abierta al futuro. A veces, vivimos vueltos al pasado que paraliza, que genera pesimismo.
Los tiempos, las circunstancias cambian. Tenemos que abrirnos a estructuras más abiertas.
Muchas veces desconfiamos del futuro. Hay que preparar el futuro, no basta con administrar la
penuria. Nos resulta difícil vivir con expectativas de futuro. Cuando una sociedad pierde sus
expectativas, se desanima, pierde el sentido. Una comunidad de fe vive la garantía de lo que
esperamos. Esperamos la novedad. Cuando nos cerramos, estamos fuera de la esperanza.

¿Cómo podemos vivir en comunidad?

• Ante todo sabiendo que vivir en comunidad es una Gracia de Dios.


• Desde la fraternidad.
• Construyendo desde el diálogo sincero.
• Dando y recibiendo el perdón.
• Compartiendo penas y alegrías en lo cotidiano.
• Atendiendo las necesidades de cada una.
• En la aceptación y ayuda mutua impulsadas por la caridad.
• Honrando unas en las otras a Dios.
• Viviéndonos como Templos de Dios.

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