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[Escriba aqui) de esta ultima estancia era don Pedro Julio San Martin quien con el acompafiamiento de Pedro Mendafia de Junin de los Andes y otros estancieros intercedieron ante las autoridades del Territorio Nacional para que se construyera un camino uniendo la Balsa de Pilo Lil con “La Atalaya” y se mejorara el tramo hasta “El Tropezon” y Junin de los Andes. Como referencia digamos que en “El Tropezén” debe su nombre a un negocio de ramos generales de don Brave (padre de Martin Brave, aflos mas tarde directivo del Banco del Neuguén). Gracias a esas influyentes gestiones se logré que el Ejercito con la participacién de soldados de! RIM 26 y del 181 de Ingenieros realizaran a “pico y pala” una senda que permitid el transito de vehiculos de pequefo porte. Cuatro arios tardaron en abrir la senda. Este fue el primer camino que unié Junin de los Andes con Pilo Lil (el germen de la ruta provincial 23), quien primero lo transité fue el Jefe del Regimiento de Infanteria de Montafia 26, corria el afio 1946. El primer auto particular en llegar a Pilo Lil fue el de un tal Juan Calil, también en 1946. Este camino actualmente constituye uno de los tramos de la bellisima Ruta Provincial 23. Luego de abierta la senda por el Ejército, el mantenimiento se realizaba con los. poquisimos vehiculos que la transitaban que invariablemente llevaban entre sus herramientas pala, pico y barreta. El interés propio de estancieros y comerciantes ayudaba al mantenimiento en los lugares mas criticos; esos estancieros y comerciantes eran: Labadie, Bertil Graham, Biorkman, Pedro San Martin, Guillermo Lara y Doroteo Prieto. Finalmente y gracias a la intermediacién fundamental de don Pedro San Martin (luego Gobernador del Territorio) se logré que Vialidad Nacional se hiciera cargo del camino. El Sobrestante de Vialidad de la época fue el sefior Enrique Etchecopar quien puso especial empefio en mejorar y mantener la senda que fue convirtiéndose en camino LA SEGUNDA BALSA (De Vialidad Nacional) Con el apoyo técnico de don Enrique Etchecopar y la buena gestién de Pedro San Martin y Pedro Mendaria (ambos llegaron a gobernar despues el entonces Territorio del Neuquén), se logré que Vialidad Nacional destinara una balsa usada para instalarla en la maroma aun existente de aquella primera construida por don Enrique Prieto “El Kaiser’. Esta segunda balsa se trajo rio abajo desde Rahue y alli se instalé un puente. El tamafio de esta balsa era notablemente mayor que su antecesora y sus laterales curvos como en un paréntesis abierto encerraban el casco y el piso; poseia barandas y toleraba sin dificultad el peso de uno de aquellos viejisimos camioncitos, de un carro con bueyes 0 a varios caballos y sus jinetes. Siendo necesario designar personal para la atencién de la balsa y resultando oneroso trasladarlo desde otro lugar, Doroteo Prieto le recomendé a Etchecopar como postulantes al empleo a su primo Hernan Prieto (el "pelao") y al hijo mayor de éste: Segundo Hernan. A aquella balsa se la repard y mantuvo con bastante empefio hasta marzo 0 abril de 1955, cuando se torné definitivamente inservible. Quedé Unicamente en servicio el bote de Vialidad, por ello Doroteo Prieto mandé construir otro bote, mas grande, de cuatro remos para trasladar mercaderia a y desde su comercio de una banda a la otra del rio. Personalmente aquel bote forma parte de mi nifiez pues con é! aprendi a remar. 60 [Escriba aqui] LA TERCERA Y ULTIMA BALSA (De Vialidad Nacional / Provincial) Consciente de la necesidad, Vialidad Nacional decidié construir otra balsa mas. moderna; esta fue realizada “in situ” por un carpintero suizo llamado Luis Bagnaud. La construccién duré varios meses desde el otofio de 1955 hasta fines de diciembre de ese mismo afio. JUUO DE 1957 - Lo Nuevo Bolsa amarrada al muelle sobre fo morgen izquierda del rio. Qe lza.a Der: Arangue (gendarme); Segundo H. Prieto ( con pafuela blanco al cuella - balsero); Comilo Gaetan (gendarme); Ing. Estanislao DiAlog; Doroteo Prieto (con saco de cuero); Adolfo Rodriguez y Ceres (gendarme). Su disefio ya no fue curvo en sus laterales sino recto y sus barandas més elaboradas y fuertes; se le incorporé un “importante torno” ademés del ‘pasamanos’; con aquel torno se maniobraban simultaneamente ambos aparejos para la inclinacién de la balsa. La Nueva Baka cruzando hacia la margen derecha del fo. En ef apogeo desu vida ul verano de 1964, A\ dejar de existir el Territorio Nacional por la ley de provincializacion se 61 {€scriba aqui) transfirieron las jurisdicciones de Vialidad Nacional a Provincial quedando la balsa de Pilo Lil dependiendo de ésta ultima La Balsa en su ditima etapa transportando una “Estanciera” hacia la banda derecha del rio. Obsérvense al ple de la fotografia los troncos caidas por el desmonte hecho en mi casa para el camino de acceso al Puente. LOS BALSEROS DE PILO LIL Aqui me refiero a los que conducian la balsa de una banda @ la otra del rio, no a los “jangaderos" que arreaban rollizos de madera corriente abajo. Si hubiera que hacer una némina de estos balseros de Pilo Lil, la misma quedaria integrada sin duda por los “prehistoricos" o privados: don Carrasco, Sixto Godoy y Quilodrén y los “historicos” o estatales: don Heman Prieto ("Pelao"), don Segundo Hernan Prieto, don Onofre Castillo, don Leonidas Prieto, don Ismael Prieto ("Malito"), don Eduardo Prieto (e! "negro"), don Horacio Ferrada (el “mediomenso), don Gerardo Prieto, don José Ferrada (f), don Casanova (‘el Champio") y como éste citimo alguno de breve permanencia. Los primeros balseros, a los que mal llamamos “prehistoricos” fueron privados; los siguientes a los que denominamos “histéricos’, por una cuestién de época comenzaron siendo de Vialidad Nacional y luego fueron transferidos a la Direccién Provincial de Vialidad del Neuquén. EL CAMINO A RAHUE Ya mas 0 menos expedita la comunicacién vehicular con Junin de los Andes se hacia necesario hacer lo propio hacia Aluminé. Por supuesto, y como siempre, todo emprendimiento piblico es empujado por intereses particulares; el tramo del camino Pilo Lil a Rahue no fue la excepcién. A don Alejandro Hiriart propietario de las estancias “La Rinconada’, “Palitué” y “kilka’ le resultaba sumamente necesario comunicar a éstas dos iltimas entre si. 62 (Eseriba aqui] “Quebradero” en la confluendia de los rios Nahuel Mapi y Aluminé vistos desde el “Corte Cajén'” del nuevo camino Pilo Lil ~ Rahue. Para lograr este objetivo comenzé a buscar el apoyo de vecinos y amigos: don Doroteo Prieto, don Teodoro Camino, Adem (en “La Medialuna”), don Antonio Herrera, Parra (en “Quillén’) y con la ayuda de ellos mandé una cuadrilla de seis o siete peones chilenos quienes a “pico y pala” mejoraron la huella de carros, entre la balsa de Pilo Lil y el puente de Rahue. Si bien aquel intento no fructificd en la tan ansiada *huella de auto" si permitié el paso del antiquo jeep Willis que don Alejandro tenia altemadamente en “Kilka” 0 en “Palitué”. Por aquel primigenio y riesgoso camino el Unico que se atrevié a circular fue el mismisimo don Alejandro Hiriart en persona, quien en reiteradas ocasiones llevé como acompajiante a su amigo Doroteo Prieto hasta o desde “kilca’, La huella si bien habia sido mejorada tenia tramos sumamente riesgosos por la conformacién del terreno. Don Alejandro ademas de hombre adinerado lo era también de importantes relaciones a las que posiblemente recurrid. Otros vecinos encabezados por Doroteo Prieto, Marciano Prieto, Adem, juntaron firmas e hicieron notas a cuanta autoridad pudieron, en ellas solicitaban y fundamentaban la necesidad del camino Pilo Lil Rahue. ‘Afios después (aprox. 1959/60) el Estado Provincial licité la obra y a través de la Empresa Constructora “Red Caminera S.A.” construyé el tramo, y hoy el conjunto es la hermosa Ruta Provincial 23 Aquella obra requirié importantes movimientos de tierra, voladuras de rocas, construccién de puentes y alcantarillas; para ello trajo consigo un notable numero de obreros y contratd ademas otros en la zona. Este movimiento humano generé en el pago, tanto en Rahue como en Pilo Lil una revitalizante oxigenacién econémica que afios mas tarde seria vista casi como una quimera Ya con el camino utilizable entre Junin de los Andes y Aluminé, el paso de vehiculos comenzo a ser mas frecuente, Pilo Lil perdia casi totalmente su aislamiento; quedaba solamente el simpatico pero incémodo escollo de la balsa cuya confiabilidad iba decayendo con el uso cada vez mas intensivo. La exclusividad del comercio dejé de pertenecer a los boliches locales, la popularizacién de los vehiculos (estancieras, furgones y camionetas) y el buen estado de los caminos fomenté la aparicion de los moderns mercachifles 0 “buscavidas’. 63 [escriba aqui] “Correntada de Segundo Prieto”; vista panorémica de la arboleda de Don Doroteo Prieto Coincidié esta época con la divulgacién de la radio a transistores y con ella la gente lentamente fue conecténdose culturalmente con el mundo; primero fueron Gnicamente emisoras chilenas las que se escuchaban; luego se potenciaron algunas argentinas como las AM de Neuquén, Bariloche y alguna de Mendoza, hasta que se instalé LRA 17 una filial de Radio Nacional en Zapala. Con esta, Ultima sobre todo, decay muchisimo el aislamiento para bien de los pobladores ya que especialmente la cotizacién de los productos de la tierra: cueros, cerdas, lana, plumas, etc. comenz6 a ser divulgado radialmente. Esta modemizacién provoco cierta retraccién en los comercios locales que de ramos generales, lentamente comenzaron a mutar en modernas pulperias, bares de campo o simplemente “boliches”. Desaparecieron por supuesto las tropas de carretas y las de mulas; al haber caminos todo el transporte de mercaderias se hacia por camionetas o eventualmente por camiones. El caballo y los bueyes quedaron relegados Unicamente a las labores muy domésticas y locales. EI famoso aislamiento habia quedado reducido y concentado unicamente al razonable horario de la balsa. La necesidad de cruzar el rio a cualquier hora y en cualquier época comenzé a hacerse carne en todos los vecinos y usuarios de la balsa. Distintos personajes de relative peso social insistieron ante las autoridades viales o gubernamentales del momento. En Pilo Lil, especificamente Doroteo Prieto publicé la necesidad en cartas de lectores de La Prensa y La Nacién, recolect6 firmas de vecinos y envié notas al gobierno provincial y a las autoridades de Vialidad Provincial, con asiento en San Martin de los Andes y Zapala. Ademds aprovechando su buena relacion personal con Alfredo Asmar (2° gobernador provincial - 1958) y luego con don Elias Sapag (afios después senador nacional) les solicité fervorosamente su apoyo para la construccién de un puente, Finalmente en 1968 la Provincia informé oficialmente el llamado a licitacién para a construccién de un puente sobre el rio Aluminé en el paraje Pilo Lil. POR FIN EL PUENTE [Escriba aqui] 1971 ~ Avanzado estado de las obras del Puente Tanto en la época de Vialidad Nacional como en la de Vialidad Provincial se efectuaron varios estudios previos para la instalacién del puente. El primer estudio fue hecho al poco tiempo de haberse concluido el camino a Junin. Aproximadamente en 1950 Enrique Cardenas lo realiz6 ubicandolo exactamente en el limite del campo de Doroteo Prieto y de Adolfo Rodriguez, en la margen izquierda del rio. Alli se le llamé al lugar durante muchos afios: “El Pozo de Cardenas”. El segundo estudio en 1955/56 lo realiz6 el ingeniero italiano Estanislao D'Aloe quien ademés de la ubicacién de! puente efectué un replanteo previo del camino Pilo Lil - Rahue. Este estudio ubicaba al futuro puente casi frente al ya derruido Puesto de Gendarmeria Nacional. Los peones del ingeniero D'Aloe fueron Benigno Castillo y su primo Onofre Castillo, este tltimo luego cufiado mio. El definitivo estudio fue realizado en 1968 previo a la construccién del puente y en 41 se lo ubicé en el limite Este del campo de Doroteo Prieto colindando con el de Araneda. La Empresa constructora que gané la licitacién fue Contegrand y Alfonso. La obra comenzé efectivamente en el verano de 1969. La cara visible de la Empresa era su emblematico Capataz General don Demetrio Hirak. El ingeniero cuyo nombre no recuerdo, era chileno y por ello don Demetrio lo llamaba “el Ingeniero Colo Colo”. El inspector de obra no integraba la plantila estable de Vialdad Provincial sino que fue expresamente contratado para esa obra, su apellido era Lechini. Los Subcontratistas de Obra més destacados fueron Orlando Migoni en alambrados, “obras de arte” (alcantarillados y hormigonados) y Merlo en movimiento de tierras; el maquinista de éste fue Aguilar, luego novio de una muchacha del lugar. Recuerdo atin al “Oficial Dinamitero” de apellido Gonzalez; al Oficial Soldador: Moreira; al Oficial Mecdnico: Saito; al Carpintero: Navarrete, luego esposo de Rosita Guifiez. La desocupacién entre los jovenes habia comenzado a insinuarse, por eso las 65 (Escriba aqui] tareas menores de la obra encontraron en esa banda social su cobertura. Los muchachos y hombres jévenes tradicionalmente peones cambiaron de rétulo pero no de nivel, ahora pasaron a ser “ayudantes’, La paga era tentadora y una especie de euforia se instalé en el pago zquién no quiso trabajar o trabajé al menos un par de dias en la obra del puente? Por nombrar algunos: Gerardo Prieto, Marcelino Infante, Luis Araneda, Ambrosio Jara, Ignacio Huenufil, David Prieto, Avelino Infante, Normando Prieto, Antonio Figueroa, Didgenes Torres, Luciano Huenufil, Ruperto Alfaro, Audén Rodriguez, Segundo Aguilera, Avelino Huenufil, Dionisio Prieto, Maximo Jara, Alejandro Gonzélez, Carlos Rivera, Antonio Troncoso, Herminio Diaz, Segundo Sanchez, Francisco Prieto, Abel Moscoso, Rail Prieto, Segundo Valdebenito, Alfredo Rivera, Ceferino Huenuquir, Roberto Antiman, etc. La Gamela estuvo a cargo de “Beto" Cofré, su sefiora Victorina, su hija “Coika" y sus otras hijas cuyos nombres no recuerdo; todos de Junin de los Andes. Como anécdota de color es inevitable mencionar el fenomenal equivoco en la fundacién del puente sobre la margen derecha del rio. Ocurrié que estando ya perfectamente amojonada la obra, se la comenzé de ambos lados del rio. Se iniciaron las primeras importantes excavaciones sobre la margen izquierda e inmediatamente se hizo lo propio del otro lado, pero ocurrié que al despejar el terreno el ayudante del topadorista cambié de lugar el mojén correspondiente al primer pilar sobre la margen derecha. El topadorista no supo de este minimo episodio y el ayudante simplemente lo olvidé por considerarlo intrascendente; la cuestién es que se inicié la excavacién, se hormigoné la fundacién y luego se continué con el pilar siguiente hacia el cauce de rio. Y cuando estaba ya muy avanzada la obra, alguien advirtié el grave error, pero ya era tarde; por eso es que el puente no tiene todos sus tramos iguales y el ingreso a él desde la maraen derecha de rio quedé con un angulo incmodo. ‘Adi6s al aislamiento, El Puente est terminado, Tanta era la ansiedad y la necesidad que antes de concluirse la obra y faltandole detalles de terminacion, comenzé a utilizarse el puente. Con ello automaticamente la querida y 66 {Escriba aqui) emblematica balsa cay6 en desuso. Sus balseros estuvieron poco tiempo mas y fueron destinados a San Martin de los Andes, Quedé excepcionalmente como “caminero” y hasta su jubilacién mi tio don Segundo Hernan Prieto. Las obras del puente concluyeron en 1971 pero algunas complementarias menores recién a comienzos de 1972. La inauguracién formal fue presidida por el Gobernador Provincial Don Felipe Sapag y numerosa comitiva de ministros y funcionarios. LOS PIRQUINEROS DEL ALUMINE Las arenas auriferas del Aluminé desde siempre subyugaron a quienes mas que ver al oro, lo intuiamos; de vez en cuando alguna pizca minima nos quifiaba el ojo desde la limpidez de! agua La primera inmigracién huinca que vino a Pilo Lil para quedarse procedia de Chile, tierra de minerales; seguramente el parco conocimiento de extraccién traido desde alla incentivé la actividad. La zona aurifera de Pilo Lil, era La Medialuna a ambos lados del Aluminé. Nunca se hicieron importantes excavaciones ni se detecté una veta, como en otros lugares, pero si cierta acumulacién entusiasmadora en las arenas del rio, a esa acumulacion se la llamaba “manto aurifero’. La busqueda y recoleccion eran sumamente artesanales, sacrificadas y no muy alentadoras; no obstante hubo quienes se abocaron a la tarea, y alguno minimamente ‘obtuvo alguna gratificacién. EI método fue el universal del plato de madera, céncavo y quemado por dentro; en él se colocaba una palada de tierra y arena, luego se lo “chayaba’, es decir se lo agitaba circularmente mientras se le iba agregando agua para “lavar" el material, de esta manera se lograba que los elementos mas finos y pesados (generalmente hierro molido y ro) quedasen depositados en el fondo del plato. La leve aspereza de la fibra de la madera ayudaba a la retencién de las pequefias particulas y el fondo negro de la madera ‘quemada hacia resaltar las chispas de oro capturadas. El producto recolectado (hierro y oro) luego de secado se volcaba sobre alguna superficie limpia y plana, generalmente la parte interna de un cuero limpio, de un trozo de hule o una hoja de diario o revista. Se envolvia con papel un iman y paséndolo sobre el material acumulado se le retiraba todo el hierro molido (le decian “fierrillo"); de esta manera quedaban unicamente las particulas de oro con align mineral o algun drido inmune al iman. A continuacién se mezciaba el oro con mercurio (también llamado azogue) produciéndose asi una amalgama que omitia cualquier otro mineral o arido que contaminara la pureza del precioso metal. Finalmente en un recipiente de hierro 0 barro se calentaba la amalgama obtenida hasta que el mercurio se evaporara quedando Unicamente el oro que iba siendo acumulado en un frasco Habia otro método levemente menos artesanal pero que requeria disponer de un minimo desnivel en la zona aurifera. Sobre una tabla se clavaban dos listones, uno en cada borde formando una canoa, a ésta se la ubicaba en un leve declive para que circulase el agua por sobre ella, En el piso 0 sea sobre la tabla mas ancha se adherian sucesivamente varios trozos de metal desplegado sobresaliendo como lengiietas; luego 67 (Escriba aqui] varios trozos de cuero esquilado de chivo con el pelo inclinado hacia el inicio de la canoa (contra corriente). Se hacia circular el agua por la pendiente de la canoa y con mucho Cuidado al inicio de la misma se volcaba la arena aurifera; los materiales més gruesos quedaban depositados en los coladores de metal desplegado, el agua arrastraba la arena més fina y por una simple cuestion de peso los minerales pesados oro y “fierrillo” eran retenidos por los pelos de los trozos de cuero. Cada tanto se retiraban los cueritos y se limpiaban los “coladores” de metal desplegado. Los cueritos con hierro y oro se dejaban secar al sol y posteriormente se los sacudia para extraerles el material y a posteriori se procedia como con el método del “chayado’ a plato, es decir se quitaba el hierro con un iman y luego se hacia la amalgama con mercurio y se calentaba ésta hasta dejar limpio el oro. El oro obtenido en La Medialuna era de 24 quilates. En la pagina 42 al mencionar a don Juan Ariegada hemos dicho que él, a pocos metros de su casa lavaba oro con el método de las canoas y lo hacia desviando una pequefia acequia desde una vertiente y arrastrando asi la tierra y arena auriferas de una barranca que al ser erosionada fue descubriendo un cementerio indigena. Como los sepulcros no eran agredidos con herramienta alguna, los elementos que los acompariaban (pertenencias personales y objetos ceremoniales) quedaban perfectamente visibles en el paredén y asi fue como logré desenterrar varios jarrones, “chuicos”, hachas de pedernal, un “toki cura’, pipas de ceramica y de piedra, puntas de lanza, de flecha, dos hojas de cuchillos muy corroidos de indudable factura espafiola y curiosamente un crisol con restos de oro adheridos al fondo. (Una de aquellas hojas detentaba casi en su lomo diez 0 doce incrustaciones en cobre con forma de estrellas.) Este crisol simulaba ser una especie de cucharén de greda. Ante la rareza del hallazgo, don Juan extrajo el resto de oro fundido y lo llevo a Aluminé donde se lo compraron y supusieron que se trataba de una pepa gigante. Debido al manipuleo para sacar el oro, al crisol se le rompié el mango; la parte de la cubeta le fue vendida por don Juan a mi padre juntamente con las hojas de cuchillo halladas. Mi padre los incorporé a su coleccién arqueclégica. Este episodio, divulgado desde Aluming, parece que fue el detonante para que se creyera que en La Medialuna habia oro en pepitas, pero también en pepas muy grandes, raz6n por la cual al poco tiempo aparecieron “buscadores” ya mas experimentados. El hecho de hallarse un crisol con restos de oro en una tumba indigena nos hace elaborar apresuradas teorias al respecto. No nos olvidemos que la busqueda de Elelin 0 Ciudad de los Césares habia sido una obsesién para los espafioles alld por el siglo XVII y que las primeras incursiones de ellos en territorio neuquino fueron en ese siglo. (Todo esto relacionando lo del crisol y los cuchillos de factura espafola hallados en el mismo cementerio.) Tampoco olvidemos que la civilizacién diaguita y especialmente la inca poseian avanzadas técnicas en el manejo del oro y su arribo a estas latitudes ha quedado suficientemente demostrado especialmente en muestras de ceramica y arte rupestre. En cuanto a los nombres que alin recuerdo de aquellos sacrificados “pi 0 “lavadores de oro" de La Medialuna, sin duda se destacan: Mardoqueo Cheuquel (de él conservo una foto), don Manuelito Prieto, Amado ("Lenco") Prieto, el chileno Sotelo (no recuerdo su nombre de pila), Justino Sandoval, un chileno de malos antecedentes y peor 68 [Escriba aqui) comportamiento, de quien quedé un nefasto recuerdo, don Juan Arriegada y su hijo Luis (‘Chito”), don Octavio Ramirez e hijos. Con aquella *pepa” que Arriegada encontrara adherida al crisol se generd una “mini fiebre del oro en La Medialuna”, como dijimos, posiblemente inducida por quien la comprd. Araiz de este episodio aparecieron buscadores mas tecnificados, éstos fueron un tal Rigoni, de Zapala y su socio un tal Blayer que decia tener experiencia minera en Bolivia y Colombia. A estos personajes los acompariaba un pirquinero chileno de apellido Araya y dos 0 tres peones, todos chilenos. Don Araya tenia mutilados los pies por un accidente de congelamiento, recuerdo que asomaban por debajo de sus pantalones las prétesis de madera por lo que se movilizaba con la ayuda de muletas. Aquel emprendimiento minero si bien tuvo un interesante grado de inversién en alguna pequefia maquinaria, en herramientas, explosivos y personal, no prosperd: recordemos también que en esa época no existia camino para automotores y todo el movimiento de materiales y herramientas debid hacerse en cargueros “enchigtiados’, desde la balsa de Pilo Lil Esta “mini fiebre del oro en La Medialuna” se extendié por poco tiempo, quiza apenas durante el inicio de la década del 50 pues cuando Blayer, Rigoni, Araya y sus ayudantes comprobaron la baja productividad, levantaron campamento y abandonaron todo intento. En cuanto a los “pirquineros' locales, lentamente se fueron desalentando por el bajo rinde econdmico de la actividad y el alto grado de insalubridad y esfuerzo; “chayando’ intensamente apenas podia alcanzarse y rara vez superarse e| gramo de oro por jomada (Recuerdo la ingenua curiosidad de mis seis afios pendiente de los movimientos de don Araya, especialmente cuando arrimaba su caballo a una pequefia barranca para montarlo.) LOS JANGADEROS (“BALSEROS”) Hubo una época en que nuestros rios aun no habian sido interrumpidos por diques y muy rara vez atravesados por puentes, en esa época podia uno irse en bote rio abajo y sin desembarcar desde la mismisima cordillera hasta el Océano Atlantico. Esa libertad fluvial terminé con la construccién de El Chocén y todos los demas embalses que lo sucedieron. En la segunda mitad de la década del 40 y primera mitad de la del 50 en toda la zona boscosa se extendié como exhalacién el deseo de explotar la abundante riqueza forestal. Ya muy anteriormente en San Martin de los Andes y adyacencias, Hua-Hum, Quechuquina, Trompul, Lago Hermoso, Las Taguas, Chachin, etc. la industria maderera habia iniciado una depredacién que, afortunadamente Parques Nacionales detuvo. Pero quedaron bosques, fuera del area controlada, que tiempo después pasaron a la Direccién de Bosques Provinciales y también fueron cuidados. Estos bosques periféricos o distantes de San Martin de los Andes poseian maderas sumamente valoradas como: rauli, coihue, lenga, roble pellin y pehuén. Se las comenzé a talar en las proximidades de los cursos de agua, para aprovechar a éstos como via de transporte. Es asi como se “sacaban" rollizos de la zona de los lagos Quillén, Aluminé, Moquehue, etc. y luego aprovechando la corriente de los arroyos se los “arreaba” en forma individual luego de haberios marcado y 69 [Escriba aqui) numerado con pintura 0 bleke. Estos arreos en muchos casos, al comienzo de la actividad, llegaban incluso hasta el destino final, generalmente Neuquén Como el sistema adolecia de evidentes inconvenientes por el diffcil control de las unidades dispersas se fue optando por unirlos en balsas o jangadas. Para ello se los “acanchaba” 0 sea acumulaba en la playa de algun lago o rio y alli se armaban las balsas © jangadas. Adiferencia de las emblematicas jangadas de! Parand, las cordilleranas eran de mucho menor tamafio debido a la sinuosidad y belicosidad de los rios abundantes en répidos, correntadas, curvas, contra curvas y a menudo cerros a pique. La “balsa” o “jangada” se armaba atando entre si varios rollizos de largo similar, uno junto a otro formando una “tirada"; podia ocurrir que tras ésta se le adosase otra “tirada”, quedando en ese caso un “balsa de dos tiras’. Para darle cierta maniobrabilidad se colocaba en cada esquina un tolete con un remo de gran tamajio. Si la “balsa” era simple con un remo en cada extremo aleanzaba. En el centro de la balsa, sobre un arnés de madera, se colocaban los elementos de acampe y abrigo para los tripulantes, que rara vez superaban los cinco por cada embarcacion El trabajo era sumamente riesgoso por la permanente exposicién a la intemperie y al agua, por lo resbaladizo de los troncos y por la inestabilidad de la navegacién debido a la sinuosidad del cauce y a los caprichos de una corriente llena de variantes impredecibles en cada uno de los rapidos y correntadas Para el movimiento de maderas con esta modalidad se esperaba la época de primavera por el aumento de los caudales de agua en los rios y arroyos debido al deshielo. La madera se transportaba en aquellas mitolégicas “balsas” desde Quillén Aluminé (en nuestro caso) hasta los aserraderos instalados en la ciudad de Neuquén. Para los que éramos nifios, la “pasada de las balsas” se convertia en todo un espectaculo. Ello ocurria Gnicamente una vez al afio y no todos los afios. Los contratistas o encargados de este trabajo fueron Don José Alvarez, Don Luis Losso y el hijo de éste don Benny Losso. Estos ultimos de origen italiano y veteranos uno de la Primera y el otro de la Segunda Guerra Mundial. Los “balseros” eran contratados generalmente en Aluminé, Rahue 0 Quillén; pero en Pilo Lil también tuvimos los nuestros como ser: Elias Sepulveda, Fortunato Gutiérrez, Domingo Murioz, Marcos Parra, Luis Figueroa, David Sepulveda, el chileno Cifuentes y algiin otro que no recuerdo; fueron verdaderos jineles del rio y de las peripecias del frio, de la intemperie y del sacrificio... Alla por 1952/53, en una correntada préxima a San Ignacio perdié la vida uno de aquellos sacrificados “balseros", creo que era de Aluminé. LOS ESQUILADORES La tarea de la esquila (zafra de la lana) es vastamente conocida por lo que creo innecesario ahondar mayormente en sus detalles. Aclaremos que originaimente y durante muchos afios se esquilaban unicamente los lanares, con el avance de los tiempos, el pelo y la lana de cabra (especialmente la 70 (Escriba aqui] “angora) adquirieron singular valor por lo que también comenzé a esquilarselos En Pilo Lil la zafra de la lana de oveja se realizaba generalmente en diciembre, como tarea previa al arreo hacia la veranada. En cambio la zafra de lana caprina se realizaba apenas terminaban los frios invernales es decir cuando “se aflojaba" y se iniciaba el “pelechado” por el cambio de estacién. No existian en Pilo Lil grandes productores laneros, todos éramos crianceros que no excediamos de las setecientas cabezas de lanares y otras tantas de cabras. La mayoria oscilaba entre las sesenta y las trescientas cabezas, por lo que todas las tareas camperas, incluida la esquila, las realizaban el propietario y su familia. El método comin de esquila era “a tijera”, recién a comienzos de la década de 1970 Marciano Prieto y mi padre pudieron acceder a una esquiladora mecanica de seis manijas financiada por don Andrés de Larminat (de la estancia “Cerro de los Pinos’). Aquellos cuyo capital excedia el promedio, contrataban peones esquiladores, que a veces eran grupos de cuatro 0 seis personas pero nunca llegaban a ser tan numerosas ni especializadas como las conocidas “comparsas” de mas al sur en Rio Negro, Chubut o Santa Cruz. Aquellos grupisculos pretendian tener cierta jerarquia y para ello se nucleaban en torno a un lider o jefe que generalmente era el de mayor edad y habilidad como esquitador. Se componian de los esquiladores propiamente dichos (cuatro, cinco o seis), un agarrador, un playero, un envellonador, dos prenseros, un curandero y un cocinero, El pago se pactaba por tanto (por “lata") con los esquiladores y por dia con cada uno de los demas. En los raros casos de esquila a maquina (1970/72) ademas del personal nombrado debia agregarse un "mecanico” que era el alma mater en esta modalidad. La tarea era supervisada por el propietario de la majada o por quien lo representase quien a su vez oficiaba de “latero” es decir le entregaba un vale o “lata” al esquilador por cada animal esquilado. El término “lata” quedé en la jerga campesina Porque originalmente (en las grandes estancias del Sur, generalmente de ingleses 0 alemanes) estos vales eran de lata, con el logo 0 la marca de la estancia impresa El “curandero” generalmente era un nifio quien munido de un tarrito con ceniza, colocaba una pizca de ésta en cada herida provocada por la tijera. Habia quienes en vez de ceniza “curaban’ con alguin fluido desinfectante. Normaimente los vellones se acomodaban en grandes bultos envueltos con arpillera y atados por sus cuatro puntas, eran los “lienzos" de lana. Cuando la zafra tenia cierto volumen, el criancero “enfardaba’, claro para ello era necesario tener la enfardadora (herramienta muy poco comtin). De aquellos esquiladores a tijera, atin recuerdo a Antonio Callunao, Francisco Tripailaf, Ignacio Huenufil, Luciano Huenufil, Antonio Huenufil, Aurelio Tripailaf, Lorenzo Valdebenito, Avelino Huenufil, Ceferino Huenuquir y Lorenzo Antiman. De los esquiladores “amanija": Adrian Contreras, Abelardo Martinez, Lorenzo Antiman y Diégenes Torres. LOS HERREROS EI antiguo oficio de la forja tuvo también en Pilo Lil sus cultores; sin duda el primero fue don Enrique “El Kaiser”, mi abuelo, quien ya era herrero en los talleres ferroviarios de Linares en Chile y cruzé la cordillera ejerciendo sus habilidades al servicio a [Escriba aqui] de don Alejandro Arze para el mantenimiento, reparacién y construccién de avios en aperos y carruajes. “El Kaiser” armo en San Francisco de Pilo Lil su taller de herreria alld a principios. del siglo XX y con él hizo y repard sus herramientas agricolas. Cuando comenzé a envejecer trajo de Chile a su amigo y acreditado colega de oficio don Timoteo Ofiate. Este sumaba a sus habilidades de herrero las de carpintero y fue con ambas que construyé la primera balsa de Pilo Lil alla por 1920. Mi padre tenia una fragua, una bigornia ademas de tenazas, mazas y otras, herramientas heredadas de mi abuelo Enrique; ellas fueron usadas por don Soto, don Juan Arriegada, don Octavio Ramirez e incluso mi abuelo materno don Luis Ramirez, para la confeccién y reparacién de rejas de arados, herraduras e incluso hojas de cuchillos, echonas, guadafias, ete. No habia carbén para fragua en Pilo Lil; en un comienzo se utilizaron las brasas de chacay pero a poco andar los chacayales desaparecieron por la necesidad de lefia y entonces debid recurrirse a la madera del Unico arbol disponible y de facil reposicion en la zona: el sauce criollo. Fue asi que en la fragua se usaba carbén de sauce. Quien mejor preparaba este carbén fue siempre Dofia Rosa Herminia Alsina de Aguilera, ella decia tener un método propio e insuperable: hacia una fogata con ramas gruesas de sauce verde (de 3 a 5 pulgadas de didmetro), y cuando se encendian totalmente para convertirse en brasas, las apagaba con tierra y agua interrumpiendo la combustion. Una vez frio, Doria Rosa embolsaba el carbén y se io vendia a mi padre. LOS SOGUEROS No era un oficio que se practicara con exclusividad sino que se lo alternaba con otras actividades. El proceso para obtener buenas sogas comenzaba con el carneo mismo de la res; se debia tener especial cuidado en no “tajear’ el cuero. Inmediatamante después de carnearse un animal, se curaba el cuero estaqueandolo en el suelo con el pelo hacia abajo y cubriéndolo con la “bosta’ (esta era el pasto aun no digerido hallado en el estomago del animal); se lo dejaba asi hasta que se oreara. Ya seco se lo estacionaba y posteriormente se lo remojaba con abundante salmuera y luego con alumbre. Se lo volvia a estaquear y se cortaba un gran évalo tratando de obtener el mayor rinde posible del cuero; luego a ese dvalo se lo cortaba en espiral en una gran lonja que oscilaba en las dos pulgadas. Esa inmensa tira de cuero volvia a ser remojada y doblada en dos 0 tres partes de su largo, se colgaba de algun arbol y en su extremo inferior se le colocaba un peso importante, se hacia girar éste hasta torzarlo totalmente y luego se dejaba que se destorzara y volvia a repetirse la operacién varias veces. Esta operacién a veces duraba uno 0 dos dias. Luego se estiraba la soga atdndola en sus extremos lo mas tirante posible y con un filoso cuchillo se la “lonjeaba” es decir se la depilaba A continuacién se volvia a tratar la soga con sal y con alumbre sometiéndola nuevamente al torzado y destorzado para ablandarla y sobarla. Una vez oreada la soga se elegian sus tramos mas aptos para distintos usos: Coyundas, colgadores, maneas, tientos para lazos, arreadores, rebenques, encimeras, juegos de aperos, etc. Una vez 72 {Eseriba aqui] secas las sogas se las engrasaban y colgaban al sol, para impregnarlas y terminar su ablande. El proceso siguiente o sea la confeccién era ya una cuestién artesanal que segin la creatividad, habilidad y delicadeza manual le otorgaba el sello personal de cada soguero. Algunos se especializaban en el “calado y cosido’, otros en el “tejido” 0 “trenzado” y mas de uno en la combinacién de distintos métodos. Los cueros de lanar y cabrio llevaban un proceso més delicado con alumbre, sal comiin y sales de cromo; estas pieles eran usadas para cojinillos, rodilleras y quillangos. El mas reconocido soguero fue Don Bernabé Pinto; hubieron otros buenos aunque no tan destacados como “Lenco” Prieto, Francisco Tripailaf, Domingo Figueroa, ete. LOS ALAMBRADORES Ya ena tercera y cuarta década del siglo XX el sobrepastoreo comenzé a notarse en el campo; las aguadas disminuyeron su caudal, los mallincitos su verdor y el agua comenzé a ser motivo de disputa. Delimitar los campos fue una necesidad, la indefinicién de las parcelas ocupadas generaba confusién y la confusion generaba problemas. Alambrar era la solucién, pero el costo constituia un obstaculo casi insuperable, Por eso, primero se amojoné con pequefios monticulos de piedra pero ocurria que a veces esos monticulos desaparecian o alguien los desarmaba seguramente con intenciones “non sanctas’. Después, en los terrenos pedragosos se ultiliz6 el arcaico método de la “pirca”; finalmente quienes pudieron encararon la costosa tarea, tratando siempre de que el vecino colindante colaborase, a veces con parte del material o con la mano de obra. Sin duda un campo con limites precisos le daba certeza a una propiedad, tanto o mas que un titulo o una escritura, Alambrar se convirtié en un pequefio gran acto de soberania atin en tierras fiscales, Los materiales necesarios: El alambre, de “alta resistencia” por supuesto, marcas “San Martin’ o “Belgrano” ademas del mas duictil alambre para maneas; los postes en lo posible de ciprés (por su durabilidad) y si no de roble pellin, de coihue, lenga e incluso de rauli, con uno de los extremos semiquemado para resistir los hongos y bacterias de la tierra. Las varillas generalmente de lenga o de sauce criollo. Por cuestiones de durabilidad se evitaba usar alamo 0 fire. Los torniquetes: fijos de doble accién, de “cajén" o los “golondrina’ (de aire). Las elementos: carro y bueyes para el acarreo de materiales y herramientas, barreta, pala de punta, picota, taladro de mano, mechas, serrucho, “maquina de estirar alambre” (suplia al torniquete), tenaza, “california”. El oficio requeria un minimo de criterio y experiencia, los alambradores que recuerdo son: mi abuelo Luis Ramirez, don Roman Alfaro, Pedro Mufioz, Alfonso Alfaro y alin ayudante como Mamerto Parra o Valentin Infante. LOS DOMADORES El oficio por antonomasia de la “gaucheria” tuvo en Pilo Lil dignos representantes; 3 [Escriba aqui] los primeros quiza, amalgameron habits, técnicas y experiencias de “huasos' trasandinos y gauchos bonaerenses; luego prevalecié la cultura propiamente gaucha y su adaptacién al Ambito cordillerano tanto en costumbres, prendas, sogas y modismos. El resultado fue bueno, El oficio se dividia en “jineteada” y luego en “amansada’, la primera tenia mas de exhibicionismo y habilidad que de practicidad, la segunda mas pausada y meticulosa debia concluir con la domesticacién del animal buscando siempre el aprovechamiento de sus maximas capacidades. La jineteada constituia sin duda el espectéculo mayor de la campesinidad; consistia en “dar la primera ensillada” a los potros y en montarlos. Los mas mentados jinetes y domadores de mi tiempo fueron: Rolando Prieto, Dionisio Prieto, Victor Prieto, Aristides Mufioz, Trujillo, Maximo Jara (“El Pelao") y Ambrosio Jara (“Pocho"). De las generaciones anteriores quedaban las mentas de don Ambrosio Prieto, de don Eliseo Jara, de “Chilin’ y otros. LOS CURANDEROS Pilo Lil no tuvo “curanderos” de relevancia ni “machis” heredadas de la cultura mapuche; apenas algunas viejas repetian brebajes a base de yuyos e invocaciones de origen paganolreligioso. Los mas famosos que recuerdo, no fueron exactamente de Filo Lil pero si tuvieron su paso temporal por el pago; ellos fueron don Sétero Ibafiez y don Julio Arriagada. Sétero Ibafiez fue un curandero de gran fama en la década de 1950, era de Junin de los Andes, pero solia “atender’ en Huechulafquen, en Malleo y muchas veces en Pilo Lil. (En una de sus recordadas intervenciones le corté una pierna a la madre de los Pargade en Junin). Julio Arriagada aparecié como “yuyero casi milagroso” a final de mi estada en Pilo Lil (1971/72). Poseedor de gran facilidad de palabra y de buen poder de conviccién se instalé con bastante éxito Luego de “ver las aguas’ de sus ocasionales pacientes les vendia botellas conteniendo yuyos hervidos que decia preparar exclusivamente para cada caso. Tuvo fama de buen curandero y gran “aliviador de dolores’. Tiempo después, cuando me alejé de Pilo Lil, me enteré por un farmacéutico que a cada botella le agregaba dos o tres pastillas de analgésico, el que mas usaba era el “Dolex’. LAS PARTERAS Parteras, aliviadoras, comadronas, fueron algunas de las denominaciones de aquellas obstetras circunstanciales mas que vocacionales. La mas conocida e indiscutida fue sin duda la multifacética dofia Rosa Herminia Alsina de Aguilera. Digamos que dofia Rosa era el “sumun’ de la actividad. No obstante el incuestionable prestigio de dofia Rosa, la mayoria de las mujeres mayores y con experiencia propia eran consultadas para aliviar los partos. Las mas reconocidas fueron sin duda dofia Juana Prieto de Jara, doria Mercedes Rojas de Ocare, dora Gumersinda Acufa de Prieto e incluso aquellas a quien la emergencia exigia como 74 [Escriba aqui] dofia Aurelia Pinto de Prieto, dofia Herminda Figueroa de Prieto, dofia Rosa Rodriguez, dofia “Peta” Infante, dofia Paulina Pinto, dofia Juana Garrido e incluso mi madre dofia Luisa Ramirez de Prieto. El protagonismo de estas comadronas duré hasta que la Sanidad Publica tuvo acceso desde Junin de los Andes; este acceso se fue dando paulatinamente a partir de la segunda mitad de la década de 1960 y se consolidé con la construccién del puente en 1972 LA AUTORIDAD Alla por 1894 Ia primera tanda de pobladores blancos de Pilo Lil fue de origen chileno, peones contratados por Alejandro Arze; esta gente al llegar mantuvo durante cierto tiempo una dependencia légica de su “patrén” y por histérica formacién familiar aposté al sistema patriarcal En una comunidad incipiente, la autoridad propiamente dicha escapaba a la formalidad de las normas de leyes y decretos. Se les reconocia cierta jerarquia moral a muy determinados personajes. Se respetaba casi indubitativamente al jefe, al patron y en ausencia de ellos al ejemplar masculino més viejo. La linea de lealtades tenia que ver més con lo emocional que con lo racional. En aquel Pilo Lil de fines del siglo XIX y comienzos del XX existian en el pago ciertos personajes que por su posicién econémica, por su edad y experiencia, por su conducta © por su alfabetismo se convertian en referentes. En general eran los mas acomodados del pago, nunca pasaron de uno o dos. Estos liderazgos naturales exhibian una autoridad moral o empirica y estaban basados en el mejor nivel econémico, social y cultural, Esos liderazgos tenian la posibilidad tangible de aconsejar, asesorar, leer, ensefiar a firmar, prover empleo, ayuda econémica, bienes de consumo, influencias, etc En el parrafo anterior he dicho “leer’, porque pocos eran los alfabetizados y resultaba comtn que para descifrar una carta o un mensaje escrito o para confeccionar uno propio debia recurrirse a “alguien que supiera leer’, ese alguien era poseedor del don de la lectura y la escritura condicién que lo elevaba por sobre el comin de la gente. Esa autoridad de los mas leidos se corporizaba casi siempre en los maestros, en los patrones o en los mas informados (los bolicheros), En lo formal y represivo la Conquista del Desierto dejé una severa y discrecional muestra de autoridad con sus “milicos’, sensacién que se transfirié a la Policia Fronteriza y luego a la Territorial simplemente porque éstas se nutrieron de los veteranos de aquel ejercito. Don Enrique Prieto ("El Kaiser") en 1910 gestiono sin éxito, ante la Gobernacién del Territorio Nacional, la instalacién en Pilo Lil de un Destacamento Policial. Décadas después este requerimiento dio origen a la presencia de la Gendarmeria Nacional Por lo antedicho resulta claro que ni la policia Fronteriza ni la Territorial ejercieron una gran presencia en Pilo Lil; si en lugares préximos, “Las Coloradas’, por ejemplo, donde uno de los comisarios emblematicos fue don Julio Villarino, el yerno de don Dario Bernal. Esta especie de nebulosa policial duré hasta la aparicién de la Gendarmeria Nacional alld por 1938 y que en Pilo Lil se concretd recién en 1943/44. 75 [Escriba aqui) Los hijos de los primeros pobladores fueron conociendo los rudimentos de la autoridad formal, que incluia el orden y la disciplina, a medida que se incorporaban al Servicio Militar. Esta formacién castrense acentué el temeroso respeto que provocaba el Ejército; respeto que sirvié para consolidar el sentimiento de argentinidad en aquella sociedad gestada a partir de indios y chilenos. La Gendarmeria Nacional, fuerza creada en 1938 aparecié en Pilo Lil en 1943/44. Lo hizo con singular importancia ya que la Gobernacién del Territoio Nacional del Neuquén le asigné un espacio fisico y una parcela de terreno de relativa importancia, para ei mantenimiento de sus equinos. Para la construccién del edificio se trajeron las herramientas, el cemento, las maderas y demas materiales a lomo de mula desde Aluminé. De la misma manera se trajeron los aperos, correajes, el mobiliario y elementos de oficina. El edificio fue ubicado muy préximo al rio y a unos 700 metros aguas arriba de la balsa Esta construccién fue de piedra labrada (trajeron un picapedrero), madera de pinotea, aberturas “de carpinteria” y mobiliario de roble americano (importado). Fue la primera construccién hecha con material que incluia cemento portland tanto para las paredes como para los pisos. Hasta esa época e incluso durante las décadas posteriores se continué construyendo con adobe y barro. El cemento resultaba particularmente caro para el comin de la gente. El nivel de este asentamiento fue el de “Puesto" (actualmente equivaldria al de “Grupo"), dependia jerérquicamente de la “Seccién Las Coloradas’ y ambos del Escuadrén 32 Aluminé. Los primeros integrantes de aquella Gendarmeria fueron: Julierak, Aranguez, Luis Aguilar, Sandoval, Sabaris, Estrada, Onofre Garcia, a los que siguieron Sablino, Verdin, ‘Suarez, Gaetan, Bustos, Monzon y otros. Alrededor de 1951 razones de reordenamiento de la Fuerza levantaron la dotacién de personal del Puesto Pilo Lil. Jurisdiccionalmente la funcién policial se comenzé a ejercer y a supervisar desde Las Coloradas 0 desde Aluminé. Con la Provincializacion del Territorio de! Neuquén (1955/56) se creé la Pi Neuquén en 1957. Luego del retiro de la Gendarmeria, la primera y unica presencia uniformada que hubo durante varios meses (1959/60) fue la de un agente de la Policia Provincial de apellido Carrupan que dependia de la Subcomisaria de Las Coloradas y que tenia su asiento en un galpén provisto por Doroteo Prieto en proximidades de su negocio. Este agente disponia de un caballo, su uniforme y su armamento consistia en la clasica pistola Ballester Molina 11,25 (vulgarmente llamada 45) y una metralleta PAM. del mismo calibre. En realidad la sociedad pilolefia de la primera mitad del siglo XX era simple y sin enfrentamientos ni hechos delictivos relevantes, tanto que solo se recordaban en mas de cincuenta afios solo dos episodios: un homicidio por rifia entre borrachos y una muerte dudosa. El reclamo de la presencia policial tenia que ver mas que nada con la prevision de peleas y rifias en ocasion de alguna muy esporadica fiesta popular (cantina o ramada). Resumiendo, luego de aquella presencia de la Gendarmeria en la década de 1940, nunca més Pilo Lil conté con autoridad uniformada en forma permanente. ‘a del 76 [Escriba aqui] PERSONAJES DEL RECUERDO: LOS TUMBEROS Eran una especie de vividores simpaticos y minimamente utiles. Proliferaron en las décadas de 1940/60 cuando la ingenuidad y la curiosidad del paisanaje atin estaban intactas e incontaminadas. Eran personajes aislados generalmente de agradable trato y condescendientes, se adaptaban a todos los habitos y criterios de los ranchos a los que se acercaban; poseedores de buena conversacién, deslumbraban especialmente alas amas de casa oa los nirios con alguna curiosa y minima habilidad. Por ejemplo sabian hacer algun juguete, 0 teniendo algtin conocimiento de herreria o carpinteria, elaboraban pequefios objetos de utilidad para la casa; incluso a veces eran alfabetos y ayudaban a los chicos a leer y escribir. Llegaban enarbolando siempre su mayor simpatia, solian pedir alojamiento para si y su caballo y casi instantaneamente arremetian con alguna historia en la que ellos resultaban ser ingenuas victimas después de haber sido casi héroes. Se los llamaba “tumberos” tal vez porque con su conducta indefinida lograba “tumbear’ es decir acceder a la “tumba" o puchero de capén, que bien podia ser un guiso, un trozo de pan y el alojamiento en algtin galpén. Con el avance de los tiempos esta simpatica trashumancia fue desapareciendo. Recuerdo especialmente en la década de 1950 a Don Ulloa, a Don Rafael Dominguez, a Don Soto y algun otro. LA ROPA Y ACCESORIOS Si bien cada individuo tenia una impronta propia en su vestimenta, tampoco eran épocas de exclusividades ni exquisiteces por lo que trataremos de describir el vestuario promedio. En una primerisima época la vestimenta no diferia en nada de la de los campesinos y huasos chilenos de fines del siglo XIX y comienzos del XX. Eran comunes en los varones los pantalones, generalmente oscuros y rayados, las polainas, zapatones 0 botas cortas, las espuelas de rodajas muy grandes, camisa de cril, pafiuelo al cuello, chaqueta y poncho corto de tejido artesanal. Todo coronado con sombrero de fieltro de ala ancha y en verano “chupalla” (variante chilena del sombrero de paja), A medida que se avanzé en la argentinizacién, en las generaciones ya nativas los habitos se fueron modificando y se impuso una vestimenta mas “gaucha” y menos “huasa’. Las espuelas chilenas de enorme rodaja dieron paso a las “entrerrianas" de ocho puntas 0 a las “nazarenas” de cinco. Amediados del siglo XX, alla por “la época de Perén’, como vestimenta festiva aparecié la bombacha de gabardina “orientala’ (ancha y plegada), la camisa de “poplin 2x2" y para el trabajo: bombacha y camisa de dril o “brin’, campera de cuero, saco de cuero 0 de tela (tipo chaqueta urbana), pullover de lana cruda generalmente con dibujos o labores de flores o guardas. Faja de lana lisa negra, blanca o con labores indigenas. Pafiuelo de cuello blanco bordado (festivo) 0 de color oscuro (trabajo diario) Prendas con un valor adicional eran el “Cinto pesao” y la caramafiola de aluminio (‘recuerdos” sustraidos al Servicio Militar), el facén cabo de alpaca (rara vez de plata), 0 de marcas consulares como Eskiltuna o Arbolito y la siempre envidiable bota vinera marca 7 (Escriba aqui] “Pamplona” como asi también la rastra de plata con tiradores. Para el gauchaje de cierta jerarquia, adquirié un valor casi emblematico el “Poncho de Castilla” por su doble condicién de ser abrigado e impermeable. Por ser de origen chileno, se lo obtenia Gnicamente de contrabando, circunstancia que le agregaba cierta dosis de exclusividad y de misterio. Los més cotizados eran los de tres pafios (también los habia de dos) de la marca ‘Victor’. Eran felpudos e invariablemente negros con un gran cuello protector con botones. Como detalle de elegante abrigo se usaba debajo de! Poncho de Castilla otro delgado color marrén claro preferentemente marca “Campomar’. Ya avanzada la década de 1940 se popularizé el sombrero negro marca “Lagomarsino” modelo “estanciero”. El paisanaje comin usaba ponchos artesanales de lana de oveja con guardas; pocos accedian al célido poncho de lana de guanaco o al de “cuero encerado” La paisanada mas humilde, en invierno calzaban sus pies con tamangos con arpillera y en verano usaban alpargatas con suela de yute marcas: “Rueda” o “Tero”. Los levemente mas acomodados podian acceder a las botas altas 0 “acordionadas’. En inviemo se protegian de la nieve con “rodilleras” de chivo y mitones de ardillén 0 gato (para la mano de la rienda) y cubrian sus cabezas con sombrero con barbijo 0 boina vasca. La vestimenta femenina consistia casi exclusivamente en pollera, vestido, falda con borde siempre por debajo de Ia rodilla. En el torso blusa, pullover 0 saquito segun la ocasién. Los colores generalmente variados y fuertes, con abundancia de arabescos y floreados. Cuando la mujer se desplazaba a pie siempre usaba faldas y en el caso de cabalgar lo hacia con *montura de lao” (una especial silla de montar similar a un silloncito donde la dama se sentaba con ambas piernas hacia el lado izquierdo y separadas minimamente por una especie de agarradera. Esta montura le daba a la dama, ademas de comodidad, un plus de femineidad. Por supuesto la cabalgadura debia ser muy mansa, “de mujer andar’ le deciamos. Aquellas que no podian acceder a tan elaborada montura simplemente montaban a horcajadas como los varones sobre “recado de bastos’ o “cangalla’ pero debajo de la falda se colocaban bombachas masculinas El delantal era usado casi universalmente, induso “para sali’, quiz por la costumbre o Ia facilidad que brindaban sus bolsillos. Cuando evoco la memoria de dofia Evangelina Guifiez, dofia Rosa Aguilera, dofia. Peta, dofia. Carolina Toro, dofa Esther Jara, dofia Herminda o incluso mi madre todas se me aparecen con delantal.. La economia hogarefia era siempre un terreno con obstaculos y las mujeres “debian” necesariamente “rebuscarselas’ como modistas y tejedoras improvisadas. Uno de esos rebusques consistia en aprovechar (ahora se diria “reciclar’) las bolsas de harina que eran de “lienzo" de algodén y segun su estado resultaban muy aptas para la confeccién de distintas prendas. Generalmente con aplicaciones de otra tela o el agregado de puntillas y bordados se atenuaba la rusticidad de la trama El “lienzo de bolsa harinera” servia para pajiales, camisas, sabanas, fundas, delantales, repasadores, etc. Para la confeccion de ropa mas delicada debia recurrirse a los boliches donde seguramente existian telas de distintas texturas, calidades y coloridos. En una primera época, los medios disponibles y la escasez obligaban a usar 78 [Escriba aqui] como cama dos 0 tres cueros lanudos de capén encimados; para cobertura se recurria al poncho 0 a las matras o matrones artesanales. En los ajios 50 lentamente se fue imponiendo el uso del colchén forrado con tela cotin y relleno con lana de descarte bien lavada y escardada. Como complemento comenzaron a usarse las ya mencionadas “sabanas de bolsa”. Comenzando a década de 1960 el uso de la bombacha en los hombres fue cediendo ante la aparicién del pantalén vaquero ("Far West”, "Topeka", "Rangers", etc. ), también perdieron terreno las alpargatas y botas ante las zapatillas. Ya en la segunda mitad de la década del 60 aparecieron innovaciones citadinas en las que los productos sintéticos se imponian aceleradamente, como por ejemplo: las “bombachas de goma” para los nifios con pajiales, las camperas y capas de “cuerina’, los ponchos de lona negra engomada, las zapatillas de plastico marca Skippy, los envases y recipientes de plastico. A estas innovaciones las seguirian los pafiales descartables, el uso divulgado del dentifrico, el blanqueador de ropa, el acero inoxidable, el desodorante, las blusas y camisas de poliamida, “Ban Lon’, “Lycra’ y similares. Las estufas y los faroles a gas de garrafa comenzaron a suplir a los de kerosene. LOS ALIMENTOS La alimentacién a finales del siglo XIX y comienzos del XX estaba sustentada en la produccién propia y en la recoleccién de frutos silvestres (animales y vegetales). En un comienzo, previo a la instalacion de los primeros almacenes, se recurria a los derivados de la propia produccién agropeouaria y ganadera. Se producian trigo y cereales y a partir de ellos se hacian distintos tipo de harinas. De la combinacién de esas harinas con otros productos se hacfan: fideos, floquis, sémola, polenta, pancutras, migaos, faco, etc. De Chile se traian algas y mariscos secos, especialmente “cochayuyo”, “choros” y “piures”; luego con el cierre de fronteras esto desaparecié. Como previsién para el inviemo se secaban porotos, arvejas, habas, tomates, guindas, orejones de manzana, pera, membrillo y otras frutas. Se elaboraba la chicha de manzana, “charqui” de chiva, de oveja, de “pescado”, jamones y derivados de cerdo, etc. La tierra de por si, sin intervencién humana, segiin la época del afio proveia (parcamente): pifiones, manzanas, nalca, llocén (papita silvestre parecida al macachin), berto, vinagrillo, achicoria, almejas de agua dulce, pescado (perca, bagre, salmén, puye, etc.), canes de guanaco y choique. De los productos agro ganaderos se consumia: carne de “oveja vieja’, capén, “chiva vieja", capon cabrio, y mas inusualmente cordero, chivito, lechon, derivados de cerdo y excepcionalmente carne vacuna. Por supuesto verduras y productos frutihorticolas de propia produccién. En una préxima recopilacién de costumbres pilolefias ampliaremos un poco sobre el tema alimentos y su preparacién. LA INVERNADA 79

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