ASIGNATURA: DERECHO CONSTITUCIONAL

TEMA:
 “TEORÍA DE LA REPRESENTACIÓN POPULAR EN EL
ÁMBITO LEGISLATIVO Y EJECUTIVO”

ALUMNO:
KEVIN ALEJANDRO CRUZ

DOCENTE:
Dr. SANTIAGO VALLEJO VASQUEZ

CURSO: TERCERO “C”

PERIODO LECTIVO:

JUNIO 2020 – SEPTIEMBRE 2020

 UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR
FACULTAD DE JURISPRUDENCIA
CARRERA DE DERECHO
DERECHO CONSTITUCIONAL

“TEORÍA DE LA REPRESENTACIÓN POPULAR EN EL ÁMBITO LEGISLATIVO Y

EJECUTIVO”
INTRODUCCIÓN:
Desde el Estado Moderno y gracias a los grandes acontecimiento sociopolíticos y jurídicos que se
desencadenaron desde el inicio de esta época, el aspecto político jurídico, a logrado dar un gran cambio y
sobre todo con respecto al poder en la relación entre Estado y Ciudadanía.
Hoy por hoy, gracias a estas luchas sociales, a los diversos organismos, y cartas universales que
contemplan la dignidad humana; la administración política de los Estados, ya no es ejercida o se ejerce
solamente a favor de una sola clase social, o, al menos eso es lo que se trata de buscar desde el nuevo
enfoque jurídico político.
En este sentido, el poder político es consagrado desde la participación del pueblo tratando de recaer en un
sistema democrático y buscando la participación de la ciudadanía en aquellos actos que regulan y
establecen la administración y conformación de un Estado a través de nuestra voluntad soberana
encargada a los diferentes órganos, instituciones y funcionarios estatales. En este sentido presentaremos
aquella teoría de la representación popular principalmente en el ámbito Legislativo y Ejecutivo
ecuatoriano.
DESARROLLO:
La teoría de la representación aparece desde tiempos remotos y sin lugar a dudas una de las teorías que
más reflejan esta concepción es la teoría del “Contrato social”, refiriéndonos a Hobbes, a quien no se le
contempla, por lo general como un teórico de la representación, sin embargo, “la representación
desempeña un papel central en la principal obra política de Hobbes” (Hanna, 1985, pág. 15).
En efecto el contrato social no es el único instrumento para superar el estado de naturaleza, sino que igual
importancia tiene el concepto de representación. El contrato "subiectionis" lo es en beneficio de un
soberano que es, por lo tanto, un representante autorizado por los contratantes para ejercer un poder sin
límites.
"Se dice que se instituye una república cuando una multitud de hombres se ponen de acuerdo y pactan
cada uno con cada uno que, a un cierto hombre, o asamblea de hombres, se le concederá por mayoría el
derecho a representar la persona de todos ellos; es decir el derecho de ser su representante; todos
autorizarán todas las acciones y juicios de ese hombre o asamblea de hombres como si fuesen los suyos
propios hasta el final" (Portero, 1991, pág. 91).
Partiendo de este anunciado La Republica del Ecuador, además de esta denominación en su nombre,
consagra en el Art. 1 de su Carta Magna que este es un Estado constitucional de derechos y justicia, social,
democrático, soberano que se organiza en forma de república y se gobierna de manera descentralizada.
La soberanía radica en el pueblo, cuya voluntad es el fundamento de la autoridad, y se ejerce a través de
los órganos del poder público.
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De esta manera, observamos que aquella teoría de la representación popular en el ámbito legislativo y
ejecutivo principalmente se expresa y se fundamenta en lo antes expuesto, para luego recaer en los títulos
del cuerpo normativo constitucional, en donde se aprecia la forma de regulación, integración y funciones
que competen a cada ámbito.
La Función Legislativa tiene como una de sus principales funciones expedir, codificar, reformar y derogar
las leyes, e interpretarlas con carácter generalmente obligatorio (art. 120, núm. 6 CRE). El conjunto de
normas y principios que regulan el bien social y la relación entre Estado y Ciudadanía tiene su origen en
la Asamblea, y esta, junto al Ejecutivo tienen la potestad de sancionarlos, publicarlos y registrarlos para
que sea obligatorio para quienes conforman la nación ecuatoriana. Pues, como ya lo hemos explicado, es
a través del contrato social que se otorga esta competencia a los órganos, y quienes conforman estas
entidades constitucionales del Estado, para que éstos puedan representar la voluntad del pueblo y este
conjunto de normas, principios y garantías sean de satisfacción igualitaria e equitativa de toda la
comunidad ecuatoriana.
De esta forma el autor (Rubio, 1990) menciona que: “el representado no existe por sí mismo, sino, sólo
en cuanto que existe el soberano y lo representa; el concepto de pueblo para Hobbes es el producto de una
metamorfosis de la multitud que se opera por la mediación del soberano” (pág. 137).
La democratización requiere un desarrollo de la cultura política a través de procesos de aprendizaje del
pueblo y sus representantes en relación comunicativa. En esa relación va resultando un discurso cuyas
condiciones de validez (no necesariamente condiciones de verdad) se convierten a su vez en un aspecto
central de la democratización. Una de esas condiciones es que, para que haya una relación efectivamente
dialógica y los acuerdos no sean imposiciones ocultas, debe haber suficiente igualdad y un buen manejo
de las diferencias entre los participantes (Coraggio, 1994, pág. 7).
Sin embargo, en esta comunicación de representados y representantes existe varios problemas, y uno de
los principales, es la ambición de poder, la ambición económica, que recaen en un gran vicio que pudre a
los órganos estatales, que dificulta esta comunicación y que engaña y ataca a los valores éticos y morales
especialmente de los representantes; este vicio, es la corrupción y las diversas formas en las que se
presenta, pudren las instituciones estatales y se erosionan los bienes sociales como la educación, la sanidad
y la cultura que minan la precaria salud ética de nuestra democracia, poniendo las cartas a favor de un
solo lado de la línea y gozando de esta “representación popular” quienes pueden inmoralmente seguir
alimentando este vicio.
En el Ecuador existen ciertos representantes que de una u otra forma tratan de darle voz al pueblo y que
gracias a estos hoy se trata de gozar de una mejor garantía jurídica, de ver como de una u otra forma se
trata de escuchar esa necesidad del pueblo, pero, lamentablemente, la corrupción aprovechándose de la
inestabilidad económica de las clases sociales imposibilitan que se genere o establezca una verdadera
representación popular.
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Referencias Bibliográficas:
Coraggio, J. (1994). Comunicación y Representación Popular . New York: Versión revisada de la
ponencia presentada en la Conferencia sobre Desigualdad y nuevas formas de representación
popular en América Latina, Institute of Latin American and Iberian Studies, Columbia.

Constitución de la República del Ecuador del 2008.

Hanna, P. (1985). El concepto de Representación. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales.
Portero, J. (1991). Sobre la Representación Política. Revista del Centro de Estudios Constitucionales:
Núm. 10, 91-92.
Rubio, J. (1990). ¿Democracia o Representación? Poder y legitimidad Hobbes-Rouseau. Barcelona:
Antrophos Ed.